GUERRA POR NUESTROS HOGARES Y FAMILIAS.

En el nombre de Jesucristo paralizamos en común acuerdo a los principados,

potestades, gobernadores de las tinieblas de este siglo y a las huestes
espírituales de maldad en las regiones celestes. Todo trono dominios, coronas,
poderes, poderios, señoríos y todo nombre que se nombra en este siglo y
también en el venidero.
Todo lo que Satanas envíe en contra de los ministerios de los Apóstoles
Pedrosa Díaz. De los apóstoles, pastores, profetas, intercesores, evangelistas,
maestros y todos los mencionados en este grupo.
Atamos, todo enojo, ira, venganza, relevos y asignados, en contra de nosotros,
de nuestras familias, trabajos, oficios u empresas.
Rechazamos y derribamos, todo tipos de daños que hayan enviado durante la
noche y que quietan enviar durante el día. Anulamos sus actas de decretos de
destrucción y persecución por las iniquidades.
Anulamos las maldiciones por la desobediencia de nuestros antepasados
establecidas en Deuteronomio 28: 15 al 18. Las declaramos Nulas en la Cruz
del calvario. Por medio de la sangre de Jesucristo nuestro Señor fuimos
liberados de esas maldiciones y fueron lanzados a lo profundo del mar.
Declaramos cerrados todo abismo, portales y abadones en contra de nosotros
y en nuestras familias.
GRACIAS SEÑOR PORQUE EL ENEMIGO NO PODRÁ VENIR A PARALIZAR NI A
CALLAR NUESTRAS VOCES.
Santo, Santo, Santo, en tu nombre Señor, declaramos tu iglesia levantada
como cabeza, sentada en lugares celestiales junto a ti Señor.
Gracias por desatar sobre nosotros, tu iglesia y nuestros familiares las
promesas por causa de la obediencia, cómo está escrito en Deuteronomio
28:01 al 14. Reclamamos esas bendiciones y declaramos que se cumplen.
Rechazamos y cerramos toda puerta, portillos, ventanas del pasado de
desobediencia, no lo aceptamos, los rechazamos.
Nos declaramos cubiertos bajo la poderosa sangre de Cristo y revestidos de
toda la armadura de Dios, apagando todo dardo de fuego del maligno.
Glorificate Señor, perfecciona tu obra en tu amada iglesia, removiendo los
obstáculos, murallas y tropiezos del camino.
Limpia las calzadas para habitar en tu bendición.
Traza el camino por donde debemos andar.
Que tu Santo Espíritu nos guíe a toda verdad.
Jesucristo es el mismo aye , hoy y por todos los siglos.