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Roger Cortéz Hurtado

del auge a la descomposición


de un proceso de cambio
BOLIVIA 2013-2021
Esta publicación cuenta con el apoyo financiero de Pan para el Mundo (PPM) es
el resultado de los análisis de coyuntura cuatrimestrales elaborados por Roger
Cortéz entre 2013 y 2021.

Del auge a la descomposición de un proceso de cambio.


Bolivia 2013-2021

D.L.: 4-1-1143-2022
ISBN: 978-9917-605-44-7

© Centro de Estudios y Proyectos S.R.L. (CEP)


Pan para el Mundo (PPM)

c. Muñoz Cornejo 2741


Tel/fax: (591-2) 2415949 – 2420654
La Paz – Bolivia
cep@cep.org.bo
www.cep.org.bo

Primera edición: enero de 2022


Corrección de estilo y cuidado de edición: Patricia Montes R.
Diseño de interior y diagramación: Juan Francisco Taborga
Diseño de tapa: Juan Francisco Taborga

Publicación digital y en físico


Impreso en Plural editores

Las opiniones expresadas en este libro no necesariamente reflejan la posición


de las instituciones auspiciadoras.
Índice

Presentación......................................................................................................... 5
Introducción........................................................................................................ 9
Popularidad a prueba de fuego........................................................................ 13
Identidades censales y desarrollismo como ideología estatal...................... 23
Aguinaldo extra y guerra anti ONG............................................................... 31
“Descolonización” de las FF. AA. y redes de extorsión................................. 37
Cumbre de la hegemonía del MAS................................................................. 45
Triunfo anunciado............................................................................................. 51
Panorama después de las elecciones nacionales............................................ 57
Elecciones regionales: primer desmarque aymara........................................ 63
Triunfo de la certidumbre y la compulsión reeleccionista........................... 71
Anexo.................................................................................................................. 80
El Fondo campesino y la contraofensiva por la reelección.......................... 83
La búsqueda oficial de victoria en el referendo ............................................ 93
La huella del 21 de febrero.............................................................................103
Derrota en el referendo y maniobras para anularla....................................115
Aterrizaje de Trump y despegue de la contraofensiva al 21 F...................129
Recrudece el plan para atropellar la soberanía popular.............................141
Anexo................................................................................................................150
Desarrollismo versus pueblos indígenas......................................................153
Golpe contra la Constitución y la soberanía popular ................................167
Clases medias en debate y la hipótesis de Morales prescindente..............185
Burguesías estatales y la violencia in crescendo...........................................199
Golpe de Estado consumado.........................................................................209
Aires de tormenta............................................................................................221
4

Incendio de bosques y de descontento social..............................................235


La caída.............................................................................................................247
Pugnas sociales y política en era de pandemias..........................................273
Enfermedad y bloqueos..................................................................................283
Triunfo y retorno.............................................................................................291
Fractura aymara en occidente, tráfico de tierras en oriente......................303
Escenarios endógenos y externos ante una estrategia de poder................319
Anexo: referencias noticiosas.........................................................................330
Época de marchas y contramarchas..............................................................339
Anexo de referencias noticiosas....................................................................347
Sobre el autor...................................................................................................353
Presentación

La presente publicación recopila los análisis de coyuntura y prospectiva


que, de manera sostenida e ininterrumpida, difundió cuatrimestralmente
el Servicio de Asesoría y Apoyo (SAA) de Pan Para el Mundo (PPM) en
Bolivia entre 2013 y 2021.
Son los aportes elaborados por nuestro colaborador Roger Cortez Hur-
tado, quien periódicamente nos sacudió con una mirada aguda y profunda
en torno a los diferentes momentos y tendencias del contexto político, so-
cial, ambiental y económico del país. Sus contribuciones, que no compro-
meten a PPM ni al SAA, se orientan a informar sobre el acontecer nacional
y, sobre todo, a aportar a la reflexión y al debate interno tanto de la Oficina
Regional Andina y de la División de América Latina de PPM, como de los
equipos institucionales de las veinte entidades socias de PPM en Bolivia.
Aquí, en el marco de un espíritu plural, democrático y transparente, se
recogen los análisis de coyuntura de los nueve años en los que Roger Cortez
desentraña el complicado panorama nacional en sus diferentes dimensio-
nes. No se trata de un recuento descriptivo de los hechos de cada perío-
do; es, más bien, un permanente esfuerzo de interpretación sustantiva y en
profundidad que hace el autor sobre los hechos y sus tendencias.
El hilo conductor —al que acompañan temas propios de cada coyun-
tura— es la preocupación de que el país se mantenga en una especie de
espiral recurrente de la que no puede salir, a pesar del periodo de bonanza
económica —que alcanzó su cúspide en 2014, año a partir del cual empieza
el declive— y del potencial de la biodiversidad y las oportunidades para
cambiar la matriz productiva.
En varios de sus análisis muestra la permanente campaña electoral con
recursos públicos que se impulsa desde distintos niveles de gobierno; la

[5]
6

continua conflictividad social y política en una insistente actitud de pola-


rización y confrontación para debilitar y destruir al adversario político; la
crisis de la justicia, el control político de los órganos del Estado y la judicia-
lización de la política; la corrupción y el derroche de los recursos y bienes
públicos.
Muestra también las lógicas prebendales/clientelares y de debilitamien-
to de las organizaciones sociales para su sometimiento a la hegemonía del
poder; la continuidad de un patrón de desarrollo de carácter extractivista
y de saqueo de los recursos naturales; las quemas, incendios y deforesta-
ción de amplias extensiones de bosques, particularmente en la Amazonía
y la Chiquitanía, ligadas al avasallamiento de las área protegidas con fines
ligados a la dotación de concesiones mineras a supuestos cooperativistas
y a la ampliación de la frontera agrícola y al tráfico de tierras a través de
colonizadores —mal llamados interculturales, como señala el autor— para
beneficio del agronegocio, controlado por intereses “empresariales”, espe-
cialmente de países vecinos.
Escruta, además, el flagrante debilitamiento de los pueblos indígenas, la
división de sus organizaciones y la presión sobre las tierras comunitarias
de origen (TCO), especialmente de tierras bajas, entre varios otros temas
de emergencia y urgencia en la agenda política, económica, sociocultural
y ambiental del país en el período 2013-2021, tales como los conflictos de
octubre-noviembre de 2019 y el fallo anticonstitucional del Tribunal Cons-
titucional Plurinacional (TCP) que habilitó la candidatura oficialista. El au-
tor caracteriza esa conducta como un auténtico “golpe de Estado”, al haber
reformado ilegalmente la CPE.
Cortez constata la recurrente ausencia, tanto en el oficialismo como en
la oposición, de propuestas de cambio que trasciendan el modelo primario
exportador de nuestra economía. Considera que es un imperativo generar
propuestas renovadas y creativas desde todas las instancias de la sociedad
civil, que constituyen un desafío en tiempos de la incertidumbre causada
por la pandemia de COVID-19 y de la crisis global que vivimos, que con-
duce al planeta a situaciones de mayor riesgo y colapso, en el marco del
cambio climático.
Para la Oficina Regional Andina de PPM y el SAA es una satisfacción
presentar la compilación de estos análisis de coyuntura, que contribuirán a
7

la memoria histórica del país y a la necesidad de mantener la llama viva de


la reflexión y del debate plural y democrático sobre temas sustantivos y de
pertinencia para el futuro de Bolivia y de sus nuevas generaciones.

Lima, Perú y La Paz, Bolivia, diciembre de 2021

Adrian Oelschlegel
Responsable ORA de PPM

José Antonio Peres Arenas


Responsable SAA de PPM en Bolivia
Introducción

Estas páginas nacen de la solicitud de elaborar un documento que inter-


prete la situación coyuntural y el rumbo de nuestro país entre diciembre de
2012 y abril de 2013. En ese momento no tenía la certeza de si se trataría de
un análisis único o de una serie que se extendería por algún tiempo; nunca
llegué a pensar que abarcaría casi una década, como ha ocurrido.
En abril de 2013, cuando se inicia esta colección de análisis, el Mo-
vimiento al Socialismo (MAS) alcanzaba el tope de su popularidad y
aceptación social, vigorosamente arropado por los ingresos fiscales que
proporcionaban una larga racha de precios extraordinarios de nuestras ex-
portaciones y los ajustes favorables a las recaudaciones estatales que intro-
dujo la nacionalización de los hidrocarburos. Tuvo igual importancia para
lograr esa popularidad el cumplimiento gubernamental de los principales
compromisos electorales de su campaña de 2005: una nueva Constitución,
la recuperación del control estatal de recursos naturales y una amplia partici-
pación de sectores sociales mayoritarios, entre los principales.
Sin una real competencia partidista al frente, y en medio de una signi-
ficativa expansión de los ingresos económicos y el ahorro populares, que
marcaban el ritmo de un perceptible descenso de la pobreza y la desigual-
dad, el MAS se sentía dueño del futuro por lo menos durante largos años o,
según algunos de sus dirigentes, por uno o más siglos.
Ninguno de estos jerarcas, convertidos en profetas provisionales, esta-
ba preocupado por los tempranos signos de una honda y persistente des-
composición de las prácticas gubernamentales en las que incurría una gran
cantidad de funcionarios, electos y nombrados. Más bien las alentaban,
distribuyendo dinero y privilegios a manos llenas entre la dirigencia de las
grandes y poderosas organizaciones sociales sobre las que cimentó su po-
der. “Microcorrupción” la llamaría más adelante el vicepresidente.

[9]
10 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

En 2010 el MAS había decidido deshacerse de organizaciones políti-


cas aliadas, como el Movimiento Sin Miedo (MSM), y fortalecer los rasgos
partidistas de su propia organización que, más que como un partido en
su acepción más convencional, actuó y actúa como un conglomerado de
dirigentes de organizaciones sindicales, profundamente arraigados en una
dinámica corporativista de preservación, a rajatabla y por encima de otras
consideraciones, de los intereses y demandas de “su sector”.
Este comportamiento ha esterilizado cualquier intento —si es que en
algún momento lo hubo realmente— de cambiar la forma del Estado, y
ha fortalecido sus características más tradicionales, ratificando cuán equí-
voco es suponer que representa a la sociedad y su tendencia intrínseca a
sectorizarse y sectarizarse, en beneficio de la perpetuación de los grupos e
individuos que copan su mando.
En 2011, con su agresivo comportamiento frente a la marcha de pueblos
del TIPNIS, el MAS optó por excluir a los indígenas del gobierno y del blo-
que de poder, optando por afianzar sus lazos con las organizaciones campe-
sinas y de colonizadores (interculturales). Con su triunfo en las elecciones
de 2014, ambas tendencias se estabilizaron como dominantes.
Al leer estas páginas, cabe tener en cuenta que cada título corresponde a
los hechos más importantes ocurridos durante un cuatrimestre (empezan-
do en abril de 2013). Estos textos, que ya fueron publicados en una escala
reducida y para un público limitado, se han revisado para esta compilación,
y se ha corregido únicamente errores de edición y estilo, dejando intactos
los conceptos de fondo.
El sentido de publicarlos para una circulación más amplia es que permi-
ten reconstruir la evolución histórica del país en la última década a partir
de la experiencia continuamente verificada. La visión que utiliza el autor
puede ser compartida, refutada o repudiada por las lectoras o los lectores;
sin embargo, en cualquiera de esos casos, no les impide beneficiarse de re-
visar una cadena de hechos y de los juicios y apreciaciones que merecieron
en su momento.
Este trabajo no pretende erudición alguna; se basa exclusivamente en
el entrenamiento que proporciona una permanente, detallista y compro-
metida visión del acontecer boliviano y, en especial, del comportamiento
Bolivia 2013-2021 11

de los sujetos sociales colectivos, constructores ciertos de la vida y de la


historia del país.
Puesto que gran parte de los hechos escrutados han podido sucumbir
a la fragilidad de nuestra memoria personal y a su exposición a la vertigi-
nosa sucesión de noticias, es posible que, en ocasiones, valga la pena con-
textualizar una determinada situación mencionada en el texto, cotejándola
con las referencias contenidas en el trabajo o con otros recursos similares.
Seguramente que el esfuerzo adicional valdrá la pena en este intento por
comprender y asimilar mejor nuestro pasado próximo, del que no solo fui-
mos testigos, sino participantes y protagonistas de mil maneras distintas.
Además de los análisis cuatrimestrales, se incluyen algunos anexos o
apéndices sobre cuestiones sobresalientes, o que explican las categorías de
análisis utilizadas y varias veces elaboradas por el autor.
En tal sentido, la perspectiva desde la que se han formulado los análi-
sis y previsiones aquí contenidos parte de considerar al régimen masista
como producto de un proceso constituyente, iniciado en 1990 con la mar-
cha indígena de pueblos del oriente boliviano y que se extendió hasta la
aprobación de la Constitución vigente desde 2009. A su vez, este proceso
constituyente es parte de un nuevo ciclo estatal que arranca con la emanci-
pación campesina de la tutela política que ejerció el Movimiento Naciona-
lista Revolucionario (MNR) sobre esta clase social, desde 1952 hasta finales
de la década de 1970.
Los análisis de coyuntura aquí contenidos se fundan en un esfuerzo
por entender los acontecimientos a partir de la movilización de sujetos so-
ciales como los pueblos, las clases sociales o sus fracciones, antes que del
comportamiento de dirigentes o “personalidades”, sean estos considerados
“héroes” o “villanos”. La primera es la aproximación que prevalece en el
tratamiento noticioso o de buena parte de la historiografía.
Queda claro que las intervenciones individuales pueden ser decisivas,
pero, al final, serán verdaderamente inteligibles cuando se las considere
como componentes de un cuadro mucho más amplio y complejo que nos
sobrepasa a todos en tanto que personas aisladas, sin importar nuestros
dones, virtudes o fallos.
La ruta propia que construimos bolivianos y bolivianas transita en esta
época por caminos insospechados e insospechables, y que nos condicionan
12 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

igual que al resto de la humanidad. El más constante y decisivo, pero toda-


vía ampliamente subvalorado, resulta de la huella que hemos impreso con
nuestra obsesiva búsqueda de una forma particular de “desarrollo” que ha
conseguido situar como la fundamental la contradicción entre humanidad
y naturaleza, después de que durante siglos este sitio lo ocuparan las con-
tradicciones internas de la sociedad humana.
El otro conflicto, enredado con el anterior y dependiente de aquel, es la
explosión de la primera pandemia de este siglo, que exhibe sin piedad la
fragilidad de nuestros logros materiales, vapuleando, como no había ocu-
rrido antes, nuestra confianza en la ciencia y en la tecnología y, por lo gene-
ral, en el conjunto de nuestros conocimientos acumulados.
Ambos problemas amenazan la continuidad de nuestra especie y el con-
junto de la vida misma sobre el planeta. Si no conseguimos entrelazar la
resolución de problemas crónicos muy propios, como el racismo, la po-
breza o el caudillismo (y no solo el político), con la atención de los que son
comunes a toda la humanidad, es más que dudoso que podamos resolver
cualquiera de ellos, así sea pasajeramente.
La mejor base con que contamos para enfrentar tales retos es rescatar
y, si fuera posible, aglutinar la resiliencia de nuestros pueblos, que no solo
han resistido y se han sobrepuesto a tan variadas y perversas formas de
opresión y colonialismo, sino que avanzan incansablemente, consolidando,
local y universalmente, el reconocimiento de su presencia, su fuerza y va-
lor, como sujetos clave para resolver los más acuciantes conflictos de este
crucial momento.

Roger Cortéz Hurtado


Diciembre de 2021
Popularidad a prueba de fuego

Si en 2012, e incluso antes, la oposición partidista denunció la “campaña


electoral permanente” que le atribuye al MAS, en este 2013 todos los ac-
tores políticos parecen embarcados en prepararse para las elecciones de
octubre de 20141.
Por eso, si se busca un asunto que haya dominado la escena informativa
en este primer semestre, se impone por volumen e intensidad la confirma-
ción de una nueva reelección de Morales y García.
Incluso en estos días en que el flujo informativo se concentra alrededor
del estruendoso forcejeo entre autoridades y la Central Obrera Boliviana
(COB), una avanzadilla de francotiradores mediáticos del bando oficial
ha estado hostigando a los dirigentes cobistas, afirmando que convocan
y organizan la protesta “para lanzar y promocionar publicitariamente al
partido”2, que ha decidido constituir la central sindical imitando los pasos
asumidos en 1995 por quienes crearon el “instrumento político”, hoy con-
vertido en partido gobernante.
Lo notable de la presente oleada de reclamos callejeros y cortes de ruta
es que no se origina en reivindicaciones salariales, puesto que en esta
oportunidad se aceptó el 8% de incremento ofrecido por las autoridades,
siempre con rezongos de insatisfacción, pero después de una negociación
relativamente breve y con menos incidentes callejeros que en otras opor-
tunidades.

1 Aunque al momento de editar y entregar este material se mantiene todavía la convocato-


ria para diciembre, lo más probables es que se apruebe la iniciativa del Tribunal Supremo
Electoral de adelantarlas dos meses, en previsión de que pudiera darse una segunda vuelta.
2 Véase: https://uit-ci.org/index.php/2013/03/10/bolivia-gran-congreso-convocado-por-la-
cob-funda-el-partido-de-los-trabajadores/

[13]
14 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Saldos acumulados
La posibilidad de aglutinar fuerzas y motorizarlas en una escalada importan-
te, como la que se ha observado este mes, con la consigna de aumentar las ju-
bilaciones, puede revelar algunas cuestiones poco analizadas y discutidas por
los medios de difusión masiva. Habitualmente, aquí como en otros países, las
demandas referidas a jubilaciones convocan casi exclusivamente a jubilados
y a sus beneficiarios. Es excepcional la participación asidua y entusiasta de
otros grupos, como acontece aquí, excepto cuando se anuncian recortes, que
es lo que ha sucedido recientemente en España y en otros países europeos.
Según la masiva campaña propagandística que sostiene el gobierno, en
Bolivia los montos cobrados por “cerca del 80% de los trabajadores asala-
riados se han incrementado con la nueva ley de pensiones”3. En contra-
partida, la posición de los sindicatos es que “Todo el ahorro del trabajador
con más de 30 años de contribuciones continuas no alcanza para cubrir
[pagar] lo que señala la Ley de Pensiones vigente: una pensión de jubilación
equivalente al 60% del referente salarial del trabajador”. “El resultado es
que las rentas que ofrecen las actuales administradoras de pensiones, casi
en la totalidad de los casos, no llegan al porcentaje fijado por ley, sino a un
promedio cercano al 40%”4.
Cuanto más reales las afirmaciones oficiales, más difícil de comprender
resultaría el movimiento de protesta. Lo cierto es que si se considera el historial
de conflictos del país, así como la experiencia —bastante generalizada— de
que no es fácil agendar el tema de las jubilaciones como tema principal,
y menos todavía como el único5, que es lo está pasando, tiene sustento la
hipótesis de que lo que hay por detrás del reclamo explícito es un clima de
malestar más o menos generalizado entre grandes grupos de asalariados.

3 Vicepresidente del Estado, entrevista-exposición, TVB, 19 de mayo 2013.


4 La afirmación es del CEDLA, una ONG especializada en temas laborales, y coincide con
lo que señalan dirigentes de la COB, federaciones y sindicatos diversos. Véase http://www.
cedla.org/content/2933
5 No me refiero a los jubilados, sino al universo de trabajadores activos contribuyentes,
que difícilmente llegan a las calles por una cuestión que empieza a preocuparles cuando se
acerca el momento del retiro laboral, según lo han medido múltiples encuestas en países
donde se ha encarado reformas de la seguridad social. Al respecto, véase R. Acuña, Fondos
de pensiones: Información, educación, cultura previsional y Asesoría entregada a los afiliados,
Serie Regulaciones Comparadas, Santiago de Chile: FIAP, 2011.
Bolivia 2013-2021 15

Se trata, por una parte, de una disminución de la capacidad adquisiti-


va de los salarios6, escondida por la subestimación del índice inflaciona-
rio que aplica el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y, por otra, de la
precarización de las condiciones laborales. Estas condiciones afectan a un
numeroso grupo de nuevos empleados públicos, contratados como “con-
sultores” —y, por tanto, sin ninguno de los beneficios de los trabajadores de
planta—, así como a una cantidad considerable de asalariados que trabajan
en actividades informales7.
Otra importante fuente de insatisfacción proviene de la acumulación
de conflictos, muchas veces provocados por el propio gobierno, resueltos a
medias y sometidos a treguas forzadas, como ha pasado con los trabajado-
res de Salud o con los policías. El intento de cercenar una conquista laboral
de los primeros inició, por iniciativa de las autoridades, una intensa batalla
que ahora atraviesa por un largo paréntesis en el que se realizan “cumbres
de Salud”, en tanto que los policías se quejan de una desatención crónica de
sus reclamos y de un trato despectivo, que contrasta con los privilegios que
reciben las FF. AA.

Redes y enredos
A pesar de que el jefe de Estado cosecha índices de aprobación elevados,
es ostensible que la confianza y la credibilidad de la administración están
debilitadas por una prolongada sucesión de denuncias y evidencias de co-
rrupción.
Las “barcazas chinas” y la adquisición de maquinaria para Papelbol han
estado en vitrina en los meses previos, exhibiendo pérdidas millonarias,
pero modestas en comparación con las que se sospecha que han ocurrido
con el paquete de 2.400 millones de dólares para contrataciones de Yaci-
mientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), cuyo responsable máximo
fue apresado accidentalmente.

6 Silvia Escobar y Bruno Rojas, Situación de los derechos laborales en Bolivia, La Paz:
CEDLA, 2010; también véase Enrique Velazco, Excedente bruto y remuneraciones, La Paz:
INASET, 2011.
7 CEDLA, op. cit.: 26.
16 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Sin embargo, este año sobresale el develamiento de una o de un con-


junto de redes de extorsión, enclavadas en centros neurálgicos del Estado.
Personeros clave del Ministerio de Gobierno están presos bajo el cargo de
dirigir dichas redes y beneficiarse con extraordinarios e ilícitos beneficios.
Sin embargo, a pesar de su reclusión, exhiben señales de que acceden a
información privilegiada8, y tal vez todavía cuenten con una importante
influencia.
Son iguales o mayores las consecuencias de las denuncias contra el fis-
cal responsable de los llamados casos “terrorismo” I y II, debido a la alta
renta política que le significaron al gobierno. La “victoria militar” a la que
se refiere la teoría oficial “tras el desbaratamiento del separatismo armado
organizado por el grupo La Torre” 9, se fundamenta en la trama que debían
dilucidar los mencionados casos judiciales.
Las primeras denuncias de que los extranjeros acusados de encabezar
la célula armada murieron ejecutados y no en un enfrentamiento se han
visto reforzadas por grabaciones de audio, que confirman que los fiscales
del caso actuaron al compás de las ordenes políticas del Ejecutivo. Además,
proliferan las quejas respecto a que los encargados de la investigación se
enriquecieron chantajeando a imputados y sus familias.

Ruta de una frustración colectiva


La ciudad de Santa Cruz de la Sierra es, con certeza, donde los hechos rela-
cionados con estas redes de extorsión tienen más impacto, porque la mayor
parte de las reales y presuntas víctimas de estas mallas político-delictivas
radican allá. Sin embargo, los ecos de la decisión del Tribunal Constitucio-
nal Plurinacional (TCP) autorizando una nueva reelección del presidente y
su vice tienen impacto nacional, y afectan la reforma estatal más allá de los
cuellos de botella que hoy la sofocan.

8 Alude a la denuncia, apoyada en pruebas documentales, de una senadora respecto a que al


menos uno de los encausados tenía datos precisos sobre quién sería elegido a la cabeza del
Ministerio Público. http://www.la-razon.com/ciudades/seguridad_ciudadana/Senadora-
Gonzales-Fiscal-General-favores_0_1828017242.htm
9 Álvaro García Linera, Las tensiones creativas de la revolución: la quinta fase del Proceso
de Cambio, La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional, 2011. https://www.bivica.org/
files/tensiones-creativas.pdf
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La evaluación de Cusi, el magistrado del TCP10 que obtuvo la mayor


votación en las elecciones judiciales, sobre los efectos de la sentencia que
habilita la re-reelección no ha merecido hasta ahora reacciones de voceros
oficiales. Sin embargo, estos mismos voceros no ahorraron adjetivos para
desautorizar a la expresidenta de Diputados de la gestión pasada, que cali-
ficó el fallo como inconstitucional11.
La exuberante satisfacción oficial ante el pronunciamiento de los tribu-
nos no sopesa el daño que produce el debilitamiento del crédito público
del TCP, conquistado por esta instancia con algunas sentencias previas que
enmendaron algunos yerros mayores, como la destitución de autoridades
elegidas por una simple acusación formal.
Su entusiasmo le impide entender que las señales de un aparato judicial
deforme y arbitrario impactan inclusive entre sus más fieles adherentes y,
seguramente, contribuyen en alguna medida a alimentar diversas expre-
siones de protesta, incluyendo la que se ha comentado al principio de este
documento.
La sentencia del TCP engrosa el flujo diario de datos que llevan a la
población a sentirse desprotegida ante el crimen y las injusticias. Y es que
demasiados policías aparecen demasiadas veces asociados con delincuen-
tes o protagonizando delitos ellos mismos, mientras que fiscales y jueces,
antiguos y nuevos, no dejan de exhibir su predisposición a inclinarse ante
el dinero y el poder.
A ello se suma la pérdida de confianza colectiva que trae la decisión del
TCP, que muestra una radical impotencia de este Tribunal para atender la
sentida demanda social de construir una administración de justicia impar-
cial y autónoma.

10 “Prácticamente hemos perdido esa cualidad de ser Tribunal, ahora todo el mundo habla
mal contra el Tribunal Constitucional, y eso que nos ha costado construir la imagen, pero
lamentablemente por una sentencia hemos destruido todo” (Gualberto Cusi, entrevista en
radio Fides, La Paz, 16 de mayo de 2013).
11 El artículo 168 de la CPE vigente desde 2009 establece que presidente y vicepresidente
pueden ser reelegidos una sola vez de manera continua, y su disposición transitoria primera,
inciso II, que: “Los mandatos anteriores a la vigencia de esta Constitución serán tomados en
cuenta a los efectos del cómputo de los nuevos periodos de funciones”.
18 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Reinado de la aritmética
Es cierto que, a estas alturas, no hay motivo para sorprenderse por el com-
portamiento del Ejecutivo, ya que, desde la elección de los magistrados a
fines de 2011, quedó de manifiesto que había hecho lo posible para ase-
gurarse la sumisión de estas autoridades judiciales electas, tal como antes
había dejado claro que replicaría y reforzaría los tradicionales mecanismos
de domesticación de los fiscales, indispensables en la hora de montar una
persecución judicial a gran escala contra enemigos, rivales, competidores,
disidentes o críticos.
La dureza con que actúa en este plano el partido gobernante se apoya,
por una parte, en el legado ideológico del sindicalismo revolucionario y de
muchas organizaciones de izquierda que se han asimilado al MAS-IPSP.
Por otra, posiblemente más importante, en el sentimiento de invulnera-
bilidad que le reporta una sucesión de victorias electorales, que en apenas
siete años se traduce en un 500% de incremento de electores (de los 581.800
obtenidos en 2002 a los 2,8 millones que lo respaldaron en la reelección de
2009) y en la evidencia de que la intención de voto se inclina nítidamente a
su favor, frente a la marcada debilidad de sus competidores.
Ese cálculo supone que es automáticamente legal, justo y legítimo cual-
quier hecho que respalden sondeos o encuestas. La realidad, siempre más
rica y compleja, muestra que la preferencia electoral de un ciudadano por
una opción válida en un futuro próximo no anula su capacidad de entender
que la Constitución prohíbe la reelección continua por más de una vez12.
Es más, que sus simpatías o inclinaciones electorales no lo privan de expe-
rimentar una profunda frustración por el desempeño de la administración
de justicia, que se mantiene igual o peor después de varios años de prome-
sas, reformas constitucional y legal, elección de magistrados y otros actos y
símbolos de renovación y cambio.
La solidez de la convocatoria gubernamental se asienta, en primer lugar,
en el profundo sentimiento de identidad cultural y étnica entre el presidente

12 Tal presunción omite la clara evidencias de la gran selectividad de los electores bolivia-
nos, que en 2005 y en 2010 demostraron que más de un tercio de quienes respaldan al MAS
en votaciones nacionales pueden —inclusive en el mismo día, como ocurrió en diciembre de
2005— votar por una opción distinta, eventualmente contraria, en los comicios regionales.
Bolivia 2013-2021 19

y una porción significativa del electorado13. En segundo lugar, en la simbo-


logía del encuentro indígena-no indígena que refleja el binomio que enca-
beza el gobierno y, en tercer lugar, en un rango igualmente importante, en
el récord de cumplimiento de compromisos contraídos con su base social.
La Asamblea Constituyente y la reforma integral de la CPE, la recupera-
ción del control estatal de recursos naturales, la redistribución de una parte
del excedente —proveniente del alto precio de las materias primas exporta-
das— a través de bonos selectivos y subsidios, la sustitución de una porción
considerable de ejecutivos y gerentes estatales por personal reclutado de
sectores populares, la denuncia y penalización del racismo y la discrimi-
nación, la construcción de plantas separadoras de gas, el incremento de la
participación femenina en responsabilidades públicas, la interpelación a la
dominación regional por EE. UU., la extensión de redes domésticas de gas
natural y la política frente a Chile son algunas de estas realizaciones.
El presidente Morales y su partido han conseguido con ellas una acu-
mulación política que se mantiene aparentemente intacta, pese:
• a su intento de aplicar un “gasolinazo” que igualaba los precios
de los combustibles en el país con los de la ciudad de Nueva
York14;
• al despliegue de miles de conflictos sociales anuales por año;
• a la represión abierta y sistemática contra movimientos sociales,
como los que impugnan en el TIPNIS;
• a la ruptura frontal entre el relato proambiental del gobierno y
su reiteración de prácticas desarrollistas rudimentarias y pre-
datorias;
• al reparto ilegal y arbitrario de recursos naturales —incluyendo
tierras fiscales y yacimientos mineros— entre sus allegados.

13 Dicha franja abarca entre un tercio y un 40% de votantes, considerados —de manera
más o menos reservada por dirigentes del MAS— su electorado cautivo. Está compuesto
principalmente por la mayor parte de la población campesina (incluidos, en primer tér-
mino, todos los colonizadores, y en especial los cocaleros), los cooperativistas mineros y
transportistas, junto con una mayoría de pequeños comerciantes y el apoyo de pequeños
(pero económicamente poderosos) grupos de empresarios que provienen de estas franjas
populares, y que están muy bien representados en el Ejecutivo y Legislativo.
14 Las protestas en diciembre de 2010 impidieron que la medida se consolide.
20 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Sin embargo, la baja de aprobación que se ha dado en los peores conflic-


tos se desvanece en pocas semanas. En este momento, cuando estamos por
cumplir los siete años de su primera elección, su aprobación se aproxima a
los dos tercios (entre el 59% y el 60% en abril).
En este año han continuado acumulándose evidencias de que el gobier-
no ha decidido frenar las reformas constitucionales más novedosas, como
la descentralización, las autonomías, el control social o una pluralidad eco-
nómica que vaya más allá del reconocimiento pasivo de que en Bolivia, tal
como en muchos otros países, coexiste una diversidad de relaciones eco-
nómicas.
El ritmo de las estatizaciones ha decaído, pero eso no descarta que pue-
da decretarse alguna sin anuncio previo, siempre que cumpla con el requi-
sito de lograr buenos réditos electorales.
También se han extendido las rupturas gubernamentales con secto-
res populares, como los indígenas de tierras bajas y los obreros mineros
e industriales (que representan menos de un tercio de todos los asalaria-
dos). También se ha desatado una guerra de baja intensidad contra algunas
ONG15 (especialmente con las que han estado trabajando con indígenas y
defensa ambiental), lo que ha incrementado la severidad de la reglamenta-
ción de su funcionamiento.
Entre tanto, se ha consolidado una serena cohabitación con grandes
grupos empresariales de las finanzas, con agroexportadores y ganaderos de
la zona oriental y con consorcios petroleros y mineros.
La violencia callejera ha avanzado con la incursión de sicarios; hay seña-
les de que grupos criminales extranjeros16 estarían buscando establecerse
en Bolivia.

15 El antioenegismo se relaciona con el hecho de que el gobierno conoce, por experien-


cia propia, la importante influencia de estas instituciones en un sistema de representación
política en el que los partidos comparten su papel y responsabilidades con organizaciones
sociales y corporativas, tanto como con instituciones sin fines de lucro. No es por nada que
una proporción considerable de ejecutivos gubernamentales han sido reclutados de ONG.
Se trata de una suerte de guerra preventiva contra una fuente de incubación de competidores
individuales y de referentes para sectores de la opinión pública muy activos.
16 Principal, pero no exclusivamente, el Primeiro Comando da Capital brasileño (PCC).
Bolivia 2013-2021 21

Frente a toda esta situación, la tendencia central es a que, entre tensio-


nes y sobresaltos, el gobierno preserve su capacidad de control y mantenga
una importante opinión favorable, apoyado en lo que se ha explicado más
arriba, y en el temor, incluso entre algunos que lo desaprueban, a que en su
ausencia los problemas se agravarían.

Mayo de 2013
Identidades censales y desarrollismo
como ideología estatal

No es Bolivia el primer país en el que se presentan problemas debido a


los resultados de un censo1 (el Censo Nacional de Población y Vivienda
– CNPV, de 2012), pero es posiblemente el único en el que las protestas
de este origen alcanzan una intensidad que las lleva hasta la calle, como
ocurrió en la ciudad de La Paz el pasado 11 de septiembre, convirtiendo
esta cuestión en la más importante del último cuatrimestre y en uno de los
principales ejes de disputa de los siguientes meses.
La principal causa de esta poderosa y peculiar reacción ante la actualiza-
ción de los datos demográficos del país es la reducción del flujo de fondos
fiscales a las localidades en que se habría producido un estancamiento o
una reducción de pobladores. La segunda es que también puede implicar
un recorte de su número de representantes ante la Asamblea Legislativa
Plurinacional.
Además de lo mencionado, este censo trae una contradicción muy lla-
mativa: el bajo porcentaje (40%) de quienes declaran pertenecer a “alguna
nación o pueblo originario campesino”, frente al 62% se autoidentificaban
como tales en el censo de 2001. La importancia de esta modificación tiene
que ver con que CPE declara en su artículo 2 que:
Dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indíge-
na originario campesinos […] se garantiza su libre determinación

1  En Chile, donde se detectó una omisión censal del 9%, el presidente salió a pedir perdón
por los errores, se declaró indignado por ellos y abrió la posibilidad de repetir el censo.
Véase: http://www.latercera.com/noticia/politica/2013/08/674-536898-9

[23]
24 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

[…] que consiste en su derecho a la autonomía, al autogobierno, a


su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la consolida-
ción de sus entidades.
Es decir que se los considera el sujeto central de la transformación y de
la plurinacionalidad del Estado, lo que habría llevado a algunos de los que
antagonizan con los cambios y la nueva denominación estatal a suponer
que ambos tambalearían a consecuencia de estos nuevos datos de autoper-
tenencia.
Sin embargo, tales conclusiones son extremadamente simplistas o ten-
denciosas porque olvidan que la autoidentificación presenta un dinamismo
extraordinario, vinculado a tácticas y estrategias de sujetos sociales colec-
tivos, como lo prueba el hecho de que la autoidentificación indígena trepó
al 71% el año pasado, según el reporte de la Universidad de Vanderbilt, que
detecta simultáneamente un nivel de autoidentificación como mestizo de
un 76% de los encuestados.
Lo que verdaderamente bloquea, y eventualmente puede cerrar el paso
a la culminación de la reforma estatal, es la voluntad del gobierno de seguir
mezquinando el avance de la descentralización y las autonomías y, por
encima de todo, la ruptura de la alianza entre indígenas campesinos y no
campesinos, fomentada también desde la cúpula estatal. De modo que el
problema no estaría en las fluctuaciones estadísticas de la autoidentificación.

Justicia, cárceles y muerte


La matanza de unos 35 internos de la cárcel de Palmasola, ocurrida el 23 de
agosto, impacta de manera directa sobre un grupo relativamente restrin-
gido de personas que pertenecen, además, a círculos habitualmente poco
influyentes. Sin embargo, la extrema violencia y la seriedad de los hechos
ha tenido mucho eco y ha colocado sobre la mesa el debate público de va-
rias cuestiones.
Las declaraciones —y en cierta forma, las actuaciones— de las principa-
les autoridades frente a los acontecimientos tienen un tono más cercano al
de una asociación de voluntarios o de miembros de alguna iglesia; es decir,
de instituciones ajenas a los acontecimientos y, desde luego, sin ninguna
responsabilidad sobre su desencadenamiento. Con ello tratan de soslayar
Bolivia 2013-2021 25

el hecho de que, durante los siete años de esta gestión gubernamental, y


los dos que cumple en breve su reforma judicial, no solo la situación de las
cárceles mantiene intactos todos los vicios del pasado, sino que estos han
empeorado en varios aspectos.
En Palmasola, por ejemplo, el escándalo que desencadenó la catástrofe
de agosto puso al descubierto cómo pequeños grupos de reos controlan el
recinto carcelario —constituyendo quizás la primera autonomía plena y
efectiva que se vive en el país—, ante la indiferencia de sus custodios, cuan-
do no de su abierta complicidad.
La ausencia de cambios en esta esfera afecta a mucho más que al 85% sin
sentencia de las casi 12.000 personas encarceladas2. Y es que los ciudadanos
en general se sienten a merced de la Policía, el Ministerio Público y los jue-
ces, quienes, antes que representar al sistema de justicia nacional, son parte
de un círculo que aterra por su arbitrariedad, venalidad y predisposición
a extorsionar a cualquiera que caiga en sus manos, ya sea para denunciar,
reclamar justicia o defenderse3.
Este sentimiento de desprotección se fue agudizando por el frecuente
develamiento de actividades criminales que involucran a altos jefes y
oficiales de la Policía4 y por la acción abiertamente discrecional de fiscales,
que rotan con enorme velocidad en sus cargos y que frecuentemente son
destituidos por graves irregularidades en el cumplimiento de sus funciones.
En el primer artículo de esta serie de análisis se ha afirmado que, pese
a las reiteradas y cada vez peores señales de corrupción e impunidad, los
estudios de opinión no detectan variaciones significativas en los índices de
aprobación al gobierno por la población. Sin embargo, experiencias previas

2  Véase: https://www.opinion.com.bo/articulo/cochabamba/%EF%BB%BFmora-judicial-
afecta-85-reclusos/20130903013800447124.html
3  De acuerdo a estudios seriados actualizados en 2012, la confianza de la ciudadanía
boliviana ocupa el puesto 23 de un total de 26 países americanos estudiados, respecto a su
sistema de administración de justicia (Daniel Seligson et al., Cultura política en democracia
2012: Hacia la igualdad de oportunidades, Cochabamba: LAPOP, 2012).
4  En las tres últimas semanas un jefe anticorrupción de esa institución y los responsables
de la lucha contra el crimen fueron sorprendidos en flagrancia, el primero por el FBI en
Miami, los otros dos en El Alto por sus camaradas. Mientras que los principales exasesores
jurídicos del Ministerio de Gobierno, juzgados bajo acusación de haber montado redes para
extorsionar a opositores perseguidos, insisten en denunciar a las principales autoridades
gubernamentales de estar implicadas en tales actos.
26 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

de sucesos tan serios como los mencionados operan cambios en la actitud


del público, eventualmente silenciosos durante plazos prolongados, pero
que a la larga estallan.

Fugas, omisiones y contrastes internacionales


Si ante hechos como el sucedido en Palmasola el gobierno opta por apa-
rentar prescindencia y candor, se ha cuidado mucho de actuar con firmeza
e implacabilidad ante sus enemigos, como bien saben los dirigentes indí-
genas, que tienen tras sus pasos a un escuadrón de fiscales con órdenes de
apremio, bajo severos cargos por haber castigado físicamente al represen-
tante de CONISUR, un impulsor destacado del plan oficial de la carretera
a través del TIPNIS.
Precisamente por tales antecedentes, la fuga del senador Pinto —hasta
entonces refugiado en la embajada de Brasil— apenas tres días antes de la
tragedia de Palmasola, amplifica la percepción de debilidad e impotencia
estatal ante ciertas cuestiones. Con mayor razón cuando las autoridades
han sido burladas por segunda vez5 y sus pedidos de que los prófugos sean
devueltos por los países donde buscaron refugio han sido rechazados por
segunda vez.
La huida del opositor sirvió, además, para sacar a la luz pública que las
autoridades bolivianas, que denunciaran vigorosa y exitosamente el acoso
contra el presidente por varias potencias europeas, habían incurrido en
acciones similares, aunque de menor escala, al revisar naves diplomáticas
brasileñas bajo el argumento de que en ellas podía encontrarse el exsenador
Pinto.
A pesar de las expresiones de molestia de la presidenta de Brasil por la
manera en que actuaron algunos de sus representantes diplomáticos en el
caso del opositor boliviano —acusado por el oficialismo en varios proce-
sos judiciales—, el que le hayan otorgado refugio aporta su propia cuota
de desgaste a la credibilidad de imputaciones y procedimientos judiciales
llevados adelante por miembros del gobierno6.

5  Poco antes, el exgobernador de Tarija huyó a Paraguay.


6  Opera en el mismo sentido la insistencia gubernamental, y particularmente la del pre-
sidente, de cargar sobre las espaldas de ONG (en este caso, las especializadas en derechos
Bolivia 2013-2021 27

La victimización del jefe de Estado y la amplia y sincera solidaridad


que atrajo el hostigamiento que sufrió de parte de “potencias democráti-
cas” se desportilla ante la acumulación de antecedentes que muestran un
divorcio entre sus denuncias y las prácticas en que incurre en la política
doméstica.

Obras con orientación proselitista


El que Bolivia mantenga una posición económica rezagada en el continen-
te, pese al evidente ensanchamiento de sus ingresos y al volumen general
de su economía, no afecta la amplia aceptación interna de la política eco-
nómica oficial. Entre otras cosas, porque además de que gran parte de la
población ignora ese dato o le resulta indiferente, celebra la ampliación de
planes sociales, subsidios y subvenciones, así como el masivo incremento
de los ingresos fiscales, provenientes de la recuperación de empresas esta-
tales y de los buenos precios de los productos de exportación.
La capitalización de esa buena voluntad pública ha sido explotada por el
gobierno, que se esmera en ensancharla cada nuevo día, para así mantener
y ampliar la importante distancia con sus rivales que muestran las encues-
tas sobre intención de voto. Según la mayor parte de ellas, si las elecciones
se dieran de inmediato, el MAS obtendría una votación mayor a la suma de
sus dos más inmediatos competidores y muy próxima a la que obtuvo en
2005 (que no en 2009).
El financiamiento de grandes obras públicas, con masivas inversiones
(1.400 millones de dólares para una represa en Santa Cruz; 300 millones
de dólares para el satélite Túpac Katari; 260 millones de dólares para el
teleférico de La Paz, etcétera, etcétera) es parte de tal estrategia, que apa-
rentemente no sufre menoscabo por las grandes pérdidas en negocios tales
como el montaje de fábricas, importación de maquinarias y otras que se
conocen hasta ahora.

humanos) la supuesta culpa de obstruir la formación física de los militares, puesto que estas
se movilizan y denuncian maltratos, torturas y asesinatos en cuarteles. Estas declaraciones
presidenciales se repiten periódicamente; la última vez, el mes pasado, cuando en unos actos
militares acusó de traicionar a la patria a los jefes militares que en 2005 entregaron misiles
a EE. UU.
28 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Además, también se prodiga al incrementar ventajas y obsequios a algu-


nos de los sectores sociales que lo apoyan de manera más militante, como
los llamados cooperativistas mineros7, a quienes está transfiriendo más
áreas de reservas minerales, avaluadas en miles de millones de dólares.
Lo más nocivo de este modo de asegurarse lealtades es el poderoso
estímulo a un fortalecido corporativismo, que ya se ha manifestado va-
rias veces en enfrentamientos entre sectores populares por copar o mo-
nopolizar la captura de rentas provenientes de la extracción de recursos
naturales.
La intensificación de las presiones sobre ONG —no únicamente las que
trabajan con DD. HH., sino varias que trabajan con indígenas y medio am-
biente— avanza con los aprestos electorales, como si algunos altos funcio-
narios temiesen que sus competidores políticos se beneficien de un respal-
do similar al que ellos percibieron en los años de formación del MAS. Esta
actitud desconfiada y muchas veces agresiva se manifiesta en el coercitivo
proceso de negociación de nuevos convenios, en el que las ONG sospe-
chosas corren el riesgo de ver cancelada su personería, ya que desde los
círculos oficiales se las ve y trata como competidoras y/o rivales del sistema
de representación política.
Ante la aceleración de los aprestos electorales oficiales, los opositores
han respondido estas últimas semanas estructurando coaliciones de am-
plio espectro —es el caso de Unidad Nacional con el Frente Amplio— y
combinando alianzas con elecciones internas —como lo hace el Movimien-
to Sin Miedo—.
Estas iniciativas refuerzan la sensación de que el partido oficialista en-
frentará a varios oponentes, sin que cristalice ningún proyecto de cohe-

7  Los cooperativistas constituyen un amplio sector en el que, bajo una sola identidad, se
confunden pequeños grupos de dirigentes que operan como patrones y, eventualmente,
como beneficiarios de las mayores ganancias de las cooperativas. Debajo de ellos se ubica
una capa de capataces, que ostentan algunos privilegios, y una amplia masa de trabajado-
res asalariados con ingresos precarios y casi ningún beneficio, pero que parecen asimilar-
se plenamente a la identidad única, sin reparar en las importantes y crecientes diferencias
internas. Distinciones similares se verifican en otros sectores, con características propias y
diferenciadas, como el de los cocaleros, en que las líneas de distinción se expresan en torno
a la distinta capacidad para contratar crecientes cuotas de asalariados —especialmente para
la cosecha—, la experticia comercial y los contactos comerciales, así como la influencia y el
prestigio sindical y político.
Bolivia 2013-2021 29

sión de las principales fuerzas opositoras. Dicha tendencia se afianza ante


la falta de evidencias que indiquen que un proyecto unificado pueda atraer
una mayor cantidad de votos que la que convocan ahora, por separado, sus
potenciales adherentes.
De este modo, cuando faltan 15 meses para las elecciones nacionales,
no hay señales de que en esos comicios pueda estar en juego un cambio de
titulares del gobierno, incluso si los actuales pierden las dos terceras partes
que hoy controlan el Legislativo.
La firmeza de esta tendencia aparentemente solo podría ser socavada
por un vuelco adverso, inesperado y espectacular de la situación económi-
ca, un nuevo gran paso en falso oficial, como el gasolinazo de 2010, o una
exacerbación súbita y muy seria de sus contradicciones internas.
Pero, inclusive en un escenario de tal naturaleza, las fuerzas opositoras
se enfrentarían a desafíos extraordinarios, ya que si alguna o dos o más
coaligadas entre sí llegaran a ser gobierno, necesitarían una estrategia —
hoy por hoy completamente inexistente— para lidiar con la formidable
oposición del actual partido oficial, coaligado con casi toda la dirigencia
de organizaciones sociales y, además, ampliamente arraigado en posicio-
nes clave del Estado, donde, con solo formalizar nombramientos con su
actual ventaja en las Cámaras, se asegura copar tales espacios (empresas
estatales, contraloría, aparato judicial) por varios años.

Agosto de 2013
Aguinaldo extra y guerra anti ONG

Las autoridades bolivianas mantienen fresca e intacta su capacidad de sor-


prender y descolocar al público y, especialmente, a sus adversarios, como
ha vuelto a probarse con la promulgación del decreto que obliga a todas
las empresas legalmente registradas (públicas y privadas) a pagar un agui-
naldo adicional al vigente1 cada vez que el crecimiento interanual del PIB
iguale o supere los 4,5 puntos porcentuales.
Dicha decisión impacta sobre varios campos, y hasta ahora parece supe-
rar la capacidad de los críticos para abarcarla en sus múltiples dimensiones.
Por lo pronto existe un amplio consenso respecto a que esta disposición,
que busca ventajas electorales, incrementará la inflación en una medida di-
fícil de anticipar, y que pondrá en apuros a un amplio espectro de empresas
medianas y pequeñas, así como, ciertamente, a muchas ONG, aspecto este
último del que me ocuparé más adelante.
En el espacio electoral, el beneficio que espera cosechar la administra-
ción masista es el aporte contante y sonante que deberán cotizar muchos de
los funcionarios agraciados con él.

Artillería pesada
Más importante que lo anterior es que este segundo aguinaldo implica un
esfuerzo para atender diversas señales de descontento de los asalariados,
cuya participación neta en el reparto de beneficios de los ingresos extraor-
dinarios del país ha quedado rezagada en comparación con los empresarios

1  Así tenga un carácter esencialmente retórico, este aguinaldo extra se trata probablemente
de la primera propuesta del gobierno que podría caracterizarse como anticapitalista (aun-
que victimice eventualmente a los representantes más débiles y precarios de este modo de
producción).

[31]
32 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

y grupos como cooperativistas, campesinos ricos, comerciantes importa-


dores, transportistas y otros que componen el núcleo principal del nuevo
bloque de poder.
La decisión política de endulzar las relaciones con los asalariados se ra-
tifica con la advertencia presidencial de determinar el traspaso obligatorio
a manos de los trabajadores de los activos de aquellas empresas que re-
húsen pagar el aguinaldo adicional2.
Esta amenaza buscaría diluir la noción de que la transferencia neta de
los excedentes extraordinarios capturados por el país en estos años de bue-
nos precios de los exportables se ha canalizado principalmente en benefi-
cio del sector patronal, con un retroceso relativo de la participación de los
trabajadores, pese a los incrementos salariales y al avance del mínimo sala-
rial3. Si lo consigue, se aproximará a su meta de afianzar el apoyo electoral
de trabajadores desencantados con el “proceso de cambio”.
Es muy difícil anticipar la evolución que tendrá el impacto inflacionario
de la inyección masiva de recursos que supone el pago del aguinaldo adi-
cional, debido al desconocimiento efectivo de: i) la proporción de asalaria-
dos que existe en el 70% o más de puestos de trabajo que oferta la economía
informal y ii) las formas en que estos asalariados tratarán de conseguir un
beneficio adicional en este final de año, así como la eficacia que tengan sus
negociaciones o presiones para conseguir ese propósito.
A mayor eficacia, la inflación será más elevada y se prolongará más
tiempo. Lo anterior significa que el saldo favorable o adverso que puede
tener electoralmente la medida oficial está aún por definirse.
El gobierno no ignora la variabilidad de una acción que, si bien ha des-
colocado a sus opositores4, genera un margen de incertidumbre lo suficien-

2  El avance concreto del capitalismo durante estos años se refleja, especial y concretamente,
en el incremento de la masa de trabajadores asalariados, independientemente de la “forma-
lidad” o “informalidad” con que se despliegue la compra-venta de fuerza de trabajo. Los
cosechadores de coca, los empleados de los comercios “populares” o la masa de cooperati-
vistas, como ejemplos, cobran y viven de un salario, independientemente de que estén o no
registrados en las cuentas nacionales.
3  INASET, Ensayos para el Debate, La Paz, julio de 2011.
4  A algunos, como los ex “verdes” y ahora “demócratas”, tan profundamente que su reacción
inicial fue adoptar una posición contraria más dura que las asociaciones empresariales, con
argumentos absolutamente propatronales. La rectificación de este reflejo se demoró en lle-
Bolivia 2013-2021 33

temente grande como para volcarse en su contra en determinadas circuns-


tancias. Pero sería completamente erróneo suponer que el oficialismo se
juega a una sola carta la considerable ventaja que ha acumulado frente a los
siete aspirantes que hasta ahora han anunciado su decisión de competir en
las elecciones de 2014.
En realidad, el próximo año empezarán a cristalizar los resultados de un
ancho abanico de grandes inversiones estatales, entre las que sobresalen la
planta de separación (secado) de gas natural, el satélite Túpac Katari, el te-
leférico para las ciudades de El Alto y La Paz, la planta de urea y amoníaco
en Bulo Bulo y varias otras. Este paquete se verá reforzado por el avance
o la finalización de decenas de obras camineras, que incluyen la apertura,
ampliación y restauración de las principales carreteras5.
La perspectiva y el tono desarrollista que ha terminado por afianzarse
en el discurso oficial, en detrimento de los matices indigenistas, comuni-
tarios o socialistas, permiten augurar que la campaña para la re-reelección
cabalgará sobre un pilar central que reivindicará la gran cantidad de obras
ejecutadas, complementado previsiblemente por la ostentación propagan-
dística de los resultados obtenidos en enfrentar la pobreza y la indigencia,
así como en la acumulación de ahorro interno y la independencia de las
decisiones nacionales frente al imperialismo.
La importancia que la conducción estatal asigna a las inversiones y obras
no se reduce a la intensificación geométrica de la propaganda sobre estos
temas, sino a la notable promoción que se ha dado a los acuerdos entre el
gobierno y la cúpula empresarial cruceña, a tal punto que el mayor publi-
cista oficial ha caracterizado el ingreso del presidente a la feria cruceña (la
Expocruz) como la “expresión de la hegemonía revolucionaria”, y el propio
mandatario ha reaccionado ácidamente a críticas sobre lo forzado de tal
caracterización.

gar­y el daño electoral en las regiones a las que aspiran extender su influencia tiene grandes
probabilidades de ser considerable.
5  No formará parte de este paquete vial la conexión entre Cochabamba y el Beni, a través
del TIPNIS, porque está perfectamente claro que el gobierno ha optado por postergar esta
pelea seguramente hasta después de las elecciones.
34 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Cuesta arriba
La oposición política exhibe la misma falta de reflejos y de recursos de
siempre, y su mayor muestra de recuperación se restringe a exhibir señales
de aglutinamientos parciales, cuya máxima expresión es el Frente Amplio,
seguido por el anuncio de agregación de “sectores” que ha publicitado el
MSM antes, durante y después de la realización de su congreso.
El lanzamiento de la candidatura del máximo dirigente de esta orga-
nización puede interpretarse como una expresión de la limitación de sus
posibilidades y de la fragilidad de las adhesiones grupales que proclama ha-
ber conseguido, ya que ninguno de tales aliados ha podido proporcionarle
siquiera una candidatura vicepresidencial6 novedosa.
Algunos medios han interpretado que el hecho de que discursivamente
el FA, el MSM y el MDS se inclinen por caracterizar al país como una repú-
blica y no como un Estado podría ser el punto que permita la confluencia
de todos ellos, o de los principales, en una sola fórmula electoral (Página
7, 15 de diciembre de 2013). Dicho pronóstico expresa, seguramente, un
elevado voluntarismo y una muy escasa solidez, porque una abstracción
teórica y doctrinal tan elaborada no parece tener mayor atractivo para el
electorado al que aspira atraer.
Tal y como están evolucionando los acontecimientos, la oposición pue-
de mellar considerablemente la capitalización de lo que hasta hoy parece
ser su mayor oportunidad: avanzar en su presencia parlamentaria7. Nin-
guno de los opositores ha planteado, ni remotamente, ideas novedosas,
como la de llevar a toda la plana mayor de los diferentes partidos y frentes

6  En este punto de avance del proceso electoral parece haberse descartado un viraje nove-
doso, como podía haber sido el que toda la plana mayor de las fuerzas opositoras se postule
para puestos en la Asamblea Legislativa. De acuerdo a las tendencias de intención de voto
detectadas por las encuestas, este será el principal campo de disputa, y un fuerte asalto opo-
sitor al mismo podría plantear serios desafíos a la próxima gestión de los reelectos. La ruti-
naria y previsible conducta —hacia la que se encaminan las fuerzas opositoras— de ofertar a
sus principales figuras como candidatos perdidosos, puede debilitar sus chances de avanzar
también en el campo legislativo.
7  Los sondeos muestran la posibilidad de que la oposición pueda llevarse el 40% de las ban-
cas. Las mediciones se refieren a partidos solos, es decir, no a una hipotética coalición única,
que —si bien tendría poco o ningún impacto en disputar el gobierno— podría incrementar
las posibilidades de elevar la cuota parlamentaria ajena al oficialismo.
Bolivia 2013-2021 35

al Parlamento y presentar nuevas figuras para candidatos presidencial y


vicepresidencial. Estas figuras, eventualmente desconocidas, seguramente
tendrían las mismas posibilidades (si es que no mejores) que las de sus jefes
para reclutar adhesiones.
Si la oposición continúa descuidando el espacio legislativo, que hasta
ahora se muestra como el más promisorio para su disputa con el oficialis-
mo, no solo reeditará el pobre resultado de la acción de sus bancadas (in-
cluyendo la elevadísima tasa de deserciones abiertas y encubiertas). Contri-
buirá también a fortalecer las ya muy marcadas tendencias continuistas del
partido de gobierno, no solamente para las próximas elecciones, sino para
varias otras, en una ruta bastante afín a la del orteguismo8 en Nicaragua.

Una guerra privada


Si bien las políticas de máximo control y ajuste sobre las ONG no se res-
tringen a Bolivia, sino que están ampliamente diseminadas en el planeta
independientemente de la línea ideológica que ostenten los gobiernos, es
bastante claro que nuestro país sobresale en la rigurosidad de las medidas y
del discurso público anti ONG de las principales autoridades.
En el análisis de mayo de 2013 de este boletín, se ha examinado el origen
del encono oficial contra las fundaciones y organizaciones que desarrollan
actividades entre los indígenas y campesinos y en temas de derechos huma-
nos y ambientales9. Además de la sensibilidad “estratégica” de estas áreas, el
gobierno es especialmente celoso de las tareas que desarrollan porque sabe,
por experiencia propia, el alto potencial ideológico, organizativo, agitador
y propagandístico de esas labores.
El gobierno exhibe ante todas ellas igual o mayor susceptibilidad que
frente a un partido opositor porque está consciente de que, en un sistema
de representación política como el nuestro, algunas ONG,—al igual que
sindicatos, organizaciones sociales y corporativas de diversa naturaleza,

8  El Parlamento de Nicaragua ha aprobado en las últimas semanas una enmienda constitu-


cional que permite al presidente Daniel Ortega postularse a la reelección sin límites.
9  Están, por otro lado, las ONG que se desempeñan en otras áreas, pero que son igualmente
hostigadas por una razón distinta; es el caso de las que financia la agencia estadounidense
USAID.
36 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

medios masivos de difusión y otras instituciones— pueden comportarse


como instancias informales de mediación y representación política. Por lo
tanto, actúa frente a ellas en concordancia.
El pago del segundo aguinaldo amenaza con colocar a varias ONG en
una situación de insolvencia insostenible. Esto ha empujado a que la red
UNITAS se haya visto forzada a pronunciarse públicamente sobre el tema
y sobre la autocensura que prevalece en el ámbito de las ONG en general
por temor a represalias del régimen. Esta situación de coyuntura es un claro
anuncio de que en los 16 meses próximos de campaña electoral agudiza-
da10, hay espacio para que la ya conocida hostilidad estatal frente a las ONG
se mantenga e incluso se exacerbe.

Diciembre de 2013

10  Se trata de dos campañas: para las elecciones nacionales y para las elecciones subnacio-
nales para gobernaciones y municipios, hasta marzo de 2015.
“Descolonización” de las FF. AA.
y redes de extorsión

A pesar de que en la apertura del año se han declarado dos de las confron-
taciones sociales más intensas e importantes de los últimos tiempos —las
de cooperativistas y militares de baja graduación—, el gobierno mantiene
una nítida ventaja en materia electoral, así como un elevado perfil en el área
internacional, con la presentación de la demanda marítima de Bolivia ante
la Corte Internacional de Justicia de La Haya y la preparación de la asam-
blea del Grupo de los 77 y China.
Ha sabido equilibrar su continua tentación de manejar electoralmente
el reclamo marítimo con una amplia convocatoria, que ha incluido a ex-
presidentes y excancilleres y a todos los gobernadores, manteniendo así
una imagen no sectaria que sigue desequilibrando a la diplomacia y a casi
la totalidad de los políticos chilenos, quienes reaccionan homogéneamente
con reflejos y discursos indiferenciables de las corrientes ultranacionalistas
y ultraconservadoras. Algo parecido a lo que le ocurre al gobierno bolivia-
no cuando se topa con reivindicaciones que se entroncan con el espíritu
constituyente, como las que plantean los suboficiales y sargentos.
La reunión del G77 y China le brinda a nuestra representación una
oportunidad única de argumentar en pro de la causa que sustentamos en
la Haya. Además, el hecho de haber seleccionado a Santa Cruz de la Sierra
como sede del acontecimiento contribuye a ratificar el posible triunfo de la
candidatura oficialista en un departamento extremadamente sensible ante
señales que no proyecten una imagen exclusivamente andina del país.

[37]
38 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Asalariados y uniformados
La armonía y la aparente simplicidad con que parece haberse resuelto la ha-
bitualmente accidentada y áspera pugna salarial —que suele copar el cen-
tro de la coyuntura los cuatro o cinco primeros meses del año— contrasta
con la brusquedad que ha caracterizado la conducción del conflicto con los
suboficiales y sargentos de las Fuerzas Armadas, caracterizada por el total
predominio de los reflejos cuartelarios, con la destitución, sin juicio previo,
de centenares de efectivos y la expulsión de más de una decena de estudian-
tes de la universidad militar, la Escuela Militar de Ingeniería (EMI).
Si tan feroces sanciones no se retiran en algún momento relativamente
próximo, y persiste la impermeabilidad de las autoridades a las demandas
de los movilizados, la reacción de los afectados puede alcanzar límites im-
previsibles1, sin que esto signifique necesariamente que se revoque la rela-
ción de fuerzas que favorece completamente a los gobernantes por ahora.
El año pasado concluyó con el inesperado decreto que obligaba al pago
de un aguinaldo extra, mientras que este arranca con la determinación de
elevar en 10% el salario básico y en 20% el mínimo nacional2. Sin que se
conozca hasta hoy una medición confiable del impacto inflacionario del
primero, puede anticiparse que sucederá lo mismo con estas otras dos me-
didas, ya que no existe ninguna predisposición gubernamental para actua-
lizar la metodología de ponderación inflacionaria, que se considera signi-
ficativamente subestimada, según estudios de la Fundación Jubileo y del
CEDLA3.

1  De hecho, uno de los principales voceros del movimiento amenazó con volarse con una
carga de explosivos en la puerta del Ministerio de Defensa. Aunque tal advertencia parece
tener un sentido propagandístico antes que práctico, no debe perderse de vista de que la
pérdida de empleo somete a las personas a los más altos niveles conocidos de estrés; en
consecuencia, condiciona las formas más extremas de respuesta a la tensión. Recuérdese
lo que ocurrió años atrás con el trabajador minero que cumplió su amenaza de volarse en
las instalaciones del Congreso. Kristofer J. Fenlason y Terry A. Beehr (“Social support and
occupational stress: Effects of talking to others”, Journal of Organisational Behaviour, 15, pp.
157-175, 1994) analizan las reacciones ante la pérdida del empleo.
2  Véase: https://n9.cl/4zqy7
3  Las discrepancias sobre la inflación se presentan en un contexto de crecimiento del PIB
boliviano que podría llegar a finales de este año al 5,5%, ubicándose segundo en la región,
tan solo detrás del de Panamá, cuya proyección es del 7%. Véase: https://n9.cl/7n1iu
Bolivia 2013-2021 39

Los incrementos ratifican la decisión gubernamental de mejorar su


aceptación entre los asalariados, que es un sector que se ha sentido desfa-
vorecido respecto a otros en su participación en el gran flujo de recursos
que han ingresado a la economía del país durante la última década.
El aumento se complementa con una ostentosa aproximación a la di-
rigencia de la COB y organizaciones afiliadas, como la de los fabriles, con
visibles y exitosos resultados. Por ejemplo, frente al conflicto con los subo-
ficiales, varios dirigentes laborales no han vacilado en salir a escena mani-
festándose a favor de las posiciones del gobierno.
La tregua lograda con los trabajadores y empleados deja pendientes va-
rios problemas con ese sector, que en algunos casos ya se han exteriorizado
y en otros permanecen encubiertos4. Sin embargo, ayudará a reducir algu-
nas de las principales tensiones que se han venido acumulando durante los
años en que el MAS es responsable de conducir la totalidad de los aparatos
estatales.
Tal alivio no terminará de diluir el sentimiento de inequidad disemina-
do entre todos los sectores que no son parte del bloque de poder5, ante las
continuas evidencias de que quienes lo componen, como la cúpula de los
cooperativistas mineros, obtienen extraordinarias transferencias de exce-
dentes mediante la concesión de riquezas naturales (yacimientos mineros,
tierras, recursos forestales, etc.), rebajas o exenciones tributarias, subsidios
especiales, traspasos y regalos de maquinaria, equipo e instalaciones. de
COMIBOL.

4  Uno de los problemas propios de esta gestión gubernamental, y que afecta a decenas de
miles de empleados de la administración pública, es el de los “consultores en línea”, que
representan a cerca de la mitad de quienes trabajan en el Estado, según cifras proporcionadas
por el Defensor del Pueblo. Estos “consultores” carecen de cualquier beneficio social y
trabajan frecuentemente en condiciones de notable abuso en cuanto a régimen horario e
indefensión ante abusos de toda índole. Véase: http://www.defensoria.gob.bo/sp/noticias_
proc.asp?Seleccion=813. Otro problema de estos “consultores”, especialmente durante el
primer año de experiencia, son las obligaciones tributarias y las sanciones que enfrentan en
esa materia, debido a su total inexperiencia en manejarlas cuando obtienen un NIT.
5  Colonizadores, comerciantes y cooperativistas son los tres principales componentes del
nuevo bloque; los cocaleros, con prácticas económicas y sociales que conjugan las de colo-
nizadores y comerciantes, ocupan un lugar central, en alianza con académicos y políticos
profesionales que componen la burguesía burocrática estatal. La consolidación de estos sec-
tores se acompaña con la exclusión de otros, como los indígenas.
40 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

El reciente choque en torno a la nueva ley de minería ha exhibido una


vez más la magnitud de las recompensas que se hacen a nombre del con-
junto de los cooperativistas, pero que se concentran entre algunos de los
dirigentes que copan la representación gremial y política del sector. Estos
dirigentes participan en la producción ejerciendo la propiedad práctica y
efectiva —ya que no legal— de los yacimientos concedidos6.
La pugna en torno a la redacción del proyecto de ley minera ha des-
nudado contradicciones internas del bloque, magnificadas por la creciente
desazón de una parte de los parlamentarios oficialistas que saben que no
retornarán a sus curules7. También ha puesto de manifiesto las enormes
dificultades del MAS para mejorar la calidad de la gestión de la nueva buro-
cracia que se ha hecho cargo del poder público, a partir del desplazamiento
de la que lo monopolizó el medio siglo anterior.
En resumen, las compensaciones salariales alivian las nuevas percepcio-
nes sobre desigualdad que pueden arraigarse en las presentes condiciones
de aceleración del desarrollo de las relaciones sociales capitalistas, a las que
ha dado lugar el avance económico con el que se identifica la actual gestión
de gobierno. Se ha institucionalizado la distribución de recursos naturales
(y, con ello, el patrimonialismo) como complemento o sustituto de fuentes
ingresos de diversos sectores (cooperativistas, campesinos e indígenas, en-
tre otros).

6  El gobierno ha concedido 372.278 hectáreas a los cooperativistas (véase: http://www.


defensoria.gob.bo/sp/noticias_proc.asp?Seleccion=813) en los últimos siete años, además
de millones de dólares en instalaciones, equipos y maquinarias de COMIBOL. También ha
priorizado el predominio de las actividades extractivas y ha oficializado su antagonismo con
los “ecologistas”, como los denomina en sus discursos de condena el presidente del Estado, al
subordinar el uso del agua a las necesidades de las actividades mineras.
7  Por la experiencia de 2010, ya saben que la rotación de puestos, propia de la democracia
comunitaria, no se aplica a los cargos de presidente, vicepresidente y ministros, pero, en
compensación, afecta a la casi totalidad de ls parlamentarios del partido de gobierno. Este
comportamiento también es un mecanismo para preservar la lealtad de nuevos dirigentes
de organizaciones sociales, quienes han adquirido la idea de que su paso por el Legislativo
es parte de sus derechos naturales y de la “indianización” y “descolonización” del Estado, al
menos como la concibe el vicepresidente (véase: Álvaro García Linera, El oenegismo: En-
fermedad infantil del derechismo (O cómo la “reconducción” del Proceso de Cambio es la
restauración neoliberal), La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, 2012).
Bolivia 2013-2021 41

¿Bienestar económico, indisposición moral?


El optimismo de los encuestados, visible en la casi totalidad de estudios
y sondeos de opinión sobre las expectativas de mejoría de situación eco-
nómica en el futuro inmediato, es mucho más fácil de medir que las re-
acciones ante la avalancha de informaciones sobre extorsión, nepotismo,
prebendalismo, uso indebido de recursos y bienes estatales que se han ins-
talado como dueños absolutos de la escena noticiosa del año, compitiendo
con las novedades cotidianas referidas a la quiebra y entrega total del apa-
rato judicial y de los fiscales a la voluntad del poder político (y económico
también).
La mayor parte de los estudios de opinión carecen de preguntas referi-
das a la materia, y cuando existen, se orientan a interrogar genéricamente
sobre confiabilidad institucional o cuestiones afines. Además, es habitual
que los encuestados o entrevistados sean elusivos o ambiguos en responder
a preguntas frontales sobre temas que, de alguna manera, el público consi-
dera riesgosos8.
En este cuatrimestre las sospechas se han extendido a los principales
representantes del Órgano Ejecutivo, señalados de amparar la concesión
irregular de contratos a allegados, incluyendo parientes, por una parte, y a
controlar importantes inversiones, no registradas a su nombre, pero mane-
jadas como de su entera propiedad9.
Estos escándalos se agregan a una larga cadena, en la que destacan lo
ocurrido con la empresa Catler, que le costó la cabeza al segundo jefe del
MAS y presidente de YPFB en 2008, la inminente pérdida de las ya pagadas
barcazas chinas y el descubrimiento de mallas de extorsión conformadas

8  Es bien conocida la proverbial cautela de los bolivianos respecto a diversas cuestiones,


entre las que destacan las preferencias electorales. Esto resta precisión a los resultados de
sondeos referidos a esas cuestiones.
9  La concesión por invitación directa del servicio de refrigerios para la aerolínea bandera,
en el primer caso, y el manejo de una extensa red de medios masivos de difusión, a la
que se refiere el texto Control remoto, del periodista Raúl Peñaranda (La Paz, 2014), en el
segundo. Los tres o cuatro millones de dólares del contrato de BoA son, en cualquier caso,
una minucia frente a otros de altísimos montos, como el teleférico La Paz-El Alto, y aún
mayores, como el fracasado convenio con la empresa Hydrochina para la construcción de la
represa Rositas en el Río Grande (http://www.eldeber.com.bo/oferta-electrica-crece-pero-
proyecto-rositas-se-demora-/140413214212)
42 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

por los principales asesores jurídicos y altas autoridades del Ministerio de


Gobierno, y el denominado “INRA segundo” (o más bien clandestino) que
funcionaba en Santa Cruz concediendo tierras discrecionalmente.
La huida del hasta hace poco todopoderoso fiscal del “caso terrorismo” ha
impactado seriamente en el gobierno, que teme la caída del complicado an-
damiaje que le permitió neutralizar a la corriente más radicalizada y violenta
de la oposición en el año 2009. Y es que, además de debilitar la credibilidad
de la acusación, pone de manifiesto, nuevamente, el fracaso de la reforma
judicial y la ausencia de algún cambio en el desempeño de la Policía.

Nuevos movimientos sociales


La protesta de suboficiales y sargentos subraya la utilidad de distinguir en-
tre movimientos sociales y organizaciones sociales. Estas categorías, que
suelen usarse como idénticas por muchos autores, se confunden delibe-
radamente en el lenguaje de los teóricos gubernamentales para justificar
expresiones como “gobierno de los movimientos sociales”.
Nos referimos aquí a los movimientos sociales que serían exclusivamente
las manifestaciones de acción directa propias de las limitaciones o fallas del
sistema de representación10, tan frecuentes entre finales del siglo anterior y
2005 en nuestro país. Con la recomposición del sistema de representación,
la cantidad de movimientos sociales ha decaído notablemente, pero el ga-
solinazo, algunas protestas regionales o las marchas indígenas han demos-
trado que hay espacio para ellos, pese a la férrea unidad entre el partido de
gobierno y la gran mayoría de los dirigentes de organizaciones sociales11.
La movilización de militares de baja graduación es un movimiento so-
cial característico, en el que destaca la protagónica participación de las es-
posas. Este movimiento social recupera las bases del proceso constituyente,

10  Entendiendo como tales no solo a los partidos y otras organizaciones políticas habili-
tadas legalmente para presentar candidaturas a puestos públicos electivos, sino también a
sindicatos, asociaciones de productores, comités cívicos y todo tipo de organización gremial
y corporativa.
11  Las organizaciones sociales son permanentes, necesariamente sectoriales, jerárquicas,
más o menos burocratizadas, en contraste con los movimientos sociales, necesariamente
efímeros, eventualmente multisectoriales, horizontales y poco o nada burocratizados (Roger
Cortéz, El sistema de representación en Bolivia, Santa Cruz: UAGRM, 2011).
Bolivia 2013-2021 43

no solo porque reivindica una aplicación consecuente de la Constitución,


sino porque desnuda contradicciones de fondo que enfrenta el Estado, a
partir de la congelación de las transformaciones políticas y, especialmente,
de la descolonización y aplicación de la pluralidad, convertidas exclusiva-
mente en referencias retóricas o simbólicas.
Cuestiona también, de hecho, la llamada “doctrina militar”, defendida
con gran ahínco por los gobernantes y comandantes militares, aunados en
un bloque sin fisuras, demostrando que dicho concepto no es más que la
completa continuidad conceptual y práctica del aparato estatal represivo,
incongruente con el pacifismo y la reconversión integral del Estado que
dispone la carta magna.
Sin importar que muchos de los integrantes del sector que hoy día pro-
testa, o todos ellos, seguramente ejerzan en su práctica social cotidiana
las conductas verticales y autoritarias (hacia abajo y hacia arriba) que hoy
cuestionan y proponen reformar, queda claro que el movimiento recupera
la línea democratizante de las movilizaciones populares.
A pesar de que las tendencias predominantes apuntan hacia la desac-
tivación y sometimiento de la movilización, esta tiene los componentes
necesarios para impactar y dejar huella. Si, inesperadamente, el movimien-
to encuentra la ruta para no ser desarticulado, el tiempo que se tarde en
atender sus demandas afectará la estructura estatal, tanto más seriamen-
te cuanto más se demore en ello. Por lo pronto, es posiblemente la única
movilización que puede mellar el puntaje electoral del oficialismo porque
la represión a sus componentes toca fibras de amplios sectores populares,
principalmente campesinos y migrantes del campo12.

Acciones opositoras y escenarios prospectivos


Los partidos que compiten con el MAS se están esforzando en superar la
inocuidad que ha caracterizado sus acciones. De esa manera, UN ha ano-
tado dos importantes denuncias (la defraudación de impuestos en expor-

12  El “caso Macororó”, de 2003, que mostró al ministro de Defensa Teodovic, del gobierno de
Gonzalo Sánchez de Lozada, “regalando” la fuerza de trabajo de conscriptos a empresarios
agroexportadores, dio la campanada final de la caída del ancien régime al proyectar una
imagen de regresión total de los cambios de 1952, con los hijos de campesinos reducidos
nuevamente a las prácticas serviles de antes de la Revolución.
44 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

taciones de amalgamas y residuos de oro y el contrato de catering de BoA),


al mismo tiempo que ha consolidado su presencia hegemónica en el Frente
Amplio (FA), al imponer la realización de la consulta para elegir candidato,
porque el suyo no tiene adversario viable entre los otros componentes de
la coalición.
La convergencia del MDS (ex Verdes de Santa Cruz), sus aliados be-
nianos y el MSM, se ha ganado, sin duda alguna, el sitio que correspon-
de al hecho más novedoso del panorama electoral, al haber aproximado a
corrientes de orígenes ideológicos prácticamente antagónicos, aunque de
extracción social muy similar: clase media urbana. Lo inesperado de esta
convergencia no se traduce hasta ahora en un potenciamiento electoral, ya
que los últimos sondeos muestran una intención de voto casi constante,
que mantiene la ventaja del oficialismo por encima de la que equivale a
sumar a sus tres inmediatos seguidores (FA, MDS y MSM).
La posibilidad de que la aproximación entre el MDS y el MSM cristali-
ce en un acuerdo electoral tiene como consecuencia que la aparentemen-
te descartada unidad opositora pueda volver a debatirse. Sin embargo, de
momento no terminan de aclararse los términos en que podría viabilizarse,
especialmente en lo que hace a las candidaturas que la presidirían, ni se
manifiestan señales que demuestren que la concurrencia de todos garantice
un incremento perceptible de la intención de voto.
Las acciones más resonantes de la oposición no han llegado al punto de
alterar la relación de fuerzas vigente; el que esto ocurra sigue dependiendo
de la evolución de los conflictos sociales. De allí que —pese a la acumula-
ción de frentes de confrontación y desgaste— la tendencia central del pro-
ceso siga apuntando a un triunfo del oficialismo el 12 de octubre.

Abril de 2014
Cumbre de la hegemonía del MAS

Este segundo análisis de coyuntura del año se realiza en dos entregas: la


actual y una segunda, que se elaborará después de realizadas las elecciones
nacionales del 12 de octubre. De modo que en esta ocasión lo electoral
merecerá una mención secundaria porque dicho asunto será abordado de
forma exclusiva en la siguiente entrega.

El sistema de representación política


La inminencia de las elecciones concentra la atención colectiva en los par-
tidos, predisponiendo a que se olvide la importancia de otros componentes
del sistema de representación1. Sin embargo, en esta oportunidad el empe-
ño exhibido por el gobierno para reclutar o consolidar el respaldo de diver-
sas organizaciones sociales ha vuelto a poner de manifiesto su importancia
como parte del funcionamiento del sistema.
La importancia que se le ha otorgado desde el bando oficial a la forma-
lización de su alianza con la Central Obrera Boliviana (COB) ratifica la
preocupación que le causaba la proliferación de señales sobre la sensación
de discriminación que han estado experimentando varios sectores asala-
riados. Una de las causas es la distribución del excedente; la otra, el sesgo
de las autoridades hacia grupos como los cooperativistas cuando sectores
asalariados entran en conflicto con ellos.
El acuerdo suscrito con la COB y la cuota parlamentaria que le otorga
busca reforzar el incremento salarial extraordinario, que significa repetir el
pago del doble aguinaldo, para restañar heridas y mejorar la performance de
votos que se busca entre los trabajadores que venden su fuerza de trabajo.

1  En un análisis anterior se ha desarrollado la idea de que dicho sistema involucra, en el caso


boliviano, a diversas organizaciones corporativas, sindicales y sociales, además de algunas
ONG, medios de difusión masiva y otros.

[45]
46 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Tan o más importante es que el partido de gobierno busca cerrar, con el


convenio político con la COB, el control que ostenta sobre las principales
organizaciones sociales del país. Aunque nunca dejó de ejercer una con-
siderable influencia sobre la mayor confederación sindical, la relación se
había desgastado, y en algún momento llegó a ser manifiestamente tensa.
Este es un pasivo que los estrategas de la reelección no querían arrastrar,
pese a que, con toda probabilidad, están advertidos de que ni en sus épocas
de mayor gloria la COB alcanzó a tener el predicamento necesario para ser
un factor de peso sobre la decisión de voto de sus afiliados.
Después de haber reducido implacablemente las disidencias entre los
indígenas, por ejemplo, mediante la persecución o la simple división, se ha
apostado al valor simbólico de contar con el respaldo de la que en algún
momento fuera la organización unitaria de los trabajadores.
Si se complementan las observaciones previas con las extraordinarias
dificultades que encuentran todos los partidos y coaliciones de oposición
para siquiera alcanzar presencia y organicidad efectivas en todo el territorio
nacional —a lo que hay que agregar sus muy limitadas chances electorales,
amén de la disminución de ONG críticas y el manejo de un enorme apara-
taje mediático—, vemos perfilarse una línea de horizonte en que el MAS,
como partido dominante en lo electoral, hegemónico en lo ideológico y
conductor de las direcciones de la mayoría de organizaciones sociales, con-
sigue copar casi en su totalidad los canales del sistema de representación.
Esta situación incrementa en lo inmediato su capacidad de maniobra y
control. Pero a la larga, y en cuanto se le presenten coyunturas desfavora-
bles, se convierte en una importante vulnerabilidad, puesto que expone y
amplifica las debilidades de una estructura construida principalmente con
base a concesiones y licencias de corte corporativo, prebendal y clientelar.
Este tipo de agregación de intereses se agrieta con relativa facilidad y pre-
dispone a la proliferación de manifestaciones de indisciplina.

Señales de escasez
Es en la dimensión económica donde resulta más probable que se registren
choques entre los muchos y heterogéneos intereses, ahora coaligados bajo
la conducción gubernamental. Por lo tanto, ese el espacio en el que, de
Bolivia 2013-2021 47

preferencia, se expresarán las posibilidades de nuevos giros y apertura del


abanico político.
Desde hace por lo menos tres años los organismos financieros interna-
cionales vienen pronosticando descensos y frenazos en los países emergen-
tes, que efectivamente se han cumplido, aunque por lo general con efectos
menos intensos que los anunciados.
Se han ratificado, de manera unánime2, iguales presagios para el próxi-
mo año, con el agregado de que la tendencia a la baja del precio del petróleo
y derivados se ha consolidado, pese a todas las turbulencias originadas en
Oriente Medio y el conflicto de Ucrania. Esto tiende a impactar frontal-
mente a economías ultradependientes de la exportación de hidrocarburos.
A ello se suma, en nuestro caso, el que ha traído la baja de cotizaciones de
minerales.
Los problemas de las economías de Brasil y Argentina3 nos tocan muy
de cerca debido a los múltiples vasos comunicantes que mantenemos con
esos países.
Por estas razones, no cabe duda de que las turbulencias económicas
constituirán el máximo reto para el plan de nueva reelección, eventualmen-
te indefinida, que concentra la energía de las acciones gubernamentales a
partir de su certeza de conseguir un triunfo rotundo en el torneo del 12 de
octubre.

Apertura de oportunidades
El desarrollo de la campaña electoral ha dado lugar a que cuestiones pos-
tergadas de la reforma intelectual y moral —que han sido parte significativa
del proceso constituyente— recuperen actualidad e impulso. Tal es el caso
de la lucha para contrarrestar y erradicar la violencia contra las mujeres (al
alza en gran parte de América Latina), que ha saltado al primer plano como
arma de agresión electoral. El carácter instrumental y altamente oportunis-

2  Véase: https://n9.cl/xy6z3; también: https://n9.cl/2u3lv; y, de la CEPAL, https://n9.cl/i3av6


3  Esta última, con muy altos niveles de incertidumbre por la rapidez de la evolución infla-
cionaria, la crisis de pago con los fondos buitre y la imprevisibilidad del resultado de la elec-
ción general del año próximo. El inesperado ascenso de Marina Silva en el Brasil también
introduce algunos interrogantes para nuestra relación con ese país.
48 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

ta con que lo emplean los contendientes partidarios limita objetivamente la


posibilidad de conseguir cambios drásticos a corto plazo.
Sin embargo, no debe subestimarse, y menos desperdiciarse, la sensi-
bilización y relevancia que ha adquirido la cuestión, abriendo espacio a
iniciativas que, desde la sociedad civil, incrementan la demanda de que los
compromisos estatales para atender esta situación superen la superficiali-
dad y el descuido actuales.
Lo mismo puede decirse de un tema muy vinculado al anterior: la ex-
plosión ampliada de los problemas que confronta la administración de jus-
ticia. El gobierno aborda el problema no exactamente priorizando la pro-
funda insatisfacción social sobre esta cuestión, sino como una oportunidad
para ajustar y blindar su completo control sobre el Órgano Judicial, el Mi-
nisterio Público y el Tribunal Constitucional. Debido a que las demandas
sociales se contraponen francamente a dicho enfoque oficial, se pueden
vislumbrar significativas oportunidades si se atienden, canalizan y apoyan
tales expectativas sociales.

Las fronteras de la consolidación hegemónica


La inminencia del triunfo oficialista, y la incapacidad esencial de sus con-
tendores para enfrentarlo, subraya el auge de la potencia política e ideoló-
gica del MAS, que rebasa el plano de la conducción del gobierno y del Esta-
do y se afirma en el espacio de las prácticas, creencias y comportamientos
colectivos.
La ausencia de proyectos alternativos consagra la hegemonía4 del par-
tido dominante, tanto respecto a la convergencia, unidad y representación
efectiva de los intereses estratégicos del bloque dominante, cuanto a su ca-
pacidad de aparentar la representación del conjunto de la sociedad, inclu-
yendo la de los sectores subalternos y oprimidos.
Pero, puesto que dicha hegemonía se ha montado sobre una narrativa y
un lenguaje forjados en auténticas luchas populares, seguir representándo-

4  Se emplea aquí la noción de hegemonía como “consenso activo”, es decir, la creencia de


que cierta dominación es no solo inevitable, sino también necesaria e, incluso, deseable.
Tal acepción es antagónica al uso del término ‘hegemonía’ como equivalente a ‘imposición’.
Bolivia 2013-2021 49

las, al mismo tiempo que se transgrede cotidianamente sus contenidos en


diversos ámbitos5, lleva a que el ascenso hegemónico se vea socavado por
incongruencias tan marcadas que configuran una temprana decadencia de
la fortaleza y la moral del aparato político que ha sabido capitalizar la mo-
vilización y las expectativas populares.
Eso hace que sus planes para prolongar (de ser posible, indefinidamen-
te) su ejercicio y control del poder pasen a ser su flanco más vulnerable en
los siguientes meses.

Septiembre de 2014

5  Participación y control social, transformación productiva, descentralización, autonomía,


autogobierno y desarrollo armónico con la naturaleza, para citar algunos de los vacíos y
mayores contradicciones en la transformación iniciada.
Triunfo anunciado

En un análisis previo en el que se consideró las perspectivas del proceso


electoral, se dio por hecho el triunfo de la fórmula oficial. Con base a los
estudios de opinión sobre intención de voto y aceptación de la gestión de
gobierno y principales autoridades, se pensó que era bastante probable que
los reelectos consiguiesen una votación porcentualmente más próxima a la
que lograron en 2005 que a la de 20091.
Ha sucedido, sin embargo, que los votos del MAS quedaron casi al medio
de los que consiguió en ambas oportunidades. Obtendrá cerca de los 2,9 mi-
llones de votos a su favor en la anterior elección nacional, si es que se validan
el “conteo rápido” y las proyecciones hasta el 15 de octubre. La novedad es
que asciende al primer puesto en todos los departamentos, excepto en Beni.
La incertidumbre respecto a si este resultado alcanzará para que con-
trole dos tercios en ambas Cámaras legislativas es, en gran parte, artificial
y retórica. Aunque la diferencia fuese uno o dos diputados más que en las
anteriores, la experiencia demuestra palmariamente que el MAS domina
todas las artes para triunfar en cualquier votación legislativa2 y, desde lue-
go, y con toda seguridad, en las más importantes.
Por otro lado, la lealtad de sus votantes ha quedado tan manifiesta que,
desde un inicio, anula los intentos de explicar los resultados con razones
“técnicas” (diversas modalidades de fraude, publicidad masiva y anticipa-
da, uso de recursos estatales, etc.). En general, esta manera de interpretar
los hechos obvia tener en cuenta los factores esenciales de la victoria oficial.

1  Véase el análisis titulado “Popularidad a prueba de fuego”, de mayo de 2013.


2  Hay que agregar a los antecedentes parlamentarios de la legislatura 2010-2014 las instan-
táneas conversiones de militantes ajenos, que hasta un día antes de pasarse a sus filas les
juraban repugnancia eterna, como la diputada de CN y luego vocera del PDC que pasó a ser
una devota oficialista pocos días antes de la elección en Santa Cruz.

[51]
52 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Estos factores decisivos pueden resumirse en: i) aprobación a la gestión


económica (control de recursos naturales, redistribución de excedentes,
alta inversión pública, descenso del desempleo abierto); ii) identificación
cultural y étnica de buena parte de los electores con el jefe de Estado; iii)
cumplimiento de la mayor parte de los compromisos electorales previos
(nueva CPE, nacionalización, etc.); iv) política exterior no subordinada a
EE. UU., propuesta marítima innovadora; y v) apertura y ampliación de
derechos y posibilidad de participación política para importantes sectores
sociales, anteriormente excluidos o desconocidos por el Estado.
Lo anterior no significa que los electores hayan perdido una capacidad
crítica que los lleva a negar los significativos y recurrentes indicios de co-
misión de delitos, errores y fallas de muchos funcionarios, incluyendo a los
de mayor rango3. Se trata, más bien, de un comportamiento ampliamente
extendido en todo el planeta que se caracteriza por la habitual preferencia
por lo conocido, mucho más cuando hay posibilidades de que un cambio
pueda venir acompañado de turbulencias económicas y políticas. Esto pre-
dispone a pasar por alto las faltas reales o presuntas, especialmente cuando
la opción seleccionada compite con propuestas ya conocidas e intrínseca-
mente desacreditadas en la mayor parte de los casos.
La franja de los electores esencialmente inmunes a aceptar las críticas,
sin importar lo fundadas que estas sean, se reduce probablemente a menos
de la mitad de quienes han persistido en favorecer con sus votos al oficia-
lismo; más concretamente, son quienes subordinan su decisión electoral a
consideraciones identitarias, antes que a las ideológicas o prácticas4.
La preservación del capital electoral y la consecución plena del conjunto
de objetivos de su estrategia en esta fase otorga a los gobernantes una có-
moda base para avanzar a su segunda etapa, que consiste en consolidar las
posibilidades de preservar el control del Estado como mínimo hasta 2025.

3  “Gasolinazo”, represión a indígenas, redes de extorsión, gastos fallidos (Papelbol, barcazas,


etc.) y excesivos, en una lista preliminar y no exhaustiva.
4  El escaso peso de lo ideológico en estas elecciones se ha verificado por la alta tolerancia
de los electores a “acuerdos inéditos” de casi todos los frentes competidores, sumada al im-
portante porcentaje de quienes respondían en los sondeos preelectorales que su segunda
opción de voto era, precisamente, el principal rival de la candidatura que apoyaban (es decir,
un votante de UD que votaría por el MAS, y viceversa), según el registro de la encuestadora
IPSOS.
Bolivia 2013-2021 53

Impacto en el sistema de partidos


Una de las consecuencias más visibles de los resultados del 12 de octubre
es que, mucho más que en los años anteriores, el MAS queda como par-
tido solitario en la escena nacional porque ninguno de los otros exhibe
las mínimas condiciones para asegurar su continuidad fuera del ámbito
formal.
UD (el segundo en votos) nunca se propuso ser más que un acuerdo
circunstancial, y así lo ha recordado uno de sus principales voceros5, por lo
que está en duda su reaparición en las elecciones regionales.
Pero —dejando para más adelante el análisis de lo estrictamente referi-
do a los partidos— se corrobora en este punto que el MAS, aparte de haber
escalado más allá de su rol previo de partido dominante, concentra hoy en
sus manos el control del conjunto del Estado, así como de los principales
mecanismos de representación política, formales e informales, incluyendo
a las principales organizaciones sociales y corporativas y a buena parte de
las empresas y cadenas mediáticas más influyentes6.
Dicha capacidad puede facilitarle la gobernabilidad y el manejo de
conflictos que surjan en el desenvolvimiento de su gestión. Sin embargo,
en situaciones de crisis declarada, la inexistencia de canales para expresar
demandas, descontento o propuestas incrementa las posibilidades de que los
conflictos de alta intensidad deriven fácilmente en estallidos7. La ineficacia
del sistema de representación es una segura incubadora de movimientos
sociales (no de organizaciones sociales, con las que se los suele confundir),
como hemos observado en la historia de nuestro país, en especial la más
reciente.

5 Véase:http://www.paginasiete.bo/nacional/2014/10/14/alianza-solo-para-comicios-
nacionales-35222.html
6  En su publicación de 2013 Control remoto, el periodista Raúl Peñaranda aporta amplia
información respecto al control gubernamental sobre cadenas televisivas, el matutino La
Razón y varios otros medios.
7  La movilización que a inicios de 2010 protestó contra el “gasolinazo” y, finalmente, lo
frenó es un típico ejemplo de estallido por falta de ruta de expresión. A los partidos opo-
sitores no les dio ni la talla ni la celeridad para responder, mientras que del Parlamento o
de las organizaciones sociales controlados por el MAS no llegó a levantarse ni una sola voz
sintonizada con la reacción popular.
54 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

El debilitamiento del sistema de representación, debido al control que


ostenta sobre él el partido de gobierno, se expresará también en pugnas y
fracturas internas de sindicatos y otras organizaciones sociales; en algún
momento, estas pueden alcanzar el mismo centro monopólico de poder en
que se está convirtiendo el MAS.
El incremento de inestabilidad dentro las organizaciones sociales puede
dar lugar a su largamente postergada reforma interna, o a un prolongado
debilitamiento y mayor pérdida de representatividad.

Las elecciones que vienen


El hecho de que el MAS sea la única organización política con presencia
nacional no le garantiza replicar los resultados de este mes en las elecciones
regionales del año próximo. Es lo que nos muestran múltiples y persisten-
tes experiencias previas, según las cuales es probable que experimente una
merma de entre un cuarto a un tercio del apoyo que acaba de obtener8.
Esto, a pesar de haber incrementado su posición de ventaja, ante el debili-
tamiento extremo de sus rivales.
Es decir que debe entenderse que el resultado de octubre no se calca
automáticamente en las elecciones municipales de La Paz, por mencionar
un caso, incluso en la eventualidad de que el MSM pierda su personería
jurídica. En el otro extremo, los resultados del Partido Verde9, con lo ines-
perados que puedan considerarse, no le garantizan éxito ni donde ha obte-
nido mejor votación.
La estrategia oficial se impuso principalmente gracias a que los partidos
opositores carecieron, en mayor o menor medida, de la objetividad sufi-
ciente para entender que, al no tener chance para ganar el gobierno, podían
concentrar fuerzas en la disputa parlamentaria inscribiendo a sus principa-

8  Así ocurrió en 2005 con la elección de prefectos el mismo día de la elección nacional, y en
2010, a pocos meses del triunfo nacional de finales del año anterior. La revisión de experien-
cias previas exhibe el mismo comportamiento, cualesquiera haya sido el partido ganador de
la contienda nacional.
9  Se arriesga aquí la hipótesis de que la mayor parte del muy significativo apoyo que ha obte-
nido el PV se debe a la memoria y al sentimiento de alerta que provocó, y que aún despierta,
la lucha de los pueblos del TIPNIS y al eco que lograron los pueblos indígenas (expulsados
del bloque de poder) en sectores sociales urbanos, así como a la creciente influencia de cau-
sas y conflictos por la destrucción y deterioro de la naturaleza y el medio ambiente.
Bolivia 2013-2021 55

les referentes en candidaturas para legisladores. Esto, en vez de desgastarse


en la disputa por encabezar las alianzas o coaliciones10.
Las elecciones regionales son un campo de lucha altamente diferenciado
del nacional. No se trata de mundos separados, pero está probado que el
pragmatismo de los electores llega a lo superlativo en las elecciones regio-
nales11, por lo cual es altamente probable que en ellas se produzcan nuevos
e inesperados acuerdos, trituradores de cualquier frontera ideológica. Más
importante todavía es que los electores se muestran muy abiertos y sensibles
a la influencia de personas que consideran más próximas y accesibles, como
ocurre con una importante proporción de dirigentes regionales y locales12.

La agenda que se abre


La completa falta de claridad de la oposición política la privó de apuntar a
las grandes falencias del gobierno para cumplir los principales mandatos que
recibió. La construcción de una economía plural, la democracia intercultu-
ral, la descolonización, la descentralización, la autonomía, la participación, el
control social o el vivir bien son a la fecha enunciados o simples frases; su con-
secución está, cuando no retaceada o congelada, postergada indefinidamente.
El MSM se refirió a estos temas circunstancial y entrecortadamente. No
lo hicieron la UD ni el PDC, que representan a la franja electoral más hostil
y desconfiada a las transformaciones que se han realizado, y cuyas jefaturas
no entienden que la posibilidad de conducir alguna vez el Ejecutivo conti-
nuará bloqueada si no se proponen entrar en contacto, relación y cercanía
con una porción del electorado que apuesta ahora por el MAS.

10  Un acuerdo entre el MSM y el PV, encabezado por la candidatura de este último, y con
una lista de candidatos a legisladores que incluya al ahora exjefe del MSM, sirve como ima-
gen para especular el giro que pudo experimentar la reciente pugna electoral si los opo-
sitores, sin necesidad de aglutinarse en un bloque único, escogían al Legislativo como el
principal objetivo y campo de batalla.
11  Factor clave para entender por qué el actual alcalde Santa Cruz de la Sierra correrá con
tan grandes posibilidades de reelegirse, con el respaldo del MAS, sin importar todas las
acusaciones contra este funcionario en materia de corrupción y agresión contra las mujeres.
12  Las votaciones en Beni, Chuquisaca y Tarija muestran una vez más que es más fácil en-
contrar evidencias de influencia de dirigencias regionales sobre la elección nacional a que
los electores obedezcan a quienes eligieron como dirigentes nacionales, si estos tratan de
cambiar sus preferencias locales o regionales.
56 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Para los reelegidos, los principales retos que deberán encarar son: i) la
disminución de ingresos que afrontará el país, a consecuencia de la dismi-
nución de precios de los hidrocarburos y minerales; y ii) las pugnas inter-
nas de su aparato de sustentación política.
Los organismos financieros internacionales, las consultoras internacio-
nales más publicitadas y algunos de los gurús económicos más frecuente-
mente citados apuestan unánimemente a que la disminución de precios de
las materias primas afectará a todos, y que será muy marcada y sostenida.
Sus pronósticos se han estado cumpliendo más lenta y menos intensamen-
te de lo que esperaban; pero incluso bajas menores y no muy prolongadas
tienen efectos mayores en economías como la nuestra. Una menor dispo-
nibilidad de recursos espolea las luchas sectoriales que conocemos y puede,
además, reavivar las aletargadas reivindicaciones de autonomía en todos
sus niveles.
Las demandas de igualdad, no circunscrita a movilidad social por mayo-
res ingresos —como son los crecientes reclamos ante el avance de la violen-
cia contra mujeres y menores—, seguirán creciendo. En este mismo espacio
se inscriben las luchas indígenas por ejercer los derechos que les reconoce
la CPE, y que les son recortados, cuando no negados13. Esta situación puede
profundizarse por la posibilidad de que se dé nuevo impulso al proyecto de
carretera a través del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure
(TIPNIS) y que se lleven a la práctica los anuncios presidenciales de “revi-
sar” la situación de varias tierras comunitarias de origen (TCO).
En suma, la menor disponibilidad de ingresos dificultará el cumplimien-
to de varios compromisos electorales, frente a una sociedad más dispuesta
a incrementar sus demandas que a resignarlas. Esto incluye una tenden-
cia a que se exacerben querellas corporativas (por ejemplo, cooperativistas
contra trabajadores asalariados o colonizadores versus pueblos indígenas),
además de reivindicaciones sectoriales y regionales.

Octubre de 2014

13  La división de la CIDOB y la CONAMAQ, impulsada por el gobierno central, la re-


presión a dirigentes y bases en el TIPNIS y el manejo de las consultas previas son algunos
antecedentes de este problema.
Panorama después de las elecciones
nacionales

El cierre del año subraya la importancia de los temas que se vislumbraban


como los que marcarán la agenda de inicios de 2015: la disminución de
ingresos fiscales; las elecciones regionales y el declive del sistema partida-
rio; las convulsiones del aparato administrador de justicia y el auge de la
violencia contra mujeres y menores.
La caída de precios de materias primas, especialmente los del petróleo,
que aparentemente puede cerrar el “superciclo” de precios, tiene visos de
ser parte de movimientos —algunos explícitos, otros soterrados— dirigi-
dos a reajustar la correlación internacional de fuerzas del período unipolar
que benefició a EE. UU. desde la finalización de la Guerra Fría.
Los planes de la potencia para recuperar su autosuficiencia energética y
conquistar mercados de exportación, gracias a sus grandes reservas de gas
no convencional, y a su más rápida recuperación de la crisis financiera de
2008 en comparación con Europa, tienen una influencia determinante en
la reconfiguración de los mercados de materias primas, y ejercen una pre-
sión considerable sobre exportadores de petróleo como Rusia, Venezuela,
Ecuador y Brasil, entre otros1.
Las maniobras de reordenamiento y ajuste de las cuestiones de poder
internacional seguirán pesando más que las gravísimas advertencias en tor-
no a que los desequilibrios ambientales2 están por alcanzar —si no lo han

1  Para referencias, véase: http://www.blogscapitalbolsa.com/article/4877/proyecciones_


del_banco_mundial_para_los_precios_de_los_commodities_en_2014.html; https://duck-
duckgo.com/?q=a+quines+perjudica+precios+petroleo+el+pais; http://www.paginasiete.
bo/ideas/2014/12/7/cuan-larga-sera-caida-precio-petroleo-40335.html
2  Véase: http://www.elpais.com.co/elpais/internacional/noticias/onu-entregara-pruebas-
concluyentes-responsabilidad-hombre-cambio-climatico

[57]
58 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

hecho ya— niveles irreversibles. Al pronóstico de serio retroceso regional


económico para el próximo año, ha de agregarse el especial impacto que
sufrirán economías como las de Brasil, Venezuela, Argentina3 y Ecuador,
componentes clave del conjunto de países más respondones a la preponde-
rancia estadounidense en la región.

¿Invulnerables?
Cuando se inscriben en ese cuadro, las expresiones y decisiones de nues-
tro zar económico, el ministro del área, resultan mucho más llamativas y
desafiantes ya que, según su interpretación, las previsiones oficiales de que
el PIB crecerá en un 5,9% durante el año siguiente se mantendrán tal cual,
pese al retroceso internacional de los precios.
Así, con aplomo imperturbable, ha contradicho a algún colega del go-
bierno y ha tildado de “mezquina” la estimación de la CEPAL4 respecto a
que el techo de nuestro crecimiento sería un 5,2%. Su principal argumento
es que ya en el año 2008 superamos una situación aún más adversa, cuando
el barril de petróleo cotizó en 30 dólares, y que “dependemos poco” del sec-
tor externo y mucho de la inversión pública y del “dinamismo de nuestro
mercado interno”.
Es mucho más que una discusión teórica porque, dependiendo de lo
prolongado e intenso que sea el retroceso de precios (de hidrocarburos,
minerales, soya), se instalará, o no, una coyuntura de escasez que pondría
a prueba la solidez del modelo económico, que exhibe hasta ahora un
rendimiento muy favorable5 respecto a algunos vecinos, especialmente
grandes exportadores de materias primas, como Venezuela, Brasil o Ar-
gentina.

3  Expuesta, además de a una inflación pujante, a las maniobras de los fondos buitre.
4 Véase: http://www.americaeconomia.com/economia-mercados/finanzas/ministro-de-
economia-de-bolivia-pib-superara-proyeccion-de-organismos-int
5  Aparece en cambio peor parado, al situarlo en un cuadro comparativo con el conjunto
de países de la región, durante la última década, dado que si bien los avances en materia de
disminución de pobreza, acceso a servicios y otros índices sociales son incuestionables y
merecieron el respaldo político verificado en la última elección, no alcanzan para sacarnos
del antepenúltimo lugar de la tabla. Véase: http://hdr.undp.org/en/media/HDR_2011_ES_
Complete.pdf
Bolivia 2013-2021 59

La firmeza oficial no ha quedado en las palabras, y su intransigencia


en rechazar la postergación del pago del segundo aguinaldo es una clara
evidencia de que se ha propuesto mantener su mensaje a toda costa, para
también capitalizarlo como un activo para las elecciones de marzo.
Aunque de momento nadie sale a debatir con firmeza y persistencia la
posición oficialista —debido, probablemente, a que la duración y profun-
didad de la caída de precios sigue siendo un enigma, y a que casi todas las
veces anteriores los pronósticos pesimistas de expertos y opositores salie-
ron malparados—, hay consenso, incluso entre miembros del oficialismo,
respecto a que nuestra presunta inmunidad sufriría, primero, y terminaría
resquebrajándose, a continuación, si la baja se mantiene estable o si empeo-
ra durante más de un semestre.

Las fronteras del dibujo libre


Conocedor de los riesgos que se ciernen sobre el clima de estabilidad —pese
al discurso de su principal vocero económico (no contradicho, pero tampoco
respaldado por sus superiores)—, el MAS se propone obtener la mayor ven-
taja posible en la disputa electoral subnacional.
Concurrirá a la cita con los reiterados antecedentes, confirmados por
las experiencias de 2005 y 2010, de que sus votos disminuirán hasta en un
tercio respecto a lo obtenido en las nacionales6. Será un combate que le
presentarán un mínimo de 150 frentes regionales (algunos armados por
UN, MDS y PDC) y “agrupaciones ciudadanas”, según ha contabilizado el
diario La Razón del 7 de diciembre de 2014.
Para las elecciones de 2015, sus posibilidades de incrementar su con-
trol sobre las gobernaciones se concentran en Tarija7; Chuquisaca podría

6  En 2010, pese a la mengua de unos 900.000 votos de los que obtuvo en la elección nacio-
nal, consiguió ser mayoría en 228 municipios (dos tercios), y ganar seis gobernaciones, pero
tragando duras derrotas en los municipios de La Paz, Oruro, Achacachi, Quillacollo y otros
a los que consideraba ganados por derecho propio.
7  De momento la disputa entre Carlos Cabrera, candidato masista, y el actual alcalde
Montes (proveniente del MIR) parece estar muy cerrada. En Santa Cruz todavía encabeza
las preferencias el actual gobernador, pero su victoria está amenazada por la suma de
candidaturas (Antelo, Nagatami) que abrevan de la misma franja de votantes que el MDS,
encabezado por Costas.
60 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

entrar en zona de riesgo si no resuelve las disidencias internas que objetan


la reelección del actual gobernador masista. El triunfo opositor en Santa
Cruz permanece como tendencia predominante hasta antes del cierre de
inscripciones de candidatos.
Con relación a los municipios mayores (La Paz y Santa Cruz) y otras
capitales en las que perdió anteriormente8 (Trinidad, Tarija y Sucre), las op-
ciones se pintan favorables a la oposición, con posible excepción de Oruro.
En la capital cruceña, el MAS cuenta con una estrategia de contingencia
basada en su alianza con el alcalde de Santa Cruz de la Sierra9. Si este se
prorroga, como lo prevén todas las encuestas, puede mantener la misma
amistosa relación que ha cultivado con el MAS en el último par de años.
Esa posible alianza, ubicada en la centro-derecha —espacio hacia el que
se está desplazando el MAS— desagrada tanto al oficialismo como a UN,
que se vería en la obligación de empalmarse con ella en condición subordi-
nada. Todo lo anterior es válido mientras la predisposición social mayori-
taria siga apostando a la estabilidad y mientras no se produzcan importan-
tes alteraciones económicas (coyuntura de escasez), ni divisiones internas
en el MAS y con sus aliados corporativos.
El MAS queda como único partido nacional vigente (con presencia y
organización comprobable en todo el territorio del país) que, con la des-
aparición del MSM y el PV, carece de flanco organizado a su izquierda,
mientras que a su derecha ninguna fuerza que carezca de la convocatoria
para coaligar a esa franja tiene posibilidades serias de desafiarlo.
La única oposición que puede enfrentar al gobierno en tales circunstan-
cias es una protesta espontánea que logre articular movimientos sociales,
al margen de la cúpula sindical y corporativa, integrada en este momento
al oficialismo.

8  En La Paz el actual alcalde tiene todas las de ganar, inclusive si UN presenta fórmula;
pero esa certeza se debilitaría si aparecen más frentes que dispersen el voto opositor. Es
este el enclave electoral que preocupa prioritariamente al MAS, porque asume que una
victoria clara de la oposición en La Paz ciudad y Santa Cruz departamento, da pie a que
la convergencia entre Revilla-Costas-Suárez, insinuada ya en la elección de octubre, siente
bases para un frente opositor de mayor peso de los que ha enfrentado estos años.
9  Al que respaldó en el Concejo y otorgó una “cuota parlamentaria” en sus listas de unino-
minales, a través de la inclusión de Romy Paz y Carlos Subirana, muy allegados a la principal
“operadora” política del alcalde.
Bolivia 2013-2021 61

Dichas protestas espontáneas, articuladas al margen de las organizacio-


nes sociales cooptadas por el oficialismo, tendrán un margen relativamen-
te estrecho para apuntarse victorias, en tanto persista la situación de reflujo
y pasividad que predomina actualmente. Esta situación se ha manifestado
en una votación mayoritaria a favor de la estabilidad, con un claro sello de
giro al conservadurismo, y totalmente alejada del “giro a la izquierda, por
torsión gravitacional de la curvatura del tiempo-espacio”, como especula
el vicepresidente del Estado.
Los movimientos sociales autónomos podrán incrementar su potencia
en la medida en que las señales de estabilidad se debiliten y la compacta-
ción interna del oficialismo se resienta por causas probablemente origina-
das en disputas de los sectores corporativos y aliados, por el control de ex-
cedentes (en una coyuntura de escasez) y/o de recursos naturales (tierras,
yacimientos minerales, agua, bosques, etc.)

Las fisuras
El juicio contra los tres miembros del Tribunal Constitucional que se sus-
tancia en la Cámara de Senadores transcurre en un franco tono de opereta,
con protagonistas que, de tan previsibles, resultan caricaturescos. Desma-
yos e internaciones se combinan con un viraje policíaco del Legislativo,
enfatizando la agonía prolongada de la administración de justicia, que no
se modificará ni con la defenestración de funcionarios ni con el cambio de
mecanismos para elegirlos porque, según opinión casi unánime, las causas
son múltiples y profundas.
La torpeza con que el partido oficial presiona a los acusados para que se
vayan “por su cuenta” o echados por el Legislativo tiene mayores posibili-
dades de elevar el clima de incertidumbre, desconfianza y desesperación,
que conseguir algún cambio que pueda ir más allá de una domesticación
total del TCP. Si a lo anterior se añade la proliferación de acciones violentas
y crímenes monstruosos contra mujeres y menores, se tiene una situación
que seguirá jaqueando al poder, pero también interpelando al conjunto de
la sociedad por el atraso de su reforma intelectual y moral.
Derecho a una justicia justa, pronta e imparcial y eficaces mecanismos
de defensa y preservación de mujeres y menores contra la violencia y todo
62 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

tipo de abusos, son temas que ya circulan en diversos espacios y que nece-
sitan cohesión, organización y respaldo de la mayor calidad posible.

Diciembre de 2014
Elecciones regionales:
primer desmarque aymara

Unos resultados electorales regionales portadores de significativas señales


sociales, junto con serias inconsistencias institucionales de los organismos
electorales; explosión de evidencias incriminatorias de dirigentes que ad-
ministran fondos públicos, en un contexto de enfriamiento del dinamismo
económico y las iniciativas de reforma judicial, son los componentes más
visibles del momento actual boliviano.

Lo previsible y lo nuevo
La predisposición social de entusiasmarse con las competencias electorales
se ha impuesto nuevamente, por encima de un cierto tedio, y prevalecen
campañas rutinarias y poco novedosas, tanto en contenido como en forma.
A pesar de que las líneas generales de lo que finalmente ocurrió el 29 de
marzo han reiterado fenómenos conocidos, también se han manifestado
conductas y tendencias sorprendentes que manifiestan un alto potencial de
generar modificaciones y giros.
Por el momento, el foco de la discusión que desarrollan públicamente los
principales voceros políticos —tanto del gobierno como de sus oponentes—­
se ubica en un inútil tira y afloja sobre temas redundantes y generalmente
engañosos sobre quién será el triunfador absoluto de los comicios o sobre el
presunto vuelco masivo de las preferencias electorales.
Respecto a los elementos que podían anticiparse al día de la votación,
bien vale rescatar algunos puntos, desarrollados en el análisis de diciembre
de 2014, es decir antes de la campaña y de la selección final de candidatos:

[63]
64 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Conocedor de los riesgos que se ciernen sobre el clima de estabili-


dad —pese al discurso de su principal vocero económico (no con-
tradicho, pero tampoco respaldado por sus superiores)—, el MAS
se propone obtener la mayor ventaja posible en la disputa.
Para las elecciones de 2015, sus posibilidades de incrementar su
control de gobernaciones se concentran en Tarija1; Chuquisaca po-
dría entrar en zona de riesgo, si no resuelve las disidencias internas
que objetan la reelección del actual gobernador masista. El triunfo
opositor en Santa Cruz permanece como tendencia predominante
hasta antes del cierre de inscripciones de candidatos.

El MAS queda como la única formación política nacional vigente (con


presencia y organización comprobable en todo el territorio del país) que,
con la desaparición del Movimiento sin Miedo (MSM) y del Partido Ver-
de (PV), no tiene un flanco organizado a su izquierda, mientras que a su
derecha no existe organización alguna con la convocatoria suficiente para
coaligar a esa franja electoral y, por lo tanto, no le significa desafío alguno
al régimen.
A pesar de que era posible anticipar con mucha certeza los principales
resultados, tanto partidos políticos como medios masivos de difusión insis-
ten en sobredimensionar el significado y las consecuencias de la merma de
votos para el partido de gobierno. Dicha actitud se niega a reconocer que
este descenso es la regla en nuestro país, al mismo tiempo que desconoce la
ya tradicional inclinación de los electores bolivianos a diferenciar entre sus
preferencias en los distintos escenarios2.

1  Según el avance actual del cómputo, la disputa entre Carlos Cabrera, candidato masista,
y el actual acalde Montes (proveniente del MIR) parece estar muy cerrada. En Santa Cruz
todavía encabeza las preferencias el actual gobernador (Rubén Costas), pero su victoria está
amenazada por la suma de candidaturas (Antelo, Nagatami) que abrevan de la misma franja
de votantes que el MDS.
2  Además de lo ocurrido en 2010, en 2005 muchos votantes de Morales para la presidencia
se inclinaron por Pepe Lucho Paredes para la Prefectura de La Paz, y por otros muchos en
varios distritos. Lo mismo sucedió en elecciones anteriores con otros partidos que goberna-
ban al país. No es menos sugestivo que menos de seis meses después de asumir la conduc-
ción del Ejecutivo y ser portaestandarte de la bandera de la Asamblea Constituyente, el MAS
obtuviese tres puntos porcentuales menos en la elección de asambleístas constituyentes en
2006.
Bolivia 2013-2021 65

Los resultados de estas elecciones regionales (autonómicas) no mues-


tran una deserción brusca y masiva de votantes hacia la oposición, como
porfían nuevamente hoy algunos de sus representantes. Tampoco ninguna
de sus victorias locales o departamentales convierten automáticamente a
esos triunfadores en rivales, a escala nacional, de la única organización po-
lítica presente y vigente en el espacio nacional.
¿Puede inferirse de lo anterior que no existe ninguna importante modi-
ficación social y política? No, porque aunque la correlación general de fuer-
zas no ha cambiado, ni se ha alterado la tendencia central vigente —que
concede amplia ventaja al partido oficial—, sí han surgido nuevos fenóme-
nos y tendencias capaces de alterarlas en un plazo mediato.
Los más destacados han sido descritos en la prensa como la “rebelión
aimara que venció al líder indígena”3, en alusión al origen étnico de Félix
Patzi y Soledad Chapetón, triunfantes en el departamento de La Paz y en
el municipio de El Alto. Dado el peso que tuvo y aún conserva el relato
etnocultural con que se autoexplica y legitima el régimen, no puede sub-
estimarse la importancia simbólica y práctica de la triple derrota oficial
(incluyendo la de la ciudad de La Paz), aunque no se limita a este espacio.
En estos distritos, el presidente jugó a fondo su capacidad de convoca-
toria y autoridad, ordenando y exhortando a que no se vote por sus opo-
sitores, de manera que, aunque no lo reconozca, dio a estos comicios un
carácter plebiscitario que no satisface sus expectativas.
De allí que la reacción oficial ante sus derrotas en La Paz, igual que ante
la muy ceñida disputa que se ha verificado en Chuquisaca, es sensiblemente
ácida y agresiva, ya que, aun cuando no lo reconozca abiertamente, entien-
de que reflejan un estado de ánimo sensible o irritable de sectores clave
de un electorado considerado particularmente leal al MAS. El hecho de
que lo hubiesen respaldado en las asambleas expresa que los vínculos entre
representantes y representados están vigentes, pero la rebeldía para acatar
las “instrucciones” y amenazas en la elección de autoridades ejecutivas deja
claro que no existe una supuesta incondicionalidad.
Por la anterior razón, las explicaciones que solamente toman en cuenta
el encanto y atractivo de los candidatos —o su género, como ha pretendido

3  Fernando Molina, periódico El País, España, 1º de abril de 2015.


66 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

el jefe de Estado— son insuficientes, y omiten consideraciones respecto a


la opinión del votante sobre la calidad de gestión y propuesta, y a su capa-
cidad de tomar decisiones que pesan en el balance democrático de poderes
y fuerzas.

La corrupción, actor electoral y político


Ha sido el mismo presidente quien ha puesto en la agenda de debate el tema
de la corrupción, al afirmar que la derrota de los candidatos masistas, espe-
cialmente para la gobernación de La Paz y el municipio alteño, se explicaría
por esa causa4.
No queda claro si esta admisión implica algún grado de conciencia so-
bre la penetración de las prácticas corruptas en la administración pública,
o si simplemente se trata de descargar responsabilidad ante las campañas
y acusaciones de “medios de difusión y partidos enemigos”, sin reconocer
el problema.
En principio, la inclinación sería por la segunda hipótesis porque, además
de que no existe ninguna reacción o respuesta para encarar la corrupción, el
partido gubernamental ha defendido a ultranza a los acusados (especialmen-
te a su candidata a gobernadora por La Paz), y continúa oscilando entre la
pasividad y el encubrimiento ante el destape de masivos malos manejos en
el Fondo de Desarrollo para los Pueblos Indígena Originario Campesinos
(FONDIOC)5, al que en adelante nos referiremos como Fondo campesino,
debido a que fueron las organizaciones ese sector, y no las indígenas, las prin-
cipales beneficiarias de sus recursos (de aproximadamente el 80%).

4  “Lamento mucho que en La Paz hayamos perdido las elecciones. Pienso que ha habido
acusaciones, especialmente en la ciudad de El Alto, y en el departamento, muy fuertes en te-
mas de corrupción. Si eso es verdad, quiere decir que el pueblo paceño ha dado voto castigo
a la corrupción”, afirmó el jefe del Estado (La Razón, 31 de marzo de 2015).
5  La ministra de Desarrollo Rural y presidenta del Fondo campesino arguye que ella no
participó, y que tampoco podía frenar la aprobación de recursos porque estaba en minoría
frente a ocho directores (dirigentes de organizaciones sociales) que determinaron el desem-
bolso de más de 1.300 millones de bolivianos, en muchos caos depositados en cuentas per-
sonales. De estos desembolsos no existe respaldo documental, según el Contralor, o existe,
pero “desordenado y disperso”, según la interventora nombrada por la ministra. Esta última
no ha explicado por qué no impugnó esos procedimientos y la falta o debilidad de respaldo
documental en los cinco años que encabeza el Fondo campesino.
Bolivia 2013-2021 67

La Contraloría General ha elaborado un informe de supervisión que


abre el cauce a develar irregularidades, pero lo ha hecho después de la per-
sistente publicación de denuncias desde 2013 y al registro de por lo menos
una muerte atribuida al intento de impedir que se esclarezca alguna de di-
chas denuncias6.
Más allá del peso efectivo que pudieron tener las acusaciones contra
candidatos (que también existieron en las elecciones de 2014, con grandes
escándalos sobre las redes de extorsión, jefes policiales aprehendidos en el
exterior, etcétera, etcétera), o la actuación de tribunales electorales nacional
y departamentales (corruptos en el sentido de usar su poder para beneficiar
a un determinado grupo), el caso del Fondo campesino toca directamente
los métodos y rutinas utilizados desde el Estado para relacionarse con diri-
gentes de organizaciones sociales.
No hay suficiente información para sostener categóricamente que la
permisividad y benevolencia ante muchas y reiteradas acusaciones y he-
chos —que prueban múltiples actos corruptos en diversos espacios estata-
les controlados por el MAS— sufra un cambio. Es abrumadora la evidencia
de que dirigentes de organizaciones sociales, coaligadas con el gobierno,
disponen de una enorme o irrestricta discrecionalidad para manejar fon-
dos públicos (además de su ventajosa posición para acceder a candidaturas
y cargos de la administración gubernamental).
No se trata, ciertamente, de una novedad, pero las cifras pueden llevar
a pensar en una reacción de alarma y rechazo ante uno de los ejes de una
política estatal que se caracteriza por fomentar de prácticas corporativistas
abiertas, y que se ha ido fortaleciendo en este sentido7.

6  “Jacobo Soruco Cholima, dirigente campesino de la comunidad 26 de Julio del municipio


de San Javier de la provincia Cercado del departamento del Beni, fue asesinado por denun-
ciar proyectos ‘fantasmas’ y la malversación de recursos del Fondo de Desarrollo Indígena
Originario Campesino (FONDIOC), aseguró el secretario general de la Confederación Sin-
dical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), Joel Guarachi” (ERBOL, 23
de octubre de 2014).
7  El más reciente ejemplo de esas prácticas está en la transferencia de recursos financieros
a cooperativas mineras, uno de los grupos corporativos más fuertes, ampliamente benefi-
ciados anteriormente con transferencia de recursos naturales (yacimientos), equipos y ma-
quinaria. Los medios acaban de informar que “El ministro de Minería y Metalurgia, César
Navarro, informó el lunes que las cooperativas habían solicitado ampliar los préstamos del
Fondo de Financiamiento para la Minería (FOFIM) y que se estaba proyectando ‘unos 100
millones de dólares para los próximos tres años’. El TGN desembolsará 100 millones de
68 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

El abuso de poder y la apropiación de fondos y recursos públicos para


beneficio de grupos, entre los que destacan partidos políticos y organiza-
ciones sociales y corporativas (parte más o menos formal del sistema de
representación política), está explotando en todo el continente. Involucra
tanto a gobiernos “nacional populares” (Brasil, Argentina, Nicaragua, Ve-
nezuela), como a “neoliberales” (México, Perú, Chile). Es un factor que
puede volver a cuestionar frontalmente a gobernantes de todo el continen-
te, incluyendo al nuestro, como ya ocurrió hace varios años.

Blindajes y límites
De cualquier manera, los contrastes en las elecciones regionales no alcan-
zan por sí mismos a representar un riesgo para un partido que ha desarro-
llado una auténtica maestría electoral, y que se aproxima a cumplir una
década de control casi absoluto del conjunto de los aparatos de Estado.
Además, muestra sólidas credenciales históricas que justifican su fortaleza;
ya antes ha revertido otros retrocesos, y podría hacerlo nuevamente.
Incluso con los elementos novedosos que se han identificado más arri-
ba, incluyendo el desaliento que puede traer la derrota en La Paz y el serio
riesgo en Chuquisaca para los posibles planes de organizar un referendo
que autorice una relección, las amenazas podrían conjurarse si no conver-
gieran con una disminución de ingresos fiscales y con la proliferación de
choques entre fracciones internas del MAS.
Sobre lo primero, y después de sostener obstinadamente que la caída
de precios de materias primas no nos afectaría, el ministro de Hacienda ha
admitido que las expectativas de crecimiento se han reducido casi un punto
porcentual para este año8.

dólares al FOFIM para canalizar préstamos a las cooperativas mineras ante los precios de-
primidos de minerales en el mercado internacional” (periódico El Diario, La Paz, 10 de abril
de 2015).
8  La pérdida de “no más de 40 a 60 millones de dólares” para todo este año —que pre-
sagiaban ese ministro y el vicepresidente— por la disminución del precio del petróleo, se
triplica en solo un mes. Según el INE, en enero de 2015 los ingresos de divisas por la venta
de combustibles ascendieron a 385,66 millones de $US, es decir 182,64 millones de $US
menos que los 568,30 millones de $US registrados en 2014 (periódico Página Siete, La Paz,
4 de marzo de 2015).
Bolivia 2013-2021 69

Resulta insustancial que este funcionario atribuya dicha disminución a


“la baja tasa de inversión” de la empresa privada, cuando todos los países
latinoamericanos están reajustando sus presupuestos y previsiones por el
fin del superciclo de precios de las materias primas, y que en la “Cumbre de
las Américas” —que tiene lugar en estos días— las voces de alarma por este
motivo se hayan multiplicado.
Los resultados económicos —que acumuló incuestionablemente el mo-
delo económico ecléctico9 practicado en el país— nos brindan un margen
de defensa y alivio netamente superiores al de varios otros países del con-
tinente. Sin embargo, no alcanzan a constituir el blindaje del que se han
jactado los responsables del área.
Los saldos de caja no ejecutados en años anteriores y el respaldo de las
reservas internacionales alcanzan para contrarrestar choques durante este
año, pero si las tendencias internacionales no se revierten, los efectos ad-
versos crecerán y se magnificarán por los hábitos de la demanda corpo­
rativista.
La vigencia de este riesgo se complica con las fisuras en el aparato polí-
tico oficial, que se han manifestado en estos meses. Algunos de los rivales
más peligrosos que ha enfrentado electoralmente el MAS provienen de sus
propias filas; pueden precipitarse nuevos desgajamientos debido tanto a la
agudización de contradicciones, como a las revelaciones sobre lo que pudo
haber pasado con los fondos del Fondo campesino.
En suma, la escasez (de ingresos y recursos) y las divisiones pueden es-
tablecer otro marco ambiental-político y darle una distinta proyección a los
avances del mosaico opositor, que deberá resolver su carencia de proyecto,
estrategia y estilo para poder crear algún riesgo tangible a su contendiente.

Los temas postergados


Mientras se ven indicios de que las reformas de la administración de jus-
ticia y de la Policía, opacadas y pospuestas en la coyuntura de elecciones,

9  Me refiero a la combinación de avance estatal en la economía y en las políticas redistribu-


tivas con una marcada ortodoxia fiscalista y monetarista, que se ejecuta en Bolivia desde el
gobierno a partir de 2006.
70 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

retornarán a la escena, es cada vez más probable que se sume a ellas la de-
manda de que se extienda también al Órgano Electoral, cuya credibilidad
decae a saltos en cada nueva elección10.
La oferta presidencial y de otras autoridades respecto a que se abrirá
una fase de consulta y deliberación para encarar la reforma de la justicia
—sobre la que escasean propuesta de cualesquiera de los actores e intere-
sados— ha quedado flotando. Queda pendiente verificar si se materializará
como recuperación de la iniciativa oficial o si se impondrá como producto
de la suma de aberraciones que infaliblemente cometen jueces, fiscales y
otros funcionarios del ramo.
Al lado de esta cuestión central, se vislumbra la posibilidad de que las
demandas de descentralización y avance de las autonomías vuelvan a per-
filarse en el horizonte.
A diferencia de años anteriores, cuando la exigencia de autonomías
departamentales esgrimidas por tradicionales grupos de poder regionales
ocupaba el centro de ese campo de lucha, se abre la opción de que nuevos
actores, desde otros espacios territoriales y políticos, demanden la recu-
peración y el ensanchamiento de los avances descentralizadores congela-
dos o perdidos. Asimismo, que exijan el cabal cumplimiento del ejercicio
autonómico establecido en la CPE, ahora retaceado y asfixiado por leyes,
procedimientos y actitudes estatales, que han fortalecido la concentración
del poder y el manejo de recursos.

Abril de 2015

10  No es que se haya generalizado la sospecha de fraude, sino que se ha puesto en evidencia
—con inhabilitaciones de candidatos y la aplicación parcializada de normas, como princi-
pales ejemplos, siempre en beneficio del partido gubernamental— la falta de idoneidad y la
sumisión de este incompleto poder estatal.
Triunfo de la certidumbre
y la compulsión reeleccionista

Pocas cosas son tan seductoras para el género humano como la certidum-
bre; así lo percibía y definía hace casi cinco siglos el filósofo inglés Thomas
Hobbes (fundador de la ciencia política, en mi modesta opinión).
Cuando tal necesidad de certeza se confunde con un espíritu revolu-
cionario, como aparentemente lo ha hecho el vicepresidente del Estado,
se abre un ancho margen para la polémica o para el error, según como se
miren las cosas.
El hecho de que “un pueblo izquierdizado en más del 60%” —como lo
diagnosticó el segundo mandatario al analizar las elecciones de octubre pa-
sado1— volcase su preferencia por candidatos ajenos al esquema reinante
puede considerarse otro síntoma de que, inclusive en Bolivia, los electores
hacen apuestas principalmente basadas en criterios prácticos más que en la
exaltación ideológica.

Estabilidad en tiempos de marea baja


Si a esos datos electorales —que exhiben el repliegue de una gran franja
de votación habitualmente fiel al oficialismo— se les agrega la actual olea-
da de conflictos y reivindicaciones sectorializadas, se corrobora lo poco
apropiado que resulta hablar de un giro social a la izquierda, ya que falta el
espíritu revolucionario, caracterizado imprescindiblemente por banderas y
consignas generales (universales), alejadas del gremialismo que ahora pre-
valece. También está ausente la manifestación transversal entre varias capas
y sectores, propia de una conciencia inclinada hacia la izquierda.

1  Álvaro García L. “El nuevo horizonte de época”, en el periódico La Razón, La Paz, 2 de


noviembre de 2014.

[71]
72 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Lo establecido, lo duradero, lo mutable


Mal que le pese a quien le pese, el MAS ha ratificado su consolidación
como la única formación política organizada nacional, y su gobierno, como
el más poderoso, arraigado y popular en más de un siglo (si no desde el
inicio de nuestra misma autodeterminación estatal). Al aproximarnos a la
primera década de su vigencia, puede verificarse que tramos importantes
del relato masista se han instalado cómodamente en los imaginarios socia-
les. Esto, a pesar de que otros no menos significativos, como el referido a lo
indígena y a la Madre Tierra, se han desmoronado, despedazados por sus
propios autores.
Los triunfos electorales oficiales constituyen una tendencia que, aun
cuando se relacione tan íntimamente con la fase de prosperidad de nuestro
comercio externo, ha alcanzado el rango de una marca propia, con la que el
público identifica y distingue a esta tienda política.
Para una importante cantidad de electores, el crecimiento económico, y
las obras y flujos redistributivos que lo acompañan, son creación del talento
gubernamental. Para esos fieles votantes en los comicios nacionales, la exis-
tencia de factores favorables externos no le resta méritos.
El voluntarismo característico de las reuniones presidenciales y minis-
teriales y la vertiginosa movilidad del jefe de Estado, que cruza nuestro
territorio en todas direcciones, además de sus periplos internacionales,
premiaciones doctorales, etcétera, son parte de un paquete de “dedicación,
abnegación y pasos bien pensados”2 que apuntan en favor de la gestión gu-
bernamental.
Seguramente ni una improbable e imprevista catástrofe borrará este tipo
de memoria, cuando se rememore más adelante la gestión gubernamental
de 2006 a este año. Pueden —e indudablemente podrán— registrarse ma-
tices, desde los más fervorosos hasta los más escépticos, pero todos dentro
de los márgenes de ese registro.
Más allá de los errores de interpretación y el triunfalismo, son la cons-
tancia de votos y lo favorables que se muestran los sondeos cuando se pide

2  Esa es la interpretación más ajustada de los altos niveles de aprobación de la gestión gu-
bernamental, casi inquebrantable durante la mayor parte de los tres períodos encabezados
por el equipo gubernamental.
Bolivia 2013-2021 73

al público expresar su opinión sobre el gobierno los que han impulsado al


alto mando político gubernamental a unificarse firmemente alrededor de
su ya antiguo plan de reelección continua, que venía rondando las cabezas
de varios de sus más destacados representantes desde 2006. Ahora, la cúpu-
la masista en su conjunto y la de sus aliadas organizaciones sociales, parece
estar compactamente convencida de esta línea, con base en los resultados
electorales de diciembre de 2014.
En otras palabras, la sensación de certeza respecto a que el régimen se
ha consolidado, y que se basa en datos objetivos, sirve de plataforma a la
gran operación para la legitimación y legalización de la reelección presi-
dencial, eventualmente perpetua, como una vía segura para mantener el
control del poder público por lo menos hasta 2025.
Puede percibirse que el consenso se articula en torno a la muy sencilla
noción de “ahora o nunca”, nacida del balance entre tareas por cumplir y
adversidades y riesgos. Los resultados de las elecciones regionales, especial-
mente en La Paz, han sido el revés más duro sufrido por esta estrategia. Sin
embargo, hasta el momento se han hecho todos los esfuerzos por superar y
olvidar el mal trago, confiando en que tendrá cortas proyecciones.
La apuesta se apoya en dos pilares: i) la consolidación gubernamental
ha madurado y no cuenta con adversarios partidarios, ni siquiera a escala
de proyecto inicial; y ii) la hegemonía ideológica del régimen tolera perfec-
tamente las deserciones y abdicaciones en las que este ha incurrido en su
transición de poder constituyente a poder constituido. Ambos elementos
representan lo establecido y durable del proceso, mientras que los estrate-
gas masistas prefieren obviar o subvalorar todo aquello que genera tenden-
cias de modificación, inestabilidad o fractura.

Realizaciones versus abandono


De las tareas y objetivos que originaron la reforma estatal, son los del área
económica los que han alcanzado el más alto nivel de cumplimiento. Esto
es visible principalmente en la recuperación del control estatal de riquezas
naturales, en el ensanchamiento del rol del Estado en la economía y en una
mayor redistribución del excedente a través de un cambio inamovible, de
subsidios y bonos focalizados y otras medidas similares.
74 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Las “grandes obras”, que ocupan cada vez más espacio en la gestión,
pueden inscribirse eventualmente en este rubro, con beneficio de inven­
tario en un balance sobre costos y beneficios (incluyendo los que capturan
informal e ilícitamente miembros de la burocracia gubernamental y
sus clientelas), que debe incluir precios, beneficios reales, actuales y en
proyección.­
Los voceros económicos gubernamentales insisten en atribuir todas las
ventajas y avances a la presunta vigencia de un modelo económico “social
comunitario” y casi ninguna al gran flujo de recursos que proviene de bue-
nos precios de nuestros exportables. Como ya se ha apuntado en ocasiones
previas, lo sustancial del cambio de modelo, que efectivamente se ha dado,
radica en una combinación exitosa de la nacionalización de hidrocarburos
con un monetarismo convencional y una restringida, pero importante, de-
rivación de recursos al gasto social.
Los grandes vacíos económicos se resumen en el práctico abandono de
estrategias y políticas para modificar la matriz productiva y la regresión
hacia un esquema de crecimiento desarrollista propio de mediados del si-
glo XX, que no ha podido alcanzar hasta ahora ninguna de sus pregonadas
metas de industrialización3.
En la esfera política, el abandono de la idea de construir un Estado plu-
rinacional es la más visible de las renuncias de la conducción política gu-
bernamental. Esta deserción estratégica se desnuda con la inmovilización
de las autonomías4, que concuerda con la manifiesta propensión a concen-

3  Los mayores hitos que se han conquistado en este rubro se resumen al secado del gas
natural; la planta para elaborar urea y una reducida planta experimental de extracción de
litio. Ni siquiera los cocaleros, con toda su fuerza y representación en el gobierno, han vis-
to avances en la industrialización de la coca. El gobierno, que ha construido febrilmente
carreteras, no garantiza la viabilidad permanente de los caminos que unen Cochabamba
y Santa Cruz, por lo que su obstinación en construir la carretera del TIPNIS bien puede
interpretarse como un afán de compensar a la población del Chapare, ofreciéndole, de
hecho, “soberanía” sobre nuevos territorios de donde se pueda extraer una considerable
masa de recursos naturales, abriendo campo a los agronegocios y la ganadería y, princi-
palmente, al mercado de tierras que acompañará la ampliación de la frontera agrícola y
económica en general.
4  Sencillamente negadas y proscritas, como pasa con el ejercicio de los derechos constitu-
cionales para los pueblos del TIPNIS, o reducidas a una discreta modalidad de autonomía
municipal para los pueblos que han optado por la vía formal que ofrece la Ley Marco de
Autonomías.
Bolivia 2013-2021 75

trar el poder, que atropella de frente a las generalizadas demandas de ma-


yor descentralización. Esto evidencia que el gobierno rema por recortar y
dar marcha atrás a procesos avanzados antes de su llegada.
Este estancamiento, aunado a la cancelación del ejercicio de control
social mediante acuerdos nítidamente prebendales con dirigentes de or-
ganizaciones sociales, así como el cierre de vías para cualquier avance de
formas democráticas interculturales, ha trastocado la edificación de un Es-
tado plurinacional por la de un Estado “policorporativo”, a cuya sombra
prospera la acumulación capitalista de fracciones empresariales, nacidas y
derivadas de sectores populares5.
La manera en que se han dispuestos decenas de millones de dólares
(más de 300 millones, según algunas estimaciones) en el Fondo campe-
sino (FONDIOC), sumada a que la única rotación de cargos es la que
se aplica a candidaturas parlamentarias y municipales, a la distribución
de diversos puestos burocráticos gubernamentales y a nombramientos
de dirigentes de organizaciones sectoriales, así como la condonación de
deudas, asignación de áreas de trabajo o, directamente, entrega de ya-
cimientos u otros recursos naturales, es como se aseguran alianzas con
las dirigencias de las más importantes organizaciones y estructuras cor­
porativas.
Todas estas flaquezas no han agotado la expansión de la participación
política de importantes sectores populares, que expresan de diversas ma-
neras una creciente conciencia sobre el ejercicio de sus derechos; esto am-
plía objetivamente el espacio democrático. Sin embargo, se mantienen y
empeoran formas de presión y proscripción sobre la oposición partidaria
organizada6, así como sobre la disidencia y cuadros sindicales, e inclusive
sobre organizaciones sociales íntegras, remisos a disciplinarse ante las ór-
denes oficiales.

5  El anexo de este documento se ocupa una vez más de las contradicciones y de la evolución
que ha ido tomando cuerpo en el seno de clases y sujetos sociales populares, especialmente
en la ruptura entre indígenas y campesinos, como cuestión central.
6  El deterioro de la antes ya pésima administración de justicia, la domesticación de los
tribunales electorales y el desquiciamiento de la Policía —cuya fuerza se usa con la de las
FF. AA. para beneficio oficial, intercambiando estos servicios por una actitud permisiva y
laxa respecto a las irregularidades que se verifican en esos aparatos represivos— es parte de
las mencionadas restricciones.
76 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

El mayor retraso se verifica en la reforma ética e intelectual que pro-


metía el proceso de cambio. El progreso observado hasta ahora queda en
una focalización de la atención social contra las expresiones más descarna-
das de racismo y discriminación. Pero los avances legislativos para ponerle
coto a esta herencia colonial son francamente insuficientes, lo mismo que
las casi inexistentes políticas para promover cambios educativos y de rela-
ciones sociales que las modifiquen consistentemente7.

Tres obstáculos
Vistos la contraposición y el equilibrio entre fortalezas y debilidades, avan-
ces, rezagos y retrocesos del proceso y sus cambios, puede corroborarse
que la voluntad social prevaleciente sigue inclinándose por la indulgencia
ante el régimen. Este y el próximo año serán decisivos para verificar la pro-
fundidad y la firmeza de la adhesión y permisividad ante el desempeño del
gobierno, en una fase en la que crecerán adversidades que hasta ayer eran
débiles o inexistentes.
La mayor de estas pruebas es la situación de estrechez relativa a la que
nos conduce el declive de los precios de hidrocarburos y minerales y, se-
cundariamente, de los alimentos (que tienen mejores y más rápidas posi-
bilidades de recuperación que los anteriores). Un vigoroso dueto entre el
ministro de Hacienda y el vicepresidente han fortalecido la propaganda en
sentido de que las inversiones estatales y el consumo interno nos protege-
rán de los efectos recesivos importados.
Los importantes recortes de ingresos y, consecuentemente, de las co-
participaciones tributarias, desacreditan tal interpretación y obligan a que
se baje el tono, aunque sin dejar de insistir en que, de cualquier manera,
permaneceremos fuera de la zona de riesgos mayores.
Adicionalmente, esta primera amenaza para mantener la estabilidad y,
consecuentemente, el plan de reelección continua, aumenta con la adop-
ción de recortes presupuestarios, supresión de subsidios y alza del celo re-
caudador estatal.

7  De hecho, las agresiones contra mujeres y menores no han dejado de proliferar y empeo-
rar, como en otros países del continente; pararlas es un desafío mayor.
Bolivia 2013-2021 77

Inhibidos en principio de poder recortar las inversiones para obras gi-


gantescas (teleféricos urbanos, carreteras como la del TIPNIS, centralita
nuclear) —ya que tales proyectos cumplen un rol central en viabilizar la
estrategia continuista—, los funcionarios responsables del Servicio de Im-
puestos Nacionales realizan excursiones de cacería para apretar a los con-
tribuyentes habituales y alcanzar a nuevos y reticentes. Con ello buscan
amortiguar la merma de ingresos, lo que está provocando el incremento
y la aceleración de la segunda amenaza, que consiste en el surgimiento de
exigencias corporativas y de diversas formas de presión sobre los precios al
consumidor.
La política gubernamental intenta paliar estos efectos con sus planes de
grandes obras y realizaciones (a las que debería agregarse la demanda plan-
teada ante la Corte Internacional Judicial de la Haya), entre otras8. Todas
ellas refuerzan el viraje programático de tipo desarrollista, con un compo-
nente nacionalista cada vez más marcado, que se apoya en las declaraciones
oficiales de que estaríamos en condiciones de aspirar a un rol de “potencia
regional”.
De ese modo, la propaganda sobre la centralita nuclear9, asociada a la
consigna de “núcleo energético continental”, se difunde bajo una modali-
dad esencialmente emocional e irracional, de orgullo patrio, soslayando el
debate sobre cuestiones objetivas, como costos, beneficios, riesgos y ven-
tajas comparativas. Es la misma manera en que el Ejecutivo ha procedido
hasta ahora con la carretera por el corazón del TIPNIS.
Es indiscutible la eficacia de este enfoque y la de los mensajes que genera
y acompaña, vistos desde la óptica de los resultados en las elecciones na-
cionales­y desde la agregación persistente de poder que le han consentido
montar al MAS. Pero las obras realizadas y proyectadas no permiten con-

8  Los significativos éxitos internos que ha conseguido hasta ahora con un enfoque de frente
unido y plural, al lado de la estruendosa molestia que embarga, por vez primera desde 1879,
a la Cancillería de Chile y a casi todos sus políticos, pueden continuar siendo capitalizados
políticamente por el oficialismo (mientras no se supere un cierto límite de sobreexplotación
al que se ha estado acercando). Esto, hasta que se resuelva la objeción presentada por Chile,
cuando se abrirá otra etapa, que estará signada según cómo dirima la Corte de la Haya estos
asuntos.
9  La denomino así porque, con un presupuesto de algo menos de 2.000 millones de dólares,
su capacidad de generación será muy limitada. Véase: http://www.cienciayenergia.com/
Contenido/pdf/020313_rad_tn.pdf, p. 40.
78 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

tener­la seguidilla de presiones corporativas10 —el segundo riesgo para la


estrategia de reelección— que se ha desatado como producto de la menor
disponibilidad de recursos, y de los ajustes y recortes que se está implemen-
tando.
La estrechez económica relativa y el crecimiento de las demandas sec-
toriales-corporativas condicionan una agitación interna dentro del MAS,
acrecentando sus fisuras internas, que se perfilan como un tercer escollo
que puede cobrar una proyección insospechada. Justo ahora que se requie-
re mantener y reforzar su monolitismo para acometer reformas institu-
cionales que abran los candados constitucionales o una “vía alternativa”
(mencionada pero no explicada por algunos dirigentes campesinos) para
legalizar la reelección.
Las reformas institucionales en proceso o en espera (electoral, judicial,
de la Policía) tienen un potencial de riesgo suficiente como para conformar
más adelante un cuarto frente contra el plan de reproducción del poder
constituido. La mediocre y declinante calidad de la gestión, los altos niveles
de abuso de poder y otras formas de corrupción ya han desatado, en ante-
riores coyunturas, explosiones de exasperación social.
La ventaja que hoy representa para el Ejecutivo tener a su disposición
a las directivas de las organizaciones sociales puede llegar a serle rápi-
da y gravemente perniciosa, porque la neutralización de los canales for-
males para transmitir al Estado demandas y reclamos (partidos políticos,
sindicatos y otras organizaciones sociales) y el bloqueo de los informales
(papel que ejercían las ONG, medios masivos de difusión, organizaciones
“cívicas” y otras, hoy notoriamente intimidadas), prácticamente empuja a
que la protesta y la demanda social se inclinen por generar movimientos
sociales (entendidos como acción directa espontánea). Esta es la modali-
dad más temida por el gobierno, que conoce íntimamente su alto poder
de impacto.
De tal forma que la pérdida de autonomía social que se ha venido alen-
tando metódicamente desde el Estado para fortalecer su poder y capacidad

10  Las de panificadores, comerciantes de carne y cooperativistas mineros son las que están
en curso, junto a movilizaciones regionales en desarrollo o listas para iniciarse, en tanto que
se anuncian las de campesinos (probablemente vinculadas a la gran inquietud de muchos
dirigentes complicados por el lento avance de las investigaciones sobre el FONDIOC).
Bolivia 2013-2021 79

de control político, lo pone en la perspectiva de caer preso de su propia


trampa.
Y es que al ejercer no solo el monopolio del uso de la fuerza, sino el de la
representación política por la vía de fusión partido-Estado-organizaciones
sociales11, obliga a que reivindicaciones relativamente sencillas de resolver-
se puedan entrabarse fácilmente y derivar en choques mayores, debido a
la pesadez burocrática de un aparato de representación política, agrietado,
además, por las querellas de los intereses de los sectores que lo sustentan.
La búsqueda de recuperación de autonomía social y las demandas de
autonomías territoriales, incluyendo las departamentales, que esta vez pue-
den empezar a hacer palanca desde lugares no tradicionales12 o convencio-
nales, ocupará un espacio creciente en los siguientes meses. Si dicha ten-
dencia cobra vigor, puede modificar notablemente la faz de los conflictos
en el país.

Junio de 2015

11  Lo que el vicepresidente del Estado llama “Estado integral”, en una acepción propia suya
y muy alejada de la categoría de Gramsci, que trata de utilizar como justificación.
12  Como podría ser el departamento de La Paz, donde la autonomía obtuvo un respaldo
llamativo, por encima del 78%, en el referendo de 2009 (por encima de lo que obtuvo en Santa
Cruz en 2008 en su referendo departamental), y triunfó este año el candidato a gobernador
de Sol.bo, cuyo programa puso énfasis precisamente en la autonomía. Las objeciones que el
hoy gobernador ha presentado para modificar el proyecto de estatuto (apenas formalmente
autonómico y, en el fondo, rutinariamente centralista) aprobado el año pasado por su
Asamblea Departamental controlada por el MAS, muestran, por su debilidad —aunque
ciertos opositores pueden sensibilizarse y tratan de incorporar estas demandas—, que
ninguna corriente representada electoralmente ha reflexionado lo necesario para encabezar
estas demandas y lograr el desarrollo de todo su potencial.
80 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Anexo

Nuevo bloque de poder y contradicciones entre


indígenas y campesinos en Bolivia

El bloque de poder depurado


La composición de los responsables de la conducción estratégica del go-
bierno se corresponde con una depuración del bloque social en el poder,
en beneficio de las fracciones campesinas de mayor grado de maduración
empresarial (campesinos exportadores, principalmente cocaleros y me-
dianos soyeros), importadores (“comerciantes populares”, como los llama
el antropólogo Nico Tassi), grandes propietarios del transporte terrestre
y una activa burguesía burocrática13, gestora de negocios y oportunidades
para todos ellos.
Este núcleo del poder estatal reafirmó un acuerdo previo con la banca,
que no es parte del bloque, pero que lo acompaña establemente y que ha
avanzado un armisticio con los agroexportadores menos comprometidos
con el sector duro de terratenientes que encabezó la resistencia anticonsti-
tuyente en 2008.
Esta franja de acompañamiento del nuevo bloque de poder se comple-
menta con los ejecutivos de corporaciones petroleras y mineras transna-
cionales, quienes se han adaptado con rapidez al nuevo estado de cosas que
rige en Bolivia.

13  Uso la categoría siguiendo la de Charles Bettelheim (1978, Las luchas de clases en la
URSS, Segundo periodo, 1923-1930, vol. 1, Madrid: Siglo XXI, p. 36), quien la define como
compuesta por “agentes de reproducción, distintos a los productores, que [...] tienen [el
poder de disponer] efectivamente de los medios de producción que pertenecen formalmen-
te al Estado”, así como del excedente que producen esos medios estatales. Afirma que no
necesitan ser agentes conscientes de la burguesía, pero terminan asimilándose a ella por
“su interés material y situación social”. Más adelante se identifican particularidades de esta
fracción de clase en nuestro país.
Bolivia 2013-2021 81

Diferenciación entre indígenas y campesinos


La principal producción teórica que acompañó la evolución del proceso
constituyente identificó a indígenas y campesinos como el agente revo­
lucionario propio y particular del proceso boliviano en este momento his-
tórico.
A partir de esa noción, lo indígena originario campesino (IOC) se con-
sagra como trinidad/unitaria, sujeto y esencia de la revolución democrática
y cultural, según el art. 2 de la CPE y la definición del carácter plurinacional
del Estado.
Lo IOC intenta fusionar lo clasista y lo étnico como eje de la econo-
mía, la democracia, la cultura y la justicia plural, y como ruta de tránsito
hacia un distante socialismo comunitario. La IOC parte del entendido de
que indígena es una categoría esencialmente cultural y campesina, clasista.
Asumiendo ese distinto sustrato, ambas aluden a un solo sujeto social co-
lectivo, es decir, conglomerados con intereses y prácticas propias y diferen-
ciadas, con capacidad de actuación política e ideológica autónomas.
Sin embargo, respetando la distinción entre clase y cultura, en nuestra
realidad concreta es posible establecer particularidades económicas que
distinguen a cada una de estas categorías y que se aplican en cuatro as-
pectos centrales: i) el tipo de propiedad predominante de la tierra entre
cada una de ellas; ii) su relación con el mercado del trabajo; iii) la división
técnica del trabajo y iv) su vinculación con corrientes migratorias y de ur-
banización.
Aplicando esos criterios, los campesinos son propietarios individuales
de parcelas dedicadas principalmente a la agricultura o la ganadería, com-
pradores y vendedores de fuerza de trabajo, que residen una parte consi-
derable del año en áreas urbanas, que combinan sus actividades agrope-
cuarias con multiempleo y multiocupación (comercio, transporte las más
frecuentes, pero no las únicas) y con origen étnico y cultural indígena.
Los hoy llamados indígenas, habitualmente en posesión de “chacos” fa-
miliares, según las costumbres de su comunidad, residen en TCO, recono-
cidas o no legalmente como tales. Tienen una vinculación esporádica con
el salario (casi siempre como vendedores de fuerza de trabajo), así como
con actividades económicas ajenas a las que practican en su comunidad.
82 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Estas actividades incluyen recolección, pesca, caza y agricultura y gana-


dería en las tierras bajas y minería en las tierras altas; de allí el enfoque
predominantemente territorial de sus reivindicaciones.
En términos demográficos, los indígenas representan una minoría neta
del total de la población rural (incluyendo a la totalidad de comunidades
de tierras altas y bajas) y su peso económico es casi indetectable en la actual
composición del PIB. En contrapartida, en sus territorios se ubica prácti-
camente la totalidad de reservas hidrocarburíferas nacionales probadas y
probables, yacimientos minerales, acuíferos y gran parte de las reservas de
biodiversidad.
Con referencia a los campesinos —clase social cuya existencia se re-
monta a la Revolución Nacional de 1952—, debe tomarse en cuenta que la
pequeña producción agropecuaria ha seguido una trayectoria que la con-
duce del mercantilismo al capitalismo, cuando es exitosa, o a la migración
urbana que, a la postre, tiene un resultado similar en la mayoría de los
casos, al ubicar al migrante relativamente exitoso en una situación de mi-
croempresario o de asalariado muchas veces proletarizado.
El proyecto político que ha ido decantando el MAS se basa en ignorar y
negar las trayectorias divergentes de campesinos e indígenas, caracterizán-
dolas como “tensiones creativas”.
Aquí se plantea como hipótesis que ese ocultamiento de las contradic-
ciones favorece a las fracciones campesinas más competitivas desde el pun-
to de vista capitalista. Estas fracciones se inclinan muy rápidamente, con
activo impulso de sus representantes estatales, a incrementar su capitaliza-
ción mediante la acumulación de tierras para la captura de rentas, ante la
creciente demanda de agroexportadores extranjeros (brasileños, menoni-
tas, colombianos, argentinos) y algunos locales.
Los problemas que confronta el gobierno con los indígenas, incluyendo
los que han impulsado las marchas convocadas por la CIDOB, obedecen a
la dinámica descrita, cuyo desenlace, si se resuelve como está ocurriendo
hasta ahora, será a favor del grupo rentista de la tierra, para consolidar un
activo mercado de tierras.

Junio de 2015
El Fondo campesino y la contraofensiva
por la reelección

La relación entre el segundo capítulo de la guerra oficial contra ciertas


ONG, el informe sobre el Fondo de Desarrollo para los Pueblos Indígena
Originario Campesinos (FONDIOC), el voto en favor de estatutos autonó-
micos y el descenso de los precios del crudo definen los límites un espacio
donde convergen las contradicciones y las pugnas de la sociedad.
Después de que lo electoral cedió el primer plano a las crecientes ma-
nifestaciones ante una coyuntura de desaceleración económica, desde el
centro de ejercicio del poder se adoptan decisiones para diluir el impacto y
la importancia de la disminución de ingresos, como condición indispensa-
ble para mantener su condición dominante por la mayor cantidad posible
de tiempo.
No se trata únicamente de que el descalabro de los precios de los hidro-
carburos, como parte del conjunto de materias primas que exportamos,
ponga en evidencia la fragilidad e improvisación de las afirmaciones gu-
bernamentales sobre las perspectivas económicas de este y el siguiente año.
Se trata también de que estas tendencias ponen en un brete las previsiones
adoptadas para coronar la estrategia de reelección continua de las princi-
pales autoridades de gobierno.

Expectativas y realidades económicas


Desde septiembre del año pasado, inclusive, hasta el primer trimestre de
este, el ministro de Economía y el vicepresidente del Estado hicieron sus
mayores esfuerzos para propagar la idea de que el final del superciclo de
precios de materias primas afectaría poco o nada al modelo “productivo

[83]
84 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

social comunitario” 1 que, según el lenguaje propagandístico que utilizan,


rige y tiene vigencia en el país.
El avance de la tormenta económica internacional, en la que las tur-
bulencias de la economía china están alcanzando cotas altas que afectan
implacablemente a los vendedores de commodities, ha obligado a que el
optimismo gubernamental realice un ajuste del 22% a la baja de sus expec-
tativas de crecimiento (del 5,9 al 4,6%).
El presidente del Estado, quien desde el año pasado se mostró más cau-
teloso que sus voceros económicos, reconoció en su discurso anual ante el
Congreso que la reducción de ingresos bordearía los 2.500 millones de dó-
lares2 —cifra que ya ha trepado a 3.300 millones de dólares al 7 de septiem-
bre de 2015—, y ha alertado que será necesario “ajustarse los cinturones”.
Por lo pronto, la contracción de los precios internacionales obliga a una
disminución de alrededor del 20% en los presupuestos departamentales, mu-
nicipales y universitarios, con el consiguiente riesgo de que se detonen las de-
mandas de cualquiera de esos sectores. El gobierno está decidido a desplegar
esfuerzos para que no se vuelva a presentar una situación como la que tuvo
lugar con el conflicto potosino, que es probablemente el último en el que las
autoridades puedan exhibir una actitud de tan grande desdén y desparpajo3.
Sin embargo, pese a que el desempeño efectivo de la economía se ha dis-
tanciado de las optimistas metas oficiales, el país exhibirá un rendimiento
claramente superior al resto del continente, manteniendo el vistoso primer
puesto que se había pronosticado. Es más, los datos macroeconómicos ac-

1  La línea argumental descansaba en que la estructura del modelo, “basado en el consumo y


la inversión pública”, recibiría un impacto “no mayor a 40 o 60 millones de dólares”, aunque
los precios del barril de crudo descendieran hasta los 30 dólares. En consecuencia, la
previsión de crecimiento de 5,9% anual del PIB que consigna el PGN se mantendría intacta.
Evidentemente, el consumo se ha incrementado, como lo demuestra el hecho de que entre
“2006 y 2013, las ventas de los supermercados de los y los restaurantes se incrementaron casi
700%” (véase: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=202510). A inicios de septiembre
el gobierno ha vuelto a insistir en que creceremos por encima del 5% (véase: http://www.
eldeber.com.bo/economia/economia-crecio-20-primer-semestre.html
2  Véase: https://n9.cl/58nul
3  A pesar de que más tarde se disculpó por la risa que le causaron al presidente las
demandas potosinas (véase: https://www.la-razon.com/sociedad/2015/08/04/evo-dice-que-
causan-risa-las-demandas-de-comcipo/), la inicial hilaridad oficial ante el pliego regional
refleja muy bien el estado de ánimo prevaleciente hasta hace pocas semanas en el staff
gubernamental.
Bolivia 2013-2021 85

tuales le permiten demostrar al gobierno que las afirmaciones de sus crí-


ticos respecto a que las buenas cifras registradas durante la última década
obedecerían únicamente a la elevación de precios de las exportaciones, no
son correctas.

Era de reajustes
Las tesis del “piloto automático” o de la “buena estrella” aplicadas a los re-
sultados económicos del país, efectivamente se desintegran cuando se toma
en cuenta que economías mucho más grandes y robustas, como las de Bra-
sil o Argentina, experimentan graves problemas, al igual que la venezolana.
La producción bruta del país apenas ha crecido y, en varios casos, ha
retrocedido respecto a sus índices históricos más elevados; es el caso del
petróleo, minerales o varios alimentos. Afirmar que el modelo oficial sería
una “economía comunitaria” es incongruente, dado el fuerte impulso que
han experimentado las relaciones capitalistas.
La adicción del modelo oficial a los recursos provenientes de riquezas
naturales no procesadas cobra ahora su factura, lo que se transparenta en
la angustiosa búsqueda de nuevas fuentes de tributación, que confronta al
fisco con comerciantes mayoristas de carne, cooperativistas y asalariados
con sueldos mayores al promedio nacional.
Las contradicciones son todavía mayores cuando, bajo la enorme pre-
sión que supone la persistente caída de las reservas probadas de hidrocar-
buros, el gobierno adopta medidas de estímulo a las transnacionales para
que aceleren o intensifiquen la alicaída exploración. Tales alicientes han
llevado a levantar zonas de reserva y territorios indígenas y a ofrecer “pre-
mios” a gobernaciones, municipios, universidades y otros si invierten en
exploraciones que resulten exitosas.

Ofensiva contra ONG y medios


La desmedida importancia de los ingresos por exportación de hidrocarbu-
ros en una economía de corte desarrollista tradicional, y la ineludible nece-
sidad de mantener abastecido al mercado interno a precios relativamente
bajos, hacen que el hallazgo de nuevas reservas sea la mayor preocupación
estratégica de los gobernantes en el campo económico.
86 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Como, además, estas necesidades de largo aliento se imbrican con su


plan de reforma constitucional para la reelección continua, el despliegue
de la segunda gran ofensiva contra ONG no alineadas se ha disparado con
el mayor ruido posible. Los gobernantes sentían que era necesario para
detener en seco cualquier acción que dichas instituciones pudieran estar
llevando a cabo que se cruce con sus planes petroleros. Además, eso les
permite obtener resultados disuasorios y de intimidación para cualesquier
otra que quisiera hacerlo más adelante.
Ya se ha precisado en un análisis anterior que la instintiva desconfianza
de este gobierno en particular4 contra las ONG se relaciona con el hecho
de que algunos de sus más notables personeros conocen de primera mano,
por experiencia propia, cómo y por qué algunas ONG han sido parte del
sistema (informal) de representación política5. De hecho, la existencia mis-
ma del MAS-IPSP resultaría inexplicable sin el papel de nodrizas asumido
por algunas de estas organizaciones en las primeras fases de desarrollo de
dicho movimiento político.
Las capacidades de irradiación ideológica, agitación, propaganda y mo-
vilización, además de la especialización en formación, educación y promo-
ción de cuadros de las ONG, son ampliamente conocidas. En gran parte,
estas capacidades son el resultado casi natural de que tantas de ellas hayan
nacido al impulso de iglesias (especialmente la católica) y que hayan ser-
vido de santuario y fuente de empleo a importantes contingentes de mili-
tancia izquierdista —principal, pero no exclusivamente— en tiempos de
dictadura.
Una parte sustancial del debate de la reforma constitucional (2006-2008)
muestra claras líneas de conexión6 entre la dirigencia de organizaciones y

4  Es bueno recordar que ese recelo se halla ampliamente extendido en una gran cantidad
de países; inclusive en varios de los que previamente parecían otorgar carta libre a tales
instituciones. La rebelión contra la influencia foránea, la lucha contra el terrorismo, el debi-
litamiento o el fortalecimiento del Estado son algunos de los argumentos que se ha invocado
para justificar esta “epidemia” internacional de suspicacia.
5  De allí el despectivo mote de “parapartidos” que ha comenzado a darles el vicepresidente
del Estado.
6  Las múltiples coincidencias entre las Constituciones de Ecuador y Bolivia, por ejemplo,
exhiben las conexiones entre dirigentes y organizaciones sociales, campesinas e indígenas
principalmente, tanto como de redes de ONG y académicas, que han servido de usina y
transporte de contenidos conceptuales muy significativos. En el texto El Pacto de Unidad y el
Bolivia 2013-2021 87

movimientos sociales con determinadas ONG, o con individuos que las


fundaron o que pertenecieron a una o varias de ellas.
Tales antecedentes se han usado en esta nueva ofensiva7 para crear un
verdadero clima macartista, basado en el supuesto monopolio estatal ya no
de la fuerza legítima, sino de la opinión y la acción política. La rudeza del
ataque ocasionó críticas entre varios intelectuales, académicos y activistas
internacionales tan destacados como Boaventura de Souza Santos y Alber-
to Acosta, entre otros, obligando a una respuesta vicepresidencial calificada
de forzada e insincera8 por alguno de ellos.
En esta oportunidad el ataque se desarrolló simultáneamente contra
varios periodistas y medios que sufren desde hace años acciones de hos-
tigamiento y desprestigio, o a quienes se les niega participar en la torta
publicitaria administrada por el Estado o, más frecuentemente, de ambas.
Esto muestra un pico en los niveles de intolerancia, habitualmente bastante
elevados.
En una situación en que la economía aporta por ahora más preocupa-
ciones que alegrías, mientras que los plazos y procedimientos para una re-
forma constitucional no dejan de enredarse, el talante oficial no es de los
mejores para aceptar problemas en el espacio del sistema de representa-
ción, donde ONG y medios desempeñan tan importante papel.
Desde el punto de vista de quienes quieren y sienten que necesitan exten-
der su control del poder indefinidamente, no basta con haberse asegurado
una superioridad electoral tan categórica, ni con haber capturado a casi toda
la dirigencia de organizaciones sociales. Creen que es indispensable impedir
desde la cuna el surgimiento de focos de inconformidad o protesta.

Proceso de Construcción de una Propuesta de Constitución Política del Estado”, sistematizado


y compilado por Fernando Garcés y publicado con apoyo de UNITAS, NINA, CEJIS, SEN-
DA y otras (el PDF puede descargarse del sitio web de UNITAS), se encuentra una rica veta
de pistas sobre estas relaciones. Además, los asesores de organizaciones sociales casi siempre
son o fueron parte de esas organizaciones.
7  La anterior ocurrió en 2012 y se acompañó de la publicación de un texto vicepresidencial
consagrado al tema.
8  El vicepresidente negó su amenaza de expulsar a las ONG “que hicieran política”, aunque
está registrada en casi todos los medios de difusión. Esta negativa le ganó nuevas obser-
vaciones, véase: “ ‘Poco serio decir que fuimos engañados’. Maristella Svampa responde a
García Linera”. Véase: https://pueblosencamino.org/?p=1696
88 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

El desfonde del FONDIOC


El Fondo campesino, que funcionó hasta agosto de este año, contribuyó de-
cisivamente a remachar lealtades y apoyos de la dirigencia campesina me-
diante mecanismos clientelistas que se expusieron a la vista pública. Esto,
debido en parte a la magnitud de la malversación y el fraude, detectados
por algunos periodistas, pero sobre todo a la lucha de facciones dentro del
MAS.
La dimensión de los escándalos forzó el cierre y a la refundación inme-
diata del Fondo campesino, así como la renuncia de la ministra de Desarro-
llo Rural (figura muy cercana al presidente y muy apreciada por él9) debido
al informe de la interventora. La reacción del gobierno tiende a asegurar
buenas relaciones con los sectores usufructuarios del Fondo y a restaurar la
dañada imagen del Ejecutivo, aunque en su afán de hacerlo no haya dudado
en profundizar la separación entre campesinos e indígenas comunitarios,
anulando la representación de estos últimos en el Fondo reestructurado10.
Con estas últimas decisiones, la confrontación entre indígenas y cam-
pesinos se ahonda y empeora, después de la prolongada historia de cho-
ques por el control y usufructo de tierras categorizadas como TCO, y que
se quiere incorporar a la ampliación de la frontera agrícola y al mercado
de tierras. La prolongada lucha por el TIPNIS es solamente la más grande
y conocida de esas pugnas; también expresa las tensiones en torno a la
falta de un auténtico reconocimiento estatal de una verdadera autonomía
indígena.

Estatutos autonómicos y reforma constitucional


Desde el punto de vista del funcionamiento de las autonomías, la impor-
tancia que le concede el gobierno a los referendos autonómicos de este mes

9  La exministra ya ha sido públicamente exculpada por el jefe de Estado, quien se ha refe-


rido a ella como una víctima de una representación excesivamente numerosa de dirigentes
en el directorio del Fondo.
10  Si el nombre del Fondo reflejara lo que ha hecho o lo que se ha definido para el reciente-
mente creado o refundado, habida cuenta de los criterios empleados para seleccionar a los
proyectos y beneficiarios, más que Indígena o Campesino, debería llamarse “Fondo Parti-
dario”.
Bolivia 2013-2021 89

parece partir del supuesto de que el voto positivo en favor de estatutos ela-
borados por órganos controlados por su militancia reforzaría su imagen
de actor favorable a las autonomías, y le auguraría buenos resultados en el
próximo referendo constitucional.
Lo real es que todos esos estatutos, departamentales o indígenas, ex-
presan las significativas restricciones que la Ley Marco de Autonomías ha
impuesto no solo a un desenvolvimiento autonómico, sino incluso al grado
de descentralización que se había logrado previamente. Por ello, su muy
probable aprobación en todos los casos no modificará tales límites, ni la
tendencia centralizadora del partido de gobierno. Al mismo tiempo, tam-
poco mejorará la chance del gobierno de ganar en un referendo destinado
esencial, sino únicamente, a autorizar la reelección.
Los verdaderos problemas a los que se enfrenta la obtención de ese
objetivo no son ni la oposición política —casi borrada de la escena— ni
la acción crítica de medios, periodistas u ONG. El primer problema es el
control de daños que puede ocasionar la merma de ingresos y recursos
económico-financieros; el segundo es la complicada arquitectura de una
reforma constitucional, que permita que los cambios ofrecidos, excluyendo
la reelección, sean tan atractivos que viabilicen esta última.
La reforma de la justicia es el principal impedimento para desenredar el
resto del ovillo, porque el tiempo que reclama parece excesivamente largo
frente a las necesidades oficiales de abreviar plazos, antes de que se sigan
sumando las estrecheces presupuestarias, y los actores a convocar sean de-
masiado numerosos e imprevisibles11.
Por ello, lo más probable es que los gobernantes se inclinen por una
reforma “compleja” (es decir, con varias reformas), que tiene la ventaja de
atender el clamor social de cambios en el aparato de administración de
justicia, y puede servir para entreverar con otras la pregunta sobre la ree-
lección, para inducir su aprobación y tratar de garantizarla.

11  Si se atienden las expresiones contradictorias de sus voceros, aparentemente el MAS no


termina de decidirse entre presentar una ley de necesidad de reforma exclusivamente con-
sagrada a autorizar la reelección, como lo ha afirmado el primer vicepresidente de los dipu-
tados, Víctor Borda, en “Diálogo panamericano” del sábado 5 de septiembre, o “40 otras re-
formas”, según el anuncio del dirigente Hilarión Mamani, titular del CONAMAQ oficialista.
90 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

La insistencia vicepresidencial —seguida entusiastamente por todos los


voceros oficiales— de reemplazar la palabra reelección por “repostulación”
no atiende, ciertamente, a un criterio lógico o gramatical, sino al antece-
dente de que los electores desconfían de las reelecciones continuas, según
lo han mostrado al menos tres encuestas nacionales12.
En cualquier caso, el conjunto de manifestaciones de voceros guber-
namentales y de los dirigentes de la Coordinadora Nacional del Cambio
(CONALCAM) traslucen que el oficialismo ya ha decidido acelerar la rea-
lización del referendo de aprobación de la reforma de la Constitución, lo
que se explica por la aprensión que les generan las consecuencias de una
prolongación de la coyuntura de escasez13.
También se ha hecho público que han definido introducir la figura de
la doble reelección14, y que la autorización popular se envolvería, junto con
otras cuestiones, en una sola pregunta sobre el referendo popular necesario
para aprobar la reforma.
La oposición partidaria ha estado esencialmente ausente, y las pocas
oportunidades en que algún representante aislado de sus filas ha logrado
viabilizar iniciativas visibles para el público, se producen desinteligencias
internas que disuelven la capitalización partidaria o frentista de dichas ac-
ciones15.
De hecho, la oposición está tan debilitada que es altamente probable
que el MAS gane una nueva elección, incluso si cambia de candidato pre-

12  A contramano, efectivamente, de la última encargada por el gobierno a la empresa


IPSOS, según la cual los encuestados a nivel nacional estarían a favor de la reelección.
13  Y su influencia en el aumento dentro la coalición de presiones corporativas y fuerzas cen-
trífugas de fuerzas sociales nucleadas dentro y en torno al MAS, como se ha caracterizado
en el análisis de coyuntura anterior.
14  “La dirigencia explicó que Evo Morales fue elegido en 2009 y en octubre de 2014 fue
reelegido, por tanto el 2019 sería elegido y el 2024 debería ser reelegido, de ese modo se
cumple el texto constitucional que habla de dos reelecciones continuas, lo que llevaría a
Morales a permanecer en la silla presidencial por dos periodos” [el resaltado es nuestro]
(véase: https://n9.cl/5mbvt).
15  Un ejemplo típico es Rafael Quispe, exdirigente de CONAMAQ y actual diputado de
UN, quien da a conocer varias denuncias sobre el Fondo Campesino y que ha empezado a
denunciar al jefe de su partido por supuestas amenazas anónimas que le atribuye. La virtual
ruptura entre Demócratas y UN es otra expresión de las calamidades sin fin que promueve,
impulsa y enfrenta la oposición partidaria.
Bolivia 2013-2021 91

sidencial. Por ello, se puede arriesgar la hipótesis de que la búsqueda de la


reelección puede convertirse, con el transcurso del tiempo, en el camino
más peligroso para ese partido, porque si sus planes no funcionan como
espera, pondrá en riesgo, más que su futuro electoral, el de su propia vida,
pues no habrá conseguido superar la eterna historia de ultradependencia
de sus jefes o caudillos.

Septiembre de 2015
La búsqueda oficial de victoria
en el referendo

Si bien terminó imponiéndose la convocatoria a un referendo “simple”, en


el que se decidirá únicamente por una nueva reelección, contradiciendo lo
previsto en el anterior análisis, la evolución de los hechos que condujeron
al MAS a escoger esa modalidad y no la de una reforma “ómnibus”1 no ha
sido para nada sencilla, y presagia complejos nuevos escenarios.
Los tres planos principales que condicionan la futura disposición de
fuerzas que empieza a dejarse sentir son: el curso desfavorable que se man-
tiene y refuerza como tendencia principal de la situación económica inter-
nacional y, especialmente, la baja de precios de los commodities; la restruc-
turación de la disposición de fuerzas en el espacio continental y regional y,
finalmente, el mantenimiento de un estado de crispación y confrontación
de las escenas política y social en nuestro país.

Un vecindario agitado
Las novedades que han traído las elecciones de Argentina y Venezuela se
repiten tanto y concitan tal cantidad de comentarios y previsiones, que es
fácil perder de vista que nuestro subcontinente y el Cono Sur muy pocas
veces han sido escenarios apacibles.

1  Es decir, varias reformas en una sola consulta, como lo anunciaron voceros de la Coordina-
dora Nacional del Cambio (CONALCAM). Esta es la asociación de corporaciones y organiza-
ciones sociales que, con base a la convocatoria de las principales confederaciones campesinas
del país, respaldan a la gestión del gobierno actual. Los principales cambios a consultarse, si
esa era la opción escogida, se referirían a la administración de justicia, que ha quedado ahora
postergada, con el consiguiente crecimiento del descontento colectivo; también la retardación
de la puesta en vigencia de un plan que permita al Ejecutivo reforzar su control sobre los ope-
radores del Órgano Judicial, disminuyendo la visibilidad que hoy tiene esa sujeción.

[93]
94 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

El denominador común múltiple en este tercer quinquenio del nuevo


milenio se define por las dificultades que atraviesan prácticamente todos
los gobiernos que decidieron aprovechar, con diferente éxito y profundi-
dad, el espacio que dejó el repliegue hegemónico estadounidense en estas
latitudes.
Brasil, Argentina, Paraguay y los principales participantes del bloque
del ALBA adoptaron durante estos años políticas y rumbos que se zafaron
ostensiblemente del libreto predominante en los años de la Guerra Fría, de
las guerras de “baja intensidad” y de los “ajustes estructurales”.
Los gobiernos nacional populares2, que le dieron su sello particular a
estos últimos años en América Latina, presentan ciertos rasgos comunes,
aparte de cierta afinidad en política externa: una inclinación keynesiana,
nacionalista y desarrollista3 de sus políticas económicas y una indiscutible
mayor proximidad y permeabilidad a organizaciones, movimientos y sec-
tores populares, campesinos y de trabajadores, en comparación con todos
los gobiernos de la primera fase de la recuperación democrática.
La década de precios altos de las materias primas alentó el arraigo y
la proyección de estos regímenes, pero prácticamente todos, con distintos
matices y ritmo, están experimentando dificultades a partir del viraje del
mercado mundial. La merma de ingresos se acompaña, también de ma-
nera bastante uniforme, con el descubrimiento o puesta en evidencia de
gigantescos casos de corrupción, prebendalismo y clientelismo sistemático;
además, en países como Bolivia o Ecuador, de persecución a organizacio-
nes y sujetos críticos, incremento de tendencias represivas, cooptación de
organizaciones sociales y otros rasgos afines.
“Mensalao” (escándalo de las mensualidades, sobornos pagados a los
diputados para su apoyo a proyectos del Poder Ejecutivo) y “Lava Jato” (la-
vado de dinero que implica a grupos mafiosos, políticos y empresas) son

2  Descripción menos cargada ideológicamente que la de populista, usada más como adjeti-
vo (des)calificativo que como categoría de análisis, excepto en el caso de autores que, como
Laclau, se declaran teóricos del populismo e intentan emplear el término de un modo no
peyorativo.
3  Autores como el uruguayo Eduardo Gudynas prefieren caracterizarlos como extractivis-
tas, aludiendo a su estructural incapacidad de superar la dependencia de la explotación
y comercialización de materias primas (de modo prácticamente idéntico a los gobiernos
conservadores o liberales que desplazaron).
Bolivia 2013-2021 95

nombres que se ha dado en el Brasil a gigantescas operaciones de investi-


gación que están transparentando la colusión entre políticos (tanto de la
coalición oficial como de sus adversarios) y ejecutivos de empresas estata-
les y privadas; solo en el caso de “Lava Jato” han costado no menos de 6.000
millones de dólares.
El enriquecimiento de la familia presidencial y muchos altos funciona-
rios en Argentina, así como de la “boliburguesía” venezolana, la concentra-
ción de poder y riqueza de la familia presidencial en Nicaragua, y muchos
otros casos en todos los gobiernos calificados de “izquierdistas”, “socialis-
tas”, “progresistas” o “populistas”, configuran el panorama que está llevando
a los grupos conservadores a plantearse la supuesta apertura de un período
de restauración4 “neoliberal”.
Sin embargo, tal como en el caso de la crisis económica, que se desa-
rrolla en formas tan disparejas5, la situación política de cada uno de los
países es sui generis y, en la mayor parte de los casos, autónoma la una de la
otra6. De allí que el entusiasmo y la homogeneidad de los pronósticos que
se hacen a partir de la caída del kirchnerismo y la derrota legislativa del
gobierno chavista revelan más la impaciencia de los grupos dominantes de
antaño por recuperar el poder, que el descubrimiento del mecanismo de
una nueva oscilación histórica.

4  “Así, entre 2000 y 2015, mucha agua corrió bajo el puente. Frente a ello, vale la pena
preguntarse si la tirantez entre transformación y restauración en este cambio de época no
ha ido desembocando en un fin de ciclo, que bien podría caracterizarse como revolución
pasiva —como afirma M. Modonesi (2012)—, categoría de análisis histórico que, asociada
al transformismo y al cesarismo democrático, expresaría la reconstitución de las relaciones
sociales en un nuevo orden de dominación jerárquico. Triste y lamentable final sería
entonces el de nuestros gobiernos progresistas, que tanta energía colectiva y expectativa
política conllevaron, lo cual incluye por supuesto no solo las experiencias populistas, en
sus diferentes matices, sino las otras, como las del PT brasileño, que en el segundo mandato
de Dilma Rousseff atraviesa hoy su hora más aciaga, marcada por la corrupción, el ajuste
económico y el olvido de las promesas de transformación social” (Maristella Svampa en:
https://n9.cl/nq9uu)
5  Como la venezolana, que se ha precipitado a una situación próxima a la quiebra, la ecua-
toriana, mucho más controlada, la brasileña con características principalmente recesivas, o
la boliviana, que continua exhibiendo cifras alabadas por los organismos financieros inter-
nacionales.
6  En nuestro caso, dicha autonomía es menor, dada nuestra dependencia de las economías
de Brasil y Argentina, que son nuestros principales socios comerciales y los compradores de
nuestra principal exportación, el gas natural.
96 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

La salida de los Kirchner y la seria derrota del gobierno de Maduro en


las elecciones parlamentarias aumentan las posibilidades de cambios gu-
bernamentales en Brasil, Ecuador y Bolivia. Si esto llega a ocurrir, obedece-
rá a manifiestos errores de los gobiernos que enfrentan tal amenaza7, pero
de ninguna manera cabe esperar que se retorne a la situación anterior.
Los gobiernos que puedan reemplazar a los que están en capilla se en-
contrarán con al menos dos profundos cambios, que hacen poco viable el
sueño de restauración conservadora convencional. El primero es que está
en pleno desarrollo una multipolaridad política que sustituye la presencia
de EE. UU. como potencia exclusiva y excluyente. El segundo radica en la
fuerza y arraigo del empoderamiento social que ha ocurrido en estos últi-
mos años.
Es en América Latina donde los Estados Unidos han visto su mayor
repliegue de los últimos años, cediendo espacio económico y político a
nuevos actores, como China, y las posibilidades de que pueda recuperar su
anterior posición son más que remotas.
Respecto a los movimientos populares de la región, los gobiernos de
Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua han hecho todos los esfuerzos por
domesticarlos y someterlos8, con serias consecuencias para su autonomía,
organicidad, fortaleza, unidad y democratización interna. Pese al enorme
pasivo que eso representa, los intentos por desmontar y eliminar las con-
quistas y avances conseguidos encontrarán una resistencia cualitativamen-
te superior a la del pasado y, en general, a una significativa maduración de
la capacidad colectiva de identificar, reclamar y sostener el mantenimiento
de derechos reconocidos a lo largo de este último siglo.

Realidades económicas y era de reajustes


Los índices y tendencias económicos adversos se han seguido empeoran-
do durante este año, en la misma medida en que las posibilidades de re-

7  La temprana defenestración de los gobiernos de Zelada, en Honduras, y de Lugo, en


Paraguay, se diferencia de lo que está pasando ahora no solo por la participación militar,
junto a una ostensible digitación estadounidense en esos hechos, sino por la debilidad y la
escasa organicidad del movimiento popular en dichos países.
8  La relación entre el peronismo y los sindicatos en Argentina es muy anterior al kirchneris-
mo, y se rige por una dinámica muy diferenciada del resto de los países aquí mencionados.
Bolivia 2013-2021 97

cuperación parecen cada vez más lejanas. La pérdida acumulada por la


disminución del precio de nuestros productos de exportación supera las
previsiones más pesimistas9, y a los problemas del deterioro de los térmi-
nos de intercambio comercial están a punto de agregarse nuevas compli-
caciones, como el alza de tipos de interés que prepara la Reserva Federal
estadounidense10.
Sin embargo, mientras más enredado se presenta el panorama, más
optimistas y desafiantes son las declaraciones de los voceros económicos
bolivianos, al pregonar que “estamos blindados” ante la crisis y que tienen
fórmulas confiables y duraderas para sortearla o abortarla.
El mensaje oficial se atrinchera detrás de la información de que el des-
empeño económico de Bolivia es mejor que el de los otros países sudame-
ricanos y en una defensa cerrada de las virtudes de su modelo, presunta-
mente basado en la “fortaleza del mercado interno” y la inversión pública.
Indiscutiblemente, más allá de la gravedad de las malas noticias y el en-
trecruzamiento de argumentos teóricos, el gobierno ha conseguido nueva-
mente sorprender con su capacidad de iniciativa al anunciar la concesión
de créditos chinos por un monto inicial de 7.500 millones de dólares, que
incluso subirían a 10.000 millones, con lo que podría ejecutar un ambicio-
so plan de obras de infraestructura caminera, energética e inversiones en
otros campos (gran parte bajo la modalidad “llave en mano”, utilizada con
tanta frecuencia que tiende a convertirse en la norma).
Lo que no ha empezado siquiera a discutirse es la necesidad, pertinencia
y sostenibilidad de varias de las obras programadas porque, tal como con
la carretera por el TIPNIS y varios otros proyectos multimillonarios, no se
han dado a conocer los estudios y el respaldo conceptual, económico, am-
biental y científico con que se ejecutarían.
De hecho, la ejecución de grandes proyectos urbanos, como los trenes
de Santa Cruz de la Sierra y Cochabamba, o la multiplicación de ramales
del teleférico en La Paz y El Alto (que en conjunto se acercan a un costo de

9  La reducción de los ingresos por hidrocarburos y minerales alcanzará los 34.173 millones
de bolivianos (más de 4.900 millones de dólares) antes de que concluya el año. Véase:www.
paginasiete.bo/.../exportaciones-caen-317-superan-prevision-oficial- 78951.html
10 Véase:http://economia.elpais.com/economia/2015/12/06/actualidad/1449400109_
854218.html
98 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

1.500 millones de dólares), abren más interrogantes de los que resuelven,


debido a su elevado costo y a su escaso impacto en la solución de los pro-
blemas de fondo de las principales urbes.
Otros, como el conjunto del plan nuclear (2.000 millones de dólares),
incluyendo en primer plano la construcción de una minicentral nuclear
de generación eléctrica, se siguen propagandeando como presunta base de
la conversión de Bolivia en una “potencia energética regional”11, aunque
sin poner sobre la mesa los estudios de costo-beneficio y disponibilidad
de mercados. En cualquier caso, obedecen a una lógica que marcha a con-
tramano de priorizar las inversiones en energías limpias y carentes de los
riesgos que tiene la atómica12.
De cualquier manera, el gobierno afirma ahora que nuestra economía
crecerá no al 5,9%, como anunció a principios de año, pero sí al 5,01%, con
lo que se pagará el aguinaldo extra, que tiene una importancia crucial para
la estrategia de campaña favorable a la reforma constitucional, en la que se
decidirá la habilitación de Morales para una nueva reelección.
Mediante el gasto de reservas internacionales (RIN), un endeudamiento
externo acelerado y a gran escala, el incremento de la presión tributaria y la
penalización a los contribuyentes tradicionales, el gobierno apuesta a fon-
do por mostrar una economía invulnerable a las convulsiones externas. Lo
ha conseguido en gran parte este año, pero es más que dudoso que pueda
sostener esa burbuja por mucho más tiempo.
Los enunciados de industrialización han quedado reducidos a realiza-
ciones vistosas13, pero definitivamente menores y completamente insufi-

11  La construcción de varias represas también presenta importantes cuestionamientos de


carácter ambiental, mientras que la viabilidad de la venta de electricidad a la Argentina, en
caso de que se construya las generadoras, entra en una fase de incógnita con el arribo de un
nuevo gobierno a ese país. Prácticamente ningún proyecto de generación cuenta con estu-
dios del costo de las líneas transmisoras a los posibles compradores internacionales.
12  La resistencia a la construcción de un centro de investigación nuclear en la zona de
Mallasilla, en La Paz, ha mostrado el recelo ciudadano a aceptar sin explicaciones los planes
del gobierno en este rubro. También ha puesto nuevamente de manifiesto la propensión que
este tiene de enfrentar grupos y sectores para manipularlos en beneficio del cumplimiento
de sus designios.
13  Las plantas de recuperación de líquidos del gas natural y la inconclusa petroquímica para
obtener urea en el Chapare son las principales. El progreso de la industrialización del litio
está más que demorado, y sin una clara perspectiva de evolución, mientras que la puesta en
Bolivia 2013-2021 99

cientes para lograr una transformación de la matriz productiva y del patrón


de acumulación.
La dificultad más grande que ha enfrentado y enfrenta el manejo de la
economía del país, con los éxitos y limitaciones que muestra hasta hoy, es
su completa funcionalidad a la visión de campaña electoral continua, prac-
ticada por el MAS durante la década que conduce el Estado.
Si esa lógica no cambia, las contradicciones y dificultades económicas
tenderán a proliferar y, con ellas, las presiones para que este gobierno o el
que lo suceda ingrese en una lógica de recortes y ajustes (devaluaciones
incluidas) en desmedro de los trabajadores y los sectores populares.

La campaña del referendo


Bien vistas las cosas, puede decirse que quien conduce las campañas, tan-
to por el Sí como por el No a la reelección, es el gobierno. La primera,
obedeciendo a una decisión consciente y deliberada, y la campaña nega-
tiva, por defecto, con base a las omisiones, errores y enredos de la admi-
nistración.
No existe ninguna conducción partidaria o social de la tendencia,
hasta ahora mayoritaria, por bloquear la reforma constitucional que, a
la medida de sus deseos, ha diseñado la conducción masista, y que será
puesta a prueba la tercera semana de febrero de 2016. Lo que hacen los
partidos opositores, los disidentes masistas y algunos dirigentes sociales
arre­pentidos o nunca sometidos al partido gubernamental es tratar de
amplificar y reiterar la oposición de los grupos sociales que se confronta-
ron al MAS desde el comienzo, o a la desilusión de aquellos que lo estu-
vieron apoyando.
Desde el uso del eufemismo “repostulación”, para amortiguar el reflejo
negativo con que reacciona la mayoría ante la idea de la reelección, hasta
una evidente aceleración de arrestos y trámites judiciales del caso de co-
rrupción del Fondo Campesino —como parte de la campaña—, el gobier-
no continúa ensayando infructuosamente diversas fórmulas para volcar la

marcha de metalúrgicas como la de Karachipampa presenta hasta ahora más problemas que
soluciones.
100 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

tendencia que se refleja en sondeos desde inicios de año hasta el último 6


de diciembre14.
Los mensajes y acciones ensayados para favorecer su opción intentan
adecuarse a la información que recogen los estrategas, sin cambiar un sóli-
do eje que convoca a votar por la estabilidad y la continuidad, por lo sabido
y conocido. El viraje a este registro, típicamente conservador, no se ha ini-
ciado en esa campaña; es la consecuencia necesaria de un vuelco, primero
al centro, que se advierte desde las elecciones regionales de 2010 (el lema de
campaña “Vamos bien” del año pasado lo retrata fielmente).
La base y el atractivo de este relato radican principalmente en la capa-
cidad del gobierno de seguir controlando las principales variables econó-
micas y de moderar los apetitos y las pugnas de los grupos corporativos
que lo sustentan. Pero incluso si consigue tales objetivos hasta el referendo,
todavía enfrenta el riesgo de que eso no alcance para asegurar la victoria
que le permita habilitar una vez más como candidatos para 2019 a la dupla
que conduce el Estado, el gobierno y el partido hegemónico.

Escenarios prospectivos
En el caso de que los esfuerzos no le alcancen al gobierno para un triunfo
del Sí, el MAS todavía tiene posibilidades de ganar las elecciones de 2019,
aunque, ciertamente, afrontando riesgos y complicaciones que no ha cono-
cido previamente. Una manera de hacerlo es presentando enrocados a sus
actuales candidatos (Morales a la vice y García a la cabeza), fórmula que
no está prohibida en nuestra Constitución. La otra es entregando la posta
a nuevos candidatos, de la mayor lealtad y docilidad posibles (un poco al
estilo Cámpora-Perón en la Argentina de 1973).
El orgullo y el amor propio del supremo conductor político serían la
primera y más evidente traba de la primera solución, y el riesgo de desatar
una pugna interna, eventualmente incontrolable, el de las dos señaladas.
Pero, incluso si triunfa el Sí por un estrecho margen, las condiciones que
se avecinan no le dan al MAS la certeza de que pueda volver a imponerse en

14  En todas, excepto en la encargada por el gobierno y ejecutada por la empresa peruana
IPSOS, el No lleva una ventaja aproximada de 10 puntos porcentuales, que varían según la
amplitud y la localización de la muestra seleccionada.
Bolivia 2013-2021 101

2019. Y es que, por todo lo señalado hasta aquí, va tomando forma, como
tendencia central de la coyuntura, que de esas elecciones nazca un gobier-
no débil, ya sea continuista o de fuerzas opositoras.
Si es del actual oficialismo, estará muy socavado por su errores y con-
tradicciones internas; si es de algún partido o coalición opositora, porque
los oficialistas de hoy mantendrán el control de muchos puestos gerenciales
clave del Estado, incluyendo posiblemente el aparato judicial y el Minis-
terio Público, encabezados por las más grandes organizaciones sociales.
Desde luego que este curso se alteraría seriamente si el empecinamiento
oficial por mantener y profundizar yerros lleva al desarrollo de escenarios
de desastre15.
En el fondo, dado que el gobierno se ha inclinado por dar una respuesta
economicista a todos los problemas, incluyendo los políticos y los estraté-
gicos16, todo dependería de la suerte del modelo ensayado por la conduc-
ción de esta área. Hasta ahora, como se ha apuntado reiteradamente, ha
sorteado los principales escollos y ha vadeado los sombríos pronósticos
opositores, pero es cada vez más inverosímil que pueda mantener dicho
desempeño a largo plazo con el desmoronamiento de los precios del gas17
y el deterioro de aquellos de los minerales (que podrían tener un porvenir
menos negativo, igual que los alimentos).
Aunque la oposición carece de propuestas, estrategia de triunfo o soli-
dez organizativa, este gobierno, igual que cualquier otro, necesitará consul-
tar y acordar un plan para enfrentar las dificultades que ya han comenzado.
Incluso puede verse ahora que el uso de reservas y el endeudamiento masi-
vo para mantener la inversión pública serán insuficientes para preservar (y

15  Como ejemplo e hipótesis, basta observar el deterioro actual del Órgano Judicial, pla-
gado de redes de extorsión, igual que la Policía, a lo que se añade la política benevolente
con que el Ejecutivo se relaciona con las Fuerzas Armadas. Si no se enmiendan y rectifican,
pueden dar sustento a grandes sobresaltos institucionales, que podrían desembocar en una
nueva crisis estatal.
16  Con esta denominación aludo a las trabas y deserciones observadas en la inconclusa
reforma y descolonización del Estado, la transformación de la matriz productiva y el patrón
de acumulación, así como a la apenas iniciada renovación ética e intelectual.
17  Este energético se ha abaratado más que el petróleo debido a la consolidación de enor-
mes reservas mundiales de gas esquisto. Por esta razón, la renegociación de precios con
nuestros compradores tiende a carecer del resguardo que le proporcionaba el estar vincu-
lado al del petróleo, y con muy pocas probabilidades de mejorar sustancialmente, por lo
menos en el próximo quinquenio.
102 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

menos para mejorar) la cantidad y calidad del empleo, la capacidad adqui-


sitiva de los salarios y el cumplimiento de todos los compromisos adquiri-
dos en forma de bonos y subvenciones. Mucho menos se podrá mantener
los privilegios de los dirigentes corporativos y de grupos como cooperati-
vistas, cocaleros o colonizadores.
La situación social y política puede deteriorarse con extrema rapidez, si
no se produce una rápida y consistente modificación de los hábitos de las
autoridades de imponerse a como dé lugar y confrontar continuamente a
sus críticos, para pactar, más bien, una plataforma conjunta de medidas de
emergencia, de reprogramación y reestructuración de la inversión pública.
Esta debería incluir pasos serios y verificables para transparentar las adqui-
siciones y contratos, así como la correspondiente rendición de cuentas en
todos los casos.
La reforma de la administración de justicia y de la Policía, el relanza-
miento de las autonomías y la descentralización, la recuperación de la inde-
pendencia sindical y la democratización de los sindicatos y organizaciones
sociales son otros temas que deben estar presentes en la búsqueda de acuer-
dos. De otro modo, cada uno de estos asuntos puede originar movimien-
tos sociales espontáneos y rebeldes que busquen soluciones por la acción
directa.
Es muy difícil que se produzca semejante viraje, no solo por la reticencia
gubernamental, sino porque esa modificación sería interpretada por sus
adversarios como una debilidad y, en su intento de explotarla, podrían es-
terilizarla fácilmente.
Pero si no se consigue imprimir un cambio significativo en esa direc-
ción, todos los escenarios tenderían a privilegiar la exacerbación de los
choques y a incrementar el costo y el sufrimiento para todos los actores,
excluyendo, quizá, a los más privilegiados.

Diciembre de 2015
La huella del 21 de febrero

A las tres fuerzas que erosionan la gobernabilidad, identificadas en el aná-


lisis de diciembre de 20151, se agrega ahora el notable debilitamiento de la
convocatoria y la credibilidad gubernamental, objetivado en su derrota del
21 de febrero.
Este descenso es producto de la interminable seguidilla de hallazgos que
indican o prueban una constante falta de honradez en el desempeño de
la administración del país, que van desde la falta de veracidad de los al-
tos funcionarios, incluyendo al presidente, hasta la opacidad y las dudas
que provocan mil millonarias contrataciones directas para la ejecución de
obras públicas.
El último referendo constitucional, realizado por iniciativa y decisión
exclusiva del MAS, establece una marca imborrable que influirá decisiva-
mente en los acontecimientos, lo que obliga a quienes se interesan por el
quehacer social y político del país a esforzarse para descifrar sus resultados
y las tendencias que abre.

El certamen de la corrupción
Durante el primer cuatrimestre del año casi había dejado de hablarse del
gran desastre ocasionado en el Fondo campesino por su directorio de di-
rigentes y los ministerios representados en esa instancia. Mientras que las
noticias que tenían origen en los desmanes y desfalcos en esa institución
financiera ocuparon por aproximadamente un semestre los titulares no-
ticiosos en 2015, este año han pasado a segundo plano, si es que sencilla-

1  El curso desfavorable de la situación económica internacional y, especialmente, la baja


de precios de los commodities; la restructuración de la disposición de fuerzas en el espacio
continental y regional y el mantenimiento de un estado de crispación y confrontación de las
escenas política y social en nuestro país.

[103]
104 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

mente no se han borrado, opacadas por las novedades relacionadas con los
negocios que se entrevén alrededor de una cantidad todavía desconocida
de contrataciones directas (sin licitación) ejecutadas por las autoridades2.
Es probable que la situación no hubiera alcanzado tal intensidad si Mo-
rales Ayma no aparecía en el centro del entramado, a partir de la denuncia
que lo vinculó con la gerente de una de las compañías chinas beneficiadas
con la adjudicación de contratos directos para ejecutar algunas grandes
obras públicas.
El foco informativo se ha trasladado a este escándalo, al que se culpa de
haber causado la derrota de la reforma constitucional que debía abrir paso
a una nueva reelección de los dos primeros mandatarios en 2019.
Predomina actualmente en el tratamiento noticioso el enfoque sobre la
relación sentimental y familiar de los involucrados, giro que también se-
duce a la oposición política3. Sin embargo, paulatinamente ha empezado a
abrirse espacio el tema de las cantidades y modalidades en que se ha adju-
dicado la mayor parte de obras públicas a cargo del gobierno central.
De todas maneras, se ha instalado como una corriente de opinión en
pleno desarrollo la idea de que la corrupción a gran escala y profunda-
mente arraigada en el conjunto de la administración estatal forma parte
existencial del régimen. La suma de denuncias previas, incluyendo redes
de extorsión, contrataciones sobrevaluadas y fallidas, negocios en empresas
estatales y un largo etcétera, se han condensado en estas semanas y adquie-
ren una nueva fuerza y significado luego de que la estrategia para la ree-
lección se estrellara contra la determinación democrática de los electores.

2  “Desde 2006, el Sistema de Contrataciones Estatales (SICOES) reporta 54.583 contrata-


ciones directas, más de la mitad  de las cuales fueron  impulsadas por entidades del nivel
central. Según la base de datos, a partir de 2006 también se realizaron 7.456 contrataciones
por excepción, además de 18.641 licitaciones públicas y 153 invitaciones públicas. Del total
de contrataciones directas, al menos 27.862 fueron ejecutadas por ministerios, empresas
públicas estratégicas y otras entidades de la administración central. Mientras que en 2004
unos 600 mil Bs fueron asignados por contratación directa, en 2014 este monto llegó hasta
19.603 millones de Bs” [el resaltado es nuestro]. Periódico Página 7, La Paz, 13 de marzo de
2016, p. 10.
3  Buena parte de las disputas entre los representantes de la comisión parlamentaria que
entrevistó a Gabriela Zapata en la cárcel se debieron a que los opositores pugnaban por pre-
guntarle sobre temas personales, antes que los referidos estrictamente al tema de tráfico de
influencias (véase más sobre el tema en Página Siete del 19 de marzo de 2016, p. 2.
Bolivia 2013-2021 105

A diferencia de lo que ocurría antes, los últimos hechos quiebran la in-


vulnerabilidad gubernamental y la del presidente. Son permanentes las de-
nuncias de que el poder público se utiliza en favor de intereses grupales e
individuales, continua y metódicamente, reforzando la percepción no solo
de problemas que se multiplican, sino de que se está en una fase de des-
composición.

El aguinaldo no alcanzó
Entre las medidas con que el frente oficial se preparó para ganar o ganar el
referendo plebiscitario que montó para el segundo mes de este año, tenía
un puesto muy destacado el pago del aguinaldo adicional al que obliga la
ley cuando el crecimiento del producto interno nacional supera el 4,5%.
La administración estuvo insistiendo en que durante la gestión 2015 se
habría superado un crecimiento del 5% del PIB, pero el reciente 4 de mayo
publicó la información de que se habría alcanzado el 4,83%, en contraste
con las cifras de organismos internacionales4, que se quedan en 4,3 o 4,4%.
Para esta gestión se pronostican cifras parecidas.
Las décimas de diferencia con la gestión pasada tenían durante la cam-
paña un significado mucho más grande que el pago o no del segundo agui-
naldo; con ellas se dilucidaba si se mantenía (o caía) el prestigio de la gestión
económica, en los términos y alcances definidos por el gobierno nacional5.
Los mensajes que predominaron en la campaña se aparcaron en el es-
pacio de transmitir confianza en lo conocido, ratificando que los dos prin-
cipales mandatarios constituían una carta de garantía para mantener el
consumo y los niveles de bienestar y para asegurar una nueva década de
enormes inversiones, obras públicas y planes de avanzar, desde una presun-
ta condición de “nueva potencia regional”. Esto hacía indispensable mante-
ner la idea de que se superaría el 5% de crecimiento6.

4  Véase: https://n9.cl/j3l2a; también: http://www.imf.org/external/Spanish/pubs/ft/survey/


so/2015/CAR042915AS.html
5  Eso significa que crecer al 4,3% en 2015 y en 2016 es un logro notable, al menos en térmi-
nos “macro” y de estadísticas, en comparación con los rendimientos de toda la región, que
ha ingresado en un segundo año de contracción.
6  Aunque con un déficit público del 6,1% y de 953 millones de dólares en balanza comercial.
106 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

El aguinaldo adicional por sí mismo, aunque solo se brinda a la minori-


taria porción de asalariados “formales”7 (es decir, debidamente registrados
en las estadísticas oficiales y usufructuarios de los beneficios sociales lega-
les), tiene un alto valor simbólico y político porque representa el viraje con
el que los gobernantes se aproximaron en 2014 a este sector, que tiene una
elevada capacidad de movilización social en las ciudades. Así sellaron el
pacto que mantienen con la principal organización que aglutina a los entes
federativos y gremiales que los representan: la COB.
En su momento, esa medida, sumada a la política de incrementos sa-
lariales y aumento del nivel del salario mínimo, resolvió un creciente ale-
jamiento de los asalariados, que pueden considerarse hoy una especie de
columna central de las clases medias urbanas, tanto las tradicionales como
las denominadas nuevas o “vulnerables”8. Analistas gubernamentales, y no
solo ellos, consideran que la recuperación de terreno perdido por el MAS
y su gobierno con esa franja social hasta 2014 se dio gracias a incrementos
salariales y al doble aguinaldo, consolidando su gran victoria electoral de
ese año.
De allí que, a pesar de haberlo impuesto contra toda resistencia el año
pasado —lo que no impidió que perdiera 700.000 votos el 21 febrero9 res-
pecto a la votación de 17 meses antes— su derrota causa una confusión tan
grande en el oficialismo, que hasta ahora no termina de hilar una explica-
ción única y verosímil de los acontecimientos10.

7  El indudablemente rápido y consistente avance de las relaciones capitalistas que ha ocurri-


do en Bolivia y en toda América Latina durante la última década se expresa en el continuo
aumento del número de asalariados, independientemente de si los nuevos asalariados son
“formales” en términos jurídicos.
8  Gonzalo Colque, director de la Fundación Tierra, critica la manera en que suele
caracterizarse y utilizarse la idea de una “nueva clase media”, en el sentido de que categoriza
erróneamente a un segmento de la “clase trabajadora”, sin tomar en cuenta la facilidad con
que puede regresar a la situación de pobreza de la que estaría emergiendo. Véase: https://
n9.cl/smtch
9  Votos urbanos en su gran mayoría, y muchos de los asalariados que recibieron el doble
aguinaldo.
10  Las justificaciones más constantes las ha proporcionado el vicepresidente: la “ingratitud y
la dudosa calidad moral” de un millón de nuevos “clasemedieros”; la unidad y las “mentiras”
de la oposición; la influencia de las redes sociales digitales, “manipuladas por tuiteros envia-
dos directamente por el imperio”; la “migración” de dirigentes sindicales a cargos públicos,
entre las principales.
Bolivia 2013-2021 107

Dicha confusión empezó a expresarse con la idea de “empate técnico”,


planteada la misma noche en que se dio a conocer el resultado final con
tres puntos de ventaja para el No, y prosigue hasta hoy por un carril que
retorna continuamente al supuesto de que el fracaso se debería a un engaño
(“del imperio”, “de la derecha”). Esto deja margen a buscar una revancha,
una “segunda vuelta” o un “segundo tiempo”, en palabras del presidente, su
séquito y la mayoría de dirigentes nucleados en la CONALCAM, quienes,
coincidentemente, enfrentan problemas actuales o lo harán en perspectiva
cuando avancen las hasta ahora muy lentas o detenidas investigaciones so-
bre los desfalcos del FONDIOC11.

Lo duradero y lo transitorio
Lo que puede ser más difícil al organizar una información que ayude a
hacer inteligibles las causas de lo ocurrido es discriminar y jerarquizar los
factores que lo condicionaron, especialmente entre los más profundos, pro-
longados y gravitantes y los menos. Si se toma a los medios masivos de di-
fusión como guía, muy posiblemente terminaremos convencidos de que el
affaire con la novia presidencial, la existencia del hijo y, tal vez, las víctimas
del incendio de la alcaldía alteña serían los que inclinaron la balanza.
Un examen más detenido probablemente lleve a otras conclusiones, si se
toma en cuenta que, a pesar del trágico balance de seis víctimas mortales,
el apoyo a la reelección se impuso en El Alto12. Si a esto se añade el com-
portamiento marcadamente práctico que rige la lógica del voto en nuestro
país, y se suma el enfoque conservador del mensaje oficial (“votar por lo
bueno conocido”), la importancia de factores menos mencionados en las
noticias, pero más constantes y hondos en la experiencia social, cobra ma-
yor significado.

11  Es muy importante destacar que, en las últimas semanas, dirigentes de la CSUTCB —cuya
cúpula está muy comprometida con ese desfalco al haber recibido grandes desembolsos— han
declarado públicamente que ya no cabe insistir en la reelección; más bien hay que ver los rele-
vos y nuevos candidatos que encabezarán la fórmula masista en 2019.
12  Atribuyo la constante mayoría que mantiene en esa ciudad (aunque con tendencia al des-
censo) al predominio del “voto identitario”, condicionado por la importante presencia de mi-
grantes y descendientes de migrantes rurales. Ese comportamiento es propio de la franja más
firme de electores que encuentran en el presidente del Estado un legítimo e inigualable repre-
sentante propio desde el punto de vista cultural y de clase: campesino, colonizador y migrante.
108 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Así, la desaceleración económica, que impacta sobre la oferta laboral


y el precio de los jornales en actividades muy sensibles a la velocidad de
rotación del capital (como la construcción) y, con igual rango de impor-
tancia —como lo reconoce el vicepresidente en una de sus entrevistas—la
desconfianza frente a la permanencia demasiado prolongada de un partido
en el control del gobierno y el Estado13, junto con la creciente percepción y
sensibilidad ante la corrupción, son probablemente las principales causas
de la victoria del No.
El affaire con la novia tiene ingredientes sociales y políticos fuertes (sú-
bita conciencia de la presencia china y su creciente peso, alerta inicial sobre
la discrecionalidad en la firma de contratos y concesión de grandes obras),
pero dichos elementos comienzan recién, lenta y dificultosamente, a abrir-
se paso. En tanto, la faceta de culebrón e intriga ha estado en primer plano
noticioso; sin embargo, son dudosos sus efectos electorales, si se considera
el contexto machista, patriarcal y demasiado permisivo ante la omisión de
obligaciones familiares14 que prima en nuestro medio.

Recetas para salir del atolladero


Existen, pues, razones para dudar de que los temas privilegiados por los
medios y por las redes sociales virtuales hayan alcanzado el rango que pri-
vilegia su tratamiento noticioso, Sin embargo, está fuera de discusión que
han golpeado frontalmente el aplomo y la capacidad de respuesta e inicia-
tiva que caracteriza a los gobernantes.
Sin ofuscarse tanto como lo ha hecho la diplomacia chilena ante la causa
entablada por nuestro país en la Haya, el conjunto de voceros, mensajeros y

13  Es preciso recordar que, como respuesta a que las encuestas más tempranas focalizaban
el recelo de los electores ante gobiernos demasiado “largos”, la propaganda oficial desechó
referirse al término reelección y puso la máxima presión para que propios y extraños se re-
firiesen a la “repostulación”. La desconfianza de los electores toca fibras de la memoria larga,
como la descomposición del MNR, y en ese sentido puede considerarse como parte de una
cultura democrática en proceso de afirmación.
14  Es posible que el impacto y el costo electoral resultado de cuestiones morales y emocio-
nales recién se esté acumulando, ante la cadena de abusos contra la señora Zapata, apabulla-
da por un Estado movilizado para respaldar al presidente hasta en los temas más dudosos.
Esto mella aún más la figura de Evo Morales, pues lo muestra como alguien que se esconde
detrás de otros, lo que socava el mito de hombre intrépido que ha alimentado por años.
Bolivia 2013-2021 109

mensajes oficiales ha perdido la velocidad y contundencia de otros trances.


Desde el principal dirigente, pasando por “su secretario” (que es como el
jefe de Estado califica al vicepresidente), hasta el último de los ministros,
parlamentarios, gerentes y otros que han salido al ruedo en calidad de ga-
rantes de la buena conducta e intenciones del presidente, han quedado en
situación muy precaria ante el público si se los compara con otras situacio-
nes de emergencia15.
Después de todos los balances sobre los resultados del 21 de febrero y de
la emergencia comunicativa que trajo el affaire Zapata, el vicepresidente re-
sume una fórmula muy comprimida para remontar el contraste: “Si logra-
mos mantener el crecimiento económico e industrializarnos; si logramos
convertirnos en centro energético; y [si seguimos] reduciendo la desigual-
dad y ampliando la ciudadanía económica para las personas, estaremos en
mejores condiciones para afrontar la campaña de 2019”16.
Aunque la fórmula parece sencilla, no lo es, como se verá a continua-
ción; es más, puede resultar simplista porque desatiende varias aristas, pro-
blemas y fuerzas que se encuentran en plena evolución.
Su primera y mayor debilidad es que reduce todo al plano económi-
co, cuya importancia es enorme, pero definitivamente insuficiente para
comprender la realidad en su conjunto. Al final de cuentas, aunque el vice
lo olvide, el MAS ganó la primera elección por la esperanza colectiva en
transformaciones y no por estímulos económicos.
Y, según avanzan las cosas, son cuestiones políticas, morales, de anhelos
y expectativas las que se le está enredando y las que podrían pesar más en
su declive, junto al indudable y creciente deterioro que vive nuestra econo-
mía a partir del viraje negativo de los precios de las materias primas en el
mercado mundial.
Pero, comenzando por el riesgo de un sesgo simplista en el análisis de las
autoridades, los planes oficiales para llenar el hueco producido por la caída

15  Pese a ello, Morales continúa con una aprobación del 61%, incluso en medio del agitado
conflicto de las personas con discapacidad, según la encuesta de la empresa Tal Cual, con
una muestra de 1.800 personas en las ciudades del eje e intermedias, realizada la segunda
quincena de abril de 2016 y difundida por la red televisiva ATB.
16 Véase:  www.notimerica.com/politica/noticia-vicepresidente-bolivia-asegura-mas-mas-
debil-morales-20160307131744.html
110 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

del precio de exportaciones, con préstamos de la China (entre 7.500 a 10.000


millones de dólares) y el uso de reservas para mantener un plan de inver-
siones públicas masivas, puede efectivamente funcionar en el corto plazo.
Pero si se prolonga la brecha entre el promedio de 10 dólares que se estuvo
cobrando por el millón de BTU y los 2,5 que se obtienen ahora, ni siquiera
las fuentes extraordinarias serán suficientes; mucho menos si una parte de
los recursos se desvían a bolsillos de intermediarios y comisionistas.
La segunda parte del plan oficial consiste en sostener una masiva inver-
sión pública, aplicada a infraestructura y, principalmente, al campo ener-
gético, con una inversión de unos 32.000 millones de dólares hasta 2025
para sostener las reservas de hidrocarburos y llegar a generar unos 8.300
MW, que se exportarían en su mayor parte. Pero hay muchas dudas respeto
al éxito que pudiera tener lo que los expertos caracterizan unánimemente
como un insuficiente y tardío esfuerzo exploratorio.
En cuanto al proyecto de exportar electricidad, los mercados argentino
y brasileño pueden absorber fácilmente nuestra oferta, pero el financia-
miento presenta grandes interrogantes, mucho más si la recuperación del
precio de nuestros actuales productos de exportación es lento o vacilante.
Adicionalmente, la construcción de grandes represas implica desafíos am-
bientales (y respuestas sociales); para responder a ellas se necesita de con-
fianza, convocatoria y credibilidad política, que se están desmoronando.
Pero antes, es un serio problema construir nuevas termoeléctricas cuando
no se garantizan las reservas de gas para hacerlas arrancar y mantenerlas
en funcionamiento.
Antes de poder alcanzar esa gran conversión de nuestras exportaciones,
están los muy gelatinosos resultados de inversiones ya realizadas, como las
de las plantas separadoras de gases y la de urea y la proyectada de polipro-
pileno, que traen más preguntas que respuestas, principalmente respecto al
mercado internacional y, nuevamente, al costo de las plantas.
Pese al recorte de ingresos y recursos, no se ha modificado la priori-
zación de grandes y costosas obras urbanas, con bajo impacto en resolver
problemas tales como el transporte masivo y otros, y que simplemente es-
tán dirigidas a apuntalar cosméticamente imágenes de “desarrollo”.
En lo cotidiano, los presupuestos de todas las instituciones estatales
continúan achicándose; han comenzado los primeros recortes de planillas,
Bolivia 2013-2021 111

y serán mucho mayores en los próximos meses17. Al mismo ritmo, prolife-


ran las protestas de los contribuyentes por el celo excesivo, o el sesgo casi
extorsivo, con que se cobran y exprimen tributos, en un desesperado afán
por equilibrar las cuentas.
En el gobierno parece olvidarse, finalmente, que una de las principales
razones para lanzar y fomentar la aventura del referendo fue tratar de pre-
venir el coletazo que ya se esperaba por la caída del precio de las materias
primas, y legitimar los recortes y ajustes de los que aún no hablan los voce-
ros, pero que ya sobrevuelan el ambiente.

El campo institucional
El congelamiento y archivo de la reforma estatal, no solo en sus componen-
tes mayores —referidos a la descolonización, al reconocimiento y apertura
de espacio a todas las expresiones de pluralidad, al ejercicio de autonomías
o al control social—, ha servido de prólogo a espacios de simple regresión,
como ocurre con la descentralización y la desconcentración, sofocadas por
una concentración creciente del poder y por un deterioro de la siempre mal-
trecha institucionalidad, como se observa en la administración de justicia.
Lo mismo aplica al manejo de los aparatos de seguridad y represivos, unidos
al quebrantamiento del respeto a derechos y garantías constitucionales18.
El control de dos tercios en el Legislativo no se ha usado para regula-
rizar los altos cargos y gerencias estatales. Los interinatos se mantienen, y
cuando toca regularizarlos —como pasa con el próximo nombramiento de
Contralor—, proliferan las señales de que los gobernantes privilegiarán la

17  En relación a este tema, la experiencia de la última década ha mostrado una enorme
inflación de las planillas públicas centrales y subnacionales y, junto con ella, un deterioro
constante de la calidad del empleo, porque se ha virado a contratar “consultores” sin benefi-
cios, sin estabilidad y con derechos laborales recortados. Es una década en que el Estado se
ha exhibido como un patrón con los peores hábitos y tics neoliberales en materia de empleo.
18  Concretamente, la de asociación atropellada, con intervenciones estatales subrepticias
sobre organizaciones sociales, cuando expresan disenso o protesta, o su división y manipu-
lación; la del hostigamiento de periodistas críticos y la severa discriminación en el reparto
de la gran torta publicitaria estatal, así como la multiplicación de causas judiciales contra
alcaldes, gobernadores y otros representantes electos de organizaciones opositoras; la de
los derechos de pueblos indígenas y contra la Madre Tierra (con la apertura de áreas de
reserva), etcétera.
112 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

lealtad y la subordinación partidaria por encima de cualquier otra conside-


ración. Lo mismo se presagia con el inminente nombramiento de un nuevo
Defensor(a) del Pueblo.
Las “precumbres” y la subsecuente “cumbre” de reforma de la adminis-
tración de justicia ofrecen un panorama desalentador, porque hasta ahora
son solamente una cámara de resonancia del nuevo viraje propagandístico
oficial, según el cual será posible una nueva, y esta vez verdadera, “revolu-
ción” de la justicia (en palabras del procurador del Estado), simplemente
mediante una nueva reforma de la CPE, en que se reemplazará la elección
de magistrados por una selección meritocrática, encomendada a los dos ter-
cios de la mayoría oficial que domina el Legislativo. Es decir, los mismo que
eligieron a los candidatos que se votaron en las elecciones de magistrados19.
Al cabo de dos meses transcurridos desde la realización del referendo
—durante los cuales el ala oficial y todos sus adherentes y asociados20 no
han dejado de reiterar que su derrota ha sido circunstancial y reversible—,
la reforma de la justicia se encamina a ratificar su principal vicio: su depen-
dencia absoluta del poder político y económico. Y es que las autoridades no
se resignan a perder el brazo de contención y castigo a sus rivales y críticos,
ni quieren una administración neutral cuando les toque rendir cuentas de
sus actos21.

Escenarios prospectivos
Este último comportamiento se ampara y trata de justificarse, adicional-
mente, en las situaciones que se viven hoy en Brasil y Argentina, donde

19  Especialistas en la materia que militan en la oposición han expresado críticas a la ruta
de la “cumbre” que lleva adelante el Ejecutivo, y han presentado propuestas alternativas
para que la decisión de una auténtica reforma incorpore a otros actores además del propio
personal de gobierno y dirigentes de organizaciones sociales aliadas (véase: https://n9.cl/
unxag; también: https://n9.cl/9i1c7).
20  Excepción hecha de la CSUTCB, cuya máxima dirigencia se ha desmarcado de los demás
en una sola oportunidad, al afirmar que debe dejar de buscarse “segundas rondas” y que hay
que concentrarse en hallar el relevo para la candidatura de 2019.
21  Aunque oficialmente se ha desmentido que en el MAS se esté considerando la posibili-
dad de aprovechar una reforma constitucional que elimine la elección de magistrados para
volver a consultar sobre una nueva reelección, la susceptibilidad se mantiene ante la reitera-
da alusión a nuevas “vueltas” o segundos tiempos.
Bolivia 2013-2021 113

la administración de justicia, ya sea por independencia o por inclinación


favorable a los rivales de los aliados internacionales de nuestro gobierno,
está mostrando los serios daños que pueden infligir administraciones de
similar conducta.
Por todo lo anterior, la tendencia central del proceso en nuestro país
fortalece la predisposición defensiva del personal principal del régimen,
que endurece su preferencia por la confrontación y la imposición. El re-
sultado de tal sesgo será una reforma de la administración de justicia que
preservará el abominable funcionamiento del Órgano Judicial y el Ministe-
rio Público, bajo control absoluto del Ejecutivo y dejando al desamparo a la
población que se atreva a recurrir a ellos. La frustración y el sentimiento de
derrota moral que tienden a acarrear tal situación pueden ser devastadores.
Los votos adversos que cosechó el régimen en febrero no han alcanzado
para persuadirlo de la necesidad de un ajuste, y menos, de un viraje. Por
ello, lo que se ve venir en el campo de la justicia, en el nombramiento de
autoridades titulares y en el nulo enfrentamiento de la corrupción tiene
grandes posibilidades de repetirse en la esfera económica.
Esto significaría continuar privilegiando la política de simular que la
desaceleración no nos afecta, manteniendo un programa de grandes in-
versiones, desvinculado de la necesidad de ajustes en la priorización de
obras, sin consenso con los actores económicos y sometido a los sobrecos-
tos de intermediarios corruptos (estatales y privados), con el agravante de
un rápido avance del endeudamiento externo, escasamente sustentado en
una transformación productiva de envergadura y en un incremento de la
productividad nacional.
Ratificando la previsión del análisis previo: “si no se consigue imprimir
un cambio significativo en esa dirección, todos los escenarios tenderían a
privilegiar la exacerbación de los choques y a incrementar el costo y sufri-
miento para todos los actores, excluyendo, quizá, a los más privilegiados.”
Una complicación adicional es que los problemas y enredos del partido
dominante y en control del poder tampoco alcanzan para catalizar entre
sus opositores una regeneración que les permita asumir que, en tanto no
comprendan que necesitan ensamblar una plataforma capaz de atraer a una
franja significativa de votantes del oficialismo, sus posibilidades de ganar
114 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

permanecerán petrificadas. Esto pasa por tener la capacidad de reconocer


aquellos elementos económicos, políticos, éticos e intelectuales abandona-
dos por los gobernantes, pero representativos de las transformaciones que
la sociedad buscó.
Los proyectos rupturistas o restauradores del anterior orden vigente se
han estrellado una y otra vez en las elecciones previas. No existe fórmula
unitaria capaz de subsanar la cortedad de vista del sistema partidario tra-
dicional, y el continuo desgaste de gobernabilidad, que ya se ha iniciado,
continuará socavando a este gobierno y pasará lo mismo con el que lo su-
ceda, ya sea continuista u opositor.
La falta de recursos se acentuará, con una pugna creciente por el men-
guante excedente entre sectores sociales e intereses corporativos o regiona-
les, lo que aumentará las tensiones.
Para que la sociedad civil rescate sus reclamos y sus avances democrá-
ticos es indispensable recuperar la independencia de las organizaciones
acopladas a la maquinaria estatal, hoy por hoy sumidas en una crisis de
corrupción y burocratización mayúscula. Indudablemente, ese paso solo
pueden darlo las bases de esas estructuras y, por lo tanto, su ritmo y ampli-
tud, tanto como la calidad de los cambios individuales y organizacionales,
dependerán de la acumulación previa y la calidad de los actores que se
estén formando ahora mismo.
La reflexión sobre las metas incumplidas que fija la CPE, su pertinencia,
actualidad y la manera en que se pueden aplicar y proyectar es una posible
herramienta para establecer balances y para fijar rutas, etapas y alianzas de
esa gran mayoría democrática que animó el proceso constituyente y que
vive un distanciamiento creciente de los grupos e individuos que llegaron
a conformar la herramienta a la que se confió la conducción del proceso.

Abril de 2016
Derrota en el referendo
y maniobras para anularla

En el semestre transcurrido desde el 21 de febrero, cuando se realizó el


referendo constitucional, el gobierno nacional ha enfrentado diversos epi-
sodios adversos, que ha proclamado invariablemente como victorias o me-
dios triunfos1. Parece proceder así en parte por el hábito de no reconocer
derrotas, en parte por la estrategia que ha ensamblado para neutralizar y
revertir el duro fracaso que obtuvo en el último referendo.
En todos los casos resulta relativamente sencillo advertir que la inte-
racción entre la disminución de ingresos y recursos con el ascenso de exi-
gencias y presiones de las columnas corporativas sobre las que se asienta
el poder gubernamental, más la aceleración de contradicciones internas y
abuso de poder, crean un circuito perverso por el que el partido de gobier-
no resulta ser el enemigo más constante y eficiente de sí mismo.
Durante los dos últimos meses, cuando las contradicciones sociales y
políticas se han caldeado, generando una cuota mayor de sangre y muerte,
ese comportamiento se ha intensificado en extremo y ha terminado por
obligar al gobierno a tomar decisiones que acelerarán el conjunto de ten-
siones acumuladas.

Anclados en una discusión distractiva


El MAS trató de recuperarse del atolondramiento inicial que se apoderó
de él cuando no cabían más dudas sobre la votación del referendo último,
intentando montar un contraataque, conducido como una operación de

1  Respecto al último, que es, además, el más serio, el presidente ha proclamado que “ha
derrotado un golpe de Estado”.

[115]
116 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

guerra psicológica, que en oportunidades previas le había brindado resul-


tados satisfactorios.
Con ese fin, urdió una narrativa en torno a cargar el fracaso electoral a
“una mentira contra el pueblo” (¿¿??), fabricada por “la fuerza del imperio”
e instrumentalizada por un “cartel de la mentira”2, bajo el “auspicio de la
oposición de derecha”.
Este enfoque, ratificado y reforzado durante la presentación de cargos de
los fiscales contra Gabriela Zapata, trata de despolitizar al máximo los resul-
tados desfavorables del 21 de febrero, atribuyéndolos a una reacción básica-
mente emocional del público, ante las “falsas noticias” sobre una oculta rela-
ción sentimental del presidente y una “dudosa paternidad” originada en esta.
Durante los 17 días que transcurrieron entre la revelación de la novia,
el hijo y la votación, los medios masivos de difusión y la oposición parla-
mentaria concentraron sus pesquisas y publicaciones, casi exclusivamente,
en los aspectos sentimentales y morales, y casi nada en sus consecuencias
sobre contrataciones y nexos con empresas chinas.
La posible existencia de tráfico de influencias recién empezó a tomar
cuerpo después del 21 de febrero, y la comisión legislativa que examinó
los contratos con la CAMC se formó y empezó a funcionar varias semanas
después3.
Sin embargo, la estrategia de comunicación oficial, deliberada y mali-
ciosamente, funde ambas cosas en un solo acto, tratando de hacer aparecer
como que la inexistencia de una criatura procreada por la pareja debería
borrar cualquier sombra de duda sobre el manejo de las contrataciones di-

2  Que sería una especie de consorcio entre medios de difusión masiva, periodistas y activis-
tas, especialmente los de las redes sociales virtuales, tal como lo describió el ministro de la
Presidencia en su extensa presentación ante la Asamblea Legislativa el 19 de mayo pasado4.
Esta cronología relativiza enormemente el peso del episodio en la conducta de los votantes,
y lo incrementa en favor de la desaceleración económica y la corrupción, en especial, pero
no únicamente, la del FONDIOC.
3  De todas maneras, la comisión manejada por el oficialismo detectó problemas en al me-
nos dos de los contratos, mientras investigaciones periodísticas, como las del matutino Pá-
gina Siete, señalan que el precio del ingenio de San Buenaventura es 160% mayor que el de
uno privado, construido recientemente en Santa Cruz, con similar capacidad de producción
de azúcar y alcohol. Detecta evidentes contradicciones en la información sobre la rescisión
del contrato de la vía ferroviaria Bulo Bulo-Yapacaní y el manejo de las boletas de garantía,
además de otros problemas en otros contratos con la corporación china.
Bolivia 2013-2021 117

rectas. De estas, solo se examinaron seis casos, pero hay centenares que
ha ejecutado el gobierno nacional5, para no hablar de la gran cantidad de
contrataciones que manejan bajo las mismas condiciones los gobiernos
subnacionales.
La actuación de los fiscales y de la ministra de Transparencia, al uníso-
no, se concentran en propalar la versión de que la expareja del presidente
“no ocasionó ningún daño económico al Estado” y dejan de lado alusiones
sobre el problema central, referido a la calidad y transparencia de las con-
trataciones directas por montos megamillonarios.
Entonces, el primer paso apunta a concentrar toda la atención en lo que
la campaña denomina “la mentira original” (“no hay hijo”, por tanto, no se
ha favorecido a la exnovia). El siguiente encarga la investigación de los con-
tratos a una instancia subordinada y sometida, cual es el Legislativo, contro-
lado férreamente por el MAS. Por último, se escenifica un enjuiciamiento
severo y sumario de Zapata que, con la exclusión de posible daño al Estado,
terminaría demostrando que se ha engañado a parte del pueblo.
El resultado esperado es que, al abrir de algún modo el espacio para
una nueva consulta, el presidente sería habilitado por el voto de los “enga-
ñados-arrepentidos”. Entonces, finalmente podría presentarse nuevamente
como candidato en la próxima elección nacional.
El caso se reduciría a que una estafadora habría esquilmado a incautos,
nacionales y extranjeros, prometiéndoles favores que no podía cumplir; de
este modo, el gobierno obtendría un resonante triunfo. Esta es la impresión
que se esmera en dar. Pero el problema radica en que estas conclusiones
solo pueden ser asumidas si se olvidan varias piezas clave de lo ocurrido.

Amnesia selectiva
Para empezar, todo lo que viene pasando en el transcurso del año no hace
más que ratificar que la dilución de la credibilidad pública de las autoridades
se vincula muy directamente con la desconfianza que promueve el avance de
la desaceleración económica4, sistemáticamente minimizada por el gobier-

4  Encuestas de distintas empresas (Tal Cual, IPSOS, Mori), realizadas entre abril y julio,
coinciden en detectar una tendencia a la baja en la aprobación del presidente, que desciende
118 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

no. En igual medida, nace de la proliferación de denuncias sobre múltiples


tipos de abuso de poder, incluyendo, en primerísimo plano, la corrupción
(es decir, el uso del poder público para beneficio de individuos o grupos),
antes que la reacción moralista de una fracción del fiel electorado oficialista.
Lo anterior pone una enorme de duda sobre la eficacia del millonario
esfuerzo propagandístico para “revelar” un amarre entre el hegemonismo
norteamericano5, la oposición política y la alianza de medios masivos de
difusión con redes sociales virtuales en pacto.
La experiencia histórica demuestra que el intervencionismo de EE. UU.
y su deseo de mantener su hegemonía en nuestro continente es una cons-
tante, pero que está en proceso de repliegue y declinación desde el 11 de
septiembre de 2001, cuando esa potencia dirigió su atención a otras latitu-
des. De allí que la mayor parte de las veces, y posiblemente todas, en las que
el MAS se declara víctima del intervencionismo externo, solo está mostran-
do impotencia para resolver un problema o usando un recurso propagan-
dístico de victimización.
No es mejor el resultado que le deja al gobierno su contraofensiva, si se
analiza el saldo de las “bajas” que ha logrado con su avalancha de acusa-
ciones para barrer con sus críticos, al menos simbólicamente o mediante
la emigración forzosa. Y es que de todos a los que señaló y acusó, solo dos
han cedido a sus presiones y actos intimidatorios6, mientras que los demás,
tanto o más estigmatizados o temidos por el oficialismo, se mantienen en
lo suyo, igual que los medios y agencias de comunicación acusados de con-
formar el “cartel de la mentira”.

hasta el 52% en julio. Al cabo de una década, conservar una mayoría favorable continúa
siendo excepcional, pero contrasta con los registros mucho más altos (rondando el 70%)
que ha exhibido el primer mandatario. Las expectativas económicas y las relacionadas con
el empleo manifiestan similar comportamiento.
5  La información disponible no permite confirmar, ni descartar, que aparatos de inteli-
gencia norteamericanos hayan intentado sacar ventaja de la situación, pero no desmiente
ninguna pieza esencial del affaire Zapata. La actuación del periodista Valverde, que huye
al mismo tiempo que da fe de que no existe el hijo cuyo certificado publicó él, y ahora su
ruidosa reaparición al publicar videos donde se exhibe parte de la cruel experiencia que
terminó con la vida del viceministro asesinado en el conflicto último de los cooperativistas,
resulta muy conveniente para las explicaciones conspirativas que usan los gobernantes.
6  Ellos son Carlos Valverde y Wilson García, director del Sol de Pando, quienes se han refu-
giado en la Argentina y Brasil, respectivamente.
Bolivia 2013-2021 119

Le ha ido mejor al gobierno al haber postergado por dos años la ca-


ducidad de licencias para radios y televisoras porque, además de las irre-
primibles expresiones de alivio de los empresarios de medios masivos de
difusión, estos se han comprometido a abrirse más al flujo noticioso de las
obras realizadas o emprendidas por el Ejecutivo.
Entre febrero y agosto se verifica el agotamiento de la racha triunfal del
oficialismo, que caracterizó a la década cumplida en enero. Desde el refe-
rendo hasta el último choque con los cooperativistas y las tensiones que
demandan un pacto fiscal, pasando por las disputas con los transportistas
y las personas con discapacidad, los costos que ha tenido que asumir para
imponer su voluntad son muy altos, y crecen con cada nuevo conflicto.
Pero la peor de las derrotas (por el costo estratégico que impone al país),
y la que menor atención periodística y política ha concitado es el reconoci-
miento —planteado en tono de suficiencia y desafío— de que tenemos por
delante cuando menos 20 años de extractivismo.

Fractura del bloque en el flanco cooperativista


El repliegue casi inmediato de los miles de bloqueadores convocados
por la dirección de la Federación Nacional de Cooperativas Mineras
(FENCOMIN)­después de que se localizó y levantó el cuerpo inerte del
exviceministro del Interior Rodolfo Illanes (secuestrado y asesinado por
dirigentes cooperativistas), se ha asumido, irreflexivamente, como un
presunto triunfo gubernamental.
Amargo y cruento, pero triunfo al fin, según la visión oficialista, obvian-
do que existen demasiadas indicaciones de que el saldo final de los aconte-
cimientos se inclina hacia el otro lado.
Durante las horas previas al asesinato del viceministro, los voceros ofi-
ciales reiteraron, de manera uniforme y constante, que la intención oficial
era no romper definitivamente con el sector7, refiriéndose a guiños y men-
sajes sobre los alcances de una negociación “flexible” e “inteligente”.

7 Solo como ejemplo, el exministro de Gobierno Moldiz aseveraba en “Diálogo Panamericano”


(en radio Panamericana), el sábado 21 de agosto pasado, que “los cooperativistas no van a
salir del bloque de poder” y el 31 de ese mismo mes, el vicepresidente se esmeraba en separar
la responsabilidad de “unos pocos dirigentes (cooperativistas) de sus bases”.
120 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

El origen de tan inusual cordialidad con un grupo con el que se está en


conflicto radica no solamente en el importante número de socios directos
de la FENCOMIN8 (y de familias no cooperativistas cuyas actividades giran
alrededor de estos), sino en el carácter de ejército paralelo que puede jugar el
sector, como lo ha demostrado en diversas ocasiones, y en el 34% que aporta
a la producción total de minerales del país durante los últimos años.
Pero más importante que su peso económico, político y electoral es el
hecho de que funciona como una válvula de escape a la enorme presión
que implica la nunca resuelta escasez de fuentes de trabajo. Por ese motivo,
es una auténtica pesadilla para cualquier gobierno la posibilidad de que los
malos y precarios puestos de trabajo que proporciona el cooperativismo
disminuyan o se esfumen, ya sea por la baja de precios, por el agotamiento
de las vetas o por la prolongación de los conflictos sociales.
Lo anterior no debe perderse de vista en ningún momento para enten-
der los inverosímiles equilibrios de las autoridades para no llegar a una co-
lisión frontal con la enorme y poderosa corporación con la que se asoció, y
que contribuyó decisivamente a que el modelo plurinacional sea sustituido
por un modelo de gobierno corporativista y un bloque de poder basado en
las más cohesionadas organizaciones sociales de origen popular (cocaleros,
cooperativistas, colonizadores, campesinos, comerciantes importadores de
electrónicos y otros bienes de consumo, propietarios de flotillas de trans-
porte, etcétera).
El bloque constituyente incluía a los indígenas, que fueron marginados
rápidamente, en medio de una operación política y propagandística que
trata, hasta el día de hoy, de negar y confundir las diferenciaciones histó-
ricas que se han desarrollado, a partir de la Revolución de 1952, en las po-
blaciones indígenas del país. Para ello, apelan, por una parte, a identificar al
jefe de Estado como indígena y, por otra, a mantener la ficción histórica y
sociológica que unifica y disuelve fronteras entre pueblos indígenas y cam-
pesinos (nacidos y vinculados ciertamente con esa matriz, pero portadores

8  Quienes, sumando a sus peones y asalariados, alcanzarían un número de entre 100 a


150 mil, según las múltiples y dispares apreciaciones que existen al respecto y que podrían
involucrar a otras 30 a 50 mil personas en actividades colaterales a la producción de las
cooperativas. Es decir que en el escenario más alto representan un potencial de casi medio
millón de votos, equivalentes a un 15,7% de los que ha logrado el MAS en su votación más
alta (3.173.304 votos, dentro y fuera del país en las nacionales de 2014).
Bolivia 2013-2021 121

de una identidad propia que los distingue de aquellos y que es fuente de


choques y contradicciones entre ambos).
La razón principal de la exclusión de pueblos indígenas de tierras bajas,
principalmente, y de algunos de la región andina, está causada, en primer
lugar, por la consolidación del patrón de acumulación extractivista y ren-
tista, cuya dinámica condiciona y favorece el proceso de centralización y
concentración de poder que se da en la última década.
La ruptura con los cooperativistas tiene un origen casi exactamente
opuesto, porque no hay ninguna iniciativa estatal para forzar su salida —que
es lo que pasó con los indígenas—, sino la mayor elasticidad para favorecer
su permanencia9. Sin embargo, lo que los acomodos y acuerdos no declara-
dos ya no pueden resistir es la gran ofensiva cooperativista, originada en la
disminución de sus ingresos por el descenso de precios de minerales en el
mercado mundial.
Esta declinación de ingresos lleva a la dirigencia cooperativista a tratar
de obtener lo que se les había negado con la aprobación de la Ley Nº 535,
de Minería y Metalurgia, promulgada el 19 de mayo de 2014, con la cual, de
todas maneras, habían logrado significativas concesiones.
De allí que incluso la denuncia gubernamental —que atribuye un carác-
ter conspirativo a la movilización de los cooperativistas, cayendo comple-
tamente en su libreto habitual para explicar y manipular las situaciones de
conflicto— pueda haberse quedado corta ante la magnitud de las preten-
siones esquematizadas en la “agenda nacional cooperativa”.
Es así como lo entienden investigadores del CEDIB10: el triunfo del plie-
go cooperativista solo era posible mediante un quebrantamiento abierto de
la CPE respecto a la propiedad de los recursos naturales, el control legisla-
tivo de contratos y el régimen ambiental, además del desconocimiento de

9  Lo que incluye, además de los créditos, cesiones y transferencias de equipos y maquina-


rias, la transferencia de nuevos yacimientos (Colquiri, por ejemplo), la consolidación de an-
teriores, una “amnistía” por convenios suscritos entre cooperativas y privados (incluyendo
multinacionales) y otra, de facto, por la casi total omisión de las cooperativas en el cumpli-
miento de regulaciones y obligaciones de mitigación y remediación ambiental, con costos
tan altos como la completa contaminación de la cuenca del Pilcomayo y una significativa
participación en los problemas de la cuenca endorreica del Poopó.
10  Se puede bajar el texto completo desde el siguiente enlace: http://www.cedib.org/wpcontent/
uploads/2016/08/TomarelEstadoporAsalto-final.pdf
122 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

atribuciones del Legislativo y de la recuperación de posiciones en el Ejecu-


tivo. Por ello, en su trabajo, no dudan en caracterizar la estrategia coopera-
tivista como de “toma del Estado”.
Inmediatamente después del secuestro, tortura y asesinato del vicemi-
nistro del Interior, el gobierno todavía dio muestras de una cierta dubi-
tación. Recién entre el 1 y 2 de septiembre adoptó un franco vuelco, con
la aprobación de cinco decretos11, algunas resoluciones administrativas y
otras medidas que prácticamente desechan las exigencias del pliego petito-
rio y la movilización cooperativista.
Es difícil discriminar cuánto pesaron las consideraciones estratégicas
sobre cortar las pretensiones de cooperativistas y empresas privadas aso-
ciadas a ellas, o las de corto plazo, relacionadas con la idea de despejar las
dudas que han provocado las omisiones, la negligencia y la falta de trans-
parencia con que respondieron las autoridades a la captura de su colega.

El Fondo y otro riesgo de grieta


En otro frente, es necesario no perder de vista —en relación con los pro-
blemas y contradicciones del funcionamiento de un gobierno corporativis-
ta— los descalabros que ha traído y continúa amontonando el destape de
los desfalcos del Fondo campesino (FONDIOC).
El manejo discrecional y opaco de sus recursos sirvió, en un principio,
para anudar las relaciones con las corporaciones campesinas, que juegan
también como participantes protagónicos del bloque de poder. Sin embar-
go, el destape del escándalo por la prensa a fines de 2013 obligó a una inter-
vención oficial dos años más tarde.
El lento y laberíntico avance del proceso ha significado en un princi-
pio la cárcel para dirigentes de base y dirigentes medios. Más adelante, ha
afectado a dirigentes nacionales y a dos exministras. El descontento y la

11  En resumen: se revierten al dominio del Estado las áreas sobre las que se suscribieron
contratos a riesgo compartido entre mineras cooperativistas y empresas privadas; se rever-
tirán las áreas de cooperativas mineras que no tengan actividad; se verificará el número de
asociados, la entrega de información del volumen y valor de producción, y la distribución de
los ingresos por cooperativista; se ampara bajo la Ley del Trabajo a los asalariados y peones
que no sean socios y, por último, se prohíbe y castiga penalmente el uso de explosivos en
movilizaciones.
Bolivia 2013-2021 123

desconfianza que produjo no se ha amortiguado ni un poco con las de-


claraciones presidenciales que cifran (sin ningún respaldo o prueba) en
un máximo de dos y medio millones de bolivianos todo el daño infligido
al Estado, ni con que el vice llame “microcorrupción” a los 71 millones de
bolivianos y los 102 millones de bolivianos que la Contraloría y la interven-
tora, respectivamente, detectan en sus informes.
Mantener el giro adoptado ante los cooperativistas mineros manifiesta
el predominio momentáneo de una tendencia interna que trata de iniciar
una nueva fase de la política gubernamental, caracterizada por el predomi-
nio de la razón de Estado (más que de institucionalización o de imperio de
la ley), para sobreponerse a las presiones corporativas que amenazan con
completar un proceso de implosión del esquema gubernamental.
Proyectar la imagen de un Estado fuerte, que se ubica por encima de las
demandas de quienes componen el bloque de poder, desconcertaría nue-
vamente a opositores y seguidores, y podría entusiasmar a la franja de cla-
ses medias urbanas que reclaman imponer el orden. Con todo, tiene pocas
probabilidades de sostenerse en el tiempo, mucho menos en tanto subsista
y se prolongue la coyuntura de escasez12 y se mantenga el temor a reiterar
pérdidas electorales como la observada en Potosí.

Una respuesta unívoca


Por ello resulta dudoso que el equipo de gobierno se embarque realmen-
te en una reingeniería política y social que implique abandonar o verda­
deramente alterar el molde corporativista vigente, virándolo hacia un es-
quema bonapartista, que se asienta más en un accionar represivo13 que,
de aquí en adelante, incluya entre sus víctimas a otros componentes del
bloque de poder.

12  ¿Con qué fuerza puede el gobierno predicar la necesaria subordinación de los intereses
particularistas a los generales, cuando en su manejo cotidiano hace exactamente lo opuesto?
13  Se trata de un esquema basado en concentrar toda la autoridad en manos de un jefe,
al que se atribuye una condición de genio y de héroe, capaz de comandar la superación de
una gran crisis. Se basa en las ilusiones ideológicas de sus seguidores y votantes. Supone
habitualmente la neutralización del Parlamento, lo que no es necesario en nuestras circuns-
tancias, dada la completa subordinación de este órgano al Ejecutivo. El cambio radicaría,
más bien, en apaciguar la conducción de las organizaciones sociales, con el ejemplo que se
intenta dar a través del tratamiento ahora aplicado a los cooperativistas.
124 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Si bien el descabezamiento de la FENCOMIN favorece que las grandes


heridas infligidas al sector permanezcan silenciadas o musitadas en voz
baja, no facilita sus relaciones con un régimen cuya apuesta principal sigue
siendo la habilitación del actual presidente como candidato para su cuarta
reelección. Es un régimen que, por tanto, no puede darse el lujo de una
ruptura con una franja tan importante de electores.
La brecha abierta con los cooperativistas va mucho más allá del comple-
to quebrantamiento de sus estructuras organizativas y de la proscripción
de su dirigencia, objetivamente comprometida como cómplice en los he-
chos que culminaron con el asesinato del viceministro. Implica los cinco
muertos durante las refriegas, así como el rechazo de sus demandas y una
pública y muy extendida estigmatización social que deja como saldo14. El
precio de levantar el bloqueo caminero y el posible y prolongado reflujo
que afectará a los cooperativistas puede llegar a ser muy alto para la estra-
tegia “reeleccionista”.
Las recientes declaraciones de Evo Morales Ayma, afirmando que se ha-
bría resignado a alejarse de la presidencia a la conclusión de su mandato
constitucional en enero de 2020, son una pista de que, al menos subcons-
cientemente, el alto mando del MAS empieza a percatarse de que la suma
de obstáculos dificulta cada día más ejecutar su estrategia, subordinada a
un solo objetivo: permanecer en el control del poder, manteniendo habili-
tada la carta electoral de su jefe máximo.
Sin embargo, la comprensión de que jugar todo a una sola carta es una
equivocación no se abrirá paso fácilmente en el MAS, ya que la suma de
intereses, compromisos y cultura organizacional en que se sustenta es de-
masiado pesada y compleja.
Deconstruirla y sustituirla por un planteamiento diferente que rema-
te en alternativas flexibles necesitaría, por ejemplo, cambiar radicalmente
la lógica de imposición de intereses sectoriales (el corporativismo como
egoísmo de grupo), para sustituirla por una visión de conjunto. Los plazos
parecen demasiado cortos para ese fin que, además, requeriría una radical

14  La preocupación que produce en el equipo de gobierno la ruptura con los cooperativistas
ha empezado a expresarse con los llamados públicos a reiniciar negociaciones después de
que entreguen a los comprometidos en el asesinato (véase La Razón del 5 de septiembre de
2016).
Bolivia 2013-2021 125

renovación de las cúpulas corporativas, que han enajenado la autonomía de


sus organizaciones por apetitos e intereses cada vez más mezquinos.
Respecto a la cultura que rige la organización interna del gobierno y las
relaciones entre este y las organizaciones corporativas de origen popular,
se caracteriza por consagrar al máximo dirigente como un ícono intocable
e incuestionable. Esto prácticamente anula la selección del mejor reempla-
zante electoral porque el culto al jefe viene acompañado de celos y sospe-
chas infinitas.
Debido al temor que prevalece entre los aspirantes a aparecer como esa
figura, que fácilmente puede convertirse en la figura de un “traidor”, la se-
lección del sucesor tiende convertirse en la búsqueda del peor candidato.
Eso puede reavivar la opción “Cámpora” (o Putin) simplificada, en versión
boliviana15.
La obsesión por mantener el control del Estado mediante el atractivo
electoral de su único jefe y conductor reduce las posibilidades de que esta
fórmula, que ha funcionado en el pasado, lo haga indefinidamente. Si el
MAS continúa aferrándose a ella, en tanto subsistan las condiciones mate-
riales adversas que enfrenta, se arriesga a que, al forzar esa carta, ni siquiera
con ella pueda garantizarse una victoria en la próxima elección nacional.
La extrema crispación que puede alimentar la desesperación partidaria
por imponer su criterio a una sociedad que se aleja de este se arraiga en
un contexto continental en el que la caída de los gobiernos de Argentina y
Brasil se acompaña del gran deterioro del venezolano y las dificultades del
ecuatoriano; es decir que la malla de soporte internacional más próxima
está muy debilitada. Esta correlación adversa se afianza, en tanto que en
Europa y Estados Unidos se multiplican las novedades de recuperación de
las fuerzas más conservadoras.

15  Ya se mencionó en un análisis anterior esa posibilidad, en sentido de que el actual presi-
dente y el vice se presenten en una fórmula en la que intercambien sus cargos. Bastaría con
que, luego de las elecciones el candidato a vicepresidente se comprometa a renunciar públi-
camente a la presidencia para traspasar el mando al nuevo vice (Morales Ayma).
126 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Una renuncia estratégica


La expresión vicepresidencial del 18 de agosto: “Nosotros vamos a usar el
extractivismo todavía un par de décadas; si no ¿de dónde vamos a sacar el
dinero para mantener los bonos [y] las condiciones de formación intelec-
tual y humana de las personas?”16, va más allá de lo circunstancial y se con-
vierte en una llana admisión de derrota estructural, puesto que el cambio
de matriz productiva era uno de los más importantes compromisos en el
momento de asumir el poder. De hecho, los esfuerzos gubernamentales por
cumplir con ese compromiso se anotan como una clara diferencia con las
administraciones anteriores17, pero resultan tan insuficientes que nuestra
economía en su conjunto ha profundizado su dependencia de la extracción
y exportación de riquezas naturales.
La escasa relevancia noticiosa que ha recibido y el poco tráfico de debate
que ha generado en las redes sociales virtuales demuestran que apenas se ha
aquilatado su verdadera importancia como signo de derrota y apocamiento
oficial. El hecho de que esta admisión (“no pudimos hacerlo, ¿y qué?”) haya
logrado pasar casi desapercibida podría explicarse porque el conjunto de
partidos políticos, organizaciones sociales oficialistas o independientes, las
universidades, la mayor parte de ONG y otros actores y sujetos, comparten
esa resignación del gobierno.
Lo que ha dicho el vice confirma una escasa información y ningún in-
terés por comprender que la magnitud de los retos ambientales globales no
deja margen a que nuestra posición sea: “si ellos [los grandes capitalismos
del norte] lo hicieron, nosotros no tenemos por qué privarnos de repetirlo”.
Tal tipo de silencios o respuestas imperceptibles da la pauta de que el
plan económico gubernamental de largo plazo, que consiste en intentar in-
crementar la generación eléctrica mediante megahidroeléctricas y plantas
termogénicas de ciclo combinado y mediante un mayor avance de la fron-

16 Véase: http://www.la-razon.com/economia/Garcia-extractivismo-produccion-PNUD-
Bolivia pobreza_0_2547945273.html.
17  Las plantas de secado de gas natural, la de urea, la de polipropileno y la experimental de
litio son sus mayores realizaciones. Sobre cada una de ellas existen observaciones, no solo
en cuanto costos muy inflados, sino sobre su eficiencia, rentabilidad e impacto ambiental.
Pero incluso superando o descartando todas las críticas, el mismo gobierno reconoce que no
modifica la matriz productiva que recibió de herencia.
Bolivia 2013-2021 127

tera agrícola y ganadera (sacrificando bosques), competirá con fuerza con


propuestas similares y menos creíbles de sus oponentes. Y es que el gobier-
no aún preserva la credencial de estar a la cabeza del crecimiento regional
y de mantener un cierto equilibrio al que se aferra una mayoría electoral.
Sin embargo, la recuperación mundial y regional no se ajusta a las ex-
pectativas oficiales porque se mantiene el estancamiento de los precios de
commodities, principalmente del petróleo. Una coyuntura de escasez pro-
longada y severa no puede conjurarse con los proyectos de endeudamiento e
inversión presentados por el gobierno. Además, la ventaja de asumirse como
el generador del incremento de la capacidad y expectativas de gastos de la
llamada “clase media precaria”, puede volcarse abruptamente en su contra.
Planes de inversión gigantescos, como los del Chepete/Bala, empiezan
a mostrar significativas grietas en su concepción, sostenibilidad ambiental,
social y económica18. Toda la generación basada en gas está amenazada por
el estancamiento de reservas, y los préstamos para realizar grandes obras
urbanas (transporte, principalmente) pueden apresurar el tránsito de des-
aceleración a crisis. Las cifras gigantes de decenas de miles de millones
de inversión pública se tornan cada vez menos sustentables, mucho más
al compararlas con las increíbles grandes deficiencias en servicios básicos,
salud o educación.
Se ratifica una tendencia central a profundizar confrontaciones y ten-
siones, a las que se incorpora el riesgo de estallidos de violencia focalizada.
Persiste el hecho de que, aunque el debilitamiento interno del MAS llegue a
implosionar, eso no constituye a una alternativa por sí misma.
Si el MAS requiere liberarse de su dependencia hacia su jefe, los parti-
dos de oposición están en una situación similar porque el presidente y sus
mayores opositores representan, juntos, este momento histórico y los nu-
dos que se aprietan. La renovación partidaria y electoral será insuficiente si
las organizaciones sociales no superan la situación de secuestro por la que
atraviesan y recuperan su autonomía.

Septiembre de 2016

18  Véase como muestra la ficha ambiental y otras publicaciones en: https://fundacionsolon.
org/category/pacha/el-bala/
Aterrizaje de Trump y despegue
de la contraofensiva al 21F

El XI aniversario del ascenso del MAS al gobierno se cumplirá apenas


tres días después de la ceremonia de transmisión de mando en EE. UU.
Así, mientras en el centro imperial se consagra la culminación de un ciclo
completo, del “progresismo” de Obama al “ultraconservadurismo”1 de su
sucesor, aquí, aparentemente, la situación mantendrá una inverosímil es-
tabilidad, proyectada hacia el futuro con la ya declarada intención de abrir
espacio para la cuarta reelección presidencial.
Pero si a Donald Trump puede no serle tan fácil volcar abruptamente la
política que su país ha mantenido por casi medio siglo hacia China, aniqui-
lar el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP) antes de su nacimiento,
construir la muralla con México y expulsar a 11 millones de migrantes,
no será ni más sencillo ni más grato para los gobernantes bolivianos re-
montar la desaceleración, enmendar el deterioro de su imagen en mate-
ria de eficiencia administrativa o corrupción o ejecutar cualquiera de las
“cuatro vías” 2 (la mitad de las ocho alternativas de las que habló García

1  El entrecomillado se justifica ampliamente porque, más allá de las imágenes, el gobierno


del primer presidente negro deja como herencias tantas flagrantes contradicciones en su ca-
racterización de progresista, como dudas e interrogantes el comportamiento que realmente
tendrá o podrá tener el nuevo gobierno norteamericano. La designación de los principales
secretarios no deja duda sobre las intenciones regresivas, o francamente reaccionarias, del
nuevo presidente, pero queda por delante un período de prueba respecto a la efectiva capa-
cidad de cumplir sus promesas y amenazas en política interna e internacional.
2  A saber: i) iniciativa ciudadana para reformar parcialmente la CPE; ii) reforma constitu-
cional aprobada por dos tercios de la Asamblea Legislativa; iii) interpretación constitucional
del art. 168 por el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y iv) renuncia de Morales
antes de cumplir con su actual mandato (véase La Razón del 19 de diciembre de 2016, en su
amplia cobertura del congreso del MAS en Montero).

[129]
130 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Linera) que, según cree, estarían a su alcance para neutralizar o burlar los
resultados de la negativa popular que obtuvieron el 21 de febrero (21F).
Es tan previsible que el nuevo gobierno estadounidense tendrá serias di-
ficultades para llevar a cabo sus planteamientos, como que la instalación de
Trump en Washington complicará todavía más las perspectivas de nuestras
actuales autoridades.
La merma de capacidad de estas últimas para sostener la iniciativa y
allanar el camino para sus planes —como única forma de ejecutar la “agen-
da patriótica”, convertida en una especie de curalotodo del conjunto de
problemas del país— se ha confirmado al reducir el relato oficial a una pug-
na permanente con sus enemigos, quienes tratan de impedir que se abra
camino a la reelección presidencial.

Los cambios en el hemisferio norte


El arribo de Trump a la Casa Blanca consolida el viraje conservador en
nuestro planeta, que empezó a manifestarse en Europa y que tiene sus pro-
pias manifestaciones en América Latina.
Los resultados electorales de España, las tendencias electorales preva-
lecientes en Francia, Italia, Austria y el Brexit británico son algunas de las
señales que muestran el fortalecimiento de corrientes conservadoras, sean
tradicionales o nuevas, como aparente respuesta a la inestabilidad econó-
mica y financiera, a la intensificación de ataques yihadistas y al masivo flujo
de refugiados que huyen de la guerra en Medio Oriente y del hambre y las
guerras en África y otros continentes.
A diferencia de la ola neoliberal de hace tres décadas, varios de los nue-
vos referentes conservadores reniegan de la globalización y abogan por vías
proteccionistas que, hipotéticamente, llegarían a vulnerar, y en el peor de los
casos, a anular algunos de los acuerdos comerciales más extensos e impor-
tantes vigentes, o en vías de consolidarse, abriendo paso a extendidas guerras
comerciales que complicarían notablemente la economía mundializada.
El obligado repliegue económico de los países latinoamericanos, afecta-
dos por la finalización del ciclo de superprecios de materias primas, no me-
joraría en ninguno de los escenarios que supone el avance de las tendencias
económicas y políticas conservadoras del hemisferio boreal.
Bolivia 2013-2021 131

La presidencia de Trump, que hoy por hoy implica un elevado factor


de incertidumbre, tiende a potenciar las dificultades de la región y a crear
un entorno cada vez más hostil para los gobiernos etiquetados como “pro-
gresistas” que sobreviven en esta latitud. El hecho de que sobre el nuevo
presidente estadounidense recaigan sospechas en su país de ser afín con
Putin no significa que los gobiernos sudamericanos que simpatizan con el
gobierno ruso vayan a beneficiarse de una actitud más complaciente de la
nueva administración estadounidense3.
Si a la seria y prolongada disminución de inversiones provenientes del
hemisferio norte que experimenta Sudamérica —complicada con la eleva-
ción de las tasas de interés decidida por la Reserva Federal— se le agregan
presiones políticas y económicas, puede construirse un escenario bastante
peor que el de este año que, según el ministro de Economía, Luis Arce, ha-
bría sido hasta ahora el más desventajoso del último decenio.
Lo que no debe perderse de vista es que los presidentes de estirpe y
orientación estrictamente conservadora, como Macri en Argentina y Te-
mer en Brasil, no abren una puerta ancha para una mutación política y so-
cial, como ocurrió en la era neoliberal, porque la resistencia interna hacia
sus políticas muestra, desde el inicio de su gestión, una intensidad y una
persistencia que no se vieron el pasado.
El anudamiento de nuevas contradicciones políticas y económicas a es-
cala global fortalece la evolución de una tendencia que eleva los riesgos de
estallidos, en un contexto de acelerado desequilibrio ambiental. Este des-
equilibrio también tiende a incrementarse a causa de los triunfos políticos
de fuerzas negacionistas del cambio climático, tanto en EE. UU. como en
algunos países europeos, además de un recrudecimiento de reflejos desarro-

3  Las múltiples y elogiosas menciones a Putin por Trump se complementan con el nombra-
miento de Rex Tillerson como su secretario de Estado. El nombramiento de este ex máximo
ejecutivo de la Exxon, conocido como el “occidental mejor relacionado con el presidente
ruso”, ha obligado al Partido Republicano a suscribir la iniciativa de los demócratas para
investigar si Rusia intervino en el proceso electoral estadounidense mediante ataques de
hackers, por ejemplo. Evo Morales, por su parte, escribe literalmente en su tuit: “Saludar
triunfo de @realDonaldTrump Esperamos trabajar contra el racismo, machismo, la antiin-
migración, por la soberanía de nuestros pueblos”. Con los antecedentes de la relación EE.
UU.-Rusia, en Bolivia, no hay acuerdo sobre si la temprana salutación del presidente Mora-
les al triunfante Donald Trump se explica por las simpatías internacionales del presidente
electo o si, más bien, encierra una dosis de ironía.
132 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

llistas e industrialistas de viejo cuño en prácticamente todos los gobiernos


de los países menos desarrollados, independientemente de la inclinación
ideológica de sus gobiernos.
De tal manera que el encono político y social tiende a ser opacado por
la creciente fuerza y gravitación de la contradicción entre sociedad humana
y la naturaleza, sin que los planes multilaterales ensayados y practicados
hasta ahora consigan aplacar o modificar esa tendencia.

Un inmovilismo engañoso
La impresión de que Bolivia pueda quedar al margen de los cambios que se
están acumulando alrededor nuestro y más lejos es un típico espejismo. Si
bien la obsesión gubernamental de reescribir el pasado impregna la agenda
noticiosa y política, alcanzando a crear esa sensación, en realidad se produ-
cen continuas modificaciones, frecuentemente de una manera muy rápida.
El congelamiento de la imagen a captarse —debido a que a fines de este
año, tal como a su inicio, seguimos hablando de reelecciones, “repostula-
ciones” y cuestiones afines, como si el referendo constitucional de febrero
jamás hubiese ocurrido—, el resquebrajamiento del bloque de poder, con-
secuente con el estallido cooperativista minero y la agregación de escán-
dalos y conflictos, ha conducido a una situación antes desconocida, que
puede caracterizarse como de agrietamiento estratégico del proyecto hege-
mónico en el país.
La dirigencia del MAS y sus aliados, que conducen las mayores orga-
nizaciones sociales4 (encabezadas por las “trillizas” campesinas: CSUTCB,
Colonizadores y “Bartolinas”), hacen los máximos esfuerzos por tratar de
probar que el apoyo del “pueblo” al partido y al proyecto gubernamental
sigue incólume, y que lo único que impide verlo es la pérfida manipulación
que torció el voto en febrero, cuando las “mentiras” y “calumnias” sobre el
presidente, su novia y su hijo desportillaron fugazmente la confianza de
una franja de votantes fieles.

4  La salida y el reingreso de algunas de ellas, como la COB, simplemente ratifica el predo-


minio absoluto de la dinámica corporativista que impregna las relaciones entre el gobierno
y la dirigencia de estas organizaciones. Así, la COB amenaza con no respaldar las iniciativas
para la reelección, incluido el intento de “anular” el referendo de febrero, si los gobernantes
no hacen concesiones a sectores asalariados.
Bolivia 2013-2021 133

Según esta interpretación, repetida a diario, ni la desaceleración econó-


mica —con sus cada vez mayores impactos sobre las actividades económi-
cas en general, el empleo y los ingresos—, ni los indicios y evidencias de
corrupción y arbitrariedad, ni la explosión de escándalos que van desde
los choques internos hasta las muertes que llegan a ocasionar, consiguen
afectar el crédito del presidente, su partido y sus asociados.
Sin embargo, los sondeos y encuestas revelan que este año la credibili-
dad del jefe de Estado ha descendido, sin recuperarse a continuación, como
había ocurrido invariablemente en todos los años anteriores. En concor-
dancia, la aún imbatible fortaleza electoral del MAS enfrenta su peor y más
continuo enflaquecimiento en términos de intención de voto.
El hecho de que la cúpula masista sienta que se juega la vida en demos-
trar que no hubo error al convocar al referendo, que la convocatoria de Evo
Morales está intacta y que, por lo tanto, se justifica cualquier camino para
volver a llevarlo a la cabeza de la candidatura partidaria, no ha sido sufi-
ciente para lograr que la sociedad lo crea, aunque el flujo noticioso avance
y se retuerza alrededor de ese eje único.

Chepete-Bala: proyecto tóxico y quimérico


Si el enfrentamiento entre gobierno y cooperativistas en agosto alertaba
sobre los límites de los acuerdos y alianzas de conveniencia, que permitie-
ron construir el agregado corporativo sobre el que se apoya el gobierno, el
surgimiento de dos conflictos, aparentemente de menor rango, pondrá a
prueba los planteamientos de largo alcance con los cuales ha venido justifi-
cando su vigencia y la supuesta necesidad de que se mantenga por un plazo
adicional no menor a una década.
El jubiloso anuncio, formulado por el propio presidente el 16 de julio
recién pasado, de que la construcción de una represa en el estrecho del Bala
sería el inicio de un amplio y raudo proceso de sustitución de exportacio-
nes, que nos permitiría reemplazar los ingresos perdidos por la disminu-
ción de los precios del gas y, a la larga, pensar inclusive en reemplazarlos
completamente, pudo seguramente aportar cierta dosis de serenidad ante
el panorama de dificultades económicas que no dejan de sumarse desde
hace dos años.
134 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Esa posible tregua, si existió, llegó a durar muy poco, debido principal-
mente a la cerrada negativa gubernamental de cumplir su obligación de
difundir los estudios5 en los que basa sus esperanzadoras informaciones.
Estas, siempre muy escuetas, afirmaban en un principio que el “proyecto
Bala” requería para construirse 6.000 millones de dólares, pero que apor-
taría 1.250 millones de dólares de ganancias anuales desde que se finalice
su construcción, que duraría unos siete años; en otros siete años habríamos
pagado su costo.
De allí en adelante, “el departamento de La Paz y el TGN” contarían con
ingresos frescos y de libre disponibilidad. Por ello, cualquiera que se opon-
ga al “proyecto Bala” o lo cuestione era un enemigo innato de La Paz y del
país y, como tal, representante de intereses foráneos, seguramente proim-
perialistas.
La filtración, primero, de la ficha ambiental y, semanas después, del “Es-
tudio de Identificación del proyecto hidroeléctrico El Bala”, elaborados am-
bos por la consultora italiana Geodata, proporcionan un panorama com-
pletamente distinto a la optimista versión oficial.
Para empezar, el proyecto que el gobierno se empeña en llamar “El Bala”
corresponde a la construcción de una enorme represa a más de 40 km al
suroeste de esa angostura, en la desembocadura del cañadón que vincula
las serranías del Beu y de El Chepete, por lo que se trata en realidad del
componente Chepete, con un costo inicial no de 6 mil millones, sino de casi
7 mil millones de dólares, según el mencionado estudio.
El componente Bala se construiría, eventualmente, unos 20 años (op.
cit.) después de concluido el gigantesco embalse de 159 m, que detendría
las aguas del río Beni por 6 a 7 meses en el Chepete, para presuntamente
generar unos 3.300 KW de potencia, que deberían venderse en algún mo-
mento a Brasil. El componente Bala aportaría apenas un 12% adicional a la
capacidad de generación del Chepete.
Sin embargo, hasta el día de hoy no hay ninguna negociación o apro-
ximación con el gobierno brasileño que respalde la decisión de exportarle

5  A la falta de transparencia se suma la abierta intención de confundir y manipular a la


opinión pública cuando, por ejemplo, el presidente y su vice insinúan que el agua de las
represas hidroeléctricas sobre el río Beni podría servir para aliviar la escasez de agua potable
(véase: https://n9.cl/zhg1j, y también: https://n9.cl/5i9hi).
Bolivia 2013-2021 135

esa importante cuota de energía6. Sin comprador seguro7, con capacidades


menguantes de financiar el proyecto8, los 11 millones de bolivianos que
costaría el proyecto de prefactibilidad (estudio de Identificación del pro-
yecto, según la nomenclatura vigente) y los 12 millones de dólares para el
estudio a diseño final, encomendado también a Geodata, podrían llegar a
servir absolutamente para nada y perderse, como ya ha ocurrido con los
estudios que se han realizado para la hidroeléctrica de Cachuela Esperanza.
Por lo elevado de estos montos, el exembajador del gobierno de Morales
ante las Naciones Unidas, Pablo Solón, ha lanzado la hipótesis de que la
sola elaboración de estudios termine convertida en una redituable “indus-
tria” para las consultoras que los elaboran y los funcionarios que las licitan
o adjudican directamente.
Las principales observaciones que ha merecido hasta ahora el proyecto
Chepete/Bala, además de su altísimo costo y su baja e incierta rentabilidad,
radican en que afectarían entre cuatro a seis tierras comunitarias de origen
(TCO) de un igual número de pueblos indígenas. Estos sufrirían inunda-
ciones y una expropiación de hecho de sus territorios9, la práctica aniquila-

6  El déficit anual de Brasil ronda ahora los 7.500 MW. Según su plan de expansión energética,
se irá desplazando hacia la generación eólica, en la que planea invertir más 50.000 millones
de dólares hasta 2025. Las licitaciones brasileñas para compra de energía demuestran que
estas se adjudican con unos ocho años de anticipación. De modo que si Bolivia quisiera llegar
a ser un proveedor de electricidad para 2025, como se define en el estudio de identificación
del proyecto Chepete/Bala, los acuerdos tendrían que haberse cerrado este año. El ministro
de Energía de Brasil, que visitó al nuestro hace pocas semanas, no mencionó el proyecto Che-
pete ni una sola vez, y recalcó que el interés brasileño en materia de generación hidroeléctrica
se centra en la construcción de la represa binacional Riberao sobre el río Madera.
7  Dos intentos bolivianos previos de vender a Brasil electricidad generada lejos de su te-
rritorio han fracasado. En 1996 un consorcio privado encabezado por Julio León Prado,
principal accionista del Grupo Bisa, ofreció 600 MW generados en una planta termoeléc-
trica ubicada en Bulo Bulo, obteniendo una expresión de interés, con la condición de que la
generadora se traslade a Puerto Suárez. El gobierno actual avanzó aceleradamente con los
estudios para construir en Cachuela Esperanza una hidroeléctrica con capacidad de generar
unos 900 MW, pero debió desistir porque la parte brasileña expresó que su interés es la
hidroeléctrica binacional Riberao, en el nacimiento del Madera. Véase Jorge Molina Carpio
(2006), “Análisis de los Estudios de Impacto Ambiental del Complejo Hidroeléctrico del Río
Madera: Hidrología y Sedimentos”. https://n9.cl/6m7vv
8  Según el estudio de Geodata, el proyecto sería viable si el Estado boliviano lo financia en
al menos el 30% (unos 2.100 millones de dólares); con el 70% de financiamiento externo se
calcula que habría que pagar una elevada cuota como costo financiero.
9  Véase los blogs de 2016 de Daniel Robison: https://n9.cl/wmt02 y https://n9.cl/fvkw6
136 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

ción y esterilización del río Beni10, que concentraría en el embalse desechos


tóxicos provenientes de La Paz y poblaciones yungueñas, convirtiéndolo
en una gigantesca cloaca que aniquilaría la vida en ese remanso y las 70
hectáreas de bosque inundadas.
Aguas abajo, desde el Chepete hasta la confluencia del río Beni y el Ma-
moré, por cientos de kilómetros, el río, desoxigenado y privado de los se-
dimentos minerales que arrastra y que se retendrían en la represa, perdería
sus bondades fertilizantes y erosionaría velozmente su curso, afectando, de
paso, múltiples acuíferos que se encuentran por debajo de su lecho11.
Lejos de retroceder, el presidente de ENDE ha anunciado que el presu-
puesto de 8.800 millones de dólares contemplado en la “agenda patrióti-
ca”, se multiplicaría hasta alcanzar 27.000 millones principalmente para la
construcción de megarepresas en áreas boscosas. Sin embargo, nunca ha
aclarado por qué los estudios y proyectos apuntan en esa dirección, cuando
ENDE ha identificado en las cuencas altas de las cordilleras Oriental, Tres
Cruces y Apolobamba un potencial mayor a 14.400 MW (cuatro veces el
del Chepete) sin afectar bosques, biodiversidad y territorios indígenas.

El agua y las nuevas sensibilidades


La escasez de agua que afecta a la sede de gobierno desde noviembre de 2016
puso en evidencia fallas esenciales de la gestión gubernamental y de su am-
bicioso programa de inversiones a largo plazo12, llamado “agenda patriótica”.

10  Roger Cortéz y Daniel Robison (2016), “Incógnitas tóxicas y verdades ocultas del proyec-
to del Chepete/Bala” (documento inédito).
11  El único daño que reconocen el estudio y el gobierno son los 670 km2 de selva que queda-
rían anegados, con pérdida parcial de biodiversidad, especialmente especies piscícolas. Las
críticas multiplican muchas veces la superficie y el daño ambiental y humano, por el impacto
sobre todo el curso del río y la interrupción violenta de ciclos y relaciones de un sistema que
abarca múltiples subsistemas.
12  Los resultados de otras grandes inversiones, como la planta separadora Chaco (más de
300 millones de dólares) o el ingenio de San Buenaventura (265 millones de dólares), en-
tre las principales, son suficiente muestra como para cuestionar tal tipo de megaobras. La
planta separadora tiene serias dificultades de abastecimiento de materia prima y el propano
que produce se vende a Paraguay a un precio 16% menor que el subvencionado que pagan
los consumidores bolivianos de GLP. En San Buenaventura apenas se ha plantado el 8% de
la cantidad de caña que el ingenio puede procesar y la expansión de cultivos para alimen-
tar la producción de azúcar compromete suelos tropicales muy frágiles, vecinos al Parque
Bolivia 2013-2021 137

La Paz viene a ser la cuarta ciudad, capital de departamento, que enfren-


ta problemas de abastecimiento de agua potable, ya que Cochabamba, Su-
cre y Potosí los sufren, en algunos casos desde hace décadas. Con el ingreso
de La Paz y El Alto al círculo de la escasez del líquido vital, se visibilizan
los problemas que no han podido superarse en los diez años de gestión del
actual gobierno, pese a haber sido lubricados con el mayor flujo de divisas
extranjeras de nuestra historia.
Así, los éxitos en materia de disminución de la pobreza, avance de in-
fraestructura y mejora de algunos servicios básicos que exhibe continua-
mente en su defensa la gestión gubernamental muestran una fragilidad
extraordinaria, ya que una amenaza similar pende sobre Santa Cruz, que,
debido a la contaminación de sus acuíferos, afronta el riesgo de retroceder
en su calidad de vida en el mediano plazo.
Al mismo tiempo, cuando se examina el programa de enormes inver-
siones de la agenda proyectada por el gobierno hasta 2025, se advierte que
fines muy nobles y necesarios, como la transformación de la matriz eléc-
trica de termo (que cubre más del 70% de la demanda actual) a hidro, o
la necesidad de ampliar el abanico de exportaciones, incluyendo la venta
de electricidad, quedan completamente desfiguradas por la falta de acuer-
dos sólidos con posibles compradores (o su inexistencia, más bien), por la
selección de los peores espacios geográficos y sociales para construir las
generadoras y la sospecha de negocios ilícitos por la priorización de con-
trataciones directas.
La situación no mejora al considerar otras grandes inversiones, como
los teleféricos y trenes eléctricos, que suman más de mil millones de dóla-
res. Son productos muy atractivos para la imagen de las ciudades, pero con
poco impacto en la solución de sus problemas de transporte.
La ampliación de la frontera agrícola a expensas de bosques y biodi-
versidad es también parte central de la mencionada agenda. Por esa vía,
lejos de incrementar su adaptabilidad y resiliencia al cambio climático,
que avanza implacablemente y más rápido de lo previsto, el país estará­

Nacional Madidi. La reciente inauguración de la planta de urea (800 millones de dólares)


presenta interrogantes igualmente perturbadoras, ya que la vía férrea que debe trasladar su
producción a Montero está lejos de concluirse, y sus costos de exportación amenazan con
una absoluta falta de competitividad.
138 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

lleno de deudas, debilidad y estancamiento económico, con una mayor


de­pendencia política y económica, con mayores dificultades para su
transformación económica y social y con una pérdida considerable de
fuentes de oxígeno, agua y biodiversidad, ignoradas como las fortalezas
principales del país y sacrificadas tras un desarrollismo de perspectivas
muy dudosas.
Bajo esa lógica, las anteriormente abundantes reservas internaciona-
les merman muy rápidamente, mientras que los usos para los que se ha
programado las que aún restan se asemejan más a “armas económicas de
destrucción masiva”, dado su alto costo y escaso beneficio para un país que
sigue siendo sustancialmente pobre.
Tales problemas se complican mucho más cuando el norte de la ges-
tión gubernamental es abrir la oportunidad de perpetuarse a través de la
reelección, manteniendo e incrementando la falta de transparencia y de
rendición de cuentas.

Escenarios
La porfía del aparato oficial de no renunciar a la candidatura de Morales
Ayma para la elección de 2019 traslada a la escena política el ánimo de
confrontación abierta del MAS y sus aliados, como tendencia política y
social principal que irá creciendo a medida que se aproxime el momento
de imponer su punto de vista.
No habiendo definido aún por cuál de las “cuatro vías” definidas en el
congreso de Montero optará, las señales emitidas hasta ahora apuntan a
que se imponga alguna de las que no requieren una votación popular, es
decir, la reforma parcial de la CPE por dos tercios de votos de la Asam-
blea Legislativa, o su interpretación, encomendada al TCP, como cuestión
de puro derecho, según la cual el MAS impugnará el número limitado de
reelecciones (dos) que la CPE impone, porque “coartaría el derecho del
soberano”.
La iniciativa ciudadana que entusiasma a la dirigencia de las organiza-
ciones sociales aliadas del oficialismo —porque permitiría, supuestamente,
que cada facción, grupo e individuo pruebe y presuma de su capacidad de
convocatoria— es cada vez peor recibida por la cúpula partidaria, que está
Bolivia 2013-2021 139

al tanto del debilitamiento de la fuerza electoral de su propio jefe máximo


y candidato13.
La indignación de los partidos opositores no tiene mayor posibilidad de
alterar los planes e intenciones del oficialismo, debido a la debilidad con-
gresal, electoral y de crédito público de estas tiendas políticas. A ello hay
que agregar, obligatoriamente, su incapacidad de diferenciarse estratégica-
mente del desarrollismo gubernamental. Sus diferencias en lo económico
y en las relaciones internacionales se ubican en su nítida predisposición a
diluir la presencia estatal en el campo productivo y a estrechar lazos comer-
ciales y políticos con EE. UU. y Europa Occidental, alejándose de China,
Rusia e Irán; en lo político, buscan ceñirse más estrictamente a la formali-
dad legal e institucional14.
Las organizaciones sociales independientes, principalmente algunas in-
dígenas, tienen posibilidades de lograr convocatorias a veces extraordina-
riamente mayores que su dimensión y capacidad organizativa, pero siem-
pre en situaciones concretas y transitorias. En el espacio de la academia,
las ONG y gran parte de la intelectualidad, así como en el de los medios
de difusión, se mantiene el impacto de las sucesivas y continuas agresiones
montadas por el gobierno, aunque aquí y allá aparecen nuevos reductos de
resistencia.
En ese cuadro, los mayores enemigos del oficialismo continúan siendo
la estrechez económica y de recursos vitales, como el agua y los alimen-
tos, que se sentirá cada vez más asfixiante debido a las expectativas que ha
sembrado el triunfalismo gubernamental. En un destacado segundo lugar,
el corporativismo de sus asociados seguirá empujando a sus dirigencias
a pedir mayores privilegios, disputándolos con otros aliados. Finalmente,

13  La sugerencia del procurador general, Arce Zaconeta —considerado uno de los principa-
les cuadros jurídicos del gobierno—, de impulsar una reforma parcial que no solo modifique
el artículo de la reelección, sino que “se refuerce” con la cadena perpetua contra violadores
de menores, planteada por la “cumbre judicial” de 2015, refleja el temor de algunos dirigen-
tes de introducir únicamente la reelección, sin un apoyo o lubricación discursiva y legal,
incluso en espacios como el Congreso, donde la orden emitida desde el Ejecutivo se acatará
sin demora.
14  Los partidos con posiciones descentralizadoras y autonómicas, con mayor sensibilidad
ambiental, indígena y profemenina, como el Verde y el MSM, apostaron por su extinción al
equivocarse rotundamente en sus cálculos electorales para 2014, cuando desplegaron vicios
caudillistas y sectarios muy similares a los de los partidos y sindicatos tradicionales.
140 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

pero no de menor riesgo, está el paquete compuesto por la baja calidad de


la gestión pública, la corrupción y las divisiones internas del MAS. Sin em-
bargo, es posible que mejoren algunos precios de commodities.
La movilización, indignación y reclamos espontáneos son los más pro-
bables adversarios del gobierno, debilitado además por su expectativa y
deseo de habilitar a su candidato. Así, la mayor parte de los conflictos por
demandas económicas y sociales tenderá a derivar en expresiones que cri-
tiquen al continuismo, lo que, a fuerza de repetirse y acumularse, debilitará
la potencia electoral oficialista, incluso si logra imponer la candidatura de
su jefe máximo.
Lo más novedoso y riesgoso en la perspectiva de los próximos meses es
que la cerrada determinación gubernamental de mantenerse a cualquier
costo (“hemos llegado para quedarnos”, en palabras del presidente) intro-
duzca un sesgo de fuerza y violencia, inducida desde el propio aparato del
Estado.
El conflicto del TIPNIS ya inauguró la era de movilizaciones ambienta-
listas y proindígenas, que pueden ampliarse ante la obstinación por seguir
invirtiendo en la lógica de la “agenda patriótica”; esta tendencia se verá
dificultada por la pérdida de músculo financiero gubernamental15. Nuevas
rachas de escasez de agua o crisis producidas por avance de megaobras ten-
derán a estimular respuestas amplificadas, en las que cabe la posibilidad de
que los jóvenes y su actividad en las redes sociales digitales cobre creciente
protagonismo.

Diciembre de 2016

15  Que puede tratar de compensar incrementando la dependencia económica y política de


fiadores y prestamistas internacionales, como China.
Recrudece el plan para atropellar
la soberanía popular

La ilusión que nos asalta frecuentemente en sentido de que la agitación


interna siempre supera a la externa se ha visto notablemente resentida en
estos primeros meses del año, en los que las turbulencias foráneas llegaron
al extremo de sugerir, en algún momento, que retornaba el espectro de la
guerra nuclear. La combinación y contraposición de la personalidad del
nuevo presidente estadounidense con la del risueño emperador norcorea-
no creó esa imagen, aunque el análisis de los hechos deja claro que, por
ahora, se trata antes que nada de una febril competencia simbólica.
En cambio, el simbolismo ha cedido en estas tierras harto trecho a ma-
nifestaciones muy materiales, que se acumulan en: i) la intensificación de
la ofensiva gubernamental para garantizar la posibilidad de inscribir a su
único candidato presidencial en la justa de 2019; ii) una nueva ofensiva
estatal intimidatoria y iii) la agregación de casos de corrupción y grandes
fallas administrativas.
En el cuatrimestre destaca por encima de todo que, por una vez, la disi-
dencia y el descontento les ganaron a las fuerzas gubernamentales en la ca-
lle, en la jornada para recordar el referendo constitucional del año pasado
(el 21F, como se lo llama ahora).

Tumultos boreales y convulsiones australes


El nuevo y ostentoso mandatario de EE. UU. no termina de cumplir con los
principales objetivos que prometió, bloqueado por los guardavallas institu-
cionales y los recursos de contención del propio sistema interno de poder.
Hasta aquí no ha encontrado una vía para canalizar sus propuestas más pro-
vocativas —el muro con México y la abrogación de la reforma sanitaria—, y

[141]
142 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

ha requerido un bombardeo sobre Siria para acallar la avalancha de denun-


cias de los nexos de su entorno íntimo con el presidente ruso. Eso sí, no se ha
detenido en desmontar los siempre pobres e insuficientes compromisos de
su país para enfrentar el cambio climático, acelerando las exploraciones pe-
troleras y la extracción de carbón y disminuyendo impuestos a los más ricos.
Steve Bannon, todavía asesor principal de Trump —igual que unos
cuantos analistas dados al sensacionalismo y a las conclusiones fáciles1—,
está comprobando que la globalización no se acaba con el anuncio de revi-
sión ni con la abolición de acuerdos comerciales.
Lo que aún está por dilucidarse es cuán posibles son los abruptos cam-
bios en política internacional que pretende introducir la nueva administra-
ción en casos como el de Irán, que, dado lo inestable del tablero del Medio
Oriente, pueden desencadenar desastres profundos y duraderos, como la
masiva emigración de los que huyen de las guerras.
Esto confirma que la fase experimental del ascenso del nuevo jefe de
Estado, caracterizado por su marcada inestabilidad, puede prolongarse,
creando situaciones imprevistas, incluso cuando hasta ahora la fortaleza
del sistema ha prevalecido sobre los impulsos de Trump. De cualquier ma-
nera, el gobierno estadounidense cuenta con la ventaja de una situación
económica en despliegue, más estable que la de los europeos.
La supuesta oleada de triunfos de los neoconservadores eurófobos2 se
ha frenado con su derrota en Holanda y el ya anunciado fracaso de Le Pen
en la segunda ronda electoral francesa. Pero eso no compensa el profundo

1  El vicepresidente de Bolivia se ha mostrado como uno de los más entusiastas voceros


de esa interpretación, basada en el llamado fenómeno “populista” de los países avanzados.
Véase: https://n9.cl/vtg3s. Sin embargo, la globalización no es una conjura, un capricho
ideológico, un gran pacto comercial internacional o la suma de todos ellos. Es la fase actual
de desarrollo del capitalismo en todos sus planos y niveles: económico, cultural, político
e ideológico. Se sustenta en los cambios tecnológicos aportados por la informática, las
telecomunicaciones y la caída de las murallas mercantiles que aún sostenía la vigencia de
un bloque soviético hasta los años ochenta. En esa misma época, China ya se había inscrito
como nave principal de la globalización, en su condición de fábrica planetaria y reina de las
inversiones transnacionales.
2  En el otro lado del espectro, se ha enfriado el impulso de formaciones como PODEMOS,
en España, al influjo, probablemente de experiencias como las de Syriza, en Grecia, y del
recrudecimiento de temores en el electorado al momento de decidirse por alternativas des-
conocidas. Habrá que ver si en Francia el salto de Melenchon sigue el mismo curso, una vez
que perdió el acceso al ballotage.
Bolivia 2013-2021 143

malestar que viven los ciudadanos de la Unión Europea, acentuado des-


pués de la salida británica3, por los elevados niveles de incertidumbre y
lentitud y lo errático de su recuperación económica.
Aun así, este año muestra una tendencia lerda pero sostenida a la recu-
peración de precios de los commodities, con excepción del petróleo (con
alto impacto en economías como la nuestra), que no termina de equilibrar-
se pese al inédito acuerdo de los productores OPEP con los no asociados,
suscrito a finales de 2016.
Nuestro continente está sacudido por la dureza del enfrentamiento in-
terno en Venezuela, en una supuesta agonía de larga duración, escenificada
dramáticamente por los medios de difusión desde hace más de dos años
y por la explosión de ondas de corrupción estatal que afectan a casi todos
los países. Lo de Brasil4, con el caso Odebrecht, que compromete a todos
los partidos, desde el PT hasta la derecha extrema, es un símbolo de cómo
los políticos profesionales, cualquiera sea su ideología, han extremado sus
prácticas para saquear los bienes públicos y estafar a los ciudadanos.
El triunfo de Lenin Moreno en Ecuador rompe la uniformidad del giro
electoral, pero no la tendencia a que se eclipse a los gobiernos que prevale-
cieron en la escena sudamericana. La experiencia de Macri y Temer mues-
tra también, simultáneamente, que el giro hacia políticas “neoliberales”
tiene que afrontar la resistencia de sociedades mucho más empoderadas y
conscientes de sus derechos que aquellas en que se pudo aplicar los linea-
mientos del consenso de Washington a finales del siglo pasado.

Los costos no importan


Nadie ha puesto en duda la fortaleza de la decisión del MAS boliviano para
revocar los resultados de la consulta popular sobre la reelección en 2016 y,

3  La gran cuestión que abre la consumación del Brexit no radica en los duros espasmos de la
ruptura, que pueden extenderse por largo tiempo, sino en un balance más prolongado, en el
que habrá que ver si el aislacionismo británico termina por encoger a esa potencia que, por
sí misma y con sus aliados más próximos (nacidos de su mismo vientre: EE. UU., Canadá,
Australia, etc.) ocupó gran parte del protagonismo de los siglos previos.
4  Se manejan con mayor discreción situaciones como las de Perú, donde los tratos con
Odebrecht arrojan sombras no solo sobre ex presidentes, sino sobre el actual mandatario,
Pedro Pablo Kuzcynski.
144 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

durante los últimos meses, el partido oficial no ha hecho más que confir-
mar lo tonto que hubiese sido ponerlo en duda.
Más bien, ha querido reforzar el mensaje de que su decisión es inque-
brantable y que los que la resistan puedan resultar lesionados, si es que no
reducidos a añicos. Así ha de leerse que haya metido fuelle a los juicios ya
instaurados contra políticos y dirigentes opositores, o la apresurada expul-
sión del Centro de Documentación e Investigación del Desarrollo (CEDIB)
de su sede provisional en Cochabamba. El rector de la universidad estatal
de ese distrito, amigo muy cercano del régimen, consiguió en pocos días
intimidar de tal manera a los investigadores, que estos prefirieron quedar
casi a la intemperie ante el inminente riesgo de violencia5.
El despliegue de fuerza siempre se ha complementado con el de un
enorme flujo propagandístico estatal (y con los viajes del presidente), que
hace un año había costado 5.300.000.000 Bs (cinco mil trescientos millones
de bolivianos, unos 750 millones de dólares), durante el quinquenio pre-
vio6. De modo que, considerando la intensificación de campañas favorables
a la reelección y descalificadoras del triunfo del No el año pasado, la cifra,
conservadoramente actualizada para este año, sobrepasará los 900 millones
de dólares para el periodo que viene desde 2011.
La considerable dificultad de siquiera acercarse a estos montos para po-
der competir —principalmente en anuncios y transmisiones de radio, TV
y, cada vez más intensamente, en presencia en las redes sociales virtuales—,
se equilibró en esta ocasión con un enorme despliegue callejero para con-
memorar la celebración de los resultados del 21F.
La superioridad de la concurrencia popular a los actos de reafirmación
del No se verificó incuestionablemente en La Paz y otras ciudades, mientras
que la de Santa Cruz de la Sierra resultó un fiasco, debido a que la convo-
catoria no se unificó y hubo actos dispersos. La ventaja de contar con la
participación obligada de empleados públicos no fue suficiente para que el

5  Este antecedente consagra el hecho de que las ONG dedicadas a cuestiones indígenas
y al medioambiente son las más expuestas al severo escrutinio estatal, dispuesto a borrar
a cualquiera que parezca sospechosa de contradecirlo. El expresidente de la Asamblea
Constituyente del Ecuador ha analizado la persecución al CEDIB como una típica muestra
de la regresión de los gobiernos “progresistas” del área (véase: https://n9.cl/wx2zp).
6  Véase: https://n9.cl/6z5p5
Bolivia 2013-2021 145

MAS reedite la convocatoria aplastante que ha mantenido por años en sus


actos; en esta ocasión debió resignarse a un segundo lugar.
Una característica notable de esa jornada de movilizaciones es que fue
convocada y protagonizada por colectivos ciudadanos, en tanto que los
partidos opositores que aportaron efectivamente con asistentes permane-
cieron en un discreto segundo plano. Se trata de una señal adicional que
apuntala la necesidad de un cambio fundamental en el sistema de repre-
sentación política7.
La preocupación oficial por este hecho no mella su plan inicial, y solo
fortalece —como ya ocurría previamente— su predisposición a favorecer
las cuatro alternativas no electivas del menú que maneja para desconocer
el referendo del 21 de febrero.

La artillería económica
A pesar de la ya anotada dificultad de recuperación de los precios del pe-
tróleo, la política económica oficial sigue ostentando las mejores marcas
continentales8, incluso cuando es vista con los criterios más conservado-
res de los organismos internacionales, como la CEPAL9, que pronostica un
crecimiento del PIB del 3,8%, casi un punto por debajo de la expectativa
del ministro Arze. El ministro se arriesga a sostener que se llegaría al 4,7%,
encendiendo explícitamente las expectativas sobre el pago del segundo
aguinaldo al concluir la gestión.
Es ostensible el esfuerzo gubernamental por mantener el buen récord de
cifras, que lo ha llevado a endeudarse por la vía de una nueva emisión de
bonos (deuda soberana) de 1.000 millones de dólares, principalmente para
alivianar la rápida caída de reservas, según interpreta el expresidente del
BCB Juan Antonio Morales, a costa de pagar intereses de unos 45 millones
de dólares anuales.

7  Que, tal como se ha señalado y argumentado en análisis previos, incluye a partidos, sin-
dicatos, organizaciones sociales, ONG políticamente activas, medios masivos de difusión y
otras instancias que, en la experiencia social boliviana concreta, intervienen como centros
de emisión ideológica, formación y organización política.
8  Igualada por Paraguay y superada solamente por República Dominicana y Panamá.
9  Véase: https://n9.cl/5l7n50
146 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Mantener una buena imagen de su manejo de las finanzas públicas


(cuando Venezuela se hunde en la superinflación, Argentina no acaba de
recuperarse y Brasil sigue estancado) es, en términos prácticos, crucial para
los planes de reelegirse10. También es un poderoso mensaje político, porque
le permite mofarse de las previsiones opositoras que, cada año, tienden a
cargar las tintas sobre los escollos que tendrá que sortear la política econó-
mica gubernamental.
El párrafo siguiente, de autoría de Gonzalo Chávez, uno de los analistas
económicos críticos más conocidos, se inscribe en la línea de tales adver-
tencias:
Para mantener el producto en torno del 4% al año a futuro, la po-
lítica económica de corto plazo tiene muy pocos grados de liber-
tad. Debe escoger entre rezar para que vuelvan a subir los precios
de las materias primas o quemar ahorros interno y externo para
mantener la burbuja de consumo. ¿Por qué después de 11 años de
gobierno y haber gastado 60.000 millones de dólares extras (me-
dio Plan Marshall a precios de hoy) no tenemos ninguna fuente
adicional de ingresos externos que no sean los recursos naturales?
Las exportaciones cayeron en torno de 4.000 millones de dólares
y no hay ningún sector alternativo que puede darnos ni 50 mi-
llones de dólares. Pero como vivimos al día y lo que interesa es
la política antes que la economía, se fuerza el modelo primario
exportador, aunque esto signifique sacrificar el futuro. Claro, el
pretexto de la conspiración del imperio siempre está disponible
para ocultar errores internos de la fiesta del rentismo. Tal vez el
ajuste del país a la realidad económica lo tendrá que hacer otro
gobierno (véase: http://chavezbol.blogspot.com/2017/04/ceban-
do-el-carburador.html).

Además de la importancia electoral de mantener cifras de buen des-


empeño, está la necesidad de contar con una base para realizar las monu-

10  El duro rechazo popular para abrir la reelección en Paraguay (respaldada también de la
bancada del expresidente Lugo) aparentemente no ha sido del mayor agrado del gobierno
boliviano, advertido hace muchos meses por encuestas de que, en general, tampoco el
público de nuestro país ve con los mejores ojos la prolongación indefinida de los gobier-
nos. De allí nace precisamente la idea de hablar de “repostulación”, buscando endulzar el
término.
Bolivia 2013-2021 147

mentales inversiones de la “agenda patriótica” (57.000 millones de dólares


solo en energía, de los cuales 27.000 irían a megarepresas). La tendencia
declinante del crecimiento de estos dos últimos años, la desaceleración ge-
neral y el crecimiento del déficit fiscal (que ronda el 7%) no contribuyen a
garantizar las enormes deudas que se necesitará contraer para ejecutar el
programa planeado hasta el año 2025.
Para una apropiada valoración de la actual disposición de fuerzas y pre-
ferencias, debe anotarse que la actitud ante el desempeño del gobierno y la
confianza que suscita han dejado de declinar, según lo muestran los prime-
ros sondeos del año.

Foto, democracia y silencio


La inesperada aparición de un manifiesto firmado y acompañado de la fo-
tografía de los seis dirigentes opositores más publicitados11 ha dado pie a
un espectáculo noticioso durante semanas, debido a su carácter sorpresivo
y, sobre todo, a la campaña propagandística del vicepresidente, quien desa-
fió a todos los signatarios a un debate, para luego condicionar el reto hasta
eludirlo completamente.
La primera aparición conjunta y solidaria de los representantes parti-
darios se ha referido exclusivamente a cuestiones políticas (violaciones de-
mocráticas, persecución judicial a opositores, planes de reelección y cues-
tiones afines), pero no contiene una sola mención crítica al programa de
gobierno, con su masivo plan de inversiones y la alta intensidad de acciones
lesivas al ambiente que entraña (ampliación de la frontera agrícola, conce-
siones de tierras, megarepresas).
Se verifica de este modo que el gobierno mantiene la iniciativa y puede
seguir alimentando la corriente central del debate público en torno a la
reelección de su candidato, contando con respuestas puramente reactivas.
La ausencia de discusión desde las filas de los partidos opositores, así
como del planteamiento de un modelo alternativo de desarrollo al que ac-
tualmente se ejecuta y preconiza, deja esa responsabilidad a individuos y

11  Véase: https://n9.cl/b4hv5r


148 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

organizaciones de la sociedad civil, con gran menoscabo de sus posibilida-


des de llegar al conocimiento del público en general12.
Las escaramuzas tácticas próximas —como la realización de nuevas
elecciones judiciales— no brindan esperanza alguna de negociación
fructífera entre las fuerzas parlamentarias, porque los esporádicos ges-
tos oficiales de apertura no modifican cuestiones de fondo relacionadas
con su determinación de preservar el control sobre el conjunto de los
poderes estatales, pues esto les garantiza habilitar a su candidato y ganar
las elecciones de 201913.
De tal modo, el avance inicial —es decir, que la oposición dejara de
identificar la propia elección de los altos magistrados como el fondo del
problema y considerara la selección de candidatos como el tema cru-
cial— queda en punto cero14.
Como sinopsis, puede afirmarse que el tensionamiento de contradiccio-
nes continúa dando la fisonomía a la coyuntura de este cuatrimestre, y se
perfila como tendencia central del proceso. En la oposición partidaria se

12  El seguimiento de una de las iniciativas gubernamentales, el tren bioceánico, muestra la


enorme dificultad de materializar las gigantescas obras que conforman ese programa. Aun-
que desde hace más de un año los voceros oficiales anuncian un inminente avance, hasta
ahora solo se ha conseguido la adhesión de Uruguay y Paraguay, pero no la de Brasil, que es
quien tiene la real capacidad de decisión. El antagonismo entre el gobierno de Temer y el de
Bolivia genera un escenario totalmente privilegiado de negociación para Brasil. Eso explica
el inconsulto cambio de diseño del tren bioceánico, que ya pactó con Perú, y que excluye su
paso por Bolivia. Decisiones internas bolivianas, como la aprobación de la Ley de la Coca,
son consideradas por Brasil como auténticas agresiones (porque ante una presunta mayor
oferta de coca y cocaína, esperan un alza correlativa de crímenes y violencia en su territorio)
que entraban aún más las negociaciones. De ese modo, se alejan las posibilidades de que la
gran agenda estratégica del gobierno boliviano pueda concretarse.
13  Por ejemplo, conceder mayor participación al sistema universitario (vía CEUB) en la
preselección de candidatos para las elecciones judiciales, pero manteniendo otras observa-
ciones que llevan al exmagistrado del Tribunal Supremo de Justicia, Iván Lima, a considerar
que los 21 millones de dólares que costará la elección judicial serán un desperdicio. Véase:
https://www.facebook.com/Ivanlimamagne/posts/10212604351646445
14  En las condiciones actuales de la coyuntura política y social, va cobrando cuerpo la dis-
cusión de si Bolivia puede reproducir en los próximos meses una dinámica parecida a la que
se observa hoy en Venezuela, producto de la obstinación del régimen por desconocer los
avances de sus contrarios y mantener un control cerrado de todas las fuentes y recursos de
poder. Se trata, con seguridad, de una especulación fundamentalmente vacía, no solo por
las históricas diferencias abismales entre ambas formaciones sociales, sino por las caracte-
rísticas que identifican a los sujetos sociales colectivos que definen en Bolivia la coyuntura y
la construcción histórica del país.
Bolivia 2013-2021 149

advierte que el inicio de acciones conjuntas es el nuevo mecanismo para


incrementar su eficiencia política y mejorar su entrenamiento en algunas
acciones de fiscalización parlamentaria; sin embargo, mantiene una ausen-
cia completa en el cuestionamiento estratégico y programático.
Sin vestigios de tregua en el horizonte, las protestas espontáneas y los
movimientos sociales (entendidos como explosiones de insatisfacción, sin
conducción política orgánica) siguen siendo los adversarios más probables
y eficaces de un régimen cuyo perfil se reduce cada vez más al de un ente
que proclama la estabilidad, la continuidad y la permanencia como sus
mejores atributos, mientras exhibe una completa falta de capacidad para
enmendar un giro cada vez más represivo y enfangado en la corrupción.

Mayo de 2017
150 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Anexo

Coca y neocolonización de territorios indígenas


La objeción más frecuentemente empleada para resistir y criticar el avasa-
llamiento, de hecho y/o legal, del Territorio Indígena y Parque Nacional Isi-
boro Securé (TIPNIS) es que la superficie restada de los territorios indíge-
nas o de las reservas naturales será asimilada por un persistente incremento
de los cultivos de coca. Este argumento se aplica a casi cualquier situación
parecida, y su popularidad reside principalmente en que, de manera abierta
o implícita, se supone que los avasalladores están necesariamente vincula-
dos a los “narcos”.
Se trata sin duda de una noción falsa. No en vano tales acusaciones se
han estado formulando desde el primer día del ascenso del régimen sin
causarle la menor mella ni impedir que su votación haya subido constante-
mente en las elecciones nacionales. Tampoco parecen haber jugado ningún
papel en su derrota en febrero de 2016. Llamar cocalero y narcotraficante al
presidente y sus seguidores entusiasma a la franja de electores conservado-
res y ultraconservadores (usualmente entre el 20 y el 25% del electorado)
que le ha sido adversa desde un principio, pero no a la mayoría de electores
que ha respaldado al MAS.
Uno de los problemas de esta interpretación es que obvia el hecho de
que Bolivia es el país que tiene la superficie más estable de cocales durante
los últimos 30 años15 (a excepción del descontrol durante la década de 1980
y la erradicación radical durante el gobierno de Banzer), según se verifica al
hacer un seguimiento de los informes de la UNODC (la Oficina de Nacio-
nes Unidas contra la Droga y el Delito, por sus siglas en inglés) y de los del
Departamento de Estado de EE. UU. sobre la producción andina.
Los informes de EE. UU. tienen un estimado promedio de alrededor del
50% por encima de los de Naciones Unidas, ya que en 2016 informan de

15  Laserna, quien opina que nuestra tendencia es ascendente, ha sistematizado


importantes observaciones sobre los cocaleros de Yungas y Chapare, obtenidas a través
de visitas de campo. Véase: http://www.cepes.org.pe/cendoc/eventos/Libro-Foro-Reforma-
Agraria-2007/12- laserna-bolivia.pdf
Bolivia 2013-2021 151

una superficie de 37.000 ha, frente a las cerca de 25.000 ha que registra la
UNDOC. En ese lapso Colombia y Perú han mostrado grandes oscilacio-
nes, con Colombia como el caso extremo, ya que en 1980 tenía una super-
ficie de 8.000 ha y se espera que este año supere las 180.000
Aun en el supuesto de que los cultivos del trópico cochabambino tu-
vieran el triple de extensión que la de los informes (220 km2, en vez de 77
km2, es decir, 22.000 ha en vez de las 7.700 que autoriza la nueva Ley de
la Coca), eso implica que la superficie dedicada a labores agropecuarias
en la provincia Chapare16 es muy reducida. Esto permite hacerse una idea
respecto a la noción de que en esos sectores ya se “habría agotado” la tierra
para sembrar coca17.
Afirmar que el gobierno está empeñado en fomentar la producción de
coca hasta convertir las 1.200.000 ha del TIPNIS en un inmenso cocal sig-
nifica creer, con base a los resultados de la actual erradicación —que alcan-
za un promedio de 10.000 ha/año— que la siembra de coca avanzará, más
o menos incólume, durante los siguientes 120 años. Lo que es peor, lleva a
pensar que los demás aspectos de la política del régimen pesan poco frente
a esa cocalización, que sería el motor principal de sus acciones.
La centralidad que se le da a la expansión de cultivos de coca y la sa-
tanización de los cocaleros deforma la perspectiva amplia y predispone,
además, a suponer que cuando cambie el gobierno podría sobrevenir una
política de eliminación de cocales, como en su momento lo hizo la admi-
nistración Banzer-Quiroga, que terminó fortaleciendo, y finalmente entro-
nizando, al actual presidente del Estado.
No se plantea subestimar los enormes problemas que nos acarrea la ela-
boración, comercialización y consumo de cocaína al que se destina la mayor

16  Datos del Censo Nacional Agropecuario 2013 muestran que en el municipio de Villa
Tunari se encuentra la mayor cantidad de unidades de producción agropecuaria, respecto
a los municipios que conforman la región de trópico cochabambino. Este municipio tie-
ne una superficie cultivada de verano de 27.238 hectáreas y 28.404 unidades de produc-
ción agropecuaria. Véase: https://www.ine.gob.bo/index.php/villa-tunari-el-platano-bana-
no-es-el-principal-producto-cultivado/
17  En términos de peso demográfico, los cocaleros suman un total de aproximadamente
100.000 familias, con lo que representan alrededor del 3% al 5% del padrón electoral (6,4
millones aproximadamente, en 2017), pero compensan largamente su bajo peso en las urnas
con su potencia en las calles y en la movilización.
152 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

parte de la hoja de coca producida en el país. Se trata, más bien, de salir


del círculo de soluciones ensayadas que tienen como factor común el haber
permitido que sean el Estado y los cocaleros quienes negocien y tomen las
decisiones.
Precisamente por la seriedad de los problemas en materia de corrupción
política y judicial, de incremento de la delincuencia y de los hechos violen-
tos, inseguridad, hostigamiento internacional y otros, es necesario cons-
truir nuevas opciones basándonos en la norma constitucional que obliga a
que la participación y el control social sean la base de la definición de las
políticas públicas.
En tanto que la superficie de cocales tiene tantas repercusiones en varios
planos, toca plantear el funcionamiento de un mecanismo de concertación
para que la representación del Estado y la de los cocaleros se encuentren
con todos los demás sectores y, de manera conjunta, adopten decisiones
sobre la superficie legal de cultivos, la calidad de la coca (orgánica, por
ejemplo), el régimen tributario que le corresponde, etcétera.
Una instancia de esa naturaleza —impensable en las condiciones polí-
ticas vigentes— tiene que ocuparse también de las políticas para atenuar
impactos en los sectores cuyos ingresos y posibilidades reales de empleo
resulten afectados por las decisiones que adopte. Desde una perspectiva de-
mocrática, es impensable pensar en reproducir prácticas corporativas, esta
vez haciendo que otros sectores amenacen o se confronten con cocaleros
(o cooperativistas), que es a lo que induce el tipo de confrontación que hoy
prevalece en nuestro país.

Agosto 2016
Desarrollismo versus pueblos indígenas

Una marca que mantiene imbatible el MAS es su capacidad de sostener una


constante iniciativa política, que destaca en la escena debido a la perpetua
reactividad de sus oponentes.
La rutina ha vuelto a repetirse durante los últimos cuatro meses en los
que la reiteración, aceleración y amplificación del destape de negocios tur-
bios1 que comprometen a altos funcionarios no frena que se introduzcan (o
reiteren) propuestas y acciones del oficialismo que mantienen ocupados a
quienes difunden noticias y acoquinados a quienes las padecen.
De todas, destaca por sus ecos y proyecciones la nueva ofensiva sobre el
Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Securé (TIPNIS), que ha cul-
minado con la aprobación de una ley que anula los acuerdos que se dieron
entre Estado e indígenas con la VIII marcha que llegó a la ciudad de La Paz
en 2011, después de la represión que sufrieron en Chaparina.
La “desintangibilización” del TIPNIS tiene la peculiaridad de que no solo
se impone en la coyuntura, sino que la conecta con el largo plazo porque
resume y representa la propuesta programática, la visión de país y la política
masista, al condensar la estrategia contenida en la Agenda 2025 y empalmar-
la con la habilitación de la candidatura y reelección del actual presidente.
Desmenuzar esta nueva ley permite una excepcional oportunidad de
ver y entender los planos temporales y acciones concretas de la visión polí-
tica hegemónica en Bolivia.

1  Una buena proporción de estos episodios se relacionan con el total predominio de con-
trataciones directas o de la gran discrecionalidad que reciben los máximos ejecutivos para
contratar “llave en mano” o EPC (Engineering, Procurement and Construction). Carreteras,
plantas hidroeléctricas (Corsan), taladros, planta de polipropileno (la obra más cara en la
historia boliviana, pero menos de un tercio de lo que costaría el Chepete) encabezan una
larga lista de denuncias sobre las más grandes anormalidades detectadas y denunciadas.

[153]
154 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Del paquetazo electoral a la ofensiva estratégica


En el semestre que va desde la aprobación de la Ley General de la coca
hasta la de la Ley 969, que “anula la intangibilidad del TIPNIS”2, se han
acumulado decisiones gubernamentales propias de una gran contraofen-
siva táctica, orientada a anular y revertir la derrota sufrida un año atrás y
despejar la ruta que rehabilite al presidente como candidato en las próxi-
mas elecciones nacionales.
Las acciones legislativas y administrativas3 que conforman la columna
vertebral de esa contraofensiva apuntan a reaglutinar y vigorizar el núcleo
central de la base social del MAS, resquebrajado por incumplimientos de
compromisos estatales y pugnas internas del partido dominante. En segun-
do término, buscan afinar la fachada institucional que consumará la manio-
bra destinada a anular los resultados del referendo constitucional de 2016.
Durante los últimos cinco años, la cúpula gobernante manifestó de di-
versas formas su inquietud por un sentimiento de deuda con los coloni-
zadores4 y por el retraso de uno de sus planes más preciados, al haberse
visto obligada a postergar el proyecto de carretera a través del TIPNIS por
la marcha indígena de 2012. Esa traumática experiencia fue vivida como
un retroceso simbólico y material inaceptable que tenía que revertir más
temprano que tarde.

2  El entrecomillado se debe a que se utiliza aquí la nomenclatura que ha predominado en el


encuadre periodístico (y que se refiere a la anulación de la intangibilidad) porque, como se
desarrolla más adelante, tal denominación se presta a confusiones.
3  Casi simultáneamente al tratamiento de la Ley 266, pueblos indígenas del territorio in-
dígena multiétnico (TIM) —en que conviven los pueblos mojeño, trinitario, yuracaré, mo-
vima y t’simane o chimán— protestaron por el incremento de presiones sobre el bosque
tsimán, a pesar de que se reconoció como su territorio en 1990. Estas presiones se producen
al amparo de resoluciones del INRA, que pretenden convertirlos en familias colonizadoras,
cada una con su dotación de 50 hectáreas. De este modo, la mayor parte de las 185.000 hec-
táreas de ese bosque pasaría a ser “reserva fiscal”, es decir, tierra disponible para distribuir
entre nuevos colonizadores. Véase: http://cejis.org/cinco-pueblos-indigenas-inician-movili-
zacion-la-caminata-de-reafirmacion-de-nuestro-derecho-historico-sobre-el-area-del-bos-
que-chiman/
4  Llamados “interculturales” por la CPE, con la fallida intención de desvincular a este im-
portante sector campesino (tradicionalmente familias campesinas pobres migrantes, en
búsqueda de nuevas tierras de labranza) de las connotaciones que tiene el término ‘colonia-
lismo’. Los cocaleros son la fracción menos numerosa, pero la más activa políticamente y la
más consolidada organizativamente, de esa franja campesina.
Bolivia 2013-2021 155

En cuanto a los cooperativistas mineros, las derivaciones del cruento


levantamiento con que hace un año pretendieron imponer sus reclamos
corporativos necesitaban con urgencia una conciliación y reparación de
daños. Así, en aparente compensación por la dureza de su choque con la
directiva de FENCOMIN después del asesinato del exviceministro Illanes,
el gobierno anuncia que dispondrá de 500 millones de dólares para la pros-
pección de nuevas áreas que otorgar a las cooperativas5.
Cooperativistas y colonizadores (cocaleros incluidos) han actuado como
mazo y yunque del régimen en batallas decisivas, en las que la capacidad de
movilización ha sido el elemento clave. De modo que, al haber facilitado al
gobierno proseguir con sus nuevos desafíos, se hacía impostergable atender
los principales problemas pendientes con ambos6.
En el espacio institucional, la preparación de las elecciones judiciales,
ahora reprogramadas para diciembre de este año, exhibió desde su con-
vocatoria la vacuidad de la retórica oficial desplegada por meses. Tanto en
la cumbre judicial como en múltiples otras tribunas públicas, se intentó
mostrar que, a diferencia de 2011, el procedimiento haría énfasis en los
méritos profesionales y académicos y que se superaría el sectarismo, que
caracterizó la calificación de candidatos en la experiencia anterior.
El temprano repliegue de la universidad pública paceña (UMSA) del
espacio que se otorgó a las universidades para participar de la selección y
calificación de aspirantes a candidatos se respaldó en denuncias de par-
cialidad del proceso. Con esta y otras evidencias, quedó claro que la ma-
yor aspiración oficial sobre estas elecciones es que el nuevo plantel de al-
tos magistrados ayude a olvidar la patética historia de sus predecesores7;

5  Véase: https://notibol.com/noticia/gobierno-invierte—500-millones-para-las-cooperativas-
mineras/1170321. En 2016 reclamaban por lograr un mejor régimen impositivo que el que
tienen, y que se legalicen sus uniones con privadas y transnacionales en las concesiones que
se les ha otorgado. Estas concesiones no son necesariamente marginales; la de Colquiri, por
ejemplo, contiene una reserva estimada en unos 5.000 millones de dólares a precios de los
minerales en 2014.
6  Incluyendo las consecuencias del recrudecimiento de la pelea interna del MAS, entre fines
del año pasado e inicios de este, entre los que se incluye el notorio recorte de poder y gravi-
tación de la tendencia del excanciller Choquehuanca.
7  En especial, la manera en que el Legislativo, acaudillado por el Ejecutivo, castigó con el
mayor ensañamiento las disidencias y rebeldías de miembros aislados del Tribunal Consti-
tucional, para dejar claro que su precio es el escarnio público de los indisciplinados, hasta el
156 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

asimismo que, en lo posible, los nuevos funcionarios resulten algo más


creíbles, dada la gravedad de las decisiones que el Ejecutivo ha dispuesto
que asuman.

El segundo asalto al TIPNIS


La importancia central de la batalla por el TIPNIS parte de la hipótesis de
que en esta se concentran las mayores contradicciones del nuevo ciclo es-
tatal: la definitiva cancelación del proyecto de construir un Estado plurina-
cional. Esto pesará decisivamente sobre la definición de las tendencias que
determinarán el rumbo del país durante no menos de una década. Hasta
ahora, el desenvolvimiento del debate público sobre el tema ha sufrido una
simplificación extrema, dejando de lado explicaciones que abarquen lo que
realmente entraña esta prolongada confrontación
Del lado oficial, se ha tratado de explicar la situación como si se tratara
de la resistencia de los “aliados internos del imperialismo”, quienes, bajo un
ropaje de ambientalismo colonial, tratan de salvar los intereses de potencias
externas que nos habrían impuesto la creación de reservas naturales en su
propio beneficio. También estarían los intereses de hacendados (principal-
mente madereros y ganaderos), que ya no podrían esconder su presencia,
ni el vasallaje que al que estarían sometiendo a los pueblos indígenas.
Según este relato, la carretera a construirse permitirá, además, atender
las necesidades básicas de esos pueblos y, gracias a la integración de Beni
y Cochabamba, logrará un manifiesto avance del desarrollo económico y
social de todo el país8.

extremo de una práctica muerte civil, que es como el extribuno Cusi describió su experien-
cia después de haber sido defenestrado de su cargo.
8  El vicepresidente del Estado es el principal responsable de esta línea argumental,
comprimida en su folleto Geopolítica de la Amazonía (La Paz: Vicepresidencia de la
República, 2013) y ratificada en su discurso oficial del 6 de agosto pasado. Esta narrativa
carece de apoyo y referencias factuales que hagan verosímil su explicación de que grandes
haciendas ganaderas y explotaciones forestales están instrumentando su oposición a la
construcción de caminos, cuando en todas partes estas son sus abanderadas, ya que les
son indispensables para mover su producción al mercado. Tampoco aborda la imperiosa
necesidad de realizar el esfuerzo más serio y sostenido por salvar bienes escasos (fuentes
de agua, oxígeno, biodiversidad) que se encuentran en las áreas que, despiadadamente, se
nos habría impuesto por los grandes depredadores ambientales del planeta para inhibir, o
simplemente cancelar, nuestras posibilidades de “desarrollarnos”. Desde FOBOMADE se
Bolivia 2013-2021 157

La oposición, especialmente la partidaria, contraataca exhibiendo las


flagrantes contradicciones entre las palabras y los hechos gubernamentales
en todo lo que se relaciona a su declarada devoción por la Madre Tierra y
los pueblos indígenas. Estos reproches se centran en la crítica central: de-
nunciar que el verdadero objetivo de la nueva legislación sobre el TIPNIS
sería abrir espacio a nuevos cultivos de coca9.
Como un complemento, desde la izquierda —en lo que podría inter-
pretarse como un intento de contrarrestar la postura antiimperialista del
gobierno— se pregona que la carretera a través del TIPNIS sería una impo-
sición imperialista, principalmente de Brasil.
Las críticas al extractivismo gubernamental, así como la confrontación
entre modelos de desarrollo, han estado presentes desde muy temprano,
pero son las que reciben menor atención periodística e informativa.
Lo que prima en el espacio público son las descalificaciones del gobierno­
al ambientalismo colonial (“cuidadores de árboles para los gringos”) y las acu-
saciones del predominio de los intereses cocaleros (implicando que, en el fon-
do, serían “narcotraficantes”) con que responde la oposición partidista, con
la esperanza de que su tono moralista le permita cosechar alguna ventaja10.
Si existe algún componente con real peso moral que pueda generar co-
rrientes de opinión pública, es el que alerta sobre la saña y violencia con

hace una crítica detallada a la visión vicepresidencial: http://fobomade.org.bo/2017/08/02/


sobre-la-geopolitica-vicepresidencial-el-tipnis-y-el-iirsa/
9  Véase, como ejemplo: http://www.eldeber.com.bo/bolivia/Samuel-cree-que-meta-de-Evo-
en-Tipnis-es-mas-coca-20170809-0013.html El antropólogo Xavier Albó ha expresado una
idea parecida. Toranzo subraya este enfoque en http://www.paginasiete.bo/opinion/carlos-
toranzo-roca/2017/8/30/coca-gran-peligro-150190.html. La enorme presión que ejercen
los pobladores del Polígono 7, colonizadores y cocaleros, sobre los pueblos indígenas y su
persistente demanda de carretera ha llevado a absolutizar el cultivo de coca como presunta
causa de los planes gubernamentales sobre el TIPNIS y otros territorios indígenas. Por todo
lo anotado, se ha elaborado un anexo que figura al final de este análisis, donde se consigna
información relevante sobre el tema.
10  Tal expectativa tiene todas las de perder porque las acusaciones que llueven sobre el ré-
gimen desde el primer día de su ascenso no le han hecho la menor mella, ni han impedido
que su votación haya subido constantemente en las elecciones nacionales, mientras que no
parecen haber jugado ningún papel en su derrota en febrero de 2016. Está claro que llamar
cocalero y narcotraficante al presidente y a sus seguidores puede entusiasmar a una cierta
franja de electores, pero no cambia en nada el hecho de que, para que cambie el régimen, los
nuevos gobernantes necesitarán atraer a una gran parte de los actuales electores del MAS.
158 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

que el oficialismo interviene, divide, persigue y manipula a las organiza-


ciones indígenas (las que representan a los pueblos del TIPNIS, la CIDOB
y sus afiliadas, tanto como a la CONAMAQ, organización de los indígenas
de tierras altas).
En su vertiente más atrasada, en vez de solidaridad, algunos grupos e
individuos convierten su censura en una invocación a la piedad, frecuente-
mente acompañada de ideas paternalistas y esencialistas.

La montaña escondida
Los conflictos en torno al bosque de los t’simanes, la represa del Chepete o
el TIPNIS nacen y proliferan como resultado del afianzamiento y la depu-
ración del modelo de desarrollo capitalista, que ha terminado por cristali-
zar como la visión de gobierno11. Este modelo se apoya en una política de
colonización (no de cocalización) del TIPNIS en particular y, por lo general,
de casi todos los territorios indígenas, así como de las reservas naturales.
Esto es parte de la Agenda 2025 (o “agenda patriótica”), que establece el
compromiso de ampliar la frontera agrícola como eje central del modelo
de desarrollo y de construcción de país. Esa agenda es, además, el principal
justificativo del MAS para plantear una nueva reelección presidencial.
Así, el programa para la reelección da por supuesto que ampliar la frontera
agrícola fortalecerá automáticamente la seguridad y la soberanía alimentaria,
y que el desmonte sería la única manera de lograrlo, eliminando toda con-
sideración sobre el rescate y rehabilitación de las extensas áreas que se han
depauperado, erosionado y desertificado por las malas prácticas agrícolas12.

11 Escondida bajo discursos anticapitalistas, que derrocha recursos en grandes obras, obso-
letas en su concepción y utilidad dentro de la actual realidad mundial. Un neocapitalismo,
bravo contra el capitalismo en las palabras y generoso con él en los hechos. No en vano este
régimen corresponde al período en que se han construido y prosperado gigantescos malls,
shopping centers, galerías y boutiques, y con el consumismo más derrochador, alentado por
el ejemplo del Estado, los altos funcionarios y una nueva burguesía burocrática.
12  La acelerada expansión de frontera agrícola de la última década obedece, de lejos, a
la ampliación de cultivos industriales de exportación, soya y otras oleaginosas, en tanto
que la mayor producción de alimentos no se empareja con la demanda interna (estimulada
también por cierto grado de redistribución y disminución de la pobreza), de manera que la
importación de alimentos se ha desbocado. Véase: https://n9.cl/wjxoq y la respuesta oficial
sobre este avance de importaciones en https://n9.cl/li27r
Bolivia 2013-2021 159

Esta política territorial y de redistribución poblacional que se viene


realizando por lo menos desde 2008, con el masivo traslado de familias
colonizadoras a Pando13 y, secundariamente, al Beni (con fines principal-
mente electorales en ese momento), busca replicar, reforzar y sacar partido
del modelo espontáneo de migraciones campesinas internas que primó de
1952 hasta finales del siglo XX. Esta migración campesina desde las tierras
altas consolidó el control interno del territorio, modificó la distribución
demográfica, la geografía política y la influencia de patrones culturales.
Los colonizadores —ya que no interculturales, que somos todos los ha-
bitantes del planeta—, es decir, los campesinos migrantes que buscaban
mejorar su producción, ingresos y perspectivas de futuro, jugaron así un
rol protagónico en la ampliación y consolidación del mercado interno y
favorecieron indirectamente la expansión de la influencia estatal, que se
instalaba detrás de los migrantes.
Desde finales del siglo XX, la búsqueda de tierras para la sobrevivencia
—que caracterizó a las corrientes colonizadoras iniciales— se ha ido com-
binando con movimientos orientados a hacerse de tierras para ampliar el
mercado de tierras (alquiler y venta), especialmente en regiones aptas para
el cultivo de soya y ganadería, como ha venido sucediendo en Santa Cruz
durante las dos últimas décadas.
La “conquista” del TIPNIS obedece centralmente a esa lógica14, como
presunta ruta crítica del desarrollo. Se busca replicar el modelo de ocupa-
ción de tierras, en principio por familias desplazadas por la pobreza, que
abren espacio a ocupaciones mayores que, a su vez, son la plataforma de
lanzamiento del mercado ampliado tierras, previo saqueo y destrucción del
bosque y sus recursos.
La ampliación de la frontera agrícola bajo esta modalidad conduce a la
depredación de fuentes de vida colectivas (agua, oxígeno, biodiversidad) y,
con ello, a cerrarle el paso a un patrón de acumulación diferente, con base
en el uso equilibrado de esas fuentes, cada día más escasas y valiosas a nivel
del planeta. La que impulsa el gobierno se inclina, más bien, por repetir los

13  Véase: https://n9.cl/r3gw6


14  En 2015, el presidente Morales transparentó el fondo del problema al reflexionar en voz
alta sobre la naturaleza de las prácticas del sector campesino-colonizador, del que proviene
y al que representa. Véase: https://n9.cl/t2ks2
160 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

intentos de un tipo de desarrollo ensayados infructuosamente desde nues-


tra declaración de independencia.
El significado profundo y las proyecciones del triunfo gubernamental
(Ley 969) permanecen todavía poco visibles, cubiertas por la densa huma-
reda de debates tan vehementes como estériles, que se resisten a asimilar
que la corrupción gubernamental radica principalmente en los procesos de
contratación de grandes obras públicas, de otorgación de licencias ambien-
tales, en el manejo discrecional de instituciones recaudadoras, en el manejo
partidista de la justicia y en la acumulación de rentas y beneficios ilegales
para financiar su actividad política y mantener la fidelidad de sus clientelas.
Este fenómeno mundial, que estalla en escándalos como los de Ode-
brecht, explica mejor el comportamiento de los gobiernos que las teorías
conspirativas, que sugieren que se deben a las influencias del “crimen or-
ganizado”.
La forma en que interactúan el gobierno y la oposición partidista sobre
el TIPNIS muestra que el presunto antagonismo entre ambos es básica-
mente ficticio, porque unos y otros comparten una visión muy parecida de
modernidad, mercado y desarrollo. Sus verdaderas discrepancias en cuanto
a modelo económico, forma de distribución del excedente, relaciones in-
ternacionales y concepciones sobre lo democrático son insuficientes para
distinguirlas en un plazo lo suficientemente largo.
Su cotidiano enfrentamiento por empoderar a los distintos sectores cor-
porativos que representan y por mantener o capturar el poder político pue-
de llegar a extremos violentos, sin por ello convertirlos en representantes
de modelos de sociedad antagónicos.

El colapso del Estado plurinacional


La política aplicada al TIPNIS, al bosque del pueblo t’simane y la que se
proyecta para las tierras comunitarias de origen (TCO) en el área de in-
fluencia del Chepete es parte del corporativismo y el estatismo15, que han

15  En términos de centralización y concentración de poder, más que en contraposición de lo


estatal con lo privado, esfera en la cual no puede acusarse al MAS de ejecutar o propiciar un
capitalismo de Estado porque ha encontrado una fórmula que concilia economía estatal y pri-
vada, con amplio espacio para esta última, incluyendo a los grandes capitales transnacionales.
Bolivia 2013-2021 161

bloqueado definitivamente construir la estatalidad plurinacional, procla-


mada en nuestra Constitución. La invasión, colonización y expropiación
de territorios indígenas en favor de fracciones enriquecidas, especuladoras
de tierra y que trafican con su influencia política, cancela la posibilidad
de construir un Estado basado en el respeto por los territorios de pueblos
indígenas, en la pluralidad económica y democrática, en la construcción y
respeto de autonomías (sociales y territoriales), la participación ciudadana
y el control social.
La jerarquización de intereses sectoriales propia del corporativismo
premia a los afines y penaliza a los adversos, con lo que incrementa la divi-
sión interna de la sociedad. A tal punto, que los sujetos sociales (campesi-
nos e indígenas) que motorizaron el proceso constituyente y que le dieron
contenido y fisonomía a la reforma estatal —hasta el extremo de que el plan
estratégico del gobierno se orienta a materializar una contrarreforma agra-
ria que terminaría por aniquilar a los pueblos originario— son definidos en
el artículo segundo de la CPE como los sujetos históricos por excelencia.
De acuerdo a declaraciones oficiales sobre los resultados del saneamien-
to de tierras, a concluirse este año, se atribuyen 38 millones de hectáreas a
“campesinos, pequeños propietarios y colonizadores”, 26 millones de ha a
las TCO de pueblos indígenas y 17 millones de ha al “sector empresarial”.
El área que corresponde a las TCO viene siendo declarada por la
CSUTCB, el presidente Morales y su vice, como excesiva respecto a la po-
blación que alberga, e “injusta” si se la compara con la masa campesina
que representa de 10 a 15 veces la primera16. Tal enfoque considera idén-
ticas las áreas aptas para a la agricultura y las de los bosques, y refuerza
la visión señorial y patronal que ha caracterizado tradicionalmente a las
TCO como “tierras vacías”.

Una fortaleza que transita a debilidad


El modelo que supone que la producción de alimentos (o energía) es an-
tagónica a la investigación y uso de las fuentes de vida (oxígeno, agua apta

16  El presidente Morales intuye que su propia experiencia individual se nutre de una
tradición práctica, política e histórica, que asume con naturalidad y sin ningún conflicto
personal interno. Véase: https://n9.cl/t2ks2
162 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

para el consumo, biodiversidad) es ampliamente dominante entre el espec-


tro de los políticos profesionales (tanto militantes partidarios como diri-
gentes sociales y sindicales), ya sean oficialistas u opositores, y entre los
principales grupos empresariales.
Su visión, apegada a la explotación intensiva de recursos, no llega a
comprender que las fuentes de vida son bienes cada vez más escasos y va-
liosos en el planeta, y que pueden convertirse en la base de una economía
diferente a la que venimos ensayando, bajo diversas modalidades de mode-
los económicos (cuya distinción principal radica en el cambio de relación y
predominio entre Estado y mercado)17.
Por otro lado, el estatismo corporativo, centralista e inclinado a formas
impositivas y crecientemente represivas alcanza a exhibir congruentes acti-
tudes nacionalistas y de insubordinación ante el imperialismo norteameri-
cano, pero carece de recursos ideológicos y políticos para ir más allá de una
economía de mercado tradicional y para prevenir que el país se desplace
a nuevas órbitas de dependencia y subordinación económica y política18.
Es muy posible que el presidente y su estado mayor político todavía no
caigan en cuenta de que preservar su política económica —una de sus ma-
yores fortalezas, en tanto que ha conseguido sobrellevar la desaceleración
mejor que la mayoría de los países vecinos— se convertirá en una trampa,
si insisten en su agresivo y descomunal plan quinquenal de inversiones.
Resulta que la Agenda 2025, prácticamente ya convertida en el Plan
general de desarrollo (PGDES), se propone conservar y ampliar la receta
que los voceros oficiales suelen llamar “el milagro económico continental”,
multiplicando la inversión pública en energía, infraestructura y produc-
ción agroindustrial. Esto solo sería posible mediante un endeudamiento
masivo, a falta del flujo de capital con el que se contaba durante el ciclo de
los superprecios.

17  Quizás lo más inquietante es que el sentido común de nuestra sociedad es consonante
con estas nociones debido a la prédica de los partidos nacionalistas de todos los matices,
incluyendo a la del MAS y a la mayor parte de las influencias intelectuales y a las propagadas
por la asistencia internacional.
18  Por lo pronto, “los flujos de IED [inversión extranjera directa] neta hacia Bolivia dismi-
nuyeron en 26,1% respecto a 2015, al haber pasado de $us 555 millones a $us 410 millones,
según el último Reporte de Capital Privado Extranjero en Bolivia, publicado por el Banco
Central de Bolivia (BCB) en su página web”.
Bolivia 2013-2021 163

Disponer de los 57.000 millones de dólares que se invertirían entre pros-


pección y desarrollo hidrocarburífero y construcción de megarepresas para
la exportación de electricidad, implica necesariamente contraer una deuda
considerable. Lo mismo vale para la construcción de trenes eléctricos ur-
banos, la ampliación de la red del teleférico, la compra de nuevos satélites
y otras megaobras.
Como ejemplo de lo que supone cumplir el programa de desarrollo
de la “agenda patriótica”, su plan eléctrico se apoya en postulados pro-
pagandísticos abismalmente alejados de la realidad19 y en una completa
omisión de las tendencias de generación de energías alternativas. Estos
postulados se fortalecen, pese a importantes regresiones, como la política
trumpista. La promesa de exportar 11.000 MW de electricidad generada
en megarepresas se contrapone al hecho de que en 11 años de gestión no
se ha modificado nuestra actual matriz eléctrica basada, en más del 70%,
en la quema de gas.
El atraso en construir Miguillas, San José e Ivirizu (represas media-
nas) —que nos permitiría cambiar la matriz, sustituyendo la generación
de menos de 1.000 MW y reforzando así la capacidad exportadora de
gas— prueba categóricamente la existencia de fallas fundamentales en la
capacidad de planificar y ejecutar, que no hacen sino empeorar cuando
se subordinan a la visión electoralista, cada vez menos democrática, del
partido dominante.
La única gran inversión futura que parece entusiasmar a inversores, la
ferrovía transoceánica a través de Bolivia, ha conseguido adhesiones de
países como Uruguay y Paraguay, que son actores secundarios en un pro-
yecto que enlaza el puerto de Santos (Brasil) con Perú, pero no ha obtenido
una decisión en firme de Perú y menos de Brasil. Las autoridades peruanas
actuales han declarado estar dispuestas a revisar la decisión de los gobier-

19  Así se ve claramente cuando se contrasta la idea de que Bolivia se convertiría en el núcleo
energético continental, “Si se considera que América Latina y el Caribe tienen una capaci-
dad instalada de 349.035 MW/año (OLADE, 2014) y que, considerando todas las fuentes
posibles, se alcanza un potencial 662.195 MW/año (ídem), la cantidad que Bolivia produce
representa hoy el 0,004% del continente y si efectivamente llegásemos a exportar lo que
se propone ENDE ascenderíamos hasta el 0,034, es decir del 4 por mil al 3 por ciento, en
cifras correspondientes al año 2015” (Róger Cortéz y Daniel Robison, “Incógnitas tóxicas y
verdades ocultas del proyecto Chepete/Bala”, La Paz, octubre de 2016, documento inédito).
164 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

nos de Humala y Dilma Roussef, que excluye el paso por Bolivia20, pero sin
resultado hasta ahora.
El gobierno federal de Brasil está mucho más dubitativo, pese a que go-
bernadores de estados vecinos a nuestro país han expresado interés en un
rediseño del trazado oficial vigente. En todo caso, medidas internas asumidas
por el gobierno boliviano que Brasil considera agresivas contra él —como
la aprobación de la Ley de la Coca, por cómo lo afecta el significativo creci-
miento del consumo de cocaína— no abren posibilidades para mejorar en
breve las debilitadas relaciones diplomáticas entre los dos países.

Elecciones y democracia
El permanente engarce entre el programa estratégico y la táctica electora-
lista del MAS corre el riesgo de hacer un cortocircuito en esta coyuntura,
por la repetición de un error parecido al cometido en la preparación y lan-
zamiento del referendo constitucional de 2016, cuando se sobrevaloró la
fortaleza propia y se menospreció la de la oposición social.
El reforzamiento del bloque de aliados, comentado al inicio, más una
consistente recuperación de los índices de confianza pública del presidente
y vice (49% y 43%, respectivamente), la certidumbre de haber aplastado a
los representantes indígenas contrarios en el TIPNIS y, finalmente, el im-
placable avance de la calificación de candidatos para la elección judicial
de fin de año, sirvieron para que el entorno presidencial evaluara que era
necesario y posible redondear los insumos positivos con una categórica
exhibición de fuerza (aprobación de la nueva ley sobre el TIPNIS), para
rematar con una elección de magistrados estrechamente controlados, que
ayudará en el futuro próximo a anular los resultados del 21F21.
La convergencia de conflictos muy diversos (TIPNIS, cocaleros de Yun-
gas y Achacachi, con la teatral reaparición del Mallku), aunados por un

20  Sobre los problemas del trazado, véase: https://n9.cl/i0i97


21  Está, además, el tremendo golpe con que el presidente abolló la candidatura más temible
que, según las encuestas, tiene al frente, la de Carlos Mesa, al revelar que el expresidente
había buscado apoyo oficial para representar a Bolivia en la UNESCO. Véase: https://
n9.cl/71pyb. La revelación, que afectó notoriamente al expresidente, refuerza la aseveración
de Álvaro García, quien lo caracteriza como “pusilánime”, el peor de los pecados de un
político, según Maquiavelo, quien recomienda a los gobernantes que no duden en tomar
decisiones, que se hagan temer, pero sin llegar jamás al extremo de hacerse odiar.
Bolivia 2013-2021 165

común rechazo a la imposición, a que se aplaste adversarios, a la impuni-


dad de militantes propios y aliados, sigue sorprendiendo al gobierno, que
comienza a sospechar que incluso si consigue contener estos estallidos con
cierta rapidez, le costará un gran capital político, estando tan cerca de una
elección de la que ya se sabe perdedor.
Eso no lo arredra en principio, asumiendo que la valoración de fuerzas
con que ingresa a ella sea correcta. Sin embargo, la nueva tendencia en que
convergen los conflictos da la alerta de que los sectores hastiados con el go-
bierno rebasan el perímetro de las grandes ciudades y afectan con creciente
frecuencia a reductos que consideraba inexpugnables. Aunque esto suceda
todavía fragmentariamente, los nuevos choques atacan la imagen presiden-
cial en sus fundamentos y comprometen, en consecuencia, las elecciones
judiciales de diciembre e incluso las de 2019.
Así, los nulos y blancos, que ganarán en diciembre, como ya se sabía
desde un inicio, pesan mucho más en un sentido plebiscitario sobre la ges-
tión y la figura del presidente, ahora que están tan cercanos los efectos de
los conflictos sociales.
La posibilidad de reservar al candidato Morales para una elección ul-
terior a la de 2019 está prácticamente cerrada, en una situación en la que
forzar su candidatura es cada vez más peligroso para el MAS, debido a la
resistencia social más que al fortalecimiento de sus rivales.
El carácter esencialmente antidemocrático de una elección, que elevará
a la condición de nuevos altos magistrados a candidatos con un apoyo ín-
fimo en comparación con los votos nulos y blancos, neutraliza su credibi-
lidad. Y, sobre todo, menoscaba profundamente a la del Órgano Electoral,
que hasta ahora se siente obligado a administrar esta próxima elección sa-
biendo cuánto lo debilitará para presidir el gran evento de 2019.
Tratar de afrontar todos estos elementos adversos junto con el acelerado
ritmo de inicio y entrega de obras, con estrechar relaciones con los sectores
más afectos y con un recrudecimiento de la represión contra protestas y
opositores, resulta claramente insuficiente y augura el rebrote de choques
cada vez más duros y arriesgados para el gobierno.

Agosto de 2017
Golpe contra la Constitución
Y LA soberanía popular

La única claridad que parece haberse ganado colectivamente durante este


año en la esfera política es que el MAS no puede entenderse ni imaginarse a
sí mismo fuera del ejercicio monopólico del poder. Por ello, no escatimará
recursos ni respetará fronteras de ninguna naturaleza para tratar de impo-
ner esa su visión.
Desde los devaneos del referendo de 2016, cuando todavía insinuaba
que su plan era una vez más y no pedimos más, hasta la sentencia consti-
tucional del 28 de noviembre último, han caído todas las máscaras y los
afeites con que estuvo intentando disfrazar su real, constante y existencial
determinación.

No son lo mismo
Desde la ofensiva contra el TIPNIS con que inició la actual fase estratégi-
ca, hasta la violación abierta de la Constitución y el desconocimiento de
la voluntad popular soberana, el MAS ha desplegado un impulso y una
agresividad tan agudos que pueden llevar a que se pierda de vista con qué
intensidad tratan de esconder una profunda inseguridad de fondo.
El último incidente en que esto se revela cristalinamente es la atropellada
reacción de los presidentes de las cámaras de la Asamblea Legislativa Pluri-
nacional (ALP) al contestar a la presidenta del Tribunal Supremo Electoral
(TSE) cuando ella comenta la necesidad de que el Tribunal Constitucional
(TCP) aclare lo que implica su sentencia respecto al carácter vinculante del
referendo del 21F1.

1  Véase: https://n9.cl/jh42y

[167]
168 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

El casi “cállate y ocúpate solo de administrar elecciones”, que expresan


el segundo y la tercera en la sucesión presidencial, es un claro intento de
volcar la página noticiosa y pasar a otra cosa.

¿Por qué?
Porque la incómoda consulta de Katia Uriona devela cuán apresurada ha-
bía sido la reacción de los medios masivos de difusión, comentaristas y
analistas políticos y jurídicos cuando coincidieron en interpretar que el fa-
llo del 28 de noviembre habilita la nueva candidatura de Morales Ayma. Así
titularon o comentaron, casi de manera unánime, dando por hecho que el
fallo puede aplicarse indistintamente a la ilegal reforma a la Constitución
consumada por la Sala Plena del TCP, o a la anulación de los resultados del
referendo del 21 de febrero de 2016.
La presidenta del TSE hace notar que son cuestiones distintas, como lo
había reconocido enérgicamente el ministro de Justicia2, aunque con una
intención exactamente opuesta. La consecuencia es que la candidatura no
tiene la vía legal expedita sencillamente porque el fallo de ningún juez o
tribuno, cualquiera que fuese, puede sobreponerse a la voluntad popular
soberana, tal como lo desliza el comentario del expresidente del país y hoy
representante ante la Haya cuando, comentando el fallo del TCP, tuitea: “la
Constitución dispone que la soberanía reside en el pueblo […] es su poder
constituyente el que debe consultarse con preferencia”3.
En otras palabras, la sentencia del 28 de noviembre carece de valor para
anular el resultado del referendo, razón por la cual la sentencia omite referir-
se directamente al tema. Es tan sensible este punto, que ha obligado al propio
presidente, don Juan Evo Morales Ayma, a intervenir a continuación, “descu-
briendo” que la sentencia del 28 de noviembre respetaría el resultado del 21F
porque el “TCP no ha reformado a la Constitución”, solo la ha interpretado4,
en un intento tan forzado como inútil para tratar de deformar los hechos.

2  Véase el último párrafo de la noticia: https://n9.cl/jh42y. Antonio Costa, vicepresidente


del TSE, aludió a esta misma cuestión en junio de este año. Véase: https://n9.cl/scuy3
3 Véase: https://n9.cl/jh42y
4 Véase: https://n9.cl/zya1t. Tienen similar orientación las declaraciones presidenciales so-
bre la necesidad de sustituir la democracia de mayorías por una de consenso.
Bolivia 2013-2021 169

No es que tanto atufamiento e improvisación vayan a cambiar la de-


terminación masista de presentar a su único candidato en la elección de
2019. Lo que el gobierno y el partido dominante tratan de impedir es que
la discusión deje en claro que la única manera de que la sentencia pueda
imponerse legalmente al resultado del 21F es que se anule el art. 7 de la CPE,
que establece que la soberanía reside en el pueblo5.
La prisa por conseguir que el debate se extinga se debe a que el MAS
hará todo lo posible para esconder el hecho de que sus acciones vulneran el
último argumento de autojustificación de su existencia: su presunta lealtad
a la voluntad popular.
Un hecho central que se ha puesto de manifiesto, y que se está tratando
de encubrir por la situación electoral que el gobierno central impone al
país, es que los últimos acontecimientos demuestran que la Constitución
vigente, como cuerpo conceptual, es ajena al MAS. Su máxima cercanía
con ella se dio en los tiempos de la Asamblea Constituyente, cuando el
MAS abrió la puerta a su aprobación, porque eso le convenía desde un
punto de vista práctico para enfrentar a sus mayores adversarios, pero sin
entender y sin asumir el contenido fundamental de la carta magna.
La dificultad opositora de asumir la defensa de la CPE como bandera
fundamental de la recuperación democrática se basa en el extendido pre-
juicio que considera a la nueva Constitución una criatura del MAS6 (ela-
borada con asesoramiento de españoles y venezolanos). Sin embargo, los
hechos demuestran invariablemente lo contrario. Para entenderlo, vale la
pena repasar los cambios sustanciales de la CPE de 2009 respecto a sus
predecesoras:
1) el reconocimiento de la pluralidad (cultural, económica, de-
mocrática, jurídica) como elemento gravitante del ser nacional
(plurinacional); se trata de una comunidad de minorías diferen-

5  “Se ejerce [la soberanía] en forma directa y delegada, dice el texto a continuación, pero
es indisputable que cuando existe un pronunciamiento directo del soberano ningún órgano
delegado puede sobrepasarlo” afirma Rodríguez V., sin detenerse a aclarar el comentario.
6  De hecho, el proceso constituyente enfrentó un proceso destituyente como contraparte
de las fuerzas y figuras del viejo régimen. Esta pelea, junto al intervencionismo del MAS y
su gobierno, nubló, a los ojos del público, el contenido y la orientación de las luchas que se
dieron en la Asamblea Constituyente.
170 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

tes que conviven, intercambian y se asimilan dinámica y creati-


vamente;
2) las autonomías (encabezadas por la indígena) como expresión
del avance y proyección democrática, en tanto suponen autogo-
bierno, descentralización y rendición de cuentas;
3) los derechos colectivos de los pueblos;
4) los derechos de la naturaleza y el derecho colectivo a un
medioambiente sano y equilibrado;
5) la participación y el control social;
6) la denuncia histórica del racismo y la discriminación y
7) la propiedad colectiva de los recursos naturales.

Al reflexionar en torno a esta lista, puede apreciarse lo ajena y distante


que resulta de las prácticas del MAS, pero cuán representativa respecto a
la experiencia y la acumulación histórica de la sociedad. En consecuencia,
es crucial reivindicar a la Constitución como pieza clave de la recupera-
ción democrática7, de la construcción institucional, del respeto a la ley, de
la superación del corporativismo, del diseño de una nueva economía y de
la necesidad de avanzar hacia una reforma moral e intelectual de nuestra
sociedad.
Esta apropiación colectiva de la CPE no es incompatible con el debate
de las modificaciones que requiere el texto constitucional para que resulte
más congruente y sólido8. Por el contrario, brinda una guía histórica a las
luchas sociales por la democracia, las libertades, las autonomías (empezan-
do con la autonomía social frente al Estado y a los poderes económicos y
políticos).

7  La primera alusión directa al tema por las cabezas de la oposición partidista se halla en el
documento conjunto de ex presidentes y dirigentes partidarios, publicado como respuesta al
fallo del TCP. Véase el texto completo del pronunciamiento “Defenderemos la democracia”
en: https://n9.cl/jzfyr
8  Por ejemplo, eliminar los pasajes que escamotean la propiedad común del Estado, al afir-
mar que el Estado ejerce dicha propiedad. Si se asume que el Estado administra (es decir, no
posee ni es dueño), se crean condiciones para exigir responsabilidad y rendición de cuentas
(parte del control social). Otro ejemplo de lo que se debía hacer es enmendar la confusión
que supone la fusión de lo indígena con lo campesino, que ha servido para consolidar la
impostura gubernamental y ocultar su rol de fuerza represora de los pueblos indígenas.
Bolivia 2013-2021 171

En ese mismo sentido, la reivindicación de la soberanía popular, con su


fallo irrevocable respecto a la reelección indefinida, tiene el enorme poder
de desnudar la descomposición del régimen y su deriva represiva. Resulta
mucho más educativa y eficaz que hablar de dictadura, como ha sucedi-
do con frustrantes experiencias opositoras (es el caso de la venezolana). Y,
sobre todo, es indispensable para plantear una disputa ideológica a largo
plazo que denuncie y arrincone el caudillismo, tan extendido y arraigado
en nuestra sociedad.

Datos y consecuencias
Pese a la experiencia anterior y a la claridad de sus lecciones, este 3 de
diciembre último ha vuelto a reproducirse lo que ocurrió en 2011 con la
primera elección judicial, cuando la oposición política, especialmente la
partidista, interpretó que sus resultados constituían un plebiscito que se
calcaría en las presidenciales. En aquel entonces, la alta proporción de
nulos y blancos sorprendió a propios y extraños, pero dos años después,
en 2014, el MAS obtuvo su mayor votación histórica: 3 millones de votos,
equivalentes al 61% de los válidos.
Este año, más que en las elecciones de 2011, el voto tiene inconfundibles
ecos y derivaciones políticas, que no consagran la futura victoria electoral
de un oponente del régimen, pero que advierten del hartazgo y el disgusto
creciente ante su comportamiento antidemocrático, verticalista y autori-
tario. También ahora la oposición ha intentado proclamar su propiedad
sobre los nulos, con la esperanza de que se repita el resultado de 2011.
En la primera elección judicial, la explicación más utilizada por el MAS
para justificar la elevada proporción de blancos y nulos era la inexperiencia
del votante sobre las reglas y la dinámica de una consulta electoral atípica,
así como la falta de difusión sobre las características novedosas de la elec-
ción y las cualidades de los candidatos. Y, desde luego, también estaban la
mala fe y la perfidia de sus enemigos, que se negaban a renovar la adminis-
tración de justicia para beneficiarse del descalabro de este Órgano estatal.
Ninguna de estas justificaciones podía sostenerse en ese entonces, y
tampoco hoy, como se sustenta en la comparación de resultados entre una
y otra elección.
172 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Elecciones 2011
detalle TOTAL PORCENTAJE

Ciudadanos inscritos 5.243.375 100,00%

Votos emitidos 4.176.549 79,65%

Votos válidos 1.758.283 42,10%

Votos nulos 1.838.903 44,03%

Votos en blanco 579.363 13,87%

Abstención votos 1.065.905 20,35%

Elecciones 2017
detalle TOTAL PORCENTAJE

Ciudadanos inscritos 6.438.801 100,00%

Votos emitidos 5.422.140 84,21%

Votos válidos 1.879.760 35,02%

Votos nulos 2.784.138 51,35%

Votos en blanco 739.363 13,63%

Abstención votos 1.016.661 15,79%


Fuente: elaboración propia basada en Órgano Electoral Plurinacional.

Los nulos alcanzaron el 51%, es decir, casi un millón de votos más que
en 20119, lo que significa que aumentaron el 6%. Esto corrobora la inter-
pretación que les atribuye un crecimiento de la crítica y la oposición social
al régimen; en todo caso, no se debe a la falta de comprensión del sistema
de elección. Sin embargo, los nuevos administradores de justicia asumen su
cargo a pesar de que dos tercios los electores resisten su postulación.

9  Es interesante que los 2.784.138 votos nulos de las elecciones judiciales están muy cerca
de los 2.682.517 que votaron por la No reelección. En cambio, si se restan de los votos por
el Sí (que fueron 2.546.135) los 739.633 votos blancos de la elección judicial, se obtiene un
resultado muy parecido al total de los válidos del 3 de diciembre. La participación (y la abs-
tención) en el referendo y la última elección judicial son prácticamente e idénticas.
Bolivia 2013-2021 173

La disminución relativa de la abstención entre ambas elecciones judicia-


les, del 20 al 15%, expresa un mayor interés político de los electores. Esto
refuerza la constatación del incremento relativo de las votaciones obtenidas
por los candidatos oficialistas este año en comparación con 2011, cuando el
máximo porcentaje de votos válidos que logró el más votado apenas superó
el 10%, porcentaje que ahora se ha superado ampliamente (en el universo
de los votos válidos). Este incremento revela una conducta más orgánica y
militante de los electores afines al MAS y una acción de campaña más efi-
caz por parte del Estado y de la dirigencia que controla las organizaciones
sociales más numerosas.
Los 739.363 votos blancos (150 mil votos más que en 201110) lucen más
críticos que neutrales en las circunstancias concretas de estas últimas elec-
ciones11.
Todos los partidos, incluyendo al MAS en un primerísimo plano, con-
tribuyeron a estimular la politización del voto. El gobierno, para contra-
rrestar el discurso opositor, lanzó una ofensiva comunicativa a gran escala
y movilizó con carácter forzoso a gran parte del personal de las institu-
ciones públicas, estableciendo que votar válido equivaldría a respaldar el
proceso de cambio.
La enorme proximidad del fallo derogatorio de la Constitución emitido
por el TCP el 28 de noviembre, para autorizar ya no el derecho de buscar
una nueva reelección, sino la reelección perpetua, atizó el ambiente que
empujaba al votante a sentir que su voto expresaría adhesión o rechazo no
solo a los candidatos seleccionados por los parlamentarios masistas, sino a
toda la política del régimen y a su reelección.
Con todo ello, se han intensificado los argumentos opositores para des-
calificar la elección como una forma apropiada de renovar a los altos ma-
gistrados, ocultando que la verdadera falla del sistema está en el mecanis-
mo partidista-parlamentario de selección de postulantes.

10  Se trata de la Confederación Sindical Única de Campesinos de Bolivia (CSUTCB); la


Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia “Bartoli-
na Sisa” (CNMCIOB “BS”) o las Bartolinas, como se las llama comúnmente, y la Confedera-
ción de Colonizadores (los interculturales, anteriormente llamados colonizadores)
11  Uno de los graves errores de los opositores en sus campañas fue convocar exclusivamente
a los nulos y omitir toda mención a los blancos.
174 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Lo único que parece molestar a la oposición partidista es que dicho me-


canismo los excluya, ahora que el MAS, con sus dos tercios, puede selec-
cionar a su antojo. Dejan de lado su incapacidad para concentrarse en 2014
en la elección parlamentaria, que les habría permitido obtener un mínimo
de 40% de las bancas, en vez de perder el tiempo en la caudillista compe-
tencia por el Ejecutivo, claramente perdida de antemano según todas las
encuestas.
La elección de magistrados dejaría de ser una elección antidemocrática
y, por tanto, una ceremonia inútil y costosa, si se modificara la ley electoral
en sentido de que ningún candidato pueda ser considerado ganador si tiene
menos votos que la suma de blancos y nulos12. Así se daría voz a la mayoría,
que se manifiesta con millones de votos, y que es silenciada con el sistema
actual. De ese, modo los votos ejercerían una verdadera presión para tener
postulantes más independientes y de mejor calidad.
En el campo estrictamente judicial, nadie, ni siquiera los más caracte-
rizados voceros del régimen, se animan a pronosticar que el cambio de
personal en la cúpula de las instancias administradoras de justicia pueda
mejorar en algo su situación de profunda crisis. La única modificación
plausible es que los reemplazos que rigen desde el 4 de diciembre sean más
dóciles y disciplinados con sus mandantes políticos.

Del Fondo al banco


En el escenario en que se prepararon las elecciones ha destacado el esta-
llido del escándalo que afectó al Banco Unión (BU) —el nuevo Banco del
Estado—, al descubrirse un desfalco de no menos de 5 millones de dólares
cometido por un solitario operador. Según la versión oficial del Ministerio
Público y los voceros gubernamentales, este habría extraído el botín a lo
largo de un año, a un escalofriante e inverosímil ritmo de 145.000 boli-
vianos por día en promedio (de lunes a sábados), de las arcas de una muy
secundaria filial de la institución.

12  Si se hubiera habilitado una casilla para Ninguno, la suma los hubiera superado. Es
indiscutible que resulta igualmente necesario modificar los mecanismos de difusión sobre
los candidatos, para permitir que los votantes conozcan sus posiciones sobre cuestiones
jurídicas fundamentales.
Bolivia 2013-2021 175

El escándalo superó ampliamente la cuestión policial pues, al demostrar


la vulnerabilidad del símbolo máximo de la seguridad que supuestamente
son los bancos, ponía de manifiesto la negligencia, molicie y probablemen-
te complicidad de autoridades bancarias, y tal vez también políticas. Esto,
en un imaginario social sacudido a diario por denuncias de corrupción
grandes, muy grandes e inmensas.
El monto desfalcado al BU es una reducida fracción de los recursos que
se evaporaron del FONDIOC, cuya cuantificación final nunca ha sido pre-
sentada al público13. Y lo que se aplica al Fondo también se extiende a los
muchos otros casos publicados. Sin embargo, aparentemente nadie se ha
tomado hasta ahora la tarea de sumar los montos de todas las denuncias
por defraudación, desfalcos y otros delitos contra las arcas públicas —al
margen de las que corresponden a ineficiencia, negligencia y similares—,
pero no es temerario calcular la cifra final en cientos de millones de dólares.
Sin embargo, pese a tales magnitudes, el timo del banco desató la indig-
nación pública a niveles desconocidos, aunque el exministro de Economía,
Arce Catacora14, afirmara que se trata de un monto insignificante que no
afectaría el brillante desempeño de esa entidad financiera15.
Si durante el primer período presidencial del MAS (2006-2009) las en-
cuestas exhibían una poderosa imagen anticorrupción del gobierno, desde
del apresamiento de Santos Ramírez —segundo en la jerarquía partidaria
y presidente de YPFB, vinculado a delitos de soborno, extorsión y asesi-
nato—, esa imagen se ha ido difuminando hasta ser reemplazada por su
opuesta.
El desfalco del FONDIOC posiblemente sea la más tóxica de esas expe-
riencias, en tanto que, por encima del daño contra el patrimonio estatal,
sobresalen las prácticas de cooptación sistemática de dirigentes de las más
grandes organizaciones sociales (las campesinas) a través de la apertura

13  El último dato oficial lo proporcionó la interventora del Fondo, quien mencionó una
cifra de unos 174 millones de bolivianos, es decir unos 25 millones de dólares, aunque,
según las denuncias, el monto total superaría los 100 millones de dólares.
14  Su quizás definitivo alejamiento del gabinete, a raíz de la trama del BU, puede traer
impactos inesperados, si se considera la influencia gravitante que ejerció por más de una
década conduciendo la política económica del país.
15  El actual titular de la cartera ha reconocido que es posible que el seguro no pague el daño
y que, en consecuencia, deba castigarse de las utilidades del banco.
176 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

de una ventanilla de caja que les permitía acceder a grandes recursos fi-
nancieros, prácticamente sin mecanismos de control ni fiscalización. Esto,
además, implica una correlativa pérdida de autonomía de dichas organiza-
ciones y una descomposición de sus estructuras organizativas paralela en
ritmo y profundidad a la del gobierno.
La importancia que desde la cúpula del poder se da a preservar el con-
trol sobre estas organizaciones ha sido nuevamente ratificada, desde la
perspectiva de lo ocurrido en el Fondo indígena: ha habido una reciente
seguidilla de liberaciones de dirigentes y exautoridades, quienes, a partir
del momento en que fueron imputados o investigados por el caso, estuvie-
ron presos por varios meses.
La aplicación de medidas sustitutivas a la cárcel puede considerarse par-
te del conjunto de decisiones y actividades de la contraofensiva estratégica
gubernamental, con el objetivo expreso de mejorar las relaciones con toda
la estructura corporativa que mantiene y caracteriza al Estado16, como ya
ocurrió con las medidas favorables a los cooperativistas mineros que se
comentaron en el anterior análisis.

Represión en el Altiplano y visión de país del régimen


Uno de los hechos que apenas se tocaron en el análisis previo es la dura
confrontación entre el régimen y Achacachi. Según la explicación oficial,
todo se debe a una fractura entre la pequeña burguesía urbana de Achacachi
y los verdaderos campesinos y comunarios que respaldan a un alcalde, por
muy acusado de corrupción que este pueda estar.
Para el MAS, el máximo representante de esa clase media provincial se-
ría nada menos que Felipe Quispe, El Mallku, quien se ha visto obligado a
permanecer en la más sigilosa clandestinidad desde que la represión doble-
gara la movilización de aquel bastión aymara, donde el vice confesara, en

16  Principalmente las exministras Achacollo y Ramos, así como la dirigente oficialista
Melba Hurtado y el exmasista, ahora opositor, Damián Condori. No puede pasarse por alto
que cuando el MAS sanciona a exautoridades, las mujeres llevan la peor parte: ni un solo
ministro ha sido apresado o investigado, ni siquiera aquellos con acusaciones e indicios muy
serios en su contra, como el actual representante en la ONU, vinculado directamente con la
represión de Chaparina.
Bolivia 2013-2021 177

un inesperado y sorprendente ataque de sinceridad, que había aprendido


“a amar y matar”17.
Cabe preguntarse si la explicación clasista y presuntamente marxista del
conflicto de Achacachi resiste el análisis concreto de la situación concreta,
o si está más bien emparentada, aunque con un lenguaje más erudito, con
interpretaciones y pronósticos al estilo del sol se esconderá y todo será tris-
teza18, que de cuando en cuando nos aportan las nuevas teorías con que se
intenta justificar la retención y reproducción del poder en nuestro país.
La revuelta de Achacachi mantuvo un prolongado bloqueo carretero y
catapultó a la cabeza del movimiento al más conocido dirigente indigenis-
ta, un aymara que perdió terreno ante el MAS por mantener obcecadamen-
te su propuesta de reconstrucción del Kollasuyo y de repudio al Estado y la
nación boliviana.
Su bullicioso y teatral retorno a la escena política tuvo como punto más
alto la firma de un acuerdo con dirigentes del TIPNIS, que trajo a la me-
moria la imagen del largo camino de entendimiento entre las organizacio-
nes campesinas y las indígenas de tierras bajas, del cual nació el Pacto de
Unidad, probablemente el actor social más relevante dentro de la Asamblea
Constituyente de 2006.
El convenio del Mallku con los representantes del TIPNIS ocurrió cuando
el Pacto de Unidad ya había muerto y había sido enterrado subrepticiamente,
en medio de la confusión política, ideológica e identitaria a la que se presta la
trilogía “indígena originario campesina” a la que se refiere la CPE. Pero, so-
bre todo, este pacto había muerto por el feroz incremento de tensiones entre
indígenas y campesinos que el Estado viene promoviendo desde el año 2010.
La represión concentrada en los pueblos de tierras bajas, en los episo-
dios del TIPNIS, Takovo Mora, los ribereños del proyecto Chepete/Bala y
otros, cayó esta vez sobre aymaras, justamente en uno de los centros más
icónicos de su insurgente historia.

17  En un discurso pronunciado en diciembre de 2006. Véase: https://n9.cl/wsfv4


18  La muy plástica versatilidad con que el (o los) teórico oficial crea relatos para justificar
los virajes y contravirajes del régimen empata bien con la caracterización de la alcaldesa de
Taverny, Francia, quien, al referirse a su rival —que recientemente ganó la conducción del
derechista partido de Los Republicanos— afirmó: “No resalta como persona, excepto en su
capacidad de saltar de una convicción a otra en un mínimo de tiempo”.
178 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Al mismo tiempo, y a un ritmo tanto o más acelerado, la aproximación


entre el gobierno y los agroexportadores y otros sectores de la gran burgue-
sía no ha dejado de anudarse, lo que obedece a fuerzas nacidas del pragma-
tismo y el mercado, así como a dinámicas sociológicas que resulta más fácil
probar que la mutación de campesinos en pequeñoburgueses urbanitas.
La intimidad entre el régimen y los empresarios ha sido especialmente
denunciada en estos días por movilizaciones juveniles y femeninas en Santa
Cruz de la Sierra19. Ese malestar no toma en cuenta que las contradicciones
éticas y políticas que reprochan a sus representantes empresariales y a los
del gobierno tienen raíces sociales muy profundas. Es el caso de los antiguos
colonizadores que en los años cincuenta y sesenta migraron de los Andes, y
que han conformado un grupo de miles de pequeños productores de soya
que hoy se identifican (económica, tecnológica, política e ideológicamente)
con las cámaras empresariales controladas por las fracciones burguesas de
mayor concentración de capital y transnacionalización.
En ese sentido, un presidente colonizador, campesino y cocalero repre-
senta fielmente la deriva que, desde el mercantilismo simple, ha llevado
a un sector de campesinos prósperos a asimilarse plenamente a la econo-
mía capitalista, desde la cual los acuerdos con otros sectores empresariales
pueden considerarse tan naturales como su predisposición a utilizar la mi-
gración de familias de campesinos pobres (colonizadores) como el recurso
más práctico para ampliar la frontera agrícola y el mercado de tierras. Los
discursos anticapitalistas no modifican esa realidad, pero hasta ahora han
probado ser buenos para alimentarla.
Así, unos y otros se identifican con propuestas centrales de la Agenda
2025, es decir, el programa para la reelección de Juan Evo Morales Ayma,
que propone el desbosque de unos 15 millones de hectáreas para seguridad
alimentaria, pero, más propiamente, para incrementar las exportaciones de
soya y otras oleaginosas y otras cadenas productivas propias del ensancha-
miento de la frontera agrícola y el mercado de tierras. Esta es la motivación
real y profunda de proyectos como la carretera del TIPNIS. Por eso los
entusiasma, de manera casi idéntica, el anuncio de la aprobación del nuevo

19  Movilizaciones donde lo rebelde se mezcla con influencias conservadoras, expresadas


por ejemplo en el anhelo de reanimar al Comité Cívico Regional.
Bolivia 2013-2021 179

Plan de Uso del Suelo (PLUS) de la Gobernación del Beni20, que completa
y explica lo que se ha hecho con el TIPNIS.
El vicepresidente resulta el mejor portavoz de la coalición de esos inte-
reses, cuando nos conmina a mantener el desarrollismo extractivista por
al menos dos décadas más, mientras sentencia que cuidar los bosques es
un mandato imperial sustentado por los proimperialistas. En esa misma
tónica, el director de la Autoridad de la Madre Tierra proclama orgulloso
nuestro “derecho a emitir gases contaminantes”21, mientras que el ministro
de Desarrollo Rural y Tierra defiende el derecho del gobierno a construir
ingenios azucareros aunque no exista materia prima para operarlos, ya que
más adelante se desboscará todo lo necesario… y más.
Todos estos derechos nacidos del vientre de la “agenda patriótica” son
precursores del derecho reclamado por el MAS a que su candidato se ha-
bilite perpetuamente para participar en elecciones nacionales. Por lo tanto,
se encuentran y se entrelazan, aunque hace pocos años se hubieran enfren-
tado con gran intensidad.

La economía y el proyecto de largo plazo


La imposibilidad de pagar el aguinaldo extra es la más reciente muestra de
las dificultades propias de la desaceleración que acompaña la baja de nues-
tras exportaciones, en volúmenes y precios, durante los tres últimos años.
Pese a ello, la política económica sigue siendo la mejor carta de presenta-
ción del régimen y de su plan de mantenerse en el poder.
La exhibición y reiteración de que tenemos el mayor crecimiento regional
y las señales de estabilidad que se mantienen tienen mayor fuerza política
y electoral que las advertencias de los especialistas sobre la evolución de un
déficit que sobrepasa el 8% del PIB, o que los indicios de que están dismi-
nuyendo las oportunidades de empleo22. Así, el régimen intenta mostrarse
invulnerable ante estos problemas e inmutable ante las recurrentes explo-

20  Véase: https://n9.cl/mocfe nuevo PLUS del Beni


21  Véase: https://n9.cl/lugdk
22  La drástica disminución de los recursos presupuestados este año para el pago del
aguinaldo sería un indicador muy preciso, según esta nota periodística. Véase: https://n9.cl/
k3g7n
180 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

siones que provocan las grandes lagunas en materia de educación y sanidad


pública. Es igualmente eficaz para el gobierno su incansable repetición de
que los opositores carecen de políticas económicas alternativas.
Un examen de las propuestas de los partidos de oposición confirma que el
proyecto de construir grandes obras de infraestructura, especialmente repre-
sas, carreteras y de transporte urbano, obedece a la herencia común que han
dejado los planes de desarrollo concebidos desde la década de 1940, bajo la
inspiración de consultores como el norteamericano Merwin L. Bohan. Estos
planes son asumidos por prácticamente todos los partidos como inevitables
o, más bien, como altamente deseables, sin importar el costo ambiental que,
en la actual situación del planeta, equivale a avanzar de frente a la catástrofe.
Los planteamientos que distinguen a los opositores resultan más bien
poco atractivos para la mayoría de electores, porque prometen ajustes fisca-
les, sinceramientos cambiarios y reformas neoliberales de última generación,
muy propatronales y nada prolaborales. Otra diferencia es el compromiso
opositor de apartarse del estatismo del MAS23, que se constituye hoy en la
principal línea divisoria con los demás partidos.
La falta de una alternativa económica congruente con la que bosque-
ja la Constitución al referirse a una pluralidad de formas económicas que
coexistan constructivamente, y lo más armoniosamente posible, con la na-
turaleza24 muestra nuevamente a una oposición cuyas acciones en favor de
la recuperación democrática —y tan dependientes de la búsqueda de un
candidato— resulten insuficientes para la mayoría social, que ha avanzado
sustantivamente en desacoplarse de la acción y del proyecto del régimen,
pero que tendrá grandes dificultades en culminar ese recorrido, mientras
persista tan ostentosa falta entre quienes tratan de presentarse como genui-
na opción política diferente.

23  El principal toque keynesiano de la política económica del MAS, la inversión pública
como núcleo motor de todo el aparato productivo, viene tropezando desde un inicio con
los bajos niveles de ejecución que, con cada año que pasa, no hacen sino empeorar. Véase:
https://n9.cl/uhr07 38% de avance a septiembre
24  Es decir, una economía basada en las fuentes de vida (a las que solemos llamar muy
imprecisamente recursos naturales renovables), tendiente a extinguir la dependencia
(energética y fiscal) de los combustibles fósiles y a la sinergia entre la preservación y uso
sostenible de las fuentes de vida, buscando avanzar al máximo en la innovación tecnológica
en el campo energético y de la alimentación, conjugada con el impulso de la economía del
conocimiento.
Bolivia 2013-2021 181

Sin embargo, no entra en el debate público el hecho de que ratificar la


estrategia de reelección continua para ejecutar la Agenda 2025 —con su
desmesurado plan de inversiones, solo alcanzable elevando drásticamente
los niveles de endeudamiento y el consecuente incremento de la dependen-
cia del país— favorece indudablemente la permanencia del régimen.
El vacío de propuestas económicas y de visión de país alternativa permite
al gobierno seguir presentando como grandes éxitos proyectos como el co-
rredor bioceánico, al que recientemente ha logrado incorporar a Brasil des-
pués de una larga y dolorosa espera. Nadie conoce los hipotéticos beneficios
que pueda traer a nuestra población, pero la experiencia prueba que —aun
cuando estas megaobras puedan no alimentar a la población— nutren su
anhelo de autoestima y orgullo nacional, operando como grandes estímulos
electorales en favor de quien las ejecuta o promete llevarlas a cabo.
Esta fuerza es tan poderosa que puede borrar de la memoria la escasa
utilidad de que YPFB tenga dos plantas separadoras de líquidos, excesiva-
mente caras ambas y una sin casi materia prima para operar, o una pro-
ducción de urea que se exporta al valor que cuesta producirla o por debajo
de este, es decir subvencionando a los países compradores25. Esta realidad
puede convertirse en un hábito si el gobierno lleva adelante su propósito de
construir el Chepete, aunque no tenga un compromiso de compra por par-
te del Brasil, para después ofrecerle la energía y darle la opción de imponer
su precio, pues sería el único comprador.

El nuevo orden
Si la resistencia no obliga a que el régimen retroceda de su atropello a la
CPE y a la voluntad soberana del pueblo, se consolidará un nuevo orden,
descrito de la siguiente manera por un cientista político:
Con la sentencia del TCP, lo que se vislumbra es el establecimiento
de un nuevo sistema político. No la muerte de la democracia o su

25  El precio de $US 279/TM acordado con Brasil es apenas superior a los $US 204/TM que
YPFB asevera cuesta producirla (véase al respecto: https://n9.cl/hsvdaz). Queda además por
aclararse el verdadero costo del transporte, que en este momento es motivo de amenaza de
paro por los dueños de camiones que prestan el servicio, ante la no conclusión del tramo
ferroviario Bulo Bulo-Montero.
182 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

desfallecimiento como mencionan la mayoría de los analistas y po-


líticos opositores, pero si el deceso del multipartidismo […].
Asistimos al funeral de un modelo democrático para iniciar otro
[…]. En el mejor de los casos, para una concepción liberal y plura-
lista […] la edificación de un sistema bipartidista y, en el peor, un
sistema de partido hegemónico y, a la larga, de partido único. El
cambio político provocado no es menor, ya que de ahora en adelan-
te solo habrá dos posibilidades para pensar la calidad y el modelo
de la democracia.
La primera, quizás la más viable, es la configuración de un sistema
donde el MAS deviene en el partido hegemónico. Ello garantizaría
la continuidad del “proceso de cambio” a través del desplazamiento
del “instrumento político” —todavía en manos de sectores, gru-
pos y estructuras corporativas— a partido del Estado, semejante al
PRI mexicano para gobernar de manera continua varias décadas.
La diferencia con el PRI mexicano sería que este proceso de asen-
tamiento del “proceso de cambio” y del MAS en el Estado, girará
bajo la egida de un solo líder […]. Los determinantes políticos es-
tán dados: la sentencia constitucional del 28 de noviembre fue la
apertura de la primera puerta, y lograr dos tercios en las elecciones
nacionales del 2019 será la segunda. De ahí, para adelante, todo
estará en sus manos y en su cancha.
La segunda, quizás la más inviable dada la cultura política en la
que nos movemos, es la configuración de un sistema bipartidista
competitivo en la que las decisiones, y el propio ejercicio del poder,
es resultado de la gestión política de constantes tensiones y juegos
de equilibrios. Modelo deseable para el pluralismo y la democracia,
ya que no todo descansa en la voluntad de una persona o una sola
fuerza política, sino en la posibilidad del disenso, la competencia,
el recambio y la alternancia. Para ello, se requiere que la oposición
partidaria se congregue en una sola fuerza y se proponga, de mane-
ra sería y factible, no vencer y derrotar a Evo Morales y al MAS de
manera definitiva; pero sí, al menos, frenar a la maquinaria guber-
namental y voluntad hegemónica del MAS y Evo Morales en lograr
el control absoluto del poder político (Fernando García Yapur26).

26  Este politólogo cochabambino ha trabajado durante varios años en fortalecimiento


democrático en el PNUD Bolivia, como parte de un equipo encabezado por el exdirigente de
Bolivia 2013-2021 183

El autor de la anterior cita tiene el mérito de decir frontalmente lo que


ningún representante gubernamental se atreve, aunque posiblemente to-
dos ellos lo ven como razonable y deseable, especialmente cuando alguien
supone que el sistema democrático pueda ser compatible con un régimen
monopartidista basado en la anulación de la Constitución y la soberanía
popular.
Es posible que, a estas alturas, ni el más convencido de los cuadros ma-
sistas esté tan seguro de que Juan Evo Morales Ayma es invencible elec-
toralmente, como lo afirma la cita. Por el contrario, todo indica que las
manifestaciones de descontento y resistencia que se suceden desde el 21 de
febrero hasta las últimas elecciones los conduzcan a pensar que su triun-
fo en nuevas elecciones es muy dudoso, especialmente si los opositores se
presentan coaligados. Si se impusieran limpiamente, sería con la pérdida
del control absoluto del Legislativo, y deberían hacerse cargo de una ges-
tión que podría terminar antes de tiempo sin necesidad de golpe, por lo
complicado de mantener un régimen asentado en corporaciones —que no
es antagónico con un partido de Estado, como García Yapur supone—, car-
comido por la corrupción y embarcado en un proyecto de endeudamiento,
dependencia y devastación.
El mayor error de los pronósticos de las afirmaciones de García Yapur
es que supone un estado social de resignación, apatía y permisividad que
no se corresponde con los hechos, ni con la historia de cómo se han con-
quistado la libertad y la democracia ni con la fuerza con que se prosigue
defendiéndolas.
La posibilidad de que se cumpla esa visión fatalista y complaciente, al me-
nos en un trienio, es que la fuerza espontánea de resistencia no alcance para
cristalizar una conducción política portadora de un programa y una pro-
puesta que se agoten en el restablecimiento de la pura formalidad jurídica.

Diciembre de 2017

la COB Carlos Camargo. Véase: https://hurgandoelavispero1.wordpress.com/2017/12/06/


bipartidismo-o-partido-hegemonico-por-fernando-l-garcia-yapur%EF%83%97/
Clases medias en debate y la hipótesis
de Morales prescindente

En el espacio continental, la derrota de Correa en el referendo del Ecuador,


el apresamiento de Lula1, el estrechamiento del cerco judicial sobre figuras
clave del kirchnerismo y sobre la misma Cristina Fernández, la insubordi-
nación social que desafía a Ortega en Nicaragua, tanto como el repliegue
de seis Estados miembros de UNASUR2, expresan la pérdida y el debili-
tamiento de aliados del régimen en el entorno regional y de la malla de
apoyos que lo sustentó en los períodos más duros.
En casa, el apresurado retroceso que se vio obligado a ejecutar el man-
datario ante el cuestionamiento a sus políticas, que se pertrechó tras la ban-
dera de impugnación de su nuevo Código Penal, vino acompañada de una
caída de la intención de voto por debajo del 30% para Morales por vez
primera desde la instalación del régimen. El amaño de las fisuras del blo-
que social que lo sustentan, y que han llegado hasta su núcleo cocalero, se
ensamblan con las “malas vibras” que llegan de fuera de las fronteras.

1  Véase: https://n9.cl/x9hjm En esta crónica, Eliane Brun analiza el caso de Lula lejos de
todo maniqueísmo.
2  Se trata, en principio, de un repliegue temporal y no una desafiliación definitiva de la
mitad de los miembros de UNASUR (Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Perú y Paraguay),
que objetan la acumulación de problemas irresueltos por la prevaleciente confrontación
ideológica (la acefalía de la Secretaría General), como lo señala el Canciller boliviano. Pero
la intensificación de estas disputas ideológicas y el debilitamiento del bloque del ALBA ha-
cen que UNASUR, y eventualmente la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Cari-
beños (CELAC), enfrenten una parálisis prolongada e inclusive el riesgo de extinguirse o
disolverse.

[185]
186 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Teorías pulverizadas
Inmediatamente después del sofocón oficial a raíz de los resultados de las
elecciones judiciales de 2017, la abrogación del nuevo Código Penal ha sido
el mayor atolladero político gubernamental desde su fracaso en el referen-
do constitucional de 2016.
El adverso resultado de la elección de magistrados en diciembre pasado,
muy relevante en tanto abierta expresión de censura social, probablemente
fue menos doloroso para los gobernantes, no solo por el inmediatismo que
prima en su conducta, sino porque no tuvo consecuencias tangibles inme-
diatas. En cambio, la resistencia de orígenes múltiples, ovillada detrás de la
repulsa al Código, los obligó a adoptar la que constituye la más temida y
odiada medida para el verticalismo corporativista estatal: tener que retrac-
tarse, por intervención directa y de emergencia del propio comandante en
jefe del proceso.
Es difícil imaginar peor porrazo para el equipo estratégico encargado de
la campaña electoral para las elecciones de dentro de escasos 18 meses. Y
mucho más para el ambicioso y todavía encubierto proyecto de poner en
pie un nuevo modelo posliberal, que consagraría la permanencia prolonga-
da del Estado corporativo, mediante la implantación de un bipartidismo
débil o un monopartidismo fuerte, según la fórmula a que se hizo referen-
cia en el análisis previo3.
En un esfuerzo retorcido, a fuerza de complicado, el vice García ha tra-
tado de presentar la caída del Código como resultado de la insurgencia de
una “clase media decadente”, atemorizada por la masiva incorporación de
nuevos adscritos a dicha franja, gracias al incremento de ingresos provistos
por la política del gobierno a unos dos millones de personas, que antes
subsistían en la pobreza. Esta masa de recién llegados, con ingresos indi-
viduales de “entre 3 a 4 mil Bs por mes”, según el vice, habría conflictuado
a la “vieja clase media”, temerosa de tener que compartir prestigio y otros
bienes intangibles4, lo que la condujo a una asonada contra el gobierno.

3  Véase también Página Siete del 11 de febrero del presente año: https://n9.cl/c2fbo. Se trata
del modelo desarrollado por el sociólogo Fernando García Yapur y sugerido por varias
intervenciones de voceros oficiales, incluyendo el jefe de Estado.
4  Véase: https://n9.cl/frqko
Bolivia 2013-2021 187

La bajada de línea vicepresidencial, para orientar y armar a la militan-


cia ante a la incuestionable desmoralización que introdujo en sus filas el
abrupto abandono de la hermética defensa del Código, no consiguió ni lo
uno ni lo otro. Y es que, además de sus graves omisiones sobre los hechos,
rebosa de nudos y lagunas teóricas propias de la improvisación, pues se
trata de montar construcciones conceptuales destinadas a imponer una in-
terpretación interesada de la realidad.
El rediseño de las clase medias urbanas en Bolivia es un fenómeno que
no se restringe al incremento de ingresos5 ni al lapso de una década; tiene
varias etapas y períodos. Se trata de una larga historia, con hitos clave a
inicios del siglo XX, a partir de los primeros avances vigorosos de la urba-
nización y la traslocación de la identidad mestiza, heredada de la Colonia
a la clase media, vinculada a la aceleración de la expansión de relaciones
capitalistas en Bolivia.
La Revolución del 52 establece luego un hito fundamental, pues dinami-
za la fuerza y presencia de los campesinos, la clase media por excelencia en
formaciones sociales como la nuestra, y la matriz de la que nacen múltiples
fracciones sociales, procedentes de la urbanización de familias campesinas.
Las migraciones internas que datan de ese período, con la creación y
consolidación de categorías como los comerciantes populares, choferes y
cooperativistas, generan nuevos sectores de pequeña burguesía urbana en
bolsones territoriales relativamente bien diferenciados y acotados en las
mayores urbes. Mientras que el avance territorial de estos grupos a zonas y
barrios caracterizados como “residenciales” (es decir ricos, en el lenguaje
coloquial del país) de las principales ciudades del país, es uno de los rasgos
más destacados en las dos últimas décadas.

5  Que en ningún caso alcanzan los niveles mencionados por García Linera, quien manipula
caprichosamente los datos sobre ingresos y otros para fundamentar sus apreciaciones. Los
significativos avances en la disminución de la cantidad de familias pobres y extremadamente
pobres, así como en la disminución de los índices de desigualdad que ha alcanzado Bolivia,
están entre los más exitosos del continente, pero, tal como en otros países latinoamericanos,
son aún frágiles y de relativamente fácil reversibilidad. Véase al respecto Susan Nicolai,
Tanvi Bhatkal, Chris Hoy y Thomas Aedy (2016), Proyecciones sobre el progreso: los Objetivos
de Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe, Banco Mundial. Quienes superaron
la frontera de la pobreza están empleando todo su esfuerzo para no retroceder, y no en la
competencia para ascender que describe el Vice.
188 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Existe la noción según la cual la pequeña burguesía tradicional resiente


la disputa por bienes intangibles como el prestigio; supone que estos bie-
nes, incluyendo el poder, serían objetos. Sin embargo, esto es manifiesta-
mente equívoco porque se trata de relaciones sociales, y no aplica la noción
de que existen en una cantidad dada y constante y que, por tanto, lo que
gana uno lo pierde el otro.
Los protagonistas que tiene en mente el vice cuando describe los ímpe-
tus de consumo y enquistamiento en el poder no se aplican, precisamente,
a quienes acaban de superar la pobreza de una manera tibia, frágil e in-
segura. Se aplican, más bien, a la nueva burocracia que desplazó a la que
tradicionalmente solía llenar los cargos estatales altos y medios, así como
a los empleados de ONG hoy acorraladas o extintas y a los consultores ex-
cluidos de sus nichos habituales de trabajo. Pero tal forcejeo no se ajusta a
la descripción de una oleada de pobres en ascenso, ni se disputa principal-
mente en el campo de bienes intangibles. Es, más bien, la continua pugna
por empleos, y se da entre franjas sociales sólidamente decantadas desde
antes del “proceso de cambio”.
En plan de afirmar el carácter reaccionario de las movilizaciones que
frenaron en seco la aplicación del nuevo Código Penal, la teoría oficial eva-
de escrutar la complejidad de la dinámica de la formación-disolución de
clases y fracciones. Pretende reducirla a una visión economicista extrema,
y olvida que la movilización de los médicos operó como un punto de con-
currencia de múltiples reivindicaciones y sectores atropellados y humilla-
dos por la política oficial en anteriores choques, todavía muy frescos en su
memoria.
El Código representa y condensa, para la coalición de sujetos sociales
que acompañó y dio cuerpo a las protestas de médicos y estudiantes, la di-
námica de un Estado que aplasta a oponentes sociales —los de Achacachi,
los discapacitados, los del TIPNIS—. Representa también a un país ignora-
do, con la anulación de facto de los resultados del referendo constitucional
por decisión del TCP.
Es el rechazo al carácter antidemocrático de la elección judicial. Esta
resistencia que enfrentó al poder político y terminó por imponer la abroga-
ción del Código Penal no depende, ni puede entenderse o explicarse, por la
reacción ante uno o algunos de sus artículos, por la sola acción de médicos
Bolivia 2013-2021 189

o transportistas y, menos todavía, por el rechazo al carácter evidentemente


progresista de algunas de sus disposiciones.
Los movimientos ciudadanos que llegaron a alinearse detrás de un re-
fundado Comité por la Defensa de la Democracia (CONADE) son lapida-
dos como si se tratara de partidos opositores, cuando estos, en realidad,
manifiestan un temor considerable a que, desde ese flanco, les surja una
competencia que no saben cómo conjurar. De momento, tal posibilidad es
muy remota, pero el solo hecho de que sirva de incubadora a candidaturas
ajenas a sus estructuras les resulta muy inquietante. Esa intranquilidad pro-
viene de las evidencias de que las amenazas que se ciernen sobre el MAS los
afectan también a ellos.
La imposibilidad de despegue de sus conocidas candidaturas está aso-
ciada al hecho de que el éxito oficial sería imposible sin la funcionalidad
que exhiben los partidos opositores al régimen, con sus impotentes accio-
nes, la facilidad de entregar un continuo flujo de tránsfugas que no cesan de
engordar la bancada oficialista, o las mezquinas disputas internas cuando
llega la hora de repartir secretarías y puestos residuales en las directivas
camarales.
Este panorama no aparece por ningún lado en la primitiva y sesgada ex-
plicación vicepresidencial, que solo ve doctorcitos preocupados de que los
que hasta ayer eran pobres les quiten sus puestos en la universidad, en las
desharrapadas instituciones sanitarias o en sus clubes sociales. De modo
que el gremio conseguiría movilizar a sus depauperados pacientes para, fi-
nalmente, aprovecharse de la sensibilidad presidencial. Dicha sensibilidad,
¿abrirá espacio, tal vez, a otro error? 6, que es como calificó al referendo de
2016.
Claro que el vice se cuida muy bien de enjuiciar las acciones del presi-
dente, porque hacerlo supondría quebrantar los procedimientos que le han
garantizado convertirse en casi el único sobreviviente de la vieja guardia de

6  El vice no ha caracterizado la abrogación como un yerro. Simplemente calla, después de


que sostuvo que no se modificaría una coma de ese cuerpo legal. Pero cuando trata de dis-
tanciarse del referendo —al que califica de fallo (ha llegado a llamarlo “locura”) de cálculo
de las organizaciones sociales—, se olvida completamente que esa táctica se basó en su apre-
ciación de que los resultados de las elecciones de 2014 establecían un piso firme electoral del
60% para el MAS. Quienes le creyeron se apresuraron a forzar, un año después, el referendo
constitucional, buscando explotar la presunta ventaja de contar con ese piso.
190 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

acompañantes que ha capeado todas las crisis y depuraciones en el círculo


íntimo del mandatario.
La intuición política del presidente alcanzó a percibir el carácter pro-
fundo del enfrentamiento, algo que su séquito necesita ignorar para poder
vender sus alambicadas y cada vez más vacías explicaciones teóricas. De
allí que las poses belicistas de “venimos a la guerra y no a caminar sobre
flores”, que propala el vice, tuvieron que ser rápida y momentáneamente
sustituidas por actitudes más cautas y conciliatorias cuando la conducción
máxima percibió que era preferible abrogar el Código antes que arriesgar
el control del poder.

Medidas de remediación
No son muchas las ocasiones en que el régimen se ha visto obligado a dar
marcha atrás de manera tan aparatosa como con la abrogación del Código
Penal, pero no ha sido la primera. La renuncia a mantener en pie el “gaso-
linazo” ha sido la inicial, la más importante y duradera. La segunda, la “ley
de intangibilidad” del TIPNIS, forzada por la marcha indígena, demostró
que algunos retrocesos sirven para tomar impulso y retomar con mayor
fuerza, más adelante, las políticas oficiales sacrificadas o, mejor dicho, pos-
tergadas.
El reflejo de autoconservación que condujo a abolir el Código tiene toda
la apariencia de corresponder a esa segunda categoría, dado que no altera
la hoja de ruta definida por el MAS para preservar el control del poder. En
ella la aprobación del Código es una pieza importante, aunque no indis-
pensable.
Precisamente como reacción ante la momentánea derrota, desde el go-
bierno se han multiplicado los esfuerzos e iniciativas para tratar de revertir
la reducción de las posibilidades electorales de su candidato y recuperar la
credibilidad desgastada por el grueso caudal de evidencias y denuncias de
corrupción y por la multiplicación de confrontaciones sociales.
Así, el informe presidencial ante el Congreso, en enero último, reitera la
interpretación exitista de los avances ciertos o supuestos que ha logrado el
régimen y establece la línea propagandística en la que basará su promoción:
“sueño cumplido”. De acuerdo a esa narrativa, es un gobierno popular de
Bolivia 2013-2021 191

ensueño, encabezado por un presidente suprahumano que hará realidad


los más profundos anhelos del pueblo. Ya se trate del Bala, el retorno al mar,
Rositas o cualquier deseo o reivindicación nunca antes alcanzado, conta-
mos con el personaje que puede lo que ningún otro.
Bajo este esquema escénico se presentaron los alegatos orales en La
Haya, reiterando la ventaja que, en términos de imagen, consiguió desde
un inicio el gobierno boliviano. Esta ventaja se vio amplificada por la obsti-
nada reiteración de gestos prepotentes, esencialmente antihistóricos, de la
parte chilena. Si el gobierno boliviano hubiese mantenido y ampliado las
señales de apertura interna con los que constituyó el grupo de apoyo presi-
dencial y de voceros, probablemente hubiese cosechado mayores éxitos de
imagen7.
Pero la manifiesta electoralización del tema, las enormes incongruen-
cias entre la narrativa con que se sustenta la demanda (cumplimiento de
compromisos, justicia, acatamiento de las leyes) y las prácticas internas,
sumadas a episodios de inocultable sectarismo (ataques a Carlos Mesa, ex-
clusión de David Choquehuanca, entre otros), limitan su eficacia y verosi-
militud.
Por eso mismo, la creencia de algunos fieles de que un fallo favorable
de la Corte Internacional blindaría un éxito electoral en octubre de 2019
es propia de un subjetivismo desatado, incapaz de asimilar que los factores
que definirán esos resultados son múltiples y que la tendencia declinante
que ensombrece actualmente a la candidatura oficial no puede revertirse
por uno de ellos. Pero como el esquema de control y manejo del poder no
admite dudas8, el equipo de campaña no descansa en propalar por todos
los canales que un eventual —y muy probable— triunfo de la demanda
boliviana ante la CIJ equivaldría a goleada electoral el próximo año. La idea

7  Si, por ejemplo, hubiera convocado a gobernadores y alcaldes a presentar iniciativas pro-
pias, para dar un marco local a la presentación boliviana.
8  Dada la dinámica organizativa y de toma de decisiones del MAS y del gobierno, donde
todo se subordina a la aprobación del jefe, con muy escaso o ningún debate, y donde, en
consecuencia, el destino colectivo depende de imponer al caudillo. La comunicación, en
tanto, exige exhibir el máximo nivel de optimismo respecto a realizaciones, resultados y
perspectivas. Preservar en alto la moral del encargado de materializar las expectativas de
los seguidores pasa, de ser un buen deseo o una simple expresión servil, a convertirse en un
imperativo estratégico, aunque los hechos se contradigan con el panorama que se le muestra
al conductor.
192 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

ha calado profundamente en el presidente y también entre los partidos de


oposición, que ciertamente no lo reconocen públicamente, pero lo temen
reverencialmente.
La política económica se ajusta, como siempre, al mismo esquema, em-
pujando a que el Banco Central y el Ministerio de Economía prevean el
4,7% de crecimiento para este año9, para apuntalar una cuasi promesa de
aguinaldo extra. En tanto, el despacho de Energía le asegura al jefe de Es-
tado que el informe sobre reservas probables de 100 TCF equivale poco
menos que a contar con dinero en el bolsillo, de manera que el presidente
ya promete recoger para Tarija regalías del orden de los 3.000 millones de
dólares en las siguientes gestiones fiscales.
Pero, además de los cálculos alegres y la multiplicación de ofertas y pro-
mesas, el gobierno no descuida afinar y profundizar sus relaciones con las
fracciones más importantes del gran capital. Toda la batahola de las pro-
testas empresariales por el incremento salarial y la ley de empresas sociales
es genuina, aunque calculadamente exagerada, porque en las últimas se-
manas el Ejecutivo ha hecho importantes concesiones y compromisos con
empresas mineras, mientras regulariza pagos pendientes con las petroleras
y da abiertamente luz verde a la producción de agrocombustibles, en tan-
to que son cada vez más laxos sus controles sobre semillas genéticamente
modificadas.
Estas dos últimas medidas ratifican la importancia estratégica que el
régimen asigna a la columna vertebral de su propuesta programática de
la agenda 2025, referida a la ampliación de la frontera agrícola y a la pro-
ducción de agroexportables. El segundo pilar, el anhelo de exportar elec-
tricidad mediante la construcción y puesta en marcha de megarepresas,
está demorado, ya sea por la cuantía del financiamiento o por peleas buro-
cráticas internas (como en el caso Rositas), que fácilmente podrían revelar
disputas por tajadas de poder y beneficios que acompañen la asignación y
administración de tan grandes contratos.
El completo copamiento de la Central Obrera Boliviana, a través de un
forzado y rápido congreso, se ajusta a todo el esquema revisado, y apunta

9  Véase: https://www.bolivia.com/.../evo-morales-anuncia-que-en-2018-habra-doble-aguinaldo
También: https://n9.cl/0rrvya
Bolivia 2013-2021 193

a presentar la imagen de un movimiento popular organizado que se alinea


fervorosamente con el régimen. Urgía la depuración de opositores indi-
viduales y lastrados por el oportunismo para reparar la portada de unos
“movimientos sociales” cohesionados y adheridos sin fisuras al proceso.

La fortaleza asediada
Si de algo nunca ha dejado estar consciente la cúpula del régimen es de que
el debilitamiento de la economía del país acarrearía ansiedad y disputas en-
tre las corporaciones, que son su apoyo social, y divisiones en el aparato po-
lítico que dirige. Por eso su obsesivo empeño en propagar incansablemente
los avances conseguidos, en silenciar o negar sus retrocesos y en estar a la
caza de oportunidades para amortiguar los problemas acumulados durante
la fase de desaceleración todavía vigente.
Tales recursos, sin embargo, son insuficientes para aplacar el impacto
erosivo de la caída de los ingresos por exportaciones, el desperdicio de re-
cursos por corrupción y los errores de gestión, derroche y clientelismo,
que amplifican y extienden los efectos adversos de la baja de precios de las
materias primas. Es demasiado conocido que los más importantes efectos
se expresan en un descenso de las reservas internacionales netas (RIN), en
la aceleración del endeudamiento y en el incremento del déficit fiscal (hoy
casi idéntico al de los años de crisis de Estado y de colapso del régimen
neoliberal).
Los argumentos de la defensa gubernamental mantienen por ahora su
eficacia, mientras que los pronósticos económicos catastrofistas apenas in-
fluyen en mucho más que algunas franjas de población urbana, que año
tras año han mostrado su tendencia a la exageración.
Sin embargo, una deuda desembolsada que está por encima de los
9.500 millones de dólares, la contratada solo con China, que supera los
7.000 millones de dólares10, además de otros compromisos ya aprobados,
pero aún no desembolsados, suman una carga cada vez más difícil de
afrontar, especialmente cuando las expectativas de retorno de gran parte

10  Véase: http://radiofides.com/es/2018/02/17/embjador-de-china-la-deuda-de-bolivia-es-


mayor-a-los-siete-mil-millones-de-dolares/
194 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

de las inversiones productivas se encuentran muy por debajo de lo pro-


gramado11.
Por ello, a pesar del manifiesto repunte alcista de hidrocarburos y mi-
nerales, la principal fortaleza gubernamental confronta amenazas cuya re-
solución no se vislumbra por lo menos en los próximos dos años. Dichas
amenazas están activando los temidos resquebrajamientos de la base social
oficial y el incremento de las contradicciones partidarias internas.
La disputa de Achacachi anunció que las confrontaciones anteriores en-
tre campesinos y colonizadores con indígenas se convirtieron en fracturas
que afectan también a los campesinos, En lo que va del año, la mayor no-
vedad son las grietas en el núcleo colonizador-cocalero. Así, las disputas
generadas por la queja de los Yungas sobre las ventajas de la Ley de la Coca
para el Chapare han continuado en escalada; ahora se expresan en choques
en el reducto cocalero paceño12.
Las pugnas intercorporativas tienen, a su vez, repercusiones en el MAS,
atizando las querellas entre facciones; en ellas han ido sucumbiendo casi
todas las que se confrontaron con el aparato conducido por el Vice13. Las
recientes riñas entre “Ponchos rojos” y la militancia juvenil del MAS mues-
tran la propensión de dichas contradicciones a agudizarse, prolongarse y
multiplicarse.

11  La planta de urea, que funciona muy por debajo de su capacidad, las secadoras de gas
natural subaprovisionadas de materia prima, el ingenio azucarero estatal, que casi carece de
caña, son algunos de los principales ejemplos, pero la lista es mucho más larga.
12  La confrontación entre el Estado y los cocaleros yungueños se muestra cada vez más sórdi-
da y enredada porque, para empezar, no es cierto que la hoja producida en La Paz se dedique
exclusivamente al consumo legal: aunque en menor proporción que la de Chapare (cuyas co-
sechas tienen una productividad mayor), una parte apreciable se desvía de los circuitos legales.
En consecuencia, las disputas por el control del mercado y los circuitos de comercialización
tienen una variedad de agentes e intereses, manipulados tanto por el gobierno, como por los
dirigentes a los que intenta descabezar. Está, por otro lado, la abismal ventaja que el Chapare
obtiene en materia de inversión pública (planta de urea, aeropuerto Chimoré, infraestructura,
servicios, cooperación técnica, etcétera, etcétera) que crispa los ánimos en Yungas.
13  Mientras algunas luchas palaciegas, como las del vice con el excanciller Choquehuanca,
son relativamente conocidas y de explicación no muy complicada, otras, como la del enfria-
miento del aparentemente insustituible Arce Catacora y sus recientes y constantes esfuerzos
de reaparición, son más turbias y herméticas. De todas maneras, el MAS, comparado con
otros partidos, muestra una notable capacidad de resguardar su intimidad, pese a la elevada
cantidad de bajas políticas que acumulan sus pleitos internos. Las filtraciones y revelaciones
importantes son hasta ahora excepcionales.
Bolivia 2013-2021 195

Momento de inercia y un escenario poco probable


La oposición política (incluyendo a los colectivos ciudadanos) no ha en-
contrado vías para prolongar la defensa del voto y la soberanía popular,
desconocidos por la sentencia del TCP. Nuevamente, las movilizaciones in-
trínsecamente espontáneas exhiben gran superioridad sobre las planeadas
y organizadas por partidos u otras asociaciones políticas, con la desventaja
de que la espontaneidad no estructura opciones electorales.
Los vacíos más importantes en la oposición son la falta de congruencia
en la defensa de la Constitución, la incapacidad de articular luchas cotidia-
nas y económicas con la resistencia democrática y una ausencia completa
de cuestionamiento al programa que representa la reelección de Morales
Ayma. Tampoco presentan una visión alternativa de país, conectada a un
programa de gobierno que no se restrinja a la reivindicación formal del
Estado de derecho y a una agenda de ajustes. A falta de un análisis y trata-
miento de estas cuestiones, la oposición se limita a confiar en recursos ju-
diciales presentados a instancias internacionales, a intrigar, armar revuelos
anecdóticos y barajar candidaturas.
En tales condiciones, prospera el plan de la reelección, pese a la suma
de tropiezos y adversidades. Su descarrilamiento sería posible si se lo enco-
mendara a circunstancias imprevisibles y completamente ajenas a la volun-
tad y la previsión de fuerzas políticas organizadas.
La inercia de la coyuntura, más la voluntarista representación del futu-
ro14 y la interpretación caprichosa de los acontecimientos (wishful thinking,
en inglés), cierra prácticamente toda posibilidad de que los estrategas ofi-
ciales lleguen siquiera a considerar —así sea como simple ejercicio inte-
lectual— los resultados y consecuencias que traerían el que Morales Ayma
decidiera abstenerse a candidatear en 2019.
Ellos, como la oposición, dan por descontado que eso equivaldría a una
derrota segura (“suicidio político”, en palabras del Vice), cuando hay im-

14  Que, en su versión pesimista, tiene atrapada igualmente a la oposición partidaria, ya que
mientras el MAS se empeña en creer que lo realmente bueno está por llegar, esta se inclina
por confiar en que la línea de descenso gubernamental es fatal e irreversible. Dicha actitud
le impide entender y asumir las situaciones y hechos que aumentan las oportunidades gu-
bernamentales: recuperación del índice de confianza en encuestas, aumento de cotización
del gas y minerales, por ejemplo.
196 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

portantes razones para pensar que un Evo Morales prescindente (en sentido
de quedar alejado u omitido de la elección de 2019) podría más bien ayu-
dar al régimen a resolver las mayores y más premiosas adversidades que
está acumulando en su contra.
En esta “imposible” hipótesis de unas elecciones sin Morales, casi toda
la narrativa opositora se desmoronaría tan rápido como su débil predis-
posición a unirse. Incluso en el supuesto de que el MAS se estancara en
los niveles de intención de voto que registran las encuestas actuales15 (por
debajo del 30%), tendría posibilidades en una segunda vuelta presidencial
y, con las reglas electorales vigentes para la asignación de bancas, obtendría
una representación parlamentaria próxima al 40%. Esta representación se-
ría suficiente para bloquear las más importantes propuestas legislativas de
sus contrarios, incluyendo todo tipo de juicios de responsabilidades.
Si a lo anterior se agrega que entre sus activos cuenta con el control de
la alta gerencia pública (Contraloría, BCB, empresas estatales, autoridades
fiscalizadoras, etcétera, etcétera), el manejo del Órgano Judicial, un enorme
aparato de medios masivos de difusión privados y la adhesión fanática de la
dirigencia de las mayores organizaciones sociales (cuyos líderes temen ser
investigados y sufrir consecuencias que no alcanzarían a los funcionarios
con caso de corte), tenemos que incluso estando en la oposición el MAS
contaría con una enorme cuota de poder. La suficiente para acogotar a un
débil gobierno, carente de programa estratégico y visión de país alternativa,
hasta llevarlo a un revocatorio, a partir de la resistencia a las medidas de
ajuste (devaluaciones, despidos de la administración pública y otras), de las
cuales los partidos opositores no hablan, pero sí los académicos, expertos
y analistas vinculados a sus posiciones16, cuando se refieren a las indispen-
sables medidas correctivas que se están soslayando ahora. En tal escenario,

15  Lo que de ninguna manera resulta fatal, ya que con un binomio no digamos electoral-
mente bueno, sino simplemente no malo, con una oposición dispersa o, peor aún, atomiza-
da, sus posibilidades se inflan.
16  Una columna publicada el 26 de abril último en Página Siete da por hecho que si el MAS
es desalojado del gobierno en 2019, primará a tal punto el desconcierto y la división en sus
filas, que su derrota definitiva sería inminente. Dicha apreciación no toma en cuenta el
gran poder cohesivo que tiene el temor del colectivo de cuadros y dirigentes, partidarios,
sindicales y allegados múltiples a que se quiebre la coraza de impunidad que lo protege, ni
las gruesas limitaciones de un gobierno de coalición variopinta y ecléctica, que hasta ahora
es la única opción visible de recambio.
Bolivia 2013-2021 197

el sacrificio inmediato de la candidatura de Juan Evo Morales Ayma habría


servido para habilitarla para, por lo menos, las subsiguientes dos elecciones
nacionales.
Pese a su presunta inviabilidad, el análisis de un escenario de elecciones
sin Juan Evo Morales Ayma encabezando la fórmula del MAS echa luz so-
bre varios rincones, tendencias, vericuetos y desenlaces improbables, pero
no imposibles, de una coyuntura caracterizada por su fluidez, pese al em-
peño del régimen y al inercial acompañamiento que le brindan sus compe-
tidores institucionales.

Abril de 2018
Burguesías estatales y la violencia
in crescendo

El MAS necesita convencerse de que “a quien madruga Dios lo ayuda”. Y


si eso falla, ¿para qué está el poder? Sin embargo, el lanzamiento de su
enésima ofensiva —adelantar las primarias para la elección de binomios
presidenciales— agita mucho a sus eventuales contendores partidarios,
pero no revierte la inexorable declinación de preferencias y aprobación que
reportan los estudios de opinión, en un ya dilatado lapso que dura varios
meses. En otros términos, de tanto tender emboscadas, se asoma el MAS a
la posibilidad de emboscarse a sí mismo.
No descansa ni un instante, y ya prepara la elección del Fiscal General,
aumentando las sospechas de que busca a alguien que se preste a blindar a
los altos funcionarios del Ejecutivo y allegados, más que a la persona mejor
calificada para defender los intereses de la sociedad y el Estado.
Para fastidio de los aludidos, eso no impide que disminuya la sucesión y
multiplicación de denuncias y señalamientos sobre todo tipo de irregulari-
dades. El patético consuelo oficial parece ser que por cada diez que atañen
al partido gobernante, aparecen unos cuantos contrafuncionarios oposito-
res en las parcelas de poder que estos administran. Las informaciones son
tan constantes que predisponen a los ciudadanos a asumir que dondequiera
que haya un político profesional es seguro que se encontrará un entuerto1.
Destaca también en la coyuntura la información sobre el incremento de
superficie cultivada de coca que brinda la oficina especializada de Naciones
Unidas, que habitualmente se expresa con suma cautela al respecto2. Con

1  Que es la opinión muy mayoritaria que se tiene en las encuestas sobre los partidos políticos.
2  Véase el informe completo en: http://www.unodc.org/documents/bolivia/2017_Bolivia_
Informe_Monitoreo_Coca.pdf

[199]
200 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

tales antecedentes, puede comprenderse cómo y por qué este tema ocupa
tan importante y duradera franja de la escena central, disputando titulares
en una coyuntura en la que los destapes de corrupción política cunden
como hongos en el país y el continente3.
Lo que sobresale tan pertinazmente es que las preferencias y privile-
gios estatales hacia los cultivos y actividades paralelas que los acompañan
están sólidamente arraigados para el Chapare, en abierta contraposición
con la zona yungueña. En esta región se está desarrollando el conflicto
de la Asunta4, que suma bajas humanas (incluyendo el asesinato de un
oficial de Policía y por lo menos dos cocaleros al 30 de agosto de 2018),
poniendo sal en heridas previas entre los campesinos de esa región y el
gobierno masista.

Gastos y negocios imperiales


En este tiempo, la explosión de reclamos y movimientos ciudadanos o del
periodismo de investigación están poniendo al descubierto que muchos
(demasiados) gobernantes de nuestros países, y no solo los que ocupan
los más altos cargos, erogan gastos y acumulan fortunas abultadas, tan
prominentes y dominantes que, con propiedad, se las puede llamar im-
periales.
La rapidez y la masividad con que los capitales fluyeron generosos a las
arcas estatales, gracias al prolongado ciclo de superprecios de nuestras ex-
portaciones, contribuyó mucho a que, a la sombra de fulgurantes negocios
públicos y privados, se amasaran con gran velocidad opíparos patrimonios
de contratantes y contratistas de grandes obras. Sin olvidar que múltiples
investigaciones que se remontan a épocas previas, cuando los ingresos eran

3  Es bueno recordar que el impacto electoral de las denuncias sobre tráfico de drogas vin-
culado al poder es casi nulo, aquí y en cualquier otro país donde se ha intentado usarlas con
tales fines.
4  La Asunta no cabía en la franja etiquetada de “tradicional” en la legislación anterior
y, de acuerdo a las estimaciones oficiales, alberga unas 6.600 hectáreas de cocales, que
equivalen al 41% de toda el área de producción de Yungas. De estas, al menos 2.000 son
completamente ilegales, de acuerdo a las autoridades. La superficie sembrada en la Asunta
equivale a cerca de un 80% del área legal que se autoriza al Chapare. Véase: https://n9.cl/
j39s1
Bolivia 2013-2021 201

discretos y magros los presupuestos5, ratifican que la tradición de grandes


asaltos a las arcas estatales tiene una larga trayectoria.
Las investigaciones del “Lava Jato” en Brasil o, antes, las de la Sociedad
Química y Minera de Chile, han mostrado en los últimos años que los pac-
tos entre políticos y empresarios superaron hace mucho las barreras entre
oficialistas y opositores. Desde cualquier posición o membrete ideológico,
los profesionales de la política se han estado arreglando para percibir una
cuota de aporte empresarial, especialmente ahora que las participaciones
tienen, como se dijo, dimensiones imperiales.
Daniel Ortega (o “Somocita”, como cabe llamarlo, atendiendo los ante-
cedentes históricos de Nicaragua6) y su consorte han subido las cotas del
registro de violencia con que un gobierno, cercado por denuncias y evi-
dencias de corrupción, se resiste a abandonar su posición de privilegio. La
sangre que se está derramando en Nicaragua prueba que el uso criminal
del poder público, tan ampliamente generalizado en esta fase histórica, se
complementa con el ascenso de la represión como mecanismo cada vez
más usual de defensa de los grandes privilegios. En los últimos tiempos, la
experiencia venezolana es pionera en estas lides.
El “Lava Jato” brasileño involucra a prácticamente todos los partidos y
empresas privadas más grandes de ese país. La investigación de los cuader-
nos en la Argentina da indicios parecidos. En nuestro país, las sospechas de
conexiones público-privadas non sanctas se inclinan nítidamente hacia las
empresas chinas, que copan el espacio de las grandes contrataciones para la
ejecución de obras públicas7 durante los años de los superingresos estatales.
Que las principales empresas públicas bolivianas hayan manejado
75.000 millones de dólares en menos de una década8 —es decir, el 35%
de los presupuestos generales correspondientes a ese período—, permite
comprender con mayor facilidad la soltura y magnificencia del gasto, cana-
lizado en parte a obras-homenaje, como el palacio presidencial boliviano,

5 Un ejemplo es el del expresidente nicaragüense Alemán Lacayo (1997-2002), considerado por
Transparencia Internacional como uno de los diez mandatarios más corruptos de esta época.
6  Véase: https://n9.cl/qske7 y también: https://n9.cl/1cg5r
7  Desde luego que no faltan las excepciones, como la prófuga compañía española encargada
de construir el importante proyecto hidroeléctrico de Miguillas, en La Paz.
8  Véase: https://n9.cl/kdoff
202 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

con su modesto “cuarto y su camita”, que es la manera en que el vice García


describe las instalaciones dedicadas al solaz y relax del jefe de Estado9, y
“sin lujo alguno”, según asevera el ministro de la Presidencia10.
Los 42 millones de dólares que Bolivia ha aceptado pagar a Quibo-
rax-Non Metallic Minerals, como coronación de un prolongadísimo ar-
bitraje del CIADI del Banco Mundial, puede parecer una cifra discreta
comparada con las múltiples denuncias sobre contrataciones directas por
varios centenares de millones de dólares del régimen boliviano.
Sin embargo, el caso Quiborax-Non Metallic Minerals merece ser mencio-
nado en este capítulo, porque la amplia información difundida en las semanas
del debate deja claro que pudo resolverse con menos del 10% de ese monto, en
algunos tramos de las tortuosas negociaciones entre el Estado y la firma (frau-
dulentamente) chilena. Esta es la versión de la defensa de Carlos Mesa, sobre
cuyas espaldas quiere descargar el oficialismo toda la culpa de lo ocurrido.

Movimientos electorales y movimientos sociales


Precisamente la combinación de movimientos tácticos gubernamentales
para diluir sus responsabilidades en el pago de la onerosa multa, combi-
nándolos con la búsqueda de beneficios electorales, sigue dejando abiertas
varias interrogantes sobre la correlación interna de fuerzas en la cúpula
gubernamental y la manera en que trata de neutralizar la protesta ciuda-
dana, convertida hoy en un auténtico movimiento social que cuestiona la
dolosa11 habilitación del binomio masista.
Si el mandato popular expreso de que los actuales mandatarios no deben
ser registrados ni inscritos como candidatos ante las autoridades electora-

9  Véase: https://n9.cl/gslvq
10  El sentimiento de sobreabundancia, pese al notable descenso de alto impacto entre 2014-
2017, se expresa en alguna medida en las prácticas displicentes y descuidadas que conduje-
ron a la pérdida de la medalla presidencial en los días de fanfarria y desfiles cívicos.
11 Dolosa desde el punto de vista constitucional, porque según el expresidente y hoy
principal encargado jurídico del caso marítimo, Eduardo Rodríguez Veltzé, al opinar que
debe prevalecer el poder constituyente del pueblo (en este caso, el ejercido en el referendo
de febrero 2016). Véase: https://n9.cl/7rhgq. Ninguna reforma a la CPE puede aprobarse sin
consulta popular. Según la CPE, el TCP carece de facultades para alterar o corregir la CPE,
como lo ha hecho con el artículo sobre reelección y con otros relacionados y, especialmente,
con el 7º, que reconoce el carácter inalienable e imprescriptible de la soberanía del pueblo.
Bolivia 2013-2021 203

les12 era un fallo irrevocable e inapelable en 2016, reafirmando la prohibición


expresa del art. 168 de la CPE, en octubre del año siguiente se convirtió en
movilización ante las amenazas gubernamentales de que habría un segundo
tiempo, y en movimiento social cuando el TCP emitió su aberrante senten-
cia por la que usurpa las funciones del soberano y se arroga la capacidad de
modificar la CPE y anular el resultado del referendo del 21F13.
Antes de establecer las precisiones de los términos, se estaba analizando la
maniobra gubernamental que provoca e impulsa a Carlos Mesa a convertirse
en un candidato condicionado y rehén del régimen. El juicio iniciado en su
contra sirve tanto para hacer crecer la preferencia hacia su eventual candi-
datura (por solidaridad ante una víctima), como para frenarla, por desgaste
(la corrupción que se proyecta sobre ella) o en seco (anulándola mediante un
juicio). Y es que al congelar la fase parlamentaria del juicio que se ha impues-
to, luego de que la Fiscalía gatillase el inicio del proceso, este puede revocarse
si el jefe del Estado y la cúpula del gobierno y del MAS así lo deciden.
Debe sumarse a lo anterior el adelanto de las elecciones primarias, que
tiene la intención de convencer al público de que las elecciones con bino-
mio oficialista ya están en marcha y no se detendrán. En este escenario, la
presencia de una candidatura como la de Mesa le da mayor credibilidad al
espectáculo electoral, porque los otros contendientes aparecen, de acuer-
do a todos los sondeos, descalificados antes de las eliminatorias. Además,

12  Esa es la prohibición del texto constitucional, que no se refiere a postulación alguna, ya
que dicho término simplemente significa que alguien puede ser propuesto como candidato
por alguien más.
13  Llamo movimientos sociales a las acciones masivas y espontáneas que cuestionan políticas
públicas y decisiones estatales o plantean propuestas, derechos o reivindicaciones, por
encima —y muchas veces, completamente al margen— del sistema de representación política
(compuesto principalmente por partidos, asociaciones corporativas como sindicatos, cámaras
empresariales y/o todo tipo de estructuras gremiales). Son, pues, muy diferentes de las
organizaciones sociales (sindicatos y otro tipo de organizaciones corporativas). Estas últimas
son exclusivas de un sector, son jerárquicas, permanentes, verticales, con tendencia a la
burocratización y, frecuentemente, al caudillismo. En contrapartida, los movimientos sociales
son temporales, poco estructurados, con tendencia a la improvisación y la horizontalidad de
sus relaciones internas. A veces son tan amplios y fuertes, que albergan momentáneamente
a organizaciones sociales, o inclusive responden inicialmente a su convocatoria, pero pronto
la superan y subordinan. Ejemplos de organizaciones sociales: federaciones de fabriles,
campesinos, constructores, federaciones y confederaciones de productores o empresarios.
Ejemplos de movimientos sociales: Coordinadora del Agua, resistencia civil al “gonismo”,
resistencia al gasolinazo del MAS, marchas indígenas, resistencia al Código Penal.
204 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

como se ha dicho, los juicios que penden sobre las cabezas de todos ellos
pueden sacarlos de carrera si es que la jefatura del MAS así lo decide.
El diseño es verosímil, pero no explica los aparentes encontronazos, por
ejemplo, entre el apuro de la Fiscalía y el abrupto anuncio de que “Mesa
podría estar tranquilo, porque los plazos no dan para condenarlo” (según el
expresidente del Senado y, a continuación, según el vice). Tal vez no llegue
a dilucidarse pronto si se trata de un guion concebido con anterioridad o
de fricciones entre fracciones (la del vice con algún ministro, por ejemplo),
pero su efecto no parece garantizar que los resultados de la escenificación
sean necesariamente los mejores para el binomio oficial.

Poder contra poder


La decisión del Legislativo y del Ejecutivo de promulgar la Ley de Organi-
zaciones Políticas (LOP) y de ignorar la enfática y reiterada recomendación
del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de no convocar a primarias partida-
rias hasta 2024 se inscribe perfectamente en el recetario previo.
La dirección masista parece convencida de que anticiparlas le asegura-
rá la ansiada inscripción de su fórmula en plazos que ahorren cualquier
sorpresa, en caso de que parte de los vocales la rechacen tan cerca a las
elecciones como en junio de 2019, que es el mes en el que el TSE se hubiese
pronunciado sobre si admitía o no la inscripción del binomio oficial.
Tiene, además, la seguridad de que las primarias de enero de 2019 ja-
quean a los partidos opositores, que no saben bien cómo enfrentar plazos
tan breves para sus farragosas negociaciones en búsqueda de una opción
que no reitere sus previas derrotas y humillaciones. Igual o más importante
es que no solo las primarias, sino también la LOP, en texto y espíritu, cierran
la puerta a la participación de actores como los colectivos y plataformas, que
han adquirido un protagonismo tan importante en los últimos años.
Al ejecutar su movimiento táctico, la confianza del régimen exhibe una
cota alta, porque se siente dueño de una cómoda mayoría incondicional en
el TSE, apuntalada por los dos tercios (o más, por la alta permeabilidad al
transfugio de la parte opositora) que controla en el Parlamento14.

14  El anuncio afirma que el TSE considera de “cumplimiento igualmente obligatorio” el


resultado del referendo constitucional y la inconstitucional sentencia del TCP, con lo que
Bolivia 2013-2021 205

La imagen de uno o más órganos estatales confrontados con otro se ha


destacado en los últimos días invernales del año. Tiene mucho de espejis-
mo, porque, tal como se anotó, la aritmética es inapelablemente favorable
al MAS en la ALP y en el TSE. Pero el quid está en que cuando se trata de
dinámica política y social, la aritmética es muy importante, pero no siem-
pre decisiva.
La abrogación del Código Penal se lo demostró a los gobernantes, así
como la impuesta elección y posesión de los magistrados del MAS en la
elección judicial se lo prueba a la ciudadanía, que, con su voto ultramayori-
tario de repudio, expresó su voluntad de que tal cosa no ocurriera.
Una debilidad de forzar las fechas para elegir binomios partidarios po-
dría ser que, si se hace pública la negativa de una fracción de vocales del
TSE de inscribir al binomio oficial, esto pueda convertirse en un inespera-
do estimulante de la resistencia ciudadana, revitalizando su movilización15.
Si impugnar la maniobra de las primarias es un canal para expresar un
malestar multisectorial, puede precipitar la salida (renuncia o expulsión)
de uno o más vocales de la TSE. Esto desportillaría la imagen del proceso
electoral y, eventualmente, aumentaría el número de posibles candidatos
alternativos para una ciudadanía que no se afilia con ninguno de los tradi-
cionales y que resiente las dubitaciones y contradicciones del expresidente
Mesa sobre su eventual candidatura.

Colchón y campaña
Uno de los aciertos gubernamentales menos reconocidos y asimilados por
sus críticos es la acumulación de ahorro bajo la forma de reservas inter-
nacionales netas (RIN) que, a pesar de que han estado mermando lenta y
continuamente desde 2014 (por la caída de los precios de nuestras exporta-

deja en el aire un enorme signo de interrogación sobre cómo resolverá tan flagrante con-
tradicción.
15  No es fácil en principio que un acto preparatorio electoral —que puede parecer muy abs-
tracto y ajeno a las preocupaciones cotidianas del público— genere una eclosión de protestas
de las dimensiones y la constancia que provocó otro hecho abstracto, como la aprobación
del Código Penal. Podría ocurrir, como sucedió en ese caso, que el repudio a las primarias
(tan forzadas) sirva de paraguas para cobijar la insatisfacción de múltiples sectores, debido a
ofensas, negación de pedidos o agresiones directas del Ejecutivo contra ellos.
206 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

ciones), mantienen un nivel expectable16 que le da una estabilidad notable


a nuestra economía, frente a los fuertes bamboleos de las divisas de varios
países17 y el acelerado deterioro de la argentina y la brasileña en América
Latina o la turca y la rusa en otras latitudes.
Inclusive si se acepta como acertada la explicación de que el haber ate-
sorado las RIN debe atribuirse más a los rudimentarios y complicados
sistemas estatales de gasto que a una metódica y estratégica previsión18,
actualmente este “colchón”, como parte de la ecléctica política monetarista
con toques keynesianos (alta inversión pública y medidas redistributivas),
continua rindiendo réditos a los administradores del Estado, especialmente
cuando se compara con varios de nuestros vecinos.
Se sabe que el gran límite de tales logros es el práctico inmovilismo del
patrón de acumulación, así como la marcada ineficiencia para avanzar de
manera suficiente y sosteniblemente y con la calidad necesaria en la aten-
ción de los servicios esenciales (educación y salud, principalmente). A ello
debe sumarse la disminución relativa de capacidades productivas que está
determinando una creciente pérdida de seguridad y soberanía alimenta-
ria19, entre otros efectos altamente perniciosos.
El mayor daño que causa el anclaje de nuestra política económica en la
matriz desarrollista y dependiente de riquezas naturales no renovables, es
que su completa obsolescencia retrasa cada vez más al país en sus capaci-
dades para responder a desafíos mayores, como el cambio climático, que
exigen un nuevo patrón de acumulación, con base a la priorización de uso
y cuidado de los recursos renovables y un cambio sustantivo en la infraes-
tructura productiva20.
La prevalencia de actitudes básicamente pragmáticas y el temor a la in-
novación y a la incertidumbre que suelen prevalecer como actitudes de-
terminantes del electorado constituyen ventajas de inicio con las que sigue
contando el partido de gobierno, como ocurrió previamente.

16  Véase: https://n9.cl/ojegt


17  Véase: https://n9.cl/7w9n8
18  Según Juan Antonio Morales, expresidente del Banco Central de Bolivia, en sus colum-
nas y en entrevista personal.
19  Véase: https://n9.cl/fgkl1
20  Véase: https://n9.cl/p4nmy
Bolivia 2013-2021 207

Lo mismo aplica a las visiones y prácticas con las que la mayoría del
electorado asocia a la oposición partidista tradicional, principalmente en
el área económica; desde las cámaras empresariales y por la mayor parte
de los especialistas conocidos se predican las más conocidas y rechazadas
fórmulas de ajuste estructural. El hecho de que los opositores partidarios no
cuestionen el patrón de acumulación vigente y carezcan de propuestas al-
ternativas empaña el horizonte del país de forma aparentemente indefinida.
Las medidas económicas que se ofrece en la campaña reforzarán un tipo
de discusión completamente favorable al oficialismo, porque las críticas a
sus evidentes deficiencias no tienden a volcar electores en su contra, sino al
contrario: el innegable malestar ante la descomposición y los abusos puede
atenuarse por el temor a cambios traumáticos, al estilo de los impuestos
por Macri o Temer.
Ante la ausencia de una auténtica confrontación entre diseños y hori-
zontes económicos y sociales diferentes, el conservadurismo favorable al
régimen no solo se sostiene, sino que adormece la capacidad social de reac-
cionar ante los grandes riesgos que supone la ejecución del programa eco-
nómico del MAS (Agenda 2025) con su alto nivel de gasto, sus inversiones
descomunales e improductivas y su tendencia al endeudamiento.

Espectro de violencia
El tiempo que transcurre entre la aprobación de la LOP y la inscripción
de binomios incrementará las tensiones en todos los frentes, con la posi-
bilidad, en ascenso, de que el uso de la fuerza que impuso el MAS con el
golpe contra la Constitución ejecutado por el TCP el año pasado, se reitere
y agudice, como lo ejemplifican la tónica con que el régimen afronta los
conflictos sociales y el incremento de amenazas y exacciones para los que
se atrevan a retarlo21.
En la misma situación están los colectivos y activistas del Bolivia dijo
No y Respeto al 21F, a los que el gobierno y su CONALCAM se proponen

21  Los vocales electorales que se atrevan a plantear que la fidelidad a la CPE y que la vo-
luntad soberana expresada democráticamente está por encima de sentencias manipuladas
se arriesgan a enfrentarse con una implacable persecución, anunciada públicamente. Véase:
https://n9.cl/es/s/gkid0.
208 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

confrontar directamente en la calle, durante las movilizaciones convocadas


por el Día de la democracia el próximo 10 de octubre22. Este medir fuerzas
se acompaña con los primeros esfuerzos de replicar las tácticas divisionis-
tas con que el régimen ha doblegado a la disidencia, esta vez la de las or-
ganizaciones sociales no subordinadas al gobierno, que han anunciado su
intención de constituir una Central Obrera Boliviana (COB) paralela.
La posibilidad de que los choques sean cada vez más físicos y menos sim-
bólicos es la tendencia central que rige durante los últimos meses de este año.
La resistencia social espontánea, más conectada a colectivos y plataformas
que a partidos23, experimentará con la mayor crudeza conocida la decisión
estructurada, financiada y respaldada por los aparatos estatales de imponer
las reglas con las que el régimen quiere enraizarse de manera inextirpable.
Por todo ello, en este lapso se podrá verificar lo acertado o erróneo de la
aseveración —también sustentada en estos análisis— de que las caracterís-
ticas históricas de la sociedad boliviana y sus tradiciones de lucha popular
marcarán una nítida diferencia con las demás experiencias por las que los
pueblos de nuestro continente intentan recuperar el pleno ejercicio de sus
libertades, derechos y garantías a través de mecanismos democráticos y
pacíficos.

Agosto de 2018

22  El endurecimiento de los planos señalados se acompaña con la sustitución de altos fun-
cionarios, sospechosos de alguna forma de tibieza, por halcones como los nuevos Canciller
y presidente del Senado, que podrían reforzarse con otros que están ahora en la banca de
suplentes.
23  Las mayores vulnerabilidades de estas agrupaciones son su carácter exclusivamente ur-
bano y una completa heterogeneidad ideológica, con cierta tendencia al conservadurismo
político entre sus cuadros más conocidos, que suelen ser exdirigentes o exmilitantes mayo-
res de 50 años de edad; los más jóvenes tienden a aparecer solo en los picos de las moviliza-
ciones. Las aún pocas conexiones con sectores indígenas y campesinos es otro flanco a tener
en cuenta. La abreviación de plazos electorales disminuye sus posibilidades de condicionar
o subordinar las rutinas, prácticas y estilos de los partidos que nuclean a los profesionales
de la política.
Golpe de Estado consumado

Con su decisión de habilitar la candidatura del binomio del MAS, el Tribu-


nal Supremo Electoral (TSE) corona el ciclo de golpe estatal1 abierto por el
TCP en noviembre de 2017, y liquida su propia legitimidad y capacidad para
dirigir creíble, legítima y legalmente las elecciones de 2019, o cualquier otra.
Se cumple de esta manera la lenta pero pertinaz deriva hacia el predo-
minio de la fuerza en las confrontaciones políticas y sociales, al compás de
la caída de la convocatoria y credibilidad del régimen y del Estado, en pri-
mera instancia, y también del sistema de representación política del país.

Primarias y acrobacias
Según García Linera, el empeño gubernamental para forzar la realización
de las primarias, cuatro años antes de lo recomendado por los redactores
de la ley de organizaciones políticas (LOP) y del propio TSE, se debería a
que los estrategas electorales oficialistas vieron la oportunidad de “obligar
al candidato [Mesa], que podría haber aglutinado a la oposición, a lanzarse
prematuramente y tener más de un año para dejar que “afloren sus defec-
tos”2, ya que cree que “[si aparecía] como outsider en julio de 2019 le hubie-
ra ido muy bien”. Pero, gracias a la astucia y habilidad vicepresidencial de
adelantar las primarias, “tuvo que hacerlo en noviembre de 2018”.
Solo puede estarse de acuerdo con esa apreciación si uno cree que durante
los diez meses que median entre hoy y las elecciones de octubre la única voz

1  Denomino así al conjunto de acciones y disposiciones con las que el régimen instituido
burla, soslaya o anula ilegalmente la vigencia de parte o del conjunto de la Constitución,
para satisfacer sus necesidades u objetivos particulares.
2  Véase: http://www.eldeber.com.bo/bolivia/Vice-revela-plan-que-el-MAS-uso-para-impedir
-que-Mesa-sea-el-aglutinador-20181207-6592.html

[209]
210 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

que se escuchará o tendrá validez será la de la campaña oficial, que así podría
reducir a cero la intención de voto de su principal competidor. Pero incluso
si ese deseo se pudiera materializar y la incompetencia del candidato opo-
sitor y su campaña alcanzaran tal extremo3, esa previsión omite que quien
estará en la posición más expuesta en ese período será el propio régimen.
El espeso silencio del segundo al mando sobre el verdadero efecto —y el
más evidente, también— de llevar tan apresuradamente a binomios únicos a
primarias, deja entrever que la cúpula masista espera una gran concurrencia
de militantes y afiliados en la votación del 23 de enero, frente a la menor que
puedan acreditar sus competidores. Esta es probablemente la principal moti-
vación para haber pisado el acelerador a fondo, dejando como víctima mor-
tal la capacidad y legitimidad del TSE para presidir las elecciones de 2019.
Con relación a este hecho, la poca claridad de las consignas del movimien-
to 21F en el paro y movilizaciones de la primera semana de diciembre podría
rectificarse si la manifiesta parcialidad del TSE conduce a que las próximas
movilizaciones pidan la remoción de los vocales, titulares y suplentes. Y es
que la conducta de estos, junto con el hecho de haber sido elegidos por el Par-
lamento —tal como los candidatos a cargos judiciales—, asegura su completa
subordinación a la política dictada por el Ejecutivo. Por tanto, disminuye su
imparcialidad y confiabilidad para presidir las elecciones nacionales.
En busca de un conjuro que pueda neutralizar la casi unanimidad de los
sondeos de las últimas semanas, en sentido de que la intención de votos del
binomio del MAS está en el rango del 30%4, y el predominio de quienes pro-
nostican su segura derrota en una segunda vuelta, las primarias tratarán de
proyectarse, desde el lado oficial, como una suerte de votación anticipada.
Se busca que en ellas el partido de gobierno ostente una ventaja apreciable
de los miles de adherentes (voluntarios y forzosos) que han ido amonto-

3  No puede descartarse que el cálculo de García Linera se base en que el actual responsable
de la campaña de Mesa no pueda mostrar un historial de triunfos en las campañas
presidenciales de las que se hizo cargo y que haya incurrido en errores de apreciación tan
chocantes como predecir que Bolsonaro perdería las elecciones la noche antes de la segunda
vuelta en Brasil. Véase: https://twitter.com/ricardopazb/status/1056337821475266560
4  Los ejemplos de los estudios realizados en octubre son bastante sugestivos. La encuesta
de IPSOS, para el canal RTP de La Paz (26 de octubre), es la única en la que el MAS supera
el 40%. La de Página Siete, del 21 de octubre, lo sitúa en el 32%, pero el verdadero techo
correspondería, en mi opinión, al 37% que en ese estudio afirma que “las cosas irán peor si
el actual presidente no es reelegido”.
Bolivia 2013-2021 211

nando en sus libros durante más de 13 años, para compararlos con los que
a toda marcha e improvisadamente han registrado sus contrincantes, a ve-
ces en apenas semanas, como es el caso de la sigla que utiliza Carlos Mesa
Gisbert, quien, según varias encuestas, puede doblegar al binomio masista5.
El TSE acaba de publicar el número de adherentes que reconoce a cada
partido o coalición (gráfico 1), donde se verifica que el MAS tiene acredi-
tadas cerca de un millón de firmas, mientras que la de los demás ronda el
mínimo indispensable. Con las primarias, el MAS se propone explotar al
máximo esta diferencia, con mensajes respecto a que la diferencia de votos
que consiga Morales Ayma frente a los otros candidatos sería un adelanto
de los resultados de octubre próximo.
Dicha propaganda omitirá, obviamente, el hecho de que gran parte de
la feligresía oficialista que concurrirá a votar por el binomio oficial en las
primarias está compuesta por funcionarios, obligados a anotarse so pena
de perder sus puestos, y por afiliados a organizaciones sociales secuestra-
das mediante prácticas clientelistas. Esto, sin olvidar que las inscripciones
probadamente falsas afectan al conjunto de partidos inscritos en el OEP6 .
Tratar de mostrar un mayor respaldo para el binomio del MAS es un
acto de ilusionismo: no logrará modificar, por sí mismo, la intención de
voto que vienen registrando las encuestas. Las posibilidades de atraer nue-
vos votantes son parecidas a las campañas para persuadir que la sentencia
084/2017 del TCP (que habilita la reelección indefinida) “no reforma la
Constitución” 7, respeta el referéndum de 2016 y beneficia a la humanidad
en su conjunto con el descubrimiento de un nuevo derecho humano.

5  Aún no se conoce las realizadas después del registro de binomios. Ninguna ha sondeado
al 30% que representa la población rural dispersa, donde la inclinación por Morales Ayma
es ampliamente mayoritaria en todas las elecciones desde 2005.
6  El TSE ha comunicado públicamente que ha detectado más de 30.000 inscripciones fal-
sificadas detectadas en todos los partidos y sobre cuya investigación y penalización no ha
proporcionado novedades hasta la fecha.
7  No solo en el art. 168 y en otros referidos a reelección, sino alternado los valores y fines
del Estado, como ocurre con el art. 7: “La soberanía reside en el pueblo boliviano, se ejerce
de forma directa y delegada. De ella emanan, por delegación, funciones y atribuciones de
los órganos del poder público; es inalienable e imprescriptible”, que resulta objetiva e incues-
tionablemente suspendido al concederle capacidad al TCP de anular de facto los resultados
del 21F. Desde luego, todo el articulado referido a la reforma de la CPE no da margen a
que las interpretaciones del TCP reformen la Constitución, ni le otorguen facultades para
interpretar la Carta de San José.
212 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Los agentes del gobierno todavía albergan la esperanza de que manio-


bras tan toscas puedan serles de alguna utilidad, apostando a la muy discre-
ta capacidad de respuesta que sus contendores han exhibido hasta ahora.

Gráfico 1. Militantes acreditados oficialmente por partido o coalición

1.200.000

991.092
1.000.000

800.000

600.000

400.000

200.000 95.391
92.210 88.122 58.377 38.421 28.717
0
MAS MTS (*) PAN-BOL CC MNR UCS PDC

PAN-BOL MAS CC PDC UCS MNR MTS(*)

Beni 2.766 39.325 473 959 1.724 17.401

Chuquisaca 5.414 71.734 3.058 1.751 1.617 2.551

Cochabamba 18.068 235.366 10.796 4.680 4.618 4.292

La Paz 20.600 266.470 39.546 9.633 4.938 4.498

* La delegada de MTS no quiso mostrar el detalle del número de sus militantes por
región.

Nota 1: el TSE entregó la nómina final de militantes a cada uno de los partidos
que participarán en las elecciones primarias de enero.
Nota 2: el delegado de “Bolivia Dice No” no llegó al TSE y se prevé que hoy se le entregue
la nómina de militantes.

Fuente: infografía del diario Página Siete, basada en datos del TSE.
Bolivia 2013-2021 213

Murallas externas y presiones internas


Si en el cuatrimestre transcurrido los elementos que dominaron la escena
noticiosa y definieron la tónica del debate público se concentraron en las
escaramuzas libradas sobre la habilitación de Morales Ayma y su acompa-
ñante, en el pago del aguinaldo extra y en la proliferación de indicadores
de la perspectiva de una ralentización económica —a contramano de la
oficializada información del crecimiento del PIB—, la realización de las
primarias y el desenvolvimiento de una feroz campaña son las que tienden
a prevalecer al inicio del año siguiente.
El telón de fondo estará dado por una economía que soportará el des-
censo de precios de los productos exportables, de la demanda de gas por
parte de Brasil y Argentina y, como consecuencia, de las reservas interna-
cionales netas (RIN). Al mismo tiempo se incrementarán las presiones cor-
porativas para obtener cada una su tajada8 a cambio de asegurar respaldo
electoral, y varias guerras y guerrillas sucias, incluyendo las internas del
oficialismo, para afianzar o eliminar competidores.
La gravitación de la coyuntura internacional sobre la nuestra no se
limita a las variaciones que experimenta el mercado del gas natural de
petróleo en el Cono Sur —a partir de que Argentina ha empezado a mo-
vilizar, todavía preliminar e incipientemente, sus reservas de 800 trillones
de pies cúbicos (tcf)—, sino que incluye el cambio de relación regional
de fuerzas9, impulsado enérgicamente por Brasil, donde Bolsonaro, como
nuevo presidente, ha anunciado una actitud de distancia y reserva con
nuestro gobierno y su respaldo a fracciones ultraderechistas de la oposi-
ción boliviana.
La atención que nos dedica concuerda con la declarada tendencia
del régimen de carácter cívico-militar entronizado en las elecciones del
país vecino. En esta línea, estrecha al nivel más íntimo sus relaciones
con la administración Trump, secundándola tanto en su apasionamien-
to antimigrante, cuanto en sus excesivamente optimistas expectativas de

8  Esto incluye tanto a organizaciones sociales como a las empresariales, buscando benefi-
cios como el que ha concedido el gobierno a los productores de caña, según los datos que
presenta Francesco Zaratti.
9  Véase: https://www.bbc.com/mundo/noticias-43235076
214 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

reducir la gigantesca influencia económica que China logró durante el re-


pliegue de EE. UU. en América Latina10.
El ministro boliviano de Economía reconoce que estos rápidos cambios
del entorno nos impactarán, pero confía en que “el mantenimiento de una
alta y creciente inversión pública y el dinamismo del mercado interno al-
canzarán para sortear la brecha”.
Si se toma en cuenta que algunos proyectos de inversión (el camino
por el TIPNIS, con 400 millones de dólares, por ejemplo) tienen períodos
tan prolongados de maduración que resultan simplemente imprevisibles,
otros, como el Chepete/Bala (que con 7.000 millones de dólares viene a ser
las estrella del programa electoral del MAS), están objetivamente inviabili-
zados11. Por ello quedan en pie las preguntas sobre si el plan de inversiones
crecerá realmente, o si la creciente brecha entre lo planeado y lo ejecuta-
do continuará ensanchándose, como ha pasado sistemáticamente en cada

10 Véase: https://elpais.com/internacional/2018/12/11/argentina/1544485462_147936 html.


La bravuconería, la ignorancia y el desparpajo de Trump pueden seguir caldeando la guerra
comercial con China, y también dar cuerpo a la posibilidad de un impeachment que sobre-
vuela su reinado desde el mismo día de su inicio, ya sea por sus escabrosas relaciones con
Rusia o por una admirable acumulación de actividades irregulares detectadas por la inves-
tigación del fiscal especial Mueller.
11  Lo que en principio carece de toda novedad es que desde la presidencia de Rousseff a la
de Temer no hubo una sola señal favorable para acoger el megaproyecto hidroeléctrico del
gobierno masista, por razones que expusimos en análisis previos, y que son básicamente:
i) la visión geopolítica prevaleciente en Brasil es, por principio, adversa a la compra de
energía que se genere lejos de sus fronteras; ii) la contracción económica interna y los malos
resultados financieros y ambientales de grandes hidroeléctricas —como Santo Antonio, que
bordea la quiebra— llevan a cancelar la acometida de nuevos megaproyectos hidroeléctricos
(incluso dentro de sus fronteras) y iii) el modelo de generación y distribución adoptado por
Brasil se basa en subastas abiertas y no admite, en principio, acuerdos intergubernamentales.
El arribo de Bolsonaro refuerza esas condiciones previas, y agrega la alergia que siente por el
gobierno boliviano, al punto de que, antes de hacerse cargo formalmente de la administración,
ha lanzado una sombra importante sobre el tren bioceánico. Con respecto a este tren, de
todas maneras, sus predecesores no establecieron ningún compromiso en firme, pese a la
propaganda interna que aquí circula. El giro más negativo que podría presentarse es que el
gobierno de Bolsonaro, consciente de la desesperación con que el régimen boliviano quiere
embarcarse en el megaproyecto Chepete/Bala, incluso sin contar con ningún compromiso
por parte de Brasil, aliente su avance mediante gestos y guiños, pero evitando la formalización
de cualquier compromiso, para disponer de una fuente adicional de 3.300 MW estimados de
potencia al precio que este país imponga, que necesariamente será de subvención a nuestro
gigantesco vecino. Los beneficios propagandísticos del régimen presidido por Morales
Ayma, y la seducción de inéditas cuotas de ilegales y beneficios colaterales podrían dar lugar
a que nos embarque en la más peligrosa aventura inscrita en la Agenda 2025.
Bolivia 2013-2021 215

gestión­y presupuesto. Y, principalmente, si el impacto del siguiente plan


de inversiones permitirá mitigar el gran déficit y generar crecimiento real,
y no simplemente estadístico, como lo esperan y argumentan los conduc-
tores de la política económica.
La red de gobiernos vecinos amigos ha terminado por disolverse. En su
lugar se está construyendo una muralla de vecinos suspicaces, cuando no
sencillamente hostiles, alimentada por la intrépida política internacional
propalada por el presidente Morales en persona, toda vez que alienta y res-
palda, solidaria e internacionalistamente, la represión abierta que ejercen
Maduro y Ortega. Con estas actitudes dice querer construir “la última fron-
tera” contra la oleada de gobiernos liberales, neoliberales, conservadores y
pronorteamericanos que están ganando elecciones en el continente.

Una agenda cada vez menos patriótica


y más impracticable
Dedicado a mostrar la completa ausencia de propuestas opositoras, más
allá de las reivindicaciones democráticas y las que ha generado el movi-
miento del 21F, el MAS parece olvidar que el avance de la economía mun-
dial con base a los cambios tecnológicos provenientes de la robótica, la na-
notecnología y la ingeniería genética, entre los más importantes, hace cada
vez más arcaica e impracticable su propuesta electoral de la Agenda 2025.
Sobre todo, en el contexto del cada vez más riguroso y acechante cambio
climático. Quedan completamente desfasadas sus concepciones e ideas so-
bre el rumbo en que debe encaminarse nuestra economía para no volver a
hundir en la pobreza a quienes la han superado en estos años, o a engrosar
rápidamente la cantidad de pobres y miserables, como está sucediendo en
Venezuela, Argentina o Brasil.
Ya ha quedado establecido que la presunta fortaleza del plan electoral
oficial se afinca en simplemente transcribir y hace aparecer como suyos los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de Naciones Unidas, que ex-
presan metas universalmente reconocidas para enfrentar la pobreza, incre-
mentar la educación y la salubridad, disminuir las desventajas que padecen
niñas y mujeres y cualquier otra forma de discriminación, enfrentar los
impactos del cambio climático, etcétera.
216 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

La verdadera esencia de la llamada agenda patriótica no es esa lista, a dis-


posición de todos los gobiernos y candidatos, sino la manera en cómo alcan-
zar esos objetivos. El MAS tiene una respuesta perfectamente definida que se
resume en mantener y profundizar la matriz productiva vigente; vender más
hidrocarburos y empezar a vender energía eléctrica a los vecinos, autoprocla-
mándonos centro energético continental; extender las áreas de exploración
y explotación minera, especialmente a cooperativistas, sacrificando reservas
naturales y bosques primarios; multiplicar por tres la deforestación actual
para producir más soya transgénica y, además ahora, biocombustibles.
El problema es que la claridad de sus objetivos colisiona con la realidad, ya
que llevar adelante un plan de desarrollo basado en las premisas del año 1940
(industrialización de materias primas, neocolonización de la Amazonía y el
Chaco) en un contexto de economía mundial del siglo XXI y en pleno avance
del más grave desequilibrio ecológico planetario, tiene más posibilidades de
estancarnos y retroceder, sin importar que el protagonista sea estatal.
Esperar que en 20 años más de extractivismo (cifra fijada por el vice)
acumulemos el capital que nos permita transitar a una economía del conoci-
miento es pedirle a la Historia y al mundo que se detengan para esperar los
resultados de una nueva variación del mismo ensayo, con diferentes libretos,
que estamos experimentando desde la época de la Revolución Nacional.

El club de los nuevos VIP y rutas hacia


la confrontación
Lo que no se han atrevido a pronosticar, y ni siquiera a mencionar, ni el
vice ni cualquier otro productor de narrativa gubernamental, es que el su-
jeto histórico que guiaría esta nave serían las nuevas burguesías de origen
popular, cuya acumulación originaria de capital ha sido favorecida por el
gobierno del proceso de cambio.
El presidente tampoco se refiere a este tema. En todo caso, responde a él
sin mayores aspavientos teóricos cuando descubre y proclama que los más
grandes y prósperos cocaleros ya no se dedicarían a cultivar coca, actividad
relegada ahora a los peones12.

12  Véase: https://www.paginasiete.bo/seguridad/2018/12/11/evo-el-cato-de-coca-del-chapare-ya-


es-para-peones-202803.html
Bolivia 2013-2021 217

Los empresarios cocaleros se dedicarían ahora, según Morales, al cul-


tivo de frutas, piscicultura y otras actividades (transporte, comercio y em-
presas constructoras, de las que no habla, pero que son bien conocidas en el
Chapare). La ampliación y diversificación de actividades de las burguesías
de origen popular, que proclama el presidente refiriéndose a su propio sec-
tor, podría tomarse como un augurio sobre la proyección de los resultados
que ha traído el proceso de cambio.
La verdad es que, incluso si resulta cierto que los cocaleros más prós-
peros han empezado a diversificar sus actividades y la inversión del capital
que han acumulado13, es muy difícil creer que eso los lleve a renunciar a sus
cultivos de coca (que, ciertamente han rebasado eso de un qhatu por fami-
lia). Lo más probable es que se inclinen a incrementarlos, comprándoselos
a (o alquilándolos de) otros colonizadores, por ejemplo. Y es que, a pesar de
su sincera decisión de diversificar sus inversiones, actividades y utilidades,
jamás se privarán de una fuente tan segura y rentable de ingresos, aunque a
la postre llegue a ser secundaria.
La acumulación de capital de las nuevas burguesías que encarna y repre-
senta el régimen corporativo del MAS es minúscula frente a las necesidades
del país de encarar sin demora el cambio de matriz productiva y energética,
así como la transformación de su infraestructura. Conseguirlo es imperati-
vo para sobrevivir y acumular resiliencia ante el drástico y acelerado avance
del cambio climático y la mutación de los mercados.
Pero no es su todavía incipiente poderío económico lo que inhibe a nue-
vos y viejos propietarios de capital, incluyendo a los que tienen ancestros
campesinos y populares, a ponerse a la cabeza de las transformaciones. Son
sus intereses, completamente amarrados a las caducas matrices y modelos
de desarrollo vigentes. Los intereses corporativos (es decir, intereses priva-
dos que sustentan ciertos grupos) tienen dificultades intrínsecas para en-
tender y asimilar los intereses comunes de la sociedad y, menos todavía, sus
nuevas necesidades y sus perspectivas de evolución.

13  Es altamente posible asumir que se presentan similares inclinaciones y oportunidades para
fracciones del bloque de poder corporativo sobre el que se sustenta el gobierno. Ya se ha visto
que grandes comerciantes populares, importadores de bienes de consumo de China, asenta-
dos desde los años sesenta en Cobija, están invirtiendo en propiedades ganaderas, mientras
que los cooperativistas mineros lo hacen, principal pero no únicamente, en el área inmobi-
liaria, tal como los grandes comerciantes populares en La Paz, Santa Cruz y otras ciudades.
218 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Hoy más que nunca queda claro que el futuro común de nuestra especie
requiere preservar y regenerar los recursos llamados renovables, cada vez
más escasos en el planeta. Las fuentes de vida (agua, oxígeno, biodiversi-
dad) deben ser la base de un modelo alternativo de desarrollo, asentado en
una gran producción de alimentos bajo un régimen de cultivos completa-
mente distinto al del agronegocio, ampliando la frontera agrícola en tierras
hoy desérticas e improductivas, pero en ningún caso con el sacrificio de
bosques (que es de lo que se trata el plan conjunto del MAS y la CAO). Se
debe tender a la producción de energías sustentables e impulsar un turismo
no depredador, entre otros.
En contraposición, viejas y nuevas elites y VIP multiplicarán sus esfuer-
zos para que nada se mueva, porque sus ganancias son incompatibles con
las inversiones y esfuerzos que requiere la transformación.
Esta defensa de intereses de los poderes económicos y políticos consti-
tuidos viene aunada a la necesidad de sus cúpulas políticas y económicas de
que no se esclarezca los mecanismos con que transfirieron recursos públicos
a sus bolsillos y cuentas, ni se rinda cuentas sobre ellos, blindando la impu-
nidad, que es el motor primario de la relección perpetua y a como dé lugar.
Hasta ahora esa estrategia ha sacrificado leyes, comenzando por la
Constitución, igual que derechos y garantías ciudadanas. Pero no se deten-
drá ahí; se encaminará a incrementar las cotas de choques violentos, como
lo prueba el refuerzo de dispositivos represivos, la movilización de bandas
parapoliciales y la intensificación de persecuciones judiciales14.
El gobierno todavía intenta que la situación no se descontrole, pero si le
toca dejar fuera de juego a candidatos opositores que le representen verda-
dero riesgo, apelando a maniobras ilegales —como iniciar, inventar o ace-
lerar juicios y sentencias—, está probado que no vacilará en hacerlo. Tam-
poco en aplicar mecanismos para desconocer la voluntad popular, como
ya lo ha hecho con el referendo de 2016, o desechando el mandato de los
votos nulos, que no daban margen para posesionar a autoridades judiciales
sometidas al arbitrio del Ejecutivo.

14  En este análisis de coyuntura y escenarios prospectivos se planteaba hace exactamente


un año que: “Con sus decisiones, el régimen está empujando a que la fuerza y su versión
más descarnada, la violencia, ocupen un plano cada vez más destacado cuando se trata de
dirimir conflictos sociales y políticos”.
Bolivia 2013-2021 219

La resistencia civil espontánea, expresada en este momento por un bas-


tante amorfo y muchas veces perplejo movimiento social que defiende los
resultados del 21F, podría contener las tendencias que nos arrastrarían a
reproducir experiencias al estilo de Nicaragua. Sin embargo, no alcanza
para dirimir batallas estratégicas. Tampoco basta, hasta ahora, para demo-
cratizar y cuestionar a los dirigentes que han puesto a las grandes organi-
zaciones sociales al servicio del régimen, al que rentan sus prestaciones,
cuando no se han fusionado directamente con sus mandos.
Pero, incluso con todas esas debilidades, se muestra mejor orientado
que los partidos y coaliciones, que tratan de cambiar el curso de los aconte-
cimientos pidiendo mediante cartas al TSE que rectifique sus actos, mien-
tras que en la movilización surgen iniciativas aisladas que apuntan a desco-
nocer a ese tribunal.
La movilización tendría que cobrar mucha más fuerza y presencia res-
pecto a sus niveles actuales para poder defenestrar al TSE e imponer un
nuevo mecanismo que permita contar con un árbitro electoral confiable e
imparcial. Si se llegase a tal situación —tan inimaginable en este momento
como parecía el año pasado la abrogación del Código Penal—, la propia
continuidad del TCP, como ente generador del golpe contra la Constitu-
ción y la democracia, podría quedar en entredicho. Y con ella, la efectiva
capacidad del régimen para torcer invariablemente la situación en su favor,
con el uso doloso de las instituciones que subyuga.
En el campo electoral asoma alguna candidatura que podría darle ba-
talla a la fórmula oficial, pero no emite señales de que sea capaz, o de que
esté interesada en forjar un programa y un proyecto de la calidad que las
circunstancias reclaman. Tampoco de poseer la comprensión histórica y
social necesaria para no convertirse en un endeble gobierno revocable, in-
clusive antes del plazo formal, víctima de la feroz oposición que hará el
MAS con sus dirigentes corporativos e incluso dentro del Estado, donde
dejará a una gran cantidad de sus cuadros en puestos clave.
La idea de que es suficiente ganar y mantener un gobierno de transición,
que recupere las libertades recortadas e institucionalice la justicia o la Po-
licía, es carta segura de derrota a la vuelta de las elecciones. La transición,
en los términos que prevalecen entre los opositores, está sesgada hacia la
noción de provisionalidad y de limitación de su propio horizonte.
220 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Para sobrepasar los planes del régimen e iniciar un avance democrático


sólido, así como un cambio de matriz productiva y modelo de desarrollo,
reformas radicales en la administración de justicia, educación y salud pú-
blicas —para mencionar las más urgentes e importantes—, es necesario
atraer y ganar al menos a la mitad del electorado que confió en el MAS en
2014, incluyendo ciertamente un fuerte respaldo campesino. Tarea difícil,
pero no imposible para una opción electoral que se desvincule de ataduras
señoriales y se interese genuinamente en buscar y lograr una representa-
ción popular profunda.
Si no se entiende la magnitud de las tareas a encarar, los mayores resul-
tados que puedan obtenerse no trascenderán el espacio de una frágil victo-
ria electoral, más endeble inclusive que la que podría lograr el MAS si per-
manece en el poder recurriendo a cualquier tipo de maniobra fraudulenta.
El costo de cualquiera de esos desenlaces implicará un duro castigo a los
más vulnerables, sumiéndonos en un período convulso y autodestructivo
de duración imprevisible.
El horizonte de gobiernos revocables en dos o tres años se impondrá si no
se estructura una fuerza capaz de comprender que las próximas elecciones,
cualquiera sea el resultado, marcan la decadencia del MAS, pero también
la de todo el sistema de representación política, tanto partidaria (vieja o
flamante) como sindical, corporativa o de cualquier otro organismo que
cumpla funciones, formales o informales, en ese espacio.

Diciembre de 2018
Aires de tormenta

Puede decirse que desde febrero último el régimen ha logrado, con poca
bulla y escaso esfuerzo, introducir un giro en la relación social de fuerzas
y en su tendencia central de evolución, de manera que vuelva a serle bene-
ficiosa. Habiendo dejado atrás la ansiedad de fin de año, encuentra tiempo
para hostigar a sus rivales, con diversas causas judiciales y en otros ámbitos.
En el panorama electoral, en tanto, el ya desvaído perfil de su principal re-
tador ha empalidecido, sumiéndose en una grieta de la que no será sencillo
resurgir.
La recuperación del MAS no debe atribuirse al oneroso juego que mon-
tó con las pseudoprimarias del 27 de enero, del que salió chasqueado, a
pesar de la inversión de fondos públicos para mostrar la figura de un imba-
tible gigante electoral y organizativo, que enseñó más bien sus flaquezas. En
esta oportunidad, como ha ocurrido continuamente, el partido dominante
logra mantener su posición gracias a la debilidad, incongruencias y contra-
dicciones de sus competidores partidarios
En la vereda de la seguridad y las páginas rojas, al revés que en la de la
política, la agitación ha alcanzado algunos picos electrizantes con el desta-
pe de nuevos ilícitos de altos jefes y oficiales de la Policía, probablemente
empeñados en competir con el ritmo de enriquecimiento de funcionarios
encargados de dotar tierras, autorizar licencias ambientales, aprobar con-
tratos de obras públicas o administrar justicia (si es que aún puede llamarse
así al funcionamiento del Órgano Judicial).
Todavía no sabemos si el encharcamiento de jefes y oficiales uniforma-
dos en el pantano de la corrupción repercutirá nítidamente en el espacio
político, pero es seguro que lo está haciendo en lo que toca al destape de

[221]
222 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

sordas pero furiosas pugnas del entorno presidencial más inmediato1, y a


torpes empeños oficialistas de pringar a sus opositores.

Resultados incómodos
El triunfalismo de los jefes del MAS batió marcas previas en los días previos
a las votaciones de partidos y coaliciones para ratificar ceremonialmente
sus binomios —puesto que en ningún caso compitieron candidaturas—.
La base de su alharaca era la amplia difusión de las cifras de afiliados2 (mal
calificados como militantes por partidos y medios) que le otorgaban aplas-
tante ventaja.
Con base a tales datos, en el último artículo de análisis, de diciembre
de 2018, señalaba que el mayor objetivo de la votación —sarcásticamente
bautizada como “elecciones primarias”— era exhibir una supremacía tan
aplastante que se difundiría como un presagio de la relación de votos en
las elecciones nacionales, a realizarse en octubre y, como bono adicional,
humillar a los partidos opositores, cuyos registros apenas bordeaban, en el
mejor de los casos, un 10% del casi millón de afiliados de los que presumía
el MAS.
Los partidos opositores, que entendieron tarde y secundaron atolondra-
damente la jugada oficialista, apenas atinaron a balbucear que convocarían
a no votar a sus bases, o haciéndolo en una proporción mínima. Ninguna

1  Las esperanzas silenciosas de algunos partidos opositores de que estos incidentes tengan
impacto directo sobre los resultados electorales carece de todo asidero, como se ha visto
aquí y en otros países. La acusación de “narcotraficante” es un arma arrojadiza empleada
con gran frecuencia y casi ninguna eficacia. Concretamente, en todo lo relacionado al largo
conflicto del TIPNIS, los sectores más conservadores esperaban que acusar al oficialismo
de que su estrategia de avasallar al TIPNIS territorial y políticamente tiene como objetivo
ampliar los cultivos de coca daría mayor impulso a la resistencia que las críticas basadas en
hechos como la agresión contra la naturaleza, la Constitución, los derechos y la autonomía
indígena.
2  La militancia, en términos prácticos y teóricos, entraña un nivel de afinidad ideológi-
ca, formación, organización y compromiso mucho mayor que el de quienes solo ratifican
su condición de votantes del partido y avanzan un paso más, registrándose en sus libros,
supuestamente públicos. En muchos países, incluyendo el nuestro, dicho registro suele es-
tar fuertemente asociado a la búsqueda de oportunidades de empleo público, con un costo
menor al que supone la militancia activa. Esta no supone incursionar, en lo absoluto, en las
categorías propias de partidos revolucionarios.
Bolivia 2013-2021 223

de esas fuerzas pudo exhibir la disciplina y coordinación necesarias para


salir airosamente de la celada urdida por el partido de gobierno.
Quienes cayeron en su trampa, sin apenas soñarlo, fueron el MAS y su
caudillo, porque el conteo rápido de votos la noche misma de la votación
exhibió que apenas cerca de un tercio de los llamados cumplieron con las
órdenes que impartieron los mandos partidarios para concurrir a las urnas,
so pena de drásticas penalizaciones.

Gráfico 1. Aprobación de candidaturas

1.500K

1.000K

500K

0K
MAS- 21F- CC- FPV- MNR- MTS- PAN- PDC- UCS-
IPSP- 5,56% 4,34% 3,50% 5,71% 4,33% BOL- 2,26% 2,93%
33,18% 1,95%

Militantes Votos válidos Votos nulos, blancos, ausentes

Fuente: diario La Razón, de 28 de enero de 2019.

La siguiente tabla muestra los resultados del conteo rápido, comunica-


dos oficialmente por el TSE la noche de la votación, con un 90% de actas
escrutadas.
Sin reponerse del todo de la desagradable sorpresa que supuso la muy
baja concurrencia de sus afiliados y los altos índices de nulos y blancos en
224 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

su votación interna, los “operadores” y estrategas del MAS “corrigieron” el


problema, logrando que en los días posteriores el porcentaje, sin explica-
ción congruente, matemática o estadística, ascendiese misteriosamente a
una cifra final que ronda el 45%, cuando, según el Tribunal Supremo Elec-
toral (TSE), el 35% que muestra el gráfico resultaba del 90% de las actas
computadas3
Esta experiencia electoral bajo el mando y responsabilidad del TSE
reviste mucha mayor importancia que el súbito salto de 10 puntos de la
participación de las huestes del MAS: demuestra la influencia y el control
decisivo que ejerce el Ejecutivo sobre el Órgano Electoral Plurinacional
(OEP), cuyas acciones lo encasillan como una dócil herramienta en manos
del Ejecutivo4.
Las renuncias y despidos de “59 profesionales, incluidos cinco directo-
res nacionales, genera una situación de seria preocupación”, según la carta
del vicepresidente del OEP, “filtrada” a los medios y publicada los días 26 y
27 de abril recién pasados.
El candidato Carlos Mesa reacciona afirmando que “la situación del or-
ganismo electoral empieza a preocuparlo” [el resaltado es nuestro) (Página
Siete, 27 de abril de 2018).

El silencio de los invisibles


El sigilo o prescindencia son la característica distintiva del candidato Mesa
frente a estentóreas y muchas veces dramáticas expresiones de descontento
de significativos sectores sociales. Tal derroche de precaución equivale a
una clara renuncia a convertirse en un canal adicional de expresión del
descontento, o de ser una referencia caracterizada por la comprensión o
solidaridad ante estos conflictos; se muestra más bien como una ausencia
metódica, demasiado parecida a la indiferencia o al desdén.

3  Véase: https://n9.cl/w46jn
4  Entre las más graves, la habilitación de la candidatura de Morales y García, con el
argumento de que el OEP carece de capacidad para salir en defensa de la CPE, y que sus
acciones solo son administrativas, como lo comentó/instruyó públicamente el vice. Otra,
negarse al censo de electores en las sedes extranjeras donde el MAS obtuvo menos votos.
Una que es materia para enjuiciar y destituir a todos los vocales: su completa pasividad ante
las 55.468 inscripciones falsas de afiliados de partidos. Véase: https://n9.cl/ngjs3
Bolivia 2013-2021 225

Ya se trate de la marcha del pueblo Qhara Qhara5, el avasallamiento de


parques y reservas naturales, la sonada protesta de madres de infantes afec-
tados por el cáncer, las de mujeres apaleadas por maridos en altas posicio-
nes en el mando estatal, de amplios y documentados informes que revelan
atrasos de años y pagos sospechosos a ejecutores de grandes obras viales
(Caranavi, Yucumo-San Borja, Ixiamas, entre muchas otras), corrupción
o subordinación judicial al gobierno, el binomio opositor más reputado
considera que no es necesario, o que le resultaría desventajoso, expresar el
menor reclamo sobre estas situaciones.
La marcha de los Qhara Qhara, por ejemplo, toca la médula del desa-
rrollo de crecientes contradicciones entre campesinos y colonizadores con
pueblos indígena, y desmonta la narrativa sobre el supuesto monolitismo
de la trinidad indígena originaria campesina (IOC).
Más allá de esa indiferencia o ineptitud para responder, la renuencia
de Comunidad Ciudadana (CC) para buscar un acuerdo o alianza con el
núcleo campesino dirigido por el exdirigente de la CSUTCB y triunfador
de las elecciones para gobernador en Chuquisaca en 2015, Damián
Condori,­deja entrever6 las serias dificultades de CC para entender la
importancia vital de que un nuevo gobierno sea representativo de una
coalición social, en la que campesinos e indígenas están claramente
representados. No solamente para ganar las elecciones sino, sobre todo,
para sostener la gobernabilidad en épocas que serán, para decirlo con
cautela, tormentosas.
El silencio es igualmente hermético (y unánime en el conjunto de la
oposición partidista, esta vez) ante las decisiones del gobierno para acelerar

5  Véase: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=252893
6  Algunas preguntas que sugiere este pasaje que determinó el alejamiento de la agrupación
de Condori, quien al retirarse afirmó que no buscaría más aliarse con CC: i) ¿no está his-
tórica, sociológica y políticamente demostrado que los movimientos y partidos capaces de
realizar modificaciones sustanciales y dejar su huella han conseguido alianzas sólidas con
campesinos e indígenas?; ii) el caso de Condori —que estuvo preso por el caso del Fondo
Campesino, pese a que devolvió los Bs 6 millones que se transfirieron a su cuenta para que
los asigne a “proyectos”— ¿no genera, acaso, una oportunidad muy importante para volver
a debatir, bajo nuevas luces, uno de los peores casos de corrupción gubernamental y demos-
trar la completa impunidad que lo caracteriza?; iii) si la ruptura con Condori obedece al de-
seo de proyectar una imagen ajena a la corrupción, ¿cómo se entiende el trato diferenciado
ante las acusaciones que el oficialismo esgrime contra Sol.bo?
226 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

desmontes y ampliar la frontera agrícola con el fin de multiplicar los cul-


tivos destinados a la fabricación de biodiesel. O ante la autorización para
introducir nuevas variedades de soja transgénica —nuevas, porque casi
toda la que existe en el país es genéticamente modificada (OGM), burlando
prescripciones de la Constitución y de las leyes—.
Tales “omisiones” exhiben, sin apelación posible, la predisposición de
todos los opositores a no confrontarse con los grupos de poder, que son
aliados económicos del gobierno, pese a sus desavenencias y a su enfrenta-
miento político.
Cuando no callan, algunos representantes opositores se embarcan en
acciones tales como pedirle a ese paladín de la democracia, la justicia y
los derechos humanos —como consideran al actual presidente estadouni-
dense— que interceda o intervenga en la resolución de la arbitrariedad e
ilegalidad de la participación del binomio que preside nuestro país en las
elecciones próximas, dándole munición para que este vuelva a presentarse
como defensor de la soberanía nacional.
Hay pruebas abundantes de que el maximalismo suele conducir a de-
rrotas aplastantes, igual que el minimalismo titubeante, y más todavía, la
simple desaparición de la escena, que es la situación actual que se cierne
sobre los partidos opositores. Su ausencia de batallas democráticas indis-
pensables —como debiera ser una contestación intensa y permanente al
TSE, como árbitro completamente inhabilitado de las próximas elecciones,
o al TCP como garante de la Constitución— está asfaltando el camino para
un triunfo del régimen.
La capacidad de ponerse al frente del debate y convocar a la moviliza-
ción por estas cuestiones elementales no garantiza que vayan a alcanzar sus
objetivos. Sin embargo, la estrategia de hacerlo, aun cuando solo supongan
cuestionamientos parciales y de sentido simbólico, es ineludible para crear
condiciones que templen e incrementen la confianza en las fuerzas propias,
alienten a los espectadores a interesarse y tomar posición, a generar espa-
cios donde concurran y se canalicen las múltiples protestas y se favorezca
la consolidación y el avance de las tendencias sociales de carácter democrá-
tico y aspiraciones de cambio.
Bolivia 2013-2021 227

El romance de las encuestas y el santuario económico


Los costos de callar y desaparecer muestran su impacto en el cambio de
tendencia que se observa en los sondeos y estudios sobre intención de voto.
Lo interesante al respecto es que hoy, en nuestro país, las guerras de encues-
tas que habitualmente se presentan en épocas preelectorales han sido susti-
tuidas, desde inicios de este año, por una singular danza de convergencias
y armonías entre estas.
Las cifras varían, según quién y cómo realiza los estudios, pero el punto
de encuentro entre prácticamente las más importantes es una clara recupe-
ración del MAS y un retroceso de la oposición.
La mencionada al principio de este documento7 vaticina que Juan Evo
Morales Ayma ganará en primera vuelta con casi diez puntos de venta-
ja sobre el siguiente candidato (Carlos Mesa, de CC). La de Mercados y
Muestras le otorga el 37% a Morales, Ipsos le asigna un 34%, y ambas, 28%
a Mesa.
Las dos últimas encuestas de Mercados y Muestras, que estuvieron re-
gistrando previamente que CC ganaría, de todas maneras, en una segunda
vuelta, apuntan ahora una caída de seis puntos del candidato de esa tienda
en su intención de voto para la primera vuelta. La última de estas encuestas
fija en solo cinco puntos su posible ventaja en una segunda ronda (véase
Página Siete” del 28 de abril).
Con todo el sesgo8 del trabajo del Centro Estratégico de Geopolítica
(CELAG), con su metodología de “preguntas dirigidas” –y que es más bien
de respuestas inducidas—, este contiene datos referidos a la “Situación na-
cional y personal” (páginas 6 a la 10) y la de “Metas personales” (12 a la 15),

7  El informe completo de la encuesta realizada por esta ONG, afín a los gobiernos del ALBA
y al partido español PODEMOS, se encuentra en: https://n9.cl/8nhbz
8  Se la encuentra en: https://n9.cl/dzw4z Las señales de tal sesgo se observan, por ejemplo,
en la “Intención de voto: primera vuelta” (21), que pregunta ¿por quién votaría con
mayor probabilidad para presidente de Bolivia en las elecciones de octubre de 2019? Esa
formulación mezcla dos interrogantes de naturaleza muy diferente: i) por quién se piensa
votar y ii) quién supone el entrevistado que tiene mayores posibilidades de ganar (justa
y correctamente o no). La “Proyección de segunda vuelta” (misma página) rompe con la
lógica y la congruencia metodológica al “proyectar” votaciones para todos los binomios, en
una ronda donde solo serán dos los competidores. En vez de preguntar, los responsables del
trabajo prefieren “proyectar”.
228 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

que resultan interesantes. Así, la evaluación positiva para el régimen (desde


“regular bien”, un tercio del total, a “muy bien”, totaliza prácticamente un
65%, y llega al 80% si se le aumenta el 15% de “regular mal”.
Aún si las cifras están infladas, queda de manifiesto que el apoyo al go-
bierno radica en que parte importante de la población mantiene la confian-
za en su gestión económica. Aparentemente, el gran público no muestra
hasta ahora señales de impacto o inquietud por las malas noticias sobre
exportaciones, reservas monetarias o déficits persistentes. Esto se reforza-
ría, según el estudio del CELAG, por una sensación muy generalizada de
movilidad social ascendente, que se concentra en la clase alta (57,7%) y en
la media alta (53,3%).
La clave que puede unir y explicar los puentes entre visiones y deseos
que muestran las encuestas, según las necesidades e intereses de los que
las diseñan e interpretan, es que la mayor fortaleza del régimen continúa
siendo su política económica, debido a que sigue infundiendo certeza, o
ilusiones, de que se mantendrá un equilibrio que contrasta cada día más,
con las noticias de desastres, desajustes o incertidumbres de varios vecinos
y de otros no tan vecinos.
Los fervientes deseos, ampliamente compartidos entre extensos y diver-
sos grupos sociales, consisten en no toparse con desastres económicos a la
vuelta de la esquina y, sobre todo, con un clima de incertidumbre. Por ello
siguen protegiendo la gestión del MAS; incluso grupos empresariales que,
pese a su descontento con varias decisiones gubernamentales y a sus propios
pronósticos del porvenir económico próximo, temen más a lo desconocido.

El pragmatismo y los vaticinios de las elites


económicas
Los grupos empresariales más fuertes y experimentados entienden que,
tomando en consideración todo lo que se juega en los meses previos a las
elecciones, pueden obtener más ventajas que en el pasado. No se trata de
intuición, sino de la evidencia dura que representan las importantes conce-
siones que ha obtenido el agronegocio con los agrocombustibles, la legali-
zación formal del uso de OGM y los agrotóxicos, igual que la flexibilización
de las normas ambientales, la extensión de la amnistía fiscal, etcétera.
Bolivia 2013-2021 229

Por eso no aflojan la presión, que exige incorporar más semillas trans-
génicas (sorgo, maíz, algodón) a lo que llaman engañosamente “uso de la
biotecnología”, así como la liberación de exportaciones, junto con sus duras
denuncias sobre la lentitud con que YPFB recibe y compra el etanol, o la
vacilación de sus políticas para que las mezclas con etanol vayan arrinco-
nando el uso de la gasolina corriente.
Pese a todas las ventajas que les otorga el régimen, el pronóstico de sus
expertos sobre el porvenir económico cercano es áspero con el gobierno,
como se muestra en los siguientes párrafos:
La política fiscal muestra rendimientos decrecientes. A mayor déficit
fiscal menor crecimiento real en términos relativos. La deuda pública
está creciendo más rápido que el PIB. Mientras que en 2014 se reque-
rían 60 centavos por cada Bs que aumentó el PIB en términos reales,
en 2017 se necesitaron casi 2 Bs. [A ello] se suman los menores ingre-
sos externos y fiscales relacionados con la exportación de gas.
La ineficiencia del gasto público en Bolivia alcanza al 6.3% del PIB,
solo por debajo de Argentina (7.2%) y El Salvador (6.5%), mientras
que el promedio para América Latina y el Caribe asciende a 4.4%
del PIB.
El gasto fiscal escaló de 35% del PIB a 55% del PIB entre 1990 y
2014, (debido principalmente al) gasto en compras públicas, que se
duplicó, subió de 17% a 36% del PIB.
La economía boliviana se ha debilitado. Se crece menos y con un
costo fiscal cada vez mayor; los rendimientos del gasto y la inver-
sión pública son decrecientes. Los indicadores muestran […] ries-
gos potenciales para la estabilidad macroeconómica. También […]
que la disminución de la pobreza y la desigualdad se ha detenido.
Bolivia vive todavía la inercia de un modelo económico receptor de
ingresos extraordinarios, pero ahora, habiendo cambiado el ciclo
económico, tiene cada vez más dificultades para mantener el dina-
mismo económico y evitar que los desajustes de la política fiscal se
acumulen y erosionen la estabilidad económica y social y compro-
metan el crecimiento futuro9.

9  Las citas están contenidas en el “Análisis de Coyuntura” de la Fundación Milenio. Véase:


https://fundacion-milenio.org/coy-422-problemas-y-retos-de-la-economia-boliviana/ Esta
230 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Si el predominante optimismo colectivo que dice detectar el CELAG


puede ser exagerado (teniendo en cuenta la conflictividad social), es fácil
percibir que la sensación térmica prevaleciente, en concreto sobre lo econó-
mico, no está en consonancia con el denso pesimismo del documento de la
Fundación Milenio.
Los hechos que presenta su informe de coyuntura provienen de fuentes
oficiales, pero su mensaje tiene dificultades en calar socialmente, porque sus
críticas y tendencia de pronósticos catastrofistas se han estado repitiendo, sin
mayores cambios, desde el mismo inicio mismo de este gobierno en 2006.
La gran diferencia radica ahora en que las fuentes de ingreso han mer-
mado realmente, y no hay alternativas visibles que las reemplacen. Las
empresas creadas para sustituir ingresos funcionan muy por debajo de su
capacidad instalada y los réditos esperados no aparecen. En su lugar, pre-
dominan las deudas y obligaciones de pagarlas, y las vías de despilfarro y
fuga de los recursos colectivos se mantienen y se ensanchan.
Por todo ello, el choque entre la realidad económica y las promesas ofi-
ciales, aunque todavía no inminente, empezará a manifestarse poco des-
pués de las elecciones. Las fuentes más explosivas de conflicto tienen hoy
otras vertientes.

La quiebra de los “aparatos del orden” y los intentos


de reparar los daños
Autores tan dispares como Weber o Poulantzas coinciden, desde ópticas y
nomenclaturas muy diferenciadas, en que la función general del Estado es
la preservación del orden; esto, a partir de que el Estado ejerce la violencia
legítima mediante el monopolio del uso de la fuerza, para impedir que la
explosión de contradicciones sociales se generalice. La Policía es habitual-
mente la principal encargada de ejercer esa función.
Entre los síntomas más claros de la crisis de Estado que vivió el antiguo
régimen, vigente por medio siglo, hasta implosionar en 2005, ocuparon un

ONG nació durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada y se mantuvo estrechamente


asociada a él. En la actualidad sus principales analistas son asesores directos o referentes
intelectuales de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia.
Bolivia 2013-2021 231

destacado lugar la corrupción, la ingobernabilidad y la insubordinación


policial.
Esta situación no experimentó cambios profundos, inclusive cuando
hace más de cinco años el presidente Morales Ayma dio un ultimátum a la
Policía para que se transforme a fondo en un plazo máximo de tres meses.
Las reformas con que este gobierno ha intentado cambiar la realidad poli-
cial han caído, una tras otra, en los más decepcionantes fracasos. Sus únicas
consecuencias perceptibles son que fracciones internas se imponen sobre
otras, o la manera en que infidencias, solicitadas o no por algunos altos
miembros del gobierno contra alguno de sus colegas, generan escándalos y,
más raramente, alguna modificación del gabinete.
La constante es que el régimen de la “revolución democrática y cultural”
mantiene e incrementa el control y el uso partidario de la Policía. Heredó
esta práctica de sus antecesores, pero la ha elevado al paroxismo.
La seguidilla de descubrimientos de delitos metódicamente cultivados
por gran parte, o por todas las cúpulas policiales, se ha hecho más frecuente
y se ha acelerado hasta el vértigo. En lo que va del año parece haberse igua-
lado la cuota del año pasado, en un menú que incluye cobros y exacciones a
los aspirantes a ingresar a la Academia de Oficiales, múltiples modalidades
de tolerancia, complicidad y directa participación en actividades de fabri-
cación, distribución, exportación y comercialización de cocaína, cobros y
chantajes en el manejo de ascensos y destinos y mucho más.
El destape de una sólida alianza de algunos oficiales policiales mima-
dos por el gobierno y, en consecuencia, “atornillados” en sus puestos, deja
completamente mal parado al Ministerio de Gobierno y a figuras clave del
régimen10.
Se vive nuevamente una situación tan incómoda para el gobierno como
la que se dio cuando el general René Sanabria fue capturado en 2011 en una
acción conjunta de las policías de Chile y de Panamá11. En realidad, es algo
peor, porque comprueba que no se logró mayores cambios en ocho años,
en los que buena parte de los comandantes generales de la institución están
presos o procesados.

10  Véase: https://n9.cl/0wvow; https://n9.cl/ftn20; https://n9.cl/dydnu0; https://n9.cl/h24h7


11  Véase: https://n9.cl/7c4dl
232 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

La intención de extender los daños que ha supuesto el apresamiento del


jefe de la Fuerza Especial Contra el Crimen (FELCC) de Santa Cruz y varias
de sus conexiones, desvelando escandalosa y teatralmente que Carlos Mesa
le vendió en 2009 un inmueble a un allegado del coronel Medina, termina
volcándose contra la maniobra de la diputada oficialista denunciante, co-
nocida difamadora de figuras incómodas.
Si en 2009 el hoy jefe policial imputado ya había incursionado en acti-
vidades criminales, es decir, tres años después de instaurado el gobierno de
Morales, y durante diez tiene una carrera de continuo encumbramiento,
el problema es del régimen que lo estuvo promocionando y amparando12.
Todo lo que pueda considerarse circunstancial o anecdótico en la Poli-
cía no debe inducir a perder de vista el panorama general, que indica una
lesión gravísima en uno de los sustentos más importantes del funciona-
miento y la autoridad estatal.
Si esto se conecta con el descrédito total de la administración de justi-
cia y del TCP y la crisis del TSE, estamos ante una situación de imparable
deslegitimación, que intenta sostenerse apenas erogando fortunas en pro-
paganda y razzias de intimidación selectiva y ampliada.
La completa pérdida de entusiasmo de los afiliados del oficialismo para
simplemente caminar unas cuadras o kilómetros para votar por su binomio
electoral (en las “primarias”), o la atrevida transgresión que se manifiesta
en votos blancos y nulos (en esa misma votación), es una pequeña, pero
muy profunda y significativa muestra de disolución de la hegemonía y de
una desmoralización interna de proporciones.
La jefatura masista —aunque quizás no el máximo caudillo, adormeci-
do por el murmullo de los aduladores— llega a captar el peligro y arriesga
fuertes y desesperadas apuestas para amortiguar los efectos.
La aprobación de un Sistema Único de Salud (SUS) —deseado, necesi-
tado y reclamado por la mayoría de la población, que carece de cobertura
sanitaria— pone de manifiesto el amplio consenso respecto a que ponerlo

12  Se trata de un verdadero regalo para Mesa, que lo necesita urgentemente en esta su fase
de invisibilidad, dado que desnuda la baja calidad y sustentabilidad de las acusaciones ofi-
ciales en su contra.
Bolivia 2013-2021 233

en pie y mantenerlo en el tiempo requiere una arquitectura institucional y


un cambio consistente de la priorización de la inversión y el gasto público.
Tal orientación está divorciada del proyecto gubernamental, que utiliza al
SUS como una promesa de seguro universal, inalcanzable en los términos
previstos y manejados por el gobierno13.
Por si falla el plan de convencer que con un aporte pequeño se podrá
atender un océano de necesidades, el ingenio oficial descubre periódica-
mente “mares de gas”14, como estuvo prometiendo por más de un año con
la perforación del pozo ultraprofundo Boyuy X2.

Un trimestre feroz
Es posible que el lapso entre julio y octubre próximos nos lleve a situacio-
nes desconocidas por la dureza de choques y el despliegue de violencia
simbólica y verbal.
Si las cosas se quedaran congeladas en el punto en que nos encontra-
mos, para el MAS sería relativamente fácil conseguir los puntos que le fal-
tan para ganar en primera ronda (especialmente con la ayuda del TSE y
teniendo como guardaespaldas al TCP).
Pero, por lo menos desde el espacio social, las posibilidades de que el
inmovilismo se extienda parecen completamente remotas. Cada conflicto
reivindicativo —y con mayor razón si se conecta de alguna forma con re-
clamos democráticos— profundizará el desgaste que afecta al Estado.
Aportarán lo suyo los reclamos corporativos, ya sea del campo popular
o del empresarial, y cada uno de ellos sumado a los anteriores diluirá con
cierta facilidad la recuperación o el avance de la intención favorable votos
para el MAS.
Pero si el principal retador electoral del MAS decide mantener su es-
tado cuasi catatónico, nada detendrá el triunfo oficialista. Tampoco hay
posibilidades de que, cerca de las elecciones, los demás candidatos logren
un milagro.

13  Véase el resumen del plan de los médicos colegiados en: https://n9.cl/uolyt
14  Véase: http://190.129.90.36/cambio3/?q=node/62897
234 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Hay que contar con que, inclusive con la más rápida y ágil reacción, un
eventual triunfo de CC no subsanará fácilmente sus debilidades congénitas
respecto a su comprensión del país, ni a al origen, naturaleza, composición
y estilo de la coalición política que impulsa su candidatura.
Por lo tanto, ya sea que ascienda un nuevo y débil equipo de gobierno,
o que el MAS, por las malas o por las buenas, se quede controlando el Es-
tado, el agotamiento de su modelo lo conduce, igual que a sus eventuales
reemplazantes, a enfrentar turbulencias extraordinarias a poco de iniciado
el período constitucional 2020-2025.

Abril de 2019
Incendio de bosques
y de descontento social

El boletín de análisis de abril preveía que el siguiente cuatrimestre (es decir,


el que concluye el 31 de agosto) sería “feroz” debido a las pugnas electorales,
el avivamiento de demandas sociales y los choques internos en el MAS. Pero
no sospechaba que la situación se caldearía al grado al que ha escalado por
causas ajenas a los afanes y maniobras de los actores y sujetos habituales.
La guerra de encuestas, el desbocamiento de la corrupción policial, las
nuevas tramas chuecas en todos los altos tribunales, las presiones corpora-
tivistas, incluyendo los afanes gubernamentales por satisfacerlas o calmar-
las, y las ofrendas militares de lealtad no han dejado de intensificarse.
Con todo, cualquier pronóstico empalidece ante el desastre ambiental
que suponen los megaincendios que no dan tregua y que, por el contrario,
se disparan, mostrando un significativo potencial de afectar la correlación
política de fuerzas, la jerarquía de cuestiones que capturan la atención pú-
blica y, eventualmente, las tendencias electorales.

Praderas y bosques en llamas


No exactamente la llanura, sino más bien la superficie ondulada donde
predomina el bosque seco de la Chiquitanía, empezó a arder incontenible-
mente desde antes de julio. Pasa lo mismo en la Amazonía, el Pantanal y el
Chaco.
Los hechos han demostrado que no existía la menor probabilidad de
que el Estado respondiera oportuna y eficazmente. Este Estado y sus con-
trahechas reformas arrastran una sólida y muy estable tradición de prescin-
dencia ante estos problemas. Además, esta respuesta estaba destinada a ser

[235]
236 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

menos eficiente, si cabe, en año electoral y de consolidación de los lazos y


compromisos, cada día más íntimos, entre el poder político y los capitales
transnacionales que alientan y favorecen los agronegocios1.
Este sector dominante, objetiva e incuestionablemente favorecido por
la extensión de los incendios, ha actuado como un socio privilegiado de
la estrategia sectorial del gobierno para extender las fronteras agrícola y
ganadera2.
La firma del D. S. 3793 —que autoriza la tala y quema de tierras pri-
vadas y comunitarias— el pasado 9 de julio en sede de la Asociación de
Ganaderos de Trinidad, Beni, sella y rubrica el conjunto de pasos que han
ido acercando al régimen con la franja más activa y agresiva de la burguesía
aliada al capital transnacional. Sus avances previos han sido la autorización
e impulso de la siembra de grandes extensiones de soja y otros cultivos para
producir etanol.
El trabajo constante y minucioso de operadores, como el ministro Ro-
mero y el vicepresidente en persona —que ha cultivado una relación con-
tinua y vigorosa con representantes de los agroexportadores y ganaderos
mediante visitas asiduas a Santa Cruz—, ha rendido resultados remarcables
que empezaron a manifestarse hace años3, principalmente a través de la

1  Al respecto, el especialista Carlos Guzmán Vedia opina que “Los incendios, que arrasaron
con 500 mil hectáreas en la Chiquitanía, son consecuencia de la política de expansión agrícola
que promueve el gobierno y los agroindustriales, ambos sometidos a la agenda global que
imponen las empresas transnacionales de la alimentación y agrotóxicos, cerca del 60% del
negocio de semillas transgénicas e insumos químicos en el mundo.” Véase el artículo com-
pleto se halla en el suplemento “Ideas” del matutino Página Siete del 25 de agosto de 2019.
2  Tanto es así, que en Brasil se ha descubierto una trama entre grandes ganaderos y
mercenarios (grileros) que han iniciado quemas a una tarifa de 243.000 dólares por cada
mil hectáreas calcinadas, comenzando el llamado dia do fogo (día del fuego). Véase:
https://revistagloborural.globo.com/Noticias/noticia/2019/08/grupo-usou-whatsapp-para-
convocar-dia-do-fogo-no-para.html
3  Un recuento preliminar de las cesiones y concesiones legales y reglamentarias está
contenido en el informe del periodista Cándido Tancara, donde se señalan, entre las
principales: i) la Ley 337, de Apoyo a la Producción de Alimentos y Restitución de Bosques; ii)
la Ley 741, “que autoriza el desmonte para pequeñas propiedades para actividades agrícolas
y pecuarias”; iii) el 15 de septiembre del año pasado, el presidente aprobó la Ley 1098, de
Aditivos de Origen Vegetal, para que Bolivia “ingrese en la era del etanol” y la producción de
biocombustibles; iv) el D. S. 3973, que autoriza los desmontes para incrementar la frontera
agrícola destinada a las actividades orientadas a la ganadería y agricultura, en Santa Cruz y
Beni. Véase el artículo completo en: https://n9.cl/peyx5
Bolivia 2013-2021 237

conversión de hostilidades entre el gobierno nacional-popular y la oligar-


quía asentada en el oriente en entendimiento, proximidad y colaboración4.
La seguridad que confiere al gobierno el haber sellado alianzas con un
sector que, teóricamente al menos5, podría contribuir a superar los baches
de la caída de ingresos por exportaciones, junto con las prácticas habituales
de la militancia masista, han dado lugar, durante la tercera semana de agos-
to, a la indiferencia y altanería derrochada por los máximos ejecutivos del
MAS ante las novedades del incendio.
Así dejó traslucir la actitud del jefe de Estado, cuando, a su regreso de
la inspección aérea que hizo sobre la zona de Roboré, rechazó terminante-
mente la posibilidad de aceptar cualquier ayuda externa para enfrentar el
desastre. “Estamos preparados”, afirmó (¡!). Lo mismo cuando defendió y
justificó las quemas, al aseverar que las familias pobres de agricultores no
pueden prescindir de ellas, o al calificar uno de sus parlamentarios como
“ley bendita” la legislación que autoriza las quemas y talas6.
Antes de que transcurra una semana, debieron recular ante la indignación
popular, que se avivó cuando circularon las dramáticas expresiones de cólera
y desesperación de pobladores de la Chiquitanía al reavivarse las llamas y
ante los mezquinos esfuerzos gubernamentales para enfrentar la crisis.
La completa concentración del MAS y la plana superior de gobierno en
la campaña y los aprestos electorales ha influido para que su respuesta sea
más lenta y torpe que lo esperado. Sumidos en esa dinámica, para quienes
defienden sus puestos y, en gran medida, sus ingresos y estilo de vida en la
cita de octubre, es difícil concebir algo más importante y apetitoso que las
cifras estadísticas, los cotilleos, la movilización y los gastos que suponen las
elecciones.
Adormecida, o más bien enterrada, la retórica ecologista que les ayudó
a acceder al gobierno y controlar el poder, hoy destilan desprecio contra
quienes les echan en cara el abandono de todas sus promesas, convertidas

4  Véase: https://n9.cl/4v5np; https://n9.cl/ggigr


5  En una proporción muy escuálida, ciertamente, dada su real y escueta productividad.
6  Un parlamentario masista llamó “benditas” a las normas prochaqueo y proquema, mien-
tras que el gobernador del Beni las ha defendido a capa y espada, igual que representantes
de la asociación de ganaderos de Santa Cruz, FEGASACRUZ.
238 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

en leyes incumplidas y atropelladas continuamente, no solo por el gobierno


central, sino prácticamente por todas las instituciones estatales, incluyendo
las que están en manos de opositores.
La parálisis opositora ha impedido que ninguna de sus expresiones haya
desplegado la sensibilidad, agilidad e iniciativa necesarias para responder
a lo que podría convertirse en el más serio flanco electoral del oficialismo.
Se entiende que el exgerente de la CAO y exejecutivo de CAINCO, ac-
tualmente a la cabeza de la fórmula Bolivia dijo No (BDN), sea más bien
reticente a protagonizar una ofensiva sobre el tema. Son menos fáciles de
entender las razones que hacen que Comunidad Ciudadana (CC) no se
aplique al máximo en una poderosa contraofensiva que enfrente y revierta
la persecución que sufren importantes dirigentes de esa coalición7.
La duración e intensidad de las quemas está comenzando a afectar la
campaña electoral oficialista, que desde la última semana de agosto des-
pliega una gran ofensiva mediática sobre el tema, pero sin deshacerse de la
torpeza y rispidez de sus mensajes. Esto podría contribuir a que la situación
marque una inflexión en las tendencias de intención de voto observadas
hasta este mes de agosto.
Por encima de si se produce esa alteración, asoman las señales de que
ciertas franjas de la población, predominantemente jóvenes (más proba-
blemente los que tienen entre 18 a 25 años) y urbanas, están desplegando
reacciones de repudio hacia las autoridades y, en general hacia los políticos
profesionales, al observar su irresponsabilidad y desidia respecto a la natu-
raleza. Dichas manifestaciones no se producían desde la IX Marcha Indíge-
na, en 2013, y deben tomarse como expresión de una nueva actitud frente
al cambio climático, que tiene posibilidades de politizarse e irse asentando
en la conciencia y la memoria colectivas.

7  Hasta ahora, las ocasiones en que CC ha salido al ruedo a través de su principal candidato
son casi exclusivamente aquellas en que Carlos Mesa ha sido directa y personalmente
agraviado, o amenazado por el MAS y el gobierno. CC ha emitido un pronunciamiento
sobre los incendios, pero muy lejos de lo que la situación amerita, aunque CC es la opción
electoral cuyo programa se ocupa más y presenta un mayor número de ofertas sobre el
medio ambiente. La falta de congruencia entre esa plataforma programática y acciones e
iniciativas concretas da pie para que algunas de las más agresivas críticas a su programa
provengan no del gobierno, sino de particulares que se definen como opositores del MAS y
eventuales votantes de CC. Véase: https://n9.cl/l7co5
Bolivia 2013-2021 239

Más allá de la estupidez o la maldad


Ya no hay manera de ocultar o negar el viraje que ha conducido al gobierno
a adoptar como propias las más importantes reivindicaciones y demandas
de los exportadores de soya y otras oleaginosas y de los ganaderos más
poderosos.
La disminución de los precios y volúmenes de exportación del gas na-
tural y, en segundo lugar, de los minerales, ha tenido en la coyuntura una
significativa influencia para determinar dicho cambio. Sin embargo, sería
completamente engañoso cerrar los ojos al hecho de que después de la de-
rrota de la ofensiva prefectural-empresarial de 2008, con la ejecución del
húngaro-boliviano Rozsá Flores y sus compañeros8, gran parte de la cúpula
empresarial, y en particular la de los agronegocios, decidió cambiar de es-
trategia y reencaminar sus relaciones con el gobierno.
La clave de esa operación fueron las coincidencias centrales entre ese
poderoso sector económico y los miles de pequeños y medianos produc-
tores de soya y otras oleaginosas, que son parte de la ola de colonizadores
originarios de la zona andina (o sus inmediatos descendientes) que se asen-
taron en las tierras bajas del este y el Gran Norte Integrado de Santa Cruz,
desde la época de la reforma agraria y aún antes.
Estos agricultores, en su mayoría descendientes de migrantes campesi-
nos, principalmente potosinos, que abandonaron su territorio nativo entre
las décadas de 1950 y 1960, encontraron, gracias a un denodado y muy
sacrificado empeño, primero un nicho en la producción de la caña y luego
de la soya. Ambos productos recibieron un fuerte impulso de empresas
agrícolas y del Estado. El auge de estos productos significó una ventana de
ascenso social y una fuente de prosperidad para un grupo no desdeñable
de estos agricultores9.
De modo que comparten prácticamente los mismos intereses con las
grandes corporaciones del rubro. Por eso, exigen conjunta y solidariamente
que el Estado derribe todas las barreras para el uso de semillas transgénicas

8  En Wikipedia se encuentra una reconstrucción esquemática de esos sucesos: https://n9.cl/


jz9em
9  Unas 11.500 familias, según la Cámara Agropecuaria de Oriente (CAO). Véase: http://
agronegocios.com.bo/cao-realidad-de-la-produccion-y-exportacion-de-soya-en-bolivia/
240 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

y el paquete tecnológico de agrotóxicos que las acompaña. También son


entusiastas propulsores y ejecutores de la ampliación de las fronteras agrí-
cola y ganadera.
Tal entusiasmo se justifica, primero, porque el avance de la frontera les
permite combinar sus ingresos agrícolas con un impulso extraordinario
al mercado de tierra: los nuevos chacos talados y quemados se venden
o alquilan, al final de una enmarañada red de participantes, a inversores
extranjeros: brasileños, argentinos, colombianos, menonitas, etc. Es una
práctica que comparten “democráticamente” los soyeros, independiente-
mente de su tamaño y origen geográfico o étnico10.
La concurrencia de estos intereses, que han terminado por hacerse he-
gemónicos en el bloque de poder que controla al régimen, está en el centro
de las explicaciones de por qué y cómo se han impuesto sobre otros com-
ponentes del conjunto corporativo del que depende su fuerza y su convo-
catoria.
No por ello dejan de ser menos patéticos los esfuerzos de quienes com-
ponen el núcleo de emisión ideológica y construcción de relatos sustenta-
dores de la hegemonía, como se ve en los esfuerzos realizados por el vice
García y el ministro J. R. Quintana, que se aliaron para impulsar, en los
años de la VIII Marcha Indígena, la idea de que la resistencia al camino por
el núcleo del TIPNIS provenía de ganaderos y madereros (los dos sectores
más ávidos de caminos y carreteras) y el “heroico” esfuerzo del vice para
demostrar ahora que en Bolivia la relación entre árboles y habitantes es
superavitaria en favor de los primeros11.
El acuerdo entre las franjas más prósperas de colonizadores y excoloni-
zadores —que controlan las organizaciones de cocaleros (quienes preten-
den convertirse en soyeros y ganaderos en el TIPNIS, por ejemplo) y pe-
queños productores de soya— y la burguesía agroexportadora, es la fuerza

10  Algunas referencias importantes pueden hallarse en: https://n9.cl/4hah2; https://n9.cl/


ezegl; https://n9.cl/b2uq0
11  La comparación que hizo entre Bolivia y dos países europeos, en su discurso del 6 de
agosto de este año, prescinde de la indispensable referencia a la densidad poblacional de
cada país, a la enorme asimetría de superficies, a la latitud geográfica y, especialmente, a lo
inútil del esfuerzo estadístico en una época de calentamiento global, en que el valor relativo,
incluso de mercado, de bosques, biodiversidad, así como de fuentes de oxígeno y agua, es
cada día mayor y, de hecho, inconmensurable.
Bolivia 2013-2021 241

modeladora más importante de la orientación estratégica asumida por el


MAS. Es también el corazón de su propuesta programática, que tiene su
núcleo principal en la ampliación de la frontera agrícola y en la construc-
ción de megarepresas.

El gran colapso de los tribunales


La parcialización irrestricta del Tribunal Suprema Electoral (TSE) y del Tri-
bunal Constitucional Plurinacional (TCP) con el gobierno se hizo visible
y ostentosa por lo menos desde 2014. También se puso de manifiesto que
la corrupción de sus miembros fue clave para garantizar que los miembros
del anterior TCP respaldaran sin ninguna vacilación la sentencia que jus-
tifica la reelección12. De manera paralela, casi todos los miembros del TSE
removidos en 2015 tenían una actitud similar ante el gobierno.
El nombre de Pedro Montenegro13 se hizo popular por su fuerte pre-
sencia noticiosa, originada en disputas y acusaciones internas de jefes y
oficiales de la Policía. Al entregarse voluntariamente a la justicia, permitió
vislumbrar al público el contorno de una extendida red de contactos y re-
laciones entre el sindicado —representante del Primer Comando Central
(PCC), grupo dominante entre los criminales de Brasil, y a la vez, delegado
de la ‘Ndrangheta calabresa14— y altos jerarcas de la Policía y la judicatura.
Las conexiones de este personaje abarcan a jueces, fiscales, jefes y man-
dos intermedios de la Policía y a operadores políticos de peso. Están tan
frescas y vigentes, que han operado rápida y eficazmente para impedir su
extradición a Brasil, cuando la justicia ha aceptado condenarlo en Bolivia
por un delito menor de falsificación de identidad.
Lo más importante de esta historia policial y política es que el amistoso
y popular detenido ha resultado ser el centro de un denso tejido de cone-
xiones con miembros del TCP y del TSJ, cuyo muy alicaído prestigio ha

12  Véase: https://n9.cl/xl8o3


13  Véase: https://n9.cl/abx83
14  Se sabe que esta asociación delictiva tiene una estructura organizativa y una capacidad­
económica que la coloca a la cabeza del rango mundial, con ventas de bienes y servicios que
superan el PIB de nuestro país. Véase: https://www.researchgate.net/publication/304703163_›
Ndrangheta_mafia_calabresa
242 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

sido golpeado por las revelaciones del caso y por otras más recientes, que
señalan la elección fraudulenta de uno de sus componentes. En el caso del
Consejo de la Judicatura, las filtraciones descubren la venta de puestos de
jueces y otras ilegalidades mayores en audios filtrados a medios de difusión
masiva.
Los problemas que representan la corrupción policial y la del conjunto
de máximos tribunales (igual que de los intermedios y los de base), inclu-
yendo el Ministerio Público, carecen de respuestas realistas del conjunto de
tiendas políticas y de cualquier otra institución. Esto lleva a estar atentos
a la germinación de una coyuntura, similar a la que obligó en Guatemala
a solicitar apoyo de NN. UU. con la creación de la CICIG15, quizás como
única forma inmediata de encarar la corrupción y la impunidad.
Los desajustes y las señales de abuso de poder y de corrupción, amplia-
mente generalizados en toda la estructura estatal, y los gravísimos proble-
mas del conjunto de instituciones sobre las que el Estado ejerce su capaci-
dad coercitiva (judicatura, Policía, FF. FA.16, sistema carcelario), junto con
el resquebrajamiento de la fuerza persuasiva de su emisión ideológica, em-
piezan a configurar una crisis política de dimensiones considerables. Si esta
confluye con la que se está gestando a partir de los desajustes económicos
acumulados, la convulsión social y política puede alcanzar picos no vistos
desde inicios del siglo.

Intención de voto y actores electorales


Varias nuevas encuestas publicadas en el cuatrimestre muestran que hasta
inicios de agosto el MAS no había logrado romper la barrera que encierra
su intención de voto entre el 25 y el 39% durante los dos últimos años; en
segundo término, que todas las categorías que pueden agruparse como in-
decisos llegan a representar hasta un cuarto de los votantes.

15  Véase: https://www.cicig.org/que-es-la-cicig/


16  La sonoridad de las manifestaciones públicas de respaldo de altos jefes militares al ré-
gimen deja fuera de cualquier duda el sistemático esfuerzo gubernamental por capturar
la buena voluntad de los mandos castrenses. Cada exhibición de lealtad es retribuida con
cargos diplomáticos y otros, así como con una benevolencia extrema de los tribunales cuan-
do se ocupan de problemas de corrupción entre ellos o entre exmiembros de la alta cúpula
militar.
Bolivia 2013-2021 243

La relativa constancia de esta importante proporción y la respuesta muy


constante y mayoritaria de los encuestados que creen que “el MAS ganará”
hace pensar en la figura descrita académicamente como la “espiral del si-
lencio”17. De lo anterior se desprende la posibilidad de que una gran parte
de quienes manifiestan estar indecisos en realidad ya han decidido su voto,
pero prefieren no comunicarlo a los encuestadores.
En la forma clásica de la espiral, los “indecisos” que ya se habrían deci-
dido por la oposición se consideran minoría —debido a la predominante
impresión de que “Evo ganará”, que en todas las encuestas se manifiesta por
encima del 60%— y temen expresar su decisión. Esto no implica que estén
contentos con que Evo ganará; simplemente creen que sucederá “por las
buenas o por las malas”.
Pero también podría afirmarse que una porción significativa de los
que no saben/no responden estarían conscientes de la enorme cantidad
de evidencias y denuncias de abusos y corrupción que pesan sobre el ré-
gimen, por lo que se avergüenzan de manifestar abiertamente su decisión
de votar por este. Y esta su opción obedece posiblemente a la incerti-
dumbre ante las consecuencias económicas que podría traer el cambio
de gobierno18.
Algo irrebatible es que la candidatura de CC ha ido perdiendo terreno
(o, por lo menos, que la entusiasta adhesión original ha mermado, has-
ta hacerse también vergonzante), gracias a la omisión de esa fuerza y sus
principales candidatos en la coyuntura. La emergencia de nuevas figuras en
las listas parlamentarias y sus significativos mensajes localizados no logran
quebrar la gran ausencia de las cabezas de fórmula, con lo que la debilidad

17  La teoría de la espiral del silencio surge en 1977, propuesta por la politóloga alemana
Elisabet Noelle-Neumann, que explica cómo la opinión pública funge como control social,
al plantear que las personas adaptan su manera de comportarse a las opiniones predominantes
en su contexto social sobre cuáles conductas son o no aceptables. Esta conducta tiene su
origen en nuestro natural temor al aislamiento, que podría darse si expresáramos opiniones
percibidas como minoritarias. Por eso los individuos estamos constantemente “sondeando”
el clima de la opinión pública para determinar qué opiniones podemos expresar. La llamada
“espiral”, entonces, es la figura que se dibuja a medida que aquellos que tienen posiciones
minoritarias son enmudecidos, y las opiniones percibidas como mayoritarias aumentan y se
vuelven dominantes. Véase: https://n9.cl/lgskm
18  Es notable la casi unanimidad de las encuestas respecto al elevado nivel de confianza de
la mayoría de encuestado sobre las perspectivas favorables de la economía del país, así como
las altas expectativas de que sus familias se favorecerán de esa tendencia.
244 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

que percibe el público en una fórmula “indecisa” o “vacilante” se consolida


a favor del régimen.
En todo caso, la coyuntura de los incendios hace más difícil la acumu-
lación oficialista, y favorece la posibilidad de una segunda vuelta. Para la
oposición, débil y desconcertada y, en consecuencia, con desventajas nota-
bles, sería complicado hacerse cargo del gobierno. Pero, simétricamente, el
enorme desgaste de credibilidad que afecta al oficialismo por su compor-
tamiento ante el desastre de los incendios toca una profunda fibra nacional
(mal uso o dispendio de recursos naturales) y desgasta notoriamente su
legitimidad y credibilidad, en caso de que consiga reelegirse.
En estas condiciones, la disputa por cada voto puede ser extrema, to-
mando en cuenta que más de la mitad de las diputaciones uninominales
se deciden en áreas rurales, donde las posibilidades de un riguroso control
ciudadano del recuento de votos y la vigilancia de las actas resulta muy
difícil. Algo similar se ha visto en algunos recintos de voto en el extranje-
ro. Este eslabón débil marca la urgencia de subsanar tales deficiencias, que
pueden decidir el resultado de la elección.

Tendencias prospectivas
Las ausencias partidarias, parapetadas detrás de justificaciones electorales,
han incrementado el desgaste del 21F como germen de movimiento social,
amenazándolo con su extinción. El CONADE y los comités cívicos no al-
canzan a cubrir la ausencia de dirección política. Eso no quiere decir que
se haya olvidado la injuria del poder estatal al negar y atropellar la decisión
democrática, pero empuja a que su reivindicación se canalice hacia otros
campos.
La genuina indignación y, por momentos, los estallidos de furia y frus-
tración, abren la oportunidad para articular movilización y organización
sobre cuestiones ambientales y el indispensable debate y consideración so-
bre modelos de desarrollo alternativos, con protagonismo de la sociedad
civil, no solo a corto plazo, sino en un horizonte mayor.
La restauración de los bosques quemados, de la biodiversidad, de la vida
en la gran superficie afectada, abre un espacio para la acción de redes ciu-
dadanas, ONG y otras instancias civiles, debido a que conecta con preo-
Bolivia 2013-2021 245

cupaciones universales y con una justificada desconfianza ante el accionar


estatal.
El vínculo de estas tareas con una visión democrática genuinamente
intercultural, de derechos indígenas y de la naturaleza, con las tareas de
rescate y fortalecimiento de la autonomía social y sus expresiones organi-
zadas, así como la justificada desconfianza ante la acción estatal, brinda un
ancho espectro para iniciativas y trabajos de alianzas múltiples y de gran
riqueza y potencial. Los partidos políticos y las coaliciones electorales de
toda estirpe están desconectados de esta realidad, y han demostrado su
desinterés e ineptitud para asumirlas.

Agosto de 2019
La caída

La Gran Quema de los bosques —el rasgo más destacado y apremian-


te del cuatrimestre anterior— disparó el incendio del escenario político
cuando en las elecciones nacionales se desataron, en súbita explosión,
contradicciones acumuladas y reprimidas. A ellas se suma la estupefac-
ción que se apoderó de la dirigencia del MAS al comprobar el derrumbe
de sus planes.
Sin que haya transcurrido siquiera un mes de la atropellada fuga del
binomio del MAS, y sin haberse terminado de apaciguar los choques más
intensos y sangrientos, aparece en el horizonte la posibilidad de que este
partido gane la primera vuelta (la primera, no en la primera) de las nuevas
elecciones, con posibilidades significativas de conseguir un peso crucial en
la composición del próximo Parlamento.
No se debe perder de vista que, cualquiera sea la velocidad o los acci-
dentes y desviaciones con que evolucionen esta coyuntura y las siguientes,
los sucesos de octubre y noviembre marcan el comienzo del fin de un orden
político.
El tránsito puede completarse en meses o, como ya nos ha pasado antes,
puede tomar un tiempo más prolongado (piénsese en las décadas que de-
moró la cristalización del país diseñado en la Constituyente de 1937). Pero
debe descartarse que culmine con la próxima elección.

Del “apagón” a la rebelión


Con mucha anticipación a las elecciones, dos convicciones se habían arrai-
gado vivamente en la opinión de una holgada mayoría de bolivianas y bo-
livianos, como lo mostraron múltiples y reiteradas encuestas en los meses

[247]
248 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

previos a octubre: una, que el MAS ganaría las elecciones, y la segunda, que
ese triunfo se debería necesariamente al despliegue de un fraude.
Sin embargo, cuando la Transmisión del Recuento Electoral Preliminar
de votos (TREP), a cargo del Tribunal Supremo Electoral (TSE), se inte-
rrumpió bruscamente la misma noche de las elecciones, faltando menos
del 17% de actas a verificarse —casi calcando la experiencia mexicana de
1989—, empezaron a manifestarse reacciones en cadena ante la sospecha
de fraude, demostrando que en ningún caso la reacción ciudadana se man-
tendría pasiva o resignada.
Estas reacciones no se produjeron en frío; habían sido anunciadas con
suficiente anticipación a través de expresiones de diversa naturaleza, a par-
tir del triunfo del No en el referendo constitucional del 21F y las inconta-
bles manifestaciones que refrendaron esos resultados. La continuidad de
ese movimiento social, que se mantuvo con oscilaciones por más de dos
años, tuvo como expresión mayor al cabildo de Santa Cruz de la Sierra el 4
de octubre, que advirtió estentóreamente al gobierno que cualquier indicio
de fraude sería contestado vigorosa e inmediatamente.
En esa masiva manifestación popular también quedaron prefigurados
algunos de los nuevos y fundamentales rasgos del tipo de resistencia que se
desplegaría ante la sospecha de manipulación del voto. Los más destacados
fueron: i) el rol gravitacional que asumía Santa Cruz, a escala nacional, en
una movilización de tales características; ii) la presencia central de jóvenes,
adolescentes y mujeres en las movilizaciones; iii) el lanzamiento de nuevos
actores políticos como protagonistas y iv) el encuentro y la alianza entre ac-
tores que previamente se hubiese considerado muy improbable o imposible
(el más destacado: cívicos y CONADE).
Un rasgo adicional y de la mayor importancia, aunque fue reiterada-
mente desdeñado por las empresas encuestadoras y por el gabinete de
campaña del MAS, es que la reacción social ante la Gran Quema de la
Chiquitanía (y de la Amazonía, el Chaco y el Pantanal), y la porfiada re-
sistencia gubernamental a declararla Desastre Nacional, se había conver-
tido en el motor de la convocatoria de ese cabildo y de sus derivaciones
en el campo electoral.
Más allá de lo electoral, en ese cabildo y en reuniones del Comité Cívi-
co cruceño, en las que se abrió la participación al público, se expresó una
Bolivia 2013-2021 249

profunda ruptura del llamado “modelo cruceño”: la quema de los bosques


mostró una tajante separación de intereses entre los grupos empresariales
que lucran con el agronegocio y la especulación con las tierras —como una
suerte de subsidio a sus actividades agroganaderas— y la gente de a pie.
Parece que estos últimos empiezan a percibir que los bosques, las fuentes
de agua, de oxígeno y de biodiversidad constituyen nuestra principal espe-
ranza de sobrevivir y de sustentar nuestra existencia.
Otros problemas subestimados por el Ejecutivo fueron el reclamo cívico
potosino sobre las condiciones en que se contrató la explotación del litio,
la marcha indígena que exigía reparar los daños de la Gran Quema en la
Chiquitanía y el inacabable pleito con los médicos.
Antes del “apagón” informático del 20 de octubre, que cortó la TREP, el
primero en reaccionar fue el segundo en votación (Comunidad Ciudada-
na), con un mensaje del expresidente Mesa. Su equipo desbordaba de entu-
siasmo y sonrisas al sentirse prácticamente ganador de una segunda vuelta,
asumiendo que no existía forma de que, con las pocas actas por verificarse,
el MAS pudiese acumular los diez puntos de diferencia que requería para
eliminar a sus contendores en la primera ronda.
Simultáneamente, la estupefacción se apoderó del MAS con estos resul-
tados iniciales, obligándolo a postergar su anunciada conferencia de pren-
sa. Cuando esta se realizó, dejó ver el rostro cariacontecido del candidato
oficialista y sus más próximos seguidores, aunque paradójicamente canta-
ban victoria, seguramente amparados en la certeza que les daban los planes
b), c) o d) preparados por su equipo, que tirarían por los suelos cualquier
posibilidad de una segunda vuelta. Y es que en una segunda vuelta el triun-
fo de Morales sería simplemente inverosímil.
Resulta perfectamente plausible asumir que, incluso cuando las encues-
tas de por lo menos dos años antes mostraban consistentemente que el
MAS no alcanzaría el 50% de los votos y que inclusive tendría dificultades
para remontar los 40%, el presidente alentaba la secreta esperanza de que
los resultados superasen tales límites. En términos absolutos, los 2,7 mi-
llones de votos que el TSE reconoció al MAS en la elección última apenas
suman 145 mil votos a los que obtuvo en el referendo de 2016, y son casi
medio millón menos de los que obtuvo en la elección de 2014.
250 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Gráfico 1. Conteo rápido al 100%

Evo Morales 43,9%

Carlos Mesa 39,4%

Chi Hyung Chung 8,7%

Oscar Ortiz 4,5%

Félix Patzi 1,2%

Virginio Lema 0,8%

Ruth Nina 0,7%

Victor H. Cárdenas 0,5%

Israel Rodríguez 0,3%


0% 25% 50%

Fuente: elaboración propia basada en Viaciencia.

Gráfico 2. Resultados oficiales del OEP

CC 36,83%, 2.186.098 votos

FPV 0,39%, 23.028 votos

MTS 1,27%, 75.525 votos

UCS 0,4%, 24.005 votos

MAS - IPSP 46,64%, 2.768.328 votos

21F 4,33%, 256.823 votos

PDC 8,8%, 522.538 votos

MNR 0,69%, 41.032 votos

PAN - BOL 0,64%, 37.835 votos


0% 10% 20% 30% 40% 50% 60%

Fuente: elaboración propia basada en OEP.


Bolivia 2013-2021 251

El desglose departamental de la votación se consigna en el cuadro si-


guiente; en el subsiguiente, el que corresponde al origen del voto, ya sea en
el país o en el extranjero. A pesar de que estos resultados perdieron validez
legal con la anulación de las elecciones, tienen importancia estadística y
son bastante útiles para el análisis sociológico y político.

Tabla 2. Votación relativa por partido político conforme cómputo


electoral por departamento en Boliva
(elecciones nacionales del 20 de octubre de 2019)

Departamento MAS-IPSP CC OTROS MV N


Beni 34,9% 34,8% 30,3% 0,2% 3.57
Chuquisaca 42,3% 44,2% 13,4% -1,9% 2.62
Cochabamba 57,5% 32,2% 10,3% 25,3% 2.27
La Paz 53,2% 29,8% 17,3% 23,3% 2.60
Oruro 48,1% 33,0% 19,0% 15,1% 2.79
Pando 44,3% 40,2% 15,5% 4,1% 2.73
Potosí 49,3% 32,8% 17,8% 16,5% 2.75
Santa Cruz 34,8% 46,8% 18,4% -12,1% 2.82
Tarija 40,2% 42,8% 17,4% -2,2% 2.82
Bolivia 46,6% 36,8% 16,5% 9,8% 2,75
Fuente: Órgano Electoral Plurinacional de Bolivia (https://computo.oep.org.bo/#)

Los elementos que más destacan al revisar los datos son, en primer tér-
mino, la tendencia predominante del electorado a concentrar sus votos; en
segundo término, que estas elecciones prácticamente eliminan a los parti-
dos como canal representativo válido. Puede añadirse que el factor decisivo
para el triunfo del MAS es la votación proveniente del extranjero.
252 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Respecto a la concentración de votos, los resultados por departamento


muestran muy claramente cómo en todos, excepto Beni, más del 80% de los
votos se canalizan hacia los dos primeros binomios.
Los resultados muestran un país que ejerce su democracia prácticamen-
te sin partidos, o al margen de ellos, ya que el grueso de la votación bene-
ficia al MAS, una coalición de organizaciones sociales; en segundo lugar, a
Comunidad Ciudadana, que es un conglomerado de colectivos de activis-
tas y militantes; finalmente, la votación de Chi, apenas amparada por una
sigla comercialmente disponible, pero prácticamente carente de real vida
orgánica y militante, como es el caso del PDC. La del FRI, que posibilitó la
inscripción de CC, puede también inscribirse en esa categoría.
Sobrevivió, muy maltrecho ciertamente, el partido Demócratas, con su
4% de votación, como una referencia esencialmente regional y de proyec-
ción tan limitada como Unidad Nacional, que en estas elecciones optó por
no exponerse directamente a los electores.
Ante este cuadro se percibe que, prospectivamente, los problemas que
tendrá que superar el MAS están principalmente en su propio seno más
que en la amenaza de terceros, ya que su unidad se verá sujeta a fuerzas
centrífugas considerables durante el próximo proceso electoral. Depende
casi exclusivamente de sus propias decisiones si consigue preservar su es-
pacio de organización política mayor o si se embarca en un rumbo de des-
gaste y minimización.
Las tensiones entre los grupos corporativistas que le dan base y cuerpo
se han agudizado en esta fase adversa, agregándose a las contradicciones
que provoca una descendente capacidad gubernamental de satisfacer las
exigencias y presiones de su dirigencia.
Las protestas iniciales contra resultados fraudulentos se inflamaron con
la publicación del informe preliminar de la misión de observadores de la
Organización de Estados Americanos (OEA), que pone en duda la autenti-
cidad del brusco viraje que se observa con la reanudación de la publicación
de datos, junto a otras anomalías, para concluir que la mejor solución, in-
dependientemente de los resultados, sería convocar a una segunda vuelta
entre las dos primeras candidaturas.
Bolivia 2013-2021 253

Noviembre ardiente
El incendio del tribunal departamental electoral (TED) de Potosí el mismo
día en que se dio a conocer el informe preliminar de la OEA fue la primera
advertencia de la violencia que desataría el intentar imponer a cualquier
costo unos resultados cada vez más dudosos. Ese ataque contra la instala-
ción electoral (cuya autoría no se ha establecido) y otros hechos aislados
abren espacio a las primeras acusaciones mutuas sobre quiénes impulsan y
favorecen la proliferación de escenarios de violencia.
Al margen de tales rencillas políticas, la tónica prevaleciente entre las
movilizaciones de resistencia fue pacífica, y tuvo como epicentro a San-
ta Cruz, mientras que la participación de los demás departamentos se ca-
racterizaba por una cierta intermitencia en adoptar y cumplir las medidas
adoptadas por el CONADE y las dirigencias cívicas.
La participación de los dirigentes políticos se limitó a pronunciamien-
tos, en forma de comunicados, tuits o piezas audiovisuales. En el caso del
candidato Chi, ya sea por la sorpresa del momento, ya por inexperiencia o
por un soterrado pacto con el régimen, mantuvo un continuo y hermético
silencio, apenas roto cuando las circunstancias no le dejaban otra salida.
En conjunto, y durante todo el desenvolvimiento de los conflictos, los
candidatos y sus organizaciones exhibieron una completa falta de aptitud
para ponerse al frente de la movilización y para generar pautas que la orien-
ten. La masiva concentración convocada por CC el 28 de octubre en La
Paz daba pistas seguras de la disponibilidad social para encaminarse bajo
una conducción y, simultáneamente, desnudaba el vacío que recibía como
respuesta de los dirigentes, que apenas atinaban a hacer acto de presencia,
pero sin un plan estructurado para enfrentar la situación.
Esta ausencia amplió el espacio para la aparición de sujetos y grupos que
se destacaron en las movilizaciones. Los comités cívicos se convirtieron en
ese momento en un hervidero de aspirantes a montar la cresta de la ola; de
ellos, Luis Fernando Camacho, de Santa Cruz, y Marco Pumari, de Potosí,
se ubicaron fácil y vigorosamente por delante. En cierto momento, cada
uno por su cuenta, había respaldado a Carlos Mesa como la opción elec-
toralmente viable para enfrentar a Morales Ayma, pero ante la indomable
254 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

resistencia de ese dirigente para asumir el rol de conductor político, ningu-


no perdió la oportunidad para proyectarse a sí mismo.
Especialmente Camacho, que se apresuró al máximo —exhibiendo un
claro aprendizaje de los errores que cometió la élite cruceña en 2008—, se
arrebujó en una bandera nacional y, escudándose tras una biblia y un ro-
sario, desplegó un espectáculo con generoso derroche de testosterona que
capturó la atención, y pronto también la adhesión de los miles que concu-
rrían a los cabildos de Santa Cruz de la Sierra y otros en toda la geografía
del país.
Con un discurso sencillo y binario, muy parecido al del MAS en el
sentido de “somos los buenos” y los otros “los malos”, lanzando promesas
tremendas —como la de posesionar a Mesa si Morales no renunciaba— y
prodigando señales de intrepidez, empezó a copar la escena mediática, al
mismo tiempo que el paro cruceño rompía récords y expectativas.
Fue superando así, con inesperada facilidad, los vetos y recelos que pro-
voca su inconfundible pertenencia a las élites oligárquicas y sus inclinacio-
nes políticas e ideológicas, demasiado emparentadas con las de personajes
de la estirpe de Jair Bolsonaro.
La máxima concesión a la que atinó el MAS, ante la persistencia y la
expansión nacional de la resistencia, fue abrirse a una auditoría encargada
a la OEA que, de cualquier manera, no alteraría su mayoría parlamentaria
en ambas cámaras. En ese momento confiaba, aparentemente, en que los
guiños amistosos que le había regalado Luis Almagro, secretario general de
ese ente, durante una visita a invitación de Morales Ayma, eran suficientes
para no temer sorpresas desagradables.
De todas formas, el contrato que pergeñó y suscribió unilateralmente
con la OEA le daba de la libertad de rescindir unilateralmente y sin expli-
caciones el convenio. Para mayor seguridad, ordenó al TSE que publicase
el 24 de octubre los resultados “finales y definitivos” del escrutinio, con lo
que, según la legislación boliviana, resultaban irrevisables e irreversibles.
Correlativamente, la tensión y la violencia se incrementaron, hasta que
corrió sangre con dos muertos en la ciudad de Montero, Santa Cruz, el
29 de octubre. A continuación, la fuerza adquirió centralidad en la escena
cuando el gobierno decidió impedir que Camacho se apersonara en la sede
Bolivia 2013-2021 255

de gobierno el 5 de noviembre, para entregar una carta en la que exigía la


renuncia del presidente.
Preso de un febril acceso de algo demasiado parecido a la superstición,
Morales y su equipo ordenaron, de manera inocultablemente irracional y
frenética, que altos dirigentes del MAS, autoridades y exautoridades (un
exministro de Aguas y una de Justicia, entre otros) asalten y copen el ae-
ropuerto internacional de El Alto para impedir que el cívico salga de esas
instalaciones. Con el apoyo de bandas de militantes y, según algunas de-
nuncias, de mercenarios comunes, ejercieron violencia racista y discrimi-
natoria sobre los pasajeros cuyos documentos indicaban que habían nacido
en Santa Cruz, vejándolos y humillándolos, para luego devolverlos a su
ciudad de origen cual si se tratase de migrantes extranjeros ilegales.
Lejos de aprovechar la oportunidad única que le otorgaba Camacho al
gobierno, con su anuncio de que obtendría su renuncia simplemente entre-
gándole la carta y “llevando la biblia” a Palacio, en vez de recibirlo cordial
y atentamente y pedirle que espere el tiempo que tome la respuesta, Mora-
les, con sus acciones represivas, eleva la figura del cívico a un sitial donde,
simbólicamente, adquiere la misma importancia que el jefe del Ejecutivo.
En vez de sumergirlo en la impotencia y el ridículo —como percibieron
como riesgo inminente algunos de sus seguidores cuando el cívico anunció
que su tiro de plata era la simple entrega de su carta—, la ira desorbitada
del régimen rescata a Camacho y lo inserta en el Olimpo de los vencedores.
La asociación entre su figura y la del potosino Pumari crea, además, rápida-
mente, la ilusión de una dupla que representaría al conjunto del país, capaz
de coronar el triunfo de la movilización popular. Eso la convierte en carta
ganadora en unas nuevas elecciones que ya se habían impuesto, como una
fórmula que desplazó la demanda de segunda vuelta que estuvo vigente
hasta fines de octubre.
Para ese momento, la movilización retomaba a plenitud las reivindi-
caciones del 21F, al incluir la aplicación de la prohibición constitucional
para que Morales y su acompañante García participasen en los comicios
de 2020.
El pedido de renuncia terminó por desbordar a los dirigentes políticos
profesionales y los puso, definitivamente, a la cola de los acontecimientos.
Ese pedido actúa, además, como gatillo de la violencia in crescendo que
256 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

sucede a la toma oficialista del aeropuerto de El Alto, y neutraliza la tardía


invocación de Morales Ayma a un diálogo, que es solamente aceptada por
Chi, quien se retracta casi de inmediato.
Pocos sabían que el mensaje forzadamente conciliador del presidente
era una desesperada —pero ya inútil— respuesta, que lanzó al haberse en-
terado de que la auditoría de la OEA emitiría un informe preliminar que
deslegitimaba completamente las elecciones del 20 de octubre.
Este último elemento redondeaba la percepción pública de que el MAS
haría cualquier cosa para retener el poder. El partido lo había anuncia-
do abiertamente en múltiples oportunidades y, más recientemente, con la
amenaza directa de Morales Ayma (convertido en vocero) de cercar a las
ciudades para derrotarlas por hambre, en un acto con cooperativistas mi-
neros el 26 de octubre.
La inclemente represión policial de las manifestaciones y bloqueos ju-
veniles y femeninos en las ciudades, y su aterrada respuesta al arribo de la
carta de renuncia, habían terminado por cerrar el círculo de incredulidad y
rechazo no solo de quienes votaron contra el MAS en octubre, sino de una
parte considerable de los que persistieron en apoyarlo, como permitió des-
cubrir semanas después la primera encuesta de intención de voto publicada
luego de estos sucesos.

Matanzas y el éxodo de los no valientes


Hasta el momento de redactar este informe, no fue posible localizar un
solo documento o testimonio que anticipara la posibilidad de que Juan Evo
Morales Ayma y Álvaro Marcelo García Linera escaparan, más o menos
despavoridos, solicitando asilo a los pocos días de culminadas las eleccio-
nes nacionales. Por el contrario, existía un cerrado consenso de que nada
impediría su nueva posesión a principios del próximo año.
La primera fuga del Ejecutivo de la ciudad de La Paz al Chapare des-
concertó a una gran mayoría, e hizo temer que la rabiosa ola de violencia,
verificada principalmente en la sede de gobierno y en Cochabamba, podría
extenderse incontrolable. Sobre todo porque, ya en esas circunstancias, se
percibían diversos y vehementes indicios de que el MAS había preparado
grupos parapoliciales y paramilitares capaces de embestir frontalmente con-
Bolivia 2013-2021 257

tra la resistencia, junto con una narrativa que subrayaba la supuesta pros-
cripción y sometimiento de “los indios” a manos de los enemigos del MAS.
Las características de incuestionable orientación terrorista, en el senti-
do más estricto del término —es decir, la ejecución de acciones violentas
contra la población civil desarmada y, muchas veces, ajena a los enfrenta-
mientos— que se verificaron la noche del 10 de noviembre en las laderas
surorientales de La Paz, en El Alto y en otros sitios presagiaban que los per-
soneros del régimen habían decidido desplegar una ofensiva a gran escala
para asegurar su inamovilidad y su blindaje ante acciones legales.
Cuando se trata de comprender las causas profundas que llevaron a que
Morales optara por renunciar, y huir primero al Chapare y luego a México,
trizando (como se ha afirmado) todos los pronósticos al respecto, la mayor
de todas parece ser el anuncio del Alto Mando militar de que se sumaría
a las fuerzas policiales para contener la expansión de la violencia callejera.
Con ello contradiría las expresas y continuas instrucciones de Morales y
sus ministros de no auxiliar a la Policía.
La pérdida de control sobre las FF. AA. trastorna la estructura básica
del imaginario con que el expresidente empezó a gobernar desde el primer
día. En este destaca una marcada nostalgia por su época de conscripto, a
la que se suma la más profunda devoción hacia lo militar. Esta suerte de
fetichismo por lo castrense —amén del pragmatismo generalizado entre
los dirigentes políticos bolivianos— se expresó en privilegiar sus relaciones
con la cúpula de la institución armada (en sagradas reuniones semanales de
“coordinación”), premios y beneficios especiales, incluyendo cargos y de-
signaciones diplomáticas a excomandantes, con una protección manifiesta
en casos de acusaciones contra sus miembros y la total adhesión del gobier-
no hacia los mandos cuando suboficiales demandaron la descolonización
de las Fuerzas Armadas.
La pérdida de control de los militares, sumada al conocimiento del ade-
lanto informativo de la auditoría de la OEA, consigue finalmente quebran-
tar su ánimo, que hasta ese momento había encajado, aparentemente sin
mayor problema, el carácter plenamente nacional de la resistencia popular,
e incluso la insubordinación policial.
El pico violento ascendió con un simétrico incremento de muertes
cuando, apelando a una sentencia constitucional de 2001, los senadores
258 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

del partido Demócratas ungieron a la segunda vicepresidenta de la Cámara


Alta, Jeanine Añez, como presidenta interina. Con ello desbarataron el plan
masista de forzar, mediante las renuncias en cadena de las tres primeras
autoridades, un vacío de poder que permitiría a Morales Ayma retomar el
control del Ejecutivo.
El desconcierto masista se expresa, en un principio, en la combinación
de acciones callejeras con la victimización de Morales Ayma, presentado
en vitrina como un reformador social atacado por el imperio y la extrema
derecha.

El fraude y el nuevo gobierno


El informe preliminar de la OEA, señalando grandes anormalidades en
la elección, así como la renuncia del presidente, el vice y la presidenta del
Senado, crearon una oportunidad única para que la astucia leguleyesca,
tan recurrente en nuestra historia, brille en una combinación ejecutada
por el equipo de Demócratas y allegados a Luis F. Camacho, con asesoría
de un abogado y exlegislador del Movimiento de Izquierda Revoluciona-
ria (MIR). La búsqueda de una fórmula que permita alguna posibilidad
de sucesión constitucional encuentra una declaración del entonces Tri-
bunal Constitucional (la 0003/01 del 21 de julio de 2001) que se ajusta al
requerimiento.
Con esa declaración constitucional en mano, la segunda vicepresidenta
del Senado, Jeanine Añez Chávez, acude al TCP para consultar si, sobre esa
base, puede pasar a ejercer el cargo de presidenta del Estado Plurinacional
de Bolivia, mediante un mecanismo de sucesión ante la ausencia de quienes
la preceden en el orden constitucional. Con fulgurante rapidez, el TCP afir-
ma, sin reservas ni embrollos, que la sucesión procede. Así, en una sesión
de la que están ausentes dos terceras partes de los senadores, jura al cargo
y se posesiona, cumpliendo su aspiración y la de Luis F. Camacho de hacer
retornar la biblia al Palacio Quemado.
El resultado práctico de la huida de Morles Ayma y García Linera, que
escondía un plan de retorno rápido, es el ascenso vertiginoso del núme-
ro de muertes durante las movilizaciones en Senkata, El Alto, y Sacaba, al
ingreso a la ciudad de Cochabamba. En este caso las víctimas son, en su
Bolivia 2013-2021 259

mayoría o en su totalidad, de los grupos que piden la destitución de la pre-


sidenta Añez, el retorno de Morales y el desagravio a la whipala, que había
sido quemada y arrancada de uniformes policiales.
Sobre estos cimientos se abre la todavía vigente pugna sobre la veraci-
dad de que la renuncia de los hombres y mujeres fuertes del régimen ma-
sista se debe a un golpe de Estado o no. La izquierda internacional ha res-
pondido casi unánimemente, proclamando a grandes voces, que no hubo
fraude y que el golpe de Estado es incuestionable. Son pocos los cuadros
progresistas que, conociendo la travesía cada vez más autoritaria, antiindí-
gena, desarrollista y “extractivista” del MAS, interpretan que el régimen ha
implosionado y generado las bases de su propia caída.
Pero, ya se trate de posiciones que afirmen la existencia del golpe o de
las que la refuten, suele perderse de vista que el hecho esencial a dilucidar
es la situación de legalidad —previa, durante y ulterior a su salida— del
gobierno. Desde esta posición se advierte que el cimiento de toda la insti-
tucionalidad y legalidad del país, que es la Constitución Política del Estado,
estaba en suspenso desde el 28 de noviembre de 2017.
En esa fecha el TCP —conformado por un grupo de adherentes al MAS,
debido a que fueron seleccionados como candidatos por ese partido para
las primeras elecciones judiciales—, emitió el fallo 084-2017, que declara,
a pedido de la bancada oficialista, que nuestra Constitución es inconstitu-
cional. Por ello procede a la simple supresión o ilegal reforma (sin consulta
popular) de los artículos referidos a reelecciones y, más importante todavía,
anula de hecho el referendo constitucional del 21 de febrero de 2016, sin
siquiera mencionarlo, cuando ellos, al igual que cualquier otro funcionario
juez, carecen de potestad para hacerlo.
Dos días antes de terminar su mandato, esos funcionarios oficialistas
—coaccionados además por la amenaza de que se ejecutarían decenas de
procesos por corrupción contra ellos si no fallaban favorablemente— deci-
den que la CPE solo puede aplicarse si cuenta con su venia. Es decir, la sus-
penden inmediatamente ya que, en cualquier controversia constitucional,
son ellos y no el texto constitucional, ni la voluntad soberana del pueblo, los
que deciden. Sus reemplazantes, hoy en funciones, avalaron íntegramente
su criterio y su conducta.
260 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Si el gobierno de la señora Añez obtuvo de ellos un gesto tan amistoso


como la venia que le otorgaron, debe buscarse la causa en el espíritu opor-
tunista de los componentes de esa institución y el profundo temor de que
se les pida cuentas por sus fechorías, especialmente la monstruosa reforma
de la Constitución.
La desatención que se presta desde las esferas oficiales al gran margen
de maniobra del TCP, al omitir una enérgica y rápida rectificación del ver-
dadero golpe de Estado que ejecutaron en 2017, es propio del origen, con-
textura y límites del gobierno interino.
En esencia, dicho gobierno es resultado de una alianza pragmática de
dos alas de la clase dominante tradicional, que ha afincado sus mayores
negocios (agroganaderos, financieros y comerciales) en Santa Cruz. Con-
frontadas duramente desde 2008, sus representantes más conocidos son el
gobernador Rubén Costas, que también encabeza a Demócratas, y en la ve-
reda del frente, Branco Marinkovic, exdirigente cívico, mentor y respaldo
principal de Luis Fernando Camacho.
Mientras que la primera encontró mecanismos de coexistencia y convi-
vencia con el MAS, la fracción de Marinkovic tuvo que soportar el exilio
de su máximo representante y participar soterradamente, y sin directo de-
recho a voz y voto, en los espacios que abrió el MAS para compartir con el
empresariado y, a continuación, para otorgarle un espacio protagónico en
la próxima fase de su gobierno, que debía iniciarse el próximo 23 de enero.
El programa de reelección de Morales Ayma y García Linera, la Agenda
Patriótica, prueba las relaciones carnales entre la cúpula del MAS y su base
colonizadora-empresarial soyera (incluyendo la pequeña-mediana) y la cú-
pula empresarial agroganadera, financiera y comercial asentada en Santa
Cruz. Estas fracciones sociales no se sienten completamente representada
por el partido Demócratas, que es por el momento la organización política
más afín a ellos; por ello, es posible que el proyecto electoral de L. F. Cama-
cho les resulte más atractivo. ´
La fracción minoritaria, pero muy poderosa, de Marinkovic, que no
gozó de las preferencias y de la proximidad con el gobierno que consiguió
la primera, se puso a la cabeza de la oposición corporativa empresarial con-
tra Morales y Costas. Ante la renuncia de Morales, Camacho, el Comité
Cívico y la facción de Marinkovic consideraron la posibilidad de impulsar
Bolivia 2013-2021 261

un acuerdo cívico-militar, pero retrocedieron ante el muy alto grado de


incertidumbre y debilidad que suponía.
Se ha conformado así un gobierno de naturaleza profundamente con-
servadora, “cuoteado” entre los Demócratas y los allegados a L. F. Camacho
(Marinkovic), que representan al sector más duro en las carteras de Go-
bierno, Defensa, Comunicación y Cancillería.
De manera unánime y compacta, cayendo inclusive en actitudes carica-
turescas, el gabinete de Añez ha realizado extraordinarios esfuerzos para
“reparar” las relaciones con Estados Unidos. Han sido tales sus ansias, que
la representación de ese país ha tenido que aclarar que la restitución de em-
bajadores llevará un tiempo y que, en consecuencia, era prematuro nom-
brar embajador al encargado de negocios Oscar Serrate Cuéllar.
El arraigo de las peores y más antiguas mañas que caracteriza lo mis-
mo a la militancia de Demócratas, como a sus detestados pero inevitables
socios camachistas, ha empezado a filtrarse cotidianamente en las noticias
sobre nepotismo y tráfico de influencias en el Ejecutivo, o en la selección de
ternas de vocales para los TED en lugares como Santa Cruz.

Las disyuntivas del MAS


Los hechos han probado taxativamente —como se ha sostenido reiterada-
mente en esta serie de análisis— que el carácter corporativista del MAS es,
al mismo tiempo, fuente de su potencia y de sus mayores vulnerabilidades.
Los grupos corporativos que son la base del MAS, ya sea como organiza-
ciones sociales o asociaciones gremiales de diverso tipo, tienen desarrolla-
do el más fino olfato para detectar las situaciones favorables a sus intereses
sectoriales o, en su caso, los riesgos que pueden amenazarlos.
La unidad alrededor de Evo Morales Ayma y del MAS fue hasta ahora
la mejor forma de protegerse y de negociar —y también de pugnar con
las corporaciones afines—; sin embargo, su caída promueve revisar
posiciones.
La súbita desaparición de Morales del centro de la escena descompone
este orden de equilibrios precarios, que requería indispensablemente de
un caudillo fuerte y con capacidad de mediador y árbitro indiscutible. Su
262 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

ausencia activa hondos y complicados resentimientos —posiblemente cer-


canos a una sensación de orfandad—, pero también agudiza los reflejos de
autopreservación y, de este modo, eriza los roces y las disputas internas.
La autonomía relativa que ha ostentado la bancada del MAS, con sus
diferencias entre duros y flexibles, exhibe el proceso de adaptación de sus
componentes. Ese juego le ha permitido al gobierno interino, compuesto
por políticos entrenadísimos en las artes de la componenda, frenar la olea-
da bélica que promueve Morales, apoyándose en el grupo más próximo de
la burguesía burocrática de Estado, generada por el régimen, y de la buro-
cracia sindical asociada.
La aprobación unánime de la Ley de Régimen Excepcional y Transitorio
para la Realización de las Elecciones Generales, que incluye la elección de
los miembros del TSE y excluye a Morales Ayma y García Linera como can-
didatos, representa un retroceso del dominio absoluto ejercido por Morales
y muestra fisuras que pueden ensancharse y amenazar la inquebrantable
unidad monolítica del MAS.
Su último ampliado, el sábado 7 de diciembre de 2019 en Cochabamba,
proyectó una imagen unitaria en torno a las consignas más duras, en un
ambiente tal que le permitió a Morales, mediante comunicación telefónica,
tratar de liquidar el estigma de prófugo y cobarde, al mostrarse como un
león rugiendo: “Cualquier momento, quiera o no quiera la derecha, digan
lo que digan, hagan lo que hagan, pronto voy a estar en Bolivia para que
juntos enfrentemos las elecciones y las ganemos como siempre lo hemos
hecho”.
La frase refleja claramente el ánimo y los objetivos del líder, pero su
aparente claridad y decisión no se compadecen de las dudas, la descon-
fianza, los temores y los celos que priman ahora en amplios sectores de su
militancia organizada. Las contradicciones y tensiones internas del MAS se
van resolviendo hasta ahora, una a una, bajo una dinámica muy reñida de
tendencias en pugna.
La elección de candidatos para las elecciones definirá el grado y el nú-
mero de divisiones internas a las que tendrá que enfrentarse en el futuro.
Pero si el grado de estupidez que precipitó su caída es igualado y superado
por la oposición política, como ha ocurrido casi ininterrumpidamente des-
de 2006, sus expectativas pueden mejorar mucho.
Bolivia 2013-2021 263

Panorama económico
En lo que hace a la situación económica, aunque no se ha ingresado en
una espiral de crisis, su grado de deterioro predispone a que las disputas
por excedentes se agudicen (presiones salariales, exigencias de privilegios
sectoriales para empresarios, cooperativas mineras y otros similares) y ge-
neren protestas sociales. El ministro del área, que es uno de los cuadros
más experimentados y prudentes del gabinete, ha aseverado que no hay
catástrofes en puertas, ni necesidad de ajustes bruscos durante la duración
del gobierno provisional.
El resumen preparado por el economista Gonzalo Chávez, que se cita a
continuación, es menos optimista:
La economía está desacelerada. En este periodo que termina llega-
remos al 3% del PIB, máximo.
[Acumulamos] cinco años consecutivos de déficit en cuenta co-
rriente, que incluye el desajuste comercial (importaciones mayores
que exportaciones). En el 2019, el déficit en cuenta corriente llegará
al 5% de Producto Interno Bruto (PIB).
Se gasta e invierte mucho más de lo que se recauda con impuestos.
El déficit público acumulado es superior a 12.000 millones de dóla-
res y en 2019, la brecha fiscal será superior al 8% del PIB.
La pérdida de reservas internacionales del Banco Central fue de
8.500 millones de dólares desde 2013. Gastamos 1.417 millones por
año de nuestros ahorros para mantener una burbuja de consumo e
inversiones públicas de dudosa rentabilidad.
El incremento de la deuda externa llegará a más del 25% del PIB y
la deuda interna subió en un valor similar.
Las empresas públicas presentan serias dificultades financieras.

Excesiva o no, esta visión prima entre los técnicos y los dirigentes opo-
sitores. Es necesario prestar especial atención a dos variables, no explíci-
tamente mencionadas por Chávez: la disminución del margen entre los
ingresos que percibe el país por exportación de gas y lo que debe gastar en
importar diésel y gasolina, así como el continuo crecimiento de las impor-
taciones de alimentos. La suma de importaciones solo de combustibles y
264 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

alimentos en 2018 se aproxima a los 2.000 millones de dólares, mientras en


ese año nuestras exportaciones de gas llegaron a 2.334 millones de dólares.
La movilización contra el fraude, por la defensa de la Constitución y la
democracia, da serias pistas para suponer que cualquier ajuste económico,
al estilo Fondo Monetario Internacional, practicado por Macri, Temer, Bol-
sonaro o Lenín Moreno, se topará con una muralla social tan seria como las
que se han visto en Chile y otros vecinos.
El MAS puede especular que estas reacciones reflejarían algún tipo de
fidelidad a su sigla y modelo, pero no puede estar más equivocado porque
en las circunstancias presentes, de haberse impuesto y asegurado su conti-
nuidad, nos hubiera colocado en breve, como sociedad, ante la disyuntiva
de aceptar paquetazos económicos. Esto, debido a que su plan de nuevas
grandes y fallidas inversiones en un patrón industrialista obsoleto, con alto
endeudamiento y devastación intensiva de la naturaleza, aceleraría las con-
tradicciones sociales y las protestas.

Cambio de época
El principal riesgo de que se reactive la violencia proviene de la estructura
del MAS, que constituyó una especie de oleocracia —usando el término
creado por Marcelo Quiroga Santa Cruz— de fracciones campesinas en-
riquecidas, que apostaron por un modelo capitalista depredador y basado
en la expansión del mercado y la especulación de tierras como punto de
encuentro y entendimiento con la burguesía más concentradora de capital.
Esta última prefiere, ciertamente, una representación política surgida de
sus propias filas, pero al estar entrenada a coexistir provechosamente con
un régimen corporativista, no tendría mayores dificultades en reactivar di-
cha alianza si las circunstancias lo requieren.
Durante estos 14 años, desde el centro del poder se trabajó incansable-
mente para cerrar paso a la transformación del viejo Estado para transitar al
Estado plurinacional bosquejado en la Constitución. Del mismo modo, se
canceló cualquier aproximación a la pluralidad económica y democrática, a
la descentralización y las autonomías; a una verdadera y amplia participa-
ción y a un control social sobre el Estado. Se restringieron los derechos co-
lectivos de los pueblos y se castigó severamente la disidencia y la oposición.
Bolivia 2013-2021 265

Llegamos al final de la experiencia de un tipo estatal corporativista, al-


tamente centralizado y de nítida orientación autoritaria, expresivo de un
bloque social de campesinos ricos (fracciones de cocaleros y soyeros me-
dianos), contrabandistas y burguesía importadora de bienes de consumo,
cooperativistas mineros y una burguesía burocrática de Estado. Su acumu-
lación propia se basó en la colonización y el tráfico de territorios colectivos
(reservas naturales) e indígenas, en corrupción intensiva y permisividad
con el negocio de cocaína.
Aliada con la burguesía agroexportadora, la banca y la burguesía co-
mercial tradicional (la nueva de origen popular ha sido parte del bloque
de poder), consiguió mantener las políticas económicas más exitosas de la
región en términos de expansión del consumo, de crecimiento improducti-
vo del PIB, un cierto nivel de redistribución y buena contención de la infla-
ción, manteniendo privilegios y concesiones para los sectores corporativos
que le fueron leales.
Son el funcionamiento del tipo de Estado y el bloque de poder sobre el
que se fundó los que se han hecho insostenibles, y condujeron a la caída
del gobierno del MAS. Esto marca el comienzo de un cambio de época,
que conducirá al realineamiento de coaliciones sociales y bloques de poder
capaces de expresar eventualmente un horizonte y proyecto de país que, de
momento, no asoman en ninguna parte y, menos aún, en el plano electoral.
Es bastante evidente, además, que tampoco existen condiciones para
una simple restauración del orden previo y para la reinstalación de la paz
neoliberal de la última década del siglo XX. Como no asoman señales per-
ceptibles del alumbramiento de un nuevo proyecto, el tránsito a un nuevo
orden puede resultar prolongado y, mientras más se extienda su espera,
resultará más difícil y agónico para nuestra sociedad.
Toda la algazara masista respecto a que su “Agenda 2025” (o “Agenda
Patriótica”) proyectaba el modelo social comunitario a un nivel superior,
donde finalmente se abría paso completamente la “industrialización de los
recursos naturales” y se empezaba a cambiar el patrón productivo, nunca
pasó de ser una expresión de deseos y propaganda pura. Sin embargo, im-
portantes sectores afiliados o votantes del MAS creen en su veracidad y es-
tán convencidos que esta agenda expresa los planteamientos que ellos hicie-
ron en las rondas de socialización de dicha propuesta en la fase preelectoral.
266 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

En realidad, como se ha insistido en varios de estos análisis, la propuesta


electoral se resume en la construcción de megarepresas + ampliación de la
frontera agrícola + contrato para explotación litio. Dicho de otro modo, un
proyecto devastador de la naturaleza, endeudador a escala gigantesca y de
subordinación nacional ante los financiadores del plan.
Todas las propuestas electorales sometidas al voto en octubre aceptan,
resignada o entusiastamente, nuestra completa dependencia de la explota-
ción de hidrocarburos, que, con la minería y las exportaciones agrogana-
deras, serían las fuentes prácticamente únicas de los ingresos nacionales.
Todas admiten que el cambio climático y la precariedad de los avan-
ces contra la pobreza y la desigualdad deberían impulsarnos a cambiar el
patrón productivo. Pero, en esencia, hay una coincidencia unánime, no
necesariamente explícita, de que la transición requiere no menos de dos
décadas —el mismo plazo mencionado por García Linera como necesario
“para superar el extractivismo”—.
Por lo general, esos planes omiten tomar en cuenta las advertencias del
panel de expertos de Naciones Unidas en sentido de que estamos muy cer-
ca de que el cambio se haga irreversible, y sus consecuencias destructivas,
incontrolables.
La diferencia más grande entre el MAS y los otros es que el primero gira
en torno al protagonismo estatal y los demás, a la inversión privada y ex-
tranjera. Comunidad Ciudadana introduce el matiz de proponer una polí-
tica pública claramente más amigable con el medio ambiente, pero también
descarta cambios acelerados de matriz productiva.
Un cambio de época que no se base en la transformación productiva
profunda y radical quedará bloqueado, o muy entorpecido, por el predomi-
nio de los agentes sociales que sostienen el modelo depredador que carac-
teriza a la economía del país. La ampliación de las libertades democráticas
y las intenciones de institucionalizar bajo el predominio de la ley no alcan-
zan de ninguna manera para sostener una transición hacia otro modelo de
desarrollo y de país.
La sensibilidad social frente a estos problemas ha avanzado en alguna
medida, pero está lejos de alcanzar un grado de madurez que favorezca la
irrupción de propuestas y programas políticas que alteren con la profundi-
dad suficiente los imaginarios y el sentido común predominantes.
Bolivia 2013-2021 267

Tendencias prospectivas
El protagonismo de militantes mujeres —por un lado, la senadora Eva
Copa, y por el otro, algunas de las principales dirigentes sindicales cam-
pesinas— da luz a un capítulo muy peculiar de la historia del MAS y del
país, a la cual no es del todo ajena la presidenta interina, que se ha mostra-
do capaz de desconcertar inclusive a sus asociados. El Parlamento de las
mujeres, impulsado por “Mujeres Creando”, ha servido de escaparate para
descubrir un posible espacio de nacimiento de dirigentes femeninas que
habrá de probarse en los siguientes meses.
La mayor presencia femenina ha estado acompañada de la aparición de
nuevos actores, como los que provienen del intento de reconstruir comités
cívicos. Se manifestó entre medio, muy fugazmente, un nutrido y locuaz
grupo de representantes de “comités cívicos populares” que ayudaron a cal-
dear las tensiones de La Paz, con un estilo muy propio de remontadores
de olas políticas, pero apenas alcanzaron a exhibirse por un tiempo algo
mayor al que dura una rompiente.
Es diferente el caso de Luis Fernando Camacho y de Marco Pumari, que
tienen una representatividad y raíces más hondas. Además de lo que ya se ha
apuntado sobre el dirigente cruceño, sus características personales en cuan-
to a osadía, impulsividad e impetuosidad calzan perfectamente, y mejor que
el exitoso Percy Fernández, en ciertos patrones y estereotipos muy aprecia-
dos por el consumo de personajes vistosos, y no solamente en Santa Cruz.
Esto se potencia con el manejo dramático de toques religiosos, cuya
apetencia ha aumentado muy estimulada por el clima de incertidumbre,
como bien lo mostró la importante votación que obtuvo Chi Hyun Chung.
Marco Pumari, de apariencia más tímida y modesta, puede parecer una
imagen actualizada de cómo se mostraba Evo Morales en sus inicios, con
la ventaja de que quienes lo han identificado como su reemplazante segu-
ramente daban por hecho, o todavía lo dan, de que se trata de una versión
corregida y mejorada.
Los implacables hechos dañaron gravemente esa imagen cuando Cama-
cho propaló conversaciones grabadas en las que Pumari pide una suma de
dinero para su campaña, y que se gestione en su favor (no para mí, ha dicho
el dirigente, para Potosí) el control de Aduanas en dos departamentos.
268 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

La difusión de la conversación —que se ajusta a un patrón calificado


como mafioso y chantajista por algunos de los que lo han criticado— ser-
viría para que Camacho se deshaga de un aliado que ayudó mucho al cre-
cimiento de su imagen electoral como dirigente inclusivo, democrático y
de alcance nacional, pero muy incómoda, a continuación, por todo tipo de
incompatibilidades, incluyendo las clasistas, étnicas y de representación de
intereses básicamente contrapuestos.
Pese al rápido y duro desgaste de las expectativas que despertaron, aún
disfrutan de una imagen positiva asociada a la sensación de alivio colec-
tivo que se respira ahora, después de la ansiedad y el profundo temor que
se vivió durante la segunda quincena de noviembre. Pero, como se ve, ese
alivio reposa sobre bases muy endebles, por lo menos en lo que toca a las
prácticas de la mayor parte de representantes políticos.
Por un lado, el oportunismo del gobierno interino (nueva versión del
“ahora que podemos…”), se presta para desatar tormentas instantáneas e
inesperadas; por el otro, el aparato belicista que prepara y dirige Morales
Ayma a escasos metros de nuestra frontera sur puede generar escenarios
de alta volatilidad, que contrarían frontalmente la inclinación que caracte-
riza a nuestra sociedad —y no solo ahora— a preferir y buscar soluciones
pacíficas.
El fundamento de la durabilidad de la paz social depende ahora princi-
palmente de la disposición de ánimo y la experiencia de la sociedad, y no
de la sagacidad o responsabilidad de la mayoría de los dirigentes políticos
y sindicales. Los resortes de discursos y símbolos de confrontación étnica
y racial que se han puesto en juego durante la última fase, que culminó con
la salida de Evo Morales, representan la mayor amenaza de resurgimiento e
intensificación de confrontaciones violentas.
En el plazo más próximo, las semanas que restan para que fenezca el pe-
ríodo constitucional vigente, el 21 de enero, estarán teñidas por una inten-
sificación de tensiones políticas alrededor de la composición del Órgano
Electoral Plurinacional (OEP), que abarca al nuevo TSE y a los TED. Esta
definición se combina con la necesidad de extender el plazo de vigencia del
gobierno interino y de la Asamblea Legislativa.
La dirección del MAS se está esforzando por mostrarse inflexible en im-
poner el peso de sus dos tercios en el Legislativo, tanto en el nombramiento
Bolivia 2013-2021 269

de vocales electorales como en no prorrogar la vigencia del gobierno inte-


rino, sentenciado por la CPE a no durar más de 90 días.
El TCP jugará un rol preponderante en este último campo. Si hasta el
momento de pronunciarse sobre la prórroga no ha anulado la sentencia
0084-2017, cobra intensidad la amenaza de que una eventual negativa a
autorizar la extensión del mandato, manteniendo vigente dicha sentencia,
supondría anular a la Ley Nº 1266, de Régimen Excepcional y Transitorio
para la Realización de las Elecciones Generales, de 24 de noviembre de
2019, con la automática rehabilitación de la candidatura de Morales.
No es esta la tendencia central de la coyuntura, ni su resultado más pro-
bable, sino el desenlace con que aun sueña la cúpula del MAS y que tratará
de forzar. La tendencia central es la de una sórdida y opaca negociación en-
tre el gobierno interino y la representación debilitada y dividida del MAS,
que ampliará la extensión del primero y del Parlamento.
Un TSE renovado presidirá una elección más limpia y equitativa para
los candidatos y coaliciones electorales, aunque básicamente desprovista de
opciones para los electores en materia de avanzar hacia un nuevo modelo
de desarrollo y una vigencia cabal de los avances contenidos y proyectados
en nuestra CPE.
Como segundo escenario inmediato está la posibilidad de un estanca-
miento de las negociaciones que, sin llegar al extremo de volver a generar
un gobierno vacante, conduzca a una seguidilla de enfrentamientos con
rebrotes de confrontación, cuyo límite está fijado por la vigorosa decisión
social (y también militar y policial) de cerrar el paso a una intentona de
retorno inmediato del MAS.
Bajo la hipótesis de que la tendencia principal es que se abra paso a
nuevas elecciones, en ese proceso se insinúa que, pese a su significativo
debilitamiento, el MAS continúa siendo la organización con mayores posi-
bilidades de obtener la mejor votación en primera vuelta, pero sin chance
de ganar la segunda. Sin embargo, contaría con la ventaja de obtener la
representación parlamentaria más nutrida (alrededor de un tercio de ban-
cas), lo que implica un altísimo poder y la capacidad de mantener en vilo la
gobernabilidad del próximo régimen.
Comunidad Ciudadana todavía tiene la chance de ocupar el mejor es-
pacio para disputar con el MAS, siempre y cuando no se sumen a BDN las
270 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

tentaciones de Doria Medina —que se insinúan atenuadamente— o de otro


pretendiente a ocupar el centro (probablemente Demócratas, con un nuevo
candidato).
El potencial electoral de Mesa aparece tanto o más dañado que el del
MAS porque seguramente perderá gran parte del voto útil de Santa Cruz,
que representa un tercio de sus votos, y menguará en otros distritos. No es
muy fácil que CC comprenda que la mejor posibilidad de recuperar votos
depende de que busque y encuentre mensajes y medios que le permitan
atreverse a interpelar a aquellos electores que sostuvieron al MAS, princi-
palmente por resignación y temor, pese a conocer lo corrupto y decadente
que era su régimen.
Chi, Camacho y, con menores probabilidades, Pumari, disputarán un
espacio no completamente nuevo, pero muy engordado con los nuevos de-
cepcionados del MAS, surgidos más bien de sus alas más radicales y de la
pobre capacidad de la oposición política durante la movilización social que
se enfrentó al régimen.
El proceso electoral tiende a acentuar los perfiles que ya se insinuaban
en las elecciones de octubre, es decir, que el próximo gobierno nazca débil,
acompañado de un parlamento fragmentado; esta vez posiblemente más
fragmentado que en la elección anulada.
El debilitamiento del sistema de representación política, en su dimen-
sión partidaria y sindical, fortalecerá la presencia y la actuación de com-
ponentes que tuvieron un peso mayor hasta el arribo del MAS: las iglesias,
los medios de difusión masiva y las ONG, entre los más conocidos. En ese
sentido, existe una ventana de oportunidad para impulsar la recuperación
de la autonomía, la democratización y la revitalización de organizaciones
sociales y el fortalecimiento de la sociedad civil.
La menor disponibilidad de ingresos nacionales activará dinámicas sa-
larialistas y de reivindicaciones múltiples que serán infructuosas y desgas-
tantes para todos los actores involucrados, en la medida en que no hallen
vías de convergencia hacia una plataforma común capaz de superar la diná-
mica sectorialista que ha predominado en los últimos años. Si el movimien-
to popular no consigue trascender esos hábitos, contribuirá a incrementar
las condiciones del deterioro económico general y del fortalecimiento de
propuestas políticas regresivas.
Bolivia 2013-2021 271

Esa menor disponibilidad de recursos afectará también la cúpula de los


grupos corporativos y de las organizaciones sociales que actuaron como
socios cogobernantes del régimen masista. Pero no hay garantías de que
esto contribuya al saneamiento y la recuperación de la independencia de
estas organizaciones, porque los ajustes de cuentas entre facciones y el re-
brote de caudillismos estarán muy presentes.
La combinación de nuevos desafíos y la existencia de un cierto nivel
de empoderamiento de amplios grupos sociales con base a un mayor co-
nocimiento de sus derechos, junto a la vigencia de un cierto impulso de
renovación, puede lograr que las condiciones adversas se contrapesen con
un intensivo trabajo de promoción y fortalecimiento de nuevas dirigencias
de base e intermedias.
Reivindicar nuestra maltratada Constitución, que ha probada ser aje-
na al MAS en su contenido fundamental, puede ser la mejor referencia de
unidad para recuperar la autonomía de las organizaciones sociales y para
ir trazando una plataforma programática orientada a buscar un modelo
alternativo de desarrollo.
Las bases de un programa mínimo de transición ya han aparecido en
algunas luchas de resistencia popular: el planteamiento de una pausa eco-
lógica prolongada contra quemas, desbosques y cambios del uso de sue-
los; reorientación de la inversión pública, orientada a superar la completa
dependencia de la explotación hidrocarburífera, minera y de los negocios
agroganaderos; transformación agrícola orientada a garantizar la seguridad
alimentaria; transformación de la matriz productiva con la expansión ace-
lerada de sectores que permitan multiplicar la cantidad de visitantes al país.
Las demandas en mejoras de la salud y la educación pública ocupan un
primer plano de la atención ciudadana, y son inseparables de una acelerada
y honda reforma de la administración de justicia (tal vez acudiendo a ga-
rantes y apoyos internacionales, como se intentó en Guatemala).
La recuperación democrática demandará efectivizar las autonomías,
fortaleciendo procesos de descentralización, participación y control social.

Diciembre de 2019
Pugnas sociales y política
en era de pandemias

La ceguera es una manifestación, no descrita, ni atribuida en estudios, tra-


tados o partes médicos, al SARS-CoV-2 (nombre oficial del virus causante
de la pandemia de Covid-19). Sí lo son: la fiebre, la tos seca, la fatiga, la difi-
cultad respiratoria, la pérdida de los sentidos del olfato y del gusto y, menos
frecuentemente, algunas molestias gastrointestinales.
Sin embargo, todo lo que ignoramos sobre el virus —pueden ser sus mu-
taciones genéticas, el conjunto de su acción sobre el organismo humano, en
especial sobre el sistema inmunitario, los patrones y tendencias epidemio-
lógicas que lo caracterizan— está prácticamente sumergido en la mayor
oscuridad, incluso para los especialistas más avanzados y experimentados1.
En consecuencia, esas lagunas o mares desconocidos funcionan como una
verdadera venda que obstruye nuestra visión, incrementa nuestra ansiedad
y nos lleva muchas veces a actuar a ciegas, individual y colectivamente.
Nuestro país, que ostenta el dudoso mérito de estar entre los países del
continente que realizan menos pruebas diagnósticas y casi ningún segui-
miento de contactos, está ingresando en una nueva fase de enfrentar la cri-
sis sanitaria con los ojos literalmente cerrados2.

Ingresos que caen


Los apresurados y a veces terroríficos vaticinios que emiten filósofos,
analistas, expertos y augures de todo pelaje, ya sea en tono ultraoptmista,

1  Véase: https://n9.cl/iyw9a; https://n9.cl/e7x9g; https://n9.cl/pm2yc; https://n9.cl/k4dh3;


http://ddi.sutd.edu.sg/; https://n9.cl/kfkpd; https://n9.cl/qrjmd
2  Véase: https://n9.cl/ap0ac. Esta deficiencia se debe, en parte, a la escasez de test y reactivos
de laboratorio, pero también a un denso y obtuso burocratismo estatal.

[273]
274 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

anunciando que el mundo cambiará positivamente y el coronavirus so-


focará al capitalismo, o, en el otro extremo, que nos hundiremos en un
lóbrego pozo de desocupación, hambre y salvajismo3, se basan en intui-
ciones, estados de revelación metafísica o deducciones, pero casi nunca en
hechos verificables.
En realidad, es difícil encontrar visiones prospectivas convincentes y
fundamentadas, o siquiera en pistas que sugieran lo que depara el futuro,
ante tantas incógnitas no resueltas que ha traído la pandemia.
Entre lo que sí sabemos con suficiente certeza figura la dramática caída
de disponibilidad de recursos para la mayor parte de los actores y suje-
tos sociales nacionales4. La recuperación de la actividad comercial y de las
importaciones —frenadas en seco por las cuarentenas en el nuestro y en
varios otros países y, más importante, la todavía no cuantificada mella en
la producción de bienes y servicios— lastrarán aún más su recuperación.
En otras palabras, el temido retorno a la pobreza de las familias e indi-
viduos que la superaron en la década de los superprecios de las materias
primas se ha adelantado y masificado en nuestro continente, así como en
todos los países que alcanzaron éxitos en reducir la pobreza al inicio de
este siglo5.
El propio Estado ya está experimentando el estrangulamiento de re-
cursos externos, debido al inédito derrumbe de los precios del petróleo y
sus derivados, así como de minerales y otros commodities. Su recuperación
durante los siguientes meses es incierta6. En consecuencia, la estrechez en
las transferencias que oxigenan las arcas de gobernaciones, municipios y
universidades7 se mantiene, y se agudizará al menos por varios meses.

3  Véase: http://tiempodecrisis.org/wp-content/uploads/2020/03/Sopa-de-Wuhan-ASPO.
pdf; https://n9.cl/5l8yi; https://n9.cl/q8wzp
4  Es decir, más del 70% de nuestra población, que sobrevive inventando y realizando activi-
dades económicas usualmente calificadas de “informales”.
5  Véase: https://www.sandiegouniontribune.com/en-espanol/noticias/story/2020-04-09/
pandemia-puede-arrojar-a-500-millones-a-la- pobreza; https://n9.cl/83hp1
6  Véase: https://cnnespanol.cnn.com/2020/04/30/puede-que-el-mundo-nunca-recupere-
su-sed-de-petroleo/
7  Véase: https://www.la-razon.com/economia/2020/04/21/cepal-baja-proyeccion-crecimiento-
bolivia-3-covid-19/
Bolivia 2013-2021 275

A lo afirmado se agregará el costo de las medidas destinadas a contener


la pandemia. Una fracción de ellas proviene de las erogaciones para pagar
los salarios de todos los servidores públicos, incluyendo la frondosa alta
burocracia, durante el período de cuasi parálisis en el funcionamiento de la
mayoría de las instituciones públicas.
Los ahorros mencionados por la cartera de Economía y por el Banco
Central, debido al importante recorte de volúmenes y precios de produc-
tos, como combustibles y otros rubros, difícilmente equilibrarán las eroga-
ciones. Por ello, manejar el incremento de un déficit fuertemente impulsa-
do por la situación será una variable adicional a los problemas.
Lo que queda muy claro es que la mayor parte de la población econó-
micamente activa, incluyendo las empresas formales, privadas y públicas,
lidiarán con adversidades importantes, cuyo horizonte de resolución se en-
cuentra por ahora sumergido en la penumbra.
Las tensiones que implica lo anterior, desde este momento de forzada
inacción de la mayor parte de la sociedad, se combinarán en la fase de rea-
pertura y flexibilización con un estado de ánimo colectivo en el que se mez-
clen el temor ante la incertidumbre con vetas de frustración, malhumor y
rabia. Todo ello puede empujar a la desesperación a diversos colectivos y
sectores.

Planes de reactivación y pugna política


En diciembre de 2019 se caracterizó, en el boletín de análisis correspon-
diente, al gobierno interino como representativo de los socios económicos
del régimen masista y, más concretamente, de los vinculados al agronego-
cio y a la financiera8.
El programa de reactivación económica presentado por los ministerios
de Economía y de Desarrollo Productivo corrobora esa caracterización ya
que, salvo las indispensables medidas de apoyo y alivio de emergencia, cal-
ca el pliego petitorio de la Confederación Agropecuaria de Oriente (CAO)

8  Véase: https://n9.cl/q0wtk; https://n9.cl/dqb0h; https://n9.cl/xx6tk; https://n9.cl/j36hm;


https://n9.cl/938mr; https://n9.cl/823ie; https://n9.cl/jnluw; https://n9.cl/bcxnr; https://
n9.cl/n985a; https://n9.cl/bz960
276 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

y de la de Industria y Comercio (CAINCO). Estas afirman que será posi-


ble poner en pie la economía nacional incrementando los estímulos a la
agroindustria tradicional y a los productos ganaderos exportables, e incre-
mentando el área dedicada a biocombustibles.
Esta demanda empresarial ha sido inmediatamente ratificada y respal-
da por los antiguos colonizadores (hoy pequeños y medianos soyeros) que
ocupan tierras bajas del este y parte del Norte Integrado en Santa Cruz9 y
que, junto con los colonizadores cocaleros del Chapare, componen el nú-
cleo hegemónico del MAS.
La magnitud y la premura de los requerimientos de estos grupos econó-
micos queda patente en la cifra que exigen les provea el Estado para remon-
tar la emergencia y la crisis. Sus demandas sectoriales sobrepasan el total
de recursos que el gobierno de Añez ha programado para dar apoyo a todos
los sectores empresariales del país, entre grandes, pequeños y medianos, y
cualquiera sea el rubro en que se desempeñen10.
Pero no se trata solamente del manejo de reivindicaciones y propuestas
de planes, sino de que la temprana expansión de focos de calor en el oriente
boliviano, embriones de grandes incendios, auguran que una gran quema,
como la del año pasado, está en vías de ocurrir11, ante la completa indi-
ferencia e inacción estatal, demostrando la implacable angurria de estos
intereses.
Los planes de expansión de la frontera agrícola para transgénicos y bio-
combustibles, y posiciones como de la propia presidente, quien avaló el
plan del uso del suelo (PLUS) del gobernador masista del Beni, desoyendo
los reiterados reclamos indígenas12, no dejan duda sobre el origen e inten-
ciones del gobierno interino.
Su política mantiene intacta la amenaza que heredamos del MAS so-
bre las tierras fiscales, las reservas naturales, los parques nacionales y los
territorios indígenas. Y es que los incendios abren las puertas a los avasa-
llamientos, que preceden al intenso tráfico de estas tierras. Este comercio

9  Véase: https://n9.cl/eba8q
10  Véase: https://n9.cl/oyiyl
11  Véase: https://n9.cl/ncloh; https://n9.cl/xafno; https://n9.cl/1tkh7
12  Véase: https://n9.cl/abtck
Bolivia 2013-2021 277

es el mecanismo con el que los grandes exportadores subsidian la pobre


productividad de los cultivos industriales, propia del modelo agropecuario
vigente en nuestro país.
La promesa de que semejante esquema productivo nos permitirá recu-
perarnos y avanzar a la prosperidad olvida maliciosamente que las econo-
mías de nuestros vecinos Brasil y Argentina han llevado a su extremo el
modelo de la agroindustria de exportación, el monocultivo, los transgé-
nicos y los agrotóxicos, y que la fortaleza de estos dos países se manifiesta
cada día más claramente erigida sobre pies de barro y afligida por el retor-
no masivo de la pobreza y la inseguridad.
En el espacio de la disputa abierta por el poder político, que en este
momento concentra exclusivamente la atención de individuos y grupos
profesionalizados en esa actividad, el manejo de las masivas cantidades de
recursos públicos, propio de una situación de emergencia, parece operar
como un potente estímulo adicional de los apetitos del MAS, aparente-
mente desesperado por preservar la significativa ventaja que hasta marzo le
atribuía la mayor parte de los sondeos sobre intención de voto.
Bajo el supuesto de que mantendría esa preeminencia, o de que la está
ensanchando por los errores del gobierno, ha lanzado una ofensiva propa-
gandística y de desacato de los confinamientos sanitarios, tratando de for-
zar que se concrete una fecha próxima para la realización de elecciones13.
Si en diciembre se vislumbraba que el MAS podía ganar la primera vuelta,
pero no en primera vuelta, con las cifras de las encuestas de hace dos meses
y la deriva de la coyuntura, esa última posibilidad empieza a tomar fuerza.
La ofensiva presente del MAS resulta estimulada por las acciones del
gobierno provisional, cuya actitud parece basarse en el aparente supuesto

13  Esta situación cada vez más favorable al MAS no se ha detenido desde diciembre de
2019. Es impermeable a las nuevas y graves denuncias sobre ilegalidades cometidas por el
anterior régimen, incluyendo la muy debilitada situación en que quedó el sistema nacional
de salud pública, a pesar de las ostentosas campañas sobre el seguro único de salud y la
inauguración de varias obras hospitalarias que resultaron inútiles o quedaron inservibles
muy rápidamente. En el siguiente enlace se observa un resumen de los resultados de cinco
encuestas de intención de voto llevadas a cabo entre febrero y marzo pasado: https://
estotambiensucede.net/index.php/2020/03/12/fundacion-ebert-difunde-proyecciones-
de-bolivia-electoral/. La empresa Ciesmori ha realizado un par de muestreos durante la
cuarentena, según los cuales la ventaja se estaría volcando a favor de Añez.
278 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

—seguramente errado— de que las medidas de emergencia sanitaria y las


ayudas económicas a diversos sectores incrementarían su chance de ganar
las próximas elecciones14.
La manifiesta tendencia gubernamental a mantener la judicialización
de la política, junto con una actitud proclive al verticalismo y la represión
antes que al diálogo y los acuerdos, son también mecanismos con que se
alienta el fortalecimiento del MAS.
La pugna entre la presión masista por adelantar las elecciones y la resis-
tencia gubernamental ante ella no da señales de encontrar eco en la pobla-
ción, que se muestra más bien indiferente ante este ruidoso tironeo.
La reconquista del manejo de dos tercios de votos en la Asamblea Legis-
lativa por el MAS, que ya se manifestó con la censura al ministro de Defen-
sa, es un indudable resultado de la manera descuidada y altanera con que
el gobierno ha tratado a los legisladores masistas, con quienes le fue posible
iniciar la pacificación del país y aprobar leyes clave como la de convocatoria
a elecciones. La preservación de una relación abierta y de consulta pudo ce-
rrarle el paso al objetivo del MAS de reconquistar el control de su bancada,
pero el gobierno interino abandonó esa tarea.
Gracias a ello se amplifica la debilidad institucional del gobierno provi-
sional, puesta casi exclusivamente en las manos del Tribunal Constitucio-
nal (TCP)15 y las FF. AA., al mismo tiempo que se observa una recuperada,
pero aun volátil, unidad del MAS.
Por vez primera después de un prolongado paréntesis, el candidato de
Comunidad Ciudadana (CC) está intentando una acción política que bus-
ca recuperar iniciativa, al situarse explícitamente al margen de la confron-
tación entre el MAS y el grupo gobernante que forjó y lanzó la candidatura
de Añez, implicando que se trata de una pugna mezquina y de alto riesgo

14  Si se mantiene la última posición oficial, expresada por su ministro de Salud en sentido
de que no cabe sino resignarse ante las muertes y el avance de los contagios hasta alcanzar
la inmunidad de rebaño, enfrentamos el riesgo de que el descontrol sanitario que ahora se
observa en Beni se convierta en tendencia dominante.
15  Se desconocen los términos del armisticio entre los miembros del TCP, elegidos con
el patrocinio del MAS, y el actual Ejecutivo, aparentemente muy satisfecho con que ese
organismo no objetara la legalidad de la actual presidencia. El actual gobierno ni siquiera
se ha esforzado en reclamar que culminen las demandas para anular la anticonstitucional
sentencia que habilitó la última candidatura de Morales Ayma.
Bolivia 2013-2021 279

colectivo en la situación en la que se desenvuelve la pandemia en el país y


en ausencia de un acuerdo político.
La sola promulgación de la ley que fija fecha tope para las elecciones, en
la amplificada situación de autonomía relativa de los aparatos de Estado,
no garantiza su cumplimiento. Si no se producen cambios, podría terminar
convirtiéndose en una muestra de impotencia y no en el gesto de fuerza
que pretende el MAS.
Cuando se desconoce el número de personas infectadas con el coro-
navirus —ya que sin pruebas ni seguimiento de contactos las estimacio-
nes oficiales tienen un margen excesivo de error—, no son fantasiosas las
hipótesis y modelaciones que advierten que los casos activos (incluyendo
una probable mayoría de asintomáticos) multiplican holgadamente la cifra
oficial de contagios16.
Además, desconociendo si los pacientes recuperados tienen inmunidad
temporal o permanente; ignorando si pueden ser ciertas las hipótesis, ba-
sadas en reincidencias y autopsias, de que este coronavirus en particular
diezma las células inmunitarias, nadie puede garantizar las consecuencias
del indispensable e inevitable levantamiento de las cuarentenas.

Enfrentando la adversidad y la incertidumbre


La lucha frontal y prioritaria por la salud y un vigoroso y eficiente sistema
sanitario público17 que la resguarde es hoy parte medular de una platafor-
ma unitaria de la sociedad civil. Esta necesita propuestas para cambiar las
matrices productiva y energética como un camino obligatorio para encarar
la recuperación económica.
Para dicha recuperación hay que tener en cuenta que, si bien la deuda
externa era impagable en la década de 1980, hoy nos encaminamos acele-
radamente a una situación en que pagarla resultará material y moralmente
insoportable e insostenible.

16  Dos modelos que advierten la posibilidad de una mayor cantidad de contagios se
encuentran en: https://n9.cl/k4dh3; https://n9.cl/ve9i1
17  El cobro de tarifas exorbitantes y especulativas por clínicas privadas hace imperativo
adoptar medidas similares a las que tomó el gobierno de Irlanda, al obligar a los centros
privados a ponerse bajo el mando y normas del sistema público sanitario.
280 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Se necesita construir nuevas bases económicas a partir de incremen-


ta la producción de alimentos, de abandonar las técnicas depredadoras de
tierras, aguas, bosques y biodiversidad que ahora predominan; de cimen-
tar una industria de turismo que duplique o triplique el flujo de visitantes
(cerca de un millón el año 2019)18 , y de sustituir las exportaciones de gas
y minerales. En suma, un viraje a formas de bioeconomía (economía verde
y naranja) ocupan un lugar fundamental en la reconstrucción de la econo-
mía y las relaciones sociales.
Estas búsquedas se darán mediante el rescate de las formas de actua-
ción social directa. Las dificultades económicas se convertirán en impul-
sos de reactivación de exigencias de descentralización y fortalecimiento de
autonomías regionales y sociales. Sin embargo, una seria desventaja para
conseguirlo es que la renovación y democratización de las organizaciones
sociales secuestradas y descompuestas por el régimen masista no da seña-
les de resolverse en un futuro cercano.
El descontento de médicos y personal sanitario debido al incumplimien-
to constante de compromisos de pago de salarios, de dotación de trajes e
implementos de bioseguridad, de incremento de pruebas y mapeo de con-
tactos, así como la multiplicación de contagios entre el personal de primera
línea (incluyendo a policías y militares), tiende a abrir paso a una situación
de descontrol gubernamental. Esta se vería empeorada por la apuesta del
gobierno de mezclar la gestión con la promoción de la candidatura de la
presidenta. La demanda de declinación de dicha candidatura tomará im-
pulso al compás de los desaciertos oficiales y, especialmente, de sus impac-
tos en el manejo de la crisis sanitaria.
La coyuntura tiende a caldearse bajo el impulso de la ofensiva masista
en los frentes parlamentario y callejero. A ello se añade la cada vez más
rápida sucesión de señales de corrupción (ENTEL, YPFB, el manejo de
nombramientos para altos cargos), abusos de poder y reticencia al diálogo.
El gobierno interino se inclina a exhibir un estilo y recursos similares
a los de sus predecesores, con la importante diferencia de que carece de

18  Este turismo debe alejarse de los moldes y operadores tradicionales de turismo (golpea-
dos frontalmente por la pandemia). Esto supone garantizar la intangibilidad de reservas
naturales, parques nacionales y territorios indígenas, con absoluta prohibición de quemas y
desmontes, porque el principal atractivo que tenemos para ofrecer al mundo es una natura-
leza preservada y culturas capaces de sostener un equilibrio con ella.
Bolivia 2013-2021 281

la legitimidad, la organización y la tolerancia social de la que disfrutó el


régimen previo.
Todo lo anterior refuerza y multiplica las amenazas de proliferación de
escenarios de enfrentamiento social y político. Prácticamente cualquier go-
bierno (incluyendo ciertamente uno del MAS) que sea elegido y mantenga
la misma visión, modelo económico social y prácticas del régimen masista
y del actual, tendrá un horizonte de vida que, generosamente, no superará
los dos años.
En todo el mundo se alzan voces que reclaman virajes de fondo en la ma-
nera deconstruir la sociedad y de relacionarnos con la naturaleza y los demás
seres vivos. La reactivación económica debería servir para abrir espacio a
modelos alternativos de desarrollo y eludir las amenazas de descargar la crisis
sobre las espaldas de los abandonados y desprotegidos habituales19.
Los combates por no quedar condenados a la sobrevivencia desesperada
y por no ser nuevamente las víctimas de ajustes concebidos bajo las fórmu-
las y esquemas tradicionales y arcaicos, necesitarán combinarse con accio-
nes frontales y decisivas para enfrentar el cambio climático y dejar atrás
los patrones sociales, universalmente prevalecientes, que han originado y
están disparando la gran crisis global que atravesamos y la posibilidad de
que esta se repita periódicamente.

Mayo de 2020

19  Véase, por ejemplo: https://n9.cl/tzlie; https://n9.cl/6on2u


Enfermedad y bloqueos

Los estertores del bloqueo que pedía la inamovilidad de la fecha electoral


y el exceso de testosterona en los tours fotográficos de Evo Morales Ayma
se conjugan para golpear, con dureza nunca vista antes, el monolitismo del
MAS, agrietándolo en más de un frente. En la banda opuesta, los peores
pronósticos sobre el comportamiento del gobierno interino empalidecen
frente las conductas de sus componentes clave.
Más allá de las fallas de unos y otros, las prácticas políticas nacionales,
que nunca se caracterizaron por su pulcritud y sutileza, se han sumergido
en el pantano más rudimentario de una campaña electoral, tan tóxica como
la epidemia del coronavirus.
Superados oficialmente casi 120 mil contagios y las 5.000 víctimas fata-
les, con el mayor déficit continental de pruebas diagnósticas, los rastrillajes
de las grandes ciudades aportan evidencias irrefutables de que los informes
del Ministerio de Salud cubren menos de la mitad de los casos de contagio1.
Con el bloqueo y antes de él2, Bolivia ha enfrentado la pandemia con el
paupérrimo sistema de salud heredado y con la mediocridad y estulticia
de una administración dedicada a promocionar su candidatura y a desviar
recursos que debían dedicarse a aliviar la enfermedad.

1  El New York Times multiplica por cinco los contagios y muertes, pero especialistas en
datos desconfían de tales cifras, que carecen de bases de datos. Sin embargo, estiman que los
datos oficiales subestiman enormemente las verdaderas cifras. Véase: https://www.nytimes.
com/es/2020/08/22/espanol/america-latina/bolivia-coronavirus.html El modelo de López
y Birbuet ofrece la ventaja de permitir múltiples comparaciones con diversos países,
especialmente del continente, y se calcula sobre número de casos por millón de habitantes;
véase: https://rafalopezv.github.io/covid_bolivia/
2  Véase: https://n9.cl/dr4q0

[283]
284 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Poderes en pugna
La tónica predominante en los últimos meses es la del choque abierto entre
el Ejecutivo y el Congreso. La llamada pacificación de fines del año pasa-
do, apresuradamente edificada sobre los cadáveres acumulados en Sacaba,
Montero y Senkata, fue posible gracias al agrietamiento de la hasta enton-
ces inconmovible estructura orgánica, alineada detrás del pétreo mando de
Juan Evo Morales Ayma.
Hoy los actores políticos exhiben un desconocimiento de las nociones
elementales y de las más básicas tácticas para encarar y resolver problemas.
La especialidad de los operadores-protagonistas de la escena es generar
conflictos y su maestría consiste en empeorarlos.
Los violentos episodios durante y después de la escapatoria de Morales
y García, con el alto costo de la propagación y el agravamiento de enfer-
medades y de muertes entre la población inocente y ajena al conflicto, se
detuvieron mediante la frágil tregua pactada en el Legislativo. Nuevamente,
se debió a una predisposición colectiva a no atizar la violencia abierta y la
intervención de agentes ajenos o secundarios del sistema de representación
y mediación política.
El pico de violencia tras la fuga de Morales y García el año pasado tenía
como objetivo propiciar su pronto y victorioso retorno, ya sea por reclamo
popular o por acción militar, después de generar el vacío de poder ulterior
a la renuncia de sus propios relevos.
El fracaso de ese plan ocurrió, entre otros factores, por el hartazgo de
entre seis a diez parlamentarios del MAS, y quebró el sentimiento de omni-
potencia de quienes estaban acostumbrados a imponer sus dos tercios. Eso,
más la sensación de orfandad y confusión de la base partidista del MAS,
creó un cierto clima emocional reforzado por el aturdimiento de cobistas y
otros dirigentes corporativos, aterrorizados ante la posibilidad de que se les
empiece a exigir rendición de cuentas.
Sin duda que el factor decisivo que contribuyó al extraño ceremonial de
atenuación de furias —observado en la televisada negociación entre minis-
tros, parlamentarios y dirigentes sindicales— fue la poderosa predisposi-
ción mayoritaria de la sociedad a detener los focos de violencia.
Bolivia 2013-2021 285

Una vez que se aplacó el clima de violencia exacerbada, los miembros del
gobierno apagaron las luces y cerraron el teatro. Todas las promesas de apro-
ximación, conciliación y diálogo concluyeron antes de que llegue la Navi-
dad y con la proclamación de la candidatura de Añez Chávez se desnudó la
ambición restauradora señorial de una de las fracciones, representativas del
poder del agronegocio, que maneja directamente los hilos de este gobierno.
El testimonio de la presidenta del Senado respecto a que la señora Añez
no intentó conversar con ella ni una sola vez, explica perfectamente cómo
se volvió a montar el conflicto. Supuestamente, el hielo no se quebró ni
siquiera para ponerse de acuerdo en la ley de prórroga del mandato a prin-
cipios de año.
La anécdota puede ser más o menos objetiva, pero ilustra los muy estre-
chos límites de la capacidad de las dos fracciones políticas minoritarias que
permitieron poner en pie y mantener un gobierno provisorio, de legalidad
quebradiza, por más de nueve meses. El fracaso de las personas y los gru-
pos condensa esa llamada “cultura política” propia de los representantes
(partidarios, sindicales, corporativos, empresariales y varios otros) intem-
perantes y atrabiliarios que dominan la escena política nacional.
El riesgoso tironeo entre un Parlamento —que se siente cada vez más
impetuoso e impune— y un Ejecutivo que derrocha tanta mezquindad
como avidez por apropiarse de recursos públicos y con un ánimo inclinado
a la amenaza y la querella, armaron la peor combinación posible para en-
frentar la pandemia.

Salud y asaltos a cara descubierta


El número de contagios que reporta el Ministerio de Salud corresponde ex-
clusivamente a esa minoría de personas que presenta síntomas y que pudo
ser atendida en un centro sanitario y hacerse una prueba diagnóstica, o a
quienes acudieron por su cuenta a conseguir una en algún laboratorio.
Como el gobierno ha desalentado desde un inicio la aplicación de prue-
bas de laboratorio3, y jamás ha tenido un plan de mapeo y seguimiento

3  Cuenta también la dificultad mundial que existe hasta ahora para conseguirlas, así como
para los reactivos y equipos requeridos.
286 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

de contactos, queda fuera de duda que no son ni serán detectados miles


de contagios, incluso los tratados en instalaciones hospitalarias. Menos to-
davía la multitud de quienes se tratan en casa ni de quienes no pueden
acceder a tratamiento alguno ni el importante porcentaje de infectados con
síntomas leves o asintomáticos.
Respecto a los decesos, la siempre deficiente información pública, su-
mada a que escasean las pruebas para los que mueren y a la acumulación de
entierros clandestinos, revelan que los números oficiales no dan ninguna
pista sobre la letalidad real.
En contraste con la desidia y el descuido oficial en las negociaciones
políticas más delicadas y un superficial retoque al desvencijado sistema sa-
nitario que heredamos de la gestión masista, son demasiados los funcio-
narios que muestran un estado de alerta extraordinario y una maravillosa
agilidad de manos para escamotear recursos fiscales. La aptitud fiscal para
prevenir estos actos y de sancionar a los culpables no ha mejorado ni un
milésimo.
La compra de respiradores, valuada en 5 millones de dólares, se eleva
hasta ahora a más de 16 millones de dólares sin que se aclaren los sobrepre-
cios denunciados en abril y hace poco4.
También se ha disuelto el seguimiento a los graves problemas en la ad-
ministración de YPFB (contratación de seguros, comidas para campamen-
tos, compra de diésel), así como a un contrato con grandes sobreprecios del
Ministerio de Energía5. No hay mayores acciones en el caso de los contratos
incestuosos entre filiales de YPFB para incrementar precios6, ni en el ex-
traño papel del misterioso y elusivo embajador tecnológico (La Razón, 8 de
junio de 2020), presuntamente muy cercano a la hija de Jeanine Añez.
La lista es muy larga, y tiene un efecto desmoralizador en la percepción
ciudadana, pues se repite el eterno comportamiento de los profesionales de
la política, cualquiera sea la bandera que agiten o los relatos con que justi-
fiquen su predisposición a “servir al público”.

4  Véase: https://n9.cl/upwb6. La presidenta atribuye el problema a su “falta de experiencia”


en la adquisición de respiradores; véase: https://n9.cl/e2avm
5  Véase: https://n9.cl/n59gw
6  Véase: https://n9.cl/9lkv5
Bolivia 2013-2021 287

El padre de todos los bloqueos


Si el Ejecutivo y el Legislativo rompieron lanzas con la interpelación al mi-
nistro de Defensa —inmediatamente restituido en su cargo después de la
censura—, el ascenso anual de jefes militares (trabado y postergado por el
Senado) estructuró, junto con la aprobación de créditos externos, la nueva
arena de las disputas.
Las hostilidades llegaron al extremo de impedir tanto la difusión del
mensaje presidencial en la Asamblea Legislativa, como la intervención de
la cabeza del Legislativo en los medios estatales. Esto allanó el camino para
el bloqueo de vías, que terminó por desabastecer de medicamentos e insu-
mos vitales, como el oxígeno, a los centros de salud, farmacias y salas de
emergencia y terapia intensiva.
La intervención y la digitación del MAS en la preparación y el desarro-
llo del bloqueo fue públicamente reivindicada por sus cuadros y sus alia-
dos dirigentes de organizaciones sociales. Donde existen distintos puntos
de vista, más complementarios que antagónicos entre sí, es en el análisis
sobre el grado de participación voluntaria y masiva de campesinos en el
bloqueo7, lo que en última instancia involucra una valoración del estado de
ánimo que predomina en la franja más activa de la militancia y de votantes
del MAS.
Las encuestas previas a la cuarentena mostraban que la fidelidad de sus
electores prácticamente calcaba las cifras que obtuvo el año pasado8. Estas
cifras se mantuvieron básicamente estables al menos hasta julio, según di-
versos sondeos, ninguno de los cuales se publicó de manera oficial.
El pánico que produce la posibilidad de una victoria masista empuja a
los sectores más duros de la derecha a una ofensiva contra el TSE, buscan-
do que la fecha de elecciones vuelva a postergarse. El ataque, comandado
ahora por el presidente del Comité pro Santa Cruz, tiene entre sus más

7  Véase tres ejemplos de estas diferentes interpretaciones: https://n9.cl/4nom4; https://


n9.cl/03wlu; https://n9.cl/9o06b
8  Según los promedios que brinda la Fundación Friedrich Ebert: https://n9.cl/p4x6i.
El diario Página Siete ha presentado la última encuesta pública en la tercera semana de
agosto, en la que el MAS y CC aparecen empatados: https://www.paginasiete.bo/temas/
encuesta-1638.html
288 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

firmes adherentes a José Luis Camacho y a la presidenta Añez, como esta lo


dejó claro en su discurso del 6 de agosto9.
Pero aplazar nuevamente las elecciones con el propósito oculto de me-
jorar el reacomodo de las candidaturas más directamente vinculadas al
agronegocio es una opción desesperada10. Hasta los menos agudos se dan
cuenta de que no existe margen legal (y mucho menos político y social)
para mantener el interinato, como lo advierten las intensas señales de que
habría una exigencia social ampliamente mayoritaria para su salida.
Produce mayor pánico todavía, aunque pretenda lo contrario, la postura
de una transición cívico militar, como especulan en Santa Cruz los grupos
más reaccionarios. La ansiedad de estos sectores no se aplaca ni con las
insistentes señales de que el desenlace del bloqueo ha multiplicado roces
internos entre los grupos corporativos del MAS que lo respaldan y que pu-
sieron la cara para convocar a la movilización fallida y entre quienes se
alzan entre la organización política y las hasta ahora leales organizaciones
sociales11.
La confusión masista se ha incrementado por las denuncias de que su
máximo jefe habría incurrido en delitos sexuales, cuya víctima sería una
joven con la que se ha exhibido frecuentemente y con la que, según sus
acusadores, se relaciona desde que esta era menor de edad. Si la estructura
soportó una situación similar en 2016, surge ahora la duda de si podrá
hacerlo nuevamente, habida cuenta de su fuga en noviembre y de los des-
barajustes internos.
Todas las posibilidades señalan que el debate electoral se atornillará en
estos temas, además de otras cuestiones judiciales y acusaciones mutuas de
corrupción. Estará ausente la discusión de cómo encarar la reconstrucción

9  Véase: http://www.elalteno.com.bo/bolivia/20200807/anez-ataca-al-tribunal-electoral-y-
copa-apuesta-por-el-dialogo
10  El columnista Manfredo Kempff, fiel seguidor de Banzer, se resignó el año pasado a
recomendar el voto por CC como el mal menor. Ahora expresa que esa salida no lo convence,
pero se queja de la falta de alternativas, ya que aquella que preferiría, la unidad en torno a
Tuto Quiroga, no le parece viable, como confiesa en su columna: https://eldeber.com.bo/
opinion/pensando-en-las-candidaturas_198001
11  Véase: https://n9.cl/blzo5; https://n9.cl/b4mr5; https://n9.cl/arwd6; https://www.la-
razon.com/nacional/2020/08/31/choquehuanca-quien-comete-estupro-debe-someterse-a-
la-ley-y-a-un-tratamiento-psicologico/
Bolivia 2013-2021 289

del país. Se omitirá también la consideración de un nuevo modelo de desa-


rrollo que sustituya al actual, cuyas fuentes de ingresos se están agotando o,
sencillamente, son insuficientes y antagónicas con la necesidad de detener
el deterioro y la crisis ambiental.
Bajo las condiciones de enfrentamiento político y social vigente, sin un
proyecto que repare tales distancias y choques, continúa afirmándose la
tendencia de una gobernabilidad enredada, si es que no insostenible, para
cualquier futuro gobierno de nuestro país.

Septiembre de 2020
Triunfo y retorno

La parsimonia gubernamental para adoptar medidas anticrisis se parece


demasiado al estupor que asaltó a una gran parte de la población bolivia-
na, incluyendo muy probablemente a los votantes por el Movimiento al
Socialismo (MAS), ante las cifras de su categórico triunfo el 18 de octubre
pasado.
No existe un antecedente registrado sobre el paroxismo de sorpresa y
desesperación que golpeó a una buena parte de ese 45% de electores que
votaron contra el MAS. El efecto del aturdimiento se multiplicó por la sig-
nificativa demora en las primeras proyecciones del conteo rápido. El públi-
co no conseguía asimilar que era la primera vez que asistíamos a elecciones
en medio de una pandemia, que bastaba para explicar el retraso que em-
pezó con la apertura de las mesas y que se fue acumulando hasta el envío
de datos1.
Vale la pena detenerse en este recuerdo porque, como consecuencia, en
las siguientes semanas el país fue sacudido por una ola de negacionismo
llevada al paroxismo2. Este fenómeno, cada vez más frecuente aquí y en
todas partes, obedece a la expansión y al fortalecimiento de la influencia de
las plataformas digitales, unánime y equívocamente llamadas “redes socia-
les”, verdaderas sembradoras de desinformación y falsedades.

1 El resultado de la elección se puede encontrar en el constante alto número de supuestos


indecisos en prácticamente todas las encuestas, por lo menos de julio en adelante. La con-
ducta beligerante y corrupta del gobierno interino, la consolidación de la candidatura de L.
F. Camacho y la ineptitud general de la campaña de CC completan el cuadro.
2  Es decir, la incredulidad ante los resultados, pese a la consistencia de los datos y la tenden-
cia a explicarlos con teorías de complot y manipulaciones inverosímiles. El “camachismo”
alentó intensamente estas reacciones en plan de ocultar su cuota parte de responsabilidad, y
estuvo sustentando ideológicamente las reacciones más golpistas y regresivas. Sin embargo,
de ninguna manera cabe atribuirle haber estado solo en esta maniobra.

[291]
292 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Bolivia no es inmune a las infodemias, como no lo es al coronavirus,


contrariamente a la irónica afirmación de un youtuber promasista a media-
dos de la primera oleada de la pandemia, y que ha sido ascendido al grado
de “héroe popular” por el flamante ministro de Gobierno3.
Lo verdaderamente importante es que la categórica victoria del MAS
ha originado una prolífica serie de teorías conspirativas, de tono y carácter
alucinado y alucinante, según las cuales el TSE habría socapado un fraude
gigantesco en favor del ganador en esta última elección.
En Santa Cruz —departamento que, desde la rebelión ciudadana del
año pasado, emite frecuentes y crecientes señales de que avanza en enca-
bezar la dinámica política del país— se ha arraigado de tal manera esta
sospecha, que fácilmente puede contribuir al explícito plan de Evo Morales
para defenestrar al TSE, facilitándole recuperar su control4.

El reino de la banalidad
El predominio en la discusión pública de las anécdotas sobre los nombra-
mientos de nuevos altos funcionarios, junto con la adelantada y presuro-
sa campaña electoral por los gobiernos y legislativos de las autonomías,
han permitido disimular el enorme desconcierto para afrontar la suma de
problemas agregados por la desaceleración económica y la extensión de la
epidemia mundial por coronavirus.
La campaña electoral masista y los discursos de apertura de Arce y Cho-
quehuanca en su posesión intentaron crear la impresión de que inaugura-
rían una gestión caracterizada por iniciativas rápidas y bien definidas. Sin
embargo, a un mes de su estreno, las noticias generadas por el Ejecutivo
no van mucho más allá de los inevitables nombramientos de nuevos altos
funcionarios5, casi siempre acompañados de un estruendoso zumbido de
decenas o centenares de aspirantes que reclaman su espacio en alguna silla

3  Véase: https://n9.cl/h02vo. Tal vez esta actitud proporciona una pista sobre la veracidad de
la denuncia contra el nuevo jefe del sistema represivo que sustenta la exsenadora Eva Copa;
véase: https://correodelsur.com/politica/20201124_eva-copa-continua-proceso-por-acoso-
en-contra-del-ministro-de-gobierno.html
4  Por ahora, están coaligados en la tarea de desacreditar al TSE desde la ultraderecha hasta
sectores progresistas del departamento; véase: https://n9.cl/apqto
5  Véase: https://n9.cl/dcrg0
Bolivia 2013-2021 293

de la administración como reconocimiento a su presunta fidelidad o dili-


gencia partidista.
En contrapartida, no asoman por ningún lado planes y medidas para
afrontar los problemas de fondo. Aparentemente preocupado por la mul-
tiplicación de observaciones sobre este vacío, el ministro de Gobierno
ha voceado tres “medidas de reactivación económica”: el “bono contra el
hambre” (ya aprobado hace meses por la bancada masista saliente); un im-
puesto a las grandes fortunas y el reintegro en efectivo del impuesto al valor
agregado (IVA).
El más importante, pero también de efecto más fugaz, es el bono de mil
bolivianos, unánimemente reconocido como necesario, que llegaría a mi-
llones de beneficiarios. Este importante monto se inyectaría rápidamente en
la economía, con efectos fugaces, pero incontrovertiblemente reactivadores.
El impuesto a la riqueza tiene un horizonte incierto de instrumentación,
y su monto ronda lo intrascendente; la devolución del IVA no supera ac-
tualmente el carácter de un anuncio, y tiene efectos igualmente limitados.
La prohibición de importar automotores usados —anunciada como
cuarta medida— no tiene mayor efecto reactivador. Sí tienen, hipotética-
mente, un efecto directo sobre el muy golpeado rubro de turismo interno
los “permisos especiales” para que funcionarios se tomen vacaciones en
estos circuitos. Sin embargo, difícilmente puede utilizarlos quienes no sean
altos jerarcas, que suelen estar demasiado ocupados cuidando su puesto y
su clientela para tomarse tales licencias.
El 95% de los funcionarios, como el resto de quienes han conseguido
preservar su fuente de trabajo o inventarse una, difícilmente pueden pen-
sar en paseos y vacaciones en tiempos de pandemia y empobrecimiento.
A falta de reactivación, se anuncian dos muy correctas medidas en pro
de las mujeres: la superación de brechas salariales entre sexos y educación
escolar para prevenir la violencia contra las mujeres.
Todas estas disposiciones están muy lejos de encarar con la amplitud y
el vigor requeridos el mayor decrecimiento económico experimentado en
más de un siglo6.

6  Véase: https://n9.cl/t61lz, pp. 13-25. También: https://n9.cl/nimoq


294 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

A este se suman un muy importante déficit fiscal acumulado y la ame-


naza de regreso a la pobreza de entre un millón a un millón y medio de
habitantes (“la pobreza en la región podría incrementarse hasta 37,3%,
mientras que la pobreza extrema a 15,5%”, afirma Rolando Ocampo, jefe de
Estadísticas de la CEPAL). Además, se calcula una caída de cerca del 40% de
los ingresos del país (según la Fundación Jubileo), debido a la disminución
de volúmenes y precios de exportaciones, y por el impacto de todos estos
problemas en el empleo y la provisión de los servicios básicos (en primer
lugar, los servicios sanitarios y la educación).
Las medidas anunciadas son un pálido y difuminado esfuerzo de seguir
las recomendaciones de organismos como la CEPAL, que se resumen, tex-
tualmente, en:
Primera prioridad, atender la crisis sanitaria, en la fase de control
de la epidemia, para poder pasar a la fase de reactivación de la eco-
nomía y reconstrucción con más equidad7.
Políticas fiscales y monetarias expansivas para contribuir a mitigar
los efectos de la pandemia y apoyar la reactivación y la reconstruc-
ción.
Políticas sociales para atenuar los impactos sobre el empleo, la po-
breza y la desigualdad.
Políticas productivas para evitar la destrucción del tejido producti-
vo y apoyar la reactivación8.

Tales pautas, más que un programa especializado, parecen dictados del


sentido común, sentido que se muestra completamente esquivo con el go-
bierno y sus opositores parlamentarios; el atónito silencio de estos últimos
acompaña la semiparálisis gubernamental. Con ello tiende a confirmarse

7  El domingo 29 de noviembre último, el Ministerio de Salud hizo conocer las primeras


medidas de prevención, entre las que se incluye el uso de dióxido de cloro y el control de
precios en las farmacias, pero no los pagos atrasados ni las masivas adquisiciones de trajes
de bioseguridad para el personal de primera línea; tampoco la adquisición de pruebas
diagnósticas, o montar el seguimiento y mapeo de contactos. El gobierno de Arce apuesta
por campañas de inmunización masivas (gratuitas, ha prometido el ministro del área),
probablemente donadas, con vacunas que presentan un alto nivel de incertidumbre en
cuanto a eficacia, efectos secundarios y horizonte de inmunización.
8  Véase: https://n9.cl/48ht0
Bolivia 2013-2021 295

que el MAS disfrutará de entrada de una oposición política desmoralizada,


desarticulada y desprovista de propuestas e imaginación.
El aturdimiento oficial ha otorgado a la oposición una ventana de opor-
tunidad única para hacer propuestas, plantear iniciativas y exigir acciones.
En vez de ello, las coaliciones electorales que supuestamente militan en la
oposición se subordinan al ritmo y la agenda del oficialismo, y se dedican,
igual que él, a distraer la atención pública, centrando sus mensajes en can-
didaturas y enjuagues para las elecciones de marzo.

Miopía estable
La escasa capacidad de comprensión sociohistórica del país que manifies-
tan las tiendas políticas opositoras se reitera dramáticamente en la esque-
mática y simplista autocrítica que asume Comunidad Ciudadana ante su
fracaso electoral9. Lo atribuye principalmente a “factores ajenos”, mientras
llama eufemísticamente “inadecuada aproximación a lo nacional popular”
a su visión señorial, alejada de una comprensión de la gravitación indígena
y campesina10 que caracteriza la realidad boliviana.
A los pasivos ya conocidos en materia de conocimiento y sensibilidad
social y política estructural de estas tiendas opositoras, se agrega ahora la
incomprensión del resultado electoral y, por tanto, de la naturaleza, calidad
y límites de la gran votación recibida por el MAS en estas elecciones, en
comparación con su triunfo de 2005.
Un dato clave es la diferencia abismal entre los votos con una expecta-
tiva de cambio, de inclinación revolucionaria, que ungieron el triunfo del
MAS en 2005, y los votos de nítido talante de defensa, conservador y resig-
nado que muestra su votación de 2020. Este hecho no ha sido públicamente
analizado por los opositores, aunque sea materia prima fundamental para
el diseño de estrategia, tácticas y políticas alternativas.
El temor a una nueva condena a la marginalización política y social,
propia del voto masista más duro y leal (principalmente en su núcleo cam-

9  Véase: https://n9.cl/xdwk2
10  Ni una palabra sobre lo absurdo de una campaña caudillista, centrada en torno a una
persona presuntamente parte de una comunidad, ni de su pasividad y carencia de iniciativa y
creatividad, pese a que cuenta con la bancada con mayor representación femenina y juvenil.
296 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

pesino rural andino y en el de los cocaleros), se extiende ahora al resto de


los electores del MAS. Lo hace en una relación inversamente proporcional
a la estabilidad y antigüedad de su residencia urbana, que puede sumar
cerca al 60% del total de ese conjunto11.
La traducción de esta situación es que una buena mayoría de los que han
apoyado al binomio Arce-Choquehuanca lo ha hecho por consideraciones
prácticas (no ideológicas ni etnonacionalistas), sopesando lo que conside-
ran como la capacidad real del nuevo gobierno de atender las preocupacio-
nes e incertidumbres colectivas.
Esa presunta capacidad será puesta a prueba durante los próximos me-
ses. Y con ella, la fortaleza de la adhesión y confianza de los que, espanta-
dos por el comportamiento del gobierno interino y la mediocridad de las
otras opciones, prefirieron el mal conocido. Todo ello está sustentado en la
expectativa de ver rápidamente resultados tangibles en materia económica,
sanitaria y educativa, principalmente.
Esto también limita, en mucho, el espíritu de reformas internas del nue-
vo gobierno. Estas se han magnificado en noticias y análisis editoriales, ba-
sándose casi exclusivamente en declaraciones y en una cierta renovación,
sobre todo de parlamentarios oficialistas. Lo único verdaderamente sólido
hasta el momento es que se ha incrementado el peso de las dirigencias sin-
dicales y su cuota de participación burocrática12. Pero esto, lejos de impul-
sar una renovación, parece acentuar el corporativismo y el inmovilismo
ideológico y conceptual del MAS.
El programa que dicen que proponen aplicar parte de la idea de mantener
básicamente intacta la matriz productiva y energética del país. Sin embargo,
todo anuncia que los costos de esta decisión (que mantendrá, por ejemplo,
las altas e improductivas subvenciones a empresas antieconómicas) empeo-

11  Estas mis estimaciones se basan en el análisis de cifras proporcionadas en el sitio: https://
n9.cl/j56eg
12  La singular intensidad de enfrentamientos por copar espacios ha empezado temprano, y
puede empeorar rápido y mucho, debido a la influencia que ejercerá sobre ella Evo Morales
y los miembros de su séquito, desalojados hoy de puestos protagónicos en el Estado. Estos
desajustes internos también se verifican en distintas posiciones en torno a cómo encarar las
relaciones con los aparatos represivos (FF. AA., Policía y sistema penal). Esto puede compli-
car la gestión de los conflictos sociales y abrir espacio, en situaciones de crisis (que tienden a
ser frecuentes), a mayores desajustes entre el Ejecutivo y dichas instituciones.
Bolivia 2013-2021 297

rará las consecuencias sociales y ambientales que venimos arrastrando de-


bido al ineficiente y destructivo modelo desarrollista vigente.
El azoro y la lentitud para formular una oferta anticrisis por el equipo de
Luis Arce Catacora puede todavía atribuirse a la falta de tiempo y ensamble
del grupo. Parece menos prudente la hipótesis de que se debe principal-
mente a ataduras ideológicas y a la incapacidad del personal ejecutivo. Sin
embargo, esta segunda hipótesis se basa en hechos, por lo que nos permite
prever mejor la tendencia central del proceso y su prospectiva.
Las posibilidades de que el gobierno enfrente, desde su arranque, limi-
taciones genéticas para enfrentar apropiadamente los retos que debe resol-
ver y, en consecuencia, tenga una gobernabilidad hipotecada y quebradiza,
se advierten en:
• Que el programa electoral 2020 del MAS reproduce lo esencial de la
Agenda 2025, creada para reelegir a Morales Ayma; esta propuesta
no asimila las nuevas condiciones, empeoradas por la pandemia y la
concomitancia de otros problemas;
• Las limitaciones del binomio Arce-Choquehuanca para prevenir y
subsanar las contradicciones entre la propuesta y el enfoque tecno-
crático del presidente y el discurso metafísico de su vice13;
• La omisión completa de propuestas de cambio de matriz productiva,
ante el agotamiento o estrangulamiento de las fuentes tradicionales
de ingresos del país;
• La subordinación política y orgánica gubernamental al caudillismo
de Morales Ayma;
• El renovado y mayor peso que tiene en la gestión gubernamental la
dirigencia corporativa, principalmente la de origen campesino y co-
lonizador.

13  El excanciller perdió una oportunidad excepcional para darle algo de verosimilitud y
sustancia a su discurso de posesión, al no haber exhortado a su bancada a retroceder en la
modificación de reglamentos parlamentarios, que atenta contra el espíritu de una Consti-
tucional Plurinacional. La esencia de este último término es la comunión, entendimiento y
permanente búsqueda de acuerdos en el mosaico de minorías que componemos el pueblo
boliviano (más de 36 pueblos originarios, mestizos y combinaciones múltiples), para deste-
rrar la imposición característica del colonialismo.
298 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Como se ve, se trata de pesadas cargas que impiden un camino de


rectificación e innovación política e ideológica que supere los ajustes cos-
méticos introducidos hasta ahora. Con esto se completa el círculo de la
estrecha visión propia de la dirigencia política (oficialista y opositora),
que deja desguarnecida a la sociedad de alternativas de conducción y guía
política.
En cualquier caso, brilla por su ausencia un plan para unir y reconciliar
a la sociedad a partir de una identificación realista, profunda y sincera de
los problemas a los que nos enfrentamos.
También se nota la falta de un amplio proceso de deliberación colectiva
para encarar los graves desafíos que tenemos al frente, en lo económico,
sanitario, educativo, económico, democrático y ambiental. Todas las rece-
tas oficialistas y opositoras comparten un carácter cupular, vertical y no
participativo.

Punto a punto y el peso del pasado


En estas circunstancias, las posibilidades de rescatar y poner de pie a or-
ganizaciones sociales autónomas frente al Estado son tan o más remotas
que hace un año. El triunfo electoral masista premia la subordinación de
las dirigencias vigentes y encamina a nuevos dirigentes a imitar sus pasos.
La combinación de ambos factores, junto a un programa de gobierno
encadenado a continuar con el modelo de desarrollo vigente y la ausen-
cia de fuerza organizada para resistir sus efectos agravados, dificultará la
resistencia social e incrementará el sufrimiento de los más débiles, cuyo
número crece aceleradamente.
Mientras la burocracia estatal se prepara para mantener presupuestos
que obligan a que paguemos colectivamente el lastre de grandes y fallidas
empresas (plantas secadoras de gas, aeropuertos sin tráfico, ingenio azu-
carero sin caña, obras públicas inútiles o inutilizables) y estipendios a una
amplia gana de altos funcionarios, las exportaciones no abastecerán la de-
manda de divisas para importar, y se multiplicarán los requerimientos para
atender la emergencia sanitaria y las nuevas condiciones que requiere la
instrucción escolar.
Bolivia 2013-2021 299

Además, con los presupuestos departamentales, municipales y universi-


tarios estrangulados, la disputa por cada punto porcentual del presupuesto
se enardecerá y marcará la tónica de tensiones que tiende a abrirse el próxi-
mo año.
Ante la ausencia de medidas para reducir el costo de las importaciones
de combustibles, aumentar la exportaciones gasíferas (mediante el uso de
fuentes hídricas ya disponibles y no derrochar recursos fiscales en prospec-
ciones inciertas y de lentísima maduración), una plataforma de resistencia
y movilización social contra el avance de la enfermedad, el hambre y la po-
breza requerirá de mayores partidas educativas, sanitarias y de reactivación
y transformación productiva, en vez de los importantes gastos burocráticos
e improductivos presupuestados.
Elevar las partidas para educación, servicios sanitarios y socorro a los
más golpeados, frente a la pretensión gubernamental de preservar partidas
para emprendimientos que no funcionan y plantillas infladas de personal
parasitario, podrá ser parte de la pugna predominante en los próximos me-
ses. A ello se sumarán los reclamos departamentales, municipales y univer-
sitarios para que los recortes no los asfixien completamente.
Estas demandas resultarán inseparables de la defensa del medioambien-
te, como reserva estratégica de fuentes de vida y de un modelo alternativo
de desarrollo, puesto que se avizora que se mantendrán e intensificarán
las políticas avasalladoras de reservas naturales y territorios indígenas. Se
busca justificar estas políticas con la ampliación del cultivo de alimentos,
cuando la realidad ha demostrado que tales concesiones terminan incre-
mentando la especulación y el tráfico de tierras.
Como una afirmación de lo dicho, la manera en que ha debido des-
pedirse al ministro colonizador que estuvo a la cabeza del Ministerio de
Tierras recalca la dificultad que tienen profesionales políticos, oficialistas y
opositores para entender estos problemas, que se han mantenido margina-
les en ese caso de nepotismo y clientelismo.
Nadie planteó que el tema central en ese despacho es que ha encu-
bierto el tráfico de tierras durante los 14 años del régimen masista y sus
sucesores interinos entre 2019 y 2020. En consecuencia, el incidente del
renunciado ministro debe llevar a un cambio radical de la gestión de este
300 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

recurso estratégico, bajo personal libre de toda sospecha de reproducir las


prácticas depredadoras ejercidas por el MAS y sus aliados empresariales
del agronegocio.
Las primeras confrontaciones volverán a plantearse en torno a la pre-
vención y al combate de incendios. Si estas reivindicaciones toman impul-
so, puede ampliarse la posibilidad de que las hoy muy aisladas demandas
de pausa ecológica y prohibición del cambio de uso del suelo se afirmen y
se expandan.
La conciliación, la unidad y la prevención de choques entre sectores po-
pulares requieren de todo el apoyo que puedan prestar las instituciones
sociales no subordinadas y secuestradas estatalmente.
No hay que perder de vista que la propensión a los choques violentos
se ha incrementado sin tregua. La base mínima de procesos de diálogo y
pacificación es la única referencia democrática vigente, es decir, la plena
vigencia de nuestra atropellada y vulnerada Constitución Política, debido
a su contenido en materia de derechos y su línea de democracia plural e
intercultural.
El vacío de propuestas económicas gubernamentales viene acompañado
por una magnificación de las prácticas prebendales y corruptas. Al mismo
tiempo, la administración de justicia bate cualquier marca previa de dege-
neración y subordinación al poder y amparo de la impunidad.
Las propuestas masista y de CC de reformas del Órgano Judicial podrían
quedar muy cortas frente a lo que ocurre en esta esfera. Tendrá que verse
el alcance y la congruencia del positivo avance que supone haber abierto
un espacio de consulta con especialistas, incluyendo a figuras ajenas al go-
bierno.

El caudillo insomne
La paradoja actual es que la resistencia popular, incluso la más indepen-
diente, puede ser asimilada por la única opción política que buscará capi-
talizar el debilitamiento gubernamental. Esta posibilidad es la que prepara
con su frenético activismo Juan Evo Morales Ayma, a título de fortalecer
su partido. Conscientemente o no, acumula fuerzas para presentarse como
Bolivia 2013-2021 301

alternativa a una administración (es decir la de Arce Catacora) que sería


acusada de haberse alejado del evismo.
A pesar de su gran influencia en el gobierno, expresada en la cuota de
altos cargos que se ha distribuido entre sus seguidores incondicionales14 y
su capacidad de imponer decisiones, así como su control completo de la
maquinaria partidista, Morales se esfuerza por simular distancia.
La exacerbada pugna corporativista, estimulada por la menor disponi-
bilidad de recursos fiscales, amplía sin tregua su capacidad de arbitrar las
disputas internas y manipularlas a su favor. Así, ante el recrudecimiento de
los problemas podrá acusar a sus colegas de no saber administrar el poder
y podrá autoproponerse como solución, inclusive mediante una elección
anticipada.
En una palabra, la suerte del MAS sigue estando en sus manos y no en
las de otros, de modo que, como antes, el único factor capaz de afectar este
balance es la movilización social espontánea.

Diciembre de 2020

14  La elección del exvicepresidente y del ministro represor de la marcha del TIPNIS como
acompañantes en su retorno debe leerse como toda una declaración política y un plan de
acciones futuras.
Fractura aymara en occidente,
tráfico de tierras en oriente

El lapso entre la elección nacional y las de gobernaciones y municipios ha


transcurrido de forma más benévola de lo que cabía esperarse para el go-
bierno Arce-Choquehuanca, si se considera la ausencia de planificación y
de claridad estratégica y las deficiencias de gestión que lo caracterizan.
La relativa escasez, dispersión y baja continuidad de la protesta, resis-
tencia y movilización social son la señal más importante de que el período
de gracia concedido por el electorado hacia la administración se mantiene
vigente.
El temor a que cunda la desesperación y el deseo de que la situación no
se deteriore parecen primar por encima de la impaciencia y el manifies-
to fastidio popular ante la ausencia de guía y ante el claro predominio de
maniobras y agresiones que provienen del mundo político, y muy especial-
mente de los gobernantes1.
El ruido y la agitación electoral han ayudado a enmascarar las expresio-
nes de malestar ante el avance de la enfermedad, el desempleo, la pérdida
de ingresos y las sobrecogedoras incógnitas que acarrea la persistencia de
la pandemia.
Parte de esa desazón ha gravitado en la derrota oficialista en seis de las nue-
ve gobernaciones y en los municipios de las mayores urbes; al mismo tiempo,

1 Sin subestimar el mal trago que supone para la dirigencia masista repetir la derrota depar-
tamental que años atrás sufrió frente a Patzi, ahora frente al hijo de Felipe Quispe, el Mallku,
parece bastante claro que, a mediano y aún a corto plazo, tienen grandes posibilidades de
controlar completamente la Gobernación de La Paz gracias a su alta representación en la
Asamblea Departamental y a la absoluta inconsistencia de la ya quebrada coalición triunfa-
dora. De modo que podemos afirmar que sus derrotas concretas en las gobernaciones están
más cerca de cinco que de seis.

[303]
304 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

ha estimulado las pugnas internas del MAS. Esas querellas no muestran hasta
ahora una línea de horizonte de finalización, o de llegar al punto de que la
desagregación y la pérdida de gravitación alcancen el punto de implosión.
La gran salvaguarda que protege al MAS es que, desde ningún espacio,
comenzando por el de los políticos profesionales que ofician de opositores,
asoma alguna señal de estructuración de una propuesta capaz de hacerle
frente consistentemente.

El enemigo en casa
Por eso, hoy como ayer, todo el peligro que debe enfrentar el gobierno del
MAS anida principalmente en su seno, completamente encarnado en el ge-
nio y figura de su máximo y perpetuo jefe, Juan Evo Morales Ayma, secun-
dado por su escolta de fieles a ultranza.
La campaña electoral que Morales y su entorno han conducido para las
subnacionales, los resultados que obtuvieron y el giro ofensivo que han impre-
so a su formación política y al gobierno retratan perfectamente lo aseverado.
El carácter y el estilo de la campaña para copar los órganos de gobierno
autonómicos, departamentales y municipales ratifica que cualquier hecho
o desafío importante para el MAS es y será manejado como parte de la
única y gran empresa que trabaja por su más pronto retorno al sillón pre-
sidencial, en principio, mediante reelección en el próximo evento electoral
nacional, sea este en 2025 o antes.
Con ese espíritu, la fase proselitista fue utilizada para hostigar, aislar y
ahuyentar a cuadros militantes masistas que no merecen la máxima con-
fianza del jefe y su séquito. Esto permite explicarse cuatro o cinco de las de-
rrotas en gobernaciones y algunas de las municipales, como las de El Alto.
Así y todo, el repliegue de cerca de un millón de votantes (en compa-
ración con las nacionales de 2020) y la mayor parte de las votaciones ad-
versas en las ciudades más pobladas no resultan por sí mismas distintas a
las de elecciones departamentales y municipales anteriores, ya que repiten
el comportamiento de sus votantes desde su primera victoria nacional en
2005 (ese patrón que, además, no se aplica únicamente al MAS).
Lo auténticamente importante —que además es inseparable la política
de ajuste interno de cuentas encabezada por Morales Ayma— se palpa en
Bolivia 2013-2021 305

los fracasos en las alcaldías alteña, cobijeña y cochabambina, así como en


las gobernaciones de Chuquisaca, Pando y Beni, todo lo cual puede re-
sumirse en que estas derrotas pueden contribuir a consolidar un mayor
potencial erosivo para Morales Ayma en una futura contienda nacional.
En El Alto, por el peso simbólico e histórico de la adhesión al MAS de
esa población, así como por el vuelo que ha tomado la figura de Eva Copa
entre los aymaras.
En Cochabamba, por el hecho de que el nuevo alcalde representa en el
ideario masista al estereotipo de los viejos dirigentes neoliberales. En Beni
y Pando, porque con la derrota se materializa un serio tropiezo de la estra-
tegia de ocupación demográfica y territorial alentada por el MAS desde el
inicio de su régimen sobre las tierras bajas, y en especial sobre la Amazonía.
En Chuquisaca, porque Damián Condori es probablemente el primer
disidente masista joven. Su experiencia sindical y política inquieta a la con-
ducción masista.
El conocido tipo de respuesta y tácticas de Morales y su entorno a es-
tos contrastes, lejos de bosquejar una elemental autocrítica y enmienda, ha
acelerado y ahondado las agresiones y choques con sus críticos, cerrando
las puertas a cualquier posibilidad de reencuentro e inflamando las po-
sibilidades de que los agraviados se dejen arrastrar por una escalada de
choques.
A partir de la anterior interpretación, la ofensiva continua, sumada a la
persecución judicial contra la exPresidenta interina Añez y algunos de sus
colaboradores, así como a altos mandos militares y policiales de la gestión
2019-2020 y de nuevas autoridades locales electas, son el paquete de pro-
moción y lanzamiento de la candidatura presidencial de Morales Ayma.
La llamativa severidad asumida frente a militares y oficiales por un
equipo tan militarista —Morales, Quintana, García y otros igualmente des-
tacados— en sus años de mayor gloria, es una muestra inequívoca de que
quieren dejar muy claro de que el viejo equipo y hoy estado mayor de cam-
paña está empapado de agresividad y fuerza. Estos serían el sello y el estilo
de su retorno al control del poder2.

2  La máxima conducción del MAS, es decir Morales y sus allegados íntimos, conocen pro-
bablemente más que ningún otro grupo de políticos las intimidades de las Fuerzas Armadas
306 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

La importancia de las falsedades


Todos aquellos análisis que asumen la razzia represiva gubernamental
como simple expresión de rencor y revancha, omiten aquilatar el impor-
tante componente de estrategia de la que es parte, y que se manifiesta muy
claramente en el vociferante discurso de “golpe vs. fraude”, verdadero lema
inicial de la campaña de reelección de Morales.
Su obsesiva insistencia en ese argumento se funda en la ansiosa nece-
sidad de nublar, hasta borrarlo, el recuerdo de la fuga de Morales y sus
más fieles acompañantes. Pretende, asimismo, desdibujar la historia de las
componendas y acuerdos económicos que mantuvo el régimen masista, de
2010 en adelante, con los grupos empresariales ligados a su oposición par-
tidista y luego al gobierno de Añez3.
Ante la provocación que representa la colección de falsedades que el
MAS emplea para sustentar la versión de golpe de Estado, del MAS, la opo-
sición político-profesional ha caído nuevamente en la trampa conceptual
de alimentar el debate de “golpe vs. fraude” .
Al hacerlo, olvida la oposición que todo el conflicto se origina —qué
duda cabe— en el golpe de Estado ejecutado por el TCP contra la CPE, las le-
yes y la soberanía popular, declarando inconstitucional nuestra Constitución
(y suspendiendo de facto su vigencia)4.

y de la Policía porque han cultivado la prebenda y el contacto próximo con sus mandos por
más de una década. Cuando el movimiento de suboficiales planteó la descolonización, jefes
y oficiales militares tuvieron pruebas inconfundibles de que el gobierno estaba de su lado.
Esa historia previa permite explicar la audacia de la intervención y de las medidas represi-
vas que se alientan para castigar a los mandos de la época de Añez. Con todo, se trata de
acciones que dejan una huella profunda en la cultura y en la visión corporativa de ambas
instituciones, y que pueden asomar en próximas épocas turbulentas para este gobierno, o en
un hipotético nuevo gobierno conducido por Morales Ayma.
3  No puede ser más elocuente la peregrinación de la élite empresarial del agronegocio
al Chapare para solicitar el patrocinio de Evo (véase: https://www.paginasiete.bo/
nacional/2021/5/1/los-ganaderos-acuden-evo-le-piden-que-interceda-ante-arce-para-
exportar-carne-293653.html). También el hecho de que Branko Marincovic se haya sentido
obligado a integrar directamente el gabinete del gobierno interino, aparentemente por su
insatisfacción con la gestión de gerentes y exgerentes de la CAO y la CAINCO, y por la
demora en procesar las denuncias en contra de su familia por acumulación latifundista de
propiedades.
4  “Desmantelamiento de las instituciones constitucionales sin seguir el procedimiento es-
tablecido” es exactamente la segunda acepción de golpe de Estado. La sentencia 0084/2017
Bolivia 2013-2021 307

El debate tendría que centrarse en aclarar cuándo, dónde y por quié-


nes fue ejecutado el (único) golpe estatal, y así dejar sentado que el fraude
(que no solo se aplica al conteo de votos de octubre de 2019, sino a todo
el manejo electoral previo) es un capítulo y consecuencia de ese auténtico
golpe. Pero sería demasiado esperar de una oposición que, en vez de crear
lazos y ensamblarse con la protesta y la movilización social, prefiere buscar
soluciones ante gobiernos ajenos y en foros extranjeros.
Sobre tales apoyos y pronunciamientos externos, la prolongada expe-
riencia de países como Venezuela o Nicaragua demuestra que todas las
condenas, censuras e inclusive bloqueos internacionales sirven principal-
mente para acrecentar el sufrimiento de los pueblos, y resultan poco útiles
para terminar con los abusos de gobiernos represivos.
En circunstancias en las que las noticias deformadas y las falsedades sis-
temáticas encuentran en los medios de comunicación más populares y em-
pleados —las plataformas y redes digitales, más conocidas como “redes so-
ciales”— la mejor manera de difundirse, se requiere de un claro e innovador
enfoque para contrarrestar esa situación, tan extendida hoy en el planeta.
La mejor forma de contrarrestar los efectos de la desinformación y con-
fusión es trabajando con y desde las luchas sociales por derechos y reivin-
dicaciones concretas. Estas luchas se amplifican a diario ante el retorno
masivo de miles de familia a la pobreza y la extrema pobreza.

Salud y economía
Se mantiene vigente aquello que se afirmó en un análisis de esta serie a
poco de iniciarse la epidemia mundial del SARS-CoV-2 respecto a nuestro
conocimiento sobre el agente y la enfermedad: el conocimiento acumulado
en más de un año está bastante lejos de despejar dudas fundamentales refe-
ridas al comportamiento y la acción del virus.
Aunque algunos países más ricos esperan volver a una vida más normal
en las próximas semanas, el panorama mundial sigue siendo terrible. El
número de casos globales de Covid-19 ha aumentado por novena semana

del TCP revocó la Constitución, principal institución democrática del país, sin consulta ni
referendo aprobatorio, y anuló de hecho el referendo de 2016.
308 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

consecutiva y el número de muertes ha aumentado por sexta semana con-


secutiva, dijo la OMS el lunes pasado. Para ponerlo en perspectiva, hubo
casi tantos casos en todo el mundo la semana pasada como en los primeros
cinco meses de la pandemia.
A principios de abril de 2021, solo el 0,2% de las más de 700 millo-
nes de dosis de vacunas administradas a nivel mundial se adminis-
traron en países de bajos ingresos, mientras que los países de ingre-
sos altos y medianos altos representaron más del 87% de las dosis 5.

Tiene amplio sustento el creciente temor a que la distribución y venta


de vacunas se convierta en fuente de rápido y gran enriquecimiento de
las grandes farmacéuticas, ahondando la desigualdad global e imponiendo
cargas brutales sobre las espaladas de los más desfavorecidos.
Autoridades bolivianas han planteado la iniciativa de eliminar las pa-
tentes sobre las vacunas. Pero, como ocurrió en el pasado, la conducta de
puertas adentro del gobierno neutraliza su influencia moral y su capacidad
de iniciativa y liderazgo internacional.
Con el avance de las vacunaciones6, hasta ahora se manifiestan unos
irregulares e incluso erráticos resultados epidemiológicos, que se aprecian
en los gráficos de cuatro países que han conseguido buenos índices de va-
cunación: Israel, Estados Unidos, Alemania y Chile

Curvas epidemiológicas de los últimos 60 días (al 30.04.2021)

Israel Estados Unidos Chile Alemania

Fuente: elaboración propia basada en: https://n9.cl/bo5h

5  Véase: https://n9.cl/kxcdg
6 Sin perder de vista las gravísimas fallas, problemas y omisiones casi universales y el hecho
de que los beneficiarios se hallan principalmente en unos pocos países.
Bolivia 2013-2021 309

Llama la atención que solamente Israel presenta una caída neta de con-
tagios, como posible respuesta a una campaña muy amplia y agresiva de
vacunación. Eso no pasa en EE. UU. ni en Chile, donde los contagios mues-
tran un descenso más paulatino y suave, ni en Alemania, que muestra más
bien un ascenso y una meseta.
Ese comportamiento cuestiona el pronóstico, muy popular en cierto
momento, de que las vacunaciones permitirían automáticamente el retorno
a “la normalidad” previa a la pandemia. Ahora se vislumbra una evolución
más compleja e imprevisible.
En el nuestro se repiten los reproches, sociales y políticos, y las justifica-
ciones gubernamentales comunes a todo el subcontinente y, en realidad, a
casi todo el mundo, sobre vacunaciones y manejo sanitario de la pandemia.
La mayor particularidad de Bolivia en este campo podría ser que, si en
algún momento el agresivo avance de una nueva oleada requiriera medidas
restrictivas, como cierres y cuarentenas, estas no vayan a ser asumidas por
ninguna instancia estatal (ya sea el gobierno central, o cualquiera de los
gobiernos autonómicos). O que, si alguna autoridad se anima a pretender
aplicarlas, resulten casi imposibles de materializar, dada la relación entre la
sociedad y el Estado, el predominio de la informalidad económica, la fuerte
influencia corporativista y la rebeldía social, apenas adormecida por ahora.
Algunas investigaciones que han logrado profundizar en el tema con-
firman que la mortalidad por Covid-19 en nuestro país fácilmente dupli-
caría (y seguramente más) las cifras oficiales7. Ocurre, simplemente, que
como los datos oficiales de muertes por Covid abarcan exclusivamente a
los decesos registrados (unos 13.000 hasta finales de abril) y diagnosti-
cados mediante una prueba PCR, es fácil caer en cuenta de cómo y por
qué hay una diferencia tan grande entre la realidad y el gran número de
muertes excedentarias.
Al elevarse, con la difusión de contagios, el número de muertes (las
llamadas excedentes a las que debe sumarse el amplio y estadísticamen-
te desconocido subregistro rural), es plausible considerar la hipótesis de
que el número de personas infectadas en nuestro país al menos una vez

7  Véase: http://www.cabildeodigital.com/2021/02/cuantos-murieron-y-cuantos-podrian.html?
fbclid=IwAR2QOQ5eK5vyiK6qffzvv-gDNkNsYT_vHu_—vUmw-hvR39jMTlkgqsocX4
310 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

oscila entre un millón y millón y medio, en vez del poco más de 300.000
registrados hasta ahora (unos 26.815 infectados por millón de habitantes,
aproximadamente).
Partiendo de tal presunción, nuestra población estaría reaccionando de
manera bastante más estoica que la de algunos de nuestros vecinos, que
tienen, prácticamente en todos los casos, sistemas sanitarios más sólidos y
mejor organizados8.
La oferta de camas de unidades de cuidado intensivo o la provisión de
oxígeno medicinal ha cambiado muy poco respecto al año pasado. En ma-
teria de déficit de provisión de vacunas y de vacunaciones, compartimos
una situación similar con muchos otros países.
Estas debilidades, que se van acumulando junto con la inexplicada falta
de resolución de problemas, como son el pago de salarios a personal sani-
tario, compra o inicio de fabricación de insumos y medicamentos, comu-
nicación veraz y oportuna sobre la enfermedad, entre otros, pueden llegar
a provocar una crisis sanitaria verdaderamente desastrosa.
La pasividad e incompetencia del área sanitaria no es muy diferente a la
que se verifica en la economía, donde se está cometiendo todos los posibles
errores y fallas que permitía temer la rigidez ideológica gubernamental y
su dificultad para innovar.

Tráfico de tierras y extractivismo


Es más, en ciertos aspectos, como la inducción y el encubrimiento del tráfico
de tierras a gran escala —que en análisis anteriores se caracterizó como la ma-
yor fuente de corrupción y agresión contra los intereses comunes de la socie-
dad boliviana—, y el destape del caso del exministro Characayo del MDRyT,
en un acto de extorsión funcionaria supuestamente aislado, han permitido
ensanchar el panorama sobre la gravedad del tema. Este problema se agrega a
las duras disputas intra e intercorporativas y querellas internas del MAS.

8  Así es en Chile, Argentina y Brasil. Cabe plantearse aquí la pregunta de cuánto puede
pesar en ese estoicismo la fuerza del negacionismo alentado por varias sectas y también por
segmentos del MAS y alguna de las organizaciones corporativas campesinas que lo susten-
tan, empeñados en argumentar que la pandemia es un invento imperialista.
Bolivia 2013-2021 311

Una referencia constante en estos análisis ha sido la acumulación de


agresiones ambientales y, en este caso especial, el ensanchamiento del mer-
cado de tierras, gracias a la expansión de la frontera agrícola, sobre la base
de la deforestación, para uso ganadero y agrícola de suelos frágiles. Esta
búsqueda de acumulación rápida de capital que implica, además de lo men-
cionado, la invasión de reservas naturales, territorios indígenas y parques
nacionales, nos pone arriba en la lista de los promotores del calentamiento
global, aunque nuestra producción de gases de efecto invernadero es muy
baja (excepto la que ocurre con los incendios forestales).
Los costos que estas acciones implicaron para el país tienden a incre-
mentarse exponencialmente, con una administración que reitera mecánica
y torpemente las políticas de volcar todos sus esfuerzos y expectativas en la
explotación de hidrocarburos y minerales y en mantener agroexportacio-
nes destructivas.
Los problemas de falta de innovación y transformación productiva es-
tán empeorando debido a que la política económica vigente nos obliga a
pagar el lastre de algunas grandes y fallidas empresas, supuestamente pú-
blicas, pero en realidad expropiadas para el beneficio de una parasitaria
burguesía burocrática de Estado.
El país carece de nuevos ingresos; los tradicionales observan una cierta
recuperación por el alza de precios de minerales y del gas natural, y es muy
limitado el alcance de nuevas medidas recaudatorias, como el impuesto a la
riqueza y la vaporosa intención de gravar el comercio digital. Esto conduce
a una paulatina sangría de las menguadas reservas internacionales (por el
persistente desequilibrio de la balanza de pagos) y al déficit, lo que incre-
menta una situación amenazante para los próximos meses.

Tensiones con gobernaciones y municipios


La posesión de nuevos gobernadores y alcaldes elevará las tensiones y pug-
nas por la distribución de recursos fiscales. El reclamo vendrá no solo de
las autoridades opositoras, sino también de las masistas, que hallan fuelle
a sus demandas en la proliferación de querellas internas en el oficialismo.
Nuevas figuras de estas elecciones, como Eva Copa, suponen un duro
desafío para el gobierno central; al mismo tiempo, deberán enfrentar la
312 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

enorme limitación que supone no contar con un programa, un ideario y


una estrategia cualitativamente diferenciadas de los del MAS. Tal como
sucede en este partido, sus muy improvisadas administraciones enfrenta-
rán pugnas y chantajes internos, exigiendo retribución por los aportes de
campaña.
Estas autoridades se verán obligadas, prácticamente desde el inicio, a
confrontarse con el centralismo extremo. Es posible que exijan que se re-
voque algunas de las cargas adicionales que les impuso arbitrariamente el
régimen de los 14 años, socavando sus recursos.
La disputa por la realización del Censo Nacional de Población y Vivien-
da puede tomar cuerpo, impulsada por Santa Cruz, especialmente si las
contradicciones internas del MAS debilitan la credibilidad y la autoridad
gubernamental.

El ritmo de lo ingobernable
Arce Catacora ha compensado su escaso entrenamiento político con un
temprano y rápido acercamiento a la dirigencia de las grandes organiza-
ciones sociales que se sintieron agraviadas de distinta manera por Morales
Ayma y su séquito.
Ha pagado un alto precio por esta lábil lealtad comprada, al entregarles
parcelas de su gabinete y del conjunto del Ejecutivo. Esto se ve de manera
directa y transparente en su subordinación ante grupos corporativos, como
el de colonizadores y cocaleros, cuyo apetito es insaciable al exigir siempre
más prebendas, o el sacrificio de funcionarios en los que no confía plena-
mente (¿ministros de Gobierno y de Justicia?).
Forzado, al mismo tiempo, a someterse a la dinámica impuesta por Mo-
rales Ayma y su campaña de reelección, calca sus métodos represivos y
multiplica sus choques con actores internacionales (la Unión Europea, por
ejemplo), sustentando batallas que intentan teñirse de anticolonialismo, en
un ejercicio de desgaste estéril y prematuro.
Tal como su mentor y predecesor, acelera y ahonda el envilecimiento de
la administración de justicia, a cuyos operadores tiene que pagar por sus
servicios mediante diversas concesiones; en especial, la de completa impu-
nidad. Su control de la bancada oficial, que hoy pareciera no representar
Bolivia 2013-2021 313

mayores sobresaltos es, en realidad, precario porque una buena parte de


ella oscila entre apoyarlo o incorporarse plenamente al grupo de incondi-
cionales de Morales Ayma.
Por el lado oficialista, tenemos un Órgano Ejecutivo a merced de las exi-
gencias corporativas y la presión de un jefe de partido que quiere reelegirse
cuanto antes, y un Legislativo estructurado por brigadas corporativizadas.
Por el otro, una oposición sin proyecto nacional alternativo, una rama judi-
cial entregada a la subasta de fallos y sentencias y subordinada al Ejecutivo
y, ahora, un Tribunal Electoral cuyo presidente ha desertado. Este es el cua-
dro institucional proclive a reiterar una crisis estatal que podría igualar la
que tuvo lugar entre finales del siglo anterior e inicios del actual. Mientras
más se demore y se vaya arrastrando, mayor será su nivel de eclosión.
La diferencia crucial entre aquella y la actual es que ahora no se da la
recomposición de un bloque popular, ni la reapropiación de los contenidos
del proceso constituyente, bloqueado por el gobierno del MAS a poco de
instaurarse.
Sin conducción organizada, ni proyecto explícito, la espontaneidad so-
cial sigue siendo la depositaria del mayor peso en la recomposición y defi-
nición de respuestas.

Abril de 2021
314 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Referencias noticiosas
A continuación, va en notas al pie una importante cantidad de referencias
noticiosas relacionadas con lo afirmado hasta aquí. Para diferenciarlas de
las otras, se ha usado una numeración diferente.
Bolivia 2013-2021 315

I  https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/3/22/mapa-azul-mas-gano-240-de-las-336-
alcaldias-13-mas-que-en-2015-288209.html
https://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20210418/columna/cinco-
constataciones-despues-transicion-electoral
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/3/31/alianza-entre-mts-mas-desata-criticas-
patzi-se-desentiende-289259.html
https://eldeber.com.bo/pais/entre-insultos-y-amenazas-la-alianza-jallalla-se-deshace-en-
la-paz_229842

II  https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/2/15/evo-afirma-que-esta-en-la-pobreza-
sus-rentas-bienes-suman-bs-15-millones-284472.html
https://eldeber.com.bo/pais/evo-habla-enfermo-se-opone-a-la-cuarentena-rigida-y-aboga-
por-clases-presenciales_215836
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/3/25/siempre-hay-personas-que-rodean-al-
hermano-evo-que-no-le-dicen-la-verdad-288632.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/2/14/evo-confiesa-que-mintio-sobre-su-viaje-
cuba-284427.html
https://eldeber.com.bo/pais/evo-impulsa-cambio-de-estatutos-del-mas-para-que-sus-
militantes-no-le-hagan-frente_229088
https://www.paginasiete.bo/seguridad/2021/3/11/mercado-avalado-por-el-gobierno-esta-
vacio-adepcoca-anuncia-bloqueos-286995.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/2/10/legislativo-aprobara-amnistia-para-los-
procesados-durante-la-transicion-284038.html https://eldeber.com.bo/economia/obras-
publicas-pide-sancionar-al-director-de-aasana-por-vuelos-irregulares-en-chimore_226034
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/la-purga-planteada-por-evo-choca-con-division-
en-las-organizaciones_228716
https://eldeber.com.bo/pais/evo-plantea-administrar-santa-cruz-desde-la-asamblea-con-
el-voto-indigena_227467
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/3/1/en-el-mas-afirman-que-copa-es-
financiada-por-la-embajada-de-eeuu-285946.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/4/19/evo-busca-extirpar-los-antievistas-del-
gobierno-de-arce-292276.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/4/19/eva-evo-traidor-es-quien-huye-abandona-
al-pueblo-indefenso-292277.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/2/24/copa-la-cupula-del-mas-yo-tuve-el-valor-
de-quedarme-ustedes-escaparon-285427.html
https://eldeber.com.bo/pais/el-poder-cocalero-es-mas-influyente-en-el-gobierno-y-
manda-en-el-legislativo_228608
https://www.paginasiete.bo/gente/2021/4/26/organizaciones-sociales-pasan-de-la-
prebenda-al-control-de-cargos-en-el-estado-293003.html

II  https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/3/18/policias-estan-en-emergencia-surgen-
criticas-contra-aguilera-287846.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/1/15/arce-nuestro-pueblo-siente-temor-
cuando-ve-un-policia-281306.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/3/3/quintana-mandamos-nuestros-hijos-al-
cuartel-para-ser-peones-de-la-dictadura-286241.html
https://eldeber.com.bo/pais/caso-senkata-general-de-ejercito-es-imputado-por-el-delito-
de-homicidio-por-los-hechos-registrados-e_219196
316 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

https://eldeber.com.bo/pais/la-orden-de-ascensos-de-generales-subio-en-dos-grados-a-
cada-integrante-del-alto-mando-militar_222261
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/3/16/al-menos-siete-organizaciones-afines-al-
mas-pidieron-la-renuncia-de-morales-287590.html

III  https://eldeber.com.bo/pais/declaraciones-de-exautoridades-del-mas-contradicen-
hipotesis-de-golpe-de-estado_224396
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/4/29/tres-exsenadores-revelan-que-el-mas-les-
instruyo-dimitir-en-2019-293401.html

IV  https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/3/1/en-enero-la-paz-reporto-casi-3000-
muertes-excedentes-el-87-esta-en-subregistro-285882.html
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/4/29/santa-cruz-medicos-de-uti-estan-sin-
sueldo-desde-hace-tres-meses-293390.html
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/5/1/medicos-de-beni-en-emergencia-sin-
salarios-ni-insumos-basicos-293640.html
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/4/23/personal-de-salud-del-juan-xxiii-sin-
sueldos-desde-hace-meses-292734.html

V  https://eldeber.com.bo/economia/INTERCULTURALES-Y-CAMPESINOS-AFINES-
AL-MAS-SON-DUENOS-DE-248-MILLONES-DE-HECTAREAS-DE-TIERRAS_228633
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/4/21/interculturales-piden-tres-carteras-
destitucion-de-lima-del-castillo-292497.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/4/16/inra-caso-marinkovic-aun-esta-en-
analisis-tecnico-juridico-290983.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/4/15/cae-ministro-jefe-de-una-organizacion-
criminal-que-pidio-coima-de-us-380-mil-290872.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/4/18/trafico-de-tierras-involucra-la-gestion-
de-ministros-deja-al-menos-100-procesos-291200.html
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/la-purga-planteada-por-evo-choca-con-division-
en-las-organizaciones_228716
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/experta-rompe-el-llanto-al-describir-la-realidad-de-las-
areas-protegidas-en-bolivia_216956
https://eldeber.com.bo/bolivia/denuncian-afan-del-gobierno-de-desarticular-las-areas-
protegidas_221710
https://www.paginasiete.bo/inversion/2019/10/6/expertos-en-la-zona-arrasada-por-el-
fuego-se-preve-la-siembra-de-soya-233273.html
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/alcides-vadillo-nuestros-agroindustriales-crucenos-
coinciden-con-los-colonizadores-o-interculturales_226812
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/las-manos-del-hombre-estan-matando-los-humedales-
y-las-aguas-subterraneas-de-guarayos_212915
https://eldeber.com.bo/economia/el-gobierno-alista-abrogacion-de-decretos-que-
avalaban-uso-de-transgenicos_224949
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/4/26/herida-ecologica-10-amenazas-ecocidas-
latentes-en-bolivia-293050.html
https://eldeber.com.bo/economia/ministro-de-desarrollo-rural-llega-a-santa-cruz-para-
reunirse-con-el-sector-productor_229270
Bolivia 2013-2021 317

VI  https://eldeber.com.bo/bbc/las-razones-de-bolivia-para-devolverle-al-fmi-un-credito-
millonario-para-enfrentar-la-pandemia_221258
https://elpais.com/internacional/2021-01-04/los-gobiernos-latinoamericanos-progresistas-
redistribuyeron-los-ingresos-pero-no-la-riqueza.html
https://elpais.com/economia/2021-01-16/se-avecina-una-nueva-crisis-de-endeudamiento-
y-sera-pronto.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/4/24/deuda-PUBLICA-supera-el-50-del-pib-
alertan-insostenibilidad-292836.html
https://eldeber.com.bo/economia/gobierno-estima-invertir-us-270-millones-para-la-
construccion-de-la-planta-de-biodiesel_216968
https://www.la-razon.com/economia/2021/01/11/molina-posesiona-al-presidente-de-ylb-
con-la-mision-de-reactivar-la-industria-del-litio/
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/4/19/revelan-que-ecebol-tiene-una-perdida-
economica-de-bs-329-mm-292325.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/3/27/evo-suspendio-proyecto-de-litio-pero-
en-mexico-arce-culpo-anez-288881.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/4/19/revelan-que-ecebol-tiene-una-perdida-
economica-de-bs-329-mm-292325.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/3/10/ingresos-de-empresas-publicas-bajaron-
en-61-el-ano-pasado-286896.html
https://eldeber.com.bo/economia/ypfb-estima-inversion-de-us-400-millones-en-20-
proyectos-de-exploracion_223491
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/3/5/la-renta-petrolera-cae-de-us-2347-1623-
millones-en-un-ano-286330.html
https://rebelion.org/BUSCANDO-A-LA-PACHAMAMA-EN-BOLIVIA-OTRA-VEZ-LA-
DIVERGENCIA-del-mandato-local-y-la-excusa-global/
Escenarios endógenos y externos
ante una estrategia de poder

El caudal y el contenido noticioso masivo que casi han monopolizado la


atención de redes digitales y medios de difusión masiva convencionales1
coinciden tan ajustadamente con la estrategia que el último boletín asigna
al comportamiento de la conducción del MAS2, que inducen a suponer que
tal estrategia avanza holgadamente, pese a los contrastes que ha sufrido en
el espacio internacional.
Y si fuese verdad que existió alguna resistencia dentro del gobierno a
plegarse y subordinarse a esa estrategia —como varias veces lo ha denun-
ciado Juan Evo Morales—, ese contratiempo también parece completa-
mente superado.
De modo que las “tomas de distancia” de Arce Catacora y Choquehuan-
ca3 o de cualquier otra figura destacada de los órganos estatales frente a
Morales quedan reducidas a gestos aislados, muy ocasionales, mientras que
la maquinaria estatal en su conjunto ha trabajado y prestado sus recursos

1  En tal sentido, el anexo de referencias de noticias de las últimas páginas no refleja la den-
sidad, la intensidad y el espacio de redes y medios, sino el respaldo de afirmaciones aquí
contenidas, igual que fuentes relevantes sobre temas aquí analizados y que sirven de apoyo
a investigadores de las instituciones que acceden a estos análisis.
2  Señalando que el MAS apuesta todas sus cartas a la reelección de Morales Ayma, recau-
chutando su imagen con base a la táctica de imponer su visión de que fue una víctima de
un golpe de Estado, al mismo tiempo que arrincona mediante la represión judicial a sus
opositores políticos.
3  Es bastante obvio que estos personajes no se sienten cómodos en el papel que Morales
Ayma y su equipo los obligan a jugar. Al mismo tiempo, sin embargo, queda perfectamente
claro que carecen del valor, la fuerza y la experiencia para convertir sus críticas o rezongos
en algo más que una anécdota. Por lo demás, carecen de un horizonte de formulaciones y
criterios propios que los diferencie de la corriente principal del MAS, para sustentar cual-
quier disidencia seria.

[319]
320 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

para reivindicar a Morales como el faro y el guía supremo, indiscutible e


insustituible y, en ese sentido, como el ineludible presidente del próximo
gobierno, cualquiera sea la fecha en que se lo elija.

Espada o mazo
La primera tarea del equipo de campaña presidencial de Morales Ayma ha
sido la reparación y el control de daños causados por los brotes de división
o insubordinación interna del MAS, partiendo del manejo del aparato de
Estado y, muy especialmente, de su segmento judicial.
Esto le ha permitido la plena recuperación del control de la administra-
ción de justicia, de cuya operativa, entresijos e intimidades tienen gran cono-
cimiento y manejo un grupo de abogados. Estos —que son parte del núcleo
de la burguesía burocrática de Estado conformada en torno a Morales desde
el inicio de su régimen— han utilizado a todo su personal y a sus cómplices
en el Ministerio Público y la judicatura para desbaratar cualquier proceso
iniciado contra dirigentes y punteros operativos del MAS y llevar adelante
una contraofensiva para perseguir, enjuiciar y encarcelar a sus oponentes.
La rutina de acusación, hostigamiento judicial continuo, detención
“provisional” y extorsión, acompañada por el indispensable escamoteo de
derechos y garantías, ha sido intensamente practicada casi desde el inicio
de la gestión evista. El método actual aplica mayor celeridad en los proce-
dimientos e intensifica el acoso; además, traslada estas prácticas al seno del
Legislativo.
En el Legislativo, la bancada del MAS, derrochando bronca y diligencia,
usa todo tipo de recursos y “procesos” internos para tratar de neutralizar
el único éxito tangible de la oposición partidista en los últimos años, que
consiste en haber superado por 15 votos (disminuidos ahora a 11) el límite
que separa al oficialismo del control de los dos tercios en diputados4.
El acobardamiento que de por sí produce la maquinaria judicial boli-
viana, sujeta al mandato de los jefes masistas5, se combina con el todavía

4  Véase: https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/9/1/denuncian-que-el-mas-hostiga-
procesa-ofrece-dinero-por-dos-tercios-en-alp-306723.html
5  Decididos a aparentar como sea que ellos no se acobardaron cuando huyeron o se refugia-
ron en embajadas, frente a las movilizaciones nacionales que cuestionaron el prorroguismo
Bolivia 2013-2021 321

vigente azoro que produjo el 55% masista de diciembre de 2020 en la opo-


sición partidista, y que no se ha revertido ni con el retroceso del MAS en
las elecciones autonómicas. Esto se debe a que las organizaciones políticas
convencionales no forjaron tales triunfos ni participaron en ellos6; más bien,
fueron gestados en buena parte por disidentes del oficialismos o activistas
ajenos al partidismo.
Jeanine Añez ha sido seleccionada con fruición por la cabeza y opera-
dores masistas para ser inclementemente castigada7, entre otras cosas por-
que su actitud, al haberse quedado en el país —e incluso haber participado
como candidata en las elecciones para la Gobernación del Beni—, contras-
ta demasiado notoriamente la de Morales Ayma, García Linera, Quintana,
Arce Z., Arce Catacora, etcétera, etcétera, quienes, ante una situación de
riesgo, optaron por la fuga.
Esta diferencia de actitud es suficiente para sacar a flote el sadismo más
primitivo de estos dirigentes y su raigal misoginia, que trata de disfrazarse
de presión para que los opositores accedan a respaldar el juicio de respon-
sabilidades contra Añez siempre y cuando, desde luego, no se aplique el
mismo procedimiento a Morales Ayma por haber incitado a la violencia
masiva contra los habitantes de las mayores ciudades y otros delitos con-
comitantes.
La ventaja que conserva el MAS en todo este frente es que el partidismo
opositor ha sido incapaz de zafarse de la antinomia fraude-golpe, al debatir
el problema bajo los términos de los estrategas de Morales Ayma.

en 2019. Esto, además, es parte central de la estrategia de reconstrucción de la imagen de


Juan Evo.
6  El miedo desatado por la ofensiva persecutoria oficial no se limita a los dirigentes y cua-
dros opositores. Afecta, con toda probabilidad, a ejecutivos y técnicos de ONG, ya sea que
hayan o no padecido las ofensivas previas, como se aprecia en el trabajo cotidiano de mu-
chas de ellas, que habrían optado por una marcada despolitización, según testimonios de
personal de campo. La irrupción de UNITAS con una publicación criticando el comporta-
miento del gobierno es una notable excepción.
7  Las dos desventajas principales de la señora Añez ante toda la violencia judicial y simbóli-
ca con que la asedia el MAS son el descubrimiento de la catadura de sus principales asesores
(Murillo con sus negocios o el exministro de Defensa con sus planes tipo Bahía de Cochi-
nos), y el hecho de que ella, en su papel de representante —pero no parte integrante— de
la gran burguesía transnacionalizada del agronegocio, carece de la fuerza para contrarrestar
la persecución.
322 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

El examen objetivo de los acontecimientos prueba que el MAS ejecutó


un golpe de Estado en noviembre de 2017, y que llevó adelante un largo
proceso de fraude durante los años en que subordinó, restó independencia y
manipuló a su antojo al Órgano Electoral y a todos los tribunales electorales.
La oposición ni siquiera entiende que, al hablar de “golpe”, el MAS se
refiere a una situación completamente ajena a las definiciones académicas y
se pertrecha, casi exclusivamente, en el poroso informe de la OEA, referido
a un horizonte temporal excesivamente estrecho. Por eso no le ha quedado
otra que depender de factores externos (la opinión consultiva de la CIDH
y el informe del GIEI8).

Guerra anunciada
Al mismo tiempo que se desarrolla la confrontación sobre la interpretación
y reinterpretación de la renuncia y evasión de Morales Ayma y el alto man-
do masista, la estrategia de esa conducción avanza firmemente en la guerra
territorial que se libra principalmente en Santa Cruz y Beni.
La disputa por la tierra y el territorio, experimentada por los pueblos
indígenas de esos departamentos como resistencia a un agresivo proceso
de neocolonización protagonizado por colonizadores campesinos (detrás
del que se esconde el agronegocio transnacional), registra al menos una
controvertida muerte9, mientras se acumulan lesionados y heridos.
Allí, en estrecha alianza y coordinación con sus socios económicos (y
enemigos políticos jurados), el bloque agroindustrial-financiero, con los
colonizadores como avanzadilla social y algunas colonias menonitas como
apoyo con su maquinaria, continúan posesionándose de nuevas tierras que
desmontan, con quemas o sin ellas. Es un avance implacable sobre reservas

8  La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que se pronunció sobre el su-


puesto carácter de “derecho humano” de la reelección indefinida y continua, y el Grupo
Independiente de Expertos Internacionales (GIEI), que analizó las denuncias de abusos co-
metidos en 2019. Ambos temas se tratan más adelante en este boletín; el enlace de los textos
completos de ambos documentos figura en el anexo de referencias de noticias.
9  Véase: https://www.la-razon.com/nacional/2021/08/01/del-castillo-niega-que-indigena-
chiquitano-haya-muerto-por-golpiza-de-interculturales/;
https://gacetadelsur.com/2021/08/03/familia-desmiente-que-el-indigena-chiquitano-lino-
pena-haya-muerto-por-covid-19/
Bolivia 2013-2021 323

naturales, territorios indígenas y parques nacionales, para incorporarlas al


mercado de tierras, con la omisión o con la directa complicidad de las au-
toridades del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) y el ministerio
responsable del ramo10.
La alianza económica que se menciona en el párrafo anterior se refiere
al acuerdo explícito entre las cámaras empresariales y el MAS sobre la am-
pliación de la frontera agrícola (en los hechos, la expansión del mercado de
tierras) que, de acuerdo a la Agenda Patriótica del MAS, debe alcanzar 13
millones de hectáreas.
Ese avance, aunado al supuestamente inevitable uso de semillas trans-
génicas y su paquete tecnológico de agrotóxicos, defendido compacta y fie-
ramente bajo el camuflaje verbal de “uso de biotecnología” por la CAO, la
CAINCO y la rama de la Confederación de Colonizadores11 que constitu-
yen pequeños y medianos productores de oleaginosas (la otra la conforman
los cocaleros del Chapare).
Esta alianza económica es tan profunda y explícita, que empresarios del
agronegocio acudieron directa y públicamente al cuartel general de Mora-
les Ayma en el Chapare, a pedirle que abogue por ellos ante el gabinete de
Luis Arce Catacora12.
El simultáneo enfrentamiento político de los aliados, expresado en los
choques entre el gobierno central y la Gobernación de Santa Cruz; De-
mócratas y afines vs. el MAS; bancadas de uno y otro bloque; el gobierno
interino de Añez persiguiendo masistas, no anula ni aplaca el entendimien-
to económico entre ellos. Para más señas, este entendimiento entraña una
comunión estratégica, pues coincide en la visión desarrollista (por tanto,
capitalista) tradicional que viene ensayando el país desde el siglo anterior.
Su discrepancia central en este punto es la importancia que cada uno atri-
buye a la acción económica del Estado y a las medidas “redistributivas”.

10  El anexo contiene algunas referencias documentales sobre el conflicto; el estudio de la


Fundación Tierra tiene la explicación más detallada y minuciosa.
11  “Interculturales”, según la denominación política introducida en la CPE.
12  Véase: https://www.la-razon.com/nacional/2021/04/30/morales-se-reune-con-empre-
sarios-crucenos-para-tratar-la-reactivacion-economica/ https://eldeber.com.bo/economia/
agro-ofrece-sumar-us-2000-millones-en-exportaciones-y-duplicar-los-empleos_232706
324 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Cuando Morales reivindica los procesos de ocupación de tierras ejecu-


tados por los colonizadores, enuncia, en cualquier caso, un criterio unáni-
me en el MAS, que incluye completa y férreamente al vicepresidente Cho-
quehuanca13 y, desde luego, al gobierno actual.
La contradicción entre ambas esferas induce a que actores protagonis-
tas, como los pueblos indígenas —arraigados fundamentalmente en sus
TCO—, no terminen de desentrañar el problema. Es el caso de un dirigente
chiquitano clave14, que percibe la ocupación territorial realizada por los co-
lonizadores principalmente como manifestación política para ganar espa-
cios electorales para el MAS, coincidiendo con la explicación empresarial,
la de la coalición Creemos, e, indirectamente, con la de Evo Morales Ayma.
Tanto el gobernador como los empresarios se enfocan en la explicación
de los objetivos políticos de la colonización, mientras que el MAS la aborda
como tema de derechos15. Ambos coinciden en omitir cualquier alusión
al fundamental sentido económico (ampliación y participación en el mer-
cado de tierras), en la más típica operación ideológica de ocultamiento de
una contradicción.
Este manejo ideológico segmenta la realidad, desarticula la relación en-
tre el agronegocio y el muy rápido deterioro medioambiental de Santa Cruz
y el Beni, compartimenta esa situación respecto del avance meteórico de
plantaciones de coca y, en general, se niega a ver la carrera acelerada con
que el tren del cambio climático nos está atropellando. En los Andes la mi-
nería, especialmente la aurífera, juega su propio destacadísimo papel.
La XI marcha indígena que busca llegar a Santa Cruz de la Sierra, con su
consigna “Por los derechos humanos y contra los avasallamientos”, parece
estarse enredando en la trampa ideológica del MAS y el agronegocio, tanto
por no haber buscado hasta ahora también la movilización de los indígenas
de tierras altas (ribereños del río Beni, Urus, CONAMAQ, por ejemplo),
como por no rescatar las cuestiones centrales de la defensa de tierra, terri-

13  Véase: https://www.la-razon.com/nacional/2021/05/12/choquehuanca-a-interculturales-


van-a-decir-lo-que-piensan-y-sienten-sin-la-cabeza-agachada/
14  Véase: https://eldeber.com.bo/economia/lazaro-tacoo-laberan-muchos-no-quieren-las-
tierras-para-cultivar-las-quieren-para-traficar_239448
15  La mayoría —es decir, los campesinos— tiene más derechos que la minoría —es decir los
indígenas—, afirmaba hace años, en su folleto “Oenegismo...” el exvice García Linera.
Bolivia 2013-2021 325

torio, agua, y de la Constitución, que debemos, en primer lugar, a las mar-


chas y orientaciones de los pueblos indígenas en los años noventa del siglo
pasado, con los que se abrió el proceso constituyente.
Si la actual orientación de la marcha se consolida, a su arribo será recibida
por el Comité Cívico cruceño y Creemos (¡!), facilitando el encubrimiento de
la complicidad estatal-empresarial en la depredación masiva de la naturaleza,
las quemas, el exterminio de la biodiversidad, y la consagración de los mega-
proyectos que hipotecan económica y políticamente al país, preservando el
agónico modelo de desarrollo y el patrón de acumulación vigentes16.

Contrapunto entre pandemia y economía


El discurso oficial sobre lo que se habría logrado hasta hoy en términos de
recuperación económica se apoya, por una parte, en atribuir toda la res-
ponsabilidad del retroceso económico a la conducción del gobierno provi-
sional y, en segundo lugar, en un optimismo relumbrante que se resume en
su pronóstico de que, en menos de dos años, se habrá superado “el entuerto
del gobierno neoliberal”.
El dúo compuesto por Arce Catacora y su hombre de confianza en la car-
tera de Economía omite completamente cualquier reconocimiento de que la
declinación económica del país arranca con la curva de descenso de los ex-
portables —en especial del gas natural— hace casi siete años, mientras sub-
estima el impacto de la pandemia y, principalmente, no reconoce las fuertes
señales de la decadencia del modelo de desarrollo y patrón de acumulación17.
Este denso silencio oculta la obstinación de preservar empresas públicas
que generan pérdidas continuas y que requieren masivas transfusiones de

16  El ejemplo característico de estas megaobras es el del Chepete-Bala, reactivado el


mes de agosto último. Su costo socioambiental, económico y político es impagable, pues
prácticamente termina de liquidar la cuenca del río Beni para generar electricidad cuyo
único cliente posible, Brasil, no la ha demandado jamás por consideraciones geopolíticas,
como ha sido ocurrido con el tren transoceánico, pese a la presión y patrocinio de Alemania,
China y otras potencias. Los boletines del año 2017 se han ocupado de este proyecto. Véase:
https://www.paginasiete.bo/opinion/roger-cortez-hurtado/2021/8/31/destruccion-como-
politica-de-estado-306603.html
17  Tomando en cuenta esos elementos, se advierte que cuando el Ministerio de Economía se
congratula por nuestra recuperación omite completamente compararla con las de nuestros
vecinos que, casi en todos los casos, nos superan ampliamente.
326 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

recursos18, solo justificables para mantener una imagen y fuentes de em-


pleos para la amplia clientela del oficialismo, frenando la recuperación eco-
nómica y bloqueando las posibilidades de transitar a un modelo alternativo
de desarrollo.
Como parte de esta conducta se inscriben la casi totalidad de las me-
didas adoptadas por YPFB para esconder o tratar de ocultar y retrasar,
desesperada y vanamente, el eclipse de los ingresos provenientes de la ex-
portación de gas. Estos se ven cada vez más estrangulados por, en primer
lugar, los grandes cambios del mercado mundial del energético (EE. UU.
convertido en primer exportador de petróleo y gas; Argentina con enormes
reservas de gas en plena expansión); en segundo, por la negligencia interna
en la búsqueda y desarrollo de reservas y, en tercer lugar, por la quema de
gas internamente como principal fuente de generación eléctrica.
En un contexto de aceleración de los efectos del calentamiento y el cam-
bio climático, con presiones en ascenso para disminuir el uso de combus-
tibles fósiles, se achican las posibilidades de inversiones externas en el gas
natural boliviano, mientras que YPFB, con insuficientes recursos financie-
ros y un pesado rezago tecnológico, no tiene reales posibilidades de alterar
esa realidad.
El hecho de que ocupemos un octavo lugar en el ranking sudamericano
de la pandemia, con unos 4.200 infectados por cada 100.000 habitantes,
comparados con los más de 11.000 de Argentina (véase anexo), ayuda a
comprender que, pese a la lentitud o inexistencia de respuestas claras para
paliar los daños económicos, no se produzcan explosiones sociales de gran
magnitud y la población todavía tolere que el gobierno ponga el acento en
el juego político del “fraude-golpe”.
No existe forma de prever si dicha tendencia se mantendrá ante una
cuarta ola epidemiológica, porque según el ranking de contagios (morbili-
dad) que figura en el anexo, nuestro país, con su debilísimo sistema sani-
tario, exhibe una situación más benévola que aquellos con sistemas fuertes

18  Véase: https://www.paginasiete.bo/economia/2021/9/3/autorizan-al-bcb-prestar-


economia-bs-15607-mm-500-mm-iran-empresas-publicas-306985.html.Véase más enlaces
sobre el tema en el anexo.
Bolivia 2013-2021 327

(Uruguay, Chile o Cuba, por ejemplo)19, mientras que la mortalidad se


mantiene oculta tras un gran subrregistro.
Con tales reservas respecto a la confiabilidad de los datos disponibles,
queda fuera de discusión que la relación entre pandemia y economía será
en todo lado el factor de ajuste más importante en la relación sociedad-Es-
tado y gobernabilidad y, desde luego, también en nuestro país20.

La reforma condenada
Que el aparato judicial sea la espada/garrote de la estrategia masista y su
plan de reinstalar a Morales a la cabeza del país ha profundizado hasta ex-
tremos insondables el hundimiento de la administración de justicia.
La rápida conversión de los juicios que existían contra funcionarios del
MAS por procesos contra los de la administración interina es tan aplas-
tante y obscena, que el informe del GIEI destaca que la subordinación del
aparato judicial es un problema mayúsculo y una amenaza de primer grado
para la democracia boliviana.
Profesionales bien intencionados, académicos y algunos cuadros parti-
darios han estado produciendo iniciativas para comenzar la frustrada re-
forma anunciada a inicios de este gobierno. Sin embargo, ahora ha quedado
convertida en una piltrafa, porque si todo se resume a un ajuste a ejecutarse
en tres meses, concentrándose en el procedimiento penal —como ha anun-
ciado el reversible en sus argumentos ministro de Justicia—, queda claro
que el MAS no piensa ceder un control que es piedra angular del conjunto
de sus planes y diseños.
Las propuestas de reforma se concentran mayormente en cambiar la
elección popular de magistrados por otros procedimientos, como si en las
elecciones judiciales no hubiese quedado claro que los votantes rechazaron
el sectarismo y el utilitarismo de la selección parlamentaria de candidatos a
jueces. Tanto aquí como en EE. UU., por mencionar otro caso, está demos-

19  Queda muy claro que una de las más importantes muestras de la debilidad de nuestro
sistema de prestaciones de salud es un pésimo sistema de registro de contagios y muertes,
por lo que nuestras estadísticas no son de fiar.
20  Véase: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/47043/5/S2100379_es.pdf
328 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

trado que la influencia partidista del Legislativo se inclina por manipular y


someter a jueces y fiscales.
Cualquier muestra de no subordinación de árbitros y jueces desata
tempestades verbales de Morales Ayma, quien ha descalificado a la CIDH
y al GIEI. A la primera, por no haber avalado la elección indefinida, y al
segundo, por haber encontrado violaciones de derechos también en su
gobierno.
Los fiscales son el segundo gran tema de preocupación de los reforma-
dores. Sin embargo, prácticamente no se menciona que para comenzar a
quebrar la ausencia de autonomía de la administración de justicia debe
empezarse con la renuncia de los miembros del TCP, que fue el ariete para
quebrantar el orden constitucional y negar la soberanía popular.
Su papel es tan decisivo que, de otra manera, es muy difícil imaginar el
inicio de un cambio sustantivo. Sin esta resultará muy difícil que los cam-
bios políticos transcurran pacíficamente; mucho menos cuando los cho-
ques violentos mantienen en su vanguardia a dirigentes y cuadros partida-
rios de primera línea21, como ya ocurrió en noviembre de 2019.
La compacta decisión del MAS de mantener inalterado el control sobre
el Ministerio Público y el Órgano Judicial se complementa con la sostenida
ofensiva sobre las Fuerzas Armadas (FF. AA.), contradiciendo la tradición
del régimen de los 14 años de prodigarse en concesiones y halagos. Además
de la necesidad de convertir el “golpe” en un “golpe militar”, la táctica que
despliega el equipo de campaña de Morales hacia las FF. AA. genera incóg-
nitas sobre sus motivaciones y eventuales consecuencias.

Voces del subconsciente y del subsuelo


Este análisis parte haciendo un recuento de los elementos que ayudan a
mantener y avanzar en el objetivo “Evo presidente” (cuanto antes mejor y a
cualquier costo). Esto se verifica completamente en el espacio de la escena
política22.

21  Véase: https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/8/5/gustavo-torrico-comanda-grupos-


de-choque-del-mas-en-la-paz-303126.html
22  Llamo así a la palestra simbólica donde los actores y voceros políticos actúan bajo los
faros, cámaras y micrófonos que proporcionan las redes digitales (sociales) y los medios
Bolivia 2013-2021 329

En ese espacio también destaca el agobio de algunas de las nuevas auto-


ridades, hostigadas física y judicialmente, o el aparente apaciguamiento de
la alcaldesa de El Alto, que busca refugio en los brazos del gobierno ante los
problemas que confronta, aliviando así el riesgo que significa una fractura
de la base aymara del MAS.
Pero incluso en ese espacio, ciertas palabras y gestos dan pistas de que
las cosas no transcurren tan plácidamente para esa estrategia. Véanse al
respecto, en el anexo, actuaciones y exageraciones del exministro Quintana
proclamando una línea estilo Robin Hood23 o promesas de cubrir de besos
a la comunidad LGTBI, propias de un campañista desesperado en la bús-
queda de ofrendas y dádivas que debe distribuir ante un público escéptico o
frío. Ahí también cabe anotarse la recomendación de García Linera de que
se deben preparar nuevas nacionalizaciones.
Esa suerte de lapsus se correlacionan con la incertidumbre y la ansiedad
de una gran mayoría24 (cuatro quintos, según los encuestadores) que no
percibe soluciones en curso, que teme por sus ingresos y empleos y que
se siente vulnerable ante la enfermedad y la muerte. Para ellos el Estado,
manejado por quien sea, se parece cada vez más a una asociación delictiva
que persigue codiciosamente los fines de quienes lo componen y de sus
más cercanos socios.

Agosto de 2021

de difusión masiva, y donde se contrastan sus discursos y narrativas.


23  La promesa de vaciar los bolsillos de los ricos para beneficio de los pobres pasa por alto
que la base fuerte dura y sólida del MAS se apuntala en nuevas burguesías a las que se ha
abierto vías de acumulación de capital mediante el tráfico de tierras, yacimientos minerales,
contrabando y todo tipo de negocios irregulares o ilícitos.
24  Véase: https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/el-74-de-los-bolivianos-opina-que-los-
gobernantes-favorecen-a-unos-pocos_236823
330 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Anexo: referencias noticiosas

Campaña Evo: fraude-golpe


https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/8/30/con-su-nuevo-estatuto-el-mas-se-
garantiza-el-ingreso-de-al-menos-bs-21-millones-al-ano-306541.html
https://eldeber.com.bo/pais/arce-cito-la-palabra-golpe-unas-50-veces-su-discurso-no-fue-
nada-conciliador_242123
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/8/25/el-mas-condiciona-la-reconciliacion-la-
admision-de-que-hubo-golpe-en-2019-306044.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/8/6/la-union-europea-asevera-que-no-hubo-
conspiracion-golpista-en-ucb-303182.html
https://www.paginasiete.bo/seguridad/2021/7/20/gobierno-acusa-cuatro-paises-la-ue-por-
supuesto-golpe-301516.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/7/19/evo-el-embajador-de-brasil-participo-del-
golpe-el-embajador-de-la-ue-tambien-301440.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/6/18/mesa-se-acoge-al-silencio-el-mas-lo-
amenaza-con-acusarlo-298538.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/8/15/mas-gasto-bs-397-millones-para-forzar-
la-reeleccion-de-morales-303979.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/6/23/aristocracia-masista-evito-que-copa-sea-
presidenta-denuncia-exsenador-299044.html
https://eldeber.com.bo/el-deber/a-evo-morales-le-plantearon-cuatro-opciones-y-el-eligio-
la-de-jeanine-anez_236263
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/6/24/masistas-que-negociaron-en-la-catolica-
son-responsables-de-senkata-sacaba-dice-exsenador-del-mas- 299154.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/5/10/evo-arremete-contra-charanzova-que-
pide-una-justicia-imparcial-294541.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/4/30/yucra-acusado-de-cercar-ciudades-pide-
renuncia-del-ministro-lima-293601.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/8/25/hrw-tilda-de-disparate-acusacion-anez-
mas-busca-neutralizar-apoyos-su-favor-306045.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/8/25/acorralan-anez-con-denuncias-surgen-
grupos-para-hostigarla-306046.html
https://eldeber.com.bo/pais/evo-dice-que-negocio-desde-argentina-con-magistrados-y-
vocales-la-sigla-las-elecciones-y-la-sucesion_236954

CIDH y GIEI
Derechos Humanos: https://www.corteidh.or.cr/docs/opiniones/seriea_28_esp.pdf
Opinión Consultiva Corte Interamericana de Informe final GIEI: https://cancilleria.gob.bo/
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https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/8/13/corte-idh-los-10-danos-que-la-reeleccion-
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Bolivia 2013-2021 331

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Economía y política económica


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llego-232-tmf-en-2020-296789.html
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Tierra y territorio
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ataque-de-avasalladores-en-la-chiquitania-302711.html
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https://eldeber.com.bo/santa-cruz/interculturales-se-declararon-en-emergencia-aseguran-
que-pelearan-por-las-tierras_237603
https://eldeber.com.bo/economia/inra-dice-que-en-gestion-de-anez-se-genero-norma-
agraria-para-favorecer-a-un-grupo-privilegiado_239867
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/sectores-dicen-que-propuesta-de-ley-de-suelos-apunta-
a-las-reversiones_230258
https://eldeber.com.bo/economia/informe-tecnico-establece-que-reserva-de-bajo-
paragua-es-tierra-fiscal-no-disponible_240547
https://eldeber.com.bo/pais/evo-censura-el-congreso-por-la-tierra-y-dice-que-fue-
organizado-por-logias 237634
https://eldeber.com.bo/economia/alcalde-de-san-ignacio-refuerza-lucha-por-la-tierra-
con-la-entrega-de-documentos-de-denuncias_237846
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/5/6/exigen-asumir-medidas-contra-trafico-
de-tierras-294112.html
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/surgen-nuevas-denuncias-de-comunidades-
fantasma-y-desmontes-grandes-en-la-chiquitania_236939
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/segun-evo-camacho-usa-la-tierra-para-impulsar-
el-separatismo_239643
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/alcalde-de-san-ignacio-pide-a-la-abt-desalojar-a-
personas-de-la-reserva-bajo-paragua_239164
https://eldeber.com.bo/economia/vicepresidente-cuestiona-que-las-tierras-sean-para-
unos-cuantos-y-camacho-lo-acusa-de-crear-una-comi_236722
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/en-robore-denuncian-que-colonos-tienen-resolucion-
del-inra-desde-2017-y-recien-quieren-asentarse_233918
https://www.paginasiete.bo/gente/2021/7/20/narcotrafico-el-trafico-de-tierras-entran-con-
la-deforestacion-zonas-indigenas-301465.html
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/8/21/revolucion-agraria-para-salvar-la-madre-
tierra-304643.html
334 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Incendios
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/8/25/el-fuego-ya-devora-bosques-de-ocho-
areas-naturales-306021.html
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/incendios-forestales-en-caceres-brasil-arrasan-con-
animales-en-estancias-ganaderas_244537
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/el-dano-mayor-de-los-incendios-ha-sido-en-las-areas-
protegidas_244355
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/7/9/arden-4500-ha-en-san-matias-abt-revierte-
ley-contra-ince |
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/los-incendios-ya-arrasaron-con-mas-de-150000-
hectareas-en-santa-cruz-y-el-gobierno-minimiza-el-avanc_242389
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/en-medio-del-fuego-el-gobierno-y-la-
gobernacion-no-terminan-de-coordinar_242535
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/denuncian-que-mientras-los-bomberos-arriesgan-sus-
vidas-los-colonos-chaquean-y-toman-posesion_244186
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/la-superficie-quemada-se-cuadriplico-a-mas-de-400-
mil-ha-a-pesar-de-la-prohibicion_244198
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/chiquitanos-desalojaron-a-interculturales-que-
chaqueaban-aseguran-que-se-alistaban-para-quemar_244093

Coca cocaína
https://eldeber.com.bo/pais/el-gobierno-erradico-800-hectareas-de-coca-en-lo-que-va-
del-ano_231592
https://eldeber.com.bo/pais/el-narcotrafico-penetra-ocho-areas-protegidas-con-megalabo-
ratorios_232686
https://www.paginasiete.bo/seguridad/2021/6/28/bolivia-sube-produccion-poten-
cial-de-cocaina-en-44-segun-informe-de-eeuu-299469.html
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/la-erradicacion-de-coca-en-bolivia-llega-al-27-de-la-
meta-de-2021_239631

Cambio climático-medioambiente
https://www.paginasiete.bo/gente/2021/5/14/arboles-frutales-plagas-falta-de-agua-el-
paso-del-cambio-climatico-por-el-ilimani-294953.html
https://www.paginasiete.bo/ideas/2021/5/30/mercurio-oro-destruccion-en-los-
yungas-296555.html
https://eldeber.com.bo/te-puede-interesar/el-lento-envenenamiento-de-los-indigenas-
lecos-por-mercurio_242343
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/7/4/cementerio-de-abejas-punta-del-iceberg-
del-impacto-agroquimico-300022.html
https://elpais.com/america/economia/termometro-social-de-america/2021-06-04/el-
mercurio-dorado-que-amenaza-a-la-amazonia.html BM denuncia mercurio
Bolivia 2013-2021 335

https://eldeber.com.bo/santa-cruz/se-mueren-las-abejas-en-rio-grande-mas-de-300-
colmenas-quedaron-en-nada-golpeando-la-economia-de-api_236162
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/8/30/falta-de-agua-en-cochabamba-enfrenta-
20000-regantes-306519.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/5/1/los-ganaderos-acuden-evo-le-piden-que-
interceda-ante-arce-para-exportar-carne-293653.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/5/9/nueve-normas-vetan-transgenicos-seis-
los-avalan-294429.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/5/22/azucareros-plantean-aumentar-la-
produccion-de-etanol-para-impulsar-la-economia-295882.html
https://eldeber.com.bo/economia/agro-ofrece-sumar-us-2000-millones-en-exportaciones-
y-duplicar-los-empleos_232706

Información sanitaria
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/los-medicos-estan-impagos-en-los-nueve-
departamentos-del-pais_235118
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/6/18/mas-de-3000-medicos-salubristas-
trabajan-sin-sueldo-desde-hace-meses-298563.html
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/6/14/el-sus-no-logra-cubrir-todas-las-
necesidades-de-los-casos-covid-298084.html
https://www.paginasiete.bo/gente/2021/6/28/alertan-que-hasta-92-mil-ninos-ninas-
adolescentes-empezaran-trabajar-por-la-covid-299435.html
Ranking de morbilidad (cantidad de contagiados por cada 100.000 habitantes) en
Sudamérica hasta julio 2021: Argentina, 11.673; Uruguay, 11.100; Panamá, 10 999; Brasil
9.918: Col 9.850; Chile 8.576; Paraguay 6.501; Perú 6.693; Cuba 5.963; Bolivia 4.219;
Ecuador 2.994, según:https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/9/3/la-tercera-ola-fue-la-
mas-letal-en-el-pais-la-vacunacion-clave-en-la-cuarta-ola-306929.html

Nuevas autoridades
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/8/30/castro-dice-que-autoridades-regionales-
de-salud-seran-responsables-de-la-cuarta-ola-si-no-vacunan-306564.html
https://eldeber.com.bo/pais/eva-copa-abraza-al-presidente-arce-hasta-las-lagrimas-y-
promete-defensa-de-su-gobierno_243162
https://www.paginasiete.bo/seguridad/2021/5/29/queman-la-casa-de-damian-condori-
gobernador-de-chuquisaca-296534.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/7/1/arias-camacho-montes-reyes-villa-en-la-
mira-por-denuncias-299762.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/5/27/condori-tuvo-que-dejar-su-duelo-ante-
intento-del-mas-de-ocupar-su-cargo-296385.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/6/20/dulon-desde-que-ganamos-la-alcaldia-
hay-amedrentamiento-298740.html
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/el-centralismo-le-debe-al-eje-principal-del-pais-miles-
de-millones-de-bolivianos-que-se-notan-en-la-_234417
336 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/eva-copa-interpela-al-mas-y-proclama-el-inicio-
de-un-proceso-de-renovacion_230573
https://www.lostiempos.com/actualidad/pais/20210504/copa-habla-contradicciones-
proceso-cambio-senala-que-no-podia-ser-complice
https://eldeber.com.bo/politica/santa-cruz-y-el-alto-estrechan-lazos-a-traves-de-acuerdos-
publico-privados_234970
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/7/27/el-quiebre-en-jallalla-se-profundiza-copa-
afirma-que-no-forma-parte-de-ese-partido-302214.html

Murillo Miami
https://www.la-razon.com/nacional/2021/06/01/morales-murillo-retiro-dinero-de-sus-
cuentas-en-las-narices-de-la-fiscalia-general-y-de-la-uif/
https://www.la-razon.com/nacional/2021/05/27/tras-detencion-de-murillo-morales-dice-
que-la-oposicion-se-quedo-sin-discurso/

Delitos TCP
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/denuncian-a-magistrados-del-tcp-de-cometer-
delitos-iran-a-cortes-internacionales_232254
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/5/18/cuestionamientos-aumentan-el-tcp-
insiste-en-negar-sentencia-295380.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/5/14/abogados-alertan-que-el-tcp-manipula-
sus-propios-fallos-295002.html

Fiscalía
https://www.paginasiete.bo/seguridad/2021/7/15/fiscalia-exime-de-culpa-los-principales-
imputados-por-la-quema-de-pumakataris-301114.html
https://www.paginasiete.bo/seguridad/2021/7/16/mas-de-20-fallos-dejan-impunes-actos-
de-vandalismo-del-mas-301204.html
https://www.paginasiete.bo/seguridad/2021/8/23/corrupcion-en-el-mas-sin-sentencias-
con-plazos-vencidos-recursos-perdidos-305793.html

FF. AA.
https://www.paginasiete.bo/seguridad/2021/8/30/cuestionan-comandante-de-las-ffaa-por-
permitir-procesos-contra-militares-306499.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/7/4/exjefes-militares-procesados-por-el-
supuesto-golpe-son-enviados-la-carcel-300079.html
htps://eldeber.com.bo/pais/garcia-linera-desmiente-declaraciones-del-general-terceros-y-
reuniones-con-el-alto-mando_238112
Bolivia 2013-2021 337

https://www.paginasiete.bo/seguridad/2021/7/8/garcia-exministros-terceros-se-acusan-
contradicen-en-12-acciones-de-las-ffaa-300426.html
https://eldeber.com.bo/pais/11-datos-que-revelan-nuevos-detalles-de-las-ultimas-horas-
de-evo-en-el-poder-segun-la-declaracion-de_237929
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/7/6/terceros-evo-siguio-ordenando-las-ffaa-
hasta-30-horas-tras-su-renuncia-300227.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/7/6/ffaa-policia-la-defensoria-sugirieron-evo-
dimitir-cuando-el-ya-lo-habia-decidido-300226.html
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/la-policia-inicia-proceso-para-contar-con-20-
generales-y-en-las-ffaa-expresan-malestar_244200

Dichos del gabinete de campaña


https://eldeber.com.bo/pais/vaciar-el-bolsillo-de-los-ricos-y-entregar-a-los-pobres-el-lla-
mado-de-quintana-a-los-militantes-del-_244887
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/6/24/quintana-ley-de-ascensos-triun-
fo-que-ni-la-dictadura-concedio-la-policia-299159.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/6/26/desde-2020-quintana-critico-en-ocasio-
nes-al-gobierno-de-luis-arce-299317.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/7/14/garcia-plantea-nueva-oleada-de-naciona-
lizaciones-300979.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/8/27/quintana-busca-ampliar-base-del-mas-
con-poblacion-lgtbi-vengan-los-vamos-mimar-306316.html
Época de marchas y contramarchas

Se observa un intento de cambio de libreto destinado a centrar la atención


pública en una teatral pelea entre centralistas y federalistas, como aparen-
te respuesta a una rudimentaria asimilación por parte del señor Morales
Ayma y su equipo de campaña de que la discusión golpe-fraude hartó a la
población, como lo prueban tres importantes retrocesos sucesivos a los que
han obligado las protestas sociales al gobierno en un lapso notoriamente
breve.
Se perfila así el plato fuerte de una operación ideológica y propagandís-
tica que tape a los ojos del público que gobiernistas y contrarios políticos
comparten la misma falta de proyecto y de respuestas concretas ante el cre-
cimiento de los problemas del país.

Unidad de contrarios, el campo de lucha ideológico


Después de tres dolorosos recules1, la cúpula del MAS decidió, como pri-
mera meta, una gran marcha, de una semana de duración, para opacar sus
derrotas. Como segunda meta, afianzar el relato de que fueron sus ene-
migos políticos —como la gobernación cruceña y el comité de ese mismo
departamento —quienes dirigieron las movilizaciones que tumbaron sus
decisiones y leyes, y no la propia base masista, como efectivamente ocu-
rrió. La tercera meta —aparentemente semiimprovisada durante el avance
de la marcha masista— busca perfilar como nueva amenaza a combatir
un separatismo disfrazado de federalismo, justo en el momento en que la
dirigencia oficialista empieza a notar el desgaste de su enfoque actual para

1  Contabilizados a partir del 5 de octubre último, con la recuperación de la sede de


ADEPCOCA por los cocaleros yungueños no afiliados al MAS.

[339]
340 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

reparar y relanzar cuanto antes la figura de Morales Ayma como próximo


presidente.
La iniciativa de forzar un viraje de la atención colectiva hacia una discu-
sión que contraponga el maravilloso porvenir que nos espera si abandona-
mos, sin apenas haber comenzado, la construcción de las autonomías con
participación y control social, para sustituirlas por un misterioso modelo
federalista cuyo contenido desconocen de momento inclusive sus impul-
sores2, ha encontrado, en principio, una disposición muy favorable de los
mayores medios de difusión masiva.
Si la operación conjunta de una parte de la oposición con el oficialismo,
apoyada por medios de difusión masiva, resulta exitosa, queda asegurado
que las redes digitales reforzarán la tendencia. Pero, incluso con tan for-
midable convergencia, es dudoso que la gente acceda a tomarse una pausa
mucho más allá del primer mes de 2022 en el ascenso de las demandas que
exigen soluciones para sus más urgentes problemas. Es igualmente incierto
que opte por postergarlos para tomar bando (pro o antifederal), como se lo
están proponiendo los actores más visibles de la escena política.
La dificultad de colocar la discusión sobre pro y antifederalismo como
preocupación central de la sociedad no la hace necesariamente una tarea
imposible, especialmente si la sequía de propuestas y proyectos se man-
tiene tan estática como hasta ahora. Ya hemos visto en otras ocasiones
cómo un asunto esencialmente ajeno al interés y comprensión comunes
puede llegar a convertirse en un gran paraguas de múltiples reivindica-
ciones parciales3.
En cierta medida, algo parecido ha ocurrido con las marchas contra el
paquetazo legislativo que el MAS impuso, en medio del silencio de la opo-
sición parlamentaria o con su aprobación.

2  Según afirmó el gobernador cruceño, Fernando Camacho. Véase: https://www.lostiempos.


com/actualidad/pais/20211123/gobernador-camacho-no-llevamos-proyecto-imponer-
hay-que-sentarse-organizar
3  Más allá de la coyuntura, están las históricas lecciones de la Guerra Federal de 1899, en la
que el bando ganador, los “federalistas” de La Paz, al mando de José Manuel Pando, archivó
el asunto después de eliminar a Zárate Willka. La guerra sirvió a unionistas y federalistas
para ahogar en consenso la insurgencia indígena (pese a que los aymaras se aliaron los “fe-
deralistas”), como lo demuestra Ramiro Condarco en Zárate, el “temible” Willka” (La Paz:
s/e, 1966).
Bolivia 2013-2021 341

La resistencia contra parte de esas normas ha movilizado a siete depar-


tamentos, y especialmente a Santa Cruz, copando la escena política. Este
accionar se debió a los sectores sociales que detectaron tempranamente
cómo la andanada legal masista, planificada primordialmente para anudar
el control del poder político y neutralizar a sus oponentes políticos, podría
afectar las actividades económicas sumergidas. Tales actividades de subsis-
tencia son las predominantes en nuestra economía, y proporcionan empleo
y sustento a la mayor parte de la población.
La resistencia efectiva (siguiendo el ejemplo de los cocaleros de Yungas)
que tumbó un proyecto y una ley de ese paquete estuvo a cargo de los trans-
portistas, gremiales, cuentapropistas de toda índole, así como de la franja
de cooperativistas mineros que se despegó del oficialismo, comerciantes
populares (como los denomina el antropólogo Nico Tassi). Es decir, son
los componentes del pilar central, social y electoral sobre el que se apoya
el régimen. El único gran sector social ausente de esa protesta fueron los
campesinos.
La oportunista adhesión de comités cívicos, coaliciones opositoras y sus
dirigentes4 trató de mostrarse encabezando el movimiento, aunque iba por
detrás. Encontró en la propaganda gubernamental y en buena parte de la
cobertura noticiosa el sustento para tal enfoque, simulación e interpreta-
ción de los hechos.
Esta burbuja se desinfló vergonzosamente cuando el comité cívico cru-
ceño pretendió extender el paro después de que gremiales, transportistas
y otros participantes clave se replegaron cuando el gobierno anunció que
abrogaría la Ley 1386.
La demostración más cercana de que estos pactos implícitos de agentes
del sistema de mediación y representación política5 están lejos de ser exóti-
cos se verifica también en las actitudes y discursos con que distintos voce-

4  Caracterizados por un cotidiano y sostenido discurso antinformalidad y antiinformales,


que súbitamente viró 180º grados al respaldar “incondicionalmente” a los movilizados.
5  Se utiliza esta expresión en vez de “partidista” porque la democracia boliviana funciona,
desde al menos hace una década, sin partidos políticos, reemplazados, en el caso de la
oposición, por endebles y circunstanciales alianzas de siglas, precariamente registradas ante
los órganos electorales y, en el oficialismo, por una coalición de organizaciones sociales
y corporativistas nucleadas en torno a un reducido pero eficaz núcleo de funcionarios
oficiales, encabezados por el caudillo, Morales Ayma.
342 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

ros políticos encaran el duro enfrentamiento por la tierra que ha explotado


en Santa Cruz, en situaciones como las de Las Londras.
Mientras que la acción de grupos armados, secuestros y balaceras son
explicadas por la coalición Creemos, la gobernación departamental y or-
ganismos cívicos y empresariales como “avasallamientos de propiedades
privadas”, el MAS, a través de dirigentes de sindicatos de colonizadores, con
oportuno respaldo de funcionarios oficiales, los tipifican como consecuen-
cias de “abusos empresariales”.
La información más difundida sobre estos ríspidos choques que ya han
cosechado al menos una muerte omite aclarar que las incursiones sobre
propiedades empresariales representan apenas una fracción menor del en-
sanchamiento ilegal del mercado de tierras —y de la frontera agrícola gana-
dera—. Esta expansión depende principalmente de la ocupación de tierras
fiscales, reservas naturales, territorios. Tal como sucede en Las Londras,
donde las tierras en disputa —parte de la reserva forestal de Guarayos—
han sido arbitrariamente ocupadas por una familia Barbey (la del presiden-
te de la Confederación de Empresarios de Bolivia, CEPB) como lo reporta
el INRA.
Ningún partido o parlamentario individual, ni oficialista ni opositor,
ha sacado a relucir este importante dato. Cuando intervienen refiriéndose
a los conflictos por la tierra (notoriamente el término territorio casi nunca
aparece en estos debates), es para alimentar la imagen de un enfrentamien-
to entre colonizadores y empresarios, sin mencionar, desde luego, los nexos
que existen entre los grandes capos del agronegocio y los dirigentes coloni-
zadores que, desde poblaciones de pequeños y medianos soyeros, orques-
tan las incursiones, ahora armadas, de ocupación de tierras que terminan,
finalmente, en manos de grandes inversores del agronegocio6.
Es decir que estamos en una pelea no por tierras de cultivo, sino por
superficies con cuya comercialización se especula, con altas ganancias para
los avasalladores, o en las que se realiza lucrativas operaciones de agrone-
gocio a expensas de la desertificación de tierras no aptas ni para ganadería
ni para agricultura.

6  Véase el prolijo trabajo de Gonzalo Colque, de Fundación Tierra, sobre el tema: https://
bit.ly/3mLFt3L
Bolivia 2013-2021 343

En el análisis de agosto de este año ya se advirtió que la última marcha


indígena, motivada también por los avasallamientos, tomó un rumbo in-
cierto, precisamente porque su dirigencia prefirió no referirse a la asocia-
ción entre grandes empresarios y dirigencia colonizadora para beneficiar-
se del tráfico ilegal de tierras. Como consecuencia, ni siquiera consideró
la posibilidad de esgrimir reivindicaciones de gran potencial estratégico,
como el de pausa ecológica, ni una consigna amplia y abarcadora de gran
potencial, como es exigir el respeto y cumplimiento irrestricto de la Cons-
titución7, que introduce y consagra sus derechos de pueblos indígenas.

Impotencia común y modelo desfondado


Las rebeliones que están ampliando el déficit de gobernabilidad nacen de
la insatisfacción de necesidades básicas de una población que depende, en
una proporción que ronda el 80%, de su propia y exclusiva inventiva para
crearse empleo y producir sus ingresos. Esa masa social, parte fundamental
del porcentaje con que el MAS ganó las elecciones de 2020, pero también
de la población que no lo respalda, da señales de fatiga y hartazgo con la
agenda de propaganda fraude-golpe y las permanentes noticias de apresa-
mientos y amenazas contra opositores al régimen que ocupan la atención
de los principales funcionarios del Ejecutivo.
La oposición parlamentaria, en tanto, reacciona funcionalmente a esta
agenda, y calla, o apenas musita, en torno a los grandes problemas que aca-
rrea un presupuesto que mantiene los gastos suntuarios en propaganda y
funcionamiento de la presidencia, y que además subsidia empresas impro-
ductivas que materializaron los malogrados planes industrializadores de los
catorce años. Todo esto, mientras centenares de miles de familias caen nue-
vamente bajo la línea de pobreza a causa de la desaceleración económica8.

7  Con ese enfoque se amplió la posibilidad de que Creemos y la Gobernación cruceña asu-
mieran el papel de aliados protectoras de la Marcha, cuyo impacto se disolvió tras la deman-
da de reconocimiento de un Parlamento Indígena.
8  La paciencia y la buena voluntad de la que todavía goza el gobierno de Arce Catacora en la
sociedad quedan perfectamente retratadas en la resignación que ha acompañado el anuncio
de no pago de segundo aguinaldo, pese a toda la alharaca de avances económicos que hace
el presidente, para después informar que el PIB creció menos del 2%. Una actitud similar
prima ante el anuncio y avance de nuevas oleadas de la pandemia. Las referencias noticiosas
y el respaldo documental de estos y otros temas examinados en este boletín están ordenados
en el anexo informativo.
344 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

Las protestas y movilizaciones que han obligado a cambiar decisiones y


leyes ponen de manifiesto que se está agotando la reserva de buena volun-
tad colectiva que ha beneficiado a la gestión gubernamental, pese al fatalis-
mo que provoca e incentiva el comportamiento del sistema de representa-
ción y mediación política.

Pan y empleo sustituidos por expresiones de optimismo


Que el MAS y, buena parte del tiempo, la oposición parlamentaria en su
conjunto, coincidan en interpretar situaciones de una manera parecida o
idéntica, no indica en modo alguno que sus disputas sean falsas o fingidas.
Por el contrario, están sumergidos en una tendencia creciente a la crispa-
ción y favorable a choques más duros.
La concurrencia ideológica (en el sentido de proyectar una falsa reali-
dad) se origina en que comparten, cada uno desde sus trincheras e intere-
ses, la creencia de que no queda otra que observar con fatalismo el agota-
miento del patrón de acumulación que creen insustituible, o cuyo cambio
ocurrirá en plazos demasiado prolongados9 si de ellos dependiera.
Estos puntos de encuentro no se basan en conspiraciones, sino en la
satisfacción de objetivos a corto plazo, como la necesidad de la oposición
de aparentar una importancia que no logra —aunque el costo sea una ma-
yor persecución y procesos judiciales contra sus dirigentes—, o la guberna-
mental de no admitir que lo centrífugo y contradictorio se va imponiendo
entre sus filas.
Por otro lado, aunque el régimen aspire a ampliar la influencia econó-
mica estatal, mientras que sus contrarios en la Asamblea Legislativa suelan
preferir opciones privatistas, ello no garantiza la calidad de los parlamenta-

9  Lo señala así el exvicepresidente Álvaro García, quien admite que “el MAS no tiene
proyecto” (según su versión, a partir de 2019), negándose a ver que el daño ocasionado
por la pandemia y la corrupción ilimitada de su gobierno, del gobierno interino que vino
a continuación y del actual. Esto puede remontarse con un cambio de matriz productiva
(producción de alimentos sanos, investigación y desarrollo de tecnologías de recuperación
de la tierra, incremento sostenido a amplia escala de visitantes interesados en una sociedad
basada en la alianza de naturaleza y culturas, cambio de matriz energética, etc.). Véase sus
declaraciones, muy pobremente retratadas por los medios, que se han limitado a informar
de sus amenazas de continuar con las ya conocidas prácticas de extorsión a empresarios, en:
https://jacobinlat.com/2021/10/12/soy-un-leninista-de-la-nep-2/
Bolivia 2013-2021 345

rios opositores que, con demasiada frecuencia, realizan escrutinios dema-


siado bastos de las iniciativas de ley enviadas por el Ejecutivo. Esto da lugar
a que, unas veces, sean periodistas, y en otras, asesores de organizaciones
sociales, en vez de los propios legisladores, quienes descubran los grandes
problemas, que pasan fácilmente por su filtro.
El hecho de que el Presupuesto General del Estado (PGE) se haya tra-
mitado con debates legislativos que, a fuerza de rutinarios, se vuelven in-
trascendentes, conduce a que la oposición —lejos de emplear la poderosa
tribuna parlamentaria para demostrar que el PGE es la mayor prueba de
que el modelo económico corre al abismo, con la extinción de sus princi-
pales fuentes de ingreso— se limite a realizar observaciones secundarias o
ininteligibles para periodistas y público general.
Ni el escalofriante déficit de empresas (mal concebidas, diseñadas y con-
ducidas), ni la lenidad oficial para detener en seco la proliferación de co-
mandos e incipientes milicias civiles (a los que más bien encubre o alienta,
tal como se descubrió en el conflicto cocalero de septiembre-octubre), ni
las raíces de las disputas por la tierra, alcanzan a convertirse en la platafor-
ma de una oposición, resignada a suponer que la única salida a la perpetua-
ción del régimen sean sus peleas internas.
Así, el escuálido crecimiento del PIB, que durante varios años fue for-
taleza gubernamental, se ha reducido tanto que no alcanza ni la mitad de
nuestro vecino, Perú, que ha ostentado la mayor recuperación.
El crecimiento del PIB en un 9,4% responde principalmente a que se
han levantado restricciones, dentro y fuera del país, y a un formidable in-
cremento de precios de algunas exportaciones. Pero esto no alcanza a de-
volverle los primeros sitiales de años recientes; ahora nos ubicamos en un
sexto puesto en Sudamérica10.
Pese a los enormes problemas de base (achacados todos, como muleti-
lla, al gobierno interino), ya sea en el nuevo PGE y en general, el gobierno
no asume y la oposición no promueve medidas para efectuar correcciones
de fondo. Continúa el dispendio en superfluos gastos burocráticos, propa-
gandísticos y de sustento de la tradición patrimonialista y clientelista de la
organización política que controla al Estado.

10 https://n9.cl/uf6m
346 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

La marcha altiplánica del MAS, que llegó a la ciudad de La Paz el 29 de


noviembre, desplegó un caudal de miles de marchistas y una compactación
de dirigentes de las organizaciones sociales que componen este movimien-
to. Sin embargo, todo ello, sumado a la agresividad de las declaraciones y
el papel represivo que se hizo jugar a sindicatos afines para disuadir los
bloqueos y manifestaciones que obligaron a abrogar la Ley 1486, no alcanza
para cubrir las huellas del deterioro interno del bloque social que sustenta
al régimen.
Ningún dirigente descontento se atreverá a proponer un ajuste estraté-
gico que se aparte de su actual rumbo de proponer el retorno de Morales
como panacea, aunque ello alimente la ingobernabilidad y las posibilidades
de que Arce tenga que marcharse antes de la conclusión legal de su man-
dato.
Las disidencias internas del MAS serán más visibles y tensarán la si-
tuación (mucho más que lo que podrían hacer los opositores profesiona-
les), en la medida en que el descontento social tome ímpetu y no quede
atrapado en maniobras como la teatral contraposición entre federalistas y
unionistas, unidos cuando se trata de enfrentar la quiebra estructural del
modelo vigente.

Diciembre de 2021
Bolivia 2013-2021 347

Anexo de referencias noticiosas

Marchas y contramarchas

https://www.paginasiete.bo/economia/2021/8/19/gremiales-rechazan-proyecto-de-ley-de-
legitimacion-de-ganancias-ilicitas-anuncian-marchas-304451.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/9/9/proyectan-normar-estadisticas-advierten-
limites-informacion-307619.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/9/17/oposicion-dice-que-ley-busca-anular-el-
secreto-profesional-308444.html
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/9/18/polemica-cnc-respalda-la-ley-contra-
ganancias-iiicitas-oposicion-la-veta-308541.html
https://www.paginasiete.bo/seguridad/2021/9/27/gremiales-transportistas-otros-sectores-
yunguenos-se-suman-movilizacion-cocalera-309412.html
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/diez-sectores-en-alerta-contra-ley-de-ganancias-
ilicitas-y-anuncian-medidas_248996
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/10/7/gobierno-de-arce-decepciono-al-menos-
cuatro-sectores-311387.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/10/7/hay-choferes-de-base-que-ya-no-se-
sienten-representados-311388.html
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/el-gobierno-sale-a-aclarar-dudas-sobre-el-
proyecto-de-ley-pero-crece-el-rechazo_250220
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/10/10/con-sancion-ley-obliga-publicos-
privados-entregar-datos-al-ine-311668.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/10/11/arce-afronta-su-primer-paro-vuelve-la-
tension-de-octubre-311774.html
https://eldeber.com.bo/pais/gobierno-propone-enviar-a-control-constitucional-el-
proyecto-de-ley-de-legitimacion-de-ganancias-ili_250569
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/10/11/cooperativas-sobre-ley-antilegitimacion-
presidente-reflexione-veremos-quien-gana-en-las-calles-311833.html
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/santa-cruz-paro-gremiales-fueron-el-bastion-y-
mineros-lanzan-advertencia_250701
https://eldeber.com.bo/economia/cuatro-sectores-apoyan-la-protesta-y-gobierno-estima-
dano-en-us-112-millones_250700
https://eldeber.com.bo/economia/ministro-de-economia-ley-contra-la-legitimacion-de-
ganancias-ilicitas-evitara-sanciones-internaciona_250635
https://eldeber.com.bo/pais/gobierno-retira-el-proyecto-de-ley-contra-la-legitimacion-de-
ganancias-ilicitas-y-suspende-su-tratam_251100
https://eldeber.com.bo/pais/gobierno-adelanta-que-habra-consecuencias-al-incumplir-la-
aprobacion-de-la-ley-contra-la-legitimacio_251173
https://www.lostiempos.com/actualidad/pais/20211018/ratifican-movilizaciones-ley-1386-
gobierno-pide-dialogo
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/10/18/pacto-de-unidad-reunido-con-arce-
declara-emergencia-ante-cualquier-intento-de-desestabilizacion-312543.html
348 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/gobierno-sale-a-explicar-la-ley-madre-pero-
sectores-ratifican-marchas-y-paros_251735
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/llamado-al-dialogo-por-ley-madre-no-para-
medidas-y-suman-sectores-en-apronte_252039
https://eldeber.com.bo/pais/manifestantes-rechazan-injerencia-politica-y-suman-adeptos-
contra-la-ley-1386_251956
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/10/22/contraofensiva-del-mas-no-frena-
protestas-en-regiones-312898.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/7/30/ley-madre-que-dice-la-ley-1386-que-
moviliza-gremiales-transportistas-magisterio-civicos-302492.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/10/29/10-sectores-iran-al-paro-indefinido-
contra-la-ley-1386-desde-el-lunes-313629.html
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/en-un-ano-la-asamblea-aprobo-53-leyes-cada-
norma-costo-a-los-bolivianos-bs-44-millones_253221
https://eldeber.com.bo/pais/senadores-aprueba-en-grande-un-proyecto-de-ley-que-segun-
la-oposicion-pulverizara-la-autonomia_253336
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/seis-sectores-buscan-que-el-paro-sea-un-exito-y-
civicos-evaluan-su-participacion_253359
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/choquehuanca-y-sectores-afines-al-mas-buscan-
frenar-el-paro-y-lanzan-amenazas_253755
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/el-ejercito-envia-tanques-a-todo-el-pais-para-
inedito-desfile-militar_253756
https://eldeber.com.bo/pais/arce-niega-que-exista-un-enemigo-interno-en-su-gobierno-y-
destaca-movilizacion-de-tropas-para-celebr_253877
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/11/8/policia-toma-las-ciudades-para-
desbloquear-evitar-concentraciones-314564.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/11/8/paro-civico-indefinido-nacional-inicia-
segundo-ano-de-gestion-de-luis-arce-314544.html
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/cod-marcha-con-encapuchados-armados-con-palos-
nos-vemos-obligados-a-desbloquear_254061
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/11/12/se-abre-el-dialogo-en-potosi-el-
gobierno-convoca-gremiales-314964.html
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/11/12/nueve-sectores-del-mas-estan-en-pie-de-
lucha-evo-presenta-sus-soldados-arce-314967.html
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/hay-sectores-afines-al-mas-que-piden-abrogar-
ley-1386-y-crece-la-protesta-en-el-pais_254660
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/seis-regiones-se-suman-a-la-protesta-contra-la-
ley-1386-con-ruidosas-marchas_254662
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/encapuchados-abandonaron-las-camionetas-usadas-
contra-el-bloqueo_254678
https://eldeber.com.bo/pais/del-gobernador-de-la-paz-al-presidente-arce-es-facil-anule-
esa-ley-y-todo-se-va-a-calmar_254779
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/arce-anuncia-abrogacion-de-la-ley-1386-y-todavia-no-
se-levanta-el-paro_254881
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/11/14/evo-hay-que-reconocer-que-nadie-
conocia-anexos-de-la-ley-1386-afectaba-la-economia-informal-315170.html
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/se-mantiene-el-paro-multisectorial-y-la-lucha-
continua-hasta-que-se-agende-la-reposicion-de-los-23_254942
https://eldeber.com.bo/pais/choquehuanca-todo-tiene-su-limite-no-despierten-la-ira-del-
inca_254908
Bolivia 2013-2021 349

https://eldeber.com.bo/santa-cruz/sectores-del-mas-reclaman-por-falta-de-coordinacion-
e-imposicion-en-la-asamblea_254937
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/arce-endurece-su-discurso-y-el-paro-sigue-hasta-
que-abroguen-la-ley-1386_254965
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/11/16/gremiales-transportistas-estan-
dispuestos-levantar-el-paro-315300.html
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/choquehuanca-abroga-la-ley-1386-y-en-santa-
cruz-se-levanta-el-paro_255309

Luchas por tierra y territorios


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en-la-revision-de-titulos-de-tierras_241761
https://eldeber.com.bo/especiales/trafico-de-tierras-chiquitania-un-botin-politico-y-
economico_224775
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/el-dano-mayor-de-los-incendios-ha-sido-en-las-areas-
protegidas_244355
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/civicos-advierten-que-la-politica-de-colonizacion-
intensiva-permitira-el-desmonte-de-500000-hectarea_241483
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/hacen-notariar-el-acta-que-firmaron-a-la-fuerza-las-
victimas-del-secuestro-en-las-londras_255595
https://www.paginasiete.bo/seguridad/2021/11/6/director-del-inra-dice-que-por-orden-
superior-fue-las-londras-314422.html
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comision-de-fiscales-y-la-felcc_253757
https://eldeber.com.bo/economia/conferencia-de-prensa-del-director-del-inra-termina-
en-bochorno-y-este-no-aclara-su-relacion-con-gru_253546
https://eldeber.com.bo/pais/interculturales-piden-al-ministro-de-gobierno-reflexionar-
por-decir-que-el-grupo-que-secuestro-a-per_253293
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con-secuestradores-314016.html
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/tras-asentamientos-en-las-londras-director-del-inra-
admite-fuga-de-informacion-sobre-tierras-en-liti_253349
https://www.paginasiete.bo/seguridad/2021/11/2/en-una-semana-avasalladores-
ejecutaron-tres-ataques-armados-en-las-londras-314014.html
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/hay-41-tomas-ilegales-de-tierras-y-bloquean-para-
exigir-titulacion-en-las-londras_253350
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/se-vienen-capturas-por-caso-de-secuestro-y-torturas-
hay-4-encapuchados-identificados_253356
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/fiscalia-ordena-aprehension-de-tres-secuestradores-de-
las-londras-y-cita-al-director-del-inra_253331
https://eldeber.com.bo/pais/el-inra-asegura-que-tierras-en-disputa-estan-en-un-area-
forestal-y-que-ningun-sector-puede-asentarse_253178
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/11/1/el-mas-critica-la-policia-los-
avasalladores-estan-impunes-313882.html
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/destituyen-a-dos-fiscales-por-presion-de-grupos-
armados-de-avasalladores_253177
https://eldeber.com.bo/economia/inra-informa-que-dos-personas-fueron-aprehendidas-
por-denuncia-de-trafico-de-tierras_251298
350 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

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derramamiento-de-sangre-en-san-jose_251269
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/los-interculturales-y-campesinos-tienen-mas-
tierras-que-indigenas_250201
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/balean-al-hijo-de-un-cacique-chiquitano-que-
participa-de-la-marcha-por-la-tierra_250027
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/diputados-proponen-comision-para-revisar-la-
dotacion-de-tierras_248474
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/senado-homenajea-a-percy-e-interculturales_248483
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/hay-grandes-hornos-en-la-chiquitania-que-hacen-
crecer-el-negocio-del-carbon_247869
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/hay-dos-detenidos-por-avasallamientos-y-comunarios-
apuntan-al-alcalde-de-el-puente-como-responsable-_247889
https://www.paginasiete.bo/seguridad/2021/9/20/defensoria-del-pueblo-condena-
violencia-de-avasalladores-en-guarayos-308739.html
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/avasalladores-hieren-a-balazos-a-un-productor-de-
soya-esta-en-terapia-intensiva_247773
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/marcial-fabricano-el-mas-manipula-y-vive-de-la-
division-de-los-indigenas_247742
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/en-guarayos-amenazan-con-armas-por-tierras-los-
indigenas-instalan-sesion_247508
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/dos-policias-no-aparecen-y-abandonan-una-
patrulla_256386
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/cae-un-encapuchado-toman-de-rehen-a-un-coronel-y-
disparan-a-fiscales-y-policias_256385
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/el-director-del-inra-admite-y-se-lamenta-por-apoyar-a-
sus-organizaciones-sociales_255453
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/la-fiscalia-amplia-5-delitos-contra-los-encapuchados-
armados-de-las-londras_255928
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/11/1/diputado-del-mas-dice-que-los-
hermanos-de-guarayos-solo-tenian-una-escopeta-en-el-altercado-313938.html
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/grupos-armados-retornan-a-las-londras-y-frenan-
inspeccion-de-tecnicos-de-la-gobernacion_253654
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/avasalladores-armados-retornan-a-la-zona-del-
secuestro-de-17-personas_253744
https://www.paginasiete.bo/seguridad/2021/11/19/piden-investigar-nexo-de-director-del-
inra-con-los-avasalladores-315650.html
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/jefe-del-inra-confiesa-que-fue-a-las-londras-guiado-
por-un-acusado-de-balear-a-policias_253935
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/avasalladores-desalojados-por-vecinos-de-warnes-
dejan-documentos-que-muestra-red-organizada-de-trafi_253438
https://eldeber.com.bo/pais/senadores-aprueba-en-grande-un-proyecto-de-ley-que-segun-
la-oposicion-pulverizara-la-autonomia_253336
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/surgen-sospechas-sobre-la-presencia-de-grupos-
irregulares-en-san-julian_256382
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/aprehendido-es-lider-de-un-grupo-afin-al-
oficialismo_256381
Bolivia 2013-2021 351

Economía, caída de ingresos fiscales y déficit de


empresas estatales

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muerte-cerebral-303526.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/8/19/aprueban-pge-reformulado-que-incluye-
credito-de-bs-15000-mm-304404.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/8/25/el-pais-recibe-del-fmi-us-3264-mm-
monto-similar-al-que-devolvio-306054.html
https://eldeber.com.bo/economia/ingenio-estatal-san-buenaventura-apenas-cuenta-con-
el-30-de-cana-para-operar-segun-estudio-del-cedla_245339
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/8/30/san-buenaventura-se-provee-de-cana-
de-beni-luego-de-fracasos-306543.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/9/1/tras-caer—129-la-actividad-economica-
crece-en-87-junio-306724.html
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/la-coca-esta-en-franca-expansion-y-el-25-por-
encima-del-limite-legal_245446
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/9/3/exportacion-minera-crece-117-activa-
economia-segun-expertos-306966.html
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millones_245934
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deforestacion-se-acelera_246037
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estudios-para-instalar-otra-similar-307298.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/9/12/mi-teleferico-tiene-perdidas-pero-los-
usuarios-destacan-el-servicio-307899.html
https://eldeber.com.bo/opinion/alta-culinaria-estadistica-con-el-pib_247678
https://eldeber.com.bo/pais/no-hay-que-tenerle-miedo-a-que-se-acabe-el-gas-dice-luis-
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https://eldeber.com.bo/economia/produccion-de-gas-al-filo-piden-reducir-el-consumo-
en-las-termoelectricas_245746
https://eldeber.com.bo/economia/ypfb-desplazo-a-bolivianos-de-la-planta-de-urea-y-
duplico-contratacion-de-extranjeros_245009
https://www.paginasiete.bo/sociedad/2021/9/21/deficit-total-del-puma-es-bs-879-
millones-alcaldia-ajustara-rutas-308800.html
https://eldeber.com.bo/economia/gobierno-fija-precio-de-la-tonelada-de-urea-boliviana-
en-us-510-para-el-mercado-interno_248363
https://eldeber.com.bo/santa-cruz/los-incendios-ya-afectaron-mas-de-16-millones-de-
hectareas-en-santa-cruz_248579
https://eldeber.com.bo/economia/urea-ypfb-admite-que-produccion-no-supera-el-75-por-
baja-demanda_250176
https://eldeber.com.bo/economia/ypfb-tiene-paralizados-tres-de-seis-proyectos-
exploratorios-para-2021_251745
https://eldeber.com.bo/economia/fitch-advierte-que-reservas-estan-en-riesgo-si-el-
gobierno-no-baja-el-gasto_252042
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/10/21/deuda-interna-crecio-en-2020-2021-
mas-que-en-ultimo-decenio-312777.html
352 Del Auge a la descomposición de un proceso de cambio

https://www.paginasiete.bo/economia/2021/10/22/307-mil-cayeron-en-pobreza-
moderada-extrema-en-2020-312893.html
https://eldeber.com.bo/economia/para-operar-a-su-maxima-capacidad-las-plantas-
construidas-por-ypfb-requieren-el-85-del-gas-natural_253421
https://eldeber.com.bo/economia/cae-un-117-la-produccion-de-azucar-por-clima-e-
incertidumbre_253431
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/11/1/ministerio-asegura-que-rin-superavit-
corriente-crecimiento-mitigan-riesgos-de-la-economia-313962.html
https://eldeber.com.bo/economia/economistas-ven-sesgo-en-las-cifras-de-luis-arce-y-le-
piden-olvidarse-de-jeanine_254348
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/11/15/el-consumo-interno-de-gas-sube-pero-
falta-produccion-315237.html
https://eldeber.com.bo/economia/gobierno-confirma-que-no-se-pagara-el-segundo-
aguinaldo_254452
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/seis-de-cada-10-bolivianos-tienen-un-ingreso-
menor-al-salario-minimo-nacional_255815
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/11/17/exportan-oro-por-us-1739-mm-
tambien-sale-por-contrabando-315404.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/11/16/observan-falta-de-control-en-salida-de-
oro-del-pais-315340.html
https://eldeber.com.bo/economia/ypfb-firma-acuerdo-con-caneros-para-comprar-bs-768-
millones-de-etanol-el-proximo-ano_256486
https://www.la-razon.com/economia/2021/11/25/el-gobierno-proyecta-un-pib-de-51-
para-2022-y-sube-en-25-la-inversion-publica/
https://www.paginasiete.bo/nacional/2021/11/22/la-GESTION-DE-EVO-ADJUDICO-10-
CONTRATOS-MILLONARIOS-SIN-RUPE-315903.html
https://www.paginasiete.bo/economia/2021/11/30/gobierno-admite-declinacion-de-
produccion-de-gas-hara-ajustes-316703.html
Sobre el autor

Roger Cortéz Hurtado es investigador y analista de temas sociales, econó-


micos, políticos, ambientales, de comunicación, transparencia, participa-
ción y control social.
Desde 2012 es director del Instituto Alternativo; desde 2006 es miembro
del Centro de Promoción de Tecnologías Sostenibles. Desde 1983 es do-
cente universitario y docente de posgrados. Desde 1979 ha incursionado en
el periodismo noticioso e investigativo y la producción televisiva y radial;
es columnista y corresponsal extranjero.
Entre sus últimas investigaciones y publicaciones figuran: “Participa-
ción popular y democratización de la sociedad boliviana”, en VV. AA., An-
tología. Historia política de Bolivia. La Paz: Konrad Adenauer Stiftung, 2021
(en prensa); “Constitución, Estado y proyecto nacional”, en Jorge Dulón
(coord.), Visión de país. 11 propuestas para reconducir el Estado, La Paz:
FES, 2020; “Propuestas de modelos de desarrollo en Bolivia durante la se-
gunda década del siglo XXI”, en VV. AA, Seminario Internacional Perspec-
tivas de la democracia en América Latina, La Paz: IDIS, Sociología, UMSA,
2020; “Chepete (Bala) un proyecto fallido” con Daniel Robison, La Paz,
2016 (investigación inédita).

Actividad periodística
Línea de Fuego, programa audiovisual de investigación sobre modelos al-
ternativos de desarrollo. La Paz, 2020.
Columnista de los diarios nacionales Página Siete, El Deber, Los Tiem-
pos, La Prensa, desde 2007.
Investigación periodística para el semanario Pulso de 1999 a 2003.
Producción, realización televisiva y radial en ATB TV, PAT y radio Fides.

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