638 EN BUSCA DEL CENTRO DIVINO
mujer y del nifio y de la posicién que ocupa dentro de su estado.208
Y con ello comienza un nuevo acto del gran drama filoséfico de la
paideia, F
La EDUCACION DE LA MUJER Y DEL NINO
No hay en el estado platénico ningin rasgo que haya producido
una sensacién tan grande entre los contemporaneos y en la posteridad
como la digresién sobre el régimen de comunidad: de mujeres e hijos
entre los “guardianes”. El propio Platén tiene que vencer cierta re.
sistencia para expresar en la Republica su criterio paradéjico acerca
de este punto, pues teme la tempestad de indignacién que habraé de
levantar.""" Sin embargo, lo que a este propésito tiene que decir es
para él la consecuencia légica de la paideia recomendada para los
“guardianes”.208 Quien se educa como ellos para entregarse por com-
pleto al servicio de la colectividad, quien no tiene casa propia ni
propiedad alguna, ni una vida privada zcémo podré tener y regentar
una familia? Si se considera que toda acumulacién de propiedad
individual es reprobable porque fomenta el egoismo econémico fa-
miliar, entorpeciendo con ello la realizacién de la verdadera unidad
entre los ciudadanos, es natural que Platén no se detenga tampoco
ante la familia como institucién juridica y ética, sino que la sacrifique
también al igual que lo demés.
Es éste el punto en que con mayor claridad se destaca el caracter
utépico de la Republica. Sin embargo, la idea platénica del estado,
con su exaltacién mistica del valor de la unidad social, no admite
transacciones ni términos medios. Claro esté que Platén no llega a
aportar nunca la prometida prueba de que esta revolucién moral y
social que predica sea factible,2” y la demostraciin de que es con-
veniente se basa exclusivamente en su necesidad como medio para
llegar a aquella unidad absoluta, restringiendo los derechos del indi-
viduo. En la practica, el intento de poner al individuo permanente-
mente al servicio del estado,?!° tiene que conducir necesariamente a
una serie de conflictos con la vida familiar. En Esparta, donde el
200 Cf, la reiteracién del problema de la patologia del estado y del alma en
librog vit-4x. Véase el capitulo sobre la teoria de las formas del estado como pa-
tologia de la personalidad humana.
7 Rep. C, 452 A, eteétera. 208 Rep., 451 D.
209 En Rep., 501 E, Platén designa su construccién del estado como mito-
Jogia, EI problema de Ja posibilidad de les propuestas platénicas es planteado
en Rep., 450 C, pero sdlo se le da una solucién en lo tocante a la educacién
gimndstica y musical de la mujer (cf. 452 E-456 C). El postulado de la comu-
nidad de las esposas se examina de modo principal desde el punto de vista de
lo deseable, dindose de lado reiteradamente cuanto se refiere a la viabilidad
de semejante institucién. Este problema es aplazado diversas veces en 458 By
466 D, por ejemplo; en 471 C se le aborda aparentemente, pero se disuelve den-
tro del problema general de la viabilidad de todo el ideal del estado platénico en
‘su conjunto.
210 No debe olvidarse que Platén sdlo alude a los pocos individuos Mamados
a gobernar y a defender el estado,
Escaneado con CamScannerLA REPUBLICA, 1 639
hombre de Ja clase dominante vivia entregado casi por entero, durante
toda su vida, al cumplimiento de sus deberes militares y civicos, la
vida de familia desempefiaba sdlo un papel secundario y las cos-
tumbres de la mujer en este estado tan severo en todo lo demés tenian
en Grecia fama de licenciosas. Conocemos sobre todo, a través de
Aristételes, la critica de la vida matrimonial espartana.”47_ Esta situa-
cién debia datar ya de muy atrés, pues Ja falta de disciplina de las
heroicas mujeres de Esparta habia lamado ya la atencion. de los grie-
gos con motivo de la irrupcién de las tropas tebanas después de la
batalla de Leuctra.*!? La afinidad del estado platénico con Esparta
en lo que se refiere precisamente a Ja ausencia de una vida fami-
liar en la clase dominante, era tanto mas comprensible cuanto que
Platén toma también de alli la institucién de las comidas publicas
de los hombres.® Tal vez ésta fuese para él una raz6n mas para
haber resuelto de cualquier otro modo el problema de la posicién
de la mujer y de sus relaciones con el hombre y los hijos. Su comu-
nidad de mujeres € hijos se limita, cosa muy significativa, a la clase
de los “guardianes”, que se hallan al servicio directo del estado, y
no se hace extensiva a la masa de la poblacién trabajadora. La Iglesia
habria de resolver mas tarde este mismo problema imponiendo el
deber del celibato a los sacerdotes, que representan en ella la clase
dominante. Pero Platén, que personalmente cra célibe, no crefa que
esta formula pudiese tomarse en consideracién dentro de su estado,
no slo por EE rasta negativa de que desde su punto de vista el
matrimonio no ocupaba una fase més baja de moral que el celibato,
sino porque la minoria dominante dentro de su estado representa la
seleccién fisica y espiritual de toda la poblacién, de la que no se po-
dria prescindir para procrear una nueva seleccién. El motivo de la
exclusion de toda posesin individual, incluyendo la de la mujer, com-
binada con el principio de la seleccién racial conduce, para los “guar-
dianes”, al postulado de la comunidad de las mujeres y los hijos.
Platén coloca en primer lugar el problema de la educacién de las
futuras esposas de los “guardianes”. En su estado, éstas no deben
ser sélo mujeres, sino contribuir también con los hombres a su fun-
cin de “guardianes”.* Platén cree en la capacidad de la mujer
ra cooperar creadoramente en la vida de la comunidad, pero no
Pusea esta cooperacién alli donde parece que debia buscarla, en la
familia, No comparte la opinién dominante en su pais segin la cual
la mujer se halla destinada por la naturaleza exclusivamente a parir
y criar hijos y a regentar la casa, Es cierto que reconoce que la
mujer en general es mas débil que el hombre, pero no cree que esto
211 AnistéTeLes, Pol., Il, 9, 1269 b 12s.
212 Anistéreies, Pol., I, 9, 1269 b 37. |
218 Rep, $16 E. La palabra ovaaina, que Platén usa en este pasaje para las
comidas piblicas, prueba que esté adoptando Ja costumbre espartana.
214 Rep., 451 D,
Escaneado con CamScanner640 EN BUSCA DEL CENTRO DIVINO
sea obstéculo para compartir las funciones y los deberes de la pro-
fesin de “guardidn”.2"® Y si ha de compartir su profesién con el
hombre, es indudable que necesita la misma nutricion (teopy) que
él y la misma cultura (xa8eia). Por tanto, la mujer de la clase domi-
nante debera ser educada en la misica y en la gimnasia, al igual que
el hombre, y deberd formarse para la guerra lo mismo que é1.16
Platén prevé con toda claridad las consecuencias a que se expone
esta ley y que parecen amenazar con la maldicion del Tidiculo sus
innovaciones revolucionarias. Las mujeres deberan alternar desnu.
das en la palestra con los hombres, no ‘slo las jévenes, sino también
las arrugadas mujeres de edad, del mismo modo que en los gimnasios
es frecuente ver a muchos hombres ya viejos haciendo sus ejercicios.
Pero Platén no cree que esta norma ponga en peligro la moral; y,
Piknsese de ello lo que se quiera, el mero hecho de que pudiera formu.
Tse semejante proposicion demuestra qué cambio tan enorme de
sensibilidad se habia operado en cuanto a la posicién del hombre
ante la mujer desde la época anterior a Pericles, cuando Herédoto,
en su relato sobre Giges y Candaules, escribia que al despojarse del
vestido la mujer se despojaba también del pudor2!7 Platén observa
que los barbaros consideraban que la desnudez era deshonrosa tam.
bién para el hombre y que el sentimiento moral de los griegos del
Asia Menor, influidos por aquéllos, guardaba cierta afinidad con este
modo de pensar." Tampoco el arte griego de la Antigtiedad, y
todavia en el siglo v, solia representar a la mujer desnuda. Bajo la
influencia de la gimnasia y de su ideal de la areté fisica y_tambi
bajo la accién de su sentimiento de lo moralmente decente y decoroso,
Ja figura del cuerpo desnudo del atleta varén se habia convertido des.
de hacia largo tiempo en tema fundamental de las artes plasticas.2!°
La eleccién de este tema es precisamente lo que mas profundamente
distingue al arte griego del arte oriental. Asi como en este punto la
paideia en forma de gimnasia habia trazado el rumbo del arte en cuan-
to a su voluntad y a su ethos, el postulado platénico de la desnudez
del cuerpo femenino en la palestra era un signo del cambio de espiritu
215 Rep, 451 D. 210 Rep. 452 A. 217 Hen6vor0, 1, 8.
238 Rep., 452 C. El sentimiento moral de los griegos del Asia Menor se reve-
Ja en su arte del siglo vi, que a este respecto es muy diferente del arte del Pe-
loponeso. "
219 El segundo tema fundamental son los dioses. A veces, este tema se ex-
pone de un modo falso, como si las artes plasticas de los griegos hubiesen tomado
como tema el atleta simplemente porque sélo en la palestra era donde podia
contemplarse el cuerpo humano en su belleza desnuda, Este error es tipico de
un cierto eoncepto modemo del artista como especialista del desnudo, Es un
concepto que aparece ya en los tltimos tiempos de la Antigiiedad. La figura
del atleta del griego primitive es la encamacién de Ia suprema areté gimnésti-
ca del joven, en eu figura plistica perfecta. Platén se limita a expresar la con:
cepeién general de los griegos cuando define la areré del cuerpo como fuerza, sa.
lud y belleza.
Escaneado con CamScannerLA REPUBLICA, 1 641
gperado, cambio del que el arte del siglo 1v paso a la representacién
del cuerpo desnudo de la mujer22° Este paso tuvo que representar,
necesariamente, para la sensibilidad general, un cambio no mucho me,
nos revolucionario que la teoria platénica de la gimnasia femenina,
Platén comprendia que este postulado chocaria contra el modo de ver
de la gente, pero gacaso hace tanto tiempo, se pregunta, de la implan.
tacién de la gimnasia desnuda entre los hombres, frente a la misma
tempestad de burla e indignacion que hoy levanta Ja propuesta de hacer
esa practica extensiva ala mujer? De acuerdo con la tradicion seguida
Por él, esta practica habia surgido primero en Creta, de donde Tuego
paso a Esparta, hasta que, por dltimo, se abrid paso en todas Ire
ciudades de Grecia.2" Segiin la exposicién que Tucidides hace Co
la parte de su obra lamada “Arqueologia”, el dltimo residuo de la
resistencia contra la desnudez total de los atletas en los juegos olim-
Picos, el cinturén del atleta, habia sido abandonado hacia poco tiem-
poy los jénicos lo seguian Mevando en aquellas justas.=” Es po-
sible que, para formular su postulado de la gimnasia desnuda de la
mujer, Platén tuviese presente también el precedente de Esparta, pues
la tradicién Iegada a nosotros nos habla de que las doncellas esparta-
nas hacian sus ejercicios fisicos desnudas.
Pero gacaso esta invasién de la mujer en la esfera profesional
del hombre no se halla en contradiccién con el principio platénico
segin el cual la justicia, en un estado construido orgaénicamente, con
siste en que cada cual cumpla la funcién a él encomendada por la
naturaleza? Segin este principio, parece que individuos de bensti
tucién diferente por naturaleza no debieran desempefiar las micmas
funciones.28 Platén considera un error dialéctico semejante aplica-
cién de su principio, pues el coneepto de la constitucién igual o dife-
rente se emplea aqui en un sentido absoluto, sin tener en cuenta el
{ipo especial de actividades con referencia al cual se habla de la igual-
dad o diferencia de constitucién. Quien no tenga dotes para zapatero,
no deberd, indudablemente, abrazar esta Profesién, como el que las
tiene, Pero el hecho de que una persona posea un cabello abundante
y otra, en cambio, propenda a la calvicie, no quiere decir que, a
pesar de esta diferencia impuesta por la naturaleza, no sean ambos
aptos para ejercer el oficio de zapatero. Es cierto que la diferencia
natural entre el hombre y la mujer cala més hondo en su vida que
Ia diferencia sefialada en el ejemplo anterior, Fero, a pesar de ello
ambos pueden poseer las mismas dotes para el desempefio de una
220 Es clerto queen el arte la figura de la mujer no aparece representada
como una atleta platénica, sino como el tipo de la Afrodita. Esta nueva plastica
se halla interesada en la forma especifica femenina del cuerpo de Ja mujer por
oposicién a la formacién mas bien masculina del cuerpo femenino en la época
clasica antigua, El] motivo platénico de la belleza es otro Sut tO dpthpov addy,
Las mujeres de los oe deben envolverse, en vez de en el imation, en
el ropaje de la areté: 457 A,
agp de Mac aretés 222 Tycioines, 1, 6, 5. 228 Rep., 453 BD.
Escaneado con CamScanner642 EN BUSCA DEL CENTRO DIVINO
profesién.*#* Las valiosas realizaciones del hombre significan, sin
duda, una cierta superioridad sobre las de la mujer dentro de la
misma especialidad, sin excluir precisamente aquellas que los repre-
sentantes del ideal de la mujer casera consideran como femeninas de
modo especifico, como son la cocina, la reposteria y el tejer; pero
no existen profesiones asequibles sdlo'a la mujer o al hombre2?5 Si
la mujer es capaz de hacer grandes cosas en materia de medicina
o de misica gpor qué no ha de hacerlas también en la gimnasia o
en el manejo de las armas? ° Por tanto, la educacién musical y gim-
nastica de la mujer no va contra la naturaleza, sino que lo contrario
a la naturaleza es el estado de cosas actual, que le impide desarrollar
las dotes que le han sido conferidas.27 Con este postulado, Platén
saca la consecuencia de una evolucién que arranca ya de la época
de Pericles y de Euripides. Es sabido que en la antigua Atenas la
mujer vivia casi siempre en un estado de incultura fisica y espiritual,
dedicada por entero a las labores de la casa. A partir de entonces,
encontramos huellas cada vez més frecuentes de la participacién de
la mujer en las manifestaciones espirituales de su tiempo, especial-
mente en sus afanes educativos. La tragedia nos revela en su riqueza
cada vez mas abundante de figuras importantes de mujer, que ésta
habia sido descubierta como ser humano, y su derecho a la cultura
es también objeto de discusiones piblicas.2°8 En el cuadro de la cul-
tura intelectual de la mujer trazado por Platén figuran también al-
gunos rasgos mas bien espartanos. Si de sus preceptos descartamos
aquellos que tienden a convertir a las mujeres dellos “guardianes” en
verdaderas amazonas, vemos que el resto corresponde, sobre poco mis
a menos, al ideal que la cultura femenina moderna se esfuerza en
realizar. La aplicacién de este programa no sélo es posible para la
naturaleza femenina, segiin Platon, sino que es, ademas, conveniente
en grado sumo, pues este tipo de educacién fortalece la unidad del
estado, al establecer una unidad completa entre la cultura del hombre
y la de Ja mujer, y, ademas, confiere a los Iamados a gobernar la
superioridad sobre los gobernados que exige de ellos su misién.
SELECCIGN RACIAL Y EDUCACION DE LOS MEJORES
Platén define el estado ideal como gobierno de los mejores. Quiere
expresar con ello un postulado que es conforme a la naturaleza y, por
tanto, absolutamente obligatorio. Debe investigarse, ante todo, la rela-
cién entre esta “aristocracia” en el verdadero sentido de la palabra y
las formas constitutivas de la realidad,??8* pues el concepto de los me-
224 Rep., 454 Ass. 228 Rep, 455 C-D.
226 Rep., 455 E. 227 Rep., 456 B-C.
Cf, Yvo Brus, Vortrage und Aufsitze (Munich, 1905), p. eds “tx couan-
cipacién de la mujer en Atenas.”
228" Rep., 455 Dy
Escaneado con CamScanner