FORSPOKEN · FIRE EMBLEM ENGAGE · LIKE A DRAGON: ISHIN!

· PERSONA 3 & 4 · TERRANIGMA · AMY HENNIG

FEBRERO 2023 - # 085

 NÚM . 86 - FEBRERO 2023
FEBRERO - AÑO #7

FORSPOKEN · FIRE EMBLEM ENGAGE · LIKE A DRAGON: ISHIN! · PERSONA 3 & 4 · TERRANIGMA · AMY HENNIG

FEBRERO 2023 - # 085

FO RS P O K E N | D ESC U B R E E L M U N D O D E AT H I A

86
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DIRECTOR
JUAN PEDRO PRAT

EDITORIAL
JUAN TEJERINA
RAMIRO DÍEZ

COMMUNITY MANAGER
JOSÉ ÁLAMO

REDACCIÓN
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ALBERTO GUERRERO
ALEJANDRO REDONDO
CARLOS ÁLVAREZ
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JAVIER ESCRIBANO
JOSÉ ÁLAMO
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ILUSTRACIÓN
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DISEÑO Y MAQUETACIÓN
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REVISIÓN DE TEXTOS
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LOGÍSTICA Y SOPORTE
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I L U S T R A D O R : ÁLVARO JIMÉNEZ
PRIMERA EDICIÓN: FEBRERO 2023
ISSN : 2695-6659 Escucha GTM Restart, nuestro podcast
D E P Ó S I T O L E G A L : M - 4 2 4 3 6 -2 0 1 8
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IMPRESO EN MADRID
Una nota MADRID · 19 de enero de 2023

positiva
Lo primero que me he dicho hoy al levantar-
me, además de «Juan Pedro, date prisa en vestir-
te que hace un frío que pela», es que la primera car-
ta de 2023 de la revista iba a ser en un tono positivo,
porque bastante tenemos con nuestro día a día como
para que recibas tu GTM y solo encuentres más ago-
nía, y encima nada más empezar. No, de eso nada.
Hemos empezado un año que, en muchos aspec-
tos, resulta motivador. Trabajar en prensa de video-
juegos puede ser duro a veces, no obstante, también
es emocionante y divertido. Si no, echa un ojo a ese
calendario de lanzamientos: seguro que en los próxi-
mos meses hay algún título al que le quieres hincar
el diente (o varios). Para nosotros, esto se traduce en
planear qué portadas podríamos llegar a tener a lo
largo de 2023, y ya te puedo adelantar que hay unas
cuantas —en las que ya estamos trabajando, pero tú
no digas nada—.
No solo es eso, puesto que sabes que también lu-
chamos por ofrecerte un contenido de calidad en
"Tanto si acabas de cada número. Aunque todavía es enero (febrero para
llegar como si llevas cuando recibas este ejemplar), ya estamos movien-

con nosotros mucho do nuestros hilos para incorporar nuevas firmas a las
páginas de la revista, para cerrar las temáticas de los
tiempo, te prometo próximos especiales y también para intentar hablar
que no te vamos a con todo tipo de personalidades del sector. Creemos
que las entrevistas ofrecen un punto de vista muy
defraudar" valioso a las páginas de GTM, y no hay mes en el que
no llamemos a varias puertas para entablar una con-
versación y traerte un texto a la altura.
Como decía, 2023 se vislumbra como un año,
GAMES TRIBUNE MAGAZINE
aparte de lo que nos quiera tener preparado la reali-
Nº86
dad, con mucho potencial. Y estamos dispuestos a
sacarle todo el jugo. Dice Chuck Garabedian que hay
que «exprimir cada centavo», y no le falta razón. No-
sotros, en este caso, vamos a exprimir cada día, cada
semana y cada mes para traerte la máxima calidad
en cada rincón y fibra de esta revista.
¡Ah! Y que no se te olvide que nos gusta sorpren-
derte, por lo que no pienses que lo que ves es lo úni-
co que hay. En GTM estamos siempre ideando cosas
nuevas, desafiando al destino y arriesgando solo por
y para ti. Así que tanto si acabas de llegar como si lle-
vas con nosotros mucho tiempo, te prometo, desde
hoy, 19 de enero, que no te vamos a defraudar.
DIRECTOR
Juan Pedro Prat
¡Vamos a por este 2023!
 en portada
s mando l

CRÍTICA DESTACADA: LECTURA DESTACADA:

8 38
Fire Emblem A solas con: Luminous Productions:
ENGAGE «QUERÍAMOS DARLE UNA VUELTA DE TUERCA A
LOS JUEGOS DE MAGIA Y FANTASÍA»

14 Forspoken 48 Perfil ilustrado de Amy Hennig

■ EN PORTADA

20 One Piece Odyssey 52 El arte de Álvaro Jiménez

24 Persona 3 Portable 54 Dragones adelantados a su tiempo
28 Persona 4 Golden 62 Entre la culminación y la nostalgia: Fire Emblem
32 High on Life
36 Astronite
 nuevo nivel

la tribuna
retro

REPORTAJE DESTACADO: ARTÍCULO DESTACADO: OPINIÓN DESTACADA:

68 108 122
Los emisores del FAMICOM El ocaso de la
MIEDO DISK SYSTEM ANTIGUA GENERACIÓN

76 El psicoanálisis de la 114 TERRANIGMA 120 ¿Qué más dará

máscara (IV) cuánto tardes?
82 La estrella fugaz de 124 ¿Quién puso
Google influencers...
88 Efectos secundarios 126 El precio justo
94 Los dragones no lloran 128 El socio opina
102 Las Cavernas del
Destino

Te presentamos los contenidos de la revista, ¡gracias por hacerlos posible con tu apoyo!
EDITORIAL GAMES TRIBUNE MAGAZINE
Valientes
EDITORIAL
C
ada vez que una nueva polémica sobre la
prensa especializada nace en Twitter, un
sentimiento de impotencia se apo-
dera de mí. En mi interior se agolpan los
argumentos, las respuestas y los razo-
namientos que podrían llevar a un sano debate y al en-
tendimiento; pero todo se queda ahí, en la punta de mis
dedos, cuando me detengo a reflexionar sobre lo que
realmente interesa en un entorno tan hostil como lo son
las redes sociales. La polémica no entiende de explica-
ciones, solo quiere un carburante que inflame mucho
más un paraje devorado por las llamas de la controver-
sia. No interesa resolver, solo señalar. Queremos des-
truir, no entender.
Seguro que muy pocos sois ajenos a la reciente y aca-
lorada discusión sobre las condiciones laborales de un
medio que tardó menos en desaparecer que en erigirse
como empresa con todas las de la ley. Un relato triste que
pone de manifiesto, de nuevo, que en un campo de ba-
talla no hay lugar para el diálogo, sino para la gue-
rra. Un espacio en el que el error se penaliza con tan alto
precio que la única respuesta a haber cometido un fallo
es, prácticamente, desaparecer de la faz de internet. Es
salvaje, sí, pero es cierto.
Como no podía ser de otra forma, cuando saltó la lie-
bre, parte de la audiencia de Twitter no pudo evitar po-
ner su afilada prosa a trabajar. Primero vino un tuit de
denuncia, luego vinieron las críticas, los chistes y, final-
mente, un «consejos vendo, que para mí no tengo».
Un cóctel bien cargado que tumbaría hasta al hígado
más curtido. Con tantísimo alcohol en la receta, era nor-
mal que explotase. Y lo hizo. Poco tardó la polémica en
salpicar al resto de medios especializados en videojue-
gos, los cuales no tenían nada que ver con todo lo que es-
taba ocurriendo. Algunos lo llamarían daños colatera-
les, aunque lo cierto es que no tiene nada que ver.
4
FEBRERO 2023
A mí me llegó el tuit de un usuario que, como sue-
le acabar ocurriendo, mencionaba a todas esas cabeceras
que se le venían a la mente para incendiar más, si cabe,
un panorama ya infernal. En su mensaje pedía a los des-
tinatarios que contasen de forma pública cuánto paga-
ban a los miembros de su equipo, puesto que lo que
se estaba criticando era la precariedad del medio en-
vuelto en la polémica. Lo más gracioso de todo es que,
para la provocación, se sirvió de una expresión que dis-
ta muchísimo de adherirse a lo que estaba reclamando:
dijo «sed valientes». Un guante lanzado a varios por-
tales y publicaciones que tenía como objetivo hacer que
las furibundas críticas lanzadas por usuarios y profesio-
nales no se dirigiesen solo al protagonista de esta his-
toria.
Desde ese momento, empecé a reflexionar sobre la
palabra «valiente». ¿Qué es la valentía? ¿Es lanzarse al
foso sin saber si puedes enfrentarte a tu enemigo? No, a
eso se le llama «temeridad». ¿Es responder a las pro-
vocaciones de quien quiere tu desgracia? No, eso es
«estupidez». Entonces, ¿qué es la valentía? La valentía
es enfrentarse a un reto que supone un gran obstáculo
para ti. Puede sonar raro, mas el hecho de haber confor-
mado una sociedad empresarial es ser valiente, puesto
que supone superar las muchas barreras existentes (eco-
nómicas y burocráticas) necesarias para operar como
una empresa. Sí, es innegable que las cosas se podrían
haber hecho mucho mejor, algo que, como he indicado
un poco más arriba, se ha castigado con la pena máxima
dentro del régimen de Twitter.
La valentía no se mide en la capacidad para alar-
dear de remuneración. Dejando a un lado que ninguna
empresa tiene la obligación de hacer públicas sus cuen-
tas (ninguna empresa privada, claro está), el coraje no
reside en presumir de cuánto pagas, sino en esforzar-
se por retribuir cada vez mejor a tus trabajadores
y luchar por mejorar sus condiciones con cada año
Nº86

que pasa. Eso sumado a mantener la salud de un me-

dio sin que flaquee su calidad ni todas las obligaciones
que tiene tanto como cabecera como como empresa.
Los deberes son muchos y lo que es de valientes es asu-
mirlos con todas las consecuencias.
Esas consecuencias también ponen a prueba el
valor de las personas, pues errar también requiere de
una gran gallardía. Todos cometemos fallos, un he-
cho que hay que empezar a asumir como normal más
que como extraordinario. Si no fuésemos capaces de
reponernos, de modificarnos y de corregirnos no esta-
ríamos evolucionando. Entonces, ¿por qué se crucifi-
ca a quien yerra? Quien no lleva a cabo acciones jamás
podrá equivocarse, y eso sí que no es de valientes. Ver
los toros desde la barrera, señalando con el dedo es, me
vas a perdonar el uso de esta palabra, de cobardes.
Está claro que la situación del periodismo, y más
del periodismo especializado, tiene que mejorar. Es
algo que todos sabemos. Por eso, la mejor forma de
combatir la situación no es hacer de verdugos en 240
caracteres, porque el objetivo de este tipo de procla-
mas no suele ser querer mejorar las cosas. Los cambios,
los buenos cambios, no se producen de un día para
otro, sino que requieren de mucho tiempo. Los cam-
bios malos, por el contrario, se producen en un abrir y
cerrar de ojos.
El resultado de todo esto ha sido la desaparición
de un medio que, aunque debía mejorar, ilusionaba a
las personas que lo llevaban a cabo. ¿Estamos orgu-
llosos de lo sucedido? Yo no, en absoluto. No hablo de
las condiciones ofrecidas, hablo de las formas de
echar abajo un proyecto que tenía todo el dere-
cho a fallar, aprender y redimirse. Pues no ha teni-
do esa oportunidad, ya que hemos preferido sepultar «Un relato triste que pone de
y no atender a cualquier cosa que tuviesen que decir.
Una lástima.
manifiesto, de nuevo, que en un
No es la primera vez que ocurre algo así y en todas campo de batalla no hay lugar
las ocasiones anteriores en las que ha pasado algo si- para el diálogo, sino para la
milar solo se buscaba armar jaleo, agitar el avis-
pero y poner en el punto de mira proyectos que, aun-
guerra»
que con margen de mejora, se esfuerzan por continuar
GTM 85
día a día. Editorial
No puedo estar más triste, porque en el mun-
do actual la valentía es ser cruel y el error signi-
fica tu perdición. Está claro que hay todo un mundo
más allá de las redes sociales, pero mientras estas si-
gan sirviendo para borrar del mapa el trabajo de otra
persona sin miramiento alguno, es normal que se re-
curra a ellas como arma letal. ■
Imagen: Yeshi Kangrang / UNSPLASH

5
ESTOY SEGURO DE QUE
T O D O S A Q U Í E S TA M O S U N
POCO LOCOS

■ICHIBAN KASUGA
( YA K U Z A : L I K E A D R A G O N )
Fire Emblem
Engage

EXC LUSIVO
J UGADO E N: N INTEND O SWITCH

DE SA R RO LLA: IN TEL L IG EN T SYSYEMS

DIST R IB UYE: N IN TEN DO
PR EC IO : 5 9,99€
LA NZ A MIENTO: 2 0 DE EN ERO DE 2 02 3
T E XTOS : CAST EL L AN O
VO C E S: INGLÉS Y JAPO N ÉS
FIRE EMBLEM ENGAGE

A los mandos: Juan Pedro Prat

C uando quise darme cuenta, Nintendo había anunciado

Fire Emblem Engage, una nueva entrega de la saga de In-
telligent Systems, y 2022 estaba en su recta final. Lo prime-
ro llevó a lo segundo, y estas dos a una tercera revelación:
para cuando el juego llegase a Nintendo Switch, habrían pa-
sado casi cuatro años desde el lanzamiento de Three Hou-
ses. ¿Por qué te cuento esto? Porque, para bien o para mal,
la anterior entrega de esta licencia dejó tal cicatriz en mi
memoria que aún la tengo presente.
Fire Emblem Engage llega en un momento en el que la
desarrolladora japonesa ha establecido un nuevo nivel en
cuanto a calidad de sus juegos se refiere. El estudio propie-
dad de Nintendo no hace malos juegos, aunque sí se nota la
diferencia de ambición cuando has logrado lanzar un pro-
ducto que aspiraba a ser mucho más que un simple título
de rol táctico más. Puede parecer injusto llevar a cabo esta
comparación, no obstante, el estudio nipón ha de superar-
se, principalmente, a sí mismo.
Terminé el juego que me ocupa hace días, y desde en-
tonces he compartido algunas de mis impresiones sobre él.
Con todo, a lo largo de la aventura han sido muchos los pen-
samientos que han recorrido mi mente. A la conclusión a la
que he llegado es a que Fire Emblem Engage es un título de
contrastes y descompensaciones. El juego para Nintendo
Switch puede lucir orgulloso su Emblema de Fuego, pues-
to que a nivel jugable es sólido, desafiante y divertido, pero
en lo que respecta al resto de elementos que conforman su
propuesta no puede ir con la cabeza tan alta. Al tratarse de
un título de rol, su trama, su trasfondo, y sus personajes son
clave para que el jugador decida querer seguir jugando. El
motor de querer meterse de lleno en refriegas que pueden
durar muchos minutos no es otra si no querer ahondar más
en la trama que se abre ante nuestros ojos.
Soy muy de guiarme por sensaciones e intuiciones,
y hasta ahora no me ha ido mal. Al contrario de lo que me
ocurrió en 2019 con Fire Emblem: Three Houses, con Enga-
ge aún tengo la sensación de que este título no está a la altu-
ra de la anterior entrega. Eso sí, que esto no te lleve a equí-
voco: Fire Emblem Engage no es, ni mucho menos, un mal
juego.

9
A LOS MANDOS JUGANDO · JUAN PEDRO PR AT
IMÁGENES DEL JUEGO
Intelligent Systems ha
alcanzado unas cotas de calidad
tan altas en Fire Emblem tras
Three Houses que cualquier
trabajo posterior debería ser
inspeccionado con lupa por
parte de los jugadores. No en
vano la saga ha explotado a
nivel mundial y su público ya no
se limita solo a aquel dentro de
las fronteras niponas.
10
FEBRERO 2023
Un título con
poca ambición
S i uno se pone a reflexionar un poco en los contextos
de lanzamiento de Three Houses y Engage puede lle-
gar a entender muchas cosas. El de 2019 fue el título de-
but de la saga principal en Nintendo Switch, por lo que
podríamos decir que se puso toda la carne en el asador
para ofrecer al jugador una propuesta muy ambiciosa
(en muchos sentidos). En lo que respecta a Engage, con-
cluyo que el éxito de la anterior entrega ha hecho que la
tensión en Intelligent Systems se rebaje sustancialmen-
te. Las situaciones eran muy diferentes y es lógico que
esto influya a la hora de desarrollar un juego. Con todo,
y atendiendo siempre a mis pensamientos, claro, esto
no quita que no entienda por qué se ha decido tomar
Engage como un título menor con respecto al anterior.
Fire Emblem tiene la suerte y la desgracia de ser como
Pokémon: tiene un nombre reconocido en todo el mun-
do (también ya en Occidente) y su principal objetivo no
es mejorar lo que ofrece la competencia, sino mejorar lo
que ofrecen ellos mismos. En esta ocasión no ha sido así.
Nº86 FIRE EMBLEM ENGAGE
Pero vamos a meternos de lleno en la épica fantásti-
ca de Fire Emblem Engage. Antes señalé que esta entre-
ga no es un mal juego, y me reafirmo en ello. Cualquiera
con dos dedos de frente puede ver que el músculo ju-
gable de esta saga sigue en plena forma. Ponerse a los
mandos de este título es divertido y satisfactorio; las ba-
tallas siguen rigiéndose por unas buenas bases que no
se han oxidado gracias al extremo cuidado y pulido al
que Intelligent Systems somete a Fire Emblem. Esto sig-
nifica que tenemos un título de rol táctico por turnos
con mejoras a nivel mecánico (moverse por las cuadrí-
culas de forma más libre, similar a lo visto en Mario+Ra-
bbids: Sparks of Hope, o la inclusión de los Emblemas) y
estratégico (con diferentes fenómenos y eventos que in-
fluyen en la movilidad y características de los persona-
jes). Ser consciente del tipo de unidad que controlas y
qué tipo de arma porta es tan importante como contar
con diferentes roles en tu pequeño grupo de combatien-
tes. Yo he jugado en Modo Fácil, pero recuerda que en el
Modo Clásico las unidades que caen en batalla desapa-
recen para siempre de tu lista de luchadores.
Como todo buen título táctico, Fire Emblem Enga-
ge ofrece al jugador todas esas características en las
que a un buen estratega le gusta invertir su tiempo: ca-
tálogo de armas, mejoras de las mismas, así como una
11
vasta variedad de clases para especializar a los perso-
najes de acuerdo con el rol que quieras que desempe-
ñen en las batallas. En lo que respecta a las clases, he de
confesar que me sentí muy decepcionado con cómo se
han implementado en esta entrega. No solo por el he-
cho de que apenas hay Básicas y Avanzadas (dos nive-
les con muchos roles en cada uno de ellos), sino por su
planteamiento. Los personajes principales tienen clases
especiales, creadas de forma específica para ellos, por
lo que, aunque puedes decidir virar para que actúen de
otra forma, ¿por qué habría de hacer el jugador tal cosa
si su trasfondo pide eso? Y he de confesar que me ha
ocurrido lo mismo hasta con las unidades secundarias,
las cuales vienen con una clase base que, en ocasiones,
ya era de la categoría de Avanzadas. Por norma gene-
ral, para acceder a roles cuyas funciones son muy dispa-
res (ofensivos y de apoyo, por ejemplo), se necesitan me-
jorar una serie de habilidades que te piden volver a una
clase básica para después continuar escalando. Esto es
lógico, pero sí que me choca no darle al jugador, desde
el inicio, la posibilidad de elegir el camino a elegir sin ne-
cesidad de invertir una enorme cantidad de tiempo para
especializar a sus guerreros.
Por cierto, no te preocupes si eres de los que disfru-
ta invirtiendo tiempo en mejorar a todos los personajes,
A LOS MANDOS JUGANDO · JUAN PEDRO PR AT FEBRERO 2023

12
 Nº86 FIRE EMBLEM ENGAGE
pues la aventura está llena de escaramuzas, refriegas y
entrenamientos con los que obtener nivel, dinero y equi-
pamiento para afrontar las misiones más complicadas.
Dicho esto, Fire Emblem Engage goza de un aparta-
do visual y estético sobresaliente, uno de los puntos en
los que más ha reparado gran parte del público desde,
incluso, que se filtraron las primera imágenes de esta
entrega. La colaboración de Intelligent System con Mika
Pikazo —una ilustradora japonesa— ha dotado a los per-
sonajes de esta entrega de un aire muy fresco. La par-
ticipación de Pikazo en Engage tiene mucho sentido si
tenemos en cuenta que en el juego se reúnen los per-
sonajes más representativos y reconocidos de los Fire
Emblem anteriores. Y sí, cuando están todos juntos el
jugador puede notar que, por norma general, el prota-
gonista de esta saga suele compartir una serie de carac-
Fire Emblem Engage hace girar su trama en torno al concepto
de familia, concretamente de aquella que se crea más allá de los
lazos de sangre
terísticas comunes que pueden hacer que, a nivel visual,
se parezcan muchísimo. La ilustradora ha optado por di-
seños muy coloridos, tanto en el propio aspecto del per-
sonaje como en el diseño de sus vestimentas.
En lo que respecta al resto de decisiones artísti-
cas, Fire Emblem Engage también sale airoso. Al contra-
rio que Three Houses, esta entrega ha optado por intro-
ducir escenas cinemáticas elaboradas íntegramente de
forma digital. A pesar de mi mala relación con el CGI (so-
IMÁGENES DEL JUEGO
bre todo en una comparación directa con la animación
tradicional), he de reconocer que los interludios anima-
dos son de una calidad notable y suponen una ruptura
estética mucho menos pronunciada cuando se da el sal-
to del apartado interactivo al visual.
Entonces, con todos estos puntos a favor, ¿dónde
está el problema de Engage? Por desgracia, en aquellos
elementos que deberían hacer brillar un RPG: su historia
y sus personajes. No se trata de un mero gusto perso-
nal, sino de la exigencia que se le debe pedir a una saga
como Fire Emblem y a un género como es el RPG. La tra-
ma de esta nueva entrega es muy básica y está llena de
arquetipos que se repiten una y otra vez en guiones de
origen nipón. Dejando a un lado el hecho de que solo hay
una única ruta transitable —esto, como tal, no se pue-
de criticar de forma negativa—, el camino que nos que-
13
da debe estar muy bien elaborado, debe ser complejo.
En las más de cuarenta horas de juego de mi aventura no
he podido evitar estar ante una historia con potencial,
pero que dista mucho de ese drama sociopolítico que
fue Three Houses.
A esto se suma un desarrollo de personajes muy po-
bre, una consecuencia directa de haber introducido a
los Emblemas (los personajes de otras entregas) en el
juego. Aunque siempre hay diferentes categorías de
personaje, lo cierto es que en Fire Emblem siempre se ha
abogado por darle más profundidad a la mayor parte de
ellos. De nada sirve un diseño de figuras soberbio si su
trasfondo apenas se desarrolla. Existen las conversacio-
nes de lazo y hay opciones que te permiten entablar con-
versaciones con tus camaradas, pero en la trama prin-
cipal, donde deberían desarrollarse gran parte de sus
personalidades, esto apenas existe para la mayoría del
reparto coral de Engage.
Como decía antes, esto puede deberse a que el elen-
co de Fire Emblem Engage tiene que compartir escenas
con Marth, Ike, Roy, Lucina o Celica, algunos de los per-
sonajes míticos de la saga. Por momentos, la historia
recae demasiado en sus hombros —en ocasiones, hasta
la jugabilidad—, y el jugador demanda su aparición para
darle algo de sabor a lo que está ocurriendo. Incluso me
atrevería a decir que Marth es más protagonista del jue-
go que algunos de los personajes nuevos introducidos
para esta entrega. En este punto, es bueno plantearse si
el objetivo de la firma nipona ha sido contentar y satis-
facer a los fans de una saga que cumple, en este 2023,
33 años.
Fire Emblem Engage es un buen juego, que nadie se
lleve las manos a la cabeza. Funciona muy bien como tí-
tulo de rol táctico, su rendimiento es sobresaliente y su
apartado artístico es increíble. No obstante, como Fire
Emblem se queda corto y en Intelligent Systems debe-
rían haberse puesto, como punto de partida, haber
igualado, como poco, lo conseguido con Fire Emblem:
Three Houses, un título con el que consiguieron una con-
quista absoluta de Occidente. ■
Nº86 FORSPOKEN

Forspoken A los mandos: Alejandro Redondo

T engo sentimientos encontrados con las demos. Hace

un par de décadas, cuando internet no era el universo
de información e inmediatez que es hoy día, eran un buen
recurso para dar a conocer los títulos que estaban por lle-
gar y ayudar a los usuarios a afinar la puntería con su próxi-
ma compra. Pero en la actualidad, con tantos recursos exis-
tentes para saber de antemano si algo se ajusta a nuestros
gustos, publicar un fragmento descontextualizado de un
juego aún por terminar también conlleva riesgos que pue-
den afectar a la percepción general del producto. Es el claro
caso de un Forspoken que hace meses desilusionó con unos
escenarios vacíos y un rendimiento deficiente en PlaySta-
tion 5, marcado por constantes ralentizaciones en unos
combates tan dinámicos como difíciles de dominar. Y, aun-
que Square Enix lanzó una nueva versión mejorada a pocos
días del lanzamiento oficial, no dejo de pensar en cuánta
gente pudo haber perdido el interés ante esa primera expe-
riencia poco satisfactoria. Una verdadera lástima, porque,
si bien el resultado dista de ser perfecto, el conjunto ofrece
argumentos suficientes como para mantener nuestra aten-
ción de principio a fin.
Athia se presenta ante nosotros como un vasto mun-
do consumido por el Desgarro, un fenómeno de corrupción
que arrasó con miles de vidas y plagó las tierras de mons-
truos. Hasta allí llegará Frey tras un suceso inexplicable en
su Nueva York natal, donde las cosas tampoco le iban espe-
cialmente bien. Sin saber aún cómo volver a casa, y aprove-
chando su inmunidad a la enfermedad, decidirá ayudar a los
supervivientes refugiados en la ciudad de Cipal luchando
PC contra el origen de la plaga. Y todo ello lo hará con la com-
J UGADO E N: PLAYSTATION 5 pañía de Cepo, un brazalete mágico con gusto por la con-
versación y grandes habilidades de ataque a distancia y de-
fensa. Pero los primeros compases en Forspoken no serán
demasiado atractivos para el jugador, que tendrá que lidiar
con un planteamiento inicial algo lento y nuevas situacio-
D ESA R RO LLA: LUM INOU S PRO DU CTIO N S nes decepcionantes desde el punto de vista técnico: nada
D I ST R IBUYE: PLA ION luce como se prometió, y las diferentes localizaciones pare-
P R EC IO : 6 9,9 9€ cen carecer de alma. Solo comenzaremos a disfrutar de su
L A NZ A MIENTO: 24 D E EN ERO DE 2 02 3 propuesta una vez asumamos sus limitaciones. Entonces,
T E XTOS : CASTE LLA NO cada hora que pasemos a los mandos nos reafirmará en que
VOC E S: INGLÉ S estamos ante una experiencia más que notable.

15
 Saltos para N o recuerdo un videojuego con tantos contrastes
como Forspoken. Con tantos apartados positivos

escapar de la y, en cuestión de minutos, tan desconcertante en otros.

madriguera
El parkour y la lucha se erigen como
principales armas para combatir un
universo limitado.
Pero sí intuyo que el viaje de Frey Holland no gustará a
todos por igual, y que para muchos no cumplirá las ex-
pectativas que el famoso Project Athia generó a media-
dos de 2020. Por entonces, Square Enix y Luminous Pro-
ductions presentaban un universo rico en paisajes y
visualmente impactante, al alcance de pocos proyectos
en el mercado. Ya es costumbre que un tráiler mostrado
en una feria diste mucho del resultado gráfico final, pero
los primeros minutos a los mandos en la ciudad de Nue-
va York son de una calidad decepcionante, muy alejados
de lo que debe ser un título de la presente generación.
Faltan decorados, interacciones, fluidez… en definitiva,

16
 Nº86 FORSPOKEN
una atmósfera inmersiva y mayor estabilidad. Una tor-
peza que expone, demasiado pronto, uno de los princi-
pales puntos débiles de la aventura: la optimización ha
mejorado respecto a la demo, aunque sigue siendo muy
deficiente cuando aparecen varios personajes en panta-
lla. Y no nos salvará siquiera el modo rendimiento, que
sacrifica en exceso la definición y solo se mantiene en
valores constantes cuando salimos a mundo abierto.
Hasta que cualquier batalla rescata esas molestas ralen-
tizaciones.
Athia solo fomenta la
exploración de los puntos de
IMÁGENES DEL JUEGO
interés marcados en el mapa
La impresión general es que a Forspoken le ha fal-
tado tiempo de desarrollo. Además de las caídas pun-
tuales, que podrían solucionarse con actualizaciones
futuras, hay un buen número de elementos que se han
sacrificado para que todo funcione de forma aceptable.
La metrópolis estadounidense se caracteriza por una
falta de detalle impropia de una superproducción, pero
es que el comportamiento de sus habitantes es tan ro-
bótico como desacertado. Lo mismo ocurre con Cipal, la
ciudad refugio de Athia, carente de vida debido a unos
personajes no jugables impasibles, que pueden perma-
necer hasta la eternidad en su posición original sin ape-
nas mover el cuerpo. Casi se puede palpar la tensión del
equipo de desarrollo en la búsqueda de tan ansiada es-
tabilidad, como si estuviésemos ante un castillo de nai-
pes a punto de derrumbarse con cualquier movimiento
no planificado. Y estos contratiempos, incómodos e ina-
sumibles a estas alturas, se acrecientan cuando damos
prioridad a la calidad —modo 4K, a cambio de una me-
nor fluidez— o al trazado de rayos, donde el protagonis-
mo recae en la iluminación.
Tal vez por este motivo, la trama de Forspoken res-
palda un mundo de Athia carente de vida, sin mayor
compañía para Frey que la de Cepo y la de pequeños gru-
pos de enemigos que nos asaltarán ocasionalmente. Y
no es que el viaje resulte incompleto o poco atractivo
por este motivo, pero tardaremos en acostumbrarnos
a unas tierras tan desnudas. La corrupción no permite
17
animales correteando, humanos con los que interactuar
ni misiones secundarias que realizar en tan vasto uni-
verso, acentuando esa sensación de soledad que tanto
contrasta con otros títulos del género como Final Fan-
tasy XV o The Witcher 3, ambos mucho más antiguos. En
definitiva, no hay eventos que se activen a nuestro paso
para romper la monotonía y sorprender al jugador. Res-
pecto a los escenarios en sí, irán ganando en belleza y
espectacularidad conforme vayamos avanzando en la
historia, volviéndose más complejos para sacar todo el
partido a las nuevas habilidades de desplazamiento ob-
tenidas. Cada hora a los mandos jugará a favor de un tí-
tulo que tiene mucho que ofrecer, pero que tarda dema-
siado en llegar a su cénit.
La realidad es que Forspoken arriesga desde el prin-
cipio en un buen número de elementos que lo convier-
ten en una obra diferente, y algunos requieren tiem-
po para llegar a dominarlos. El parkour como medio de
transporte es el más llamativo, consiguiendo que Frey
alcance velocidades de vértigo a la vez que interactúa
con el entorno para dar grandes saltos o subir a montí-
culos. Es tan divertido como satisfactorio avanzar com-
binando técnicas, si bien antes nos tocará caer varias
veces hasta dar con la mejor fórmula para cada situa-
ción. Muchas de estas técnicas también serán impres-
cindibles para obtener ventaja luchando contra mons-
truos: esquivar, buscar la espalda o atacar desde el aire
son básicas en un sistema de combate dinámico y ori-
ginal. En este apartado, contaremos con la ayuda de
Cepo para realizar diferentes ataques a distancia y acti-
var habilidades mágicas, pudiendo desde robar puntos
de vida hasta protegernos con un escudo o activar tram-
pas. De nuevo, necesitaremos bastante práctica para
utilizar cada recurso en el momento oportuno y no frus-
trarnos en el frenetismo de la batalla, algo inevitable en
los primeros compases del viaje. Sin entrar en demasia-
dos detalles, la aventura nos deparará otras variantes
de lucha que llevarán la estrategia a un siguiente nivel,
lo que aportará una profundidad extraordinaria y hará
de este aspecto el más completo e interesante de todo el
juego. Nuevos elementos, debilidades a explotar en los
monstruos, combos ofensivos y habilidades para des-
bloquear recompensarán con creces toda esa paciencia
previa a los mandos. Y, en ese punto, será el turno de en-
frentarnos a los enemigos y jefes más temibles de todo
el territorio.
Aunque resulte difícil encontrar compañía en Athia,
sus tierras ofrecerán recursos suficientes como para en-
tretenernos de camino al objetivo principal. Muchos de
estos puntos de interés nos permitirán conseguir equi-
A LOS MANDOS JUGANDO · ALEJANDRO REDONDO
A pesar de sus dificultades, Forspoken acaba ofreciendo buenas
sensaciones en su jugabilidad
pamiento en forma de capas y colgantes, además de di-
seños de uñas para alterar estadísticas como la vida, la
defensa, la resistencia o el poder mágico. Algunos de es-
tos objetos estarán disponibles tras liberar poblados de
la corrupción, mientras que otros requerirán comple-
tar mazmorras con jefe final o retos con límite de tiem-
po. También existen, repartidos por toda la geografía,
un buen número de cofres donde encontrar materiales
para mejorar accesorios, así como torres o cuevas en
las que localizar fragmentos de conocimiento que per-
miten ahondar en la trama. A pesar de ser un RPG de ac-
ción, Forspoken simplifica mucho tanto sus estadísticas
de personaje como los elementos equipables, logrando
que el usuario se centre más en la experiencia jugable
que en la navegación por sus menús. Una decisión acer-
tada que solo contradiremos puntualmente para con-
18
FEBRERO 2023
IMÁGENES DEL JUEGO
sultar el mapa o seguir expandiendo el árbol de habili-
dades. Respecto a la magia, podremos activar ciertos
desafíos que nos ayudarán a fortalecerlas una vez cum-
plidos.
Si bien considero vital la estabilidad de un juego
cuando llega al mercado, sería injusto puntuar a Fors-
poken solo por su aspecto técnico. Hay demasiadas
muestras de calidad en una obra que ha sido planteada
con mucho mimo, comenzando por una historia atracti-
va y bien construida que se atreve a romper con algunos
clichés propios del género. Este hecho, junto a la proce-
dencia y diseño de la propia Frey, convierten al produc-
to en toda una declaración de intenciones de Square
Enix con el público occidental. Pero, por si hubiese al-
guna duda, las continuas conversaciones entre Cepo y
la protagonista, con un juego de voces espectacular en
Nº86 FORSPOKEN
inglés —su lengua original—, dejan claro que no esta-
mos ante el típico héroe característico de una saga ja-
ponesa. Transgresora, con dudas y miedos, habladora,
con una gran evolución… algunos diálogos son realmen-
te ingeniosos y divertidos; se construye una relación de
amor y odio entrañable que nos sacará más de una son-
risa. Todo este trabajo de audio, donde el español vuelve
a quedarse fuera entre las opciones de doblaje, tiene su
guinda en una banda sonora fantástica de corte épico y
gran orquestación.
En la era de las remasterizaciones y las secuelas de
sagas ya consolidadas, apostar por una nueva super-
producción es un riesgo que no todas las compañías es-
tán dispuestas a correr. Square Enix lo ha asumido con
un equipo de 150 personas en Luminous Productions y
un desarrollo que ha durado varios años, incluyendo un
19
par de retrasos de varios meses. Y, aunque Forspoken
tiene carencias importantes en su universo, muchas
motivadas por las ya mencionadas limitaciones técni-
cas, el resultado es el de un título adictivo y altamente
satisfactorio en muchas de sus facetas: historia, com-
bate, uso del parkour y un apartado sonoro espectacu-
lar ganan la partida a esas primeras impresiones flojas o
a cualquier expectativa inicial no cumplida. Con un 2023
marcado por los lanzamientos de Final Fantasy XVI y Fi-
nal Fantasy VII Rebirth, poder disfrutar de un tercer gran
producto por parte de los nipones es un pequeño regalo
que debería contar con nuestro respaldo. Ojalá futuras
actualizaciones puedan pulir ciertos aspectos para ele-
var esta obra a la altura que merece, y ojalá tengamos la
ocasión de volver a ver a Frey en un nuevo viaje en el que
haber aprendido de los errores. ■
A LOS MANDOS JUGANDO · JULIO PLAZA TORRES FEBRERO 2023

One Piece
Odyssey

PC
J UGADO E N: PL AYSTATION 4
PLAYSTAT ION 5
XB OX ONE
XB OX SE R IES S|X

DE SA R RO LLA: ILCA
DIST R IB UYE: BAN DAI N AMCO
PR EC IO : 5 9,99€
LA NZ A MIENTO: 10 DE EN ERO DE 2 02 3
T E XTOS : CAST EL L AN O
VO C E S: JA PO N ÉS
Nº86 ONE PIECE ODYSSEY

A los mandos: Julio Plaza Torres

M ás de veinticinco años son los que lleva Luffy nave-

gando con su banda, aunque narrativamente sean
muchos menos. Y en este tiempo ha vivido un sinfín de
aventuras que le han hecho fortalecerse, encontrar nuevos
amigos y permitir a los fans que le conozcan más a él y a sus
nakamas. Estos cinco lustros han dado para mucho en esta
historia de piratas creada por Eiichiro Oda en 1997. Man-
ga, anime, películas, una inminente serie de imagen real, se-
cuelas a modo de novelas y cómics y, por supuesto, video-
juegos, han sido partícipes de la historia de One Piece, ya
sea con argumentos más o menos interesantes que forman
parte del canon o no. Decenas de maneras de conectar con
los Sombrero de Paja, descubrir su mundo y las reglas por
las que se rigen, algo que, ciertamente, es muy importante.
One Piece Odyssey es otra aventura más en la trama,
una parada argumental en el viaje para ser el Rey de los Pi-
ratas que lleva a los protagonistas a Waford, una isla apa-
rentemente desierta que se ven obligados a explorar tras
un accidentado desembarco. Rápidamente, se ven envuel-
tos en el misterio que rodea a ese paraje paradisiaco, más
peligroso y menos solitario de lo que pensaban al principio,
y descubren el peculiar y mágico viaje que deben hacer a
través de sus recuerdos para poder salir de allí. Por ello, Lu-
ffy y su banda revivirán, con algunos cambios, aventuras
como las de Alabasta, Enies Lobby, Dressrosa o Marineford,
con todas las tragedias, reencuentros y peligros que conlle-
van.
Este JRPG con combates por turnos, que llega de la
mano de Bandai Namco e ILCA, estudio encargado de Poké-
mon Diamante Brillante y Perla Reluciente, cuenta con la
participación, por primera vez, del propio autor en la crea-
ción de la trama, personajes y monstruos. Y, como sucede
en muchas de estas historias, se desarrolla de forma pa-
ralela a la línea argumental principal. Aun así, el universo
de la obra de Eiichiro Oda es tan extenso y con tantos ma-
tices que puede resultar complicado experimentar un jue-
go de forma independiente al manga. Y eso le sucede a One
Piece Odyssey, que, aunque es uno de los títulos más ambi-
ciosos de la saga, es un videojuego más disfrutable para los
fans de la historia original, aunque haga esfuerzos narrati-
vos para introducir su trasfondo y atraer así a más público.

21
A LOS MANDOS JUGANDO · JULIO PLAZA TORRES
Navegando por los recuerdos para
conocerlos por primera vez
Las aventuras se aprovechan de la nostalgia para plasmar los arcos más populares,
pero también para lograr reencuentros emotivos con personajes que dejaron atrás o
que incluso fallecieron.
D esde el inicio, en One Piece Odyssey se aprecia el
buen hacer y el mimo que le han dedicado. No en
vano, Eiichiro Oda forma parte de él, algo que se puede
ver en los animales y monstruos que tanto le gusta di-
señar. Pero también en el cuidado apartado gráfico o
en las referencias a elementos y personajes canon de la
obra, aspectos que hacen que este título recuerde mu-
cho a las películas de One Piece en las que el autor ha
participado. De hecho, incluso dentro del argumento
hacen mención a lo sucedido en uno de estos filmes, por
lo que se confirma que el juego comparte universo con
ellos. Y si hay otra cosa que hace bien la trama es entrar
directa a la acción, pues solo pasarán unos minutos y el
juego ya te permitirá moverte por el mundo. Nada de in-
troducciones eternas, ya habrá tiempo para flashbacks.
Sin embargo, el dinamismo no es algo de lo que presu-
ma el juego, pues la exploración peca de lenta debido a
las numerosas escenas y eventos que hay en el mapa y
que hacen que, cada pocos pasos, el jugador deje de po-
der moverse.
Del mismo modo, las peleas transmiten un corte si-
milar en la acción. Aunque estamos más que acostum-
brados a los combates por turnos en otras franquicias,
One Piece viene de entregas como World Seeker (2019),
un mundo abierto donde Luffy se movía de forma flui-
da, colgándose entre los edificios cual Spider-Man y
derrotando enemigos por decenas; y Pirate Warriors
(2012-2020), un musou en el que los personajes se en-
frentaban a hordas de villanos en vertiginosas luchas.
Por ello, los poco dinámicos combates por turnos de
Odyssey dan la sensación de retroceso en la saga. Con
todo, se agradece que exista la opción de vivir estos
combates a más velocidad, como ya hacían los emula-
dores. Pero, analizando la mecánica de forma aislada,
las peleas no están mal desarrolladas, con desafíos, li-
bertad de elegir la posición de los protagonistas y quién
ataca primero, personajes de apoyo, estados alterados
y un triángulo de fortalezas y debilidades.
22
FEBRERO 2023
Sin embargo, todo esto no es algo que no haya vis-
to ya todo el mundo y, unido a su exploración, hace que
el juego desprenda cierto olor noventero o dosmilero.
La saga no abordaba el género JRPG con combates por
turnos desde One Piece: Romance Dawn, juego de 2012
para PSP que salió al año siguiente para Nintendo 3DS.
Y, desgraciadamente, esa es la sensación que esta en-
trega transmite: la de un juego que se ha quedado ancla-
do en hace más de una década.
En cuanto al argumento, en lugar de recrear la his-
toria desde el comienzo o inventar una completamente
nueva, One Piece Odyssey ha optado por crear una trama
original que revive sucesos del pasado gracias a deter-
minados elementos mágicos, haciendo así una mezcla
entre una aventura nueva con toques de nostalgia que
no se desprende del pasado, aunque le añade ciertos
cambios. De este modo, el juego sigue el camino de Unli-
mited Cruise (2008 y 2009) en el tema de los recuerdos,
pero, además, también hereda la utilización de las habi-
lidades de los personajes durante la exploración: usa-
rás a Chopper para pasar por espacios pequeños o ma-
nejarás a Usopp, Nami o Sanji para encontrar distintos
objetos ocultos. No obstante, esta libertad tiene tram-
pa, pues es más que probable que casi siempre sea el ca-
pitán al que utilices: su haki del conquistador es la habi-
lidad más útil y necesaria para avanzar; y el mapa tiene
muchos puntos de agarre a los que solo puede llegar él
con su brazo de goma.
En definitiva, One Piece Odyssey vuelve a repetir la
mezcla de eventos nuevos con recuerdos, estrategia
que en varias ocasiones han usado los juegos para ofre-
cer algo nuevo a los fans de la saga sin dejar de facili-
tarles el camino a los recién llegados. De este modo, po-
drían atraer a un público más amplio y no solo a los que
siguen el manga o el anime. Pero no lo terminan de con-
seguir y esta entrega tiene los ingredientes necesarios
para cautivar solo a los seguidores de One Piece, y qui-
zá no a todos. ■
 Nº86 ONE PIECE ODYSSEY
IMÁGENES DEL JUEGO

23
Nº86 PERSONA 3 P ORTABLE

Persona 3
A los mandos: Juan Tejerina
Portable
C omo jugadores, todos tenemos trayectorias diferentes.
En mi caso, descubrí Persona gracias a su cuarta entre-
ga. Más concretamente, gracias a Persona 4 Golden. Reco-
nozco que adentrarme por primera vez en el Mundo de las
Sombras y descubrir el misterio detrás del Midnight Chan-
nel supuso una de esas alegrías que pocos videojuegos te
dan. Con Persona 4 Golden descubrí una franquicia que te-
nía todos los ingredientes para llevar el género RPG un pasi-
to más allá. Años después, Persona 5 fue la confirmación de
aquello que ya intuí tras vivir mi aventura en Inaba.
Persona 4 Golden me sorprendió por su planteamien-
to, por su madurez y por sus capacidades a la hora de con-
tar una historia. Su guion supo atraparme desde el inicio y
el equipo de Atlus se demostró muy capaz de llevar la na-
rrativa hacia otros derroteros menos habituales dentro de
la familia que componen aquellos juegos con gran peso en
su trama, sistemas de niveles y combates por turnos. Aden-
trarse en Persona por vez primera implica sumergirse en un
mundo donde la realidad se da la mano con la ficción y el
arte se convierte en un vehículo que habla a través de sus
trazos. Persona es sinónimo de misterio, pero en sus entra-
ñas oculta mucho más. Como diría mi compañero Ramón
Méndez, Persona es un «viaje al interior de la psique huma-
na». Hoy, gracias a artículos como los que publican Mari-
na Caballero y Carlos Álvarez en estas páginas, es más fá-
cil acercarse a la enjundia que nutre y cimenta las bases del
que es, a día de hoy y por méritos propios, uno de los mayo-
res exponentes dentro de su género.
PC Porque en Persona no se esconde tan solo una gran his-
J UGADO E N: NINT E NDO SWITCH toria de misterio o los trazos de una crítica social necesaria
P LAYSTAT ION 4 e imprescindible cuando se habla del verdadero arte. Detrás
P LAYSTAT ION 5 de Persona hay una representación que frisa entre lo oníri-
XBOX ONE co y lo visual de la psicología humana. Retratar el interior de
XBOX SE R IES S|X la mente se me antoja, como creativo, un reto al alcance de
muy pocos. Y, sin embargo, en Atlus llevan mucho tiempo
haciéndolo. El regreso de Persona 3, en su edición Portable,
es una invitación a saltar en el tiempo. Es un regreso a un
momento incierto en el que la saga asentaba las propuestas
D ESA R RO LLA: ATLUS que muchos años después servirían como catapulta al éxi-
D I ST R IBUYE: C OSM OCOVER to. Te mentiría si te dijese que es un título redondo: no lo es.
P R EC IO : 1 9,9 9 € | D ISPO NIBLE EN GAME PASS Es un juego atrapado en su tiempo. Con todo lo que ello im-
L A NZ A MIENTO: 1 9 D E ENERO DE 2023 plica. Curioso, cuando menos, porque lo que propone el tí-
T E XTOS : CASTE LLANO tulo es precisamente eso: atraparnos en el tiempo. Encar-
VOC E S: INGLÉ S Y JAP O N ÉS celarnos, concretamente, en la hora oscura.

25
A LOS MANDOS JUGANDO · JUAN TEJERINA FEBRERO 2023

Atrapados en el tiempo.
Atrapados en la hora oscura
Persona 3 Portable es una experiencia que —para bien y para mal— ha quedado
atrapada en el tiempo. Víctima de los desaciertos de su época, es una gran manera de
descubrir las bases que han hecho de la saga Persona el referente que es hoy.

C onvertirme en estudiante del instituto Gekkoukan

ha sido una experiencia de lo más emocionante.
Tras la primera hora de juego, ya estaba convencido de
construir el momentum del juego. Sirve para darle vero-
similitud a un mundo real, cotidiano y, hasta cierto pun-
to, monótono. La escritura del juego pone de su parte,
que me encontraba ante un gran título. Los primeros retratando situaciones mundanas que todos hemos vi-
compases sirven como revulsivo para poner en mar- vido en nuestros días en la escuela. La excelente traduc-
cha el motor de nuestra imaginación, los engranajes de ción al castellano, importantísima novedad de esta edi-
nuestra propia psique. Imágenes alegóricas, construi- ción, juega un papel crucial en la inmersión del jugador
das para ofrecer muy distintas conclusiones, se suceden que se va a ver expuesto a muchas líneas de texto.
ante los ojos del jugador. En la quietud de una habitación No obstante, todo cambia llegados a cierto punto.
invadida por unos tímidos rayos de luz, una muchacha Descubres que, en realidad, el día no tiene veinticuatro
sentada sobre el suelo sostiene, entre sus manos tem- horas; tiene veinticinco. Y que en esa hora —la hora os-
blorosas, el cañón de una pistola que apunta a su fren- cura— el mundo se detiene por completo y los ciudada-
te. Ataúdes verdes pueblan las calles. La luna brilla con nos nos encerramos en ataúdes mientras las sombras
tintes ominosos. Más pronto que tarde, comienzas a reinan desde otro mundo. Solo unos pocos son capaces
preguntarte qué estás viendo en realidad. La respues- de mantener la consciencia durante esa hora. Y tú, por
ta nunca hablará del juego, sino de ti mismo. Porque de supuesto, eres uno de esos elegidos. A partir de ahí, se
eso va el asunto. De que el viaje, en realidad, es hacia el desarrolla una trama de misterio en la que, a través de
interior de nuestra propia mente. ¿Has oído hablar del un baile de máscaras, el juego nos invita a reflexionar de
test de Rorschach? temas como la vida y la muerte, que nada tienen que ver
Lo mejor de Persona es que hace de lo críptico algo con aquellos asuntos mundanos del patio de un colegio.
accesible. No basa su historia, ni por asomo, en las re- A una narrativa pareja con Persona 4 y 5 que va en
presentaciones alegóricas. Más bien al contrario, hace sintonía con el componente «social» que nos permite
de su narrativa algo al alcance de cualquiera. Introdu-
cirse en su propuesta es sencillo, porque no apuesta por
confundir al jugador, sino por guiarle a través de un viaje
muy bien medido que culmina en sensaciones muy posi-
tivas a nivel intelectual. En esta tercera entrega, el com-
ponente de novela visual está mucho más presente que
en las posteriores. En mi caso, como amante del género,
me encanta que —víctima de las limitaciones de su épo-
ca— el juego tenga que recurrir al texto para describir si-
tuaciones que, a día de hoy, se pueden plasmar con una
animación.
Sea como fuere, el planteamiento hace gala de to-
dos los iconos que hoy son seña de identidad de la saga.
La vida como estudiante transcurre con normalidad a
través de días que van quedando atrás en el calendario.
Esa introducción, intencionadamente lenta, sirve para

26
Nº86 PERSONA 3 P ORTABLE
IMÁGENES DEL JUEGO
profundizar en nuestras relaciones con otros persona-
jes, le lastran los límites propios de su época que no han
sido alterados en esta reedición. El juego tiene una única
mazmorra: el Tártaro, donde puedes acudir a subir piso
tras piso en una monótona sucesión de estancias capa-
ces de aburrir tras haber subido las primeras cincuen-
ta. El Tártaro es una sucesión de niveles aleatorios que
poco se diferencian los unos de los otros. El único objeti-
vo es seguir subiendo y adolece de una falta de variedad
peligrosa. Es algo que se solucionó con el Shadow World
de Persona 4 y que se perfeccionó con los Palacios de
Persona 5. Pero todo tiene un origen, y es probable que
sin el Tártaro no hubiésemos tenido nada de lo anterior.
Asimismo, la curva de dificultad se resiente mucho
de problemas muy habituales de la época. Subir pisos
es, literalmente, un paseo. Los combates se solucionan
sin demasiada dificultad y es perfectamente posible as-
cender sin mayor complicación. Por contra, en ciertas
plantas aparecen una suerte de «jefes» a los que ningu-
27
La curva de dificultad de este
juego se resiente muchísimo al
recaer en fórmulas jugables de
la época en la que se lanzó
na estrategia puede hacer frente. La única solución es
regresar y echarle tiempo subiendo niveles a través de
combates anodinos que aportan poca diversión, me-
nos experiencia y —para colmo— duran más de la cuen-
ta. Reconozco que activé la opción de «ganar más expe-
riencia» para diluir la sensación de tedio. Y ni con esas.
Otra de sus grandes desventajas está en lo tocante
a la versión que nos ha llegado. Lo propio hubiese sido
apostar por la edición FES, que proponía un mundo tri-
dimensional en lugar de un plano cenital estático en el
que vas «pinchando» sobre el personaje o elemento con
el que deseas interactuar. De esta forma, lo que nos lle-
ga es la versión Portable, con un mundo point and click
que le resta mucha vida al conjunto. Así no hay que me-
ter mano en ese mundo 3D. Y, con ello, nos llega una ver-
sión a la que le falta cierto elemento narrativo al final.
Persona 3 Portable es un memorable viaje hacia
los orígenes de Persona. Como amante del videojuego,
siempre resulta interesante y enriquecedor descubrir de
dónde vienen ciertos elementos de las sagas que tanto
nos gustan. Como amante de la buena narrativa, siem-
pre es reconfortante reafirmarse en la idea de que una
buena historia es inmune al paso del tiempo. Como ju-
gador, puede resultar difícil enfrentarse a mecánicas tan
desfasadas. Jugarlo, sí, pero sabiendo a qué nos vamos
a enfrentar. ■
Persona 4 Golden

NINT E NDO SWITCH

J UGADO E N: PL AYSTATION 5
WINDOWS
MAC OSX
XB OX SE R IES S|X

DE SA R RO LLA: ATLU S
DIST R IB UYE: CO SMO COVER
PR EC IO : 1 9,9 9€ | DISPO N IBL E EN GAME PASS
LA NZ A MIENTO: 19 DE EN ERO DE 202 3
T E XTOS : CASTEL L AN O
VO C E S: INGLÉS Y JAPO N ÉS
PERSONA 4 GOLDEN

A los mandos: José Álamo

P ersona 4 Golden es un juego que, en 2023, puede inducir

al engaño. Una afirmación extraña, si tenemos en cuen-
ta que el tema principal de este JRPG desarrollado por Atlus
es el concepto de la «Verdad». Ambientado en pleno 2011,
aquí los personajes usan móviles de tapa, las compras on-
line aún se realizan a través del teléfono e internet apenas
ha dado sus primeros pasos. Hoy en día, con la red de redes
impregnando nuestras vidas, el nacimiento de todo tipo de
canales de información y la famosa globalización, podría
parecer que un juego como este ya no tiene nada que con-
tarnos. Por suerte, mi regreso a las calles de Inaba me ha
demostrado todo lo contrario.
Por muy raro que te parezca, Persona 4 Golden conti-
núa tan vigente como el primer día que lo introduje en mi
consola hace más de once años. Su crítica a nuestra socie-
dad continúa siendo muy certera en la mayoría de sus situa-
ciones, y consigue hacer reflexionar en todo momento al ju-
gador. Desde la necesidad de contar con una visión crítica a
diario, pasando por nuestra excesiva dependencia de cier-
tos dispositivos multimedia —como la televisión o las redes
sociales en nuestro caso—, hasta llegar a temas más pro-
fundos de la psique como la importancia de conocer y acep-
tar nuestro verdadero yo. De una forma u otra, el título se
las ingenia para abarcar un sinfín de temas de corte muy
maduro.
Todo comienza con la llegada de nuestro protagonista
a Inaba. Un pequeño y, hasta ahora, tranquilo pueblo ubi-
cado en alguna parte de Japón. Todo parece normal hasta
que comienzan a producirse una serie de misteriosos ase-
sinatos que alteran el día a día de este remoto lugar. Dentro
de las aulas del instituto Yasogami, además, corre un extra-
ño rumor: algunos de los fallecidos aparecen, antes de su
muerte, en un misterioso canal de televisión que solo emi-
te en las noches de lluvia: El Canal de Medianoche. Bajo esta
premisa, se construye una historia llena de matices y con
tintes detectivescos —sin ir más lejos, sus principales ins-
piraciones vienen de las obras de Sir Arthur Conan Doyle o
Agatha Christie— que esconde muchos secretos. Porque,
después de todo, P4G es mucho más que su propio mensaje
y una excelente trama.

29
A LOS MANDOS JUGANDO · JOSÉ ÁLAMO
¿Recuerdas cómo
se sintoniza?
Persona 4 Golden parece un juego de otra
época y, según avanzas, te recuerda por
qué es uno de los clásicos atemporales de
nuestro medio.
S i no te quiero contar más sobre la historia de Perso-
na 4 Golden es por una razón muy simple: se disfru-
ta más sin conocer las distintas sorpresas que depara a
lo largo de sus más de setenta horas de duración. Ade-
más, más allá de su desarrollo principal, una gran par-
te de su encanto reside en su cotidianidad. En disfrutar
de la rutina que te propone el juego con sus distintas ac-
tividades: desde ir a clase a pasar el rato con tus amigos
o las distracciones de los diferentes clubes del instituto.
En este sentido, el papel de sus personajes, tanto princi-
pales como secundarios, es clave para dar forma al día
a día de este juego. La gran mayoría tiene un carisma y
un trasfondo pocas veces visto en nuestra industria, y es
casi imposible no confraternizar con ellos según pasan
30
FEBRERO 2023
las horas. Conocer las inquietudes y problemas de nues-
tro amigo Yosuke por ser el hijo de los gerentes de Junes
—un gran centro comercial recién instalado en Inaba— o
descubrir las inseguridades de Yukiko por ser la herede-
ra de la Posada Amagami son solo algunas de las cientos
de situaciones que me han calado en lo más hondo. Ya
no era una cuestión de fortalecer mis vínculos sociales
para obtener ventajas a la hora de combatir o explorar
mazmorras, en realidad quería conocer más sobre ellos
de forma genuina.
Es aquí donde he encontrado una pequeña piedra
en mi camino, porque, si te he contado cómo Persona
4 Golden continúa siendo un juego fascinante, también
debo ver su parte menos resplandeciente: las tramas de
Kanji y Naoto. Hoy en día, soy capaz de darme cuenta de
cómo ambas historias resultan muy torpes a la hora de
desarrollar los sentimientos de ambos personajes en
cuanto a su orientación sexual e identidad de género,
respectivamente. Hace unos años, lo elogié por su atre-
vimiento, pero, ahora, con la experiencia de los años,
me doy cuenta de que tal elogio no era acertado, ni aho-
ra ni en ese momento, por cómo termina desarrollando
a ambos protagonistas.
Como te he comentado al principio de este texto,
Persona 4 Golden es un juego con más de doce años a
sus espaldas y es normal que ciertos aspectos de su pro-

PRODUCTOR
K AT S U R A H A S H I N O
...
Comenzó su carrera en Atlus en
1994. Desde 2006 fue director del
P-Studio y en 2016 formó el Studio
Zero para trabajar en Project Re
Fantasy.
— ambientación de cada una de las distintas zonas juga-
“Las clásicas novelas de misterio
japonesas comienzan con el descu-
brimiento de un extraño cadáver
en el campo y, a partir de ahí, se
desarrolla una historia que refleja la
mitología japonesa”.
— por estos últimos puntos que te he comentado, no te
Como parte del P-Studio fue uno
de los principales responsables de
Catherine, lanzado originalmente
en 2011.
puesta hayan envejecido peor que otros. Los comba-
tes y, en concreto, la exploración son, sin duda, los más
perjudicados en este sentido. En el caso de los enfrenta-
mientos, siguen la estela de los principales JRPG de At-
lus: combates por turnos donde la gestión de las debili-
dades de los enemigos y el uso de nuestros recursos son
clave. Cada uno de nuestros protagonistas están aso-
ciados a un elemento, con excepción del personaje prin-
cipal que puede utilizar distintos Persona —los mons-
truos disponibles en el juego, para que me entiendas si
eres nuevo en la saga—. Es un combate que, bajo los es-
tándares de hoy en día y con las novedades introducidas
en títulos como Persona 5, resulta un poco pesado y con
cierta falta de ritmo.
Es en la exploración donde sí he pinchado hueso.
Ya cuando jugué a la versión Golden en PlayStation Vita,
allá por 2012, resultaba duró avanzar por las mazmorras
atravesando durante horas los mismos pasillos con dis-
tintas puertas y sombras en las esquinas —por suerte,
los combates no son aleatorios—. Salvo los cambios de
bles, no hay incentivos ni pequeñas mecánicas que va-
ríen la rutina de subir y subir pisos en estos tramos. Con
el paso de las horas —y son muchas—, la poca variedad
de situaciones acaban cansando. Aquí los años sí que no
perdonan.
Aunque te haya quedado cierto mal sabor de boca
confundas. En términos generales, Persona 4 Golden es
uno de los mejores RPG de la historia. Un título sublime
que cualquier jugador puede disfrutar incluso en la ac-
tualidad. Además, estas versiones —y la de PC mediante
un parche— llegan localizadas a un perfecto castellano
e incluyen otras pequeñas novedades, como una dificul-
tad personalizable con diversas opciones.
Gran parte de los elementos que convirtie-
ron a esta entrega en una obra maestra de su
época siguen vigentes hoy en día. Persona 4
Golden es y será uno de los mejores JRPG de
todos los tiempos y, tras volver a jugarlo, lo
tengo más claro todavía. ■
P4G es y será uno de los
mejores JRPG de todos
los tiempos
31
Nº86 HIGH ON LIFE

High
on Life A los mandos: Abelardo González

S i conoces Rick & Morty, la parodia desvergonzada de Re-

greso al futuro, debes probar High on Life. Como sucede
con las propuestas de South Park de Ubisoft, si eres un fan
acérrimo de la serie de animación, lo mejor es sentarte fren-
te al televisor para descubrir qué esconde la última locura
de Justin Roiland. En mi caso, como espectador de la misma
desde sus comienzos, esperaba encontrarme ese «toque
Rick & Morty» que vi en el anuncio del proyecto. Y, después
de completar su premisa en algo más de seis horas, aún es-
bozo una sonrisa si recuerdo la ristra de momentos dester-
nillantes que dan forma a un juego que brilla más por su hu-
mor que por su jugabilidad.
Sin embargo, al menos en este caso, la fórmula «diver-
sión > jugabilidad» es todo lo que se espera de High on Life.
Aunque cumple como una obra de acción y aventuras con
toques de search action, su principal valor está en los diá-
logos, los personajes y las situaciones tan alocadas como
absurdas que se presentan de manera constante en la pro-
puesta. Aquí, esperar una hora para cruzar una puerta o
ir al cine para ver una película de serie B junto a otros tres
alienígenas incapaces de callarse es una parte crucial de la
experiencia. Y, por ello, su valor como producto de entrete-
nimiento está por encima de su «alma de videojuego», aun-
que he de recalcar que también aprueba con nota en este
segundo aspecto.
Por eso, como ya me sucedió con Pentiment, me cuesta
ver a este High on Life en la misma situación que otra serie
PC de títulos y propuestas que sí encajan mejor en la etiqueta
J UGADO E N: XBOX SERIES S «videojuego». Mas, a diferencia de la particular obra de Ob-
XBOX SE R IES S|X sidian Entertainment, la de Squanch Games sí es capaz de
relacionarse con el medio gracias a una decisión de la que el
mismo título se mofa: optar por disparos, rompecabezas y
acción. Y estas tres vertientes, sumadas al humor del juego,
la cantidad de diálogos absurdos presentes en él y la sor-
D ESA R RO LLA: SQUA N CH GAMES presiva eficacia de un apartado gráfico y un diseño que re-
D I ST R IBUYE: SQUA NCH GAMES galan diversos planetas llenos de vegetación y personajes
P R EC IO : 4 7,99€ | DISPO N IBL E EN GAME PASS llamativos, convierten a High on Life en todo lo que espera-
L A NZ A MIENTO: 1 3 DE DICIEMBRE DE 2 02 2 ba de un título nacido de la mente de los creadores de Rick
T E XTOS : CASTE LLA NO & Morty. Por ello, para mí, esta experiencia fue la sorpresa
VOC E S: INGLÉ S más agradable de los últimos coletazos de 2022.

33
 FEBRERO 2023

Bienvenidos al
humor absurdo
High on Life destaca como un videojuego
divertido y capaz de entretener pese a
ser insustancial en todas las facetas más
ligadas al concepto «videojuego».

C omo dije, High on Life es «más videojuego» que Pen-

timent, pero no por ello considero que deba juzgarlo
bajo el mismo prisma que utilizo para propuestas «más
comunes». Cuando inicié mi particular periplo en esta
aventura intergaláctica, me topé con un tutorial al esti-
lo del DOOM de 1993: un personaje más preocupado por
esnifar cocaína que por su futuro y una invasión aliení-
gena que, además de poner en peligro la vida en la Tie-
rra tal y como la conocemos, trajo consigo a una pisto-
la parlante. Y, por si fuera poco, he de aclarar que ese
carrusel de emociones y situaciones tan rocamboles-
cas como cómicas tuvo lugar en los primeros quince mi-
nutos de juego, razón por la que me vino a la mente un
pensamiento que me acompañó durante el resto de mi
experiencia: «¿qué diantres es esto?». Bueno, puede
que utilizase un sinónimo de «excremento» en lugar de
«diantres», no me gustaría mentir.
Tras esta toma de contacto, las siguientes horas es-
tuvieron protagonizadas por una sucesión de locuras y
situaciones divertidísimas. Pude ver una película prota-
gonizada por Paul Walker y Denise Richards junto a un
extraterrestre con tres ojos, tuve que elegir si una bola
rosa era más atractiva que una bola azul para cruzar
una puerta y me maravillé con referencias a Chrono Tri-
gger, Final Fantasy VII y Resident Evil 2. Además, también
aprendí nuevas habilidades que me permitieron llegar a
lugares que antes no podía explorar, situación que me
regaló nuevos secretos que descubrir y varias recom-
pensas que recopilar. No obstante, no tardé en darme
cuenta del principal problema de High on Life, una aven-
tura que se sostiene más por sus momentos cómicos
que por aquello que ofrece en su jugabilidad.
En esencia, el título de Squanch Games es un juego
de disparos en primera persona, una perspectiva que

34
Nº86 HIGH ON LIFE
siempre favorece la inmersión en este tipo de experien-
cias. Por ello, más allá de las referencias que se escon-
den entre sus diálogos o de los distintos rompecabezas
que pueden resolverse en un abrir y cerrar de ojos, está
la única condición que deben cumplir de forma obligato-
ria las propuestas que pertenecen a este género: los dis-
paros y sus efectos deben ser tan fluidos como eficaces.
Y aunque High on Life logra que acabar con las múltiples
oleadas de enemigos presentes en pantalla sea algo sa-
tisfactorio, no consigue evitar que esto se vuelva repeti-
tivo a las pocas horas de partida.
Así, el apartado jugable de la obra pasa de necesario
a anecdótico, una situación cimentada en el poco valor
que tienen los enfrentamientos contra enemigos comu-
nes o jefes finales. De hecho, la variedad de adversarios
es tan escasa que, si elimino de la ecuación a los obje-
tivos principales del juego, puedo contar con los dedos
de una mano todos los enemigos a los que me enfren-
té. Esto es un aspecto negativo que me cuesta pasar por
alto. Y, pese a disfrutar con la variedad que ofrecen tan-
to las armas disponibles como sus habilidades, lo cierto
es que enfrentar los mismos adversarios una y otra vez
se tradujo en una sensación de hastío cada vez que te-
nía que terminar con una oleada de personajes hostiles.
Sin embargo, creo que esta era la intención del estu-
dio. A través de una serie de frases vertidas a lo largo del
juego, los personajes dejan claro lo cansinos que son al-
gunos títulos al repetir una y otra vez las fórmulas que
tanto le funcionan. Por ello, aunque no he encontrado
ninguna declaración al respecto ni me gustaría afirmar
algo que desconozco, la sensación que me dio mientras
jugaba a High on Life es que el propio estudio estaba más
preocupado por los diálogos, chistes y referencias que
por los rompecabezas, las plataformas y las secciones
de disparo.
Por esa decisión, o por esa ferviente creencia que
tengo a raíz de conocer gran parte de la obra de Justin
Roiland, juzgar al último proyecto de Squanch Games
como «videojuego» sería caer en un prisma equivocado.
Pese a ser un producto interactivo, High on Life se burla
de forma constante de varios tópicos presentes en la in-
dustria, una actitud con la que el equipo busca marcar
cierta distancia con algunos nombres importantes del
sector como Rockstar Games, Super Mario o Minecraft
—a los que nombra durante los compases del juego—.
Por ese mismo motivo, creo que el humor absurdo es la
base de todo lo que buscan construir.
Por desgracia, aunque High on Life busque conectar
con todos los jugadores que peinan canas y conocen las
costuras del medio, no es un título para todos los públi-
35
cos. Al basar su esencia es sus rocambolescos diálogos,
he de admitir que estos conectaron conmigo debido a
que soy un consumidor habitual de otros productos de
la compañía; con todo, un jugador que busque una obra
de acción con disparos, alienígenas y planetas que des-
cubrir, se topará con chistes pasados de tono, muchas
referencias sexuales y una serie de situaciones absurdas
que comienzan con alienígenas queriendo «fumarse» a
todos los humanos del planeta. Por ello, la propuesta de
Squanch Games entra en una categoría que, populari-
dad aparte, define a la perfección a quién está dirigido:
«café para cafeteros».
Por ese motivo, High on Life fue un juego que me
enamoró de principio a fin. Es cierto que, en lo juga-
ble, es una cáscara vacía que repite las mismas mecá-
nicas una y otra vez; sin embargo, el verdadero valor de
su virtud no está en qué te ofrecen sus disparos, secre-
tos o plataformas, está en lo divertido que es recorrer
un universo lleno de situaciones «marca de la casa» que
están destinadas a fascinar a los seguidores del traba-
jo de Justin Roiland. De esta forma, Squanch Games ha
desarrollado una experiencia capaz de destacar por su
valor propio, un factor en el que aúna el humor absur-
do, los chistes pasados de tono y las referencias cons-
tantes a la cultura pop. Mas como videojuego, por des-
gracia, es tan repetitivo e insustancial que apenas ofrece
Una etiqueta que define High
on Life a la perfección es «café
para cafeteros»
la opción de crear un debate interesante en torno a sus
mecánicas.
No obstante, he de reiterarme en mi idea inicial: si
eres fan de Rick & Morty, debes probar High on Life. Gra-
cias a él, pasé varias tardes protagonizadas por mu-
chas carcajadas y una sonrisa constante en el rostro. Y
eso es, en definitiva, lo que busca un videojuego que ha
hecho más ruido por lo absurdo y divertido que es que
por su valor como producto interactivo. Por ese motivo,
considero que Justin Roiland y el resto de Squanch Ga-
mes han cumplido con creces con su aventura espacial
protagonizada por pistolas que hablan. ■
Astronite

NINT ENDO SW ITCH

PC
PLAYSTAT IO N 4
PLAYSTAT IO N 5
XBOX ONE
J UGADO EN: XBOX SERIES X

DESA R RO LLA: DU ME GAMES ST U DIO

DIST R IBUYE: JA NDU SO F T
PR EC IO : 1 4 ,9 9€
LA NZ A MIE NTO: 30 DE N OVIEMBRE DE 2 02 2
T EXTOS : CASTE LL AN O
Nº86 ASTRONITE
A los mandos: Roberto Pineda
C ualquiera que me conozca sabe que si hay un géne-
ro de videojuegos que me fascina como ningún otro
—con permiso del survival horror—, es el search action.
Cuando llega la recta final de un año y nos sentamos a
enumerar nuestros títulos favoritos, en mi caso siem-
pre aparecen nombres como Hollow Knight, Axiom Ver-
ge, Astalon: Tears of the Earth, Ender Lilies: Quietus of the
Knights, Ghost Song… Hay tantos que es prácticamente
imposible seguir el ritmo y descubrirlos todos.
Por eso mismo, me gustaría compartir con voso-
tros la curiosa manera en la que he llegado a Astronite.
Hace un par de semanas lo descubrí a través de Twitter,
aunque en aquel momento no le hice demasiado caso.
El asunto es que, a pesar de que mi participación es más
bien escasa, de vez en cuando sigo echando un vistazo a
los principales foros de videojuegos de este país y, al lle-
gar a un subforo específico, me topé con uno de esos ha-
bituales hilos oficiales dedicados a un solo título, esos en
los que los usuarios intercambian impresiones y pregun-
tan sobre el mismo.
Sí, se trataba de un espacio dedicado a Astronite, en
el que, para mi sorpresa, resulta que el creador del mis-
mo es un usuario más del foro. Uno siempre se alegra
de ver a un compatriota lanzar un videojuego al merca-
do, pero si más allá de eso descubre que se trata de un
lanzamiento global, en varias plataformas e incluso con
versión física, pues más todavía, ¿no? Ahí queda la anéc-
dota, que tampoco es para tanto y no he venido a publi-
citar mi blog; mejor hablemos de una grata sorpresa en
forma de search action, de esos que ningún seguidor del
género debería perderse.
Aprovechando que tenía a mano a su creador, Do-
mènec Claret, le pregunté por el proyecto. Me comentó
que, en efecto, lo ha diseñado al completo sin ayuda de
nadie, más allá del apartado musical (del que se encar-
gó Zeewave Sound), y que su intención solo era llevar a
cabo su idea como aficionado. Por eso mismo, el hecho
de que una editora como JanduSoft se fijase en el juego
fue algo «clave» a la hora de que finalmente sea posible
encontrarlo en diversas plataformas, con múltiples idio-
mas disponibles y otros elementos que no habrían sido
posibles sin ella. Al fin y al cabo, hablamos de un proyec-
to modesto en el que el único recurso invertido es «el
tiempo», según me comentó Claret.
En las ocho horas aproximadas que he terminado
en completarlo, me he encontrado con un search action
exigente, de esos en los que es necesario medir cada sal-
37
to, esperar al momento idóneo para atacar y ser preciso
al realizar cada movimiento. Aprieta, pero no ahoga; es
una experiencia desafiante, con sabor añejo y en la que
es muy fácil morir, ya sea por los enemigos o a causa del
entorno. Sin entrar demasiado en detalles que podrían
arruinar más de una sorpresa a quienes decidáis darle
una oportunidad, la inspiración en títulos como Metroid,
Dark Souls, Castlevania: Symphony of the Night, Celeste y
Gato Roboto se hace patente conforme avanzas.
Del citado Gato Roboto viene, como salta a la vista, el
característico apartado gráfico de estilo 1 bit, ilustrado
al completo en blanco y negro. Minimalista, si lo queréis
llamar así. Personalmente, su aspecto me gusta mucho,
ya que le otorga personalidad y demuestra que si hay
una buena base en términos jugables, no es necesario
llevar a cabo un gran despliegue. Astronite muestra to-
das sus cartas en cuestión de minutos, en lo que es toda
una declaración de intenciones: hace todo lo que tiene
que hacer un search action, y lo hace realmente bien.
El astronauta al que controlamos no se llama Samus
Aran, pero aparece en un planeta inhóspito junto a su
nave estrellada. Echamos un vistazo a nuestro alrededor
y en cuestión de segundos nos topamos con algo que
sabíamos que iba a pasar: hay varias rutas que podemos
tomar, pero casi todas están bloqueadas por elementos
con los que por ahora no podemos interactuar. Ya vol-
veremos más adelante, ¿no? Por lo demás, encontramos
los ingredientes imprescindibles de la fórmula: explo-
ración, habilidades y mejoras, enemigos y jefes finales,
habitaciones ocultas tras muros falsos… Todo está ahí,
como no podía ser de otra forma.
Una de las cosas que me ha gustado de Astronite es
que se limita a hacer bien lo que sabe hacer. No se mete
en berenjenales de los que quizá nunca llegaría a salir. El
diseño de niveles es bueno, el contenido y la duración
están bien medidos y esa faceta desafiante de la que
presume es, en efecto, un auténtico reto.
En pleno 2023 no voy a descubrir a nadie el hecho
de que el desarrollo de videojuegos en España ha alcan-
zado un nivel que hace unos años ni podíamos imagi-
nar. Sin embargo, sí que me gustaría destacar algo que
no puede hacerme más feliz: la evolución continua del
search action, una propuesta en la que incluso una sola
persona es capaz de plasmar su amor por la fórmula en
un título que, más allá de los guiños que alberga, presen-
ta argumentos suficientes para considerarse una de las
sorpresas del año pasado. ■
 A SOLAS CON:

LUMI-
NOUS
PROD.
«Queríamos darle una vuelta de tuerca a los
juegos de magia y fantasía»

El segundo juego firmado por el estudio de Square Enix es

ambicioso y exótico: la historia de una joven que acaba en un
mundo que no conoce y que es tan bello como peligroso.

Escribe: Juan Pedro Prat

38
39
 Imagen:
Takeshi Aramaki /
PLAION

40
 Nº86
Athia, una tierra forjada
en la nueva generación
Luminous Productions presume de motor gráfico y de músculo técnico; el hardware
de nueva generación, sumado a las bondades que ofrece Luminous Engine han dado
como resultado un título que no ha mirado hacia atrás en su salida al mercado.
"Hubo partes de Final Fantasy XV que
nos habría gustado desarrollar mucho
más, como la narrativa"
L
levamos varios años
en los que la industria
del videojuego se está
cerrando, cada vez más,
al lanzamiento de propuestas
nuevas para el público. La ince-
sante necesidad de cumplir
con una serie de expectativas
económicas está haciendo que
se vaya a lo seguro: sagas de vi-
deojuegos que se alargan más
de la cuenta con un rendimien-
to económico que no siempre
está a la par de su calidad. Por
este motivo, ver la llegada de
un nombre desconocido para el
público debe ser motivo de ale-
gría para todos. Y sí, también
es normal que exista cierta in-
certidumbre si no tenemos una
experiencia previa que nos haga
sentir seguros a la hora de lan-
zarnos a la compra de un pro-
ducto de estas características.
LUMINOUS PRODUCTIONS
Forspoken abre el 2023 de
Square Enix como una verdade-
ra rareza. Y no lo digo solo por el
hecho de que estamos ante una
nueva IP que cae en manos de
un pequeño estudio dentro de
la gigante japonesa. El título de
Luminous Productions presenta
una serie de características que
hacen de él algo muy exótico:
combina elementos de Oriente
y Occidente para dar forma un
videojuego que está lejos de pa-
recerse a los RPG que firma la
compañía nipona, aunque tras
su desarrollo se encuentren los
padres de Final Fantasy XV.
He podido sentarme a hablar
con Takefumi Terada, Takes-
hi Aramaki y Raio Mitsuno
para comentar a fondo cómo
ha sido el desarrollo de un títu-
lo que tiene al público un poco
desconcertado. Terada y Arama-
41
ki han asumido el rol de director
en este proyecto, mientras que
Mitsuno lo ha hecho como di-
rector y productor creativo.
Aunque pueda parecer un
tema baladí, emprender el cami-
no de un proyecto nuevo den-
tro del sector del videojuego es
algo muy extraño, más ahora si
tenemos en cuenta que los pre-
supuestos están disparados y las
cuentas no salen. Los miembros
de Luminous Productions tie-
nen una trayectoria corta pero
intensa. Fueron los encargados
de firmar Final Fantasy XV, un
juego que les ha servido para
aprender mucho y apreciar las
diferencias que existen entre
trabajar en un título de una saga
legendaria y un proyecto com-
pletamente nuevo: «Tenemos
experiencia trabajando en el de-
sarrollo de Final Fantasy XV, en
el que tuvimos la oportunidad
de elaborar un mundo abierto, y
también de retarnos a nosotros
mismos para crear un montón de
cosas nuevas. Pero lo que ocurre
es que un juego de Final Fantasy
 FEBRERO 2023

es un juego de Final Fantasy, algo

que, obviamente, te limita mu-
cho a la hora de trabajar con
él. Queríamos intentar hacer
algo nuevo completamente
desde cero», comenta Takeshi
Aramaki. Con una losa tan pe-
sada como lo es la fantasía final
no sorprende que las directrices
estuviesen muy bien fijadas des-
de un principio y que el margen
creativo fuese escaso.
A pesar de ello, el equipo de
Luminous Productions (nombre
que adoptó a raíz del motor Lu-
minous Engine que usan todos
sus juegos) sabe que hay aspec-
tos de su anterior trabajo en el
que podrían mejorar, un pensa-
miento que han aplicado al de-
sarrollo de su nueva IP: «Hubo
algunas partes de Final Fantasy
XV que nos habría gustado desa-
rrollar mucho más. Por ejemplo,
encontramos que la narrati-
va era un aspecto en el que
podíamos mejorar, motivo
por el cual hemos trabajado
con guionistas occidentales
para Forspoken».
En Forspoken hay varios ele-
mentos clave que describen el
juego de cara a los jugadores. Si
yo tuviese que seleccionar una
serie de conceptos con los que
definir este título, usaría «ac-
ción», «magia», «exploración»,
«rol» y «mundo abierto». En la
selección que acabas de leer
hay una expresión que hace que
rechinen los dientes. ¿Sabes a
cuál me refiero? Correcto, a la
de «mundo abierto». Athia, el
hostil y bello entorno en el que
tiene lugar esta aventura enca-
ja, punto por punto, con lo que
a cualquier jugador se le pasaría
por la cabeza al escuchar esta co-
letilla. Con todo, en Forspoken no
podría ser de otra forma, ya que

Imagen: Takefumi Terada /PLAION

 Nº86
sus creadores tenían muy claro
que necesitaban un entorno
amplio para que la jugabi-
lidad que tenían en mente
pudiese desarrollar todo su
potencial. Takefumi Terada
me cuenta que se han fijado en
algunos de los mundos abiertos
más destacados de los últimos
años, con Marvel’s Spider-Man,
Ghost of Tsushima y GTA entre
algunos de ellos. El objetivo era
que el entorno encajase con las
habilidades de Frey, la protago-
nista de la historia: «Nos hemos
querido centrar, para nuestro
"La de Forspoken es una versión mo-
derna de la historia del «pez fuera del
agua». Obras como El mago de Oz y
Las crónicas de Narnia nos han servido
de inspiración"
mundo, en el parkour mágico;
hemos querido crear un mundo
que fuese el mejor lugar para
experimentar esta travesía. Y es
en lo que más esfuerzos hemos
puesto. Por ejemplo, hemos ba-
sado la densidad del contenido
y el tamaño del mapa en torno
a la velocidad que alcanza Frey
cuando usa el parkour mágico o
en torno a la altura que alcanza
al saltar. Hemos usado eso como
información básica de cara a
crear el mundo».
Si bien en Luminous Pro-
ductions querían desarrollar un
extenso patio de juegos para
Forspoken, antes de llegar a ma-
terializar esta decisión, los japo-
neses tuvieron que cerrar otros
flecos, más básicos, cuando co-
LUMINOUS PRODUCTIONS
menzaron el proyecto. Puntos
tan importantes como saber
qué va a ser Project Athia. En el
cuaderno del estudio de Square
Enix han estado siempre otras
dos de las palabras clave que
he propuesto antes: «magia» y
«fantasía», y Raio Mitsuno me
lo cuenta: «Para Athia, empe-
zamos pensando lo siguiente:
“Vale, somos buenos en el uso
de magia. También se nos da
bien contar historias de fanta-
sía. Vamos a empezar por ahí.
Pero vamos a crear un mundo
que nadie haya visto antes”. De
lo que se trataba era de darle
una perspectiva más fresca a
los juegos de fantasía». Para
conseguir su objetivo, cogieron
un arquetipo narrativo (esto es,
un relato conocido por todos)
y le dieron su toque: «Una de
las cosas que queríamos hacer
de verdad era darle una vuelta
de tuerca más moderna a lo
que sería “la historia del pez
fuera del agua”. Hemos puesto
un personaje de nuestro mundo
con el que podemos establecer
cierta conexión y la seguimos
a lo largo de su aventura en un
mundo sobre el que no tiene ni
idea de lo que está ocurriendo.
Esa es la historia que queríamos
contar. Luego todo se redujo a
poner en común grandes ideas
43
con los guionistas, tanto de aquí
como de los compañeros de Oc-
cidente, y ver cómo queríamos
dar forma a este mundo».
Antes de mi charla con los
creativos de Square Enix pude
jugar varias horas a Forspoken,
por lo que entiendo muy bien lo
que su director creativo me está
contando. De hecho, mientras
jugaba descubrí una curiosidad
que despertó mi inquietud de
periodista: el libro favorito de
Frey Holland es Alicia en el País
de las Maravillas. Si uno se para a
pensar, la historia de Alicia es la
de una chica del mundo real
que acaba en otro completa-
mente diferente y en el que
ocurre cosas que jamás cree-
ría que son verdad si alguien
se las contase. Por eso, cuan-
do llegó el momento, le lancé
la pregunta a los creadores
de Forspoken con el objetivo
de saber si estaba ante una
especie de reinterpretación
del clásico: «En realidad no es
una reinterpretación de Alicia
en el País de las Maravillas, pero
sí una historia de un pez fuera
del agua como las de El mago de
Oz o Las Crónicas de Narnia, que
están entre las inspiraciones
que hemos tenido para hacer
Forspoken», concluye Mitsuno.
No iba mal encaminado, todo
sea dicho.
La historia que toma for-
ma a partir de esa premisa es el
elemento más peculiar de Fors-
poken, puesto que se ha creado al
otro lado del planeta. Luminous
Productions ha contado con un
tridente de guionistas y creati-
vos con los que ha conformado
la espina dorsal de su juego. Me
refiero a Amy Hennig, Gary
Whitta y Todd Stashwick. La
madre de la saga Uncharted no
EN P ORTADA
necesita presentación. Por su
lado, Whitta ha trabajado, entre
otras cosas, en Rogue One: Una
historia de Star Wars y Stashwick,
además de ser actor, fue uno de
los encargados del guion de Pro-
ject Ragtag, el título de Star Wars
que estaba desarrollando Visce-
ral Games antes de desaparecer.
Los tres han colaborado para
construir un relato que se ale-
ja bastante de aquellos na-
cidos en el seno del país del
sol naciente. Y si te preguntas
ESCRIBE · JUAN PEDRO PR AT FEBRERO 2023
"Hemos creado el mundo de Forspoken
teniendo en cuenta el parkour mágico:
es el mejor lugar para experimentarlo"
cómo fue la sinergia entre am- IP, empezamos con un lienzo en
bas partes, te puedo adelantar blanco: solo sabíamos que que-
que extremadamente buena. La ríamos hacer un juego de fanta-
primera parada fue Gary Whi- sía y magia. Así que la primera
tta: «Cuando formamos Lumi- vez que nos acercamos a Gary
nous Productions y nos propu- Whitta, nos ayudó a formular el
simos llevar a cabo esta nueva concepto original. Además, nos
44
Nº86
dio un montón de ideas diferen-
tes; por ejemplo, la idea de las
Tantas surgió en esta sesión con
Gary. Nos dedicamos a hablar de
aquello que sería realmente mo-
lón y de que no teníamos lími-
tes en cuanto a lo que podíamos
hacer, y pusimos muchas ideas
en común», cuenta el director
creativo. Con algunas propues-
tas sobre la mesa y cierta identi-
dad para lo que después acabaría
siendo Forspoken, le tocó el turno
a Hennig, cuya labor más amplia
LUMINOUS PRODUCTIONS
dentro de la industria permitió
a los miembros de Luminous
Productions «unir todas las
piezas en lo que respecta a
empaquetarlo todo en un
mismo juego». Tras unificar
y pulir un poco los conceptos
principales, los japoneses esta-
ban listos para que la historia
se empezase a escribir, momen-
to en el que la batuta cayó en
manos de Stashwick, quien ha
sido el encargado de elaborarla.
A partir de este momento, guio-
45
nista y creativos estuvieron en
constante comunicación para
ir perfilando y ajustando cada
idea con el objetivo de alcanzar
esa historia que querían contar
desde un principio.
Si echamos la vista atrás,
Project Athia se anunció de for-
ma oficial en junio de 2020, es
decir, en plena desescalada
mundial de la pandemia por
coronavirus. El desarrollo de
este título empezó antes de que
irrumpiera el dichoso virus, por
EN P ORTADA
lo que los métodos de trabajo
cambiaron de forma radical. Si
esto en un estudio local ya supo-
ne una modificación importan-
te, imagínate si en tu proyecto
están involucrados profesiona-
les de otras partes del mundo.
A pesar de ello, los responsables
de Forspoken afirman que la co-
municación entre todos fue tan
buena que el proceso fue más
sencillo de lo que ellos espe-
raban: «Antes de la pandemia
tuve la suerte de poder estar,
en persona, con Amy y Gary en
numerosas sesiones para propo-
ner todo tipo de ideas. Una vez
nos golpeó la pandemia, como
es lógico, todo se desarrolló en
remoto, a través de Zoom, Skype
o incluso a través de mails que
iban y venían. A pesar de ello,
el ritmo de trabajo fue muy
bueno, porque a esas alturas
ya estábamos metidos en el de-
sarrollo de la historia y el juego
estaba en producción. Fue un
proceso sencillo en el que nos
comunicábamos sin pensar de-
masiado en las restricciones que
teníamos debido a, por ejemplo,
las diferentes zonas horarias o
las sesiones en remoto. Al final
no fue un proceso tan proble-
mático como esperábamos que
fuese; todo fluyó maravillosa-
mente».
Aunque he hecho hincapié
en el mundo donde se ambienta
la historia de Forspoken y en el
relato en sí, lo cierto es que falta
un elemento en el que profundi-
zar tan importante como todos
los comentados hasta ahora: el
personaje protagonista. Frey
Holland es una joven de Nueva
York que acaba, sin saber muy
bien cómo, en Athia, donde le
espera una ardua misión para
salvar el mundo de una extraña
plaga mágica. Frey es un perso-
ESCRIBE · JUAN PEDRO PR AT
naje, como todo en este título,
muy especial; su concepción
estuvo unida a la persona que
la iba a interpretar en el juego:
«Frey fue, obviamente, el pri-
mer personaje que creamos para
Forspoken. Cuando empezamos
a hablar sobre ella lo hicimos
de dentro hacia afuera: pen-
samos en cómo iba a ser su
personalidad, en cómo iba a
hablar o en cuáles iban a ser
sus gustos. Pensamos en todas
las características que iban a for-
mar parte de Frey. Entonces co-
menzamos el proceso de casting.
Y Ella Balinska cumplía todos
"Cuando nos propusimos llevar a cabo
esta nueva IP, empezamos con un lien-
zo en blanco: solo sabíamos que quería-
mos hacer un juego de fantasía
y magia"
los requisitos: tiene esa determi-
nación que queríamos para Frey,
también un sentido del humor
que encajaba perfectamente en
el personaje y ese lado vulnera-
ble que queríamos que Frey tu-
viese. Se trata de un personaje
complejo y Ella conectó inme-
diatamente con ella y supo al
momento qué es lo que estába-
mos intentando transmitir», na-
rra el director creativo del juego.
Tal fue la simbiosis que, en prin-
cipio, la actriz británica solo iba
a darle voz al personaje. Fue tras
ver la conexión entre ambas que
en Luminous Productions deci-
dieron modelar al personaje con
el aspecto de Balinska.
El hecho de que la actriz de
Resident Evil decidiese participar
en el proyecto de Square Enix
46
FEBRERO 2023
me llamó la atención desde el
momento en el que la reconocí
en los vídeos. Como la oportu-
nidad de acabar con mi curiosi-
dad estaba ante mis narices, la
aproveché para saber más: «Es-
taba emocionadisima, porque
le encantan los videojuegos,
aunque nunca ha estado en
uno. Esta ha sido su primera
oportunidad. Y no solo habla-
mos de la voz, sino también de
la interpretación real del perso-
naje protagonista, por lo que es-
taba entusiasmada y muy feliz.
Estamos muy felices de haberla
encontrado y de haber contado
con ella para el papel», concluye
Mitsuno.
Al terminar este número,
Forspoken no debería esconder
secreto alguno para ti, lector,
algo de lo que nos sentimos or-
gullosos, porque con toda la in-
formación en manos de uno es
como se puede decidir de forma
correcta. El título de Square
Enix, independientemente
de sus resultados finales, es
único en su especie. Su pro-
puesta, su naturaleza y su arro-
jo lo convierten en una rara avis
dentro de una industria que no
está optando por arriesgar. Solo
el tiempo nos dirá si los jugado-
res han premiado o no las deci-
siones tomadas. ■
Nº86 LUMINOUS PRODUCTIONS

Imagen:
Raio Mitsuno
/ PLAION

47
EN P ORTADA
No todos los caminos llevan a Roma: cuando una
estudiante de literatura inglesa y cine recibió una oferta
de Atari, el mundo de los videojuegos no sabía que estaba
a punto de cambiar por completo.
T R AY E C T O R I A
ElectroCop (1989)
Desert Strike: Return to the Gulf (1992)
Michael J.: Chaos in the Windy City (1994)
Blood Omen: Legacy of Kain (1996)
Legacy of Kain: Soul Reaver (1999)
Legacy of Kain: Soul Reaver 2 (2001)
Jak 3 (2004)
Uncharted: El tesoro de Drake (2007)
Uncharted 2: El reino de los ladrones (2009)
Uncharted 3: La traición de Drake (2011)
Uncharted: El abismo de oro (2011)
Battlefield Hardline (2015)
Forspoken (2023)
PERFIL · AMY HENNIG FEBRERO 2023
AMY
HENNIG
Escribe: Abelardo González · @ AbeGH58
Ilustra: Isa Fernández · @ Isaconlimon
L
a vida de Amy Hennig podría haber sido muy distin-
ta si no hubiese recibido una oferta de trabajo que
cambió su vida. Nacida en Estados Unidos en un ca-
luroso agosto de 1964, Hennig siempre mostró in-
terés por el arte y las formas de expresarlo. Por ello, quiso
centrar su formación en la literatura inglesa, una especiali-
dad que cursó en la Universidad de California de Berkeley.
Sin embargo, cuando decidió apostar por el cine para conti-
nuar su periplo estudiantil, nunca imaginó que una compa-
ñía que casi acaba con los videojuegos tal y como los cono-
cemos le iba a hacer una proposición que cambiaría su vida
para siempre.
Aunque Hennig quería trabajar en el mundo del cine y
se formó en «montaje, tomas y lenguaje cinematográfico»,
tres aspectos de los que habló en una entrevista con Los An-
geles Times en 2010, el destino tenía otros planes para ella.
En su ecuación particular, el séptimo arte quedó relegado
a un segundo plano cuando entró en escena Atari, una fir-
ma fundada a principios de los setenta que fue la gran res-
ponsable de la primera gran crisis del videojuego. En dicha
compañía, Hennig trabajó como artista en el port para Atari
7800 de Electrocop, un título que vio la luz en 1989. Y, des-
de entonces, la creativa tuvo claro que su camino se ha-
bía alejado del cine para centrarse en los videojuegos. Casi
cuatro décadas después, millones de jugadores agradecen
cada día aquella comprometida decisión.
48
 EN P ORTADA PERFIL · ABELARDO GONZÁLEZ FEBRERO 2023

E
se «lenguaje cinematográfico» al que Hennig
hizo referencia durante la entrevista es la base
fundamental de su recorrido en la industria. Sin
embargo, para analizar el impacto y el alcance
real de su formación en otras artes en un sector que es-
taba en pleno crecimiento hay que esperar a su oportu-

HENNIG
nidad con Legacy of Kain, una franquicia histórica a la
videojuegos
De profesión:

que estuvo ligada desde sus comienzos. Porque, antes

de adentrarse en ella, la creativa tuvo que hacerse un
nombre en la ya mentada Atari y en otra firma bastante
conocida del sector: Electronic Arts.
Después de su debut con el port de Electrocop, un
trabajo con el que llevaron el título de Atari Lynx a Ata-
ri 7800, Hennig se desligó de la firma norteamericana
para pasar a formar parte de las filas de EA. Aquí, dio un
paso hacia delante y comenzó a trabajar como animado-
ra y artista, un salto en su carrera que le llevó a formar
parte del desarrollo de Bard’s Tale IV y Desert Strike: Re-
turn to the Gulf. Por desgracia, el primero nunca vio la
luz y el segundo no triunfó como se esperaba, razón por
la que su gran oportunidad no llegó hasta el estreno de
Michael Jordan: Chaos in the Windy City, un título que lle-
gó al mercado en 1994 y le permitió realizar sus prime-
ros pinitos en el diseño de videojuegos.
No obstante, Hennig siempre ha destacado por te-
ner un espíritu innovador que le lleva a sumergirse en
distintos retos que la vida pone en su camino. Por ello,
fiel a esa línea de pensamiento que acompaña a este
tipo de mentes tan creativas, abandonó la comodidad
de Electronic Arts para dar el salto a Crystal Dynamics.
Aquí, la diseñadora tuvo la oportunidad de dirigir a un
equipo por primera vez, una faena que tuvo que llevar a
cabo cuando la seleccionaron como jefa de diseño en el
desarrollo de Blood Omen: Legacy of Kain, la primera en-
trega de la icónica franquicia.
En los años posteriores, los esfuerzos y el trabajo
de Hennig se centraron en dicha licencia —con una pe-
AMY

queña pausa para colaborar como artista en 3D Baseba-

ll, una propuesta deportiva de Crystal Dynamics—. Mas,
con el paso de los meses y la llegada de nuevos títulos
de la serie, la responsabilidad de la creativa dentro de la
misma no dejaba de crecer. Por ello, firmó como directo-
ra y guionista de Soul Reaver, Soul Reaver 2 y Defiance,
otras tres propuestas de Legacy of Kain. Y, a la postre,
estos fueron sus últimos trabajos bajo el seno de Crystal
Dynamics y la antigua Eidos Interactive (ahora Square
Enix Europe) antes de enrolarse en la aventura más apa-
sionante de su vida: Naughty Dog y la saga Uncharted.
Antes de entrar en materia y ahondar en el papel
de Hennig en la creación y construcción de la franquicia
protagonizada por Nathan Drake, es importante desta-
car su papel como directora de Jak 3, el cierre a la trilo-

50
Nº86 AMY HENNIG
gía que comenzó unos años atrás con Jak & Daxter: El
Legado de los Precursores. Tras esta experiencia, Hennig
se adentró, junto a los miembros de Naughty Dog, en el
desarrollo de Uncharted, una franquicia marcada por la
influencia de otras como Gears of War y Tomb Raider. De
hecho, en una serie de entrevistas para promocionar el
lanzamiento de El reino de los ladrones —la segunda en-
trega de la serie—, Hennig reconoció la importancia de
Lara Croft, pero dejó patente su intención de marcar
distancias entre ambas licencias.
«Todo tiene que ver con el ritmo». Con esa fra-
se, que deja patente que la creativa busca diferenciar
el transcurso de la trama en ambas propuestas, Hen-
nig vuelve a demostrar que las disciplinas cinematográ-
ficas tienen mucho peso en su trabajo. Tras señalar el
«ritmo» como la principal diferencia entre Tomb Raider
y Uncharted, la diseñadora relató que a la gente le en-
cantan los juegos de Lara Croft porque permiten «mo-
verse por un espacio misterioso» que, a su vez, da la po-
sibilidad de «desentrañar los misterios que hay dentro».
"El séptimo arte quedó relegado a un segundo
plano cuando entró en escena Atari, una firma que
causó la primera gran crisis del videojuego"
A esta declaración, publicada en 2009 por el portal G4,
hay que añadir una última reflexión que, para Hennig,
resume a la perfección cuál es la esencia que tanto ena-
mora de Uncharted: «Vas a toda velocidad como si estu-
vieras en una superproducción de verano».
Una vez más, la norteamericana no esconde la in-
fluencia que tiene su formación cinematográfica en los
distintos trabajos que ha elaborado en la industria. Mas,
pese a estar encantada con el recorrido de Uncharted,
tanto que incluso llegó a participar en las primeras eta-
pas del desarrollo de la cuarta entrega, Hennig se mar-
chó de Naughty Dog para unirse a Visceral Games, el di-
funto estudio de Electronic Arts que estuvo a punto de
permitirle llevar a cabo uno de sus mayores sueños: tra-
bajar en una propuesta ligada a Star Wars. Para su des-
gracia, el cese de la firma en 2017 se llevó por delante
esa posibilidad; sin embargo, el destino le tenía una sor-
presa preparada que, algunos tumbos mediante, le de-
volverían la oportunidad de desarrollar un título basado
en la licencia creada por George Lucas.
Tras el cierre de Visceral Games, una compañía que
le dio la oportunidad de trabajar como guionista en la
campaña de Battlefield: Hardline, un responsable de
51
Electronic Arts reconoció en una entrevista con Polygon
publicada en octubre de 2017 que la compañía se encon-
traba en conversaciones con Hennig para decidir «su
próximo movimiento». Además del varapalo que supu-
so el cierre del estudio, perder a una figura de tanto va-
lor como la creativa era una noticia negativa que podía
salpicar a la entidad. Finalmente, Hennig se marchó de
la compañía y, tras algunos años de rumores e hipótesis,
aterrizó para dirigir New Media, un estudio de videojue-
gos con ganas de crear experiencias cinematográficas.
Como si de una película a las que Hennig es tan afi-
cionada se tratase, la firma norteamericana creyó en
su figura para moldear sus primeros pasos en la indus-
tria del videojuego. Y Hennig, por su parte, respon-
dió a la confianza al asumir su nuevo papel como pre-
sidenta de la división de juegos, un papel que le llevará
a formar parte de dos producciones ligadas a Marvel
y Star Wars. Así, desde Skydance New Media, intenta-
rán dirigir «nuevas experiencias centradas en historias
con gráficos de última generación para brindar la fideli-
dad visual del cine», una declaración de intenciones que
puede leerse en la página oficial de la firma. Y, para ello,
¿quién mejor que una creativa que siempre confió en lle-
var «lo cinematográfico» a los videojuegos?
Así, los próximos pasos de Hennig en la industria
la ligarán a dos de las marcas más potentes del mundo.
Por un lado, Capitán América y Black Panther serán los
protagonistas de la historia que contará centrada en el
universo Marvel; y, por otro, la amplitud de la galaxia y
sus posibilidades servirán como el escenario de aquello
que desee transmitir a través de una marca tan poten-
te como Star Wars. Mientras tanto, en lo que llegan esos
días de «una galaxia muy muy lejana», la industria y los
jugadores pueden disfrutar de Forspoken, la aventura
más reciente de una creativa incansable tras casi cuatro
décadas de trabajo. Si quieres saber de qué va, te invito
a ir unas páginas atrás para conocer qué tiene que con-
tar Alejandro Redondo sobre su experiencia en el her-
moso y cruel mundo de Athia. ■
Arte de portada
FORSPOKEN
Ilustrado por Álvaro Jiménez (@alvarojh_art)

52
53
DRA
E N P O R T A D A

GO
NES
A D E L A N T A D O S

Like a dragon:
A S U T I E M P O

ishin!

por Ramón Méndez

54
S
e hace extraño echar la vista atrás y ver
cómo ha cambiado la percepción que tiene el
mercado de la saga Yakuza. La franquicia lle-
va con nosotros desde el año 2005, pero co-
rría el año 2017 y aún no conseguía arrancar
en Occidente tras varios intentos y un buen
puñado de juegos de gran calidad, pero que no llegaron a con-
quistar al público por diversos motivos. Ese mismo año, en el
número #21 de GTM, comentábamos por qué esta franquicia
merecía la pena y destacábamos algunas de sus grandes virtu-
des. Aquel año fue punto de inflexión y, en el lustro posterior,
la franquicia aumentó drásticamente su número de aficiona-
dos y acabó convirtiéndose en un nombre de referencia a ni-
vel internacional. Fueron muchos los motivos de este cambio:
el aumento de calidad de los juegos (que ya eran muy buenos,
pero en el Ryu Ga Gotoku Studio dieron con la tecla para subir
el nivel), la localización de los mismos a varios idiomas, la pér-
dida de la exclusividad (dejaron de lanzarse solo en consolas
PlayStation para llegar a PC y Xbox, con presencia semiper-
manente en Game Pass) y, sobre todo, un boca a boca extre-
madamente positivo. Vivimos, por tanto, en una época de oro
para una franquicia que, por fin, tiene el reconocimiento que
se merece y que ha conseguido, en cinco años, conquistar todo
ese terreno que tan esquivo le fue durante más de una década.
Y ese éxito abrumador desemboca en el momento actual, en
que vamos a vivir el lanzamiento de uno de esos spin-off de la
franquicia que parecía inviable que llegasen a ver nunca la luz
fuera de Japón: Like a Dragon: Ishin!

55
EN P ORTADA ESCRIBE · RAMÓN MÉNDEZ
La prueba del
éxito a nivel
mundial
Si las cifras no son suficiente para
explicar el éxito de la saga Like a
Dragon en Occidente, la llegada de
Ishin! a nuestro territorio debería
bastar para demostrar definitiva-
mente el alcance de esta licencia fuera
de tierras niponas.
"Ishin! pertenece a una
serie de spin-offs que son
incluso más «japoneses»
que la franquicia básica"
56
FEBRERO 2023
H
ay mucho que comentar al respecto de
este juego, empezando por el título que,
como habréis notado, ya no es el tradicio-
nal Yakuza. Esto responde al evidente ob-
jetivo de querer aunar marcas entre Oriente y Occiden-
te, ya que, en Japón, la franquicia fue siempre conocida
como Ryu Ga Gotoku (Like a Dragon). Tras nueve lanza-
mientos en Occidente con el título localizado de Yaku-
za, el que tenía que ser Yakuza 7 se lanzó con una fusión
de ambos títulos para ser Yakuza: Like a Dragon. Esta es-
trategia es bastante habitual y, de hecho, también la usó
Capcom recientemente con Resident Evil, franquicia co-
nocida en Japón como Biohazard; la séptima entrega
numerada tuvo como subtítulo el título del otro merca-
do. Así, en nuestra parte del planeta tuvimos Resident
Evil 7: Biohazard y en tierras asiáticas tuvieron Bioha-
zard 7: Resident Evil. Por tanto, no nos sorprendió ver
a SEGA seguir la misma ruta. Sobre todo cuando, para
sorpresa de todos, el nuevo capítulo que se lanzaría tras
Yakuza: Like a Dragon sería Ishin!, un título ambientado
en el Japón del siglo XIX. Aunque la yakuza se originó
durante la época del shogunato Tokugawa (entre 1603
y 1868), los grupos más relevantes se llamaban tekiya
(que se dedicaban al tráfico de objetos de baja calidad) y
bakuto (que eran los que se dedicaban a las apuestas) y
la yakuza moderna no se establecería hasta después de
la Segunda Guerra Mundial. Es decir, que, aunque exis-
tía la yakuza en la época en la que está am-
bientado el título, no sería históricamente
el término más correcto. Además, se trata
de un drama histórico de corte más políti-
co y no tanto centrado en los bajos fondos
del país, por lo que tampoco se amolda del
todo bien ese título. Por tanto, desde SEGA
han decidido aprovechar la coyuntura para
usar el título original de Like a Dragon:
Ishin! y, de paso, convertirlo en el título de
futuras entregas, como las ya anunciadas
Like a Dragon Gaiden y Like a Dragon 8.
En segunda instancia, es preciso destacar, una
vez más, lo inesperado que es que este capítulo llegue
a nuestras fronteras, ya que pertenece a una serie de
spin-offs centrados en momentos clave de la historia ja-
ponesa y que, por tanto, son incluso más «japoneses»
que la franquicia básica. El primero de dichos juegos
es Ryu Ga Gotoku Kenzan!, título que se lanzó en 2008
para PlayStation 3 y que estaba ambientado a princi-
pios del siglo XVII para contarnos la historia de Miyamo-
to Musashi, una de las figuras históricas más relevantes
de Japón. Sin embargo, al tratarse de un juego bastan-
te antiguo, desde el estudio han comentado que adap-
DR AGONES ADEL ANTADOS A SU TIEMP O

tarlo a consolas modernas sería bastante costoso, así

que, como son juegos independientes sin continuidad,
decidieron apostar directamente por Ryu Ga Gotoku
Ishin!, un juego de 2014 que se prestaba mucho más a
la revisión tanto a nivel técnico como de sistema de jue-
go. Del mismo modo, el gran motivo para apostar aho-
ra por este título bebe del éxito de Ghost of Tsushima, ya
que les demostró que había interés en Occidente por las
obras niponas de ambientación histórica.
Like a Dragon: Ishin! nos cuenta el relato de otra
gran figura histórica japonesa como es Sakamoto Ryo-
ma, un samurái del Bakumatsu que admiraba muchos
aspectos de la vida occidental y soñaba con un Japón in-
dependiente, sin feudalismo y sin sistema de castas, que
apostase por procesos democráticos para afrontar el
futuro del país. Era una figura que, según todos los do-
cumentos que hay sobre él, tampoco quería perder la
tradición japonesa y su propia forma de vestir combina-
ba ropa japonesa con calzado occidental, apostando por
un equilibrio entre tradición y evolución que permitiese
mejorar la vida de todos los habitantes del país. No obs-
tante, en los tiempos convulsos que desembocarían en
la famosa Restauración Meiji, Ryoma fue asesinado en
una posada. Se llegó a culpar de esto al Shinshengumi,
la fuerza policial especial del Bakufu, que estaba com-
puesta por samuráis fieles a Tokugawa. Con el tiem-
po, la fuerza especial del Mimawarigumi confesaría ha-
ber cometido dicho asesinato, aunque se desconoce
con certeza el nombre del asesino. Como se puede ver
ya solo en la historia real del personaje, esta época esta-
ba repleta de traiciones, tramas en las sombras y luchas
de intereses, por lo que es el contexto perfecto para am-
bientar un capítulo de esta longeva franquicia.
Sin embargo, la fidelidad histórica brilla por su au-
sencia, ya que el equipo de desarrollo se ha tomado
unas cuantas licencias creativas, siendo la más llamati-
va el hacer que Sakamoto Ryoma y el general del Shin-
sengumi Hajime Saito sean la misma persona, algo que
no puede estar más alejado de la realidad. No obstan-
te, era un giro interesante y necesario para mostrar a
los dos bandos desde dentro. En general, esta época y el
Shinsengumi son de las más romantizadas y represen-
tadas en diferentes medios de toda la historia de Japón,
por lo que no es raro que la gente reconozca los nom-
bres y muchas de las batallas en las que participaron.
Obviamente, para el público japonés (principal objetivo
del título, de ahí que tardase tanto en salir de sus fron-
teras) son nombres que estudian y con los que conviven
en su propia cultura, mientras que en Occidente, gra-
cias al manga y al anime, empiezan a ser también fácil-
mente reconocibles; no en vano, juegan papeles impor-

57
EN P ORTADA ESCRIBE · RAMÓN MÉNDEZ FEBRERO 2023

tantes en obras tan famosas y exitosas como Rurouni

Kenshin, Peace Maker o Gintama, entre muchos otros.
Pese a todo, es importante destacar que, como buena
obra histórica, va a haber muchos nombres, aconte-
cimientos y elementos históricos que nos pueden ser
mayormente desconocidos y, como siempre en estos
casos, se va a disfrutar más cuanto mejor se conoz-
ca la historia japonesa. Al menos, parece que los de-
sarrolladores lo han tenido en cuenta y van a intentar
ofrecer el máximo de contexto posible dentro del jue-
go para el público occidental que quiera saber más so-
bre el tema.
En esta adaptación libre de los acontecimientos
históricos, Sakamoto Ryoma regresa a su hogar en
Tosa en el año 1866, tras hacer un entrenamiento in-
tensivo con la espada; sin embargo, su vuelta a casa
dista de ser la ideal y acaba enzarzándose en un en-
frentamiento con los joshi, que eran los samuráis de
más alto rango de Japón en aquella época. Tamaña
afrenta es penada con la cárcel y la ejecución, pero
acaba siendo salvado por su figura paterna y por un
ministro que quiere poner fin al sistema de clases. A
cambio de la salvación, estos hombres cuentan con él
para un gran plan que ponga patas arriba el gobierno
y cambie el sistema social, pero todo sale mal y Ryo-
ma se ve obligado a huir. Un año después, vemos a
nuestro protagonista en Kioto, donde forma parte de
las filas del Shinsengumi bajo el nombre falso de Sai-
to Hajime, donde vivirá en una eterna dicotomía entre
sobrevivir sirviendo a su señor o seguir luchando por
la mejora de la sociedad japonesa. Eso sí, siempre dis-
puesto a hacer el bien y ayudar a todo el mundo.
No lo hemos co-
mentado todavía, pero
hay un elemento clave
y fundamental en la re- "Aunque existía la yakuza
creación histórica de
Like a Dragon: Ishin!, y
en la época en la que está
es que los aspectos de ambientado el título, no
los personajes no tie-
nen nada que ver con sería, históricamente, el
sus versiones reales,
sino que son los rostros término más correcto"
de los personajes habi-
tuales de la franquicia.
Es decir, Sakamoto Ryoma está «interpretado» por
Kazuma Kiryu, Goro Majima es Okita Soji, Taiga Sae-
jima es Nagakura Shinpachi, Shun Akiyama es Katsu-
ra Kogoro, Ryuji Goda es Saigo Kichinosuke e, inclu-
so, aparece la entrañable Haruka Sawamura como,

58
Nº86 DR AGONES ADEL ANTADOS A SU TIEMP O

59
EN P ORTADA

simplemente, Haruka, la hija adoptiva de Ryoma. Del

mismo modo, en esta revisión se ha aprovechado para
cambiar a varios personajes más para dotarlos del as-
pecto de rostros conocidos de entregas posteriores al tí-
tulo original. Además del aspecto visual, todos ellos se
plantean como una fusión entre las características bási-
cas de los personajes reales y los rasgos de personalidad
propios a los que ya nos hemos acostumbrado a lo largo
de tantas entregas de la franquicia. Es decir, por poner
un ejemplo, que por mucho que Okita Soji fuese el capi-
tán de la primera división del Shinsengumi y uno de los
mejores samuráis e instructores de la época, también si-
gue siendo el Goro Majima que conocemos, con sus lo-
curas inesperadas y su humor absurdo.
Like a Dragon: Ishin! es fiel, en todo momento, a
su propio legado y, como se lanzó originalmente entre
Yakuza 5 y Yakuza 0, se beneficia bastante, ya en su ver-
sión original, de que el Ryu Ga Gotoku Studio había per-
feccionado la fórmula y estaba la franquicia en su cénit.
Esto supone, para empezar, que el sistema de combate
es un punto intermedio entre ambos capítulos; es decir,
que bebe del ya de por sí robusto sistema de combate
de Yakuza 5 y le da un pasito más, asentando bases que
luego se potenciarían aún más en Yakuza 0. A nivel de
juego, gira en torno al habitual sistema de rol y acción
con control directo sobre el personaje, en vez del siste-
ma por turnos de Yakuza: Like a Dragon. Eso sí, la Kioto
del siglo XIX ofrecerá posibilidades muy diferentes a ni- regresan las historias secundarias que, una vez más, sir-
vel de objetos y entornos, así como a nivel de estilos de ven para ofrecer crítica social y animar a los jugadores
lucha. En esta ocasión serán cuatro: camorrista, el tradi- a tener pensamiento crítico; en esta ocasión, se aprove-
cional combate cuerpo a cuerpo que es el más parecido cha para hacer un reflejo de la época, con tramas como
al sistema de juego habitual; espadachín, un estilo pro- ayudar a escritores de la época, la soledad de la gente,
pio de samurái en el que se usa la katana; pistolero, en el afrontar la pérdida en tiempos convulsos, la lucha en-
el que, como el propio nombre indica, se prioriza el uso tre la tradición y la modernidad o, sobre todo, el racis-
de armas de fuego; y bailarín salvaje, que es un sistema mo imperante en la época y la lucha por abrir el país al
mixto que combina katana y pistola. Eso sí, pese al uso resto del mundo y conseguir el hermanamiento entre
de armas tan letales como estas, el juego sigue fiel a la pueblos. También cuenta con una trama centrada en
política de que no muere nadie, por duro que sea el gol- Haruka y las deudas que esta tiene debido a su enfer-
pe o la herida, salvo que el argumento así lo requiera. Tal medad, así como con una mazmorra de combate que re-
y como comentábamos antes, la ambientación también cuerda a un juego de rol de corte más tradicional, con
trae un cambio interesante a los combates, que es el he- exploración de diversas estancias, invocaciones y car-
cho de que, en vez de los estrechos callejones de las ciu- tas de habilidades. Más allá de las grandes alternati-
dades modernas, tendremos entornos más abiertos que vas, de corte más narrativo, Like a Dragon: Ishin! incluye
permitirán también la presencia de más enemigos y que también una serie de minijuegos de diversa índole: pes-
requerirán bastante estrategia contra enemigos arma- ca, apuestas (con póquer, koi-koi, cho-han, chinchiro…),
dos que puedan estar a distancia. mahjong, carreras de gallinas o preparación de fideos.
Como no podría ser de otra forma, más allá de la tra- Destaca especialmente la adaptación a la época de los
ma principal, el juego cuenta con infinidad de posibilida- inevitables minijuegos de karaoke y de baile, adaptados
des complementarias que dotan al universo que vemos a música y bailes tradicionales incluso a pesar de ofre-
en pantalla de una gran profundidad y que nos van a en- cer un sistema de juego bastante similar basado en pul-
tretener durante muchas horas. En primera instancia, sar el botón en el momento adecuado.

60

"El cambio de nom-
bre responde a querer
aunar marcas entre
Oriente y Occidente"
Ha transcurrido bastante tiempo desde el lanza-
miento original en 2014 y habrá que confirmar de pri-
mera mano si este remake logra actualizar el juego lo
suficiente para que sea relevante hoy en día, aunque lo
que se ha visto hasta ahora parece confirmar que el mo-
tor gráfico renovado ayudará bastante a poner el juego
al día a nivel de calidad visual; desde luego, la produc-
ción destila, por todos sus poros, el habitual mimo de las
producciones del Ryu Ga Gotoku Studio. El Ryu Ga Go-
toku Ishin! original fue un gran éxito en Japón, con casi
medio millón de copias vendidas en su primer mes a la
venta y una puntuación casi perfecta de 39/40 en la
prestigiosa revista Famitsu, así que las expectativas es-
tán por todo lo alto. Y, sobre todo, hay varias ventajas
en esta entrega con respecto a otras: para los no inicia-
dos en la franquicia, es de agradecer que se lancen este
tipo de títulos independientes que no les obliguen a ju-
gar una decena de títulos para entender plenamente la
trama y las motivaciones de los personajes; y también
es de agradecer el salto histórico para poder disfrutar
de nuevos entornos, situaciones y planteamientos, de
tal modo que todo cuanto veamos nos sorprenderá des-
de un primer momento (por mucho cariño que le tenga-
mos a Kamurocho, ya nos conocemos sus calles al dedi-
llo y tiene poca capacidad de sorpresa como mapa).
Por suerte, no nos han hecho esperar demasiado
desde el anuncio hasta el lanzamiento y ya el próximo 21
de febrero podremos volver a sumergirnos en este uni-
verso que no deja de crecer y que, salvo deshonrosas ex-
cepciones, nunca ha decepcionado y siempre nos deja
con un gran sabor de boca. Y, como ya nos hemos acos-
tumbrado en las últimas entregas de la franquicia, nos
llegará completamente traducido al castellano, para
que todo el mundo pueda disfrutar de él. La gran duda
que nos queda ahora es: ¿llegaremos a disfrutar de un
Like a Dragon Kenzan! Kiwami? ■
61
FIRE EMBLE
E N T R E L A C U L M I N A C I

E N P O R T A D A
 E
n tiempos de Nintendo 3DS, la saga Fire
Emblem estuvo al borde de la extinción.
Hasta entonces, esta serie de videojuegos
de rol, estrategia y fantasía medieval había
salido de Japón en varias ocasiones, pero
todavía no ostentaba la popularidad que
tiene a día de hoy en Occidente, y todo empezó con Awake-
ning.
En una sonada entrevista que le hicieron al equipo de
Fire Emblem: Awakening en 2013, Hitoshi Yamagami amena-
zaba con que ese podría haber sido el último título de la saga
si sus ventas no hubieran sido buenas. Si no hubieran logra-
do alcanzar las 250.000 copias vendidas del título, habrían
tenido que dejar de trabajar en la serie, y por ello querían dar
lo mejor de sí e incluir en aquel juego todo lo que siempre ha-
bían soñado. El resultado fue Awakening, ¡y vaya si funcionó!
Fire Emblem recibió una segunda juventud y, gracias a las
miles de copias vendidas de esta entrega, hemos podido dis-
frutar de varios títulos nuevos de la franquicia que han ido
perfeccionándose, añadiendo nuevas mecánicas y volvién-
dose más accesibles.
Pocos años después del lanzamiento de Awakening llegó
también a Nintendo 3DS Fire Emblem: Fates, que seguía con-
solidando la saga y que ofrecía más opciones que nunca, en-
caminándose hacia lo que sería después Fire Emblem: Three
Houses en Switch. Para empezar, el título no era un solo jue-
go, se había convertido en una suerte de Pokémon, con va-
rias versiones del mismo que salían al mercado a la vez. Pero
era mucho más ambicioso que un Pokémon, pues sus cam-
bios entre las diferentes ediciones sí eran sustanciales. Si-
tuándonos en medio de un enfrentamiento entre las casas
de Nohr y Hoshido, debíamos elegir bando. Si optábamos
por jugar Fire Emblem Fates: Estirpe, nos poníamos del lado
de Hoshido y nos topábamos con unos desafíos mucho me-
nores en comparación a Conquista, que nos hacía estar del
lado de la oscura familia de Nohr. Pero estas no fueron las
únicas entregas que salieron de Fates, también estaba Fire
Emblem Fates: Revelación, un tercer título únicamente digi-
tal al que recomendaban jugar después de haber probado
los anteriores, ya que contenía spoilers de las otras aventu-
ras además de mezclar a todos los personajes exclusivos de
ambos juegos.

EM ENGAGE
I Ó N Y L A N O S T A L G I A :

P O R M A R Í A B E S C Ó S
EN P ORTADA ESCRIBE · MARÍA BESCÓS FEBRERO 2023

Una mirada hacia el público

más fiel de la saga
A pesar de su actual popularidad alrededor del mundo, Fire Emblem ha sido,
históricamente, una saga con una mayor y mejor acogida dentro de las fronteras
niponas. Con las últimas entregas se apostó por ir hacia un público más mains-
tream, pero se ha regresado al origen con Engage.

C
omo es habitual en la saga, en Fire Emblem
se alternan secciones de combate estratégi-
co con otras de novela visual, pero en Fates
se introdujo también un castillo, que podías
explorar y personalizar con cierta libertad, para realizar
pequeñas actividades o estrechar vínculos con el res-
to de tu equipo, además de combatir en enfrentamien-
tos online. Las novedades del título no se quedaron ahí,
pues también fue la primera entrega que apostó real-
mente por ofrecer opciones de romance entre persona-
jes del mismo género –aunque, eso sí, estaban muy li-
mitadas—. Aprovechándose de las diferentes ediciones,
en un juego podías encontrar a un personaje femenino
con el que se podía lograr el máximo nivel de afinidad
independientemente de tu género, y en el otro se unía
a tus filas un personaje masculino con esas mismas ca-
racterísticas.
Con Fates se habían asentado, prácticamente, to-
das las bases que veríamos un tiempo después en Fire
Emblem: Three Houses, cuando la franquicia explotó de
nuevo en Nintendo Switch superando en ventas a todos
los títulos anteriores. Su premisa era demasiado buena
como para pasar desapercibida: ibas a jugar a un anime
que fusionaba Harry Potter con Juego de Tronos, era im-
posible decir que no a una cosa así. A eso había que su-
marle la posibilidad de elegir entre tres facciones, esta
vez en un mismo cartucho, sin tener la necesidad de
comprar tres versiones diferentes del juego. Y luego es-
taba internet.
Internet terminó el trabajo que no pudo abarcar el
propio marketing de Nintendo: la red de redes se llenó
de fanarts del juego, de gente que defendía a su caris-
mático alumnado y a quienes lideraban cada una de las
tres casas por encima de los personajes que tenían quie-
nes habían elegido otras rutas. El público compartía sus
experiencias vividas, comentaba sus opiniones sobre
los diferentes personajes, haciendo que muchas perso-
nas se animaran a comprar el juego para no perderse lo
que estaba sucediendo. Y, por una vez, hasta las perso-
nas que se encargaron de hacer el doblaje del juego es-
tuvieron muy involucradas en la conversación, con es-
pecial mención a Joe Zieja, la voz de Claude von Riegan,
que ayudó a fomentar los memes de la casa de los Cier-
vos Dorados.
Fire Emblem: Three Houses se abrió al mainstream
e incluyó muchos extras para que el combate solo fue-
ra una parte más de la experiencia, pero no lo principal.
El castillo ya no era solo un mapa cenital que podías vi-
sitar en un minuto, ahora los muros del Monasterio de
Garreg Mach se extendían en decenas de habitaciones

64
Nº86 ENTRE L A CULMINACIÓN Y L A NOSTALGIA
y localizaciones únicas en las que desempeñar diferen-
tes tareas: desde tomar el té con alguien de clase has-
ta hacer la comida para estrechar vínculos, participar
en minijuegos de pesca, ir a comprar o incluso dedicar
un tiempo a rezar. Para los romances también hubo una
mejora significativa, con un abanico mucho más amplio
de mujeres y hombres que podían alcanzar el grado S de
apoyo independientemente del género de tu protago-
nista. Además, al ser una nueva entrega de sobremesa,
Three Houses pudo incorporar una vez más los modelos
en 3D de sus personajes, tanto para la batalla como para
la exploración del monasterio, e incluyó doblajes en ab-
solutamente todas las conversaciones del juego que
acompañaban a la limitada expresividad de las anima-
ciones para añadirles otra capa de profundidad. En de-
finitiva, se consiguió hacer que la experiencia global del
título fuera muy completa, tanto a nivel técnico como
argumental, haciéndome recordar a día de hoy a sus
entrañables protagonistas como no ha logrado ningún
otro juego de la saga.
65
Aquel último Fire Emblem había sido tan queri-
do que tuvo una continuación, aunque tal vez fuera un
poco diferente a lo que esperaba el público, pues en lu-
gar de regresar con ella a la estrategia y de ser una se-
cuela directa, cambió su género al musou y nos propo-
nía una historia alternativa a la que ya habíamos vivido
en el juego anterior. Al estilo de lo que se hizo con Hyru-
le Warriors: La era del cataclismo, Fire Emblem Warriors:
Three Hopes se esforzaba por mantener la esencia de
Three Houses, con la recuperación de sus personajes,
sus menús, su apartado visual, su modo de juego cuan-
do no te estabas enfrentando contra hordas de enemi-
gos y una historia coherente, aunque no entrase dentro
del canon, mejorando mucho lo que habíamos visto en
el anterior musou de la serie, Fire Emblem: Warriors.
Pero ya había sed de un nuevo Fire Emblem princi-
pal; han pasado los años suficientes desde el lanzamien-
"Con Fates se asen-
taron las bases que
veríamos después en
Three Houses"
EN P ORTADA ESCRIBE · MARÍA BESCÓS FEBRERO 2023

to de Three Houses, y aunque Three

Hopes fuera bueno, no era un Fire Em-
blem. En junio de 2022, cerca del estre-
no del musou, empezaron a surgir las
primeras imágenes y los primeros ru-
mores sobre un futuro Fire Emblem,
que no sería un remake, sino una histo-
ria original, que iba a estar protagoniza-
da por alguien que habría nacido de un
dragón, con el pelo rojo y azul —a quien
posteriormente bautizarían cariñosa-
mente en redes como ‘Colgate’—. Los
rumores también nos adelantaban que su lanzamiento
estaría muy próximo, y que uno de sus elementos prin-
cipales sería su conexión con títulos del pasado, pues se
nos permitiría invocar a personajes de los juegos ante-
riores en una aproximación a lo que lleva haciendo Fire
Emblem: Heroes en móviles desde 2017. Finalmente Fire
Emblem: Engage se anunció oficialmente en el Nintendo
Direct de septiembre del año pasado y se confirmó que
el título saldría a la venta en enero de 2023. Apenas ten-
dríamos que esperar unos meses, pero todavía era pron-
to para hacerse a la idea de la magnitud real que tendría
el proyecto.
Con el paso de las semanas fue saliendo nueva in-
formación que esclarecía algunos de los puntos más
destacados de la nueva entrega de la serie. Los Emble-
mas, como adelantaban acertadamente los rumores,
jugarán un papel decisivo en Engage, ya que nos per-
mitirán invocar a héroes de otros mundos para que
nos ayuden en la batalla y con quienes también podre-
mos crear vínculos de apoyo. El título promete cumplir
las fantasías del fandom de Fire Emblem, al reunir en un
único juego a sus personajes favoritos de entregas pre-
vias, aunque al mismo tiempo se presenta menos ambi-
cioso que Three Houses y Fates, especialmente en el pla-
no narrativo, a pesar de su propuesta de juntar a tantas
leyendas de la franquicia junto a rostros nuevos en un
solo lugar. En Fire Emblem: Engage visitaremos el conti-
nente de Elyos, pero esta vez nos adentraremos en una
historia lineal, en la que no se nos permitirá elegir dife-

66
Nº86 ENTRE L A CULMINACIÓN Y L A NOSTALGIA
rentes rutas como en las dos entregas previas. En esta
ocasión también tendremos un lugar más distendido en
el que descansar entre las diferentes batallas llamado
Somniel, al que regresan actividades conocidas como la
pesca o las comidas con tu equipo, y al que se añaden
otras nuevas como una pequeña granja en la que nos es-
pera alguna sorpresa a través de Sommie, una criatura
que ha vivido allí durante siglos.
En lugar de aportar grandes cambios, da la sensa-
ción de que Fire Emblem: Engage está limitando sus op-
ciones, y de que el peso principal de su jugabilidad re-
caerá sobre los mencionados Emblemas, olvidándose
de las virtudes de su predecesor. A pesar de todo, ¿con-
seguirá este nuevo Fire Emblem atraer al público que se
inició en la saga gracias a Three Houses? Yo tengo cier-
67
tas dudas, pues en el juego base tendre-
mos únicamente como Emblemas a los
personajes principales de los anteriores
títulos de la serie, como Marth —que in-
cluso destaca más en la portada que su
protagonista, Alear—, Celica, Sigurd,
Lyn o Corrin, que solamente podrán ser
ampliados vía DLC de pago, añadiendo
así otros tan populares como Edelgard,
Dimitri o Claude de Three Houses si an-
tes hemos pasado por caja.
En su apuesta visual, al ofrecer de
nuevo un mundo que explorar fuera de las batallas y
siendo un título de Switch, Fire Emblem: Engage podría
hacer que la gente que se uniera a la saga en 2019 le siga
siendo fiel ahora, mientras que con los Emblemas y el
enfoque menos mainstream podría convencer a sus fans
más fieles para que regresen a él, si es que alguna vez lo
abandonaron, pero alejar a quienes no tengan tanta fa-
miliaridad con este universo. Habrá que ver cómo fun-
ciona en ventas, y comprobar si éste ha sido un experi-
mento transitorio dentro de la franquicia o si el estilo de
Fire Emblem: Heroes se convertirá en el nuevo camino a
seguir. ■
68
 LOS
EMISORES
DEL MIEDO

A veces, la mejor forma de crear

desconcierto es derribar las barreras de
la racionalidad sobre los estímulos que se
perciben. Lo que oyes puede no ser lo que
parece, pero es vital para sobrevivir.

Escribe: Iván García

@Pixelsonoro

69
NUEVO NIVEL ESCRIBE · IVÁN GARCÍ A FEBRERO 2023

El son de
tus temores
Con el lanzamiento del remake llevado a cabo por Motive Studios
volvemos a los mortales pasillos metálicos de Dead Space, cuyas
fauces ocultan una poderosa herramienta para infundir terror en
el jugador, capaz de manipular su consciencia sobre los estímulos
que percibe.

Escanea este código QR antes de empezar a leer. Deja

que la música te acompañe en este viaje y te ayude a
sentir la historia que se narra a continuación.

E
l horror que aguarda a bordo de la USG
Ishimura impresiona ya desde los prime-
ros instantes en que conducimos a Isaac
Clarke, un simple ingeniero de sistemas
asustado y frágil, a través del tenebroso laberinto
de acero. La siniestra ambientación del escenario,
esa primera impresión que recibimos visualmen-
te, es solo la antesala de lo que espera incipiente:
un mal visceral, indómito y desconocido. Una vez
superada la escena introductoria, con el transcur-
so de los minutos iremos reparando en que hay
algo que subyace a la pura ambientación visual,
algo inquietante que no se despega del jugador. Si
prestamos atención a lo que sucede fuera de
nuestro campo de visión, nos daremos cuen-
ta de que hay mucha información contenida
en el sonido ambiente: sonidos metálicos, pe-
queños rugidos, el tintineo de unas garras trepan-
do por un conducto de ventilación… Un acorde
sostenido en las cuerdas nos avisa de que hay una
amenaza que está próxima; sin embargo, no hay
nada a la vista. Entonces aparece el necromorfo: el
paisaje sonoro cambia por completo, sus desgarra-
dores rugidos parecen salir del interior de nuestra
cabeza y escuchamos el sonido de sus pasos como
si proviniesen de un lugar incierto, pero muy cer-
cano. El instante en que aparece ante nosotros se
acompaña musicalmente con un glissando atonal
en las cuerdas y de un cluster fulgurante de los me-
tales. Es un sonido alarmante, espantoso en cierto
sentido, cuya intensidad va en aumento a medida
que la criatura se aproxima. En este instante, el
novato jugador reaccionará ante tales estímulos
desenfundando su cortadora de plasma para aca-
bar con la bestia; hay que acertar a cercenar sus
extremidades y probablemente se encuentre ner-
vioso. Si falla demasiadas veces, el acercamiento
del necromorfo irá acompañado con más capas
de sonido y mayor volumen, creando un estado
de ansiedad en el jugador digno de una situación
de peligro real. Finalmente, el monstruo yace des-
membrado y derrotado, sus rugidos se apagan y,
con ellos, el acoso de la música. Volvemos sobre
nuestros pasos ante el temor de un nuevo ataque,

70
 Nº86 LOS EMISORES DEL MIEDO

"En Dead Space, la barrera

que habitualmente existe
entre los efectos de sonido
y la música tiende a difumi-
narse"

71
NUEVO NIVEL ESCRIBE · IVÁ N GA RCÍA
porque, aunque la batalla ha terminado, seguimos
escuchando las cuerdas subyaciendo, el golpeteo
de una puerta atascada, los gruñidos detrás de las
paredes y el ruido blanco de una fuente desconoci-
da. No hay descanso en la USG Ishimura.
El primer contacto con el terrible escenario
que planteó Visceral Games en Dead Space pue-
de resultar turbador, cuando menos, incluso para
los jugadores más experimentados. Los ecos de
las sensaciones que viví allá por el año 2008 en la
piel del siempre mudo Isaac Clarke resuenan to-
davía cuando vuelvo al género del survival horror.
Bernard Perron, profesor experto en cine y video-
juegos de la Universidad de Montreal, expresaba
que «jugar a videojuegos de terror es, en realidad,
una experiencia tan auditiva como visual, si es que
no es mucho más auditiva», una afirmación que
se ve particularmente materializada en propuestas
como Dead Space. Esto es porque, en este género, el
sonido y la música adquieren un sentido funcional
más allá de las connotaciones estéticas que qui-
72
FEBRERO 2023
"La posibilidad de modi-
ficar los puntos de capta-
ción auditiva es también
una poderosa herramien-
ta para generar incerti-
dumbre"
zá no se muestra en juegos de otras categorías y,
en efecto, el equipo de sonido de Dead Space supo
conferir una perspectiva innovadora a esta dimen-
sión.
En realidad, a pesar de que hemos catalogado
algunos sonidos como «espantosos» o «descon-
certantes», el paisaje sonoro de Dead Space dista
mucho de ser algo nuevo para el jugador. Tampoco
lo es, a nivel estético, la banda sonora compuesta
por el siempre magnífico Jason Graves. No es la
típica música que te pondrías para escuchar rela-
jadamente para disfrutar de su sonoridad, pero su
aproximación es adecuada para el contexto al que
se adhiere. Y es que un elemento fundamental
de la atmósfera inmersiva del juego radica
en que el usuario, presumiblemente, será ca-
paz de reconocer e interpretar el significado
de los códigos sonoros que van apareciendo
Nº86 LOS EMISORES DE MIEDO
durante el gameplay y también durante las cine-
máticas —aunque en este último caso la música
pierda parte de su funcionalidad—. En Dead Spa-
ce, el lenguaje que plantea la banda sonora, en su
mayor parte, se basa en técnicas de composición
propias del modernismo musical de segunda mi-
tad del siglo XX y, en concreto, en la estocástica de
Krzysztof Penderecki, quien en su primera etapa
de madurez compositiva comenzó a experimentar
con las masas sonoras, las técnicas extendidas de
interpretación para instrumentos de cuerda —es
decir, formas poco convencionales de tocar— y
con la contraposición de instrucciones específicas
con notaciones indeterminadas en la partitura. El
resultado puede comprobarse escuchando la pie-
za «Threnody to the Victims of Hiroshima» (1961),
una obra impactante y que, directa o indirecta-
mente, ha influido en el planteamiento de Jason
Graves para la música de Dead Space. Su sonoridad
es extraña: no hay un ritmo claro, ni melodía y
ni siquiera una estructura o una armonía paten-
73
tes, pero nos es familiar. Esto es porque el estilo
compositivo de Penderecki penetró fuertemente y
definió la estética del cine de terror a partir de la
inclusión de «Polymorphya» (1961) en El Exorcista
(1973) y, especialmente, de varias de sus piezas en
El Respandor (1980), película que, en la actualidad,
se considera piedra angular para la fijación de la
estética del género.
El jugador en Dead Space es capaz de com-
prender sus códigos musicales porque ha sido
previamente sometido a un proceso de «alfa-
betización ludomusical», en términos de Isabe-
lla Van Elferen, a través de su contacto con esta
estética del cine de terror, lo cual facilita que sea
capaz de prevenir el peligro y reaccionar frente a él
en el terreno lúdico, aunque por su efecto también
se vea sumido en una situación de tensión. En eso
consiste la función inmersiva del sonido. Por otro
lado, la banda sonora de Graves para Dead Space
no solo se limita al empleo de técnicas vanguar-
distas para representar el horror que esconden los
 FEBRERO 2023

pasillos de la USG Ishimura. Estas son útiles du-

rante el gameplay y a modo de significantes de la
ferocidad sobrenatural que trae consigo La Efigie,
pero lo cierto es que, aunque poco, también existe
un reverso humano en toda esta historia que se
personifica en Isaac y, de forma más específica, en
su esposa Nicole. Esta dualidad se aprecia durante
las cinemáticas y en otras zonas aisladas del juego,
en las que la composición pasa a mostrar un estilo
neo-romántico, una aproximación que bebe de la
estética convencional hollywoodiense y del cine
de ciencia ficción. El planteamiento aquí es similar
al tomado por Jerry Goldsmith para la confección
de la partitura de Alien: El octavo pasajero (1979), pe-

"El jugador es capaz de

comprender sus códigos
musicales porque ha pa-
sado, previamente, por un
proceso de «alfabetización
ludomusical»"
lícula con la que Dead Space encuentra múltiples
puntos en común en el ámbito narrativo. Se trata,
como indica Mark Sweeney, de una contraposi-
ción de «mundos sonoros» con una alta tras-
cendencia emocional. Lógicamente, la parte
modernista de este dualismo es la más relevante
por sus implicaciones durante el gameplay y tam-
bién porque es el enfoque musical que representa
la «otredad» de la que habla Sweeney, esto es: lo
horripilante, lo inhumano.
Volviendo al tema de la funcionalidad del so-
nido en este género, debe tenerse en cuenta que el
campo visual del jugador es siempre mucho
más reducido que el campo auditivo. En este
sentido, la percepción de estímulos en los 360 gra-
dos que facilita el oído es crucial para identificar
la amenaza y, lo que es más importante, localizarla
espacialmente. Según Van Elferen, a través de la
combinación de técnicas modernas como el audio
¡Escanea este código QR adaptativo y el sonido 3D es mucho más fácil para
para escuchar la banda el jugador emplazar los elementos del campo au-
sonora original de Jason ral, un factor vital para sobrevivir en juegos como
Graves!
Dead Space. Sin embargo, como indica Bernard Pe-
rron, la posibilidad de modificar los puntos

74
Nº86 LOS EMISORES DEL MIEDO
de captación auditiva del jugador es también
una poderosa herramienta para generar in-
certidumbre: la fuente de todo terror. Esto, en
el título de Visceral Games, sucede en los momen-
tos en que, por ejemplo, sabiendo que el necromor-
fo se encuentra en otra habitación, lo seguimos
percibiendo claramente como si estuviese próxi-
mo. La ansiedad que se genera entonces es difícil-
mente descriptible, y esto es solo el principio.
Don Veca, director de audio del proyecto y
principal responsable de la implementación del
material creado por Jason Graves, era consciente
de la importancia del sonido y de la música para
maximizar los efectos emocionales que preten-
dían crear con la brutal atmósfera de la USG Ishi-
mura. Como sucede en otras ocasiones, una de las
aspiraciones de Veca era crear un sistema que
reprodujese el aumento o disminución de
tensión que se experimenta en las películas
de terror a través del sonido a medida que el
«elemento terrorífico» aparece o desaparece.
El desafío era el habitual: transportar un diseño
lineal a un campo interactivo para crear sensa-
ción de linealidad. Esta cuestión se saldó con la
creación del sistema de fear emitters para Dead
Space, un software de audio adaptativo adherido
a determinados elementos del videojuego —como
un necromorfo, un charco de sangre o un pasillo
largo— cuya proximidad es capaz de influir en
todo el campo auditivo. Los fear emitters son, se-
gún Veca, «esferas de influencia» que afectan
a una gran cantidad de fuentes sonoras como
son la música, el sonido ambiente, el sonido
ambiente adaptativo y los efectos de sonido
mediante el control de la reverberación o los pará-
metros de la mezcla. Por ello, cuando el jugador se
encara con un necromorfo, a medida que la bestia
avanza, la textura irá engordando mediante la adi-
ción de nuevas capas instrumentales y el aumento
del volumen en la mezcla —también de los efec-
tos—, entre otros factores.
La música de Dead Space se divide en cua-
tro «niveles de terror» según Mark Sweeney:
«siniestro, tensión, mucha tensión y caos».
Cada uno de estos niveles lleva asociadas una se-
rie de pistas estéreo de material musical que se
reproduce aleatoriamente en función de la situa-
ción del jugador con respecto al fear emitter que se
encuentre en la pantalla. Para cada pista, de unos
dos minutos de duración, fue necesario grabar al-
rededor de ocho de material utilizable, lo que nos
75
ofrece una perspectiva adicional de la complejidad
del sistema. El efecto que se consigue durante el
gameplay es espeluznante, sobre todo si se tiene
en cuenta que estos emisores se encuentran ad-
heridos a una gran variedad de objetos, no solo a
enemigos. Así, el sistema es capaz de emplear la
función sígnica del sonido para amplificar la ten-
sión del jugador de manera totalmente artificial
e ilusoria. Además, el sonido ambiental diseñado
por Veca cumple la función de mantener en ten-
sión constante al individuo, ya que, a pesar de la
ausencia de amenaza visible, es habitual que con-
tinúen apareciendo estímulos —por ejemplo, soni-
dos en la lejanía o susurros— que no permiten ni
un instante de relajación. El funcionamiento de
este sistema de los horrores se percibe muy
bien mediante el juego experimental, esto es,
tomando decisiones que van en contra de la pro-
puesta de la narrativa, como alejarnos consciente-
mente de determinadas zonas en puntos cruciales
del juego.
El planteamiento de Veca difiere, en cierto
sentido, del mostrado en títulos como Silent Hill o
Resident Evil, en los que el silencio es buena parte
del origen del desconcierto y a la vez un indicativo
de que el jugador se encuentra a salvo. En el caso
de Dead Space, realizando una lectura más profun-
da, podría pensarse que el vacío narrativo produ-
cido por el silencio absoluto de Isaac es rellenado
por medio del sonido que acompaña a la acción,
como si todo fuese una percepción del personaje o
la expresión de su estado emocional. Esto explica-
ría la dualidad de estilos compositivos, pero tam-
bién el hecho de que, en Dead Space, la barrera
que habitualmente existe entre los efectos de
sonido —diégesis— y la música —extradié-
gesis— tiende a difuminarse facilitando la in-
mersión en su mundo. El sonido actuaría entonces
como narrador y vehículo de expresión de la psi-
que del personaje que al mismo tiempo es, como
señala Sweeney, un confidente «poco fiable que
tratará de manipular nuestra consciencia o la del
propio Isaac, según se contemple». Un utensilio,
en definitiva, que contribuye al desarrollo de una
experiencia sumamente inmersiva y terrorífica
que ahora podemos volver a visitar con diversas
mejoras de la mano de Motive Studios. Quizá este
breve texto te anime a experimentar de forma
consciente para encontrar los emisores del miedo,
estoy seguro de que descubrirás cosas que son fas-
cinantes. ■
76
El psicoanálisis de la máscara (IV):
El yo del televisor
U
n oído cercenado siendo
devorado por hormigas
en un descampado, el
cadáver de una joven
protegido por una bolsa de plásti-
co en la orilla de un lago, crímenes
atroces acompañados por el llanto
de las cigarras…
El reverso macabro de la co-
tidianidad rural es perturbador.
Cuando el tamaño de una pobla-
ción es modesta, resulta sencillo
conocer a quienes la constituyen.
La rutina se compone de rostros
familiares y recurrentes donde los
tratos cercanos celebran un espíritu
colaborativo que resuena con el eco
de nuestra ascendencia comunal.
Cualquier exploración a lo rural re-
vela espacios donde las extremida-
des de las multinacionales aún no
han clavado sus garras. Negocios
77
Escriben: M. Caballero y C. Álvarez
@CassandraMBaker y @ryojojo_
discretos, probablemente de relevo
generacional y de personal estático.
En conjunto, un microcosmos cer-
cado y repleto de interconexiones.
Un clima de cordialidad que se
derrumba en cuanto se derrama
la sangre. Cuando ocurre, una sa-
cudida de terror electrifica el lugar.
El culpable, una persona capaz de
matar a sus semejantes, se oculta
entre aquellas miradas que hasta
ayer eran cercanas. ¿Quién ha sido
capaz de algo así? ¿Con quién es-
toy hablando? ¿Qué esconden esos
ojos que me devuelven la mirada?
¿Quiénes son realmente estas per-
sonas?
NUEVO NIVEL ESCRIBEN · M. CABALLERO Y C. ÁLVA RE Z
P
ara fortuna del fandom cada vez más nu-
meroso de la saga Persona, la cuarta entre-
ga (Persona 4) salió en 2008. Solo dos años
tras Persona 3, en Japón y Norteamérica,
y un año más tarde en Europa. Este escueto pe-
riodo de tiempo y el hecho de que se mantuviera
prácticamente la totalidad del equipo que trabajó
en el juego anterior dió lugar a una secuela muy
continuista que se centraba en perfilar lo que ya
había creado Persona 3.
En esta cuarta parte, dejamos a un lado los ele-
mentos urbanos para acompañar a nuestro prota-
gonista a su nuevo instituto en una zona rural.
Dentro de este nuevo entorno, y como nos lleva
acostumbrando la saga desde el principio, cono-
cemos al resto de personajes junto a los que in-
vestigaremos un extraño suceso. El fenómeno que
mueve la trama de este juego se llama Midnight
Channel y se manifiesta si uno mira un televisor
apagado a medianoche un día lluvioso. Este hecho
transporta a los personajes al mundo de la televi-
sión, donde se ubican las mazmorras de Persona 4.
Siguiendo la estela de grandes autores de la
novela de misterio como Yokomizo Seishi, Agatha
Christie o Arthur Conan Doyle, nuestro elenco se
encargará de resolver una serie de extraños asesi-
natos adentrándose en el peculiar mundo de la te-
levisión. Solucionando los diferentes casos, iremos
avanzando la trama.
78
FEBRERO 2023
Pursuing my
true self
«La verdad solo puede ser explicada en términos
de ficción» (Jaques Lacan).
En el aspecto mecánico, Persona 4 carece de
innovaciones dentro de la saga, pero es el juego
encargado de perfeccionar todo lo que planteó su
predecesor. Tras la división de opiniones que sus-
citó Persona 3, en este caso queda a elección del
jugador el control del resto de miembros del equi-
po o dejar sus elecciones en manos del juego. La
inmensa mazmorra a la que nos habíamos enfren-
tado en la entrega pasada, pasa a una serie de ca-
labozos más pequeños que representan a cada
una de las víctimas que debemos proteger.
En la parte social, el sistema de calendario se
vuelve más complejo con la inclusión de los cam-
bios climáticos que condicionan, junto al tiempo,
las actividades que pueden realizarse. Persona 4 da
al jugador mucha libertad a la hora de realizar ac-
tividades ya sea para mejorar los Social Links con
el resto de habitantes del pueblo o las característi-
cas de nuestro personaje. A este respecto, mejorar
unos aspectos u otros, nos permitirá el acceso a
nuevas habilidades o diferentes eventos.
Mientras que el apartado interactivo queda
más o menos estático, encontramos una nueva
aproximación al psicoanálisis. Si los anteriores tí-
tulos componían un cosmos donde la presencia de
los arquetipos jungianos colindaban con las ten-
siones freudianas, Persona 4 transita una vía total-
mente distinta: la clínica lacaniana.
Nº86 EL PSICOANÁLISIS DE LA MÁSCARA (IV): EL YO DEL TELEVISOR
En honor a la verdad, es necesario precisar una
afirmación que será constante durante el transcur-
so del reportaje: Jacques Lacan es complicado.
No complicado porque sea polémico, que también
puede llegar a serlo, sino por ser una de las piedras
fundacionales del postestructuralismo francés.
De sus enseñanzas parten pensadores como Felix
Guattari, Bruno Latour y Michel Foucault; quienes
hayan leído a estos autores conocerán la natura-
leza excesivamente farragosa y metafórica de sus
textos. Lacan no se queda atrás, ya que redefine
términos freudianos para organizar significados
distintos mientras se apoya en la semiótica para
entender el inconsciente como un lenguaje, una
cadena de significantes. Además, conforme avan-
zaba su trayectoria divulgativa, iba modificando
su fenomenología al cambiar de paradigma o pro-
fundizar en sus propios calificativos. Es, en resu-
men, un laberinto. Una carrera marcada por tacho-
nes y notas a pie de página. Sus propios discípulos
continúan desarrollando interpretaciones y lectu-
ras sobre su inabarcable teoría. Cuando escribimos
en el primer reportaje que el psicoanálisis podría
estudiarse durante toda una vida, también estába-
mos equivocados: a la vista está que puede ocupar
varias de ellas.
Habiendo dejado los puntos sobre las íes, po-
demos comenzar con el nudo borromeo lacania-
no, los tres aros entrelazados donde confluyen los
79
términos: Real, Imaginario y Simbólico. Lacan
entiende lo Real como un agujero dentro del su-
jeto, ya que este es inconmensurable y se expan-
de en todas direcciones. La realidad se entiende
como lo imposible, algo cuya representación esca-
pa a nuestra cognición. Es ahí donde entra la idea
de lo Simbólico, que mediante imágenes tratará
de combatir la angustia del desorden creado en
lo Real. Cuando el Simbólico llega al plano de la
conciencia se produce un falso sentido, ya que se
encarga de ordenar el significado adquiriendo el
sentido de la totalidad. Pero, ¿qué ocurre con el
"Persona 4 se encargó de
perfeccionar todo lo que
planteó su predecesor"
Imaginario? Lacan establece dos divisiones del
Yo: uno ubicado en el plano de la ficción actuan-
do con responsabilidad (aquel originado durante
la construcción artificial del sujeto) y uno vacío.
En esta coyuntura, es el Yo consciente quien cree
dominar la representación. Durante la formación
del Yo ficticio se efectúa una serie de intercam-
bios con otras personas, el Otro. De este modo, el
Imaginario sería el reino que se crea mediante las
imágenes obtenidas durante esta transferencia.
Como puede apreciarse en el nudo borromeo, to-
das las regiones mencionadas previamente están
NUEVO NIVEL ESCRIBEN · M. CABALLERO Y C. ÁLVA RE Z
en continua fricción unas con otras, de manera
que existen interacciones entre los mismos.
Es complejo, pero podemos servirnos de Perso-
na 4 para ejemplificar cada término. Inaba es una
pequeña localidad que toma inspiración en las zo-
nas rurales aledañas al monte Fuji. Una zona cuyo
leitmotiv es mostrarse como «un lugar en mitad
de ninguna parte». Aunque se trate de un terreno
limitado, lo Real es inabarcable y sus estratos se
representan en la cognición de sus habitantes. Ese
nivel que requiere de la proyección de imágenes
para acaparar todas las dimensiones de la realidad
es el Midnight Channel. Este complemento nutre
aquellas carencias de lo Real, articulándose para
comprender aquello que no podemos, o no debe-
mos, ver. Es en este punto donde el Imaginario
sirve como puente. TV World está ocupado por las
sombras de sus habitantes, entidades que mues-
tran qué oculta la mascarada durante las interac-
ciones sociales. Mostrando cómo el anteriormente
mencionado Otro, condiciona tanto al sujeto tan-
gente como al que se encuentra sublimado por la
máscara. Si no fuera por el evidente desequilibrio
entre sus componentes, estaríamos ante una re-
presentación metafórica perfecta. Un conjunto
que garantiza el correcto flujo de la psique del su-
jeto sin hacerlo caer en la psicosis.
Esta falta de equidad parte de las relaciones
interpersonales. Una extensa red de sujetos con-
dicionados por otras personas y cuyas conductas
reguladas (o censuradas) acaban volviéndose en
su contra. Como hemos visto previamente, La-
can también contempla una partición del sujeto.
Pero no se limita a la fachada que dejamos ver y
la sombra que procuramos ocultar, va más allá.
Antes mencionamos a un Yo ficticio, prefabricado,
¿acaso corresponde a la máscara junguiana? Hay
matices. Jung recuperó para su tesis la metáfora
legislativa del padre del psicoanálisis. Para Freud,
lo ilegal era el deseo inconsciente. Si existe una
prohibición sobre un acto, es porque se desea, de
lo contrario no sería necesaria su estructuración
coercitiva. Parte de la Sombra se construye me-
diante estos instintos primitivos y dañinos, siendo
utilizada la Máscara para impedir que estas pul-
siones se filtren hacia lo consciente. Este corpus
instintivo no aparece en la clínica lacaniana ya
que, como veremos a continuación, la escisión del
sujeto no es censuradora, sino selectiva.
Cuando iniciamos una relación afectiva o cer-
cana, Lacan estipula que no se parte de un sen-
80
FEBRERO 2023
timiento, ni siquiera del aprecio, sino de un sig-
nificante que el sujeto interpreta. El significante
responde a un estímulo externo (el deseo es de
Otro, y el sujeto se ve forzado a entenderlo). Esto
quiere decir que, inicialmente, se parte de una ne-
cesidad (corporal o afectiva) que corresponde a
una carencia que perturba al sujeto y lo obliga a
demandar y exigir. De esta forma, y a través de un
código formado mediante cadenas de significan-
tes, el sujeto será capaz de tomar conciencia de sí
mismo a través de la mirada del Otro. Dicho de
otra forma: el sujeto toma conciencia de sí mismo
cuando desea el deseo del Otro, buscando su de-
seo con el fin de encontrar la legitimación como
ser. Esto sería en la teoría, pero la práctica conlleva
una serie de implicaciones. Durante las interaccio-
nes sociales, el sujeto diluye su identidad y la
moldea a merced de los deseos del Otro para ob-
tener la anhelada aprobación. Cuando amamos, no
lo hacemos hacia el Yo, sino hacia la imagen que
proyecta para adaptarse a los deseos del Otro.
Veamos cómo se representan estos términos
en Persona 4. Durante nuestras incursiones al Mid-
night Channel tendremos que rescatar a las perso-
nas allí atrapadas, de lo contrario, serán asesinadas
por su Sombra. Al contrario de lo que ocurría en
anteriores juegos, donde el reverso siniestro del
sujeto revelaba eventos traumáticos y truculentos
que habían sido olvidados, aquí se nos explica la
naturaleza del Yo censurado, aquel que ha sido
modificado para adaptarse al deseo del Otro. Yuki-
ko Amagi exterioriza los cánones de la feminidad
tradicional japonesa, dado que heredará la posada
de sus padres y quiere mostrarse a la altura de la
expectativas. Pero esa imagen creada es ficticia,
dado que internamente anhela liberarse de sus
cadenas, escapar de esa vida y dejar Inaba. Algo se-
mejante ocurre con Kanji Tatsumi: bajo una mas-
carada de masculinidad tóxica y beligerante, Kanji
esconde una sensibilidad artística que asocia con
el género opuesto y una identidad sexual en ges-
tación. Donde podemos encontrar una auténtica
brecha en el Yo sería en Rise Kujikawa. Tras su
paso por el mundo idol, vuelve a su pueblo natal
para cuestionarse quién es realmente la persona
a la que todo el mundo ama: ella o la identidad
prefabricada que ha configurado la industria del
entretenimiento.
Como vemos en todos estos casos, la acepta-
ción del Otro pasa por una personalidad artificial
que intermedia para tratar de alcanzar la plenitud
 Nº86 EL PSICOANÁLISIS DE LA MÁSCARA (IV): EL YO DEL TELEVISOR
"Lo primero que conocemos
de estos personajes es su
peor faceta"
del sujeto. Persona 4 encuentra, en estos cotidianos
ejemplos de un microcosmos vulgar, la «verdad»
del ser humano. En lugar de ser una imitación de
Terciopelo Azul y encontrar la depravación inclu-
so en remansos arropados por la pureza, Atlus nos
ofrece un prisma más optimista. A causa del in-
termediario intrusivo, quizás nunca conozcamos
la identidad diabólica del Yo contiguo, pero no
todas las Sombras guardan maldad. Los lazos de
cercanía y comprensión pueden permitirnos com-
prender nuevos matices de las personas a las que
queremos. Matices que los hacen sonrojar o in-
quietarse, pero de la empatía mútua nace una en-
cantadora verdad: el auténtico cariño es aquel que
transita por las imperfecciones que conforman al
Otro. En palabras de Lacan: «Se puede amar a al-
guien no solo por aquello que tiene, sino, literal-
mente, por aquello de lo que carece». Quizás por
este motivo, el abanico de personajes de Persona
4 es de los más queridos de la franquicia. Lo pri-
mero que conocemos de cada uno de ellos es su
peor faceta, con el objeto de dar inicio a un viaje
hacia un entendimiento que pasa por encima de
los defectos. Se sienten más humanos y gozan de
81
una naturalidad que escapa de los estereotipos del
anime contemporáneo. Logran ser más cercanos
porque son el espejo de nuestras manías, preocu-
paciones y anhelos.
Como hemos visto hasta ahora, la interpreta-
ción del psicoanálisis de Atlus no es valiosa úni-
camente por su rigurosidad, sino por utilizar esta
corriente teórica para replantear sus bases. Lo que
ocultan los abismos del inconsciente no es única-
mente trauma y horror. Acostumbrados a los ecos
de las sanciones freudianas, habíamos olvidado
que también hay espacio para la belleza que re-
posa en el seno de la esencia humana.
Tuvieron que pasar casi diez años para la pu-
blicación de la que es, hasta el momento, la última
entrega de la saga. Un videojuego que cambió las
reglas, obligando a la compañía a reestructurar sus
prioridades y replantearse la filosofía de futuras
producciones. Una declaración de intenciones que
iba más allá de la desmedida ambición y el ariete
que derribó el estatus de nicho en Occidente. Un
nuevo cambio y comienzo. En lo que respecta
a esta humilde sección, el próximo texto será el
último de este apasionante viaje. Nuestro objetivo
siempre ha sido que veas la realidad con otros ojos
gracias a la saga Persona. Y queremos asegurarnos
de ello. Estate preparado: vamos a robar tu cora-
zón. ■
STADIA:
LA ESTRELLA
FUGAZ DE
GOOGLE
82
El pasado 29 de septiembre de 2022 saltó la noticia: Stadia cerraría su
servicio de juego por streaming el 18 de enero de 2023. Algo, por otro
lado, que sorprendió a pocos.
S
tadia se presentó por pri-
mera vez en marzo de 2019,
en el transcurso de la Game
Developers Conference
que tuvo lugar en San Francisco. En
esa presentación, el CEO de Google,
Sundai Pichar, desveló al mun-
do lo que debía ser una revolu-
ción en la manera de consumir
los videojuegos. Con el eslogan
«Building a game platform for ever-
yone» (Construyendo una platafor-
ma de juego para todos) se mostró
por primera vez al mundo Stadia.
Su principal característica no era
solo la ausencia de un hardware
específico para reproducir los títu-
los, sino que para jugar a ella solo
sería necesario tener un teléfono
móvil, una tableta, un ordenador o
un televisor conectados a la red. Se-
gún dijo, con ello bastaría para que
cualquier jugador pudiera disfrutar
de grandes títulos con una calidad
Imagen: Ryland Dean / UNSPLASH
83
Escribe: Alberto Guerrero
@Guerrudy85
4K y a 60 fotogramas por segundo.
Ya no habría que buscar sitio en un
mueble del comedor o de la habi-
tación para una videoconsola o un
ordenador. En resumen: se abriría
un nuevo mundo de posibilidades.
La clave era que los juegos no
se iban a descargar en ningún
dispositivo, sino que se jugarían
directamente desde la nube, apro-
vechando los enormes centros de
datos que Google tiene repartidos
por todo el mundo. Cuatro años
después, es evidente que no todo
lo que tenían los de California eran
buenas ideas.
NUEVO NIVEL ESCRIBE · ALBERTO GUERRERO FEBRERO 2023

Cuando tener la mejor

tecnología no lo es todo

A pesar de disponer de la mejor tecnología de

juego en la nube de la actualidad, el modelo de
negocio de Stadia estuvo en el punto de mira
de los usuarios desde el principio. Un error de
planteamiento inicial que no se supo corregir
en sus pocos años de vida.

84
 STADIA : L A ESTRELL A FUGA Z DE GOOGLE

L
a presentación que hizo Google aquel
fresco día de marzo dejó un montón de
dudas en la audiencia que asistió al Mos-
cone Center con la intención de saber
más del nuevo proyecto de la firma norteamerica-
na. Algunas de las incertidumbres que revolotea-
ban por el ambiente tenían cariz técnico, pues una
cosa es decir que uno tiene una tecnología impre-
sionante y otra muy distinta que sea efectiva a la
hora de la verdad. Porque, aunque ya existían otros
servicios en streaming, desde Google aseguraron
que Stadia iba a tener características tan im-
presionantes como 10,7 teraflops de capaci-
dad de computación (más que PS4 Pro y Xbox
One X), así como resoluciones 4K, HDR y tasas de
refresco de 60 hercios por segundo. Además, esta-
ría integrado con YouTube, donde se podría trans-
mitir una partida en vivo e incluiría innovaciones
como el State Share, que permitiría compartir un
enlace que otros usuarios podrían utilizar para en-
trar en ese momento específico de la partida.
Toda esa potencia sería disfrutable desde
cualquier dispositivo que el usuario tuviera,
por lo que la accesibilidad era una de sus princi-
pales bazas. Ya no haría falta gastarse cientos de
euros —o el equivalente en las diferentes mone-
das del mundo— para acceder al
hardware que permitiera mover el
"La promesa de poder jugar último título de nuestra saga favori-
ta. Tampoco disponer de un móvil u
en cualquier dispositivo que ordenador de un fabricante en con-
ya tuviera el usuario quedó creto, como ocurría con otras plata-
formas. Además, para facilitar toda-
en nada" vía más las cosas, se podría jugar con
mandos pensados para otras video-
consolas. Pero eso no fue todo, por-
que el nuevo sistema de juego remoto dispondría
de Stadia Games and Entertainment, un estudio
propio que se encargaría de la creación de títulos
exclusivos bajo la batuta de Jade Raymond, la cual
había sido responsable de obras como el primer
Assassin’s Creed, Watch Dogs o Splinter Cell: Blacklist.
Sin embargo, a pesar de una presentación en
la que se auguraba un lanzamiento potente y muy
buenas e interesantes ideas, la audiencia no salió
completamente satisfecha de ella. Por una par-
te, todo parecía demasiado bueno para ser cierto,
pues elevaría las capacidades de la nube a unas co-
tas muy por encima de lo visto hasta entonces. Por
el otro, había algo de lo que los de Silicon Valley
habían evitado hablar: su modelo de negocio.

85
NUEVO NIVEL ESCRIBE · ALBERTO GUERRERO
Y es que, en aquel marzo de 2019, los de Califor-
nia no dijeron nada sobre cómo pensaban sacarle
partido a su innovadora propuesta. No fue hasta
meses después que se resolvió la duda. Contra el
pronóstico de muchos, no iban a centrar su estra-
tegia en una suscripción al estilo de Xbox Game
Pass. Todo lo contrario. Los juegos tendrían pre-
cio completo. Algo que, como es comprensible,
no gustó a muchos usuarios. A ese modelo de ven-
ta, ya de por sí criticable, se uniría la posibilidad
de suscribirse a un servicio premium que daría al
usuario el acceso a ciertos títulos, así como a des-
cuentos exclusivos.
Esto no tendría por qué haber sido algo negati-
vo, si no fuera porque para disfrutar de un título a
su máxima resolución era necesario estar suscrito
a este servicio. Es decir, a Google no le bastaba con
cobrar el precio completo de un videojuego que
uno no se podía descargar, sino que, para poder
jugarlo lo mejor posible, el usuario también debe-
ría pagar una suscripción. Es más, la promesa de
poder jugar en cualquier dispositivo que ya
tuviera el usuario quedó en nada cuando se
presentó el Stadia Pack Founder, que incluía un
mando, tres meses de suscripción a Stadia Pro y
un Chromecast Ultra, este último necesario para
poder jugar en televisores o PC.
Este pack se lanzó el 19 de noviembre de 2019
en catorce países —entre ellos España— a un pre-
cio de 129 euros. El recibimiento del mercado y de
los medios especializados fue tibio —por no decir
helado—. De hecho, las críticas, a pesar de no ser
especialmente malas, tenían importantes puntos
en común. Algunos eran positivos, como que era
la mejor manera de jugar en streaming, pero otros
esenciales eran negativos, como era que el desa-
rrollo de la tecnología estaba a medias, que la es-
tabilidad no era todo lo buena que uno desearía
o que la biblioteca de títulos era escasa. Porque
Stadia salió al mercado con solo doce títulos
disponibles, de los cuales todos excepto GYLT
(Tequila Works) estaban disponibles desde meses
o incluso años antes en otras plataformas.
A eso hubo que añadir que algunas de las fun-
cionalidades más innovadoras de Stadia no esta-
ban disponibles de lanzamiento. Sin ir más lejos, el
esperado State Share, del que tanto había presumi-
do Google, no se estrenó hasta enero de 2021 con
la trilogía de Hitman, coincidiendo con el lanza-
miento de la tercera entrega del Agente 47. En los
meses siguientes, algunos juegos más también la
añadieron, pero al final resultó en una función
86
FEBRERO 2023
residual del que hizo uso poco más de una de-
cena de títulos.
De hecho, el pesimismo por la recepción de
la plataforma y su planteamiento fue tal que, el
mismo día de su salida al mercado, el prestigioso
reportero Jason Schreier publicó el siguiente tuit:
«Google Stadia salió hoy y ya parece un fracaso
monumental. (Escuché de una persona de dentro
que los pedidos anticipados estaban por debajo
de las expectativas.) La pregunta es, ¿dejarán de
intentar vender juegos en algún momento y cam-
biarán a un modelo de suscripción de todo lo que
puedas comer? ¿O simplemente la dejarán morir?».
Este demoledor mensaje, que incidía en lo que ya
se veía como una muy mala decisión por parte de
la compañía, fue premonitorio de lo que esta-
ba por venir si no se redirigía el enfoque del
servicio. No obstante, los californianos hicieron
"Quienes tomaban las deci-
siones solían ser personas
sin conocimientos ni expe-
riencia en la industria"
oídos sordos y decidieron seguir adelante con la
propuesta inicial. Algo que se ha confirmado como
uno de los grandes motivos de su descalabro.
Pero lo peor es que los californianos no solo ig-
noraron las críticas de la prensa y de los usuarios,
sino que también lo hicieron con las que le llega-
ban desde dentro. Fuentes internas manifestaron
a IGN que, desde la parte de Google Stadia que
provenía de la industria de los videojuegos, eran
reticentes al modelo de negocio elegido. Además,
comunicaron en reiteradas ocasiones que era ne-
cesario sacar títulos exclusivos de calidad que hi-
cieran de la plataforma una opción atractiva. Sin
embargo, todas las dudas elevadas al respecto a la
parte tecnológica de la compañía —que era la que
tenía la última palabra en la toma de decisiones—
quedaron en nada. Es decir, quienes acababan
tomando las decisiones solían ser personas
sin conocimientos ni experiencia en la indus-
tria. Mientras, los desarrolladores, atados de pies
y manos, veían cómo sus ideas eran descartadas y
el proceso creativo se ralentizaba.
Todo ello llevó a uno de los momentos más
críticos de la corta vida del servicio. En febrero de
 STADIA : L A ESTRELL A FUGA Z DE GOOGLE

2021, a la tensión interna ya existente y a los malos

números de Stadia —que seguía sin remontar un
año después de su salida al mercado— se le unie-
ron ciertos cambios dentro de la compañía. Todo
ello llevó a la decisión de cerrar los dos estu-
dios internos que debían desarrollar títulos
exclusivos para la plataforma, lo que supuso,
a su vez, el despido o recolocación de unos 150
empleados. Pero ahí no quedó la cosa, ya que lo
que vino a continuación fue la salida voluntaria
de muchos trabajadores, algunos de los cuales —
según las mismas fuentes de IGN— eran vitales.
Sin ir más lejos, la propia Jade Raymond se fue
voluntariamente para fundar poco después
Haven Entertainment Studios. Es más, seis de
estos trabajadores se unieron al proyecto de la ex
de Ubisoft, incluido Sebastien Puel, que pasó de
ser director general de Google’s Stadia Games a
cofundador del nuevo estudio.
Esta importante decisión implicó, al mismo
tiempo, un cambio importantísimo de plantea-
miento: la compañía centraría todos sus es-
fuerzos en el desarrollo de sus tecnologías y
en que los títulos third-party pudieran hacer uso
de ella para implantarlas en su plataforma. Sin ir
más lejos, en un comunicado publicado en el blog
de Google, Phil Harrison, vicepresidente y director
general de Stadia, declaró que «con el reciente y
exitoso lanzamiento de Cyberpunk 2077 en Stadia
[…] se ha demostrado que nuestra tecnología fun-
ciona a escala». Asimismo, afirmó lo siguiente:
«Creemos que este es el mejor camino para hacer
de Stadia un negocio sostenible a largo plazo».
Desde ese momento, y durante algo más de un
año y medio, el catálogo del servicio creció con-
siderablemente e intentó atraer al público con
ofertas agresivas, como regalar Stadia Premiere
Edition al reservar Resident Evil Village. Sin embar-
go, pese a sus esfuerzos, la baja captación de nue-
vos usuarios y la consiguiente baja rentabilidad
del servicio los llevó a anunciar, en septiembre de
2022, que en pocos meses cerraría sus servidores.
Siempre quedará la duda de si su futuro hu-
biera sido diferente con otro modelo de negocio,
algo que nadie puede asegurar al cien por cien. De
lo que no hay duda es que, cuando leas este re-
portaje, Google Stadia ya no estará disponi-
ble. Menos de cuatro años después desde que se
anunciara a bombo y platillo, la gran incursión de
Google en el videojuego pasará a ser cosa del pa-
sado. Al menos, los que apostaron por ella, habrán
recibido su inversión de vuelta. ■

87
88
Efectos
secundarios

E
mpezar un mundo abierto signi-
fica hacer las misiones principa-
les de la historia que no puedes
saltarte hasta que te den libertad
de movimiento, y, a partir de ahí, comien-
za el reinado absoluto de las misiones
secundarias. ¿Cómo, que ya he terminado
todas las secundarias de esta zona y nece-
sito hacer una misión principal para poder
pasar por aquí? Bueno, que remedio, tendré
que volver a pretender que me importa que
se vaya a acabar el mundo.
Pero del mismo modo que se apoderan
de nuestra atención, poco a poco empiezan
a perder su encanto. Y ya no solo porque sea
la decimocuarta vez que raptan al panade-
ro de Aldea Medieval Típica 52, es que hay
algo —o varios algos— que nos empiezan a
alejar de las sendas secundarias. Algo nos
llama a terminar la misión que había empe-
zado todo este embrollo.

Escribe: Pedro de la Rosa

@pedlrosa

89
NUEVO NIVEL ESCRIBE · PEDRO DE LA ROSA
Síntomas: Pérdida en el
mundo, incremento del
E
ntonces, ¿cuál es nuestro proceso con
las misiones secundarias? Acabamos de
instalar el juego, sabemos lo que hemos
visto en los tráileres y lo que hemos leído
sobre él —si es que realmente conocemos algo del
juego—. Lo abrimos y, tras las misiones principales
obligatorias en las que nos exponen cómo nuestro
personaje va a meterse en un lío gordísimo, tene-
mos frente a nosotros un mapa completamente
vacío. No conocemos el mundo, no sabemos a qué
nos vamos a enfrentar con exactitud, ni el grado
de dificultad que esto supondrá, y, si algo tiene
de atractivo un mundo abierto, es la sensación de
descubrimiento que conseguimos al explorar ese
mundo desconocido, por lo que tenemos ganas
de meternos en los mil y un problemas que hay a
nuestro alrededor.
Decir que la función principal de las misiones
secundarias es poblar el mapa, y, por consiguiente,
darle vida al mundo en el que nos estamos me-
tiendo, no es nada nuevo. Pero precisamente por-
que el juego no nos fuerza hacia ellas, que vamos
por decisión propia, es por lo que tenemos más
ganas de hacerlas: esto es lo que genera en no-
sotros ese sentimiento de descubrimiento. Y
la gran mayoría de juegos cargan este peso sobre
las misiones secundarias.
En estos comienzos, no conocer en detalle el
juego trabaja a nuestro favor: el hecho de que cada
misión sea nueva, que todavía no conozcamos los
90
FEBRERO 2023
tiempo...
Empiezas un juego de mundo abierto saltando
de secundaria en secundaria. Pero, a medida que
avanzas en el juego, estas misiones van perdiendo
poco a poco su encanto, hasta volverse algo tedio-
so, repetitivo, cansino.
patrones que se repetirán, nos motiva a seguir ha-
ciéndolas. Además, en general, las primeras secun-
darias con las que nos topamos tienden a darnos
mucha más información acerca del mundo en el
que estamos que las que nos encontraremos más
adelante —también influye que hayan tenido más
tiempo de desarrollo—. Líneas de misiones como
las del Barón Sanguinario de The Witcher III: Wild
Hunt o que en The Elder Scrolls V: Skyrim empece-
mos con decisiones como ir al colegio de Hiber-
nalia, seguir con Los Compañeros, o tomar partido
en la Guerra Civil, son solo algunos de los muchos
casos en los que los juegos de mundo abierto
abren con toda la carne en el asador.
En esta primera etapa también influye lo
que en inglés llaman FOMO, Fear Of Missing Out
—miedo a perderte/no enterarte de las cosas—.
Este valor que tienen las misiones secundarias del
comienzo nos ayudan, en general, a darle un con-
texto a la historia principal; algunos datos que se
mencionarán y tú dirás «hey, a ese lo he conocido
yo en equis misión». El miedo a perdernos algo o a
no entender o enterarnos de algún diálogo es in-
herente a los videojuegos desde que algunas de las
cajas del Crash Bandicoot estaban justo detrás de ti
al empezar el nivel.
¿Todas las misiones secundarias sirven para
esto? No, obviamente. El segundo paso en nuestro
proceso de evolución con las misiones secunda-
rias es el del farmeo, o, lo que es lo mismo, el de las
Nº86 EFECTOS SECUNDARIOS

misiones que están ahí para que podamos conse-

guir el nivel o recompensas que necesitamos para
continuar con la historia principal. Aquí, el descu-
brimiento empieza a dejarse de lado, aunque no
desaparece, en pos del progreso. Ya comenzamos
a conocer ciertos patrones en las misiones secun-
darias, y el miedo a que después de una caminata
enorme nos encontremos con que allí solo está
una nueva misión secundaria estándar se vuelve
bastante real.
También, coincidiendo con este paso, empeza-
mos a tener las misiones de recompensa: aquellas
que solo existen para darnos un equipo un poco
mejor, o estéticamente más bonito, como esa ar-
madura que consigues por matar a los veinte dra-
gones celestiales o a cien osos. En definitiva, en
este paso la motivación no viene de las pro-
pias misiones secundarias, sino de las recom-
pensas que obtenemos de ellas.
Así, con una transición casi impercep-
tible y paulatina, llegamos a nuestro últi-
mo paso con las misiones secundarias: el
"Nuestra perspectiva del jue-
abandono. Una vez dejan de ser novedo- go cambia según el ánimo: y
sas, algo que viene pasando desde hace un
tiempo, y dejan de ser necesarias, ya que cuanto más cansancio, me-
por fin tenemos el nivel y equipo necesa-
rio para vencer al jefe de turno, ¿qué nos nos implicacion existe"
ofrecen este tipo de tareas? Ya no vamos
a invertir nuestro tiempo en ellas como
hicimos al principio; quizás vuelvas a probar, pero
de una manera mucho más esporádica y limitada.
Hemos hablado de estas misiones genera-
lizando y a grandes rasgos, y ahora es absoluta-
mente lícito que la persona que está leyendo estas
palabras se pregunte si esto realmente funciona
así, porque él o ella jugó a equis mundo abierto
—probablemente The Legend of Zelda: Breath of the
Wild— y no le pasó, o es de las personas a las que
les gusta completar el 100% de los logros y sí que
los completa, que también es posible. En el segun-
do caso no son las propias misiones secundarias
las que han conseguido motivar al jugador para
completarlas, sino un sistema de logros del que
ya más de una y más de dos veces se ha hablado.
Pero el primero de los casos sí que hay que hacer
varias distinciones dentro de la generalidad, por-
que en esta distinción encontramos cómo cada
juego intenta romper, o seguir la corriente, de esta
estructura: cómo utiliza cada juego las misio-
nes secundarias, y cómo se construyen en el
mapa e historia.

91
NUEVO NIVEL ESCRIBE · PEDRO DE LA ROSA
Empecemos por un básico: parece que cuesta
mucho escribir historias principales que te inciten
a seguirlas a la vez que te abran la puerta a explo-
rar el mundo que han creado. Juegos como Fallout
4 o The Witcher 3: Wild Hunt nos presentan una
historia principal que se contradice con el mundo
que crean. Mientras el mapa te incita a explorar, la
historia te está metiendo prisa porque acaban de
raptar a tu hijo y como no corras se lo van a lle-
var para siempre —más o menos los dos tienen un
argumento inicial parecido—. Esto afecta direc-
tamente a cómo vemos las misiones secundarias
en dichos juegos, porque aunque sepamos que las
historias principales no se van a ir a ningún lado ni
nuestros hijos van a desaparecer para siempre, ese
sentimiento de prisa que las misiones principales
nos han metido nos coarta a la hora de disfrutar
del mapa. Y cuanto más cerca del final del juego
estamos, más prisas se nos meten, y menos secun-
darias vamos a hacer. Para que nos entendamos, y
aunque sea un juego que poco tiene que ver con
este texto, es como el temporizador de Pandora’s
Tower: sabíamos perfectamente que el reloj nunca
iba a llegar a cero, pero el tenerlo ahí, marcándo-
nos que cada vez faltaba menos para que la prin-
cesa se convirtiera en monstruo, nos hacía ir siem-
pre acelerados. Estas misiones principales en
relación con las secundarias funcionan del
mismo modo.
92
FEBRERO 2023
"Los juegos de mundo
abierto abren con toda la
carne en el asador"
Este tipo de misiones secundarias se relacio-
nan con la historia principal, claro, pero no a la
inversa: si nosotros, por un casual, decidiéramos
seguir con la historia principal como si no hubiera
un mañana, se desarrollaría de la misma manera
que si no las jugáramos. Y, en parte, es esto mismo
lo que las hace divertidas e interesantes, ya que
cualquier cosa que hagamos se sentirá como algo
propio, algo que nosotros hemos descubierto, que
nosotros hemos decidido, aunque la historia prin-
cipal juegue en su contra.
En contraposición, tenemos otros juegos de
mundo abierto que relacionan sus secundarias con
el desarrollo de la historia principal de una manera
más cohesionada que los ejemplos anteriores. Jue-
gos como Fallout: New Vegas o Far Cry 5 nos llevan
a hacer tareas complementarias, aunque cada uno
de ellos de una manera diferente.
Fallout: New Vegas es un juego redondo en lo
que a relacionar la historia principal con las se-
cundarias respecta. Para poder descubrir cuál es,
exactamente, la misión principal debemos hacer
las misiones secundarias, ya que cada una —de
las principales, claro— nos dará pistas de ella. No
solo enriquecen el mundo del juego, también me-
Nº86 EFECTOS SECUNDARIOS
joran la propia historia y la experiencia. Pero esto
no siempre funciona tan bien, como es el caso de
Far Cry 5.
La saga Far Cry es de las que podríamos con-
siderar de misiones secundarias genéricas: todas
son «asalta el convoy», «toma el punto de control»,
«activa la torre de comunicación», «mata al jefe
de la zona», etc. Con todo, en realidad no querías
nada más, porque eran divertidas y seguían per-
fectamente la tónica de los juegos. Y así llegamos
a Far Cry 5 y su peculiaridad: cuando en todos los
títulos anteriores hacer estas cosas era opcional,
en este, para poder sacar a los jefes de sus guari-
das y continuar con la historia principal, el juego
te obliga a hacer secundarias en las zonas de cada
jefe para ampliar su contador de enfado. ¿Por qué
en Fallout: New Vegas esto funciona, y por qué en
este juego no funciona? Quizás tenga que ver que
sean las mismas tareas de siempre resignificadas,
quizás es que, aunque el juego se empeñe, no tie-
nen relación real con la propia historia —en este
caso específico—.
A lo largo de este texto hemos hablado del pa-
pel de las misiones secundarias y cómo evoluciona
su relación con el jugador. No tenemos la misma
pasión ni deseo cuando llevamos días y días acu-
mulados de juego que cuando acabamos de com-
prarnos ese título que llevamos meses esperando.
De la misma manera que podemos intentar car-
garnos a ese jefe puñetero de Elden Ring ochenta
93
veces seguidas, dejas el juego unos días y, cuando
vuelves, te lo pasas a la segunda. Nuestra pers-
pectiva del juego cambia en consecuencia de
nuestro ánimo, y cuanto más nos cansamos, me-
nos queremos implicarnos en la trama que nos es-
tán contando. Esto, unido a que conocemos lo que
el mundo del juego nos ofrece, termina empuján-
donos más y más a completar la historia principal,
que, a medida que se acerca a su final, se vuelve
más y más interesante.
También tendríamos que hablar del mal endé-
mico de los tiempos de desarrollo —algo que co-
mentamos, y se intuía, brevemente antes—, una
de las razones de por qué las misiones secundarias
de los comienzos de cada juego están más traba-
jadas y mimadas que las del final. Sería mentira si
dijéramos que esto no está relacionado con cómo
nuestro enfoque en las secundarias se desarrolla.
Así pues, ¿por qué a medida que avanzamos
cambia nuestra percepción de las misiones secun-
darias? La respuesta podría parecer algo comple-
jo y enrevesado, pero la realidad es muy simple:
cansancio. Sí, todo este texto para decir que lo
que deja de engancharnos es el tedio de siempre
lo mismo. Cualquiera diría que, con la extensión
de este artículo, esto estaría lleno de cosas intere-
santes que explorar, pero, al final, parece que esta
misión secundaria era otra vez la misma. ■
94
LOS DRAGONES
NO LLORAN

No siempre me han resultado interesantes los

dragones. Cuando se representan como meras
máquinas de comer niños, escupir fuego y
destrozar aldeas me dan igual, pero cuando se
los trata como animales que han sufrido, que son
inteligentes o grandes rivales, me encantan.

Escribe: Adrián Suárez

@nuevebits

95
NUEVO NIVEL ESCRIBE · ADRIÁN SUÁREZ FEBRERO 2023

Bestias que encarnan

lo peor de uno mismo

Temibles, devastadoras y brutales. Aunque sus

garras, sus dientes y su capacidad para escupir
fuego son armas más que peligrosas, lo que trans-
mite verdadero terror es que estos monstruos son
la encarnación de nuestros temores y de ese enemi-
go que necesitamos para poder seguir viviendo.

E
l primer dragón que me cautivó fue Tia-
mat. De pequeño devoraba la serie de
animación de Dragones y Mazmorras; ya
sabes, aquella de «llegamos a un mundo
fantástico, lleno de seres extraños». Este ser me
encantaba porque era el único ser de la faz de la
tierra al que temía Venger, el gran antagonista. Me
seducía la idea de que existiera una fuerza más allá
del bien y del mal, misteriosa, que no atendía a ra-
zones y que fuera más fuerte del que parecía ser
el más fuerte. Cuando Tiamat aparecía en escena,
todo temblaba y solo se podía huir.
El segundo dragón que me enamoró fue Sm-
aug, y no por su poder, sino por su inteligencia y
manías personales. Me pareció super atractiva la
idea de un ser cuya ambición fuera retener para
sí lo que más ansía el hombre moderno: el dinero,
pero sin gastarlo, solo para tumbarse sobre él. Era
como si se regocijara en nuestras miserias y fuera
muy feliz haciéndolo.
Tiamat y Smaug me sirvieron para compren-
der que estas lagartijas escupefuego podían ser
mucho más que monstruos. De hecho, eran más
bien seres esclavos de su naturaleza o un reflejo
sombrío del ser humano. Tanto el dragón de Dra-
gones y Mazmorras como el de El Señor de los Anillos
parecían haber sido diseñados como una versión
siniestra, decadente o enrevesada de alguien. Tia-
mat era el miedo de Venger a morir y fracasar,
mientras que Smaug era la mismísima codicia
del hombre que había arruinado a tantos reinos y
pueblos. Por decirlo de algún modo, eran algo así
como un némesis emocional. Y entonces conocí
a Gwyn.
Dark Souls es un videojuego que nos ha cam-
biado la vida a muchos. He dedicado mucho tiem-
po y esfuerzo a analizar tanto esta obra como to-
das las de Miyazaki que vinieron tras ella. Prueba
de ello son los libros El Padre de las Almas Oscuras y
Los Secretos de las Tierras Intermedias. Y en ambos no
he podido evitar dedicar largos capítulos a hablar
sobre sus dragones. La razón es que, si Dragones y
Mazmorras o El Hobbit centran parte de su narra-
ción en la batalla contra ellos, Dark Souls inicia su
relato con la derrota de estas bestias y las conse-
cuencias que eso tiene para el que los mata.
Gwyn usa su poder eléctrico, a sus guerreros y
la ayuda de Seath el Descamado para acabar con
ellos. Los mata, los mutila y destierra a los pocos
supervivientes a las profundidades del mundo.

96
Nº86 LOS DRAGONES NO LLORAN

97
NUEVO NIVEL

La cuestión es que el ser humano crece y madu-

ra mediante un enfrentamiento continuo contra
sus debilidades. Por ejemplo, un escritor se vuelve
mejor al enfrentarse a sus defectos con las letras,
y los personajes de Tolkien evolucionan gracias a
su lucha contra lo que simboliza Smaug, pero ¿qué
le ocurre a un rey cuando se quita de encima lo
que le permite ser mejor? Pues que queda maldito
y condenado. Al no tener un defecto o una debi-
lidad contra la que luchar, él se convierte en esa
debilidad.
Los dragones de Dark Souls son fascinantes.
Tras ser destrozados por el rey Gwyn, se repliegan
y no muestran signos de venganza. Son inteligen-
tes, pero de una forma casi cristiana. Prefieren po-
ner la otra mejilla, como si comprendieran que las
consecuencias de los crímenes del regente ya se-
rán suficiente castigo por su pecado. Y así fue. Su
hijo prefiere partir al Pico del Archidragón, olvidar
su nombre y su lugar a su lado como príncipe, y
cuidar a los pocos supervivientes y descendientes
de la raza. Havel, que había sido antaño su amigo
y confidente, comprende que se ha equivocado al
apoyarlo, y su hija, Filianore, cría entre sus brazos
a Midir en los confines del mundo. Mientras tanto,
Gwyn se marchita, solo, triste y consumido.
El mundo también reacciona de una forma
particular. Muchos humanos viajan hasta donde
se esconde el último de los dragones, y allí medi-
tan y realizan extrañas prácticas para convertirse
en uno de ellos. ¿Lo hacen para implorar su perdón,
como rechazo a Gwyn o porque entienden que son
seres superiores? Siempre he creído que lo hacen
por pura debilidad humana, porque un humano
no puede vivir sin ese enemigo que vive en su
interior y contra el que se pasa combatiendo
toda la vida.
Dark Souls II, con Yui Tanimura a los mandos,
recogió el testigo de Hidetaka Miyazaki y reali-
zó su propia lectura de estos seres. En Drangleic,
humanos, gigantes y dragones están conectados
entre sí. Se esboza la idea de que todos proceden
de la misma cuna, y que Aldia fue incluso capaz
de crear dragones a través del alma de los gigan-
tes soñadores. Esta idea conecta con la que he
planteado de Dark Souls: el dragón es parte de
lo humano. El hombre crea al dragón, lo llama y
lo necesita. Quiere matarlo, pero ni puede ni debe,
porque es parte de sí mismo. El gigante de Dark
Souls II es algo así como una fusión entre ambos.
Es humanoide pero gigante, es gentil pero brutal.

98
 LOS DRAGONES NO LLORAN

Es la unión pacífica e imposible de lo onírico y lo

terrenal. Y los matamos a todos.
Tras los Souls, la siguiente vez que Miyazaki
trajo dragones a sus videojuegos fue con Sekiro. Si
en Drangleic, Lothric y Lordran fueron entidades
que sufrieron, seres de alma cristiana y profetas de
otra forma de vivir, en el Japón feudal se tomó la
metáfora de la carpa y la catarata para represen-
tarlos.
El folclore chino habla de una carpa koi que
nadó a contracorriente, subió la cascada del em-
bravecido río Amarillo y, como recompensa, los
dioses la convirtieron en dragón. Este cuento es el
eje que vertebra el diseño de El Palacio del Manan-
tial. Y nuestro último desafío es luchar contra el
pez ascendido, contra la carpa convertida en dra-
gón. Para hacerlo, debemos tocar una piedra sobre
la que reposan los restos de To-
moe, símbolo de que ella misma
"El dragón es parte de lo ya no es solo una humana.
humano. El hombre crea al Tomoe es la maestra de Geni-
chiro, la que domina el relámpa-
dragón, lo llama y lo necesi- go con su filo y el gran misterio
de todo Sekiro. Cuando vemos lo
ta" que queda de ella, comprendemos
el mensaje que esconde el juego:
hay que intentar ser mejores y trascender. To-
dos los guerreros de este título son carpas que han
de evolucionar, bien en dragones, en bestias de
fuego, en cuidadores de niños elegidos o en su pro-
pio padre tras abandonar su carne. Todos tenemos
un camino que nos hace ser mejores o, al menos,
distintos. Esto es justo lo que Gwyn no consiguió.
Él, al rechazar y matar al dragón, no consiguió
avanzar. Se quedó detenido en el tiempo, y solo
supo aferrarse a su presente maldito con uñas y
una llama que no debía ser enlazada.
Tras Sekiro, la siguiente pregunta fue, ¿cómo
sería el dragón de Elden Ring? La gracia estaba en
que ya no sería Hidetaka Miyazaki el que cimenta-
ra los mitos de las Tierras Intermedias. Su nuevo
mundo de juego vendría firmado por George R.R.
Martin. En Juego de Tronos, los dragones recuerdan
a bombas nucleares. Son algo así como Metal Gear,
máquinas de guerra tan destructivas que quien
las posea ganará cualquier contienda; pero con un
matiz.
Lo chulo es el apego que el jinete o la madre
de dragones tiene con estas criaturas. Este amor
de Martin también está en los juegos de Miyazaki
y Tanimura. La historia del Rey sin Nombre es una

99
NUEVO NIVEL ESCRIBE · ADRIÁN SUÁREZ
de amor. Lo abandona todo para entregarse a los
wyvern, es un padre que quiere formar un hogar a
costa de su propia humanidad. Pero ¿está ese amor
en Elden Ring?
El lore de este juego encierra un par de relatos
encantadores a este respecto. El primero, y mi fa-
vorito, es el que involucra al hijo dorado de Mári-
ka, es decir, a Godwyn, y a Fortissax. Los dragones
decidieron asaltar Leyndell. Estaban hartos del
control que la Voluntad Dorada ejercía sobre su
mundo, y temían sufrir una masacre como la de
los gigantes. Por ello, volaron hasta la capital, des-
trozaron sus muros y le plantaron cara a los Orden
Dorada. Godwyn se personó ante uno de los más
poderosos dragones, el temible Fortissax, capaz de
manejar el rayo rojo con la misma maestría que
Tomoe.
¿Y qué ocurrió? ¿Godwyn el dorado lo mató
como hizo Gwyn? ¿Fortissax lo atravesó con su
rayo? No, nada de eso. Ambos vieron en el otro
algo más que a un enemigo, vieron a un ser vivo
que se merecía respeto. En ese instante no fue-
ron ni humanos ni dragones, solo dos amigos que
FEBRERO 2023
se juraron lealtad y cariño. Por eso, cuando God-
wyn cayó a causa de la daga maldita, Fortissax via-
jó a los sueños de su amigo para recuperar de ahí
su humanidad perdida, aunque eso lo convirtiera a
sí mismo en no muerto.
Por su parte, Lansseax, su hermana, abando-
nó sus alas, escamas y colmillos; se transformó en
una sacerdotisa de piel, carne y lágrimas con un
propósito firme: explicarle a la humanidad que los
dragones no eran malvados ni enemigos. Lansseax
sabía que todos podían vivir en comunidad. Pero
esta historia no acabó bien. Los buenos deseos de
la sacerdotisa acabaron revelando a los humanos
que, comiéndose el corazón de los dragones, po-
drían obtener sus poderes. Por ello, los pocos que
sobrevivieron del asalto a Leyndell fueron masa-
crados. Y tú, como jugador, te has encargado de
eliminar a los que quedaban. Sí, has obrado como
Gwyn.
"Los dragones nunca llo-
ran al ser derrotados. Y
eso es lo que más nos
afecta"
Nº86 LOS DRAGONES NO LLORAN
Por todo esto es por lo que, cada vez que un
nuevo juego de Hidetaka Miyazaki cae en mis
manos, analizo a sus dragones, los investigo y los
estudio. Necesito saber qué me quiere decir el
autor a través de ellos. ¿Son un símbolo de la
ascensión, de todo lo malo que hay en nosotros o
son la propia naturaleza que implora poder seguir
viviendo?
Y nunca lloran; los dragones nunca lo ha-
cen al ser derrotados, y eso es lo que más nos
afecta. De hecho, el único de toda su estirpe que
se arrepiente, que ha sufrido y que anhela morir es
el que actuó como un humano: Seath. Sintiéndose
traicionado por los suyos, él hizo lo propio y guió
las iras de Gwyn contra ellos. Pero eso le pasó fac-
tura. Tuvo que vivir como una criatura deforme y
apartada hasta que el elegido por Velka lo matara
y le arrebatara su arma.
En Dark Souls III hay un momento especial-
mente significativo. Si viajamos al Pico del Archi-
dragón, y oramos al lado de una estatua, recibire-
mos el Anillo de Calamidad. Dice lo siguiente: «Un
anillo hecho con el ojo naranja de un dragón fu-
nesto. Recibe el doble de daño. Este anillo no tiene
poderes útiles, y es un mero símbolo de adoración
hacia los dragones, algo que ha ido pasando silen-
ciosamente por las manos de sus más fervientes
adeptos, algunos de los cuales estaban convenci-
dos de que la tarea les había sido asignada como
un deber sagrado».
Es decir, no es un objeto útil. Al ponértelo se-
rás como un dragón: recibirás el doble de daño,
sufrirás más y te regocijarás en esa sensación de
dolor; porque ser un dragón es sufrir. Lo bri-
llante es que este es un anillo que también pode-
mos encontrar en el Dark Souls original al eliminar
a Kalameet, lo que significa que estos seres han
sido mártires toda la vida, y que esa pena es lo que
los hace ser lo que son.
Por todo esto es por lo que me parece que los
dragones de Hidetaka Miyazaki son tan intere-
santes. Son los grandes derrotados, pero, con su
muerte, los que acaban perdiendo son los propios
humanos. Porque nosotros sí lloramos. Y Gwyn
también. ■
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T
Nº86 COQUÍN ARTERO

UN RELATO DE
COQUÍN ARTERO

LAS CAVERNAS
DEL DESTINO

E
n la meseta de Los Baldíos, bajo el cielo estrellado, Ludha Cuerno de Sangre repasaba
su equipaje intentando hacer registro de daños. Nunca había visto a un bicho con
ese aspecto en un clima tan seco, con escamas y lo que parecían ser branquias: no
tenía pinta de estar adaptado. Huía de algo terrible y se encontró de frente con la
cazadora de sangre más caliente entre todos los tauren. 
El engendro se abalanzó gritando una suerte de gorgoteo ininteligible, lleno de rabia
asesina. La tomó por sorpresa. Primero pensó que un goblin desnudo y rabioso se estaba
buscando la ruina, pero esos dientes le hicieron más daño del que esperaba. Resintiéndose
de la dentellada que atravesó su armadura de cuero grueso y le laceró el costado, solo pudo
apartarse dando un fuerte brinco hacia atrás. Dejó las provisiones a expensas del bicho y
este la emprendió a mordiscos contra la carne seca.
Con la mano agarrada al costillar, sangre raleando hasta el tobillo y la mirada llena de
odio, la cazadora se volvió a acercar lo suficiente como para aturdir a lo que pudo identifi-
car como un batracio con espinas. La sorprendió, sí, pero ahora estaba en guardia. El bicho
vio a la tauren crecer con cada paso. Gritó lleno de ira y alzó las garras preparándose. Ludha
podría haberle metido varias flechas entre la barbilla y el ombligo, ensartar su cabeza como
un espeto o hasta clavar sus ancas al suelo a flechazos y dejarlo pudrir bajo el sol de la lla-
nura; la herida le ardía como el lametón de una lengua de lava, pero habría sido necesario
cortarle un brazo para impedirle usar un arco… Podría haberlo hecho y, sin embargo, tenía
otros planes para el extraño personaje.
La bestia alzó los brazos, ella amagó con el puño y desvió la atención del animal para
hacer temblar el suelo bajo sus pies con un fortísimo pisotón. La criatura tenía las garras
palmeadas y rojizas, cubiertas de piel, pelo y escamas. Las bajó sin querer cuando la tierra

103
NUEVO NIVEL NOVIEMBRE NOCTURNO · COQUÍN ARTERO FEBRERO 2023

se movió por sorpresa bajo sus pies y descubrió un rostro con la mirada perpleja, de ojos
enormes, rebosantes, casi fuera de sus órbitas. Su boca era ancha y su cresta de espinas
empezaba en la frente para extenderse por la espalda hasta la rabadilla. Uno de los espec-
táculos más confusos que hasta ese momento se había encontrado Ludha, la impasible, la
dura, la incorruptible cazadora tauren.
Le hizo bajar la guardia y el ser dejó al descubierto el hueco perfecto para que ella le
enganchase un certero golpe con el arco, que rompió el arma y puso a dormir a la criatura.
Observó la forma en que su presa jadeaba en la inconsciencia y se le antojó el fruto de una
orgía entre un enano, un erizo y la madre de todos los sapos. Antes de ocuparse de sus pro-
pias heridas, ató al bicho, lo amordazó para no oír su estridente cacareo y cambió los planes
para volver a Cima del Trueno en compañía del prisionero.
La mañana siguiente, el escándalo de los retoños tauren al ver a la bestia atrajo al ve-
cindario. Al poco entraron en la tienda de los mayores con tal aire de preocupación que
el valle entero contuvo el aliento. Bajo las pieles de la tienda, siete taurens guerreros ro-
deaban a la criatura con sus armas dispuestas a segarle la vida ante cualquier desplante.
Ludha, frente a los viejos, le daba la espalda para relatar las circunstancias del encuentro.
El mayor de los ancianos, Klör Pezuña Partida, ordenó que arrojasen agua sobre el ani-
mal y así sacarlo de la inconsciencia. Este se revolvió asustado al ver el grupo de taurens
dispuestos a aplastar su espalda y comprobar si lo que escondía debajo eran huesos, cartí-
lagos o espinas. Se aseguraron de que había entendido la situación y lo desataron. En voz
baja, rezongó su gorgoteo con aire de resignación.
Al caer la noche, Ludha preparó su equipaje para la nueva misión de partir hacia Or-
grimmar, con los restos de un múcloc en la mochila y un mensaje de alarma en el pensa-
miento: el peligro se aproxima desde Reinos del Este, algo que está sacando a los seres de
sus casas y les obliga a buscar refugio lo más lejos posible. Debían estar preparados.
Fue cruel obligarla a emprender un nuevo viaje el día después de su regreso, herida y
cansada. Decisión inteligente por parte de los mayores. Ejecutaron al prisionero por inten-
to de asesinato tras el interrogatorio y su cuerpo comenzó a apestar antes de lo esperado.
Un olor tan fuerte que repelía a las monturas. Tenían la certeza de que precisamente Ludha
sería la única capaz de aguantar todo el viaje con el cadáver. De niña la emprendió a cabe-
zazos contra una cabra adulta y ganó, pero perdió el olfato y el gusto. 
De las pocas palabras que pudieron entender en nerglish durante el interrogatorio,
tradujeron que la amenaza está asimilando todo signo de vida para alimentar el avance de
una plaga. No supo cuál era la naturaleza de la misma, pero repitió varias veces lo que en
el idioma de los tauren significaría algo parecido a «la resistencia es inútil». A Ludha no
le gustaba llevar mucha carga si tenía que pasar días fuera de la aldea. Sus cacerías eran
rápidas y ocultaba las presas para volver en grupo más tarde. Así era más productiva.
El cadáver del múrloc había perdido la rigidez y se habría deslizado fuera del atillo de
no ser por las espinas de la cresta enganchadas en la tela. Con cada paso más incómodo,
más pesado. Al poco de comenzar tomó la decisión de parar lo antes posible y recolocar el
bulto para trotar en condiciones.
En esta ocasión quiso hacer el camino en línea recta, más angosto, para evitar que el
olor del cadáver atrajese carroñeros. No conocía la travesía, pues tendría que atravesar
valles y montañas de laderas escarpadas que, de manera natural, prefería evitar, por eso
trepó a lo alto de un tronco pelado y oteó hasta dar con una oquedad en la parte umbrosa
del valle. Allí estaría segura.
Nº86 WORLD OF WARCRAFT

Con cada aguijonazo que le regalaba la herida, recordaba lo fácil que era atravesar valles
a zancadas, sin bultos pesados y viscosos a su espalda ni dolor o malestar. Las circunstan-
cias la habían arrastrado a una situación rebosante de responsabilidades y un pesado lastre
que no podía eludir.
En uno de sus bamboleos, el cuerpo colgante del múrloc dejó caer la cabeza de forma
que, al cruzar su vista con la de Ludha, pareció sonreír burlándose de su suerte. Se le antojó
que las charlotas del camino, en su graznar, también aprendieron a reírse de ella, incluso
ardillas y búhos ululaban y chirriaban con sorna.

—¿Qué cuernos habré hecho yo para merecer ésto? —se preguntaba sin perder ni un
segundo de vista su destino: Orgrimmar.

La oquedad resultó ser una cueva con una entrada que lucía mucho más grande de lo
que le pareció. Casi cubierta por la hojarasca y los matojos, al asomarse no le pareció tan
abandonado como quería indicar la vegetación crecida en el umbral. Vacilante ante la po-
sibilidad de estar ocupada por algún tipo de bestia, esperó a que el aire empujase el olor del
múrloc e hiciese salir lo que allí se ocultase. Sin embargo, al entrar la brisa, se convirtió en
un silbido serpenteante entre las estalactitas que entonó el timbre de una voz sin género
invitándola a pasar. Como si la propia oquedad hablase a la cazadora.

—Por fin llegas —creyó oír en el eco.

Entró, volvió la vista y distinguió dos tótems tauren tras los matorrales, colocados con
firmeza sobre el suelo. A sus espaldas, un centenar de destellos en la grieta de la roca ilu-
minaron la galería. Dejó caer el morral con el cadáver rebotando contra el suelo de piedra.
Lo que veía le era conocido de algún modo que no podía explicar. Las paredes estaban
repletas de estanterías con cachivaches, portezuelas tamaño duende y entradas abriendo
camino a otras estancias. Ludha se preguntó si acaso la montaña no sería la cáscara de ese
monumento a lo extraño.

—¿Hola? —preguntó subiendo la voz.

Las lucecitas de las paredes temblaron con el eco y, en respuesta, las motas del suelo
vibraron para formar torbellinos que reprodujeron la imagen de un viejo tauren ofreciendo
su sonrisa a través del tiempo. Ludha atinó a saludar con la mano y expresar algo sin voca-
lizar. El aparecido se puso a un metro de la visitante en un pestañeo. Sostenía una pequeña
botella con un líquido rojo y la invitó a tomar.
 El susto la incomodó. Le dolía el costado, las piernas, el ánimo… hasta que reconoció
la forma del cristal y su contenido, que bebió sin dudar. Había visto ese brebaje en las
vituallas de los guerreros. Siempre sintió curiosidad por probar una de esas pociones de
recuperación.
 La reconfortó, le hinchó el pecho llenándola de energía, se estiró e hizo crujir sus arti-
culaciones. Respiró hondo y buscó con la mirada al anfitrión. El tauren acababa de arrojar
el arco de Ludha con fuerza por la puerta de la cueva. Ludha se enfureció. Estaba confundi-
da. Era su arco. Ese que siempre consideró una parte de sí misma. El enfado se materializó
como un malestar físico, fuerte como dos patadas simultáneas en los riñones y el hígado.

105
NUEVO NIVEL NOVIEMBRE NOCTURNO · COQUÍN ARTERO FEBRERO 2023

Quiso ponerse en pie de un salto, atacar, gritar, deshacer las formas vaporosas del es-
pectro en mil volutas. Quería recuperar su arma, pero al ver la palma del viejo justo frente
a su cara, la calma le invadió el cuerpo y su mente se opacó con visiones imposibles que
aparecieron de golpe. 
Un finísimo velo corrió de pronto ante sus ojos: un enorme cazador tauren libraba
expediciones en las que solo ella podía haber estado. Portaba su arco como pudo haberlo
hecho ella misma. La ensoñación más curiosa fue la de su propio rostro luchando a su lado,
cubierta por una túnica y envuelta en mágicos chisporroteos de druida en combate.
La estancia se cubrió de un filtro verde por la luz que asomaba desde la entrada. El tau-
ren se desvaneció con un pisotón y, en el exterior, una lluvia de fulgurantes rocas encen-
didas del mismo color abría huecos en el paisaje. Rocas que al tocar el suelo se levantaban
con el cuerpo de bestias con cabeza, cuerpo y extremidades hechos de la misma piedra
brillante, ardiente, tóxica; cientos de desconocidos hasta el momento por los habitantes
de Azeroth, campaban ante los ojos de Ludha, por los barrancos, sembrando caos y pánico
sobre todo aquello donde estampar su huella. 
La tierra se transformó en segundos lo que podrían haber sido años frente a ella, que
observaba como además, el cadáver del múrloc, putrefacto, excretando larvas satisfechas
e hinchadas, volvía a girar sus ojos de huevo duro. Hasta ahora velados por el azúl cerúleo
de la muerte y arrugados por la sequedad, volvían a hincharse al tiempo que el resto del
cuerpo colocaba las articulaciones en una suerte de danza macabra. Sentía cómo el hechi-
zo en la bebida atenuaba sus reacciones. Allí se sentía a salvo de un exterior abocado a un
abismo de radiación verdosa. 
El múrloc inspeccionaba su propio cuerpo, agarraba manojos de aire y ponía a prueba
el funcionamiento de sus manos. Al verse desnudo, buscó algo en sus alrededores con que
cubrirse ante la mirada narcotizada de Ludha.
Se dirigió directo al gancho de la esquina, a la derecha de la entrada. Descolgó un abri-
go que sobraría en el cuerpo de cualquier múrloc. Se enredó como pudo en la pieza y se
sentó cruzando las ancas frente a la tauren. A su espalda, a través de la abertura de la cueva,
el barranco se convertía en un erial de perdición y daba paso a un paisaje diferente. El ba-
tracio dejó de lado su gorgoteo para hablar por primera vez. 
Era Trank Mano de Fuego, druida errante de los primeros tauren. Tuvo a bien ocupar
el cuerpo del múrloc para comunicarse de igual a igual con la cazadora… o acercarse lo
máximo posible a ese concepto, pues, por más que lo intentaba, a Ludha se le resistía la
idea de ver a el bicho ese de los pantanos como el enorme tauren que parecía ser. Seguía
embriagada.
Trank relató una leyenda que, a oídos de la cazadora, pareció un canto. Tonos encade-
nados hablando del destino, el camino y la supervivencia de la especie, del origen de los
tauren, de su estirpe y de ella en concreto: esa fue la parte que recordó.
El lugar de la cazadora no le pertenecía, pues su hermano, aquel que no llegó a ver la
luz, estaba designado como responsable de lanzar una flecha en el momento adecuado. La
flecha que cambiaría el mundo. Mas esa flecha nunca voló. Ludha nació para ser druida y
ostentaba una carga sobre la espalda ineludible dentro del plan divino. Resignada, solo se
dejó hacer.
Con la cara de un múrloc y la entonación poderosa del tauren, Trank ilustró a una Lud-
ha entregada a las artes de curación, tótems de poder, olas de frío, ocultación y, en última
instancia, la magia de resucitar a los muertos. 
Nº86 WORLD OF WARCRAFT

Trank nunca se preocupó por si a la tauren le parecía buena idea cambiar el sentido
que la magia de los tótem había elegido para sí. «Es el destino, está escrito en la piedra del
tiempo, las marcas de tu piel, la forma en que los huesos cayeron sobre tal o cual tela. El
destino es ineludible». Una retahíla que se repitió incansable durante los días de instruc-
ción.
Ella aceptó la situación del mismo modo que aceptó cada uno de los encargos de Los
Ancianos. Había aceptado con frialdad marcial toda orden, petición o encargo desde que
despertó de su primera convalecencia siendo cachorra. Nunca tejió relación alguna más
profunda que lo que puede llegar a ser el acuerdo entre mandatario y obediente servidora.
Era buena como tauren, pues nunca se la vio reclamando las rentas de su servicio ni lucien-
do galones. Se limitaba a hacerlo bien. 
Podrían haberla puesto a cocinar y habría sido la mejor. Una cocinera sin pasión, pero
con sangre en las venas, inteligente, efectiva, la mejor. Por eso asimiló la situación sin
reservas. Hacía cálculos de lo que ocurría fuera de la cueva. El tiempo allí transcurría de
forma distinta. ¿Cuánto habrá pasado en su tierra? ¿Habrían muerto? ¿Queda rastro de los
tauren?  Se centró en aprender cada vez más, hasta que un día despertó, como siempre,
antes que su mentor. 
El múrloc se había vuelto polvo durante la noche y eso significaba algo: su aprendizaje
terminó, estaba lista para cumplir con su destino. Solo un paso bastó para saber que no era
la misma que una vez entró herida y cansada. Descubrió que la plaga verde, el ¿fez? se había
extendido por todo el territorio, marcando la tierra, llenándola de cicatrices.
El clamor cansado de las arenas del tiempo pronunció su nombre para así convocarla a
una guerra decidida antes de nacer. Antes de la existencia de cualquier especie que hayan
visto los de su tribu. Tenía la certeza de qué debía hacer, cuál era el sentido de su vida y por
primera vez se atrevió a decir: «No».
Miles de eras pasaron antes de nacer y otras miles verán la tierra cambiar después de su
partida. Ahora tenía capacidades para desenvolverse en cualquier realidad, conocimientos
del mundo que no poseía antes de entrar en la cueva del druida, tan cargada de misterios,
tan llena de imposiciones.
Ahora, con los habitantes de Cima del Trueno que ella conoció formando parte de la
tierra donde sus descendientes cultivan ñameras, sabe que por fin es libre, y que una pro-
fecía no es más que un grupo de palabras escritas en piedras que tarde o temprano se
convierten en polvo. Viaja feliz y resuelta, desfaciendo entuertos, acometiendo misiones,
haciéndose cada vez más fuerte, más famosa. Hasta llegar a ser el motivo por el que otras
piedras liguen el destino de cazadores, guerreros y druidas de cualquier condición, al de
una heroína que una vez decidió ser la dueña de su futuro. ■

107
RETRO ESCRIBE · MARC ROLLÁN 'ELFUNS' FEBRERO 2023

FAMICOM
DISK
SYSTEM
FABRI CA NT E : NI NT E NDO
P RECI O : 15.000 Y E NE S
UNI DADE S VE NDI DAS : 4.5 0 0.0 0 0
L A NZ A MI E NTO: 21 D E FEB R ERO D E 1 986
CE S E DE P RODUCCI ÓN: 1 990

Imagen: BugWarp / WIKI COMMONS

108
Nº86 FAMICOM DISK SYSTEM
EN UN MOMENTO EN EL QUE FAMICOM
SEGUÍA TENIENDO UN ÉXITO
ARROLLADOR A PESAR DE LLEVAR
AÑOS EN EL MERCADO, NINTENDO SE
ENCONTRABA EN UNA ENCRUCIJADA POR
LA CUAL NO SABÍA QUÉ HACER CON
SU EXITOSA MÁQUINA. ¿CESARÍAN SU
PRODUCCIÓN? ¿SE LANZARÍAN A POR
UNA MÁQUINA NUEVA AHORA QUE SUS
PRINCIPALES COMPETIDORES LO HABÍAN
HECHO? PODRÍAMOS DECIR QUE LA
COMPAÑÍA JAPONESA DECIDIÓ CAMINAR
POR UN SENDERO INTERMEDIO QUE,
DESDE LUEGO, NO FUE EL MEJOR DE
TODOS.
109
Escribe: Marc Rollán 'ElFuns' · @ElFuns
E
l éxito de Famicom, más conocida en Occidente
como Nintendo Entertainment System, es indiscu-
tible. Sus cifras, sobre todo en Japón y Estados Uni-
dos —sus principales mercados—, son apabullan-
tes. Nintendo consiguió, durante toda su vida comercial,
vender más de 60 millones de consolas, 34 de los cuales
solo en Norteamérica. En su momento de mayor apogeo
podía encontrarse una NES en uno de cada tres domicilios
estadounidenses, donde Nintendo consiguió que permea-
se el mismo lenguaje popular, ya que «jugar a la Nintendo»
se convirtió en sinónimo de jugar a videojuegos. Es cier-
to que sus cifras en Europa o Latinoamérica no fueron tan
abrumadoras en comparación porque la corporación japo-
nesa no tuvo un interés real por estos mercados hasta más
adelante, aunque las ventas allí también se contabilizaron
en varios millones de unidades. NES funcionaba tan bien
que, aunque a principios de los noventa ya podían encon-
trarse videoconsolas muy superiores, como Mega Drive, PC
Engine o Super Nintendo, el sistema siguió vendiendo has-
ta mediados de la década. En España, tan tarde como en
1994, más de una década desde su aparición original, toda-
vía estaban apareciendo novedades. Algunos comercios,
incluso, siguieron vendiendo la consola durante la segunda
mitad de la década de los noventa, hasta el punto de que
Nintendo no cesó su producción, oficialmente, hasta el año
2003.
La historia de NES es larga y está repleta de hitos. Su
catálogo, por ejemplo, está compuesto por más de mil tí-
tulos diferentes. Docenas de estudios de renombre actual
se iniciaron desarrollando juegos para la consola; convir-
tió a Nintendo, en definitiva, en la empresa multimillona-
ria que es a día de hoy. Por todo eso, cuesta creer que, en
algún momento de 1985, los ejecutivos de Nintendo con-
sideraron la posibilidad de descontinuar la producción de
Famicom. Mientras NES justo acababa de aparecer en Es-
tados Unidos, en Japón estaban convencidos que mante-
ner el sistema era impracticable. La demanda era brutal y
los componentes, tanto de la consola como de los cartu-
chos, empezaban a escasear. Además, aunque con el tiem-
po se demostró que su amenaza era inofensiva, SEGA justo
acababa de presentar Mark III —más conocida en Occiden-
RETRO
te como Master System— cuyas es-
pecificaciones, sobre el papel, eran
teóricamente superiores a las de
su sistema. En Nintendo había mie-
do a que el mercado de Famicom se
desmoronase, que fuera incapaz de
mantener el ritmo y que los desarro-
lladores independientes perdieran
el interés por la consola.
Es la razón por la que Masayu-
ki Uemura, el diseñador original de
Famicom, se puso, en 1985, a tra-
bajar en su sucesora. Aunque lla-
mar «sucesor» a este nuevo sistema
sería, como poco, atrevido. Fami-
com Disk System no se convirtió en
la sucesora de Famicom, sino más
bien en un complemento. O incluso
en una evolución del sistema origi-
nal. Teniendo en cuenta que Ninten-
do contaba entonces, solo en Ja-
pón, con una base de tres millones
de usuarios, hacer borrón y cuenta
nueva hubiera sido un suicidio co-
mercial. Por lo que, al margen de in-
corporar un poco más de memoria
RAM y un renovado hardware de au-
dio, la idea era que este viera la luz,
ESCRIBE · MARC ROLLÁN 'ELFUNS'
EL AVANCE DE LA TECNOLOGÍA
DEMOSTRÓ MUY PRONTO QUE EL
SISTEMA NO OFRECÍA NINGUNA
VENTAJA REAL
al menos durante un tiempo, como
un periférico que se conectaba me-
diante un adaptador a la ranura de
cartuchos de Famicom. Estricta-
mente hablando, en su génesis, Fa-
micom Disk System no era más que
un lector de un nuevo formato idea-
do por Nintendo, el cual debía susti-
tuir a los cartuchos de toda la vida.
Un soporte inspirado en los disque-
tes magnéticos de cualquier orde-
nador de los años ochenta.
Utilizar disquetes ofrecía múl-
tiples ventajas. Para empezar, es-
taba su coste, tanto para el fabri-
cante como para el consumidor. En
el momento de ver la luz, los títu-
los de Famicom Disk System costa-
110
FEBRERO 2023
ban la mitad que los que seguían en
cartucho. Juegos, además, que no
se veían perjudicados por el cambio
de formato, sino todo lo contrario.
Nintendo aseguraba que, gracias a
su superior capacidad y a las mejo-
ras del sistema, los futuros juegos
se verían mejor que nunca. Otra no-
table ventaja es que el jugador podía
salvar su partida, ya que entonces
todavía no se habían incorporado
pilas de almacenaje a los cartuchos,
olvidándose para siempre de los in-
trincados sistemas de códigos que
se utilizaban en la época. Y por últi-
mo pero no menos importante, Nin-
tendo distribuyó por toda la geogra-
fía nipona los Disk Writer, que eran
Nº86
(Centro) Nintendo HVC-022 / Solomon203 · (Derecha) Bubble Bobble Famicom Disk System disk / Bryan Ochala
máquinas dispensadoras en las que,
por solo 500 yenes —diez veces me-
nos de lo que costaba un cartucho
tradicional—, se podían grabar nue-
vos juegos en un disco vacío.
Nintendo puso a la venta Fami-
com Disk System en febrero de 1986
por unos 15.000 yenes —unos 100
euros aproximadamente sin con-
tar la inflación—, lo que suponía un
considerable desembolso tenien-
do en cuenta que el precio de Fami-
com era muy similar. La campaña
publicitaria, muy agresiva, arran-
có de inmediato, ya que la idea era
empezar la transición cuanto an-
tes y dejar de fabricar cartuchos de
una vez. El convencimiento de Nin-
tendo de dejar morir Famicom se de-
muestra en que el clásico Super Ma-
rio Bros. es diseñado por Shigeru
Miyamoto como juego de despedi-
da. El desarrollador quería, pala-
bras textuales, «un título que termi-
nase la era de los juegos de cartucho
por todo lo alto». Por lo que expri-
mieron al máximo las capacidades
del sistema en esta última epopeya
FAMICOM DISK SYSTEM
que no fue, ni tan última, ni tampo-
co exprimió todo lo que podía dar de
sí la consola.
En un primer momento cual-
quiera hubiera concluido que el
Disk System estaba siendo un éxito.
En su primer año de vida se vendie-
ron más de 2 millones de unidades,
lo que significaba, haciendo núme-
ros, que más de la mitad de usuarios
de Famicom se dejaron convencer
por Nintendo. Lo cual no es de ex-
trañar. La corporación aseguró que
sus próximos éxitos serían exclusi-
vos del Disk System. Entre los que
se encontraban Metroid, Kid Icarus,
el grandioso The Legend of Zelda e
incluso una «secuela» de Super Ma-
rio Bros., que aquí conocimos como
The Lost Levels. Pero al sistema se
le vieron muy pronto las costuras.
Los desarrolladores, para empe-
zar, lo odiaban. No solo les obligaba
a decidir entre dos formatos distin-
tos, con el riesgo que eso conlleva-
ba, sino que el margen de beneficios
en el nuevo formato era mucho me-
nor. Además, según David Sheff en
111
su increíble Game Over: Press Start to
Continue, Nintendo aprovechó para
añadir nuevas disposiciones, toda-
vía más draconianas, de las que ya
exigía a los desarrolladores. Entre
ellas, la corporación se apropiaba de
la mitad de los derechos de copyri-
ght de todas las obras publicadas en
este formato. Las condiciones eran
tan radicales que la mayoría de es-
tudios optaron por desarrollar solo
obras menores, lanzando sus gran-
des proyectos exclusivamente para
cartucho. Salvo el primer Castleva-
nia, que vio la luz en este nuevo for-
mato, ningún gran título de third
party apareció en Famicom Disk
System. Square, que planeaba lan-
zar el primer Final Fantasy en este
sistema, cambió a última hora de
opinión.
No solo era un asunto económi-
co. Muy pronto se demostró que Fa-
micom Disk System no ofrecía nin-
guna ventaja real. El precio de los
componentes de los cartuchos bajó
considerablemente en cuestión
de unos pocos años. Además, gra-
RETRO
cias a la arquitectura de Famicom,
se descubrió que podían incorpo-
rarse chips en el interior de los car-
tuchos que mejoraban sus recursos
técnicos, cosa que un disquete ja-
más permitiría. El aspecto del espa-
cio de almacenamiento también se
solventó enseguida. Apenas unos
meses tras la aparición del sistema,
Capcom presentó su adaptación
de Ghosts’n Goblins para Famicom,
cuyo cartucho superaba en capaci-
dad a los disquetes del Disk System.
Otros aspectos menores también
sumaron, como por ejemplo que era
muy fácil de piratear. Es imposible
contabilizar la cantidad de títulos pi-
rata que circularon por el mercado,
pero no fue una cuestión baladí. O
LA CORPORACIÓN ASEGURÓ QUE SUS PRÓXIMOS
ÉXITOS SERÍAN EXCLUSIVOS DEL DISK SYSTEM
que los disquetes eran tan baratos y
frágiles que perder una partida, o in-
cluso el juego entero, era más fácil
de lo que aparentaba. Como perifé-
rico, además, Famicom Disk System
era muy proclive a fallos y errores,
algo que Sharp intentó subsanar
con Twin Famicom, un sistema que
incorporaba ambas consolas en un
producto mucho más robusto. Aun-
que también, naturalmente, más
caro.
Con todo, aunque Nintendo si-
guió trabajando con el sistema du-
rante unos años más, en 1988 —dos
años tras su lanzamiento— este po-
día darse por muerto. Rindiéndo-
se a la evidencia, la corporación lan-
zó, no mucho después, versiones
en cartucho de aquellos títulos que
aseguró que serían exclusivos del
Disk System. Como The Legend of
ESCRIBE · MARC ROLLÁN 'ELFUNS'
Zelda sin ir más lejos, el cual fue re-
bautizado como Zelda no Denset-
su 1, ya que la segunda parte acaba-
ba de aparecer y no se quería dar pie
a equívocos. Solo aparecieron unos
200 títulos para la consola, de los
cuales muchos ya estaban disponi-
bles en formato cartucho. En 1990,
momento en el que se deja de fabri-
car oficialmente, se contabilizaban
casi 4 millones y medio de sistemas
en Japón, los cuales pasaron a ser
poco más que pisapapeles. Ninten-
do planeaba lanzar un equivalente
del Disk System para NES tanto en
Estados Unidos como Europa, pero
semejante desastre les hizo cambiar
de opinión. Los títulos que siguieron
siendo exclusivos en Japón, como
Metroid o Kid Icarus, aparecieron en
Occidente en el formato tradicio-
nal, lo que en un principio supuso un
problema, ya que hubo que adaptar
ambos títulos al viejo sistema de có-
digos para permitir continuar la par-
tida más adelante.
Famicom Disk System es uno de
aquellos sistemas que Nintendo ha
optado por olvidar. No niega su exis-
tencia, aunque, al igual que otros
proyectos fallidos, como Virtual Boy
o 64DD, no suelen ser reivindicados
en las retrospectivas sobre su histo-
ria. Aunque, en un curioso homena-
je, muchos años más tarde, se utili-
zó la misma música de su menú para
el de GameCube. De hecho, ya que
mencionamos el caso del 64DD,
este periférico para Nintendo 64
que nunca salió de Japón, cuesta
creer que alguien en Nintendo cre-
112
FEBRERO 2023
yera que era una buena idea. La his-
toria de este complemento imita,
paso por paso, la de Famicom Disk
System. El concepto era el mismo:
ofrecer un lector de discos para la
consola, ya que era un soporte mu-
cho más barato y versátil que el car-
tucho tradicional, de forma que las
promesas fueron las mismas. Por lo
que no es de extrañar que su desen-
lace también.
Sobre el papel, la idea de Fami-
com Disk System era excepcional.
Todo parecían ventajas. La posibi-
lidad, por ejemplo, de comprar un
disco y aprovecharlo para grabar
nuevos títulos, estaba años avanza-
da a su tiempo. Por desgracia, como
dice el refrán, el camino al infierno
está empedrado de buenas inten-
ciones. El avance de la tecnología
demostró muy pronto que el siste-
ma no ofrecía ninguna ventaja real
(por no decir que a Nintendo le pudo
la ambición al exprimir a unos estu-
dios de desarrollo que empezaban a
estar hartos). De haber aparecido en
Europa, dudo mucho que la historia
del Disk System hubiera cambiado
mucho, por lo que podemos agrade-
cer que, en el resto del mundo, NES
no fuera sometida a experimentos
tan rocambolescos como este. No
funcionó ni en Famicom ni tampoco
en Nintendo 64. Espero que nadie
en Nintendo piense que a la tercera
va la vencida y pronto veamos un ex-
traño periférico para Switch. Cual-
quier cosa menos eso. ■
Nº86 FAMICOM DISK SYSTEM

Imagen: Burning TwinBee: The Rescue of Dr. Cinnamon!/ Cospefogo Imagen: Nintendo Famicom Disk System/ Cospefogo

Imagen: Family Computer Disk System for sale used in Kanagawa / Nesnad

113
RETRO ESCRIBE · R AQUEL CERVA NTES FEBRERO 2023

114
Nº86 TERRANIGMA

TERRA
NIGMA
EL RPG QUE SE ATREVIÓ A SER DIFERENTE Y FUSIONAR
FICCIÓN Y REALIDAD DE UNA FORMA ÚNICA. UN JUEGO
VISIONARIO QUE APROVECHÓ AL MÁXIMO LOS LÍMITES DE
SUPER NINTENDO Y NOS LLEVÓ A UNA AVENTURA PLAGADA DE
DECISIONES, CONFLICTOS EMOCIONALES Y EMOTIVIDAD.

Escribe: Raquel Cervantes · @raquel_cdc

115
 FEBRERO 2023

TERRA
T
odo el mundo tiene un videojuego especial, uno
NIGMA que recomendar a la gente cercana y que hace
que esa persona se emocione al hablar de él.
En mi caso, sería la saga Kingdom Hearts o Final
Fantasy VII, pero lo bonito de los videojuegos es poder
compartirlos con la gente que te rodea y descubrir nue-
vos títulos que, a lo mejor, nunca hubiéramos conocido
de otra forma. Es precisamente así como he llegado has-
ta el juego que hoy me ocupa: Terranigma, una entrega

PLATAFORMA:
SNES
TERRANIGMA de Super Nintendo que en nuestro país pasó algo desa-
percibida, pero con mucho que ofrecer. Gracias a la pa-
sión de un verdadero amante de la obra, yo también me
he visto envuelta en este bonito universo jugando en la
propia consola original y una televisión de tubo.
A lo largo de la historia de los videojuegos no es raro
DESARROLLADORA: encontrar cientos de obras que, pese a ser sobresalien-
Quintet tes, han pasado de largo por un motivo u otro. Esto es
especialmente notable cuanto más atrás viajamos en el
EDITORAS: tiempo, ya que, hace unas décadas, la industria del vi-
Enix deojuego no estaba, ni mucho menos, tan extendida
Nintendo como a día de hoy. Por contra, en la actualidad encon-
tramos mucha más variedad y, con ello, resulta todavía
DIRECTOR: más difícil bucear en el pasado. Terranigma sería una de
Tomoyoshi Miyazaki estas obras; un videojuego de gran calidad, con un po-
tente mensaje que, sin embargo, pocos jugadores pare-
PRODUCTORES: cen tener presente en la actualidad.
Masaya Hashimoto Llegó a España en 1997, dos años más tarde que en
Shinji Futami Japón, cuando la primera PlayStation ya estaba estable-
Jun Toda cida y copaba el mercado con entregas recién llegadas
como Tomb Raider o Resident Evil. No es de extrañar que,
DISEÑADOR: dentro de ese panorama, su aterrizaje pasara sin pena ni
Tomoyoshi Miyazaki gloria y quedara tan solo en el recuerdo de aquellos que
tuvieron la ocasión de, por una razón u otra, hacerse con
COMPOSITORES: una copia. Dentro del género, Final Fantasy VII ya esta-
Miyoko Takaoka ba también en la ecuación, haciendo que la gente se vol-
Masanori Hikichi viera loca por la fiebre del 3D (junto con otros títulos), el
cual empezaba a dejar de lado, poco a poco, los 16 bits.
LANZAMIENTO: Yo —que por aquel entonces ya tenía un mando de Mega
20 de octubre de 1995 Drive en mi mano— no llegué a conocer este título has-
(JP) ta dar con esa persona totalmente amante de la entrega.
19 de diciembre de Y es que sabemos que, por aquel entonces, no ocurría
1996 (PAL) como hoy con las fechas de lanzamiento simultáneas en
todo el mundo; no, los estrenos de videojuegos tarda-
JUGADORES: ban en llegar hasta nuestras fronteras bastante tiempo.
1 jugador Si a eso le sumamos que coincidió con uno de los cam-
bios generacionales más notables en la historia de los vi-
deojuegos, su paso discreto por nuestro país está justi-
ficado.
Sin embargo, aquellos que sí conocen la entrega, lo
hacen con muy buenas palabras y haciendo alusión a
Illusion of Time, un título que el público parece reconocer

116
Nº86 TERRANIGMA
Gracias al éxito de Illusion of Time en nuestro país,
Quintet decidió darle una oportunidad a su nuevo y
flamante título
de forma más sencilla. Si bien se suele hablar de Terra-
nigma como una continuación, no es la secuela de nin-
gún título (al menos no de forma directa). Sin embargo,
sí que podemos considerarla como la culminación de un
largo camino que la desaparecida Quintet comenzó en
1990 con ActRaiser. En este videojuego de plataformas,
acción y simulación, —que, por cierto, cuenta con un re-
make— la compañía sentó las bases en las que se sus-
tentarían sus próximas obras: la dualidad, la luz contra
la oscuridad y el dar a los jugadores la facultad de guiar
los pasos de toda la humanidad. Así, a ActRaiser le siguió
SoulBlazer; este fue el primer título de la trilogía del Cie-
lo y la Tierra que continuó con el ya citado Illusion of Time,
para después llegar hasta la obra que hoy nos ocupa. No
obstante, como decía antes, no hablamos de secuelas
directas. De hecho, dicha trilogía únicamente compar-
te universo y la tarea de un héroe como salvador de un
mundo condenado a la destrucción. Afortunadamente,
gracias al éxito de Illusion of Time en nuestro país (en par-
te por su traducción al castellano), Quintet decidió darle
una oportunidad a su nuevo y flamante título, el cual me-
joraba en todo a su antecesor y mantuvo el detalle de ha-
117
IMÁGENES DEL JUEGO
cerlo llegar completamente traducido, algo poco usual
para el momento.
Entendiendo el contexto en el que nos llegó el jue-
go, es momento de bucear en sus entrañas y explorar to-
dos sus secretos. Terranigma es un ARPG con una juga-
bilidad mucho más elaborada que sus predecesores en
el que podemos atacar, correr, saltar, bloquear, trepar,
usar hechizos…y todo ello de una forma fluida. Además,
este era el primer título de la saga en el que disponía-
mos de un mapamundi con el que explorar libremente
el mundo que nos rodeaba. Dentro de este contexto en-
contramos a Ark, un joven que vive tranquilamente en
un pueblo llamado Krysta, situado en las profundidades
de La Tierra. De una forma fortuita acabamos abrien-
do, sin saberlo, la mismísima Caja de Pandora. Esto pro-
voca que el mundo de la superficie se vaya totalmente
al traste y, además, que todo nuestro pueblo (incluida
nuestra amiga de la infancia, Naomi) quede congelado.
Los únicos que se salvan de este suceso son Ark, el Sabio
de Krysta y Yomi, una criatura que liberaremos al abrir
la Caja y que se convertirá en nuestra compañera y guía
durante toda la aventura. Así pues, en nosotros recae la
RETRO ESCRIBE · R AQUEL CERVANTES
En su mundo es donde encontramos uno de los puntos
que hace a Terranigma un título tan especial
responsabilidad de solucionar todo lo que ha pasado de
manera fortuita. Para ello, abandonaremos nuestro ho-
gar con el objetivo de resucitar al mundo, a la vez que en-
contramos una historia mucho más compleja que se de-
sarrolla ante nuestros ojos sin posibilidad de evitarlo.
Es cierto que Terranigma cuenta con un inicio co-
mún, una premisa ya vista (más ahora), y unos perso-
najes que parecen cumplir ciertos estereotipos como
los que podíamos ver en las primeras entregas de Final
Fantasy, sin embargo, ¡cuán equivocados estaríamos si
nos quedáramos tan solo en sus primeros compases!
La creatividad y la profundidad de su historia hace que
pronto se diferencie de cualquier otro título del género.
De hecho, durante las primeras horas apenas vamos a
estar inmersos en la restauración de las cinco torres de
los continentes como preámbulo; es a partir del retorno
del mundo cuando el juego sorprende con unos giros in-
esperados y totalmente impredecibles.
Y precisamente en su mundo es donde encontra-
mos uno de los puntos que hace a Terranigma un título
tan especial: no estamos en una tierra fantástica, sino
en nuestro propio planeta, con figuras históricas reco-
nocibles y lugares emblemáticos. El jugador puede co-
nectar con los hechos que se viven, con las situaciones
con las que se encuentra y con los conflictos emociona-
118
FEBRERO 2023
IMÁGENES DEL JUEGO
les que suceden sin tener que recurrir a situaciones de-
masiado ficticias. Así se configuraba como todo un via-
je, tanto para el héroe como para el propio jugador, a la
vez que entretenía y conformaba pilares muy importan-
tes de los ARPG posteriores. Tal vez, hoy en día, en plena
moda de los mundos abiertos, el impacto de salir a ex-
plorar estos entornos nos resulta monótono, pero en
su momento nada estaba más lejos de la realidad. Y aun
así, a comienzos de 2023, yo misma he sentido la curio-
sidad que me transmitía este juego lleno de personali-
dad y apuestas arriesgadas. Toda esta esencia se perci-
be en la estupenda calidad de sus acabados, en el diseño
de sus personajes, en sus cinemáticas únicas y preren-
derizadas, inauditas por aquel entonces…
Además, en aquella época, dentro del género, lo
normal era encontrar historias de fantasía o mundos in-
ventados que llamaran la atención lo suficiente como
para que los reticentes a los videojuegos encontraran
una invitación a interesarse por ellos. En ese sentido, el
juego cuenta con una profundidad y complejidad narra-
tiva superior a la gran mayoría de RPG de la época, con
sorprendentes giros en diferentes puntos de la trama.
Por si fuera poco, todo esto culmina con un final sublime
y el uso de un lenguaje dentro del videojuego que pocos,
como Yoko Taro o Kojima, saben a hacer a día de hoy.
Nº86 TERRANIGMA
Y hablando de la actualidad, ahora que lo tengo muy
reciente, me he dado cuenta de que Terranigma es un
juego que ha envejecido perfectamente. Con grandes tí-
tulos hoy en día como The Witcher III, Persona 5 o Final
Fantasy VII Remake a la cabeza o una fiebre latente por
el pixel-art a los que no tiene nada que envidiar. Bueno
sí, tal vez su duración y una dificultad moderada: en tor-
no a las diez o quince horas se pueden realizar todos los
objetivos principales y hemos completado la tarea y, qui-
Uno de esos títulos que,
una vez completados, te
dejan un pequeño vacío
en el corazón
tado un par de puntos de dificultad, no destaca por su
complejidad. Con todo, Ark es, posiblemente, el perso-
naje de toda SNES con más animaciones de la historia:
andaba, corría, trepaba, saltaba, bloqueaba, se quema-
ba, se dormía, comía, vomitaba…¡hacía de todo! Y es que
al juego no le falta detalle alguno mientras combina fan-
tasía con realidad, pasado con futuro y crea toda clase
de retos por el camino. Por supuesto, encontramos en-
frentamientos contra multitud de enemigos y jefes que
aportan las dosis de dinamismo que se podía esperar de
un juego que deja de lado la mecánica de turnos. Enfren-
tarse a Bloody Mary es todo un reto, sobre todo cuan-
do entendemos que se trata de una figura tan popular
como Isabel la Católica. En este caso, una ya implemen-
tada mecánica de dash era fundamental para sobrevivir
a los arrebatos de los monarcas enfurecidos.
Por supuesto, mi experiencia con este juego no ha
estado libre del paso del tiempo y, aunque la calidad de
la entrega es innegable, todos estos detalles no han te-
nido el mismo impacto en mí, que se supone que debie-
ran tener ahora que tenemos tanta cantidad de historias
disponibles y estoy acostumbrada a toda clase de co-
sas. Sin embargo, no soy ajena a sus cualidades y revivir,
o más bien vivir por primera vez, todos estos eventos ha
sido una experiencia que ahora sé que tenía que tener en
mi vida como jugadora de videojuegos, porque no hay
muchos juegos tan particulares como este.
De Terranigma me quedo con su historia, con su for-
ma de relatar y de presentar sucesos conocidos de una
forma tan original. También me quedo con su compleji-
119
dad emocional disfrazada de fantasía. Grandes hitos de
la humanidad son reinventados de una forma que con-
sigue atraparte, y eso ha sido lo que me ha mantenido
intrigada mientras me divertía a lo largo de los cuatro
capítulos que dura la obra. La importancia de las deci-
siones que están en nuestra mano o el dilema que supo-
nen son otro de los puntos más interesantes con los que
cuenta el juego. Recordemos que hemos hecho un viaje
en el tiempo y que no estamos ante una entrega de Tell-
tale o Supermassive Games en el que la toma de decisio-
nes está asentada y, aun así, podemos hacer que las ciu-
dades evolucionen y prosperen con hechos tan curiosos
como ayudar a inventar la primera tortilla de patata (ori-
ginalmente hamburguesa) o elegir al futuro alcalde de la
localidad.
Por otra parte, su banda sonora es inmejorable, con
temas como «Overworld» amenizando nuestros viajes y
dotando de la emotividad necesaria a los sucesos. El tra-
bajo de Miyoko Takaoka y Masanori Hikichi a la hora de
recrear tantos instrumentos con la tecnología existente
es digno de alabanza. Sus personajes, junto con los es-
cenarios y un tono de crítica más que evidente, hacen
que esta obra se merezca mucho más reconocimien-
to y valor del que tuvo en su día. No hay duda de que es
uno de esos títulos que, una vez completados, te dejan
un pequeño vacío en el corazón. De hecho, los últimos
compases del juego son demoledores. La existencia de
un epílogo no puede ser, a nivel emocional, más duro, y
encima deja sobre el jugador la potestad de finalizar el
juego cuando él esté preparado. Momentos así, en los
que seamos nosotros los que formemos parte del jue-
go de una forma tan directa he encontrado muy pocos.
Tal vez cuando Joel encuentra a Ellie en la camilla en The
Last of Us, cuando manejamos a Zack Fair frente a Shinra
en Crisis Core o en el final NieR: Automata. A estos añado,
sin duda, el desenlace de Terranigma como uno de esos
momentos cumbre que, pudiendo haber sido desarro-
llados desde una mirada externa a partir de una cinemá-
tica, dejan el poder en nuestras manos para crear una
total y auténtica conexión entre historia y espectador.
Por todo ello, no quería perder la ocasión de resuci-
tar una obra de la que ahora considero que todo aman-
te de los videojuegos debería conocer. Un pedacito de
esa historia de los videojuegos que reside oculta, pero
a la que le debemos grandes cosas. Una representa-
ción que trasciende los tiempos y viaja por la memoria
como un ave que observa. Un mensaje actual de supera-
ción, sacrificio y valentía representado en un buen mon-
tón de píxeles con gran mimo. Y es que aventuras épicas
hay muchas, pero aventuras que calen de una forma tan
profunda no tantas. ■
LA TRIBUNA ESCRIBE · PEDRO DE LA ROSA FEBRERO 2023

CIUDAD VIE JA DE B OW E R S T O NE

¿Qué más dará

cuánto tardes?
PEDRO DE LA ROSA | @PEDLROSA

L
o admito: actualmente soy inca-
paz de empezar un juego nuevo sin
antes revisar cuánto voy a tardar
en pasármelo en HowLongToBeat.
¿Cómo? ¿Que Eastward dura, al me-
nos, veinte horas? Yo no tengo esa
clase de tiempo, que seguro que me
lío y tardo más... así que mejor me
pongo a jugar a Crusader Kings III,
un jueguillo conocido por ser corto
y al que le llevo echadas la friolera de
862,8 horas —y sumando—, mucho
más corto y asequible. Esto me lle-
va a preguntarme: ¿nos sugestio-
na saber cuanto dura un juego a
la hora de empezarlo? so, os confirmo: son muchísimas—, el tiempo que nos va a llevar termi-
Responder a esta pregunta de y no es que sea un juego corto. Así, narlo. Entonces, ¿de verdad necesi-
una forma en la que todos y todas la duración es solo uno de los facto- tamos saber cuánto tiempo dura un
estemos de acuerdo sería una ta- res que nos afecta, junto a la antici- juego?
rea hercúlea, cercana a lo imposible. pación, la posibilidad de jugarlo con Ahí está el quid de la cuestión,
Pero, a rasgos generales, sí, nos su- más gente, las recomendaciones re- ¿cuándo empezó a ser el tiempo
gestiona. Ahora bien, como en todo, cibidas o leídas... por lo que, qui- que dura un juego una forma de
hay excepciones. Solo tienes que ver zás, pensar en cómo nos sugestio- medir de forma correcta las ga-
la cantidad de veces que un juego na el tiempo no es la pregunta real nas que tenemos de jugarlo? Sí,
como Elden Ring aparece en las listas que nos estamos haciendo, ya que, es cierto que cada vez tenemos me-
de juegos pasados que cada uno sube cuando queremos de verdad jugar nos tiempo para jugar tranquila-
a Twitter a final de año —por si aca- a un juego, no tenemos en cuenta mente a un juego, para leer, o para

120
Nº86
cualquier otra actividad que sole-
mos hacer para descansar mental-
mente de nuestro día a día. Y cada
vez nos cuesta más porque es «in-
vertir tiempo en» o «tener tiempo
que gastar en», términos que tam-
bién nos condicionan. Pero que un
juego sea largo o corto no influye —
por lo general, que conozco más de
un juego que peca de ser demasiado
largo— en lo bueno que es, o en las
ganas que podamos tener de jugar-
lo. Aquí entraría toda una crítica so-
bre cómo vivimos en una sociedad
que cada vez nos requiere más y más
tiempo, sobre cómo esto nos afecta
en nuestro día a día y todas las co-
sas malas que surgen derivadas de
esa falta de tiempo constante, sobre
cómo... Pero este no es ese texto —al
menos, no del todo—.
El tiempo, al final, es el denomi-
nador común en toda una lista de
razones por las que no podemos em-
¿QUÉ MÁS DAR Á CUÁNTO TARDES?
pezar ese juego que tantas ganas te-
nemos: el miedo a olvidarte de cosas
de la historia o de perder tu habili-
dad, que el juego dure equis horas y
que no te vaya a dar tiempo a termi-
nártelo antes de que salga el próxi-
mo juego, el sentimiento de mono-
polización del tiempo con un solo
juego... Y esto no es algo que no se
sepa, porque ya no es solo que la po-
pularidad de HowLongToBeat haya
crecido tanto que ahora la buscamos
antes de empezar cualquier juego,
es que, por ejemplo, la propia app de
"¿Cuándo empezó a ser el tiempo que
dura un juego una forma de medir
correctamente las ganas que tenemos de
jugarlo?"
Xbox Game Pass de PC tiene una ba-
rrita que nos indica las duraciones
medidas por esta página web.
Como este texto va de pregun-
tas, no nos queda más que pregun-
tarnos: ¿deberíamos darle tanta
importancia al tiempo a la hora
de elegir qué juego empezar?
Aunque sé que es algo que cuesta,
creo que es una buena idea empezar
a no decidir qué juego comenzar con
el «no sé si me dará tiempo a termi-
narlo» en mente. Los juegos están
para transmitir mensajes, para de-
sarrollar ideas, para expresar... pero,
sobre todo, están para ayudarnos a
desconectar, ya sea durante trein-
ta minutos o cinco horas al día. Si la
falta de tiempo constante es, preci-
samente, nuestra principal carga de
estrés, ¿por qué tenemos que añadir-
le esa carga también a nuestra for-
ma de desconectar de ella?
Así llegamos a mi última pre-
gunta —lo prometo, de verdad—: ¿es
HowLongToBeat una herramienta
que trabaja en nuestro favor, o una
forma de quitarle el factor de entre-
121
tenimiento a los videojuegos? Mien-
tras intentaba responder a esta pre-
gunta, solo podía pensar en aquel
texto que publicó HardDrive —para
quién no la conozca es una web en
inglés centrada en noticias, en tono
de humor, sobre videojuegos—, How
Did We Ever Beat This as Kids? A Look
Back on the Neccessity of the Player’s
Guide —¿Cómo nos pasamos esto de
pequeños? Una mirada retrospecti-
va a la necesidad de las guías de estra-
tegia—. El artículo va por otros de-
rroteros, pero sí que da en el punto
de que cuando éramos pequeños ju-
gábamos a títulos verdaderamen-
te complejos, en los que nos enfras-
cábamos, en los pocos ratos que nos
dejaban jugar, en intentar pasarnos
de una vez por todas a aquel jefe del
Dragon Quest VIII: El periplo del rey
maldito —un hecho muy traumáti-
co en mi caso— que, cuando te toca-
ba cortar porque se te había pasado
el tiempo, todavía estaba ahí rién-
dose de ti. Y después, como mencio-
na el artículo, ahorrabas cada cén-
timo para ir al kiosko a ver si había
alguien que te explicaba cómo pa-
sártelo.
Sé que muchos y muchas de los
que leéis esta columna no necesi-
táis que os digan esto, pero yo ne-
cesitaba decírmelo a mí mismo: el
tiempo que vas a tardar en jugarte
un juego no es una medida legítima
para decidir qué empezar. Juégalo, y
que dure lo que tenga que durar, por-
que mientras consigas desconectar
y disfrutar con él, ¿qué más dará
cuanto tardes? ■
LA TRIBUNA
EL AT O L Ó N
El ocaso de la
antigua generación
ROBERTO BARRAGÁN | @ROBE_BARRAGAN9
M
i l euros. Eso es lo que me he gasta-
do, al igual que millones de jugado-
res, en las plataformas de nueva ge-
neración. Han pasado más de dos
años desde la llegada de PlayStation
5 y Xbox Series X, las consolas lla-
madas a dominar la década actual y
que, en mi opinión, los desarrollado-
res ni siquiera han empezado a ex-
primir, más allá de algún título pun-
tual y mejoras como la reducción de
los tiempos de carga. Sí, alguna que
otra vez vemos un videojuego hacer
uso del ray tracing o presentar una
distancia de dibujado pocas veces
vista hasta la fecha, pero siempre
acabo con la sensación de que todo
eso solo es posible a costa de sacrifi-
car otros aspectos.
En pleno 2023 nos hemos acos-
tumbrado a jugar a 60 imágenes
por segundo, hasta el punto de que
cuando probamos el habitual modo
gráfico que prioriza la calidad por
encima del rendimiento, al girar
la cámara o movernos rápidamen-
te notamos que algo no va bien. Y
ESCRIBE · ROBERTO BARRAGÁN
DE NUM A R A
el motivo es el mismo: cuando algo
rinde bien, es porque se ha rebaja-
do la fidelidad visual. Dicen que no
se puede tener todo en la vida, y en
parte llevan razón. Mi problema con
las consolas de nueva generación es
que no lo tenemos por una sencilla
razón: el lastre que supone el hecho
de que PlayStation 4 y Xbox One
aún permanezcan con nosotros.
Aunque no siempre es posible
determinar hasta qué punto una
máquina antigua es culpable de que
un producto moderno esté por deba-
jo de las expectativas, resulta impo-
sible no pensar eso de «lo que podría
haber sido». Es una idea que tengo
en mente desde que vi God of War:
Ragnarök, un título con un aparta-
do gráfico importante, pero no de-
masiado lejos de la entrega de 2018.
¿Cómo habría sido si Santa Monica
Studio no hubiese tenido que pensar
en la versión de PlayStation 4? Nun-
ca lo sabremos, pero yo creo que ha-
bría presentado un aspecto —y unas
prestaciones— muy superior, como
podría ser suprimir todos esos mo-
mentos en los que pasamos por una
cornisa, un recurso habitual cuando
el objetivo es introducir un tiempo
de carga encubierto.
Pero ni siquiera necesito pen-
sar en cosas que no han sucedido;
basta con retroceder hasta el fatídi-
co día en que Cyberpunk 2077 llegó
122
FEBRERO 2023
a las tiendas. Ante casos así, soy ta-
jante: ese título nunca debió salir
en las consolas de la pasada ge-
neración, pues fueron las principa-
les culpables de uno de los mayores
desastres que hemos visto nunca en
un desarrollo. Si a veces acusamos a
Nintendo Switch de que ciertos tí-
tulos no sean propios del año en el
que llegan, creo que va siendo hora
de apuntar a dos máquinas lanzadas
en 2013. Se dice pronto, pero en cues-
tión de meses habrán cumplido una
década… y seguirán compartiendo
juegos con otras que van camino de
tres años con nosotros.
No sé vosotros, pero desde hace
un tiempo, cuando se anuncia un vi-
deojuego y poco después se revela
que contará con versión para la pa-
sada generación, muchos usuarios
muestran su descontento y automá-
ticamente rebajan sus expectativas
en lo que al apartado técnico se re-
fiere. Es lógico, ya que no hace fal-
ta más que echar un rápido vistazo
a los procesadores, tarjetas gráficas
y otras piezas que componen dichas
consolas. Y no, no creo que sea cul-
pa de los desarrolladores, ya que al
fin y al cabo son ellos los que tienen
que dividirse, repartir esfuerzos y
establecer una versión determina-
da como base para escalar —arri-
ba o abajo— para abordar otras di-
ferentes.
Nº86
Tenemos un caso práctico en
Returnal, obra de un estudio que
no es precisamente conocido por el
apartado gráfico de sus títulos. Esa
roca en términos jugables solo posi-
ble gracias a un rendimiento refina-
do como pocos, la ausencia de tiem-
pos de carga a la hora de generar un
entorno complejo y repleto de de-
talles, así como de viajar de manera
inmediata entre los mismos y com-
binarlo con una experiencia audio-
visual espectacular (partículas,
"Todo lo que sea trabajar para estas consolas en pleno 2023 será
perder un tiempo valioso de cara a exprimir una generación
que, mientras muchos se duermen en los laureles, ya ha
celebrado su cumpleaños dos veces"
efectos…), ¿habría sido posible en
caso de haber tenido la obligación
de correr también en una PlaySta-
tion 4?
Entiendo que hay problemas de
disponibilidad, que algunas compa-
ñías son conscientes de que las pla-
taformas de la pasada generación
acumulan decenas de millones de
usuarios y que, de algún modo, de-
jarlas atrás es una decisión que pue-
de percibirse como una especie de
abandono e incluso un acto de in-
gratitud, pero ¿no estamos ante otro
de esos casos en los que no se pue-
de tener todo en la vida? A veces,
por más que cueste, hay que saber
cuándo hacerse a un lado. Como
yo cuando jugaba al fútbol y pasaba
de los treinta años: me sentía capa-
citado para seguir, pero los chavales
de abajo vienen fuerte y uno no pue-
de frenar su progresión. Antes de
convertirme en un problema, acep-
to que siempre llega el día en el que
todo se acaba. Y, en mi opinión, el
EL OCASO DE LA ANTIGUA GENERACIÓN
tiempo de PlayStation 4 y Xbox One
ha terminado. Pero bueno, está cla-
ro que hay mucha gente que no pien-
sa como yo, de ahí que a lo largo de
2023 vayamos a ver lanzamientos
muy importantes… que podrían ha-
ber llegado hace tres años. Sé que no
es la primera vez que vivimos una si-
tuación así, y son raras las ocasiones
en las que una generación ha dado
carpetazo a la anterior desde el pri-
mer momento, pero creo que el es-
cenario actual es muy distinto; mi
sensación es que las compañías no
se atreven a dar el paso. Y así, mal
vamos…
«No ha salido en consolas anti-
guas, pero el apartado gráfico tam-
poco es gran cosa», me dirán. Es-
toy de acuerdo en tal afirmación si
nos ceñimos al plano visual de al-
gunos títulos, pero hay que profun-
dizar en otros aspectos, porque hay
una gran diferencia entre mirar
algo y verlo. Por ejemplo, las transi-
ciones inmediatas, el viaje rápido en
poco más de un segundo de reloj o el
hecho de reconstruir un juego me-
diante una reinvención como es el
caso de The Last of Us Parte I y cam-
biar la iluminación artificial por
algo mucho más ambicioso, son de-
talles que solo son posibles en hard-
ware de nueva generación.
De hecho, no creo que sea dema-
siado relevante el hecho de que aho-
ra mismo algunos títulos que dejan
atrás otras plataformas no despun-
ten demasiado. Es algo lógico, ya
123
que todas las generaciones tardan
en arrancar y los desarrolladores de-
ben tomarse un tiempo para adap-
tarse a los nuevos sistemas y ex-
plorar todas las posibilidades. ¿Que
Forspoken o los remakes de Dead Spa-
ce y Silent Hill 2 podrían correr en
una PlayStation 4 o una Xbox One?
Puede ser, pero todo lo que sea tra-
bajar para ellas en pleno 2023 será
perder un tiempo valioso de cara a
exprimir una generación que, mien-
tras muchos se duermen en los lau-
reles, ya ha celebrado su cumpleaños
dos veces. Más que analizar lo que
tenemos, es hora de pensar qué po-
dríamos tener.
Si queréis, podemos resumir-
lo todo —aunque hay muchos ma-
tices técnicos— en «los gráficos». Y
sí, son importantes porque siempre
lo han sido. Me recuerda un poco al
típico meme que a menudo vemos
en las redes sociales, esos que di-
cen algo así como que antes, cuan-
do el apartado visual no era algo im-
portante, éramos más felices… y en
la imagen aparecen Metal Gear Solid,
Perfect Dark y Sonic Adventure. Va-
mos, el equivalente a decir lo mismo
de 2018 junto a una imagen de Red
Dead Redemption II y God of War. Los
gráficos no eran importantes y para
recordarlo elijo a los más punteros
de la época. ■
LA TRIBUNA ESCRIBE · MARÍA BESCÓS
CUADERN O D E B ITÁCOR A
¿Quién puso influencers
en mi juego?
MARÍA BESCÓS
A
unque, como ya sabéis, recibiréis
esta revista mucho más tarde, yo es-
toy escribiendo estas líneas el día 2
de enero, empezando el 2023. Y a pe-
sar de que siempre haya muchas co-
sas por las que quejarse, me apetecía
comenzar el año con una nota posi-
tiva, con una reflexión que nos haga
apreciar algo que, de primeras,
igual no parecía tan bueno: la
124
FEBRERO 2023
inclusión de influencers en los vi-
deojuegos.
Hay grandes nombres que re-
suenan en nuestras cabezas cuan-
do pensamos en figuras destacadas
de internet, tanto aquellas relacio-
nadas con el mundo del videojuego
como las que no lo están, e inevita-
blemente también han acabado for-
mando parte de un medio de masas
Nº86 ¿QUIÉN PUSO INFLUENCERS EN MI JUEGO?
tan amado como este. Para ejempli-
ficar esto empezaré hablando de
El Rubius y de Luisito Comunica,
un par de influencers a los que bas-
ta mencionar para toparse con opi-
niones radicales sobre ellos. Su fama
es tan inmensa que prácticamente
se han convertido ellos mismos en
marcas que se pueden explotar de
mil maneras diferentes para conse-
guir hacer llegar su producto a cual-
quier lugar. Por eso mismo, también
han acabado apareciendo en lugares
insospechados, en tus videojuegos o
películas favoritas, mayormente por
"No basta con aprovecharse del poder mediático de cualquier
influencer, sino de potenciar sus habilidades"
su fama, porque sus nombres atrae-
rán a su fandom y, con ello, las ventas
extra, a pesar del ruido que hagan
las personas que están en su contra.
Uno entre tantos ejemplos fue
el de El Rubius prestando su voz
a un personaje en el videojue-
go de Insomniac Games Sunset
Overdrive (2014), y otro el de Luisito
Comunica convirtiéndose en Sonic
al otro lado del charco en las adap-
taciones cinematográficas del eri-
zo azul de SEGA a imagen real más
recientes. En ambos casos se levan-
taron muchas ampollas y se abrió el
debate, como tantas otras veces, so-
bre la profesionalización en la in-
dustria del doblaje: ¿debería la gen-
te famosa hacer doblaje solo por el
hecho de ser famosa? No ha ocu-
rrido solo una vez, ni únicamen-
te en la industria de los videojue-
gos, y hay muchas ocasiones en las
que estas decisiones se toman con
menos acierto que otras. Pero cen-
trándonos tan solo en el juego y en
la película mencionados, ambos tí-
tulos encajan bastante con esa mar-
ca propia de la que hablaba antes,
con el carácter de estos creadores y,
por tanto, tiene sentido tanto para
el propio producto como para el fan-
dom que formen parte de ellos.
Claro que no todo son grandes
nombres, también hay influen-
cers menores que tienen reper-
cusión en un nicho mucho más
concreto y que, de un modo similar,
han entrado en contacto con aque-
llas compañías que han sabido en-
contrar la manera en la que sus vir-
tudes podrían encajar en sus juegos
haciendo para ellos lo que mejor sa-
ben hacer según el campo al que se
hayan dedicado. El ejemplo más re-
ciente con el que me he topado, y
que ha sido el auténtico detonan-
te de este artículo, fue el último
vídeo publicado por Hildegard
von Blingin’, titulado Beasts of
Yore. Su canal solo es pequeño si lo
comparamos con las cifras de los in-
fluencers que encabezan este artí-
culo. Hildegard von Blingin’ se ha
especializado en la técnica musi-
cal del bardcore, es decir, hacer co-
vers de canciones actuales para
que suenen medievales gracias
a un cambio de elementos como la
instrumentación o modificaciones
en el lenguaje utilizado para las le-
tras. Parecía natural que, gracias a
su constancia, en algún momento le
surgiera la posibilidad de poner mú-
sica a un videojuego de corte medie-
val. Y así fue como Inkulinati (2023),
un juego de estrategia desarrollado
por Yaza Games y que se inspira en
los manuscritos iluminados, decidió
contar con Hildegard von Blingin’
para realizar una canción, aunque
finalmente también acabó dando
125
voz al personaje en el que se inspira
su nombre: Hildegard von Bingen.
A menor escala todavía, tam-
bién me sorprendió encontrar a
Eurothug4000 en Sable (2022),
de Shedworks. En su canal, Euro-
thug4000 habla sobre videojuegos
utilizando su voz como herramien-
ta principal para acompañar a las
imágenes, con una cadencia lenta y
clara que te permite entrar con fa-
cilidad en ellos. En My Journey With
Sable, el influencer explica cómo sus
videos acabaron llegando hasta el
director creativo de Sable y cómo le
ofrecieron prestar su voz en varios
vídeos promocionales. A nivel na-
cional, y saliéndonos del mundo del
doblaje, Eva Cid llevó su talento
escribiendo hasta la narrativa
de Mother of Many (2022), un rogue-
like con una cruda historia centrada
en poner fin a una maldición fami-
liar. Tras enfocarse en la crítica de
videojuegos y publicar una novela,
escribir un videojuego era el paso ló-
gico en su carrera.
Tal y como se ha podido ver a
través de estas líneas, no basta con
aprovecharse del poder mediático
de cualquier influencer, sino de po-
tenciar sus habilidades, pensando
en qué pueden aportar con su for-
ma de crear contenido a tu juego,
a tu película o a tu tráiler, para que
sea mucho mejor gracias a esa co-
laboración. Porque poner a El Ru-
bius componiendo una canción
en bardcore quizá no tenga mu-
cho sentido, pero sí hacer que for-
me parte de tu desenfadado juego
de tiros y que la música medieval co-
rra a cargo de alguien como Hilde-
gard von Blingin’. ■
LA TRIBUNA ESCRIBE · JAVIER ESCRIBANO
GALA X IA OVOE S T R E L L A
El precio
justo
JAVIER ESCRIBANO | @SRESCRIBANO
U
na de las consecuencias más impre-
decibles e incontrolables del actual
ecosistema en el que malviven las
industrias culturales, marcado por
el auge de lo digital y, más recien-
temente, la aceptación de los ser-
vicios basados en suscripción
como forma estándar de consumo,
es que se ha desdibujado por com-
pleto la percepción del valor de
126
FEBRERO 2023
Imagen: Micheile Dot Com / UNSPLASH
estos productos culturales a ojos de
los consumidores
¿Cuánto cuesta una película?
¿Una canción? ¿Y los libros? Cada
sector tiene sus particularidades.
En la música, su valor se ha des-
plomado: muy pocos conciben aho-
ra pagar una cantidad de precio su-
perior a las dos cifras por un puñado
Nº86
de canciones, cuando podemos te-
nerla «gratis» en YouTube o Spotify.
Los libros, por la corporeidad de
la que carecen otros, conviven mejor
con su equivalente digital. El mun-
do de la televisión ha evolucionado
al streaming, y con ese cambio se ha
llevado por delante también al cine:
comprar un DVD hace mucho que
no es una opción para casi nadie,
pero acudir al cine, con tanta oferta
equivalente en casa, tampoco es la
opción preferida: una entrada cues-
ta lo mismo que un mes de Netflix.
En el sector de los videojuegos
ha habido dos factores que han al-
"Precio, coste y valor son tres conceptos muy diferentes,
y los tres son cada vez más impredecibles"
terado la percepción del valor de los
propios juegos a niveles mucho más
extremos que en los otros mercados.
El primero fue la expansión del for-
mato digital, que abrió las puertas
a un mercado de juegos indie casi en
paralelo al tradicional donde se pue-
den distribuir videojuegos mucho
más baratos y con menos riesgo, al
mismo tiempo que los presupues-
tos para los videojuegos «grandes»
modernos se disparan. El segundo
es el mismo que ha ocurrido en to-
das partes: llega con algo de tardan-
za con respecto a la música y vídeo,
pero los servicios por suscrip-
ción, para jugar a la carta, con o sin
la nube, también se han extendido.
El resultado es una completa
disparidad de precios: nunca antes
había existido un abanico de pre-
cios tan amplio por, a rasgos gene-
rales, el mismo producto. Juegos que
cuestan un euro, juegos caros con
ofertas desorbitadas o directamen-
te gratis (como el añadido de jue-
gos gratis de Epic Store), juegos que
cuestan 80 euros, pero que ascien-
den a los 90 o 100 si quieres todas las
EL PRECIO JUSTO
chorradas digitales y acceso antici-
pado, suscripciones de 60 euros al
año (que a veces te dan acceso a esos
mismos juegos de 80 euros), juegos
gratuitos que te incitan a gastar de-
cenas de euros al mes por (irrelevan-
te) contenido adicional…
La consecuencia de esta anar-
quía de precios es que su «valor»,
o sea, lo que el consumidor perci-
be como un precio justo por el pro-
ducto que se le da, se ha alterado. El
concepto del valor se supone que es
algo subjetivo, pero durante déca-
das estaba marcado por la cantidad
que acordaran las empresas de tur-
no, siempre dentro de unos márge-
nes bastante limitados.
Ahora el mercado se ha abier-
to tanto que ese concepto cada vez
es más caduco. Es irónico porque, al
mismo tiempo que el mercado jus-
tifica que el «precio» y el «valor» de
los nuevos juegos «grandes» haya
subido a los 80 euros, se lanzan
nuevas formas, totalmente legales,
de disfrutar de casi los mismos jue-
gos por una suma mucho más pe-
queña... e incluso normalizando
que los juegos sean «gratis» si
forman parte de un servicio de sus-
cripción como Xbox Game Pass.
Naturalmente, que esto ocu-
rra es algo positivo para los consu-
midores: los videojuegos no son una
afición barata, pero nunca antes ha-
bían existido tantas opciones para
disfrutar de cantidad y calidad de
juegos de formas tan asequibles.
Ahora mismo, por ejemplo, pue-
des comprar el nuevo juego de Kirby,
una remasterización de un título de
Wii de 2011, que en su día costaba 40
euros, pero que en Switch costará
60 euros, el mismo precio que sigue
127
costando Mario Kart 8 Deluxe des-
de hace seis años. Por el mismo pre-
cio puedes comprar un año de Xbox
Game Pass, que te permitirá jugar
en su totalidad a nuevos lanzamien-
tos como Starfield o Redfall, que por
separado costarían 80 euros.
Nintendo y Microsoft toman
políticas opuestas: los de Kyoto de-
fienden el canon de precio-valor
de toda la vida y, como son Nin-
tendo, se salen siempre con la suya.
Los de Redmond, que cuando co-
menzaron con Game Pass en 2017 te-
nían poco que perder, apostaron por
romper todos los esquemas. Tienen
algunos críticos y escépticos que
ponen en duda que un modelo así
sea sostenible en el largo plazo, pero
entre el público ha provocado furor.
¿Pero puede haber un lado os-
curo en todo esto? ¿Podría suceder
que los videojuegos se hayan de-
valuado tanto a ojos del consumi-
dor que un día simplemente se de-
jarán de comprar, y a la industria le
costará cada vez más ser rentable?
¿Quiénes pagarán los platos enton-
ces? Hay nombres propios que pare-
cen ser inmunes a cualquier crisis:
Call of Duty, God of War, Assassin’s
Creed o Pokémon siguen vendiendo
decenas de millones de copias. Muy
de vez en cuando surge alguien nue-
vo, como Elden Ring. Son franqui-
cias tan grandes que el «valor» sen-
timental de sus consumidores fieles
va a pesar sobre cualquier coste que
le den. Pero si cada vez estamos más
acostumbrados a que los juegos
«valgan» menos, ¿quién va a com-
prar el resto de juegos que no for-
men parte de esa élite? ■

¿Siguen mereciendo la pena
las ediciones de coleccionista?
Francisco Pastor
Socio Black
D M
esde mi punto de vis-
ta, nada tiene sentido.
Las empresas grandes
te venden ediciones
coleccionistas descomunales de
juegos que aún no has podido sa-
borear, eso sí, sin juego (algo de lo
que estoy muy en contra), como ha
pasado con God of War: Ragnarök.
Mientras que las empresas peque-
ñas te venden ediciones colec-
cionistas modestas (a mi parecer
mucho mejores) de juegos que, en
teoría, ya podías jugar en digital
años atrás. ¡Y con una edición
física! Como es el caso de Yuppie
Psycho. Estoy muy a favor de las
ediciones coleccionistas, pero de
las que tengan sentido. ■
EL SO C IO OPI NA
José F. Cedenilla
Socio Platinum
ientras el precio
de las ediciones
coleccionistas esté
tan inflado por la
mayoría de las distribuidoras, no
siguen mereciendo la pena. Hace
unos años (me remonto a antes de
la salida de la Final Fantasy XV Ul-
timate Collector’s Edition, que fue la
que cambió el baremo de los pre-
cios en el mercado), sí merecían la
pena. Ahora se han convertido en
objetos de coleccionista para los
pocos que puedan permitírselo.
Por mi parte, con mucho pesar,
he tenido que prescindir de las
últimas de juegos como Horizon o
God of War que, para más inri, te
vienen con código digital en lugar
de juego físico con su caja. Es un
sinsentido. ■
128
Alejandro Gámir
Socio Gold
L
o que habría que plan-
tearse es que todo el
mundo pudiese tener
acceso a una edición
coleccionista, y me explico. Es
ilógico que este tipo de pro-
ductos se agoten en menos de
cinco minutos en cualquier
tienda especializada, y encima
que los especuladores se aprove-
chen de la situación. Me encantan
las coleccionistas, sobre todo si
vienen acompañadas de libros de
arte, pero en muchas ocasiones
es imposible adquirir este tipo de
merchandising porque no puedes
estar las veinticuatro horas atento
a si sale a reserva el producto en
cuestión. ■
 David Barreiro
Socio Gold
T E
engo sentimientos
encontrados en cuanto
a este tema. Soy un
gran amante de estas
ediciones, pero presentan dos
graves problemas a día de hoy:
uno de ellos es la cantidad de
merch disponible sobre casi
cualquier juego, lo cual provoca
que cueste mucho dar un producto
de la calidad esperada a un precio
asequible. Esto hace que una
edición decente supere siempre los
200€. Por otro lado, el problema
del stock, cada vez mas escaso y
con mas demanda, que provoca,
la mayoría de las veces, que una
edición coleccionista sea mas un
dolor de cabeza y una frustración
que una ilusión. ■
Raúl Criado
Socio Gold
s especialmente
sangrante el caso de
ediciones coleccionis-
tas a precio de consola
de sobremesa y que vengan sin el
juego promocionado.
Solo se salvan aquellas edi-
toras que tratan de impulsar las
ventas en formato físico de juegos
de menor presupuesto y que lo
sacaron previamente en tiendas
digitales. La última que compré
fue Sifu – Vengeance Edition, y es el
tipo de ediciones que compraré.
También compraba las edicio-
nes especiales que editaba Sony
pero que misteriosamente han
descartado. No les veo mucho fu-
turo con el crecimiento tan brutal
de las ventas digitales a precios
reducidos a los pocos meses. ■
129
Fidel Ferrer
Socio Gold
L
as ediciones de coleccio-
nista han derivado en
una forma de sacar un
plus de rentabilidad
a muchos jugadores. Se venden
varias ediciones, adaptadas a cada
tipo de bolsillo, para que todos
tengan la suya y pasen por caja,
perdiendo así la exclusividad que
deberían tener. Se rellenan con
multitud de material prescindible,
cuando deberían centrarse en
ofrecer poco, cuidado y de calidad.
Finalmente, es necesario controlar
la especulación de alguna forma,
aunque sé que es complicado.■
Nº86 AGRADECIMIENTOS

GRACIAS POR TANTO

Este sueño no sería posible sin el apoyo de todos los
héroes que, mes a mes, nos premian con su apoyo.
A todos, de corazón, gracias por permitirnos soñar.

Socios Black

Aarón Ramos Cristian Cabrera Javier I. Calvo Luis E. Sin Rubén Romero
Accross Cristina Méndez Javier Ortíz Luis M. García Salvador Gálvez
Adrián Arbos David Canela Javier Palacios Luis Mediero Sergi Perucho
Adrián Granados David García Javier Rodríguez Marco Antonio Sergio Martínez
Adrián Hernández David Luguera Jokin Gurruchaga Marcos Carballo Silvestre G. Martínez
Adrián Torres David M. Ramos Jorge Mercado María V. Gil Silvia Locubiche
Agradecimientos Didac Niubo Jorge Sánchez Mateu Gramunt Sonia Burgos
Albert Tudela Diego Giménez José A. Álamo Miguel Covarrubias Toni Mula
Alberto Carrión Diego Pérez José M. Corredera Miguel Paniagua Vicente Fajardo
Alberto Gamarra Eloy Calvo José P. Micol Miguel Vivas Víctor Martínez
Alberto San Segundo Enric Llop José Piqueres Pablo Mateos
Alejandro Álvarez Ernesto M. Zamora Juan A. Hurtado Pablo Nieto
Alejandro de la Riva Féliz Díez Juan A. Picazo Pablo Ramos
Alejandro Fontes Fernando Sánchez Juan A. Ruiz Pau M. Martínez
Alejandro Herrero Francisco Barbero Juan Blanco Pedro Aranda
Alejandro Rodríguez Francisco J. Gil Juan García Pedro Caballero
Alejandro Velasco Francisco Pastor Juan Lillo Pedro Ortega
Álvaro Lleó Gabriel Acebrón Juan P. Gangas Pepe Romero
Andrés Ugarte Gustavo A. Pérez-Dionis Juan Polo Pilar Carrasco
Antonio J. Moreno Héctor Nieto Juan Tejerina Raúl Mora
Antonio López Sala Ignacio Gómez Juanvi Inmortal Robert Serrat
Arnau Arcas Igor Monasterio Kenny John Díaz Roberto C. Claver
Birria the Hutt Irene Mira Kevin Galián Rodrigo Díez
Carlos J. Vinuesa Jaime Cortés Laro Torre Rosa M. Posada
Carmen Zúñiga Jaime Gil Leo Tilie Rubén Pérez

Socios Platinum

Aday de la Cruz Alberto Rumbo Ana M. Sánchez Aythami D. Caraballo Claudio Álvarez
Aday Segoviano Alberto Sajeras Andrei Balanescu Bárbara Vidal Cristian Fraca
Adolfo Fernandez Alejandro Blázquez Andrés Gil Borja Granados Cristian Landa
Adrián Frigols Alejandro Cardona Andrés Salazar Borja Mateos Cristian Urra
Adrián Hernández Alejandro Cebrian Andrés Zamorano Borja Orts Cristo Hernández
Adrián Jaime Alejandro de la Hoz Ángel Bello Bruno Isla Cristóbal Barranco
Adrián Jiménez Alejandro Iglesias Angelo Olivari Bruno Rosales Cristóbal Varo
Adrián Ruiz Alejandro Lazcano Anthony Ortiz Carlos Aracil Daniel Delgado
Adrían Úcar Alejandro Montes Antoni Martínez Carlos Coca Daniel Gómez
Adrián Villa Alejandro Olmedo Antonio Álvarez Carlos J. Alcalá Daniel Grueso
Agradecimientos Alejandro Ruvalcaba Antonio Asorey Carlos J. López Daniel Matamoros
Aitor López Alejandro Sánchez Antonio D. Navarro Carlos Martín Daniel Robles
Aitor Zuloaga Alejandro Sánchez Antonio Infante Carlos Martínez Daniel Sánchez
Alba Esteban Alejandro Suárez Antonio Lara Cárlos Pérez Daniel Sánchez
Alba García Alexis Bote Antonio M. Gómez Carlos R. Caminero. Darío Canalejas
Albert Coch Alfredo J. Fajardo Antonio S. Piñero Carmen Lahoz David Abelairas
Albert Mercade Alonso Ruelas Antonio Suano Catalina Pedrero David Bermúdez
Alberto García Álvaro de la Torre Antonio Tolsada César García David de Oliveira
Alberto Guerrero Álvaro Gallego Antonio Torrente César Jiménez David Hernández
Alberto Maldonado Álvaro Moreno Aridane J. Cruz Christian A. Narváez David López
Alberto Ona Álvaro Vargas Armando González Christian M. López David Martínez
Alberto Rodríguez Álvaro Ventura Arturo López Christian Vilas David Matencio

130
Nº86 AGRADECIMIENTOS

David Mico Harold Altahona José M. Gavilanes Miguel Amores Rubén Jabardo
David Pérez Héctor Cibanal José M. Pior Miguel Ángel Rubén Marín
David Pla Héctor Escobar José Morillo Miguel Gallego-Preciado Rubén Villa
David Quintana Héctor Ferreiro José Murcia Miguel J. Cabot Rudy Ramses
David Rico Héctor Galán Jose Rodriguez Miguel L. Nieto Samuel García
David Ruiz Herminia Delgado José Santiago Miguel Morales Sandra Garrido
Derek Raiver Homary Veloz Joshua R. Perez Miguel Peire Santiago Alarcón
Diego Cevallos Ignacio A. Higes Josué Gutiérrez Miquel Port Santiago Bellido
Diego Fradejas Ignacio del Corral Juan A. Álvarez Moisés Omar Santiago García
Diego Hernánez Ignacio Soriano Juan A. Conejo Moisés Rodríguez Santiago García
Diego Lorenzana Iris Ruano Juan C. Leiva Nathaniel Cagle Santiago López
Diego Palomino Iván Castro Juan D. Revenga Natsumi Nishimura Santiago Lozano
Diego Pedreira Iván Fernández Juan Francisco Néstor O. León Sara B. Camacho
Eduard Clarà Iván Garrido Juan Gervasio Nestor Pablo Sara Carballo
Eduard Tornero Ivan Marqués Juan J. García Nicolás Rojas Sara Perl
Eduardo Briones Iván Priego Juan M. Hidalgo Noelia García Saúl González
Eduardo Eduzest Jacobo de la Torre Juan Rubio Norberto J. Muñoz Segundo Martín
Eduardo Moya Jael Roy Juan S. Álvarez Nuria Rodríguez Godoy Sergi Costal
El buen Motto Jaime Peña Juan Villada Oier Cáceres Sergio Alonso
Elisabeth Morales JanduSoft S.L. Jugatxi Apodaca Oliver de la Iglesia Sergio Arjona
Emilio Fernández Javier Aparicio Julen A. Fernández Oliver Mediavilla Sergio Bienzobas
Enric Calucho Javier Ávila Julen García Oliver Pérez Sergio Corregel
Ernesto Martínez Javier Jiménez Julio Ferrer Olivia Flores Sergio Dopico
Esteban Ramírez Javier Martínez Kat Gutiérrez Óscar Ayllón Sergio Flores
Eugenio M. Mena Javier Martínez Kathrin Schlottbom Óscar Bustos Sergio Gómez
Eugenio Miralles Javier Molina Kevin González Óscar Catalán Sergio Lozano
Eva Farto Javier Navarro Laura Aguilar Óscar Estepa Sergio Moreno
Federico Toro Javier Palacios Laura García Óscar Garrido Sergio Sánchez
Felipe López Javier Ruiz Laura Lorenzo Óscar López-Alberca Sergio Vázquez
Felipe Martín Javier Salguero Leyre Pérez Óscar M. Portillo Steven Castrillón
Félix Aviña Javier Salvador Lluís Ylla Óscar Valera Uriel Gago
Fermín Gamboa Jessica Hernández Lola Fernandez Pablo D. del Socorro Vicenç Sanz
Fernando Barcia Jesús Barranco Lorenzo A. Martínez Pablo Romero Vicente Robledo
Fernando Cáceres Jesús del Prado Lucía Fernández Pablo Verdú Victor Flores
Fernando P. Candelario Jesús García Lucía Vélez Pau Galindo Víctor Hernando
Ferney Cordoba Jesús J. Pineda Luis A. González Paulo Sedino Víctor Navarro
Fran Artiles Jesús M. García Luis E. Prieto Pedro A. Guasp Víctor Polo
Francisco Fresno Jesús Padilla Luis J. Fortich Pedro Giménez Víctor Sánchez
Francisco J. Chico Jesús Palma Luis López Pedro J. Gambín Víctor Sevilla
Francisco J. Cuadrado Jesús Sanz Luis M. Zabala Pedro M. Astasio Victoria Rodríguez
Francisco J. Gil-Guijarro Jimena Cabrejas Luis Polvorosa Pedro Poo Victoria Silva
Francisco J. León Joan Massanes Luis Serrano Pedro Vidal Alfaro Waru Robaina
Francisco J. Romero John Seguel Luis Yáñez Philippe Chidoyan Wilk Lordest
Francisco J. Saavedra Jonatan López M. del Carmen Castro Plácido Torres Xavier Lastrada
Francisco J. Sosa Jonathan Mora Manuel Castro Qualle Yosimy A. Esquivel
Francisco J. Torralbo Jordi Rosello Manuel F. Quesada Rafael Casado
Francisco J. Urda Jorge Carreño Manuel Hermida Rafael de Azcárraga
Francisco J. Veiga Jorge González-Nuevo Manuel Pozo Rafael Porras
Francisco M. Picó Jorge H. Peyret Marc Amoros Randy Iriarte
Francisco Molina Jorge J. Pazos Marcela Estellés Raúl Antequera
Francisco V. Hernández Jorge Rambla Marcos Pérez Raúl Sánchez
Francisco Villalba Jorge Rodal María A. Calvo Renato Carranza
Francisco Zenón Jorge Villacorta Maria del Carmen Bellido Ricardo Caballero
Franck Ciampossin José A. Palomares María del Carmen Pérez Ricardo Orellana
Freddie Blondet José A. Parra María I. Martínez Ricardo Rivera
Gabriel Xamena José A. Sarchese Mariano Altable Rita Fortuny
Gaizka Iruretagoyena José C. Montano Mario Cambre Roberto Alonso
Gaspar García José D. Fernández Mario Castro Roberto C. Jiménez
Genis Castella José D. Sánchez Mario Rodríguez Roberto Cortés
Gianfranco Molero José Díaz Martín Gil Roberto López
Gonzalo Baldivuno José F. Casales Matías Pérez Rodolfo Zevallos
Gonzalo Rodríguez José F. Cedenilla Matías Spina Rodrigo Sánchez
Gonzalo Valdivieso José Gil Matías Valdenegro Roi Albes
Gorka Herrero José Ibañez Matthew Frank Roman Marangelie
Guillermo Conde José L. Romero Mauricio Veliz Rosario Medina
Guillermo Elicegui Jose M. Camacho Michael Viernes Rosario Torrado
Guillermo Mena José M. Díaz Miguel Á. González Rubén Güemes

131
 AGRADECIMIENTOS

Socios Gold

Aaron Negrín Alberto Salvá Ana Trujillo Borja Gravalos Daniel Comeche Diego Fernández Fidel Ferrer Héctor López
Aaron Reboredo Alberto Tamame Anaïs Galván Borja Sánchez Daniel F. Reyes Diego Gago Francisco A. López Héctor Rico
Aaron Valle Alberto Urbistondo Ander Duran Brais Alonso Daniel Feito Diego García Francisco Béjar Hugo Couce
Abraham Fernández Alberto V. Estudillo Andrea Nicieza Brais Fernández Daniel Feria Diego García Francisco Dorado Hugo Pérez
Abraham García Aleix Berenguer Andrés Blanco Carles Bañuls Daniel García Diego González Francisco Fernández Hugo San Millán
Adargoma Santana Aleix Ramírez Andrés Guerrero Carlos A. Aparicio Daniel González Diego Mellado González Hugo Sanjuán
Adolfo Maquieira Aleix Roca Andrés Llopis Carlos A. Rosendo Daniel Hernández Diego Pinto Francisco Galisteo Humberto Guillén
Adria Agudo Alejandro Altaber Andrés Sánchez Carlos Abalde Daniel Hidalgo Diego Ríos Francisco Gónzalez Husai Martínez
Adrià Urbina Alejandro Arciniega Andrés Varela Carlos Ariza Daniel Higueras Domingo M. Pérez Francisco Herrera Ibon Ordóñez
Adrián Arias Alejandro Arroyo Ángel Amat Carlos Crespillo Daniel Jordà Edgar Domínguez Francisco J. Burgos Ibrahim González
Adrián Bellido Alejandro Barrachina Ángel de la Calle Carlos del Cura Daniel Larrosa Edgar Fernández Francisco J. Fernández Ignacio Burgos
Adrián Bezanilla Alejandro Belmar Ángel de la Iglesia Carlos Fernández Daniel Mahedero Eduard Macarro Francisco J. Gutiérrez Ignacio Dávila
Adrián Buján Alejandro Carnero Ángel Fernández Carlos Forcada Daniel Mangas Eduardo Blanco Francisco J. Ibarra Ignacio de Miguel
Adrián Chamorro Alejandro Esturillo Angel Funcia Carlos Gallardo Daniel Martín Eduardo Briales Francisco J. Laure Ignacio J. Collado
Adrián Encinas Alejandro Fernández Ángel Goitia Carlos García Daniel Martínez Eduardo J. Garcia Francisco J. Llamas Ignacio M. Beas-
Adrián Gallardo Alejandro Gamir Ángel L. Torres Carlos Gómez Daniel Merino Eduardo Lavin Francisco J. Melguizo coechea
Adrián Garrido Alejandro García Ángel Lafuente Carlos González Daniel Mesa Eduardo Mendoza Francisco J. Montes Ignacio R. Pena
Adrián González Alejandro García Ángel Magan Carlos Izquierdo Daniel Navalon Eduardo Rodríguez Francisco J. Otero Ignacio Vicente
Adrián González Alejandro Garrido Ángel Martín Carlos J. Huidobro Daniel Ortega Eduardo Rubio Francisco J. Palacios Imanol Baztan
Adrián Hernández Alejandro J. de Prado Ángel Martínez Carlos Letran Daniel Pérez Eduardo Sánchez Francisco J. Ponce Imanol Gómez
Adrián Jiménez Alejandro Jorques Ángel Martínez Carlos López Daniel Pérez Efrén Benítez Francisco J. Salas Innoarea Projects
Adrián López Alejandro López Ángel Merlo Carlos Mansanet Daniel Pérez Elena Galán Francisco J. Sánchez Íñigo Arraiza
Adrián Mantilla Alejandro López Ángel Molina Carlos Montero Daniel Pouso Eliezer Plasencia Francisco J. Vallejo Ioritz Puente
Adrián Maqueda Alejandro López Ángel R. Pozuelo Carlos Pardo de Daniel Ramos Elisa Vicente Francisco José Valdayo Irene Reina
Adrián Partida Alejandro Márquez Ángel Romero Santayana Daniel Rey Eloi Puigferrer Francisco Latorre Isaac Collado
Adrián Pérez Alejandro Millán Anna López Carlos Prieto Daniel Rodríguez Eloy Ibáñez Francisco Luis Isaac García
Adrián Perona Alejandro Molanon Antoni Rogel Carlos Roda Daniel Sánchez Eloy Jiménez Francisco M. Galindo Isabel Eslava
Adrián Rivas Alejandro Moreno Antonio 'Papuchi' Carlos Rodríguez Daniel Sellers Endika Zuazo Francisco M. Valencia Isaías Fernández
Adrián Ruiz Alejandro Muniesa Antonio Balseiro Carlos Rodríguez Daniel Simó Enrique Cotero Francisco Martínez Isart Català
Adrián Ruiz Alejandro Ortiz Antonio Capellán Carlos Romera Daniel Simon Enrique Fabregat / Francisco Navarro Ismael Bemúdez
Adrián Sánchez Alejandro Outeiriño Antonio David Mejías Carlos Salichs Daniel Soler Adrián Fabregat Francisco Navea Ivan Alcazo
Adrián Saura Alejandro Pastor Antonio de la Torre Carlos Sánchez Daniel Valenzuela Enrique Fernández Francisco Quesada Iván Corredor
Adrian Trigo Alejandro Pruñonosa Antonio del Amo Carlos Toscano Daniel Verde Enrique Gil 'La Mano' Francisco Reyes IVAN FERNANDEZ
África Cortada Alejandro Ramos Antonio Gómez Catalina Covas Daniel Villaverde Enrique Rodríguez Francisco Rico Iván Fernández
Aingeru González Alejandro Rubio Antonio Guerrero Celedonio M. Ros Darío Herrera Enrique Santos Francisco Rubio Iván Fernández
Aitor Hernández Alejandro Santolaria Antonio J. Araujo Celia Laguna David Barreiro Eric Bayona Fransesc Carreras Iván García
Aitor Pastor Alejandro Tejerina Antonio J. Cívico Celia Martínez David Bernal Eric Herranz Fransesc Miró Iván González
Alan Gallego Alejandro Tuya Antonio J. Lozan César Caño David Brión Ernesto Martin Gabriel Arenas Iván González
Alan Gómez Alejo N. Rodríguez Antonio J. Marrón César Jiménez David Camacho Eros López Gabriel Bellido Iván González
Alba Álvaro Álex García Antonio J. Molina César Machuca David Carrasco Esmeralda Bastán Gabriela V. Palacios Iván Masedo
Alba Paz Alex Rodríguez Antonio J. Sánchez Christian Corbacho David Chocano Esteban Sánchez Gaizka Urresti Iván Piquero
Alba Ramos Alexandre Luis Antonio L. Ortiz Christian Novis David Cia Ester Andrés Ganix Iturribarria Iván Rodríguez
Albert Pero Alexis López Antonio M. Alarcón Ciro Altabás David Collado Eugenia Buendía / Gema Amaya Iván Torres
Alberto Barquilla Alexis Salas Antonio Macián Claudia López David Cuerva Diego Arce Gema Díaz Jacob García
Alberto Bonoso Alfonso "fonsi95" Antonio Mora Clemente García David del Pino Eva Huguet Gema V. Toyos Jacobo Calderin
Alberto Camacho Jiménez Antonio Moreno Cristian Blanco David Delgado Ezequiel García Gerard Grau Jacobo Palomo
Alberto Castro Alfonso Aparicio Antonio Requena Cristian del Toro David Díaz Fanny Díez Gerard Juve Jaime Alonso
Alberto Cervera Alfonso García Antonio Serrano Cristian Fernández David García Felipe A. Dimas Germán Martínez Jaime Antón
Alberto Clemente Alfonso Lázaro Antonio Vázquez Cristian Gómez David Gómez Felipe Lemus Germán Valle Jaime Barrero
Alberto del Campo Alfonso Ruíz Antonio Villar Cristian González David González Felipe Rojo Giancarlo Denegri Jaime F. Ruiz
Alberto del Río Almudena Ortega Anxo Díaz Cristian Legaza David León Felipe Xie Giancarlo Martínez Jaime Mesa
Alberto Galán Alvaro Aguilar Arturo Choclan Cristian Roda David Luque Felis Gabarda Gonzalo Leite Jaime Paez
Alberto Garijo Álvaro Bohorquez Arturo González Cristian Rodriguez David Martín Félix Gómez Gonzalo Martin Jaime Picón
Alberto González Álvaro de la Vega Asier Fernandez Cristian Ros David Martínez Félix Paez Gonzalo Rodríguez Jared Botas
Alberto González Álvaro García Asier Pérez Cristian Salcedo David Mediavilla Fermín Conejo Guillem Pau Jaume Farre
Alberto González Álvaro González Asier Pinillos Cristian Sánchez David Novoa Fermín Fernández Guillem Rodríguez Javier A. Gil
Alberto Henarejos Álvaro Guerrero Ástrid Carro Alcázar David Palacios Fernando Campillejo Guillermo Antoñanzas Javier A. Murillo
Alberto J. Etcheverry Álvaro Hurtado Beatriz Bastos Cristina Herraiz David Picó Fernando de la Rosa Guillermo del Valle Javier Aparicio
Alberto Llorca Álvaro Juzgado Begoña García Cristina Jiménez David Prats Fernando Escolar Guillermo Fernández Javier Argote
Alberto Maciñeiras Álvaro Martín Belén García-Quis- Cristina Monserrat David Quiles Fernando Galindo Guillermo J. Salom Javier Arias
Alberto Martín Álvaro Martínez mondo Cristóbal García David Sánchez-Álamo Fernando M. García Guillermo Machuca Javier Botella
Alberto Martín Álvaro Moreno Benito Núñez Cristóbal Romero David Sequeiros Fernando Morales Guillermo Parede Javier Calle
Alberto Martínez Álvaro Puche Benjamin Daviu Dacil Pons David Timón Fernando Morillo Guillermo Relaño Javier Casado Riaza
Alberto Moral Álvaro Rivas Benjamín del Valle Damián Navas David Toledo Fernando Pecero Guillermo Roselló Javier Cepero
Alberto P. Martínez Álvaro Valhondo Blind Daniel A. Álamo David Vela Fernando Rodríguez Gullem Giménez Javier Chacón
Alberto Pérula Álvaro Valverde Borja García Daniel Aguirre David Zerpa Fernando Sánchez Guzmán Toribio Javier de la Guardia
Alberto Ramírez Ana Isabel Coll Borja García Daniel Álvarez Débora Azorín Ferran Usart Hans-Christian Tamarit Javier Del Oso
Alberto Ruiz Ana Otero Borja Garrido Daniel Barral Denny Soto Fidel Aguilar Héctor Corredera Javier Escribano

132
 Listado actualizado a día 25 de enero de 2023

Javier Eslava Jorge Yeste Julio A. Polanco Mario A. Durántez Óscar Calderón Rafael Román Sarai Pazos Xavi González
Javier Fraga Jorge Zapatero Julio Carmona Mario Acosta Óscar Cases Raimon Martínez Saúl Barceló Xavi Palomares
Javier García José A. Clapes Julio Costilla Mario Carabantes Óscar Costa Ramón Collado Saúl Maza Xavier Bacardi
Javier Grille José A. Díaz Kevin Rovira Mario García Óscar Figuerola Ramón Fernandez Sergi Gurriz Xavier Gras
Javier Hernández José A. Letrán Kim Mario M. Herrera Óscar Garaña Ramon Maench Sergi Mestres Xavier Guardiola
Javier Llorente José A. Manrique Lara Isabel Mario Navarro Óscar Martín Ramón Zabara Sergi Palacios Xende Rodríguez
Javier López José A. Martínez Laura González Mario Udiales Óscar Mataix Raquel Pique Sergi Tisora Yoshua Garcia
Javier Martín José A. Roldán Lázaro A. Díaz Mario Villalba Óscar Rosales Raquel Sánchez Sergio Abad Zuhaitz Uli
Javier Martín José A. Sánchez Lino Cespedosa Marisol Casanova Óscar Sánchez Raúl Calzada Sergio Álvarez
Javier Martín José A. Sánchez Llorenç Julià Marta Cañete Óscar Vasallo Raúl Cano Sergio Andreu
Javier Mazza Jose Abel Freire Lluis Anyo Meritxell Gramunt Óscar Villagrán Raúl Criado Sergio C. González
Javier Mínguez José C. de la Viña Lorenzo López Rodríguez Óscar Villamuera Raúl Cruz Sergio Cardenas
Javier Monteagudo José C. García Lourdes Manzano Metri Jiménez Pablo "Sardinilla" Fornali Raúl de la Villa Sergio Castro
Javier Moreno José C. Percho Lourdes Pérez Miguel A. Alfaro Pablo Aja Raúl García Sergio Chaves
Javier Moreno José Camarero Ludovico J. Domingues Miguel Á. Aura Pablo Ariza Raúl López Sergio de Blas
Javier Moreno José Delgado Luis Alonso Miguel A. Benlloch Pablo Bascones Raúl Manero Sergio de la Calle
Javier Morillas Jose F. Orellana Luis Alvar Miguel A. Bethencourt Pablo Bayona Raúl Marín Sergio Fernández
Javier Moris José García Luis Álvarez Miguel A. Carmona Pablo Crespo Raul Rubio-Munarriz Sergio Ferreira
Javier Navarro José I. Muelas Luis Arcas Miguel A. Delgado Pablo Fernández Raúl Valverde Sergio Franco
Javier Pérez José J. Gallego Luis Armero Miguel Á. Mariñas Pablo Fernández Raúl Varea Sergio Gonzalez
Javier Ruiz José J. Guardia Luis Brazo Miguel A. Pérez Pablo Gervilla Ricardo Cano Sergio Linares
Javier Ruiz José J. Panizo Luis D. Arocha Miguel Á. Romero Pablo Gómez Richard Elvira Sergio Martinez
Javier Sánchez José L. Casin Luis Esteve Miguel A. Susarte Pablo González Robert López Sergio Nevado
Javier Sánchez José L. Collantes Luis I. Roche Miguel A.Cajigos Pablo Granada Roberto Arturo Cabrera Sergio Pera
Javier Tarife José L. Díaz Luis J. de Ahumada Miguel Alcántara Pablo Guijarro Roberto Blanco Sergio Pérez
Javier Untoria José L. González de Suso Luis J. Moreno Miguel Barrio Pablo Hernández Roberto Díaz Sergio Pozo
Jesús Á. Durán José L. Martínez Luis M. Barrios Miguel Castellanos Pablo Jiménez Roberto García Sergio Rincón
Jesús Agudo José L. Moreno Luis M. Romero Miguel Cogolludo Pablo Limón Roberto Macedo Sergio Ruiz
Jesús Ahufinger José Luis Soria Luis Martínez Miguel Cuenca Pablo Martín Roberto Sanz Sergio Sacristán
Jesús Cabado José M. Dana Luis Moreno Miguel del Río Pablo Meiriño Rocío Matabuena Sergio Sánchez
Jesús Escobar José M. Devesa Luis Palacios Miguel E. Guerrero Pablo Merino Rodrigo Arévalo Silvia Barato
Jesús Garrido José M. González Luis Sánchez Miguel García Pablo Mouzo Rodrigo José de la Osa Silvia Solé
Jesús Jurado José M. López Lutfi Zeton Miguel González Pablo Otero Roger Berruezo Sofía González
Jesús L. Moronta José M. López M. Leandro López Miguel González Pablo Pastor /Ana I. Roque Carrillo Sofía Palicio
Jesús M. Prieto José M. Santos Manuel Anta Miguel J. Fernández Sánchez Roque M. Guillén Stéphane Díaz-Alejo
Jesús Molina José M. Toledano Manuel Bordajandi Miguel Jodral Pablo Querol Rubén Borja Steven Jiménez
Jesús Moreira José Miguel Manuel Caballero Miguel López Pablo Rodríguez Rubén Carrasco Susana Díaz
Jesús Prada José Novoa Manuel Fernán- Miguel Martín Pablo Sogorb Rubén Castro Susana Viso
Jesús Villanueva Josep Serramia dez-Truchaud Miguel Martínez Pablo Toledo Rubén Delgado Tamara Prieto
Joan Miralles Juan A. Bandera Manuel Gutiérrez Miguel Moreno Paris A. Rodríguez Rubén España Tatiana Delgado
Joaquín Afan Juan A. Blaya Manuel Iglesias Miguel Muñoz Patricia Alonso Rubén Fúnez Teresa Mora
Joaquín Relaño Juan A. Gutiérrez Manuel Martínez Miguel Pedrosa Patricia Rodríguez Rubén González Teresa Rodríguez
Joel Amo Juan Á. Lorente Manuel Montalvo Miguel Pérez Patricio Balsalobre Rubén Gregori Teresa Villoslada
John Cruz Juan A. Maya Manuel Pancorbo Miguel Rodríguez Patxi Rosales Rubén Hernández The Game Kitchen, S.L.
Jonatan Alba Juan Bernuz Manuel Payán Miguel Rodríguez Pau A. Martínez Rubén J. Delgado Thomas Tapias
Jonatan Pachón Juan C. García Manuel Ramírez Miguel Sedano Pau Gros Rubén Jiménez Thorzano
Jonathan Zurita Juan C. Pérez Manuel Romero Miguel Tesoro Pau Lluis Rubén Martínez Tito Pérez
Jonay Barroso Juan C. Sánchez Manuel Romero Miguel Torres Pau Pamos Rubén Mena Tomás Bañejil
Jordan Bocanegra Juan C. Valdés Manuel Sagra Mikel González Paz Boris Rubén Olías Tomás Martínez
Jordi Casanovas Juan D. Galán Manuel Solís Mireia Caballé Pedro Callejas Rubén Pérez Tomás Sola
Jordi Escobar Juan D. Mora Manuel Yacobis Miriam Lladosa Pedro de la Rosa Rubén Pico Unai Ruiz de Gopegui
Jordi Planas Juan F. Guijarro Marc Bague Miriam Sánchez Pedro J. Atenza Rubén Pruñanosa Valvanera Moreno
Jordi Torra Juan Gámez Marc Barceló Moisés Pérez Pedro J. Torcal Rubén Reche Víctor Casanovas
Jorge Barrera Juan J. Duran Marc Villalbi Montse Ortells Pedro Llull Rubén Rodríguez Víctor Castilla
Jorge Cuadri Juan J. Ibanez Marçal Canals Montserrat Rafael Pedro Moncadas Salvador Alfonso Víctor de Juan
Jorge de la Rubia Juan J. Medina Marcelo Cañero MPGaming Pedro Rosa Salvador J. Tamarit Víctor Díaz
Jorge Encuentra Juan L. Milán Marcelo Rendon Myriam Pinilla PEDRO RUIZ Salvador Palomino Víctor Diez
Jorge Gabilondo Juan L. Ramírez Marco Blanco Nachiwini Pedro Sanz Samuel Álvarez Víctor Grande
Jorge Guerra Juan M. Corzo Marcos Bosca Nacho Requena Pedro Serrano Samuel González Víctor Hurtado
Jorge Hurtado Juan M. Luengo Marcos Conejero Nazaret Guerrero Pelayo Loreto Samuel Miravet Víctor M. Larios
Jorge Iglesias Juan M. Sánchez Marcos Estables Nestor Balduvino Vera Pendulo Studios Samuel Reinon Víctor Moreno
Jorge Kuijper Juan Marcos Marcos Fernández Nino Suanzes Pere Colomer Santiago García Victor Vercesi
Jorge Martínez Juan Modino Marcos Rosado Noelia Alvez Quim Navarro Santiago Ochoa Víctor Villalón
Jorge Penalver Juan Muñoz Mari C. Castilla / Daniel Nuria Alabau Rafael Borrego Santiago Sagrado Victoria Villa
Jorge Piñol Juan T. Salas Redondo Nuria Gomis Rafael Castillo Santiago Villamarín Xabi Abad
Jorge Ropero Julen Monzon María C. Álvarez Oihan García Rafael Montes Santos Bringas Xabier Goicoechea
Jorge Sánchez Julian Blanco María García Oleguer Olivella Rafael Rodríguez Sara Conde Xandre Mosquera
Jorge Santiago Julián Pérez María L. Rodríguez Oriol Jiménez Rafael Rodríguez Sara Jurado Xavi Brugues

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