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Tésis dé iieestr. ' tica, [éxico, pp. 55-75. Por otro lado, no hay que Olvidar que México trae en su caudal ? hnist6rico varios afios de movilizaciones de mujeres y luchas fe ministas, especialmente las que se sucedieron desde finales - del siglo pasado hasta los primeros cuarenta afios del presente, casi sin interrupci6n y en diferentes puntos del pais: grandes grupos de mujeres se movieron en los sindicatos, participaron- activamente en ia Revolucién Mexicana de 1910, se reunieron en congresos, generaron frentes. Para entender la aparicién y de sar ollo del movimiento feminista mexicano de los dltimos quin ce afios, es necesario recordar y puntualizar algunos de los he chos m4s importantes de aquella herencia, asi como analizar,-~ aunque sea someramente, los elementos estructurales y coyuntu-. rales a que se acaba de hacer referencia. 2.1 Antecedentes hist6ricos ny (Algo més que Adelitas) Al revisar los sucesos de los primeros cuarenta afios de este -~ siglo, en materia de movilizaciones feministas y de mujeres, - se encuentran algunas similitudes con la etapa actual; por un- lado, ‘no fue casual que para la misma época se estaban désarro. llando importantes luchas de feministas - en especial las su iol Be be Md le ed, fragistas - en algunos paises evropeos y en los Estados Uni-- dos y que esto seguramente sirvi6 de ejemplo a las mujeres ne- ai xicanas. Pero tanto entonces como ahora, aquella influencia - no fue el factor decisivo sino reforzador, ya que por otro la- ia do las circunstancias de todo tipo por las que atraves6 el - - pais durante todo ese perfodo fueron muy movilizadoras: conso- ee lidaci6n del capitalismo y consecuente industrializacién, la - resistencia a la dictadura porforista, la Revolucién de 1910 y bai el posterior afianzamiento det sistema politico. Es este contexto en el que hay que ubicar las. primeras luchas- de las mujeres, que nada tienen que ver con la z B 2 S 3. 8 g ° 8 2 s S g % es 8 a 3 8 2 & 8 2 8 & 2 & @ e 8 g # é \ ee ee ee ee en J 4 a a i 56 la revoluci6én, que tiende a mostrarla como a la silenciosa compafiera que lavaba, cocinaba y cargaba los rifles, que més- que silenciosa fue silenciada por las "ligeras" interpretacio nes de més de un historiador que no "profundiz6"demasiado. Cuando la historia comienza a ser investigada y escrita por - mujeres, nos encontramos con una rigqueza de informaci6n que - intulamos pero no manej&bamos. Ya desde mediados del siglo - pasado, ms precisamente desde 1857, comienzan importantes no vimientos huelguisticos en Jalisco y Veracruz, protagonizados por mujeres que habfan sido incorporadas masivamente a las in dustrias textil y tabacalera. Sus demandas: aumento de sala- rios, reduccién de la jornada de trabajo y las especfficasde, licencia. por maternidad y protecci6n para sus hijos. ¥ entre- 1880 y 1885 (ya en plena etapa porfirista) las huelgas encabe zadas por mujeres se suman al espectro de intensa lucha sindi cal del momento (2). Pero también a partir de que las mujeres comienzan a levantar su voz por sus reivindicaciones y a participar activamente en escenarios reservades anteriormente a los hombres, empiezan - también sus tribulaciones no s6lo con el poder empresarial y- gubernamental al que se enfrentan, sino también en el contex- to que conforman sus propios compafieros de clase. Al princi- pio éstos se resist{an a reconocerles .. un lugar en las orga nizaciones sindicales levantando los cldsicos argumentos ta es como el Ge que la mujer est& mejor en el hogar cuidando - sus hijos, pero con el correr del tiempo adem4s de admitir la presencia de la mujer entre sus filas, tuvieron que llegar a- reconocerlas a nivel de direccién. Esperanza Tufién (3), men- ciona que en 1880, en ocasi6n del Segundo Congreso Obrero, - la que preside el mismo es una mujer, Dofia Carmen Huerta, de- bido no s6lo a que representaba a los obreros textiles, la ba se m&s fuerte del Gran Circulo de Obreros Libres. (GCOL) funda do en 1871, sino porque convenfa ubicar en el liderazgo visi- ble a una mujer, para encubrir a la direcci6n real de la orga nizaci6n en medio de la dura represi6n gubernamental de la poca. S6lo cuatro afios antes, durante el Primer Congreso -- ee ae ee jas delegadas se habfan negado a aceptar, por mayorfa de votos, a dos mujeres como representantes. Resulta interesante y-~ al - vacio mo tiempo poco feliz ~observar que este? pafieros del género masculino ~ y has ta oposicién por parte de los con se ha venido repitiendo en diferentes épocas y paises, y en dis tintos puntos geogrSficos. Especialmente cuando las mujeres co menzaron a reivindicar sus derechos como tales. Baste recordar las agresiones de que fueron objeto las sufragistas, y més re~ cientemente en los sesentas, aquellas que se atrevieron a plan- tear la cuestion feminista en el seno de los partidos de izquier da: como ya lo mencionéramos en el primer capitulo, ésta lleg6 a ser una de las primeras causas de la conformaci6n de los grupos~ feministas. Seguirencs viendo a lo largo del andlisis c6mo la - posici6n que el feminismo logr6 en el espacio politico y los avances que consiguié en materia de revaiorizaci6n de la mujer - en general, se obtuvo con esfuerzo, perseverancia y muchas veces enfrentando burlas. Regresando al tema de la incorporaci6n de las mujeres a la in austria textil, hay que mencionar que se debi6 a una preferencia por la mano de obra femenina, y en particular personas casadas y con hijos, per encontrarse éstas en situaci6n desventajosa res pecto de sus congéneres solteras o de los varones, obligéndolas~ a aceptar condiciones de trabajo y salarios m&s desventajosos (4). No cabe aqui analizar las razones que llevan a los empresa rics de la industria textil a emplear este tipo de mano de obra, pero adem4s de las mencionadas, se encuentra el hecho de que la~ confecci6n ha sido una labor reservada hist6ricamente al sexo fe~ menino (con contadas excepoiones). Esta circunstancia se mantiene ~ hasta nuestros dias, al menos en México, y lo vemos nf{tidamente- en el caso de las costureras en la actualidad. Por otra parte hay que agregar que fueron muy importantes nas de las medidas tomadas durante el gobierno de Benito Juérez, més especificamente la Ley de Reforma Educativa, que le da un - gran impulso a la creacién de escuelas secundarias, de artes 58 oficios para mujeres. De esta manera surgieron maestras, pro- fesionistas y pericdistas, entre otras. La participacién de la mujer en la lucha sindical y un m4s al- to nivel educativo le permitieron, a la vez que impulsaron, la publicaci6n de revistas y peri6dicos entre los que se sucede: £1 BGcaro y las Hijas de An&huac (1873), El Correo de las Sefio ras, El Album de la Mujer y Violetas del Andhuac (1883), ésta- Gltima en la que se abogaba por el voto femenino, Vesper (1901) publicado en Guanajuato por Juana B. Gutiérrez de Mendoza - -~ (quién tendré un papel destacado en los afios de la Revolucién- y durante la etapa cardenista), El Hogar, El L&tigo Justiciero y la Mujer Mexicana (1904), entre las ms importantes. También crearon organizaciones femeninas tales como "La Siem-- previva" en 1870, asociaci6n para la educaci6n de las mujeres; “Las Hijas del An&huac" que tienen un papel destacado-organi-~ zando a las obreras de f&bricas de hilados y tejidos; la Socie dad Protectora de la Mujer, para defensa de las mujeres presas ¥ perseguidas polfticas, y la Asociacién Cosmos (1904); el gru po “Las Admiradoras de Judrez" (1906) que también demandan el- voto y “La Liga Femenil de Propaganda Politica"(1910) que se - manifiestan contra la dictadura de Porfirio Diaz y Apoyan a Ma dero e intervinieron activamente en los primeros clubes libera les que aparecen en 1900 en diferentes estados. Las orientaciones eran diversas y la extracci6n social de las- componentes tambien diferfa, aunque se puede decir que la mayo ria -a excepci6n de las activistas sindicales- pertenecfan a - sectores de la pequefia burguesfa y burguesfa. De todas mane-- ras, todas estas actividades significaron no s6lo un medio de~ expresién de las reivindicaciones especificas de la mujer, si- no un foro € muchos casos para la lucha contra la dictadura - Porfirista. . De hecho, no se desechaba la idea de que derroca- da ésta se obtendrfa una mejor condicién jurfdica, polftica y- laboral para el género femenino. Bene eee eee Me 59 Lleg6 1910 y la Revoluci6n que puso fin al gobierno de Porfi- rio Diaz, que fue indudablemente un gran movimiento de masas- en armas, tanto hombres como mujeres. En este proceso estu-~ vieron presentes mujeres de los sectores medios (maestras, pe riodistas, empleadas, profesionales) y del canpesiriado estas - @ltimas en una amplia mayorfia. "As fas mujeres no s6£0 "si- Zavar, pann y atender n guen u Juan” y realizan sus taneas tradicéonales lcocinan, - fics, otc.) tareas que, dicho sea de- paso, cumplen of importante objetivo de sostenen La vida coti diana de 20s combatientes hacéendo snente a Largos aftos de Cu cha anmada, sino que adem&s participan como engermenras, despa chadonas de trencs, coarcos, esplas, en£aces, abastecedonas - de armas, teLegrafistas, propagandistas de Las ideas revolu - céonanias y dinactamente como. combatientes, bien recogiendo- ef fusil de su compaicro muerto, bien ocupando puestos de man do” (5) Si bien conseguida la paz, la mujer debi volver a su lugar - original -el hogar - hecho que por otro lado no fue exclusivo de la Revoiuci6n Mexicana, sino que sucedi6 toda vez que hu-- bieron guerras o levantamientos armados en cualgiier lugar y- @poca, las mexicanas retomaron sus actividades y organizacio- nes propias de género ain con m4s fuerza durante la época - - yostrevolucionaria. En realidad muchas de ellas no tuvieron- hogares a los cuales regresar -sus maridos o hijos muertos -~ © se quedaron sin tierra, entre algunas de las innunerables - situaciones de desamparo y marginalidad que dej6 la revolu- - cién. Entre muchos testimonios, el de Tomasa Garcfa: "Des- - pubs de La Revolucién me vine pé México pues mi oficio 2s co- cénera, pero cocinera a Lo Linico, digamos de mé pura cabeza. un téempo después ya no trabajé en La cocéna, por Lo gran de. Mija y yo nos pusimos de Lavanderas y a planchar en - -- Nonoaleo... Y nosotnos que guimos Los de La Lucha de ta reve- Lucibn, que susrimos y démos nuestra sangre para que todos es temos en paz, era para que nos dieran fa mano, toda La mano,- que no gueran traidones” (6) I a a i a a a a gi a 4 a i ee 60 En los afios siguientes a la revoluci6n y hasta finales de los treintas, se abre un per{6do muy rico de la lucha de las femi nistas que estuvo signada por acontecimientos polfticos de su ma importancia; la consolidaci6n del Estado con un sistema ju ridico y polftico s6lido y la institucionalizaci6n de las - - fuerzas populares a través de un fuerte proyecto nacionalista. En 1914 se sancion6 la Ley de Divorcio y en 1916 el C6édigo de Relaciones Familiares, pero la Constituci6n de 1917 negaba adn el derecho al voto para la mujer. Detrds de las conquistas - estaban la accién de las mujeres y también el apoyo de algu-~ nos hombres con ideas renovadoras en los estratos de poder. No hay que olvidar que al no existir el acceso a los puestos- de gobierno para las mujeres, quienes legislaban eran éstos. La igualdad politica les serfa sumamente diffcil de lograr y- tardé muchos afios todavfa en cristalizarse. Esto se ver4 mds adelante. En este recuento histérico no pueden dejar de mencionarse los primeros congresos feministas realizadosen Tabasco en 1915 -~ (del que no se conserva ningtin documento) convocado por el go- bernador de este estado, Gral. Mujica, y el Congreso Feminis- ta de Yucatan que tuvo lugar en 1916 durante la gobernatura - de Salvador Alvarado (7). De este Gltimo quedaron actas con- le constancia de ponencias, dict&menes y debates. Ahora bien estos eventos no fueron obra exclusiva de mentes masculinas - lveidas y progresistas, como m4s de una autora ha interpreta~ do. "ProbabLemente por ingeuencéa del pensamiento feménista expresado en Lod congresos sociatistas de Europa desde La se- gunda métad def sigto pasado y por ef conocdmiento de to que- pasaba en Los Estados Unidos, Alvarado, sensible al entusias- mo ya Las ideas de algunas mujeres de Yucatdn, promueve ef - Congreso entre Las primenas manégestacdones de su gobierno" (8). Es cierto que estos gobernantes constitnfan el ala progre sista del carrancismo, pero m&s allé de 1a inspiraci6n prove- niente de las ideas renovadoras que llegaban del exterior, es ae eee eee eee ee ee 2 61 taban las inquietudes femeninas de la regi6n que se venfan manifestando desde las Gltimas décadas del siglo pasado; por ejemplo, en 1870 se form la sociedad de mujeres "La -- Siempreviva", que dirigida por la maestra Cetina Gutiérrez. se habfa abocado al tema de la educaci6n, consiguiendo pu-~ + blicar un peri6dico y fundando una escuela secundaria para- mujeres (9). De esta manera no era casual la preocupacién - por el tema educativo manifiesta en el Congreso de Yucatén. Este habia sido objeto de atenci6n reiterada por parte de - muchas mujeres de diferentes etapas en México (10). En el Congreso se proponfa fundamentalmente elevar el nivel de instruccién y formacién general de la mujer, en el enten dimiento de que ello era clave para convertirla en elemento de aporte a la vida laboral y polftica. Cabe destacar que- se hacfa mucho hincapié en el papel opresivo de la religi6n "Esta fuera de duda que fa primera obra que hay que hacer - es desfanatizanr La concéencia de etla;hacer que caigan de - sus altanes Las divinédades que hasta ahora La han mantenc- do de roditlas (se regertan a fa mujer) y con La mirada at- suefo en vez de Levantar La frente y escrutan ef horizonte... quitar de su cépinitu La religion de Lo sobnenatunal y sus- tituinta con La ciencia y ef ante" (17). Pero en ningfin momento se cuestionaba el papel tradicional- de la mujer en el hogar, sino que lo reafirmaba, "Como la - mujer, por grandes qué sean sus aptitudes y numerosos sus - conocimientos, jam&s debe prescindir de su noble misién so- bre la tierra, de ser buena ama de casa, es necesario que - los quehaceres domésticos los conozca y aprenda con perfec- cin ‘... para lo gue proponfa la creaci6n de escuelas-gran ja donde las mujeres recibieran ensefianza de artes domést: Gas adem&s de instrucci6n. De hecho,” no se. pueden analizar estas posiciones a la luz - de 1a concepci6n actual del feminismo ni de todos los avan- ces logrados en los setenta afios que median desde entonces. En su momento el Congreso fue muy valioso porque motiv6 la- ake ek Be eae oo iat 5 Mk ak we 62 posterior formacién de ligas de obreras y campesinas, y cue = ene) mismo afio los estados de Chiapas, Yucatan y Tabasco con cedieran a la mujer igualdad jurfdica para votar y ser elegi das para puestos pGblicos. Ademds de abrir camino a las pos= teriores medidas del gobierno de Carrillo Puerto. Este, quien gobernaria el estado de Yucatén entre 1922 y 1924 en que fue- asesinado, tom6 algunas medidas favorecedoras al género feme~ nino, Bajo su gesti6n las mujeres tuvieron 1a oportunidad de ocupar puestos péblicos, como Rosa Torres, que fuera presiden te municipal de Mérida, o Elvia Carrillo Puerto y otras que ~ fueron electas diputadas. También facilité el trémite de di- yoreio ¢ intent6 una polf{tica de control de fecundidad, Todo ello fue muy criticado por las fuerzag de oposicién conserva doras y ces6 con la caida del gobernante, pero dej6 sus fru-- tos en mujeres de la regién y también de otros estados. En 1919 se form6 el Partido Comunista de México que, como ve~ remos, habia de tener una fuerte influencia en las organiza - ciones femeninas durante los veintes y los treintas. Bajo el auspicio del mismo se forma en 1923 el Consejo Feminista Mext cano, afio en el que surge también la Seccién Mexicana de la - Liga Panamericana. "Este Consejo Femindsta Mexicano no Sue, sin embango, un organismo partidario sino mds bien una indtan eda amplia dende se trataba de darte una dineccién de corte socialista af movimiento de mujeres, srente af proyecto exciu sivamente susnagista de ta otra caganizacién en ek mismo afiot La Secedén Mexéeana de La Liga Panamericana” (12) Estos fueron afios también, de desarrollo de algunos importan~ tes movimientos sociales en los que las mujeres tuvieron am plia participaci6n: En veracruz, la lucha inguilinaria (1922); en Acapulco, luchas canpesinas y de sectores populares, y las luchas de las Ligas de Orientaci6n Femenina del Partido So-- cialista del Sureste (13 Asf se llega al Primer Congreso Feminista mexicano que tiene lugar en 1923 y que es convocado por el Consejo Feminista: - ssi 6 ‘en el mismo, uno de los puntos principales que se levantaba era la modificacién del C6digo Civil vigente, que fue el -- eje movilizador de todas estas organizaciones en ese momen~ to lo que se logré en 1927 y efectiviz6 en 1932. Publica-- ciones como “La Revista del Hogar" y "La Mujer" pugnaron ~ con vehemencia desde sus p&ginas por tal enmienda. Estas ~ reformas cubrian las demandas més importantes, aunque dej ban algunas cuestiones sin resolver, como por ejemplo que — la mujer casada necesitaba el permiso del esposo para traba jar. "EZ nuevo Cédigo Civik de 1927 fue ackamado en todes - Los perisdécos de La ciudad de México, por Las foministas - que Luchanon por Las resormas, como una gran redvindicacién pana todas fas mujeres mexicanas. Sin embargo, Las nuevas- disposiciones tuvieron poca retevancia para Las masas pau pénnimas de mexicanas para quienes cada déa era una Lucha - nenovada por La Sobrevivencia fisica. EL nuevo cédigo bene fiedaba principalmente a mujeres de cLase media y alta para quienes £a igualdad jurtdéca y Las garantias sobre La pro-- piedad eran importantes" (14) En esta década suceden adems, otros hechos de significati- la creaci6n en 1921 de la Secretarfa de Edu va importancia caci6n Pablica (SEP) que bajo la influencia de Vasconcelos permite la incorporacién masiva de las mujeres al magiste-~ ri la "guerra de los Cristeros" que dura desde 1926 a 1928 y en las que las mujeres tienen también una amplia partici~ paci6n (que no le hizo favor a la lucha por el voto, por -~ ejemplo, ya que profundizaba la imagen de “conservadurismo- religioso" de que se les acusaba); y en 1929, la creacién - del Partido Nacional Revolucionario (PNR), quizés el més im portante, porque marca el comienzo del partido oficial go~ bernante hasta nuestros dfas. "En sus origencs ef partido ogécéal fue una organizacién que sénvid pana gundin en un - solo bLoque a Los grupos rcvolucionarics que no séto actua- ban dispersos y aislados, sino que muchas veces se combatian entre a£, incluso recurrcendo a fa violencia armada. Para- entender £0 que La fundacién de£ PAR ségnisica, bastard re- 64 condan que en la €poca habda registrados mas de mit parti- dos .... No era todavia un partido de masas y su recacidn con ebfas era mas bien dificil y tortuosa debédo a La Lenti- tud y muchas veces La negativa de Los gobdernos emanados de- da Revolucéén a realizar Las regormas sociales por fas cua - es Las masas se habLan batido en La Lucha armada y debido - también al deaprestiqdo que, por elo mismo, acompaiaba a - Zos grupos gobennantes”, [15] Consideranos importante enten= der ninimamente las caracter{sticas de conformacién del par- tido ya que tendr& influencia en la accién de las organiza - ciones femeninas cercanas al mismo. De hecho, la década de los treintas va a ser testigo de la pugna politica constante entre el Pe y el PNR por ganar posiciones en el seno de las- distintas organizaciones populares, entre ellas las de muje~ res. En 1931 se promulga la Ley Federal del Trabajo en la que, en tre otras medidas, se reglamenta el trabajo de la mujer. En los afos 1931, 33 y 34 se llevan a cabo el Primer, Segundo y Tercer Congresos Nacionales de Obreras y Campesinas, y en ~~ este Gltimo afio también el Congreso contra 1a Prostitucién. Cabe destacar que en 1931 se adhieren al PNR varios grupos ~ de mujeres, entre los que se pueden mencionar la Liga de ~ = oOrientacién Femenina de Yucatan, el Bloque Nacional de Muje~ res Revolucionarias y el Partido Feminista Revolucicnario (16 Los cuatro Congresos presenciaron los intensos y acalorados debates entre penerristas y comunistas, las que presentaban- propuestas que diferfan sustancialmente. Las primeras insis, tfan en el tema del sufragio femenino y en contar con organi gaciones exclusivas de mujeres, movidas por 1a necesidad de~ ceupar espacios dentro del partido oficial. Las segundas ha cian hincapié en el trabajo con mujeres campesinas y obreras, detras de lo cual estaba la polftica de “clase contra clase” que propugnaba el partido en ese momento. 65 Pero la correlaci6n de fuerzas corrfa pareja. Esto qued6 de- mostrado en todos estos eventos. Como resultado del Primer - Congreso se form6 1a Confederaci6n Femenil Mexicana, propues- ta penerrista a la que las comunistas se opusieron en el pri- mer momento, pero que finalmente se concret6 con aportes sus- tanciales de éstas: "La mujer sin dejar de prestar su ayuda - moral y econdmica a Los conglomenados de hombres, debe formar grupos de acuerdo con Las ramas det saber humano a fin de que cada grupo haga frente a Los problemas que son de su exclusi- vo resonte. Estos grupos aistados, a su vez fundardn una Fe- (17) En el se- gundo Congreso y como corolario de las intensas discusiones,- deracign con todas tas organizaciones agines se formaron dos comisiones permanentes que eran las encarga - das de continuar con las actividades que se desprendfan del - mismo, entre ellas la preparacién del Tercer Congreso. Y ya- en éste, quedé formada una Cdémisi6n Permanente de carécter -- mixto, que iba a ser el anticipo del Frente en que se trabaj6 en afios posteriores (18 En Diciembre de 1934 llega a la presidencia L&zaro Cérdenas,y con 61 una nueva y fundamental etapa para el pafs, en la que- se termina de consolidar la institucionalizaci6n de las fuer- zas sociales y polfticas de la que ya se hablar&. Para el -- movimiento de mujeres este peri6do fue el escenario de su fa- se movilizadora y organizativa culminante, pero también el co mienzo de su declinacién. C4rdenas se encarg6 de afianzar la relacién estado-masas a través de una serie de medidas popula res muy importantes: el proyecto de educaci6n socialista, la expropiacién petrolera, la reforma agraria, la administraci6n obrera de los ferrocarriles, entre las m&s significativas. Solamente con la reforma agraria tenfa bastante para atraer a las masas campesinas, ya que ésta fue profunda: en seis afios- reparti6 casi cinco veces mis tierras que todos los reg{menes revolucionarios anteriores (19). El Broche de oro de estas - reformas lo constituy6 la nacionalizacién delpetr6leo (1938 que "viene a ser postercormente e£ segundo dmpulso movitiza-- 66 don, Legitimador y cohesdonador def Estado fuerte ¥ de 2a ideoto gta de ta Revolucdén Mexicana” (20) Paralelanente, el gobierno - Gardenista da un gran impulso a las organizaciones populares) 57 las ya existentes y a la formaci6n de nuevas, sujetandolas a la- vez bajo el control estatal, lo que se materializa en la trans formaci6n del partido oficial. El PNR pasa @ ser PRM (Partido - pevolucionario Mexicano) ~tanbién en el 38 y a pocos dfas de la- expropiacién y no s6lo cambia de nombre, sino de carécter: se - convierte en un "partido de oxganizaciones” "gus miembros gunda- dones fueton Las organizaccones Sindécates de obrcros Y emptea-- dos, tas tigad canpesinas y tas uniones de clase media y de Los- mititanes, asociadas en sectones conporativos, verdaderos csta-- mentos politicos que desde entonces, preeisamente, fueron LLama- dos "Sector obrero", "sector campesino”, "sector popular" (cla-- ges medias) y "sector mikitar” (unos afios después gue eLiminado eo secton mititan). Los empresarios a propssito, quedanon eX-- craides det partido; ek Partido de La Revolucdén Mexicana Senta ef partido de Los trabajadores mexicans --- (2) ¥ dentro de estos sectores estuvo también, sin lugar & dudas, - ", al que el cardenismo fue sumando de @ poco \ I l I I I 1 i a a i el "sector femeni: a partir de incluirlas como artifice del proyecto de educaci6n- socialista. Aqui se prolongaba la ideologfa vasconcelista en - a cuanto al papel de la mujer en el magisterio, como una exten- Sién del protagonizado en el hogar con 1a educaci6n de tos hi > a jos. Entre noviembre y diciembre de 1934 se lleva a cabo el -- Primer Congreso Nacional de Educacién Socialista, en el que tie a nen un papel destacado las mujeres del PNR. Pero la medida ha~ pria de encontrar la firme oposicién del clero y de los secto-- a res més conservadores, que hicieron manifiesta su posture publi. camente. Aqui las mujeres del partido oficial (en ese momento- a todavia PNR) organizaron rapidamente una serie de eventos 6m ~ apoyo del proyecto. Al comienzo, las comunistas desdefiaban el- plan de educacién socialista, no por su contenido, sino porque- jo consideraban carente de viabilidad en el marco del sistema ~ capitalista. "Pata éstas, aconde con La posiedén de conjunto - det PC, tanto La educacién sociatista come ek Pan Sexenal, no- 67 eran m&s que "maniobras pana distnacr a Las masas de sus ver- dadenos probLemas", por Los que Las calificaban de medidas "fascistas” e@ imposible de implementarse en un régimen capita Lista" (22 Hay que sefialar aqui el proceso que por su parte fue sufrien- do el Partido Comunista y los cambios correlativos en sus pos turas en esta etapa. Tal proceso tuvo que ver con las directi vas del PCUS- que por su parte, légicamente, variaba de acuer~ do a las modificaciones de la situacién polftica internacional y con la coyuntura nacional, que estaba signada por la polfti- ca cardenista. Hasta aquf el PC haba jugado un papel muy im- portante en la organizaci6n de masas- lo que no quiere decir - que ces6, ya que habria de continuar hasta los tuarentas, en - que empezaron a ser fuertemente reprimidos- pero desde este mo mento en adelante tuvo que considerar.seriamente al partido -- oficial y hacer alianzas con el mismo. De hecho ésta fue la - década del "frentismo" en la que confluyeron las estrategias - trazadas por el PCUS, y la polftica del gobierno de Cérdenas. La consigna "ni con Calles ni con Cardenas, con las masas car- denistas" se transform6 en una autocritica de la posicién asu- mida hasta ese entonces, que habfa calificado al gobierno car- debido a que en 1935 el VII Congreso- del PCUS marcé lineamientos para luchar contra el fascismo, -- denista como "fascista formando frentes amplios con los regfmenes democr&ticos. Todo esto trasladado al movimiento de mujeres, implic6 que las comu nistas empezaran a trabajar conjuntamente con las penerristas, y lo que antes habfa sido una lucha encarnizada se convirtié - en una actividad conjunta, cuya expresién més clara y acabada~ vi6é la luz con la formacién del Frente Unico Pro Derechos de- la Mujer (FUPDM). El mismo se form6 en agosto de 1935 y duré- hasta 1938. Se puede decir que ésta fue la experiencia m4s importante has~ ta el momento en el pafs, en lo que a organizaciones de muje-- res se refiere. Y esto fue asf porque ni antes ni después lle garon a reunirse cerca de 500,000 personas del sexo femenino,- * nucleando distintos sectores sociales (campesinas, obreras, - maestras, profesionistas, periodistas, etc.) y a distintas -- ideologfas y corrientes polfticas. Fueron 25 las organizaciones que concurrieron a la formaci6n- del FUPDM, y su plataforma polftica planteaba 19 puntos entre los que predominaban demandas generales de corte democr&tico, como por ejemplo la lucha contra la carest{a de los art{culos de primera necesidad, porGa igualdad social; contra los mong polios, contra el fascismo, etc. y muy pocas especfficas como - ia solicitud del voto para la mujer. En enero de 1936 tiene lugar el Primer Congreso Nacional de - Mujeres, y ste es por otro lado el afio de mayor crecimiento- y actividad del Frente ya que surgieron actividades en todo - el pais. También en este afio el Frente crea el Consejo Nacio nal del Sufragio Femenino, con lo que se consolidaba la que - habfa de ser la demanda central y casi Gnica durante los afios posteriores: el voto. En este momento tanto el PCM como el PNR comienzan a recono: cer y dar mayor espacio al trabajo de las mujeres, de manera- que, por ejemplo, se crea "Accién Femenina" dentro del Parti- do Nacional Revolucionario. Por otro lado, y como parte de - la politica general de la etapa, se le dié mucha importancia- a la accién internacional. El FUPDM se solidariz6 con la Re- pGblica Espafiola y condené la invasién italiana a Etiopia; -- también muchos de sus miembros participaron en congresos y -~ eventos en otros paises y se crearon nuevos organismos. Ya - exist{an la Unién de Mujeres Americanas, que se mencionara, - el Club Internacional de Mujeres, fundado en 1933 por Amalia- Caballero de Castillo Led6n, y se sum6 en 1936, la Unién Feme nina Iberoamericana. En 1937, la reivindicaci6n central- repetimos- fue la fa =) (fragio Femenino, cuya obtencién se confiaba lograr debido a& - 68 69 la apertura de Cardenas en este sentido. Pero el camino de - esta lucha estuvo plagado de vicisitudes, ya que sigui6é encon trando en estos afios la resistencia de muchos de los hombres- de la direccién politica que continuaban desconfiando de la - capacidad de todas las mujeres para votar (1éase en este caso, temor a que el voto femenino fuera a favorecer a los sectores m&s reaccionarios y clericales). Hay que destacar que era - evidente también que no habfa consenso de los miembros del - PNR en este sentido. As{ en marzo de 1937, un dictémen con-- trario del Senado, despert6 todo tipo de protestas por parte- de las mujeres quienes organizaron manifestaciones, conferen- cias y mitines callejeros. También solicitaron una audiencia con el presidente, quién en tal circunstancia dijo: "En Méxi- co e£ hombre y La mujer adofecen paragegamente de Las mismas- degéciencéas de preparacién, educacéén y de cultura, s6ko - - que aquée se ha reservado para sf derechos que no se justigi- can" (23) En abril de ese mismo afio, o sea un mes después, - se permite que las militantes del PNR voten en la seleccién - de candidatos del partido, para la renovaci6n del Congreso. En tal circunstancia, el Consejo Nacional del Sufragio Femeni no lanza las candidaturas de Cuca Garcfa, secretaria general- del FUPDM, y de Soledad Orozco, penerrista, como diputadas fe deral y local por Mithoacén y Le6n, Guanajuato, respectivamen te. Ambas triunfan por amplio mdrgen, pero sus designaciones no llegan a hacerse efectivas, ya que la enmienda al art{culo 34 constitucional no se habfa realizado todavia. Esta parado ja es digna de comentar, puesto que parece absurdo que se - - aceptaran tales candidaturas y m&s atin, se permitiera la vota cién, cuando no existfa la base legal para ello. Esto s6lo - se explica en un marco de intensa presién del movimiento de - mujeres y en el "juego" de idas y venidas constantes en rela~ cin al tema por parte del partido oficial, en el que como ya

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