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isis. icoana AVENMA DE MEXICO \VNIVER4DAD NACIONAL 2.1 Ps dol que usted nunca quis saber sabre el ptcoandiiis y intentos serios y rigurosos de transmitir y de acercarse alas pre- upaciones, dudas y cuestiones que el psicoanilisis despicrta en algu: s personas. Tampoco se debe caer en la utopia de que un lenguaje sencillo sal- de los malentendidos. Freud utilizé un lenguaje claro y riguroso, lo no impidié que se cergiversaran sus palabras y se adjudicaran sen- fos que él nunca pretendis. Pero los obstéculos, omisiones y equi- caciones también forman parte de la transmisién. Todo aquel que se interese por el psicoandlisis tiene que poder portar el no comprenderlo todo, no encontrar una respuesta inme ata a sus preguntas, tiene que esperar que vayan “cuajando” ciertos nceptos 0 teorias que irén abriendo entonces preguntas distintas en xo mismo y caern por su propio peso ciertassignificaciones nuevas, una forma de situarse psicoanaliticamente frente a un texto. Seria tizd la primera ensefianza que se puede extraer de una buena trans- isién: que depende de la posicién del que transmite pero también 1 que la recibe, porque querer comprender demasiado es, a menu- », dejar de lado lo mas fundamental. | Fontana, C. (2001). Todo lo que usted nunca quiso saber sobre | 25-46 el psicoanalisis. Espafia: Editorial Sintesis. = é Qué es el psicoandlisis? i | INTRODUCCION Paicoandlisises el nombre con el que Sigmund Freud el 30 de mar- 20 de 1896 bautiz6 a su nuevo procedimiento de “investigacin y cura- cién de los fenémenos psiquicos” tras la desilusion y la ruptura con otros métodos (hipnosis, sugestién, magnetismo...). El descubrimiento del inconsciente freudiano constituy6 un ele- mento clave para el estudio de los procesos psiquices y sus manifesta- ciones. Significé una ruptura epistemoldgica radical con la concepcién imperante de la psique, reducida, hasta ese momento, a sus mecanis- ‘mos conscientes y abrié una perspectiva completamente nueva de la concepcién del ser humano. Si bien, antes que él, otros autores ya hablaron de subconsciente y de inconsciente, fue Freud quien demostré el cardcter estructuran- te de éste, estableciéndolo como el nticleo que da origen a la vida psi- quica del ser humane y como aquello que nos diferencia de los ani- ales, Freud rechaz6 la palabra “subconsciente” porque se utilizaba como sinénimo de inconsciente, cuando subconsciente se refiere més bien a ideas y pensamientos que no logran acceder a la conciencia. El psicoandlisis abrié una nueva concepcién del ser humano y de su subjetividad distinta a la de la filosofia clésica que consideraba al individuo como sujeto de la conciencia, del conocimiento, de la maes- trfa, del control y de la voluntad. Por todo ello se puede hablar de un antes y de un después de Freud. A pattir de Freud el sujeto aparece como estructuralmente dividi- do, ya que una parte del funcionamiento psiquico esté regida por los procesos inconscientes que lo determinan aunque él no lo sepa. En ‘edo lo que usted nunca quiso saber sobre el psicoondsis los se encuentran las claves de la identidad y también del malestar. ty tn “saber inconsciente” del que el sujeto mismo esta separado. «cuerpo extrafio que lo habita y que constituye el nicleo de lo més tino es el reino de lo inconsciente. #1 psicoanalisis es también un edificio tedrico, construido a partir la escucha de los analizantes, un cuerpo de conocimientos elabora- + 4 partir de una préctica y puesto en cuestién desde ella. Se tacha al sis de no ser una ciencia, sin embargo Freud tuvo la valen- 1 laética, propias de la actitud del verdadero cientifico, de escuchar «que escapaba al saber ya conocido de la medicina, de dejarse sor- ciuler y cuestionar por aquello alo que ésta no tenia respuesta, a lo te patecia un sin sencido (actos fallidos, suet, ciertos sintomas...), «1 wea de desecharlo, le dio un espacio. Supo escuchar el sufrimien- tle las histéricas, esas grandes enfermas de principios de siglo, y su or dle investigador le permitié enfrentarse a los enigmas que se encon- tha, «leiindolos en suspenso y soportando la impotencia que repre- sutha no tener espuestas inmediatas desde la medicina. Se dejé ense- 1 por ecw mujeres sin cerrar con soluciones simplistas los interrogantes ie llis planteaban, cuestioné el saber médico ~el suyo por forma- in y aceptd el reto de sus propias contradicciones y de su propio scontocimiento, conformando asi un método riguroso de la investi- eld de la vida psfquica. Hl descubrimienco freudiano fue mal acogido (y sigue signdolo) in el establishment, es decir, los representantes oficiales y legitimos I Ilamaclo saber cientifico. Freud habfa sofiado con que el psicoa- Isis lleyase un dia a tener un lugar de gran prestigio al lado de las ta clencias, pero a la ver sabia que su descubrimiento era subver- ®y provacaria grandes resistencias. Elser humano “no quiere saber a" de lo reprimido. Como dijo el propio Freud a su discfpulo 1p 9 ol harco que le levaba a Nueva York, donde habia sido invi- Ged. der uns serie de conferencias en la Universidad y lo recibian fegran expectacidn: “No saben que les traigo la peste”, aludiendo A tevolucisn que implicaba tener en cuenta esta nueva dimensién Japan “Hiablaba de su descubrimiento como de la tercera gran mortifica- ly Infigida «x humanidad, tas el descubrimiento de Copérnico Copies Qué ese psinands: la Tierra dejé de ser el centro del universo~ y el de Darwin —Ia ascen- dencia zooldgica del hombre~, Esta es la tercera gran herida porque a partir de ese momento toda ilusién de unidad y control de uno mis- mo se viene abajo y “el yo ni siquiera es duefio de su propia casa’. Aparato psiquico Psiquismo viene del griego psuthé, es decir alma, soplo, lugar del pensamiento, de las emociones ¥ deseos, es lo que hoy dia se lama psi- quismo. Lo que Freud denominé aparato psiquico es un sistema organi- zado, una estructura regida por una serie de leyes y mecanismos espe- cificos, a partir del cual intenta investigar el funcionamiento psi- quico. El aparato psiquico no es sdlo un conjunto de nervios, neuronas y de impulsos nerviosos. El nticleo de lo psiquico (el incons- ciente) nace de una renuncia y en su origen esti la represién primor- dial de ciertos deseos incestuosos (la aspiracién a una satisfaccién sin limite) Freud para entender mejor el modo de funcionamiento psiquico de las personas y explicar su organizacién interna y su relacidn con el mundo exterior, recurrié a este modelo y diferencié en él tres instan- cias: Yo, Ello y Superyé. Fue una manera de representar lo irrepresen- table que, sin embargo, se manifiesca de distintas maneras en el con flicto psiquico, El yo no es una unidad arménica y auténoma sino en parte incons- ciente; es la instancia que intenta mediar entre las exigencias del super- ‘yd, que representa la interiorizacién de las prohibiciones parentales, y cl ello, que es el polo pulsional que busca la descarga y satisfaccién inmediata. Freud definié distincos mecanismos inconscientes que lidian el conflicto psiquico entre sistemas o instancias: la represi6n, la renega- ién, la forclusidn..., que vienen a explicar el distinto modo de fun- cionamiento y la estructura de las neurosis, petversiones y psicosis, Los sintomas neuréticos son fruto de las exigencias contratias 0 de sentimientos contradictorios inconscientes entre las distincas instan- 29 doo que usted nunca quis saber sobre a pscoondisis s. Por eso, para el psicoandliss, el contflicto es constitutivo del ser mano y no es algo patoldgico en si, mientras no aleance una inten- ad tal que dé lugar a sintomas. Freud partié del estudio de los fendmenos patolbgicos pero cons- 6 que los procesos en juego en éstos servian pata explicar muchos scet0s y actos de nuestra vida diaria. Esto no fue ficilmente admit tn barrera que diferencia lo normal de lo patoldgico se venia abajo iste aparato psiquico despegado del sustrato neuronal fue la mane- J1¢ ided para teptesentar lo irrepresentable de la complejidad de las sraciones mentales, Momus neurbticos lin efecto, el psicoandlisis descubrié que el ser humano puede gozat aqullo de lo que sufte, precisamente porque lo que en una ins- ucla puede producir satisfaccién, puede resultarinsatisfactorio para w. Fito resulta muy dificil de asumic y s6lo a través de un andlisis Unt eva persona enfrentar esta terrible paradoja, que es clave para ender por qué es tan dificil cambiar ciertas posiciones en la vida 0 le dle ciertassituaciones que van en contra de uno mismo. Pongamos un ejemplo muy delicado y que es de terrible actuali- 4, No xe cnitiende por qué ciertas mujeres, maltratadas durante afios, fiven una y otra veza su hogar con la pareja agresora. No bastan los tos cvondmicos ni socioculturales para explicarlo y por supues- gue 4a mujer le guste que le peguen, como se atreven algu- Ciertas parejas ponen en juego en la escena violenta un fomancxjuista que remite ala historia inconsciente de cada uno ‘$1 no se puede acceder a este meollo, en este caso que est en, de la violencia, la posicién de humillacién y victimismo se ‘unique Ho sea de manera voluncaria y consciente, se busca- BO valen le mucho ciertos espacios que se ofrecen a la mujer fla mejor voluntad del mundo, se la invita a hablar y hacer lturciones de agresién y vejacién que haya podido suftir de rellexisn y cuestionamiento. Al contrario, se puede ‘tt posicién subjetiva inconsciente de victima opto I: ;Qué esl picoondis? ‘A partir de la escucha de sus pacientes, Freud descubrié que los sintomas neurdticos son una solucién de compromiso entre las dis- tintas instancias psiquicas de una persona y también con la realidad exterior. No hay que desestimar el valor del sintoma como “un mal menor” que expresa, en su extraito lenguaje, un conflicto y encierta algo de la verdad del inconsciente de ese sujeto. En un psicoandliss se trata de descfrar ese lenguaje extraio, para liberar el goce que encie- rra ese sintoma y que ala vez causa suftimiento. El psicoanalisis no trata solamente sfntomas graves, también ayu- daa las personas a vivir mejor, a encontrar un sentido a la vida mas acorde con sus verdaderos deseos, a no traicionarse, a deshacerse de Giertas relaciones neuréticas o a salir de situaciones de sometimiénto por miedos por necesidad de reconocimiento. Cura por la palabra El set humano esté determinado por el lenguaje y al hablar algo se Te escapa de s{ mismo, ese yo que habla, piensa, dice (el yo cartesiano), cn realidad, no sabe lo que dice: hay una diferencia entre lo que le gus- tarfa decir y cree estar diciendo y lo que en realidad dice. Es lo que se entiende por sujeto dividido, como ya hemos dicho, y esta experiencia es lo que se va a poner en juego durante la cura psi- coanalltica. Por eso podrfamos también hablar de la cura como de la experiencia del inconsciente; si bien no se tiene acceso directo a él, sabemos de su funcionamiento a través de sus manifestaciones, lo que se llama formaciones inconscientes: suefios, actos fallidos, lapsus y sintomas neuréticos, por eso el lugar privilegiado que se les reserva en la cura. El inconsciente tiene su propia légica que no es la misma que la de los procesos conscientes, ni se rige por las mismas leyes, peto tiene una estructura de lenguaje, por eso precisamente la pala- bra cura, Esa légica y esas mismas leyes que Freud investigé son las que también rigen la cura analitica. El psicoandlisis es una cura mediante la palabra, en la que la pet- sona iré encontrando sus propias formas de decir y expresar su sufti- \a1 | ‘ado lo que usted nunca quio saber sobre e!picoaniis iento. Es alrededor de su discurso intencional, entre las palabras, snde se colard la diferencia entre lo que quiere y cree decir esa per- na, y lo que esté diciendo. Los s{ntomas neuréticos son una forma + expresin de un conflicto psiquico inconsciente y por lo tanto es cuchndolos, y no elimindndolos de entrada, la manera de localizar + trampas donde queds capturada la persona y por consecuencia ofre- la posibilidad de poder tansformarlos. ‘Como acabamos de decir, si bien es cierto que no se tiene acceso recto al objeto que trata, el inconsciente, eso no quiere decir que éste > exista. Lacan, en un ejemplo, comparé el inconsciente al electrén .ya naturaleza es estar siempre en movimiento. Cémo demostrar stonces su existencia? Si se le hace una foto, ya no estd en movimiento, ego no es un electrdn, y si se hace una pelicula hay movimiento pero sélo una pelicula... Asi lo inconsciente se caracteriza porque cuan- » parece que se lo capta por un lado, desaparece por otro. Se tiene snocimiento de él en sus manifestaciones. ‘ugar del psicoandliss Para Freud lo que caracteriza al psicoanilisis como ciencia no es la ateria de la que trata sino la técnica que emplea. En su articulo, "El terés del psicoanilisis’, dice que el psicoandlisis no forma parte de 5 ciencias dl espiricu, dirfamos hoy las ciencias humanas, sino de las incias de la naturaleza. Quiere subrayar con esto que el psicoanili- ¢s un método con un objetivo préctico, y no un sistema filosdtic. importance recordar estas palabras porque todavia hoy dia se con- de, en ocasiones, la forma particular que tiene el psicoanilisis de ordar los sintomas con un mero método de estudio de los procesos fquicos 0 de investigacién de la mente que no tendria en cuenta el frimiento de una persona y su resolucién. Freud situé la incervencidn de un psicoanalista en el campo de lo te llamé “la miseria neurética” (los sintomas), y es sdlo ahi donde toriza su accién, para después volver a dejar al ser humano en lo te llamé “la infelicidad de la vida cotidiana”. Freud nos dice que no do malestar es fruto de la neurosis y que el psicoandlisis no es una ‘apia de la felicidad sino de los sintomas neuréticos. Es importante CCoptulo I: Qué es el pricoandle? resaltar c6mo Freud delimitaba, de esta manera, el campo y la ética del hacer psicoanalitico, especialmente ahora cuando se presentan tera- pias de todo tipo que, a menudo, se oftecen como “un antidoto de la infelicidad”. En la sociedad actual circula una cierta filosofia de goce que empu- jal ser humano a creer que puede (y debe) colmarse y tenerlo codo. De esta manera, se le hace dificil soportar la més minima frustracién propia de la vida. Se tiende a anular esta brecha que para el psicoand- lisis consticuye el deseo, y con ello tapar la falla consticutiva del ser humano. Pero los sfntomas, testarudos, reaparecen para recordarnos que somos seres de deseo que, al hablar, perdimos para siempre la posi- bilidad de una satisfaccién total. En esta civilizacién donde se glorifica el éxito, existe un verdade- ro culto a la rapidez y ala eficacia y hace que muchas de las personas que consultan a un psicoanalista tengan la sensacién de no estar a la altura de lo que se espera de ellas. Hay una exigencia y competencia ‘muy fuerte en su entorno y llegan con esa misma urgencia al andlisis, buscando resultados répidos. Es evidente que llevard tiempo ciertas transformaciones en profundidad de una persona, pero hay que saber acoger esa urgencia. Esta cederé mis ficilmente de lo que uno se ima- gina en la medida en que haya una buena escucha por parte del ana- lista. A medida que habla el paciente, se van abriendo caminos y nue- vos enfoques que le van dando un lugar diferente, cierta perspectiva y Jeayudaran también a comprender que las soluciones répidas no exis- ten en estos casos, pero encontrard un alivio inmediato en poder expre- sar su malestar en el marco de un andlisis. El psicoandlisis apunta a que la persona devenga en un sujeto hici- do de su propia historia y responsable de sus elecciones, incluyendo sus sfntomas, Atafie alo més extrafio e {ntimo a la vez de una perso- na, al mistetio de sus origenes, a una version de su historia “menos ofi- cial”, a sus fantasias y ala forma singular en que cada uno se ha ido construyendo como un sujeto de deseo en relacién a los otros. 33 Todo fo que usted nunca quso saber sobre el pscoondss 2En qué consiste el psicoandlisis? Freud a parti de sus propios suetios y de su traba- jo con pacientes descubre el inconsciente y su fun- sidn determinante en los procesos psiquicos. Inventa un método tera- >éutico basado en la palabra -la asociacién libre~ como forma de nvestigacién de la mente y de alcanzar las manifestaciones del incons- jiente: esa parte desconocida de nosotros mismos, inaccesible a la conciencia Desde el sufrimiento, y lo inexplicable de ciertos sintomas, alli donde la medicina no tiene respuesta, Freud escuché, se interesé por © enigmatico de lo que parecia un sin sentido y asf fue teorizando las aipétesis y conclusiones de sus curas. El psicoanilisis es el tinico tra- amiento que tiene en cuenta los procesos inaccesibles a la concien- sia lo exencial de este mézodo no ha suftido modificacion hasta nues- ros dias a Es posible psicoanalizarse uno mismo? Psicoanalizarse uno mismo no es posible y no hay que confundir A psicoanilisis con la introspeccién, esa mirada interior, método que atilizamos muy a menudo ¢ incluso sin darnos cuenta El ser humano es humano porque habla y porque tiene incons- jente, a diferencia de los animales, lo que equivale,a decir que es 1n sujeto dividido, separado de una parte de s{ mismo a la que no Coptlo |: Qué et ol psicoaniss? tiene acceso, por eso hablamos de procesos conscientes ¢ incons- cientes. En tanto que seres humanos, hablamos para otros y en la rela- cién psicoanalitica ese Otro que escucha es el psicoanalista y, por- que él a su vez.ha pasado por la experiencia del inconsciente en su propio psicoandliss, riene una forma particular de escuchar que ser- Vird de soporte a todo el proceso, permitiendo a la persona en ané- lisis aprehender las manifestaciones del inconsciente, es decir: los lapsus, sueios, ciertos sintomas, actos fallidos, etc., donde estén las claves pdtiamos deci desu subjevdad yor tanto, de sus con lictos. {Deberia todo ef mundo analizarse para conocerse mejor? Ya hemos dicho que el psicoandlisis no es un mero ejercicio inte- lectual de introspeccién. Si alguien quiere conocerse mejor, hasta el punto de consultar con un psicoanalista, es porque seguramente, a par- tir de ese conocimiento, espera resolver algtin tipo de problema. Muchas veces se oye el comentario: “Me encantarfa analizarme, debe ser muy interesante, todos tendrfamos que hacerlo”. Normal- mente estas palabras responden a la curiosidad que despierta el psico- andlisis en general, porque todos captamos lo poco que sabemos de nosotros mismos y sospechamos que ciertos conflictos y situaciones ro deseados, que se repiten a lo largo de la vida, tienen que ver con algo que no entendemos de nosotros mismos. Pero es completamen- te distinto decidir psicoanalizase: ahi es cuando empiezan, general- mente, todas las dudas y resistencias. ‘También puede ocurrir que alguien acuda al psicoanalista dicien- do que desea conocerse mejor, o por puro interés intelectual, que no tiene problemas en particular, o como un trimite para set psi- coanalista. Al cabo de muy pocas entrevistas irén apareciende, si el psicoanalista sabe escucharlos, los verdaderos motivos que hicieron que esa persona pidiera una consulta y que incluso el mismo des- conoce. 7 35 Todo lo que usted munco quo saber sabre el psicaanélss {Todos los problemas que tenemos estén relacionados con la infancia? No todos los problemas se relacionan con la infancia, Hay pro- slemas que son “miserias de la vida cotidiana’, como dirfa Freud, y no sor ello enfermamos, ahi el psicoanalista no tiene nada que decit. {El »sicoandlisis no promete la felicidad! Pero la persona que somos en el presente, la que llega a una con- ulta con su malestar o con preguntas sobre si mismo, tiene toda una aistoria tras de sf, que empez6 incluso antes de haber nacido, ya en las antasias de su familia, por ejemplo. Todo esto nos condiciona, nos ha do haciendo lo que somos, seamos 0 no conscientes de ello. En ese entido la infancia esta siempre ahi y en ella esté el nticleo de donde yartimos como sujetos, en ella se va estructurando nuestra identidad, auestra relacién con el mundo y con los otros. Nuestra identidad es sn suma de distintas identificaciones, de entrecruces de deseos y los intomas, problemas, etcétera, que surgen més adelante en la vida de ana persona, son manifestaciones de conflictos que tienen su raiz en :sa época temprana de la vida gDe qué sexualidad habla el psicoandl La concepcién de Freud sobre la scxualidad provoeé un verdade- ‘0 escéndalo en la sociedad vienesa de aquel tiempo as{ como entre 1us propios colegas médicos. Separé la sexualidad de lo biolégico- inatémico, hablé de sexualidad infantil y la linea divisoria entre lo rormal y lo anormal, una vex més se desdibujaba. Freud descubrié que lo que dirige la sexualidad no es una pulsién genital madura sino tna serie de pubiones parciales en busca cada una de su propia satis- accién. Con esta concepcién también separa sexualidad de pro- ‘reaci6n. La sexualidad dentro de la teoria psicoanalitica ha ido despren- ligndose del significado que comtinmente tiene limitado a los 6rga- 1os sexuales, excitacin sexual, actividad instintiva, acto sexual, satis- accién genital, etc. En el caso de la sexualidad humana no se trata de Coit I: Qué ese psicoanalis? instintos como los animales, sino de pulsiones. Tampoco en el psico- anilisis se rata de "sexo" sino de psicosexualidad: conjunto de proce- sos psiquicos donde entran en conflicto diferentes deseos € intereses. La sexualidad para el psicoandlisis es la forma en que cada sujeto se sinda respecto al deseo a sexualidad poco tiene que ver con lo meramente instintivo porque, en el caso del nifo y la nifia, viene de entrada vehiculizada por el Otro. Las palabras de los pades, sus expectativas y deseos con respecto a ese nifio estén ahi incluso antes de que sea concebido y acompafiardn a todos los cuidados corporales y atenciones que el tecién nacido necesita para subsistir. La sexualidad humana se teje con esos dos hilos que son las palabras y lo orginico, as{ van credn- dose distintas zonas erdgenas en el cuerpo, que dependerdn de la his- toria inconsciente de cada uno. Por esta raa6n, nunca podré darse tuna satisfaccién exclusivamente instintiva, total como en el animal. Esto supone una diferencis radical que explica por qué en el ser huma- no siempre hay algo que nunca llega a satisfacerse por completo, por- que el cuetpo viene marcado por palabras, por lo que queda un res- ‘0 imposible de colmar que constituye lo que se llama “deseo”, que no ¢s ni instinto ni del orden de las necesidades, las cuales si se po- drian satisfacer. {Son todos los conflictos de la neurosis de origen sexual? Se puede contestar a esta pregunta pero teniendo en cuenta lo que se ha intentado aclarar en la cuestién anterior. Ciertas eriticas al psicoandlisis se basan en unas ideas bastante superficiales pero que resultan estratégicamente atractivas por espectaculares. Una de ellas intentaremos despejarla a partir de esta pregunta, ya que en oca- siones se define a los analistas como si fueran unos “obsesos de la sexualidad”. Freud encontré que en las asociaciones de sus pacientes aparecian conflictos de tipo sexual que se remontaban incluso a la infancia, con- tenidos que eran reprimidos, constatando el efecto terapéutico que 7 Todo fo que usted nunca qué sober sabre ol psicoandlsis as palabras tenfan con respecto alos sintomas. La bisqueda de satis- accién sexual inmediata de ciertas pulsiones encuentra unas fuerzas jue se oponen. La subjetividad del ser humano construido por dis- intas instancias (fue para Freud una forma de ilustrarlo) hace que lo ue en una de ellas puede proporcionar placer en otra sea displacer. ‘Isintoma nace de ese conflicto reprimido de fuer2as contradictorias La sexualidad, desde Freud, no tiene nada de “natural” ni “normal” tampoco el objeto porque no esté naturalmente predeterminado. Es perversa polimorfa” aunque Freud no lo usa en sentido peyorativo, ino para explicar que esté dominada por las distintas pulsiones (poli- norfa), y sus fines y objetos no son los genitales. El objeto sexual es ris bien como un “fetiche”, se podria decir: un color de ojos, un tipo le pie, un tono de voz, un cierto olor... €s lo que causa el deseo. Esto iene mucho que ver con la perplejidad que a veces experimentamos Uno entender qué es o qué nos atrae de una persona, La sexualidad esté presente desde que se nace y por supuesto tiene ana enorme importancia en la vida de cualquier persona Cuando algo falla a lo largo del desarrollo psfquico de una perso- tay no reprime las pulsiones sexuales hacia los padres (deseos incons- sientes incestuosos), es decir, no logra desexualizarlas y transformarlas sn ternura o carifio, se queda fijada a una relacién demasiado exclusi- ‘ao erotizada que tendré electos patoldgicos en su vida sexual ulterior 1 serd la causa de muchos de sus sintomas. Por eso las dificultades sexuales son frecuentes en los seres huma- 1os, no es nada an natural como se dice ya que esté en juego la sub- etividad, todo un proceso de identificaciones, prohibiciones, renun- sias y desprendimientos. Se supetan las represiones en un psicoandlisis? Coloquialmente se emplean a veces expresiones como “estar repri- nido”, “set un reprimido”, “liberarse dela represin”, que hacen refe- rencia a represiones exteriores que coartan. Pero también estén ciertos sintomas que provienen de conflictos internos del individuo, como por ejemplo: la inhibicién sexual, la impotencia, la tinhidez, los pro- eee, mg ge Copia I: Qué eset picoands? blemas de relacién, etc. Por supuesto, el proceso psicoanalitico tiene efectos terapéuticos sobre estos conflictos. Pero, a veces, se confunde con la idea de que uno de los objetivos del psicoandlisis es lograr decir todo lo que uno piensa de los demés sin barreras de ningtin tipo y hacer lo que se le pase por la cabeza. Esto no es en si un signo ni de salud mental, ni de libertad. Por otra parte, la represién primaria es un concepto psicoanalitico complejo. Con él Freud explicaba el funcionamiento del psiquismo hhumano, es el mecanismo que instituye la subjetividad del ser huma- no. Se puede decir que acceder a la condicién de humano, es decir, al campo de la palabra y del deseo implica la represidn de ciertos deseos prohibidos, no aceptados por la conciencia. La represidn es una ope- racién inconsciente de la cual el sujeto “nunca habré sabido nada”. Por qué se dice que la prohibicién del incesto es universal, cuando ésta no se produce en diversas culturas? La prohibicién del incesto es efecto de la resolucién del complejo de Eaipo y tiene que ver con lo que se decfa anteriormente. Poder hablar de subjetividad, es decir, de sujeto inconsciente, implica la imposibilidad de acceso a un cierto goce probibido y que es el que representaria “la relacién sexual con la madre”. La condicién de lo humano consiste en esa imposibilidad, vehiculizada por la funcién padre, un tercero que se atraviesa en la relacién dual madre-nifio 0 madte-nifia, posiblicando separar dos mundos: el del erotismo del de la ternura, El deseo de la madre tiene un més alld del hijo y es el padre, con lo cual no es toda para él. El nifio percibe una falta que seri el punto de arranque del desco. Ahora bien, cuando se habla de “madre” o de “padre”, se habla de funciones y no de personas concretas. Segin las diversas culturas esas funciones las ocupan unas personas u otras. Por ejemplo, el her- mano de la madre cumple esa funcién-padre en ciertas sociedades primitivas. En los Na de China, una sociedad que aparece sin padre ni masi- do, también existe esta prohibicidn. En su caso ésta es la ley: “Los que 39 Tado lo que usted nunco qu sober sobre picoandlis ‘omen en el mismo bol y en el mismo plato no deben acoplarse”. La >rohibicién recae en los que provienen del mismo antepasado fere- sino y la sexualidad est4 prohibida entre ellos. En su vocabulario no . -xiste el érmino incesto, pero sf estan previstas las sanciones a los que afringen la ley, que son considerados més cercanos al animal y se pien- 4 que sus hijos serdn anormales, que causarin desgracias, etcétera. Y is{se dan muchos otros ejemplos. Lo importante es la existencia de una ley simbélica que distribuye ugares y vela por las relaciones de parentesco, encarnada en diferen- 5 personas o instituciones segtin las dstintas culturas. El complejo de Edipo es estructurante y universal y representa el :onflicto inconsciente origen de la subjetividad, conflicto entte ley, deseo y prohibicién. Acceder a la humanidad es acceder a la palabra 1 al deseo, y conlleva un recorte, una pérdida de cierto goce absolu- 1, es deci, que esos deseos incestuosos serin reprimidos y ello mis- no es la estructura del psiquismo, 2Es posible que tan sélo hablando se pueda curar una persona? [No es que sélo hablando se cure una persona, para eso no se nece- ‘irarfa un psicoanalista, un buen amigo cumpliria perfectamente esa “uncién, Sin embargo, es cierto que la cura analitica es una Cura por ‘a palabra, pero no se trata de una charla habitual, ni de un intercam- vio reciproco en que se encuentra una satisfaccién por el hecho de rablar o escuchar, de comprender o sentirse comprendido, de identi- Jicarse muiuamente o desahogarse. Ese tipo de satisfaccién en la labor analitica resulta ser un obsticulo. Por eso el psicoanalista ro entrard sn esa satisfaccién, al contraro, intervendra. de forma que aparezca ese ‘festo” que jamds se logra satisfac y que se llama el deseo. En las pala- oras del analizante se localizarin las huellas que conformaron ese deseo, 1si como sus conflictos y sus impasses que son la causa de su sufti- nniento actual. En una sesién con una persona de lengua francesa, éta se queja Je que de nifia siempre sus padres la obligaban a ser “la proa’ (prow) CCopitulo I: Qué es el psicoanlsis? de su hermana, siempre abriéndole camino, enfrentando los mo- mentos dificles por ela, y habla del sufrimiento que esto le causa- ba. Sigue asociando y recuerda las distintas situaciones de su vida en que no puede hacer otra cosa que ir siempre delante, abriendo el camino a los dems, sin permitirse ningin fallo, haciendo de “pro” Sin embargo, en lugar de decir proue (proa), se equivoca y dice proie (presa). El analisca sefiala tan sélo el lapsus. En-este caso sitve de interpretacién. La analizante asocia inmediatamente “presa” con “ave de presa’. En ese momento descubre efectivamente el sentido de la repeticién de estas stuaciones: esa posicién de “proa” que tanto la hacla suftt, pero de la que no se podia desprender. El lapsus permite descubrir que ella era “presa” pero también “ave de presa”y, por tanto, el ensaftamiento con la hermana. Este es un ejemplo de cémo se trabaja en andlisis con la palabra, abriéndola a nuevos sentidos, donde aparecen aspectos desconocidos de uno mismo y que explican situaciones, actitudes hasta ese momen- to inexplicables, asi como el beneficio que pueden a veces proporcio- nar. Mas que comprender cosas de uno mismo, algunos de estos des- cubrimientos son los que van modificando la posicién de un sujeto y por tanto ciertas conductas. Por qué el psicoandlisis da tanta importancia a los suefi Desde siempre los suefios han despertado la cutiosidad de los hom- bres. Es como si se sospechara que contenfan “un saber especial”: ya fuera como fenémeno sobrenatural, campo de accién brujos y cha- manes, 0 premonitorios de algo que iba a ocurrir La psicologia y la medicina los redujo a simples imégenes frag- mentadas de la mente, fruto del desorden de la actividad del cerebro durante el suefio y sin ningtin valor especial, Freud es quien realmente descubre el papel especifico que cum- plen los sueiios, alos que consideraba “la via regia del inconsciente”. Los suefios tienen uri sentido. 41 Tade lo que usted nunco quo saber sobre el psicoandlns Deciamos que no existe acceso directo al inconsciente sino a tra- “és de sus manifestaciones, lo que se aman formaciones del incons- ‘ente: los suefios, los lapsus, los actos fallidos los sintomas. En el suefio, debido a que estamos dormidos y se relaja la censu- a, se ponen en escena ciertos anhelos reprimidos de una persona que 10 aparecen en la vigilia. Retorna lo reprimido en el suetio, que es la ealizacidn de un deseo reprimido que busca asi su satisfaccién, inclu- © en los sueos angustiosos. Por eso el psicoandliss les da un valor ‘special, porque abren la via alo que Freud llamé “la otra escena’, el noonsciente, yoftecen un acceso privilegiado a las marcas més parti- tulares de ese sofiante. Todos sofiamos, aunque a veces, por el trabajo Je la censura, no lo recordamos al despertar. :Cémo interpreta el psicoanilisis un suefio? Si bien existen simbolos universales por los cuales las cosas tienen ignificaciones colectivas que todo el mundo comparte, a nivel del sue- 4o lo que se pone en juego son los simbolos personales que determi- aan ese sujeto, aunque él ignore su valor. Por eso los psicoanalistas para lescifrar cl suefio piden asociaciones a la persona: es la forma particu- ary distnea que el psicoandlisis tiene de tratar los suefios en relacién ‘otras disciplinas. Freud descubrié el método dé interpretacién de los suefios, la 2s0- ‘iacién libre, y lo aplicé a los suyos propios. Esta actitud es un ejem- slo del compromiso subjetivo que caracterizé siempre a Freud duran- todo su recorrido de investigacién. El suefio es la escena donde se pueden localizar las coordenadas del Jeseo inconsciente que constituye a ese sofiante. Para el psicoandlisis'no vale dar una significacién general e impersonal a un suefio, o hacer una suerte de traduccién automatica: a tal imagen corresponde tal signifi- :ado. Un mismo suefio puede tener distintos sentidos seguin quién lo ‘uefie y el contexto en que se encuentre. El suefio es un enigma que debe ser descifrado, vendefa a ser como una fiase incompleca en la cual ‘a parte borrada deja una huella ya partir de ahi se pide al analizante las ssociaciones que permitirén que se reconstruya el rexto en su tatalidad. _Saampeneen cen att te st sn gee CCopulo I: Qué es el picoandisi? Por qué se repiten los suefios? No sélo los suefis se repiten. Cuando estamos en anlisis eambién escuchamos palabras que se repiten, o asociaciones que aparecen una y otra ver, El deseo inconsciente insste através de ls palabras y de ciertos suefigs, y orienta la conducta del sofiante. Cuando se da esa repeticion «3 como si algo estuviera ala espera de ser escuchado y transformado. Safouan lo explicaba de una forma muy clara y sencilla con un «jemplo. Un nifio sofaba con un terrible lobo que se paseaba delan- te de la puerta de su habiracién. Su madre dormia en la habitacién de enfrence. Era un suefio repetitivo, al borde de la pesadilla. En ese tiempo el padre del nifio habia estado ausente varios meses por mo- tivos de trabajo. Basté con que ese padre regresara a casa, y volviera al cuarto con la madre, para que las pesadillas desaparecieran. areceria entonces que el nifio ya no necesitaba sofiar ni crear un lobo que lo asustara y lo separara suficientemente de la madre, pues el padre con su presencia cumplia bien esa funcién, y el nifio se tran- quiliz6, ;Cada uno estaba en el lugar que le correspondia! A veces se resuelve asi una situacién, otras veces es en un andlisis donde uno loca- liza los deseos y Fantasias que desconoce. a Estdn también lds suefios que se llaman premonitores que a veces se repiten y que algunas personas atribuyen a un poder mégico o sobre- natural, Estos suefios encierran un deseo inconsciente desconocido pot el sujeto, y ese deseo va a condicionar la conducta de la personz hacia ese objetivo sin que sea consciente de ello. Cuando alcanza el objetivo, lo interpreta pensando que el suefio “sabia” y, en cierto sentido, sf sabia, pues el deseo inconsciente “sabe” ances de la persona, pero no es nada ‘mégico sino que forma parte de lo soxprendente del inconsciente. {rata el psicoandlisis de desculpabilizar a las personas que han suftido una educacién excesivamente represiva? En efecto, existen personas que han sufrido una educacién muy represiva, con efectos muy empobrecedores para su personalidad. El 4B ado lo que usted nunca quo saber sobre el psicoandis rdlisis les ayudard a poner en circulacién otra vez su deseo, desanu- ando ciertas inhibiciones y sintomas. Pero, tambien, los mismos sin- amas pueden darse en personas con una educacién liberal, pot lo que tipo de educacién no basta para explicatlo todo. El andisis también permice encontrar quello de uno mismo impli- ado en ese sintoma, descubriendo qué funcidn cumple para uno, qué sse0 “Satisface”, aunque no lo sospechemos siquiera, ese sometimiento ssoluto a un “Amo” cualquiera, que nos paraliza de esta forma. Por otra parte, hay una dimensién de la culpabilidad consticutiva el ser humano, ya que tiene que ver con el deseo inconsciente repri- tido que es siempre incestuoso, y de ahi la culpa. Este deseo apunta Jograr un goce absoluto a cualquier precio, que a la vex seria la muer- de la subjetividad, por lo que al mismo tiempo ponemos obstécu- Js para no alcanzarlo. A veces, el dificil equilibrio de esta paradoja umana bascula demasiado y es cuando aparecen los sintomas. Mien- as dl sintoma no sea causa de un sufrimiento grande no se suele con- sitar a un psicoanalista, porque existe una parte de uno mismo muy uceresada en el gace del sintoma. Por supuesto, esto es un proceso sconsciente del que la persona no sabe nada El psicoandlisis permitied desvelar el goce mortifero en juego y acontrar una forma de transformar ese sintoma en otra cova. Existe, a menudo, un malentendido respecto a la idea de que el rilisis quitaria toda culpa, y también toda la represion, lo que equi- ale a decir que haria de las personas unos “inocentes irresporsables” dui2d serfa mejor decir que el psicoandlisis transforma la culpa en res- onsabilidad. Qué es la neurosis? . La palabra viene de la psiquiatria del siglo x1X y designaba una stie de trastornos del humor, de la conducta y del pensamiento de rigen ineurolégico, Freud, al principio, a partir de la escucha de las istéricas rescata del ambito de la medicina a estos “extrafios tras- enos” que no obedecian a las eyes de la psiquiatsia clésica y ade- us cuestionaban su saber. Los denominard psiconeuross (histeria, Cop I: Qube el pscoonde? | 45 obsesién, fobias) y neurosis actuales, stas efecto de un traumatismo violento, La idea central en juego en este tipo de afecciones, que no son de origen orgénico pero que si pueden manifestarse en el cuerpo y con- fundirse entonces con otto tipo de trastornos, es la nocién de conflicco inconsciente: es la lucha incesante de los deseos reprimi- dos y 2 la ver de las representaciones que censuran esos mismos descos. La represin no es nunca totalmente exitosa y retorna lo reprimido, el conflicto psiquico, bajo la forma de sintomas. Por eso deciamos que en cierto modo “ser normal” es ser neurdtico, nuestro psiquis- ‘mo nace al renunciar a ciertos impulsos primitivos, no existe la salud psiquica sin tensiones ni contflictos. Es decir, los elementos conflic- tivos que dan lugar a una neurosis estin presentes en el psiquismo de cualquier persona. Sin embargo, al hablar de neurosis propiamente dicha ya estaria- ‘mos en el campo de la patologia que impone un gran suftimiento a la persona. Llega un momento en que todas estas tensiones const: ‘men mucha energia, por eso a menudo aparece esa sensacién de ago- tamiento, cansancio, falta de motivacién, de una gran inhibicién, que son propias de la neurosis, El neurético estd cautivo internamente por su conflicto inconsciente. El psicoandlisis, como indica el senti- do original dela palabra, significa des-anudar, devolver fluidez a aque- Ilo que estaba fijado y petrificado. ;Por qué los psicoanalistas interpretan cualquier minima é iq! equivocacién o detalle sin importancia? sos detalles aparentemente tan nimios, donde encontramos los lapsus, los actos fallidos, por ejemplo, son un material muy privile- giado para el psicoanilisis, Esos “supuestos” malentendidos son pre- Glosos cortocifcuitos por donde asoma algo del inconsciente ¥ desvelan esa otra dimensién de la persona: Ia dimensién incons- cienge que no controlamos. No son fruto del azar o de un simple error sino que tienen un sentido, aparece deformado lo que habla sido reprimido, ‘bdo lo que usted nunca quo saber sabre el psicoandlss Por eso nos resultan molestos, o répidamente insstimos en que no serfamos decir eso, Es como si nos dejaran al descubierto, y nos con- ontan a esa dimension que escapa a nuestro control. Nuestras pro- as palabras nos traicionan, tienen efectos por s{ mismas mds allé de {que uno se da cuenta, tanto en la persona que las pronuncia como 1 aquella que las escucha. Precisamente esto es lo que permite que la ulabra cure, transformando los sintomas. Braunstein, N. (1986). Psiquiatria, teoria del sujeto, psicoandlisis: hacia Lacan. México: Siglo XX! Editores. ' empiristas de la concien: 4, SUJETO DE LA CONCIENCIA, SUJETO DEL DISCURSO, SUJETO* Es el ser social el que determina la concien- cia y no la conciencia la que determina el ser social. KARL MARX Mi exposicién es el resultado de la interpenetra- cién ‘de conceptos que provienén principalmente de dos fuentes. Por una parte, recurriré a las posiciones teéricas que he desarrollado con algu- nos colaboradores en Psicologia: ideologia y cien- cia, publicada hace ya tres afios.’ Por otra, recu- rriré a los que puedo aportar a aquellas tesis gracias al reciente desarrollo de! materialismo his- téricd, la lingiiistica y el psicoanilisis, hicidamente. ubicados y abordados en el fecundo texto de Mi- chel Pécheuk, Les vérites de La Palice [Las ver- dades de Perogrullo]. En Psicologia: ideologia y ciencia dectamos que la conciencia, como versién laica del alma (psique), fue el primer objeto de estudio de la psicologia y le fijabamos una fecha arbitraria de nacimiento, a partir del “pienso, luego existo” cartesiano. Sefia- labamos la variedad y la ambigiiedad de las defi- niciones propuestas para este objeto y la referencia final a una experiencia mas o menos inasible, mas © menos :inefable, que cada quien tiene de si mis- mo y de lo que le rodea, y que cada uno supone con caracteristicas similares en su projimo. Mos- trabamos la oposicién tradicional entre las tesis ia, que avalan su estudio + Este trabajo fue lefdo en un simposio sobre “La con- ciencia” organizado por la Asociacién Mexicana de Epistemologia en el Instituto Nacional de Neurologia, en febrero de 1978. Posteriormente fue publicado en un voluthen titulado La conciencia: el problema mente-ce- rebro, México, Editorial Trillas, 1979, pp. 227-234. 0 i HACIA UNA TEORIA DEL ETO de “laboratorio” por el método de la introspecci apto para alcanzar los “contenidos” de la is cen ia y las “‘funciones de la mente”, y las posiciones Intuicionistas-idealistab, que acentian el cardcter la concieneia, su condicién de “acto” a través del cual el sujeto fiesta en'y a través del cual el sujeto se manifiesta en y se : ndo. Tal vez no destacdbamos con sufi iente claridad y desde un’ principi was: dos nte lesde un’ principio que est jerry cate rnc rae der gfgncia como acto, colnciden en lo fundamental: la irmac que al menos el eje el neces del sujeto, sino toda, pasa por ia.| Coincidencia que deslumbr se oye, lo que no se hal dicho: conciarcia y ° jue esta, ienci: es sempre conciencia de un shfeto producido his: Yoricamente ‘en el seno de una formacion sécial dada y en una clerta coyuntura historica, ideol6- ica, politica y econsmicosocial, y que la concien. ia (0 mejor dicho, para no sustancializarla, los fendmenos. conscientes) no podria set abordada al marge -Pendientemente del proc titucién de’ ese. sujetas d Pee fenomence conscientes forman ere ee eee luestra exposicién continuaba c i ” on el anal el descentramiento de Ja nocién de coitciencia, que : con la publicacién de La i pretacion de los suefios. Y into, desde el punto de vista teSrico, nuestro sicloncg a tedrico, nuestro si ha caracterizado por el cuestionamicnto’ code ves més! radical de la nocién' de conciencia, sxtron ,enfren- fando ese par de opuestos solidarios que Som el empirismo y el trascendentalismo de la conciencla su eterno: i {goguemos por 10: descanso en la historia En la actualidad, Ia concienci E dad, la conciencia ha dejado dé ableto de Ia psteologia pero; es que la Psicologia i 10?) 'y, lejos de estar en el centro d Vida psiquica, ‘Iejos de ser el punto de artida Para explicar a: través de lla Ja vida del! sujeto ‘pienso, luego existo”) ‘es; por el contrarid, un efecto. La conciencia'es, entonces, algo que a paf-: . . de la existencia ‘del sujeto como, integrado en SUJETO DE LA CONCIENCIA n una formacién sociohistérica, puede Hegar a. en- tenderse en su proceso de determinacién, tanto si se le considera desde la perspectiva empirista de la psicologia tradicional, desde la perspectiva tras- cendentalista de la fenomenologia.o desde la pers- pectiva reduccionista del emergentismo fi ZO es que hay todavia quien necesita que se le Tecuerde que “es el ser social el que determina la conciencia” y no al revés? Por cierto, la tan trafda y llevada frase de Marx que he elegido como epigrafe, tah apropiada para esta circunstancia, no significa que esa conciencia @eterminada por él ser social surja de la nada, La actividad biolégica de las estructuras nerviosas su- periores, sobta decirlo, constituye el imprescindi- le soporte para que pueda haber fenémenos cons- cientes. Pero si es necesario decir que todo el saber que pueda alcanzarse sobre el funcionamien- to nervioso, con todo lo util y con todo lo necesa- rio que es ese saber en el campo de la biologia, no hace y no puede hacer avanzar el conocimiento de la determinacién de la conciencia. Puede res- ponder a la pregunta del cémo se producen estos fenomenos y cémo pueden ser modificados, es de- cir de los presupuestos de la actividad y del mo- vimiento de las representaciones. Pero nada puede decir sobre la motivacién y la organizacién de tales representaciones. Puesto que la.coyuntura de este simposio parece exigirlo,-me permitiré una analogia mecénica: entre el cerebro y las representaciones del sujeto expre- sadas como discurso existe la misma relacion que vhay entre la cdmara cinematogréfica y la pelicula filmada, ¢Querria alguien entender la produccién de.una pelicula a partir del estudio de la camara empleada y de su actividad? Arriesgaria una luxa- cidn’ de los hemisferios pensando si la camara produce 1a pelicula, si el proyector produce los movimientos de la camara, si se puede reducir la comprensién de la pelicula al funcionamiento. de ja camara, si la pelicula emerge de la cdmara, si hay un paralelismo entre cémara y pelicula, si la R : HACIA UNA TEORIA DEL. ee un cpifendmeno de la cémara.o si es a ‘su funcionamiento, 0 bien, 1 comprenderse monistici ome une, ans amente como: un: IF © dualisticamiente cor stintag, te . is ma dos cos disti 8 cistcarin Fn sas distintas, ete. ¥ archivada. Escuchnd. sador minimamente ed ' advert ialécti materialista se da cuenta deique Perea decane y de escamotear la histori: Partidarios de la cam; rt ara y los partidarios Loa i Jos fans del cuerpo y los fans a 2 fans de la sintesis cy ic aloune ee Aeireet ‘uerpo-mente, tiende ; izar el hecho de que, dej ae lado el que sin cémiara no hay pelle Gia historia, eh pe 8 fengimenos conscientes, “es 7g cin social, PrOCeS®, QUE tiene lugar en una forme l, ¢ determina. 7 Ja pelicula due determina que sea ésa y no ote ejecutados por las instituciones, por los aparatoy ideol6gicos del estado, siendo los fundamentales en el, modo capitalista de ‘produccién ta familia, la educacién, ta religion y los medios de difusion de Hemos legado asf al sujeto ideolégico ubicado han: de ser trascendidos por SUJETO' DE LA CONCIENCIA B. en su lugar correspondiente y mAs o menos adap- tado a él. Este sujeto ideol6gico se expresa a través de una cantidad prdcticamente infinita de propo- siciones, puestas gramaticalmente en primera per- sona, tanto del singular como del plural, que expresan Ja rélacién imaginaria que él’ mantiene con sus condiciones reales de existencia. A este conjunto de’ afirmaciones. subjetivas lo designdba- mos con el nombre de ideologia de sujeto, me- diante la cual se expresa la identificacién 0, en su. cas, la contraidentificacién del sujeto con el lugar a él asignado en la estructura sociohistérica. ‘Voy a permitirme en este momento una breve digresin. La falacia mayor del conductismo con- siste en postular'a la conducta como resultado de una’ interaccién organismo-medio, que se ex- presaria constantemente a través del par estimulo- Tespuesta, La evidencia de ambos pares se presenta como’ indiscutible, pero lo que se deja de lado, el verdadero secreto de este par organismo-medio, es que dicho organismo, cuando del hombre se trata, es un ser histérico producido no por un “medio” natural sino por cierta organizacién social huma- ha, Tal organizacién social es estructurante de los sujetos humanos y de sus comportamientos) Por tanto, la evidencia del par organismo-medio es el ocultamiento del proceso a través del cual se rea- lizan los procesos sociales. La relacién exterior-in- terior no es, como se plantea siempre, una relacién de oposicién sino una relacién de continuidad, segin el modelo de la cinta de Moebius. Es la Sociedad ‘con su determinacién en ultima instancia por lo econémico la que acta a través de las con- ductas (y de los fenémenos conscientes) del sujeto que ella misma ha producido. Esta digresién es pertinente ya que asi sucede también con el discurso en primera persona, tanto del singular como del plural. La ideologia de. la conciencia y también Ja ideologia fundada en la linglifstica suponen que el sdjeto es fuente y origen del discurso, que el yo es auténomo y que puede expresarse recurriendo a la infinita variabilidad 76 HACIA UNA TEORIA DEL sUJETO morfolégica, fonolégica, sintactica y semantica dfie el sistema de la lengua pone a su disposicién. Aquf, en el par sujeto hablante-sistema lingiifstico,, sé Produce el mismo ‘efecto ideolégico que en el ‘par organismo-medio. Al no cuestionarse la categoria de sujeto y el proceso de constitucién del sujeto, esas oposiciones ocultan el hecho de que el su. Jeto hablante est4 limitado en su decir por lo no dicho"y por lo no decible de su insercién en la sociedad humana en general y en esa formacién social en particular. Extremando un poco més las cosas, pero sin incurrir ‘en una inexactitud, afir. marfa! que él no habla sino que “es hablado” por el lugar de sujeto idedlégico que ha venido a ocupar,, Y, sin embargo, desde una perspectiva conductista 0 fisiolégica, habla. Pero habla .consi- derandose autor de su discurso, desde una posicién imaginaria, desde un punto de referencia al que aludfa el maestro Xirau; “Ese-que esté ahi, en- frente mio, y que hace 1p’ rismo que yo pefo al revés' que’ yo, soy yo.” Habla desde esa imagen especular donde se teconoce a si mismo y donde espera ser reconocido por el otro humano asi como fue reconocido en los’ primeros meses de su vida en el momento de, alcanzar la integracin de las sensaciones cinestésicas de'su cuerpo fragmentado, de la imagen que el espejo le devuelve, de la com, firmacién que le da quien:lo sostiene y del nombre propio que le han puesto'de una ver y para siem: pre en el momento en ‘que nacié. Asuncién de una imagen humana integrada en el espejo.que se vacia sobre el molde preexistente de la imagen hu- mana unificada, del otro. (Gestalt. pregnante que permite identificarse como un yo ante un tti, que lo Teconoce como. fi para ese yo, que lo confirma Y que Jo consagra en esa; imagen del espejo donde uno no est4 nies. En sfntesis, que toda proposicién referida a un fenémeno’ consciente incluyé un elemento que se Presenta como evidencia, como fuente de toda. evi- dencia, que es el elemento yo en el-cual el sujeto ‘Se reconoce -a si mismo desconociendo su ‘aliena-- ' t | | rf } | | | SUJETO DE LA ‘CONCIENCIA 7 cién, originaria. Este término yo, eje, ya oe le la cartes y siempre después en la psicologia de la conciencia, opera como un “preconstructo” (utili- zando la expresién de Paul Henry), como una evidertcia lingiiistica ‘sancionada . por el uso que implica la irrupcién de otro discurso, del discurso del Otro, en el discurso imaginariamente asumido por el sujeto como propio. Y desde ese punto privilegiado se liga con el resto de las representa- Ciones preconscientes a disposicién del sujeto. Esto es lo que caracteriza’a los fenémenos cons- cientes humanos. Sélo él hymano es un yo de dis- curso que puede acceder a la reversibilidad con un tt, plantedéndose ambos como eventualmente excluidos con relacién a un él. Volviendo a la frase tan usada en’ este simposio para dirigirse a la conciencia, “tengo un dolor”, frase que se analiza siempre obviando la referencia al término yo, como si se tratase de, una mera experiencia de dolor, tal como puede padecerla un animal y olvidando que ese dolor expresado puede ser presagio de una grave enfermedad que se teme, como respuesta a la ingratitud del amigo o como modo de man- tener a distancia a un invitado ‘indeseable pero gue, en: todo caso, es incomprensible sin la refe- Tencia al yo que asi se expresa y al conjunto de sus circunstancias sociales. . ‘Abundando en este aspecto, el sifjeto que se re~ conoce en el espejo y que se reconoce a s{ mismo en el reconocimiento del otro humano es un su- jeto que, como dice Pécheux, ha sido objeto de discurso ajeno y destinatario de ese discurso antes de que él pudiese, por su cuenta, hablar. Cuando el sujeto llega a hablar lo hace ya desde una identificacién (libidinal y jurfdica) alcanzada con in cierto lugar de sujeto y con un cierto signifi- cante, su nombre propio, que le fueron impuestos por la estructura familiar (y social) en la que él, queriéndolo 0 no (y la pregunta por la “voluntad’ esta aqui fuera de lugar), habr4 de incluirse y sin saberlo, sin poderlo perisar, sin poderlo decir! Es este no decible sobre s{ mismo lo que constituira 8 HACIA UNA TEORIA Dus. SUJETO el niicleo de la represién originaria que tan dificil de asir resulta para todo el que se acerca a la me- | tapsicologia psicoanalitica. Esto remite a la cues tién dé que el sujeto, antes de ser sujeto del deseo, €s y est sujetado en el deseg del otro que habré de Teconocerlo en su subjetividad. Y que, arribado a la condicién de deseante, su deseo no puede dejar de pasar por el deseo: del otro. Se plantea aqui la cuestién del ‘sujeto en ‘sentido psicoanalitic, del sujeto radicalmente enajenado del objeto -we-su deseo, del sujeto tachado por el significante, que no es el tema de la presente disertacin y que, en consecuencia, suspendo en el momento mismo de enunciarla, ‘ No puedo extenderme como quisiera, en’ torno a Ja tesis de la_constitucién del individuo como su- jeto por la ideologia a través de los aparatos ideo- Y6gicos del estado y de Ja configuracién de éstos por la lucha de clases, as{ como de las condiciones para su transformacién. S{ quiero hacer notar que la coyuntura ideolégica en un cierto espacio y tiempo histéricos determina un campo, enmarca lo | que puede ser pensado y lo que puede ser dicho Por cada sujeto hablanté dentro de esa coyuntura espaciotemporal, atendiendo a su posicién, esto es al lugar de sujeto ideolégico que ocupa. Y que el | sujeto, con la correspondiente ilusién de yo auté- nomo y autor de su discurso, nada sabe de estos Imites que se extienden; dicho de modo esquemé- tico, por’ fuera, ocupando;el territorio de Jo que la i ideologfa encubre y de lo que la ciencia ain no ha producido, y por dentro, lenando todo el cam- po de lo inconsciente| sometido por él Yo (en sen-, tido psicoanalitico) a la represién. Se produce asf este efecto de Ia forma-sujeto que aparece como eje vertebrador de todos los dis- cursos autorizados ‘por la ideologia y que se pre. sentan como transparentes, como portadores en si de su propio sentido, como’ ventanas abiertas por Jas palabras sobre las cosas. La utilizacién de una lengua comin, supuesto instrumento de la comuni- cacién, consagra esos efectos cotidianos del reco. 9 SUJBTO:DE LA CONCIENCIA i objetos y de las situaciones con nocimiente oto de su proceso de constitucion, El sescOmexpresa como fuente del discurso, ignorante Ske determinaciones discursivas. Lo” indecible ceouSrcinga el marco, de referencia en el que Puede ublearse lo dicho. Y el yo nada sabe de <6 sédan dos problemas que por razones de espa cio no podré desarrollar: s esta ilusién de autonomia 11 come se Pre fundamento y cul es el lugar oer hibertad” en este planteamiento de las deter- minaciones discursivas? 2} ¢Cémo puede Negara Jo decible est ya enmarcado po ria reformular la'segunda pregunta en es- te Us rlasriinaee tr) papel tienen las rupturas epis- remologicas, la producci6n de nuevas verdades, en Ie transformnacion de las subjetividades humanas? De nuevo, esta pregunta no puedo responderla yhora, pero tal vez podagnos’ empezar a pensar entre todos a-partir de una sentencia os Lacan, i ‘como ep! ve duién respeeto de la frase de Marx que tomé “como epigrafe. nueva verdad, no es posible Eentbatarse eon darle su lugar, pues de lo que se trata es'de tomar nuestro lugar en ella decirse algo “nuevo” si yr lo indecible? 4 2 Jacques Lacan, Ecrits, cit., p. 521 [Escritos I, cit, p. 206). : de revelar el origen velado del sufrimiento del que habla. La voluntad de saber, tan tenaz en Freud, conjugada con esa humildad excepeional de com- prometer su yo para conseguirlo, es lo que admiro tanto y de lo que jamés podré dar cuenta plena- mente con palabras y conceptos. El genio freudia- no, como todo genio, no se explica ni se transmite y, sin embargo, esta coneretamente presente en todos los practicantes que se abren ala escucha de sus pacientes. El genio freudiano es el salto que todo analista esta llamado a realizar dentro de si cada vez que presta su yo para escuchar verdade- ramente a su analizante 18 “Nasio, J (1996). El Placer de leer a Freud, Argentina: Gedisa 19-53 Esquema de la légica del funcionamiento psiquico Freud nos ha dejado una obra inmensa —fue, como sabemos, un trabajador infatigable— y toda su doctrina esta marcada por su deseo de descu- brir el origen del suftimiento del otro sirviéndose de su propio yo. Indudablemente, toda la obra freudiana es, en este aspecto, una inmensa res- puesta, una respuesta inacabada a la pregunta: {qué cosa nos anima? ;Cudlesla causa de nuestros actos? ,Cémo funciona nuestra vida psiquica? Quisiera justamente hacerlesentenderloesen- cial del funcionamiento mental segiin lo encara el psicoandlisis y tal como se confirmaen la realidad concreta de una cura. La concepcidn freudiana de la vida mental puede formalizarse, en efecto, en un esquema elemental que concebi durante mis sucesivas lecturas de los escritos de Freud. A medida que intenté acercarme més al niicleo de la 19 teoria, la vi transfigurarse. Primeramente, se re- dujo la complejidad. Luego, las diferentes partes se imbricaron unas en otras para ordenarse final- mente en un sencillo mapa de sus relaciones. Si consigo hacerles comprender ese esquema, habré cumplido plenamente mi objetivo de introducirlos a la obra de Freud, pues ese esquema resume en una sintesis asombrosa la ldgica implicita de los textos freudianos en su conjunto. Desde el Pro: yecto de wna psicologia para neurélogos, publicado en 1895, hasta su tiltima obra, Esquema de psico- andlisis, escrita en 1938, Freud no cesa de repro- ducir esponténeamente, a menudo sin saberlo, en un cuasi automatismo del pensamiento, el mismo esquema de base expresado segtin diversas va- riantes. Precisamente, lo que procuraré exponer- les ahora es ese esquema légico esencial. Pediré al lector que, una vez cerrado este pe- quetio libro, se someta a la experiencia siguiente tomaralazarun escrito de Freud yleerloteniendo presente nuestro esquema. Sabra entonces si su comprensién del texto le resulté mas limpida y ‘menos laboriosa. Quisiera que leer a Freud sea un placer, el placer de pensar y de comprender nues- tro funcionamiento psiquico. Procederemos en la siguiente forma: comenza- 6 por construir con ustedes ese esquema elemen. tal, y lo iré modificando gradualmente a medida 20 que desarrollemos los temas principales que son el Inconsciente, la Represién, la Sexualidad, el Complejo de Edipo, las tres instancias psiquicas que son el Yo, el Ello y el Superyé, el concepto de Identificacién y, por iltimo, la Transferencia en la cura analitica. Vayamos a nuestro esquema de base. {En qué consiste? Antes de responder, debo recordarles que nuestra construccién es la version corregida de un modelo conceptual ya eldsico utilizado por la neurofisiologia del siglo x1x para explicar la cireu- lacién del flujo nervioso, y al que se bautizé con el nombre de arco reflejo. Aclaro sin tardanza que el modelo del arco reflejo contintia siendo un pa- radigma fundamental de la neurologia moderna. Elesquema neurol6gico del arco reflejo es muy simple y bien conocido (figura 1). Tiene dos extre- mos: el de la izquierda, polo sensitivo, donde el sujeto percibe la excitacién, es decir la inyeccién de una cantidad “x” de energia, cuando recibe, por ejemplo, un ligero golpe de martillo para reflejos en la rodilla, Bl de la derecha, polo motor, donde [el sujeto libera la energia recibida mediante una respuesta inmediata del cuerpo. En nuestro ejem- plo, la pierna reacciona inmediatamente con un aL movimiento reflejo de extensién, Entre ambos extremos se instala asi una tensién que aparece con la excitacién y desaparece con la descarga motriz. El principio que regula este trayecto en forma de arco resulta, pues, muy claro: recibir la energia, transformarla en accién y, el4n conse- cuencia, disminuir la tensién del circuito. 22. ‘Trayecto del arco Q Respuesta motriz descarga Excitacion Polo motor Polo sensitivo if a “| i Sreemes que [el principio de placer] ex provocado en eada oportunidad por una tension displacentera, ‘y que toma una direccién tal que su resultado final coincide con una disminucion de esta tensidn, es decir con un evitamiento de displacer 0 con una preduccién de placer. S. Freud Apliquemos ahora este mismo esquema reflejo al funcionamiento del psiquismo. El movimiento general del psiquismo tiende a obedecer a este principio orientado a la descarga total de la ten- sién, pero no lo logra. Pues, en la vida psfquica, la tensién nose agota jams. Mientras vivimos, esta- mos constantemente bajo tensién. Este principio de disminucién de la tensién que debemosconside- rar més bien como una tendencia y nunca como una realizacién efectiva, lleva en psicoanlisis el nombre de Principio de displacer-placer. {Por qué Namarlo asi, “displacer-placer”? ZY por qué afir- mar que el psiquismo esta siempre bajo tensién? Para responder, volvamos a los dos extremos del arco reflejo, pero esta vez imaginando que se trata de dos polos del propio aparato psiquico, que se encuentra inmerso en la realidad exterior. La frontera del aparato separa, pues un adentro de un afuera que lo contiene. 25 Observemos ahora la figura 2. En el polo iz- quierdo, extremo sensitivo, encontramos dos ca- racteristicas propias del psiquismo: @) La excitacion es siempre de origen interno y Jamas externo. Se trate de una excitacién proce- dente de una fuente externa, como por ejemplo el shock experimentado al presenciar un violento accidente automovilistico, ose trate de una excita- cién procedente de una fuente orgénica, como el hambre, la excitacién es siempre interna al psi- quismo pues tanto el shock externo como la nece- sidad interna crean una impronta psiquica com- parable a un sello impreso en la cera. De hecho, la fuente de la excitacién endogena situada en el polo sensitivo del aparato psiquico es una impronta, una idea, una imagen 0, para emplear un término més adecuado: un representante ideativo cargado de energia, llamado también representante de las pulsiones. Aclaremos que en lo sucesivo hemos de utilizar indistintamente las palabras “represen- tante" y “representacién”, b) Segunda caracteristica. Este representante, cargado una primera vez, tiene la particularidad de continuar permanentemente excitado y de fun- cionar como una bateria que bulle sin ninguna interrupcién, con la consecuencia de que el apara- to psiquico permanece constantemente excitado, Es imposible, pues, suprimir por completo una tensién que se realimenta sin pausa. 26 Ahora bien, semejante excitacién ininterrum- pida mantiene en el aparato un nivel elevado de tensién que el sujeto vive dolorosamente como una incitacién apremiante a la descarga. Esa tensién penosa que el aparato psfquico trata en vano de descargar, sin conseguirlo nunca verdaderamen- te, es lo que Freud denomina displacer. Tenemos asi un estado de displacer efectivo e inevitable y, en el punto opuesto, un estado hipotético de pla- cer absoluto que se podria obtener si el aparato lograra descargar inmediatamente toda la ener- gia y eliminar la tensién, Establezcamos bien el seritidode cada unodeestosdos términos: displacer significa mantenimiento 0 aumento de la tensi6n, y placer, supresién de la tensién. Senalemos, no “obstante, que el estado de tensién displacentero y penoso es la vida misma, la llama vital de nuestra actividad mental; displacer y tensién son para siempre sinénimos de vida. En el psiquismo, pues, la tensién no desapa- rece nunca por completo, férmula que puede tra- ducirse por: en el psiquismo, el placer absoluto no seobtiene nunca porque la descarga absolutanose realiza jamds. Ahora bien, gpor qué la descarga total no se aleanza jams y la tensién es siempre urgente? Por tres razones. Ustedes conocen ya la primera: la fuente psiquica de la excitacién es inagotable hasta tal extremo que la tensién se reactiva perpetuamente. La segunda razén con- a7 28 jeado al funcionamiento del psiquismo Figura 2 Esquema del arco reflejo apli cierne al polo derecho de nuestro esquema. El psiquismo no puede operar como el sistema ner- vioso, y resolver la excitacién por una respuesta motriz inmediata capaz de evacuar la tensién. No, el psiquismo no puede responder a la excitacién més que por una metéfora de la accién, una ima- gen, un pensamiento o una palabra que represen- tan a la accién y no por la accién conereta que habria permitido la descarga total de la energia Enel psiquismo, toda respuestaes inevitablemen- te metaférica, y la descarga inevitablemente par- cial. Asi como hemos situado en el poloizquierdo al representante psiquico de la pulsién (excitacién pulsional continua), situamos en el polo derecho al representante psiquico de una accién. El aparato psiquico permanece sometido, por lo tanto, a una tensién irreductible: en la puerta de entrada el flujo de excitaciones es constante y excesivo; a la salida, no hay sino un simulacro de respuesta, una respuesta virtual que implica una descarga par- cial. La energia psiquica es masiva a la entrada y apenas se destila a la salida Pero existe atin una tercera razén, la més importante y la més interesante para nosotros, que explica por qué el psiquismo esta siempre bajo tensién: la intervencién de un factor decisivo que Freud denomina represién. Antes de explicar lo que es la represién necesito aclarar que entre el 29 representante-excitacién (polo izquierdo) y el re- presentante-accién (polo derecho), seextiendeuna red de otros multiples representantes queentrete- jen la trama de nuestro aparato psiquico. La energia que afluye y circula de izquierda a dere- cha, de la excitacién a la descarga, atraviesa nece- sariamente esta red intermedia, Sin embargo, la energia no circula dela misma manera entre todos los representantes de la red (figura 2). Si figuramos la represién como una barra ver- tical que divide nuestro esquema en dos partes, la red intermedia se escinde en la siguiente forma: ciertos representantes que reunimos en un grupo mayoritario situado a la izquierda de la barra, estan muy cargados deenergia y se conectan de tal manera que constituyen el camino més corto y rapido para lograr la descarga. A veces se organi- zanalamanerade un racimoy hacen confluir toda la energia en un solo representante (condensa- cin); otras veces se enlazan uno con otro en fila india para dejar que la energia fluya més fécil- mente (desplazamiento).! Algunos otros representantes de la red —que reunimos en un grupo mas restringido situado ala derecha de la barra— estan igualmente cargados de energia e intentan también liberarse de ella, pero en una descarga lenta y controlada. Estos Uiltimos se oponen a la descarga répida pretendida 30 por el primer grupo mayoritario de representan- tes. Se instala entonces un conflicto entre estos, dos grupos; uno, a la izquierda, ansia de inmedia- toel placer de una descarga total: el placer es aqui soberano; el otro grupo, a la derecha, se opone a esta locura, recuerda las exigencias de la realidad e incita a la moderacién: la realidad es aqui sobe- rana. Mientras que el principio que rige el primer grupo mayoritario de representantes se denomina Principio de displacer-placer, el que rige el segun- do grupo minoritario de representantes se deno- mina Principio de realidad. El primer grupo constituye el sistema incons- ciente, cuya misién es, por lo tanto, dejar fluir cuanto antes la tensién con la expectativa de lograr la descarga total e, implicitamente, el pla- cer absoluto. Este sistema tiene las siguientes caracteristicas: est4 compuesto exclusivamente por una multitud de representantes de pulsién, que Freud denomina “representaciones incons- cientes”. Freud denomina también a estas repre- sentaciones “representaciones de cosa”, porque consisten en imagenes (actisticas, visuales 0 técti- les) de cosas o de restos de cosas impresas en lo inconsciente. Las representaciones de cosa son de naturaleza principalmente visual y suministran Ia materia con la que se modelan los suefios y sobre + todo los fantasmas. Agreguemos que estas image- 31 nes 0 huellas mnémicas de cosas sélo pueden denominarse “representaciones” cuando estan investidas de energia. Una representacién psiquix ca.es, por lo tanto, la conjuncién de una huella de cardcter figurativo (impresa por la inscripcién de fragmentos de cosas 0 acontecimientos reales) y la energia que motoriza a esta huella. Las representaciones inconscientes de cosas no respetan los imperativos de la razén, de la reali- dad 0 del tiempo, pues el inconsciente no tiene edad. Responden a una tinica exigencia: pretender instanténeamente el placer absoluto. Coneste fin, el sistema inconsciente funciona segiin los meca- nismos de condensacién y desplazamiento desti- nados a favorecer una circulacién fluida y rapida de laenergia. Esta energia sera denominada libre por cuanto circula con entera movilidad y escasos escollos por la red inconsciente. El segundo grupo de representantes conforma igualmente un sistema, denominado sistema pre- consciente-consciente. Este grupo persigue tam- biénel placer pero, a diferencia del sistema incons- ciente, tiene la misin de redistribuir la energia —energia ligada— y de hacerla fluir lentamente segiin las indicaciones del Principio de realidad. ~A esta energia se la llama “ligada” porque inviste especificamente una representacién cons- ciente. Por ejemplo, la energia que implica el 32 r esfuuerzo constante de una intensa actividad inte- lectual. Los representantes de esta red se aman “representaciones preconscientes y representa- ciones conscientes”. Las primeras son representa- ciones de palabra y abarcan diferentes aspectos de esta, tales como su imagen aciistica cuando la palabra se pronuncia, su imagen grfica cuando la palabra se visualiza, e incluso su imagen ges- tual de escritura, En cuanto a las representacio- nes conscientes, cada una de ellas est compuesta por una representacién de cosa anexa a la repre- sentacién de palabra que designa a esta cosa. La representacién actistica de una palabra, “manza- na” por ejemplo, se asocia a la representacién visual de la cosa (el fruto manzana) para darle un nombre, marcar su cualidad especifica y volverla de este modo consciente, Para ser més clares: la representacién de cosa es inconsciente —como hemos dicho— cuando no hay representacién de palabra asociada a ella y que designe a la cosa; y es consciente cuando, por el contrario, se le anexa una representacién de palabra, La imagen de una manzana puede errar por lo inconsciente cuando nohay ninguna palabra que la designe, perobasta que la palabra “manzana” aparezea para que ten- gamos una idea consciente de este fruto. Qué es la conciencia sino una idea fijada, aprehendida y animada por una palabra? 33 Debemos subrayarlo: los dos sistemas persi- guen la descarga, es decir el placer; pero mientras que el primero tiende al placer absolute y sélo obtiene, como ya veremos, un placer parcial, el segundo busca y obtiene un placer atemperado. Planteado esto, podemos preguntarnos: {qué es la represién? Es decir: ;qué es esa barra vertical que separa a ambos grupos? Entre las definiciones posibles, propondré esta: la represién es un espesamiento de energia, una capa protectora energética que impide el paso de los contenidos inconscientes hacia el preconsciente. Ahora bien, esta barrera no es infalible: ciertos contenidos inconscientes y reprimidos hacen caso omiso de ella, irrumpen bruscamente, disfrazados, en la conciencia y sorprenden al sujeto incapaz de iden- tificar su origen inconsciente. Aparecen, pues, en la conciencia, pero resultan incomprensibles para el sujeto, quien suele vivirlos con angustia. Tome- ‘mos el caso de una joven aquejada de una fobia a las araias. Conscientemente, se angustia con sélo ver al insecto amenazador, sin comprender que la araiia que la atemoriza tanto es el sustituto defor- mado de un aspecto del padre deseado: sus manos velludas, por ejemplo. La representacién incons- 34 ciente e incestuosa de amoral padre ha cruzado la barrera de la represién, disfrazandose de repre- sentacién consciente de angustia a las arahas. Estas exteriorizaciones deformadas del incons- ciente logran descargar entonces una parte de la energia pulsional, descarga que proporciona un placer meramente parcial y sustitutivo en compa- racidn com el ideal que se persigue, o sea la satis- faccién completa ¢ inmediata que se habria obte~ nido con una hipotética descarga total. La otra parte de la energia pulsional, aquella que no franqueé Ja represién, queda confinada en lo in- consciente y realimenta sin descanso la tensién penosa. Observemos que este placer debe ser en- tendido como una descarga aunque dicha descar- ga presente la forma del sufrimiento ode la angus- tia, como en el caso de la fobia a las arafias. Hemos dicho que el aparato psiquico tenia la funcién de disminuir la tensién y de provocar la descarga de energia. Sabiendo ahora que la esti- mulacin endégena es ininterrumpida, que la res- puesta es siempre incompleta, que la represién incrementa la tensién y la obliga a hallar expresio- nes indirectas, podemos concluir que existen dife- rentes tipos de descargas capaces de procurar placer: * Una descarga inmediata y total, completa- mente hipotética, que, si pudiera efectivizarse, 35 produciria un placer absoluto, @sta plena descar- ga esta caleada sobre la descarga de la tensién resultante de una respuesta motriz del cuerpo. Bsta solucién ideal es imposible, lo sabemos, para el psiquismo, pero cuando abordemos el tema dela sexualidad veremos hasta qué punto dicho hipoté- tico ideal de placer absoluto sigue siendo la meta inaccesible de las pulsiones sexuales. * Una descarga mediata y controlada por la actividad intelectual (pensamiento, memoria, jui- atencién, eteétera), que procura un placer atemperado. * Y, por tiltimo, una descarga mediata y par- cial obtenida cuando la energia y los contenidos del inconsciente cruzan la barrera de la represién. Esta descarga genera un placer parcial y sustitu- tivo inherente a las formaciones del inconsciente. Estos tres tipos de placer, absoluto, atempera- do y parcial, estan representados en la figura 2 de la pagina 28. Pero, antes de volver a nuestro esquema del funcionamiento psiquico y resumirlo, debemos dejar sentadas algunas importantes precisiones en cuanto a la significacién de la palabra “placer” Y, por otro lado, en cuanto a la funcién de la represidn. Por lo que se refiere al placer, sefiale- 36 { | | | mos quela satisfaccién parcial y sustitutiva vincu- ladaa las formaciones del inconsciente(torcer tipo de descarga) no es sentida necesariamente por el sujeto como una sensacién agradable de placer. Incluso suele darse el caso de que esta satisfaccién, sea vivida paraddjicamente como un displacer y hasta como un sufrimiento padecido por el sujeto presa de sintomas neuréticos o de conflictos afectivos. Pero entonces, {por qué emplear el tér- ‘mino placer para calificar la indole dolorosa de la manifestacién de una pulsién en la conciencia? Hemos dado el ejemplo de la fobia a las arafias, fobia que, considerada desde el punto de vista del inconsciente, es placer por cuanto alivia la tensién insoportable de un conflicto incestuoso, y que considerada desde el punto de vista de la concien- cia, es una angustia penosa, Para ser rigurosos, Ja nocién freudiana de placer debe entenderse en el sentido econémico de “baja de la tensién”. Es el sistema inconsciente el que, mediante una descar- ga parcial, hallaria placer en el aligeramiento de su tensién, Por eso, ante un sintoma que hace sufrir, debemos discernirclaramenteel sufrimien- to experimentado por el paciente y el placer no sentido que obtiene el inconsciente Vayamos ahora al papel de la represion y for- mulemosel problema siguiente: por qué tiene que haber represién? ;Por quéel yo tiene que oponerse 37 a los requerimientos de una pulsién que sélo pide satisfacerse y liberar asf la tensién displacentera que reina en lo inconsciente? {Por qué alzar una barrera a la descarga liberadora del empuje in- consciente? {Por qué impedir el alivio de una tensién penosa? {Cudl es la finalidad de la repre- sién? El objetivo de la represién es evitar el riesgo extremo corrido por el yo de satisfacer por entero y directamente la exigencia pulsional. En efecto, la satisfaccién inmediata y total del empuje pulsional destruiria, por su desmesura, el equili- brio del aparato psiquico. Existen, pues, dos clases de satisfacciones pulsionales. Una, total e hipoté- tica, que el yo idealiza como un placer absoluto, pero que también evita —gracias a la represién- en tanto exceso destructivo.? La otra satisfaccién es una satisfaccién parcial, moderada y exenta de peligros, que el yo puede tolerar. Ahora podemos resumir en una palabra el esquema l6gico que atraviesa entre lineas la obra de Freud y, al mismo tiempo, definir el inconscien- te. Observemos la figura 3 y preguntémonos {o6 mo funciona el psiquismo? La logica del funcionamiento psiquico conside- rado desde el punto de vista de la circulacion 38 energética se resume, para lo esencial, en cuatro tiempos: Primer tiempo: excitacién continua de la fuente y movimiento de la energia en busca de una descarga completa jamas alcanzada —> Segundo tiempo: la barrera de la repre- sién se opone al movimiento de energia —> Tercer tiempo: la parte de energia que no cruza la barrera queda confinada en el in- consciente, y reactiva la fuente de excitacién —> Cuarto tiempo: la parte de energia que cruza la barrera de la represién se exteriori- za.en forma del placer parcial inherente a las formaciones del inconsciente. Cuatro tiempos, entonces: la presién constante del inconsciente, el obstaculo que se le opone, la energia que queda y la energia que pasa. Estees el esquema que queria proponerles, con el pedido de que pongan a prueba la lectura que hacen ustedes de los textos freudianos. Observarsn tal vez que Freud razona en conformidad con esta légica esen- cial de cuatro tiempos: lo que presiona, lo que detiene, lo que queda y lo que pasa. 39 nalista FORMACIONES * frentea nosotros s transferdas al ps APUERA ADENTRO rates la barrera di 3. Energia que no fran: = & a Definiciones del inconsciente Ocupémonos ahora del inconsciente segin los diferentes puntos de vista establecidos por Freud y teniendo en cuenta los vocablos precisos que denominan los dos extremos del esquema: la fuen- te de la excitacién (tiempo 1) y las formaciones exteriores del inconsciente (tiempo 4). Cada uno de estos extremos tomaré un nombre diferente segiin la perspectiva y la terminologia con las que Freud define el inconsciente. Pediré al lec- torque tenga ala vista el esquema delos 4 tiempos (figura 3) para leer nuestras diferentes definicio- nes del inconsciente Definicion del inconsciente desde el punto de vista descriptivo. Si consideramos el inconsciente desde afuera, es decir desde el punto de vista descriptive de un observador, yo mismo por ejem- plo frente a mis propias manifestaciones incons- 41 cienteso frente a manifestaciones procedentes del inconsciente del otro, lo tinico que percibiremos seran sus derivados. El inconsciente mismo sigue estando supuesto como un proceso oscuro e incog- noscible que correria bajo estas manifestaciones. Un sujeto comete un lapsus por ejemplo, y de inmediato coneluimos: “Su inconsciente habla.” Pero no explicamos nada sobre el proceso que subyace a este acto; el inconsciente en cuanto tal sigue siéndonos desconocido. Siendo esto asi, {c6mo localizar las manifes- taciones del inconsciente? Entre la infinita varie- dad de las expresiones y los comportamientos humanos, {cuales identificar como manifestacio: nes del inconsciente? Cuando podemos afirmar: aqui hay inconsciente? Las formaciones del in- consciente se nos presentan como actos, palabras 0 imagenes inesperados que surgen bruscamente y desbordan nuestras intenciones y nuestro saber consciente. Estos actos pueden ser comportamien- tos corrientes como, por ejemplo, los actos fallidos, los olvidos, los suefios o incluso la aparicién stbita de tal ocual idea y hasta la invencién repentina de un poema o de un concepto abstracto, o también manifestaciones patolégicas quecausan sufrimien- to, como los sintomas neurdticos o psicéticos. Pero, normales o patologicas, las ramificaciones del in- consciente son siempre actos sorprendentesyenig- 42 a maticos para la conciencia del sujeto y del psicoa- nalista. En base a estas ramificaciones observa- bles, suponemos la existencia de un proceso in- consciente oscuro y activo que opera en nosotros sin que lo sepamos. Nos hallamos frente al incons- ciente como ante un fenémeno que se cumple independientemente de nosotros y, no obstante, determina lo que somos. En presencia de un acto nointencional, postulamoslaexistencia delincons- ciente no sélo como el proceso que causa este acto sino también comolaesencia misma del psiquismo, como el psiquismo en-si-Lo consciente no seria entonces sino un épifenémeno, un efecto secunda- rio del proceso psiquieoinconsciente. “Hay que ver en el inconsciente —nos dice Freud— el fondo de toda vida psiquica. Lo inconsciente es como un circulo grande que encerrarfa alo consciente como un circulo mas pequeito (..). Lo inconsciente es lo psiquico mismo y su esencial realidad.”* DDefinicin det inconsciente desde el punto de vista sistematico. Hemos definido yal inconscien- te como un sistema al abordar la estructura reticularde las representaciones. Desde esta pers- pectiva, la fuente de excitacién se llama repre- sentacién de cosa, y los productos terminales son manifestaciones deformadas del inconsciente. El mejor ejemplo es el suet. 43 Definicion del inconsciente desde el punto de vista dindmico. El concepto de represién ‘La teoria dela represion ‘esel pilar sobre el que deseansa el edificio del psicoanalisis S. Freud Si ahora definimos el inconsciente desde el puntode vista dinamico, es decir desdeel punto de vista de la lucha entre la mocién que presiona y la represién que resiste, la fuente de excitacién se denomina representantes reprimidos, y los pro- ductos terminales son escapes velados del incons- ciente sustraidos a la accién de la represién.? Estos derivados de lo reprimido, bajo sus masca- ras, se laman retornos de lo reprimido o también ramificaciones de lo reprimidoo incluso ramifica- ciones del inconsciente. Ramificaciones, en el sen- tido de jévenes brotes de inconsciente que, pese a la capa protectora de la represién, afloran disfra- zados a la superficie de la conciencia. Los ejem- plos mas frecuentes de estas ramificaciones defor- madas de lo reprimido son los sintomasneuréticos. Pienso en aquel analizante que, al volante de su coche, es repetidamente presa de la imagen obse- siva de una escena en la que se ve atropellando adrede a una anciana que cruza lacalle. Esta idea fija, repetitiva, que lo hace sufrir y a menudo le impide utilizar su vehiculo, revelar ser durante 44 eee el andlisis la ramificacién consciente y disimula- da del amor incestuoso ¢ inconsciente por su madre. La representacién inconsciente “amor in- cestuoso” ha cruzado, pues, la barrera de la repre- sién y se ha transformado en su opuesto, es decir: una idea obsesiva de impulso asesino contra una madre encarnada en la realidad por una anciana cruzando la calle. Sefialemos que estas apariciones conscientes de lo reprimido inconsciente, estos retornos dis- frazados de lo reprimido pueden concebirse igual- mente como soluciones de compromiso en el con- flicto que opone el empuje de lo reprimido hacia la conciencia y la represién que resiste. “Solucién de ‘compromiso” significa que el retorno de lo repri- mido es un mixto compuesto en parte por lo reprimido inconsciente que ha pasado la barrera de la represi6n y en parte por un elemento cons- ciente que lo enmascara. Dicho de otra manera, el retorno de lo reprimido inconsciente que ha pasa- ‘do es un disfraz consciente de lo reprimido, pero sin embargo incapaz de enmascararlo por com- pleto. En nuestro ejemplo, la figura de la vietima encarnada por la anciana deja traslucir, bajo los rasgos de una mujer de edad, la figura reprimi da de la madre. Otra ilustracién de las huellas visibles de lo reprimido en el retorno de dicho material nos la propone Freud comentando un célebre grabadode Félicien Rops. Elartista repre- 45 senta en este grabado a un asceta que, para ahuyentar la tentacién de la carne (lo reprimi- do), se refugia al pie de la Cruz (represién) y ve surgir, horrorizado, la imagen de una mujer des- nuda crucificada (retorno de lo reprimido) en el lugar de Cristo. El retorno de lo reprimido es aqui un compromiso entre la mujer desnuda (parte visible de lo reprimido) y la cruz que la sostiene (represién). Digamos también que las ramificaciones del inconsciente pueden, una vez legadas a la con- ciencia, sufrir una nueva contraofensiva de la represién, que las envia de nuevo al inconsciente (represién llamada secundaria o represién.a poste: riori). Puede observarse aqui la plasticidad con que interviene la barrera de la represién, capaz no s6lo de impedir masivamente el paso global de los elementos provenientes del inconsciente, sino tam- bién capaz de ir a interpelar uno por uno a los elementos fugitivos aislados que ya han forzadola barrera. Unas palabras todavia para justificar la defini- cién de la represién que hemos planteado mas arriba, como capa energética protectora que impi- de el paso de los contenidos inconscientes hacia el preconsciente.* Freud, en efecto, no renuneid nun- * Los “elementos reprimidos” que pasan a través de la barrera dela represién pueden ser la representacion provis- 46 caaconsiderar la represién como un juego comple- jodemovimientos de energia. Juego destinado por una parte a contener y fijar en el recinto del inconsciente las representaciones reprimidas, y por otra a Hevar de nuevo a lo inconsciente las representaciones fugitivas que habian llegado al preconsciente 0 ala conciencia tras haber burlado la vigilancia de la represién. Asi, Freud distingue dos tipos de represién: una represién primera que contiene y fija al suelo del inconsciente las repre- sentaciones reprimidas, y una represin secunda- ria que reprime —en el sentido literal de ha- cer retroceder— en el sistema inconsciente las ra- mificaciones preconscientes 0 conscientes de lo reprimido La represién primera, la més primitiva, es no sélo una fijacién de las representaciones reprimi- das al suelo del inconsciente, sino un tabique energético que el preconsciente y el consciente levantan contra la presién de la energia libre ta de su carga energética, o bien (y esto es Io que Freud privilegia) la carga sola, separada dela representacién. Mas adelante examinaremos la primera eventualidad, la del paso a lo consciente de la representacién investida de su ‘carga. Encuanto a la segunda;ladel pasaje de la carga sola, Freud tiene en cuenta cuatro destinos posibles: permanecer ‘enteramente reprimida; pasar la barrera de la represi¢n mutarse en angustia fobica; pasar la barrera y convertirse ‘en trastornos somaticos en la histeria; o incluso, pasar la barrera y transformarse en angustia moral en la absesién. ar emanada del inconsciente, Este tabique es llama- do “contrainvestidura”, es decir investidura queel sistema Preconsciente-Consciente oponea las ten- tativas de investidura del empuje inconsciente. El segundo modo de represién, cuya meta es devolver la ramificacién a su lugar de origen, es también un movimiento de energia, pero mas, complejo. Se resume fundamentalmente en las operaciones que siguen, focalizadas en la ramifi- cacién consciente o preconsciente de lo reprimido: ‘+ En primer lugar, retiro de la carga de energia ligada adquirida por la ramificacién durante su estada en el preconsciente 0 en el consciente. + Una vezlibrede su carga, y viendo reactivada su antigua carga inconsciente, la ramificacién se ve entonces atrafda, imanada, por las otras repre- sentaciones que la represién primaria habia fijado enel sistema inconsciente. La ramificacién fugiti- va vuelve entonees al redil del inconsciente. Definicion del ineonsciente desde el punto de vista econémico. Si definimos esta vez el incons- ciente desde el punto de vista econémico, el que habiamos adoptado para desarrollar nuestro es- quema del funcionamiento psiquico, la fuente de exeitacién se lama representante de pulsiones, y las producciones terminales del inconsciente son fantasmas o, para ser mas exactos, comporta- mientos afectivos y elecciones amorosas esponti 48, neas sostenidos en fantasmas. Dentro de un ins- tante explicaré la naturaleza de estos fantasmas, pero previamente necesito aportar una precisién referida a su localizacién en nuestro esquema, que plantea el problema siguiente. Los fantasmas pueden no sélo aparecer en la conciencia y en los comportamientos cotidianos —como acabamos de decit—en forma, por ejemplo, de vinculos afectivos espontaneos 0 incluso, especificamente, de ensofiaciones diurnas y de formaciones deliran- tes; también pueden permanecer enterrados y reprimidos en el inconsciente. Pero asimismo pue- den desempenarse como defensas del yo contra la presién inconsciente. Es decir que un fantasma puede cumplirsimultaneamente el papel de rami- ficacién de lo reprimido, de contenido inconsciente reprimido oincluso de defensa represora. En nues- tro esquema, localizamos el fantasma tanto a un lado de la barrera de la represién (tiempo 1) como a nivel de la barrera (tiempo 2), 0 incluso al otro lado de esta (tiempo 4). Definicién del inconsciente desde el puntode vista ético. Si, por tiltimo, definimos el inconscien- te desde el punto de vista ético, lo llamaremos deseo. ;Quéesel deseo? El deseo es el inconsciente considerado desde el punto de vista de la sexuali- dad, es decir desde del punto de vista del placer sexual. Mas adelante he de volver sobre el deseo, 49 la sexualidad y el placer sexual, pero me es preciso avanzar una primera definicién del deseo para hacerles comprender el estatuto ético del incons- ciente. ;Qué es, entonces, el deseo? Es una pulsién de la que no tenemos conciencia, que tendria por meta ideal el placer absoluto en una relacién incestuosa. El deseoes lo inconsciente en buscadel incesto. Insisto en decir que este incesto constitu: ye una meta ideal, puramente mitica y carente de toda relacién con las relaciones incestuosas pato- logicas y prohibidas porla ley que pueden darseen una familia, No, el incesto al que nos referimos es, por el contrario, la meta iltima y universal del deseo humano, Mucho antes del psicoanalisis se sabja que las sociedades humanasestabanorgani- zadas en torno a la prohibicién del incesto, pero con el psicoandlisis hemos comprendido que la prohibicisn del incesto es el reverso indisociable del deseo inconsciente de incesto. Esto es lo que quisiera transmitirles: visto desde el angulo del inconsciente, el incesto es la cosa mas deseada, el valor supremo de un Soberano Bien que orienta y decide la vida de cada uno de nosotros como sujetos deseantes. Asi pues, el estatuto ético del incons- ciente se resume en el hecho de que es un deseo motorizado por el goce ineestuoso en tanto Sobe- rano Bien. 50 | | Después de exponerles el funcionamiento del aparato psiquico segin la légica de un esquema espacial, les propuse una visién descriptiva, siste- matica, dindmica, econémica y ética del incons- ciente. Pero todos estos abordajes serian insufi- cientes si no inscribiéramos este funcionamiento enla linea del tiempo y sino lo incluyéramos en el universo del otro. Dos factores enmarean la vida psiquica: el tiempo y los otros (figure 4). El tiempo primeramente, pues el funcionamiento psiquico no cesa de renovarse a lo largo de la historia de un. sujeto hasta el punto de escapar a la medida del tiempo. El inconsciente esta fuera del tiempo;enel tiempo histérico es, por lo tanto, perpetuo. Silen- cioso aqui, reaparece alli y no decae nunca. Inten- ten hacerlo callar y revivira de inmediato, resur- giendo en nuevas manifestaciones. Por eso, acual- quier edad, el inconsciente es siempre un proceso irrepresiblemente activo e inagotable en sus pro- dueciones, Tengan ustedes dos dias de vida u ochenta y tres afios, él persevera en su impulso y siempre logra hacerse oir,* Pero atin debemos comprender que la vida * El movimiento dlincoscienteexitacin~ desea puede cones umbien como la tendon deinen tea hacerse oir con el carter de un Otto que habla ea osteo not serene dacs Lacan resus par ala del iconsente n una ele formals 51 psiquica est inmersa en el mundo del otro, en el mundo de aquellos a quienes estamos ligados por el lenguaje, por nuestros fantasmas y nuestros afectos. Nuestro psiquismo prolonga necesaria- mente el psiquismo de ese otro con quien estamos relacionados. De ahi que nos excite el impacto del deseo de ese otro que nos tiene por objeto de su deseo, Como si la flecha del tiempo 4 del esque- ma del aparato ps{quico del otro estimulara la fuente de excitacién de nuestro propio aparato. Y como si, reciprocamente, nuestras producciones estimularan a su vez la fuente de excitacién del otro. En realidad, hay una tinica corrientede deseo circulando y ella enlaza a ambos partenaires de la relacion deseante.* ae * Vuelve a aparecer aqui en términos energéticos mi tesis de la existencia, en el seno de la relacién analitica, de un inconsciente que enlaza y envuelve a ambos partenai res analiticos. No hay un inconsciente que fuera propio del analista y otro que fuera propio del analizante, sino un solo y nico inconsciente producido.en el mismo momen- to en que sobreviene en la sesign un acontecimiento trans- ferencial. Esta tesis, que data de 1977, fue expuesta en mi obra titulada Les yeux de Laure. Transfert, objet a et topolo- {gie dans la théorie de J. Lacan, Champs-Flammarion, 1996, 52 . ro estimulan las fuentes de mi i lan las fuentes del inconsciente Figura 4 propias producciones estimul Las producciones del inconsciente del ot Nasio, J. (1996). E! Placer de leer a Freud. Argentina: Gedisa. 86-72 7 a El sentido sexual de nuestros actos Estamos ahora en condiciones de formular la premisa fundante del psicoandlisis. Nuestros ac- tos involuntarios, aquellos que no podemios expli- car, no sélo estan determinados por un proceso inconsciente sino que, sobre todo, tienen un senti- do. Significan otra cosa, no lo que expresan a primera vistayAntes de Freud, los actos fallidos tran tenidogpor actos anodinosirelovantes, en tanto que hoy, encontrar un sentido para las conductas y verbalizaciones que nos superan pas6 aser una reaccién comiin y corriente. Basta come- ter un lapsus para sonreir de inmediato, rubori- zarse a veces, creyéndose traicionado por la reve- acién deun deseo oscuro, porel descubrimientode un sentido hasta entonces velado. Pero gqué es un sentido? {Cudll es el sentido de un acto involuntario? La significacién de un 55 involuntario estriba en el hecho de que di- ch acto es el sustituto de un acto ideal, de una accién imposible que, en lo absoluto, habria tenido que producirse, pero que no se produjp. Cuando el psicoanalista interpreta y revela la/significacion ocultadeun suefio, por ejemplo, quéotra cosa hace sino mostrar que el suefio en tanto acto esponté- neo constituye el sustitute de otro acto que no ha visto la luz; que Io que es, es el sustituto de lo que no se cumpljé. Avancemos. Un acto espontdneo es un acontecimiento que encierra un sentido. Pero {qué debe hacerse para revelar este sentido ocul- to? Pues bien, es preciso que el analista, 0 el analizante inclusive, enlace dicho acontecimiento a otros acontecimientos antiguos, que lo inseriba en una historia y lo trate como el sustituto actual de un acontecimiento pasado incumplido y hasta inexistente, imposible de situar en el tiempo, Pre~ cisamente, es la historia la que confiere aldconte- cimiento actual su condicién de acto portador deun sentido. Aclaremos que esta remisin de lo actual a lo antiguo sélo tiene valor en el marco de una relacién humana donde uno de los participantes — el analizante— habla a otro —el analista— que escucha e inscribe esta palabra en una historia. Planteemos ahora la cuestién del sentido, Qué es, entonces, el sentido? Bs referir el aconte- citiiento de hoy a todos los acontecimientos pasa- dos y, mas all, a un hipotético acontecimiento Inicial que nunca se produjo. El sentido del acto que realizamos inconscientemente se funda en el hecho de que este acto sustituye a todos los actos pasados de nuestra historia 0, para ser rigurosos, al primer acto ideal desde el que arrancé nuestra historig. Aclaremos que este acto ideal puede ser tenidé no s6lo por el punto mas remoto de nuestra historia, sino también comoel punto més distante, en el horizonte.Sea el mas antiguo en el pasado 0 el mas esperado’en el futuro, el acontecimiento ideal constituye el acto incumplido del que todos, nuestros actos involuntarios son sustitutes. ~~ Asipues, nuestros actos involuntafios tienen un sentido producido por su sustitucién a un ideal que no se cumpli6. Pero geémo calificar este senti- do? {Cual es el contenido del sentido oculto de nuestros actos? La respuesta a esta pregunta constituye el gran descubrimiento del psicoanali- sis. {Qué dice? Que la significacién de nuestros actos fallidos es un significacién sexual. ;Por qué sexual? Vayamos a la figura 6 y veamos de qué naturaleza es la fuente de la tendencia pulsional, y de qué naturaleza es la meta ideal a la que dicha tendencia aspira; me refiero a esa accién ideal e imposible que no tuvo lugar y de la que nuestros actos son sustitutos’ Localicemos, entonces, el punto de partida y 61 punto de legada ideal de la linea pulsional. Qué podemos observar? Que el sentido de nuestros actos es un sentido sexual porque la fuente y la meta de las tendencias pulsionales son sexuales. La fuente es un repre- sentante pulsional cuyo contenido corresponde a una regién del cuerpo muy sensible y sexualmente ‘excitable, llamada zona erdgena. En cuanto ala meta, siempre ideal, seria —recordémoslo— el placer perfecto de una perfecta unién entre los dos | sexos, cuya figura mitica y universal es el ince! El concepto psicoanalitico de sexualidad ‘oe tendencias, nacidasen una zona erdgena , delCuerpo, aspiran al ideal inaccesible de una satisfaceién sexual absoluta, tropiezan con la re- presién y se exteriorizan finalmente en actos sustitutivos del imposible acto incestuoso:* estas, tendencias se llamaff"pulsiones sexuales. Las pulsionessexuales som#nltiles ells puéblan el territorio del inconsciente y su existencia se re- monta muy atras en nuestra historia, desde el estado embrionario, y slo cesan con la muerte,’ Sus manifestaciones mas notorias aparecen du-( 3) Pante los primeros cinco afios de nuestra infancia. Freud separa la pulsin sexual en cuatro ele-' /? mentos: aparte de la fuente de donde brota (zona erdgena), de la fuerza que la mueve y de la meta ~ que la atrae, la pulsién se sirve de un objeto por medio del cual intenta aleanzar su meta ideal. Este objeto puede ser una cosa o una persona, a5) veces es uno mismo, a veces una persona distinta, ~ * Bl lector de Lacan recordara aqui el eélebre aforismo: “La relacién sexual es imposible” o incluso"No hay relacién sexual”. De acuerdo con nuestros comentarios, dicho aforis- ‘mo podra completar la fOrmula de la manera siguiente: No hay relacién sexual incestuosa, sélo hay relaciones sexuales sustitutivas 59 linea pulsional. {Qué podemos observar? Que el sentido de nuestros actos es un sentido sexual porque la fuente y la meta de las tendencias pulsionales son sexuales. La fuente es un repre- sentante pulsional cuyo contenido corresponde a una regién del cuerpo muy sensible y sexualmente ‘excitable, llamada zona erdgena. En cuanto a la meta, siempre ideal, seria —recordémoslo— el placer perfecto de una perfecta unién entre los dos | sexos, cuya figura mitica y universal es el incesto. 58 El concepto psicoanalitico de sexualidad Estas tendencias, nacidas en una zona erdgena , del cuerpo, aspiran al ideal-jnaccesible de una | satisfaccién sexual absoluta, tropiezan con la re- | presién y se exteriorizan finalmente en actos | sustitutivos del imposible acto incestuoso:* estas, tendencias se llamay{"pulsiones sexuales. Las |, pulsiones sexuales son tatltiples, ellas pueblan el territorio del inconsciente y su existencia se re-° monta muy atras en nuestra historia, desde el, estado embrionario, y sélo cesan con la muerte.) ‘Sus manifestaciones mas notorias aparecen du-(3) rante los primeros cinco afios de nuestra infanci: Freud separa la pulsidn sexual en cuatro el mentos: aparte de la fuente de donde brota (zona erdgena), de la fuerza que la mueve y de la meta” que la atrae, la pulsién se sirve de un objeto por medio del cual intenta alcanzar su meta ideal.) Este objeto puede ser una cosa o una persona; a (=) veces es uno mismo, a veces una persona distinta, ~ * Bl lector de Lacan recordaré aqui el eélebre aforismo: “La relacidn sexual es imposible” o incluso"No hay relacién sexual’. De acuerdo con nuestros comentarios, dicho aforis- ‘mo podra completar la formula de la manera siguiente: No hay relacién sexual incestuosa, sélo hay relaciones sexuales sustitutivas. 59 pero se trata siempre de un objeto fantasmati: zado, mas que real. Esto es importante para com- prender que los actos sustitutives mediante los cuales las pulsiones sexuales se expresan (una palabra inesperada, un gesto involuntarioo vincu- los afectivos que no decidimos) son actos moldea- dos sobre fantasmas y organizados alrededor de ‘un objeto fantasmatizado. Pero debo agregar todavia un elemento esen- e caracteriza a estas pulsiones: el singular » > placer que procuran. No el placer absolut que pretenden, sino el placer limitado que obtienen: tun placer parcial calificado de sexual. Ahora bien, Zqué es el placer sexual? Y, en términos mas generales: qué es la sexualidad? Desde el punto de vista del psicoandlisis, la sexualidad humana no se reduce al contacto de los érganos genitales de dos individuos ni ala estimulacién de sensaciones genitales. No, en psicoandlisis, el concepto de “sexual” reviste una acepcién mucho més amplia ‘que la de “genital”. Fueron los nifos y los perver- sos quienes mostraron a Freud la vasta extensién “de la idea de sexualidad. Llamamos sexual a toda conducta que, a partir de una regién erégena del cuerpo (boca, ano, ojos, voz, piel, ete.), y asentén- dose sobre un fantasma, procura cierto tipo de ~ placer, {Qué placer? Un placer que presenta dos 2) aspedlon En primer lugar, se distingue claramen- 60 te de ese otro placer procurado por la satisfaccién de una necesidad fisiolégica (comer, eliminar, dor- mir, etc.). El placer de mamar en el lactante, por ejemplo, su placer de succionar, corresponde, des- de el punto de vista psicoanalitico, a un placer sexual que nose confunde con el alivio de saciar el hambre. Alivio y placer permanecen sin duda asociados, pero el placer sexual de la succién se convertird rapidamente en una satisfaccién bus- cada por si misma al margen de la necesidad naturdl,.La mamada es, sin duda, una absorciénv~! de alinfénto, pero el nifio pequefto querra conti- nuar chupando aun estando saciado, al descubrir que mamar es en si una fuente de placer. Segundo ~< aspecto: el placer sexual —muy distinto, por lo tanto, del placer orgénico—, polarizado en torno a una zona erdgena, obtenido gracias ala mediacién de un objeto fantasmatizado (y no de un objeto real), participara de los diferentes placeres preli- minares al coito(placer de mirar, de mostrarse, de acariciar, de sentir el olor del otro, ete.). Siguiendo con nuestro ejemplo, el placer de la succién del lactante se prolongaré en la vida adulta como placer preliminar de besar el cuerpo del ser ama- do. tuviéramos que resumir el paso del placer ;nico al placer sexual, dirfamos: placer organi- co de beber la leche materna —> placer sexual de mamar el pecho —> placer sexual de chupar el 61 pulgar o el chupete —> placer sexual de besar el, cuerpo del amadoySe entiende ahora por qué los, psicoanalistas cGndensan todas eetas elapas, y concluyen simplemente diciendo que el pecho materno es nuestro primer objeto sexual. A Necesidad, deseo y amor, Para sefalar ain mejor la diferencia entre placer orgénico y placer sexual, hagamos un alto y definamos claramente las nociones de necesidad, deseo y amor. La nece- sidad es la exigencia de un érgano cuya Satisfac- cin se cumple realmente con un objeto concreto (el alimento, por ejemplo), y no con un| fantasma. El placer de bienestar asf obtenido no ¢s en modo alguno sexe deseo, en cambio, es una expre- sidn de la pdlsién’sexual o, para decirlo mejor, es Ja pulsién sexual misma cuando esta respeta dos condiciones: prifngro, la meta es el absoluto del incesto, y el riedjb para alcanzarla, el cuerpo excitado de un Stro que desea: Precisemos: una pulsién puede ser considerd@a como un deseo cuando el objeto del que se sirve para satisfacerse es el cuerpo de una persona que, a su vez, desea. Digamos entonces que, a diferencia de la necesi- _.dad, el deseo nace de una zona erégena de mi cuerpo, ¥ que, diferencia de los otro tips de > pulsiones, el deseo se satisface parcialmente con “un fantasma cuyo objeto es el cuerpo excitado de 62. un otro deseante, El apego al otro deseado equiva: le, pues, al apego a un objeto fantasmatizado, polarizado alrededor de.una zona erégena situada en el cuerpo del otro (boca, pecho,.ang, vagina, Bene, piel, mirada, ola es) ‘eCamortor alti? mo, es también un apego al/otroypero de cardcter global y sin el soporte de una zona erégena defini- da, Estos tres estados se imbrican, por supuesto, entre sf y se confunden en toda relacién sen (figura 5), 63.

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