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FORMAS DE ORACIÓN

REVELADAS POR CRISTO

Th Francesco DiMaria
1
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN .......................................................................... 6
El hombre en oración I parte ......................................................... 6
El hombre en oración II parte: ..................................................... 10
Espiritualidad de la cruz.................................................................. 14
Encarnación mística .................................................................... 15
Explicación de la Encarnación Mística ....................................... 18
La oración en Conchita .................................................................... 20
Primera Parte ................................................................................. 23
1. LA ORACIÓN ACTIVA ...................................................... 25
2. LA ORACIÓN COMUNICATIVA ...................................... 27
3. LA ORACION SOSEGADA................................................. 29
4. LA ORACION DE SOLEDAD Y SILENCIO ..................... 31
5. LA ORACION ARDOROSA y de MENTE ......................... 33
6. LA ORACION DE SUAVIDAD ........................................... 35
7. LA ORACIÓN EMBRIAGADORA ..................................... 37
8. LA ORACIÓN DIRECTA .................................................... 39
9. LA ORACION PUDOROSA ................................................ 41
10. LA ORACION PENOSA .................................................... 44
11. LA ORACION DOLOROSA .............................................. 46
12. LA ORACION GUERRERA .............................................. 48
13. LA ORACIÓN INDIFERENTE ......................................... 50
14. LA ORACION DE DISTRACCION .................................. 52
15. LA ORACION AMOROSA ................................................ 54
16. LA ORACION DE DESCANSO......................................... 57
2
17. LA ORACION DE LIBERTAD ........................................ 59
18. LA ORACION DE RECHAZAMIENTO .......................... 61
19. LA ORACION OSCURA.................................................... 63
20. LA ORACION DE TRASPASAMIENTO ......................... 65
21. LA ORACION DE PAZ ...................................................... 67
22. LA ORACIÓN DE ESTRECHAMIENTO ........................ 69
23. LA ORACIÓN CONTEMPLATIVA ................................. 72
Segunda parte ................................................................................ 76
Sobre las Moradas de Santa Teresa................................................ 77
Introducción de Santa Teresa de Lisieux ...................................... 77
Las Moradas de los Sagrados Corazones...................................... 78
Humildad para alcanzar la Verdad de Dios .................................. 79
Purificar el Corazón ..................................................................... 81
Sentirse amados en la oración como san José ............................. 82
Pedir perdón por decirlo No al Amor ........................................... 83
Iluminación de la Conciencia por el Espíritu Santo ....................... 84
Dolor profundo por haber ofendido a Dios .................................. 85
Pedir la Fortaleza al espíritu Santo .............................................. 87
Meditar en la Dolorosa Pasión de Nuestro Señor ........................ 88
Sanados por sus Llagas ................................................................ 89
El Espíritu Santo lleva a la reparación amorosa ............................ 92
Invocar el espíritu Santo para enamorarse de lo Divino ............... 93
Oración revelada para pedir el E S ............................................... 94
Resumen de las Moradas ............................................................ 94
Tercera Parte.................................................................................. 96
SEPTENARIO DE ORACIONES .......................................................... 97
1 Al Espíritu Santo...................................................................... 97
3
2 De Ofrecimiento a Jesús ........................................................... 98
3 Enseñada a santa Margarita ...................................................... 98
4 Al Sagrado Corazón ................................................................. 98
5 Al Hombre Dios ....................................................................... 99
6 Amor por la verdadera ciencia ................................................ 100
7 Voto de Almas ....................................................................... 101
Cuarta Parte ................................................................................. 103
Santa Gertrudis de Helfta .......................................................... 104
Oración con María .................................................................... 108
Salmo en Búsqueda de la solidaridad ........................................ 112
Grados de la humildad .................................................................. 115
Efectos de la humildad .............................................................. 117
Grados de orgullo ......................................................................... 119
Soberbia en los espirituales....................................................... 121
Prácticas para crecer en humildad ............................................ 123
Oraciones de la Beata María Romero ........................................ 125
Por todos los que sufren ....................................................... 126
Suplica a San Rafael............................................................... 127
Pequeño exorcismo............................................................... 127
Oración de sanación .............................................................. 128
Rosario de amor .................................................................... 128
Rosario al Padre Celestial ...................................................... 129
Rosario a Jesús Paciente ........................................................ 130
Rosario de la confianza.......................................................... 130
Rosario Ardiente ................................................................... 130
Coronilla de Reparación a la Santísima Trinidad ........................ 132

4
LA CORONA DE LOS SAGRADOS CORAZONES UNIDOS ............... 135
Oración a las cinco llagas........................................................... 140
LA TRINIDAD CONCIERTA LA ENCARNACIÓN EN MARIA............. 141
Llamado a la Adoración Eucarística ........................................... 143
Aumentad vuestras visitas al Santísimo ..................................... 144
Mensaje de san Miguel al ejército Mariano ............................... 145
Cristo Sol Divino ...................................................................... 146
Anexo de Otras oraciones ......................................................... 149
Jesús oculto en el Tabernáculo .............................................. 149
Meditación sobre el Padre Nuestro ....................................... 150
¿Qué es lo que caracteriza a un cristiano? ............................. 152
¿Dónde se encuentra Dios? ................................................... 152
Oración en silencio ................................................................ 152
Epílogo ......................................................................................... 154
Bibliografía recomendada ............................................................. 156

5
INTRODUCCIÓN

Como es mi proceder en otras de mis obras me valgo para esta


introducción de las palabras sobre la necesidad de la oración de un santo
Papa que admiro que se llama Benedicto XVI:

El hombre en oración I parte1

Queridos hermanos y hermanas. Hoy quiero comenzar una nueva serie


de catequesis. El tema es la oración, de modo específico de la cristiana,
es decir, la oración que Jesús nos enseñó y que la Iglesia sigue
enseñándonos. De hecho, es en Jesús en quien el hombre se hace capaz
de unirse a Dios con la profundidad y la intimidad de la relación de
paternidad y de filiación. Por eso, juntamente con los primeros
discípulos, nos dirigimos con humilde confianza al Maestro y le
pedimos: «Señor, enséñanos a orar» (Lucas 11, 1).
En las próximas catequesis, acudiendo a las fuentes de la Sagrada
Escritura, la gran tradición de los Padres de la Iglesia, de los maestros
de espiritualidad y de la liturgia, queremos aprender a vivir aún más
intensamente nuestra relación con el Señor, casi una «escuela de
oración». En efecto, sabemos bien que la oración no se debe dar por
descontada: hace falta aprender a orar, casi adquiriendo siempre de
nuevo este arte; incluso quienes van muy adelantados en la vida
espiritual sienten siempre la necesidad de entrar en la escuela de Jesús
para aprender a orar con autenticidad. La primera lección nos la da el
Señor con su ejemplo. Los Evangelios nos describen a Jesús en diálogo
íntimo y constante con el Padre: es una comunión profunda de aquel
que vino al mundo no para hacer su voluntad, sino la del Padre que lo
envió para la salvación del hombre.
En esta primera catequesis, como introducción, quiero proponer
algunos ejemplos de oración presentes en las antiguas culturas, para
poner de relieve cómo, prácticamente siempre y por doquier, se han
dirigido a Dios.

1
Catequesis de los miércoles en la Plaza de san Pedro en la Audiencia General
de los días 11 y 14 de mayo de 2011 las dos primeras de 44 que el Papa hiciera
sobre el tema de la oración.
6
Comienzo por el antiguo Egipto, como ejemplo. Allí un hombre ciego,
pidiendo a la divinidad que le restituyera la vista, atestigua algo
universalmente humano, como es la pura y sencilla oración de petición
hecha por quien se encuentra en medio del sufrimiento, y este hombre
reza: «Mi corazón desea verte... Tú que me has hecho ver las tinieblas,
crea la luz para mí. Que yo te vea. Inclina hacia mí tu rostro amado 2».
«Que yo te vea»: aquí está el núcleo de la oración.
En las religiones de Mesopotamia dominaba un sentido de culpa arcano
y paralizador, pero no carecía de esperanza de rescate y liberación por
parte de Dios. Así podemos apreciar esta súplica de un creyente de
aquellos antiguos cultos, que dice así: «Oh Dios, que eres indulgente
incluso en la culpa más grave, absuelve mi pecado... Mira, Señor, a tu
siervo agotado, y sopla tu aliento sobre él: perdónalo sin dilación.
Aligera tu castigo severo. Haz que yo, liberado de los lazos, vuelva a
respirar; rompe mi cadena, líbrame de las ataduras3». Estas expresiones
demuestran que el hombre, en su búsqueda de Dios, ha intuido, aunque
sea confusamente, por una parte su culpa y, por otra, aspectos de
misericordia y de bondad divina.
En el seno de la religión pagana de la antigua Grecia se produce una
evolución muy significativa: las oraciones, aunque siguen invocando la
ayuda divina para obtener el favor celestial en todas las circunstancias
de la vida diaria y para conseguir beneficios materiales, se orientan
progresivamente hacia peticiones más desinteresadas, que permiten al
hombre creyente profundizar su relación con Dios y ser mejor. Por
ejemplo, el gran filósofo Platón refiere una oración de su maestro,
Sócrates, considerado con razón uno de los fundadores del pensamiento
occidental. Sócrates rezaba así: «Haz que yo sea bello por dentro; que
yo considere rico a quien es sabio y que sólo posea el dinero que puede
tomar y llevar el sabio. No pido más4». Quisiera ser sobre todo bello
por dentro y sabio, y no rico de dinero.
En esas excelsas obras maestras de la literatura de todos los tiempos que
son las tragedias griegas, todavía hoy, después de veinticinco siglos,
leídas, meditadas y representadas, se encuentran oraciones que

2
A. Barucq – F. Daumas, Hymnes et prières de l’Egypte ancienne, París 1980,
trad. it. en Preghiere dell’umanità, Brescia 1993, p. 30
3
M.-J. Seux, Hymnes et prières aux Dieux de Babylone et d’Assyrie, París 1976,
trad. it. en Preghiere dell’umanità, op. cit., p. 37
4
Opere I. Fedro 279c, trad. it. P. Pucci, Bari 1966
7
expresan el deseo de conocer a Dios y de adorar su majestad. Una de
ellas reza así: «Oh Zeus, soporte de la tierra y que sobre la tierra tienes
tu asiento, ser inescrutable, quienquiera que tú seas —ya necesidad de
la naturaleza o mente de los hombres—, a ti dirijo mis súplicas. Pues
conduces todo lo mortal conforme a la justicia por caminos
silenciosos5» Dios permanece un poco oculto, y aun así el hombre
conoce a este Dios desconocido y reza a aquel que guía los caminos de
la tierra.
También entre los romanos, que constituyeron el gran imperio en el que
nació y se difundió en gran parte el cristianismo de los orígenes, la
oración, aun asociada a una concepción utilitarista y fundamentalmente
vinculada a la petición de protección divina sobre la vida de la
comunidad civil, se abre a veces a invocaciones admirables por el fervor
de la piedad personal, que se transforma en alabanza y acción de
gracias. Lo atestigua un autor del África romana del siglo ii después de
Cristo, Apuleyo. En sus escritos manifiesta la insatisfacción de los
contemporáneos respecto a la religión tradicional y el deseo de una
relación más auténtica con Dios. En su obra maestra, titulada Las
metamorfosis, un creyente se dirige a una divinidad femenina con estas
palabras: «Tú sí eres santa; tú eres en todo tiempo salvadora de la
especie humana; tú, en tu generosidad, prestas siempre ayuda a los
mortales; tú ofreces a los miserables en dificultades el dulce afecto que
puede tener una madre. Ni día ni noche ni instante alguno, por breve
que sea, pasa sin que tú lo colmes de tus beneficios 6»
En ese mismo tiempo, el emperador Marco Aurelio —que también era
filósofo pensador de la condición humana— afirma la necesidad de
rezar para entablar una cooperación provechosa entre acción divina y
acción humana. En su obra Recuerdos escribe: «¿Quién te ha dicho que
los dioses no nos ayudan incluso en lo que depende de nosotros?
Comienza, por tanto, a rezarles y verás 7» Este consejo del emperador
filósofo fue puesto en práctica efectivamente por innumerables
generaciones de hombres antes de Cristo, demostrando así que la vida
humana sin la oración, que abre nuestra existencia al misterio de Dios,

5
Eurípides, Las Troyanas, 884-886, trad. it. G. Mancini, en Preghiere
dell’umanità, op. cit., p. 54.
6
Apuleyo de Madaura, Metamorfosis IX, 25, trad. it. C. Annaratone, en
Preghiere dell’umanità, op. cit., p. 79.
7 Dictionnaire de spiritualitè XII/2, co. 2213.
8
queda privada de sentido y de referencia. De hecho, en toda oración se
expresa siempre la verdad de la criatura humana, que por una parte
experimenta debilidad e indigencia, y por eso pide ayuda al cielo, y por
otra está dotada de una dignidad extraordinaria, porque, preparándose a
acoger la Revelación divina, se descubre capaz de entrar en comunión
con Dios.
Queridos amigos, en estos ejemplos de oraciones de las diversas épocas
y civilizaciones se constata la conciencia que tiene el ser humano de su
condición de criatura y de su dependencia de Otro superior a él y fuente
de todo bien. El hombre de todos los tiempos reza porque no puede
menos de preguntarse cuál es el sentido de su existencia, que permanece
oscuro y desalentador si no se pone en relación con el misterio de Dios
y de su designio sobre el mundo. La vida humana es un entrelazamiento
de bien y mal, de sufrimiento inmerecido y de alegría y belleza, que de
modo espontáneo e irresistible nos impulsa a pedir a Dios aquella luz y
aquella fuerza interiores que nos socorran en la tierra y abran una
esperanza que vaya más allá de los confines de la muerte. Las religiones
paganas son una invocación que desde la tierra espera una palabra del
cielo. Uno de los últimos grandes filósofos paganos, que vivió ya en
plena época cristiana, Proclo de Constantinopla, da voz a esta espera,
diciendo: «Inconoscible, nadie te contiene. Todo lo que pensamos te
pertenece. De ti vienen nuestros males y nuestros bienes. De ti
dependen todos nuestros anhelos, oh Inefable, a quien nuestras almas
sienten presente, elevando a ti un himno de silencio»8
En los ejemplos de oración de las diversas culturas, que hemos
considerado, podemos ver un testimonio de la dimensión religiosa y del
deseo de Dios inscrito en el corazón de todo hombre, que tienen su
cumplimiento y expresión plena en el Antiguo y en el Nuevo
Testamento. La Revelación, en efecto, purifica y lleva a su plenitud el
originario anhelo del hombre a Dios, ofreciéndole, en la oración, la
posibilidad de una relación más profunda con el Padre celestial.
Al inicio de nuestro camino «en la escuela de la oración», pidamos pues
al Señor que ilumine nuestra mente y nuestro corazón para que la
relación con él en la oración sea cada vez más intensa, afectuosa y

8
Hymni, ed. E. Vogt, Wiesbaden 1957, en Preghiere dell’umanità, op. cit., p.
61.
9
constante. Digámosle una vez más: «Señor, enséñanos a orar» (san
Lucas 11, 1).”

El hombre en oración II parte:


Queridos hermanos y hermanas:
Hoy quiero seguir reflexionando sobre cómo la oración y el sentido
religioso forman parte del hombre a lo largo de toda su historia.
Vivimos en una época en la que son evidentes los signos del laicismo.
Parece que Dios ha desaparecido del horizonte de muchas personas o
se ha convertido en una realidad ante la cual se permanece indiferente.
Sin embargo, al mismo tiempo vemos muchos signos que nos indican
un despertar del sentido religioso, un redescubrimiento de la
importancia de Dios para la vida del hombre, una exigencia de
espiritualidad, de superar una visión puramente horizontal, material, de
la vida humana. Analizando la historia reciente, se constata que ha
fracasado la previsión de quienes, desde la época de la Ilustración,
anunciaban la desaparición de las religiones y exaltaban una razón
absoluta, separada de la fe, una razón que disiparía las tinieblas de los
dogmas religiosos y disolvería el «mundo de lo sagrado», devolviendo
al hombre su libertad, su dignidad y su autonomía frente a Dios. La
experiencia del siglo pasado, con las dos trágicas guerras mundiales,
puso en crisis aquel progreso que la razón autónoma, el hombre sin
Dios, parecía poder garantizar.
El Catecismo de la Iglesia católica afirma: «Por la creación Dios llama
a todo ser desde la nada a la existencia... Incluso después de haber
perdido, por su pecado, su semejanza con Dios, el hombre sigue siendo
imagen de su Creador. Conserva el deseo de Aquel que lo llama a la
existencia. Todas las religiones dan testimonio de esta búsqueda
esencial de los hombres» (n. 2566). Podríamos decir —como mostré en
la catequesis anterior— que, desde los tiempos más antiguos hasta
nuestros días, no ha habido ninguna gran civilización que no haya sido
religiosa.
El hombre es religioso por naturaleza, es homo religiosus como es
homo sapiens y homo faber: «El deseo de Dios —afirma también el
Catecismo— está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre
ha sido creado por Dios y para Dios» (n. 27). La imagen del Creador
10
está impresa en su ser y él siente la necesidad de encontrar una luz para
dar respuesta a las preguntas que atañen al sentido profundo de la
realidad; respuesta que no puede encontrar en sí mismo, en el progreso,
en la ciencia empírica. El homo religiosus no emerge sólo del mundo
antiguo, sino que atraviesa toda la historia de la humanidad. Al
respecto, el rico terreno de la experiencia humana ha visto surgir
diversas formas de religiosidad, con el intento de responder al deseo de
plenitud y de felicidad, a la necesidad de salvación, a la búsqueda de
sentido. El hombre «digital», al igual que el de las cavernas, busca en
la experiencia religiosa los caminos para superar su finitud y para
asegurar su precaria aventura terrena. Por lo demás, la vida sin un
horizonte trascendente no tendría un sentido pleno, y la felicidad, a la
que tendemos todos, se proyecta espontáneamente hacia el futuro, hacia
un mañana que está todavía por realizarse. El concilio Vaticano II, en
la declaración Nostra aetate, lo subrayó sintéticamente. Dice: «Los
hombres esperan de las diferentes religiones una respuesta a los
enigmas recónditos de la condición humana que, hoy como ayer,
conmueven íntimamente sus corazones. ¿Qué es el hombre? [—¿Quién
soy yo?—] ¿Cuál es el sentido y el fin de nuestra vida? ¿Qué es el bien
y qué el pecado? ¿Cuál es el origen y el fin del dolor? ¿Cuál es el camino
para conseguir la verdadera felicidad? ¿Qué es la muerte, el juicio y la
retribución después de la muerte? ¿Cuál es, finalmente, ese misterio
último e inefable que abarca nuestra existencia, del que procedemos y
hacia el que nos dirigimos?» (n. 1). El hombre sabe que no puede
responder por sí mismo a su propia necesidad fundamental de entender.
Aunque se haya creído y todavía se crea autosuficiente, sabe por
experiencia que no se basta a sí mismo. Necesita abrirse a otro, a algo
o a alguien, que pueda darle lo que le falta; debe salir de sí mismo hacia
Aquel que pueda colmar la amplitud y la profundidad de su deseo.
El hombre lleva en sí mismo una sed de infinito, una nostalgia de
eternidad, una búsqueda de belleza, un deseo de amor, una necesidad
de luz y de verdad, que lo impulsan hacia el Absoluto; el hombre lleva
en sí mismo el deseo de Dios. Y el hombre sabe, de algún modo, que
puede dirigirse a Dios, que puede rezarle. Santo Tomás de Aquino, uno
de los más grandes teólogos de la historia, define la oración como
«expresión del deseo que el hombre tiene de Dios». Esta atracción hacia
Dios, que Dios mismo ha puesto en el hombre, es el alma de la oración,
11
que se reviste de muchas formas y modalidades según la historia, el
tiempo, el momento, la gracia e incluso el pecado de cada orante. De
hecho, la historia del hombre ha conocido diversas formas de oración,
porque él ha desarrollado diversas modalidades de apertura hacia el
Otro y hacia el más allá, tanto que podemos reconocer la oración como
una experiencia presente en toda religión y cultura.
Queridos hermanos y hermanas, como vimos el miércoles pasado, la
oración no está vinculada a un contexto particular, sino que se encuentra
inscrita en el corazón de toda persona y de toda civilización.
Naturalmente, cuando hablamos de la oración como experiencia del
hombre en cuanto tal, del homo orans, es necesario tener presente que
es una actitud interior, antes que una serie de prácticas y fórmulas, un
modo de estar frente a Dios, antes que de realizar actos de culto o
pronunciar palabras. La oración tiene su centro y hunde sus raíces en lo
más profundo de la persona; por eso no es fácilmente descifrable y, por
el mismo motivo, se puede prestar a malentendidos y mistificaciones.
También en este sentido podemos entender la expresión: rezar es difícil.
De hecho, la oración es el lugar por excelencia de la gratuidad, del
tender hacia el Invisible, el Inesperado y el Inefable. Por eso, para todos
la experiencia de la oración es un desafío, una «gracia» que invocar, un
don de Aquel al que nos dirigimos.
En la oración, en todas las épocas de la historia, el hombre se considera
a sí mismo y su situación frente a Dios, a partir de Dios y en orden a
Dios, y experimenta que es criatura necesitada de ayuda, incapaz de
conseguir por sí misma la realización plena de su propia existencia y de
su propia esperanza. El filósofo Ludwig Wittgenstein recordaba que
«orar significa sentir que el sentido del mundo está fuera del mundo».
En la dinámica de esta relación con quien da sentido a la existencia, con
Dios, la oración tiene una de sus típicas expresiones en el gesto de
ponerse de rodillas. Es un gesto que entraña una radical ambivalencia:
de hecho, puedo ser obligado a ponerme de rodillas —condición de
indigencia y de esclavitud—, pero también puedo arrodillarme
espontáneamente, confesando mi límite y, por tanto, mi necesidad de
Otro. A él le confieso que soy débil, necesitado, «pecador». En la
experiencia de la oración la criatura humana expresa toda la conciencia
de sí misma, todo lo que logra captar de su existencia y, a la vez, se

12
dirige toda ella al Ser frente al cual está; orienta su alma a aquel Misterio
del que espera la realización de sus deseos más profundos y la ayuda
para superar la indigencia de su propia vida. En este mirar a Otro, en
este dirigirse «más allá» está la esencia de la oración, como experiencia
de una realidad que supera lo sensible y lo contingente.
Sin embargo, la búsqueda del hombre sólo encuentra su plena
realización en el Dios que se revela. La oración, que es apertura y
elevación del corazón a Dios, se convierte así en una relación personal
con él. Y aunque el hombre se olvide de su Creador, el Dios vivo y
verdadero no deja de tomar la iniciativa llamando al hombre al
misterioso encuentro de la oración. Como afirma el Catecismo: «Esta
iniciativa de amor del Dios fiel es siempre lo primero en la oración; la
iniciativa del hombre es siempre una respuesta. A medida que Dios se
revela, y revela al hombre a sí mismo, la oración aparece como un
llamamiento recíproco, un hondo acontecimiento de alianza. A través
de palabras y de acciones, tiene lugar un trance que compromete el
corazón humano. Este se revela a través de toda la historia de la
salvación» (n. 2567).
Queridos hermanos y hermanas, aprendamos a permanecer más tiempo
delante de Dios, del Dios que se reveló en Jesucristo; aprendamos a
reconocer en el silencio, en lo más íntimo de nosotros mismos, su voz
que nos llama y nos reconduce a la profundidad de nuestra existencia,
a la fuente de la vida, al manantial de la salvación, para llevarnos más
allá del límite de nuestra vida y abrirnos a la medida de Dios, a la
relación con él, que es Amor Infinito. Gracias.

El libro contiene cuatro partes, la primera son las 23 formas de


oraciones reveladas por nuestro Señor a Conchita, la segunda es
la explicación de las moradas de santa Teresa por ella misma
como camino de perfección en la humildad hacia los Sagrados
Corazones de Jesús, María y José, la tercera es un septenario de
oraciones, y la cuarta un adendum de santa Gertrudis, la oración
en la Virgen María y el salmo de la solidaridad porque la oración
y la fe sin obras por fuerte que sean están muertas

13
Espiritualidad de la cruz

La vida de la mexicana Concepción


Cabrera de Armida es una vida
admirable, llena de carismas y de
dones extraordinarios de Dios.
Fundó la Congregación de las
religiosas de la Cruz, fue le
inspiradora de los misioneros del
Espíritu Santo y de otras Obras de la
Cruz para sacerdotes, obispos y
laicos.
Ella no fue religiosa, fue una mujer
casada, que tuvo nueve hijos y vivió
siempre en su casa con su familia y entre familiares, pero Dios la
escogió para elevarla a las más altas cumbres del espíritu. No sólo le
concedió la gracia del matrimonio espiritual o unión transformante, sino
también la de la encarnación mística.
Por medio de ella Dios bendijo abundantemente a sus hijos y
familiares, pero también a todos los que la rodeaban y, especialmente,
a los misioneros del Espíritu Santo y a las religiosas de la Cruz.
Su amor a Jesús, a quien consideraba su esposo crucificado, le hizo
soportar muchos sufrimientos, que ella ofreció por la salvación de las
almas.
Su vida se desarrolló en un ambiente social de persecución permanente
contra la Iglesia y ella tuvo que acoger a muchas religiosas y sacerdotes
perseguidos. Pero Dios la protegió a ella y a su familia; y su vida
resplandeció por donde iba, llegando a decir sus hijos que madre como
ella, no había ninguna. Fue una esposa santa, una madre santa; en una
palabra, una mujer santa. Que ella nos estimule en el camino de la
santidad y aspiremos a ser santos en medio de las dificultades de la vida
diaria.
Conchita escribió lo que Jesús le dijo: Estando en la oración después de
comulgar, (Jesús) me dijo así: Prepárate para el día que la Iglesia
14
celebra la Encarnación del Divino Verbo; en ese día bajé a unirme con
María tomando carne en su purísimo seno, para salvar al mundo. Ese
día quiero unirme espiritualmente con tu alma y darte una nueva vida,
vida divina e inmortal, en el tiempo y en la eternidad...
Prepárate, purifícate, límpiate, porque es muy grande, muy grande el
beneficio que se te prepara. (CC 9,33-35: 17 febrero 1897)
El Espíritu Santo, en un acto de amor crecidísimo, engendra en el alma
al Verbo... y entonces, hace verdaderamente de aquella alma sus
delicias, habitando en ella y poseyéndola. (CC 23,35-45: 10 julio 1906)
Al encarnar el Verbo en las almas, la Trinidad antes las llena de gracias
sobre gracias, de luces sobre luces, de amor y de dolor. (CC 23,172-
180: 23 julio 1906)
Para esta clase tan subida de gracias, Yo antes hago pasar al alma por
mil crisoles; y bañándola con la superabundancia de mis gracias, la
preparo a esta altísima unión en que la Pureza, no puede unirse con lo
manchado. (CC 24,61-68: agosto 1906)

Encarnación mística

25 de marzo de 1906: Antes de la Misa, postrada ante el Sagrario, me


humillé cuanto pude, delante de mi Jesús; le pedí perdón, renové mis
votos: le ofrecí no llenar mi corazón así de tierra como hasta aquí y así,
VACÍA, lo recibí en la Comunión . Conque, en los primeros
«mementos» de la Misa, voy sintiendo la presencia de mi Jesús junto
de mí, y escuchando su divina voz que me dijo:
- «Aquí estoy» (me dijo el Señor), «quiero encarnar en tu corazón
místicamente. Yo cumplo lo que ofrezco; he venido preparándote de
mil modos, y ha llegado el momento de cumplir mi promesa,
RECÍBEME». (Y yo sentí un gozo con vergüenza indecible. Pensé que
ya lo había recibido en la Comunión, pero Él, como adivinándome,
continuó).

15
- No es así; de otro modo, además, hoy me has recibido. Tomo posesión
de tu corazón; me encarno místicamente en él, para no separarme jamás.
Ésta es una gracia muy grande que te viene preparando mi bondad;
humíllate y agradécela. (CC 22,167-177: 25 marzo 1906).
1906 Tienes contigo a la sacrosanta Víctima del Calvario y de la
Eucaristía, la cual puedes ofrecer constantemente al Eterno Padre por la
salvación del mundo. Éste es el fruto más precioso del grande favor que
he obrado en ti al encarnar en tu corazón. Te he dado lo más grande del
cielo y de la tierra, a Mí mismo, con este fin. Tú nada tienes de ti misma,
pero Conmigo lo tienes todo. ¿Ahora entiendes el porqué de la gracia
pasada?
Sí, mi Jesús adorado: ahora veo que para cumplir mi misión de salvar
almas sólo teniéndote a Ti sólo ofreciéndote a Ti lo conseguiré.
Ahora sí, mi sed de salvar almas se saciará, al menos estaré cierta de
que con ese PRECIO sí se compran las gracias para ellas. (...) Ahora sí,
que soy feliz en mi misma miseria, porque no soy yo la que compra, la
que obra, la que vive, sino JESÚS EN MÍ... el VERBO EN MÍ... Dios
haciéndolo TODO en su pobre criatura. ¡Bendito mil veces sea! (CC
22,408-416: 21 julio 1906)
En mi unión ofrécete y ofréceme en cada instante al Eterno Padre con
el fin tan noble de salvar a las almas, y darle gloria. (CC 22,408-416:
21 julio 1906
1909 Hija mía, me dijo. Quiero que digas a menudo, y sobre todo en tus
dolores, estas palabras, con una voluntad amorosa, «este es mi cuerpo,
esta es mi sangre», ofreciéndote al Eterno Padre en mi unión. ¿No
recuerdas que eres hostia y que debes ser víctima?
Mira, desde la encarnación mística, tu cuerpo es como mi Cuerpo y tu
sangre como mi Sangre, porque Yo tengo la propiedad de transformar.
(CC 32,119-126: 22 febrero 1909).
1917 María desde la Encarnación, repetía al Eterno Padre, en un acto
continuado de amor, y refiriéndose a Mí en Ella, «Este es mi Cuerpo,
esta es mi Sangre», clamando por la salvación del mundo. Que al repetir
estas palabras, lo hagan en mi unión, sí, pero también pensando en mi
16
Madre que me dio ese Cuerpo y esa Sangre: en mi Madre que desde la
Encarnación, se ofrecía y me ofrecía. (CC 41,355-359: 8 julio 1917).
1924 La encarnación mística es una gracia transformativa, en el sentido
de asimilar a la criatura con su Modelo, que soy Yo. Es gracia
transformante, unitiva (CC 45,435: 11de diciembre de 1924)
1925 Al obrarse la transformación del alma en Jesús, (que para ayudar
a esto es la encarnación mística) viene también a ser el Espíritu Santo,
el espíritu de la criatura, en más o menos grados, según la intensidad y
escala de la transformación, la cual, depende en mucho de la
correspondencia del alma en las virtudes. Absorbiendo pues el Espíritu
Santo al espíritu de la criatura en la transformación, la llena de ese amor
purísimo que es Él y entonces, con ese amor mismo, ama la criatura al
Divino Verbo, es decir, con el amor mismo con que lo ama y se ama el
Padre, con la perfección del amor (CC 45,206-208: 3 Julio 1925).
1926 Tu amor para con las almas también debe ser el Espíritu Santo,
que es Amor; y con Él, debes amarlas como a Mí; y con ese amor,
amarme a Mí y a ellas, sin salir de Mí. Porque mi amor a las almas, es
el mismo con que amo a mi Padre, y quiero que ese mismo amor sea el
tuyo (CC 47,30-32: 18 julio 1926).
1927 Por la derivación de la gracia de la encarnación mística, participas
en cierto sentido también de la Fecundación de la Iglesia, que también
es Madre (CC 49,386: 3 diciembre 1927)
En el corazón de una madre, con todo derecho deben repercutir los
latidos del corazón del hijo. Debe repercutir en tu alma, mi pureza, mi
humildad, mis virtudes, mis sacrificios, pero también, ¿sabes qué? mis
dolores por las ingratitudes del mundo, mis hondas penas por los
pecados de mis sacerdotes: esta sí que es alianza entre tu corazón y el
mío, de mis amores y de mis dolores, la más estrecha de hijo a madre
(CC 48,248-249: 10 septiembre 1927)
1928 En esa maternidad espiritual o aceptación plena de los sacerdotes,
para inmolarte en su favor, deben entrar también desde el Papa, los
cardenales, arzobispos y obispos, párrocos y sacerdotes. Porque toda la
jerarquía eclesiástica forman un solo sacerdocio con el Sacerdote
eterno. Pero no te espantes, pues que esto es sólo una manera de
17
exteriorizar mis planes en ti, acentuándolos; pero al recibirme tú en la
encarnación mística en tu alma, me recibiste a Mí y en Mí a la Iglesia
con todos sus sacerdotes (CC 53,33-40: 29 noviembre 1928)
1935 Y ahora, sin quitarle un ápice a estas gracias, debes encaminarlo
todo, a la gloria de mi Padre amado. Que todo en ti, en tu cuerpo y en
tu alma, tenga este santo fin: la gloria de mi Padre.
Simplifica estos actos en un solo amor al ejecutarlos, con un solo
colorido, de manera que, sin dejar de hacerlos, todos converjan a la
unidad en su sustancia: ¡la gloria de mi Padre! (CC 64,94-95: 29 octubre
1935).
Por esto mismo, lo que ofrezcas en adelante para la gloria del Padre,
vuelve a los sacerdotes, a quienes perteneces, convertido en gracias para
sus almas.
Aquí tienes cómo una cosa no impide la otra. Tú, olvidada de ti y
transformada en Mí por la Encarnación Mística, lo ofreces todo, lo
sufres todo, perdida en Mí, por la gloria de mi Padre, y Yo mismo
dorando esos actos, más o menos vivos, intensos y ardorosos, los
convierto en gracias para los sacerdotes y para las almas (CC 62,54-56:
23 octubre 1935).

Explicación de la Encarnación Mística

La Encarnación de Cristo es un evento singular: El Verbo eterno se hizo


carne (se hizo hombre), por obra del Espíritu Santo, en el vientre de
María Santísima. Ocurrió una vez para siempre.
Sin embargo, el Verbo se encarnó para llamar a todos los hombres a
unirse a Él, con una unión real, íntima y misteriosa. Por el bautismo
Dios reproduce en ellos la imagen de su Hijo (Cf. Romanos 8,29).
Cristo es engendrado espiritualmente, continuando en la Iglesia el
misterio de la encarnación.
Cristo se desposa con la Iglesia y por medio de ella El desea desposarse
con toda la humanidad. San Pablo compara la relación de Cristo y la
Iglesia con la relación entre el marido y su esposa: "el que ama a su
mujer a sí mismo se ama, y nadie aborrece jamás su propia carne, sino
18
que la alimenta y la cuida como Cristo ama a su Iglesia, pues somos
miembros de su cuerpo" (Ef 5,28-30)
El bautizado entra en unión con Cristo y su Iglesia. Es una nueva
creación en Cristo, participa en Su vida y continúa Su obra redentora.
Es miembro de Su Cuerpo Místico.
La encarnación mística es una gracia de orden místico. La gracia del
bautismo por la que somos unimos con Cristo llega a un grado
extraordinario. Experimentan personalmente la unión nupcial de Cristo
con la Iglesia. Viven una participación extraordinaria del misterio de la
encarnación, a imagen de María, pero en forma mística.
La venerable Concepción Cabrera de Armida recibió la Encarnación
Mística. Jesús le dijo:
La encarnación mística es una gracia transformativa, en el sentido de
asimilar a la criatura con su Modelo, que soy Yo. Es gracia
transformante, unitiva (CC 45,435: 11de diciembre de 1924)
(Agradecemos a www.corazones.org por este material y las Hermanas
de los Sagrados Corazones Traspasados de Jesús y María SCTJM)

Sus Escritos
Sus escritos fueron muchos. Es una de las santas más prolíficas. Para el
proceso de beatificación fueron presentadas en Roma unas 65.000
páginas manuscritas. Sus libros editados y publicados son más de 50,
pero sus escritos inéditos, no publicados, son muchísimos. Además de
sus abundantes cartas, están los 66 tomos de su Cuenta de Conciencia,
escrita entre 1893 y l936 y que es como un Diario íntimo y personal.
Son también hermosos los mensajes recibidos de Jesús a los sacerdotes,
titulados: “A mis sacerdotes”

19
La oración en Conchita

En cuanto a su oración afirma: Sentía gran inclinación a la oración,


porque en mis penas de niña me encantaba esconderme a platicar con
los ángeles, refiriéndoles lo que me apenaba y pidiéndoles ayuda para
otros y para mí. Yo sentía en esto, en invocar a la santísima Virgen,
mucho consuelo y plena seguridad de ser escuchada... A veces, por los
caminos me iba saboreando con decir palabra por palabra las oraciones
o plegarias al Santísimo Sacramento o a la santísima Virgen, que me
aprendía de memoria... El campo, los pájaros, la naturaleza y aquella
paz y aquellas puestas de sol, siempre me llevaban el alma a Dios desde
muy niña. Me deleitaba la soledad de los bosques... A mí la naturaleza,
como la música, siempre me ha llevado a Dios. Yo presentía dentro de
mí casi sin conocerte, Señor, tú presencia, tu hermosura, tu poder y tu
bondad9.
Hay momentos en que siento que mi alma vuela a Dios, se pierde en la
inmensidad de Dios, dentro del mismo Dios; y otros siento que Él entra
en mí y, no digo que se pierde en mí, pero que sin reducirse me penetra
y se extiende y como que se sale por los poros 10.
En medio de las ocupaciones ordinarias, o comiendo, o en la calle y en
dondequiera, viene a mí un sentimiento que me levanta el espíritu y
causa un efecto suave, tranquilo, dulce, quietísimo, como muy quedito,
diré, y envuelve esto el alma; es como un perfume delicado que penetra;
es como una nube luminosa que envuelve.., ese algo que no es del
mundo, que se siente por fuera y también por dentro, esto es lo que se
llama “presencia de Dios”.
Estos ratos son largos, y cuando vienen, el alma se pone sola, sin que
nadie se lo aconseje, en adoración profunda... No puedo decir que se
detiene la vida, pero sí, como el aliento a ratos, y que todo el interior
queda suspendido. Esto embriaga, esto es divino, esto no se puede

9
Vida I, pp. 10-11,17,60,99-100.
10
Cuenta de Conciencia 2, 100-101.
20
escribir... Sé que corro y que vuelo, y en este torbellino me siento
afianzada en Jesús11.
Es cierto que tengo horas fijas para hacer oración, pero ahora, por esta
época que voy cruzando, me basta sólo oír la palabra de Dios, o
pronunciarla, y sentir que se marcha el alma, que se aprieta con aquella
inmensidad... que se esconde en su Jesús… que vuela, que se lanza, sin
que haya poder humano que la detenga12.
Me pasa con mucha frecuencia una cosa: Apenas me pongo en actitud
de meditar o pensar en mi Jesús, me llena de un recogimiento que no es
mío, aun cuando lo procurara, y siento fuego en mi interior, y me va
saliendo a la cara una cosa como bochorno que me enciende y el
corazón late apresuradamente. A veces, puedo pasar, diré, sobre este
efecto o sentimiento y seguir mi oración; otras no puedo y aguardó a
que baje un poco la temperatura de este termómetro divino13.
El año 1894 el Señor no me dejaba ni de día ni de noche, con una
persecución amorosa, con una invasión divina. A la manera de un
novio, que pretende a una para casarse, así Jesús, ¡qué vergüenza!
pretendía a esta tarántula del infierno, sin dejarle reposo. ¡Pero qué
amores, qué ternuras, qué requiebros, qué primavera, Dios mío! me
presentó entonces el Señor, ¡cómo me ganó la voluntad enamorándome
hasta la locura de Él, pero crucificado!
¡Con qué manera comenzó a hablarme de la Cruz! ¡Con qué delicadeza
me insinuaba los encantos del padecer! ¡Cómo abría ante mi vista un
camino sembrado de sacrificios, de cruces y espinas de todas clases,
convidándome a recorrerlo a su lado! ¡Cómo me enseñó a renunciar a
las vanidades de la tierra! ¡Con qué paciencia descendió hasta lo más
menudo en mi vida ordinaria, quitándome el polvo de habas que me
ponía en la cara; los aromas, el peinado menos sencillo, los adornos que
antes creía no serlos, las mil pequeñeces mujeriles en las que estaba
envuelta! ¡Cómo me inició en la práctica de las virtudes, sobre todo
ocultas que tanto le encantan! ¡Cómo, con su ayuda, suavizó mi
carácter, me enseñó a sufrir en silencio, penas, contrariedades, dolores,

11
Cuenta de Conciencia 2, 104-105, texto 285.
12
Cuenta de Conciencia 2, 109, texto 286
13
CC 4, 206-208.
21
enfermedades, y tantas y tantas cosas que tiene una esposa y una madre!
¡Dios mío! ¡Con qué paciencia, con qué desvelos estaba siempre a mi
lado, pendiente de mi interior, siempre dándome el ¡alerta! en cuanto
me desmedía!...
Olvídate de ti, me decía, no te busques, no te encuentres. Haz las cosas
buenas como si no las hicieras, sin pensar siquiera en ellas después de
ejecutadas. Complácete sólo en Mí y pisa la tierra y a ti que lo eres; que
tu misma pequeñez y miseria te sirvan de escalón para subir a Mí. Písate
siempre, y no pienses sino en agradarme…
Deja, toma, calla, sacrifica, véncete, no te detengas en esa propia
complacencia, aquí hay respeto humano, en esto tienes soberbia, ahora
te buscas a ti, despréciate, desdórate, humíllate, baja, no te tengas
lástima, ¡arriba!, ¡sube!, escóndete, mortifícate, ten paciencia,
domínate, etc. Así me decía el Señor con prisa de hacerme adelantar,
decía que para sus fines en mi pobre alma.
Y sí, avancé con semejante Director, ¡que ni un instante me dejaba sola!
¡Oh mi Jesús! ¿Y con qué pagar tus favores? “Muere” me dijo un día,
y yo, tan materialota, una noche me tendí, y ahí, le ofrecí concluir con
el mundo y resucitar a otra vida en Él14.

14
Vida I, 226-234, texto 259.
22
Primera Parte

“Recordemos que «es la contemplación del rostro de


Jesús muerto y resucitado la que recompone nuestra
humanidad, también la que está fragmentada por las
fatigas de la vida, o marcada por el pecado.
No hay que domesticar el poder del rostro de Cristo».
Entonces, me atrevo a preguntarte:
¿Hay momentos en los que te pones en su presencia
en silencio, permaneces con él sin prisas,
y te dejas mirar por él?
¿Dejas que su fuego inflame tu corazón?
Si no le permites que él alimente el calor de su amor
y de su ternura, no tendrás fuego, y así
¿Cómo podrás inflamar el corazón de los demás con
tu testimonio y tus palabras?
Y si ante el rostro de Cristo todavía no logras dejarte
sanar y transformar,
entonces penetra en las entrañas del Señor,
entra en sus llagas, porque allí tiene
su sede la misericordia divina”

Papa Francisco en Gozaos y Alegraos


Un llamado a la santidad

23
“Que tu mayor deseo sea ver a Dios; que tu mayor temor
sea perderlo, que tu gozo sea la esperanza del Cielo y así
vivirás con una gran paz”

Santa Teresa de Jesús

24
1. LA ORACIÓN ACTIVA15

Dice Jesús: Trabajando oran, corriendo y durmiendo oran,


estudiando oran.
Esta clase de oración no descansa en el alma, el celo por la gloria
del amado la devora. Dolores y sacrificios son miel para ella16. La
da el Espíritu Santo.
Esta oración pone el fuego amoroso de Dios en el alma. Ellas
atesoran sin sentirlo, se le da a almas escogidas.

15
Los textos están tal cual los dicto nuestro Señor a Conchita y así he querido
dejarlos aunque a veces nos pueden sonar extraños.
16
“Una tarde, estando en oración ante el sagrario, no sé explicar lo que me
pasó. Sólo sé que el Señor me dio una luz muy clara y comprendí muchas
cosas. Me pareció ver un campo inmenso de razas de todo el mundo, de gente
sin bautizar y sin conocer a Dios. En un transporte de alegría le dije a Jesús:
Qué feliz sería si pudiera cooperar a redimir almas por tus méritos y mis
pobres oraciones. Desde entonces, se acrecentó en mi alma el deseo de
ofrecer penas y sufrimientos para ese fin y mi obsesión es ver muchas almas
bautizadas y salvadas que llevasen mi nombre y pueda contemplarlas en el
cielo. San Juan de la Cruz dice que se alcanza de Dios cuanto de Él se espera.
Creo que veré mis ilusiones y alegrías realizadas. Los méritos de Jesús son
infinitos. Mi pobreza espiritual grande, pero Jesús me dará de sus riquezas.
Sus llagas, que con frecuencia beso, curarán las mías. Pida para que llegue al
monte de la santidad” (Hermana de España).
25
“El alma que abandona la oración no tardará en
convertirse en bestia o en demonio”

Santa Teresa de Jesús

26
2. LA ORACIÓN COMUNICATIVA

Dice Jesús a Conchita: Es hijita mía la que tienes tú en estos


momentos y cuando escribes y te hablo y cuando platicamos los
dos tú y Yo.
Esta oración sin las virtudes17 profundas es peligrosa.
Esta oración es a ciertas almas para el bien de otros.
Necesito un completo vacío de la criatura, profunda pureza y
sencillez… el don de la humildad pedido y dado al Espíritu
Santo.18

17
Virtud: del latín virtus, fuerza. Práctica de obras repetidas, humildad, fe,
caridad, prudencia, templanza.
18
Algunos padres del yermo, cuando iba algún joven a sumarse a su
compañía, le preguntaban de este modo: ¿Tú traes el corazón vacío para que
pueda llenarlo el Espíritu Santo? Lo mismo dijo Dios a santa Gertrudis, que
le rogaba le diese a entender qué era lo que de ella pedía: “No te pido más
que un corazón vacío de criaturas”
27
“El alma que se apoya en la confianza en Dios,
más se desprende de la tierra
y más se une a Él por el amor ”

San Alfonso

28
3. LA ORACION SOSEGADA

Es la oración, quieta, tranquila y reposada, raya en la


contemplación19. Más que oración consiste en una presencia de
Dios muy viva que la deja suspensa y arrebatada que no puede
hacer otra cosa que amar, amar y amar y sólo amar; sin que la
memoria y el entendimiento intervengan.
Su corazón late y no cesa de amar aquel objeto único que la tiene
absorta dentro de sí, no siente las alturas a las que ha subido hasta
que desciende a las cosas de la tierra, entonces nota que respira
otro aire más impuro, ve otros colores…
Deja esta oración en el alma gran desapego de las cosas de la
tierra… estas son obsequio del Espíritu Santo a las almas puras 20
y generosas.

19
“Tengo 32 años, hasta los 21 la vida me sonreía: estudios, trabajo, amigos,
pero un día dos amigas me invitaron a pasar por un convento para dar un
recado a una religiosa. Algo me llamó la atención y fui frecuentando las visitas
para hablar con la Madre. Y pasaban los días y en unas vísperas, al rezar el
Padrenuestro, tuve mi primera experiencia con el Señor. A partir de este
encuentro todo empezó a cambiar. Me sentí acogida, perdonada, amada por
el Señor con una intensidad que me desbordó, pues estaba acostumbrada a
amores humanos que eran egoístas. Nadie supo hacerme vibrar como El, así
que me fui enamorando de El cada vez más. Así comienza la historia de mi
salvación, que el Señor va realizando en mí y, a pesar de ser pecadora, El me
ama con un amor entrañable. Los nueve años que llevo aquí han sido
fenomenales. Jamás hubiera ni soñado que el Señor es tan, TAN
MARAVILLOSO” (España). Testimonios reales aunque no pretenden
corresponder exactamente con la forma de oración nos sirven de referencia
para nuestra oración y además aumentan nuestra fe y deseos de orar.
20
Le decía la Virgen a santa Faustina que las tres virtudes más amadas por
Dios son la humildad, la humildad, la humidad, la pureza de corazón y el amor
a Dios.
29
“Si tuviéramos verdadero amor de Dios lo que nos
parece áspero y molesto se nos haría dulce y
agradable, porque así complaceríamos más al amado
y le daríamos más amor”

San Francisco de Sales

30
4. LA ORACION DE SOLEDAD Y SILENCIO

A primera vista se parece a la anterior pero no lo es.


El Espíritu Santo la conduce a lo interno y se comunica sin
palabras, escucha y siente sin palabras, se ve amada también sin
palabras.
No dura mucho tiempo porque aniquilaría el alma por su dulzura
inefable21.
Sus efectos son de sed de amor ardiente y sed de sufrimiento de
hambre por lo sobrenatural y divino 22.

21
“Y Yahvé añadió: pero mi rostro no podrás verlo, porque nadie puede verme
y seguir con vida” Éxodo 33,20 por esa razón Moisés (Ex 3,6) y los mismos
serafines (Is 6,2), Elías (1 Rey 19,13) se cubren el rostro ante Yahvé.
22
“Tengo 25 años y me encuentro muy feliz y centrada en esta santa casa. Es
tan grande lo que Dios ha hecho conmigo. Me ama con tanta locura... Deseo
ser santa, ésa es mi meta, a la cual aspiro y a la que con la gracia de Dios
espero y deseo llegar. Y, aunque soy un alma de muchos defectos, espero que
el "buen papá", cansado de mis esfuerzos, me coja entre sus brazos y en un
segundo haga lo que yo no puedo por mi debilidad” (hermana de clausura en
España).
31
“Aunque no supiéramos exactamente qué es amar, no nos
preocupemos mucho por esto; porque aunque no nos guste
más, sabiendo que es lo mejor, se necesita ser fuerte en
la determinación de desear todo según la voluntad de Dios
y hacer lo mejor de nosotros, para no ofenderlo y cumplir
en todo su voluntad”
Santa Teresa de Jesús

32
5. LA ORACION ARDOROSA y de MENTE

Esta oración como flecha vuelve al corazón del amado, va como


un rayo, la inflama de amor23.
Es como un rapto místico de amor. Se comunica al alma en dolor
y amor.

23
“Tengo 39 años y llevo 14 años de vida religiosa. Desde mi nacimiento hasta
los 24 años nunca pisé una iglesia. Pero un día estaba yo tan cansada de tanto
viajar toda la semana que buscaba ansiosamente un hotel para descansar y
no encontraba alojamiento. Por fin, fui a una abadía benedictina (estaba en
el Senegal) y me concedieron alojamiento por una noche. Pero, a pesar de
estar tan cansada, no podía dormir. En la habitación había un crucifijo y yo le
decía: ¿Por qué estás ahí clavado en la cruz?, ¿qué haces ahí? Él me contestó
en una luz maravillosa y me mostró todo su amor por mí y por todos los
hombres y la necesidad que tenía de que hombres y mujeres lo dejaran todo
y fueran por el mundo a predicar su Palabra y hablarles de su Amor.
Inmediatamente, yo le dije: Señor, lo dejaré todo y entraré en un monasterio.
A los pocos meses, lo hice realidad. Ahora estoy aquí en el Congo en un pueblo
que durante 20 años no tenía sacerdote y todos los domingos cinco viejecitas
se reunían para pedir a Dios que les enviara un sacerdote, y Dios ha escuchado
su oración, pues ahora tienen un sacerdote y un convento de monjas. ¡Gloria
a Dios!” (República Democrática del Congo). Del Libro Oración Contemplativa
del P. Ángel Peña OAR. Esta oración la han tenido varios místicos que desean
morir o vivir pero ir muriendo de amor y de dolor, es como un dulce martirio.
33
“La esencia del cielo es hacerse una sola cosa con la
Voluntad de Dios”

Joseph Card. Ratzinger

34
6. LA ORACION DE SUAVIDAD

Esta oración de suavidad indecible es la que empalaga el alma


haciéndola desfallecer, comunica tal ternura, amor y paz, que
sumerge al alma dentro de un líquido diré del cual casi no puede
salir por su pie sí el Espíritu Santo no la saca.
Se sumerge en Dios ahí son los requiebros, los suspiros, palabras,
gemidos y lágrimas de amorosa ternura. 24

24
“Hasta los 16 años yo no creía en Dios en absoluto, vivía a mi manera,
olvidada totalmente de Él. Pero, cuando se manifestó en mi vida y me iluminó
con un rayo de su luz, me enamoré de Él. Desde entonces mi mayor deseo es
que todos los hombres de la tierra conozcan a Jesús. Esa es mi eterna plegaria
y el deseo más profundo de mi corazón. Quiero llegar a ser víctima de su
amor. Por eso, cuando hice mis votos perpetuos, me ofrecí eternamente a
Jesús. Mi vida ya no me pertenece. Cada día, cuando asisto a la misa, estoy
como si fuera para mí la última misa del mundo. Este es mi secreto. Y deseo
alabar a Dios, porque es Dios. Esto me llena de una alegría profunda y de una
paz inefable. Generalmente, mi diálogo entre Él y yo es en silencio. Como si
yo fuera la única persona que existe en el mundo. Yo y El solos. Y me siento
inmensamente feliz” (testimonio desde Japón). Óp. Cit. Ángel Peña, OAR.
Misionero español con más de 30 años en las montañas del Perú, de la Orden
de Agustinos Recoletos, Sus más de 80 libros están en internet gratis.
35
“Algunos renunciaron a la vida de la alegría, la paz,
la serenidad, el amor, la esperanza por pereza
comodidad y egoísmo”

Jesús

36
7. LA ORACIÓN EMBRIAGADORA

Esta oración adormece a las almas en su infinita dulzura, el amado


se comunica con el alma sin dejarle fuerzas para contestarle, sin
defenderse de sus purísimas ternuras, ella queda como muerta o
dormida en el seno del amado 25, no puede explicarse y ama, ama
al amado, quiere hundirse, recibe del amado un licor de infinita
suavidad que la agota con su infinito bien.
El amado la invita a esos desposorios26… deja unos deseos muy
vivos y directos de las cosas celestiales.
Esta oración toca a la de unión.

25
San Juan en el seno de Jesús aprende a amar y pasa de ser uno de los hijos
del trueno a ser el discípulo amado, quien reveló al mundo el amor del
Sagrado Corazón de Jesús. (Leer San Juan capítulos del 13 al 21)
26
Tengo 29 años. Cuando tenía 19 años, fui a un retiro y alguien me preguntó
si conocía el convento de carmelitas de mi ciudad. Yo no lo conocía y para mi
sorpresa descubrí que estaba en la calle siguiente a mi casa. Fui a visitar a una
religiosa para llevarle saludos y volví a la misa el día de Navidad. Cuando la
gente se marchaba yo me quedé un poco para conversar con ellas y tomé una
clara decisión: yo sería carmelita como ellas. Yo bendigo ese día en que me
enamoré de Jesús y le ofrecí mi virginidad. Dos meses más tarde entré en el
convento y no me arrepiento. Desde entonces, no dejo de dar gracias a mi
querido esposo Jesús por esta gracia inmerecida, por haberme llamado y
haber realizado todos los deseos de mi corazón. Soy muy feliz y con grandes
deseos de ser santa (Testimonio desde Islandia).
37
“Dios ama la humildad y en la pobreza
se realiza su fuerza”

Pavel Florenskij (El Leonardo daVinci Ruso)


38
8. LA ORACIÓN DIRECTA

Es la oración en la cual el alma repentinamente se siente


transportada ante la presencia de Dios viva y deslumbradora, cara
a cara, diré, ve con claridad asombrosa su vida entera y el estado
actual de gracia, iniquidad, polvo, en la cual se encuentra, ella
conoce con esta luz vivísima en un instante el pasado, y una
profunda humillación de esos pecados unida a una confianza
asombrosa la llena y la envuelve…
Dura poco este relámpago divino 27 pero deja en el alma unos
frutos de gracias desconocidas y muy escogidas.

27
“Mi testimonio es la alegría, una alegría intima, profunda, que nace de la
fuerza de mi vocación y se irradia en mi vida diaria, iluminando toda mi
existencia. SOY FELIZ. Siempre he sido feliz, porque El, llamándome a la vida
del claustro, me ha abierto horizontes desconocidos de su amor, del
verdadero y auténtico amor, el amor de Dios. Amándole a Él siento necesidad
de amar también a todos los hombres y en lo íntimo de mi corazón, donde El
habita, oro para que todos puedan encontrarlo al menos una vez en el camino
de su vida. Porque quien lo encuentra a Él, encuentra la felicidad” (Desde
Italia). Óp. Cit. Peña, Ángel.
39
“Ser Eucaristía. Que éste sea, precisamente, nuestro
constante anhelo y compromiso, para que el
ofrecimiento del Cuerpo y la Sangre del Señor que
hacemos en el altar vaya acompañado del sacrificio
de nuestra existencia”

Benedicto XVI
40
9. LA ORACION PUDOROSA

Consiste en una modestia suma del alma que se avergüenza de las


bondades recibidas, de las virtudes y dones que la adornan,
preferiría dejar de poseerlas a escuchar la más pequeña alabanza
incluso de Dios y de los hombres.
Consiste en una ruborada pena del alma por el rubor que le causa
el verse amada de su Dios y Señor28.
Consiste en una tendencia suprema al hundimiento y
ocultamiento humillante y si fuera posible correría a esconderse
donde Yo no las encontrara, esta oración vergonzosa que ruboriza
y abochorna al alma que la posee es la que atrae las complacencias
de mi Padre, las miradas del Hijo y los Amores Divinos del
Espíritu Santo.

28
“No sabría explicarte lo que pasó una tarde entre mi esposo y yo. Estaba en
oración muy atribulada y llorosa, cuando perdí los sentidos del cuerpo, sabía
que estaba en el coro, pero en esa hora ya no supe dónde estaba, sólo sabía
que estaba con mi esposo Jesús en un beso de amor, reclinada en su pecho.
Así estuve durante una hora, no sentía toser, ni entrar o salir de las otras
hermanas, terminó la oración común y recuperé los sentidos. Así que mi
oración es en el pecho de Jesús, reclinada como san Juan. Otra experiencia
que me concedió el Señor, aunque no sabré explicarlo, fue que, cuando me
acercaba al sagrario, sentía unas dulzuras tan grandes, que me era imposible
pasar mucho tiempo allí sin perder los sentidos: "Tenía que apretarme el
corazón y decirle: Mi amor basta, que desfallezco, es mucho para mí, te
entrego estas dulzuras para que las repartas entre los sacerdotes que más lo
necesiten. Y me cogió la palabra y ya no tengo esas delicias” (testimonio
desde España). Óp. Cit. Peña Ángel.
41
Ellas aman sin comprender como aman, ellas pasan por el mundo
sin que el mundo, sus pasiones, malicias, vicios; pasen por ellas.
Y cruzan ciegas con la venda de la conciencia por el cieno
asqueroso de la tierra pero sin mancharse, ellas, en fin, son las
predilectas de los divinos amores…
(Conchita le dice a Jesús: ¡Ya no más, mi corazón…!) ¡Adelante!
(contesta Jesús)… la oración pudorosa atrae las gracias para el
alma que la practica y para otras muchas… (Mira Jesús mío se
me ocurre decirte que yo nunca he tenido esta oración sino que
algunas veces suelto algunas cosas cuando me dices cosas muy
fuertes de ternura)
Si no dime qué es oración sino comunicación íntima de Dios con
el alma y del alma con Dios, no es preciso para orar que a
propósito te pongas en un lugar para procurarla sino que la
espontanea comunicación interna del alma en cualquier sitio, en
cualquier lugar y en cualquier hora. Esa es oración hijita yo la
recibo como tal, yo penetro el interior de las almas cuando ellas
ni siquiera se lo imaginan.
(Pero qué Señor no lo das tu acaso ¿Qué mérito entonces tiene el
alma que lo posee que tú tanto quieres, si tú le das todo?) Tiene
un mérito hija que tú no lo conoces ni lo sabrás mientras vivas,
pero que Yo sí sé cuál es y lo estimo en lo que vale.
Procede esta oración pudorosa de un fondo profundo del propio
conocimiento29. También profundísima a toda prueba.

29
Quizás sea un examen de conciencia, seguido y bien hecho que lleva a una
verdadera humildad de reconocerse criatura y recibidora de dones
inmerecidos. Cada noche revisión de vida del día como recomienda san
Ignacio de Loyola.
42
“El contemplativo es alguien que
habita en un cielo terrestre”

San Juan Clímaco

43
10. LA ORACION PENOSA

Existe hija mía una oración penosa la cual es de grandes frutos


para el alma y sólo con insistir y perseverar en ella se alcanzan
infinitas gracias30…
Consiste esta oración penosa en una oscuridad y en un
desconsuelo tan cruel que pone al alma en grandísimo
sufrimiento, ella ama y no cree que ama, ella cree y espera sin
saberlo y su fatiga crece, y la imaginación la atormenta
fuertemente con recuerdos pasados, y cosas futuras que jamás
acaecerán y la debilidad y aún el fastidio le hacen su presa, se ve
sumergida en una aflicción terrible, su congoja crece al figurarse
en desgracia de Dios y nada ni nadie es capaz de consolar esta
alma en su grandísimo dolor sino el mismo Espíritu Santo que en
aquella oración la puso, no encuentra postura diré, esta alma
inconsolable y quisiera correr, quisiera gritar, casi morir, si una
fuerza sobrenatural no la sostiene.
Estas oraciones son un potro para el alma que de ellas cruzan a la
vez que un crisol donde las almas se purifican.

30
“Estaba pasando un periodo de oscuridad, túneles, tentaciones de lo más
desconcertante y horroroso. Dudas absurdas, pero no me faltaba la paz
interior ni la confianza en Jesús. Un día me encontraba en oración en uno de
esos momentos críticos, casi desesperantes, que hacen hasta dudar de la
existencia de Dios. Entonces "cara sucia" (el diablo) me tentaba y me hacía
pensar: ¿Qué tengo que ver con Jesús? Es cierto que desde muy niña me
sedujo y me dejé seducir, pero ¿ahora qué? Yo no sé lo que pasó, pero en ese
momento sentí fuertemente en mi corazón la voz de Jesús que me decía: "Si
tú no tienes nada que ver conmigo, yo sí tengo mucho que ver contigo, pues
me perteneces y eres mía". Sentí una alegría tan grande que se disiparon
todas las dudas y me abandoné totalmente, sin condiciones y sin regateos en
sus manos divinas” (otro testimonio desde España).
44
“La alegría del mundo es breve; la de aquellos que
sirven a dios no tendrá fin”

San Juan de la Salle

45
11. LA ORACION DOLOROSA

Consiste esta oración en el conocimiento claro que se les infunde


de los sufrimientos Míos31. Ya por los pecados de los hombres,
ya por sus ingratitudes propias o que también por sus propias
infidelidades, el dolor amiguísimo de mi corazón se le comunica
en más o menos grado, es un dolor vivo con diversas clases de
dolores…
Muy fuerte amargo y cruel es este paso de oración dolorosa para
el alma que la enciende en una ternura amorosa de muchos
quilates y en una compasión muy viva hacia mi corazón. Y
amargado por los pecados de las almas ingratas e infieles sufre
conmigo, en mí, por mí y para mí.

31
“Tuve unos días de retiro a solas con Dios y en este tiempo Jesús, poco a
poco, gradualmente, me fue inculcando el deseo de compartir su Pasión. La
cosa me maravillaba un poco y yo le pedía que viniera a revivir de alguna
manera sus dolores en mí. Quería aliviarlo de sus sufrimientos a causa de
tantos pecados y ayudarlo a salvar almas. En este tipo de oración estuve como
siete meses; después, un día me vino de repente la idea de que podía
participar de su Pasión cada vez que debía sufrir algo, aunque fuera pequeño.
Comencé esta maravillosa experiencia y todos mis sufrimientos los aceptaba
con alegría para aliviarle los suyos. Y empecé a sentir tanta alegría que me
sentía fuera de mí y me hizo comprender por qué tantos santos decían al
Señor: O padecer o morir. De esta experiencia he comenzado a amar el
sufrimiento por amor a Jesús y cada día le pido que me haga participe de su
Pasión y le suplico entre lágrimas que venga a revivirla en mi cuerpo y en mi
alma a fin de que pueda reparar con El por los pecados de los hombres y salvar
sus almas. Esta sabiduría de la cruz la considero una de las gracias más
grandes que el Señor me ha hecho en mi vida” (testimonio desde Italia). Óp.
Cit. Peña Ángel OAR.
46
“Oh Espíritu Santo, inspírame, amor de Dios,
consúmeme, por el buen camino guíame. María,
madre mía, socórreme, con Jesús, bendíceme, de todo
mal, de toda ilusión, de todo peligro, presérvame”

Santa Mariam de Belén


47
12. LA ORACION GUERRERA

Lleva en su seno la lucha con todo lo que la rodea y aún con la


propia alma que la practica en esta oración sólo perseveran las
almas radiantes y esforzadas en el sacrificio; la obediencia y la
oscura fe son sus espinosos apoyos pues aún en ellos sufre
terriblemente, el dominio propio campea en este tipo de oración,
meritoria en sumo grado sin que el alma se dé cuenta de ello
entonces no recibe ella ni un aliento, ni un consuelo, ni el más
pequeño consuelo 32.

Toda la oración guerrera la pasa el alma en quebrantarse y en


contenerse, en quebrantar la pasión terrible que en ella entonces
se levanta, y en contener los espíritus desesperantes que parecen
querer arrollarla, los efectos que deja esta oración en el alma son
de cansancio en el cuerpo pero una gran paz en el corazón33.

32
“Yo me consagré a la Virgen con la esclavitud mariana y me ofrecí a Jesús
como víctima por los sacerdotes. Jesús me ha hecho amar la cruz. La cruz es
mi descanso, el sueño dorado de mi vida. Cuando me cuesta, me pongo ante
El crucificado y sin poder remediarlo me sale: Más, Amor mío, mucho más,
por tu Amor. Tengo ansias de dolor y de cruz, de verme ya crucificada. Estoy
convencida que el dolor es un regalo del Amado. Qué alegría sentir que somos
amados por el Amor. Sólo esta palabra hace vibrar de gozo, de paz y de alegría
mi existencia. Yo siento ganas de salir gritando y decir a todo el mundo: El, el
Amor, me ama. Quisiera volverme loca y volverlos a todos los que me rodean,
locos por su Amor” (Testimonio desde España)
33
Sale agotado, cansado pero con paz porque cumplió, fue obediente y tuvo
fe en el Amado.
48
“Si en medio de las adversidades persevera el corazón
con serenidad, con gozo y con paz, esto es amor”

Santa Teresa de Ávila

49
13. LA ORACIÓN INDIFERENTE

Existe con el glacial frío del más duro hielo, nada es capaz de
mover la sensibilidad de esta petrificada alma, además de la
indiferencia, la hace presa el fastidio, cansancio, sequedad,
aridez, tomando cada una de estas cosas una parte activa con el
fin exclusivo de quitar al alma de la presencia de Dios, u oración
en la cual voluntariamente se puso. Con mucha frecuencia esta
oración indiferente es fruto de la tibieza producida en el alma por
los pecados veniales, aunque algunas veces la manda el Espíritu
Santo y muchas para probar la fidelidad y aquilatar el amor que
el alma le tiene.
Cuando este amor de Dios es sólido y verdadero el alma
persevera aunque con trabajos y vencimientos en esta cansada
oración.
Sus efectos el alma no los conoce pero Dios no deja sin premio
de gracia al alma valerosa y amante que persevera con la virtud
de la constancia en la árida y seca oración34.

34
“Si quieres que te diga algo de mí oración, te diré que es muy sencilla. Un
estar. Nos amamos, y nos dejamos amar. Le miro y me mira. Cuando me
adentro en el santuario de mi alma donde mora Él , uno y trino, es como
quedar envuelta, como dejar de ser, perderse y no desear encontrarse a sí
misma ni ser hallada por nadie más que por El. Dentro del santuario de uno
mismo es donde El da a conocer sus secretos, que son muy difíciles de
expresar. Incluso en los momentos duros, de sequedad, nunca me aparté de
la oración y no busqué mi gusto, sino a Él y nunca me ha defraudado. ¡Gracias
a Dios!” (testimonio desde España).
50
“Para el oído de Dios un solo suspiro puede significar
más que muchos años de bella oración”

Marcos R.

51
14. LA ORACION DE DISTRACCION

La oración de distracción es en la cual se necesita toda la fuerza


de la virtud sublime de la paciencia 35, aquel tiene que desplegar
toda su actividad en esta virtud porque la paciencia es activa y
trabaja más que otras muchas virtudes.
Consiste esta oración en una cadena no interrumpida de locas y
tontas imaginaciones de recuerdos olvidados y pasados y de
ilusos forjamientos venideros, con este mundo de inútiles
pensamientos y aún de otros que tú no conoces de impureza, lucha
la pobre alma que en tal red se ve metida a cada momento que
vuelve en sí se reconcentra, se apena con esta madeja de
distracciones involuntarias, se arrepiente, se recoge con todos sus
sentimientos y potencias en lo que está haciendo y en un abrir y
cerrar de ojos insensiblemente vuelve la divagación a su
entendimiento; en esta penosa lucha todo el tiempo que dura la
oración.
El alma que persevera en esta clase de oración sin cansarse ni
abandonarla se hace acreedora a un gran premio, sólo en la
paciencia está su remedio y no en ninguna otra cosa.
Los efectos que deja esta oración tampoco son perceptibles para
el alma que la practica y sin embargo son gracias de mucho precio
y valor.

35
Nos dice Francios Marie Jacob Libermann: “Uno de los mayores obstáculos
que aparecen en el camino de la perfección es el dedeo precipitado e inquieto
de avanzar y llegar a poseer las virtudes que somos conscientes carecemos.
Al contrario, el verdadero medio de avanzar sólidamente y a grandes pasos
consiste en ser paciente, tener calma y apaciguar esas inquietudes”
52
“Aguas caudalosas no podrían apagar el amor ni los
ríos extinguirlo. Si alguien diera toda la fortuna de su
casa a cambio del amor, merecería el mayor
desprecio”

Cantar de los Cantares 8,7

53
15. LA ORACION AMOROSA

Es una en la cual el alma se desahoga en los brazos del amado,


llenándolo con las ternuras y caricias que se siente henchida para
Él, la fruición36 purísima que experimenta la ahoga y está llena de
suspiros, requiebros, palabras de amor y cariño 37 la hacen
solamente descansar38
Y consiste en el sentimiento vivo y real, profundo y sensible de
la Presencia de Dios en la Eucaristía y además un conocimiento
instintivo de la presencia de esta misma divina Eucaristía
pudiendo afirmar muchas veces en dónde se encuentra, sin verlo
ni saberlo, llega a tal grado la certeza de la Presencia Real de Jesús
en la Eucaristía que daría su sangre por sostenerlo; con su
recepción en la sagrada comunión aumenta el fuego de amor en
el que ya arde el alma enamorada, este amor eucarístico lo premia
el santo Espíritu Santo con dar al alma que lo recibe a gustar un
sabor espiritual sensible de mi carne purísima inmaculada 39, le
hace sentir mi Presencia Real al recibir la Hostia Consagrada, la
hace percibir el celestial contacto de la pureza misma con la
sustancia misma del alma cuyos efectos producen en esta una
indecible sed de la inmaculada virtud, otras veces al recibirme

36
Fruición: gozo interno del alma.
37
Cfr. Cantar de los Cantares capítulo 4 las palabras del novio a la amada.
38
Cfr. “Venid a mí los que estéis cansados y agobiados y yo les daré
descanso…” san Mateo 11,28
39
Cfr. San Juan 6,50-60 esto se ha manifestado en la vida de algunos santos,
el don de la inedia alimentarse tan solo de la Eucaristía.
54
Sacramentado se siente el alma purificada y vaneada al mismo
tiempo de un gozo y de una unión toda celestial y divina 40.
Otras también al comulgar se sienten sumergidas dentro de mi
inmensidad y le parece que en lugar de entrar Yo en ella, ella
entra en Mí perdiéndose en la extensión de un gozo sobre todo
gozo, de una celestial, indecible e inefable certeza de amor41.
¿Conoces hija mía estos efectos?
– No me digas eso Señor, que estoy escuchando emocionada, ¡Ay!
y profundamente agradecida42.

40
“Una vez, en nuestra casa de Puebla, la sierva de Dios –se refiere a Conchita-
fue a pasar la Semana Santa. Ella afirmaba que nuestro Señor estaba en el
sagrario, pero el padre capellán dijo que él había consumido las hostias
consagradas. Al día siguiente, cuando abrió el sagrario el padre, estaba la
hostia: él había consumido las hostias de la comunión, pero no había
consumido la hostia grande de la Exposición y ella sentía que allí estaba Jesús”
Sum Ap, pp. 257-258.
41
Cfr Apocalipsis 2,7.17; 3,20; 22,1-2.
42
“No podía entrar en la iglesia o pasar por enfrente sin que me palpitara
aceleradamente el corazón y, al acercarme al altar, era a veces tan fuerte que
tenía que detenerme el pecho con las manos. Estaba por ejemplo, cosiendo,
y sentía eso especial en mi corazón, me asomaba por la ventana y cuál sería
mi gozo al ver multitud de veces que venía el Señor o iba pasando en su coche
a visitar algún enfermo... Cuántas veces, al comulgar, he sentido que en lugar
de entrar el Señor en mí, entraba yo en Él, perdiéndome dentro de su
inmensidad divina”. CC 1, 94. De los escritos de Conchita.
55
“Es Yahveh mi pastor, no carezco de nada;
en herbosas praderas me hace sestear, junto a aguas
apacibles me conduce”

Salmo 23,1

56
16. LA ORACION DE DESCANSO

La oración de descanso es la que practica el alma pura


abandonándose totalmente en brazos del amado, esta oración de
abandono o descanso la alcanzan y practican solamente las almas
que han recorrido y subido por el espinoso camino de todas las
virtudes43.
Es una oración altísima y muy agradable al Espíritu Santo, es la
oración de las almas santificadas, probadas y crucificadas, fue la
última que practiqué Yo al fin de mi vida Santísima sobre la Cruz,
lleva consigo heroicos grados de sublimes virtudes, supone
grandes conquistas en el corazón humano y el renunciamiento
propio en ella campea, es silenciosa esta oración y sin embargo
mucho dice, mucho ama el alma en ella, sus efectos son
indecibles44…, así murió Cristo en la Cruz.
Aún en medio de las contradicciones, penas y amarguras, total
abandono a la Divina Voluntad no sólo es esta oración de
abandono sino que pasa o sube a descanso porque el descanso en
Dios lleva consigo el abandono en su grado más sublime, el alma
que practica esta oración de descanso encierra en ella también el
abandono y la confianza.

43
Humildad, sencillez, etc. practicadas una y mil veces hasta hacerse habito.
44
La trascripción aquí es dudosa de la palabra empleada, podría también ser
inmensísimos u otra.
57
“El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a
los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones
heridos, a proclamar liberación a los cautivos
y libertad a los prisioneros.”

Isaías 66,1

58
17. LA ORACION DE LIBERTAD

Es la que vuela o hace volar al alma libre y sin ataduras humanas


hacia Dios y Señor sumergiéndose en la inmensidad de Dios
contemplando desde ahí las perfecciones y los atributos divinos,
extasiada con tanta hermosura y primor jamás imaginado.

Esta clase de oración es la que con más facilidad se practica aun


en medio del mundo, el alma parece que desata sus cadenas con
destreza indecible y se lanza en busca del objeto único de sus
amores, dentro de Él se sumerge, diré dentro de Dios y respira y
vive dentro de Él45.

Al descender el alma a la tierra la siente tan pesada como fría y el


efecto de esta oración es el desapego completo de las cosas del
mundo46, de sus locas vanidades ficticias47, le queda un profundo
sentimiento de lo grande, y de lo verdadero y un claro
conocimiento de las cosas terrenas 48.

45
Cfr. Hechos 17,28: “Pues en Él vivimos, nos movemos y existimos”
46
Cfr. Juan 16 el Espíritu Santo hace su obra…
47
Cfr. Eclesiastés en todos sus capítulos dice: “Vanidad de vanidades, todo es
vanidad frente al conocimiento divino”.
48
“Todo lo tengo por estiércol con tal de ganar a Cristo” dice san Pablo en
Filipenses 3,8.
59
“Un corazón puro crea en mí, Dios mío, y un espíritu
firme renueva en mi interior. No me eches de tu
presencia ni retires de mí tu Santo Espíritu”
Salmo 51,12-13

60
18. LA ORACION DE RECHAZAMIENTO

Existe una oración de rechazamiento dentro de la cual el alma


experimenta como que Yo la desprecio, se siente con gran viveza
repelida y ve ante ella con claridad como se le cierran a su llegada
las puertas de las divinas comunicaciones y por más que llama
esta pobre alma y muchas veces nadie le responde y por más que
busca en sí el motivo de tan cruel rechazamiento no encuentra
pecados inmediatos a qué atribuírselo, ella se cansa de dar vueltas,
diré de ver sobre su propia conciencia, de esforzar la llave de la
cerradura en donde se encuentra su amado, y todo es en vano
sintiendo entonces dentro de sí una especie de desesperación
interna muy llena de soberbia incluso, entonces el alma espantada
la rechaza y se humilla y vuelve a recorrer el circulo vicioso que
te dejo trazado con el mismo resultado y con los mismos efectos,
Dios se complace en probar su fidelidad 49.

Los frutos de esta oración admirable, por la astucia diré que en


ella emplea el amado son abundantísimos pero el alma que los
practica no los ve, ni se lo imagina siquiera y a un alma de poca
virtud esta oración la tumba, la desconsuela, la entristece y hasta
la desespera, pero es porque le falta el apego único de la
humildad50.

49
Como dice Jesús: El que persevere hasta el fin se salvará…
50
El humilde no se enoja, no se inquieta, no se impacienta sino que más bien
persevera.
61
“Aunque ande yo por valle tenebroso, ningún mal
temeré, porque Tú estás conmigo; tu vara y tu
cayado, ésos me tranquilizan”

Salmo 23,4

62
19. LA ORACION OSCURA

Consiste en unas densas tinieblas que oscurecen las potencias 51 y


los sentidos dejando al alma andar como a tientas por tan
estrechos y peligrosos caminos.

En vano busca el alma un rayo de luz que la ilumine el sendero


por donde cruza, evoca recuerdos pasados de mejores tiempos.

Aquí en esta oración muy principalmente tiene que campear la


virtud de la fe52, esta divina fe es el único apoyo, aunque también
oscuro en el cual encuentra algún descanso esta afligida alma y lo
que acrecienta su martirio es saber y sentir la presencia del amado
y verse entre mil y mil espesos velos que la cubren ante su vista
y que ella no puede romper 53.

Muy fuerte es la oración oscura para el alma amante y necesita


gran firmeza y energía para contenerse y no desesperarse.

51
Creo se refiere a las tres potencias del alma: inteligencia, memoria y
voluntad que el hombre aplica para la oración.
52
La fe es una forma de poseer lo que se espera, un medio de conocer las
cosas que no se ven. Es que sin fe es imposible agradar, pues el que se acerca
a Dios tiene que creer que existe y que es remunerador de quienes lo buscan.
Hebreos 11,1.6
53
Aconsejo aquí leer todo el capítulo 11 de la carta a los Hebreos.
63
“Entonces voló hacia mi uno de los serafines con una
brasa en la mano, que con las tenazas había tomado
de sobre el altar…”

Isaías 6,6

64
20. LA ORACION DE TRASPASAMIENTO

Consiste esta oración en una especie de flecha divina con la cual


se siente repentinamente traspasado 54 o atravesado diré la feliz
alma que la experimenta precede en ella con un levantamiento
interno muy abrasado en el divino fuego y enseguida se da cuenta
por el dolor claro y vivo espiritual y sensible de lo que pasó, queda
después de este celestial favor esta dichosa alma ardiendo en el
divino fuego de una manera y con una intensidad jamás
imaginada ni experimentada, el celo por mi gloria campea
entonces en esta dichosa alma y todas las virtudes crecen y se
hermosean55.

54
Santa Teresa de Jesús, san Pio de Pietrelcina lo experimentaron.
55
“Estando un día mi alma unida a su Dios, me vinieron unos como pinchazos
como quien mete una espada y la saca y la vuelve a meter en lo más delicado
del espíritu, causando un dolor sensible, pero espiritual muy subido e intenso,
pero al mismo tiempo lleno de suavísimo quebranto... Esto se repitió varias
veces, dejando en el alma el efecto de un ardor divino producido por un
grande amor. Yo creo que, si se pudiera ver esto con ojos de carne, se vería
correr, chorrear de aquella feliz herida, torrentes de fuego santo. Desde que
me pasó aquel atravesamiento del corazón, ha quedado mi alma como
renovada y no encuentro palabras que signifiquen lo que quiero decir”. CC 11,
151-153. CC 11, 160-162.
65
“Nada puede turbar al humilde, que él posee la paz
imperturbable, porque se ha precipitado en un
abismo tal que nadie irá a buscarle allí”

Sor Isabel de la Trinidad


66
21. LA ORACION DE PAZ

Existe una oración toda de paz y ternura dentro de la cual el alma


se siente henchida de inefable suavidad, quietud, dulzura y
tranquilidad.

Cuando esta oración depende o la da el Espíritu Santo es muy


santa y de gran descanso para el alma, pero te diré que el demonio
es la que más falsifica entrando con estos efectos y saliendo con
otros muy distintos y funestos para el alma 56. En la oración tiene
satanás un campo muy codiciado dentro del cual encuentra
muchas victorias, casi siempre entra con el Espíritu Santo 57 (pero
en lugares muy distintos) aunque por diferentes puertas a luchar
y a engañar las almas58.

Todas las almas soberbias, en ellas hace presa satanás. Para


librarse de este capital enemigo se tiene que entrar en la oración
con las cuatro cualidades llenas de virtudes que ya te dije antes
(Pobreza interior -desasimiento de sí mismo-, Desnudez -
Desprendimiento-, Vacío y Sed de Dios) y entonces no hay que
temer, pero pocas almas son las que llevan consigo estas armas
infalibles y por esto hay tantas y tantas lamentablemente almas
engañadas.

La oración de paz que procede el Espíritu Santo deja los efectos


de una humillación profunda y de una santa ansiedad por la
perfección y pureza.

56
Puedes leer las normas de discernimiento espiritual de san Ignacio
publicadas en mi otro libro sobre los ejercicios espirituales “Combate hacia la
Conversión”.
57
Él llega hasta la esencia del alma.
58
Cfr. San juan 10,10 el demonio viene a matar, robar, y destruir…
67
“Cada acontecimiento y suceso, cada sufrimiento y
alegría son un sacramento que le comunica Dios ”

Sor Isabel de la Trinidad

68
22. LA ORACIÓN DE ESTRECHAMIENTO

Se efectúa este apretamiento, estrechamiento diré entre Dios y el


alma pasando a veces a una perfecta unión59. Es altísima esta
oración y casi ininteligible para el alma que no la ha pasado.

Llega al extremo admirable de una mezcla entre Dios el alma


pura, al grado que después de esto el alma no ve, ni piensa, ni
habla, ni oye, ni entiende, ni siente; sino por el amado, con el
amado, como el amado, dentro del amado.

Viene a conformar de tal modo su ser entero y su voluntad con la


voluntad del amado que llega entonces Oh feliz alma a la cumbre
elevada de la perfección y a la unión divina con el Espíritu Santo
entonces comienza en la tierra a vivir a lo divino, a querer, a sentir,
y amar lo divino; entonces ve bajo el prisma verdadero y purísimo
las miserias y los falsos brillos del engaño del mundo y las
riquezas y tesoros de la vida espiritual por la cual se sube a
semejante altura, esta alma feliz que ha sido elevada y
encumbrada a puntos tan elevados pasa de esta unión santa a la
contemplación divina de su Dios y Señor.

Comienza para ella a ver entre su mirada atónita otro campo


infinito de secretos admirables, de incomprensibles dulzuras, de
coloridos nunca vistos totalmente desconocidos.

Su entendimiento se llena de luz, su memoria queda como


suspendida, su voluntad se arroja 60, se precipita enajenada dentro
de aquel foco inmenso de amor, de poder, de omnipotencia, de las
bondades y ternuras desconocidas, tesoros inimaginables, llega
hija mía a la oración unitiva o de estrechamiento, a los umbrales
espléndidos de la contemplación, pocas son las almas a que tales
59
Se podría comparar con el desposorio místico y el siguiente nivel sería el
matrimonio espiritual.
60
Las tres facultades del alma: Inteligencia, memoria y voluntad.
69
alturas conducen, pero ellas serán felices y me darán muchas
gracias. Dichosa el alma, que se hace por sus virtudes 61 acreedora
de ello, el Espíritu Santo la escogerá para formar su nido.

61
Todo va por el camino de la virtud, no hay santidad sin las virtudes. Hábito
bueno acumulado que va haciendo más fácil el obrar.
70
“A qué abismo de gloria estamos llamados. Oh,
comprendo el silencio, el reconocimiento de los
santos, que no podían salir de su contemplación.
Además, Dios podía llevarlos sobre las cimas divinas,
donde se consuma la unidad entre él y el ama, hecha
esposa en el sentido místico de la palabra”

Sor Isabel de la Trinidad


71
23. LA ORACIÓN CONTEMPLATIVA

La contemplación hija mía ya no constituye una escala como la


mediación y la oración sino que constituye el último peldaño de
la escala que es la unión.

Entra ya de lleno a un cielo que existe en la tierra y desconocido


para la mayor parte de las almas.

Es la contemplación una gracia especialísima del Espíritu Santo


que se la da a quien le place, pero generalmente a las almas muy
ejercitadas en las virtudes todas y muy crucificadas, inmoladas,
traspasadas como hostias vivas62, sólidas virtudes morales y en
un alma muy pura y muy purificada sólo separa de Dios al alma
contemplativa un velo más o menos denso que se rasgará
solamente con la muerte63.

Él es el sol pero este sol también permite que las nubes lo


intercepten y oscurezcan al alma sus resplandores, a veces y con
frecuencia llega también a eclipsarse totalmente dejando al alma
en completas tinieblas.

También tiene la contemplación sus crisoles y muy finos para las


almas predilectas que para ella cruzan, existen mil clases de
terribles luchas, desolaciones, desamparos tan crueles y penosos
que el alma sucumbiría si una gracia poderosa no la sostuviera
entonces, las desolaciones en esta alma llegan a un grado tal que
rayan casi en locura y desesperación, siente como si se encontrara
sin salida entre una valla de fieras las cuales abalanzándose sobre

62
Cfr. Romanos 12,1-21. “…os exhorto a ofrecer vuestros cuerpos como
hostia viva, santa, agradable a Dios, vuestro culto espiritual…”
63
Cfr. Con lo que Dios le contestó a Dios cuando Moisés le pidió que le
mostrara su Gloria en el Éxodo 33,20: “De seguida dijo: - No podrás ver mi faz,
pues el hombre no puede verme y vivir”
72
ella la destrozan entre sus garras64, se le esconde al que es su vida
y se queda sin vida, se oscurece su sol y se queda en tinieblas, ésta
dichosa alma no vive ya en sí misma sino en el amado y dentro
del amado, por esta razón cuando la aparta de su centro y la pone
en un estado tan cruel sufrimiento que si Dios no la sostuviera con
la gracia ella perecería.

Todas las especies de oraciones que te he explicado las tiene el


alma contemplativa, pero en lo más subido de su perfección con
otros colores más vivos, sumergidas diré en aquel oro líquido de
donde salen aquilatadas con un valor que sólo Yo puedo apreciar.

64
Cfr. Salmo 85,14 “Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí, un banda
de insolentes atenta contra mi vida, sin tenerte en cuenta a ti.”
73
Anexo sobre las virtudes65:

¿Qué es la virtud?
La virtud es una disposición habitual y firme para hacer el bien: «El
fin de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante a Dios»
(San Gregorio de Nisa). Hay virtudes humanas y virtudes teologales.

¿Qué son las virtudes humanas?


Las virtudes humanas son perfecciones habituales y estables del
entendimiento y de la voluntad, que regulan nuestros actos, ordenan
nuestras pasiones y guían nuestra conducta en conformidad con la
razón y la fe. Adquiridas y fortalecidas por medio de actos
moralmente buenos y reiterados, son purificadas y elevadas por la
gracia divina.

¿Cuáles son las principales virtudes humanas?


Las principales virtudes humanas son las denominadas cardinales,
que agrupan a todas las demás y constituyen las bases de la vida
virtuosa. Son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.

¿Qué es la prudencia?
La prudencia dispone la razón a discernir, en cada circunstancia,
nuestro verdadero bien y a elegir los medios adecuados para
realizarlo. Es guía de las demás virtudes, indicándoles su regla y
medida.
¿Qué es la justicia?
La justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar a los
demás lo que les es debido. La justicia para con Dios se llama «virtud
de la religión».
¿Qué es la fortaleza?

65
Tomadas del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica. Dada su vital
importancia para la vida espiritual y la gran cantidad de veces que Jesús se
refiere a ellas en estas formas de oración que le va revelando a Conchita.
74
La fortaleza asegura la firmeza en las dificultades y la constancia en
la búsqueda del bien, llegando incluso a la capacidad de aceptar el
eventual sacrificio de la propia vida por una causa justa.
¿Qué es la templanza?
La templanza modera la atracción de los placeres, asegura el
dominio de la voluntad sobre los instintos y procura el equilibrio en
el uso de los bienes creados.
¿Qué es la fe?
La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo
que Él nos ha revelado, y que la Iglesia nos propone creer, dado que
Dios es la Verdad misma. Por la fe, el hombre se abandona
libremente a Dios; por ello, el que cree trata de conocer y hacer la
voluntad de Dios, ya que «la fe actúa por la caridad» (Ga 5, 6).
¿Qué es la esperanza?
La esperanza es la virtud teologal por la que deseamos y esperamos
de Dios la vida eterna como nuestra felicidad, confiando en las
promesas de Cristo, y apoyándonos en la ayuda de la gracia del
Espíritu Santo para merecerla y perseverar hasta el fin de nuestra
vida terrena.
¿Qué es la caridad?
La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre
todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por
amor a Dios. Jesús hace de ella el mandamiento nuevo, la plenitud
de la Ley. Ella es «el vínculo de la perfección» (Col3, 14) y el
fundamento de las demás virtudes, a las que anima, inspira y ordena:
sin ella «no soy nada» y «nada me aprovecha» (1 Co 13, 2-3).

75
Segunda parte
“El retorno a la sencillez de una vida centrada en el Evangelio
es el desafío para la renovación de la Iglesia, comunidad de fe
que encuentra siempre nuevos caminos para evangelizar el
mundo en continua transformación. Los santos carmelitas han
sido grandes predicadores y maestros de oración... A lo largo
de vuestra historia, grandes carmelitas insistieron en volver a
la raíces de la contemplación; raíces siempre fecundas de
oración. Aquí está el corazón de vuestro testimonio: la
dimensión “contemplativa” de la Orden, que ha de vivirse,
cultivarse y transmitirse. Querría que cada uno se preguntase:
¿cómo es mi vida de contemplación? ¿Cuánto tiempo dedico
durante mi jornada a la oración y a la contemplación? ¡Un
carmelita sin esta vida contemplativa es un cadáver! Hoy,
quizás más que en el pasado, es fácil distraerse por las
preocupaciones y por los problemas de este mundo y dejarse
fascinar por sus falsos ídolos. Nuestro mundo está
fragmentado en muchas maneras; el contemplativo, en
cambio, vuelve a la unidad y constituye una fuerte llamada a
la unidad. Ahora más que nunca es el momento de descubrir
el sendero interior del amor y ofrecer a la gente de hoy, en el
testimonio de la contemplación, en la predicación y en la
misión, no atajos inútiles, sino aquella sabiduría que procede
del meditar “día y noche la ley del Señor”, Palabra que
siempre conduce a la cruz gloriosa de Cristo. Y, unida a la
contemplación, la austeridad de vida, que no es un aspecto
secundario de vuestra vida y de vuestro testimonio. Es una
tentación muy fuerte, también para vosotros, caer en la
mundanidad espiritual. El espíritu del mundo es enemigo de la
vida de oración: ¡no lo olvidéis nunca! Os exhorto a una vida
más austera y penitente, según vuestra más auténtica
tradición, una vida alejada de toda mundanidad, alejada de los
criterios del mundo” Papa Francisco a los Carmelitas

76
Sobre las Moradas de Santa Teresa66

Introducción de Santa Teresa de Lisieux67

Santa Teresita del Niño Jesús: Pequeño


hermanito del Carmelo, Elías del Nuevo
Tiempo del Corazón Inmaculado68, te saludo
de parte de Nuestra Mama del Carmen, que
en su título de Corazón Doloroso e
Inmaculado es glorificada plenamente en
Dios.

Pequeño hijo del Carmelo, mientras estaba en


la tierra fui una pequeña flor que plantada en
el Jardín69 me dejaba totalmente en las Manos
del Divino Jardinero. No subí con esfuerzos
humanos, porque nada hubiera logrado; subí el Monte del Amor
Perfecto desde las Manos de mi Jesús. Esto es el caminito espiritual:
crecer, ir, fructificar, allí dónde Jesús nos llame, para Su Gloria, la
salvación de las almas y el bien de la Iglesia.

Tú, como pequeño profeta, debes seguir este caminito, sólo dejándote
indicar por Jesús y confiando en Su Amor por ti. Pero, hermano mío, te
hago manifiesto un pedido de Jesús, que tu servicio de amor también te
lleve a decir la verdad, anunciar y denunciar, a predicar y a desmentir,
porque las almas en este tiempo, como nunca ha pasado en anteriores
épocas, se están condenando por millares 70.

66
Son de los mensajes del cielo recibidos entre octubre de 2017 y 2018
67
Mensaje recibido el 01 de octubre de 2017, mes donde inician las misiones
de las cuales santa Teresita es la Patrona, leer su biografía.
68
Así suelen llamar a Manuel la persona que recibe estos mensajes, una alma
víctima escogida por Dios como tantos profetas para comunicar Su mensaje
de Salvación a la humanidad. Él cuenta con su Director Espiritual, etc.
69
Jardín hace referencia al Monasterio de Carmelitas de Lisieux
70
Recordemos que por el bautismo hemos sido revestidos como sacerdotes
para interceder por nuestros hermanos, como reyes para hacer justicia y
77
Hermano mío, el Cielo está contigo. No tengas temor de salir al mundo
e iluminarlo con los Llamados de Amor y de Conversión71. Bendigamos
al Señor, hermanito: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén

Las Moradas de los Sagrados Corazones 72

¡Sea loado Jesucristo y su Santísima Madre


del Carmen!, pequeño carmelita, Elías
consolador del Padre, Dios nos une, son
Mercedes de su Majestad, el Señor. Dios
ahora nos hace encontrarnos en este
Tiempo de Gracia y de Misericordia, para
que te guíe y te enseñe como interiorizar en
la vida espiritual y progresar así a la Obra
que Dios ya ha empezado, pero que desea
darle impulso y fuerza para llegar hasta esa
etapa espiritual en que este Apostolado será
la Obra que lleve la Gran Evangelización
de la Tierra. Obra que ya fue profetizada y deseada por los Santos y
Mártires devotos de Jesús y de María. Pero, carmelita, ya la Obra está
aquí y es el Apostolado73.

¡No hay más camino que recorrer! Ya están en el Apostolado, así


contesto las preguntas de muchos que están en el incierto de saber ¿qué
quiere la Divina Majestad de ellos? Pues, los quiere trabajando en esta
Obra. Los quiere cuidando, promoviendo, guiando a este Ejército Fiel
y a las almas que se irán uniendo. Dios desea que trabajen ahora para
Él, que lo demás no turbe su corazón. Trabajen por esta Obra74, porque

caridad a los pobres y como profetas para anunciar el Reino y denunciar el


anti reino.
71
Cfr. Mateo 5,13-16 donde Jesús dice en el sermón de la montaña: Vosotros
sois la luz del mundo y la sal de la tierra.
72
Mensaje recibido el 15 de octubre de 2017 dado por santa Teresa de Ávila
autora del libro Las Moradas o El Castillo interior.
73
Se trata del Apostolado de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús, María
y José, ya extendido por muchas partes del mundo.
74
Ora et Labora como el lema de los benedictinos, oración, formación, acción
para amar y servir a la comunidad, a la Iglesia y ser santos.
78
es importante y urgido está el Cielo de ver a sus hijos dispuestos a amar,
servir y trabajar.
Pequeño carmelita, poco a poco el Cielo, con mi intercesión, te dará,
guiará, y enseñará en los auténticos Aposentos que un alma recorre
dentro de los Sagrados Corazones de Jesús y María. Ahora estaremos
unidos. Nuestra Señora del Monte Carmelo, San José, mi consejero, y
yo Santa Teresa de Jesús te amamos y te bendecimos. Junto conmigo
iremos recorriendo cada Morada de los Sagrados Corazones. Esta
caminata exige mucha paciencia y perseverancia 75. Estas virtudes los
dará el Amor si recorren estas Moradas y aprenden con Amor.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave
María Purísima, sin pecado concebida.

Humildad para alcanzar la Verdad de Dios 76

El hombre, el ser humano, siempre tiene necesidad de lo Absoluto, de


lo Real, de la Verdad. En el corazón del hombre está la sed insaciable
de la Verdad y el hombre se desvía buscando la Verdad en otras partes,
y situaciones, y no en la Fuente de la Verdad, que es Dios. Unas almas
que han conocido la Verdad se alejan de Ella, porque les exige
radicalidad y rectitud. Otras almas con anhelos de la Verdad quieren
convertirse en dioses, se pierden estas almas por la soberbia y el orgullo,
como pasó con los que hicieron construir la Torre de Babel. El orgulloso
se confunde por causa del mismo orgullo. Otras almas quieren buscar y
creen que han encontrado la Verdad siguiendo creencias, religiones y
prácticas contrarias a la Verdad misma 77.

75
En un mundo agitado y veloz, se necesita para cultivar plantar, regar,
abonar, podar y esperar el fruto a su tiempo como dice el Salmo 1.
76
Mensaje recibido el 06 de noviembre de 2017 donde Santa Teresa habla
sobre la primera morada ser dócil al Espíritu Santo para en la humildad
empezar el camino de perfección buscando la Verdad que no es Una sino Uno
Dios, Su Evangelio, Su Cristo, Su Iglesia, Su Reino, etc. Y muestra el orgullo y
la falta de radicalidad y de rectitud como obstáculos en esta búsqueda de la
Verdad. Se debe reconocer el pecado y desear la santidad.
77
Sobre el tema de la Verdad, que es Dios mismo la verdad encarnada es una
persona recomiendo leer las catequesis del papa Benedicto XVI.
79
Carmelita, el hombre no quiere reconocer la Verdad en el Evangelio, y
Persona de Jesucristo, y la única Iglesia fundada por Él. El hombre tiene
anhelo de la Verdad, pero esa Verdad es Dios. El corazón humano que
no le gusta aceptar correcciones ni mandatos se aleja del Precepto
Divino, porque el corazón humano está salpicado, y algunas veces
rebosante, de orgullo y amor propio, que quiere encontrar su propia
verdad y lo único que consigue es confundirse. Carmelita, la humanidad
anhela a Dios, ansía la Verdad, quiere encontrarse con lo Absoluto, pero
el corazón humano es tan orgulloso para que reconozca que le hace falta
encontrar a Dios. Pero las almas que reconocen la ausencia de Dios y
ansían su Presencia, dan el permiso para que Dios, por medio de su
Espíritu, empiece a conducirle por el Sendero de la Vida y por las
Moradas del Reino78.

Dios quiere guiar a las almas por un Camino de Perfección, que


comienza en reconocer que Dios hace falta en el corazón, y debe
adentrarse en su Misericordia, dejarse amar por el Esposo, y ser dócil
al Camino de Perfección por el cual el Esposo Celestial desea conducir
al alma. El alma entretanto sin darse cuenta muchas veces comienza a
recorrer cada Morada del Reino Celestial. El primer paso para este
sendero espiritual es la humildad79, reconocimiento del pecado80, deseo
de santidad81, es decir todo lo contrario al orgullo y a la soberbia de la
vida.

78
Recomiendo leer un resumen de las Moradas antes de proseguir donde se
habla de los siete cuartos del Castillo Interior del Alma donde debemos
pasar para llegar a la habitación principal del palacio donde mora Dios y el
alma espera unirse a Él.
79
Dios da su Espíritu a los humildes, fue la única virtud que dijo explícitamente
que aprendiéramos de Él, “Aprended de mí que soy manso y humilde de
corazón” san Mateo 11.27-28
80
Nos unimos al Salmo 50: “…lava del tomo mi delito, limpia mi pecado. Pues
yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado, contra ti, contra
ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces…”
81
Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación. 1 Tes 4,3ª.
80
Carmelita, tu corazón está en esa Unión Transformante, donde la
creatura se modela a su Creador y aspira los anhelos y deseos solamente
del Esposo82.

Te bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Amén.

Purificar el Corazón83

El Instrumento: Santa Teresa


de Jesús está aquí, y en lo alto
de su derecha el Corazón
Casto y Amante de San José;
Santa Teresa de Ávila dice:

Es necesario que comprendan


que si quieren avanzar por el
camino de la perfección y la santidad no pueden hacerlo guardando
tantas cosas negativas en el corazón84, porque cuando el corazón está
cargado y lleno de tanto dolor, odio, miedo, desconfianza, entre tantos
aspectos que no vienen de Dios, el corazón se detiene. Un corazón con
miedo no llega a la santidad85. Un corazón con odio es un corazón que
se enferma cada vez más y se aleja de la Luz, del Amor y del Perdón de
Jesús. Un corazón triste jamás86, por causa de su tristeza, podrá
experimentar ni la liberación, ni la sanación, ni mucho menos la alegría.
Es necesario que limpien el corazón, es necesario que lo purifiquen, es
necesario, que sean humildes.

El humilde recibe el Amor, el humilde da el amor. El corazón que no es


humilde difícilmente avanzará, porque este camino de santidad es un

82
Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a
Dios, engalanada como una novia que se ha adornado para su esposo.
Apocalipsis 21,2
83
Mensaje recibido el 04 de diciembre de 2017 de santa Teresa.
84
Podemos repetir: Jesús manso y humilde de corazón, haz mi corazón
semejante al tuyo.
85
En la caridad no existe temor; al contrario la caridad perfecta hecha fuera
el temor… el que teme no ha llegado a la perfección de la caridad. 1 Jn 4,18
86
Alegraos en el Señor, os lo repito, estad siempre alegres. Fil 4,4
81
camino para los humildes. Vean el modelo de San José, Corazón
humilde, Corazón sencillo, Corazón de silencio, Corazón de servicio,
Corazón que amó. Él, el Glorioso Patriarca, será quien los conducirá
por este camino de santidad87.

Y si escuchan con atención mi mensaje, y practican lo que en este


Llamado les enseño, avanzarán rápidamente hacia las moradas de la
perfección, que se encuentran plenamente en los Sagrados Corazones
de Jesús y de María. San José es el iniciador de este camino. ¡Síganlo!
Que el letargo, que la pereza, y que la debilidad humana, que siempre
es la excusa de las almas miedosas, no los detenga.

Los bendigo en el nombre de la Santísima Trinidad, y por intercesión


del Padre San José, primero en recorrer este camino de perfección en
los Sagrados Corazones de Jesús y de María: en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Sentirse amados en la oración como san José88

El instrumento: Santa Teresa de Ávila está aquí, nos dice:

Almas, las Moradas de la Perfección son los estados y los grados de la


vida espiritual, que el alma recorre hasta unirse plenamente, ya desde
en la tierra, con Dios; esas Moradas están plenamente abiertas dentro
de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

San José como el iniciador de este caminar es también el protector, el


consejero y el compañero que ayuda a las almas a avanzar en la vida
espiritual. Pero entrar en estos Aposentos a través de los Sagrados
Corazones de Jesús y de María es un Llamado de Dios a todas las almas,
pero no todas responden, e incluso por muchos años en la vida cristiana
o por muchos conocimientos en la vida espiritual, muy pocas son las
que se atreven con la humildad a aceptar esta Invitación de Dios.

87
Pedir a san José su auxilio, su ayuda, su patrocinio, su silencio.
88
Mensaje recibido el 18 de diciembre de 2017 de santa Teresa de Ávila que
fue una gran devota de san José, todos los monasterios los puso bajo su
protección, siempre llevaba una imagen de san José, recibió grandes gracias
de él.
82
Y para entrar en este caminar es Dios quien llama, y el alma, haciendo
un verdadero acto de fe, de humildad y de obediencia, segura y confiada
de que Dios la ama, da su 'sí'; se siente amada, se siente deseada, se
siente aceptada por el Amor Divino y da su 'sí' a esta transformación, a
este caminar, a esta peregrinación espiritual. El alma que ha perdido el
sentido del Amor, el alma que ha perdido el sentido, el horizonte de la
Cruz de Cristo, el alma que ha olvidado que es amada infinitamente por
Dios, difícilmente aceptará está Invitación.
Queridos hermanos, yo los exhorto a orar y en la oración sentirse
amados, porque en la vida espiritual el Amor, únicamente el Amor, es
la fuerza para ser santos 89, es la fuerza para vivir el Evangelio y
practicar nuestros Llamados de Amor y de Conversión. ¡Solamente en
el Amor está el secreto para empezar a desear ser santos! El alma que
cae en la tibieza, en el desánimo, en el cansancio, ya está perdiendo el
sentido del Amor. ¡Pidan, pues, a su Divina Majestad nunca perder el
sentido del Amor!

Los bendigo con amor fraterno: en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amén.

Pedir perdón por decirlo No al Amor 90

Querido hermanito, hoy, para continuar este itinerario espiritual de la


peregrinación del alma, a través de las Moradas de la Perfección, que
no solamente han recorrido los Corazones de José y de María sino que,
unidos perfectamente al Sagrado Corazón de Jesús, forman parte de
estos Aposentos de Santidad.

El alma iluminada por una Gracia Especialísima de Dios siente sed,


hambre y necesidad de adentrarse en los Aposentos de sus Sagrados
Corazones. Antes de ingresar reconoce sus pecados, pero no se encierra
tanto en el error y el pecado sino lo que duele más al alma es haber
dicho “no” al Amor Eterno, que es Dios. Ese “no” que es una rebelión
al Padre. Ese “no” que mata al alma. El pecador reconoce su rechazo a
Dios. Pide perdón por esa negación al Amor Divino, que ha propuesto

89
Si no tengo amor nada soy dice san Pablo 1 Cor 13
90
Recibido el 06 de febrero de 2018 de Santa Teresa.
83
Mandamientos no para entristecer al hombre sino para que sea
plenamente feliz.

El primer Acto de Dios con esta alma, que anhela caminar y progresar
gradualmente en los Aposentos de la Santidad, los Sagrados Corazones,
es una iluminación, por medio del Espíritu Santo, que mueve al alma a
la humillación y al perdón91. El primer paso de este recorrido espiritual
es la iluminación del alma por el Espíritu Santo, que le muestra la
verdad plena de su vida y del Amor inmenso de Dios hacia ella. El alma
no se resiste, pide perdón y al ser perdonado sigue avanzando. Es la Luz
del Espíritu Santo como el Primer Aposento.

Unidos en la Luz de su Corazón, te bendigo: en el nombre del Padre, y


del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.

Iluminación de la Conciencia por el Espíritu Santo92

Por Queridas almas rescatadas a precio de Sangre por el Buen Jesús,


hoy, en obediencia a la Divina Voluntad, deseo profundizar más sobre
el Primer Aposento. El Primer Estado del Alma, en su proceso de
santidad, este Primer Estado o Primer Paso es el Espíritu Santo mismo,
que ilumina el alma, para que el alma no pierda la conciencia de pecado,
y, así, con la ayuda de la Gracia, pueda ver todos sus pecados, pueda
arrepentirse, confesarlos en el Sacramento de la Penitencia, y cambiar
de vida.
En este Primer Aposento de los Sagrados Corazones el alma es ayudada
por el Espíritu de Dios; se encuentra con el Espíritu Santo; es iluminada
en su caminar; reconoce lo que ha hecho mal; reconoce el bien que no

91
Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me
voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré: y cuando
él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la
justicia y en lo referente al juicio; 9. en lo referente al pecado, porque no
creen en mí; en lo referente a la justicia porque me voy al Padre, y ya no me
veréis; en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está
juzgado." Juan, 16,7-11.
92
Mensaje recibido el 20 de febrero de 2018 de Santa Teresa
84
ha hecho; reconoce el bien que debe hacer; reconoce lo malo de sus
acciones, que puede reparar, porque no es sólo pedir perdón, es también
reparar el daño hecho. Por ejemplo, almas, si alguien destruye una casa
y le pide perdón al dueño de la casa, no ha hecho nada; en cambio, si
pide perdón al dueño de la casa, pero además la construye nuevamente,
para reparar el daño que hizo, ya hizo todo.
Queridos hijos del Corazón de Jesús, no es sólo pedir perdón, es
también reparar el mal que han hecho. Y, en este Primer Estado, el alma
ayudada por el Espíritu Santo lo consigue. Al entrar en este Primer
Estado el alma se encuentra con el Espíritu Santo y el Espíritu Santo se
vuelve su Consejero, su Director, su Guía; e iluminado, por el Espíritu
Santo, comienza un nuevo camino de gracia, de virtud.
Entonces el Primer Paso para la conversión es la iluminación de la
conciencia, por medio del Espíritu de Dios. Entonces supliquen al
Divino Espíritu que ilumine sus mentes y sus corazones, para poder
cambiar y puedan seguir avanzando, por medio de estos Aposentos de
Santidad que son los Corazones de Jesús y de María93.
Les bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.

Dolor profundo por haber ofendido a Dios 94

Queridas almas rescatadas por el Inmenso Amor de Jesús, por medio


del Sacrificio y de la Cruz, la Voluntad Divina ha querido manifestarse
por medio de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María
unidos al Casto y Amante Corazón de San José.
Todos nuestros Llamados de Amor y de Conversión son los profundos
deseos del Cielo, para con todos los hombres en la tierra. Porque el
Corazón del Hijo se ha abierto plenamente, para que su Corazón sea

93
La oración hay que entenderla también como tiempo para estar con el
Señor para que pueda obrar en nosotros, y entre las distracciones y las fatigas
pueda invadir la vida, confortarla y guiarla, para que, al fin, toda la existencia
pueda realmente pertenecerle. Vida Fraterna en Común, 13b.
94
Mensaje recibido el 05de marzo de 2018.
85
amado, conocido, adorado. Su Corazón es la Fuente misma de esta Obra
de los Últimos Tiempos. Es verdad que los Llamados son revelaciones
privadas, pero están al servicio para aclarar, para subrayar, para
esclarecer y para llamar a todos los corazones que vuelvan a la Palabra
de Dios95.
Los Llamados de Amor y de Conversión sólo quieren que la
humanidad regrese a la Palabra de Dios y al Santo Evangelio96. Por eso,
nuestras revelaciones en este santuario espiritual, para los Apóstoles de
los Últimos Tiempos, son revelaciones importantísimas que deben ser
tomadas con el corazón; porque a medida que escuchen, que obedezcan,
que atiendan los Llamados de Amor y de Conversión se irán acercando
al Corazón de Jesús por medio de los Sacramentos, por medio de la
oración, por medio del ayuno.
Queridos hermanos y hermanas, el Primer Aposento para entrar hasta
el Corazón de Jesús es el Espíritu Santo, que da a conocer la Verdad
Plena, que guía y que es el Abogado de sus almas, el Consejero de los
creyentes, Luz de los que oran97. La primera acción que provoca el
Espíritu Santo en el alma que se deja encontrar por Él es la conversión.
La conversión y el dolor profundo de haber ofendido a Dios es el primer
paso para regresar al Corazón de Jesús. Oro por todos ustedes.

95
Tú, en cambio, persevera en lo que aprendiste y en lo que creíste, teniendo
presente de quiénes lo aprendiste, y que desde niño conoces las Sagradas
Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe
en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para
argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se
encuentra perfecto y preparado para toda obra buena" 2 Timoteo 3, 14-17
96
Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza,
exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los
hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias
pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír
novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas. 2
Timoteo 4, 2-4
97
Cfr. Jn 3,3-5. 16,12-15; Romanos 5,5. 8,14-16.23-27; Gal 5,22.
86
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Pedir la Fortaleza al espíritu


Santo98

Almas, en la primer morada de la


santidad o el primer paso para la
conversión a la vida cristiana, es el
Espíritu Santo, el Espíritu Santo
ilumina la conciencia y el corazón,
de manera que el corazón humano
puede distinguir lo bueno de lo malo,
la gracia del pecado. Y las almas que
desean convertirse al Señor no se
ponen obstinadas en sus pecados sino
que humildemente los reconocen y piden al Señor perdón y reciben la
absolución de sus culpas. Y el Espíritu Santo, con el don de la fortaleza,
ayuda al alma a que se proponga a no pecar más99. Así el camino de la
santidad existe la primera puerta y es el Espíritu Santo que ilumina, que
guía, que dirige y que mueve al corazón humano a arrepentirse de su
pecado y lo invita a vivir en gracia santificante. Pidan al Espíritu Santo
que les ayude a caminar en una conversión sincera, un arrepentimiento
honesto, una vida agradecida con la Infinita Misericordia del Padre
manifestada en Su Hijo Jesús.
Queridos hermanos y hermanas, yo, Santa Teresa de Jesús, oro por
ustedes para que puedan ser dóciles a las Obras de santidad del Espíritu
Santo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.

98
Mensaje recibido el 13 de marzo de 2018 de Santa Teresa
99
Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de cobardía o timidez,
sino de fortaleza, de caridad y de templanza. 2 Timoteo 1,7
87
Meditar en la Dolorosa Pasión de Nuestro Señor 100

El Instrumento: Santa Teresa de Jesús


ha venido con Santa Catalina de Siena.
Santa Teresa dice: Queridos hermanos y
hermanas, en la Primera Morada, donde el
alma comienza el camino de la santidad,
es importante meditar, con la ayuda del
Espíritu Divino, sobre la Pasión Dolorosa
de Nuestro Señor Jesucristo101, por eso,
Nuestra Señora, Nuestra Madre del Cielo, en sus verdaderas
Manifestaciones, invita a la humanidad a meditar y a pensar más en la
Dolorosa Pasión de Jesús, porque es la invitación al arrepentimiento y
porque, en este Primer Estado Espiritual, el alma, iluminada por el
Espíritu de Dios, reflexiona en el Sufrimiento de Jesús, reconoce que
Jesús padeció por sus pecados 102.
En esta Primera Morada existe el dolor, el alma mire el estado en el que
está y en cada uno de sus pecados reconoce todo el rechazo al Amor de
Dios, y eso mueve al alma a arrepentirse por haber dicho 'no' al Amor
del Padre. ¡Pidan al Espíritu Santo que les toque su corazón!
¡Humíllense profundamente! Cada uno de tus pecados son el 'no' al

100
Mensaje recibido el 20 de marzo de 2018
101
"A las tres de la tarde implora mi Misericordia, especialmente para
aquéllos que viven en pecado y, aunque sea por un breve instante, piensa en
mi pasión, sobre todo en el abandono en que me encontraba en el momento
de mi agonía. Esta es la hora de gran misericordia para el mundo entero. En
esta hora no negaré nada al alma que me pida una gracia por los méritos de
mi pasión Trata de hacer en esa hora el Vía Crucis, si tus deberes no te lo
impiden; si no lo puedes hacer entra al menos por un momento en la capilla
venera mi Corazón lleno de misericordia en el Santísimo Sacramento. Si estás
impedida también para entrar en la capilla, recógete por menos por un
instante en oración en el sitio donde de te encuentres" Diario de santa
Faustina. 1572
102
Nosotros predicamos a un Cristo crucificado, escándalo y necedad para
unos, más para los llamados, un Cristo fuerza y sabiduría de Dios… 1 Cor 1,23-
24 Líbrame de gloriarme si no es en Cristo y éste crucificado. Gal 6,14.
88
Amor de Dios; tus pecados son el rechazo a la presencia del Espíritu
Santo en tu vida.
Oren, oren en el silencio, oren y piensen en todo lo que Jesús ha sufrido
por ti103. Él se humilló hasta la muerte, para salvarte. ¡Sé humilde, alma!
Jesús te ha dado todo y tú mezquinas darle algo a Él. Jesús no consideró
si agradecerías la Redención. Y tú, alma, sino te cumple Dios lo que
pides te resientes con Él. Reconoce tu ingratitud; reconoce tu rebeldía
con Dios; pide perdón, para que puedas comenzar tu camino hacia el
Padre.
Yo, Santa Teresa de Jesús unida a Santa Catalina de Siena 104
intercedemos por ustedes, para que puedan comprender el Inmenso
Amor que has rechazado y puedas arrepentirte. En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Sanados por sus Llagas 105

Almas amadas infinitamente por su Divina Majestad, debemos seguir


reflexionando sobre el camino de la perfección, que es un recorrido
espiritual a través de los Sagrados Corazones de Jesús, José, y de María.
En el primer paso para la conversión, tú debes contemplar, auxiliado
por el Espíritu Santo, las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo y darte

103
Dios no se da a un alma parlanchina, que como un zángano en la colmena
zumba mucho, pero no produce miel. El alma hablantina está vacía en su
interior. No hay en ella ni virtudes fundamentales, ni intimidad con Dios. 

Diario de santa Faustina 119. Ver 1 Reyes 19,9-18.
104
Santa Catalina de Siena O.P. nació en Siena, 25 de marzo de 1347-Roma,
29 de abril de 1380. La Santa Sede la reconoce como copatrona de Europa e
Italia y doctora de la Iglesia. Considerada una de las grandes místicas de su
siglo (Siglo XIV), destacó asimismo su faceta de predicadora y escritora, así
como su decisiva contribución al regreso del papado a Roma tras el exilio de
Aviñón Francia. Leer su libro: Diálogos. En la imagen de arriba carga la iglesia.
105
Recibido el 27 de marzo de 2018 de santa Teresa. Como dice el profeta
Isaías en Babilonia a los exiliados: “Pero él fue traspasado por nuestras
iniquidades, molido por nuestros pecados. El castigo, precio de nuestra paz,
cayó sobre él, y por sus llagas hemos sido curados” Isaías 53,5 leer todo el
capítulo 53 de Isaías conocido como el Cántico del Siervo Sufriente. Además
de 1 carta de Pedro 2,21-25. Hebreos 2,14-18; 9,11-27; 10,19-25.
89
cuenta que cada una de sus heridas fueron causadas por ti y por nadie
más, solamente por ti .Y al ver al Esposo Celestial así, Crucificado,
Muerto, debes moverte a compasión y arrepentimiento.
Alma, piensas poco en la Pasión de Jesús o mejor dicho no piensas
absolutamente nada sobre la Pasión de tu Señor. Míralo en la Cruz, y
por tu causa está en la Cruz, y al ver sus Heridas, arrepiéntete, cambia.
- Por las Heridas de su Cabeza deja de vagar en tu mente y
pensamientos vanos 106.
- Por las Heridas de sus Labios deja de azotar a tu hermano con
tu lengua; prívate de las palabras ofensivas, prívate de las
quejas, prívate del mucho hablar y habla solamente lo
necesario107.
- Por las Heridas de sus Hombros y Espalda carga tu cruz, vive
los Mandamientos de la Ley de Dios 108, pon en práctica estos
Últimos Llamados a la Humanidad.
- Por las Heridas de sus Rodillas humíllate, confiesa tus
pecados109.
- Por las Heridas de sus Manos deja ya de actuar como el mundo
actúa, deja ya de afanarte por lo que el mundo quiere que te
afanes, deja ya de trabajar por algo sin sentido110.
- Por las Heridas de sus Pies cambia tu caminar, arrepiéntete,
cambia de vida, no des más pasos al Infierno. ¡Para! ¡Escucha!
¡Examínate y cambia de vida!

106
Dios hizo sencillas todas las cosas, pero el hombre las complicó con sus
razonamientos. Eclesiastés 7,29
107
No salga de vuestra boca palabra dañosa, sino la que sea conveniente para
edificar según la necesidad y hacer el bien a los que os escuchen. Ef 4,29
108
Si escuchas las palabras de Yahvé tu Dios que yo te mando hoy, amando a
Yahvé tu Dios, siguiendo sus caminos y guardando sus mandamientos,
preceptos y normas, vivirás y te multiplicarás; Yahvé tu Dios te bendecirá en
la tierra en la que vas a entrar para tomarla en posesión. Deut 28,16
109
Llamen a los presbíteros de la iglesia que unjan al enfermo con aceite para
que sus pecados sean perdonados… Confesaos, pues, mutuamente los
pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. St 5,13-16
110
Cfr. San Mateo 6,24-34, Apocalipsis 13,11-18. Juan 6,27-28.
90
- Y deja que la Herida de su Costado con el Torrente de su
Misericordia, te purifique, te restaure, te limpie y te sane111.
Alma, en este Primer Aposento, el Espíritu Santo te revelará la Pasión
de tu Señor para que te arrepientas. Y tú, pequeño lirio del Carmelo,
sigue haciéndole compañía a tu Esposo Jesús, que con tus sufrimientos
se adelante la glorificación de la Santa Iglesia y el Reinado de la
Sagrada Eucaristía112.

111
“Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió
sangre y agua” Juan 19, 34. Esta Sangre y esta Agua, brotadas del Corazón
traspasado de Jesús, están representados en los rayos rojo y blanco,
respectivamente. El mismo Jesús lo dice, cuando Sor Faustina le preguntó lo
que significaban, explicó: “El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las
almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas (….).
Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos” (Diario, 299).
“Con esto, Jesús nos dice que en sus rayos que brotan de su Corazón
traspasado, están simbolizados los sacramentos, sobre todo los del Bautismo
y la Penitencia, que están simbolizados en el agua, porque así como el agua
lava, purifica, así también estos sacramentos, representados por el agua que
brotó de su Corazón traspasado, lava y purifica el alma, porque le quita los
pecados, dejándola pura e inmaculada, porque además de quitarle los
pecados, le concede la gracia santificante. Es esto lo que Jesús quiere decir
cuando dice: “El rayo pálido simboliza el Agua que justifica las almas”. Por
otra parte, el rayo rojo simboliza la Sangre del Corazón de Jesús, que se
encuentra en la Eucaristía, llamada “Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad” de
Nuestro Señor Jesucristo: la Sangre, junto al Cuerpo, el Alma y la Divinidad de
Jesús, contenidos en la Eucaristía, alimentan al alma, y lo hacen con la
substancia divina y el Amor Divino del Ser trinitario de Jesucristo, contenido
en la Eucaristía”. De http://jesusamormisericordioso.blogspot.com
112
“Ahora me alegro de mis padecimientos por vosotros, y completo en mi
carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo en beneficio de su cuerpo, que
es la Iglesia. De ella he sido yo constituido servidor por disposición divina,
dada en favor vuestro: para cumplir el encargo de anunciar la palabra de Dios,
es decir, el misterio que estuvo escondido durante siglos y generaciones y que
ahora ha sido manifestado a sus santos” Colosenses 1,24-26. La Iglesia que es
el Cuerpo de Cristo tiene que pasar como su maestro por la Pasión, muerte y
resurrección, ya se encuentra en este momento histórico en la agonía en el
Getsemaní y pronto vendrá en viernes de Pasión. Son tres acontecimientos
que se aproximan: Un Segundo Pentecostés –Joel 3-, El Triunfo de la
Inmaculada –anunciado en Fátima- que se dará en el momento de mayor
91
Oremos, para que las almas puedan comprender que estos son los
últimos Llamados de Amor y de Conversión a la humanidad 113.
La Bendición del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo Amén.

El Espíritu Santo lleva a la reparación amorosa 114

El Espíritu Santo con fuego y con luz hiere suavemente el alma del
pecador, abriéndole el corazón, para que pueda recibir la luz en la
oscuridad que hay en el corazón. La herida es un Acto de Amor de Dios,
debe abrir el corazón, por medio de la Verdad y cuando la Luz de la
Verdad ha entrado en el fondo del corazón se revelan al alma todos los
males que ha cometido, compartido y guardado.
Primero, este Acto de Misericordia duele, porque el corazón humano es
orgulloso y no desea encontrarse a sí mismo imperfecto; pero cuando el
alma se deja guiar por el Espíritu se torna humilde y se responsabiliza
de su maldad cometida por su falta de caridad, ya que todo pecado está
impulsado por el no-amor al Señor. Luego que el alma es iluminada
puede más sencillamente examinarse y ser consciente de todo lo malo
y repararlo, pidiendo perdón a Dios y actuando en el amor. Todo lo
malo que hacía antes lo hará bien en adelante, para expiar con sus
buenas obras las malas. Eso es vida de reparación. Esta vida santa
reparadora puede ser posible invocando permanentemente el Auxilio
del Espíritu Santo, que es Él mismo la Primera Morada de Santidad,
porque es Quien conduce al alma en la Vida de la Gracia y
alimentándola de todas las Luces Divinas.

tribulación de la Iglesia y finalmente El Reinado Eucarístico que es el centro


de todas las revelaciones privadas y manifestaciones de los mensajes del
cielo.
113
Estamos avisados por el cielo, para que no pase lo que decía el profeta
Oseas 4,6 “Mi pueblo perece por falta de conocimiento” o Amós “Dios no
hace nada sin antes revelarlo a sus profetas”
114
Recibido el 17 de abril de 2018 de santa Teresa de Ávila.
92
La encarnación misteriosa de los Sagrados Corazones de Jesús y de
María también es un Don dado por el Espíritu Santo. Pues, Él ha sido
la unión misma de estos tres corazones, el de Jesús, el de María, y el
tuyo. El Espíritu Santo rodea, gobierna y alimenta con su Amor Divino
ésta unidad mística.
Te bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.

Invocar el espíritu Santo para enamorarse de lo Divino115

Almas, deben implorar más al Espíritu Santo, desde el Bautismo lo


recibieron y por Él fueron consagrados a Dios 116. Pero la acción del
Espíritu Santo la han detenido, la han troncado con los pecados,
entonces el Espíritu de Dios se entristece 117 porque es un Espíritu de
Libertad y Él no pretende obligarlos a actuar en el camino de la
santidad. El Espíritu Santo, si lo permiten actuar, transformará sus vidas
por medio del Amor y de la Paz118. El Espíritu Santo es la primera
Morada de la perfección, es el primer Aposento donde el alma empieza
su camino hacia la santidad, desde el Espíritu Santo, y con Él, avanzará
por el camino del Evangelio, del amor y de la santidad. Invoquen
seguidamente la Ayuda y la Asistencia del Espíritu Santo. El Espíritu
Santo ha sido el Dios desconocido119.
Yo, Teresa de Jesús, intercedo para que el Espíritu Santo ya no sea un
Dios desconocido para ustedes y, con el Espíritu Santo, encendidos en
su Amor, de verdad estén enamorados del Corazón de Jesús. Quien no
tiene al Espíritu Santo no pude estar enamorado de Dios y mucho menos

115
Recibido el 14 de mayo de 2018 de santa Teresa de Jesús
116
Cfr. Mateo 3,13; 28,19.
117
“No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados
para el día de la redención” Efesios 4,30
118
Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Gal 5,22-23
119
Y aconteció que mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo, atravesando las
regiones montañosas, llegó a Éfeso y encontró algunos discípulos, y les dijo:
¿Recibisteis Espíritu Santo al abrazar la fe? Y ellos: Es que ni siquiera hemos
oído si hay Espíritu Santo. Hechos 19,1-2.
93
tener disposición para servir al prójimo. El Espíritu Santo lo es todo en
la práctica del Evangelio, invóquenlo.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.

Oración revelada para pedir el E S


Ven, mi Dios Espíritu Santo, a través de la poderosa intercesión del
Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu amadísima esposa.

Resumen de las Moradas

En este libro que trata de la oración, de la perseverancia, del abandono


en las manos de Dios, de las gracias que él da y de cómo acceder a la
cámara donde está tan gran Rey, claro está luego de pasar del foso que
nos separa del castillo y de ingresar en él a fuerza sobre todo de amor.
Para entrar al castillo hay que pasar por 6 moradas hasta llegar a la
definitiva y última donde ocurre la más íntima unión que con Dios se
puede tener sobre la tierra y donde el alma desea morir y seguir
viviendo para gustar las dulcedumbres que allí suceden.

Primera:

Allí se encuentran las almas que aunque ya no tienen pecado mortal


están envueltas en miles de quehaceres y preocupaciones que Teresa
llama sabandijas que si no huimos de ellas nos pueden morder e
impedir el paso a la siguiente morada la recomendación es perseverar
en la oración y alejarse de las ocasiones de caída siendo precavidos y
prudentes.

Segunda:

Son las almas que ya ha llamado el Señor y aunque aún sufren


pequeñas derrotas no se desaniman y sus deseos de seguir son
grandes y parece que sienten la ayuda de su Señor.

Tercera:

94
Hay que hacer penitencia para evitar los pecados veniales, hay que
orar y recogerse con gran valentía y buscan aún a Dios por sus regalos
pero sienten aún algún apego por el mundo.

Cuarta:

Se sienten llamadas por un deseo interior y crecen en virtudes sobre


todo la humildad se gozan del Señor por la oración y aún en su cuerpo
ya sienten algo de dichas.

Quinta:

El Sabio instruye ocupando las potencias del alma (inteligencia,


memoria y voluntad) y es él quien otorga toda la gracia a las almas con
las que quiere unirse plenamente.

Sexta:

Aunque hay gran experiencia sobrenatural también hay un dolor pero


que es purificante y luego vienen cosas que no se pueden expresar con
lenguaje humano, sólo el alma quiere amar y aunque la experiencia
dure tan sólo como un relámpago deja excelentes resultados en el
alma.

Séptima:

Ocurre el ingreso a lo más íntimo del alma donde habita el rey y el alma
se hace una con él sin perder su identidad lo que algunos maestros
llaman deificación y los efectos que produce son maravillosos como
una gran paz interior que no se pierde, mucha paz cuando se es
perseguido, grandes deseos de ver al Rey y de que sea conocido,
desprendimiento de todo para estar a solas con él, entrega total de la
vida a Cristo.

95
Tercera Parte

“Por la gracia de Dios soy hombre y soy cristiano;


por mis actos, gran pecador; por estado, peregrino de
la más baja condición, andando siempre errante de
un lugar a otro. Mis bienes son: a la espalda, una
alforja con pan duro, la santa Biblia en el bolsillo y
basta de contar. El domingo vigesimocuarto después
de la Trinidad entré en la Iglesia para orar durante el
oficio; estaban leyendo la epístola de San Pablo a los
Tesalonicenses, en el pasaje en que está escrito: Orad
sin cesar. Estas palabras penetraron profundamente
en mi espíritu, y me pregunté cómo es posible orar sin
cesar, siendo así que todos debemos ocuparnos en
diversos trabajos a fin de proveer a la propia
subsistencia. Busqué en la Biblia y leí con mis
propios ojos exactamente lo mismo que había oído:
Orad sin cesar (1 Tes 5,17); orad en todo momento en
espíritu (Ef 6,18); orad en todo lugar levantando
unas manos puras (1 Tim 2,8). Inútil reflexionar; yo
no sabía qué partido tomar”
El Peregrino Ruso

96
SEPTENARIO DE ORACIONES

1 Al Espíritu Santo

Pidan:
Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo, ven, colma esta
criatura Tuya de Tus dones. Esplendor Divino, Fuego Sagrado,
Manantial Cristalino de limpia fraternidad.
Vida de los cristianos, cayado de los desvalidos, luz en las
tinieblas, calor en el frío, levanta mi ser dormitante,
eleva mi alma hacia Ti.
Ven Espíritu Santo, dame Tu Sabiduría para actuar rectamente.
Dame inteligencia santa, para atraer a mis hermanos, no me
sienta superior a mis semejantes, sino sea el más pequeño para
que surjas Tú con poder.
Ven, toma mi mente y renuévala; sea yo un eco de Tu voz y
aconseje en la Voluntad Divina, no en la mía.
Dame las fuerzas para no tambalear y resistir mirándote;
embelesado por Tu fortaleza, sea yo un fiel apóstol.
De Tu ciencia oh Divino Espíritu, sea yo reflejo, busque yo Tu
gloria, aleja de mí lo mundano. Penetra lo íntimo de mi corazón
e injerta en él Tu misma piedad para amar con Tu mismo amor.
Realiza en mí ser el milagro del temor de Dios; dame sed de
almas, para que sin mirar a quien, labore para el Reino.
Oh Espíritu Santo, infunde en mí el don del verdadero amor.
Gracias Santo Espíritu Divino, vive en mí a plenitud, que
consciente de mi necesidad con plena libertad te llamo a tomar
posesión de mi vida.
Gracias oh Bondad Divina, Soberano Misericordioso,
Fuego Sagrado.
Amén.
Su Jesús

97
2 De Ofrecimiento a Jesús

“Jesús mío, Amantísimo y Dulcísimo


Salvador, permitidme que os ofrezca y
que ofrezca por Vos al Padre Eterno, la
Preciosísima Sangre y Agua salida de la
herida abierta en Vuestro Divino
Corazón en el árbol de la Cruz. Dignaos
aplicar eficazmente esta Sangre y esta
Agua a todas las almas, en particular a las
de los pobres pecadores y a la mía.
Purificad, regenerad, salvad a todos los
hombres con el auxilio de vuestros
méritos. Concedednos finalmente, oh
Jesús, entrar en vuestro amantísimo
corazón y habitar en él para siempre.
Amén”.

3 Enseñada a santa Margarita

“Yo os adoro y os amo oh Divino Corazón de Jesús viviente en el


corazón de María. Yo os pido que viváis y reinéis en todos los
corazones y los consumáis en vuestro puro amor”.

4 Al Sagrado Corazón

¡Oh dulcísimo y amadísimo Jesús mío!: Si no fueseis mi Salvador,


no me atrevería a venir a Vos. Pero bien sé que sois mi Jesús, mi
salvador y mi esposo, y tenéis un Corazón que me ama con el amor
más tierno y más ardiente, cual ningún otro corazón es capaz de
amarme.

Dulce Jesús mío: yo deseo corresponder a ese amor que me tenéis y


quisiera tener para con Vos, que sois mi único amor: todo el ardor
de los Serafines, toda la pureza de los Ángeles y de las Vírgenes y
toda la santidad de los Santos que os poseen y glorifican en el Cielo.

98
Si tuviera todo esto, aún, no sería bastante para alabar vuestra
bondad y vuestra misericordia. Más, como no lo tengo: os presento
mi pobre corazón, tal como es, con todas sus enfermedades, con
todas sus miserias y con todos sus buenos deseos. Vos lo purificaréis
con la Sangre de Vuestro Corazón, lo transformaréis y lo abrasaréis
en amor puro y ardiente, y así resultará que una pobre criatura como
yo, incapaz de todo lo bueno y capaz de todo lo malo, os amará y os
glorificará tanto como los más encendidos Serafines.

En fin, dulcísimo Jesús mío: yo os pido que comuniquéis a mi alma


la santidad de vuestro mismo corazón, o sea, que la abisméis en
Vuestro Corazón Divino, y que en Él: os ame, os sirva, os glorifique
y se pierda durante toda la eternidad.

Os pido esta misma gracia, para todas las personas que quiero, y
deseo que ellas os den la gloria y el honor que yo os he quitado,
cuando os he ofendido. Amén.

5 Al Hombre Dios

“Jesús, dulce encanto de mi corazón. Jesús, Señor de mi alma. Jesús,


barullo de Ángeles.
Heme aquí postrado, ante vuestra presencia Eucarística, para
amaros, para adoraros, para glorificaros en unidad con la Iglesia
Militante, con la Iglesia Purgante y con la Iglesia Triunfante.
Heme aquí como vuestro vasallo; vasallo que se dona totalmente a
vos porque sois mi Señor, porque sois el dueño de mi vida, porque
sois mi creador. Sé que estáis frente a mí; sé que me habéis llamado;
sé que me habéis sacado del ruido exterior y me habéis traído a
disfrutar de vuestro silencio.
Silencio que habla en la profundidad de mi corazón. Silencio que
dulcifica mi espíritu. Silencio que enaltece mi alma.
Me habéis traído para pedir por toda la humanidad.
Humanidad ciega y sorda a vuestra presencia y a vuestra voz.
Humanidad renuente a lo Divino.
Humanidad obstinada en el pecado.
Humanidad ausente de Vos.

99
Os los presento, a vos Jesús Eucaristía para que tengáis compasión
de ellos.
Os los presento, para que los hagáis volver a vuestro camino.
Os los presento, para que ablandéis sus corazones.
Os los presento, para que destapéis sus oídos y aprendan a oíros y a
escucharos y os puedan sentir.
Os los presento, para que les deis sed de Vos.
Os los presento, para que os reconozcan vivo y real en vuestro
misterio, invención de amor.
Sé, Jesús Eucaristía, que el mundo yace en oscuridad, que muy pocos
os aman y muy pocos quieren saber de Vos.
Pero aquí me tenéis, rindiendo el homenaje que los hombres no os
rinden.
Aquí me tenéis entrelazando mi mirada con vuestra mirada,
fundiendo mi corazón con Vuestro Divino Corazón.
Aquí me tenéis recibiendo de Vos, aprendiendo de Vos porque sois
mi Tutor, sois mi Maestro. Jesús Eucaristía: os agradezco por
haberos quedado con todos nosotros, os agradezco por no habernos
dejado solos. Porque sé que estáis en mí y en todos los que os aman.
Os agradezco Jesús Eucaristía: porque preparáis mi alma, preparáis
mi corazón para los albores de vuestro segundo advenimiento.
Predisponedme para estar siempre en Vos y Vos en mí. Amén”.

6 Amor por la verdadera ciencia

Espíritu Santo, Dios mío, inspírame un amor por lo bueno y una ciencia
sana. Muéstrame como vivir lo que aprenda en mi vida diaria en la
media que sea posible. Es mejor vivir tus palabras que predicar sobre
ellas elocuentemente, o enseñarlas bellamente. El hombre que fuera
capaz de citar las sagradas escrituras línea por línea no sería tan grande
a tus hijos como el que aplicara estas líneas a su vida diaria. Muéstrame
cada día más como te merezco completamente. No quiero otra ciencia.
Siempre oscura sino esta ciencia primara y más alta. Amén 120.

120
Anthony Paone, sj, El pan de cada día. Reflexión 74: ciencia sin virtud.
100
7 Voto de Almas

Benditas almas del purgatorio: estáis sufriendo y me pedís sufragios


para proporcionaros alivio. Vivo en gran peligro y gran necesidad, por
lo que también os pido protección y ayuda a vosotras. Así pues, en el
día de hoy ______, voy a ofrecer todas mis plegarias y especialmente
todas mis buenas obras en vuestro favor. A vosotras pido a cambio que
os acordéis de mí y de mis necesidades. Lideradme de los peligros que
me acechan y en particular, obtened para mí esta gran gracia ______.
Ruego a la primera alma que entre hoy en el cielo gracias a mis plegarias
que no cese de interceder por mí ante la misericordia divina hasta que,
algún día, llegue yo también allí. Que el Sagrado Corazón de Jesús
bendiga este intercambio de plegarias. Amén 121.

Llamado de Amor y de Conversión del Sagrado Corazón de Jesús 122


Mi Sagrado Corazón Eucarístico es un oasis de amor, de paz, de
consuelo y de perdón; y quien venga a este oasis divino encontrará
alivio, Pan, fuerza. Alma mi Sagrado Corazón Eucarístico es el oasis en
medio del desierto de tu vida. Alma tu voluntad humana por preferirla
a ella has hecho de tu vida un desierto reseco, sin agua, con un sol no
divino si no el sol de tu razón, con el calor y el fuego de tus pasiones,
iras y violencias; todo ello te causa desesperación y desconsuelo y por
tanto, alma, es lo que transmites a los demás: desesperanza y tristeza.
Alma de mi Sagrado Corazón te he escogido para que seas instrumento
de mi Corazón. Mi Corazón es Amor y Paz, es la Palabra hecha Carne,
Carne y Obra. Si eres instrumento de mi Corazón es para que tú seas
testigo de la paz, del amor y de mi Palabra, poniéndola en práctica,
irradiando la Luz de mi Corazón a los demás, con buen testimonio, con
ánimo alegre y constante, con fuerza viva, que la renuevas en la oración.
Viven tristes, desesperados y cansados, con miedo y heridos. Aquí está
mi Corazón abierto, entra en mi Corazón, sigue mi Llamado de Amor,

121
Oración del beato Jacobo Alberione cuya bondad ha sido reconocida por
el Vaticano.
122
Dado el día viernes 27 de julio de 2018.
101
síguelo y por medio del Corazón de mi Madre entrarás a mi Corazón.
No tengas miedo, vive mis Mensajes, se luz, se paz, se amor para tus
hermanos, olvídate de tu voluntad humana, pon en su lugar mi Divina
Voluntad y mi Divina Voluntad hará que te olvides de ti mismo, para
que te pongas a glorificarme y a testimoniarme delante de los hombres.
Pequeño lirio, te regalo una Jaculatoria de Gracia Nueva y Súplica
Ardiente, esta Jaculatoria… va a acelerar el Triunfo de Nuestros
Corazones, pero además ésta Sagrada Jaculatoria que hoy te doy y, a
través de ti, a todos los Apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones,
anuncia que ya están viviendo la Era de los Tres Sagrados Corazones
de la familia de Nazaret: Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús,
Corazón Doloroso e Inmaculado de María, Casto y Amante Corazón
de San José, triunfen y reinen. Amén.
Esta Jaculatoria, hijito, anuncia la Era de los Tres Corazones de Paz,
Era de Amor, Era de Misericordia.

102
Cuarta Parte

“Ha llegado el tiempo de exaltar en el mundo el


Espíritu Santo. Esta última etapa del mundo quiero
que se le consagre muy especialmente a este Santo
Espíritu. Es Su turno, Su época. Es el final amoroso
en mi Iglesia, para todo el universo. Que a ese Santo
Espíritu acuda todo el mundo, pues ha llegado el
tiempo de su reinado y esta última etapa del mundo a
Él le pertenece, muy especialmente para ser honrado
y exaltado. Que a la mayor brevedad se proceda a
llamar con oraciones, penitencias y lágrimas a este
Santo Espíritu, suspirando por su venida y vendrá, Yo
lo enviaré otra vez, de una manera patente en sus
efectos, que asombrará, impulsará a la Iglesia a
grandes triunfos. El impulso celestial para levantar a
mí iglesia de cierta postración en que yace, está en
que se active el culto del Espíritu Santo, en que se le
dé su lugar, es decir el primer lugar en las
inteligencias y en las voluntades. Nadie será pobre
con esta riqueza celestial y el Padre y el Verbo, que
soy Yo, deseamos la renovación palpitante de su
Reinado en la Iglesia”
Palabras de Jesús a la venerable Conchita Armida
(México 1862-1937)

103
Santa Gertrudis de Helfta123

Hay en internet poca información o muy difícil de encontrar sobre esta


santa alemana por eso quise compartir con mis queridos lectores estos
pequeños textos sobre sus relevaciones que nos pueden servir para
aumentar nuestro amor a Cristo y el servicio a nuestros hermanos.
Jesús le dice a Gertrudis: “Vive mi Misa así para aprovecharla”

 Redimida por mi Sangre (sufrimiento, vida de Jesús 124).


 Enriquecida por mi Espíritu (Gozo de Jesús).
 Llena de mi Divinidad (Plenitud de Unión con Jesús).
 Santificada por mi Amor 125 (es el amor que salva, de mí: nada
de Él: TODO).
 Elevada a tu Unión conmigo (a la Adoración auténtica)

123
Escritora y mística benedictina, nacida en Alemania el 06 de enero de 1256
(día de la Epifanía). Murió en Helfta, cerca de Eisleben, Sajonia, el 17 de
noviembre de 1301 o 1302. Gozó de profundas revelaciones místicas y por su
puesto tiene algo que decirnos acerca de la oración, nuestro tema aquí
planteado. Fue promotora y servidora de la Devoción al Corazón de Jesús.
124
Ésta es mi sangre. ¿Qué añade con la palabra "sangre", si con su cuerpo ya
nos ha dado toda su vida? ¡Añade la muerte! Después de habernos dado la
vida, nos da también la parte más preciosa de ésta: su muerte. El término
"sangre" en la Biblia no indica una parte del cuerpo, es decir, no se refiere a
una parte del hombre; este término indica más bien un acontecimiento: la
muerte. Si la sangre es la sede de la vida (esto es lo que se creía entonces), su
"derramamiento" es el signo plástico de la muerte. Con la palabra "sangre",
expresamos también nosotros la ofrenda de nuestra muerte; pero no
necesariamente la muerte definitiva, el martirio por Cristo o por los
hermanos. Es muerte todo aquello que en nosotros, desde ahora, prepara y
anticipa la muerte: humillaciones, fracasos, enfermedades, limitaciones
debidas a la edad, a la salud, todo aquello que nos "mortifica". De una
Catequesis sobre la Eucaristía Raniero Cantalamessa Franciscano.
125
Vivir en humildad, todo es por Él. Ya este cuarto paso es una orientación
de vida. Nos hace aparecer a nosotros como ofrendas vivas que conocen
quien es Dios y me lleven a tener un corazón agradecido. “El amor consiste
en que ÉL me ha amado primero” (1 Juan 4). Reconocer que Dios es Dios, es
Amor real, es amor encarnado y concreto, esa es la santidad. Marcos R.
104
Santa Gertrudis a pesar de haber vivido hace 700 años es una santa muy
actual y pertinente, pues ella anuncia el Evangelio de la Ternura que
atiende las necesidades de estos tiempos que estamos viviendo. Ella
como hija y fiel discípula de san Benito tenía como lema: Ora et Labora
et Lege126. (Ora, Trabaja y Fórmate) Ella fue gran destacada en los
estudios de la época que correspondía al básico Quadrivium:
Aritmética, Astronomía, Geometría y Música. Además el Trívium:
Gramática, Dialéctica y Retórica. Eran los estudios superiores estos
siete conocimientos eran las artes que hacían más capaces a los hombres
para conocer los caminos y las sendas que conducen a la sabiduría; más
tarde se agregaron la teología, el derecho, la medicina que completaban
la enseñanza. Todo lo anterior para la Gloria de Dios y la Salvación de
las almas. Gertrudis sabía, enseñar con simplicidad, dilucidaba los
errores con la sabiduría que viene de Dios 127, aclaraba las dudas con
lucidez128, era dulce y penetrante al hablar agradable que conmocionaba
el corazón y movía la voluntad de unos que al arrepentirse se salvaban
y de otros que conocían sus pecados, a otros les inflamaba el corazón a
amar más a Dios, sólo hablaba lo necesario para tener tiempo para
orar129.

126
…se siente fascinada por el saber y se entrega al estudio profano con ardor
y tenacidad, consiguiendo éxitos escolares más allá de cualquier expectativa.
Si bien no sabemos nada de sus orígenes, ella nos dice mucho de sus pasiones
juveniles: la cautivan la literatura, la música y el canto, así como el arte de la
miniatura; tiene un carácter fuerte, decidido, inmediato, impulsivo; con
frecuencia dice que es negligente; reconoce sus defectos y pide
humildemente perdón por ellos. Con humildad pide consejo y oraciones por
su conversión. Benedicto XVI año 2010 Catequesis sobre Gertrudis.
127
…se dedica a escribir y divulgar la verdad de fe con claridad y sencillez,
gracia y persuasión, sirviendo con amor y fidelidad a la Iglesia, hasta tal punto
que era útil y grata a los teólogos y a las personas piadosas. Nos comparte el
Papa Benedicto XVI en la catequesis que dedicó sobre ella el 6 de octubre de
2010. Por cierto también él destaca al mostrar los errores de esta época.
128
Basta ya de torpezas y de ingenuidad en los católicos, es hora de usar a
cabeza, para pensar, meditar, reflexionar, hay que aplicar el espíritu a buscar
la verdad, dedicar tiempo y esfuerzos en esta área.
129
Recomiendo leer el libro del Cardenal Sarah, La fuerza del Silencio.
105
Frutos eucarísticos de la Palabra

 Arrepentimiento para las


almas.
 Iluminar el entendimiento
de los hombres.
 Consolación, manifestar
la ternura.
 Inflamar el corazón de un
amor más grande a Dios.
Que nuestras palabras trasmitan
luz, consuelo, paz, fortaleza, etc.
Hay que comunicar los secretos de
la benignidad de Dios.
Ahora sí veamos Las cinco virtudes que más complacen a Dios:
Dice Jesús: “Me obliga mi ternura a decir las cinco virtudes que más
me complacen ->
1. Verdadera Pureza130: fruto del flujo continuo de mi gracia por ella.
2. Verdadera humildad131: ante la magnitud de mis dones cuanto más
actúo en ella más se abaja.
3. Verdadera Bondad: desear la salvación de todos los hombres para la
Gloria de Dios.
4. Verdadera Fidelidad: ofrecimiento de todas sus obras buenas para mi
Gloria y la salvación universal.
5. Verdadero Amor: con el que me ama ardorosamente, con todo el
corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas y del prójimo como a
sí mismo por Mí (Cristo).

130
Nótese que dice verdadera, porque hay virtudes falsificadas, en esta virtud
coincide con santa Faustina en las tres virtudes que agradan a Dios según le
dice la Virgen en su Diario: Humildad, Pureza y Amor a Dios.
131
Reconocer nuestra debilidad y que todo Don viene de lo Alto.
106
A quien viva estas virtudes –Yo seré TODO suyo132- dice Cristo pues
así me he entregado tiernamente a sus abrazos. ¿Y qué haces con ella?

 La Gloria a la que la llama el Padre.


 El Gozo al que la llama. (el Hijo)
 El Amor en el que el Espíritu Santo la unirá a Mí.
Es paciente y agradecida en las adversidades, cultiva el deseo y ardor
en las virtudes completas, es melodía en sus sufrimientos que como
campanillas de oro recrean el cielo”

132
Con ese TODO se refiera a ser templos de la Santísima Trinidad.
107
Oración con María133

Como sabemos, san Lucas


nos ha entregado uno de los
cuatro Evangelios, dedicado
a la vida terrena de Jesús,
pero también nos ha dejado
el que ha sido definido el
primer libro sobre la historia de la Iglesia, es decir, los Hechos de los
Apóstoles. En ambos libros, uno de los elementos recurrentes es
precisamente la oración, desde la de Jesús hasta la de María, la de los
discípulos, la de las mujeres y la de la comunidad cristiana. El camino
inicial de la Iglesia está marcado, ante todo, por la acción del Espíritu
Santo, que transforma a los Apóstoles en testigos del Resucitado hasta
el derramamiento de su sangre, y por la rápida difusión de la Palabra de
Dios hacia Oriente y Occidente. Sin embargo, antes de que se difunda
el anuncio del Evangelio, san Lucas refiere el episodio de la Ascensión
del Resucitado (cf. Hch 1, 6-9). El Señor entrega a los discípulos el
programa de su existencia dedicada a la evangelización y dice:
«Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y
seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta el
confín de la tierra» (Hch 1, 8). En Jerusalén los Apóstoles, que ya eran
sólo once por la traición de Judas Iscariote, se encuentran reunidos en
casa para orar, y es precisamente en la oración como esperan el don
prometido por Cristo resucitado, el Espíritu Santo.
En este contexto de espera, entre la Ascensión y Pentecostés, san Lucas
menciona por última vez a María, la Madre de Jesús, y a sus parientes
(cf. Hch 1, 14). A María le dedicó las páginas iniciales de su Evangelio,
desde el anuncio del ángel hasta el nacimiento y la infancia del Hijo de
Dios hecho hombre. Con María comienza la vida terrena de Jesús y con
María inician también los primeros pasos de la Iglesia; en ambos
momentos, el clima es el de la escucha de Dios, del recogimiento. Hoy,
por lo tanto, quiero detenerme en esta presencia orante de la Virgen en
el grupo de los discípulos que serán la primera Iglesia naciente. María
siguió con discreción todo el camino de su Hijo durante la vida pública
hasta el pie de la cruz, y ahora sigue también, con una oración

133
Catequesis del Papa Benedito XVI sobre la oración del 14 de marzo de
2012.
108
silenciosa, el camino de la Iglesia. En la Anunciación, en la casa de
Nazaret, María recibe al ángel de Dios, está atenta a sus palabras, las
acoge y responde al proyecto divino, manifestando su plena
disponibilidad: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu
voluntad» (cf. Lc 1, 38). María, precisamente por la actitud interior de
escucha, es capaz de leer su propia historia, reconociendo con humildad
que es el Señor quien actúa. En su visita a su prima Isabel, prorrumpe
en una oración de alabanza y de alegría, de celebración de la gracia
divina, que ha colmado su corazón y su vida, convirtiéndola en Madre
del Señor (cf. Lc 1, 46-55). Alabanza, acción de gracias, alegría: en el
cántico del Magníficat, María no mira sólo lo que Dios ha obrado en
ella, sino también lo que ha realizado y realiza continuamente en la
historia. San Ambrosio, en un célebre comentario al Magníficat, invita
a tener el mismo espíritu en la oración y escribe: «Cada uno debe tener
el alma de María para alabar al Señor; cada uno debe tener el espíritu
de María para alegrarse en Dios134»

También en el Cenáculo, en Jerusalén, «en la sala del piso superior,


donde solían reunirse» los discípulos de Jesús (cf. Hch 1, 13), en un
clima de escucha y de oración, ella está presente, antes de que se abran
de par en par las puertas y ellos comiencen a anunciar a Cristo Señor a
todos los pueblos, enseñándoles a guardar todo lo que él les había
mandado135 (cf. Mt 28, 19-20). Las etapas del camino de María, desde
la casa de Nazaret hasta la de Jerusalén, pasando por la cruz, donde el
Hijo le confía al apóstol Juan, están marcadas por la capacidad de
mantener un clima perseverante de recogimiento, para meditar todos los
acontecimientos en el silencio de su corazón, ante Dios (cf. Lc 2, 19-
51); y en la meditación ante Dios comprender también la voluntad de
Dios y ser capaces de aceptarla interiormente. La presencia de la Madre
de Dios con los Once, después de la Ascensión, no es, por tanto, una
simple anotación histórica de algo que sucedió en el pasado, sino que
asume un significado de gran valor, porque con ellos comparte lo más
precioso que tiene: la memoria viva de Jesús, en la oración; comparte

134
Expositio Evangelii secundum Lucam 2, 26: pl 15, 1561.
135
“¿Porque quiero que se llame cenáculo y no grupo de oración? Porque en
el cenáculo estaban los apóstoles reunidos el día de Pentecostés. En él
cenáculo Mi Hijo regaló el don de la Eucaristía, el don del sacerdocio y el don
de la confesión y quiero con esta obra volver a reavivar las comunidades
cristianas” de una mensaje de la Virgen del 29 de septiembre de 2017.
109
esta misión de Jesús: conservar la memoria de Jesús y así conservar su
presencia.

La última alusión a María en los dos escritos de san Lucas está situada
en el día de sábado: el día del descanso de Dios después de la creación,
el día del silencio después de la muerte de Jesús y de la espera de su
resurrección. Y en este episodio hunde sus raíces la tradición de Santa
María en Sábado. Entre la Ascensión del Resucitado y el primer
Pentecostés cristiano, los Apóstoles y la Iglesia se reúnen con María
para esperar con ella el don del Espíritu Santo, sin el cual no se puede
ser testigos. Ella, que ya lo había recibido para engendrar al Verbo
encarnado, comparte con toda la Iglesia la espera del mismo don, para
que en el corazón de todo creyente «se forme Cristo» (cf. Ga 4, 19). Si
no hay Iglesia sin Pentecostés, tampoco hay Pentecostés sin la Madre
de Jesús, porque ella vivió de un modo único lo que la Iglesia
experimenta cada día bajo la acción del Espíritu Santo. San Cromacio
de Aquileya comenta así la anotación de los Hechos de los Apóstoles:
«Se reunió, por tanto, la Iglesia en la sala del piso superior junto con
María, la Madre de Jesús, y con sus hermanos. Así pues, no se puede
hablar de Iglesia si no está presente María, la Madre del Señor… La
Iglesia de Cristo está allí donde se predica la Encarnación de Cristo de
la Virgen; y, donde predican los Apóstoles, que son hermanos del
Señor, allí se escucha el Evangelio» (Sermo 30, 1: sc 164, 135).

El concilio Vaticano II quiso subrayar de modo especial este vínculo


que se manifiesta visiblemente al orar juntos María y los Apóstoles, en
el mismo lugar, a la espera del Espíritu Santo. La constitución
dogmática Lumen Gentium afirma: «Dios no quiso manifestar
solemnemente el misterio de la salvación humana antes de enviar el
Espíritu prometido por Cristo. Por eso vemos a los Apóstoles, antes del
día de Pentecostés, “perseverar en la oración unidos, junto con algunas
mujeres, con María, la Madre de Jesús, y sus parientes” (Hch 1, 14).
María pedía con sus oraciones el don del Espíritu, que en la
Anunciación la había cubierto con su sombra» (n. 59). El lugar
privilegiado de María es la Iglesia, donde «es también saludada como
miembro muy eminente y del todo singular... y como su prototipo y
modelo destacadísimo en la fe y en el amor» (ib., 53).
Venerar a la Madre de Jesús en la Iglesia significa, por consiguiente,
aprender de ella a ser comunidad que ora: esta es una de las notas
110
esenciales de la primera descripción de la comunidad cristiana trazada
en los Hechos de los Apóstoles (cf. 2, 42). Con frecuencia se recurre a
la oración por situaciones de dificultad, por problemas personales que
impulsan a dirigirse al Señor para obtener luz, consuelo y ayuda. María
invita a abrir las dimensiones de la oración, a dirigirse a Dios no sólo
en la necesidad y no sólo para pedir por sí mismos, sino también de
modo unánime, perseverante y fiel, con «un solo corazón y una sola
alma» (cf. Hch 4, 32).
Queridos amigos, la vida humana atraviesa diferentes fases de paso, a
menudo difíciles y arduas, que requieren decisiones inderogables,
renuncias y sacrificios. El Señor puso a la Madre de Jesús en momentos
decisivos de la historia de la salvación y ella supo responder siempre
con plena disponibilidad, fruto de un vínculo profundo con Dios
madurado en la oración asidua e intensa. Entre el viernes de la Pasión y
el domingo de la Resurrección, a ella le fue confiado el discípulo
predilecto y con él toda la comunidad de los discípulos (cf. Jn 19, 26).
Entre la Ascensión y Pentecostés, ella se encuentra con y en la Iglesia
en oración (cf. Hch 1, 14). Madre de Dios y Madre de la Iglesia, María
ejerce esta maternidad hasta el fin de la historia. Encomendémosle a
ella todas las fases de paso de nuestra existencia personal y eclesial,
entre ellas la de nuestro tránsito final. María nos enseña la necesidad de
la oración y nos indica que sólo con un vínculo constante, íntimo, lleno
de amor con su Hijo podemos salir de «nuestra casa», de nosotros
mismos, con valentía, para llegar hasta los confines del mundo y
anunciar por doquier al Señor Jesús, Salvador del mundo. Gracias136.

136
Tomado de www.vatican.va (julio de 2018)
111
Salmo en Búsqueda de la solidaridad 137

Aquí estoy, metido en un mundo confuso y tenso.


Este mundo, Señor, de los hombres en que vivo.
Esta sociedad agitada y nerviosa, cansada y dura
donde sólo viven y tienen derechos los fuertes.
Esta Sociedad, Señor, llena de injusticias,
donde la ley del hampa es la mentira hecha verdad;
donde la ley de la selva es el látigo hecho poder;
donde la ley del amor se ha hecho ley de violencia;
donde la ley se ha hecho norma a base del abuso.
Aquí estoy, Señor, queriendo ser libre en mi utopía,
amurallado, cercado, perseguido, en callejón sin salida.
Señor, ¿es así el mundo de los adultos?
Señor, ¿este mundo es el bautismo de mi mayoría de edad?
Quiero ser libre. Quiero vivir desde mis raíces.
Quiero ser yo mismo. Quiero tener mi originalidad.
Quiero abrir y dar las manos a los hombres a mi paso.
Quiero hacer de la amistad la ley de mi vida.
Quiero hacer de la sencillez el clima para vivir en fraternidad.
No quiero quedarme solo. No quiero venderme a nadie.
Quiero abrir camino paso a paso sin perder mi identidad.
Yo creo, Señor Jesús, en la utopía que nos dejaste.
Creo en la alternativa, en el desafío de la Comunidad.
Me resisto a vivir solo. Yo busco, Señor, la solidaridad.
Yo sé. Señor Jesús, que mi libertad se encuentra acorralada.
Yo sé que no hay mundos de libertad fuera de mí.
Yo sé que mi libertad soy yo mismo.
Yo sé que mi libertad es, Señor Jesús, mi corazón en búsqueda.
Yo sé que mi libertad nace y vive dentro de mí.
No me gusta, Señor Jesús, esta sociedad que he recibido.
No acepto sus sistemas, ni sus estructuras opresoras.
No quiero entrar en el juego de sus tentáculos.
Mi protesta. Señor, es contra lo viejo, lo gastado.
Mi grito. Señor, es contra la ley que esclaviza al hombre.

137
Botana, Antonio. Juntos en tu búsqueda, pedagogía de la oración. Centro
Vocacional La Salle 2da. Ed, Salamanca. España. 1986. Pp. 188-190.
112
Quiero cambiar mi vida.
Quiero fuerza interior para
cambiar el mundo.
Quiero empeñarme,
comprometerme en el mundo
de los que sufren.
Quiero dejar de decir sólo
palabras y mojarme en
hechos.
Quiero vivir en mi carne el dolor de los hombres rotos.
Quiero «sobrevivir» con los que sobreviven apenas.
Quiero saber lo que es vivir con ritmo de muerte continua.
Quiero ser voz del hombre amordazado. Y manos del amarrado.
Quiero ser el grito de los hombres que mueren en la noche.
Aquí estoy. Señor Jesús, con (as manos abiertas a la ayuda.
Aquí estoy, Señor, con el corazón cercano al que sufre.
Aquí estoy, Señor, queriendo ser no-violento.
Aquí estoy, Señor, para aprender que solo el amor cambia la vida.
Aquí estoy, Señor, para denunciar sin odios las injusticias.
Aquí estoy, Señor, para llevar esperanza al hombre pisoteado.
Quiero ser solidario, Señor, del niño que no nace.
Quiero ser solidario, Señor, del niño abandonado.
Quiero ser solidario, Señor, del niño hambriento.
Quiero ser solidario, Señor, del joven marginado.
Quiero ser solidario, Señor, del joven manipulado.
Quiero ser solidario, Señor, del joven destruido.
Quiero ser solidario, Señor, de la mujer despreciada.
Quiero ser solidario, Señor, de la mujer prostituida y sola.
Quiero ser solidario, Señor, del hombre sin trabajo.
Quiero ser solidario, Señor, del hombre sin cultura.
Quiero ser solidario, Señor, del hombre vendido.
Quiero ser solidario, Señor, del anciano abandonado.
Solidario, Señor, de una juventud que vive sin sentido.
Solidario, Señor, de una juventud que se mata con la droga.
Solidario, Señor, de una juventud que se hastía con el sexo.
Solidario, Señor, de una juventud que se hunde en el alcohol.
Solidario, Señor, de una juventud que sólo tiene dinero.
Solidario, Señor, de una juventud que se vende en el juego.
Solidario, Jesús, de una juventud llevada por la velocidad.
113
Solidario, Jesús, de una juventud que no ve el futuro.
Solidario, Jesús, de una juventud que pasa de todo menos de ella.
Solidario, Señor, de una juventud que vive sin Dios.
Señor Jesús, yo sé que tu vida se complicó demasiado.
Yo sé que luchaste por la paz y la justicia y la libertad.
Yo sé que lo diste todo por el amor y la verdad.
Yo sé que perdonaste y devolviste la dignidad humana a
muchos hombres.
Yo sé que viviste entre marginados y asumiste su vida.
Yo sé que proclamaste que Dios era Padre para ellos.
Yo sé que llamaste a vivir en tu Reino a los hombres de
corazón roto.
Yo sé que fuiste sincero, verdadero, transparente.
Yo sé que no te entendieron, que te quedaste solo.
Yo sé que te acorralaron los poderosos y te condenaron.
Yo sé que te metieron en la cárcel y te sentaron en el banquillo.
Yo sé que te clavaron en un madero como un maldito.
Yo sé que te mataron para que las cosas siguiesen igual.
Yo sé que tu muerte fue un fracaso. ¡Un fracaso!

Pero yo sé que tú diste la vida con amor.


Yo sé que tu vida, tu estilo de vida, no podía quedar en el
sepulcro.
Yo sé que tu Padre, Señor de la Historia, te levantó, te puso
en pie.
Yo sé que resucitaste. Lo sé.
Y creo en ti, Señor Resucitado.
Señor Jesús. Señor Resucitado, Solidario de los hombres, creo en el
Hombre nuevo, en la Nueva Humanidad que nos dejaste.
Creo, Señor Jesús, que sigues siendo solidario de los hombres.
¡Creo en el hombre como un ser salvado! ¡Salvado desde
la Cruz!

114
Grados de la humildad138

(a) La humildad razonable consiste en vivir la verdad de lo que somos


según nos ilumina la luz de nuestra razón. Nuestra inteligencia es capaz
de captar tanto nuestros dones cuanto la limitación de los mismos,
nuestras grandezas y miserias, la inconmensurable diversidad con que
se distribuyen las cualidades y las limitaciones entre los hombres, de tal
modo que siempre encontramos talentos mayores que los nuestros en
otras personas (o, al menos, la capacidad de desarrollarlos), lo que nos
obliga al reconocimiento. Nuestra razón también es capaz de
mostrarnos la precariedad de nuestros méritos (lo que nos obliga a no
alardear de cuanto podemos perder en un abrir y cerrar de ojos) y el
carácter participado de los mismos (1Co 4, 7: “¿qué tienes que no hayas
recibido?”). Es un “andar en verdad” a la luz de cuanto nos descubren
las fuerzas naturales de nuestra inteligencia.

(b) La humildad sobrenatural está en estrecha dependencia del


espíritu de fe iluminado por el don de ciencia. Este don del Espíritu
Santo nos ayuda a juzgar rectamente, con lucidez sobrehumana, acerca
de todas las cosas creadas, refiriéndolas siempre a su fin sobrenatural,
perfeccionando, así, la fe, dándole una luminosidad de conocimiento al
modo divino. El efecto fundamental de este don es hacernos conocer
con certeza y con luz celestial el valor real de las cosas creadas según
los principios de la fe y su orden a Dios; nos muestra la diferencia entre
lo temporal y lo eterno y la dimensión de nihilidad radical de lo creado
en comparación con Dios; nos enseña a discernir certeramente el bien
y el mal, los caminos y medios más aptos de la virtud e ilumina el alma
sobre su estado interior, sobre sus afectos y los movimientos de su
corazón. De este modo produce en el alma una humildad
sustancialmente sobrenatural. Esta humildad consiste en un “andar en
verdad” de acuerdo a la verdad divina sobre la creatura y el Creador.

138
Fuentes, Miguel, Naturaleza y educación de la humildad. Documento
disponible online del IVE. Argentina, consultado en septiembre de 2018.
115
(c) Pero por encima de esta humildad
podemos destacar un modo de humildad que
podríamos llamar “evangélica” por consistir
en la aspiración a practicar la humildad del
mismo modo que la vivió Jesús.
Añade a la anterior un modo existencial
concreto, que es el que se verificó en la vida
terrena de Jesucristo. Esta humildad (que no
queremos llamar heroica para no dar la idea
de que se trata de algo excepcional cuando
debería ser el sincero objetivo de cuantos
aspiren a la santidad) asume la perspectiva de
la humillación y el anonadamiento
voluntarios porque por tales vicisitudes pasó Nuestro Señor al
encarnarse y, en particular, durante su pasión y muerte: “El cual, siendo
de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que
se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose
semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se
humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz” (Flp
2, 6-8). El canónigo Beaudenom en su célebre tratado “Formación en la
humildad”, al proponer el modelo de la humildad de Jesucristo señalaba
en ella cuatro dimensiones que llamaba: humildad de oscurecimiento,
de acción, de anonadamiento y de abyección. Humildad de
oscurecimiento es la que encontramos plasmada en los misterios de la
infancia, en los que el Señor se repliega voluntariamente en las sombras
de Belén, Nazaret y Egipto; humildad de acción es la que se revela en
el actuar público de Jesús: en su modestia en el vestir, su llaneza de
lenguaje y su simplicidad de virtud (Jesús no fue un “rebuscado”);
humildad de anonadamiento es la que brilla en todo su misterio, pues,
como dice San Pablo, “se anonadó” al encarnarse; humildad de
abyección es, finalmente, la asunción voluntaria de las humillaciones
externas e internas que cargó en su ignominiosa pasión.

Por tanto, la verdad a la cual se adecua el que es humilde con este modo
evangélico de humildad es la verdad sobre el Hijo de Dios, quien nos
brindó su ejemplo para que lo imitemos: “Cristo sufrió por vosotros,
dejándoos ejemplo para que sigáis sus huellas” (1Pe 2, 21). De ahí que
esta humildad sea fruto del don de entendimiento que produce un juicio
penetrativo y discretivo de los misterios divinos, particularmente de los
misterios de la vida y pasión de Cristo.

116
Efectos de la humildad

A la humildad se pueden atribuir numerosos efectos benéficos, de los


que destacamos cuatro139.

(a) El primero es la paz, porque ésta es “la tranquilidad en el orden”,


como dice San Agustín, y la humildad es el orden en todos los grados:
nos hace sumisos a Dios, afables con el prójimo y resignados en medio
de nuestras miserias. La paz, dice Isaías, es obra de la justicia (32,17);
Santo Tomás añade que es efecto directo de la caridad e indirecto de la
justicia, porque ésta elimina los obstáculos 140 y el orgullo es uno de los
principales impedimentos de la paz.
El orgullo, en cambio, siembra inquietud. De hecho el orgulloso se
queja constantemente de Dios, de los hombres, de las circunstancias; es
ambicioso, le deprime el fracaso, no lo apacigua el éxito sino que
siempre quiere más. Por eso dice el profeta Isaías: No hay paz para los
malvados (Is 48, 22).
La carencia de la verdadera humildad conduce irremediablemente al
desconsuelo, la inquietud y al engaño. Por eso escribía San José de
Calasanz al P. Arcángel Sorbino: “Por la lectura de su carta, veo que
tiene necesidad de ser consolado y estoy seguro de que su perturbación
nace de su poca humildad, la cual debería mostrar a todos, y mucho más
al Superior de esa casa, que ocupa mi lugar; y si no pone remedio,
crecerá la inquietud y se hallará lejos del verdadero camino de los
buenos religiosos. Ponga, pues, toda diligencia en ser el más humilde
de casa y será el más favorecido por Dios. El religioso que no camina
por esta senda de la santa humildad, al final se hallará engañado por el
enemigo. Practique, pues, de veras esta santa virtud y encontrará la
verdadera paz y enséñela también a los seglares”141.

Kempis ha dejado escrito: “Hijo, ahora te enseñaré el camino de la paz


y de la verdadera libertad (...) Procura hacer antes la voluntad de otro
que la tuya. Escoge siempre tener menos que más. Busca siempre el
lugar más bajo, y está sujeto a todos. Desea siempre, y ruega que se
cumpla en ti enteramente la divina voluntad. Así entrarás en los

139
Los tres primeros los tomo de Beaudenom, L., Formación en la humildad,
210-218.
140
Cf. S.Th., II-II, 29, 3, obj. 3 y ad 3. Suma teológica. Santo Tomás.
141
San José de Calasanz, Carta 2390; Roma, 20 de junio de 1635.
117
términos de la paz y del descanso”142. La paz está ligada a la vivencia y
práctica de la humildad.
El orgulloso se ve a menudo turbado por sus fallas y miserias, por las
contrariedades y las humillaciones.

(b) El segundo efecto es el fervor espiritual. Dice Santo Tomás: “La


humildad... da al hombre anchura [de alma] para recibir el influjo de la
gracia divina”143; precisamente en eso consiste el fervor: en una vida
donde actúa a sus anchas la gracia de Dios. Cuando la Escritura nos dice
que “Dios resiste a los soberbios”, no quiere decir otra cosa que esta: el
orgullo es un obstáculo para la acción de Dios. Por eso el corazón
soberbio se vuelve espiritualmente seco; las cosas de Dios lo dejan
apático y le sobreviene pronto y fácilmente el sofocante vicio de la
acidia o tedio de la vida espiritual.

(c) El tercer fruto es la fecundidad, porque a la humildad puede


aplicarse claramente la expresión de Cristo: “Si el grano de trigo no cae
en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto” (Jn 12,
24).
La humildad nos sepulta en la tierra por el anonadamiento y el silencio
voluntario. Consecuentemente, produce numerosos frutos apostólicos.
Dios es celoso de su gloria, por eso no da, ordinariamente, éxito a la
empresa apostólica del orgulloso, incluso siendo –aquélla– buena,
porque el soberbio se atribuye con facilidad los frutos de sus obras,
olvidando lo de San Pablo: “Yo planté, Apolo regó; más fue Dios quien
dio el crecimiento. De modo que ni el que planta es algo, ni el que riega,
sino Dios que hace crecer” (1Co 3, 6-7).

(d) El cuarto efecto es que hace al alma temible. El P. Agostino de


San Marcos in Lamis escribía al P. Pío: “Satanás teme y tiembla ante
las almas humildes”144. La humildad nos hace fuertes y pone en fuga a
los demonios; del orgulloso, aunque fuese puro como un lirio, el
demonio tiene poco que temer, porque sin la humildad todo lirio está
expuesto al rigor del invierno espiritual que, tarde o temprano, lo
marchitará.

142
Kempis, Imitación de Cristo, III, 23.
143
S. Th., II-II, 161, 5.
144
Agostino da San Marco in Lamis, Carta 541 a P. Pío; en: Padre Pío de
Pietrelcina, Epistolario I, San Giovanni Rotondo (2007), 1151.
118
Grados de orgullo145

1º El orgullo que se apoya en los bienes exteriores: la belleza, la


fortuna, el nombre, la sangre, el rango, el lugar de origen, el apellido,
los honores. Este orgullo –el más común y estúpido, pero también el
menos peligroso, por ser más exterior– es ordinariamente el primero
que cede ante la luz de la humildad; pero si no se lo combate es también
la puerta a la dureza de corazón y a todas las demás formas de orgullo
y petulancia. A la larga desemboca en dolorosas humillaciones, porque
Ningún orgulloso puede caminar por la vida sin tropezar, y cuando lo
hace, el dolor de la afrenta es para él infinitamente más penoso que para
el humilde.

2º El orgullo de la voluntad es el que se nutre de los bienes que la


voluntad encuentra en sí misma: su independencia, su poder de
mando o su fuerza. Se manifiesta por un rechazo de someterse a la
autoridad establecida, por una confianza exagerada en sí y por el ansia
de dominio. Es éste el que pronuncia el non serviam y el que
desorganiza toda la sociedad, tanto la familiar como la civil,
destruyendo la subordinación, que es el principio del orden y de la
colaboración. Rehúsa o hace difícil la sumisión a Dios. No comprende
las palabras de Jesús: “Sin mí, no podéis hacer nada”.

3º El orgullo de la inteligencia es la complacencia orgullosa en la


propia luz, como ocurrió en los ángeles rebeldes. Se manifiesta en la
proclamación de los derechos absolutos de la razón, en el libre examen
de la Sagrada Escritura que se sustrae a toda autoridad magisterial, en
el rechazo a sujetar la inteligencia a la oscuridad de la fe, en las
pretensiones de la ciencia que no acepta límites para el conocimiento
(ni siquiera el límite de la destrucción del inocente), en los pecados de
agnosticismo, en el colocar la propia conciencia como juez supremo de
toda conducta, etc.

4º El orgullo espiritual es el que se precia de los dones espirituales


recibidos como propios y su imagen principal la trazó Jesús en la

145
Las distintas especies del orgullo, que pueden distinguirse según los bienes
en que pone su objeto. Miguel Fuentes apoyado en Eugenio del Niño Jesús,
Quiero ver a Dios. Páginas 400-409.
119
parábola del fariseo y del publicano (cf. Lc 18, 10-14): “¡Oh Dios! Te
doy gracias porque no soy como los demás hombres, ladrones, injustos,
adúlteros ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces por
semana, pago el diezmo de todas mis ganancias”. “El orgullo espiritual
se jacta... no solamente de sus obras como si fueran únicamente suyas,
sino también de sus privilegios espirituales. Pertenecer a un estado, a
una familia religiosa que cuenta con grandes santos, que posee una
doctrina y una gran influencia, es una nobleza que obliga y puede
también alimentar un orgullo espiritual que esterilice y ciegue ante las
nuevas manifestaciones de la misericordia divina. Los dones
espirituales personales pueden servir también de pasto al orgullo. Las
gracias de oración enriquecen al contemplativo (...) [pero] la tentación
puede llegar en seguida, sutil e inconsciente. Y casi necesariamente
viene –tan tenaz es el orgullo y maligno el demonio– por utilizar estas
riquezas espirituales para engreírse y aparentar, para servir a una
necesidad de afecto o dominio, o simplemente para hacer triunfar las
ideas personales. La personalidad, idólatra de sí misma, se pone en
lugar de Dios mismo, y lo que había recibido para ser instrumento y
medio lo utiliza para imponerlo como un fin y un dios a ella misma y a
los demás. Corruptio optimi pessima: la peor corrupción es la
corrupción de lo mejor. No se puede pensar, sin estremecerse, en ciertas
caídas lamentables de almas favorecidas de Dios”146.

En este sentido temía y advertía Santa Ángela de Foligno al dar su


testamento espiritual a quienes la rodeaban: “Hijos míos, sed humildes;
hijos míos, bondadosos. No hablo del acto exterior, sino de las
profundidades del corazón. No os inquietéis ni por los honores ni por
las dignidades. Oh hijos míos, sed pequeños para que Cristo os exalte
en su perfección y en la vuestra... Las dignidades que hinchan el alma
son vanidades que hay que maldecir. Huid de ellas, porque son
peligrosas; pero, escuchad, escuchad. Son menos peligrosas que las
vanidades espirituales. Demostrar que se sabe hablar de Dios,
comprender la Escritura, realizar prodigios, hacer alarde de su corazón
abismado en lo divino, he ahí la vanidad de vanidades; y las vanidades
temporales son, tras esta vanidad suprema, pequeños defectos que se
corrigen prontamente”.

146
Eugenio del Niño Jesús, Quiero ver a Dios, 406-407
120
Soberbia en los espirituales

San Juan de la Cruz describe cómo se presenta el orgullo en quienes


están a punto de entrar en la contemplación por la noche de los sentidos,
porque tampoco estas almas carecen de él, aunque en ellas se trate de
“imperfecciones espirituales... acerca del hábito de la soberbia”. Esta
soberbia “espiritual” se manifiesta de varias maneras 5 :
147

1º En la complacencia en las propias obras: “Como estos


principiantes se sienten tan fervorosos y diligentes en las cosas
espirituales y ejercicios devotos... les nace muchas veces cierto ramo de
soberbia oculta, de donde vienen a tener alguna satisfacción de sus
obras y de sí mismos”.

2º En la vanidad de hablar de cosas espirituales más para dar


lecciones que para ponerlas por obra: “Y de aquí también les nace cierta
gana algo vana, y a veces muy vana, de hablar cosas espirituales delante
de otros, y aun a veces de enseñarlas más que de aprenderlas”.

3º En las críticas a quienes no parecen tener la devoción que ellos


querrían: “y condenan en su corazón a otros cuando no los ven con la
manera de devoción que ellos querrían, y aun a veces lo dicen de
palabra, pareciéndose en esto al fariseo, que se jactaba alabando a Dios
sobre las obras que hacía, y despreciando al publicano148”.

4º En la inclinación a aumentar el fervor y hacer más obras, pero


mezcladas de soberbia: “A estos muchas veces los acrecienta el
demonio el fervor y gana de hacer más estas y otras obras porque les
vaya creciendo la soberbia y presunción. Porque sabe muy bien el
demonio que todas estas obras y virtudes que obran, no solamente no
les valen nada, más antes se les vuelven en vicio”.

5º En el fastidio con el director espiritual o el confesor cuando estos


no les aprueban el espíritu: “A veces también, cuando sus maestros
espirituales, como son confesores y prelados, no les aprueban su
espíritu y modo de proceder (porque tienen gana que estimen y alaben

147
Cf. San Juan de la Cruz, Noche oscura, I, 2.
148
Cfr. Lucas 18,9-14.
121
sus cosas), juzgan que no los entienden
el espíritu, o que ellos no son
espirituales, pues no aprueban aquello y
condescienden con ello. Y así, luego
desean y procuran tratar con otro que
cuadre con su gusto; porque
ordinariamente desean tratar su espíritu
con aquellos que entienden que han de
alabar y estimar sus cosas, y huyen,
como de la muerte, de aquellos que se
los deshacen para ponerlos en camino
seguro, y aun a veces toman ojeriza con
ellos”.

6º En la exterioridad y ostentación:
“Presumiendo, suelen proponer mucho
y hacen muy poco. Tienen algunas veces gana de que los otros
entiendan su espíritu y su devoción, y para esto a veces hacen muestras
exteriores de movimientos, suspiros y otras ceremonias; y, a veces,
algunos arrobamientos, en público más que en secreto, a los cuales les
ayuda el demonio, y tienen complacencia en que les entiendan aquello,
y muchas veces codicia”.

7º En el buscar no ser tenidos en menos: “Muchos quieren preceder


y privar con los confesores, y de aquí les nacen mil envidias y
desquietudes. Tienen empacho de decir sus pecados desnudos porque
no los tengan sus confesores en menos, y vanlos coloreando porque no
parezcan tan malos, lo cual más es irse a excusar que a acusar. Y a veces
buscan otro confesor para decir lo malo porque el otro no piense que
tienen nada malo, sino bueno...”

8º Finalmente, en el ser cambiantes respecto de sus pecados: pasan


de no darles importancia a hundirse en la tristeza si caen en alguno
grave; y las dos cosas nacen de la misma soberbia: “algunos de éstos
tienen en poco sus faltas, y otras veces se entristecen demasiado de
verse caer en ellas, pensando que ya habían de ser santos, y se enojan
contra sí mismos con impaciencia, lo cual es otra imperfección”.

En general, “son enemigos de alabar a otros y amigos que los alaben, y


a veces lo pretenden”.

122
Prácticas para crecer en humildad

1º Saber quiénes somos La humildad es, como ya hemos dicho, la


“verdad”: la verdad sobre nosotros y sobre nuestra realidad ante Dios.
A esto tiende el pedido de Agustín: Noverim me, noverim Te: ¡que me
conozca a mí, Señor, y que te conozca a Ti! De modo semejante se lee
que rezaba San Francisco: “¿Quién sois vos, y quién soy yo?”. Son
expresiones de quienes han comprendido la necesidad de ser humildes.
No aspirará a la humildad quien no se convenza de la necesidad e
importancia de la misma. Entre los consejos que Don Quijote dio a
Sancho descuella éste: “Has de poner los ojos en quien eres, procurando
conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede
imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso
igualarse con el buey”.

2º Lo que Dios piensa del soberbio y del humilde: En segundo lugar,


aprovecha mucho tener presente la actitud de Dios ante la humildad y
la soberbia: Él ama aquella y aborrece ésta. La Sagrada Escritura lo
atestigua hasta el cansancio: “Dios resiste a los soberbios; pero a los
humildes da la gracia” (St 4, 6); “Dios abomina a los soberbios” (Pr 16,
5); “La oración del humilde penetrará las nubes...; y no aflojará hasta
llegar a la presencia del Altísimo” (Eclo 35, 21); “El Señor mira al
humilde, pero al soberbio lo observa desde lejos” (Sal 137, 6); “Tres
clases de hombres odia mi alma, y me indigna mucho su vida: el pobre
soberbio, el rico mentiroso y el viejo adúltero necio” (Eclo 25, 2).

Pero para adquirir este doble conocimiento (de nuestra propia nada y
de la verdadera naturaleza de la soberbia) es necesario orar, meditar y
examinarse.

Orar: “Como para las demás virtudes, tenernos que rezar, pedirla a
Dios y pedirla cada día (...) Pedirla en la santa Comunión y en la visita
al Santísimo Sacramento. Pedir la posibilidad de entrar en nosotros
mismos, de poder conocer y ver lo que somos: nuestra nada y nuestras
miserias. Y luego estar contentos de nuestra nada. Si no bajamos a esos
detalles, nunca conoceremos la necesidad de la humildad y no nos la
concederá el Señor”.

Meditar: “En segundo lugar, debemos meditar con frecuencia en la


virtud de la humildad y en sus medios para combatir la soberbia,
123
especialmente los que se nos facilitan en el ejemplo y las palabras de
Nuestro Señor y de los santos. Estad seguros de que cuanto hacemos en
el ámbito de la humildad nunca es suficiente. Nuestro Señor se hizo casi
un gusano de la tierra. Sí, pensemos a menudo en sus palabras y en sus
ejemplos y en los de los santos”.

Examinarse: “Cuando no sabéis sobre qué hacer el examen de


conciencia particular, nunca os equivocaréis si lo hacéis sobre la
humildad o sobre la soberbia. Y hemos de ir a fondo al examinarnos.
No digamos simplemente: ‘Soy soberbio’, y pararnos allí. Examinaos y
ved si cuando oís que se alaba a alguien no sentís un poco de envidia,
si evitáis los trabajos humildes. No despreciéis las cosas altas, pero
amad las bajas”.

124
Oraciones de la Beata María Romero 149

“Dios mío, mi único y mi todo.


Yo te amo infinitas veces con
el amor con que tú mismo te
has amado, te amas y te amarás
eternamente.
Te amo en todos y cada uno de
los átomos y electrones, de las
gotas de agua de los océanos, de los mares, de los ríos, de los lagos, de
las cascadas y de las lágrimas, de los granitos de polvo y de arena, de
las hojas de los árboles, de las plantas y de las hierbas; en todos y en
cada uno de los seres de la creación y en todas sus partículas, en los
Ángeles y en los Santos del cielo y de la tierra y de todo el universo que
han existido, existen y existirán por los siglos de los siglos, pero
especialmente, y sobre todo, en todos y cada uno de los latidos del
corazón divino de Jesús y María. Amén”.

Cuando no hay oración no hay fe, no hay vida, no hay amor: está
muerto. Es el coraz6n el que debe rezar más que los labios:
“Este pueblo me honra con las labios, pero no con el corazón” (Mt 15,
8). Rezar con confianza y con esperanza san las alas de oración; Hágase
tu Voluntad! la perfección de la oración.

149
María Romero Meneses nace en Granada (Nicaragua) el 13 de enero de
1902, en una familia muy acomodada, pero de gran sensibilidad hacia las
necesidades de los más pobres, a quienes socorre regularmente con
generosidad. Hace su opción: Hija de María Auxiliadora (1923), y en el nombre
de esta su Madre y «su Reina» – como ama invocarla – realiza una incansable
actividad apostólica, dando vida a grandiosas obras sociales, especialmente
en Costa Rica, a donde es enviada en 1931. Su ideal: amar profundamente a
Jesús, «su Rey», y difundir su devoción junto a la de su divina Madre. Su íntima
alegría es la posibilidad de acercar a la verdad evangélica a los niños, a los
pobres, a los que sufren, a los marginados. La más ambicionada recompensa
a sus sacrificios es la de ver reflorecer la paz y la fe en una vida «perdida».
Haciéndose como el Apóstol, «toda para todos» y olvidándose de sí para
conquistar cada vez nuevos amigos a su Jesús, se entrega hasta el último de
sus días: el primero en el que decidió darse un poco de descanso. La esperaba
allí el descanso eterno, con «su Rey» y «su Reina». Era el 7 de julio de 1977.
125
Qué potente y bella es la oración! Conmueve los cielos, sacude los
infiernos. (FXII, 13)

Por todos los que sufren

Oh Jesús, así como Tú cargaste con el peso de todos nuestros pecados, así
yo cargo con el dolor de todos los que sufren. Oye a través mío sus
clamores y gemidos, enjúgales sus lágrimas e inunda sus almas de
consuelo. Acuérdate de como aliviaste el hambre de aquellos cinco mil
hombres sin contar las mujeres y los niños, dándoles de comer hasta
saciarlos, sin que te lo pidieran solo porque te compadeciste de ellos! i y,
acuérdate, como por los ruegos insistentes de la cananea, curaste a su hija!
jAh! yo también como la cananea te pido con insistencia por todos las que
sufren. jTen compasi6n de todos ellos por piedad!!!

Te ruego por todas y cada una de las almas del purgatorio


Por todos los agonizantes y por todos los pecadores
Por todos los desvalidos y por todos los indigentes
Por todos los oprimidos y por todos los atribulados
Por todos los desamparados y por todos los vergonzantes
Por todos los hambrientos y por todos los sedientos
Por todos los enfermos y por todos los desnudos
Por todos los náufragos y por todos los encarcelados
Por todos los abandonados y por todos los que no tienen casa
Por todos los endeudados y por todos los peregrinos
Por todos los emigrados y por todos los errantes
Por todos los calumniados y por todos los despreciados
Por todos los perseguidos y por todos los burlados
Por todos los contradichos y por todos los humillados
Por todos los ignorantes y por todos los huérfanos
Por todos los viudos y por todos los ancianos.
Ah pero mi dolor sobre todo dolor es ver tu Divino Coraz6n traspasado
por los pecados de los hombres.

Te ofrezco en reparaci6n, la santidad y la ternura nuestra Madre


Inmaculada.
Tú sacia las ansias de todos los que tienen hambre de justicia: de propagar
el reinado de tu amor
(FXIII 3 - F IV 9)

126
Suplica a San Rafael

San Rafael, medicina de Dios! Por tu generosidad en curar a Tobías sin


que te lo pidiera, cúrame a mí de la falta de memoria y lucidez y
consígueme el don de la sabiduría y de la ciencia, en el nombre Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo.
San Rafael, medicina de Dios! Por tu generosidad en curar a Tobías sin
que te lo pidiera, curarme a mí de las encías y de los dientes, y
consígueme el don del consejo y el don y unción de la palabra, en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Rafael, medicina de Dios! Por tu generosidad curar a Tobías sin que te
lo pidiera, curarme del insomnio y del agotamiento y consígueme el don
de la piedad y una ilimitada piedad y dulzura de corazón en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Rafael, medicina de Dios! Por tu generosidad curar a Tobías sin que te
lo pidiera, curarme a mí de la alergia y del reumatismo y consígueme el
don de temor de Dios y de fortaleza, para llegar a ser santa y así poder
probar mi amor a mi Dios a cada instante en el nombre de la Virgen,
del tuyo y de los demás Ángeles y Santos del Cielo y de la tierra.
Yo te glorifico con todos los devotos que has tenido, tienes y tendrás
hasta el fin de los siglos; y en unión con ellos, con toda el alma, te hago
esta suplica pronunciando cada palabra con Jesús, en Jesús, como Jesús,
por Jesús y para gloria de Jesús y de María. Oh Sangre Sacrosanta, oh
Sangre de Piedad, oh Corazón de Jesús abierto, oh Amor de Jesús
Sacramentado, vivir y morir en un acto de amor perfecto, concédemelo
por piedad.
(F XI 68-69)

Pequeño exorcismo
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, salgan de aquí
demonios infernales.
Santos Ángeles, arcángeles, virtudes, potestades, principados,
dominaciones, tronos, querubines y serafines, en unión de Jesús y de
María ayúdenme a expulsar los espíritus malignos y que nunca jamás
vuelvan a entrar en mi hogar, ni en ……..... , ni en ninguno de los de
mi familia.
(Que, si se reza durante nueve días atraerá las bendiciones de Dios
sobre las familias y la Patria). (FV 5)

127
Oración de sanación
Espíritu Santo: ven, mora y reina en mi alma, dame la humildad de la
Virgen, su fe, su esperanza y caridad para obedecer con sencillez a las
palabras de Jesús. Jesús que habéis dicho: «Todo lo que pidiereis al Padre
en mi nombre se os concedera» (Jn 16, 23), «Todo es posible al que cree»
1

(Mc 9 22) y, «el cielo y la tierra pasaran pero mis palabras no pasaran »
1

(Mc 13, 31). En nombre tuyo y de la Virgen pido, ruego y suplico al Padre
Celestial la salud de............

jOh Jesús! Tú también nos has mandado en tu Evangelio imponer las


manos sobre los enfermos para curarlos, como lo hiciste Tú en tu Vida
Pública. Yo lo haré pero sobre las de la Virgen porque soy indigna de
hacerlo directamente: Pon tu mano Madre mía, ponla antes que la mía,
por la Santa Cruz, líbralo del demonio - de esta enfermedad – y de todo
mal.

Padre nuestro, Avemaría, Gloria…

Segura ya de haber obtenido la gracia, confiando en tu fiel promesa repito


contigo: «Padre, yo te alabo bendigo y de doy gracias; porque me has
escuchado para gloria y alabanza de mi Madre Celestial que contigo vive
y reina en uni6n del Espíritu Santo por los s1glos de los siglos. Amén.
(FV 10)

Rosario de amor

Padre mío, yo te amo con tu infinito amor, y el amor del Hijo y del
Espíritu Santo.

Rey mío, yo te amo con tu infinito amor y el amor del Padre y del
Espíritu Santo. Espíritu Santo yo te amo con tu infinito amor y el amor
del Padre y del Hijo.

Mis Tres, yo os amo con vuestro mismo amor. Oh mi Dios, mi único y


mi todo, Vos sois todo para mí, yo soy todo para vos. Mi Padre adorado,
mi Rey, mi esposo muy amado en quien tengo puestas todas mis
complacencias y mis delicias! Y mi Espíritu Santo idolatrado yo os amo
con vuestro mismo amor y creo, espero, confío, os adoro, alabo,
bendigo, agradezco, reparo, suplico, me entrego, abandono, · descanso,

128
extasío y recreo con vuestro mismo amor. i Os amo con vuestro mismo
amor!

Dios mío, yo os ofrezco el amor y los méritos de Jesús y de María, para


vuestra mayor gloria, por mí y por el mundo entero.
jOh amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo! i Yo os amo con
vuestro mismo amor!

Padre mío, prepara mi coraz6n para mi encuentro contigo, como hija


consentida que se e c ha confiada en los brazos de su Padre.
Tu mi Rey ven, no tardes más, llévame ya al Cielo a celebrar nuestras
Bodas Eternas; y Tu mi Espíritu Santo abrásame y consúmeme en el
fuego de tu amor.
i«Padre mío, yo te doy gracias porque me has oído ». Yo sé que siempre
me oyes porque tu bondad, tu amor y tu misericordia son infinitos!
(F I 3-4)

Rosario al Padre Celestial150

En las cuentas grandes: Padre mío, por amor a Jesús, tu amado Hijo,
en quien tienes puestas todas tus complacencias, concédeme………..
Si, Padre mío, en nombre y por el nombre de Jesús concédeme............

En las cuentas chicas: En nombre y por el nombre de Jesús,


concédeme.............

(Adorar tranquila los designios divinos).

(F I 10)

150
Para conseguir lo que se desea. Yo recomiendo que mientras se hace este
santo Rosario por los días que lo ofrezcas, 3 por la Trinidad, 5 por las Llagas
de Cristo o por las 5 veces que lloró la Virgen al pie de la Cruz, 9 como una
novena, etc, juntes a la oración algún sacrificio diario, la comunión diaria, al
final del rosario, hacer una obra de caridad que te cueste, leer los santos
evangelios, orar por la santa Iglesia, el Papa, etc. Y estar en gracia de Dios bien
confesados.
129
Rosario a Jesús Paciente151

Al principio: Adorémoste Cristo, etc. Madre llena de aflicción, de


Jesucristo las llagas grabad en mi coraz6n. San Juan, Santa María
Magdalena, San Dimas, San Pedro y San Pablo, San Francisco de Asís,
San Gabriel de la Dolorosa, Santa Gertrudis, Santa Catalina de Siena,
Santa Magdalena de Pazis y todos los Santos que se han distinguido en
la meditación y contemplaci6n de la Pasi6n del Señor concédanme a mi
la misma gracia y de ser fiel a ella hasta la muerte.
En las cuentas grandes: Gloria Patri.
En las cuentas pequeñas: En tus sangrientos pasos, Señor, seguirte
quiero, y si contigo muero, dichosa moriré; piedad, perdón te pido.
Y al final: Infinito Dios, hacedme buena, humilde, sencilla, caritativa y
pura como Vos!
He aquí mi Esposo muy amado en quien tengo puestas todas mis
complacencias y delicias. A Él escucho, háblame Jesús!
Espíritu Santo, prepara mi coraz6n para recibir mi Santa Comunión y
tú, Madre mía, préstame el tuyo!
(F I 10-11)

Rosario de la confianza

Padre mío, en ti confío y me abandono. Todo lo espero de tu Infinito


poder y misericordia. Te amo con tu Infinito amor y el amor del Hijo y
del Espíritu Santo. Dame…….... (10 veces).
Dame por amor a Jesús…..... Dame (10 veces).

Amarte, hacerte amar y verte amado, mi Dios adorado, es mi único


anhelo, ilusión, ambición, preocupación y obsesión.
(F XI 75)

Rosario Ardiente

Hermanitos míos: Espíritus bienaventurados, Ángeles y Santos del cielo,


acompañadme, enseñadme, y ayudadme a cumplir con prontitud y alegría

151
Para conseguir la obsesión a Su Santísima Pasión.
130
en cada uno de los instantes de mi vida, la santa, adorada y divina Voluntad
de Dios.

Mamacita linda llévame en tu regazo, y de ello no me apartes hasta que me


presentes al trono del Señor.
En las cuentas grandes: Jesús mío, purifícame y santifícame con tu
preciosa Sangre. Espíritu Santo, abrásame y consúmeme en el fuego de tu
divino amor.
En las cuentas chicas: Papacito adorado, me abandono en los brazos de
tu misericordia.

(Después del Rosario).

Papacito lindo, tú mismo prepárame para el momento feliz en que


visiblemente me echaré en los brazos de tu misericordia y me sumergiré
para siempre en el océano infinito de tu infinito amor. Papacito mío: Yo te
amo con los Corazones de Jesús y de María y la llama ardiente del
Espíritu Santo.
Santos queridos inocentes: Alcanzadme de la misericordia del Señor, la
inocencia bautismal y el don de la pureza, de la humildad y del martirio. El
don de la misericordia, de la penitencia, de la sencillez, de la infancia
espiritual y de la alegría espiritual.
Padre mío te ofrezco la preciosísima Sangre de Jesús, por todas y cada una
de las Almas del Purgatorio, de los de mi familia y por todos y cada uno de
mis Hermanitos y Hermanitas de la Congregación.
La ultima decena te la ofrezco sobre todo por todas y cada una de las almas
escogidas y privilegiadas de Jesús, que Él ha amado, ama y amara por los
siglos de los siglos de una manera singular. Que todas las que viven y
vivirán, se despojen cada día más de sí mismas y se revistan más de Jesús'
para que cada

131
Coronilla de Reparación a la Santísima Trinidad
POR LOS PECADORES152
Te bendigo, hijito mío, Elías del Reino
del Inmaculado Corazón, que con tu
ministerio transmites el Fuego de la
Llama de Amor de su Corazón y el Don
del Espíritu Santo. Mi pequeño niño,
pastor de pequeñas almas del Resto Fiel,
no temas.
Hijo, tú recibes mis conocimientos y
deseos, no solamente las
Manifestaciones que por medio tuyo hago al mundo, también tienes mis
Gracias infundidas, conocimiento y discernimiento infuso. No temas,
confía en tu Padre Celestial. Tus oraciones y pequeños ofrecimientos
por el Santo Padre, Vicario de Jesucristo, son recibidos. Sigue
cubriendo con tu oración al Santo Padre y te animo a que sigas
ofreciéndote por Él, como siempre lo has hecho.
Deseo revelarte y dar a todo mi Resto Fiel una Coronilla, por medio de
la cual clamarán Misericordia. Es la Coronilla de Reparación a la
Santísima Trinidad por los pecadores. Es una Coronilla
completamente mariana, trinitaria y eucarística.
Al alma que ore esta Coronilla le prometo:

 Conversión y deseo profundo de santidad,


 amor y hambre insaciable por el Pan Eucarístico durante esta
vida, haciéndose totalmente un ser eucarístico,
 prometo la conversión hasta la quinta generación y el alivio o
la liberación de sus familiares en el Purgatorio.
 Con esta Coronilla intercederán para que también los más
empecinados pecadores se conviertan y se hagan almas
escogidas como Apóstoles de los Sagrados Corazones en este
Fin de los Tiempos.

152
Dada por Dios Padre en un mensaje el 11 de octubre de 2017.
132
Se comenzará haciendo la Señal de la Cruz +, En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
La invocación a Dios Espíritu Santo, como te fue revelada. Dirás tres
veces:
Ven mi Dios Espíritu Santo a través de la poderosa intercesión del
Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa.
Luego la oración al Espíritu Santo, que también fue revelada: Divino
Espíritu Santo, Esposo de María, mi Dios y Señor, enciende en cada
alma el fuego de un Nuevo Pentecostés, para que nos consagremos
como Apóstoles del Doloroso e Inmaculado Corazón de María y
Apóstoles de los Últimos Tiempos. Protege con tu Sombra a la Iglesia.
Salva a las almas del mundo. Y realiza el Reino Inflamado de Amor de
los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María. Amén.
Un Padrenuestro. Un Avemaría. Un Gloria. Y un Credo.
En las cuentas grandes del Rosario común decid: Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el
Precioso Cuerpo y Sangre, Alma y Divinidad, de tu Amadísimo Hijo
realmente presente en los Sagrarios de la tierra, en expiación,
desagravio, reparación, adoración y consuelo, por las blasfemias,
sacrilegios e indiferencias con las que Jesús es ofendido. Te ofrezco los
Infinitos Méritos del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús y del
Doloroso e Inmaculado Corazón de María, por la conversión de los
pobres pecadores y la paz del mundo.
En las diez cuentas dirás: Dios mío, yo creó, adoro, espero y te amo, y
te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te
aman.
En la jaculatoria, al final de cada misterio, dirás: Corazón Doloroso e
Inmaculado de María ruega por nosotros que nos refugiamos en ti.
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús venga a nosotros tu Reino
Eucarístico, a través del Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón
de María, nuestra Madre en la Divina Voluntad, y el Triunfo de la Cruz
en el Espíritu Santo, extendiendo la Llama de Amor Santo y Divino en
todos los corazones. Amén.

133
Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno,
lleva al Cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de
tu Misericordia. Amén.
Al terminar el Rosario dirás tres veces: Dios Padre mira el Rostro
sufriente y el Corazón Traspasado de tu Hijo Jesucristo, y convierte en
elegidos a los pobres pecadores.
Al final recitas la Consagración al Corazón Eucarístico de Jesús que la
Santísima Virgen dio en Akita 153: Sacratísimo Corazón Eucarístico de
Jesús, verdaderamente presente en la Santa Eucaristía, te consagro mi
cuerpo y mi alma, para ser enteramente uno con tu Corazón,
sacrificado cada instante en todos los Altares del mundo, dando
alabanza e implorando al Padre por la Venida de su Reino. Ruego que
recibas esta humilde ofrenda de mi ser. Utilízame como quieras para
la gloria del Padre y salvación de las almas. Santísima Madre de Dios
no permitas que jamás me separe de tu Divino Hijo, te ruego me
defiendas y protejas como tu hijo especial. Amén.

153
El 12 de Junio de 1973 la hermana Agnes Sasagawa oraba en su convento
en Akita, Japón cuando observó rayos brillantes que emanaban del
tabernáculo. El 28 de Junio, una llaga en forma de cruz apareció en la palma
de la mano izquierda. Sangraba profusamente y le causaba gran dolor. La
hermana recibió el siguiente mensaje: "El Padre infligirá un terrible castigo a
toda la humanidad. Será un castigo mayor que el diluvio, tal como nunca se
ha visto antes". La Virgen pide almas víctimas, oración, penitencia y sacrificios
valientes. Estos pueden suavizar la cólera del Padre. Rezar en reparación por
tantos pecados, rezar por el clero. La obra del demonio infiltrará hasta dentro
de la Iglesia”. En 1975, la estatua de la Virgen comenzó a llorar y continuó
llorando en diferentes ocasiones por 6 años y 8 meses. La última vez fue el 15
de septiembre de 1981, fiesta de Nuestra Señora Dolorosa. Fueron un total
de 101 lacrimaciones. El 22 de abril de 1984, después de ocho años de
investigación y habiendo consultado con la Santa Sede, los mensajes de
Nuestra Señora de Akita fueron aprobados por el obispo de la diócesis de
Niigata, Japón, Monseñor John Shojiro Ito. El declaró que los eventos de Akita
son de origen sobrenatural y autorizó en la diócesis la veneración de la Santa
Madre de Akita. En 1988, Joseph Ratzinger, Prefecto de la CDF, impartió el
juicio definitivo sobre los eventos y mensajes de Akita, juzgándolos confiables
y dignos de fe. El cardenal observó que Akita es una continuación de Fátima.
134
Terminas la Coronilla: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén.
Quien así lo haga obtendrá paz en su corazón y paciencia para expiar
sus pecados. Tu Padre te ama y te bendice.

LA CORONA DE LOS SAGRADOS CORAZONES UNIDOS154

Te revelo tres promesas, para el alma que ore continuamente, esta


Corona de Amor Reparador:

1- El alma, al orar y contemplar en ésta Corona, avanzará en el camino


de santidad Recorriendo las Moradas de Perfección de Nuestros
Sagrados Corazones Unidos.

2- El alma que ore y contemple con ésta Corona, va a hacer un Acto de


Reparación al Amor rechazado de Dios, pues se dejará amar por Mí.

3- El alma que ore y contemple esta Corona a Nuestros Corazones


Unidos, comprenderá Nuestros Llamados de Amor y se irá
perfeccionando con la asistencia del Espíritu Santo y del Doloroso e
Inmaculado Corazón de María.

Comienzas con:

- La Señal de la Cruz

- Acto de Contrición.

- Invocar al Espíritu Santo como la Mama Celestial les enseñó, tres


veces la siguiente invocación a Dios Espíritu Santo:
Ven mi Dios Espíritu Santo a través de la poderosa intercesión del
Corazón Doloroso e Inmaculado de María, Tu Amadísima Esposa.

- La oración al Espíritu Santo, que también fue revelada:

154
Recibida el 06 de septiembre de 2018 de Jesús Ntro. Señor.
135
Divino Espíritu Santo, Esposo de María, mi Dios y Señor, enciende en
cada alma el Fuego de un Nuevo Pentecostés, para que nos
consagremos como apóstoles del Doloroso e Inmaculado Corazón de
María y apóstoles de los Últimos Tiempos. Protege con Tu Sombra a la
Iglesia. Salva a las almas del mundo. Y realiza el Reino Inflamado de
Amor de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María. Amén.

- Un Credo, - Un Padre Nuestro

- Ave María de los Últimos Tiempos: Dios te salve, María, llena eres
de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres, entre todas las
mujeres, y Bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús. Santa María, Madre
de Dios y Madre Nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros
pecadores, y derrama el efecto de Gracia, de tu Llama de Amor, de tu
Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en
la ahora de nuestra muerte. Amén.

- Gloria al Padre.

Ofrecimiento:

Sagrados Corazones Unidos de Jesús, María y José, abro mi corazón y


voluntad a Vuestros Corazones Unidos, para que el Espíritu Santo me
conduzca por las Moradas de Perfección en Sus Sagrados Corazones y
así santificar mi vida recorriendo éste itinerario espiritual, en las
Moradas de Sus Sacratísimos Corazones Unidos y así mi vida, corazón,
voluntad y espíritu, esté perfectamente unido y sumergido en la
Santísima Trinidad y mis intenciones estén siempre presentes, en su
Divina Presencia. Amén.

Luego la oración al Doloroso e Inmaculado Corazón:

Doloroso e Inmaculado Corazón de María, Habitación Pura y Santa,


cobijad mi alma con Vuestra Maternal Protección. Por este medio,
permaneceré fiel a la Voz de Jesús y mi alma podrá corresponder a Su
Amor, y obedecer Su Divina Voluntad. ¡Oh Madre mía!, mi deseo es
mantener ante mi vista, sin cesar, Vuestra participación de
Corredentora. Con este recuerdo viviré íntimamente unido a Vuestro
Corazón Doloroso e Inmaculado, que siempre permanece totalmente
unido al Sagrado Corazón de Vuestro Divino Hijo. Por los méritos de
136
Vuestras Virtudes y Angustias, clavadme a este Divino Corazón,
protegedme ahora y siempre. Amén.

Los Misterios:

Primer Aposento, El Espíritu


Santo:

Divino Espíritu, mueve mi alma al


arrepentimiento y revélame el
Infinito Amor de Dios e ilumina mi
vida para ser agradable a los Ojos
de Dios.
Orar diez veces: Corazón Doloroso
e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti.
Amen.

Segundo Aposento, El Casto y Amante Corazón de San José:

Castísimo Corazón de San José, acompáñame a recorrer el camino


cristiano practicando las virtudes, perseverando en la gracia y
consolando, con mi vida obediente, a los Sagrados Corazones de Jesús
y de María.
Orar diez veces: Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por
nosotros que nos refugiamos en Ti. Amen.

Tercer Aposento, El Doloroso e Inmaculado Corazón de María:

Mamá Celestial, ayúdame a decir “fiat” a los Deseos de Dios, que sea
esclavo de amor y siervo reparador del Corazón de Tu Hijo, escribe en
mi corazón el "Hágase en Mí según Tu Palabra".
Orar diez veces: Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por
nosotros que nos refugiamos en Ti. Amen.

Cuarto Aposento, La Llama de Amor del Corazón de María:

Mamá Celestial, con Tu Llama de Amor purifícame de mi humana


voluntad, enfervoriza mi espíritu y llena de amor y celo mi corazón,
para incendiar al mundo con el Fuego del Amor Divino.
Orar diez veces: Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por
nosotros que nos refugiamos en Ti. Amen.
137
Quinto Aposento, El Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús:
Jesús, abrázame con Tu Corazón e incéndiame con el Fuego que deseas
que arda, para estar enamorado de ti y obedecerte desde el amor y en
éste amor mi voluntad muera para vivir en Tu Querer Divino.
Orar diez veces: Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por
nosotros que nos refugiamos en Ti. Amen.

Sexto Aposento, La Santísima Trinidad:

Mis Tres Amores que son un solo Querer, única Voluntad y mismo Dios,
reciban mi ofrecimiento para vivir continuamente en la misma
comunión, amor y voluntad que Ustedes, Adorable Trinidad viven, y así
estar siempre dentro de su Gracia Santificante.
Orar diez veces: Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por
nosotros que nos refugiamos en Ti. Amen.

Séptimo Aposento, La Unión Perfecta con Dios:

Dios mío, te amo verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento.


Mi Dios y Señor, no quiero nada que no seas Tú Mismo, uno mi
voluntad a la Tuya; mi querer humano a Tu Querer Divino; mi corazón
lleno de miseria, te lo entrego y a cambio, entrégame Tu Corazón.
Concédeme, Jesús, que mi alma permanezca rendida, unida y
dependiente de Ti, y así repetir tu misma vida en unión perfecta. Jesús,
quiero ser una hostia viva Contigo.
Orar diez veces: Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por
nosotros que nos refugiamos en Ti. Amen.

Después de nombrar cada Aposento decir:


Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros Tu Reino Eucarístico, a
través del Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María
Nuestra Madre en la Divina Voluntad y el Triunfo de la Cruz en el
Espíritu Santo, extendiendo la Llama de Amor Santo y Divino en todos
los corazones. Amen.

Jaculatorias entre cada Aposento:

Sacratísimos Corazones Unidos de Jesús, José y María, triunfen y


reinen. Les amo, salven a las almas, salven a los consagrados, salven
a las familias, salven al mundo entero. Amén.

138
Casto y Amante Corazón de San José, Custodio de los Sagrados
Corazones Unidos de Jesús y de María, y Protector de la Iglesia, ruega
por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.

Al final de la Corona orar tres veces:

Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, Doloroso e Inmaculado


Corazón de María, Casto y Amante Corazón de San José, triunfen y
reinen.

Al finalizar las dos oraciones de Consagración y Reparación que la


Mama Celestial y el Santo Padre Pio:

Consagración a los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María


(dictada el 10 de agosto del 2014).

Sacratísimos Corazones de Jesús y María, os amo y reparo, consuelo y


alivio Vuestros Corazones Dolorosos, que sufren místicamente por la
maldad del mundo, que aún los tiene en un eterno Calvario, e
ininterrumpidamente los encamino al sufrimiento del Gólgota. He aquí
a vuestro hijo, quiero ser vuestro siervo; alejad de mí a Satanás, porque
hoy en Vuestro Nombre renuncio a él; desterrad de mí toda falta de
amor a Dios y al prójimo; hacedme vuestro siervo y templo viviente, os
quiero con toda mi alma y solo os pido: ayudadme a buscar el Reino
del Eterno Padre y su Divina Justicia, y todo se me dará por añadidura.
Soy todo vuestro desde ahora hasta la Eternidad. Amén. ¡Oh Jesús!
¡Oh María! salvad mi alma y aumente mi amor por Vuestros Corazones
Unidos.

Consagración a los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María


(dictada por el Santo Padre Pio de Pietrelcina, el 14 de Septiembre del
2014).

Queridísimos Corazones de Jesús y María que tanto sufren y tanto


aman, tomad mi cuerpo y mi alma, elevadme a la Sacrosanta y
Trinitaria Gloria. Yo (nombre), quiero consagrarme a Ustedes en
cuerpo y alma, entregar mis obras y mi vida, para ser apóstol de
Vuestros Corazones Gloriosos. Consagro mi país, mi familia, mis
actos, todo lo que tengo, lo que soy y lo que hago. Cubro mi
consagración con la Preciosa Sangre de Cristo, en el Nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y la protejo con las Lágrimas
139
de la Divina Señora, en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo; la resguardo con la Espada de San Miguel para vivir en la
Divina Voluntad; haciendo, amando, sirviendo, viviendo,
entregándome desde hoy hasta el día de mi encuentro pleno con Cristo.
Amén.

Oración a las cinco llagas


Santiguarse cinco veces, adorando las Santas Llagas de Nuestro Señor
Jesucristo.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, amén. Yo adoro
las Llagas de tu Sagrada Cabeza, con dolor profundo y verdadero,
permite que todos los pensamientos en este día, sean actos de adoración
a Ti.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, amén. Yo adoro
la Llaga de tu Sagrado Hombro, con dolor profundo y verdadero,
permite que todos los trabajos, penas y enfermedades en este día, sean
actos de amor por Ti.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, amén. Yo adoro
las Llagas de tus Sagradas Manos, con dolor profundo y verdadero,
permite que todo trabajo de mis manos en este día, sea un acto de amor
por Ti.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, amén. Yo adoro
las Llagas de tus Sagrados Pies, con dolor profundo y verdadero,
permite que cada paso que dé en este día, sea un acto de amor por Ti.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, amén. Yo adoro
la Llaga de tu Sagrado Costado, con dolor profundo y verdadero,
permite que cada latido de mi corazón en este día, sea un acto de amor
por Ti.

140
LA TRINIDAD CONCIERTA LA ENCARNACIÓN EN MARIA 155

"Tanto amó Dios al mundo que dio a su


Hijo único, para que todo el que crea en
él no perezca, sino que tenga vida
eterna" ( san Juan 3,16)
La palabra Dios significa, entre otras
cosas, "que se da", es decir, "que se
comunica" en el seno de la Trinidad,
eternamente; y lo mismo antes de los
siglos que en el tiempo, porque es el
principio fecundo de toda
comunicación íntima y de toda
creación. Y Dios se da, ciertamente, porque su Ser es caridad, amor que
se comunica.
Pues bien, figurémonos una mirada de afecto, de infinita complacencia,
rebosante de inefable ternura entre las divinas Personas: Padre, Hijo y
Espíritu Santo, en que se comunican mutuamente la vida y el amor...
Contemplemos contristada, en cierto modo, a la Trinidad, al mirar el
pecado del hombre; y cómo planea la Redención, obra del infinito
Amor. Don del Amor divino, que hizo que todo un Dios se diese al
hombre y tuviera en él sus delicias en la Encarnación del Verbo...
Porque Dios es amor. Y ¡amor que se da!...
Escuchemos el siguiente diálogo entre el Padre y su Hijo divino:
"Padre mío, ¿en qué puedo complacerte, puesto que soy el Hijo más
amable, cariñoso y tierno? Te amo con un amor infinito, como sabes,

155
Cfr. san Juan 1,1-3.14-15; 3,16-18. Texto tomado del libro de Concepción
Cabrera Armida, Ven Oh Espíritu Santo. Este texto lo escuché por primera vez
en el año 2004 en Bogotá en Santa Gemma Galgani en una comunidad de
oración donde nos reuníamos los jueves a orar por los sacerdotes y a recoger
fondos para ayudarlos con Jairito su esposa Cristina, Margarita, etc. Desde ahí
nunca más lo oí y me quedé sin saber de dónde había sido tomado hasta que
llego a mis manos en este año del Señor 2018. Para ustedes con cariño.
141
porque en el principio ya era contigo y el Espíritu Santo; Yo vivo de tu
vida y darte gloria es mi única delicia. ¿Qué te contrista?"
"¡La Humanidad!, Hijo mío; ¡pues en esas almas está la imagen de la
Trinidad, porque Yo, al crearlas, puse en ellas mi sello inmortal, una
comunicación de mi mismo ser, y las amo como cosa mía! ¡Se necesita
redimirlas! ¡El cielo se cerró por el pecado!"
"Lo comprendo todo, Padre, porque Yo amo con tu mismo amor, con
tu infinita caridad. Bajaré a la tierra, descenderé y me anonadaré. En el
seno de una Virgen Inmaculada tomaré carne purísima y así cumpliré
la promesa que hiciste en el Paraíso... ¡Tú justicia quedará satisfecha y
la humanidad salvada!"
-"Hijo mío, la soberbia inunda la tierra".
"Me humillaré sin medida ni límites".
-"La sensualidad y la ambición de riquezas inunda el mundo".
"Naceré en un pesebre de bestias y no tendré dónde reclinar mi cabeza".
-"La impureza, comodidades y regalos ahogan al mundo".
"Seré la pureza por esencia, Padre, no rehusaré ningún sacrificio".
-"¡La ofensa hecha a mí es inmensa!".
"La borraré con mi obediencia a tu voluntad. ¡Así quedarás satisfecho,
Padre mío!"
Y entonces, el Padre envolvería a su Hijo con una mirada de infinita
gratitud... ¡Qué abismos de caridad!... ¡Meditemos... y agradezcamos!
El Espíritu Santo, que escucharía este diálogo sublime entre el Padre y
el Hijo, a su vez diría:
"Yo realizaré esa obra; porque es obra de Amor -la Encarnación en
María- en esa criatura perfectísima concebida sin pecado y que, en la
mente divina, existe desde toda la eternidad... Yo uniré un Alma
preciosísima al Cuerpo sagrado que formaré de la sangre de una Virgen,
y nacerá de Ella. Por el mayor de los portentos, quedará la Virgen
siempre pura y verdadera Madre de Dios.
142
¡Ha llegado el feliz instante! Yo perfeccionaré esa criatura, como un
pintor enamorado de su obra predilecta; será concebida sin la mancha
original; en su alma purísima y en su cuerpo, mi "templo vivo",
infundiré mis dones y carismas; y será el trono de la Sabiduría.
Y esa Virgen "concebirá y dará a luz un Hijo y se le pondrá por nombre
Jesús" (san Lucas 1,31), es decir ¡Salvador!... Ya mi gozo es indecible,
consagraré ese Tabernáculo. Ella será la Rosa mística, la Flor de los
campos de la Iglesia".
¡Cuánto amaba a María desde entonces el Espíritu Santo!
ORACIÓN
¡Trinidad Santísima, te contemplo y te amo en la eternidad de tu Ser!
En mi humilde pequeñez, te alabo, Padre, porque nos has dado a tu
propio Hijo, al Verbo que bajó al mundo y se ofreció por nosotros, al
Espíritu Santo que realizó la Encarnación.
¡Espíritu amadísimo, dame un corazón muy grande que sepa sentir y
agradecer la misericordiosa bondad de la Santísima Trinidad y que, no
con palabras sino con hechos, le pruebe mi fidelidad. Amen.

Llamado a la Adoración Eucarística 156

Soy el Ángel de la Paz y por


orden de Nuestra Señora los
exhorto a una profunda
Adoración Eucarística,
adorando por los que no
adoran, amando a Jesús en la
Eucaristía por los que no lo
aman y también comulgando el
Cuerpo Eucarístico de Jesús
por los que no comulgan o por los que comulgan en pecado
mortal.

156
El Ángel de la Paz de Portugal se nos manifestó en el mismo lugar donde
les enseñó a los pastorcillos las oraciones. Este llamado se nos dio al casi
finalizar la Coronilla a la Santísima Trinidad el 03 de mayo de 2018.
143
Queridos hermanos, la Santa Eucaristía es el Centro de toda la
creación, cada Sacrificio Eucarístico ha detenido la Divina
Justicia. ¡Adoren! ¡Reparen! ¡Pidan perdón sinceramente por sus
pecados y Jesús los perdonará! Y que sus vidas sean un continuo
testimonio de la Presencia de Jesús Eucaristía en sus corazones y
con Jesús sean una sola Hostia. Y con Él, por medio de Nuestra
Señora, imploren Misericordia para el mundo entero y que toda
vuestra vida de oración sea una vida de paz, de recogimiento
interior y de profunda devoción a los Sagrados Corazones Unidos
y Eucarísticos de Jesús y María. La Paz.

Aumentad vuestras visitas al Santísimo 157


Virgen:

El Cuerpo y Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Hijo


Jesucristo158, presente en todos los Sagrarios de la tierra, es
Profanado. Deseo que, en desagravio, toda la Humanidad inicie
una Campaña de Amor y Devoción a Él en la Eucaristía. Deseo
que haya la máxima pulcritud en todas las Adoraciones y las
Misas.

Que los sacerdotes las celebren con devoción sinceramente


profunda y amor, conscientes de su ministerio, su labor y la Hora
Gloriosa en la que estamos. Quisiera que los fieles se unieran en
“sólo uno” al sacerdote y juntos formaran de verdad un solo
Cuerpo en la Iglesia, que es Cristo.

Quiero que aumentéis vuestras Visitas al Santísimo. ¡Deseo ver


todas las iglesias llenas de gente! Que el Malo sepa que no nos

157
Mensaje de la Virgen dado en España a Marga el 09 de julio de 2018.
158
Ella es la Esposa de Dios Espíritu Santo, además de la Madre de Dios Hijo
y la Hija de Dios Padre. Cfr. LG, 53.
144
vais a dejar solos159 y no vais a permitir su Profanación al
Sagrario160.

Quiero que vuestra vida sea un reflejo de esto. Y sea realmente


una Eucaristía prolongada. Que la Eucaristía no acabe en los
muros de una iglesia: que la Eucaristía continúe en vosotros
dentro del mundo, y llegue así mi Voz y su Amor a las gentes, en
el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¡Viva Jesús Sacramentado!


¡Viva, y de todos sea Amado!

Mensaje de san Miguel al


ejército Mariano161

YO SOY San MIGUEL, vengo


con Mi Espada y en ella el Fuego
Abrasador, es el Fuego del Amor
Divino que enciende esta Espada
Gloriosa.
Hoy vengo a unirme a ustedes y
estar en oración con ustedes,
vengo a consagrarlos como EJERCITO MARIANO, ejercito que
triunfara con mi guía y amparo, pero sobre todo con Mi Intercesión y el
de la Santísima Madre, vengo a entregarles la Espada Gloriosa de la
Lucha y del Amor. Amor que también ha sido entregado a cada corazón,
oren, oren y venzan conmigo a Satanás y sus secuaces. Hoy vengo en
gloria y majestad, cada uno de ustedes es apóstol, son los apóstoles de
la oración, guerreros del amor y soldados de Cristo Rey y María Reina
del Universo.

159
Ella está junto con Jesús.
160
Ella es el Sagrario. Cuando se profana a Jesús, se profana el Sagrario.
También entendí con esto la similitud entre la Profanación al Sagrario y la
profanación en los vientres de las madres con el aborto.
161
Mensaje recibido el 27 de junio de 2014 y el único recibido de él.
145
Siempre lucho junto a ustedes, estoy aquí desde el inicio de la oración,
son mis guerreros y soldados que guiaremos hacia el triunfo a la Iglesia
y vendrá por fin el Reino EUCARÍSTICO de JESÚS por medio del
INMACULADO CORAZÓN de MARIA.
Los defiendo con mi Espada Gloriosa.
Los cubro con Mi Manto.
Los protejo con Mi Intercesión.
SAN MIGUEL ARCANGEL, Amén.

Cristo Sol Divino

Cristo Jesús dice en el Evangelio: Yo soy la luz del mundo, el que me


sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida (Jn 8, 12).
Jesús es el sol que calienta con sus rayos divinos a este mundo frío y
alejado de su amor por el pecado. Él es el sol de justicia que trae la salud
en sus rayos (Mal 4, 20). Por eso, con frecuencia, para manifestar su
presencia real en la Eucaristía, se presenta por medio de luces
sobrenaturales.
Dice santa Ángela de Foligno: A veces, veo la hostia con un resplandor
y una belleza muy grandes, más que si fuese el resplandor del sol. Por
esa belleza, comprendo con certeza que estoy viendo a Dios sin ninguna
duda... En la hostia aparece una belleza más hermosa y más grande
que la del sol... En ocasiones, veo en la hostia dos ojos luminosísimos
tan grandes que de la hostia sólo parecen quedar los bordes. Una vez,
me fueron mostrados esos ojos y disfruté de tanta belleza y de tanto
deleite que jamás podré olvidarlo por el resto de mi vida... Jesús
resplandecía de belleza y de gracia y parecía un niño de doce años. Me
sentía tan colmada de alegría que creo que no me olvidaré de ella por
toda la eternidad. Y me comunicó tal certeza que no puedo dudar de

146
nada y de ninguna manera. Todo mi gozo consistió en la contemplación
de esa belleza inestimable162.
Santa Faustina Kowalska, la mensajera del Señor de la misericordia,
nos dice: He visto el sol que salía del Santísimo Sacramento y han
quedado ofuscadas las otras luces y todos tenían los ojos vueltos hacia
aquella luz163. Hoy, cuando el capellán ha traído a Jesús en la
comunión, ha salido una luz de la hostia que con su rayo ha golpeado
mi corazón, colmándome de un gran fuego de amor164. De pronto, he
visto que de la santa hostia salieron dos rayos como están pintados en
la imagen y se esparcieron por el mundo entero. Esto ha sucedido en
un momento, pero ha sido, como si hubiese durado todo el día165.
Santa Micaela del Santísimo Sacramento dice en su Autobiografía: Me
hizo ver el Señor las gracias especiales que, desde los sagrarios,
derrama sobre la tierra y, además, sobre cada individuo según la
disposición de cada uno... Yo vi salir como un humo del sagrario, muy
brillante y claro, a modo de la claridad de la luna que subía hasta por
encima de las casas y participaban de esta luz más o menos, aun desde
ellas. Yo vi una escala de influencia de pueblos a pueblos y ciudades
hasta llegar a sus iglesias o sagrarios y, hasta cuando le sacan para
los enfermos, va como derramando perlas preciosas de beneficios; y, si
se viera, correría la gente para aspirar aquel ambiente que el Señor
deja tan embalsamado en el aire. Sí, yo vi sin que me quede duda, el
torrente de gracias que el Señor derrama en el que lo recibe con fe y
amor, como si derramara piedras preciosas de todos los colores. Vi
cómo queda uno bañado y envuelto en aquel humo luciente y brillante
de gracia, que no se me borra esta impresión del corazón166.
Monseñor Josefino Ramírez dice: Una tarde visité la capilla de las
hermanas en Las Piñas y se encontraba allí una santa mujer de nombre
Hilda Walstrum, orando de rodillas, sollozando silenciosamente. Al

162
Ángela de Foligno, Experiencia de Dios amor, Ed. Apostolado mariano,
Sevilla, 1991, pp. 53-54.
163
Diario, 26 de febrero de 1937. Santa Faustina.
164
Diario, 6 de enero de 1938. Santa Faustina.
165
Diario, 23 de marzo de 1937. Santa Faustina.
166
Santa María Micaela del Santísimo Sacramento, Autobiografía, Ed. BAC,
Madrid, 1981, p. 382.
147
preguntarle si le pasaba algo, me respondió que sus lágrimas eran
lágrimas de gozo. Había asistido a la misa y, durante la elevación, vio
que la sagrada hostia se transformaba en un apasionado corazón,
destellando rayos luminosos. Uno de esos rayos, llegó a su corazón. Me
comentó que, en ese solo instante, había experimentado más amor del
que jamás alguien podría experimentar, aun si viviese mil años. Lo
mismo sucedió a la hermana Inés, de Akita en Japón. Ella fue a la
capilla de su convento a orar y vio que una luz deslumbrante salía del
Santísimo Sacramento. Llena de amor divino, cayó al suelo. Por horas
nadie podía moverla. Veinte años después, el solo recuerdo de esta
experiencia le hacía caer en éxtasis.
Personalmente, tuve una larga conversación con el obispo Ito de Akita,
quien me dijo que estuvo presente en la capilla y podía dar testimonio
de la luz gloriosa que el Santísimo Sacramento irradiaba. Esto sucedió
en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús en 1973 y duró tres días167.
Ciertamente, Cristo es la luz del mundo, que ilumina nuestro camino y
nos da su amor y paz. Por eso, si somos sabios e inteligentes para
comprender lo que significa que Jesús mismo nos espera en la
Eucaristía, nuestra alma brillará, pues Dios mismo nos dice que los
sabios brillarán con el esplendor del firmamento (Dan 12, 3). Y para
los santos brilla una espléndida luz (Sap 18, 1). Esto le pasó a Moisés.
Dios hablaba a Moisés cara a cara como habla un hombre con su
amigo (Ex 33, 11). Y, después de haber estado 40 días y 40 noches con
Dios en el monte Sinaí, recibiendo los mandamientos de la ley de Dios,
su faz se había hecho radiante por haber estado hablando con Dios.
Aarón y todos los hijos de Israel, al ver cómo resplandecía la faz de
Moisés, tuvieron miedo de acercarse a él (Ex 34, 29-30). Por eso, si
nosotros nos acercamos a Jesús Eucaristía para recibir los rayos de luz
y amor que salen del sagrario, saldremos radiantes, con la alegría de
Dios en el corazón. Así nos lo promete Él mismo al decir: Contemplad
al Señor y quedaréis radiantes (Sal 33, 6)168.

167
Josefino Ramírez, Cartas a un hermano sacerdote, p. 16.
168
Del libro Adoración Perpetua del padre Ángel Peña OAR, Lima ,2008.
148
Anexo de Otras oraciones 169

Jesús oculto en el Tabernáculo

Mi Señor y mi Dios, oh mi Jesús, seas alabado y reconocido por todos


los tiempos, Jesús, todopoderoso en el Padre, Tú uno, eterno, para mí
oculto en el tabernáculo.
Señor, cuánto valor se necesita, cuanta humildad. Para que Tú, en el
Santísimo Sacramento, y que por nosotros los hombres te hagas tan
pequeño, te entregas a través de las manos del sacerdote, convirtiéndote
en un regalo para todos nosotros.
Jesús, oculto en el tabernáculo, Tú allanas todo los que nos hace falta,
para poder estar cerca de ti.
En todas las necesidades, en todas las alegrías quiero permanecer en Ti,
Y permanecer en silencio, Para así poder regalarme a Ti.
Que tu Corazón lata en mi corazón Deseo sentir tu amor Y, todo lo que
sea mío Sea totalmente quemado en Ti.
El ardor de Tu Amor me da fuerza, Para poder ver Tu camino todos los
días. Con todo, pon a mi lado a Tu Santísima Madre, Jesús, para así
poder encontrar la fuerza, E ir por tu camino, Sin mirar ni a la izquierda
ni a la derecha, Escuchando otras opiniones.
Jesús, yo tan solo deseo verte a Ti. A mí me falta todo lo que está en Ti.
Perdóname, Señor, por ser tan imperfecta Enséñame, lo que a mí me
falta, Sé Tú un maestro misericordioso Y condúceme fuera del pecado.
Yo soy nada, A pesar de ello, Contigo y protegida en Tú Amor, Todo
lo puedo lograr.

169
Estas oraciones fueron reveladas en Alemania en Sievernich durante los
años 2004 y 2005 por santa Teresa de Ávila, fue autorizada su publicación
por el Director Espiritual de la persona quien las recibe que además en el
año 2004 el 11 de febrero le entregó tres secretos al Santo Padre.
149
Tócame, Enséñame Jesús lo que puedo hacer para Ti. Oh Jesús, yo te
invito. Ven, ¡Oh, ven a mí! Dentro de mi corazón indigno. Encuentra
allí Tu lugar Y haz que yo te pueda servir por completo, sin reservas.
Tú puedes transformarme con tu Amor y en tu Amor. ¡Hazlo!
Jesús, oculto en el tabernáculo, Tú, valioso tesoro. Regalo del Padre a
nosotros, los hombres, Santifica a aquellos, mediante cuyas manos Tú
te regalas a nosotros, ¡Tus sacerdotes! Regálales valor y humildad, Para
que te vean. Muéstrales el inmenso poder divino de la
transubstanciación, El Amor, que Tú los quieres hacer partícipes de él.
Tócalos y toca a los jóvenes, Para que vayan por el camino de tus
sucesores. Llámalos, Señor Jesús, oculto en el tabernáculo, Llámalos a
Ti y a nosotros, Para que no estemos solos. Amén.

Meditación sobre el Padre Nuestro

Padre Nuestro que estás en el Cielo: Reflexiona, tú tienes un Padre


que está en el Cielo, que Él es todopoderoso y que cuida de ti. Él, quién
es todo, cuida de ti, porque tú eres su hija. Llama al Padre y habla con
el Eterno. Dios, nuestro Padre, te ama, tú eres criatura Suya. Toda la
creación está en sus manos.”
Santificado sea tu Nombre: Bendecid, alabad y santificad el santo
Nombre de nuestro Padre Celestial. Sus ojos reposarán sobre ti y el
Espíritu Santo te fortificará y te guiará. Dios te ha creado a imagen
Suya, para que tú encuentres tu realización en Él. Cuanto más le hable
el hijo en amor y con respeto a su Padre, tanto más Él le regalará su
amor.”
Venga a nosotros tu Reino: Anhela el Reino del Padre Celestial. Deja
de lado lo pasajero y pon en su lugar lo que es necesario. No obstante,
abre tu corazón al Reino del Padre y estima el Reino eterno.
Hágase tu voluntad: “¡No se haga mi voluntad, Padre, hágase tu
voluntad.! Me entrego en tus manos. En ellas estoy protegida, cuando
me regalo completamente a Ti. Lo que Tú quieres, es el amor solo, y
solamente cuando yo me entrego y dejo todo, puedes llevar a cabo por
completo tu voluntad en mí. De esta manera te puedo servir. Mi

150
voluntad es débil, y yo soy miserable. Sin Ti, ¿no estoy total y
completamente atrapada en el pecado? Por esto digo con alegría:
Hágase tu voluntad, no la mía.!”
Así en la tierra como en el cielo : “¿Cielo y tierra? No son dos mundos
completamente diferentes, el eterno y el pasajero? Reflexiona, Dios,
nuestro Padre, reina en el cielo así como en la tierra. Todo tiene su
origen en Él, todo está en Él, todo retornará a Él. Búscalo con tu
corazón. En tu corazón están en contacto el cielo y la tierra.”
Nuestro pan de cada día dánosle hoy: El Padre cuida de sus hijos. Ora
y trabaja, al mismo tiempo ¡No te olvides de tu prójimo!
Perdónanos nuestras deudas: “Dios, nuestro Padre, es misericordioso
cuando, llenos de dolor de nuestros pecados, le pedimos perdón. El
perdón es nuestra liberación, nuestra salvación. Búscala con frecuencia,
y no te atraerás el juicio sobre ti.”
Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores: Así como el
Padre te demuestra misericordia, no se la rehuses a tu prójimo. No lo
ates a través de la culpa. Perdona, libérate a ti y a los demás. Mediante
el amor vivido, te entregas a ti y a los demás en las manos de Dios.
No nos dejes caer en la tentación : “Dios, el Amor, no nos tienta
jamás. Dios, nuestro Padre, permite que seamos tentados. Si Dios las
permite, es para que tú madures y puedas reconocer, cuán grande es Él
y cuán pequeña eres tú. Estas purificaciones sirven para tu salvación.
¡Acéptalas con paciencia!”
Más líbranos del mal : “Evita el mal, y no dejes que las tinieblas
penetren dentro de ti. Si has hecho algo mal, busca el perdón en Dios.
De esta manera quedarás libre del mal.”
Tuyo es el Reino: “Existe tan solo un Reino real y eterno, que es el
Reino del Padre Celestial.”
Tuyo el poder: “¿Qué puedo hacer con el poder de Dios? Todo. El
Padre, el hijo y el Espíritu Santo son mi fuerza.”

151
Y la gloria: “Dios, ¿Quién puede medir tu gloria, quien de nosotros la
puede soportar? No hay nadie, quien pueda formular el concepto
correcto en palabras e imágenes.
Por siempre. Amén. “Sólo Tú eres eterno, ¡Mi Señor y mi Dios!”

¿Qué es lo que caracteriza a un cristiano?

Santa Teresa de Ávila me hizo la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que


caracteriza a un cristiano?
Yo reflexioné y estuve indecisa, pero ninguna de mis respuestas la
satisfizo. Tras un momento de silencio, me contestó alegremente: “Un
cristiano es misericordioso. Él entrega la justicia al Padre Celestial.”

¿Dónde se encuentra Dios?

Escuché la voz de santa Teresa de Ávila. Ella me propuso la siguiente


tarea:
“¡Busca a Dios y díme dónde lo encuentras!
Le respondí: “Yo lo encuentro en la Eucaristía, en el Tabernáculo, en
los Sacramentos que la iglesia nos administra y lo encuentro en los
sacerdotes.”
Tras un momento de silencio me contestó: “Hija mía, Dios te sale al
encuentro muchas veces al día en tu prójimo. El Padre Celestial creó al
hombre a imagen y semejanza Suya. Por esta razón, es importante, que
te santifiques en tu vida diaria. Esta es la voluntad de nuestro Señor.”

Oración en silencio

Contempla al Señor en silencio, así estarás completamente protegida


dento de sus manos. Él mismo quiere que tu alma esté a salvo en Él.
Quiere transformar tu corazón. Él, el amor mismo, desea preparar tu
corazón en Su trono. Permítele que entre, ora y busca el silencio, para
que tú cumplas Su voluntad.

152
En el silencio estoy completamente segura en Ti, Oh Señor Jesús, Tú,
Salvador mío.
El silencio sosiega mis anhelos de Ti, Allí estás protegida.
El silencio apaga la sed de mi alma, Tú eres mi Agua Viva.
El silencio sacia el hambre de mi corazón, Tú eres mi Pan vivo.
El silencio detiene mis pensamientos, Me abandono a Ti.
El silencio tranquiliza mis actos, Tú actúas en mí.
El silencio calma mis oídos, sólo deseo percibir Tu Palabra.
El silencio apacigua mis ojos, Deseo verte y permanecer Contigo.
El silencio me satisface en Ti.

153
Epílogo

Quisiera finalizar este libro con una joya de la corona en este


tema de la oración que es compartirles una oración a las Llagas de
Cristo muy milagrosa con más de 150 años de historia y que me costó
más de un año conseguir, es una oración muy especial y querida por mí
y que es herencia espiritual de la Iglesia Ortodoxa Oriental de Rusia.
Dicha oración no se encuentra en esa cosa llamada internet y les ruego
nunca jamás subirla a esa red. Yo tampoco entendía por qué nadie me
la compartía y por qué no se encontraba, ni en inglés, francés, ni en ruso
original hasta que llegó a mis manos en julio de este año del Señor 2018.
Paso a relatar unos dos o tres párrafos sobre la vida del monje el Padre
Isidor170: “a quienquiera que se le acercara al padre Isidor, el batiushka
le enseñaba la oración de Jesús, que él había compuesto, o tal vez que
le había sido revelada de lo alto. El propio batiushka la rezaba sin cesar.
El staretz atribuía a esta oración un gran valor en lo referente a la lucha
con los pensamientos y la consideraba llena de benéfica fuerza. Para la
pacificación del alma, el amansamiento de la irritación, la malicia y la
ira, la expulsión de los malos pensamientos y las ensoñaciones ardientes
sirve de ayuda eficacísima esta Oración a las cinco llagas del Salvador
y a la espada que traspasó el alma de su Purísima Madre. El staretz la
pronunciaba lentamente mirando al Crucificado como esperando algo.
Al recitar la segunda parte contemplaba el icono de la Santísima Virgen,
esta parte de la plegaria la pronunciaba más deprisa, con vivacidad y
gozosa esperanza. Y habiendo recitado esta oración el staretz se
transfiguraba incluso por fuera, era como si una luz irradiara de sus ojos
y él mismo todo entero te iluminaba con una alegría festiva… Muchos
dan testimonio de la fuerza benéfica de la oración especialmente contra
los malos pensamientos y las ensoñaciones absurdas; así lo decía
también el staretz y a veces en prueba de ello se refería a que en cierta
ocasión esta plegaria había expulsado a los demonios que poseían a una
persona. Dice por experiencia uno de os hermanos del monasterio que
dicha oración tiene tal fuerza que no se le pueden oponer los demonios.
He aquí para ti, devoto lector, este postrer don terreno de nuestro padre,

170
FLORENSKIJ, Pavel. La sal de la tierra. 2005, páginas 97-100.
154
encanecido staretz Isidor. Léelo, pues, para salud de alma y cuerpo y
enséñalo a tus prójimos en recuerdo del staretz, y que por sus oraciones
se apiade de ti el Señor”
ORACIÓN A LAS CINCO LLAGAS DEL SALVADOR
¿Qué es lo que te duele?
(Poniendo la mano en la frente, di:)
Señor, coronada está tu cabeza de espinas, hasta la sangre y la
médula, a causa de mis pecados;
(Colocando la mano en el pie derecho, di:)
Jesús, traspasado está tu pie derecho por el clavo de hierro, a
causa de mis pecados;
(Poniendo la mano en el pie izquierdo, di:)
Cristo, traspasado está tu pie izquierdo por el clavo de hierro, a
causa de mis pecados;
(Elevando la mano hasta el hombro derecho, di:)
Hijo, traspasada está tu mano derecha por el clavo de hierro, a
causa de mis pecados;
(Colocando la mano en el hombre izquierdo, di:)
Dios, traspasada está tu mano izquierda a causa de mis pecados,
y también el costado está atravesado por la lanza; y del costado brota
un río de sangre y agua para el rescate y la salvación de nuestras almas.
Por intercesión de la Madre de Dios hazme comprender.
(Volviendo el rostro al icono de la Madre de Dios, di:)
También a Ti la espada te ha atravesado el alma, que de muchos
corazones se abra la fuente de las lágrimas de benéfico arrepentimiento
para toda la humanidad.

155
Bibliografía recomendada

El peregrino ruso.
Las moradas de santa Teresa o el Castillo Interior.
El Diario de Gabriela Bossis. Él y Yo.
El Diario de santa Faustina.
Los tres Tomos de Dictados de Jesús a Marga: La Verdadera Devoción
al Corazón de Jesús, El Triunfo de la Inmaculada y El Reinado
Eucarístico.
Las 44 Catequesis sobre la oración de Benedicto XVI.
Las Catequesis sobre la oración y los salmos de san Juan Pablo II.
Historia de un alma, la autobiografía de santa Teresita.
La sal de la tierra, vida del P. Isidor monje ruso de P. Florenskij.
La Filocalia.
Dichos de los Padres del Desierto.
El pan de cada día de Anthony Paone sj.
Vidas de santos: san Charbel, Padre Pío, Madre Esperanza, san
Francisco de Asís, etc.
Obra de sor Isabel de la Trinidad.
Segundo tomo de la vida de la beata franciscana María Meneses.

156
“Las comunidades reemprenden cada día el
camino, sostenidas por la enseñanza de los
apóstoles: «Amaos los unos a los otros con
afecto fraterno, rivalizando en la estima
recíproca» (Rm 12,10); «tened los mismos
sentimientos los unos para con los otros»
(Rm 12,16); «acogeos los unos a los otros
como Cristo os acogió» (Rm 15,7); «corregíos
mutuamente» (Rm 15,14). «Respetaos los
unos a los otros» (1 Cor 11,33); «por medio de
la caridad poneos los unos al servicio de los
otros» (Gal 5,13); «confortaos mutuamente» (1
Tes 5,11); «sobrellevaos los unos a los otros
con amor» (Ef 4,2); «sed benévolos y
misericordiosos los unos para con los otros
perdonándoos mutuamente» (Ef 4,32);
«someteos los unos a los otros en el temor de
Cristo» (Ef 5,21); «orad los unos por los
otros» (Sant 5,16); «trataos los unos a los
otros con humildad» (1 Pe 5,5); «estad en
comunión los unos con los otros» (1 Jn 1,7);
«no nos cansemos de hacer el bien a todos,
principalmente a nuestros hermanos en la fe»
(Gal 6,9-10)”
VFC

157

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