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(360) vetiniones populares sn ‘unos motines’6 eonspi- Sraciones, de que el pueblo-no-tione tas derecho que el de suftajio; y de’ que si-entonces es so- berano, despues es’ subdito, y sin facultades para deliberee contra las ‘deliberaciones de sus repre- sentantes. Enfonces. fos tres Estados confedera~ dos de Colombia gozarin de unos gobiernos fun- dados en Ja union;-eh te justioia yen la mu tua conveniencia, y'-Colombia bajo de esta for ma marchari rapidamente a” su gloria. “gutora, En carta de ‘persona respetable residente et Londres, dirijida a esta’ capital con fecha “3 de noviembre del: aito- procsinmo-pastdo, “se dice “lo sigmente: > La cltestion de Holanda se ha eomplicado mucho. El rey desiprobéformalmente los actos del principe de Orange y Te-retiré 1a. comision de que lo habia revestido. Mientras tanto con= ‘imtaron sus operaciones. militares las provincias disidentes y se apoderaron'de parte de la ciudad de Amberes, “que eraeasi le uniea que aun re ‘eonocia [a antorided real. Las tropes holandesas se retiraron entoncesia Ia ciadadela, y se celebré tun armisticio; pero roto eite, sean’ las noticias mes recientes y-efnctasy pof los belgas, ~quienes trataronde soiprender’ a sus contrarios y_ tomar pecesion de ta fortdlera, abrieron estos. un fuego rarioréed” soties‘le.clndady aque syUdbi aes mente I éscusdrs compucsts de algimos buques “de guerra, y el resultado foé-que la ciudad qued® redvcida x escombros. El almacen de de- posito en que se hallaban®. mereancias' det valor de quince millones; segun unos, y de cinco. se- gun_ottos, fi quemadoy junto con varios *otros dificfos piblices. Lo que nufea habia sveedido durante las muchas guerras que en diversas épo- ‘eas lian tenido los Paises Bajos por! su teatro, acaba de suceder ahora entre pueblos que pocos meses hase mifaron como hermanos, y_ vivian sometidos a las mismas leyes y gobierno. Ahora no se ven sino ruihas y miscria, donde antes hhabitaban ta riqueza y la paz. El-escandecimiento de los animos ha Hegado'& sv colmo, y Ta union entre los dos pueblos es ya imposible. Por decon- tado que las difcultades que esperimentarin las potencias eutopeas, partes contratantes de los tra= tados “que etablecieron: el reino de los Paises Bajos, pata constituir de nuevo a sus. secciones, se aumenian hasta el grado de ereetse jeneral- mente que seri causa do wna nueva guerra en Europa. El pueblo francés mira favorablemente esta sublovacion, miomtras que su gobierno qne- riendo evitar los desatinos que cometieron los que se hallaron a la eaheza de la revolucion el aio de. 1792, hace sus esfuerzos’ por ‘conservar 1a mas estricta nevtralidad. Za Rusiay Austria, Pru- sia 6 Inglaterra por el contrario, no pueden mie encia Ia destruccion del Estado, & cuya formacion eooperaron con sus fuerzas y st dinero, para que sirvieso do baluarte contra la Francia. En fin, por donde quiera que se vea la revolucion de los Paises Bajos, no se encuentran sino dificuljades que vencer, preocupaciones.arrai- gadet que deshaeer y colos que eoneiliar. El estado de la Francia continia. inquicto y no ofrece garantias de estabilidad. Tres de los ministros qué en el mes de julio gozeban de la reputation de ultraliberales, ya tienen que ceder st asiento ent el gabinete @ otros, cuyas opimo- nes, por “escesivamente” exaltadns, so hallan mas conformes al espititw del dia. No se espera ya que seri posible salvat la vida de los ministros do Carlos X que estin presos en Vibeennes, a pesar de las tentativas que han hecho al. efecto tio. solo el. rei_aétual, sino toro el_pattido mo- deride en Francia: Si desgraciadamente éayese Ja hacha de la ley sobre todos estos infelices, con razon se podria “dudar de la,tranquilidad de_ose pais, porque como existen muchisitaos individuos que han sido autores 6 cémplices de: detitos de stra >clase “que los_que-van 2 conducir al. patie “chile al-prineipe de-Polignaey sus socios, no es do'supoher que “qnedaran impunes. Entrarén des- piles los” recefitimientos y las: venganzas, y Dios quiera que con ellos no sigan los’ horrores del Biglo pasado. = ‘Mientras tanto Fernando VI} octipa str trono, sind ‘eon entera:tranquitidad, ciertamente con me- ‘nos riesgo que otros soberanos infinitamente mas priadosos: acia sus basallos. Los constitucionales no than hecho progresos y aun se asegnra hoy, que Mina ha'sido batido’y obligado a repasar Ia fron- tera. Valdex suftié tina derrota, -y- generalmente se dice, qute la Espafia, sea por deseos de sus hubitantes 6 por tetnores de In vengunza del des- pota en caso de la derrota de los constitucion hnales, quedard -entregada 4 In suerte que ha cor rido en estos atios pasados. Cofrié no ostante Ia ‘yor de que en Galicia y Andalitcfa los habitantes se habian pronurteiado en contra del actual sistema, fo temo qlie nose conlirme tan plausible no- ticia, Sin embargo, seria-prematuro pronosticar el mal éxito total de estas tentatives, por que aun- ‘que no se logre el establecimionto de-un_gobier~ no -enteramenie liberal en'la Peninzuls, debemos esperar que. se obligaré.a Fernando, lo misme ue ce ha hocho 2D. Miguel, a desistic de proscripciones y muertes que han lenedo de eloto a cus dominios: Baan »-> UFRANCIA. Sefior! en adicion a las ‘importantes hoticias ate conticne vuestro interesante diario, sobre el recottocimiento de Ia independencia do las re- pliblioas trasatlanticas por el gobierno” frances, puedo permitirme dar las’ siguientes; que he ad- ‘quitido por un conducto autentico: E} presente rey do los: fianceses, enyos prin- cios'liberales no pueden ser cuestionados, parece haber sido miovido por un sentimiento de. jasti- tela y derecho, mas bien que por alguna otra ‘consideracion, en Ia franca. y noble carreta que hha adoptado ‘con respecto a todas estas. repitbli- ‘eas. Pero despues de su advehimiento al trono, el rey ciudidatio dijo con entusiasmo; que jamas podria olvidar haber servido. bajo un’ comandan te americano, el ilustre jeneral Miranda, quo hi: zo las camnpefias de la revolucion en Holanda, y ‘que le seria satisfactorio reconocer prontamente las nuevas ropiblieas. El pasé aun mas adelante, pues antes de enviar por su embajador en Espa- ia al dnque de Monicbelio, se ditijieron comu- nicaciottes por el gabinete frances a Fernando, con la mira de hacerle adoplar esta’ medida de imperiosa necesidad, y fueron tan’ infructuosas eomo las de oiras potencias. Lo que aun parece mas estrafio es, que ol Hobiero briténico, aunque desairado en’ diferen~ tes ocesiones por Fernando, en la interposicion de sus buenos oficios para el arreglo de esta cr= estion, ahora parezea como inflaido por las mis- mas consideraciones con ” el Borbon de las Tu- Herias,” que esti embarazado por el mismo pentillo quo. impidié.al mafioso M. Villele reco- nocer estos estados, Tales conjeturas, al mends} pueden ser justificadas por Ja lentitud del. gabi- nete briténico, en recotiocer cuatro de estas re- publicas;-que tienen jgital: derecho que las otras que han celebrado tratados. con Ia Gran Bretaiin, al reconocimiento “de su independericie. Vengo el honor de ser ‘uestro cbediente servidor. Americanas. (The Times, octubre 13-1880. ) IMPRENTA DE LA CIUDAD, POR J. F. PUGA.

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