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Acuerdo de 17 de enero de 2023, del Consejo de Gobierno, por el que se toma conocimiento
de la Memoria final de evaluación del Programa de tratamiento a familias con menores en
situación de riesgo o desprotección.
Nº de
Denominación del documento
orden
1 Memoria Justificativa
2 Memoria final Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
En virtud de lo establecido en el Acuerdo de 17 de diciembre de 2013, del Consejo de Gobierno, por el que se
adoptan medidas para la transparencia del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, y dando
cumplimiento a las Instrucciones de coordinación para asegurar la homogeneidad en el tratamiento de la
información en cumplimiento de lo establecido en el citado Acuerdo, se emite la presente propuesta sobre la
aplicación de los límites de acceso de los documentos que integran el expediente relativo al asunto indicado.
Memoria justificativa para la toma conocimiento por el Consejo de Gobierno de la Memoria final de
evaluación del Programa de tratamiento a familias con menores en situación de riesgo o
desprotección.
La Constitución Española establece en su artículo 39, como uno de los principios rectores de la
política social y económica, la protección social, económica y jurídica de la familia, y específicamente, en su
apartado cuarto, dispone que los niños y niñas gozarán de la protección prevista en los acuerdos
internacionales que velan por sus derechos.
Por otra parte, la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, aprobada en 2015 por la Asamblea
General de Naciones Unidas, establece como Objetivo de Desarrollo Sostenible número 16 «promover
sociedades justas, pacíficas e inclusivas», fijando como meta 16.2 «poner fin al maltrato, la explotación, la
trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños».
La Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a
la violencia, garantiza los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes a su integridad física,
psíquica, psicológica y moral frente a cualquier forma de violencia, asegurando el libre desarrollo de su
personalidad y estableciendo medidas de protección integral, que incluyan la sensibilización, la prevención,
la detección precoz, la protección y la reparación del daño en todos los ámbitos en los que se desarrolla su
vida.
El Estatuto de Autonomía para Andalucía en su artículo 18 regula el derecho de las personas
menores de edad a recibir de los poderes públicos de Andalucía la protección y la atención integral
necesarias para el desarrollo de su personalidad y para su bienestar en el ámbito familiar, escolar y social,
así como a percibir las prestaciones sociales que establezcan las leyes. Asimismo, el artículo 61.3.a) atribuye
a la Comunidad Autónoma la competencia exclusiva en materia de protección de menores, que incluye, en
todo caso, la regulación del régimen de protección y de las instituciones públicas de protección y tutela de
los menores desamparados, en situación de riesgo, y de los menores infractores, sin perjuicio de lo
dispuesto en la legislación civil y penal. Por último, en el apartado 4 del artículo citado se establece que
corresponde a la Comunidad Autónoma la competencia exclusiva en materia de promoción de las familias y
de la infancia, que, en todo caso, incluye las medidas de protección social y su ejecución.
Los principios rectores del sistema de atención a la infancia en la Comunidad Autónoma de
Andalucía vienen establecidos en la Ley 4/2021, de 27 de julio, de Infancia y Adolescencia de Andalucía, que
fija el marco jurídico de actuación en materia de promoción y protección de los derechos de la infancia.
La Ley 4/2021, de 27 de julio, de Infancia y Adolescencia de Andalucía, garantiza la protección a la
infancia y adolescencia en el territorio andaluz, encargándose de las necesidades que ya se venían
atendiendo y de las que han ido surgiendo en estos años. Está basada en la promoción de los derechos y en
la prevención, con especial preocupación por las situaciones de riesgo y de las personas menores con mayor Es copia auténtica de documento electrónico
vulnerabilidad. Incorpora la regulación de los derechos y deberes que asisten a las personas menores de
edad y define el ámbito competencial de la Administración de la Junta de Andalucía en esta materia.
El artículo 76.1. de la Ley 4/2021, de 27 de julio, dispone que el sistema público de servicios sociales
de Andalucía implementará programas de orientación, intervención y tratamiento familiar, con el objetivo
de apoyar a las familias, promover sus competencias parentales a favorecer su desarrollo personal y social,
garantizando el bienestar de la infancia y adolescencia en sus distintos contextos de desarrollo.
Una vez finalizado el estudio, se ha presentado la Memoria final de evaluación del Programa de
tratamiento a familias con menores en situación de riesgo o desprotección, de la que cabe destacar los
datos que a continuación se exponen.
En el estudio han participado un total de 479 profesionales de todas las provincias andaluzas y un
total de 147 equipos de tratamiento familiar. Asimismo, un total de 545 personas, tutoras principales a
cargo de hijos e hijas de edades comprendidas entre los 0 y 17 años de edad, de familias atendidas por los
equipos de tratamiento familiar han participado en la investigación.
Es copia auténtica de documento electrónico
En la Memoria se presentan las conclusiones del estudio sobre las que se incluyen propuestas de
mejora para cada una de ellas, relacionadas con el perfil de las familias atendidas y su evaluación, las
condiciones de implementación, la modalidad de intervención, la actitud y grado de participación mostrado
por las familias y sobre el subprograma de reunificación.
- Apostar firmemente por las intervenciones preventivas en cuanto se detectan las primeras
dificultades y riesgos en la familia.
- Diversificar los recursos de intervención familiar, contando con programas de mayor intensidad y
especialización para las familias que presenten niveles de riesgo más alto.
Por todo lo expuesto, teniendo en cuenta la repercusión de los resultados de la evaluación del
Programa de tratamiento a familias con menores en situación de riesgo o desprotección, contenidos en la
Memoria final, tiene en la ciudadanía andaluza y más concretamente en los niños, niñas y adolescentes y sus
familias, se considera oportuno y conveniente que los resultados de esta Memoria final sean conocidos por
parte del Consejo de Gobierno, poniendo en su conocimiento que la memoria será publicada en el Portal de
Transparencia de la Junta de Andalucía.
1
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Autoría
Mª Victoria Hidalgo García (US) (Coordinadora)
Isabel López Verdugo (US) (Coordinadora)
Mª Adela Checa Caruana (UMA)
Mª Mar Díaz Castela (UJA)
Juan Miguel Flujas Contreras (UAL)
Inmaculada Gómez Becerra (UAL)
Olga Gómez Ortiz (UCO)
Lucía Jiménez García (US)
Bárbara Lorence Lara (US)
Francisco Mielgo García (UGR)
Alicia Muñoz Silva (UHU)
Javier Pérez Padilla (UJA)
Pilar Ridao Ramírez (US)
Yolanda Sánchez Sandoval (UCA)
Con la colaboración de Ana Pizarro Carmona (US)
Universidades colaboradoras
Universidad de Almería (UAL)
Universidad de Cádiz (UCA)
Universidad de Córdoba (UCO)
Universidad de Granada (UGR)
Universidad de Huelva (UHU)
Universidad de Jaén (UJA)
Universidad de Málaga (UMA)
Universidad de Sevilla (US)
Coordinación
Mª Pilar Hidalgo Figueroa
Jefa de Servicio de Prevención. Dirección General de Infancia. Consejería de Igualdad y Políticas
Sociales de la Junta de Andalucía.
2
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
3
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
4
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Índice
INTRODUCCIÓN 8
1. La intervención familiar desde una perspectiva positiva, preventiva y fortalecedora 9
2. Incorporación de prácticas basadas en la evidencia y estándares de calidad en el ámbito de la
intervención familiar 11
MÉTODO 15
1. Diseño de la evaluación del programa de Tratamiento a Familias 15
2. Participantes 18
2.1. Profesionales 18
2.2. Familias 20
2.3. Flujo de participantes 23
3. Instrumentos y técnicas 24
4. Procedimiento 29
4.1. Contactos y encuentros de coordinación y/o informativos 30
4.2. Entrevistas a familias usuarias del programa y a profesionales responsables de su
implementación 31
4.3. Entrevistas a familias y profesionales del grupo de comparación 33
4.4. Registro del seguimiento de las sesiones 34
4.5. Investigación acción participativa para la elaboración de la propuesta de modificación del
manual de referencia 35
4.6. Grupos de discusión para la valoración del manual de referencia 38
5. Plan de análisis 39
5.1. Descripción y contraste de variables numéricas 39
5.2. Análisis de variables de naturaleza textual 39
5.3. Análisis de conglomerados 41
5.4. Análisis de efectividad 41
6. Aspectos éticos 42
RESULTADOS 44
1. Perfil de las familias 44
1.1. Factores de riesgo y sucesos estresantes 44
1.2. Calidad del contexto familiar 53
1.2.1. Análisis cuantitativo de la dimensión de calidad del contexto familiar 53
1.2.2. Análisis cualitativo de la calidad del hogar 54
1.2.3. Entorno 55
1.2.4. Competencias parentales 56
1.2.5. Interacciones familiares 56
1.2.6. Seguridad familiar 57
1.2.7. Bienestar de los niños, niñas y adolescentes 58
1.3. Dinámica familiar 59
1.4. Prácticas educativas parentales 60
1.5. Percepción de eficacia parental 61
1.6. Estrés parental 61
1.7. Estrategias de afrontamiento 62
1.8. Satisfacción vital 63
1.9. Ajuste adulto: salud mental general 63
1.10. Calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes 63
1.11. Fortalezas y dificultades de los niños, niñas y adolescentes 63
1.12. Valórame 64
1.12.1. Maltrato físico 65
1.12.2. Maltrato emocional 66
5
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
1.12.3. Negligencia 68
1.12.3.1. Negligencia hacia las necesidades físicas 68
1.12.3.2. Negligencia hacia las necesidades de seguridad 71
1.12.3.3. Negligencia hacia las necesidades formativas 72
1.12.3.4. Negligencia hacia las necesidades psíquicas 73
1.12.4. Abandono 75
1.12.5. Abuso sexual 76
1.12.6. Incapacidad parental para el control de la conducta de los hijos e hijas 77
1.12.7. Otras situaciones de riesgo y desprotección 78
1.12.8. Valoración global 80
1.12.9. Actuaciones ante el riesgo y la desprotección 81
1.13. Tipologías de familias atendidas por los ETF 82
1.13.1. Caracterización de las tipologías de familias atendidas por los ETF 82
1.13.2. Descripción de las tipologías identificadas en función de dimensiones
sociodemográficas y del subprograma 84
1.13.3. Descripción de las tipologías identificadas en función de dimensiones psicológicas 88
2. Análisis de la implementación de la intervención 90
2.1. Características generales de la implementación del programa 90
2.1.1. Temporalización del programa 90
2.1.2. Asistencia de los diferentes miembros de la familia al programa 93
2.1.3. Actitud de las familias durante el proceso de intervención 94
2.1.4. Grado de participación de las familias 95
2.1.5. Evolución de las características de implementación a lo largo del proceso de
intervención 96
2.1.6. Evaluación de la alianza terapéutica 98
2.2. Descripción del desarrollo de la intervención 99
2.2.1. Sistema de categorías para el análisis del desarrollo de la intervención 100
2.2.1.1. Objetivos trabajados en las sesiones de tratamiento 100
2.2.1.2. Metodología de intervención 103
2.2.1.3. Áreas de intervención en las que se producen cambios positivos 110
2.2.1.4. Observaciones 113
2.2.2. Objetivos abordados durante el proceso de tratamiento 114
2.2.2.1. Evolución de los objetivos abordados a lo largo de las fases del proceso de
intervención 116
2.2.2.2. Relación entre los objetivos abordados y el nivel de participación de las
familias 117
2.2.2.3. Relación entre los objetivos abordados y la actitud de las familias 118
2.2.3. Metodología usada en el proceso de intervención 119
2.2.3.1. Técnicas de evaluación empleadas 121
2.2.3.2. Actividades de organización y coordinación con otros servicios 121
2.2.3.3. Técnicas relacionadas con el proceso de intervención 122
2.2.3.4. Técnicas enfocadas al tratamiento per se 122
2.2.3.5. Relación entre la metodología de intervención y el nivel de participación de
las familias 123
2.2.3.6. Relación entre la metodología de intervención y la actitud de las familias 123
2.2.4. Áreas de intervención en las que se detectan cambios positivos 124
2.2.4.1. Relación entre las áreas de intervención con mejoras y el nivel de
participación de las familias 126
2.2.4.2. Relación entre las áreas de intervención con mejoras y la actitud de las
familias 127
2.3. Expectativas y valoración de los y las profesionales sobre el desarrollo de la intervención 127
3. Evaluación de la efectividad 131
6
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
7
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
INTRODUCCIÓN
Como principal contexto de desarrollo y educación durante la infancia y la adolescencia, la familia
constituye un escenario privilegiado para aquellas intervenciones que tratan de promover procesos de
cambio —tanto a nivel individual como relacional— para facilitar un funcionamiento familiar que
garantice la satisfacción de las necesidades evolutivo-educativas de niños, niñas y adolescentes. Esta
finalidad, no obstante, puede ser abordada desde perspectivas y planteamientos muy diferentes; de
hecho, las actuaciones de intervención familiar se han incrementado y han evolucionado mucho en las
últimas décadas, tanto en lo relacionado con los principios que las sustentan como en sus modalidades
de aplicación, contando en la actualidad con muchas más actuaciones que son cada vez más diversas,
cuentan con fundamentos más sólidos y muestran un mejor ajuste a las necesidades de apoyo de las
familias. Así, la mayor sensibilidad social hacia las necesidades y derechos de la infancia junto a los
planteamientos actuales que destacan la responsabilidad de las administraciones públicas de apoyar
a madres y padres en el ejercicio de sus funciones parentales para promover el bienestar infantil, han
contribuido a que en las últimas décadas hayamos asistido en nuestro país a una apuesta decidida de
los y las responsables de las políticas sociales por poner en marcha distintas iniciativas de intervención
y apoyo para familias en situación de riesgo; actuaciones que constituyen intervenciones de
prevención secundaria que se llevan a cabo desde el Sistema Público de Servicios Sociales.
Anticipándose a las regulaciones estatales y autonómicas más recientes que establecen la
necesidad de incorporar este tipo de actuaciones, hace ya dos décadas que en Andalucía se implantó
el Programa de Tratamiento a Familias con Menores, un recurso especializado del Sistema de
Protección a la Infancia que tiene como principal finalidad la promoción del desarrollo integral de los
y las menores andaluces mediante el fortalecimiento de competencias parentales y estrategias de
preservación familiar (BOJA, 2015). A lo largo de la ya dilatada existencia de este programa, 147
equipos dependientes de las administraciones locales y coordinados desde la Consejería de Igualdad,
Políticas Sociales y Conciliación han atendido en toda Andalucía a más de 75.000 familias y unos
150.000 niños y niñas. Sin embargo, y a pesar de los importantes recursos humanos y económicos
empleados desde las distintas administraciones por poner en marcha y mantener el programa
desarrollado por los Equipos de Tratamiento Familiar (ETF) en Andalucía, no se había llevado a cabo
hasta ahora una evaluación rigurosa de la efectividad de este programa. Esta situación no es inusual,
ya que los datos empíricos disponibles sobre los servicios de intervención familiar en España ponen de
manifiesto que el importante aumento de recursos para atender a las familias en situación de riesgo
no se ha visto siempre acompañado de un esfuerzo similar por evaluar de forma rigurosa su eficacia y
eficiencia (Hidalgo et al., 2018), a pesar de que existe cada vez una mayor conciencia de la necesidad
de la evaluación y de la incorporación de prácticas y programas basados en la evidencia (De Paúl et al.,
2015; Spiel, 2009; Spiel y Strohmeier, 2012).
El sólido compromiso de la Dirección General de Infancia de la Consejería de Igualdad, Políticas
Sociales y Conciliación con la mejora de la calidad de los servicios de intervención familiar y el
movimiento basado en evidencias, impulsó la realización de un proyecto de evaluación rigurosa de la
efectividad de este programa, cuya memoria final se presenta en estas páginas. Como puede
comprobarse en esta memoria, se ha llevado a cabo una investigación de evaluación exhaustiva y
completa que ha requerido el esfuerzo de un amplio equipo de investigadores e investigadoras de las
diferentes universidades andaluzas y de varios años para su ejecución. Así, se optó por plantear un
diseño acorde con los estándares de calidad en materia de evaluación de programas, a pesar de la
8
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
complejidad que eso supone. A la complejidad propia del diseño planteado, el desarrollo de la
investigación se ha visto enormemente dificultado por la situación excepcional derivada de la
pandemia y el estado de alarma declarado en nuestro durante gran parte del desarrollo del proyecto;
situación que alteró la labor habitual de muchos ETF durante varios meses y nos obligó a modificar la
temporalización inicialmente prevista. A pesar de todas estas dificultades, hacemos una valoración
muy positiva de los logros conseguidos con el estudio, ya que hemos logrado alcanzar los objetivos
previstos y podemos ofrecer resultados de gran interés para contribuir a la mejora del Programa de
Tratamiento Familiar.
La presente memoria recoge, en primer lugar y dentro de este apartado de introducción, la
fundamentación teórica relacionada con la visión actual de la intervención familiar y la necesidad de
incorporar buenas prácticas basadas en la evidencia. En segundo lugar, en el apartado de método, se
describen el diseño de la investigación y las principales cuestiones metodológicas. En tercer lugar, se
ofrecen los resultados obtenidos en relación a los diferentes objetivos planteados. Finalmente, en el
último apartado, se resumen las principales conclusiones derivadas de los resultados obtenidos y que
deben tenerse en cuenta a la hora de llevar a cabo la revisión del Manual del Programa de Tratamiento
a Familias con Menores.
9
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
10
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
11
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
conocimiento científico, hay que tener en cuenta la realidad del contexto profesional y social en el
que se insertan esas actuaciones (Jiménez e Hidalgo, 2016). Teniendo presente estos principios
generales, es posible identificar criterios de calidad relacionados con el diseño de los programas, con
la implementación y con su evaluación.
En relación con el diseño de las intervenciones, el primer criterio de calidad es que los
programas deben contar con una sólida fundamentación teórica. Un marco teórico de referencia que
permita entender los procesos e influencias que determinan el funcionamiento familiar es el punto de
partida y debe guiar la formulación de objetivos, contenidos y características metodológicas de los
programas de intervención familiar (Asmussen y Brim, 2018). Asimismo, esa fundamentación teórica
debe permitir explicar cómo se produce el cambio gracias a la intervención, es decir, cómo se produce
una mejora relevante en la calidad de vida de las familias después de participar en dicho programa.
Disponer y hacer explícito el modelo de cambio constituye un criterio de calidad esencial para
ga a tiza el é ito de las i te e io es Deko ić et al., ; Gottf edso et al, ; “ all et al.,
2009). Tanto para la definición del marco teórico como del modelo de cambio es fundamental
delimitar adecuadamente la población destinataria de la intervención. Partir de las necesidades y
fortalezas específicas de las familias que van a participar en el programa facilita que éste se ajuste a
sus necesidades y responda a sus expectativas, aspectos claves para asegurar su efectividad (Özdemir
et al., 2021; Samuelson, 2010).
Otro criterio de calidad relacionado con el diseño de los programas tiene que ver con su grado
de sistematización, que en el caso de los programas basados en evidencias es tan alto que permite
que puedan ser aplicados por personas distintas a las que lo diseñaron (De Paúl, 2012). En este
sentido, es fundamental disponer de un manual detallado del programa que contenga información
sobre: el perfil de la población destinataria y los procesos de selección y derivación; la fundamentación
teórica y los modelos de cambio; los objetivos, contenidos y efectos esperados; la metodología, las
técnicas y las actividades a desarrollar; los componentes clave y los elementos adaptables; las
condiciones de implementación; el diseño de evaluación; los procesos de selección, formación y
supervisión de profesionales; los criterios de adherencia; y los recursos y costes necesarios para su
aplicación (Flay et al., 2005; Gottfredson et al., 2015; Maya, 2019; National Academy for Parenting
Practitioners, 2008). Para alcanzar este alto grado de sistematización, la colaboración entre
responsables institucionales, profesionales e investigadores en todas las fases del desarrollo de los
programas de intervención familiar es esencial (Rodrigo et al., 2015).
La constatación de que un diseño sólido y sistematizado no es suficiente para asegurar la
efectividad de las intervenciones ha dirigido el foco de atención en los últimos años hacia los
estándares de calidad relacionados con la implementación de los programas. En relación con las
condiciones de implementación, hay un importante consenso en destacar como criterios de calidad
relacionados con el éxito de las intervenciones el apoyo institucional, la formación y supervisión de
los profesionales, una adecuada combinación de fidelidad y flexibilidad y contar con mecanismos que
facilitan la adherencia de los y las participantes a la intervención (Casillas et al., 2016; Child Welfare
Information Gateway, 2013; Durlak y DuPre, 2008; Fixsen et al., 2005; 2009; Hidalgo et al., 2016;
Proctor et al., 2009). Por otro lado, actualmente predomina una comprensión cada vez más ecológica
y compleja de los procesos de implementación que, además de identificar las condiciones que facilitan
el éxito de las intervenciones, aboga por la necesidad de incluir el análisis de la relevancia, la viabilidad
y la sostenibilidad —que va más allá de la tradicional relación coste-beneficio—, el estudio de la validez
12
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
ecológica, y una comprensión del contexto de intervención como sistema complejo y dinámico, con
relaciones interdependientes y en continua negociación entre participantes, componentes de la
intervención y elementos del contexto (Kilburn y Mattox, 2016, Kumpfer et al, 2012; Yarbrough et al.,
2011).
Los estándares de calidad relacionados con la evaluación constituyen, sin duda, el rasgo más
distintivo de los programas basados en evidencias. Se trata de programas que han demostrado
científicamente su efectividad, esto es, han demostrado que producen cambios relevantes en los
participantes en las dimensiones objeto de intervención. Existe cierto consenso a nivel internacional
en reconocer que los programas basados en evidencias son aquellos que han probado su eficacia, han
demostrado su eficiencia, y cuentan con garantías para su diseminación (Flay et al., 2005; Gottfredson
et al., 2015). Para la evaluación de eficacia, son necesarios diseños longitudinales que contemplen
algún grupo de comparación y permitan comprobar mediante análisis estadísticos apropiados y con
instrumentos de evaluación validados el cambio experimentado por los y las participantes en la
intervención. Además, se considera que los cambios deben tener un tamaño de efecto relevante,
haber sido probados mediante diversas evaluaciones externas de impacto y con evaluaciones de
seguimiento al menos a medio plazo (Flay et al., 2005). En relación con el tipo de estrategias de
evaluación más comunes para demostrar la eficacia de un programa, cabe señalar que nos
encontramos en un momento de redefinición. Frente a la posición que defiende la visión más estricta
con estudios experimentales con grupo control de asignación aleatoria como la única opción válida,
cada vez son más las voces que abogan por una visión plural de la evaluación que considere no
solamente la adecuación metodológica, sino también su utilidad, su viabilidad y su rigor ético (e.g.,
Boddy et al., 2011; Moran et al., 2004; Yarbrough et al., 2011). Este enfoque plural de concebir la
evaluación está basado en una perspectiva de derechos, que considera la voz de los niños, niñas y
adolescentes y de las familias, e incorpora como requisito establecer relaciones entre resultados de
evaluación y derechos. Finalmente, este enfoque plural de evaluación establece una relación de doble
dirección con la práctica profesional; es decir, se nutre del saber experiencial profesional y devuelve
resultados a la práctica, parte del contexto real y está comprometida con la promoción del
pensamiento evaluativo en el contexto profesional (Jiménez e Hidalgo, 2016).
La evaluación de eficiencia está en consonancia con esta consideración plural y situada de la
evaluación de programas, asumiendo que es necesario comprobar la eficacia de las intervenciones en
condiciones diversas de aplicación (Flay et al., 2005). Para la evaluación de eficiencia es necesario
analizar el proceso de implementación, con objeto de explorar variaciones en los resultados del
programa y poder determinar qué perfil de familias se benefician más de cada intervención (Moran et
al., 2004). Entre los elementos más destacados en relación con la implementación de los programas
figura el apoyo institucional, la formación de los y las profesionales, la flexibilidad y la fidelidad en la
aplicación del programa (Hidalgo et al., 2016). Los datos empíricos disponibles muestran que niveles
más altos de fidelidad van acompañados de mejores resultados de los programas (Durlak y DuPre,
2008). Por ello, para promover la fidelidad hay que asegurarse de que los elementos identificados
como clave se mantengan en todas las aplicaciones del programa. No obstante, no debe olvidarse que
es crucial el equilibrio entre fidelidad y flexibilidad a lo largo del proceso de implementación, ya que
la adaptación del programa a diferentes contextos de intervención constituye un elemento
fundamental para garantizar su diseminación y validez ecológica (Cabassa y Baumann, 2013).
13
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Finalmente, tras demostrar su eficacia y eficiencia, los programas necesitan una evaluación
para su diseminación. Así, un programa estará listo para su difusión cuando haya probado su eficacia
en contextos diversos, para lo que es necesario realizar adaptaciones culturales del programa para
garantizar su validez ecológica (Kumpfer et al., 2012). Con objeto de adaptar un programa a un
contexto concreto de intervención sin desvirtuarlo es necesario tanto conocer las necesidades
específicas de la población destinataria, como que estén claramente diferenciados los elementos
adaptables del programa de aquellos que no pueden modificarse (elementos clave); siendo los
primeros los que pueden adaptarse a las características específicas de cada contexto de aplicación
(Kumpfer et al., 2012). Finalmente, la información sobre los costes y disponibilidad del programa son
fundamentales para comenzar este proceso de diseminación (Flay et al., 2005). En relación con las
garantías de validez ecológica, además de la voz de las propias familias, tener en cuenta la opinión de
profesionales y responsables institucionales es fundamental para desarrollar intervenciones
contextualmente relevantes (Jiménez e Hidalgo, 2016). En especial, la consideración de los y las
responsables institucionales permite ajustar aspectos del programa al contexto económico, socio-
cultural y organizativo en el que debe implementarse y ayuda a acercar las perspectivas de
investigadores y responsables políticos en materia de apoyo a las familias y a sus hijos e hijas,
perspectivas que no siempre van de la mano (Spiel y Strohmeier, 2012), y cuya continuidad ayuda a
que se apoyen propuestas de intervención basadas en la evidencia (Spiel, 2009).
En definitiva, para incorporar programas de intervención familiar basados en evidencias que
cumplan con los estándares de calidad se requiere que investigadores, profesionales y responsables
institucionales y políticos trabajen juntos en su diseño e implementación, incorporando estrategias de
evaluación de efectividad adecuadas desde presupuestos metodológicos, éticos y prácticos. Esta
colaboración permitirá la puesta en marcha de programas teóricamente fundamentados, basados en
una perspectiva de derechos, efectivos y culturalmente adaptados a las necesidades y fortalezas
específicas de niños, niñas, adolescentes y sus familias; programas aplicados con fidelidad a los
componentes centrales del mismo, en las mejores condiciones de implementación y teniendo como
destinatarios a familias que tienen el perfil que más se beneficia de la intervención (Jiménez e Hidalgo,
2016).
14
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
MÉTODO
En este capítulo se describe la metodología empleada para el desarrollo de este estudio.
Concretamente, en primer lugar, se presenta el diseño de evaluación en términos generales.
Posteriormente se describe la muestra de participantes, detallando tanto los y las profesionales
implicados como las familias atendidas que participaron en la investigación. En tercer lugar, se detalla
el procedimiento de recogida de información llevado a cabo. Posteriormente, se describe el plan de
análisis para dar respuesta a los distintos objetivos de la investigación. Finalmente, se presentan los
estándares éticos de investigación seguidos en este estudio.
15
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
16
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 1. Diseño de la propuesta de evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
de Andalucía
17
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
inicial con los datos del postest, ha permitido analizar el impacto conseguido con la
intervención.
Evaluación del proceso de implementación. Esta fase se ha planteado como una evaluación
continua del programa y sólo se ha llevado a cabo con el grupo de intervención. Ha
consistido en un registro que los y las profesionales responsables de la intervención
completaban en cada sesión de trabajo con cada familia, prolongándose durante todo el
periodo de tiempo que duraba la intervención con las familias de la muestra de estudio. Se
ha recogido información relacionada con el desarrollo de las sesiones y el proceso de
implementación: actividades desarrolladas, asistencia y motivación de los y las
participantes, áreas de intervención en la que se han detectado cambios positivos,
etcétera. Además, durante el desarrollo del estudio se recogió información acerca de la
valoración sobre el programa y el manual de referencia por parte de los y las profesionales.
2. Participantes
Para la realización de este estudio se ha contado con tres muestras diferentes, por un lado, el grupo
de intervención (GI) formado por 545 figuras parentales, a cargo de 1015 niños, niñas y adolescentes,
atendidas en el programa de Tratamiento a Familias con Menores en Andalucía; y por otro, 479
profesionales que atienden a dichas familias. Así mismo, como se ha indicado en el diseño, el proyecto
incluye un grupo de comparación (GC) formado por 112 figuras parentales, a cargo de 222 niños, niñas
y adolescentes, con un perfil psicosocial semejante al del grupo de intervención, pero que no son
atendidas por los Equipos de Tratamiento Familiar, aunque puedan estar disfrutando de otro tipo de
actuación o ayuda por parte de los Servicios Sociales o de alguna entidad privada. En este apartado se
describe el grupo de intervención así como a los profesionales, mientras que en el bloque referido a
los resultados de eficacia de la intervención se describe el grupo de comparación.
2.1. Profesionales
En el estudio han participado un total de 479 profesionales de todas las provincias andaluzas. En la
Figura 2 se presentan los porcentajes de profesionales participantes en cada provincia andaluza.
18
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Cádiz
14,19% Sevilla
21,30%
Málaga
18,18% Córdoba
8,79%
Huelva
Jaen 8,79%
9,19%
Granada Almería
10,59% 8,99%
Cádiz
Sevilla
14,97%
19,73%
Málaga
17,01% Córdoba
10,20%
Huelva
Jaen 8,84%
8,16%
Granada Almería
12,93% 8,16%
19
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1. Sexo, edad, experiencia previa, perfil profesional y formación específica en intervención
familiar por provincias
Formación
Sexo Edad Experiencia Perfil Profesional Intervención
Familiar
Trabajador/a
Mujer Hombre M M Psicólogo/a Educador/a Sí No
Social
Almería 86.05% 13.95% 41.82 6.90 32.56% 32.56% 34.88% 81.40% 18.60%
Cádiz 76.47% 23.53% 45.60 12.27 39.71% 30.88% 29.41% 98.53% 1.47%
Sevilla 76.47% 23.53% 46.94 9.12 35.29% 30.39% 34.31% 89.22% 10.78%
Córdoba 85.71% 14.29% 45.84 13.52 33.33% 35.71% 30.95% 97.44% 2.56%
Granada 80.39% 19.61% 47.92 11.86 31.37% 37.25% 31.37% 88.24% 11.76%
Huelva 85.71% 14.29% 44.84 11.06 35.71% 30.95% 33.33% 80.95% 19.05%
Jaén 70.45% 29.55% 45.93 10.37 29.55% 40.91% 29.55% 90.70% 9.30%
Málaga 86.21% 13.79% 47.88 13.12 37.93% 25.29% 36.78% 97.70% 2.30%
A la finalización del estudio, un 7.52% del total de profesionales no formaba parte del equipo
al que pertenecía inicialmente por diversas razones. Las causas de baja encontradas han sido: traslado
a ERACIS, a otro ETF o a los servicios sociales comunitarios; cambio de perfil profesional, de ETF a
orientadora de Educación Secundaria; enfermedad; desempleo o fin de contrato.
2.2. Familias
Un total de 545 personas, tutoras principales a cargo de hijos e hijas de edades comprendidas entre
los 0 y 17 años de edad, de familias atendidas por los ETF han participado en la investigación. La
distribución porcentual por provincias de la muestra se representa en la Figura 4.
Jaén
8,75%
Sevilla
Granada 21,04%
12,53%
Almería Córdoba
12,29% Huelva 7,33%
10,17%
20
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Riesgo Reunificación
En la Tabla 2 se observan las características familiares de los y las participantes que han
finalizado el estudio. Concretamente, se detallan las cifras en relación a la estructura familiar,
composición e ingresos de cada unidad familiar. En general, los datos referidos a la estructura de las
familias fueron similares para toda la comunidad, con algunas diferencias entre provincias; por
ejemplo, Sevilla y Córdoba destacaron por una elevada proporción de familias con estructura
monoparental; mientras que en Málaga, Cádiz y Jaén hubo un mayor número de familias biparentales.
Las familias eran mayoritariamente nucleares, destacando Córdoba por un mayor porcentaje de
estructura familiar con familia extensa. En un 43.99% de las familias participantes no había estabilidad
familiar, siendo Cádiz y Jaén las provincias en las que estos datos fueron más acusados. Además,
prácticamente 1 de cada 2 familias se caracterizaron por la falta de estabilidad de los ingresos,
destacando Huelva como la provincia en la que las familias presentaban un mayor nivel de
inestabilidad.
21
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
En relación al perfil del tutor o tutora principal, cabe señalar que en su mayoría eran
progenitores o progenitoras, siendo los tíos y tías o los abuelos y abuelas quienes han desempeñado
el rol de cuidador como figura alternativa a la materna o paterna. Fundamentalmente, la persona que
figura como tutora principal son mujeres. El nivel de instrucción de los tutores o tutoras de referencia
fue bajo: 3 de cada 4 personas responsables de una unidad familiar (78.85%) carecían de estudios o
solo habían finalizado los estudios primarios. El bajo nivel de instrucción ha predominado junto a una
escasa cualificación laboral (nivel bajo o sin cualificación laboral). La situación laboral difería entre
provincias, aunque la media de la comunidad autónoma indicó una mayor proporción de personas
inactivas laboralmente en el período en el que se ha desarrollado la investigación. A nivel provincial,
destacó Huelva como la provincia con mayor proporción de participantes en situación de desempleo.
A partir de los datos analizados, el perfil del tutor o tutora principal ha sido el de una madre de 39
años, con nivel bajo de estudios y de cualificación laboral, y una situación laboral inestable.
22
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
La Tabla 4 refleja las características de los hijos y las hijas cuya situación de riesgo social (o la
valoración para su reintegración familiar) han motivado las actuaciones de los ETF. Se ha evaluado la
situación de 668 niños, niñas y adolescentes que han finalizado, junto a sus familias, su participación
en el estudio. La distribución por sexos ha sido equitativa en la mayoría de las provincias con algunas
diferencias. Granada fue la provincia con mayor representatividad masculina entre niños varones
evaluados, especialmente en el «hijo 1»; mientras que la muestra de Jaén y Sevilla destacó por un
mayor número de niñas. La mayoría de las personas menores de edad participantes no se hallaban en
situación de «retirada», lo cual era esperable pues las familias del estudio pertenecían
fundamentalmente al subprograma de riesgo. Un total de 10 familias (14% del total de participantes)
tenía a alguno de sus hijos o hijas bajo medidas de protección: 33 familias tienen hijos o hijas en
situación de acogimiento familiar (7.83%), 19 en acogimiento residencial (4.52%) y 10 con hijos o hijas
con otras tipologías de medidas de protección (2.44%). Cádiz ha destacado como la provincia con un
mayor número de niños, niñas o adolescentes en situación de desprotección con retirada del núcleo
familiar.
23
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
3. Instrumentos y técnicas
Para abordar los objetivos propuestos en este proyecto se ha empleado una metodología mixta que
combina un abordaje tanto cualitativo como cuantitativo. Para ello, se han utilizado distintos
instrumentos y técnicas para obtener información de las dimensiones de estudio seleccionadas en los
diferentes momentos de recogida de datos (inicial, proceso, final y de seguimiento) en función de los
24
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
25
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Perfil de los/as profesionales y Valoración del programa (PV) (Ad hoc). A través de este
instrumento se recoge el perfil sociodemográfico de los y las profesionales que integran los Equipos
de Tratamiento Familiar, incluyendo su formación y años de experiencia laboral. Además, se evalúa el
grado de identificación de los y las profesionales con el programa, su motivación para aplicarlo, su
percepción de eficacia y utilidad, la fidelidad en su implementación, la valoración general del
programa, así como los aspectos que consideran deberían cambiarse para mejorarlo. Consta de 11
indicadores con formatos diversos de respuesta (dicotómica, múltiple, tipo Likert y abierta) (e.g.,
«¿Crees que el programa es eficaz y útil para alcanzar los objetivos para los que fue diseñado?»).
Perfil Sociodemográfico, Historial de Intervención y Pronóstico (PS-HIP) (Ad-hoc). Este
instrumento permite recoger información sobre el perfil sociodemográfico de las figuras parentales
que participan en el programa y de su familia, así como algunos datos relevantes sobre la relación con
los servicios sociales y los antecedentes de riesgo que caracterizan la situación familiar. Consta de
ítems con formatos diversos de respuesta (dicotómica, múltiple, abierta).
Escala de evaluación familiar de Carolina del Norte (NCFAS) (Kirk et al., 2007). La NCFAS es una
escala de evaluación que aporta información acerca de las fortalezas y debilidades de la familia como
contexto de desarrollo. La NCFAS permite evaluar el funcionamiento familiar en cinco dominios:
entorno, competencias parentales, interacciones familiares, seguridad familiar y bienestar infantil. De
cada dominio, y de acuerdo con unas directrices de corrección, el o la profesional debe hacer una
valoración de los indicadores específicos y una valoración referida a cada dominio de forma global.
Además, es posible calcular una puntuación total de la escala. La NCFAS contiene un total de 36
indicadores, 5 globales y 31 específicos, cada uno de ellos acompañados de una definición operativa
asignada a cada puntuación, la cual se distribuye en una escala continua de seis puntos: (de +2 = clara
fortaleza a -3 = problema serio) (e.g., «Habitabilidad de la vivienda»). El análisis de fiabilidad de las
dimensiones de la escala y la puntuación total mostró resultados satisfactorios: escala global = .90;
entorno = .87; competencias parentales = .75; interacciones familiares = .72; seguridad = .73 y
bienestar del niño = .88.
Systemic Clinical Outcomes and Routine Evaluation (SCORE-15) (Stratto et al., 2010). Se trata
de una medida auto-administrada ampliamente utilizada en terapia familiar para valorar la dinámica
familiar. Este instrumento permite el cálculo de una puntuación total, así como por subescalas:
fortalezas y capacidad de adaptación, preocupados o angustiados, y dificultad para comunicarse. Se
trata de una propuesta de 15 ítems, expresados en una escala tipo Likert con cinco opciones de
26
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
respuesta (de 1 = nada, no nos describe a 5 = mucho, nos describe muy bien) (e.g., «Cuando alguno de
nosotros está preocupado o alterado, la familia le cuida»). La fiabilidad obtenida en el estudio fue:
escala global = .55; fortalezas y capacidad de adaptación = .84; preocupados o angustiados = .84 y
dificultad para comunicarse = .72.
Prácticas Educativas Parentales (PEP) (Arnold et al., 1993; Barber, 1996; Barber et al., 1994;
Robinson et al., 2001). Se trata de una compilación de subescalas procedentes de varios instrumentos
que evalúan distintos aspectos de la conducta parental: calidez y apoyo, razonamiento/inducción,
participación democrática, permisividad, reactividad excesiva e intrusismo. En su conjunto, el PEP está
compuesto por un total de 33 ítems con respuesta tipo Likert, cuyos valores están supeditados a la
dimensión evaluada: de 1 = nunca a 5 = siempre para las subescalas de calidez y apoyo,
razonamiento/inducción y participación democrática, de 1 = nunca a 7 = siempre para las subescalas
de permisividad y reactividad excesiva y de 1 = totalmente en desacuerdo a 6 = totalmente de acuerdo
para la subescala de intrusismo (e.g., «Cuando mi hijo/a se porta mal, le levanto la voz o le grito»). Los
análisis de fiabilidad arrojaron los siguientes datos: escala global = .72; calidez y apoyo = .771;
razonamiento/inducción = .661; participación democrática = .54; permisividad = .61; reactividad
excesiva = .72 e intrusismo = .57.
Parental Sense of Competence (PSOC) (Johnston y Mash, 1989). Este instrumento evalúa la
competencia parental percibida como madre o padre. Concretamente, examina dos dimensiones
centrales relativas al rol parental: la eficacia percibida como madre/padre y la satisfacción con el rol
parental. El PSOC está compuesto por 16 ítems en formato Likert con seis opciones de respuesta, que
progresa entre 1 = totalmente en desacuerdo y 6 = totalmente de acuerdo (e.g., «Teniendo en cuenta
el tiempo que llevo siendo madre/padre, me manejo muy bien con estas cosas»). El análisis de
fiabilidad de esta escala obtuvo un alfa igual a .84.
Parental Stress Scale (PSS) (Berry y Jones, 1995). Es una escala elaborada para valorar el grado
de estrés parental en adultos con menores a cargo. Este protocolo propone una versión reducida y
adaptada de la escala al español de Oronoz et al. (2007). Se trata de una escala autoadministrada que
evalúa tanto experiencias positivas (recompensas) como negativas relacionadas con la paternidad
(estresores). Presenta 12 ítems, expresados en una escala tipo Likert con cinco opciones de respuesta
(de 1 = no, totalmente en desacuerdo a 5 = sí, totalmente de acuerdo) (e.g., «El comportamiento de
mi hijo/a a menudo me resulta incómodo o estresante»). La fiabilidad de esta escala global se situó
en.82; en la dimensión de recompensas = .83 y en la de estresores = .78.
Coping Strategies Inventory (CSI) (Cano et al., 2007). Esta herramienta informa acerca de las
estrategias de afrontamiento que utiliza una persona ante una situación vital estresante. Este
instrumento presenta ocho escalas: resolución de problemas, reestructuración cognitiva, apoyo
social, expresión emocional, evitación de problemas, pensamiento desiderativo, retirada social y
autocrítica. Este instrumento consta de 40 ítems con una escala Likert de cinco opciones (0 = en
absoluto a 4 = totalmente) indicando la frecuencia con la que usa la estrategia descrita en tal situación.
Al final de la escala se responde una pregunta abierta adicional acerca de la autoeficacia percibida del
afrontamiento (e.g., «Me consideré capaz de afrontar la situación»). La fiabilidad de la escala global
fue de .87 y los datos de fiabilidad de las subescalas fueron los siguientes: resolución de problemas =
.78; reestructuración cognitiva = .74; apoyo social = .77; expresión emocional = .81; evitación de
problemas = .63 pensamiento desiderativo = .82; retirada social = .72; autocrítica = .88.
27
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Satisfaction with Life Scale (SV) (Diener et al., 1985). El propósito de este instrumento es
evaluar la satisfacción vital como juicio global que hacen las personas sobre su vida. Se trata de una
escala de cinco preguntas con siete opciones de respuesta tipo Likert (de 1 = totalmente en desacuerdo
a 7 = totalmente de acuerdo). Con respecto a la fiabilidad de esta escala, el alfa de Cronbach alcanzó
un valor de .82.
Global Health Questionnarie (GHQ-12) (Goldberg y Williams, 1988). Este instrumento evalúa
la salud autopercibida mediante una puntuación global. Se trata de una propuesta de 12 ítems,
expresados en una escala tipo Likert con cuatro opciones de respuesta (de 1 = mucho menos que lo
habitual a 4 = mejor de lo habitual) (e.g., «¿Te has notado constantemente agobiado y en tensión?»).
El análisis de la fiabilidad dio como resultado un alfa de Cronbach igual a .74.
Registro para el Seguimiento de las Sesiones (RSS) (Ad hoc). Este instrumento recaba
información de interés sobre la intervención familiar sesión a sesión. Consta de 10 preguntas con
formatos diversos de respuesta (múltiple, abierta) relativas a las características de la sesión (fecha,
profesionales presentes, lugar de celebración), la asistencia, motivación y participación de las familias,
el desarrollo de la sesión (objetivos, metodología, áreas de intervención y otras actuaciones) y otras
observaciones (e.g., «Metodología, describir técnicas utilizadas para trabajar con la familia»).
28
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
4. Procedimiento
Para dar cumplimiento a los objetivos planteados se ha llevado a cabo una importante tarea de
recogida de información de forma coordinada en las ocho provincias andaluzas. Se ha incluido el
mayor número posible de familias del total de las que accedían al programa en los diferentes equipos
andaluces desde julio de 2020 a enero de 2021. Paralelamente se ha realizado un importante esfuerzo
para formar un grupo de comparación que permitiese efectuar análisis de impacto y de eficacia del
programa. Para la formación de ambas muestras ha resultado imprescindible la colaboración de los y
29
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
las profesionales de los Equipos de Tratamiento Familiar, que además han participado en las distintas
fases del estudio como informantes. También se ha contado con un grupo de profesionales de los
Equipos de Tratamiento Familiar de cada provincia para la realización de grupos de discusión sobre la
valoración del manual de referencia del programa.
La fase de recogida de información ha sido una tarea bastante compleja, no solo por las
características específicas de las familias sino también por la importancia de simultanear esta fase del
proyecto en las ocho provincias, por la necesidad de consensuar criterios de evaluación y de
procedimiento, así como por la dispersión geográfica de los equipos y la temporalización del estudio
que ha estado sujeta en todo momento a los procesos de intervención con las familias. A las
dificultades inherentes a una recogida de datos tan amplia como diversa, hay que añadir los
inconvenientes que ha supuesto la pandemia por la COVID-19, especialmente en la fase inicial
(recogida de datos pretest) y en la primera parte de la fase de seguimiento. El cierre perimetral de
muchos municipios en momentos distintos, el confinamiento de familias, de profesionales de los ETF
y/o del personal investigador obstaculizaron en muchas ocasiones el ritmo de la investigación. No
obstante, se ha podido llevar a cabo una recogida de información bastante homogénea en las ocho
provincias con pequeños ajustes en función de las necesidades de los diferentes equipos y de las
familias atendidas.
En este estudio se han cumplido los estándares éticos relativos a la investigación con seres
humanos. Así, los y las participantes recibieron información acerca de los objetivos de la investigación
y del carácter voluntario de la misma, de acuerdo con los estándares recogidos en la normativa vigente
al respecto sobre la protección de datos personales, la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de
Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales (Boletín Oficial del Estado 294,
2018).
30
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
La coordinación con los miembros del equipo investigador de las ocho provincias andaluzas
ha sido absolutamente necesaria para poder llevar a cabo la recogida de datos, la
preparación estadística de los datos y la elaboración de los resultados de manera síncrona.
Para ello, además del contacto personal continuado se han mantenido encuentros
periódicos de todo el equipo en los que se han abordado cuestiones relativas a: la
planificación de la investigación, organización de la recogida y el picado de datos,
organización y realización de los grupos de discusión, análisis y elaboración de resultados,
así como todas las cuestiones relativas a la marcha del proyecto que han ido surgiendo en
cada provincia.
3. Responsables del estudio en cada provincia con las Jefaturas de los Servicios de Prevención
de cada provincia y la Coordinación de los ETF.
De manera continuada, se han mantenido contactos con los y las responsables del
Programa de Tratamiento Familiar en cada provincia con los siguientes objetivos: (1)
aportar información relativa a la puesta en marcha del proyecto; (2) presentar el protocolo
de implementa ió del is o o jeti os, fases, pe fil de las fa ilias… , así o o las
actuaciones de las diferentes fases; (3) solicitar la colaboración y el compromiso de los y las
responsables del Programa para facilitar la implicación de los y las profesionales de los ETF;
(4) revisar el nivel de participación de los diferentes equipos, analizar las causas de la falta
de implicación y buscar estrategias conjuntas que faciliten la incorporación del mayor
número de equipos al estudio; (5) solicitar colaboración para la formación de los grupos de
discusión sobre la valoración del manual de referencia; (6) agradecer y reforzar la
colaboración a lo largo de todas las fases.
4. Además de estas reuniones y contactos dirigidos fundamentalmente a la coordinación y
puesta en marcha de la investigación, ha existido un intercambio constante con los y las
profesionales de los ETF.
Estos contactos han permitido tanto para el grupo de intervención como para el grupo de
comparación: seleccionar a las familias participantes; organizar los encuentros con las
familias para la realización de las entrevistas de la fase inicial y final; recabar la información
de los protocolos de evaluación de los y las profesionales referidas a ambas fases del
estudio; y recepcionar la información sobre el seguimiento de la intervención.
31
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Entre los meses de julio de 2020 y enero de 2022 se procedió a la recogida de información en
los diferentes equipos, referida tal y como ya se ha indicado a las familias que se incorporaron al
programa desde julio de 2020 hasta enero de 2021. La recogida de información ha implicado
diferentes actuaciones que incluyen tanto a las familias como a los y las profesionales.
En relación a las familias:
1. Elección por parte de cada equipo de un profesional de contacto con la persona del equipo
de investigación encargada de las entrevistas.
2. Selección de las familias participantes por parte de los equipos y presentación de las
mismas al investigador. En algunos casos se revisó el perfil de las familias para decidir su
inclusión en la evaluación.
3. Acuerdo de las fechas de las citas entre el profesional de contacto, la familia y el equipo
investigador.
4. Firma del formulario de información y consentimiento informado para participar en el
estudio.
5. Entrevistas personales a cada uno de los miembros responsables de los niños, niñas y
adolescentes de las familias incluidas en el estudio, con una duración aproximada entre 75
y 90 minutos para cada fase del estudio. Las entrevistas se han realizado de dos formas,
presencialmente o por vía virtual/telefónica, en función de la situación sanitaria y de la
disponibilidad de las familias.
En relación a los y las profesionales:
1. Firma del formulario de información y consentimiento informado tanto para participar en
el estudio.
2. Cumplimentación por parte de los y las profesionales de los equipos de una ficha general
sobre perfil profesional y cuestiones relacionadas con el programa evaluado, en la que se
incluye una pregunta de carácter cualitativo en la que los profesionales tienen la
oportunidad de realizar propuestas para la mejora del programa. Esta ficha era remitida vía
mail y había de ser devuelta por este mismo canal al grupo coordinador del equipo de
investigación para su posterior análisis.
3. Cumplimentación por parte de un miembro del ETF de los protocolos de evaluación pretest
y postest para profesionales, que incluyen cuestiones relacionadas con el perfil
sociodemográfico de las familias, indicadores de riesgo y dinámica familiar. Al igual que en
el caso anterior, estos protocolos de evaluación eran remitidos vía mail y habían de ser
devueltos por este mismo canal. El o la profesional responsable de responder a estas
cuestiones ha sido habitualmente el miembro del equipo de referencia en la intervención
con cada una de las familias.
4. Seguimiento del proceso de intervención mediante las fichas de seguimiento que el
profesional de referencia completaba una vez al mes con información del trabajo realizado
con la familia hasta que esta saliera del recurso o, en su caso, hasta la realización del
postest. Conforme los y las profesionales cumplimentaban las fichas de seguimiento, estas
eran enviadas vía mail al grupo coordinador del equipo de investigación.
32
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
33
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
34
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
el criterio de completar una hoja de seguimiento del casos por sesión, en cuyo caso se seleccionó para
cada mes la hoja al mes que estuviera más completa (una descripción más detallada de la
intervención) y fuera más cercana en tiempo al inicio del mes; (b) se completó una hoja de seguimiento
para varios meses (incluso una única hoja para toda la intervención familiar), en cuyo caso no fue
posible hacer un tratamiento mensual de los datos sino exclusivamente globales; (c) no se completó
ninguna hoja de seguimiento a lo largo de la intervención, en cuyos casos esta información no fue
tratada al no estar disponible.
35
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 7. Fases en el desarrollo de la IAP para la mejora y/o modificación del manual de referencia
a) Inmersión en la
realidad de estudio
Fase 1. Detección del b) Recogida de
necesidades información
c) Diagnóstico de la
a) Análisis de la
realidad de estudio
información Fase 2. Elaboración
b) Redacción del diseño conjunta del Plan de
de la propuesta de Acción para la
modificación del Manual a) Puesta en marcha de
modificación
de Referencia la propuesta de
c) Revisión de la
propuesta diseñada modificación del
Fase 3. Implementación Manual (acción)
y evaluación de la b) Recogida de
propuesta de información para la
a) Recogida y análisis de modificación del Manual
información de Referencia evaluación
b) Realización de ajustes (observación)
c) Reflexión sobre nuevas c) Análisis de la
acciones y Fase 4. Seguimiento información
transformaciones y retroalimentación (investigación)
d) Nuevos diagnósticos: d) Revisión de la
repetición del ciclo implementación y sus
efectos
e) Ajuste de la
propuesta de
modificación del
Manual y nueva
implementación
36
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
concreto, se han llevado a cabo los siguientes procedimientos para la recogida de información,
algunos de los cuales se concluyeron en el primer año de ejecución del proyecto:
o Análisis documental: revisión del manual de referencia de los Equipos de Tratamiento
Familiar, así como de documentación relacionada con la intervención familiar y de la
literatura científica actual sobre la temática de estudio.
o Entrevistas y cuestionarios: los y las profesionales y las familias durante las diferentes
fases del estudio han aportado información muy valiosa sobre el programa a través de
entrevistas semiestructuradas y/o de la cumplimentación de diversos cuestionarios de
evaluación estandarizados.
o Observación indirecta: desde que una familia era incorporada al estudio se realizaba
un seguimiento de las actuaciones a través de las fichas de seguimiento completadas
por los y las profesionales. El análisis de estas fichas ha aportado información muy
valiosa sobre las intervenciones realizadas, así como sobre la utilidad y funcionalidad
real del manual actual en la labor de los y las profesionales.
o Grupos de discusión: profesionales, responsables e investigadores de las diferentes
provincias se han reunido para intercambiar opiniones e ideas acerca de las semejanzas
y diferencias entre el desempeño diario, la información descrita en el manual de
referencia y la recabada sobre el proceso de implementación.
c) Diagnóstico de la realidad de estudio. A partir del trabajo realizado se delimitó la temática
de estudio de manera conjunta entre investigadores, profesionales y responsables
institucionales. Aunque existía un interés inicial por modificar y mejorar el manual de
referencia, era necesario concretar las principales necesidades de mejora o de cambio
detectadas, puesto que ello ayudaría a identificar los recursos y las ayudas disponibles, así
como los posibles obstáculos, tanto subjetivos como objetivos. Para ello, se han realizado las
siguientes acciones:
o Formación del grupo de trabajo de la IAP (GIAP): partiendo de los planteamientos
generales del modelo de trabajo basado en la IAP, se conformó un grupo de trabajo
que se ha reunido de manera continua desde su formación en noviembre de 2021
hasta la finalización del proyecto. El grupo de trabajo ha estado formado por tres
investigadoras de la Universidad de Sevilla, tres miembros de la Dirección General de
Infancia y tres profesionales de diferentes Equipos de Tratamiento Familiar. Además,
a las sesiones de trabajo se han incorporado la Directora General de Infancia y la
Subdirectora.
o Análisis de la información: el análisis de los datos y su interpretación ha constituido
una herramienta muy valiosa para la toma de decisiones avaladas desde la práctica y
con rigor científico. En esta memoria se ha incluido en el bloque de resultados el
análisis de toda la información recogida durante el periodo de ejecución del proyecto.
o Elaboración participativa de un informe priorizado de necesidades: constituyó un
primer producto del grupo de trabajo, en el que se incluyeron las necesidades de
cambio o mejora detectadas tras el análisis de la información, así como las fortalezas
del manual actual.
37
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Fase 2. La elaboración conjunta del plan de acción para la modificación del manual de referencia que
ha incluido las siguientes actuaciones llevadas a cabo por el grupo de trabajo, contando además con
la colaboración y participación de todos los agentes implicados:
a) Análisis de la información: se ha analizado de manera crítica y constructiva toda la
información recabada, prestando especial atención al Informe priorizado de necesidades y al
diagnóstico de la situación.
b) Redacción del diseño de la propuesta de índice para la modificación del manual: todo el
trabajo realizado condujo a la elaboración de una primera propuesta de índice. Los cambios y
las propuestas de mejora incorporados estaban avalados en todo momento por la literatura
especializada en la materia, así como por los resultados del estudio.
c) Revisión de la propuesta diseñada: mediante un proceso iterativo, los diferentes integrantes
del grupo de trabajo llevaron a cabo una revisión de la propuesta inicial de manera
independiente; posteriormente, en una reunión conjunta se realizaron aportaciones y
propuestas de mejora, dando lugar a un nuevo proceso de revisión. Se elaboró una nueva
versión del índice, que fue nuevamente revisada y discutida conjuntamente. En esta segunda
reunión, se alcanzaron nuevos acuerdos que permitieron elaborar una versión consensuada y
definitiva del índice del manual de referencia.
38
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
5. Plan de análisis
A continuación, se describe la estrategia de análisis empleada para el tratamiento de los datos
disponibles, detallando el enfoque adoptado para la descripción y contraste de variables numéricas
(tanto cuantitativas como cualitativas), el análisis de las variables de naturaleza textual, el análisis de
conglomerados y los análisis relativos a la evaluación de efectividad.
39
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
propuestas de mejora del programa; (3) y las preguntas de los grupos de discusión sobre la valoración
del manual de referencia. Se procedió a organizar la información obtenida en categorías para
identificar las relaciones, similitudes y diferencias entre las respuestas (Kleinheksel et al., 2020).
Además, el análisis de contenido permitió identificar patrones y las frecuencias de respuesta, lo que
permitió obtener datos concretos (Grbich, 2013).
Dos investigadores se encargaron de codificar los datos en hojas de Excel y analizarlos
paralelamente para aportar sistematicidad y validez al proceso de análisis, que destacó por la revisión
continua de los datos siguiendo las recomendaciones de los autores Erlingsson y Brysiewicz (2017) y
Moreno (2017). Las respuestas literales obtenidas en las distintas preguntas fueron analizadas,
agrupadas en categorías y estas asignadas según definición; además se recogió el número de veces
que aparecieron para realizar un registro de las frecuencias. Las categorías se iban generando de
manera inductiva, acompañadas de un proceso de reflexión y revisión continuado, por lo que la
flexibilidad y el repaso resultó ser un eje primordial en la realización del trabajo. Finalmente se
obtuvieron supracategorías que comprendieron dentro a categorías que a su vez acuñaban las
respuestas literales, y en alguna ocasión, también se crearon subcategorías. Por último, se definieron
todas las categorías, independientemente del nivel que se tratase.
Unido a la supervisión y revisión, la construcción de categorías siguió el proceso recomendado
por Moreno (2017): (1) delimitar la temática sobre la que se desea lograr un sistema de categorías; (2)
analizar si la temática de interés conforma un sistema de categorías; (3) recopilar y emplear ejemplos,
etiquetas y definiciones existentes; (4) generar las etiquetas, definiciones o ejemplos que falten; (5)
generar un sistema de categorías ajustado a dichas etiquetas, definiciones y ejemplos y a la temática
de referencia; (6) cuidar la precisión y diferenciación de los componentes del sistema y su marco; (7)
revisar y modificar el sistema mientras sea necesario; y (8) someter a pruebas externas las versiones
avanzadas del sistema de categorías. Todo el proceso de construcción de sistemas de categorías fue
supervisado por dos miembros del grupo de investigación con experiencia en análisis de datos
cualitativos. En cuanto a la fiabilidad del proceso, en un primer momento, una de las personas
supervisoras revisó las codificaciones que realizaron los investigadores y, junto con la otra supervisora
que tomó el rol de dirimir, se reunieron y discutieron las narrativas que no estaban claras, llegando a
una fiabilidad global del 94.00%. Este dato se calculó dividiendo el número total de acuerdos en la
codificación de todas las categorías entre el número total de acuerdos y desacuerdos en todas las
categorías (Campbell et al., 2013). Por último, las supervisoras propusieron un cambio de definición
en algunas de las categorías que se modificaron hasta alcanzar el acuerdo total.
Posteriormente, la información contenida en los dos sistemas de categorías elaborados fue
tratada con el software de análisis cualitativos Nvivo 11 (QSR International, 2018). El programa se
utilizó para codificar las narrativas obtenidas y lograr representaciones gráficas de la estructura de los
sistemas de categorías construidos. Además, se generaron nubes de palabras que permitieron
observar los conceptos utilizadas con mayor frecuencia por los y las profesionales a la hora de realizar
propuestas de mejora del manual y/o del programa. Los criterios para la creación de las nubes de
palabras fueron la fijación de una longitud mínima de cuatro letras y la eliminación de palabras
carentes de significado.
40
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
41
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
6. Aspectos éticos
En el desarrollo de este estudio se han cumplido con todos los estándares éticos exigidos en la
investigación con seres humanos, de acuerdo con la declaración de Helsinki, cumpliendo con la
legislación vigente en materia de protección de datos.
Se ha proporcionado información a todas y todos los participantes en relación a los objetivos
y la naturaleza del estudio, en qué ha consistido su participación y los beneficios y riesgos asociados.
Asimismo, todas y todos los participantes han firmado un consentimiento informado en el que
aparecían detallados los aspectos éticos relacionados con la investigación con seres humanos,
incluyendo la confidencialidad de los datos, la voluntariedad de la participación, así como el derecho
a retirarse de la investigación en cualquier momento sin que ello afectara a la atención que recibían.
La participación en este estudio no ha conllevado riesgos ni molestias para las personas participantes.
Para garantizar una adecuada protección de datos durante todas las fases del estudio se han
seguido los siguientes principios del Reglamento General de Protección de Datos: (1) Principio de
limitación en la recolección de los datos: se han recogido datos únicamente en aquellos casos en los
que se ha contado con el consentimiento informado de las familias y los profesionales. (2) Principio
de especificación del propósito: durante la firma del consentimiento informado, se ha explicado el
propósito de la recogida de datos y se han ofrecido todas las explicaciones y aclaraciones solicitadas.
(3) Principio de calidad de los datos: solo se han recabado datos pertinentes y relevantes para la
finalidad del estudio. (4) Principio de limitación de uso: los datos solo podrán emplearse o divulgarse
para dar respuesta a los objetivos recogidos en el diseño de la investigación. (5) Principio de
42
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
43
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
RESULTADOS
En este apartado se presentan los resultados obtenidos en el estudio de evaluación del Programa de
Tratamiento Familiar de Andalucía. Estos resultados provienen de los datos recogidos tanto en la
evaluación inicial realizada en el grupo de participantes, como en la evaluación de proceso y final. Se
presenta, en primer lugar, la información referida al perfil psicosocial de las familias atendidas por los
ETF. En segundo lugar, se ofrecen los resultados referentes al análisis del proceso de implementación
del programa. En tercer lugar, se exponen los resultados referidos al análisis de efectividad de la
intervención. Finalmente, se presentan los resultados referidos a la valoración tanto del programa
como del manual de referencia por parte de los y las profesionales.
44
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
maltrato en la infancia y en la adultez aparecieron con menos frecuencia, especialmente este último
tipo de maltrato.
Figura 1.1. Factores de riesgo y situaciones estresantes de las figuras parentales a lo largo de su
trayectoria vital: porcentajes
0 20 40 60 80 100
Con respecto a los factores de riesgo y sucesos estresantes experimentados por las figuras
parentales en la actualidad, esto es, durante los últimos tres años, y considerando la acumulación de
estas vivencias negativas, se obtuvo una media de 3.74 eventos (DT = 2.16) para el tutor o la tutora
principal y de 2.88 eventos (DT = 2.38) para la tutora o el tutor secundario, con un mínimo de 0 y un
máximo de 11 sucesos estresantes para el tutor o la tutora principal, y un máximo de 12 sucesos
estresantes para la tutora o el tutor secundario. En la Figura 1.2 se muestra el porcentaje de figuras
parentales que vivenciaron cada uno de los factores de riesgo y sucesos estresantes evaluados. Como
puede observarse en dicha figura, los factores de riesgo más frecuentes en la situación actual del tutor
o la tutora principal fueron la situación laboral inestable y/o difícil seguida de la relación de pareja
conflictiva y separación/divorcio. El desahucio y el ingreso en prisión, aunque también aparecieron, lo
hicieron de forma menos frecuente. Los factores de riesgo más frecuentes para la tutora o el tutor
secundario fueron la relación de pareja conflictiva seguida de la situación laboral inestable y/o difícil
y la separación/divorcio. Coincidiendo con el tutor o la tutora principal, los que han aparecido en
menos ocasiones han sido el desahucio y el ingreso en prisión.
45
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 1.2. Factores de riesgo y situaciones estresantes de las figuras parentales en la actualidad:
porcentajes
0 20 40 60 80 100
46
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 1.3. Factores de riesgo del primer y segundo hijo o hija: porcentajes
0 20 40 60 80 100
Tabla 1.1. Situaciones vitales estresantes y riesgo: estadísticos descriptivos y contraste en función del
subprograma
Riesgo Reunificación
t p d
M (DT) M (DT)
Tutor/a principal. Situaciones vitales
estresantes y riesgo en la trayectoria 2.36 (1.68) 3.52 (1.95) -4.56 < .001 0.06
vital
Tutor/a secundario/a. Situaciones
vitales estresantes y riesgo en la 1.68 (1.74) 2.71 (1.67) -3.04 .003 0.06
trayectoria vital
Tutor/a principal. Situaciones vitales
3.71 (2.17) 4.23 (1.96) -1.59 .113 0.02
estresantes y riesgo en la actualidad
47
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
De una manera pormenorizada, se han analizado los diversos sucesos vitales estresantes y
factores de riesgo de forma diferenciada para cada subprograma. Concretamente, en la Tabla 1.2 se
pueden observar los sucesos vitales estresantes y de riesgo experimentados por los tutores y las
tutoras principales a lo largo de su trayectoria vital. Los análisis realizados indicaron una mayor
frecuencia de desempleo prolongado/precariedad laboral, comportarse de manera violenta o
antisocial y abuso de sustancias o drogodependencias en los tutores y las tutoras principales del
programa de reunificación, con un tamaño del efecto bajo. No se observaron diferencias en el resto
de los sucesos vitales estresantes y de riesgo.
Tabla 1.2. Situaciones vitales estresantes y riesgo de los tutores o las tutoras principales a lo largo de
su trayectoria vital: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p Φ
no 317 (rz = 1.8) no 28 (rz = -1.8)
Maltrato en la infancia 2.79 .095 .08
sí 144 (rz = -1.8) sí 22 (rz = 1.8)
no 288 (rz = 1.4) no 26 (rz = -1.4)
Maltrato en la adultez 1.67 .196 .06
sí 173(rz = -1.4) sí 24 (rz = 1.4)
no 195 (rz = 1.1) no 17 (rz = -1.1)
Precariedad económica 0.96 .327 .05
sí 266 (rz = -1.1) sí 33 (rz = 1.1)
Desempleo no 211 (rz = 2.1) no 15 (rz = -2.1)
3.93 .047 .09
prolongado/precariedad laboral sí 250 (rz = -2.1) sí 35 (rz = 2.1)
Abuso de no 373 (rz = 6.5) no 20 (rz = -6.5)
40.23 < .001 .29
sustancias/drogodependencia sí 88 (rz = -6.5) sí 30 (rz = 6.5)
Comportarse de manera violenta no 399 (rz = 3.1) no 35 (rz = -3.1)
8.41 .004 .14
o antisocial sí 62 (rz = -3.1) sí 15 (rz = 3.1)
Problemas judiciales (demandas, no 355 (rz = 1.7) no 33 (rz = -1.7)
2.42 .120 .08
juicios, cárcel...) sí 106 (rz = -1.7) sí 17 (rz = 1.7)
En la Tabla 1.3, se pueden observar los sucesos vitales estresantes y de riesgo experimentados
por las tutoras o los tutores secundarios a lo largo de su trayectoria vital. Los análisis indicaron una
mayor frecuencia de precariedad económica, desempleo prolongado o precariedad laboral y abuso de
sustancias o drogodependencias, en las tutoras o los tutores secundarios del programa de
reunificación, con un tamaño del efecto bajo. No se observaron diferencias en el resto de los sucesos
vitales estresantes y de riesgo.
48
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.3. Situaciones vitales estresantes y riesgo de las tutoras o los tutores secundarios a lo largo de
su trayectoria vital: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p Φ
no 290 (rz = 1.7) no 19 (rz = -1.7)
Maltrato en la infancia 2.15 .143 .09
sí 67 (rz = -1.7) sí 9 (rz = 1.7)
no 328 (rz =0.8) no 27 (rz = -0.8)
Maltrato en la adultez 0.17 .680 -.04
sí 27 (rz = -0.8) sí 1 (rz =0.8)
no 228 (rz = 2.3) no 12 (rz = -2.3)
Precariedad económica 4.28 .039 .12
sí 126 (rz = -2.3) sí 16 (rz = 2.3)
Desempleo no 220 (rz = 2.4) no 11 (rz = -2.4)
4.76 .029 .12
prolongado/precariedad laboral sí 134 (rz = -2.4) sí 17 (rz = 2.4)
Abuso de no 275 (rz = 2.9) no 15 (rz = -2.9)
6.99 .008 .15
sustancias/drogodependencia sí 79 (rz = -2.9) sí 28 (rz = 2.9)
Comportarse de manera violenta no 283 (rz = 1.5) no 19 (rz = -1.5)
1.62 .203 .08
o antisocial sí 71 (rz = -1.5) sí 9 (rz = 1.5)
Problemas judiciales (demandas, no 264 (rz = 1.6) no 17 (rz = -1.6)
1.90 .168 .08
juicios, cárcel...) sí 90 (rz = -1.6) sí 11 (rz = 1.6)
49
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.4. Situaciones vitales estresantes y riesgo del tutor o la tutora principal en la actualidad:
estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p Φ
no 335 (rz = 2.0) no 29 (rz = -2.0)
Ser víctima de maltrato 3.50 .061 .09
sí 124 (rz = -2.0) sí 20 (rz = 2.0)
Comportarse de forma violenta o no 400 (rz =0.3) no 42 (rz = -0.3)
0.00 .952 .01
antisocial sí 59 (rz = -0.3) sí 7 (rz =0.3)
no 455 (rz =4.3) no 45 (rz = -4.3)
Ingreso en prisión 13.23 < .001 .19
sí 3 (rz = -4.3) sí 4 (rz =4.3)
Enfermedad mental / trastorno no 422 (rz = 2.9) no 39 (rz = -2.9)
6.10 .008 .13
psicológico (diagnosticado) sí 36 (rz = -2.9) sí 10 (rz = 2.9)
no 409 (rz = 1.4) no 39 (rz = -1.4)
Problemas físicos de importancia 3.17 .075 .09
sí 49 (rz = -1.4) sí 10 (rz = 1.4)
no 393 (rz = -2.0) no 47 (rz = 2.0)
Hacerse cargo de un familiar 3.11 .078 -.09
sí 65 (rz = 2.0) sí 2 (rz = -2.0)
Consumo abusivo de sustancias no 401 (rz = 6.7) no 25 (rz = -6.7)
42.13 < .001 .30
tóxicas sí 56 (rz = -6.7) sí 24 (rz = 6.7)
no 188 (rz = -2.2) no 28 (rz = 2.2)
Relación de pareja conflictiva 4.11 .043 -.10
sí 271 (rz = 2.2) sí 21 (rz = -2.2)
no 210 (rz = -1.5) no 28 (rz = 1.5)
Separación / divorcio 1.87 .171 -.07
sí 249 (rz = 1.5) sí 21 (rz = -1.5)
no 282 (rz = -0.5) no 32 (rz =0.5)
Relación conflictiva con los hijos 0.14 .708 -.02
sí 177 (rz =0.5) sí 17 (rz = -0.5)
Situación económica muy no 319 (rz = 2.5) no 25 (rz = -2.5)
5.27 .022 .11
apremiante sí 140 (rz = -2.5) sí 23 (rz = 2.5)
Situación laboral inestable y/o no 186 (rz = 0.2) no 19 (rz = -0.2)
0.01 .924 .01
difícil sí 272 (rz = -0.2) sí 30 (rz = 0.2)
no 419 (rz = 0.4) no 43 (rz = -0.4)
Desahucio 0.16 .898 .02
sí 40 (rz = -0.4) sí 5 (rz = 0.4)
no 370 (rz = -0.5) no 38 (rz = 0.5)
Problemas judiciales / policiales 0.10 .747 .02
sí 89 (rz = 0.5) sí 11 (rz = -0.5)
Graves conflictos o peleas con no 382(rz = 0.1) no 41 (rz = -0.1)
0.00 1 -.01
otras personas sí 77 (rz = -0.1) sí 8 (rz = 0.1)
En la Tabla 1.5, se pueden observar los sucesos vitales estresantes y de riesgo experimentados
por la tutora o el tutor secundario en la actualidad. Los análisis indicaron que las personas atendidas
en el subprograma de reunificación presentaban mayor proporción de sucesos relacionados con el
ingreso en prisión, el consumo abusivo de sustancias tóxicas y la situación económica muy apremiante
en comparación con aquellas pertenecientes al programa de riesgo, con un tamaño del efecto bajo.
No se observaron diferencias en el resto de los sucesos vitales estresantes y de riesgo.
50
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.5. Situaciones vitales estresantes y riesgo de la tutora o el tutor secundario en la actualidad:
estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p Φ
no 323 (rz = 0.2) no 26 (rz = -0.2)
Ser víctima de maltrato 0.00 1 -.01
sí 29 (rz = -0.2) sí 2 (rz =0.2)
Comportarse de forma violenta o no 289 (rz = 1.4) no 20 (rz = -1.4)
1.31 .253 .07
antisocial sí 63 (rz = -1.4) sí 8 (rz = 1.4)
no 338 (rz = 3.2) no 23 (rz = -3.2)
Ingreso en prisión 7.80 .005 .17
sí 14 (rz = -3.2) sí 5 (rz = 3.2)
Enfermedad mental / trastorno no 329 (rz = 1.5) no 24 (rz = -1.5)
1.33 .248 .08
psicológico (diagnosticado) sí 23(rz = -1.5) sí 4 (rz = 1.5)
no 307 (rz =0.3) no 25 (rz = -0.3)
Problemas físicos de importancia 0.00 .983 -.02
sí 45 (rz = -0.3) sí 3 (rz =0.3)
no 316 (rz = -1.8) no 22 (rz = 1.8)
Hacerse cargo de un familiar 2.27 .132 .09
sí 36 (rz = 1.8) sí 6 (rz = -1.8)
Consumo abusivo de sustancias no 286 (rz = 3.9) no 14 (rz = -3.9)
13.73 .001 .20
tóxicas sí 65 (rz = -3.9) sí 14 (rz = 3.9)
no 197 (rz = -0.2) no 15 (rz =0.2)
Relación de pareja conflictiva 0.00 .962 .01
sí 155 (rz = 0.2) sí 13 (rz = -0.2)
no 231 (rz = -0.6) no 20 (rz = 0.6)
Separación / divorcio 0.19 .663 -.03
sí 122 (rz =0.6) sí 8 (rz = -0.6)
no 242 (rz = -0.3) no 20 (rz =0.3)
Relación conflictiva con los hijos 0.01 .934 -.02
sí 110 (rz =0.3) sí 8 (rz = -0.3)
Situación económica muy no 278 (rz = 3.0) no 15 (rz = -3.0)
7.90 .005 .16
apremiante sí 75 (rz = -3.0) sí 13 (rz = 3.0)
Situación laboral inestable y/o no 214 (rz = 1.1) no 14 (rz = -1.1)
0.82 .366 .06
difícil sí 139 (rz = -1.1) sí 14 (rz = 1.1)
no 337 (rz = 0.6) no 26 (rz = -0.6)
Desahucio 0.03 .870 .03
sí 16 (rz = -0.6) sí 2 (rz = 0.6)
no 284 (rz = 0.7) no 21 (rz = -0.7)
Problemas judiciales / policiales 0.18 .675 .03
sí 70 (rz = -0.7) sí 7 (rz = 0.7)
Graves conflictos o peleas con no 314(rz = -1.2) no 26 (rz = 1.2)
0.71 .401 -.06
otras personas sí 38 (rz = 1.2) sí 1 (rz = -1.2)
Con respecto al primer hijo o hija, en la Tabla 1.6 se especifican los factores de riesgo de forma
diferenciada para cada subprograma. Los análisis comparativos entre ambos subprogramas pusieron
de manifiesto diferencias significativas. Concretamente, los primeros hijos e hijas de las familias del
subprograma de reunificación tendían a presentar absentismo escolar, así como aislamiento severo y
ser víctimas de maltrato intrafamiliar en mayor proporción que los hijos e hijas de las familias atendidas
en el subprograma de riesgo. Todos los contrastes contaron con un tamaño del efecto bajo. No se
observaron diferencias significativas en el resto de contrastes.
51
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.6. Factores de riesgo para el primer hijo o hija: estadísticos descriptivos y contraste en función
del subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p Φ
Discapacidad o problemas físicos no 416 (rz = 2.1) no 38 (rz = -2.1)
3.51 .061 .10
de importancia sí 36 (rz = -2.1) sí 8 (rz = 2.1)
Enfermedad mental/Trastorno no 398 (rz = -0.3) no 41 (rz = 0.3)
0.00 .988 -.01
psicológico diagnosticado sí 55 (rz = 0.3) sí 5 (rz = -0.3)
Comportamiento disruptivo
no 295 (rz = -1.5) no 35 (rz = 1.5)
severo (agresividad, conducta, 1.78 .182 -.08
sí 158 (rz = 1.5) sí 11 (rz = -1.5)
a tiso ial, a osado …
no 258 (rz = 3.2) no 15 (rz = -3.2)
Víctima de maltrato intrafamiliar 9.03 .003 .14
sí 195 (rz = -3.2) sí 21(rz = 3.2)
no 309 (rz = 1.9) no 31 (rz = -1.9)
Fracaso escolar 3.03 .082 .09
sí 144 (rz = -1.9) sí 15 (rz = 1.9)
no 368(rz = -2.2) no 31 (rz = 2.2)
Absentismo escolar 4.17 .041 .10
sí 85 (rz = 2.2) sí 15 (rz = -2.2)
no 420 (rz = 0.2) no 43 (rz = -0.2)
Víctima de acoso escolar 0.00 1 .01
sí 33 (rz = -0.2) sí 3 (rz = 0.2)
no 414 (rz = 2.4) no 37 (rz = -2.4)
Aislamiento social severo 4.57 .032 .11
sí 39 (rz = -2.4) sí 9 (rz = 2.4)
Para finalizar, y con respecto al segundo hijo o hija, en la Tabla 1.7 se presentan los factores de
riesgo de forma diferenciada para cada subprograma. Los análisis comparativos entre ambos
subprogramas pusieron de manifiesto diferencias significativas en ser víctima de maltrato familiar y en
aislamiento social severo. Concretamente, el segundo hijo o hija de las familias tratadas en el
subprograma de reunificación eran víctimas de maltrato intrafamiliar y sufrían aislamiento severo en
mayor proporción que los hijos e hijas de las familias del subprograma de riesgo. El tamaño del efecto
de este contraste fue bajo. No se observaron diferencias significativas en cuanto al resto de sucesos
vitales estresantes y de riesgo.
Tabla 1.7. Factores de riesgo para el segundo hijo o hija: estadísticos descriptivos y contraste en función
del subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p Φ
Discapacidad o problemas físicos de no 256 (rz = 0.2) no 20 (rz = -0.2)
0.00 1 .01
importancia sí 22 (rz = -0.2) sí 2 (rz = 0.2)
Enfermedad mental/Trastorno no 269 (rz = 0.3) no 21 (rz = -0.3)
0.00 1 .02
psicológico diagnosticado sí 9 (rz = -0.3) sí 1 (rz = 0.3)
Comportamiento disruptivo severo
no 234 (rz = -0.8) no 20 (rz = 0.8)
(agresividad, conducta, antisocial, 2.88 .591 -.05
sí 44 (rz = 0.8) sí 2 (rz = -0.8)
a osado …
no 178 (rz = 2.2) no 9 (rz = -2.2)
Víctima de maltrato intrafamiliar 3.71 .054 .12
sí 100 (rz = -2.2) sí 13 (rz = 2.2)
no 229 (rz = 0.1) no 18 (rz = -0.1)
Fracaso escolar 0.00 1 .01
sí 47 (rz = -0.1) sí 4 (rz = 0.1)
52
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
53
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
A continuación, en la Tabla 1.8 se presentan las puntuaciones relativas a los diferentes dominios
de la dimensión de calidad del hogar de forma diferenciada para cada subprograma (riesgo o
reunificación). El análisis comparativo entre ambos subprogramas puso de manifiesto diferencias
significativas y con un tamaño del efecto despreciable en los dominios entorno familiar, competencias
parentales y seguridad familiar. En todos estos casos, las familias atendidas en el subprograma de
riesgo presentaron valores más positivos que las familias del subprograma de reunificación. No se
encontraron diferencias estadísticamente significativas entre subprogramas para el resto de los
dominios.
Tabla 1.8. Calidad del hogar: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación
t p d
M (DT) M (DT)
Entorno 0.59 (0.95) 0.14 (1.14) 2.85 .005 0.04
Competencias parentales 0.01 (0.93) - 0.37 (1.20) 2.40 .017 0.04
Interacciones Familiares - 0.18 (1.18) - 0.33 (1.41) 0.75 .455 0.01
Seguridad Familiar 0.31 (1.06) - 0.20 (1.38) 2.81 .005 0.04
Bienestar Infantil Hijo/a 1 0.21 (1.32) 0.44 (1.83) -0.10 .319 0.01
Bienestar Infantil Hijo/a 2 0.54 (1.18) 0.98 (1.51) -1.46 .147 0.03
54
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 1.5. Puntuaciones de los distintos dominios como riesgo o fortaleza: porcentajes
Interacciones familiares en
5,43 28,42 26,36 20,16 16,02 3,62
general
Competencias parentales en
4,87 22,82 28,97 28,97 11,28 3,08
general
0 20 40 60 80 100
Problema serio Problema moderado Problema leve Línea base Leve fortaleza Clara fortaleza
1.2.3. Entorno
La Figura 1.6 muestra los porcentajes de casos en los que los distintos indicadores del dominio entorno
familiar fueron valorados como un problema o una fortaleza. El valor promedio en el dominio de
entorno familiar alcanzó un valor de -0.03 (DT = 1.41), con puntuaciones que mostraron una amplia
variabilidad en un rango entre -3 y +3. La estabilidad en la vivienda fue percibida como un indicador
de problema serio en un 10.60% de los casos. Sin embargo, teniendo en cuenta conjuntamente los
niveles de riesgo leve, moderado y serio, el indicador de ingresos o empleo fue el que alcanzó un
mayor porcentaje acumulado de casos con riesgo (7.81%, 18.14% y 20.15%, respectivamente). Por
otro lado, el transporte (46.98%), la seguridad en la comunidad (44.84%), la higiene personal (44.70%)
y la estabilidad en la vivienda (44.08%) fueron percibidas como claras fortalezas de las familias.
Figura 1.6. Puntuaciones de los distintos indicadores del entorno como riesgo o fortaleza: porcentajes
0 20 40 60 80 100
Problema serio Problema moderado Problema leve Línea base Leve fortaleza Clara fortaleza
55
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 1.7. Puntuaciones de los distintos indicadores de competencias parentales como riesgo o
fortaleza: porcentajes
Oportunidades para el
9,62 14,43 22,03 25,82 16,20 4,81
desarrollo/enriquecimiento
Salud mental del progenitor(es) 5,30 8,08 21,72 36,36 16,92 6,31
Salud física del progenitor(es) 0,51 5,33 8,63 28,93 32,74 17,51
0 20 40 60 80 100
Problema serio Problema moderado Problema leve Línea base Leve fortaleza Clara fortaleza
56
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
los casos. Teniendo en cuenta de forma conjunta los niveles de riesgo leve, moderado y serio, la
relación entre progenitores y progenitoras (9.37%, 12.66%, y 30.63%, respectivamente) y las
expectativas hacia el niño, la niña o el/la adolescente (24.49%, 15.66% y 5.05%, respectivamente)
fueron los indicadores en los que se percibían más problemas en las familias. Por el contrario, el apego
con los hijos e hijas fue el indicador que obtuvo una puntuación más positiva, siendo percibido como
una clara fortaleza en un 12.12% de los casos.
Figura 1.8. Puntuaciones de los distintos indicadores de interacciones familiares como riesgo o
fortaleza: porcentajes
Relación entre los progenitores 30,63 12,66 9,37 10,89 8,10 6,08
0 20 40 60 80 100
Problema serio Problema moderado Problema leve Línea base Leve fortaleza Clara fortaleza
57
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 1.9. Puntuaciones de los distintos indicadores de seguridad familiar como riesgo o fortaleza:
porcentajes
Relación entre los progenitores 30,63 12,66 9,37 10,89 8,10 6,08
0 20 40 60 80 100
Problema serio Problema moderado Problema leve Línea base Leve fortaleza Clara fortaleza
58
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 1.10. Puntuaciones de los distintos indicadores del dominio bienestar del niño, niña o
adolescente como riesgo o fortaleza: porcentajes
Relación con los progenitores 7,76 13,83 23,61 17,03 18,55 7,76
0 20 40 60 80 100
Problema serio Problema moderado Problema leve Línea base Leve fortaleza Clara fortaleza
1 2 3 4 5
59
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.9. Dinámica familiar: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación
t p d
M (DT) M (DT)
Fortalezas y capacidad de adaptación 3.92 (.87) 4.23 (.68) 2.52 .007 0.36
Preocupados/as o angustiados/as 2.25 (1.05) 1.89 (.70) 2.37 < .001 0.35
Dificultad para comunicarse 2.00 (.85) 1.59 (.59) 3.38 .003 0.50
DT = 0.55
Intrusismo hacia los hijos 2,12
0 1 2 3 4 5
A continuación, en la Tabla 1.10 se presentan los descriptivos para las prácticas educativas
parentales de forma diferenciada por subprograma. El análisis comparativo de ambos subprogramas
ha puesto de manifiesto diferencias significativas, con un tamaño del efecto despreciable en la
dimensión intrusismo hacia los hijos e hijas. En el resto de las prácticas educativas parentales no se
han hallado diferencias significativas entre ambos subprogramas.
60
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.10. Prácticas educativas: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación
t p d
M (DT) M (DT)
Calidez y apoyo 4.42 (0.58) 4.27 (0.52) 0.22 .199 0.04
Razonamiento/inducción 4.41 (0.56) 4.02 (0.77) 1.38 .280 0.31
Participación democrática 3.86 (0.77) 3.68 (0.95) 0.69 .369 0.16
Permisividad en la disciplina parental 2.13 (0.65) 2.02 (0.91) 0.02 .353 0.00
Reactividad excesiva 1.98 (0.73) 1.82 (0.76) 0.93 .760 0.21
Intrusismo hacia los hijos/as 1.91 (0.40) 1.91 (0.57) 0.15 .017 0.02
Estilo democrático 4.23 (0.52) 0.99 (0.62) 0.73 .978 0.17
Figura 1.13. Puntuaciones en las dimensiones de la escala de estrés parental: media y desviación típica
0 1 2 3 4 5
En la Tabla 1.11 se presentan las puntuaciones de las dimensiones de la escala de estrés parental
de forma diferenciada para cada subprograma. Un análisis comparativo entre ambos subprogramas
puso de manifiesto diferencias significativas, con un tamaño del efecto pequeño en la dimensión
experiencias positivas.
61
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.11. Estrés parental: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación
t p d
M (DT) M (DT)
Estrés parental general 2.23 (0.70) 1.93 (0.66) 2.63 .638 0.41
Experiencias positivas 4.41 (0.70) 4.62 (0.44) 1.93 < .001 0.30
Estrés parental 2.69 (0.91) 2.32 (1.04) 2.38 .135 0.36
0 1 2 3 4
62
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
63
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 1.15. Fortalezas y dificultades de los niños, las niñas y adolescentes: estadísticos descriptivos
1 1,5 2 2,5 3
Tabla 1.13. Fortalezas y dificultades de los niños, las niñas y adolescentes: estadísticos descriptivos y
contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación
t p d
M (DT) M (DT)
1.12. Valórame
Este instrumento aporta información por parte de los y las profesionales sobre nueve dimensiones
(con sus correspondientes subcategorías) acerca de diferentes tipos de situaciones de riesgo,
desprotección y desamparo de las personas menores de edad.
64
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Sospecha 3,30
0 2 4 6 8 10
Dentro de la tipología de maltrato físico, se incluyen además dos subtipos más específicos.
Respecto a estos, en 4 de los casos (1.83%) existió sospecha de privación deliberada de comida o agua,
y en 2 de los casos (0.91%) existió riesgo leve, en el resto de los casos no se dio. Al analizar el subtipo
confinamiento o restricción física, hubo algunos casos de sospecha de tal situación (2.33%), de riesgo
leve (4.67%) y de gravedad moderada (0.93%).
A continuación, se especifican los indicadores de maltrato físico para cada subprograma. Un
análisis comparativo de ambos subprogramas puso de manifiesto que no existen diferencias
significativas ni en maltrato físico (Tabla 1.14), ni en los subtipos privación deliberada de comida o
agua (Tabla 1.15) y confinamiento o restricción física (Tabla 1.16).
65
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.14. Maltrato físico: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p V
No existe 149 (rz = -1.3) 6 (rz = 1.3)
Sospecha 8 (rz = 0.5) 0 (rz = - 0.5)
Riesgo leve 18 (rz = 0.8) 0 (rz =- 0.8) 1.59 .809 .09
Gravedad moderada 12 (rz = 0.6) 0 (rz = - 0.6)
Gravedad elevada 2 (rz = 0.3) 0 (rz = - 0.3)
Tabla 1.15. Privación deliberada de comida o agua: estadísticos descriptivos y contraste en función del
subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p V
No existe 202 (rz = -0.5) 9 (rz = 0.5)
Sospecha 4 (rz = 0.4) 0 (rz = - 0.4) 0.88 .875 .03
Riesgo leve 2 (rz = 0.3) 0 (rz =- 0.3)
Tabla 1.16. Confinamiento o restricción física: estadísticos descriptivos y contraste en función del
subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p V
No existe 187 (rz = -0.9) 9 (rz = 0.9)
Sospecha 5 (rz = 0.5) 0 (rz = - 0.5)
0.82 .846 .06
Riesgo leve 10 (rz = 0.7) 0 (rz =- 0.7)
Gravedad moderada 2 (rz = 0.3) 0 (rz = - 0.3)
Sospecha 9,50
0 5 10 15 20 25 30
66
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Analizando las subcategorías incluidas en el maltrato emocional, los resultados mostraron que
la instrumentalización de los hijos en los conflictos entre padres y madres fue bastante frecuente,
existiendo sospecha o riesgo en el 55.34% de los casos. Esta instrumentalización fue valorada con una
gravedad de moderada a muy grave en el 32.51% de los casos. Destaca también la presencia del riesgo
asociado a la exposición a situaciones de violencia. Mientras que en un 42.25% de los casos no se dio
este tipo de maltrato, hubo un 12.67% de casos en los que existía sospecha del mismo. El nivel de
riesgo respecto a estas exposiciones de violencia fue desde leve en un 16.90%, a gravedad moderada
en un 21.12%, y gravedad elevada o muy elevada en un 7,03%. Por último, menos frecuentes fueron
las sospechas de amenazas de agresión física (8.51%), así como las situaciones de esta tipología
valoradas como de riesgo, ya sea leve (7.44%), moderado (5.85%) o elevado (2.65%).
A continuación, se especifican los indicadores de maltrato emocional para cada subprograma.
El análisis comparativo de ambos subprogramas no ha mostrado diferencias significativas ni en
maltrato emocional (Tabla 1.17), ni en las subcategorías instrumentalización de los hijos en los
conflictos (Tabla 1.18), exposición a situaciones de violencia (Tabla 1.19) y amenazas de agresión
física (Tabla 1.20).
Tabla 1.17. Maltrato emocional: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p V
No existe 80 (rz = -1.8) 5 (rz = 1.8)
Sospecha 21 (rz = 0.9) 0 (rz = - 0.9)
Riesgo leve 35 (rz = 1.2) 0 (rz =- 1.2) 4.75 .314 .14
Gravedad moderada 61 (rz = 0.8) 1 (rz = - 0.8)
Gravedad elevada 16 (rz = -0.7) 1 (rz = 0.7)
Tabla 1.18. Instrumentalización de los hijos y las hijas en los conflictos: estadísticos descriptivos y
contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p V
No existe 87 (rz = -0.3) 4 (rz = 0.3)
Sospecha 10 (rz = -2.4) 2 (rz = 2.4)
Riesgo leve 34 (rz = 0.4) 1 (rz =-0.4)
7.08 .263 .18
Gravedad moderada 38 (rz = 1.4) 0 (rz = -1.4)
Gravedad elevada 24 (rz = 0) 1 (rz = 0)
Gravedad muy elevada 4 (rz = 0.4) 0 (rz = -0.4)
67
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.19. Exposición a situaciones de violencia: estadísticos descriptivos y contraste en función del
subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p V
No existe 86 (rz = -0.8) 4 (rz = 0.8)
Sospecha 26 (rz = 1) 0 (rz = -1)
Riesgo leve 34 (rz = -0.8) 2 (rz =- 0.8)
4.21 .418 .14
Gravedad moderada 45 (rz = 1.4) 0 (rz = -1.4)
Gravedad elevada 12 (rz = -0.9) 1 (rz = 0.9)
Gravedad muy elevada 2 (rz = 0.3) 0 (rz = -0.3)
Tabla 1.20. Amenazas de agresión física: estadísticos descriptivos y contraste en función del
subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p V
No existe 139 (rz = 0.8) 3 (rz = -0.8)
Sospecha 16 (rz = 0.7) 0 (rz = -0.7)
Riesgo leve 14 (rz = 0.6) 0 (rz = -0.6) 8.54 .073 .21
Gravedad moderada 10 (rz = -1.4) 1 (rz = 1.4)
Gravedad elevada 4 (rz = -2.4) 1 (rz = 2.4)
1.12.3. Negligencia
La presentación de resultados acerca de la valoración de situaciones de negligencia se ha organizado
en cuatro bloques diferentes según el tipo de necesidades infantiles sobre las que se comete la
negligencia: físicas, de seguridad, formativas o psíquicas.
68
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Condiciones higiénicas de la
4,40 13,30 4,40 1,50 0,50
vivienda
Estabilidad y condiciones
3,40 16,10 3,40 3,40 2,90
habitabilidad
0 5 10 15 20 25 30
Sospecha Riesgo leve Gravedad moderada Gravedad elevada Gravedad muy elevada
Nota. El porcentaje restante en cada necesidad hasta 100% corresponde a la categoría No existe
A continuación, se especifican los indicadores de negligencia hacia las necesidades físicas para
cada subprograma. El análisis comparativo de ambos subprogramas no ha mostrado diferencias
significativas en alimentación (Tabla 1.21), vestido (Tabla 1.23), higiene personal (Tabla 1.24),
condiciones higiénicas de la vivienda (Tabla 1.25) y estabilidad y condiciones de habitabilidad (Tabla
1.26). Sin embargo, sí se han hallado diferencias significativas en el subtipo de cuidado de la salud
física (Tabla 1.22), siendo los hijos e hijas de las familias del subprograma de riesgo quienes
presentaron mayor riesgo en dicho subtipo de negligencia hacia las necesidades físicas de niños, niñas
y adolescentes.
69
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.22. Cuidado de la salud física: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p V
No existe 185 (rz = 1.7) 6 (rz =- 1.7)
Sospecha 3 (rz = 0.4) 0 (rz = -0.4)
Riesgo leve 9 (rz = -1) 1 (rz = 1)
25.58 < .001 .33
Gravedad moderada 13 (rz = -0.6) 1 (rz = 0.6)
Gravedad elevada 3 (rz = 0.4) 0 (rz = -0.4)
Gravedad muy elevada 0 (rz = -4.9) 1 (rz = 4.9)
Tabla 1.24. Higiene personal: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p V
No existe 183 (rz = -1.1) 7 (rz = 1.1)
Sospecha 6 (rz = 0.5) 0 (rz = -0.5)
1.14 .767 .07
Riesgo leve 19 (rz = 0.8) 0 (rz =- 0.8)
Gravedad moderada 5 (rz = 0.4) 0 (rz = -0.4)
Tabla 1.25. Condiciones higiénicas de la vivienda: estadísticos descriptivos y contraste en función del
subprograma
Riesgo Reunificación χ2 p V
No existe 144 (rz = -1.7) 9 (rz = 1.7)
Sospecha 9 (rz = 0.7) 0 (rz = -0.7)
Riesgo leve 27 (rz = 1.2) 0 (rz =- 1.2)
3.01 .697 .12
Gravedad moderada 9 (rz = 0.7) 0 (rz = - 0.7)
Gravedad elevada 3 (rz = 0.4) 0 (rz = - 0.4)
Gravedad muy elevada 1 (rz = 0.2) 0 (rz = -0.2)
70
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
0 5 10 15 20 25 30 35
Sospecha Riesgo leve Gravedad moderada Gravedad elevada Gravedad muy elevada
Nota. El porcentaje restante en cada necesidad hasta 100% corresponde a la categoría No existe
En las siguientes líneas, se especifican los indicadores de negligencia hacia las necesidades de
seguridad para cada subprograma. Un análisis comparativo de ambos subprogramas puso de
manifiesto que no existen diferencias significativas en seguridad física en la vivienda y prevención
(Tabla 1.27), supervisión (Tabla 1.28), y protección ante otros (Tabla 1.29).
71
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.27. Seguridad física vivienda y prevención: estadísticos descriptivos y contraste en función del
subprograma
Riesgo Reunificación χ² p V
No existe 152 (rz = 1.1) 6 (rz = -1.1)
Sospecha 4 (rz = 0.4) 0 (rz = -0.4)
Riesgo leve 13 (rz = -2.8) 3 (rz = 2.8)
8.51 .130 .20
Gravedad moderada 8 (rz = 0.6) 0 (rz = - 0.6)
Gravedad elevada 4 (rz = 0.4) 0 (rz = -0.4)
Gravedad muy elevada 5 (rz = 0.5) 0 (rz = -0.5)
Tabla 1.29. Protección ante otros: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ² p V
No existe 174 (rz = 0.3) 6 (rz = -0.3)
Sospecha 11 (rz = 0.6) 0 (rz = -0.6)
Gravedad moderada 7 (rz = 0.5) 0 (rz = - 0.5) 5.26 .180 .17
Gravedad elevada 3 (rz = -2.4) 1 (rz = 2.4)
Gravedad muy elevada 1 (rz = 0.2) 0 (rz = -0.2)
72
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Sospecha 4,80
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20
Tabla 1.30. Negligencia hacia necesidades formativas: estadísticos descriptivos y contraste en función
del subprograma
Riesgo Reunificación χ² p V
No existe 123 (rz = -0.6) 6 (rz = 0.6)
Sospecha 11 (rz = 0.7) 0 (rz = -0.7)
Riesgo leve 41 (rz = -0.3) 2 (rz = 0.3) 4.15 .386 .13
Gravedad moderada 37 (rz = 1.4) 0 (rz = - 1.4)
Gravedad elevada 6 (rz = -1.4) 1 (rz = 1.4)
73
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
graves de los hijos e hijas, relacionado con la desatención a la necesidad de recibir tratamiento
psicológico o psiquiátrico por la presencia de problemas emocionales graves.
0 10 20 30 40 50 60 70
Sospecha Riesgo leve Gravedad moderada Gravedad elevada Gravedad muy elevada
Nota. El porcentaje restante en cada necesidad hasta 100% corresponde a la categoría No existe
En cuanto a los indicadores de negligencia hacia las necesidades psíquicas para cada
subprograma un análisis comparativo de ambos subprogramas puso de manifiesto que no existen
diferencias significativas en las dimensiones de negligencia hacia las necesidades psíquicas (Tabla
1.31), interacción y afecto (Tabla 1.32), atención a problemas emocionales graves (Tabla 1.34), y
normas, límites y transmisión de valores (Tabla 1.35). Sin embargo, en la dimensión de estimulación
(Tabla 1.33) se han hallado diferencias significativas entre ambos subprogramas, siendo los hijos e
hijas cuyas familias están siendo atendidas dentro del subprograma de riesgo los que han presentado
un mayor nivel de riesgo en esta dimensión.
Tabla 1.31. Negligencia hacia las necesidades psíquicas: estadísticos descriptivos y contraste en
función del subprograma
Riesgo Reunificación χ² p V
No existe 106 (rz = 0.0) 5 (rz = 0.0)
Sospecha 20 (rz = -0.1) 1 (rz = 0.1) 0.00 .998 < .01
Riesgo leve 43 (rz = -0.0) 2 (rz = 0.0)
74
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.32. Interacción y afecto: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ² p V
No existe 111 (rz = 0.1) 4 (rz = -0.1)
Sospecha 26 (rz = 1.1) 0 (rz = -1.1)
Gravedad moderada 41 (rz = -0.4) 2 (rz = 0.4) 2.38 .665 .11
Gravedad elevada 9 (rz = -1.1) 1 (rz = 1.1)
Gravedad muy elevada 2 (rz = 0.3) 0 (rz = -0.3)
Tabla 1.34. Atención a problemas emocionales graves: estadísticos descriptivos y contraste en función
del subprograma
Riesgo Reunificación χ² p V
No existe 144 (rz = -0.8) 8 (rz = 0.8)
Sospecha 19 (rz = 1.0) 0 (rz = -1.0)
3.84 .278 .14
Gravedad elevada 17 (rz = 1) 0 (rz = -1.0)
Gravedad muy elevada 5 (rz = -1.4) 1 (rz = 1.4)
Tabla 1.35. Normas, límites y transmisión de valores: estadísticos descriptivos y contraste en función
del subprograma
Riesgo Reunificación χ² p V
No existe 70 (rz = 0.3) 2 (rz = -0.3)
Sospecha 29 (rz = 0.0) 1 (rz = 0.0)
Gravedad moderada 82 (rz = 0.6) 2 (rz = - 0.6) 8.85 .065 .20
Gravedad elevada 23 (rz = -0.3) 1 (rz = 0.3)
Gravedad muy elevada 2 (rz = -2.9) 1 (rz = 2.9)
1.12.4. Abandono
El abandono como situación de riesgo fue una tipología apenas existente entre las valoraciones de las
y los profesionales sobre las familias de esta muestra (un 0.90% de sospecha, un 1.35% de riesgo leve,
3.15% de gravedad moderada y 0.45% de gravedad elevada) aunque es destacable el porcentaje con
mayor tasa en el nivel de gravedad moderada. Este tipo de situaciones de riesgo incluye la expulsión
o negación de entrada en el domicilio. Han sido muy pocos los casos identificados dentro de este
subtipo (un 1.84% de sospecha, un 1.84% de riesgo leve, un 0.46% de gravedad moderada, y un 0.46%
de gravedad muy elevada).
75
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.38. Abuso sexual: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ² p V
No existe 179 (rz = -0.5) 9 (rz = 0.5)
Sospecha 4 (rz = 0.4) 0 (rz = -0.4)
0.30 .960 .03
Gravedad elevada 1 (rz = 0.2) 0 (rz = -0.2)
Gravedad muy elevada 1 (rz = 0.2) 0 (rz = -0.2)
76
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 1.22. Valoración de incapacidad parental de control de la conducta de sus hijos e hijas:
porcentajes
Sospecha 3,70
0 2 4 6 8 10 12 14 16
Tabla 1.39. Incapacidad parental de control de la conducta de sus hijos e hijas: estadísticos descriptivos
y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ² p V
No existe 119 (rz = 1.5) 2 (rz = -1.5)
Sospecha 8 (rz = 0.5) 0 (rz = -0.5)
Riesgo leve 27 (rz = -1.2) 2 (rz = 1.2)
6.32 .276 .17
Gravedad moderada 23 (rz = -1.4) 2 (rz = 1.4)
Gravedad elevada 20 (rz = 0.9) 0 (rz = -0.9)
Gravedad muy elevada 9 (rz = -1.2) 1 (rz = -1.2)
77
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 1.23. Valoración de antecedentes de desprotección grave de las figuras parentales: porcentajes
15,90%
No
15,90% Sospecha
68,20% Sí
Por otro lado, en la mitad de los casos, como se indica en la Figura 1.24, las y los profesionales
valoraron que existía sospecha o existencia de graves dificultades personales en las figuras parentales
que ejercen la tutela o guarda.
78
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
25,50%
No
50,00% Sospecha
Sí
24,50%
Tabla 1.41. Maltrato prenatal: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ² p V
No existe 176 (rz = -0.7) 9 (rz = 0.7)
Sospecha 5 (rz = 0.5) 0 (rz = -0.5)
0.45 .928 .04
Gravedad moderada 2 (rz = 0.3) 0 (rz = -0.3)
Gravedad elevada 2 (rz = 0.3) 0 (rz = -0.3)
79
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.44. Explotación laboral: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación RV p Φ
No existe 199 (rz = -0.2) 9 (rz = 0.2)
0.08 .832 -.01
Sospecha 1 (rz = 0.2) 0 (rz = -0.2)
Tabla 1.45. Antecedentes de desprotección grave de las figuras parentales: estadísticos descriptivos y
contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación χ² p V
No existe 117 (rz = 3) 2 (rz = -3)
Sospecha 26 (rz = -0.5) 2 (rz = 0.5) 12.43 .002 .26
Si existe 23 (rz = -3.3) 5 (rz = 3.3)
Tabla 1.46. Graves dificultades personales en las figuras parentales que ejercen la tutela o guarda:
estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación
χ² p V
80
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
como sospecha. En cuanto a los casos evaluados como de riesgo leve supusieron un 18.22% del total.
Sin embargo, fueron los casos en desprotección moderada los más frecuentes (55.50%), seguidos de
los de desprotección grave (20.76%).
4,70%
20,80%
18,20%
55,50%
Tabla 1.47. Valoración global del nivel de gravedad: estadísticos descriptivos y contraste en función del
subprograma
Riesgo Reunificación χ² p V
No riesgo 9 (rz = 0.6) 0 (rz = 0.62)
Sospecha 1 (rz = 0.2) 0 (rz = -0.2)
Riesgo 41 (rz = -0.5) 2 (rz = 0.5)
0.66 .955 .05
Desprotección
127 (rz = 0.4) 4 (rz = -0.4)
moderada
Desprotección grave 47 (rz = -0.3) 2 (rz = -0.4)
81
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.48. Actuación recomendada: estadísticos descriptivos y contraste en función del subprograma
Riesgo Reunificación RV p Φ
Intervención en medio 188 (rz = -0.2) 9 (rz = 0.2)
0.09 .760 -.01
Desamparo 1 (rz = 0.2) 0 (rz = -0.2)
Figura 1.26. Calidad de los clústeres resultantes en función de la medida de silueta de la cohesión y la
separación
82
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Concretamente, la dimensión que mayor proporción de varianza explicó en el modelo, tras tener en
cuenta la varianza explicada por las demás variables, fue la referida a las competencias parentales.
p 2
Tip. 1 Tip. 2 Tip. 3
(n = 173) (n = 125) (n = 106) F p DMS
M (DT) M (DT) M (DT)
1-2***
91.64 44.85 43.76
Permanencia en SS.SS 22.12 < .001 .10 1-3***
(86.47) (53.51) (58.88)
2-3***
1-2***
3.09 2.65 2.97
Malestar psicológico 39.71 < .001 .17 1-3*
(1.99) (0.52) (0.36)
2-3
1-2***
1.99 2.65 2.13
Estrés parental 39.97 < .001 .17 1-3
(0.59) (0.73) (0.63)
2-3***
1-2***
-0.02 1.09 1.23
Entorno 111.56 < .001 .36 1-3***
(0.87) (0.66) (0.77)
2-3
1-2***
-0.51 -0.21 1.00
Competencias parentales 151.43 < .001 .43 1-3***
(0.79) (0.63) (0.69)
2-3***
1-2
-0.60 -0.60 0.93
Interacciones familiares 107.78 < .001 .35 1-3***
(1.02) (0.87) (0.81)
2-3***
1-2***
-0.31 0.15 1.31
Seguridad familiar 115.90 < .001 .37 1-3***
(0.88) (0.87) (0.84)
2-3***
1-2***
Bienestar del niño/a, 0.20 -0.72 1.23
82.84 < .001 .29 1-3***
adolescente (1.29) (0.96) (1.10)
2-3***
1-2***
8.15 4.45 4.32
Factores de riesgo 88.04 < .001 .31 1-3***
(2.96) (2.31) (3.12)
2-3
Nota. ***p < .001; **p < .01; *p < .05
De esta manera, la Tipología 1 y la más numerosa, estuvo integrada por familias que llevaban
mucho tiempo de permanencia en los servicios sociales (en torno a unos siete años); presentaban alto
malestar psicológico; estrés parental moderado; problemas leves tanto en la calidad del entorno como
en las competencias parentales, en interacciones familiares y en seguridad; adecuado bienestar del
niño, niña o adolescente; y acumulación de riesgo alto.
Con respecto a la Tipología 2, las familias de este grupo se caracterizaron por presentar una
moderada permanencia en los servicios sociales (en torno a 3 años y medio); bajo malestar
psicológico; estrés parental alto; leves fortalezas en entorno y en seguridad; problemas leves en
competencias parentales, en interacciones familiares y en bienestar del niño, niña o adolescente; así
como acumulación de factores riesgo en torno a cuatro eventos estresantes.
83
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Por último, la Tipología 3 se caracterizó por integrar a familias que llevaban en los servicios
sociales en torno a 3 años; presentaban malestar psicológico moderado-bajo; una vivencia relativa del
estrés parental; fortalezas leves en la calidad del entorno, en competencias parentales, en
interacciones familiares, en seguridad y bienestar del niño, niña o adolescente; y una acumulación de
riesgo moderado.
84
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.50. Tutor o tutora principal: distribución de las dimensiones sociodemográficas en función de
las tipologías identificadas en el análisis de conglomerados
Tipología 1 Tipología 2 Tipología 3 χ2 p V
Vínculo
Progenitor/a 170 (rz = 2.1) 124 (rz = 2.3) 93 (rz = -4.8)
Tío/a 0 (rz = -1.7) 1 (rz = -0.3) 3 (rz = 2.2)
25.58 < .001 .18
Abuelo/a 3 (rz = -0.8) 0 (rz = -2.1) 7 (rz = 3.2)
Otro 0 (rz = -1.5) 0 (rz = -1.2) 3 (rz = 2.9)
Nivel de estudios
Sin estudios 33 (rz = 2.4) 13 (rz = -1.6) 12 (rz = -1.0)
Estudios primarios 107 (rz = 2.1) 62 (rz = -1.9) 58 (rz = -0.4)
24.67 < .001 .18
Estudios secundarios 23 (rz = -2.3) 32 (rz = 2.4) 20 (rz = 0.1)
Estudios universitarios 4 (rz = -3.6) 15 (rz = 2) 13 (rz = 1.9)
Sexo
Mujer 143 (rz = 1.7) 101 (rz = 0.7) 74 (rz = -2.6)
6.94 .031 .13
Hombre 30 (rz = -1.7) 24 (rz = -0.7) 32 (rz = 2.6)
Situación profesional
Jubilación/Labores en el 40 (rz = 0.3) 31 (rz = 0.7) 20 (rz = -1.1)
hogar/No busca
20.10 < .001 .16
Desempleado/a 83 (rz = 3.5) 43 (rz = -1.1) 29 (rz = -2.7)
Activo 49 (rz = -3.7) 51 (rz = 0.5) 57 (rz = 3.6)
Tipo de trabajo
Sin cualificación 39 (rz = 3.7) 23 (rz = -2.6) 31 (rz = -1)
Cualificación media 7 (rz = -3.1) 21 (rz = 1.7) 22 (rz = 1.3) 15.39 .004 .22
Cualificación alta 2 (rz = -1.3) 7 (rz = 1.7) 4 (rz = -0.5)
Estabilidad trabajo
No 35 (rz = 4.7) 14 (rz = -2.9) 19 (rz = -1.7)
22.64 < .001 .38
Sí 14 (rz = -4.7) 37 (rz = 2.9) 36 (rz = 1.7)
Contrato trabajo
No 19 (rz = 3.2) 8 (rz = -1.6) 9 (rz = -1.6)
10.55 .005 .26
Sí 28 (rz = -3.2) 42 (rz = 1.6) 46 (rz = 1.6)
Por su parte, las características de la tutora o el tutor secundario variaron de acuerdo a las
tipologías identificadas. De esta manera, la Tipología 1 estuvo compuesta principalmente por
tutores/as secundarios/as con un nivel educativo bajo, en desempleo o, en el caso de estar empleados
o empleadas, con trabajos inestables o no cualificados. Por otro lado, la Tipología 2 estuvo compuesta
por tutores/as secundarios/as que eran progenitores y progenitoras activos laboralmente y con
trabajos de cualificación alta. En la Tipología 3 aparecieron como tutores/as secundarios/as otros
familiares de los niños, niñas y adolescentes, activos laboralmente, con trabajos de cualificación media,
estables y con contrato (Tabla 1.51). Las dimensiones relacionadas con la inmigración no distinguieron
a ninguna tipología.
85
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.51. Tutora o tutor secundario: distribución de las dimensiones sociodemográficas en función
de las tipologías identificadas en el análisis de conglomerados
Tipología 1 Tipología 2 Tipología 3 χ2 p V
Vínculo
Progenitor/a 96 (rz = 0.2) 80 (rz = 1.9) 63 (rz = -2.2)
Tío/a 0 (rz = -1.6) 2 (rz = 0.8) 2 (rz = 0.9)
10.07 .122 .13
Abuelo/a 9 (rz = 0.5) 4 (rz = -1.1) 7 (rz = 0.6)
Otro 9 (rz = -0.1) 3 (rz = -2) 11 (rz = 2.1)
Nivel de estudios
Sin estudios 22 (rz = 2.8) 10 (rz = -0.8) 5 (rz = -2.2)
Estudios primarios 29 (rz = 1.4) 42 (rz = -0.8) 37 (rz = -0.7)
19.73 .003 .19
Estudios secundarios 20 (rz = -1.9) 24 (rz = 0.4) 25 (rz = 1.6)
Estudios universitarios 2 (rz = -3) 11 (rz = 1.8) 9 (rz = 1.3)
Sexo
Mujer 24 (rz = -1.9) 23 (rz = -0.3) 30 (rz = 2.3)
6.94 .031 .13
Hombre 90 (rz = 1.9) 66 (rz = 0.3) 52 (rz = -2.3)
Situación profesional
Jubilación/Labores en el 21 (rz = 0.1) 14 (rz = -0.6) 17 (rz = 0.5)
hogar/No busca
29.49 < .001 .23
Desempleado/a 45 (rz = 5.1) 14 (rz = -2.0) 9 (rz = -3.4)
Activo/a 46 (rz = -4.5) 58 (rz = 2.2) 58 (rz = 2.6)
Tipo de trabajo
Sin cualificación 40 (rz = 5) 28 (rz = -0.8) 18 (rz = -4)
Cualificación media 6 (rz = -4.3) 18 (rz = -1) 35 (rz = 5.1) 45.78 < .001 .39
Cualificación alta 0 (rz = -1.9) 8 (rz = 3.9) 0 (rz = -2.1)
Estabilidad trabajo
No 27 (rz = 3.4) 19 (rz = -1.1) 14 (rz = -2.2)
12.02 .002 .28
Sí 17 (rz = -3.4) 36 (rz = 1.1) 36 (rz = 2.2)
Contrato trabajo
No 8 (rz = 1.1) 11 (rz = 1.6) 2 (rz = -2.6)
7.01 .030 .22
Sí 32 (rz = -1.1) 42 (rz = -1.6) 48 (rz = 2.6)
86
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Además, las tipologías se distinguieron según el subprograma en el que la familia era atendida
y el servicio desde el que se derivaba el caso. Concretamente, la Tipología 1 se compuso
principalmente por familias del subprograma de reunificación, derivadas por otros ETF y por el Servicio
de Protección del Menor. Por su parte, la Tipología 2 integró a familias usuarias del subprograma de
riesgo, y derivadas por Servicios Sociales Comunitarios. Para finalizar, las familias de la Tipología 3 no
se diferenciaron por el tipo de subprograma, y la derivación a ETF provenía del área de Educación
(Tabla 1.53).
Tabla 1.53. Tipologías de familias atendidas por los ETF: estadísticos descriptivos y contraste en función
del subprograma y servicio de derivación
Tipología 1 Tipología 2 Tipología 3 χ2 p V
Subprograma
Riesgo 142 (rz = -4.8) 120 (rz = 3.1) 102 (rz = 0.7)
23.26 < .001 .24
Reunificación 29 (rz = 4.8) 3 (rz = -3.1) 4 (rz = -0.7)
Derivación
Servicios Sociales 102 (rz = -1.2) 89 (rz = 1.9) 65 (rz = -0.4)
Comunitarios
Otros servicios 1 (rz = -0.3) 2 (rz = 1.3) 0 (rz = -1)
municipales
Otros ETF 7 (rz = 2.6) 0 (rz = -1.9) 1 (rz = -0.9)
Servicio de Protección 31 (rz = 3) 9 (rz = -2.2) 10 (rz = -1) 29.02 .010 .19
del Menor
Justicia 9 (rz = 0) 4 (rz = -1.3) 8 (rz = 1.3)
Salud 2 (rz = -0.7) 3 (rz = 0.7) 2 (rz = 0.2)
Educación 1 (rz = -2.7) 6 (rz = 0.9) 7 (rz = 2.1)
Voluntaria 13 (rz = -0.2) 10 (rz = 0) 9 (rz = 0.3)
87
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 1.54. Tipologías de familias atendidas por los ETF: estadísticos descriptivos y contraste en función
de la satisfacción vital, dinámica familiar, prácticas parentales, fortalezas y debilidades y calidad de
vida
p 2
Tip. 1 Tip. 2 Tip.l 3
F p DMS
M (DT) M (DT) M (DT)
1-2*
4.44 4.06 4.77
Satisfacción vital 8.67 < .001 .04 1-3*
(1.26) (1.41) (1.22)
2-3***
88
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
89
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
90
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Puesto que los datos anteriores se refieren a la totalidad de familias participantes en el estudio
(hubieran concluido o no el tratamiento), en la Tabla 2.2 se presentan los estadísticos descriptivos
referentes a las variables relacionadas con la temporalización del programa de intervención para las
familias que completaron el tratamiento y recibieron el alta en el servicio durante el periodo de
realización del estudio. Al comparar los datos de la duración del programa de la muestra total y de las
familias que ya han completado el tratamiento y han sido dadas de alta se observa que son bastante
similares, con una duración media de 15,43 meses para aquellas que lo habían completado, y
destacando de nuevo la elevada variabilidad en todas las dimensiones, especialmente en los valores
extremos referentes al mínimo y máximo en el número de sesiones de la fase de tratamiento y la
duración de las sesiones.
Tabla 2.2. Temporalización del programa en familias con alta en el servicio: estadísticos descriptivos
Muestra total grupo intervención
Mín. Máx. M DT
Meses de permanencia en el programa 1 38 15.43 6.92
Número de sesiones fase inicial (valoración) 1 33 6.98 5.77
Número de sesiones fase tratamiento 0 372 26.03 43.03
Número sesiones fase final (evaluación y seguimiento) 0 55 4.56 7.56
Duración media de las sesiones (minutos) 1 120 63.39 17.55
91
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Riesgo Reunificación
t p d
Mín Máx M DT Mín Máx M DT
Meses de
permanencia en el 1 43 15.23 6.23 2 31 12.70 6.17 2.52 .012 0.41
programa
Número de
sesiones fase inicial 1 33 7.05 4.98 0 31 7.66 6.42 -0.62 .537 0.12
(valoración)
Número de
sesiones fase 0 372 27.49 33.98 0 36 15.79 10.44 2.24 .025 0.36
tratamiento
Número sesiones
fase final
0 55 4.23 6.96 0 12 3.06 3.57 0.93 .355 0.18
(evaluación y
seguimiento)
Duración media de
las sesiones 1 120 62.52 17.40 30 120 63.16 17.49 -0.24 .808 0.04
(minutos)
Tabla 2.4. Temporalización del programa: contraste en función de las tipologías familiares
92
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
93
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Por su parte, en la Tabla 2.7 se especifican los descriptivos relativos a la asistencia a las
sesiones de los diferentes miembros de la familia, pero diferenciando entre las diferentes tipologías
de familias. Como se puede observar en dicha tabla, el número de sesiones a las que asiste el tutor 1
son más elevados en la tipología 1, mientras que en el resto de las dimensiones analizadas los datos
fueron más elevados en la tipología 2. Solo en la dimensión relativa al número de sesiones a las que
asiste algún menor, estas diferencias son estadísticamente significativas. Para comprobar qué
conglomerados son distintos entre sí en cuanto al número de sesiones a las que asiste algún menor
realizamos un análisis post-hoc (método de Scheffe). La única diferencia significativa se da entre la
tipología 2 (M = 3.91) y la tipología 3 (M = 2.71), con un valor de significación de .031. Mientras que el
número de sesiones a las que asiste algún menor de la tipología 1 no es significativamente distinto del
correspondiente a las otras dos tipologías. En base a los tamaños del efecto, se aprecia que las
diferencias son prácticamente irrelevantes.
De otra parte, la Tabla 2.9 especifica la actitud de las familias diferenciando entre aquellas
pertenecientes al subprograma de riesgo y al de reunificación. Como se puede observar en dicha
tabla, los valores en actitud fueron bastante similares en ambos subprogramas, no observándose
diferencias significativas.
94
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Riesgo Reunificación
t p d
Mín Máx M DT Mín Máx M DT
Actitud de las familias 1 3 2.75 0.38 1 3 2.67 0.45 1.23 .253 0.19
Tabla 2.10. Actitud de las familias: contraste en función de las tipologías familiares
Tipología 1 Tipología 2 Tipología 3
F p ηp2
M DT M DT M DT
Actitud de las familias 2.71 0.38 2.73 0.39 2.80 0.33 1.46 .235 .01
Por su parte, la Tabla 2.13 especifica la participación de las familias de forma diferenciada en
función de las tipologías familiares. En este caso, aunque las medias son parecidas, hay diferencias
95
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
estadísticamente significativas entre ellas y el tamaño del efecto global -eta cuadrado- es medio. Tras
hacer el análisis post-hoc se comprueba que la media en participación de las familias de la tipología 1
es significativamente inferior a las medias de participación de las tipologías 2 (p = .009) y 3 (p < .001).
Las medias de estas dos últimas tipologías no son significativamente distintas entre sí (p =.40). En
cualquier caso, al comparar la media entre las tipologías 1 y 2, el valor de la d de cohen es de 0.39,
que es un valor bajo-medio. El tamaño del efecto de la comparación entre las tipologías 1 y 3 es mayor
(d de cohen = 0.60, un tamaño del efecto medio-alto). En resumen, podríamos indicar que la diferencia
en participación entre las tipologías 1 y 3 es relevante. El resto de las diferencias, o bien no son
significativas o si son significativas tienen asociados un tamaño del efecto pequeño.
Tabla 2.13. Participación de las familias: contraste en función de las tipologías familiares
Tipología 1 Tipología 2 Tipología 3
F p ηp2
M DT M DT M DT
Participación de las
2.48 0.46 2.64 0.38 2.73 0.32 10.47 < .001 .06
familias
2 1,94
1,82
1,73 1,71 1,76 1,72 1,71 1,75 1,72
1,69 1,65 1,69 1,68
1,63 1,60 1,58 1,63
1,5 1,42
1
Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
La Figura 2.2 recoge la evolución de la actitud de las familias a lo largo del proceso de
intervención. Como se puede apreciar, las medias en actitud son similares a lo largo del tratamiento,
oscilando entre 2.68 y 2.96 y obteniéndose el valor más alto en el mes 16.
96
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 2.2. Evolución de la actitud de las familias usuarias a lo largo de los meses de intervención
3 2,73 2,79 2,8 2,8 2,74 2,69 2,71 2,76 2,76 2,77 2,79 2,86 2,86 2,77 2,68 2,96 2,84 2,69
2,5
2
1,5
1
0,5
0
Mes 3
Mes 11
Mes 1
Mes 2
Mes 4
Mes 5
Mes 6
Mes 7
Mes 8
Mes 9
Mes 10
Mes 12
Mes 13
Mes 14
Mes 15
Mes 16
Mes 17
Mes 18
En la Figura 2.3 se presentan los resultados relativos a la evolución en el grado de
participación mostrado por las familias a lo largo del proceso de intervención. Al igual que sucede
con la actitud, el grado de participación de las familias apenas experimenta variaciones a lo largo del
tratamiento y alcanza su nivel más alto en el mes 17.
Figura 2.3. Evolución de la participación de las familias a lo largo de los meses de intervención
3 2,65 2,60 2,61 2,67 2,62 2,58 2,67 2,63 2,60 2,70 2,80
2,53 2,57 2,60 2,60 2,61 2,55 2,54
2,5
1,5
0,5
0
Mes 3
Mes 11
Mes 1
Mes 2
Mes 4
Mes 5
Mes 6
Mes 7
Mes 8
Mes 9
Mes 10
Mes 12
Mes 13
Mes 14
Mes 15
Mes 16
Mes 17
Mes 18
97
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
50
43,80
45
38,60 38,90 38,00 37,40 39,20
40 35,60 36,70 35,60 36,20
34,80 35,80
35 31,90 30,60 32,00
29,40
30 27,30
23,80
25
20
15
10
5
0
Mes 1
Mes 2
Mes 3
Mes 4
Mes 5
Mes 6
Mes 7
Mes 8
Mes 9
Mes 10
Mes 11
Mes 12
Mes 13
Mes 14
Mes 15
Mes 16
Mes 17
Mes 18
2.1.6. Evaluación de la alianza terapéutica
Se presentan en este apartado los resultados relativos a la alianza terapéutica establecida con las
familias durante el proceso de la intervención a través de las cuatro dimensiones que la conforman:
enganche en el proceso terapéutico, conexión emocional con el terapeuta, seguridad en el sistema
terapéutico y sentido de compartir el propósito de la terapia en la familia.
Los resultados de la alianza terapéutica para la totalidad de las familias participantes en el
estudio se muestran en la Tabla 2.14. Como puede observarse en dicha tabla, el promedio de nivel de
alianza terapéutica fue óptimo y bastante similar en las cuatro dimensiones evaluadas.
Los resultados relativos a la alianza terapéutica de forma diferenciada para los subprogramas
de riesgo o reunificación se recogen en la Tabla 2.15. Como puede observarse, los resultados
obtenidos con la prueba T-Student para muestras independientes arrojaron diferencias
estadísticamente significativas. En concreto, se encontraron diferencias en las dimensiones de
enganche al proceso terapéutico y de sentido de compartir el propósito del tratamiento, ambas con
un tamaño de efecto pequeño. En ambas dimensiones se observó una puntuación media mayor para
las familias del programa de reunificación.
98
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 2.15. Alianza terapéutica: estadísticos descriptivos y contraste en función de los subprogramas
Riesgo Reunificación
t p d
M DT M DT
Enganche proceso terapéutico 3.98 0.87 4.38 0.79 -2.56* .01 -0.46
Conexión emocional con el terapeuta 4.10 1.10 4.43 0.87 -2.06a* .05 -0.30
Seguridad en sistema terapéutico 4.16 0.83 4.38 0.62 -2a* .05 -0.29
a
Prueba Leven inferior a .05, no se han asumido varianzas iguales; * p < .05
En la Tabla 2.16 se presentan los valores de la alianza terapéutica según la situación de las
familias en el momento de la evaluación final. Como se observa en dicha tabla, en todas las
dimensiones de la alianza terapéutica evaluadas las puntuaciones medias fueron menores para las
familias que abandonaron el programa y mayores para las que continuaban en tratamiento en el
momento de la evaluación final. En concreto, los análisis realizados mostraron diferencias
significativas en el enganche del proceso terapéutico y en la seguridad del sistema terapéutico con un
tamaño del efecto pequeño, y en la conexión emocional con un tamaño de efecto mediano.
En un análisis de comparaciones múltiples (análisis post-hoc con el método DMS), se encontró
que las diferencias significativas en el enganche terapéutico, la conexión emocional y la seguridad en
el sistema terapéutico se daban entre las familias que abandonaron y las que continuaban o habían
sido dadas de alta.
Tabla 2.16. Alianza terapéutica: estadísticos descriptivos y contraste en función de la situación de las
familias en el momento de la evaluación final
Alta Continúan Abandonan
(n = 140) (n = 201) (n = 14) F p ηp 2
M (DT) M (DT) M (DT)
Enganche proceso terapéutico 4.02 (0.89) 4.12 (0.76) 3.32 (1.31) 6.06 .003 .03
Conexión emocional 4.10 (1.16) 4.29 (0.87) 2.91 (1.58) 12.19 < .001 .07
Seguridad en sistema terapéutico 4.17 (0.86) 4.24 (0.73) 3.66 (0.84) 3.61 .028 .03
Sentido de compartir propósito 4.28 (0.67) 4.35 (0.69) 4.23 (0.98) 0.56 .565 .00
99
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
en las que se producen cambios positivos. Se ofrecen además los resultados relativos a la relación de
cada uno de estos contenidos con la actitud y el grado de participación mostrado por las familias
Figura 2.5. Estructura del sistema de categorías para los objetivos de tratamiento
100
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
En la Tabla 2.17 se definen las categorías del sistema y se indican la frecuencia y el porcentaje
de unidades de significado correspondiente a cada una. Tal y como puede observarse en dicha tabla,
los y las profesionales informaron acerca de una variedad de objetivos. Las categorías más frecuentes
fueron aquellas relativas a Evaluar el caso familiar (e.g., «Indagar en las relaciones familiares y estilos
educativos») y Promover relaciones familiares positivas (e.g., «Trabajar el perdón y la reconciliación»).
Algunas de las categorías que acumularon una menor cantidad de unidades de significado fueron
Promover habilidades parentales adecuadas (e.g., «Concienciar de la importancia de la dedicación al
menor»), Establecer la alianza terapéutica con la familia (e.g., «Establecer relación de confianza») y
Evaluar la intervención (e.g., «Valorar logros y dificultades durante el proceso»). Otros ejemplos de las
narrativas expresadas por los y las profesionales fueron «Actualizar información y principales
dificultades» (en la categoría Planificar la intervención y/o derivación), «Firmar acuerdos/objetivos a
conseguir durante el tratamiento» (en la categoría Establecer las condiciones de la intervención),
«Conseguir la colaboración de la familia» (en la categoría Favorecer la adherencia al tratamiento),
«Organización doméstica» (en la categoría Promover hábitos y rutinas adecuados en el hogar),
«Afrontamiento de miedos» (en la categoría Reducir el estrés familiar), «Realizar el seguimiento de la
formación de la madre» (en la categoría Fortalecer el desarrollo personal adulto), «Tramitación ayudas
económicas» (en la categoría Apoyo instrumental), «Comprobar el estado anímico del menor» (en la
categoría Promover el ajuste psicosocial de los hijos/as), «Potenciar su integración escolar» (en la
categoría Promover ajuste escolar de los hijos/as) y «Despedida» (en la categoría Concluir la
intervención).
Tabla 2.17. Categorías del sistema para los objetivos: definiciones, frecuencias y porcentajes
Categoría Definición n %total
Acciones de las y los profesionales dirigidas a
1. Planificar la
diseñar la intervención con las familias o
intervención y/o 18 7.40%
dirigir a algún miembro de la familia a otro
derivación
servicio
Actuaciones de las y los profesionales
2. Establecer la
dirigidas a establecer una relación segura
alianza terapéutica 17 6.99%
con la familia y a favorecer la adherencia de
con la familia
la familia con el plan de intervención
Actuaciones dirigidas al establecimiento de
3. Establecer las acuerdos entre las y los profesionales y las
condiciones de la familias que permiten llegar a un consenso 12 4.93%
intervención en las condiciones en las que se va a
desarrollar la intervención
4. Evaluar el caso Actuaciones dirigidas a evaluar a las familias
51 20.98%
familiar y su contexto
Acciones dirigidas a las familias con el
5. Favorecer la
objetivo de favorecer la aceptación y el
adherencia al 15 6.17%
cumplimiento de los criterios y requisitos
tratamiento
establecidos en la intervención.
6. Promover hábitos Actuaciones dirigidas a concienciar a las
y rutinas adecuados familias sobre la importancia de adquirir 7 2.88%
en el hogar hábitos y rutinas saludables a diario, así
101
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Se presenta a continuación la Figura 2.6, en la que se muestra una nube de palabras que
representa de forma gráfica la frecuencia de las categorías del sistema de categorías generado a partir
de los contenidos relativos a objetivos. Como se aprecia en esta figura, la nube de palabras contaba
con 15 y los objetivos que aparecieron con más frecuencia fueron, en orden descendente: Evaluar el
caso familiar, Promover relaciones familiares positivas, Promover habilidades parentales adecuadas,
Establecer la alianza terapéutica con la familia y Planificar la intervención y/o derivación.
102
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
103
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
104
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
105
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
106
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 2.21. Categorías relativas a Técnicas relacionadas con el proceso de intervención: definiciones,
frecuencias y porcentajes
Categoría Definición n %supracategoría %total
Técnicas y estrategias que permiten a las
3.1. Ajuste al y los profesionales ajustar la intervención
9 12.50% 2.59%
caso a las características y necesidades de las
familias
3.2.
Promoción del Técnicas y estrategias dirigidas a
cambio establecer las condiciones de la
30 41.66% 8.64%
familiar y intervención y a facilitar la consecución de
seguimiento los objetivos propuestos
del caso
Actuaciones profesionales dirigidas a
3.3. Alianza establecer una relación segura con la
20 27.77% 5.76%
terapéutica familia y a favorecer la adherencia de la
familia con el plan de intervención
Acciones dirigidas a comunicarse con las
3.4.
familias en relación con el caso, no
Actuaciones 13 18.05% 3.74%
vinculadas a otros aspectos específicos del
inespecíficas
proceso de intervención
107
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Por último, en la Tabla 2.23 se presentan las categorías incluidas en la supracategoría Otros.
En esta ocasión, la categoría Contenidos (e.g., «Parentalidad positiva») fue la que más unidades de
significado acumuló, seguida de la categoría Enfoque de intervención (e.g., «Modelo sistémico»). Las
108
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Una vez descritas las supracategorías y categorías del sistema cabe realizar un análisis global
de las categorías del sistema, sin considerar las supracategorías a las que pertenecían. A este
respecto, podemos concluir que la categoría Entrevista fue aquella del sistema de categorías
elaborado a la que los y las profesionales hicieron referencia con mayor frecuencia, seguida de las
categorías Promoción del cambio familiar y seguimiento del caso, Coordinación entre profesionales,
Alianza terapéutica y Contenidos.
Una vez descritas las categorías y supracategorías obtenidas y examinada su prevalencia, se
presenta una nube de palabras que representa de forma gráfica la frecuencia de las categorías
contenidas en el sistema de categorías elaborado para los contenidos relativos a la metodología de
intervención (véase Figura 2.8). Esta nube de palabras está formada por 23 palabras. Para facilitar la
comprensión de la imagen, las categorías Sin especificar y Actuaciones inespecíficas se codificaron con
las etiquetas «Evaluación» y «Comunicación», respectivamente. Las categorías con mayores
frecuencias fueron, en orden descendiente: Entrevista, Seguimiento y promoción del cambio,
Coordinación entre profesionales y Alianza terapéutica.
109
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
110
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 2.9. Estructura del sistema de categorías relativo a las áreas de intervención en las que se
detectan cambios positivos
111
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
que ha perdido por su actitud en el pasado» (en la categoría Toma de conciencia del problema),
«Madre e hijos comparten ocio juntos» (en la categoría Desarrollo de hábitos y rutinas adecuados en
el hogar), «Leve reducción estrés familiar» (en la categoría Estrés familiar), «La menor se relaciona
adecuadamente con sus iguales» (en la categoría Ajuste escolar de los hijos/as), «Mejora la confianza
depositada en el equipo» (en la categoría Alianza terapéutica), «Aumenta su motivación intrínseca»
(en la categoría Adherencia al tratamiento) y «Se siente reforzada y contenta con su evolución» (en la
categoría Percepción de cambio).
Tabla 2.24. Categorías relativas a áreas de intervención en las que se detectan cambios positivos:
definiciones, frecuencias y porcentajes
Categoría Definición n %total
1. Ajuste personal
Regulación física y psíquica del adulto 11 10.89%
adulto
2. Ajuste Desarrollo y bienestar psicosocial de los
psicosocial de los menores (comportamientos, emociones, 13 12.87%
hijos/as relaciones)
3. Ajuste escolar de Adaptación y rendimiento de niños, niñas
7 6.93%
los hijos/as y adolescentes en el ámbito escolar
4. Estrategias
Promoción de competencias parentales
educativas 3 2.97%
relativas a la educación de sus hijos/as
parentales
5. Cumplimiento de Revisión y/o refuerzo de los compromisos
6 5.94%
compromisos acordados
6. Toma de Reconocimiento de los errores cometidos,
conciencia del las dificultades presentes, las 9 8.91%
problema consecuencias y la necesidad de mejorar
7. Relaciones
Cambios en los roles y las interacciones
familiares 15 14.85%
familiares
saludables
8. Desarrollo de
hábitos y rutinas Práctica y adquisición de hábitos y rutinas
8 7.92%
adecuados en el familiares saludables en el hogar
hogar
9. Estrés familiar Reducción del estrés 3 2.97%
10. Alianza
Creación de un vínculo relacional positivo
terapéutica con la 9 8.91%
entre las familias y las y los profesionales
familia
11. Apoyo social Demandas de apoyo y ayuda por parte de
5 4.95%
las familias
12. Adherencia al Cumplimiento y constancia en el proceso
6 5.94%
tratamiento de intervención
13. Percepción de Conciencia de cambio por parte de las
6 5.94%
cambio familias
112
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
En la Figura 2.10 se presenta una nube de palabras que representa gráficamente la frecuencia
de las categorías relativas a las áreas de intervención en las que se detectan cambios positivos,
formada por 13 palabras. Atendiendo a dicha figura, se puede observar que las categorías que
aparecían con mayor frecuencia fueron, en orden descendente: Relaciones familiares saludables,
Ajuste psicosocial de los hijos/as, Ajuste personal adulto, Toma de conciencia del problema y Alianza
terapéutica con la familia.
Figura 2.10. Nube de palabras relativas a las áreas de intervención en las que se detectan cambios
positivos
2.2.1.4. Observaciones
Las unidades de significado expresadas por los y las profesionales en el apartado de Observaciones de
la hoja de seguimiento se clasificaron en tres categorías: (1) Descripción de las sesiones: información
referentes a la fase de tratamiento a la que correspondían las sesiones, los contenidos tratados, las
actividades realizadas, las decisiones y las actuaciones llevadas a cabo por los ETF; (2) Asistencia:
donde se incluyó la información que hacía referencia a la asistencia de los usuarios y usuarias a las
sesiones de tratamiento familiar; e (3) Información sobre la familia: categoría que se usó para codificar
informaciones referentes a eventos acontecidos en la unidad familiar, actitudes y verbalizaciones de
sus miembros y dinámicas familiares. En este sistema se codificó un total de 47 unidades de
significado, de las cuales 18 (38.00% del total) se incluyeron en la categoría Descripción de las sesiones,
13 (28.00% del total) en Asistencia y los 16 restantes (34.00% del total) en Información sobre la familia.
113
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
0 20 40 60 80 100
114
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
En la Figura 2.12 se muestran los objetivos abordados de forma diferenciada para los dos
subprogramas. Como puede observarse, existen importantes diferencias entre los objetivos
abordados con mayor frecuencia en ambos subprogramas. Por un lado, en el subprograma de riesgo
los y las profesionales registraron que dedicaban más tiempo a evaluar a las familias que en el
subprograma de reunificación, mientras que en este último la planificación de la intervención adquiría
un mayor protagonismo. Por otro lado, los objetivos relacionados con la promoción de ajuste escolar
y el desarrollo psicosocial de niños, niñas y adolescentes, así como con el desarrollo adulto y la
reducción del estrés parental, fueron abordados con mayor frecuencia en el subprograma de riesgo
que en el de reunificación. Finalmente, en el programa de reunificación se trabajaba con más
frecuencia la promoción de habilidades parentales y el establecimiento de hábitos y rutinas que en el
subprograma de riesgo. Como era de esperar, no se observaron diferencias relevantes entre ambos
subprogramas en los objetivos relacionados con el establecimiento de las condiciones de la
intervención, la alianza terapéutica, la adherencia al tratamiento o el cierre de la intervención. El
análisis de Chi-cuadrado realizado mostró que las diferencias observadas en los objetivos abordados
en ambos subprogramas eran estadísticamente significativas en lo relativo a la planificación de la
intervención y/o derivación (x2 = 5.05; p =.047), la evaluación del caso familiar (x2 = 8.77; p =.006), la
evaluación de la intervención (x2 = 9.16; p =.003) y el cierre la intervención (x2 = 8.56; p =.004).
Reunificación Riesgo
115
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
2.2.2.1. Evolución de los objetivos abordados a lo largo de las fases del proceso de
intervención
En la Figura 2.13 se muestran los datos relativos a la evolución de los objetivos abordados a lo largo
de las fases del proceso de intervención, diferenciados en función de si el registro de las sesiones
correspondía a la fase inicial, a la de tratamiento o a la final. En general, se observa que los objetivos
abordados van cambiando a lo largo del proceso de intervención. En concreto, en las sesiones de la
fase inicial los objetivos registrados por las y los profesionales fueron mayoritariamente los
relacionados con la evaluación del caso y el establecimiento de la alianza terapéutica; seguidos de los
objetivos encaminados a la promoción de relaciones familiares positivas, el establecimiento de las
condiciones de la intervención y la mejora de la adherencia al tratamiento. En segundo lugar, durante
las sesiones de la fase de tratamiento, los objetivos abordados mayoritariamente fueron promover
relaciones familiares positivas y promover habilidades parentales adecuadas. También se trabajaron
en esta fase objetivos relacionados con la evaluación del caso familiar, mejorar la adherencia al
tratamiento, proporcionar apoyo instrumental, fortalecer el desarrollo personal adulto y promover el
ajuste psicosocial de los hijos y las hijas. Finalmente, durante las sesiones de la fase de cierre se
mantuvo como objetivo de la intervención la promoción de relaciones familiares positivas y aumentó
el esfuerzo de los y las profesionales por evaluar la intervención. También continuaron siendo
objetivos de esta fase la promoción de habilidades parentales adecuadas, el proporcionar apoyo
instrumental, el fortalecimiento del desarrollo personal del adulto y la promoción del ajuste
psicosocial de los hijos y las hijas.
116
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 2.13. Objetivos de la intervención a lo largo de las fases del proceso de intervención: porcentajes
28,14
Evaluar el caso familiar 10,24
6,36
17,42
Establecer la alianza terapéutica con la familia 4,04
2,27
8,46
Promover relaciones familiares positivas 14,71
15,00
7,04
Establecer las condiciones de la intervención 1,81
1,06
6,53
Favorecer la adherencia al tratamiento 4,70
3,33
5,95
Promover habilidades parentales adecuadas 14,02
9,39
5,86
Apoyo instrumental 9,12
9,39
5,36
Fortalecer el desarrollo personal adulto 9,07
7,27
4,19
Planificar la intervención y/o derivación 3,68
2,88
3,69
Promover hábitos y rutinas adecuados en el hogar 5,73
6,67
3,02
Promover el ajuste psicosocial de los hijos/as 8,48
7,58
2,51
Promover ajuste escolar de los hijos/as 5,44
6,36
1,26
Reducir el estrés familiar 2,08
2,12
0,59
Evaluar la interveción 6,71
14,55
0,00
Concluir la intervencion 0,17
5,76
0 10 20 30
117
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
las familias en función de si eran abordados o no durante el tratamiento los objetivos relacionados
con la promoción de relaciones familiares positivas, la reducción del estrés parental, el fortalecimiento
del desarrollo personal adulto y la promoción del ajuste psicosocial en los hijos y las hijas. En todos los
casos se observó un mayor grado de participación cuando estos objetivos fueron abordados en el
proceso de intervención, aunque las diferencias encontradas tuvieron un tamaño del efecto pequeño.
Tabla 2.25. Diferencias en el nivel de participación de las familias en función de los objetivos abordados
Sí No
n M DT n M DT t p d
Planificar intervención /
derivación 101 2.58 0.42 220 2.61 0.42 0.66 .512 -0.07
Establecer alianza terapéutica 162 2.62 0.39 159 2.57 0.43 -1.2 .230 0.12
Establecer/consensuar
condiciones de intervención 99 2.57 0.41 222 2.62 0.42 0.89 .372 -0.12
Evaluar familias y su contexto 241 2.60 0.43 80 2.62 0.39 0.39 .690 -0.05
Favorecer adherencia al
tratamiento 128 2.54 0.48 193 2.64 0.37 2.13a .034 -0.24
Promover hábitos y rutinas
adecuadas en el hogar 132 2.62 0.36 189 2.59 0.46 -0.59a .558 0.07
Promover relaciones familiares
positivas 226 2.66 0.37 95 2.46 0.49 -3.6a* < .001 0.49
Promover habilidades
parentales adecuadas 231 2.61 0.39 90 2.57 0.49 -0.67a .459 0.10
a
Reducir estrés parental 60 2.75 0.35 261 2.57 0.43 -3.46 * .001 0.43
Fortalecer el desarrollo personal
adulto 178 2.64 0.4 143 2.55 0.43 -1.94a* .054 0.22
Apoyo instrumental 162 2.65 0.39 159 2.55 0.44 -2.15 .032 0.24
Promover el ajuste psicosocial
de hijos/as 158 2.67 0.37 163 2.54 0.45 -3.04a* .003 0.32
Promover el ajuste escolar de
hijos/as 154 2.63 0.4 167 2.58 0.44 -1.03 .305 0.12
Evaluar la intervención 119 2.62 0.41 202 2.6 0.42 -0.58 .565 0.05
Concluir intervención 30 2.59 0.49 291 2.6 0.41 0.15 .880 -0.02
a
Prueba Leven inferior a .05, no se han asumido varianzas iguales; * p < .05
118
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
tratamiento se relacionó con actitudes más negativas por parte de las familias. En todos los casos las
diferencias encontradas tuvieron un tamaño del efecto pequeño.
Tabla 2.26. Diferencias en la actitud de las familias en función de los objetivos abordados
Sí No
n M DT n M DT t p d
Planificar intervención /
derivación 101 2.78 0.38 220 2.74 0.38 -0.68 .497 0.11
Establecer alianza
terapéutica 162 2.75 0.37 159 2.75 0.4 0.01 .995 0.00
Establecer/consensuar
condiciones de intervención 99 2.70 0.44 222 2.77 0.36 1.59 .112 -0.18
Evaluar familias y su contexto 241 2.73 0.38 80 2.8 0.37 1.44 .151 -0.19
Favorecer adherencia al
tratamiento 128 2.68 0.42 193 2.8 0.34 2.63a* .009 -0.27
Promover hábitos y rutinas
adecuadas en el hogar 132 2.82 0.30 189 2.71 0.42 -2.68a* .009 0.29
Promover relaciones
familiares positivas 226 2.79 0.34 95 2.67 0.46 -2.3a* .023 0.32
Promover habilidades
parentales adecuadas 231 2.78 0.35 90 2.68 0.44 -1.8a .074 0.27
a
Reducir estrés parental 60 2.83 0.32 261 2.73 0.39 -1.87 .064 0.26
Fortalecer el desarrollo
personal adulto 178 2.78 0.34 143 2.72 0.43 -1.46a .145 0.16
a
Apoyo instrumental 162 2.80 0.35 159 2.7 0.41 -2.53 .012 0.26
Promover el ajuste
psicosocial de hijos/as 158 2.79 0.32 163 2.71 0.43 -2.23a .026 0.24
Promover el ajuste escolar de
hijos/as 154 2.77 0.37 167 2.74 0.4 -0.85 .397 0.16
Evaluar la intervención 119 2.79 0.39 202 2.73 0.4 -1.29 .200 0.15
Concluir Intervención 30 2.66 0.48 291 2.76 0.37 1.41 .261 -0.26
a
Prueba Leven inferior a .05, no se han asumido varianzas iguales; * p < .05
119
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Otros 37,40
0 20 40 60 80 100
Otros 25,00
38,80
0 20 40 60 80 100
Reunificación Riesgo
120
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Entrevista 72,70
Observación 14,80
Registros 2,80
Genograma 1,80
0 20 40 60 80 100
Gestion 14,26
Derivación 12,25
0 20 40 60 80 100
121
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
0 20 40 60 80 100
Cognitiva 26,60
Orientacion 16,09
Conductual 15,18
Psicoeducativa 9,96
Instrumental 7,73
Lúdica 7,24
Psicodramatica 7,03
Proyectiva 6,89
Mediación familiar 3,27
0 20 40 60 80 100
122
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 2.27. Diferencias en el nivel de participación de las familias en función de la metodología aplicada
Sí No
n M DT n M DT t p d
Técnicas evaluación y
recogida de información 309 2.61 0.42 12 2.42 0.47 -1.55 .121 0.45
Actividades organización y
coordinación 145 2.62 0.40 176 2.59 0.43 -0.58 .560 0.07
Técnicas relacionadas con
proceso de intervención 208 2.59 0.43 113 2.6 0.41 0.09 .930 0.00
a
Técnicas de tratamiento 211 2.65 0.38 110 2.51 0.47 -2.73 * .004 0.34
Otros 120 2.66 0.40 201 2.57 0.43 -1.87 .062 0.22
a
Prueba Leven inferior a .05, no se han asumido varianzas iguales; * p < .05
Sí No
n M DT n M DT t p d
Técnicas evaluación y
recogida de información 309 2.75 0.39 12 2.84 0.28 0.78 .437 -0.23
Actividades organización y
coordinación 145 2.77 0.38 176 2.74 0.38 -0.71 .477 0.08
Técnicas relacionadas con
proceso de intervención 208 2.75 0.39 113 2.76 0.37 0.35 .726 -0.03
a
Técnicas de tratamiento 211 2.79 0.35 110 2.68 0.42 -2.26 * .025 0.29
Otros 120 2.79 0.37 201 2.73 0.39 -1.26 .208 0.16
a
Prueba Leven inferior a .05, no se han asumido varianzas iguales; * p < .05
123
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
En un siguiente nivel (con porcentajes inferiores al 30%) las y los profesionales señalaron: el
establecimiento de hábitos y rutinas adecuadas en el hogar y el cumplimiento de compromisos.
Finalmente, las áreas en las que se percibieron menos cambios fueron las relacionadas con la
reducción del estrés familiar y con la mejora de la percepción de cambio por parte de la familia.
0 20 40 60 80 100
Los resultados relativos a las ́reas de intervencín en las que se detectan cambios positivos
de forma diferenciada para los dos subprogramas se presentan en la Figura 2.21. Como se observa
en dicha figura, existen algunas diferencias entre ambos subprogramas. Por un lado, los y las
profesionales percibieron más cambios positivos en las estrategias educativas parentales, en el
cumplimiento de objetivos, en el ajuste escolar y psicosocial de hijos e hijas en el subprograma de
riesgo que en el de reunificación. Por otro lado, los y las profesionales percibieron más mejoras en el
124
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 2.21. Áreas de intervención con cambios positivos: contraste en función de los subprogramas
75,00
Ajuste personal adulto
55,90
68,80
Relaciones familiares saludables
61,50
43,80
Toma de conciencia del problema
34,90
37,50
Adherencia al tratamiento
37,50
37,50
Ajuste psicosocial de los hijos/as
47,40
25,00
Alianza te apéutica con la familia
32,90
25,00
Ajuste escolar de los hijos/as
41,40
18,80
Apoyo social
13,80
12,50
Estrategias educativas parentales
31,60
6,30
Cumplimiento de compromisos
21,10
0,00
Pe ep ión de cambio
8,90
0,00
Est és familiar
10,50
0 20 40 60 80 100
Reunificación Riesgo
125
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 2.30. Diferencias en las áreas de intervención en las que se perciben mejoras en función del nivel
de participación
Sí No
n M DT n M DT t p d
a
Ajuste personal adulto 182 2.67 .38 139 2.51 0.45 -3.58 * < .001 0.39
Ajuste psicosocial de los
hijos/as 152 2.67 .38 169 2.54 0.45 -2.91* .004 0.31
Ajuste escolar de los
hijos/as 130 2.66 .39 190 2.56 0.44 -1.98* .049 0.24
Estrategias educativas
parentales 97 2.58 .38 224 2.61 0.43 0.59 .554 -0.07
Cumplimiento de
compromisos 67 2.63 .35 254 2.59 0.44 -0.75a .454 0.09
Toma de conciencia del
problema 113 2.65 .34 208 2.57 0.46 -1.78a .077 0.19
Relaciones familiares
saludables 197 2.68 .36 124 2.48 0.48 -3.97a* < .001 0.49
Desarrollo de hábitos y
rutinas adecuados en el
hogar 69 2.59 0.41 252 2.60 0.42 0.15 .880 -0.03
Estrés familiar 34 2.81 0.29 287 2.58 0.42 -4.11a* < .001 0.56
Alianza terapéutica con la
familia 101 2.6 0.38 220 2.6 0.44 0.03a .997 0.00
Apoyo social 45 2.67 0.45 276 2.59 0.41 -1.21 .227 0.19
Adherencia al tratamiento 122 2.61 0.39 199 2.6 0.43 -0.25 .800 0.02
Percepción de cambio 29 2.69 0.35 292 2.6 0.42 -1.25 .211 0.22
a
Prueba Leven inferior a .05, no se han asumido varianzas iguales; * p < .05
126
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
2.2.4.2. Relación entre las áreas de intervención con mejoras y la actitud de las
familias
En la Tabla 2.31 se muestran los resultados relativos a la relación entre las áreas de intervención en
las que se detectan los cambios positivos y la actitud de las familias. Los resultados obtenidos con la
Prueba T-Student para muestras independientes revelaron que la actitud de las familias fue
significativamente más positiva en los casos en los que se detectaron cambios positivos en las áreas
relacionadas con el ajuste personal del adulto, el ajuste psicosocial de los/as hijos/as, el estrés
parental, la percepción del cambio y las relaciones familiares saludables. Las diferencias encontradas
tuvieron un tamaño del efecto pequeño en todos los casos excepto en el área de relaciones familiares
saludables, en la que la diferencia mostró un tamaño del efecto moderado.
Tabla 2.31. Diferencias en las áreas de intervención en las que se perciben mejoras en función de la
actitud de las familias
Sí No
n M DT n M DT t p d
Ajuste personal adulto 182 2.82 0.32 139 2.66 0.44 -3.46a* .001 0.43
Ajuste psicosocial de los
hijos/as 152 2.83 0.31 169 2.68 0.43 -3.79a* < .001 0.40
Ajuste escolar de los hijos/as 130 2.80 0.38 190 2.72 0.38 -1.78 .077 0.21
Estrategias educativas
parentales 97 2.76 0.32 224 2.75 0.41 -0.27 .791 0.03
Cumplimiento de
compromisos 67 2.76 0.30 254 2.75 0.40 -0.20 .842 0.03
Toma de conciencia del
problema 113 2.78 0.28 208 2.73 0.43 -1.22a .222 0.13
Relaciones familiares
saludables 197 2.82 0.31 124 2.64 0.26 -3.85a* < .001 0.62
Desarrollo de hábitos y
rutinas adecuadas en el hogar 69 2.78 0.43 252 2.74 0.37 -0.68 .449 0.10
Estrés familiar 34 2.88 0.22 287 2.74 0.39 -3.29a* .002 0.37
Alianza terapéutica con la
familia 101 2.76 0.35 220 2.75 0.40 -0.38 .702 0.03
Apoyo social 45 2.74 0.48 276 2.75 0.37 0.16 .874 -0.16
Adherencia al tratamiento 122 2.74 0.37 199 2.76 0.39 0.58 .556 -0.05
a
Percepción de cambio 29 2.87 0.21 292 2.74 0.39 -2.79 * .007 0.34
a
Prueba Leven inferior a .05, no se han asumido varianzas iguales; * p < .05
127
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
ofrecen los resultados relativos a las expectativas de éxito, la valoración sobre el proceso de
derivación, sobre la adecuación del perfil de las familias participantes, sobre la conciencia del
problema que presentan las familias y sobre su motivación para el cambio. Estos datos se presentan
en primer lugar para la totalidad de la muestra de familias participantes y, posteriormente,
diferenciados por subprogramas.
En la Figura 2.22 se presentan los resultados relativos a las expectativas de éxito sobre la
aplicación del programa con las familias participantes en el estudio. Tal y como puede observarse en
dicha figura, los y las profesionales mantuvieron expectativas positivas en la mayoría de los casos. No
obstante, en casi un cuarto de las familias estudiadas, los y las profesionales tenían expectativas muy
bajas o bastante bajas respecto a los logros de la intervención.
Figura 2.22. Expectativas respecto a los logros en la aplicación del programa: porcentajes
4,80% 2,00%
2,80%
23,28%
67,13%
En relación con el proceso de derivación, tal y como se recoge en la Figura 2.23, las y los
profesionales lo valoraron como bastante o muy adecuado en la mayoría de los casos (porcentaje
acumulado alrededor del 80%).
4,60% 2,60%
12,50%
24,80%
55,60%
128
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
En la Figura 2.24 se presentan los resultados relativos a la adecuación del perfil de las familias
para la finalidad del programa. Como puede observarse en dicha figura, los y las profesionales
valoraron mayoritariamente el perfil de las familias participantes en el programa como bastante o
muy adecuados para la intervención que desarrollan los ETF. Así, solo en un 9% de los casos que han
formado parte de la investigación los y las profesionales han valorado como poco adecuado el perfil
familiar para los objetivos del programa.
Figura 2.24. Adecuación del perfil de las familias para la finalidad del programa: porcentajes
5,00% 0,40%
8,99%
31,87%
53,75%
4,80% 5,09%
13,79%
26,97%
49,35%
129
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
En relación con los resultados relativos a la motivación para el cambio, recogidos en la Figura
2.26, los y las profesionales consideraron que la mayor parte de las familias que habían participado en
el programa se encontraban bastante o muy motivadas para el cambio.
5,29% 2,60%
10,49%
26,97%
54,65%
En la Tabla 2.32 se presentan los resultados relativos a las expectativas de los y las
profesionales en función de los subprogramas. Como queda recogido en dicha tabla, se encontraron
diferencias significativas entre subprogramas en relación con las expectativas de las y los
p ofesio ales. E o eto, las e pe tati as u ajas so e el é ito del p og a a fue o u ho
más frecuentes en el subprograma de reunificación que en el de riesgo.
Tabla 2.32. Expectativas por de los y las profesionales: estadísticos descriptivos y contraste en función
del subprograma
Riesgo Reunificación χ² p V
M. Bajas B. Bajas B. Altas M. Altas M. Bajas B. Bajas B. Altas M. Altas
Expectativas en 5 109 333 15 6 16 28 0 29.6 < .001 .24
aplicación del (rz = 5.1) (rz = 1.3) (rz = 2.4) (rz = 1.3) (rz = 5.1) (rz = 1.3) (rz = -2.4) (rz = 1.3) 2
programa
Finalmente, en la Tabla 2.33 se muestra la valoración de las y los profesionales de los distintos
aspectos analizados, incluyendo el análisis comparativo entre ambos subprogramas. Los resultados
obtenidos han mostrado diferencias significativas en la motivación de las familias para el cambio; en
concreto, en el subprograma de reunificación se observó una mayor proporción de familias con escasa
motivación por el cambio.
130
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 2.33. Valoración de las y los profesionales: estadísticos descriptivos y contraste en función del
subprograma
Riesgo Reunificación χ² p V
Nada Poco Bastante Mucho Nada Poco Bastante Mucho
Proceso de 13 64 267 118 1 4 30 16
1.98 .583 .06
derivación (rz = 0.4) (rz = 1.2) (rz = -0.1) (rz = -0.9) (rz = -0.4) (rz = -1.2) (rz = 0.1) (rz = 0.9)
Adecuación de
2 42 264 152 0 7 23 21
perfil familiar 3.36 .342 .34
(rz = 0.5) (rz = -1.1) (rz = 1.7) (rz = -1.2) (rz = -0.5) (rz = 1.1) (rz = -1.7) (rz = 1.2)
adecuado
Consciencia del 23 133 241 64 5 12 28 6
2.62 .462 .46
problema (rz = -1.4) (rz = 0.8) (rz = -0.4) (rz = 0.4) (rz = 1.4) (rz = -0.8) (rz = 0.4) (rz = -0.4)
Motivación 9 130 269 50 5 14 26 6
10.77 .012 .15
para el cambio (rz = -3.2) (rz = 0.1) (rz = 1.1) (rz = -0.2) (rz = 3.2) (rz = -0.1) (rz = -1.1) (rz = 0.2)
3. Evaluación de la efectividad
A continuación, se presentan los resultados de los análisis de efectividad realizados para conocer el
impacto del Programa de Tratamiento Familiar en las familias participantes. En primer lugar, se
presentan los resultados relacionados con el impacto en las familias participantes en el subprograma
de riesgo y, en segundo lugar, los relativos al subprograma de reunificación.
131
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
y del de comparación, para seguidamente examinar qué conjunto de variables predice la magnitud de
cambio ajustada en las familias participantes en el subprograma de riesgo.
Tabla 3.1. Efectividad de la intervención en calidad del hogar: estadísticos descriptivos y contraste
p 2
Pretest Postest
F p
M (DT) M (DT)
Entorno 0.58 (0.93) 0.84 (0.83) 25.73 < .001 .09
Competencias parentales 0.03 (0.89) 0.46 (0.90) 55.23 < .001 .19
Interacciones familiares -0.21 (1.18) 0.26 (1.14) 36.76 < .001 .13
Seguridad familiar 0.30 (1.06) 0.69 (0.90) 29.33 < .001 .11
Bienestar infantil hijo/a 1 0.18 (1.29) 0.44 (1.11) 10.71 .001 .04
Bienestar infantil hijo/a 2 0.48 (1.14) 0.69 (0.95) 4.43 .037 .04
Como se muestra en la Figura 3.1, tras la intervención, las puntuaciones medias de todas las
dimensiones evaluadas presentaron un cambio positivo. Además, como puede observarse en la figura,
los valores medios del postest son superiores a cero, indicando una valoración positiva de dichas
dimensiones por parte de los y las profesionales.
132
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
1
0,75
0,5
0,25
0
Pretest Postest
-0,25
-0,5
-0,75
-1
133
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
En la Figura 3.2. se representan los porcentajes de cada tipo de maltrato antes y después de
la intervención para aquellas dimensiones en las que el análisis anterior había mostrado que el cambio
ha sido significativo. Como se muestra en la figura, cuando se comparan los dos momentos de la
evaluación, la presencia de maltrato físico ha sido valorada en el postest en una proporción inferior a
la inicial y existen cambios significativos entre el pretest y el postest en función de la valoración inicial
(p = .013). En concreto, la presencia de maltrato físico disminuyó de un 20.69% a un 9.20% tras la
intervención. Respecto a la valoración de maltrato emocional, también se observó una disminución
en el número de casos en los que se valoró su existencia tras la intervención, pasando de un 61.18% a
un 49.41%. En esta comparación, sin embargo, el cambio solo rozó la significatividad a nivel estadístico
(p = .052). Sí se redujo de manera claramente significativa entre los dos momentos de la evaluación la
presencia de negligencia respecto a las necesidades formativas, pasando su prevalencia de un 37.37%
a un 26.36% (p = .013,) y la presencia de negligencia para poner normas, límites y transmisión de
valores, que se redujo del 60.87% al 42.03% (p = .002). Aunque se observó cierta disminución, no se
encontraron cambios significativos entre pretest-postest al evaluar la existencia o no de casos de
negligencia en relación a las necesidades psíquicas (p = .125), a la supervisión (p = .754), ni en la
incapacidad parental para controlar la conducta de sus hijos (p = .754).
134
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
20,69
Maltrato físico
9,20
61,18
Maltrato emocional
49,41
60,87%
Neg. Normas, valores
42,03%
37,37
Neg. Formativas
26,36
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Pretest Postest
Finalmente, como parte del instrumento Valórame, los y las profesionales realizaron una
valoración global del nivel de gravedad del riesgo de estas familias, al inicio y al final de la
intervención. En relación con esta dimensión, se observó un cambio significativo entre los dos
momentos (p < .001). Al inicio de la intervención, en todos los casos se había valorado la existencia de
riesgo o desprotección; sin embargo, en el postest, la presencia de riesgo/desprotección se había
disminuido al 77.78% de los casos. Del total de familias evaluadas, 20 recibieron en el pretest la
valoración de riesgo/desprotección (ya fuera moderado o grave) y en el postest fueron valoradas sin
riesgo/desprotección. En el resto de las familias la presencia de algún nivel de riesgo o desprotección
seguía existiendo tras la intervención.
El instrumento utilizado para esta valoración permite identificar distintos niveles de gravedad,
que de menor a mayor serían: riesgo, desprotección moderada y desprotección grave. En la Figura 3.3
se muestra la distribución en el pretest y en el postest de la valoración del nivel de gravedad realizada
por los y las profesionales. Como ya se ha indicado, mientras que al inicio de la intervención todas las
familias fueron valoradas como con algún nivel de riesgo, tras la intervención esta valoración de riesgo
o desprotección había desaparecido en el 20.60% de los casos. En la figura se muestra claramente
como han disminuido los casos de mayor gravedad: la desprotección grave ha pasado de un 21.60% a
un 8.20%. También la proporción de casos de desprotección moderada ha disminuido, pasando de un
61.18% en el pretest a un 32.24% en el postest.
135
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
0,00
No riesgo
20,60
18,60
Riesgo
38,10
61,18
Desprotección moderada
32,24
21,60
Desprotección grave
8,20
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Pretest Postest
136
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
2,40%
12,38% 25,75%
59,48%
Por último, los y las profesionales indicaron que, tras la intervención, un 41.99% de las familias
participantes fueron derivadas o continuaron recibiendo atención en otros servicios. El 58.01%
restante no estaban siendo atendidas por otros servicios tras la finalización de la intervención de los
ETF.
3.1.2. Cambio en las dimensiones autoinformadas por las familias del grupo de
intervención
3.1.2.1. Prácticas educativas parentales
En la Tabla 3.3. se presentan los estadísticos descriptivos (evaluación inicial y final) y de contraste de
tres dimensiones de prácticas educativas parentales, a partir de la información proporcionada por las
familias. Como se muestra en la tabla, se observó una mejora estadísticamente significativa en las
dimensiones de permisividad e intrusismo, con un tamaño del efecto pequeño. El grado de
participación democrática en estas familias no se vio modificado significativamente tras la
intervención.
p 2
Pretest Postest
F p
M (DT) M (DT)
Participación democrática 3.85 (0.81) 3.88 (0.74) 0.35 .549 .00
Permisividad 2.30 (0.79) 2.16 (0.74) 17.25 < .001 .03
Intrusismo 2.13 (0.51) 2.05 (0.50) 8.92 .003 .02
En la Figura 3.5 se ofrece una representación gráfica de las dimensiones que experimentaron
un cambio significativo entre el pretest y el postest. Se produjo una disminución significativa de las
137
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
puntuaciones medias en la permisividad y en el intrusismo por parte de las figuras parentales que
recibieron la intervención.
2,50
2,30
2,10
1,90
1,70
1,50
Pretest Postest
Permisividad Intrusismo
138
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
11,00%
8,54%
11,02%
14,60% 34,70%
44,35%
36,09%
39,70%
10,50% 9,39%
5,49%
25,60%
27,30% 17,38%
67,73%
36,60%
Sí, todas Sí, bastantes Solo algunas Ninguna Sí, totalmente Creo que sí No creo No, en absoluto
17,38%
28,93%
57,36%
66,63%
Sí, totalmente Creo que sí No creo No Ayuda mucho Ayuda algo No ayuda Empeora
7,41% 8,80%
13,51% 10,50%
36,94% 36,90%
42,14% 43,80%
139
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 3.4. Características sociodemográficas de los niños, niñas y adolescentes participantes del grupo
de comparación y del grupo de comparación: estadísticos descriptivos y de contraste
GC GI
n (%) n (%) Diferencias p Φ/d
M (DT) M (DT)
Sexo
Niño 76 (54.68%) 270 (49.36%)
χ2 (1) = 1.05 .306 -.04
Niña 63 (45.32%) 277 (50.64%)
Edad del hijo/a 10.78 (3.85) 10.15 (3.98) t (684) = 1.68 .094 0.16
Nivel de riesgo hijo/a 1 1.51 (1.55) 1.66 (1.44) t (363) = -0.81 .420 0.10
Nivel de riesgo hijo/a 2 1.06 (1.42) 0.97 (1.07) t (224) = 0.51 .437 0.07
En cuanto a las características del tutor o tutora principal, ambos grupos mostraron un perfil
parecido. El GC y el GI presentaron una distribución similar respecto al sexo, predominando las mujeres
en ambos casos. También reflejaron distribuciones similares respecto al vínculo de este tutor o tutora
con los niños, niñas y adolescentes de la familia, siendo predominantemente en ambos grupos los
progenitores y las progenitoras. De manera muy excepcional, tanto en el GC como en el GI, los tutores
o tutoras principales eran los abuelos o abuelas y los tíos o las tías. Tampoco hubo diferencias entre
los grupos respecto al origen del tutor o la tutora principal (español/a o extranjero/a), así como a la
situación profesional o la edad. El nivel de riesgo presentado por los tutores o las tutoras principales,
140
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
según la información aportada por los y las profesionales, tampoco mostró diferencias significativas
entre los dos grupos. Las únicas diferencias significativas entre ellos se refieren al nivel educativo de
sus componentes. Como se muestra en la Tabla 3.5, el GC tiene mayor proporción de personas con
nivel educativo de enseñanzas secundarias que el GI, así como menor proporción de personas con nivel
educativo bajo que el GI.
Tabla 3.5. Características sociodemográficas del tutor o la tutora principal del grupo de comparación
y del grupo de comparación: estadísticos descriptivos y de contraste
GC GI
M (DT) M (DT) Diferencias p
Φ/V/d
n (%) n (%)
Sexo
Mujer 69 (87.36%) 245 (82.49%)
χ2 (1) = 0.74 .389 -.05
Hombre 10 (12.66%) 52 (17.51%)
Edad 39.37 (8.91) 39.16 (9.32) t (365) = 0.18 .857 0.02
Nivel de riesgo 6.20 (2.84) 6.08 (3.39) t (366) = 0.28 .773 0.03
Vínculo
Progenitor/a 75 (94.94%) 286 (96.30%)
Tío/a 0 (0%) 2 (0.67%)
χ2 (3) = 4.32 .229 .10
Abuelo/a 2 (2.53%) 8 (2.69%)
Otro 2 (2.53%) 1 (0.34%)
Origen
Extranjero/a 8 (10.13%) 54 (18.18%)
χ2 (1) = 2.38 .229 -.08
Español/a 71 (89.87%) 243 (81.82%)
Situación profesional
Jubilación/Labores del
15 (19.48%) 61 (20.61%)
hogar
χ2 (2) = 0.24 .888 .02
Desempleado/a 30 (38.96%) 121 (40.88%)
Activo/a 32 (41.56%) 114 (38.51%)
Nivel de estudios
Sin estudios 6 (7.69%) 37 (12.85%)
Estudios primarios 34 (43.59%) 170 (59.03%)
χ2 (3) = 16.34 .001 .21
Estudios secundarios 33 (42.31%) 58 (20.14%)
Estudios universitarios 5 (6.41%) 23 (7.98%)
En la Tabla 3.6 se presentan los estadísticos descriptivos y de contraste entre las variables
sociodemográficas de las tutoras o tutores secundarios del GI y del GC. Según la información
analizada, las características de las tutoras o tutores secundarios también presentan un perfil similar
en GC y en GI. No existen diferencias significativas en la edad media entre ambos grupos, ni tampoco
en la distribución por sexo, o vinculación con los niños, niñas o adolescentes del estudio. En ambos
grupos estos tutores eran mayoritariamente varones y figuras parentales. También presentaban un
perfil similar en cuanto a la ocupación laboral y origen, así como al nivel de riesgo. De nuevo, las
diferencias encontradas se referían únicamente al nivel de estudios. En el GC había una mayor
proporción de tutores y tutoras con estudios secundarios que en el GI, cuyo nivel de estudios se
encontraba más repartido entre las distintas categorías.
141
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 3.6. Características sociodemográficas de las tutoras o tutores secundarios del grupo de
comparación y del grupo de comparación: estadísticos descriptivos y de contraste
GC GI
M (DT) M (DT) Diferencias p Φ/V/d
n (%) n (%)
Sexo
Mujer 4 (30.77%) 23 (31.51%)
χ2 (1) = 0.00 1 -.00
Hombre 9 (69.23%) 50 (68.49%)
Edad 46.10 (6.08) 42.13 (10.16) t (78) = 0.12 .233 0.47
Nivel de riesgo 3.45 (3.27) 4.24 (3.75) t (255) = 1.37 .183 0.22
Vínculo
Progenitor/a 11 (84.62%) 67 (93.05%)
Tío/a 0 (0%) 1 (1.39%)
χ2 (3) = 1.77 .621 .14
Abuelo/a 1 (7.69%) 2 (2.78%)
Otro 1 (7.69%) 2 (2.78%)
Origen
Extranjero/a 1 (7.69%) 8 (11.11%)
χ2 (1) = 0.00 1 -.04
Español/a 12 (92.31%) 64 (88.89%)
Situación profesional
Jubilación/Labores del hogar 2 (18.18%) 14 (19.45%)
Desempleado/a 2 (18.18%) 15 (20.83%) χ2 (2) = 0.06 .968 .03
Activo/a 7 (63.64%) 43 (59.72%)
Nivel de estudios
Sin estudios 3 (9.38%) 27 (14.92%)
Estudios primaries 15 (46.87%) 101 (55.80%)
χ2 (3) = 8.32 .040 .19
Estudios secundarios 14 (43.75%) 40 (22.10%)
Estudios universitarios 0 (0%) 13 (7.18%)
El último análisis preliminar comparativo entre los dos grupos se presenta en la tabla 3.7, en
la que se muestran las características de la estructura familiar de los y las participantes del GC y del
GI. El análisis comparativo entre grupos mostró que la distribución de familias monoparentales y
biparentales era similar en ambos. Sin embargo, la proporción de familias reconstituidas en el GI
(25.44%) era superior al de familias reconstituidas en el GC (12.99%). La inestabilidad familiar también
era mayor en el GI que en el GC.
142
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 3.7. Características de las familias del grupo de comparación y del grupo de comparación:
estadísticos descriptivos y de contraste
GC GI
χ2 p Φ
n (rz) n (rz)
Familia monoparental
Sí 40 (0.4) 143 (-0.4)
0.05 .799 .02
No 38 (-0.4) 149 (0.4)
Familia reconstituida
Sí 10 (-2.3) 211 (2.3)
4.65 .021 .12
No 67 (2.3) 72 (-2.3)
Estabilidad familiar
Sí 63 (3.4) 169 (-3.4)
10.94 .001 -.18
No 16 (-3.4) 119 (3.4)
143
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 3.8. Efectividad de la intervención para las figuras parentales y la dinámica familiar: estadísticos
descriptivos y contraste entre GC y GI
p 2
Total GC GI
F p
M (DT) M (DT) M (DT)
Pretest 4.43 (1.30) 4.49 (1.31) 4.42 (1.29)
Satisfacción vital 0.43 .514 .00
Postest 4.68 (1.27) 4.67 (1.15) 4.69 (1.30)
Pretest 2.94 (0.45) 3.02 (0.39) 2.92 (0.46)
Salud general 3.72 .054 .01
Postest 2.98 (0.45) 2.96 (0.38) 2.99 (0.47)
Dinámica familiar
Dinámica familiar Pretest 3.91 (0.78) 4.08 (0.71) 3.87 (0.79)
7.46 .007 .02
(puntuación total)
Postest 4.06 (0.67) 4.06 (0.56) 4.07 (0.69)
Fortalezas y
Pretest 3.97 (0.83) 4.20 (0.73) 3.92 (0.85)
capacidad de 7.21 .008 .01
adaptación Postest 4.13 (0.73) 4.16 (0.70) 4.12 (0.73)
Preocupados/as o Pretest 2.25 (1.03) 2.05 (0.97) 2.30 (1.04)
7.53 .006 .02
angustiados/as Postest 2.05 (0.91) 2.09 (0.79) 2.04 (0.94)
Dificultad para Pretest 2.00 (0.85) 1.90 (0.79) 2.03 (0.86)
1.16 .282 .00
comunicarse Postest 1.89 (0.76) 1.87 (0.68) 1.89 (0.78)
Percepción de eficacia Pretest 4.36 (1.04) 4.56 (0.82) 4.31 (1.08)
5.80 .016 .01
parental Postest 4.37 (1.02) 4.39 (0.95) 4.37 (1.04)
Estrés parental
Estrés parental Pretest 2.21 (0.71) 2.12 (0.64) 2.23 (0.72)
3.16 .145 .01
(puntuación total) Postest 2.20 (0.69) 2.21 (0.64) 2.19 (0.68)
Pretest 4.46 (0.65) 4.61 (0.48) 4.42 (0.69)
Recompensas 3.16 .076 .01
Postest 4.49 (0.67) 4.54 (0.67) 4.48 (0.67)
Pretest 2.68 (0.94) 2.64 (0.89) 2.69 (0.95)
Estresores 2.14 .145 .00
Postest 2.69 (0.91) 2.76 (0.87) 2.67 (0.92)
Prácticas educativas parentales
Pretest 4.36 (0.64) 4.51 (0.56) 4.33 (0.65)
Calidez y apoyo 6.59 .010 .01
Postest 4.39 (0.56) 4.41 (0.55) 4.39 (0.57)
Razonamiento/ Pretest 4.36 (0.65) 4.47 (0.62) 4.34 (0.66)
3.18 .075 .00
Inducción Postest 4.41 (0.57) 4.41 (0.56) 4.40 (0.58)
Pretest 2.06 (0.78) 1.95 (0.70) 2.08 (0.80)
Reactividad excesiva 12.74 < .001 .02
Postest 2.04 (0.77) 2.12 (0.77) 2.02 (0.78)
144
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 3.7. Efectividad de la intervención en relación con la puntuación total de dinámica familiar (izq.)
y fortalezas y capacidad de adaptación (dcha.)
4,30 4,30
4,20 4,20
4,10 4,10
4,00 4,00
3,90 3,90
3,80 3,80
Pretest Postest Pretest Postest
GC GI GC GI
2,40
2,30
2,20
2,10
2,00
1,90
1,80
Pretest Postest
GC GI
145
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
4,60
4,50
4,40
4,30
4,20
Pretest Postest
GC GI
En la Figura 3.10 se representan los cambios entre los momentos inicial y final de la
intervención en las dimensiones de prácticas educativas relacionadas con calidez y apoyo y
reactividad excesiva en ambos grupos. La calidez y apoyo aumentó tras la intervención en el GI,
mientras que en el GC disminuyó durante ese mismo periodo. Por su parte, tras la intervención, la
reactividad excesiva disminuyó en el GI, mientras que en el GC aumentó durante el periodo analizado.
Figura 3.10. Efectividad de la intervención en las prácticas educativas de calidez y apoyo (izq.) y
reactividad excesiva (dcha.)
4,60 2,20
4,50 2,10
4,40 2,00
4,30 1,90
4,20 1,80
Pretest Postest Pretest Postest
GC GI GC GI
146
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
pertenencia (GC o GI), es decir, no se observó una evolución diferente entre los sujetos de ambos
grupos. En contraste, sí existió una disminución estadísticamente significativa, con tamaño del efecto
pequeño, de los problemas en las relaciones con los compañeros y las compañeras observada en el GI
tras la intervención en comparación con la evolución del GC durante ese mismo periodo. Por último,
no hubo diferencias respecto al cambio experimentado en la manifestación de conductas prosociales
en el GI en comparación con el GC.
Tabla 3.9. Efectividad de la intervención para niños, niñas y adolescentes: estadísticos descriptivos y
de contraste
p 2
Total GC GI
F p
M (DT) M (DT) M (DT)
Pretest 4.01 (0.65) 4.13 (0.63) 3.99 (0.66)
Calidad de vida 6.35 .012 .01
Postest 4.10 (0.61) 4.08 (0.57) 4.10 (0.62)
Fortalezas y dificultades de niños, niñas y adolescentes
Pretest 1.72 (0.56) 1.64 (0.53) 1.74 (0.57)
Síntomas emocionales 0.10 .751 .00
Postest 1.65 (0.54) 1.59 (0.48) 1.67 (0.56)
Problemas de Pretest 1.61 (0.49) 1.56 (0.50) 1.63 (0.49)
1.14 .285 .00
conducta Postest 1.55 (0.46) 1.53 (0.45) 1.55 (0.46)
Pretest 2.06 (0.57) 2.01 (0.58) 2.08 (0.57)
Hiperactividad 0.91 .339 .00
Postest 2.01 (0.59) 1.99 (0.61) 2.01 (0.58)
Problemas con los/as Pretest 1.46 (0.43) 1.38 (0.42) 1.48 (0.43)
5.46 .020 .00
compañeros/as Postest 1.39 (0.40) 1.39 (0.40) 1.39 (0.40)
Pretest 2.67 (0.40) 2.69 (0.35) 2.67 (0.41)
Conducta prosocial 0.01 .892 .00
Postest 2.71 (0.36) 2.73 (0.35) 2.71 (0.36)
147
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 3.11. Efectividad de la Intervención en la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes
4,20
4,10
4,00
3,90
3,80
Pretest Postest
GC GI
La Figura 3.12 muestra los cambios en la dimensión de problemas en las relaciones con los
compañeros y las compañeras. Mientras que la manifestación de este tipo de dificultades se mantuvo
sin cambios en el GC entre los dos momentos de la evaluación, en los niños, niñas y adolescentes del
GI se observó una disminución significativa de estos problemas, y con tamaño del efecto pequeño (p
2
= .047), tras la intervención.
1,55
1,50
1,45
1,40
1,35
1,30
1,25
Pretest Postest
GC GI
148
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
149
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
En la Figura 3.13 se representan las magnitudes de cambio positivo de las variables que
resultaron estadísticamente significativas en los análisis de contrastes entre grupos comentados
anteriormente. En este gráfico radial se observa cómo las magnitudes de mejora encontradas en GC
se situaron en un radial interior al del GI. Además, se aprecia como las diferencias más notables entre
ambos grupos se encuentran en los cambios observados en la variable preocupaciones y angustia
(dinámica familiar) y calidad de vida infantil.
Figura 3.13. Magnitud de mejora observada en el GI y en el GC de las variables que mostraron ser
diferentes significativamente: medias
GC GI
Fortalezas y capacidad
para adaptarse
0,25
0,15
Problemas con los/as Preocupados/as y
compañeros/as 0,05 angustiados/as
-0,05
-0,15
-0,25
Percepción de eficacia
Calidad de vida infantil
parental
3.1.4.2. Magnitud (ajustada) del cambio positivo experimentado por las familias
La magnitud del cambio positivo obtenida en el GI fue ajustada atendiendo a la puntuación promedio
obtenida en el GC. Posteriormente se calcularon variables resúmenes relacionadas con la dinámica
familiar (fortalezas y adaptación, preocupaciones y angustia, y dificultad de comunicación), prácticas
educativas parentales (calidez y apoyo, razonamiento/inducción y reactividad excesiva), y fortalezas y
dificultades de niños, niñas y adolescentes (síntomas emocionales, problemas de conducta,
hiperactividad, problemas con los/as compañeros/as, y conducta prosocial). Además, se ajustaron las
puntuaciones de las magnitudes de cambio positivo experimentado para percepción de eficacia
150
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
parental y calidad de vida infantil. Estos análisis permitieron disponer de una puntuación resumen del
cambio positivo experimentado por cada familia participante del subprograma de riesgo de ETF en los
cinco ámbitos, controlando el cambio que otras familias (GC) habían experimentado tras el paso del
tiempo (pretest-postest).
En la Tabla 3.11 se presentan los datos descriptivos de la magnitud (ajustada) del cambio
positivo en las cinco dimensiones. A la hora de interpretar los resultados, es importante tener en
cuenta que están en una escala logarítmica. Para facilitar la interpretación, se ha transformado en una
escala decimal y términos porcentuales.
Tabla 3.11. Magnitud ajustada del cambio positivo: estadísticos descriptivos y porcentaje de cambio
n M (DT) % de cambio positivo
Dinámica familiar 370 0.14 (0.43) 10.19%
Percepción de eficacia parental 369 0.10 (0.32) 7.18%
Prácticas educativas parentales 505 0.08 (0.22) 5.70%
Calidad de vida infantil 505 0.06 (0.21) 4.25%
Fortalezas y dificultades de niños, niñas y adolescentes 509 0.04 (0.21) 2.81%
La Figura 3.14 representa los porcentajes de la magnitud (ajustada) del cambio positivo
observada en las familias de GI tras la intervención de forma ordenada (de mayor a menor). De todos
los resultados, resulta destacable la mejora encontrada en la dinámica familiar tras la intervención (en
torno al 10%), seguido de mejoras en la percepción de eficacia parental, las prácticas educativas
parentales, la calidad de vida infantil y las fortalezas y dificultades de niños/as y adolescentes.
10,19%
7,18%
5,70%
4,25%
2,81%
151
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Para examinar si las diferentes magnitudes (ajustadas) del cambio positivo experimentadas
por las familias estaban relacionadas entre sí se ejecutaron diferentes análisis de correlación. Los
coeficientes de correlación de Pearson resultaron significativos en todos los casos. La relación que
percepción de eficacia parental mantiene con las prácticas educativas parentales y con fortalezas y
dificultades de niños/as y adolescentes, así como la que ésta última mantiene con calidad de vida
infantil, presentan un tamaño del efecto mediano (ver Tabla 3.12). De tal modo que las mejoras
encontradas en las diferentes dimensiones evaluadas estaban relacionadas entre sí en un sentido
positivo; es decir, a medida que incrementa la mejora en un aspecto se producían también mejoras
en otros, y viceversa.
Tabla 3.12. Relación entre la magnitud ajustada de mejora en las distintas dimensiones: r de Pearson
Percepción de Prácticas
Dinámica Calidad de
eficacia educativas
familiar vida infantil
parental parentales
Percepción de eficacia parental .29***
Prácticas educativas parentales .24*** .33***
Calidad de vida infantil .21*** .25*** .28***
Fortalezas y dificultades de niños/as .27*** .33*** .30*** .32***
Tabla 3.13. Tipologías de familias atendidas por los ETF: estadísticos descriptivos y contraste en función
de las magnitudes (ajustadas) del cambio positivo
p 2
Tipol. 1 Tipol. 2 Tipol. 3
F p DMS
M (DT) M (DT) M (DT)
0.06 0.25 0.12
Dinámica familiar 5.03 .007 .03 1-2**
(0.49) (0.41) (0.37)
Percepción de eficacia 0.07 0.17 0.08
2.70 .069 .02 -
parental (0.31) (0.40) (0.25)
152
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Las puntuaciones promedio obtenidas por dimensión estudiada en las tres tipologías fueron
transformadas en una escala decimal y en términos porcentuales. Los porcentajes de cambio positivo
obtenidos según los perfiles familiares están representados en la Figura 3.15. En esta figura se observa
la mejora acumulada de las familias de la tipología 2 en comparación con el resto de perfiles familiares.
Un análisis centrado en las dimensiones muestra nuevamente como el éxito de la intervención se pone
de manifiesto especialmente en la mejora de la dinámica familiar. Y resulta destacable la ausencia de
cambio en la calidad de vida infantil en la tipología 1.
Figura 3.15. Magnitud (ajustada) del cambio positivo por tipologías familiares: porcentajes
0 10 20 30 40 50 60
153
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
de participación de las familias en las sesiones de intervención. Además, se estudió la posible relación
de estas puntuaciones de cambio con la satisfacción de las familias al finalizar la intervención. Los
coeficientes de correlación se presentan en la Tabla 3.14.
Tabla 3.14. Relación entre la magnitud (ajustada) del cambio positivo y características de la
intervención: r de Pearson
Percepción Prácticas Fortalezas y
Dinámica Calidad de
de eficacia educativas dificultades
familiar vida infantil
parental parentales de niños/as
Valoración previa del caso
Adecuación del caso -.09 -.08 -.07 -.07 -.03
Nivel de riesgo -.00 .03 .05 .05 -.02
Concienciación del problema .02 .02 .02 .02 .02
Motivación para el cambio -.01 .03 -.00 -.00 .02
Pronóstico del caso -.05 .06 .01 .01 .11
Características de la implementación
Intensidad de la intervención -.02 .12* .15* .07 .08
Nº sesiones familiares -.15* .03 -.07 -.16* -.06
Participación .12 .15 .13* .09 .07
Valoración final
Satisfacción de las familias .09 .15** .14** 18** .12*
Como se puede observar en la Tabla 3.14, el cambio positivo experimentado por las familias
en las diferentes dimensiones de análisis no se asoció significativamente con ninguna de las
valoraciones que los y las profesionales hicieron previamente a la intervención. Referente a las
características de implementación, los análisis exploratorios mostraron que la duración del
tratamiento (en número de meses) se relacionaba estadísticamente con la magnitud de mejora
experimentada en las prácticas educativas parentales y en la percepción de eficacia parental en
sentido positivo. Los resultados relacionados con el número de sesiones familiares conjuntas (al
menos un progenitor con un hijo/a) mostraron que este tipo de sesiones era mayor cuando los
cambios en dinámica familiar y calidad de vida familiar eran negativos, y viceversa. La participación de
las familias durante la intervención solo se asoció, en sentido positivo, con la mejora de las prácticas
educativas parentales, pero no con el resto de dimensiones. Por último, resulta destacable las
correlaciones estadísticamente significativas encontradas entre el grado de satisfacción familiar con
el programa y los cambios positivos encontrados en percepción de eficacia parental, prácticas
educativas parentales, calidad de vida infantil, y fortalezas y dificultades de niños, niñas y
adolescentes.
Seguidamente, se estudió la posible asociación entre el impacto positivo de la intervención y
el establecimiento de la alianza terapéutica. Las mejoras encontradas en las familias en percepción
de eficacia parental y prácticas educativas parentales estuvieron asociadas positivamente con los
cuatro componentes evaluados de la alianza terapéutica (compartir propósito, seguridad en el sistema
terapéutico, conexión emocional y enganche del proceso terapéutico). Los cambios positivos en
154
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
dinámica familiar, calidad de vida infantil y fortalezas y dificultades de niños, niñas y adolescentes se
relacionaron también con algunos de los componentes de la alianza. Si bien es cierto que todos los
componentes de la alianza terapéutica mostraban estar asociados a mejoras significativas en las
familias del programa ETF (con un tamaño del efecto pequeño), el componente más destacado fue
aquel relacionado con la consecución de un sistema terapéutico seguro para las familias (ver Tabla
3.15).
Tabla 3.15. Relación entre la magnitud (ajustada) del cambio positivo y la alianza terapéutica: r de
Pearson
Percepción Prácticas Fortalezas y
Dinámica Calidad de
de eficacia educativas dificultades
familiar vida infantil
parental parentales de niños/as
Sentido de compartir propósito .13* .15** .17** .07 .12*
Seguridad en sistema terapeútico .22*** .11* .15** .16** .18**
Conexión emocional .09 .11* .15** .16** .15**
Enganche proceso terapeútico .10 .11* .14* .10 .10
Para finalizar, se estudió la magnitud de cambio positivo en relación con la situación de las
familias en el momento de la evaluación final (alta del servicio, continúa la intervención y abandona).
Cabe destacar que el número reducido de familias que abandonan la intervención con evaluación
completa (alrededor de 10 familias) hizo que solo fuera posible la comparación entre las familias que
en el momento de la evaluación final fueron dadas de alta en el servicio y aquellas que continuaban.
Los análisis de contraste mostraron cambios más positivos en las familias que en el momento de la
evaluación habían completado la intervención (en comparación con las que continuaban) en prácticas
educativas parentales y fortalezas y dificultades de niños, niñas y adolescentes, siendo los tamaños
del efecto pequeños. Así, el porcentaje de cambio positivo de las familias dadas de alta en el servicio
en prácticas educativas parentales fue de 9.43%, frente al 4.25% de aquellas que continuaban en la
intervención. Referente a la dimensión fortalezas y dificultades, se encontró un porcentaje de cambio
del 5.70% (alta del servicio) frente al 1.39% (continúa la intervención). Por el contrario, no se
observaron diferencias en las magnitudes de cambio positivo al comparar ambas situaciones en el
resto de dimensiones analizadas (ver Tabla 3.16)
Tabla 3.16. Situación de las familias en el momento de la evaluación final: estadísticos descriptivos y
contraste en función de las magnitudes (ajustada) de cambio positivo
Alta servicio Continúa
t p d
M (DT) M (DT)
Dinámica familiar 0.17 (0.42) 0.14 (0.47) -0.64 .520 0.07
Percepción de eficacia parental 0.13 (0.32) 0.08 (0.33) -1.33 .183 0.15
Prácticas educativas parentales 0.13 (0.22) 0.06 (0.21) -2.39 .018 0.33
Calidad de vida infantil 0.07 (0.26) 0.08 (0.30) 0.43 .667 0.03
155
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Fortalezas y dificultades de
0.08 (0.21) 0.02 (0.20) -2.28 .023 0.29
niños/as y adolescentes
156
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
p 2
Pretest Postest
F p
M (DT) M (DT)
Calidad del contexto familiar
Entorno 0.11 (1.16) 0.63 (1.15) 18.56 < .001 .31
Competencias parentales -0.34 (1.12) 0.16 (1.46) 4.59 .038 .10
Interacciones familiares -0.42 (1.37) 0.12 (1.60) 3.09 .018 .13
Seguridad familiar -0.18 (1.41) 0.52 (1.61) 12.01 .001 .23
Bienestar infantil hijo 1 0.68 (1.83) 1.30 (1.45) 4.82 .035 .12
Satisfacción vital 4.37 (1.47) 4.71 (1.31) 3.09 .087 .08
Salud general 2.93 (0.52) 2.94 (0.41) 0.00 .979 .00
Dinámica familiar 4.22 (0.57) 4.38 (0.60) 2.55 .119 .07
Fortalezas y capacidad para
4.19 (0.67) 4.26 (0.70) 0.23 .634 .01
adaptarse
Preocupados/as y angustiados/as 1.91 (0.72) 1.64 (0.69) 8.65 .006 .19
Dificultad para comunicarse 1.62 (0.65) 1.49 (0.57) 1.11 .299 .03
Percepción de eficacia parental 4.50 (0.78) 4.49 (1.09) 0.20 .889 .00
Estrés parental 1.93 (0.66) 1.98 (0.71) 0.20 .656 .01
Recompensas 4.58 (0.46) 4.55 (0.76) 0.67 .797 .00
Estresores 2.30 (0.97) 2.35 (0.97) 0.10 .749 .00
Prácticas educativas parentales
Participación democrática 3.94 (0.71) 3.87 (0.67) 0.21 .648 .01
Permisividad 1.89 (0.70) 1.89 (0.63) 0.00 1 .00
Intrusismo 2.12 (0.48) 1.83 (0.33) 13.18 .001 .28
Calidez y Apoyo 4.53 (0.39) 4.49 (0.51) 0.24 .626 .01
Razonamiento/Inducción 4.42 (0.55) 4.48 (0.47) 0.23 .638 .01
Reactividad excesiva 1.59 (0.58) 1.49 (0.50) 1.43 .241 .04
En la Figura 3.16, se representan los cambios observados en las variables referidas a la calidad
del contexto familiar (competencias parentales, interacciones familiares, y seguridad familiar).
157
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
1,50
1,00
0,50
0,00
Pretest Postest
-0,50
-1,00
-1,50
A continuación, se representan en las Figuras 3.17 y 3.18 los contrastes de medias que
mostraron un cambio significativo entre las puntuaciones de pretest y postest para las variables
preocupaciones y angustia (relativa a dinámica familiar), y prácticas parentales intrusivas.
2,00
1,80
1,60
1,40
1,20
1,00
Pretest Postest
GI
158
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
2,50
2,30
2,10
1,90
1,70
1,50
Pretest Postest
GI
Por último, se presentan en la Tabla 3.20 las puntuaciones descriptivas, así como los
estadísticos de los análisis de contrastes entre pretest y postest efectuados para las variables referidas
a las dimensiones fortalezas y dificultades en niños, niñas y adolescentes y calidad de vida infantil.
Tabla 3.20. Efectividad de la intervención para las dimensiones de niños, niñas y adolescentes:
estadísticos descriptivos y contraste
p 2
Pretest Postest
F p
M (DT) M (DT)
Calidad de vida 4.07 (0.73) 4.33 (0.48) 4.54 .042 .14
Fortalezas y dificultades del niño/a y adolescente
Síntomas emocionales 1.50 (0.47) 1.45 (0.39) 0.43 .519 .01
Problemas de conducta 1.46 (0.51) 1.38 (0.42) 1.37 .251 .04
Hiperactividad 1.84 (0.50) 1.88 (0.51) 0.22 .639 .01
Problemas con los/as
1.32 (0.34) 1.29 (0.35) 0.24 .626 .01
compañeros/as
Conducta prosocial 2.73 (0.34) 2.81 (0.39) 1.58 .218 .05
Los resultados mostraron una mejora en la percepción de la calidad de vida que las figuras
parentales hicieron de sus hijos e hijas, siendo el tamaño del efecto grande. Este efecto se representa
en la Figura 3.19. No se observaron cambios significativos tras la intervención para el resto de variables
estudiadas, siendo indicativo de la estabilidad de las puntuaciones en los dos momentos de
evaluación.
159
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
4,50
4,30
4,10
3,90
3,70
3,50
Pretest Postest
GI
Figura 4.1. Valoración global de las y los profesionales acerca del programa: porcentajes
9,46%
18,92%
71,61%
160
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
En la Figura 4.2 se presentan los porcentajes de respuesta relativos a la valoración de los y las
profesionales acerca de distintos aspectos específicos. Como puede observarse en dicha gráfica, la
valoración de las y los profesionales sobre el programa ha sido bastante o muy positiva, destacando
la identificación con su filosofía, la motivación para su aplicación y la satisfacción con el nivel de
cohesión existente en los equipos de trabajo.
Figura 4.2. Valoración de las y los profesionales sobre aspectos específicos del programa: porcentajes
En la Figura 4.3 se presenta la valoración del programa relativa a distintos aspectos específicos
desde una perspectiva cuantitativa. Como puede observarse en dicha figura, las puntuaciones
promedio más elevadas se obtuvieron en la identificación con la filosofía del programa, la motivación
para su aplicación, seguida de la eficacia y utilidad del programa. Por su parte, fue en la dimensión
satisfacción con la cohesión del equipo en la que se observó una mayor dispersión.
161
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 4.3. Valoración de las y los profesionales sobre aspectos específicos del programa: estadísticos
descriptivos
1 2 3 4
En la Tabla 4.1 se presentan las interrelaciones entre los distintos aspectos evaluados. Los
resultados encontrados han puesto de manifiesto relaciones estadísticamente significativas entre las
distintas dimensiones evaluadas, con tamaños del efecto entre medianos y grandes.
Tabla 4.1. Valoraciones de los y las profesionales del programa: análisis correlacionales
M EyU F S V
r p r p r p r p r p
Identificación (I) .56 < .001 .45 < .001 .22 < .001 .10 .097 .41 < .001
Motivación (M) - - .43 < .001 .27 < .001 .16 .008 .45 < .001
Eficacia y utilidad (EyU) - - .32 < .001 .11 .090 .56 < .001
Fidelidad (F) - - .11 .065 .38 < .001
Satisfacción (S) - - .18 .004
Valoración (V) - -
A continuación, se presenta en la Tabla 4.2 la relación entre la valoración del programa por las
y los profesionales y los años de experiencia en ETF. Únicamente se observó una correlación
estadísticamente significativa en un sentido positivo y con un tamaño del efecto pequeño entre los
años de experiencia y la identificación con la filosofía del programa.
162
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 4.2. Valoración del programa y los años de experiencia en ETF: análisis correlacionales
Años de experiencia en ETF
r p
Identificación con la filosofía del programa .16 .001
Motivación para su aplicación .01 .814
Eficacia y utilidad del programa .03 .485
Fidelidad en la implementación .00 .981
Satisfacción con la cohesión del equipo -.04 .534
Valoración global del programa .08 .096
A continuación, en la Tabla 4.3 se presenta la valoración del programa por parte de las y los
profesionales en función de su perfil profesional. Como puede observarse en dicha tabla, no se
observaron diferencias estadísticamente significativas en la valoración del programa en función del
perfil profesional.
Tabla 4.3. Valoración de las y los profesionales: estadísticos descriptivos y contraste en función del
perfil profesional
Educador/a Trabajador/a
p 2
Psicólogo/a
Social Social F p
M (DT)
M (DT) M (DT)
Identificación con la filosofía del
3.58 (0.52) 3.55 (0.50) 3.52 (0.50) 0.35 .705 .00
programa
Motivación para su aplicación 3.45 (0.60) 3.51 (0.53) 3.45 (0.57) 0.30 .744 .00
Eficacia y utilidad del programa 3.23 (0.54) 3.27 (0.54) 3.16 (0.43) 0.10 .338 .01
Fidelidad en la implementación 3.00 (0.47) 3.18 (0.49) 3.04 (0.55) 2.95 .054 .02
Satisfacción con la cohesión del equipo 3.30 (0.81) 3.29 (0.78) 3.24 (0.80) 0.13 .877 .00
Valoración global del programa 3.08 (0.56) 3.21 (0.56) 3.05 (0.52) 2.17 .116 .02
163
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 4.4. Necesidad de modificación del manual por parte de los y las profesionales: porcentajes
23,39%
76,61%
Sí No
El análisis cualitativo de las 357 propuestas de mejora aportadas por los y las profesionales
dio como resultado el sistema de categorías que se presenta en la Figura 4.5. Este estuvo formado
por un total de 11 supracategorías y 41 categorías.
164
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 4.5. Estructura del sistema de categorías relativo a las propuestas de mejora del programa
165
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 4.4. Supracategorías relativas a las Propuestas de mejora: definiciones, frecuencias y porcentajes
166
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
2.1. Ajuste y
Demandas relacionadas con la delimitación de
definición del rol 15 37.50% 1.43%
tareas y de roles dentro de los equipos
profesional
167
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
168
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
169
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
170
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
171
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
172
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Una vez descritas las supracategorías y categorías del sistema cabe realizar un análisis global
de las categorías del sistema, sin considerar las supracategorías a las que pertenecían. A este
respecto, podemos concluir que la categoría Tiempo de intervención fue aquella del sistema de
categorías elaborado a la que los y las profesionales hicieron referencia con mayor frecuencia, seguida
de las categorías Formación, Coordinación y trabajo en red, Revisión y Derivación de casos.
Finalmente, a modo de síntesis, en la Figura 4.6 se presenta una nube de palabras con las
unidades de significado más frecuentes del sistema de categorías elaborado. Para su realización se fijó
una longitud mínima de cuatro letras y se eliminaron aquellas palabras carentes de significado. Como
se aprecia en la figura, destacaron las siguientes palabras: familias, programa, profesionales,
intervención y casos.
Figura 4.6. Nube de palabras relativa a las narrativas expresadas por los y las profesionales en la
pregunta abierta del cuestionario
173
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 5.1. Estructura del sistema de categorías relativo a los grupos de discusión
174
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
En la Tabla 5.1 se indican y se definen las supracategorías del sistema creado y se ofrece
tanto la frecuencia como el porcentaje de unidades de significado respecto al total
correspondientes a cada una. Como puede observarse en dicha tabla, la supracategoría más
frecuente y, por tanto, a la que más hicieron referencia los y las profesionales de ETF, fue la
relativa a Propuestas de mejora/componentes clave. Otras supracategorías menos frecuentes
estuvieron relacionadas con Debilidades, Uso del manual, Fortalezas, Proceso de actualización
del manual, Beneficios de la revisión del manual y Efectos negativos de la modificación del
manual.
175
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Tabla 5.2. Categorías relativas a Uso del manual: definiciones, frecuencias y porcentajes
%
Categoría Definición n %total
supracategoría
Uso del manual e incorporación del
1.1. Utilización del
mismo a la práctica profesional diaria 77 49.35% 9.63%
manual
frecuentemente
1.1.1. Manual Uso del manual como referencia
39 50.64% 4.88%
como guía durante el proceso de intervención
Uso del manual para la consulta de
1.1.2. Resolver
dudas durante el proceso de 12 15.58% 1.50%
dudas
intervención
1.1.3. Clarificar Uso del manual para aclarar aspectos
4 5.19% 0.50%
funciones relacionados con el rol profesional
1.1.4. Realizar
Uso del manual para la realización de
informes y 9 11.68% 1.12%
distintos tipos de documentos
evaluaciones
1.1.5. Situar a las Uso del manual como referencia para
personas que orientar a las personas que se 13 16.88% 1.62%
llegan incorporan
1.2. Uso del manual Adaptación de los contenidos recogidos
33 21.15% 4.13%
con adaptaciones en el manual durante la práctica
1.3. No utilización de No uso del manual o uso infrecuente
46 29.48% 5.75%
manual durante el proceso de intervención
176
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
177
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Con respecto a las debilidades relacionadas con el manual, los y las profesionales
indicaron diversas cuestiones, siendo la categoría Contenido insuficiente/desajustado la que más
unidades de significado acumuló (e.g., «Faltan aspectos a profundizar que el manual no
contempla»), seguida de Carácter práctico (e.g., «El manual actual es muy especializado y muy
técnico que no se lleva al día a día»). Otros ejemplos de narrativas encontradas en esta
supracategoría fueron: «El manual tiene 20 años. Está obsoleto. Se han producido cambios en
la sociedad y el manual se ha quedado atrás» (en la categoría Obsoleto), «El manual está muy
negativizado y de eso me impregno, muy centrado en el enfoque del déficit» (en la categoría
Enfoque), «No contempla Valórame/SIMIA» (en la categoría Herramientas/instrumentos). En
cuanto a las características formales del manual, los y las profesionales consideraron que «Sería
bueno incluir una guía reducida, el actual es muy extenso» (en la subcategoría Extensión), «Los
protocolos no están digitalizados para facilitar el trabajo» (en la subcategoría Formato) y que
«Siempre lo han visto muy lioso y era difícil trabajar con él porque no lo consideran manejable
y la organización es dudosa» (en la subcategoría Estructura).
En cuanto a debilidades relacionadas con el programa, los y las profesionales revelaron
que «Si ya entran muchísimas familias, ya no se puede hacer tratamiento familiar, se hará otra
cosa, pero no tratamiento» (en la categoría Temporalización y otras características del proceso
de intervención , «No es solo e a las fa ilias, ha ot as ta eas…» e la atego ía Otras
funciones y tareas), «Estamos encajados, los espacios físicos son pobres, los materiales que hay
en el espacio en que estoy es personal (de mi propiedad). Si esto es así aquí, mucho peor en los
equipos de Diputación» (en la categoría Medios y recursos materiales), «No se enseña a trabajar
e e uipo. Este te a está pe die te… Ade ás, ha u a defo a ió de ase la fo a ió
inicial de base fue la misma para todos los miembros. No se sabe trabajar en equipo. No estamos
178
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
formados para ello» (en la categoría Formación) y «Ha subido el nivel de exigencia desde
menores y existen dificultades para unificar criterios» (en la categoría Aspectos
organizativos/institucionales).
Las categorías y subcategorías que conformaron la supracategoría Propuestas de
mejora/componentes clave se recogen en la Tabla 5.5. En dicha tabla se puede observar que
los y las profesionales hicieron referencia a una gran variedad de propuestas de
mejora/componentes clave, siendo en las siguientes categorías las que mayor número de
unidades de significado se codificaron: Revisión de contenidos (e.g., «Habría que cambiar la
nomenclatura porque no coincide con la que empleamos (por ejemplo, niños y niñas,
adolescentes...). Hay que ir revisando la estructura y cambiar: marco jurídico, modelos teóricos,
pe files, fu io es p ofesio ales…» , Aspectos organizativos e institucionales (e.g., «Ayudaría
que SPM sea quien haga una criba para que se pueda conservar la relación terapéutica con las
familias») y Proceso de intervención/seguimiento (e.g., «Quiero proponer que más que tiempo
cronológico, se cuente un número de sesiones, se debería contar la periodicidad con la que se
ve a la familia»).
179
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
180
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Por último, la Tabla 5.8 recoge las categorías incluidas en la supracategoría Efectos
negativos de la modificación. En este caso, las categorías que más unidades de significado
acumularon fueron Proceso sin final (e.g., «Como posibles peligros es que no se actualice y que
no se llegue a compartir») y Resistencias de los y las profesionales (e.g., «Resistencia al cambio
por parte de los y las profesionales para adaptarse»). Las categorías con menor número de
referencias por parte de los y las profesionales fueron las de Control externo (e.g., «Mientras
ás p oto olos, ás supe isió … a todos os da iedo la supe isió el control»),
Coordinación con otros niveles (e.g., «Destacan los mayores problemas de coordinación con el
sistema educativo (lo dicen por teléfono, pero luego no lo ponen por escrito). Alguien informa
que las sinergias son mayores en los pequeños municipios. También hay problemas de
coordinación con Salud, especialmente con Salud Mental. Ha costado años poder reunirnos con
181
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
los psiquiatras de las USMIJ»), Uso del manual con fines políticos (e.g., «Puede ser negativa la
utilización política que se haga del manual») y Deterioro del manual (e.g., «Que no permita la
creatividad»). Además, también se contempló que no hubiera efectos negativos de la
modificación del manual en la categoría Sin efectos negativos (e.g., «No creen que estas
modificaciones perjudicasen al programa»).
182
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 5.2. Nube de palabras relativa a las narrativas expresadas por los y las profesionales en
la supracategoría Propuestas de mejora/componentes clave
183
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
184
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Figura 5.3. Propuesta consensuada de índice del manual de referencia de los ETF
1. Presentación
2. Marco normativo de la atención y protección a la infancia y adolescencia
2.1. Marco internacional
2.2. Marco estatal
2.3. Marco autonómico
3. Fundamentación teórica en la atención y protección a la infancia y adolescencia
4. Marco organizativo de la atención y protección a la infancia y adolescencia en Andalucía
4.1. Organización institucional
4.2. Distribución de competencias
4.3. Criterios generales de actuación en la atención y protección a la infancia y adolescencia
4.4. Agentes implicados en El Programa de Tratamiento Familiar en el sistema de atención y
protección a la infancia y la adolescencia
4.5. Coordinación interinstitucional en la atención y protección a la infancia y adolescencia. La
persona coordinadora del Programa de Tratamiento Familiar de la Entidad Local
5. El Programa de Tratamiento Familiar. Finalidad, desarrollo y subprogramas
5.1. Finalidad del Programa de Tratamiento Familiar
5.2. Subprograma de Tratamiento a familias con menores en situación de riesgo
185
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
186
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
CONCLUSIONES
Dado el gran volumen de análisis de datos realizados, en este apartado se presenta, en primer
lugar, un resumen de los principales resultados obtenidos en relación con los distintos objetivos
planteados, esto es, el perfil de las familias participantes, la implementación del programa, su
efectividad y la valoración del mismo. A continuación, se presentan las principales conclusiones
y propuestas de mejora para el Programa de Tratamiento Familiar que se derivan de los
resultados obtenidos en la investigación de evaluación realizada.
187
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
de maltrato físico en algo más del 20% de los casos evaluados; porcentaje que se elevaba a más
del 60% en el caso del maltrato emocional, la tipología de maltrato con una mayor prevalencia
y nivel de gravedad. Dentro de esta tipología, la instrumentalización de hijos e hijas en los
conflictos entre padres y madres fue el tipo de maltrato más detectado, existiendo sospecha o
riesgo del mismo en más de la mitad de los casos evaluados. En la evaluación del maltrato por
negligencia hacia las necesidades físicas, la mayor presencia se observó respecto a las
necesidades higiénicas de la vivienda y a la estabilidad y condiciones de habitabilidad, existiendo
sospecha o riesgo de diferente gravedad en algo más de la cuarta parte de los casos. En cuanto
a las situaciones de negligencia relacionadas con la cobertura de las necesidades formativas de
los niños, las niñas y adolescentes, los casos de sospecha y de riesgo ascendieron a casi el 43%
de los valorados, predominando los niveles de gravedad leve y moderada. Finalmente, en algo
menos del 40% de los casos existió sospecha o certeza de negligencia hacia las necesidades
psíquicas, destacando la valoración de riesgo y desprotección relacionada con la negligencia de
las figuras parentales a la hora de poner normas, límites y transmitir valores a sus hijos e hijas,
que se observó en casi en el 70%, siendo además elevado el porcentaje de gravedad moderada
(39.25%) observado de este tipo de negligencia. En consonancia con estos resultados, en casi la
mitad de los casos se observó la presencia de riesgo respecto a la incapacidad de las figuras
parentales para controlar el comportamiento de sus hijos e hijas, buena parte de ellos con
gravedad moderada, elevada y muy alta.
Los contrastes realizados entre ambos subprogramas no ofrecieron diferencias
relevantes en la existencia de los distintos tipos de maltrato. Las diferencias más significativas
se observaron en las dimensiones relativas a antecedentes de desprotección grave de las
figuras parentales y graves dificultades personales en las figuras parentales que ejercen la
tutela o guarda, aspectos en los que las familias atendidas en el subprograma de reunificación
presentaron un mayor nivel de riesgo.
Para completar esta visión general del perfil de las familias atendidas por los ETF, junto
a la valoración del riesgo también se ha analizado la calidad del contexto familiar. Los resultados
obtenidos en la evaluación inicial realizada por los y las profesionales de la calidad del contexto
familiar utilizando la escala NCFAS coinciden en mostrar un perfil familiar de riesgo moderado,
en el que únicamente obtuvo un valor aceptable la dimensión relativa a calidad del entorno. En
el resto de los dominios evaluados por esta escala se obtuvieron puntuaciones promedio bajas,
pero no muy negativas. Los aspectos con una peor valoración por parte de las y los profesionales
fueron las interacciones familiares y las competencias parentales, las únicas que presentaron
puntuaciones promedio desfavorables o negativas. Al comparar los resultados obtenidos en esta
escala en función de los subprogramas, se han encontrado puntuaciones más bajas en el
subprograma de reunificación en entorno familiar, competencias parentales y seguridad
familiar.
El análisis detallado de los indicadores de cada uno de los dominios ha mostrado,
claramente, que las relaciones conflictivas entre las figuras parentales y la falta de
competencias parentales constituyen los principales problemas del funcionamiento de estas
familias según la valoración realizada por las y los profesionales. En concreto, en la dimensión
de interacciones familiares, fueron los problemas entre las figuras parentales los que se
señalaron como un problema serio para un mayor porcentaje de familias. En línea con lo
anterior, en la dimensión de seguridad familiar, la relación entre las figuras parentales y la
188
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
violencia doméstica fueron los indicadores con mayor porcentaje de casos percibidos como
problemas serios. Asimismo, en la dimensión de bienestar del niño o niña, el desempeño escolar
y la relación entre las figuras parentales se percibieron en un mayor porcentaje de casos como
un problema serio. Por otro lado, en la dimensión de competencias parentales, el empleo de
prácticas disciplinarias inadecuadas fue el indicador señalado como más problemático en un
mayor porcentaje de casos. Finalmente, el indicador que en mayor medida se percibió como
más problemático en relación con el entorno fue la estabilidad de la vivienda. En lo referente a
las fortalezas percibidas por las y los profesionales en las familias en la evaluación de la calidad
familiar, hay que destacar el apego hacia los niños y niñas en las relaciones familiares; la
ausencia de abuso sexual en cuanto a seguridad familiar; la cooperación y la motivación porque
los hijos e hijas permanezcan en la familia; la ausencia de consumo de drogas por parte de la
mayoría de las figuras parentales; y la seguridad comunitaria en cuanto a la calidad del entorno.
Esta imagen general del perfil familiar según las evaluaciones realizadas por las y los
profesionales cuando las familias ingresan en el programa se complementa con la información
obtenida en los protocolos de evaluación contestados directamente por las figuras parentales
al inicio de la intervención. Los datos obtenidos en esta evaluación nos han permitido
profundizar en algunas dimensiones más específicas tanto de la dinámica familiar como del
ajuste adulto e infantil desde la perspectiva de los adultos y adultas de estas familias.
En cuanto a la valoración que hacían de su dinámica familiar, las y los adultos
entrevistados no reportaron una imagen muy problemática, mostrando puntuaciones
aceptables especialmente en su capacidad de adaptación. En lo referente a las prácticas
educativas parentales, de nuevo los resultados obtenidos reflejan un perfil menos problemático
del esperado en estas familias. Las respuestas de las figuras parentales reflejaban unos valores
aceptables en las dimensiones de razonamiento/inducción, calidez y apoyo, y estilo
democrático. En las prácticas negativas, las figuras parentales obtuvieron puntuaciones
moderadas en disciplina parental permisiva, en intrusismo hacia los hijos e hijas y en reactividad
excesiva. En relación con el estrés parental, las puntuaciones reflejaron un nivel de estrés
moderado; de hecho, las figuras parentales manifestaron percibir más experiencias positivas
que situaciones estresantes en relación con el ejercicio de la parentalidad. En una línea similar,
los resultados relativos a la percepción de eficacia parental también presentaron valores por
encima de la media y de lo esperable para estas familias. Respecto a las dimensiones de índole
más personal, las y los adultos destacaron entre sus principales estrategias de afrontamiento la
resolución de problemas y el pensamiento desiderativo. En relación con la satisfacción vital, las
figuras parentales mostraron un nivel moderado, al igual que en salud mental general.
Respecto a las dimensiones relacionadas con el ajuste y bienestar de niños, niñas y
adolescentes, las y los adultos valoraron como moderadamente adecuada la calidad de vida de
los hijos e hijas. En cuanto a las fortalezas y dificultades de niños y niñas, aparecieron como
problemas más comunes la hiperactividad y los síntomas emocionales.
Con objeto de obtener una información más integral del perfil de las familias atendidas
por los ETF que además pudiera ponerse en relación con la efectividad del programa, se ha
realizado un análisis de conglomerados que permitió identificar tres tipologías diferenciadas
entre las familias atendidas por los ETF. La primera tipología, la más numerosa de los tres
grupos, se caracterizó por incluir familias con más de siete años de permanencia en Servicios
189
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
Sociales, alto malestar psicológico y una gran acumulación de factores de riesgo. A nivel
sociodemográfico estas familias se caracterizaban por una importante precariedad socio-
laboral, e incluyó a un porcentaje importante de las familias del subprograma de reunificación.
En cuanto al ejercicio de la parentalidad, se distinguieron por una alta percepción de eficacia
parental y moderadas puntuaciones en las prácticas parentales analizadas. La calidad de vida de
los niños, niñas y adolescentes pertenecientes a este perfil era moderada y no presentaban
niveles elevados de síntomas emocionales, problemas de comportamiento, hiperactividad o
problemas con compañeros y compañeras.
La segunda tipología quedó conformada por familias que se caracterizaban
fundamentalmente por un alto estrés parental, bajo malestar psicológico, problemas leves en
competencias parentales, en calidad de las interacciones familiares y en bienestar de niños y
niñas. A diferencia del primer grupo, el nivel sociodemográfico de estas familias venía definido
por niveles de estudios secundarios, trabajos estables y de cualificación alta. Las familias que
componían este perfil pertenecían en mayor medida al subprograma de riesgo. La exploración
de las dimensiones psicológicas puso de manifiesto que las figuras parentales presentaban baja
satisfacción vital y baja percepción de eficacia parental. A nivel de funcionamiento familiar se
obtuvieron bajas puntuaciones en fortalezas familiares, elevada preocupación y angustia y
dificultades para la comunicación. También se caracterizaron por presentar puntuaciones bajas
en prácticas parentales relacionadas con apoyo, razonamiento o estilo democrático,
distinguiéndose por su elevada permisividad, reactividad e intrusismo. En cuanto a los niños,
niñas y adolescentes de las familias pertenecientes a este perfil, se observaron niveles altos de
síntomas emocionales, problemas de comportamiento, hiperactividad, problemas con los
compañeros y las compañeras, y bajo en conducta prosocial. Además, en comparación con los
demás perfiles, estos niños, niñas y adolescentes obtuvieron la menor puntuación en calidad de
vida.
Finalmente, la tercera tipología identificada se caracterizó por estar integrada por
familias con moderado-bajo malestar psicológico, una vivencia relativa del estrés parental, así
como por mostrar fortalezas leves en la calidad del entorno, competencias parentales,
interacciones familiares, seguridad y bienestar del niño, niña o adolescente, presentando
igualmente una acumulación de riesgo moderado. Con respecto a la estructura familiar, este
perfil estaba integrado principalmente por la presencia de la familia extensa; y se caracterizó
por mantener, de manera estable, esta composición a lo largo del tiempo. Los abuelos y abuelas,
los tíos y tías u otros familiares aparecían como tutores o tutoras de los niños, niñas y
adolescentes; personas adultas que presentaban, en mayor medida que en los grupos
anteriores, niveles de estudios altos. En cuanto a la exploración de las dimensiones psicológicas,
este perfil se caracterizó por integrar a figuras parentales que presentaban niveles altos en
satisfacción vital, fortalezas y capacidad de adaptación, y bajas puntuaciones en
preocupaciones, angustia y dificultad para comunicarse. En cuanto al ejercicio de la
parentalidad, se distinguieron por su alto sentido de eficacia y puntuaciones moderadas en las
prácticas parentales estudiadas. Con respecto a las fortalezas y dificultades de los niños, niñas y
adolescentes de las familias pertenecientes a esta tipología, se observaron menos síntomas
emocionales, problemas de comportamiento, hiperactividad y problemas con compañeros y
compañeras. Las puntuaciones en calidad de vida de estos y estas menores de edad fueron
moderadas.
190
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
191
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
del funcionamiento familiar conforme avanzaba el tratamiento. Por otro lado, los contrastes
realizados en función del subprograma pusieron de manifiesto que en el subprograma de riesgo
los y las profesionales dedicaban más tiempo a evaluar a las familias que en el subprograma de
reunificación, mientras que en este último la planificación de la intervención adquiría un mayor
protagonismo. Finalmente, los objetivos abordados guardaron relación con la actitud y grado de
participación mostrado por la familia, de forma que se observó una actitud más positiva y un
grado mayor de participación cuando entre los objetivos abordados figuraba la promoción de
relaciones familiares positivas, la reducción del estrés parental y la promoción del ajuste
psicosocial de los hijos y las hijas.
Respecto a la metodología aplicada en el proceso de intervención, destacó el uso de
técnicas para la evaluación y recogida de la información, las técnicas enfocadas al tratamiento y
las relacionadas con el proceso de intervención. En el caso de la evaluación, la entrevista ha
resultado prácticamente la única técnica utilizada, siendo muy escaso el uso de instrumentos
estandarizados y validados, así como otras técnicas de evaluación. En relación con el proceso de
intervención, se utilizaban fundamentalmente técnicas enfocadas al establecimiento de la
alianza terapéutica. Finalmente, las técnicas de tratamiento más utilizadas fueron las de carácter
cognitivo, seguidas de técnicas conductuales y de orientación. No se observaron diferencias
relevantes en la metodología seguida en función de los subprogramas, pero sí se constató que
la actitud y el grado de participación mejoraron con el uso de técnicas de tratamiento
especializadas.
En lo referido a las áreas de intervención en las que se detectan cambios positivos, las
y los profesionales destacaron las mejoras en las relaciones familiares, el ajuste personal de
los/as adultos/as y el ajuste psicosocial de los hijos y las hijas. En menor grado también se
destacó el ajuste escolar de los hijos y las hijas, la toma de conciencia del problema y la mejora
de las estrategias educativas parentales. Como ocurría con la metodología aplicada, no se
observaron diferencias significativas en función de los subprogramas, pero sí se observaron
relaciones significativas entre las áreas en las que se detectaron cambios y la actitud y grado de
participación de las familias. En concreto, cuando la actitud y la participación fueron más
positivas, se detectaron más mejoras en las relaciones familiares saludables, el estrés parental,
el ajuste personal de los/as adultos/as y el ajuste psicosocial y escolar de los hijos y las hijas.
Finalmente, y en lo relativo al desarrollo del programa, se analizaron las expectativas de
las y los profesionales sobre los logros que podían alcanzar, así como su valoración sobre
diferentes aspectos relacionados con la aplicación del programa con las familias participantes
en la investigación. En relación con las expectativas de éxito, los y las profesionales mostraron
expectativas positivas en la mayoría de los casos; aunque mostraron poca confianza en lograr
que la intervención fuera efectiva con una cuarta parte de las familias que ingresaron en el
programa. En consonancia con las expectativas manifestadas, las y los profesionales valoraron
positivamente tanto la conciencia del problema como la motivación para el cambio de la
mayoría de las familias, aunque en aproximadamente un tercio de las familias valoraron
negativamente ambos aspectos. A pesar de ello, los y las profesionales valoraron positivamente
(en más del 80% de los casos) tanto el proceso de derivación como la adecuación del perfil de
las familias para la finalidad del programa. Tanto en lo referente a las expectativas de éxito de
las y los profesionales como a la conciencia del problema y la motivación para el cambio, se
observaron peores valoraciones para las familias del subprograma de reunificación. En conjunto,
192
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
3. Efectividad de la intervención
Para evaluar la efectividad del Programa de Tratamiento Familiar se ha utilizado la información
aportada tanto por las y los profesionales como por las familias participantes, al inicio y al final
de la intervención. Además, en el caso del subprograma de riesgo, se ha contado con un grupo
de comparación de familias que, sin ser usuarias de este programa, presentaban niveles de
riesgo similares. De hecho, los análisis comparativos de las características sociodemográficas y
de riesgo de los y las participantes de los dos grupos (GI y GC) han mostrado perfiles muy
similares, posibilitando así la comparabilidad de los datos entre ambos grupos. Se llevaron a
cabo análisis de diferente tipo encaminados a obtener información tanto de la eficacia como de
la eficiencia del programa.
En el subprograma de riesgo, los resultados obtenidos en la evaluación realizada por los
y las profesionales de la calidad del contexto familiar utilizando la escala NCFAS han mostrado
una mejora significativa en todas sus dimensiones tras la intervención. Destaca el incremento
positivo respecto a las competencias parentales y a la mejora de la calidad de las interacciones
familiares. Igualmente mejoró de forma significativa la seguridad familiar y el entorno familiar.
Las dimensiones referidas al bienestar infantil también obtuvieron un incremento positivo,
aunque con un menor tamaño del efecto.
En relación con la evaluación del nivel de riesgo utilizando el instrumento Valórame, los
resultados indicaron una disminución significativa en algunas tipologías, reduciéndose la
presencia de maltrato físico, maltrato emocional, negligencia respecto a las necesidades
formativas y dificultades para poner normas, límites y transmisión de valores tras la
intervención. No se encontraron cambios entre pretest-postest al evaluar la existencia o no de
casos de negligencia en relación a las necesidades psíquicas, a la supervisión, ni en la incapacidad
parental para controlar la conducta de sus hijos e hijas. La valoración global de los y las
profesionales respecto al nivel de gravedad del riesgo de estas familias mostró una mejora
significativa tras la intervención. Mientras que al inicio de la intervención todos los casos
presentaban algún nivel de riesgo o desprotección, esta valoración se había reducido al 77.8%
de los casos al final de la misma. Además, la gravedad disminuyó en buena parte de los casos: la
desprotección grave pasó de un 21.60% a un 8.20%, y también la desprotección moderada
disminuyó, pasando de un 60% en el pretest a un 33% en el postest.
En cuanto a la efectividad del programa en relación con las dimensiones autoinformadas
por las familias, al comparar la evolución en el GC y en el GI, no hubo cambios significativos en
la satisfacción vital, ni en la salud general de las figuras parentales asociados al programa. El
programa tampoco tuvo un impacto significativo sobre el estrés parental manifestado por los y
las participantes. Sí se constató un impacto positivo en la percepción de eficacia parental,
sintiéndose más eficaces en su papel de padres y madres el grupo de familias que participó en
el programa de tratamiento. Algunas dimensiones de la dinámica familiar también
193
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194
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195
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196
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197
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
realidad las familias participantes en el programa presentan un perfil bastante heterogéneo, tal
y como han puesto de manifiesto las tipologías identificadas. Por un lado, sigue existiendo un
porcentaje importante de familias con trayectorias de riesgo muy cronificadas que presentan las
características tradicionalmente asociadas a las usuarias y los usuarios de los servicios sociales
(precariedad socio-educativa y laboral, inestabilidad familiar, adicciones o problemas
económicos). Por otro, representan ya un volumen muy considerable las familias atendidas por
los ETF que no comparten ese perfil de precariedad socio-económica, y cuyos principales
factores de riesgo están relacionados con la conflictividad de las relaciones familiares y la
ausencia de competencias parentales adecuadas. Este cambio en el perfil de las familias tiene
importantes consecuencias puesto que las necesidades de intervención que presentan las
familias son, en gran parte, diferentes. En concreto, son muchas las familias que presentan una
importante conflictividad en las relaciones entre las figuras parentales (en muchos casos fruto
de rupturas complicadas y con instrumentalización de hijos e hijas en los conflictos entre padres
y madres) y la ausencia de prácticas disciplinarias adecuadas. Incluso cuando estas
circunstancias no conllevan la existencia de maltrato infantil, terminan afectando
negativamente al bienestar de niños, niñas y adolescentes que, en muchos casos, presentan
serios problemas de ajuste.
Teniendo en cuenta esta realidad y de acuerdo con uno de los principales criterios de
calidad de los programas basados en evidencias, una clara propuesta de mejora implica la
necesidad de ajustar el programa (su enfoque, objetivos, metodología, etcétera) a las
necesidades de intervención que presentan actualmente las familias. Este ajuste implica, en
gran medida, situar la promoción de las competencias parentales y de un funcionamiento
familiar saludable entre los objetivos centrales de la intervención. La evaluación del proceso de
intervención realizada ha permitido constatar que, de hecho, estos objetivos figuran ya entre
los más abordados por los y las profesionales. El ajuste observado entre las necesidades de las
familias y los objetivos trabajados durante el proceso de intervención constituye, sin duda, una
importante fortaleza del programa. No obstante, también debe señalarse que algunas
necesidades de intervención quizás no están suficientemente atendidas. En concreto, debería
dedicarse más atención a los altos niveles de estrés parental que presentan algunas familias y,
sobre todo, dedicar más esfuerzo a los objetivos relacionados con el bienestar y ajuste infantil y
adolescente.
Otra conclusión importante que puede extraerse de la evaluación de la implementación
es la gran diversidad existente entre los distintos equipos y profesionales en la aplicación del
programa. En concreto, se ha constatado una enorme diversidad en la duración e intensidad de
la intervención desarrollada, los objetivos abordados o la metodología aplicada. Aunque la
adaptabilidad del programa a las características específicas de cada familia es una buena
práctica y la pluralidad metodológica debe ser contemplada en un programa como el que nos
ocupa, no debe olvidarse que un criterio central de la calidad de los programas lo constituye su
sistematización. Compartir enfoques y homogenizar técnicas de tratamiento, instrumentos de
evaluación y condiciones de implementación que hayan demostrado su efectividad es otra
propuesta de mejora que permitirá incorporar buenas prácticas basadas en la evidencia y
fortalecer la calidad del Programa de Tratamiento Familiar. La falta de homogenización
observada en todo lo relacionado con la metodología aplicada en la intervención ha sido tan
alta, que incluso ha dificultado la clasificación de las técnicas utilizadas y la identificación de
198
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
199
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
valoración bastante positiva. Junto a esta actitud positiva de las familias también se constataron
niveles razonablemente buenos de conciencia del problema y motivación para el cambio. Como
está ampliamente demostrado, estos aspectos son clave para el éxito de las intervenciones y,
por tanto, podemos concluir que el programa cuenta con unas condiciones muy favorables para
favorecer la adherencia de los participantes y, con ello, su efectividad. En la misma línea, el nivel
de alianza terapéutica establecido durante la intervención también alcanzó niveles óptimos,
poniendo de manifiesto que las familias perciben a las y los profesionales como una fuente de
apoyo, aspecto que las evidencias disponibles revelan como esencial para conseguir cambios
positivos en las familias. De hecho, los resultados de efectividad confirmaron la relación entre
una buena alianza terapéutica y el éxito de la intervención.
El buen clima establecido con las familias probablemente ha contribuido a la alta
satisfacción manifestada por las familias en relación con el programa. Contar con programa
valorado por las y los participantes es de nuevo un criterio de calidad que ya cumple este
programa. No obstante, como los propios profesionales han demandado, es necesario visibilizar
más este programa tanto entre otros servicios de atención a la infancia y la familia, como entre
los posibles destinatarios y destinatarias. Al igual que las familias, también las y los
profesionales hacen una valoración positiva del programa. En su gran mayoría, se encuentran
motivadas y motivados para aplicarlo y creen en su utilidad. No obstante, son muchos los
aspectos que consideran que necesitan ser modificados: la actualización del manual, mejorar las
condiciones de implementación, incorporar acciones formativas y procesos de supervisión,
etcétera. Analizar en profundidad e ir incorporando las propuestas de mejora manifestadas por
las y los profesionales en el marco del estudio realizado es otro de los retos pendientes.
Los resultados obtenidos aportan evidencias científicas de la efectividad del programa,
conclusión fundamental que responde a uno de los principales objetivos de la investigación
realizada. La rigurosidad de los análisis de datos realizados permite asegurar que las familias
participantes en el programa experimentan cambios positivos tras la intervención, aunque las
mejoras observadas no son significativas en todas las dimensiones analizadas, ni todas las
familias se benefician en el mismo grado. Tal y como se ha descrito anteriormente, las mejoras
más significativas se observaron en la disminución de la gravedad del riesgo (según Valórame) y
en la calidad del contexto familiar, ambas dimensiones evaluadas por las y los profesionales. De
las dimensiones en las que los informantes eran las figuras parentales, se observaron cambios
positivos en el grupo de intervención (a diferencia de lo observado en el grupo de comparación)
en las dimensiones relacionadas con: fortalezas y capacidad de adaptación familiar,
preocupaciones y angustia, percepción de eficacia parental, calidez y el apoyo, reactividad
excesiva, relaciones de los niños, niñas y adolescentes con sus compañeros y compañeras y
calidad de vida infantil. El cálculo de las magnitudes ajustadas de mejora por ámbitos permite
concluir que la eficacia de la intervención se centra, fundamentalmente, en el ámbito de la
dinámica familiar, seguida de la percepción de eficacia parental, de las prácticas parentales
positivas, de la calidad de vida infantil y del ajuste infantil. De hecho, no se observaron mejoras
significativas en satisfacción vital y malestar psicológico de las personas adultas, estrés parental,
hiperactividad, síntomas emocionales y problemas de conducta de niños, niñas o adolescentes.
Es importante destacar que las diferencias observadas en la evolución de ambos grupos entre
las evaluaciones inicial y final muestra que, para algunas dimensiones, el paso del tiempo supone
un claro empeoramiento (como se observa en el grupo de comparación) por lo que, cuanto antes
200
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
se inicie la intervención, mucho mejor. En este sentido y como es destacado desde los
planteamientos más actuales, debe apostarse firmemente por las intervenciones preventivas en
cuanto se detectan las primeras dificultades.
Esta información sobre las dimensiones en las que se observan cambios positivos y en
las que no como resultado de la intervención debe ser tenida muy en cuenta a la hora de
reflexionar sobre los objetivos y las características metodológicas del programa. Parece evidente
que los beneficios del programa se centran en el ámbito del funcionamiento familiar y en el
ejercicio de la parentalidad, teniendo menos impacto tanto en el ajuste personal adulto como
en el ajuste infantil. Por un lado, las mejoras observadas se dan en las áreas en las que se
detectaron más necesidades y a las que las y los profesionales dedican más trabajo, lo que
claramente debe interpretarse como un logro del programa. Por otro, como es bien explicado
desde los planteamientos sistémicos, los cambios en una parte del sistema afectan a todo el
conjunto y, en el caso de las intervenciones, esto implica que como resultado de las mismas
podemos esperar tanto efectos directos como indirectos. Es decir, la promoción de un ejercicio
más competente de la parentalidad y el logro de una dinámica familiar más saludable, sin duda,
revertirán a medio o largo plazo en la mejora del bienestar de niños, niñas y adolescentes. De
hecho, los propios resultados encontrados pusieron de relieve que los cambios positivos
observados en las distintas dimensiones analizadas guardaban relación entre sí, de forma que la
mejora en una de las dimensiones se relacionaba con mejoras en el resto de las dimensiones.
Siendo cierto todo lo anterior, no podemos olvidar que, en algunos casos, niños, niñas y
adolescentes presentan importantes problemas de ajuste que no pueden ignorarse y que deben
ser objeto directo de la intervención. La cuestión que debe reflexionarse es hasta qué punto es
suficiente con que estas dificultades sean abordadas únicamente por los ETF o requieren de
intervenciones especializadas por parte de otros servicios de atención a la infancia y la
adolescencia. En la misma línea, la ausencia de mejoras significativas asociadas a la salud mental
de las figuras parentales deja al descubierto la necesidad de complementar en muchos casos la
intervención de los ETF con actuaciones desde los dispositivos especializados en salud mental.
Junto a la ausencia de mejoras en ciertos ámbitos, los resultados encontrados también
permiten concluir que el programa no es igualmente efectivo para todas las familias que
participan en el mismo. En las familias muy cronificadas en los servicios sociales, con
trayectorias vitales de alto riesgo y con figuras parentales con problemas de salud mental, es
donde se observa la menor efectividad del programa. Estos resultados sobre el perfil de familias
que se benefician más y menos de este programa deberían tenerse en cuenta al decidir los
criterios de inclusión y exclusión, sobre todo, si se quiere lograr una mayor eficiencia del
programa. En la misma línea que se comentaba respecto a las dimensiones en las que no se han
observado cambios significativos, esta realidad requiere que se diversifiquen los recursos de
intervención familiar, contando con programas de mayor intensidad y especialización para las
familias que presenten niveles de riesgo más alto. En este sentido, las evidencias disponibles
muestran la utilidad para estos casos muy cronificados y de alto riesgo de las intervenciones que
adoptan la modalidad de atención domiciliaria; modalidad que facilita el uso sistemático del
modelado, el apoyo psicológico individual y el acompañamiento continuado, aspectos
especialmente importantes en los casos de familias con mayores dificultades.
Aunque el reducido número de familias del subprograma de reunificación participantes
en el estudio no nos permite sacar conclusiones definitivas, los resultados obtenidos apuntan
201
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
hacia una menor eficacia del programa en estos casos. Estos resultados no son sorprendentes
si tenemos en cuenta que el perfil de estas familias es claramente diferente. En términos
generales, se caracterizan por un peor pronóstico por parte de las y los profesionales que, sin
duda, tiene mucho que ver con sus complicadas y cronificadas trayectorias vitales de riesgo. De
hecho, aunque en muchos casos se valoren elementos de recuperabilidad, muchos de los
factores de riesgo ligados a la precariedad socio-laboral y la inestabilidad que acompañan con
frecuencia a estas familias, siguen estando presentes. Si a pesar de las diferencias en el perfil de
necesidades que presentan estas familias, se tiene en cuenta que no se han encontrado grandes
diferencias ni en los objetivos ni en la metodología aplicada por las y los profesionales en función
de los subprogramas, no es sorprendente que se obtengan menores niveles de éxito. En línea
con lo comentado para las familias de mayor nivel de riesgo, este subprograma requiere de una
propuesta de intervención específica, con objetivos y contenidos diferentes y, probablemente,
con un mayor grado de especialización por parte de las y los profesionales que lo apliquen.
Una última conclusión importante que se desprende de la investigación realizada es la
necesidad de revisión y actualización del manual de referencia. Hay una total unanimidad por
parte de las y los profesionales a la hora de reconocer la utilidad de contar con un manual que
sistematice y homogenice las actuaciones en el marco del Programa de Tratamiento Familiar.
Este manual debe servir de guía y convertirse en un recurso valioso a nivel metodológico para la
aplicación del programa. El proceso de Investigación Acción Participativa realizado ha permitido
dar voz a las y los profesionales para conocer sus expectativas y necesidades en relación con el
manual, y ha posibilitado consensuar un índice fruto de una estrecha colaboración entre
profesionales, investigadores y responsables institucionales. Este ejemplo de buena práctica
requiere dar continuidad al trabajo iniciado abordando el proceso de modificación de nuevo en
el marco de un proceso colaborativo, donde se integren las evidencias científicas con el saber
profesional y se cuente con el refrendo institucional. Sin duda, avanzar en esta línea no solo
permitirá incorporar buenas prácticas basadas en la evidencia en el Programa de Tratamiento
Familiar, sino que también contribuirá a la mejora y optimización de las políticas sociales en
materia de infancia y familia de Andalucía.
202
Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
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Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
APÉNDICES
1. Sistema de categorías
1.1. Sistema de categorías relativo a los objetivos trabajados en las sesiones
de tratamiento
Categoría y definición U idades de sig ifi ado
1. Planificar la 1. T aslado i fo a ió e t e e uipos
intervención y/o 2. De i a ió a U“MC
derivación 3. Ela o a ió I fo e de De i a ió pa a ““CC
Acciones de los 4. T aslada i fo a io de la eu ió de tuto ía
profesionales dirigidas a 5. A tualiza i fo a io p i ipales difi ultades
diseñar la intervención 6. Actualizar la información del caso
con las familias o dirigir a 7. “upe isa la llegada de la hija a o el ieto al do i ilio,
algún miembro de la oti a do p es i ie do la de i a ió al CIAM p o le as de
familia a otro servicio do u e ta ió po e t a je ía, i e ias de alt ato e esidad de
ei se ió la o al
8. Retomar la derivación al CIAM para asesoramiento jurídico sobre la
demanda de paternidad del menor
9. Coo di a ió o ot os p ofesio ales
10. De i a a los se i ios de o ie ta ió al e pleo
11. A tualiza ió i fo a ió fa ilia
12. A o da eu ió o los tuto es de los e o es.
13. Coo di a las i stitu io es so io-edu ati as ue i ide e la fa ilia
14. Cita a la e o
15. Co p o a e esidad del e o de de i a ió al dispositi o de “M
16. “e le de i a a e pleo
. Esta le e la alia za 1. P ese ta ió oti o de i a ió
te apéuti a o la fa ilia 2. P ese ta ió de la ad e al e uipo
Actuaciones de los 3. P ese ta ió del E uipo ETF
profesionales dirigidas a 4. P ese ta ió de la fa ilia al E uipo
establecer una relación 5. C ea í ulo o el e o
segura con la familia y a 6. Esta le e u a i ula ió positi a
favorecer la adherencia 7. Co st ui la ela ió o la fa ilia
de la familia con el plan 8. Esta le e i ula ió o la pa eja de la ad e, fa o e ie do
de intervención ola o a ió e i pli a ió e la i te e ió
9. Esta le e u a i ula ió positi a o la ad e
10. Ha e hi apié e los o jeti os ue ha ido log a do la i po ta ia
de a te e lo
11. Esta le i ie to de appo t
12. Esta le e ela ió de o fia za- i ula ió positi a de la fa ilia
o el e uipo
13. Esta le e ela ió de o fia za o el e o
. Esta le e las 1. Co t ato ETF-Fa ilia
o di io es de la 2. Fi a del a ta de o p o iso
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Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
i te e ió 3. Fi a o se ti ie to
Actuaciones dirigidas al 4. Fi a do u e tos ape tu a ese
establecimiento de 5. E pli a el fu io a ie to o jeti os del p og a a
acuerdos entre los 6. Fi a a ue dos / o jeti os a o segui du a te el t ata ie to
profesionales y las 7. Pla tea ie to del t a ajo e la i te e ió fa ilia
familias que permiten 8. E uad e
llegar a un consenso en 9. E ela ió a la p ese ta ió : A epta ió u pli ie to de
las condiciones en las que p es ip io es té i as
se va a desarrollar la 10. Pad e: e o da la i po ta ia de la o u i a ió o el e uipo
intervención 11. Pote ia la la idad e la o u i a ió
12. Cla ifi a e pe tati as
. E alua el aso fa ilia 1. E alua ió situa io es iesgo/desp ote ió
Actuaciones dirigidas a 2. E alua ió fa ilia i te dis ipli a
evaluar a las familias y su 3. Histo ia de ida
contexto 4. E alua ió situa io es iesgo/desp ote ió
5. E alua ió es ola
6. Valo a ió estado e o io al
7. ‘e ogida de i fo a ió ele a te de la situa ió
8. E alua ió
9. ‘ealiza ge og a a e histo ia fa ilia , t a aja do los pat o es
epetidos oti a do la e esidad de a io
10. Histo ia fa ilia
11. Histo ia del ú leo o i e ial
12. Histo ia o i e ial
13. Co o e e to o de la i ie da
14. Nú leo de o i e ia
15. Valo a ió e o io al de los e o es
16. ‘e oge las i fo a io es
17. ‘e ogida de i fo a ió
18. Ge og a a
19. Co o e a uela ate a
20. I daga º edu ati o fa ilia
21. I daga º fa ilia
22. I daga o su o tó i os ad e
23. I daga posi le o su o
24. ‘e a a i fo a ió de i fo a tes la e
25. Valo a ha ilidades a uela
26. I daga histo ia so ial
27. I daga so e la ela ió o el pad e o el e o
28. I daga ió i fo al de las i fo a io es
29. E plo a ió so ial
30. E plo a ió e o ó i o la o al
31. P i e a e plo a ió i fo al
32. I daga e las ela io es fa ilia es estilos edu ati os
33. Mad e: p i e as i fo a io es de su hijo/a
34. E alua pa a esta le e o jeti os de t a ajo
35. Co o e e pe tati as de los pad es oti a ió po el a io
36. Co o e la ola o a ió de los pad es o el e t o edu ati o
37. ‘e oge i fo a ió a tualizada so e el pe iodo a a io al de la
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9. Co e sa ió a ie ta
10. T a s isió de i fo a ió
4. Técnicas de tratamiento
Aplicación de técnicas por parte de los profesionales con el objetivo de ayudar a la familia como
sistema y a sus integrantes a lograr los objetivos de la intervención
4.1. Técnicas 1. T ata ie to o du tual e op esis: egist o, e t e a ie to há itos
conductuales defe ato ios o efo za ie to
Técnicas basadas en los 2. ‘efue zo positi o
principios del 3. Modifi a ió de o du ta: e o o ía de fi has
conductismo 4. ‘egist o de o du ta
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las profesionales del 6. Tener más comisiones técnicas de trabajo (valoración, seguimiento,
ETF propuestas... del programa)
7. Poder asistir a las comisiones técnicas al menos un profesional del Equipo
para poder clarificar las dudas sobre que surjan sobre las familias
8. Mayor presencia de los ETF en las comisiones municipales de Infancia y
Familia y en todos los ámbitos en los que los menores estén presentes
con el objetivo de planificar una prevención de riesgo más eficaz
9. Las comisiones técnicas entiendo que han de tener presencia de los
profesionales implicados
3.4. Comisiones 1. Incrementar número de comisiones técnicas (3)
técnicas 2. Retomar las comisiones técnicas con el SPM
Aspectos relativos a 3. Llevar a cabo las comisiones técnicas (3)
este órgano de 4. Necesidad de comisiones técnicas de trabajo, temporalizadas en el año
coordinación y (3)
supervisión 5. Tener más comisiones técnicas de trabajo (valoración, seguimiento,
propuestas... del programa)
6. Poder asistir a las comisiones técnicas al menos un profesional del Equipo
para poder clarificar las dudas sobre que surjan sobre las familias
7. Mayor presencia de los ETF en las comisiones municipales de Infancia y
Familia y en todos los ámbitos en los que los menores estén presentes
con el objetivo de planificar una prevención de riesgo más eficaz
8. Las comisiones técnicas entiendo que han de tener presencia de los
profesionales implicados
4. Provisión de recursos
Facilitación de herramientas y activos que faciliten la práctica profesional
4.1. Personales 1. Contratación de los profesionales que integran los equipos
Demandas 2. Revisar la dotación de profesionales asignados a equipos
relacionadas con la 3. Escasez de personal en la entidad (además de la situación de incremento
contratación de de la demanda por la pandemia), el perfil de la trabajadora social ha sido
personal demandado para apoyar otros servicios
4. Agilizar los trámites con la contratación de más personal en protección de
menores
5. Contratación
6. Cubrir las bajas de los profesionales de forma rápida y efectiva, pues si el
equipo está incompleto, es imposible realizar el trabajo con un mínimo
de profesionalidad, efectividad y calidad
7. Períodos muy largos con baja laboral de algún profesional sin
incorporación
8. Períodos en que el equipo está con un miembro menos por baja por
enfermedad, así como los períodos en que prácticamente se para el
trabajo durante un mes porque hay problemas con la contratación del
personal (3)
9. Contratar personal de apoyo familias cronificadas
10. Recursos humanos
11. Escasez de recursos personales
4.2. Materiales y 1. Material y equipamiento necesario en las entrevistas
equipamiento 2. Los equipos deberían tener al menos un teléfono móvil, ya que es
Demandas imprescindible para facilitar la comunicación con los y las usuarios/as
relacionadas con la
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dotación de 3. Recursos con los que se nos dota a los equipos, tratándose de equipos
herramientas y que, la mayor parte del tiempo, se encuentran fuera de los despachos
equipos técnicos para (teléfonos móviles, equipos portátiles, etcétera.)
el desempeño 4. Dotar de medios técnicos
profesional 5. Dotar de herramientas (3)
6. Apoyo de material técnico homogeneizado para todos los ETF de la
comunidad
7. Dotar a los equipos de herramientas y técnicas de valoración de menores
8. Facilitar nuevos instrumentos y herramientas para el trabajo con familias
9. Dotación de medios a los profesionales
10. Escasez de recursos materiales propios e intersectoriales
11. Incluir protocolos de tratamiento eficaces basados en la evidencia
12. Desarrollo de pruebas de evaluación específicas y actualizadas
13. Absolutamente necesario que la Junta aporte material de evaluación
(psicológico, de trabajo social y de educación social) para todos los
equipos, con el fin de que todos tengamos los mismos instrumentos de
evaluación, ya que, en estos momentos, cada equipo intenta solucionar
la cuestión de la evaluación (cuando se quieren utilizar cuestionarios,
escalas, etcétera.) de forma particular. En caso de que esto no pueda
aportarlo la Junta, una solución sería incluir en las transferencias una
cantidad determinada para la adquisición de material de evaluación.
Insisto, el mismo material para todos los equipos
14. Instrumentos de evaluación unificados
15. Anexar al manual instrumentos de evaluación como: escala de bienestar
infantil, cuestionario de habilidades parentales, test psicológicos, escala
de sobrecarga del cuidador, escala de habilidades de la vida cotidiana,
escala de cohesión y adaptación familiar, inventario familiar de
autoinforme, escalas de competencia y resiliencia parental y resiliencia
en los menores
16. Introducir nuevos instrumentos de evaluación (estudios de competencias
parentales Barudy y Dantagnan), escalas de apoyo social, así como
estandarizar o incluir nuevos instrumentos evaluativos sociales
17. Los instrumentos. No se cambian desde hace mucho tiempo, no son
adecuados ni se entienden bien
18. Los instrumentos de evaluación, implantar los que demuestran eficacia y
efectividad
19. Revisión de los instrumentos que se utilizan
20. Establecer medios de evaluación
21. Demanda de espacios adecuados para el desempeño laboral
22. Desarrollo de los espacios individuales y comunes de los profesionales y
como psico-socio-educoterapeutas
23. Facilitar un espacio óptimo para las entrevistas familiares
24. Dotar de espacios de trabajo mínimos y suficientes para una buena labor
del ETF
25. Facilite en los medios físicos y espacios propios adecuados al desempeño
del trabajo
26. Espacios físicos propios para el ETF, poder realizar seguimientos
adecuados y así garantizar la intervención, en la mayoría de las ocasiones
esta os sujetos a t a aja ate die do a las u ge ias
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5. Reciclaje y actualización
Actuaciones dirigidas a la renovación necesaria para su aplicación
5.1. Formación 1. Formación (4)
Necesidad de 2. Formación continua (8)
actualización y 3. Formación continua y específica para los profesionales (8)
aprendizaje de 4. Formación continuada del programa para los profesionales
aspectos específicos 5. Se requiere de formación continua
necesarios para el 6. Formación continua obligatoria para el continuo reciclado de los
desempeño profesionales
profesional 7. Facilitar un programa de formación continua y reciclaje profesional
8. Continuar con la formación del colectivo
9. Continuar con la formación de los equipos
10. Continuar formación específica de los miembros de los ETF (3)
11. Retomar la formación continua compartida para los ETF
12. Formación para los y las profesionales de los equipos ETF
13. Necesidad de formación específica y continua, en temas actuales
14. Formación específica para los profesionales del ETF (5)
15. Exigencia de formación específica para trabajar en el ETF
16. Exigencia de especialización técnica de los profesionales (3)
17. Formación específica, sobre todo por perfiles profesionales, algo que
nunca ha existido y creo imprescindible
18. Sería necesaria la formación específica
19. Ofrecer una formación específica en tratamiento de familias
20. Más formación específica para cada profesional y jornadas de buenas
prácticas
21. Formación específica y centrada en el desarrollo del programa desde el
principio impartida de forma presencial
22. Necesaria formación específica
23. Tampoco se exige una formación específica en intervención familiar, y
aunque yo he realizado cursos me falta especialización
24. Formación específica sobre el programa. La formación en intervención
familiar es la que cada uno haya tenido en su recorrido profesional
anterior, que puede ser muy diversa y más o menos amplia, dependiendo
de cada caso
25. Formación más específica que oriente a los diferentes perfiles
profesionales hacia el proceso terapéutico en el que van a acompañar a
las familias
26. Formación específica en tratamiento
27. Formación de los ETF actualizada
28. Reciclaje formativo continuo, que no quede a criterio de cada profesional
29. Obligatoriedad de reciclaje y formación continua
30. La formación de los y las profesionales, de incorporación reciente, así
como el reciclaje en los y las profesionales con experiencia
31. Formación, reciclaje en instrumentos, técnicas
32. Reciclaje y cuidado del profesional. En relación a la alta dificultad que
conlleva el trabajo diario estos dos conceptos están muy, muy
descuidados y por tanto tiene consecuencias en la calidad del programa
33. Necesidad de formación como equipo, más allá de la que cada una de las
profesionales realiza por su cuenta
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23. Perfil de los menores derivados. No puede ser que la mayoría de los
menores en PTF sean adolescentes mayores de 13 años con problemas
conductuales y consumos. En estos casos, muchas veces se llega tarde
para conseguir objetivos de tratamiento familiar
24. Actualización de problemáticas y tipologías en la intervención en el
subprograma de familias con menores en situación de riesgo
25. Ampliar la intervención y tratamiento con menores y madres con
violencia de género (reparación del daño)
26. Establecer línea de intervención en el caso de las víctimas de trata de
seres humanos, ya que en el Decreto 2015, se establece como objeto de
intervención desde nuestro programa
27. Cambiaría el límite de edad de los menores que entran en el Programa de
Tratamiento Familiar (0-16 años), es decir, a partir de los 16 años los
indicios de recuperabilidad de la familia son mínimos, que si son menores
en edades tempranas. Por lo que se tendrían que implantar otros
programas más específicos para menores adolescentes
28. Adaptarse a las necesidades de las problemáticas sociales en la actualidad
y ampliar el rango de actuación en otros aspectos que son necesarios para
evitar elevar el riesgo en familias y en los menores, tales como: problemas
graves de conductas en menores y adolescentes, menores víctimas de
violencia de género, instrumentalización en separaciones conflictivas
29. Se está trabajando con familias poco susceptibles de tratamiento debido
a la situación de extrema necesidad económica
30. Nos llegan familias para trabajar con ellas que desde el punto de vista del
manual no se incluirían dentro de este programa. Pero que es más eficaz
y necesario trabajar con ellas al comienzo de las dificultades y no esperar
a situaciones más cronificadas
31. Hay situaciones muy maltratantes que aún no se consideran ni para los
profesionales, como los casos de separaciones conflictivas en la que los
menores están realmente muy dañados y no hay recursos donde se les
atienda. Los incluimos cuando vemos a menores sin alternativa de ayuda
32. No se adapta a la realidad actual de los nuevos modelos de familias con
las que estamos interviniendo (muy judicializadas)
33. Hay aspectos que han cambiado en la sociedad, la situación de crisis
puede haber variaciones en la valoración de aspectos, la mayor presencia
de situaciones de síndrome de alienación parental, de situaciones
judicializadas en las separaciones y cómo impactan en los menores, la
violencia filio parental
34. No utilizar al ETF para justificar judicialmente declaración de desamparo,
sino para trabajar con familias recuperables
35. Evitar de esta forma trabajar sobre un marco de referencia que no se
corresponde con la actualidad
36. Poder incluir en el programa a menores que se encuentran cuidados por
familiares (abuelos, tíos...) diferentes a sus padres y esta situación
reconocidos legalmente
37. Dar un mayor peso a las intervenciones con los menores
38. Potenciar la intervención directa con los menores
39. Con los mayores de 16 años es difícil trabajar cuando el riesgo es
moderado-grave
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11. Los tiempos no siempre se ajustan a las necesidades de trabajo con las
familias, sobre todo en los equipos provinciales
12. Los tiempos que se nos dan para: evaluar y en relación al período de
intervención con la familia
13. Los tiempos previstos no se ajustan a las necesidades de las familias
14. Los tiempos establecidos para llevar a cabo la evaluación, ya que a veces
por el miedo con el que vienen las familias y la falta de motivación, se
alargan los plazos para la evaluación al no acudir a las citas
15. Los tiempos para cada fase (más flexibilidad). Las edades de los menores
susceptibles de tratamiento
16. No se cumplen con los tiempos y necesidades establecidas
17. Modificaría los tiempos estimados en las fases de intervención del
programa
18. El tiempo de tratamiento familiar: existen familias que participan en el
tratamiento de forma discontinua
19. Reconsiderar los tiempos de tratamiento familiar según el perfil de
familias
20. Poco tiempo para intervención en calle
21. Propondría revisar los tiempos de intervención, de forma que fueran más
flexibles, ya que en ocasiones el tiempo de tratamiento se ve alterado con
numerosas familias debiendo emplear más tiempo para conseguir los
objetivos
22. Alargaría el tiempo de intervención
23. Temporalización del PTF en función de la problemática (5)
24. La temporalización de la evaluación, tratamiento, etcétera. en estas
familias, no responde a unos parámetros en los que otras familias sí
podrían ajustarse
25. Temporalización igual y coincidente con los años naturales
26. La temporalización anual del programa coincida con años naturales de
enero a diciembre, lo que facilitaría la gestión administrativa del
programa en la corporación local
27. Los períodos de temporalización para las tres fases deberían suprimirse,
tendrían que estar en función de la evolución de las familias, y no en
función de un período temporal determinado
28. Temporalización: los tiempos marcados son excesivamente cortos para
los cambios que las familias requieren
29. Temporalización (6)
30. Temporalización de las familias en Programa Tratamiento Familiar: o
Cuánto tiempo para valorar baja si no se consigue avanzar en objetivos
proyecto de tratamiento y cuánto tiempo máximo puede estar en PTF
(Período máximo de tratamiento, período de seguimiento antes del alta)
31. Temporalidad para desarrollar la intervención sea demasiado ajustada y
habría que ampliar los tiempos
32. Temporalidad para trabajar con la familia en el subprograma de riesgo
está establecida en 12 meses, prorrogable hasta los 24 meses previa
motivación. En muchos casos este período resulta insuficiente para
consolidar los cambios iniciados, ya que no todas las familias tienen la
misma capacidad de integrar y gestionar modificaciones en sus dinámicas
33. Plazos de tratamiento que a veces resultan breves
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22. Cumplir con los protocolos de derivación de casos a los ETF, estando
justificados, debidamente argumentados, acompañados de los informes
técnicos pertinentes y respetando los criterios de inclusión y tipología de
la familia, objeto de intervención en el Programa de Tratamiento Familiar
23. Mayor y mejor control en la derivación de casos a los ETF estando los
integrantes de estos presentes como expertos en la valoración de riesgo
24. Control sobre la derivación de los casos al ETF
25. Las vías de derivación establecidas (SS.SS.CC., SPM)
26. Las vías de derivación: el equipo al establecer un trabajo en red con
recursos e instituciones del municipio, se posibilita esa derivación externa
a SS.SS.CC. y SPM
27. Mas breves y directo al asunto por el cual se está derivando
28. Modo de derivar, el hecho de que una vez se derive un caso a SPM, desde
allí se tenga que volver a recabar toda la información ya recabada y
trabajada por ETF
29. Perfilar mejor las derivaciones al programa, tanto las que vienen de
comunitarios como las del SPM
30. Adecuación de los casos derivados
31. Mejorar el respaldo del Servicio de Protección de Menores en las
derivaciones de 2Q
32. Respuesta del SPM ante derivaciones con propuestas de medidas
33. A pesar de que en el manual del programa se establece que los casos de
gravedad moderada/alta con pronóstico negativo han de ser derivados
directamente al SPM, en la práctica, casi la totalidad de estos casos se
derivan a los ETF, con las consiguientes dificultades para la intervención y
los escasos resultados positivos
34. No se realizan bien las derivaciones
35. Flexibilidad en las derivaciones
36. Revisión de las derivaciones desde los juzgados ante situaciones
conflictivas en las separaciones y que repercuten directamente en los
hijos
37. No consideramos viable la derivación a unos servicios sociales
comunitarios cada vez más sobrecargados, lo que supondría un
espaciamiento de las citas, cambios de profesionales y, en última
instancia, una mayor probabilidad de abandono por parte de la familia
38. En los casos derivados de los servicios sociales comunitarios: Adaptarse
un poco más a la realidad de los servicios sociales comunitarios, ya que
los casos que nos canalizan son a veces son difíciles de encuadrar en la
tipología de casos del ETF, pero esa es la realidad con la que se encuentran
los compañeros de los CORE y la necesidad del servicio en el que nos
encuadramos. En los casos derivados del SPM: La realidad de los casos de
reunificación choca frontalmente con lo establecido en el programa y con
las necesidades de reunificación urgente del servicio, de tal forma que el
ETF se encuentra presionado para reunificar en plazo exprés.
39. Obligatoriedad del equipo a trabajar y atender los casos de familias
derivados por jueces, independientemente de que este no sea el cauce
de derivación al ETF, ni que la tipología de la familia se la correspondiente
para la intervención en el ETF
40. Dificultad a la hora de las derivaciones de los SS.SS.CC. y el SPM
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8. Lo usan solo para las plantillas de informe, por ejemplo, para informes de
derivación
9. Coge los odelos de i fo es, de o t atos, de de i a ió …
1.1.5. Situar a las 1. Cuando se incorpora gente nueva sí que es útil como referente
personas que llegan 2. Como educador le abrió una gran perspectiva en cuanto a la intervención
Uso del manual como sistémica. Ya que los primeros educadores sociales eran maestros, venían
referencia para del mundo de la educación. Les ayudó para aprender de la terapia de
orientar a los nuevos familia
trabajadores/as 3. Cuando lo miro es porque recibo alumnado de prácticas, y es la primera
personas que se toma de contacto, la Biblia del ETF es el manual. Los alumnos me obligan
incorporan al equipo a volver al manual
4. También me sirve para los compañeros nuevos
5. Incluso para enseñar a alumnos de prácticas
6. El resto se suma a utilizarlo como guía para las prácticas de alumnos
7. Cuando alguien empieza en el servicio es muy útil
8. Sobre todo, cuando llega un nuevo profesional
9. Cuando hay compañeros nuevos lo primero es que lo lean como manual
de referencia
10. Cuando se incorporan profesionales nuevos, cuando se incorporan
oo di ado es, …
11. Cua do se i o po a alguie ue o…
12. El manual está bien para cuando no sabes qué es un ETF
13. A los alumnos de prácticas es lo primero que se le da
1.2. Uso del manual 1. Después de casi 20 años hay muchas cosas en las que nos alejamos, la
con adaptaciones experiencia hace que lo adaptes
Adaptación de los 2. Lo adaptamos a las necesidades actuales
contenidos recogidos 3. Se va adaptando de acuerdo a las necesidades
en el manual durante 4. En algunos ETF se adapta el uso del manual a las familias por la cercanía
la práctica del equipo a las familias
5. Quizás IPBS usa el manual de forma más fidedigna por la dificultad de
coordinación y el resto de los equipos lo adapta más
6. Se recurre muchísimo a él, pero se adapta a nivel de intervención
7. Encuentra que lo tienen muy interiorizado, pero da libertad de
intervención
8. También lo modifican para facilitar que entren casos
9. Fundamentalmente SIMIA y Valórame
10. Utilizan sobre todo SIMIA y Valórame
11. Han adaptado mucho los anexos que aparecen en el manual, sobre todo
el Q
12. Pero ahora prácticamente solo usan los anexos y adaptados. El rodaje ha
hecho que no sean tan útiles
13. Sobre todo, utilizan SIMIA y Valórame
14. Los instrumentos los adaptan a modelos propios
15. Tie e i stau a sus p opias di á i as… Ellos ha ela o ado sus p opios
documentos e informes.
16. También se usan los modelos de informes, pero adaptados por ellos
17. Ha adaptado i fo es…
18. Los tiempos los dice el manual, pero no los u ple , ….
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Longitud excesiva del 2. Es muy extenso, depende del contexto de trabajo el que se lleve a la
manual práctica
3. Es muy largo
3.4.2. Formato 1. Los protocolos no están digitalizados para facilitar el trabajo
Soporte físico como 2. Solo está digitalizada la memoria, pero entre comillas esa digitalización.
obstáculo para la No se vuelcan los datos de los expedientes a la memoria, habría que
consulta del manual digitalizar más
3. No se ha aplicado a nivel informático, no hay una aplicación que permita
compartir los informes, corriendo el riesgo de que cada entidad termine
funcionando a su manera
4. No hay una aplicación que derive a técnicas de evaluación
3.4.3. Estructura 1. La estructura es mejorable
Organización 2. Poco definido, ambigüedad, falta conexión
inadecuada de los 3. Muy denso
contenidos del 4. Manual denso
manual 5. La parte de informes es demasiado densa
6. Hay cosas en el actual manual que se solapan
7. En el manual actual las funciones vienen muy rígidas
8. Siempre lo han visto muy lioso y era difícil trabajar con él porque no lo
consideran manejable y la organización es dudosa
9. Es poco ágil
10. No es coherente. Va dando saltos en las temáticas
11. Consideran que está muy encasillado
3.5. Carácter práctico 1. Los anexos no tienen ninguna utilidad. Modelos de informe no valen.
No reflejo en el Protocolos de derivación son muy complejos (impiden que les deriven
manual de la práctica más casos, por no hacerlos)
profesional diaria 2. Es necesario que siempre exista un manual, pero en concreto no está
siendo útil ahora mismo por varias razones
3. A pesar de lo que pone en el manual, en la práctica no se lleva a cabo
4. El manual actual muy especializado y muy técnico que no se lleva al día a
día
5. En perfiles y profesiones no se ajusta demasiado, no están a día de hoy
llevándose a cabo
6. A día de hoy no es nada práctico
7. Es poco práctico
8. El manual es muy teórico y no orienta sobre las decisiones tan complejas
que hay que tomar en la práctica de los equipos
9. Poca utilidad para aportarles de él a las familias, a la hora de intervención
con las mismas
10. Poco útil en el sentido práctico de intervención social
11. Se suma a la poca operatividad del manual
12. Los informes son densos sin recoger la información fundamental
13. Ahora ha perdido la utilidad
14. No les sirve mucho
15. No responde a muchas de las dificultades que tienen en el día a día al
trabajar con las familias
16. Tienen la sensación de que no trabajan con el perfil que indica el manual
17. No lo veo útil
18. Da indicaciones tan generales que no sirve
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Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores
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27. Los modelos, informes me parecen repetitivos, nos confunden entre los
profesionales y te da la sensación de que es repetitivo y nos confunden.
Los instrumentos de evaluación tenemos muchos, pero no nos dice qué
específicamente evalúa cada uno y estaría bien que para el próximo
estuvieran más claro. Los criterios de recuperabilidad sería necesario que
fueran más específicos
28. Echo en falta, entiendo que nuestras familias tienen situaciones de
trauma y que yo recuerde en el manual no se habla de ello. O el tema del
apego. Al final tenemos que leer e informarnos
29. No tenemos unificados criterios de evaluación, nos basamos en nuestros
criterios
30. Sí, no solo decirlas si no desarrollarlas
31. El tema del trauma está en primera línea y no se ve
32. El tema de la coordinación institucional en el antiguo hay un modelo que
no se utiliza
Del programa
Aspectos del programa que deben modificarse
3.7. Temporalización 1. Las familias están tan cronificadas que los casos de reunificación son
y otras características inviables
del proceso de 2. Si ya entran muchísimas familias, ya no se puede hacer tratamiento
intervención familiar, se hará otra cosa, pero no tratamiento
Aspectos 3. El tiempo del tratamiento se ha reducido, pero cuando entras en terapia
relacionados con la con la familia y los menores te das cuenta de que es poco (le parece corto
implementación de el tiempo de 12 meses)
las intervenciones 4. El motivo de que se exija que se cumplan 12 meses de intervención y el
(tiempo, carga de motivo que se da a los profesionales es porque está en el manual
trabajo, organización) 5. Nosotros los vemos cada 15 días
6. Cuando se toma la medida se deja de trabajar con la familia, desaparece
del sistema. Se rompe la continuidad cuando pasa a reunificación, se deja
de trabajar con la familia mientras pasa de un sitio a otro
7. Para los que llevamos muchos años es importante el tema del
seguimiento. Las familias se vuelven a deteriorar, se deterioran con el
tiempo sin seguimiento
8. No se hace seguimiento porque el tiempo de seguimiento se usa como
tiempo de tratamiento ante la falta de tiempo
9. Tenemos familias cronificadas. Se propone el seguimiento continuado de
las fa ilias o é ito o se ha e… y llegan segundas y terceras
derivaciones. Hay que cuidar el acompañamiento a las familias después
de hacer las intervenciones. Importante el seguimiento de las familias en
un ETF. Debe ser obligatorio el seguimiento en los ETF
10. En las comisiones de seguimiento la reapertura de expedientes está mal
isto, te p egu ta , se e o o u f a aso… I te ta os ea i el e o
número de casos. Incluimos meses de seguimiento, pero es una
intervención encubierta. Muchas se derivan a comunitarios, pero ellos no
pueden hacer intervención familiar
11. Los tiempos también tienen que ver con el número de casos que vemos.
Yo tengo 54 casos y esto no es viable
12. Cuando hay bifurcaciones las sesiones aumentan (orden de alejamiento,
sepa a io es…
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13. Además de plantear el sobrecargo de casos que tienen, poco tiempo para
cada familia con tan solo tres personas
14. El problema es que en un año no te da tiempo a trabajar bien con la familia
15. Consideran que el tiempo de evaluación en un mes no pueden evaluar a
una familia, porque no se ajusta a la realidad
16. La fase de tratamiento no es lineal
3.8. Otras funciones y 1. Aunque se hacen muchas más de las que se recogen ahí
tareas 2. Señala que realmente hace más cosas de las que dice el manual que
Labores no tendría que hacer
relacionadas 3. Dice que nosotros lo podíamos hacer (interpretarlos), que ellos no tienen
propiamente con el tiempo. No se avanza porque no hay conciencia científica. Ellos están
proceso de cubriendo muchos huecos (del sistema sanitario, del sistema educativo)
tratamiento 4. No es solo ver a las fa ilias, ha ot as ta eas…
5. Además, hay trabajo en grupo que es muy relevante
6. Nos llevamos mucho tiempo haciendo tareas de gestión
7. Tienen que elaborar documentos accesorios
8. El tema de las separaciones es horrible, nos pilla en medio, estamos en
juzgados
9. Los ETF no tienen que estar promoviendo y dando publicidad del servicio,
esto se debe a la dejadez
3.9. Medios y 1. Faltan recursos
recursos materiales 2. El problema para hacer intervenciones grupales es la falta de espacio
Medios y recursos continuado
para la realización de 3. Estamos encajados, los espacios físicos son pobres, los materiales que hay
las labores en el espacio en que estoy es personal (de mi propiedad). Y si esto es así,
profesionales mucho peor en los equipos de Diputación
insuficientes
3.10. Formación 1. No se e seña a t a aja e e uipo. Este te a está pe die te… Ade ás,
Formación teórico- hay una deformación de base y que la formación inicial de base fue la
práctica insuficiente misma para todos los miembros. No se sabe trabajar en equipo. No
estamos formados para trabajar en equipo
2. El trabajo en equipo no se ha incluido en la formación
3. No deben existir salidas de rol, cuando eso ocurre la interdisciplinariedad
fracasa
4. Habría que formar al menos cada dos años
5. Pero es importante que la formación de los ETF sea continua
6. El trabajo en equipo en la formación se trabajó, pero poco
3.11. Aspectos 1. En otro momento, otro compañero comenta respecto a esto, que eso
organizativos/instituc tiene más que ver con la organización interna de los equipos de Cádiz, que
ionales con el manual. Que el manual eso no lo arreglaría
Aspectos relativos a 2. Comenta que los ETF han peleado pertenecer a la estructura de los
la estructura servicios sociales comunitarios. En la nueva ley de servicios sociales, ya
organizativa y al están, y ahora todo lo de riesgo que llegue a comunitarios pasa
funcionamiento de la directamente a ETF. No solo los casos de cierta gravedad. Rompe los
institución como niveles
dificultad para la 3. Los comunitarios no tienen equipos especializados en familias. Mientras
actividad laboral que los comunitarios no tengan los profesionales especializados, nos
llegará a nosotros lo que no nos toca. Al final lo que está pasando es que
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si llegan casos con menores nos llaman a ETF (no en todos los sitios, pero
en muchos sí), ya los ETF no son de segundo nivel
4. C iti a ue e i e a itas de uá tos iños fa ilias e , pe o ue o
les sirve (datos estadísticos se refiere), pero siempre les queda la duda de
si sirven para algo. Dice que los datos de la memoria nadie se los devuelve.
(Le pregunto cómo querría recibir esa información, pero no respuesta
clara)
5. Las memorias que hacemos no sirven para nada (quiere decir que después
nadie las usa, ni las interpretan, no que él no crea que no sirvan)
6. Por ejemplo, desde SPM piden, en ocasiones, documentos que
pertenecen a ETF internos porque dicen que no les llega bien la
información
7. Si protección manda informe de una familia que ya ha estado con ETF
previamente y se derivó por no querer colaborar, por el simple hecho de
que los menores y familia digan que ahora sí quieren colaborar, se vuelven
a derivar a ETF sin más. Manifiesta que esto no debería de ser así por el
mero hecho de decir que sí de pronto, se le quitan al ETF los recursos
8. Precariedad laboral en los equipos. Muchos cambios
9. Plantea que son muchísimos informes que dejan poco margen de
actuación real con las familias
10. No se cumplen las funciones de coordinación de los ETF
11. Ha subido el nivel de exigencia desde menores y existen dificultades para
unificar criterios
12. Hace falta trabajo en equipo
13. Reafirma que no todos podemos hacer de todos. Las familias se
confunden
14. Falta mucho trabajo en equipo
15. Las derivaciones las deja muy en la figura del coordinador
16. No son viables ciertas funciones como el trabajador social como
ote apeuta, es i ia le… al fi al, au ue sea i te dis ipli a es so
profesionales estancos dentro de los equipos, no están tan
i te o e tados…
17. Que las vías de derivación fuesen más directamente, por ejemplo, desde
los p opios olegios, … ha familias que les llega ue adas , ue
pudie a e isti ías ás di e tas…
18. Las funciones del equipo no están concretadas porque al final son lo que
no quieren los comunitarios, la diferencia de trato la propia
administración los usa como un equipo de fuera que no son especializados
sino específicos
19. No está establecida una línea oficial de cauces y una aclaración de
competencias y de los documentos que se deben aportar cuando se deriva
20. El ámbito judicial no les debe requerir que participen de manera pericial
en esos procesos
21. Al cabo de los tres años se van las compañeras y solo se quedan los de
referencia. Luego vuelven los mismos compañeros/as o quizás no vuelven
y es revictimizar a las familias. Porque no se le da continuidad y no
demostramos ser profesionales. Hay que luchar por políticas para que los
profesionales estén ubicados y no estemos adscritos a programas o
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afectan a la 4. Cree que es importante recoger datos objetivos que tienen en las
intervención y deben memorias anuales. Recogen datos desde hace 20 años, datos objetivos, y
tenerse en cuenta y nadie les hace caso
recogerse en el 5. Hay que recoger la peculiaridad de las Diputaciones Provinciales. Se
manual destaca la intervención grupal como fundamental, pero, por ejemplo, los
equipos de diputación no pueden hacerlo. En la temporalidad hay que
tener en cuenta la peculiaridad de estructura del municipio. La
intervención grupal es muy complicada en algunos contextos
6. Además, hay que tener en cuenta que está la Junta, están los
A u ta ie tos… ada u o pide osas disti tas
7. La implementación del nuevo manual debe tener en cuenta los contextos,
y hay que tener en cuenta a los comunitarios
8. Incluir también cuestiones de coordinación y validar cómo realizar la
coordinación con otros sistemas
9. Mejorar los mecanismos de coordinación para que haya una buena
comunicación entre servicios de protección de distintas provincias
10. Contemplar la posibilidad de que haya un equipo itinerante para
compensar la dispersión geográfica
11. También habría que aludir a la interrelacionalidad de los ETF dentro de los
límites legales y de las posibilidades
12. Coherencia entre la memoria que pide la Junta y el manual
13. El manual debe recoger la importancia y entidad de los ETF
14. Y también el hecho de dar autoridad a los profesionales para obtener
ciertos indicadores de evaluación por parte de otros servicios (escolar,
judicial)
15. Autorizaciones para poder proceder a realizar ciertas evaluaciones.
Necesitan respaldo legal para proceder con ciertas evaluaciones sin tener
que pedir autorización
16. Propone no trabajar solo con ETF, al final, es un trabajo conjunto y todo
tiene que pasar primero por comunitarios, si ellos no funcionan
adecuada e te, al fi al los ETF se o ie te e u ajó de sast e
no dan abasto
17. Desde la comisión técnica se podría agilizar las derivaciones a ETF /
protección
18. El manual debería recoger cómo relacionarnos mejor con el sistema (todo
lo que tenga que ver con menores, protección, salud, educación,
justi ia…
19. Recoger en el manual la importancia de la coordinación de equipos
dife e tes edu a ió , sa idad, ““““… , e ogida de i fo a ió
traslado de la misma por parte de todos los organismos implicados para
tener mayor capacidad de actuación
20. Deberían quedar recogidas las coordinaciones de situaciones de salud
mental
21. Que la presentación de casos derivados de un ETF a otro sea presencial
entre ETF también. Protocolizar las relaciones entre ETF
22. Deberían dar estabilidad a los trabajadores
23. Cree que en el nuevo manual se debe facilitar más la tarea de
coordinación entre ETF y menores
24. El manual debe ayudar a cómo organizar el equipo, los casos
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el subprograma de 2. Que los dos subprogramas estén en el mismo manual pero que se
reunificación/reintegr desarrolle más el de reunificación/reintegración
ación 3. La parte que describe el programa de reintegración es muy corta, muy
Información más básica. Sirve la parte de pronóstico, indicadores de recuperabilidad, pero
pormenorizada habría que profundizar más dentro de este programa. Está muy poco
relativa al definido
subprograma de 4. Prefieren los dos programas en el mismo manual, pero que se desarrolle
reunificación/reintegr mucho más de lo que está actualmente el de reintegración
ación 5. En el subprograma de reintegración hay que tener en cuenta que: los
casos se les mandan y pretenden que ellos valoren y eso no es realmente
el objetivo de ETF. Desde una perspectiva terapéutica debería ser no
desde la evaluación
6. En la parte del seguimiento (acompañamiento) tras la reintegración,
debería quedar recogido y protocolizado. Desarrollar este apartado. El
seguir interviniendo durante el año siguiente a la reintegración es
fundamental
7. Definir criterios de reintegración
8. El de reunificación requiere un tratamiento especializado porque tiene un
alto nivel de riesgo
9. Hay que cuidar el proceso de derivación en todo, especialmente en la
reunificación
10. En el manual tiene que estar muy bien definido los casos de reunificación
familiar
11. El vicio proviene de que la derivación se hace mal, no existe criterio
ade uado pa a lle a a a o la eu ifi a ió … ¿Po ué o se t a aja o
los padres cuando se hace una separación, por qué no se les indica que la
medida es reversible?
12. La intervención debe iniciarse desde que se produce la separación. Pero
no es así. No se empieza a trabajar hasta que lo decide el servicio y lo pide
la familia
13. Pide protocolos más claros para actuar con el SPM, por ejemplo, con el
plan de acoplamiento (en reunificación familiar)
14. La parte de la reunificación familiar debería modificarse
15. Que en el subprograma de reunificación se incorpore a Protección de
Me o es, au ue o sea e esa ios dos a uales… I lui ite ios de
i lusió de e lusió , e i luso de p o ósti o e eu ifi a ió …
Cuantificar cuántas familias hay de perfil crónico
4.10. Revisión de 1. Importancia de actualizarlo ya que es una referencia importante
contenidos 2. Modificar y actualizar cosas y por otro lado recordarlas
Actualización de los 3. Y las nuevas teorías sobre apego y trauma necesario incluir también ya
contenidos incluidos que el groso de las evaluaciones e intervenciones van un poco por ahí
y ampliación de los 4. Hay que incluir la reparación del daño. El manual no lo contempla
mismos, acorde con 5. Pide un manual que sirva realmente, práctico, no que sea algo que luego
las necesidades quede en el olvido, que se pueda dar utilidad en el día a día
actuales 6. Sobre todo debería ser mucho más práctico
7. Hay que poner una base legal actualizada
8. Plasmar una metodología actual (apego, trauma), integración modelos
sistémicos clásico a lo ue o a a zado a ati o…
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Disconformidad con
la utilización del
manual por terceros
o con motivos no
relacionados con el
objetivo principal
7.5. Deterioro del 1. Que no permita la creatividad
manual
Inseguridad sobre
que el proceso de
actualización del
manual vaya en
detrimento del
mismo
7.6. Resistencias de 1. Que puedan existir algunas resistencias
los profesionales 2. Resistencia al cambio por parte de los profesionales para adaptarse
Incertidumbre sobre
los propios
obstáculos que
pueden añadir los y
las profesionales
7.7. Sin efectos 1. No creen que estas modificaciones perjudicasen al programa
negativos 2. No ve ningún efecto negativo
Ausencia de
consecuencias
negativas en el
proceso de
modificación del
manual
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