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Jairo Ivan Pefia Ayazo WITTGENSTEIN Y LACRITICA DE LA RACIONALIDAD Tesiselaborcda bajo ladirecciin de Magdalena Holguin, presentackaparaoptarpor el tule de Magsster en Filosofia en [a Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacionaly laureada, porrecomendacién deljuraco, por el Consejo Académico de ests unlversidac universidad nacional de colombia | facultad de derecho, clencias pollicas y sociales ecoe ediciones INDICE ABREVIATURAS EMPLEADAS TARA ALGUNAS DE LAS OBRAS DE WITTGENSTEIN 6 PRESENTACION, 7 INTRODUCCION 13 CAPITULO 1 FILOSOFIA Y ANALISIS CONCEPTUAL. 23 CAPITULO 11 LA MENTE 55 CAPITULO I ‘A PROPOSITO DE LOS PROCESOS MENTALES 83 1, ARGUMENTACION CONTRA BL LENGUAIE PRIVADO 102 2. EL CONDUCTISMO u2 CAPITULO IV LA CERTEZA ur CAPITULO V LA RACIONALIDAD 167 1. LA EPISTEMOLOGIA 15 2. EL CUERPO Ish 3. LA NOCION DE RACIONALIDAD 187 4. LA LOGICA 195 5. BL HOLISMO 200 6. ORDEN Y DIVERSIDAD 202 BIBLIOGRAFIA 219 ABREVIATURAS EMPLEADAS PAIA ALGUNAS DE ‘TLP NL wev oRDF REM BB EPR pu LspP vo z; Las obras de Wittgenstein se citan de la signiente a » 9 LAS OBRAS DE WITTGENSTEIN ‘Tenetatus Logico-Philosophicus Notebooks (1910-1914) - Diaria Filosético Notes om Logie - Notas sobre Légica WAISMANN, Friedrich, Ludvelz Wittgenstein y et Viena Philosophisehe Gramm Observactones a {a Rama dovada de Frazer le Foundations of Mathematies - Observaciones “The Dine a Jooks. Les Cuadernos azul y marrén Ustétcn, Psiconnsisis y Religidn Philosophische Untersuchungen - Investigaclones Filosétieas Sobre la Certeza uber der Philosophische der Psychologie - lasofin de Ia Psicologia Letzte Sch Ultimios Eserites sobre Vermischte Hemerkungen, Observact Zettel era: N, NLy WWCV, REM, BD, PU @* part), LSPP, VB, por e gmero de pagina TLP, por el miimcro de proposicién. PG, PU (I" parte), C, Z, por el nimero de seccién. PRESENTACION El destino de la obra de Witigenstein ha sido casi tan extraiio como lo fue su vida. En efecto, abundan los estudios biograticos que resaltan el cardcter poco conven- cional de su actividad filosofica y otros que han llegado a conferir a sus pensamientos un talante casi esotérico. Hoy en dfa, muchos de quienes sienten que los marcos tradicio- nales del quehacer te6rico resultan demasiado estrechos para abarcar la complejidad y diversidad del mundo que desearfan expresar, recurren al legado de Wittgenstein para justificar una perspectiva mas amplia y menos restringida. Tal es el caso de ciertas escuelas contempor’- neas en lingiistica, antropologfa, sociologia ¢ incluso en la reciente historiograffa. No es mi propésito detencrme sobre los aciertos o desaciertos de esta apropiacién, sino sefialar que las ideas de Wittgenstein han encontrado una interesante resonancia en Ambitos ajenos a Ia filosofia; el papel que ha desempefiado en su interior merece especial atencién. A este respecto, debemos comenzar por destacar un hecho curioso, La redaceién ce un texto que modifique nuestra concepcién del pensamiento constituye por sf misma un acontecimiento que le merece a su autor un lugar especial dentro de Ia historia de la cultura. Bl inico 8 libro que publics Witlgenstein en vida, el célebre Tracta- tus Logico-Philosophicus, fue una obra que, junto con los esctitos de Russell, conteibuyé a configurar toda aquella corriente de pensamiento que hoy se califica en general de analitica e incidié de manera dezisiva sobre otras tenden- cias contempordneas, tales como cl positivismo légico. Pocos afios después, sin embargo, las Investigaciones filoséficas, publicadas péstumamente, habrian de generar una revolucién tedrica de andlogas 0 mayores dimensio- nes, constituyéndose en el origen de la llamada filosofia del lenguaje. Uno solo de estos libros habria bastado para conferir a Wittgenstein un lugar dentro de la historia de la filosofia; el conjunto de sus escritos hace que este lugar sea uno de los mas destacados en el pensamiento del presente siglo. Si bien es innegable que el interés por los escritos de Wittgenstein obedecié durante algiin tiempo a las ineludi bles “modas (e6ricas", pasado este momento, es cada vez mas evidente que se trata de un verdadero clasico de la filosofia. Por esta raz6n, resulta paradéjico que, mas de cuarenta afios después de st muerte, con excepcidn dle los dos libros mencionados, los textos cle que disponemos sean notas tomadas por sus alumnos o secciones de un extenso manuscrito inédito. Las personas que detentan los derechos de sus obras publican esporédicamente algunos segmentos del mismo, de manera al parecer arbitraria; el conjunto de sus reflexiones no hha sido dado a conocer, con lo cual (oda interpretacién se torna provisoria ¢ incompleta. El cardcter fragmentario de fa obra publicada hace que escribir sobre Wittgenstein sea una tarea que reviste especiales dificultades. 9 Habida cuenta de este obsticulo, es preciso mencionar una dificultad adicional como es el carécter mismo de sus escritos. Wittgenstein se opuso siempre a la filosofia istematica, en el sentido formal de la palabra, por considerarla un esfuerzo invalido de aproximar el pensa- miento filos6fico al procedimiento cientifico. Esto Io lleva a practicar un método que resulta dificil de identificar a primera vista, pero que consistirfa en adoptar una serie de perspectivas, desde las cuales los diversos problemas conceptuales de los que se ocupa se configuran a partir de reflexiones sobre los usos de un determinado concepto en tuna variedad de situaciones reales ¢ imaginarias. FI interés que puede suscitar tal aproximacién es indudable, pero plantea graves obsticulos a quienes intentan precisar sus ideas sobre cualquiera de los temas tratados. El estudio que se oftece a continuacién merece destacarse, en primer lugar, por haber sorteado con éxito los problemas anteriores. E] autor consigue exponer con claridad y precision las principales ideas de Witigenstein sobre los temas que ha elegido para su investigacién, sin caer en reducciones simplistas y sin conferir a sus plantea- mientos el cardcter definitivo y absoluto que Wittgenstein siempre rechaz6. Por otra parte, en las relaciones estable~ cidas entre una constelacién de problemas - la mente y el cuerpo, los procesos mentales, Ia certeza - se muestra la ima coherencia del pensamiento wittgensteiniano y cémo, a partir de estos andlisis, en apariencia disfmiles, se configura una concepcién inédita de racionalidad, La elaboraci6n de Jairo Ivan Pefia, sin embargo, no se Jimita a una adecuada presentacién, clara y unificada, de 10 los temas a los que hemos a'udido y que se encuentran dispersos en todos los escritos de Wittgenstein, Mas alld de la identificacién de las lineas principales de su pensa miento, el autor hace referencia a aquellas posiciones filos6ficas modernas y contemporaneas contra las que estén dirigidas gran parte de las propuestas de Wittgens- tein. Con ello se evidencia un amplio dominio de ta problemética general, que pernite acertadas aclaraciones y contrastes. Es el caso, por ejemplo, del dualismo rtesiano, del argumento conira el lenguaje privado, del mentalismo y el conductismo, Uno de los aspectos sobre el cual desearia lamar la atencién de manera especial es la amplitud de la visién con Ia que el autor se aproxima a los textos, para hallar en cllos una proyeccién que permite aplicar su investigacion problemas que son objeto de importantes controversias te6ricas en la actualidad, no sdlo dentro de la filosofia sino en las ciencias exactas y sociales. En este sentido, el ejemplar ejercicio académico que adelanta no queda encerrado, como la mayor parte de ellos, en un Ambito especializado, sino que permite, a través de las implica- ciones que de manera original y novedosa extrae el sefior Pefia, incorporarlo a una serie de asuntos que atafien a diversas disciplinas. El articulo presentado en el reciente Coloquio de Mateméticas y el proyecto que ahora adelan- ta, en el que se propone amplicr estas ideas a problemas de ldgica juridica, son evidencia suficiente de las amplias posibilidades que fundamenta en el presente trabajo, asf como de a sélida formacién del autor, que le permite moverse sin dificultad en tan diversas areas. ul Las razones anteriores permiten caracterizar este trabajo como una excelente lectura del pensamicnto de Wittgenstein y de un émbito de problemas que resultan de especial interés, no s6lo para quienes se ocupan de la filosofia, sino para todas aquellas personas que se dedican a los quehaceres tedricos en diversas formas. A diferencia de los eseritos academicistas que, lamentablemente, abundan en nuestras universidades, el libro que se ofrece a continuacién est redactaco en una prosa clara y com- prensible; su autor se aparta en todo momento de los innecesarios tecnicismos y jergas que han hecho de los estudios filos6ficos en nuestro medio un saber casi esoté co al que s6lo unos pocos iniciados tienen acceso. Consideramos un gran acierto de Ja Facultad de Derecho el divulgar este estudio, que sera de gran utilidad no s6lo para la comunidad universitaria sino para el lector en general y esperamos que los zesultados de las investiga- ciones a las que ahora se dedica su autor no tarden en darse a conocer. Magdalena Holguin INTRODUCCION En ciencia y en filosofia con frecuencia se ha aspirado a contar con verdades profuncas que den explicaciones ‘iltimas y vayan hasta el fondo de las cosas, Se ha preten- dido que tales verdades sean exactas y se conecten entre si de forma estrictamente necesaria, de manera que pueda suprimirse el error y la duda, Se ha considerado que proposiciones "verdaderas" de la indole mencionada, en cualquier caso, pueden siempre ser obtenidas mediante un razonamiento vilido, a condicién de partir de premisas irrefutables, dotadas de absoluta certeza en virtud de su ‘écter evidente, dada su naturzleza infalible e indudable, Este iiltimo punto se encuentra ligado a programas de fundamentacién de las cieneias y de Ia filosoffa, respecto de los cuales se han abierto paso diversos proyectos de corte epistemoldgico, bajo el supuesto de que el método requerido ha de ser universal y necesario. Ludwig Wittgenstein desarrolla una serie de andlisis acerca del sentido y alcance de programas y proyectos como los aludidos; andlisis que, por considerarse de la mayor importancia, son expuestos en este trabajo. La forma como Wittgenstein los realiza consiste en considerar confusiones que se presentan en los diversos intentos de 4 fundamentacién y, mas particularmente, en los campos de Ia psicologia y de las mateméticas. ido para el esclare- par tera En esta exposici6n, el camino ele; cimiento de los problemas parte de exam relacionados con la mente y los procesos mentales, dado cl especial énfasis que se ha otorgado a la evidencia como convicci6n bésica autojustificable, emanada de una presunta disposicién o actividad de tipo mental. ‘Tal aclaracién de problemas en torno a lo mental contribuye 1a despejar Ia Iinea de examen de la evidencia, sea ésta original o conclusiva, por la via de considerar Ia certeza y sus fundamentos, y los diferentes elementos 0 factores asociados a éstos. Bl tema de la racionalidad se refiere a la validez de los razonamientos y al orden de los mismos, y se aboca una vez discutidos los problemas relativos a la verdad y certeza de premisas y conelusiones. Respecto de dicho tema, es examinada ia supuesta regulacién que forzosa~ mente habrfa de gobernar Iz actividad cognoscitiva. Se considera de importancia la linea de anilisis elegida por cuanto ha sido un empeiio secular el dotar de bases firmes y procedimientos racionales al conocimiento, de suerte que puedan ser suprimidos el error y la duda; toda vez que se supone que disponer de una fundamentaci6n estrictamente sélida y de un razonamiento valido constitu- ye garantia plena para la obtencién de proposiciones verdaderas correspondientes a un correcto conocimiento y actividad humanos. Is Se trata, entonces, de dar cuenta de interrogantes de ésta indole: cémo garantizar que ha de Hegarse indefecti- blemente a concluir verdades o proposiciones verdaderas cuando, a partir de unas primeras premisas evidentes, discurre mediante inferencias vilidas. Esto incluye también todas las estrategias argumentat'vas de fundamentacién que se basan en la racionalidad, la cual ofrece tanto el camino como el criterio a seguir y eflo 10 sélo para la ciencia sino para el comportamiento humano en general, Lo que se aborda en este trabajo es la problemética constitufda por los diversos inlentos de responder a este tipo de interrogantes; en él se pretende mostrar que los problemas estén mal planteados y peor resueltos, que no es posible Ia fundamentacién ditima de las ciencias y del discurrir filos6fico, pues no podemos situarnos en una exterioridad radical desde donde resulte viable emprende {al empresa, En primer lugar se procede a sefialar las pantas seguidas de acuerdo con la corcepcién relativa al Iugar, papel y funcién de Ia filosofia, segiin Ia posicion de Wittgenstein, toda vez que la caracterizacién correspon- diente marca en allo grado la perspectiva seguida a lo largo de los temas considerados en el trabajo. El primer capitulo se ocupa de introducir las nociones basicas en funcién de las cuales se articulan Ia reflexiones de Witt- genstein, Con este propésito se considera a conformacién del lenguaje en general, marcada por la diversidad de relaciones que se presentan entre palabras y cosas, diversidad que es asumida en la nocién de juego de lenguaje. 16 En cuanto a la naturaleza de Ia relacién entre realidad y lenguaje, se establece que el significado de las palabras corresponde a su uso en las proposiciones que las inclu- yen, dentro del contexto del juego de lenguaje y de las circunstancias de la accién propias de dicho contexto. Como instrumento analitico para el anélisis de problemas se recurre a la nocién wittgensteiniana de criterio. Bfectuada una aproximacién inicial a estas nociones, se procede a desarrollar el tema de la naturaleza y funcio- nes de la filosofia, Para ello se parte de sefialar lo que no corresponde a los objetivos de Ia actividad filos6fica, lo que debe entenderse por tal, y cual serfa una metodologfa adecuada para la realizacién de las tareas cortespondien- tes, En el curso de estas consideraciones se traza de manera general Ia distincién entre ciencia y filosofia, ast como la diferencia entre explicacién y descripcién y entre causa y razén. Todo esto apunta hacia la caracterizacién de los objetivos y tareas prepigs de la actividad filoséfica. Desde esta manera de considerar Ja labor filosética, se pasa en el segundo capitulo a considerar el tema de la mente, el cual es introducido mediante una reseiia de las Iineas basicas que implicitamente son objeto de critica en los trabajos de Wittgenstein; dicha critica no se pone de manifiesto en forma de una controversia abierta con autores previamente determinados, circunstancia ésta que dificulta en alto grado la comprensién y ubicacién de la problematica abordada Con Descartes se inaugura la perspectiva egocéntrica, al reconceptualizarse Ja nocién de alma legada por la "7 tradici6n greco-cristiana. Tal perspectiva desemboca tanto en el escepticismo respecto al mundo y a otras mentes, como en la propuesta del lenguaje privado. La teorfa dualista cartesiana y su cosificacién sustancializada del alma como sustancia suscita los problemas de la relacion mente-cuerpo y el de la incognoscibilidad de lo mental. El empirismo conserva los supuestos del «ualismo y comparte la perspectiva egocéntrica que lleva en sus casos limite al solipsismo de un lado, y al fisicalismo y al conductismo, del otro; posturas que, aunque enfrentadas, parten de idénticas premisas, En el empirisino clisico se plantea que la mente y sus experiencias se caracterizan por el "acceso privilegiado" que tenemos a ellas. Contra todo ello se enfrenta Wittgenstein, quien muestra c6mo la utilizacién indebida de expresiones propias de juegos de lenguaje diversos conduce a errores categoriales. Bn tal sentido apuntan los aportes de Ryle y de Strawson, los cuales contribuyen de manera apreciable al desarrollo sistematico de las posiciones de Wittgenstein. El libro de Ryle, El concepto de lo mental, desarrolla un ‘examen del comportamiento 16gico de algunos términos que son empleados para hablar acerca de la mente; alli pretende mostrar que muchas de las teorfas del conoci- miento 0 de la percepeién suponen hipétesis para-mecéini- cas altamente problematicas. Strawson, en Individuos, se propone investigar los rasgos basicos de la estructura general del sistema conceptual en términos del cual pensamos. 18 BI capftulo tercero se acupa de Ia discusién relativa a los denominados procesos mentales. Alli se sefiala que Wittgenstein no pretende establecer la esencia del pensa- miento; lo que hace es describir las diversas aplicaciones, los usos generales que se dan a tal concepto, el cual esté muy lejos de ser univoco. En continuidad con las consideraciones atrés mencio- nadas, en este capitulo se desarrolian las criticas al esencialismo que toma a fos fendmenos mentales como objetos, en virtud de una previa cosificacién de la mente; las criticas al concepto de mecanismo mental y al empleo de las nociones de proceso y estado mental; y las criticas a la concepcién nominalista del significado, en cuanto ésta generaliza y homogenciza expresiones que, pese a su aparente cquivalencia, se emplean en contextos diferentes. Dentro del marco de tales criticas, y tras la diferenciaci6n ‘gramatical entre proceso y estado mental, son considera- dos a manera de ilustracién los casos de "comprender" y “signiticar” 0 "referirse a algo’ Contintia el capitulo con la argumentacién que contro- vierte la posibilidad del Lenguaje privado, argumentacién que se despliega en desarrollo de Ia linea planteada contra Ja concepeién de Ia mente como un medio especial y separado, y en contra de las posiciones que pretenden apoyarse en presuntos mecanismos y procesos mentales como explicativos del acaecer psicolégico fundamental. La trayectoria del ataque incluye al nominalismo, postura que asume Ia separacién de los lenguajes de lo fisico y de lo mental, por considerar disociadas las respectivas reali les. 19 También se seftala alli que del dualismo psicofisico, inscrito en la perspectiva egocéntrica, se derivan tanto Ia doetrina de Ia privacidad de Jo mental, como el lenguaje privado de lo mental. A continuacién son expuestos los argumentos contra la posibilidad de éste tiltimo, en las dimensiones de privacidad semintica, ntica y epistémica. Por tiltimo, se indican las razones por las cuales la posicién de Wittgenstein no puede encuadrarse en ta corriente conductista, tal como lo pretenden algunos autores, toda vez que no solo se aparta de las premisas de esta doctrina sino que, ademés, las somete a una profunda critica, En el capitulo cuarto se contempla cémo la necesidad de fandamentar el conocimiento ha marcado profundamen- te la actividad filoséfica en su conjunto al propiciar la formulacidn de programas epistemolégicos o de teorfa del conocimiento para explicar de manera universal c6mo se conoce lo que se conoce, y cémo surgen y se enfrentan las dudas, Consideradas las perspectivas del racionalismo y el empitismo, se llega a la postura de Moore quien, enfrenta- do al escepticismo, afirma la indubitabilidad de una serie de proposiciones del sentido comin acerca del mundo externo, Wittgenstein, al reflexionar sobre el punto, examina tales proposiciones. La exposicién de su anilisis se aborda a partir de la diferenciacién entre certeza objetiva y certeza subjetiva. Como quiera que el tema de Ia certeza remite a los conceptos involucrados en ella, esto lleva al esclarecimien- to de la significatividad de los conceptos, la cual corres~ ponde a su aplicacién regulada; por ello resulta pertinente 20 estudiar en qué consiste “seguir una regia". Y es en las ‘matematicas donde puede apreciarse en forma particular- mente clara el papel desemperiado por las reglas, de modo que pasan a considerarse, entonces, las nociones corres- pondientes a demostracién, inferencia, axioma y evidencia A continuaci6n se examinan los requerimientos del "dudar con sentido" y la problemitica de la fundamentaci6n de la certeza, Para este efecto se desarrollan las nociones wittgensteinianas de imagen del mundo y de forma de vida. A partir de las anteriores consideraciones, el capitulo quinto se dedica 1 andlisis de la problemética de fa racionalidad, para lo cual se examinan las pretensiones de los programas de corte epistemolégico que intentan delimitar de manera universal, precisa y definitiva el Ambito y caracteristicas de todo discurso racional posible Tras una breve resefia de tales pretensiones, se exponen los criterios en los cuales se apoya Witlgenstein para enfrentar la obsesién por ta bisqueda de la funda- mentacién Giltima del conocimiento, Ja estructura objetiva de la realidad, la certeza total y el rigor maximo. Sefialamos aqui que ne se ve la manera de sustentar adecuadamente que Ia verdad consiste en la representacién exacta de Ia realidad, y que resulta poco clara la preten- sin de explicar la abjetividad y In racionalidad por la via de representaciones presuntamente inequivocas y preci- sas, Se consideran en part.cular los problemas suscitados por teorfas del conocimiento que aspiran a establecer Io que puede saberse y cémo puede saberse, en términos de representaciones exactas, al tiempo que se proponen determinar el funcionamiento de la mente como conciencia aL presuntamente desencarnada. Por otta parte, nos ocupamos también de las implicaciones que se derivan de posturas epistemoldgicamente centradas que giran alrededor del eje de una Razén de lo universal y de lo Iogico como produc- to de la mente; implicaciones que, de conformidad con el esquema dualista, han repereutido en un desconocimiento del cuerpo en las reflexiones fioséficas de orclen gnoseo- logico. ad del Se registra, asimismo, la marcada ambigi concepto de Razén y, por ence, de los denominados criterios de racionalidad; ambigiiedad que contrasta con las exigencias de rigor a las cuales se asocian, Frente al racionalismo de corte clisico, en sus diversas variantes, se expone una consideraci6n de Ia racionalidad como conjun- to de relaciones que integrar précticas lingiiisticas y extralingiifsticas expresado en juegos dle lenguaje espeeffi- cos. La relaci6n entre razonamiento y racionalidad, enten- dida en términos del carcter ligico de éste, es evaluada funcionalmente de acuerdo con la adecuacién instrumental restringida de los dispositivos I6gicos utilizables en dominios previamente acotados. De otra parte, se aborda el tema del holismo que se erige como perspectiva asociada a la significatividad conceptual propia de Ja dimensién contextual en la cual deben ser consideradas las expresiones y conjuntos proposicionales, y que abarea tanto el entorno de conexio- nes lingtifsticas como el tejido de relaciones sociales del cual cmergen los sistemas de creencias. 22 EL capitulo se cierra con observaciones relativas al orden que privilegia el racionalismo clisico, como punto de vista que ha de prevalecer en las actividades cognosciti- | vas y en la solucién de problemas, a la manera de modelo que debe seguirse para que se puedan obtener resultados Optimos. A esta suerte ce monismo metodolégico se le eo opone una pluralidad de racionalidades asociada a la diversidad de juegos de lenguaje. FILOSOFIA ¥ ANALISIS CONCEPTUAL En la obra de Wittgenstein el papel de la filosofia se mantiene invariable en las distintas épocas de su pensa- miento. En particular, siempre se sostuvo en sus aprecia- | ciones respecto de lo que no corresponde al quehacor filos6fico, 0 mejor, respecto de lo que constituyen enfo- | ques erroneos que originan confusiones. Otro tanto ocurre con su caracterizacién de la naturaleza y funciones de la filosofia, Las variaciones de posici6n se registran frente al método a seguir, toda vez que su conocido viraje tuvo obyias repercusiones con relacién a los caminos adoptados en el ejercicio de la labor filoséfica, y por ende, repercu- | {id en las maneras de superar la utilizaci6n inapropiada de i analogfas, punto de singular :mportancia a [a Juz del | presente trabajo. Asi, en esta seccién se parte de conside- rar lo que no cortesponde a la filosofia propiamente dicha, para continuar con lo que debe entenderse por tal, prose: guir con una metodologla adecuada, y finalmente llegar al tema de las analogfas invélidas. Para ello se procede a una primera aproximacién | relativa a la concepciones de Wittgenstein respecto del 24 lenguaje y el significado, sin perjuicio de que en los capitulos sucesivos se reelabore, precise y ejemplifique la suscinta presentaci6n inicial de estos temas, Mas atin, a lo largo de este trabajo no se hace otra cosa que desarrollar y aplicat dichas coricepciones, respecto de las cuales en un principio s6lo es posible apelar a algo similar a lo que se conoce como una definicién recursiva que, aisladamente considerada, puede aparecer como imprecisa e insuficiente aunque, de hecho, posidilita una comprensién bésica y posteriores ampliaciones. Entender un lenguaje supone comprender cémo funciona y en tal sentido se orienta la elaboracién witt- gensteiniana de juego de lenguaje como sistema abierto de palabras y expresiones lingilisticas integradas con las acciones a las cuales se encuentran ligadas; «sistema constituido por conjuntos de actividades sujetas a roglas. BI lenguaje en general se encuentra conformado por un multiplicidad variable de juegos de lenguaje. Asf, entender una palabra supone comprender emo funciona, cémo se usa en uno de estos jueges. La paradoja desaparece sdlo si rompemos radical- mente con la idea de que el lenguaje funciona siempre de wn sblo modo, sirve siempre para la misma finalidad: transmitir pensamientos -sean éstos luego sobre casas, dolores, lo bueno y lo mato o lo que fuere, PU 304 Pero gcudntos géneros de oraciones hay? ;Acaso asercidu, pregunta y orden? -Hay innumerables | géneros: innumerables géneros diferentes de empleo de todo lo que tlananos "signos", "pala- bras", "oraciones". Y esta multiplicidad no es algo fijo, dado de wa ver por todas; sino que nuevos tipos de lenguaje, nuevos juegos de lengua: je, como podemos decir, nacen y otros envejecen y se olvidan, (Una figure aproximada de ello pueden dérnosla los cambios de la matemdtica.) La expresion "juego de lerguaje" debe poner de relieve agui que hablar el lenguaje forma parte de una actividad 0 de una forma de vida Ten a la vista ta multiplicidad de juegos de len- guaje en estos ejemplos y en otros: Dar drdenes y actuar siguiendo drden Describir un objeto por su apariencia 0 por sus medidas Fabricar un objeto de acuerdo con una descrip- cién (dibujo)- Relatar un suceso- Hacer conjeturas sobre et suceso~ Formar y comprobar una hipotesi Presentar los resultados de un experimento me~ diante tablas y diagramas- Inventar una historia; y leerla- Actuar en featro- Cantar a coro- Adivinar acertijos- Hacer un chiste; contarlo- Resolver un problema de matemdtica aplicada- Traducir de un lenguaje a otro- Suplicar, agradecer, maldecir PU 23 saludar, rear. 26 Ordenar, preguntar, relatar, charlar pertenecen a nuestra historia natural tanto como andar, comer, beber, jugar. PU 25 No interesa ta explicacion de un juego de lenguaje mediante nuestras vivencias, sino la constatacion de un juego de lenguaje. PU 654 Hablas de todos los juegos de lenguaje posibles, pero no has dicho en ninguna parte qué es lo esencial de un juego de lenguaje y, por tanto, del lenguaje. Vemos una compliceda red de parecidos que se superponen y entrecrucan. Parecidos a gran escala y en detalte, No puedo caracterizar mejor esos parecidos que con la expresion "parecidos de familia": pues es asi como se superponen y entrecruzan los diversos parecidos que se dan entre los miembros de una familia: estatura, facciones, color de los ojos, andares, temperamento, etc. -Y diré: los "juegos" componen una familia PU 65, 66, 67 Puesto que no hay una manera exclusiva de asumir fa relaci6n entre palabras y casas, debe entenderse al lengua- Je como mucho més que simplemente descriptivo, de modo que las proposiciones sobre hechos, que pueden ser verdaderas o falsas, s6lo corresponden a una parte espect- fica y redueida dentro del conjunto de actividades lingilisti- cas. No existe "El Lenguaje", sino multitud de juegos de lenguaje. Lo que hay que tener en cuenta son los miiltiples uusos interrelacionados del lenguaje, de suerte que éste no puede ser considerado desde an tnico punto de vista; tampoco se cuenta con una Gniea manera de delimitar los diversos juegos. Por otra parte, no hay una esencia comiin a todos los juegos de lenguaje; lo que hay es un conjunto difuso de semejanzas, familias de parecidos y desemejanzas, de modo que no se dispone de una definicién univoca de lenguaje que dé cuenta de lo que se encontraria presente en cualquier juego. Con todo, a actividad lingitistica de los juegos se caracteriza por ser regulada, es decir, por estar sujeta a reglas puiblicas determinadas en el contexto I y la practica’. soci En cuanto al significado, para Wittgenstein la relacin entre el Ienguaje y la realidad esti dada, en general, por el uso. El significado de una palabra es su uso, empleo 0 aplicaci6n en una proposicidn, en el contexto de un juego de lenguaje. Para una gran clase de cases de utilizacién de la palabra "significado" -aunque no para todos los casos de su ulilizacién- puede explicarse esta palabra ast: El significado de una palabra es su uso en el lenguaje + eh tema relacionade con las reglas 59 desarrolird mas adelante, en a ‘capttulo IV, p. 125 y 8.5. 28 ¥ el significado de un nombre se explica a veces seftatando a su portador. PU 43 Piensa en las herremientas de una caja de herra- mientas: hay un martillo, unas tenazas, una sierra, un destornillador, una regla, wn tarro de cola, cola, clavos y tornillos. -Tan diversas como Jas funciones de estos objetos son las funciones de las palabras. PULL E Mira la proposiciéa como un instrumento, y si sentido como su emoleo! . PU 421 El significado de una expresion esté caractericado por el uso que hacemos de ella. Nos sentimos inclinados a olvidar que to que le da su significado a una palabra es tinicamente el uso particular de la palabra, El uso particular de ta palabra en ta préctica es su significado, BB p. 99, 103 Elnifio no aprende que hay libros, que hay sillas, eic., etc., sino que qprende a tomar los libros, a semarse en las sillas, etc., etc, C476 Esta concepeién wittgensteiniana se aparta de la teorfa referencial, denotativa, del significado, segin la cual las palabras individuales siempre designan objetos o hechos, de donde Mega a afirmarse que dominar un lenguaje consiste en el aprendizaje de nombres de objetos y acacci- mientos; es decir, para Wittgenstein el referente no 29 determina el significado de una palabra. No hay conexién intrinseca entre simbolo y objeto. Esto implica que la definicién ostensiva no es el modo fundamental de dotar de significado a una palabra; en efecto, para muchas palabras como "quizis" 0 “atn" no hay posibilidad de acudir a definiciones ostensivas, pese a tener significado. De hecho, la definicién ostensiva puede explicar el signifi- cado 0 uso de palabras cuando ya esta claro qué papel deben jugar en general en el Lenguaje (PU 30). Ast, saber lo que representa un nombre presupone el dominio del {juego del lenguaje en el cual es utilizado, es decir, el tipo de uso de las palabras y las circanstancias de su aplicaci deben aprenderse anics de que sean empleadas como nombres. Cuando, en relacién con e! significado, se menciona el uso de las expresiones, se alude a las circunstancias especiales de la accién en el entorno en el cual son proferidas, al papel que desemgefia en el juego de lengua- je. Es por cllo que cobra especial sentido el simil con Ia caja de herramientas, (oda vez. cue asf como un instrumen- (0 puede ser caracterizado por sus funciones, ast también Jas expresiones son caracterizables segdn sus usos, sin perder de vista que una misma palabra puede ser usada para distintos propésitos, y que no existe una tinica funcién comin a todas Ins palabras. Y el mismo lenguaje no es definido como una institucién que cumple un propésito determinado; més bien es un nombre colectivo que abarca el espaiiol, el inglés y varios otros sistemas de signos afines a tales lenguajes (Z, 322) 30 De otro lado, en estrecha relacién con las considera- ciones relativas a los juegos de lenguaje y al significado como uso, Wittgenstein desarrolla la noci6n de criterio, nstrumento conceptual basico para el anilisis de los diversos problemas, y en especial de los concernientes al campo de lo psicoldg.co en general y de Io mental en particular. Se plantea, en primera instancia, una distincién fundamental entre sfntoma y criterio. Los sfntomas son manifestaciones contingentes de algo, respecto de lo cual pueden considerarse evidencias® inductivas o empiricas, Los criterios corresponsen a las caracteristicas constituli- vas de lo que es tomado en consideracién; pueden asumir- se como evidencias no inductivas de lo que es objeto de examen, Tanto sintomas como criterios pueden ser apreciados con relacién a un mismo fenémeno, objeto, hecho 0 estado de cosas Introduzcamos dos términos antitéticos para evitar ciertas confusiones elementales: A ta pregunta: "4Cémo sabe usted que sucede tal y tal cosa?", contestamos unas veces dando "criterios” y otras 2Cabe anotar que en olmundo anglosaj6n la expresién “evidencia" suelo ddenotarindstintamente tanto loque puede considerarse totalnante seguro {avidencia demostrative 0 matandtica, per ejemplo), convo fo que puede ‘servir para infere la presencia de otra cosa, En al contexto que estornos considerando, tolexpresién os tamade mds bien en el sentido de prueba de ‘algo. En ta tradicién jurldica dl continento europea, 0 distingue entie “prueba” wn sentido general fousiva a la constatacidn do un hecho), y maueba plena” 0 "evidencta”, 31 dando "sintomas". Sila ciencia médica lama angina a una inflamacién eausada por wn bacilo particular, y preguntamos en an caso concreto "zpor qué dice usted que este hombre tiene angi- na?", ta contestacton "he encontrado tat y tat bacilo en su sangre" nos proporciona el criterio definidor de la angina. Llano "stuoma" al fend- meno que la experiencia nos ha enseiado que coincide, de un modo o de otro, como el fendmeno que es nuestro criterio definidor. BB p. 53 La fluctuacién en ta gramética entre criterios y siniomas hace que se produeca la apariencia de que solo hay en suma stntomas. PU 354 {Qué significa saber quién siente dolor? Significa, por ejemplo, saber qué persona dentro de esta habitacién es ta que siente dolor: 0 sea, ese que estd sentado ahi, 0 aquel que esté de pie en et rincén, el alto de cabellos rubios, etc. -¢Qué pretendo decir con eso? Pues que hay criterios muy diversos de "identidad' de las personas. PU 404 Un "proceso interno" necesita criterios externos. PU 580 Los sintomas se establecen por via experiencial y los criterios por convencién. El sintoma es el fenémeno que por experiencia sabemos que, al correlacionarse con otro, corresponde a un criterio definidor. El criterio plantea una relaci6n de cardcter conceptual que se fija por convencién; i6n puede justificarse, entonces, dando crite- tios, los cuales pueden ser diversos respecto de un mismo objeto, hecho o estady de cosas. Al tiempo que el criterio establece un conjunto de condiciones requeridas para el uso correcto de un término, la relacién propia del criterio -de naturaleza evidencial- viene a ser intermedia entre la conexién inductiva y la implicaci6n logica (enlailment); mas fuerte que la primera, pero mis debil que ta segunda La aplicacién de criterios reviste especial importancia en relacién con el empleo de palabras, expresiones y proposiciones. Asi, los criterios que justifican la wtiliza- cién de un término hacen parte de la detinicién del mismo, de modo que saber su significado consiste en conocer sus criterios de aplicacién. Como podr apreciarse mis adelante, en buena parte de las disquisiciones acerca de lo mental, el uso de expresiones fuera de! contexto apropiz do, que desconoce los criterios de aplicacién conceptual, conduce a la adopcién de analogfas invilidas y a la configuracién errénea de problemas. Ahora bien, tras esta puntualizacién preliminar, puede abordarse el tema filos6fico propiamente dicho. Desde "Notes on Logic" (1913) hasta sus tllimos eseritos, Wittgenstein destacé la indispensable distincién que siempre debe tenerse en cuenta entre ciencia y filosofia como actividades radicalmente diferenciadas Enfiltosofia no hay deducciones: ella es puramente descriptiva. /: i La filosofia no ofrece figuras de ta realidad. La filosofia no puede confirmar ni refutar ta investigacién cientifica. ; : Todas las teorias que dicen: "Tiene que ser asi, de lo contrario no podriamos filosofar" 0 "de otro ‘modo no podrlamos vivir’, etc, elc, tienen necesc riamente que desaparecer. N p. 183, 79 ‘ La filosofia no es ninguna de las ciencias natura- les, d (La palabra "filosofia" ha de significar algo que estd por encima o par debajo, pero no junto a las ciencias naturales) : : La filosofia no es una docirina, sino una activ dad. TLP 4.111, 4.112 : Era cierto que nuestras consideraciones no podéan ser consideraciones cientificas.... ¥ no podemos proponer teoria ninguna. No puede haber nada hipotético en nuestras consideraciones. Toda explicacién tiene que desaparecer y solo la des- cripcién ha de ocupar su lugar. ¥ esta descripcin recibe su luz, esto es, su firalidad, de los proble- ‘mas filosdficos, Estos no son ciertamente emptri- cos... Los problemas se resuelven no aduciendo nueva experiencia, sino conpilando lo ya conoci- do. A La filosofta expone meramente todo y no explica ni deduce nada, 33 4 Se podria llamar también "filosofia" a lo que es posible antes de todos los nuevos descubrimientos ¢ invenciones, PU 109, 126 La filosofia es una investigacién conceptual y no emptrica, Z458 Los fildsofos tienen constantemente ante los ojos el método de la ciencia y sienten una tentacién irresistible a plantear y a contestar las preguntas del mismo modo que to hace la ciencia, Esta tendencia es la verdadera fuente de la metafisica ¥ lleva al filésofo a ta oscuridad més completa, BB p. 46 De acuerdo con lo resefiado, en filosofia no se trata de competir con, o de suplantar a la ciencia, Al respecto, segiin Kenny, al decir que en filosofia no hay deducciones, Wittgenstein se enfrenta al tipo de filosofia que ofrece pruebas (existencia de Dios, inmortalidad cel alma); 0 al {ipo de filosofia que intenta explicar o predecir el curso de la historia, Mas atin, cuando en el ‘Tractatus se indica que {a totalidad de las proposiciones verdaderas es el todo de ta ciencia natural (4.11), al no ser la filosoffa una de las ciencias naturales, no hay proposiciones filoséficas verdaderas; esto contrasta con la concepcién tradicional de Ja filosofia segtin la cual las proposiciones de la filosofia son verdadles necesarias, las ms fundamentales, quizé I més verdaderas, verdades de las que todas las demés verdades dependen y de las que de alguna manera toman su verdad, En el fondo, esta titima postura lo que intenta es, mediante un seudojuego de lenguaje (mnetafisico), situarse fuera de todo juego de lenguaje; con esto se pretende lograr una suerte de trascendentalidad, como equivalente del supuesto objetivo filoséfico. En un plano més general, en el Cuaderno azul se destaca que es el ansia de yeneralidad Jo que dificulta adoplar una linea de investigacion adecuada; ansiedad que es resultado de tendencias conectadas con algunas confu- siones filosdficas (BB p. 45-46). Esto se expresa en una actitud despectiva hacia el caso particular, que leva al olvido de diferencias y peculiatidades. Las tendencias alli corisideradas son las siguientes: a) Buscar algo comin a todas las entidades que usualmente se incluyen bajo un término gereral. Se da la tendencia a pensar que tiene que haber algo contin a todos los juegos del lenguaje y a todos los casos de aplicacién de un término, La idea de que un concepto general es una propiedad comtin de sus casos 2articulares es comparable con la idea dle que las propiedades son ingredientes de las cosas que tienen las propiedades; asi, fa belleza serfa un ingrediente de todas las cosas bellas, como el alcohol lo es de la cerveza y cl vino, y por tanto, podria conseguirse ka pura belleza, no adulterada pot ninguna cosa bella. b) La tendeneia a pensar que el significado de una palabra comiin es una especie de imagen general semejante a una 2¢Kr. KENNY, Anthony. Wittgonstein. Madrid: Alianco, 1988. p. 201- 202 36 imagen visual, 0 um cosa, correlacionadas con la palabra; consideramos las palabras como si todas fueran nombres propios, y confund:mos el portador de un nombre con su nificado. ©) Confusién entre estados mentales y estados fisicos; entre un estado mental que significa el estado de un ipotético mecanisio mental, y un estado mental en el sentido de un estado de consciencia. d) Preocupacién por el método de la ciencia, como método de reducir la explicacién de los fenémenos naturales al menor niimero posible de leyes naturales primitivas; en mateméticas, el método de unificar cl tratamiento de diferentes temas mediante el uso de una generalizacién. La tarea de la filosofia no es reducir algo a algo; su tarca es puramente descriptiva. _-errdneamente aguardamos una explicacion; mientras que la solucién de ta dificultad es una deseripeién, si ta ubicamos correctamente en nuestras consideraciones. Si nos detenemos en ella y no tratanos de ir més alld. Z 314 La gramdtica no dice cémo tiene que estar cons- irufdo et lenguaje para que cumpla su propésito, ara que influya en los seres huumanos de tal y cual manera, Sélo describe el uso de los signos, pero no lo explica en modo alguno. PU 496 37 La filosofia no debe seguir los pasos de la ciencia, y empefiarse en la construceién de teorfas explicativas de los fendmenos, Su papel no es el de proponer teorias que articulen hipétesis y argumentaciones en procura de dar cuenta del orden empirico 0 “Actico; no uxplica cosas ni descubre nuevas verdades, s6lo debe describir, no puede explicar, ni debe intentar explicar*, Wittgenstein insiste, entonces, en la necesaria dissincién entre explicacién y deseripcién. La tarea de la filosofia es eminentemente descriptiva. Esta tiltima diferenciacién es complementada por una distincién adicional entre causa y razdn. Bn el Cuaderno azul sefiala Wittgenstein (BB p. 42-43) que la confusién entre causa y raz6n se genera por el uso ambiguo de la expresién "por qué?"; cuando Ia cadena de razones ha Iegado al limite y se hace todavia la pregunta "{por qué?", se tiene la inelinacién a dar una causa en lugar de una raz6n, Asi, Ia proposicién de que una aceién tiene tal causa es una hipétesis, la cual se considera bien fundada si se cuenta con un néimero de experiencias que coneuer- den en mostrar que la accién es la consecuencia regular de xrtas condiciones que son Hlamadas causas de Ia accién, “7 encontraste, para conocer Ia razén que se tivo al hacer Un cierto enunciado o actuar de un modo «leterminado, no se necesita ningiin niimero de experiencias acordes; el enunciado de la raz6n no es una hipétesis. Dar una raz6n es como dar una operacién de célculo mediante la cual se ha Hegado a un cierto resultato. En este orden de ideas, ‘cir. KENNY, Anthony. EI lagado de Wittgonstein. México: Siglo XXI, 1990. p. 80. “4 38 la labor filos6fica no sigue el modelo de explicacién causal propio del trabajo cientifico. Antes que acudir a hipdtesis, y relaciones de causalidad, se opera fundamentalmente con razones. Por otra parte, en ranto el filésofo no es un cientitico tedrico que aporta tecrfas explicativas, ni un cientifico empirico que descubre auevos hechos, la filosofia tampoco exige una reforma del lenguaje, la inveneién de nuevos usos, ef refinamiento o complementaci6n del sistema de reglas para el empleo de las palabras (PU 133), ni el desarrollo de nuevos lenguajes disociados de Ia prictica cotidiana que le da sensido a éstos. Ademas, Wittgenstein sc opone a la tesis de que la filosofia es algo que tiene que hacerse antes de que se pueda hacer otra cosa; Ia tesis de que hasta que la filosofia _ Se haya concluido ninguna otra cosa es confiable; la tesis de que la filosoffa es un fundamento de todo otro discurso, La filosofia no es meta-algo, no es una ciencia que estudie una disciplina como una (otalidad y le dé un fundamento. Asi, por ejemplo, ataca la idea de que es crucial Ia cuestién "qué es el corocimiento", y considera absurdo decir que no podemos saber nada hasta que sepamos lo que es saber’, considera esto tan torpe como decir que no podemos deletrear ninguna palabra hasta que no podamos deletrear "deletrear' ‘ote. Wid. p. 82-84. 39 Del trasfondo de los contrastes aludidos, relativos a lo que la filosofia no es, puede periilarse més nitidamente la caracterizaci6n correspondiente a lo que es la filosofia ‘como actividad cuya fincién es descriptiva, Un problema filoséfico tieve ta forma: "No sé salir det atolladero". PU 123 2Cudl es tu objetivo en filosofia? -Mostrarte a ta ‘mosca la salida de la botella cazamoscas. PU 309 la claridad a la que aspiramos es en verdad completa. Pero esto solo quiere decir que los problemas filosdficos deben desaparecer complete- mente. PU 133 Los resultados de ta filosofia son el descubrimien- to de algin que otro simple sinsentido y de los chichones que el entendimiento se ha hecho al chocar con los Itmites del lenguaje. Estos, los chichones, nos hacen reconocer el valor de dicho descubrimiento. PU 119 BL fildsofo trata una pregunta como si fuera una enfermedad. PU 255 FI objetivo de la filosoffa es, entonces, hacer desapa- recer los problemas de Ia mista; mas que resolverlos, disolverlos al eliminar las perplejidades que impiden tl 40 encontrarles salida. La filosoffa no se enfrenta a problemas empiricos sino a problemas conceptuales originados en confusiones debidas al funcionamiento del lenguaje. En efecto, decir que el problema debe desaparecer es conside- rar que surge como producto de un malentendido, y cortegido éste, la fuente del problema se elimina, de modo que en sentido estricto el problema no se resuelve, desaparece, Curiosamente la filosofia entra a jugar el triple papel de enfermedad, terapia y médico. El fildsofo tiene que se a s{ mismo de enfermedades del cntendimiento antes de que pueda llegar a las nociones del sano entendi- miento humano. La terapia consiste en Ia clarificacién de las proposiciones empleadas en los problemas para evitar que la utilizacién engaiiosa del lenguaje ordinario nos desvie y nos introduzca en una especie de trampa lingilfsti- ca. Hay que mostrar el camino de salida de la trampa, que viene a ser el mismo que se us6 para entrar en ella. Pone de presente Wittgenstein (BB pags. 56 y 57) que {a persona filos6ficamente perpleja ve una ley en el modo en que se utiliza una palabra y, al intentar aplicar esta ley de forma consistente, se enfrenta con casos en Jos que conduce a resultados paraddjicos. Sefiala, ademas, que la filosofia es una lucha contra Ia fascinacién que ejercen sobre nosotros las formas de expresién, y para esta lucha ho representa un gran obstéculo la ausencia dle definiciones Ss, pues aunque muchas palabras no tienen un Significado estricto, esto no es un defecto; creer tal cosa serla como decir que la luz de la Kimpara sobre una mesa no es una luz real porque no tiene un Iimite preciso, De | | | Bite. | 4 modo que no hay necesidad de apelar a expresiones especiales, disefiadas "técnicamente" para Ia reflexién filosdfica. Es erréneo plantear que en filosofia debe cousiderarse un lenguaje ideal como opuesto al lenguaje ordinario, pues ésto hace que paezea como si se pensara que podria perfeceionarse el lenguaje ordinario que, en realidad, esté perfectamente. tividad descriptiva y analitica, es Bl ejercicio de la a propio del quehacer filos6fico, lleva a superar situacion en las cuales son formulados problemas aparentes y pretenden oponérseles refutaciones tan aparentes como el mismo punto en disputa. Tal superacién se logra a través de las elucidaciones conseguidas por la via de aclaraciones conceptuales y I6gicas. La filosofia como critica del lenguaje, en d k del andlisis conceptual, permite establecer que los sinsenti- dos surgen fandamentalmente de la utilizaci6n de expresio~ nes por fuera del juego de lenguaje que le correspondes tales sinsentidos son producto, por asi decirlo, de "hacer trampa en el juego". Esto ocurre cuando se tratan de aplicar Jas reglas de un juego a otro diferente, Con los juegos del lenguaje se presenta algo similar a lo que ‘sucede con ocasién de la practica de juegos propiamente Kidicos, uno no esté obligado a jugarlos, pero si se decide a hacerlo, forzosamente tiene que respetar las reglas del juego clegido, so pena de salirse dlel mismo o de pasarse ‘a otro distinto, De manera parecida, los filoséficos surgen cuando el lenguaje hace fiesta problemas iW 42 Ahora bien, la significatividad de las expresiones se encuentra asociada al contexto 0 trasfondo. Bs éste el que ‘garantiza antes que fa verdad de los enunciados correspon- dientes, su significatividad, para la cual se constituyen como criterio tanto el contexto y las reglas del juego, como las acciones Inimanas respectivas Para poderle atribuir a un enunciado, en primera instancia un significedo, y después, un valor de verdad, se requiere situar a aquél en su contexto, en conexién con las actividades respecto de las cuales las palabras son emplea- das como instrumentos. Bl contexto de que aqui se habla no es otro que e! juego del lenguaje de cuyo seno emerge la gramatica correspondiente; de modo que para entender una palabra en un lenguaje, incluso antes de comprender su significado, es indispensable saber c6mo se usa, cudles 1s rigen su utilizaci6n, cémo funciona en el juego del lenguaje que es objeto de anilisis, el cual se encuentra constituido por un plexo de acciones regido por reglas que le son propias. Wittgenstein compara al juego le lenguaje con un sistema de ruedas 0 engranajes que funciona mediante acoplamientos apropindos entre las distintas piezas, pero que demanda, ademés, un acoplamiento de éstas con la realidad 0 con las actividades humanas ancladas en ésta. Por ello, muestra Wittgenstein al presunto juego de Ienguaje filos6fico como a un conjunto de ruedas que giran en el vacio. En suma, el ejercicio filoséfico se coneibe ante todo como una determinacién de los casos que para efectos del 43 andlisis se puedan considerar de aplicacién conceptual valida, Sobre la base de que los casos de aplicaci6n de conceptos dan el contexto, se rata, entonces, de determi- nar las caracterfsticas contextuales y de aplicacién particu- Jar de las cxpresiones utilizadas en la propuesta y refuta~ cién de paradojas y perplejidades en filosofia, para esclarecer de qué modo constitvyen sinsentidos, y por ésta vfa -develando su cardeter de tales- avanzar hacia la aclaracién de las confusiones y Hegar hasta In disolucién de los problemas. La dificultad de los prodlemas filos6ticos reside bisicamente en fa utilizacin de palabras fuera cle contex (0; en el desconocimiento de que la aplicacién de Ia regla iempre es concreta; en el olvido de las diferencias existentes entre juegos de lenguaje diversos; en tomar en cuenta lo meramente aparente, dese a la diferenciacién de funciones que las expresiones desempefian de un juego a otro; on la indebida interpretacién y traduccién de un sistema a otro; en conlusiones categoriales; y, en tltimas, en [a falta de dliscernimiento ertre los distintos juegos de lenguaje. De todo ello tiene que dar cuenta Ia actividad filoséfica, cabalmente entendicl, ir en el uso efectivo del La filosofia no puede inter lenguaje, ni fundamentarlo, a kz postre slo puede deseri- birlo, deja todo como esti (PU 124). La gramitica filoséfica se configura en términos de Ia explicitacién de las reglas, como resultado del andlisis descriptive de los usos conceptuales concretos. 44 La solucién consiste en encontrar aquello que, por obvio, se halla oculto dada su simplicidad y cotidianidad (PU 129). Instalados allt podemos evaluar el error, su origen, manifestacicnes e implicaciones, y dar cuenta del mismo, como paso indispensable para proseguir por el camino hacia una verdad que no termine siendo trivial, Una persona atrapada en una confusion filoséfica es como un hombre que se halla en una habitacion de la que quiere salir sin saber como. Intenta por Ja ventana, pero estd demasiado alta, Intenta por la chimenea, pero es demasiado estrecha, ¥ si hubiera cafdo en ta cuenta de volverse, habria visto que ta puerta habia estado siempre abierta,® Sin embargo, no se trata de corregir las proposiciones examinadas, sino de comprenderlas, no tanto respecto cle Jo que real o supuestamente representan, sino en relacién con la funcién que cumplen o aparentan cumplir, con el Papel que, en efecto, dlesempefian, La tarea de Ia filosofia es detectar Jo que funciona mal en el planteamiento de temas de interés filosético, seleccionando, en primer lugar, los conceptos y giros claves que ceben ser examina dos con relacién a la problemstiea a considerar. “Citado en MALCOLM, Nonnan. "Recuerdo de Ludwig Wittgenstein” Ea: FERRATER M,, J. ot af Las Mosofias do Ludwly Wittgonstoin. Barcelona: Oikos-Tau, 1966. p. 60. Es interesante registrar que el mismo Witigens segtin lo expresado en discusién abierta’, lleg6 a afirmar que “una expresién s6lo tiene significado en medio del flujo de Ia vida", Io cual, unido a tos sefialamicntos de que Jas palabras no se usan con significados "fijos", y de que Jos conceptos no tienen "limites precisos", podria dar la sensacién de auseneia de rigor en el enfoque witlgenstei- niano; pero nada mis alejado de sus propdsitos; por el contrario, del conjunto de su obta lo que se desprende es precisamente, un manejo sumamente cuidadoso de la ignificatividad y aplicabilidad conceptual, como requisito sin el cual fracasa cualquier empresa filoséfica seria. No hay un tinico método en filosofia, si bien hay meétodos, como diferentes terapias. PU 133 Toxlo lo que puedo ofrecer es un método, no puedo ensenar verdades nuevas.* Queremos establecer un orden en nuestro conoci- miento del uso del lenguaje: in orden para una Jinalidad determinada; uno de los muchos érdenes pposibles; no el orden. Con esta finalidad siempre estaremos resaltando constantemente distinciones que nuestras formas lingutsticas ordinarias facil- mente dejan pasar por alto PU 132 ‘citado en MALCOLM, Norman. Ibid, p. 90. “citade on AMBROSE, A. y LAZEROWTZ, M. Philosophy and Langta ‘go. Londres: Allon & Unwin, 1973. p. 344, 46 Todo to que vemos podria ser también de otra ‘manera. En general, todo lo que podemos describir podria ser también de otra manera, No hay orden alguno a priori de las cosas. TLP 5.634 Una fuente principal de nuestra falta de compren- sidn es que no vemos sindpticamente el uso de muestra patabras.-A nuestra gramética le falta vision sindplica.- La representacién. sindptica produce a comprensién que consiste en "ver conexiones". De aht la importancia de encontrar y de inventar casos intermedios. El concepto de representacién sindptica ex de fundamental significacién para nosotros. Designa nuestra forma de representacién, el modo en que vemos las cosas, (gBs esto una "Weltans- chawung"?). PU 122 Nuestra investigacion no pretence hallar el signifi- cado real y preciso de las palabras, eunque a menudo, en el curso de nuestra investigacién, demos a las palabras un significado preciso Z 467 Cuando Wittgenstein nos remite al simil de terapia- enfermedad, ya deja vislumbrar que asi como no hay un tratamiento para todas las enfermedades, tampoco hay una tinica manera de disolver todos los problemas. A lo sumo podira dlisponerse de un modo especifivo de enfrentar cada nudo intelectual. {nclusive, con relacién a un tema deter- a | | | | 47 minado, es probable que puzdan emplearse caminos diferentes para abordar una misma problemética; habré unos més adecuados, expeditos o simples que otros, Wittgenstein no oftece, entonces, ninguna f6rnula o receta que obre como panacea; lo que el propone es un estilo de pensamiento, cierto tipo de mirada filos6fica esclarecedo- 1a, dilucidadora y disolvente de enigmnas. En Ia propuesta metodolégica de Wittgenstein ocupa un primer lugar lo concerniente a establecer las fronteras gue delimitan los diversos juegos de lenguaje. Hace parte de esta perspectiva su incisiva distincién entre ciencia y filosofia, o entre ciencia natural y matematica, segxin lo ya observado al comienzo de esta seccién, Otro tanto se procura mediante la diferenciacién de los ambitos de lo 6gico y 10 empirico, asi como con la discriminacién respecto de lo que corresponde a los sistemas de descrip- cidn y los sistemas de referencic, por una parte, y lo que corresponde a lo que es objeto de descripcién, por otra Esto constituye una empresa de singular importancia a la luz de su invitacién a que veamos singpticamente el uso de muestras palabras, 1o cual se corresponce con nuestra forma general de representacién, pero sin que en ningtin momento se Hlegue a olvidar que debemos superar la idea errénea de que existe una determinada descripcién exacta de lo que uno ve en un momento dado Considerado este propésito inicial de demarcacién, puede observarse que el tipo de anilisis planteado (en Ja Liltima época de su pensamiento) no se reduce a un andlisis exclusivamente I6gico, ast incorpore el examen Idgico en las investigaciones. En general, el estudio de problemas 48 esté ditigido a establece: relaciones de interdependencia, conexiones, condiciones ¢ jones, mas que a precisar definiciones es:r eter lingilistico 0 proposicional. Aqui es necesario destacar nuevamente que Ia tarea no consiste en elaborar una suerte de diccionario filos6fico, una taxonomia exhaustiva sino de examinar determinadas expresiones 0 giros de especial importancia respecto del problema filos6fico analizado. En torno a este aspecto, anota Tugendhat? que si bien clase de andlisis aborca un tipo espectfico de invest: gacién empirica, lo hace de forma radicalmente distinta a la investigacién empirica propia ce la ciencia; tomando en cuenta la disciplina que més podria acercarse a la semanti- ca filoséfica, la semdntica lingifstica, puede apreciarse que ésta tiltima elabora explicaciones por medio de un metalen- guaje, como resultado ce investigaciones realizadas en tercera persona; la primesa, en cambio, no es una investi gaci6n en tercera persona, efectuada mecliante observacio- nes y con el instrumento de un metalenguaje, sino una investigacidn que acude 4 una reflexién intersubjetiva, en primera persona plural, Asi, Ia distincién entre palabras filos6ficamente importantes y las otras palabras no es algo que se pueda hacer en la perspectiva de tercera persona de Ja scmntica lingUistica, cuyo objeto es siempre la semin- (ica de todas las estructuras y todas las palabras de un 2¢tr, TUGENDHAT, Eimst, "E! método analitico”. Ex: Cuadernos de Filosotia y Letras, Publeacién do fa Facultad de Filosofia y Letras de a Universidad dle fos Anutas, Vol. Vi, No. 3 fen.fun. 1964). Bagots. p. 59, aml 49 idioma. Al respecto cabe anotar que si bien la observacién de Tugendhat resulta sugestiva, adolece del desconoci- miento de la distineién entre lo concreto y lo empirico”, El anilisis planteado por Wittgenstein es un s concreto, no un andlisis empirico. Por otra parte, el tratamiento de los casos analizados por Wittgenstein se caracteriza por un maxcado interés por las diferencias y contrastes antes que por registrar sem janzas ¢ isomorfismos. Y no podria ser otro su sesgo, ‘cuando su pretensi6n estriba, precisamente, en desentranar Jo que de engaiioso tienen las semejanzas aparentes que mueven a saltar, sin més, de un juego de lenguaje a otro, de un comexto a otro, sin mayores consideraciones relativas a las consecuencias derivadas de transposiciones indebidas. Cuando los filésofos usan ina palabra -"conoci: miento", “ser”, "objeto", "yo", "proposicién", "nombre"- y tratan de captar la esencia de ta cost, siempre se ha de preguntar: Se usa efecti- vamente ésta palabra de este modo en el lenguaje que tiene su tierra natal?- Nosotros reconducimos las palabras de su empleo metajisico a su empleo cotidiano. PU 116 Nuestro examen es por ello de indole gramatical. ¥ éste arroja luz sobre nuestro problema quitando "© Vor capitulo IV, p.128 dol prosonte trabajo de en medio matentendidos. Malentendidos que conciernen al uso de las palabras; provocados, entre otras cosas, por ciertas analoglas enire las formas de expresién en determinados dominios de ‘nuestro lenguaje. PU 90 Una de las fuentes més importantes de confusiones es la relacionada con ta utilizacién de analogias, cuando se recurre a ellas desconociendo la demarcacién correspon dliente a juegos de lenguaje diferentes, 0 sea, a contexts distintos de significacién y aplicacién de conceptos. En virtud de tal desconocimicnto, cuando se formula fa proposicién 0 conjunto proposicional correspondiente, la expresiones andlogicas se extienden invdlidamente, toda vez, que cle manera inadvertida se opera sobre la base del desplazamiento de un contexto a otro. Es frecuente que mediante este recurso los planteamientos. presentados aparenten una solidez y plausibilidad de las cuales real- mente carecen, por cuanto no se cuenta con una aplicacién conceptual vilida al existir divergencia, de hecho, con el uso significativo aceptado, Se produce, asi, una extensién invalida de conceptos, dado el uso descontextualizado de Jos mismos, Mostrar todo ello es una de las tareas basicas cen la perspectiva de dilucidacién propuesta por Wittgens- tein. BI trabajo que aqui se presenta pretende hacer uso del instrumental analitico que acaba de ser brevemente resefiado, por encontrarlo particularmente fecundo en lo que concierne a la problemitica mental. Ante todo porque, rete. | st respecto de tal tema, proliferar elaboraciones que preten- den dar cuenta del pensamiento como mecanismo mental que presuntamente operaria d2 manera causal. En este punto serén de singular impottancia las consideraciones witlgensteinianas relativas a la introduccién de analogfas invalidas y sus correspondientes secuclas. El poder del tenguaje, que todo lo iguala, que se muestra en su forma mas brutal en el diccionario, es lo que hace posible que el tiempo pudiera ser personalizado, lo que no es menos sorprendente que si tuvieramos divinidades de las constantes légicas. VB p. 48 En efecto, un conjunto de analogias invilidas puede Megar a constituir una especie de mitologia, y aunque ‘Wittgenstein, en general, simpatizé con la mitologia, ego a pensar que podia haber malas mitologias (como la del chivo expiatorio) que si sirven de base para elaboraciones con pretensiones cientificas, pueden tornarse francamente peligrosas. Asf, observé que mientras se imagine el alma como una cosa, como un cuerpo en la cab hipétesis no tiene porque ser peligrosa, pero la vaguedad si puede traer peligro, que comienza cuando se advierte {que el viejo modelo es inadecuado, y luego, en lugar de ser modificado, se Ie sublima; mientras se diga que el pensamiento est en Ia cabeza, no hay problema; las cosas se hacen peligrosas cuanclo decirios que el pensamiento no esta en mi cabeza sino en mi espiritu. Puede ser ésta 92, situacién que se presenta cuando se asume la mitologta del proceso mental como ereencia en el acaecimicnto de extraiios procesos mentakes, en casos en los que el lengua- Je sugicra que algo asi debe suceder, pese a que la exp tiencia no revele procesos de tal indole; el problema puede presentarse, por ejemplo, cuando en psicologia se claboran teorfas sobre una base mitol6gica, y éstas llegan a contigu= rarse como doctrinas relativas a la ensefianza adecuada de los nifios'', Una observacién final resulta pertinente para concluir esta seccién, Se ha apreciado criticamente que no parecen muy consistentes las aseveraciones de Wittgenstein en tomno a la necesidad de abstenerse de formular teorfas (por no hacer esto parte del quehacer filos6fico) cuando él mismo desarrolla sus puntos de vista respecto al significa do como uso frente a la (eorfa de la referencia, asi como sus nociones de juego de lenguaje, imagen del mundo, formas de vida, elc.; por no hablar de la concepcién que expone en lo correspondiente al lugar, papel y funcién de la filosofia; mas atin, se aduce que mal puede concebirse el ejercicio de ésta como una terapéutica, cuando ello supone una praxis que, para que obre como tal, ha partir de una base te6rica, A este tipo de critica se puede responder que, en todo caso, el propdsito del autor no es cn manera alguna el de estructurar un cuerpo teérico de cardcter cientifico sino, mas bien, proponer unos eriterios generales de tipo metodoligico. “ett, KENNY, Anthony, Ellogedo do Wittgenstein, Op. Cit. p. 91-92. — 53 Al respecto sefiala Bouveresse que para Wittgenstein Jos métodos y’los objetivos de la filosolfa son fundamen- talmente diferentes de aquellos propios de las cienci que hasta el final éste fué un defensor encarnizado de fa especilicidad absoluta de Ja filosofia. Pone de presente, asimismo, que no tenfa ningiin deseo de competir con los ientificos (incluidos los lingitistas) y tampoco de facilitar- les las cosas; el no aspiraba a que sus afirmaciones pudierm modifiear seriamente su forma de trabajar. Wittgenstein estaba convencido de que la biisqueda de la claridad por ella misma -objetivo supremo de {a filosofia- es, desde el punto de vista tedrico y cicntifico, una empresa no s6lo improductiva sino también, en cierto sentido, perfectamente negativa®. Es asi como, a propé silo cle las matematicas, escribié: "La claridad filosética tendré la misma influencia en el crecimiento de matemdticas que la que Gene fa luz. solar en los tallos de Jas papas, -En el s6lano oscuro crecen por metros-" (PG p. 753). Y destaca Bouveresse Ia signiente observacin paraddjica: En principio, é1 no se preocupaba en absoluto por contribuir directa 0 indirectamente al progreso de las ciencias contemporaneas y no crefa seriamente que los conceptos nuevos cue él i discutir y resolver problemas filos ser utilizados provechosarente por fuera del contexto muy limitado y muy particular de la investigaci6n filoséfica. Sin embargo, serfa muy ctr, BOUVERESSE, Jacques. Hermenoutique et Linguistiqua suivi do Witigonstein at fa philosophio du lamgage. Paris: L’éclat, 1991. p. 76. 78. dificil encontrar un filésofo cuyas observaciones sean hoy en dia tan 2xplotadas por los especialistas de disciplinas tan diversas como la lingtifstica, la sociologia, la psizologta, el psicoandlisis, la estética, Ins ciencias cognitivas, la teoria literaria y la teologia misma, Tal como ya lo dije atris, Este es un resultado que él habria considerado, por su parte, con cierta sorpresa y gran desconfian- za "wid, p. 19-20. CAPITULO IV LA CERTEZA En Ja tradici6n filosdfica, la mente ha ocupado un lugar central en los intentos de fundamentacién del conocimiento y la verdad. Ya sea desempefiando el papel de conciencia 0 el de razén, se ha constituido en objeto de la empresa epistemoldgica adelanteda con ta finalidad de garantizar una base que asegure desde el origen la solidez y coherencia de los resultados obtenidos por parte de la actividad cognoscitiva, De ali que las consideraciones planteadas respecto de la problemética mental resulten pertinentes en Ia evaluaci6n del aleance y sentido de los mencionados intentos. La necesidad de fundamentar el conocimiento ha marcado profundamente la actividad filoséfica, formulén- dose un programa cpistemolégico c de teorfa del conoci- miento (lanto en el campo del sentido comin como en el de la ciencia) que pueda dar cuenta de ¢émo se conoce 10 que se conoce y de cémo enfrentar las dudas que surgen, En particular, se han realizado maltiples estuerzos para que la ciencia conste de verdades profindas (no 118 triviales) tan explicativas que den cuenta de los fundamen- tos tiltimos, y que resulten exactas a todos los niveles, de suerte que no {enga que incurritse en vaguedades a medida que va ganindose cn profundidad; la precisién se ha concebido en términos de conexiones que vinculen las afirmaciones de una manera estrictamente I6gica. Asi, éste ideal de profundidad y certeza impregna el propésito de Bacon cuando pretende establecer el alfabeto iltimo de la naturaleza, por via inductiva, mediante el planteamiento metédico de preguntas de cardcter empirico; otro tanto ocurre con Descartes quien recurre a la deduc- cién desarroliada a través del seguimiento de pasos intuitivamente vélidos. En ambos casos se cuenta con un alto grado de indubitabilidad explicita respecto de sus estados y procesos mentales, y de indubitabilidad implicita con relacidn al conocimieato del lenguaje empleado para la expresiGn de las ducas de un escepticismo que se halla n la base del programa epistemolégico, Con el correr del iempo, tras miiltiples laboraciones, la bipolaridad configurada entre profundidad y certeza fué cediendo en favor de ésta Gitima, la cual termind por apoderarse ostensiblemente del interés de la mayoria de filésofos de corte racionalista y empirista! En la mencionada linea de fundamentacién del conoci- miento han gravitado fuertemente conceptos como los de “necesario" y “contingente’, “a priori" y "a posteriori", 0 ‘Cle. WATKINS, John. “Ei enfoque popperione de! conocimiento cientitico". En RADNITZKY ot Progreso y racionalided an ta clonoto. 119 los de "analitico" y "sintético"; los cuales giran alrededor del problema de la posibilidad de contar con proposiciones incuestionables que sirvan de base para la empresa de fundamentacion y, consecuencialmente, de refutacién del escepticismo. Una virtud de las proposiciones fundamentales seria su ardeter a priori (se sabe que es verdedera, independiente- mente de la experiencia) y necesario (siempre verdadera); otra virtud seria la de su cardcter simético (ni trivial, ni tautolégica); incluso, segiin el empirismo légico, tendrian la caracterfstica adicional Je estar dotadas de simplicidad ldgica. Ast, por ejemplo, para Descartes el "Cogito ergo sum" era una proposie.6n que cumplia con las condiciones de ser a priori, necesaria y_sintétic mientras que para el empirismo légizo las proposiciones atémicas 0 las protocolares correspondian a una clase de proposiciones sintéticas y ldgicamente simples. Bn la empresa planteada por el racionalismo se traza como propésito basico el dar cuenta de la realidad en términos de una explicacién fundamentada de manera stricta en principios autoevidentes y en demostraciones derivadas de éstos, en la perspectiva de una comprensién sistemética ¢ integral de lo real. BI punto de partida cartesiano es una rte de certeza incontrovertible desde el cual se desprenderia de forma articulada y coherente el istema de verdades racionales. El proyecto leibniziano, de otto lado, apunta hacia Ia reduccién de lag verdades de hecho (contingentes) a verdades dle raz6n (analiticas). 120 El propésito comtin del campo racionalista es, en todo caso, 1a explicacidn universal y necesaria de la totalidad de o real, con miras a la eliminacién de la contingencia?, para ello se acucle primordialmente a los principios 16 de identidad y de razon suficiente, y a los conceptos de sustancia y causa. En tozno al principio de identida estructuran tanto la verdad demostrativa, como el conoci- miento de la sustancia (el cual consistirfa en establecer la necesidad de que sus atributos le pertenezcan esencialmen- te), en tanto se refiere ésta a la identidad entre el sujeto y sus predicados; asi, una proposicién seria verdadera siempre que la identidad pudiera demostrarse como necesaria, El principio de razén suficiente daria cuenta de la verdad fictica, de la existencia de la sustancia, sobre la base de que todo lo que es tiene una causa; la teoria de la causalidad serfa explicativa del por qué existen las sustan- cias y de las respectivas relaciones jerérquicas de depen- dencia ontoldgica En una perspectiva diverente se encuentra el empiris- mo, uno de cuyos mds destacados representantes es Hume, quien distingue entre verdades demostrativas o légicas, y verdades fiicticas, referidas a cuestiones de hecho y de existencia, Hume afirma como principio general que el punto de partida del conocer corresponde a Ins impresio- nes, de modo que la experiencia viene a ser fuente y garantia de la verdad. Con el propésito de definir los limites del conocimiento fumano, divide en varias clases las proposiciones que pueden concebirse. En primer lugar, ‘cfr. HOLGUIN, Magdalena. “Prosontacién”. En: A propésita de David Hume y su obra. Bogots: Norma, 1992. p. 9:21. Fr 4 11 habria proposiciones acerca de “relaciones de ideas", respecto de las cuales puede tenerse una certeza intuitiva ‘odemostrativa, En segundo lugar, proposiciones acerca de “cuestiones de hecho" cuya evidencia proviene de la observacién directa o la memoria. En tercer lugar, proposiciones acerca de "cuestiones de hecho", respecto de las cuales no podria disponerse de tal evidencia®. Para Hume es ésta tiltima clase de proposiciones la que resulta especialmente problemética, cuando se plantea en qué casos puede conocerse una cuestién de hecho que no ha sido observada directamente, En tomo a este punto observa que, respecto de la relacién causal, no hay argumento valido que asegure que por haber estado en conjuncién constante en el pasado, dos hechos se encuen- tren conectacos causalmente; seria sélo la costumbre lo que induce a creer que debido a que dos hechos han estado en conjuncién constante en muchas ocasiones, lo estardin en todas, sin que pueda justificarse la inferencia de conexin causal. Su conclusién es un tanto paradéjica. El escepticismo resultante de sus reflexiones sélo_ tiene sentido en el ambito filos6fico, pues en la vida cotidiana es imposible evitar creer cosas incompatibles con la postura escéptica, asi sea ésta mds correcta desde un punto de vista teérico. 2 Gt, MOORE, G.H. “La filesolia de Hume”. En: A propdsito de David Hume y su obra, tid. p. 23-46.

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