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Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55

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Reseñas de Ciencias de la Tierra

pági na web d e l a r ev i s t a:
www.elsevier.com/locate/earscirev

Revisión invitada

Evolución tectonoestratigráfica del este de México durante la ruptura de


Pangea: Una revisión
Michelangelo Martini ⁎, Fernando Ortega-Gutiérrez
Instituto de Geología, Universidad Nacional Autónoma de México, México D.F. 04510, México

a r t í c u l o e a b s t r a c to
n f orma
Las sucesiones del Jurásico Inferior-Cenomaniano de México pueden agruparse en dos sistemas
Historia del artículo: tectonoestratigráficos diferentes que se desarrollaron
Recibido el 29 de junio de 2015 1) el Sistema Atlántico Mesozoico
Recibido en forma revisada el 23 de abril dominantemente por la ruptura de Pangea y la consecuente apertura del Océano Atlántico, y 2) el Sistema
de 2016
, que está expuesto a lo largo de su margen occidental y fue controlado por la
Aceptado el 18 de junio de 2016
Disponible en línea el 21 de junio de 2016
México puede subdividirse en dos subsistemas tectonoestratigráficos que representan las dos principales etapas
Palabras clave:
tectónicas de la ruptura de Pangea. El subsistema de rift del Jurásico Temprano-Medio se desarrolló durante la
Ruptura de Pangea etapa inicial de atenuación litosférica de Pangea ecuatorial occidental, lo que se evidencia por la apertura de una
Marco tectónico del serie de artesas transtensionales laterales que se abrieron de acuerdo con la extensión regional NO-SE impuesta
Rift Golfo de por la divergencia Norteamérica-América del Sur. Las fosas relacionadas con el rift fueron progresivamente
México rellenadas por depósitos continentales a marinos marginales y, localmente, por flujos de lava volcánica que
Provincia volcano-sedimentaria de Nazas muestran una firma geoquímica típica de los entornos de supra-subducción. Con base en estas características, el
subsistema de rift se interpreta en este trabajo como un dominio tectono-estratigráfico híbrido que dis- pone
características típicas tanto del Sistema Atlántico Mesozoico de México como del Sistema Pacifico Mesozoico de
tónicos atlánticos y pacíficos durante la fase inicial de
la divergencia Norteamérica-Sudamérica. A finales del Calloviano, la mayor parte de la extensión intracontinental
en el oeste de Pangea ecuatorial se había producido y fue seguida por la rotación en sentido contrario a las agujas
del reloj del bloque de Yucatán hasta su posición actual y la propagación inicial del suelo marino en el Golfo de
México. La apertura del Golfo de México promovió la incursión de las aguas marinas en el este de México y el
inicio de las cuencas y plataformas carbonatadas que conforman el subsistema de deriva y enfriamiento del
Jurásico Tardío-Cenomano. La ausencia de rocas ígneas tipo arco en el subsistema de deriva y enfriamiento
sugiere que a finales del Calloviano el Sistema Atlántico Mesozoico de México se desarrolló en dependencia de los
procesos tectónicos relacionados con la subducción a lo largo del margen del Pacífico.
Según nuestra síntesis, el Sistema Atlántico Mesozoico de México representa un registro estratigráfico único que se

la di- vergencia entre América del Norte y América del Sur y 2) la subducción de la placa Farallón. Por ello, el Sistema
Atlántico Mesozoico de México puede considerarse un laboratorio natural para explorar la evolución de escenarios
geodinámicos complejos relacionados con la interacción de los límites de las placas tectónicas.
2016 Elsevier B.V. Todos los derechos
reservados.

Contenido

1. Introducción............................................................................................................................................................................................................................................................. 39
2. Entorno tectónico regional............................................................................................................................................................................................................................................ 39
2.1. Etapa de rift del Jurásico temprano-medio .................................................................................................................................................................................................. 40
2.2. Etapa de deriva y enfriamiento del Jurásico tardío-Cenomano .............................................................................................................................................................42
3. Marco tectonoestratigráfico del subsistema de rift .................................................................................................................................................................................................43
4. Marco tectonoestratigráfico del subsistema de deriva y enfriamiento ..............................................................................................................................................................45

⁎ Autor correspondiente.
Dirección de correo electrónico: mmartini@geologia.unam.mx (M. Martini).
http://dx. doi. org/10.1016/j. earscirev. 2016.06.013
0012-8252/© 2016 Elsevier B.V. Todos los derechos
reservados.
M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55 39

5. Discusión................................................................................................................................................................................................................................................................... 49
5.1. Una interpretación tectonoestratigráfica alternativa de la provincia volcano-sedimentaria de Nazas ..................................................................................................49
5.2. Evolución estratigráfica de la MASM y madurez del conjunto de fallas............................................................................................................................................. 51
6. Resumen .................................................................................................................................................................................................................................................................. 53
Agradecimientos ............................................................................................................................................................................................................................................................ 53
Referencias....................................................................................................................................................................................................................................................................... 53

1. Introducción Pangea ecuatorial. La mayoría de estas cuencas y plataformas


mesozoicas están actualmente incorporadas a un cinturón de
A finales del Triásico, una importante reorganización de las placas pliegues y cabalgamientos del Turoniano-Eoceno (Eguiluz de
produjo la ruptura progresiva de Pangea y la consiguiente deriva de las Antuñano et al., 2000; Cerca et al., 2007; Chávez-Cabello et al.,
masas continentales, lo que dio lugar a la apertura del océano Atlántico 2011; Fitz-Díaz et al., 2012), que probablemente se desarrolló por la
y de las cuencas subsidiarias asociadas, así como al desplazamiento de los
bloques continentales a lo largo de los márgenes de las placas América del Norte y, según el esquema adoptado en Doglioni et al.
nacientes. Aunque se han propuesto diferentes reconstrucciones para el (2007), puede clasificarse como el retrocinturón asociado a la placa del
supercontinente Pangea, casi todos los autores parecen estar de acuerdo hacia el este. Dada la temperatura relativamente
en que la mayor parte de las rocas paleozoicas y precámbricas que baja asociada al acortamiento del Turoniano-Eoceno (100-300 °C, Fitz-
actualmente constituyen la espina dorsal de México se ubicaron a lo Díaz et al., 2011), la estratigrafía de las cuencas y plataformas
largo del límite de placa naciente entre América del Norte y América mesozoicas está ampliamente conservada y, por lo tanto, puede ser
del Sur durante el Mesozoico temprano (Anderson y Schmidt, 1983; tomada como una poderosa herramienta para la recon- strucción de la
Ross y Scotese, 1988; Dickinson y Lawton, 2001; Keppie, 2004; Bird cinemática de la divergencia entre América del Norte y del Sur.
et al., 2005; Weber et al., 2006; Pindell y Kennan, 2009) (Fig. 1). En este trabajo se sintetizan los rasgos más sobresalientes del
Como consecuencia de dicha posición paleogeográfica, en México se registro estratigráfico mesozoico de México relacionados con la
encuentran expuestas una serie de cuencas extensionales a divergencia América del Norte-América del Sur y se centra en su
transtensionales del Mesozoico y plataformas carbonatadas que se marco de la ruptura de Pangea. Se presta
desarrollaron sobre altos de basamento delimitados por fallas, lo especial atención a aquellas partes de la estratigrafía cuya interpretación
que representa un registro estratigráfico único relacionado con la tectonoestratigráfica es aún materia de debate, con el objetivo de
fragmentación del oeste de destacar algunas de las cuestiones no resueltas sobre la evolución
tectónica mesozoica de México y ofrecer algunas perspectivas para
futuras investigaciones.

2. Entorno tectónico regional

Las cuencas y plataformas mexicanas que se desarrollaron durante


la ruptura de Pangea y la subsiguiente deriva continental pueden agruparse
en un único sistema tectonoestratigráfico, que será designado en
este trabajo como Sistema Atlántico Mesozoico de México1 (Fig. 2). El
MASM ocupa los dos tercios orientales de México (Fig. 2) y comprende
cuencas y plataformas que actualmente están expuestas en tierra desde
el Río Bravo (límite entre México y Estados Unidos) hasta la frontera
con Guatemala y Belice, en subcubetas penetradas por pozos de
perforación en la península de Yucatán, así como en áreas
epicontinentales y marinas dentro del Golfo de México. Al oeste, el
MASM está limitado por conjuntos de arcos mesozoicos y cuencas
relacionadas que se desarrollaron por subducción a lo largo del
margen pacífico de Norteamérica (Fig. 2). Agrupamos estos conjuntos
relacionados con la subducción en el Sistema Mesozoico del Pacífico
de México2 , con el fin de diferenciarlos del registro estratigráfico del
MASM. En este trabajo nos centraremos en las exposiciones
terrestres del MASM.
La evolución estratigráfica del MASM ha sido interpretada como
dominada principalmente por la eustasia, que operó en concierto
con la subsidencia térmica y mecánica para producir cambios
sistemáticos en la ac- ción (Todd y Mitchum, 1977; Lehmann et
al., 1999; Goldhammer, 1999; Eguiluz de Antuñano, 2011a). El cambio
Fig. 1. (una columna) - Reconstrucción del Triásico temprano de la Pangea ecuatorial general de los sistemas deposicionales del Jurásico Inferior-Superior
occidental basada en Ross y Scotese (1988), Bartok (1993), Keppie (2004), Weber et dominados por los niveles bajos (depósitos siliciclásticos de origen
al. (2006), y Pindell y Kennan (2009). Los terranos precámbricos y paleozoicos que fluvial a marginal, evaporitas y carbonatos de alta energía de origen
componen la espina dorsal del México actual se perfilan en la reconstrucción
somero) a las sucesiones del Cretácico Inferior y Superior dominadas
paleogeográfica. A: rocas de facies greenschist a blueschist de bajo grado, ordovícicas-
pérmicas, del Comlex Acatlán; C: ortogneiss paleoproterozoico y sucesión marina somera
por los sistemas deposicionales de alto nivel (alto relieve, El registro
neoproterozoica de la terrana de Caborca; CA: Ortogneiss, granulita y migmatita estratigráfico del MASM se depositó durante una elevación
mesoproterozoicos de la terrana de los Andes colombianos; Ch: Gneis y esquisto eustática global de primer orden, posiblemente impulsada por los
mesoproterozoicos del bloque de Chortís; F: Posible corteza continental precámbrica- cambios a largo plazo en el volumen de la dorsal oceánica media
paleozoica del bloque del sur de Florida; Y: Rocas metamórficas neoproterozoicas-
relacionados con la extensión del suelo marino en
paleozoicas de Yucatán
bloques; M: ortogneis, paragneis y esquistos meso-neoproterozoicos y marinos paleozoicos
sucesiones del bloque de Mérida; O: rocas de facies granulítica del Mesoproterozoico y sucesiones marinas del Paleozoico del Complejo de Oaxaca.
40 1 MASM: Sistema Atlántico Mesozoico de México. M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55
2
MPSM: Sistema Mesozoico del Pacífico de México.
M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55 41

Fig. 2. (2 columnas) - Mapa tectónico esquemático que muestra la ubicación y extensión del Sistema tectonoestratigráfico del Atlántico Mesozoico de México (MASM), así como del Sistema
Pacifico Mesozoico de México (MPSM).

el Océano Atlántico y el Golfo de México (Vail et al., 1977; La posición de Yucatán antes de la ruptura de Pangea debe
Goldhammer et al., 1991; Goldhammer, 1999). superponerse en parte a la costa de Texas, con una orientación que
Con el fin de sintetizar la evolución estratigráfica del MASM en el fue girada 45-60° en el sentido de las agujas del reloj con respecto
marco de la divergencia entre América del Norte y del Sur, en este al presente (Pindell y Dewey, 1982; Molina-Garza et al., 1992;
trabajo subdividimos el cordón estratigráfico del Jurásico Inferior- Dickinson y Lawton, 2001; Bird et al., 2005) (Fig. 3). Además, el sur y
Cenomano del este de México en dos subsistemas tectono- probablemente parte del centro de México deben desplazarse
estratigráficos diferentes que son: 1) el rift del Jurásico Inferior- hacia el oeste o noroeste de su posición actual para evitar el
Medio y 2) los subsistemas de deriva y enfriamiento del Jurásico solapamiento entre América del Norte y del Sur en la reconstrucción
Superior-Cenomaniano. Estos subsistemas tectono-estratigráficos de Pangea (por ejemplo, Pindell y Kennan, 2009).
marcan dos etapas fundamentales en la evolución del límite de placas La fisuración y fragmentación de Pangea occidental durante el
Norteamérica-Sudamérica. Con el objetivo de proporcionar un Jurásico Temprano y Medio está evidenciada por el adelgazamiento de
escenario completo de la evolución estratigráfica del MASM, y explorar la corteza, que se expresa en
istemas en los que se por altos del basamento que limitan con bajos topo-gráficos que
subdivide, a continuación resumimos brevemente el marco tectónico fueron progresivamente rellenados con sucesiones clásticas
general que caracterizó las etapas de rift y deriva y enfriamiento de la continentales a marginales-marinas (Michalzik, 1991; Morán-Zenteno
divergencia Norteamérica-Sudamérica. et al., 1993; Ochoa-Camarillo et al., 1999; Goldhammer, 1999; Padilla y
Sánchez, 2007; Campos-Madrigal et al., 2013). Los principales
2.1. Etapa de rift del Jurásico temprano-medio problemas surgen
fueron responsables de la atenuación de la corteza y que controlaron
A principios del Mesozoico, las rocas del Paleozoico y del la paleotopografía durante la etapa de rift. Esto se debe a que los eventos
Precámbrico que conforman la columna vertebral del México actual de deformación del Cretácico tardío y del Cenozoico relacionados con la
estaban situadas a lo largo del margen occidental de Pangea ecuatorial, a última evolución tectónica de México reactivaron zonas previas de debilidad
lo largo del futuro límite entre América del Norte y del Sur de la corteza y, en muchos casos, borraron las evidencias de una posible
(Anderson y Schmidt, 1983; Ross y Scotese, 1988; Dickinson y activación temprana durante el Jurásico temprano y medio. Hasta la
Lawton, 2001; Keppie, 2004; Bird et al., 2005; Pindell y Kennan, 2009) fecha, se han propuesto cuatro lineamientos tectónicos a escala
(Figs. 1 y 3). Basándose en reconstrucciones tectónicas de placas regional que produjeron importantes desplazamientos durante la etapa
regionales y en datos paleomagnéticos, el de rift. Estos lineamientos son: la falla Tamaulipas-Golden Lane-
Chiapas (Pindell, 1985; Pindell y Kennan, 2009), el cinturón
multilonítico
42 de la Sierra de Juárez (Alaniz- M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55
M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55 43

Fig. 3. (2 columnas) - Reconstrucción del Jurásico Medio de la región del Golfo de México durante la etapa de ruptura de Pangea (según Ross y Scotese, 1988 y Pindell y Ken- nan, 2009). La línea
de costa actual (línea gris discontinua) se representa como referencia. La paleoposición de Yucatán se restablece a partir de los datos paleomagnéticos (Molina-Garza et al., 1992) y
de las restricciones tectónicas regionales (Pindell y Dewey, 1982). El sur de México se sitúa al noroeste de su posición actual para evitar el solapamiento con Sudamérica (según Pindell y
Kennan, 2009). Las principales fallas normales y laterales se representan con base en Alaniz-Alvarez et al. (1996), Pindell y Kennan (2009), Martiny et al. (2012) y Campos-Madrigal et al.
(2013). SJ: Cinturón multilónico de la Sierra de Juárez; SR: Zona de cizalla del Río Salado; TGLC: Falla Tamaulipas-Golden Lane-Chiapas; TS: Sistema de fallas Texcalapa-El Sabino.

revelan que el cinturón multilonítico de la Sierra de Juárez es


Álvarez et al., 1996), la zona de cizalla del río Salado (Martiny et al. ,
2012) y el sistema de fallas Texcalapa-El Sabino (Campos-Madrigal
et al., 2013) (Fig. 3).
La falla Tamaulipas-Golden Lane-Chiapas es una falla de escala
kilométrica, con dirección NNW, que se infiere que representa el límite
de transformación occidental del bloque de Yucatán (Pindell, 1985;
Pindell y Kennan, 2009) (Fig. 3). No se han observado directamente
exposiciones de la falla Tamaulipas-Golden Lane-Chiapas. Esto se
debe a que este importante lineamiento parece estar enterrado bajo
rocas sedimentarias y volcánicas del Cretácico Superior-Cenozoico
que bordean ampliamente el margen del Golfo de México. Se ha
deducido que la falla Tamaulipas-Golden Lane-Chiapas representa una
importante estructura lateral derecha durante el Jurásico Tardío y el
comienzo del Cretácico Temprano (Pindell, 1985). Sin embargo,
Pindell y Kennan (2009) sugirieron que podría haber actuado como
una falla lístrica normal u oblicua de buzamiento oriental durante el
Jurásico Temprano y Medio, produciendo el desrocamiento de un alto
de basamento con dirección NNW llamado Arco de Tamaulipas (Fig. 3),
que está compuesto dominantemente por granitoides del
Pérmico-Triásico que intruyen conjuntos metamórficos y
sedimentarios más antiguos (López-Ramos, 1972; Torres et al., 1999;
Dowe et al., 2005). El fallamiento de principios del Jurásico Medio y la
exhumación progresiva de las rocas del basamento a lo largo de la falla
Tamaulipas-Golden Lane-Chiapas se evidencia por la deposición de cuñas
clásticas de cientos de metros de espesor directamente al oeste del
Arco de Tamaulipas, con una contribución creciente de fuentes
estratigráficas del Pérmico-Triásico y del Mesoproterozoico (Rubio-
Cisneros y Lawton, 2011).
El cinturón multilonítico de la Sierra de Juárez es una estructura
de tendencia NNW actualmente expuesta en el sureste de México
(Alaniz-Alvarez et al., 1996). La restauración del sur de México antes de
la ruptura de Pangea implica que el cinturón multilonítico de la Sierra
de Juárez estaba situado al noroeste de su posición actual, al oeste del
bloque de Mérida (Fig. 3). Los datos estructurales y geocronológicos
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una discontinuidad a escala de corteza premesozoica que se
reactivó episódicamente durante el Jurásico Medio, el Cretácico
Temprano y el Cenozoico (Alaniz-Alvarez et al., 1996). Las edades
de U\ Pb y40 Ar\39 Ar en circón y muscovita de granitos sintectónicos
indican que el cinturón multilonítico de la Sierra de Juárez acomodó
parte de la deformación impuesta por la divergencia
Norteamérica-Sudamérica entre 169 y 165 Ma (Alaniz-Alvarez et
al., 1996). Sin embargo, la cinemática de esta estructura durante el
Jurásico Medio es ambigua, debido a la defor- mación y recristalización
superpuestas por los eventos deformativos posteriores (Alaniz-
Alvarez et al., 1996). Teniendo en cuenta la extensión regional NW-
SE impuesta por la divergencia progresiva entre América del
Norte y del Sur, Alaniz-Alvarez et al. (1996) sugirieron que el
complejo multilonítico de la Sierra de Juárez podría haber actuado
como una importante estructura lateral derecha u oblicua
durante el Jurásico Medio.
El sistema de fallas Texcalapa-El Sabino es un lineamiento de
escala kilométrica con dirección NNW que se encuentra
actualmente en el sur de México, al oeste del complejo
multilonítico de la Sierra de Juárez (Campos-Madrigal et al., 2013) (Fig.
3). La activación de este sistema de fallas durante la etapa de rift se
sugiere por el hecho de que constituye el límite occidental de una
cubeta con dirección NNW llamada Cuenca de Ayuquila, que fue
rellenada por sucesiones clásticas del Jurásico Medio derivadas de
las rocas de basamento adyacentes que se elevaron (Campos-
Madrigal et al., 2013). Dadas las múltiples reactivaciones durante el
Cretácico Superior y el Cenozoico, la cinemática de este sistema de
fallas durante el Jurásico Medio sigue siendo incierta. Sin embargo,
considerando que estas estructuras de escala kilométrica son
paralelas a los lineamientos de la Sierra de Juárez y Tamaulipas-
Golden Lane-Chiapas, se puede predecir un desplazamiento
lateral derecho posiblemente acompañado de una componente
normal para el sistema de fallas Texcalapa-El Sabino (Fig. 3).
La zona de cizalladura del río Salado es una estructura de 25
km de longitud con dirección NO, expuesta en el sur de México,
directamente al sur del sistema de fallas de Texcalapa-El
Sabino (Martiny et al., 2012) (Fig. 3). Este
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La zona de cizalla del Río Salado es otro lineamiento de la corteza multi- Goldhammer, 1999; Padilla y Sánchez, 2007), que coincide
reactivado que acomodó la deformación lateral izquierda durante el aproximadamente con la edad de 158 Ma propuesta por Pindell y
Jurásico Temprano (Martiny et al., 2012). La zona de cizalla del río Kennan (2009) basada en consideraciones tectónicas regionales. La
Salado representa el límite entre un alto basamento al norte, que rotación del bloque de Yucatán hacia el Jurásico Tardío fue acomodada
está compuesto por rocas metamórficas paleozoicas del Complejo por grandes desplazamientos a lo largo de la falla Tamaulipas-Golden
Acatlán, y una cuenca continental adyacente al sur, donde se acumularon Lane-Chiapas, que actuó durante esta etapa como una importante
gruesas cuñas clásticas durante el Jurásico Temprano y Medio (Erben, transformación lateral derecha (Pindell, 1985; Pindell y Kennan,
1956; Morán-Zenteno et al., 1993; Martiny et al., 2012). 2009) (Fig. 4). Las reconstrucciones geométricas predicen que el
polo de rotación de Yucatán se situó al suroeste de la actual Florida
2.2. Etapa de deriva y enfriamiento del Jurásico tardío-Cenomano (Pindell, 1985 ) (Fig.
4). La fase de rotación de Yucatán y la extensión del suelo marino
A finales del Calloviano, la mayor parte de la extensión continuaron en la región del Golfo hasta el Cretácico Temprano. Sin
intracontinental en el oeste de Pangea ecuatorial se había producido y embargo, una edad precisa que marque el fin del desplazamiento de
fue seguida por la rotación en sentido contrario a las agujas del reloj del Yucatán a lo largo de la transformación Tamaulipas- Golden Lane-
bloque de Yucatán a su posición actual y la propagación inicial del suelo Chiapas está poco acotada. Marton y demostraron que
marino en el Golfo de México, marcando el comienzo de la etapa de el fallamiento extensional cesó en el sureste del Golfo en el
deriva y enfriamiento ( Cretácico temprano, quizás a unos 135 Ma. Alter- nativamente,
Goldhammer, 1999; Pindell y Kennan, 2009) (Fig. 4). La rotación del Mendoza-Rosales et al. (2010) infirieron que la propagación por el
bloque de Yucatán y la extensión del suelo marino produjeron la borde del mar en el área del Golfo de México duró al menos hasta el
circulación del agua marina en la región del Golfo, promoviendo la Barremiano tardío, lo que implica que la de la rotación de
supresión de la deposición continental y el inicio de ambientes marinos Yucatán debería ser más joven de lo propuesto anteriormente. Tal
dominados por carbonatos (por ejemplo, Goldhammer, 1999). Los datos inferencia se basa en la aparición de basaltos de la Dorsal Oceánica
paleontológicos de los estratos marinos sitúan el inicio de la etapa de Media y de la Isla del Océano del Barremiano en la cuenca de
deriva y enfriamiento a principios del Oxfordiano (Zwanziger, 1979; Chivillas, que se encuentra en el sur de México directamente al
1991; este del cinturón multilonítico de la Sierra de Juárez (Mendoza-
Rosales et al., 2010) (Fig. 4). Según Mendoza-Rosales et al. (2010),
los basaltos

Fig. 4. (2 columnas) - Reconstrucción del Jurásico Superior de la región del Golfo de México durante la etapa de deriva y enfriamiento de la ruptura de Pangea (según Ross y Scotese,
1988 y Pindell y Kennan, 2009). Durante esta etapa, Yucatán giró en sentido contrario a las agujas del reloj hasta su posición actual a lo largo de la falla de transformación Tamaulipas-
Golden Lane-Chiapas, lo que dio lugar a la apertura del Golfo de México. La divergencia entre América del Norte y América del Sur culminó con el desarrollo del margen continental del
este de México y la extensión oceánica en los mares marginales protocaribeños y colombianos (Pindell y Kennan, 2009). LB: falla de La Babia; MS: traza inferida de la megacausa
Mojave-Sonora;
46 SM: falla de San Marcos; SJ: cinturón multilonítico deF.laOrtega-Gutiérrez
M. Martini, Sierra de Juárez; TGLC: falla de
/ Earth-Science Tamaulipas-Golden
Reviews Lane-Chiapas.
183 (2018) 38-55
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retrocinturón migró progresivamente con el tiempo de oeste a este y


Los flujos basálticos de la Cuenca de Chivillas pueden haber sido emplazados
actualmente se ubica en el este de México con una orientación NNW-
por la difusión oceánica a lo largo de un segmento de dorsal oceánica,
SSE (Jennette et al., 2003; Alzaga-Ruiz et al., 2009; Fitz-Díaz et al., 2012)
que ha sido interpretado como la extensión más occidental del eje de
(Fig. 2). Con base en su posición al este del frente del retrocinturón,
difusión del Golfo de México (Fig. 4). Sin embargo, la falta de evidencia
las únicas partes del MASM que fueron
clara que indique que estos flujos basálticos son parte de una
sucesión ofiolítica hace que la interpretación de Mendoza-Rosales et
al. (2010) sea especulativa.
Paralelamente a la apertura de la zona del Golfo, se han postulado
importantes movimientos de transformación lateral izquierda de los
bloques en el norte de México para evitar el solapamiento entre
América del Norte y del Sur en la reconstrucción de Pangea
(Charleston, 1981; Anderson y Schmidt, 1983; McKee et al., 1984;
Dickinson y Lawton, 2001; Pindell y Kennan, 2009). El principal efecto
de estos desplazamientos laterales a la izquierda fue posponer la
divergencia significativa entre América del Norte y del Sur mucho
después de que el Atlántico hubiera comenzado a abrirse (Pindell y
Kennan, 2009). Se dedujo que los desplazamientos laterales a la
izquierda fueron acomodados por lineamientos estructurales de escala
kilométrica que van del NW al WNW y que actualmente se encuentran en
el norte de México. Estos lineamientos son: la megacuchilla Mojave-
Sonora, la falla de San Marcos y la falla de La Babia (Charleston, 1981;
Anderson y Schmidt, 1983; McKee et al., 1984) (Fig. 4). En las dos
últimas décadas se ha discutido mucho sobre la existencia, extensión,
cinemática y edad de estas estructuras. Para una revisión exhaustiva, se
remite al lector a Anderson y Silver (2005), Iriondo et al. (2005),
Molina-Garza e Iriondo (2005), y Gray et al. (2008). Un punto
destacable que se desprende de la discusión es que la continuidad lateral
de algunas tendencias estructurales a escala regional que deberían estar
presumiblemente cortadas por estos lineamientos de la corteza (por
ejemplo, el cinturón Ouachita-Maraton) es incompatible con los
movimientos de bloques sinistrales previstos a lo largo de cientos de
kilómetros (Iriondo et al., 2005; Poole et al., 2005). Además, el único de
estos lineamientos que ha sido claramente reconocido en el campo
como una falla jurásica basada en evidencias estructurales y
estratigráficas convincentes es la falla de San Marcos (Fig. 4). Sin
embargo, los datos estructurales de diferentes áreas a lo largo de la
traza de este lineamiento indican que la falla de San Marcos actuó
durante el Jurásico Tardío como una falla normal, con una dirección
principal de extensión orientada NNE-SSW (McKee et al., 1984; Chávez-
Cabello et al., 2005) (Fig. 4).
Dada la falta de pruebas convincentes de desplazamientos laterales a
la izquierda a lo largo de las fallas de San Marcos y La Babia, así como a lo
largo de la hipotética traza de la megacriz de Mojave-Sonora, en
nuestra reconstrucción no consideramos provisionalmente
movimientos sinistrales importantes de los bloques a lo largo de
estos lineamientos tectónicos durante el Jurásico Superior. Sin embargo,
teniendo en cuenta los problemas de superposición que surgen al
restablecer las posiciones de América del Norte y del Sur antes de la
ruptura de Pangea, no excluimos por completo que puedan haberse
producido importantes desplazamientos laterales izquierdos de bloques
en el norte o centro de México a lo largo de estructuras de la corteza
que no han sido reconocidas directa o indirectamente en el campo.
Una vez que el bloque de Yucatán alcanzó su posición actual y se
completó la apertura del Golfo de México durante el Cretácico
temprano, la propagación en los mares marginales protocaribeños y
colombianos determinó la separación final entre América del
Norte y del Sur (Pindell y Kennan, 2001, Pindell y Kennan, 2009).
Durante esta época, el margen pasivo mexicano experimentó una
desaceleración tectónica continua y un enfriamiento de la corteza que
favoreció el desarrollo de extensas plataformas carbonatadas
(Fries, 1960; Wilson et al., 1984; Aguayo-Camargo, 1988;
Goldhammer, 1999; Lehmann et al., 1999; Padilla y Sánchez,
2007).
El final de la etapa de deriva y enfriamiento está marcado por el
desarrollo del retrocinturón de pliegues y cabalgamientos del
Turoniano-Eoceno en el este de México, que produjo la inversión de
cuencas y plataformas preexistentes y la deposición de cuñas clásticas
en avance en la región del antepaís (Hernández-Romano et al.,
1997; Cerca et al., 2007; Fitz-Díaz et al. , 2012). El frente del
48 al. Reviews
M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science (2014) documentaronque el cuerpo plutónico expuesto en
183 (2018) 38-55
Prácticamente no fueron afectados por el acortamiento y la
San Felipe (Fig. 5) se emplaza en sucesiones metasedimentarias del
inversión durante el Turoniano-Eoceno son el Golfo de México y el
Triásico Superior-Jurásico Medio de origen norteamericano,
bloque de Yucatán (Fig. 2).

3. Marco tectonoestratigráfico del subsistema de rift

El comienzo del Jurásico marca el inicio de la subducción a lo


largo del margen pacífico de México. El inicio de la subducción
favoreció el crecimiento del margen del Pacífico mexicano
mediante: 1) la acreción de los abanicos turbidíticos del Trías Superior
que se depositaron a lo largo del talud de
México y del oceánico adyacente durante una etapa previa de
sedimentación del margen pasivo (Centeno-García, 2005; Centeno-
García, 2011) y 2) el inicio de un arco magmático continental que
determinó el desarrollo progresivo del MPSM en México (Centeno-
García, 2005 MASM y el MPSM durante la
etapa de rift es difícil. Esto se debe a que actualmente no hay acuerdo
sobre la ubicación exacta y la extensión del arco del Jurásico
Temprano-Medio en México, dada la amplia distribución de las rocas
ígneas calcáreas y metaígneas durante este intervalo de tiempo
(Fig. 5). De acuerdo con los datos disponibles, los granitoides y
metagranitoides calcoalcalinos que arrojaron edades de circón
U\Pb en el rango de 190-164 Ma están expuestos en el estado de
Sonora en el noroeste de México (Tosdal et al., 1989; Leggett, 2009),
en San Felipe y El Arco en el norte de Baja California (Valencia et al.,
2006; Schmidt et al., 2014), frente a la costa de Nayarit en Islas Ma- rías
(Pompa-Mera et al., 2013), y en el suroeste de México (Elías-
Herrera et al., 2000; Pérez-Gutiérrez et al., 2009; Helbig et al, 2012)
(Fig. 5), mientras que entre 193 y 168 Ma, se exponen rocas volcánicas
dominantes félsicas a intermedias y basálticos menores en
el interior continental a lo largo de la provincia volcano-sedimentaria
del Nazas, en el noreste de México (Bartolini, 1998; Barboza-Gudiño
et al, 2008; Rubio-Cisneros y Lawton, 2011; Lawton y Molina-Garza,
2014), a lo largo del margen occidental del bloque de Yucatán
(Godínez-Urban et al., 2011), y en Olinalá y Diquiyú en el sureste de
México (Morán-Zenteno et al., 1993; Campa-Uranga et al., 2004) (Fig.
5). En la actualidad, se han propuesto dos escenarios
contrastantes para explicar dicha distribución de las rocas ígneas y
metaígneas del Jurásico Inferior-Medio en México. El escenario 1 ha
sido postulado por un gran número de autores que infieren que un arco
continental del Jurásico Temprano-Medio y posibles cuencas de
retroarco asociadas pueden ser trazadas en México desde la
frontera occidental con los Estados Unidos hacia el sureste en la
provincia volcano-sedimentaria del Nazas y el bloque restaurado de
Yucatán, y posiblemente hacia el sur en el sur restaurado de México
(López-Infanzón, 1986; Bartolini, 1998; Dickinson y Lawton, 2001;
Barboza-Gudiño et al., 2008; Stern y Dickinson, 2010; Godínez-
Urban et al., 2011; Barboza-Gudiño et al., 2014; Lawton y Molina-
Garza, 2014) (Fig. 6a). De acuerdo con los autores que apoyan el
escenario 1, la ocurrencia de granitoides y metagranitoides
calcoalcalinos del Jurásico Inferior-Medio expuestos a lo largo del
actual margen del Pacífico mexicano puede explicarse asumiendo
que estas rocas representan el vestigio de una terrana exótica
denominada terrana de Guerrero (Fig. 6a), que se ha interpretado
como un arco intraoceánico del Pacífico o un sistema de arcos
múltiples que se acrecionó al interior continental mexicano durante
el Cretácico (por ejemplo, Dickinson y Lawton, 2001; Barboza-
Gudiño et al, 2008; Godínez-Urban et al., 2011). Por lo tanto, con base
en esta recon- strucción, el registro estratigráfico del Jurásico
Inferior-Medio de México debería ser incluido en su totalidad en el
MPSM, ya que se desarrolló
relacionados con la subducción a lo largo del margen del Pacífico
mexicano. Sin embargo, en las últimas décadas ha surgido un punto de
debilidad principal del escenario 1. De hecho, un número creciente de
evidencias parece indicar que los conjuntos ígneos y metaígneos que
componen la terrana de Guerrero en el centro y sur de México no
representan un arco exótico de origen pacífico, sino más bien un
arco norteamericano que fue progresivamente rifado durante el
Cretácico Temprano por propagación de arco posterior y que luego se
acrecionó de nuevo al interior con- tinental mexicano (Elías-Herrera et
al., 2000; Martini et al., 2011; Martini et al. , 2014). Asimismo, Schmidt et
M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55 49

Fig. 5. (1.5 columnas) - Reconstrucción esquemática del área del Golfo de México para el intervalo de tiempo Jurásico Temprano-Medio, mostrando la distribución de rocas ígneas y
metaígneas con una firma geoquímica tipo arco. Las posiciones restauradas de Yucatán y Baja California están de acuerdo con Pindell y Kennan (2009) y Schaaf et al. (2000),
respectivamente. El sur de México está desplazado hacia el noroeste de su posición actual para evitar el solapamiento con Sudamérica durante el Jurásico Temprano y Medio
(Pindell y Kennan, 2009).

geoquímica tipo arco de las riolitas y dacitas puede ser eventualmente


excluyendo la posibilidad de un origen exótico para el mismo. A la luz de
tomada como
esto, en México se exponen dos cinturones magmáticos coevolutivos de
origen norteamericano: 1) un cinturón de plutones costeros expuestos
en Sonora, Baja California, en las Islas Marías y en el suroeste de
México (Tosdal et al., 1989; Elías-Herrera et al., 2000; Valencia et al., 2006;
Leggett, 2009; Pérez-Gutiérrez et al., 2009; Pompa-Mera et al. , 2013;
Schmidt et al., 2014) (Fig. 5) y 2) un cinturón volcano-sedimentario
interior, que comprende rocas expuestas en la provincia de Nazas, a lo
largo del límite occidental del bloque de Yucatán, y en el sureste de
México (Morán-Zenteno et al., 1993; Bartolini, 1998; Campa-Uranga et
al. , 2004; Barboza-Gudiño et al., 2008; Godínez-Urban et al., 2011; Rubio-
Cisneros y Lawton, 2011; Lawton y Molina-Garza, 2014) (Fig. 5). Para dar
cabida a estos dos cinturones magmáticos contemporáneos en México,
algunos autores sugirieron, explícita o implícitamente, una
reconstrucción geodinámica alternativa que puede sintetizarse en el
escenario 2. Según los autores que apoyan el escenario 2, los
cinturones plutónicos costeros y volcano-sedimentarios del interior
pueden haberse desarrollado bajo escenarios tectónicos
diferentes (Michalzik, 1991; Goldhammer, 1999; Eguiluz de
Antuñano, 2011b). En particular, el cinturón volcano-sedimentario
interior expuesto en actividad
magmática intraplaca asociada a la atenuación litosférica progresiva
impulsada por el rifting inicial de Pangea occidental, mientras que el
cinturón plu- tónico costero representaría el arco magmático
relacionado con la subducción a lo largo del margen del Pacífico (Fig.
6b). Aunque esta interpretación explica satisfactoriamente la coexistencia
de los dos cinturones magmáticos coetáneos en México, no explica la firma
geoquímica relacionada con la subducción que se ha documentado para
las rocas volcánicas expuestas en la provincia volcano-
sedimentaria del Nazas (por ejemplo, Bartolini, 1998; Fastovsky et
al., 2005; Barboza-Gudiño et al., 2008). En efecto, aunque la firma
50 M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55
la sobreimpresión de la corteza continental precámbrica que subyace al
este de México, los elementos principales y traza de los pocos
de lava basáltica analizados expuestos en la provincia del Nazas
indican claramente un entorno de supra-subducción para estas rocas
ígneas (Bartolini, 1998; Fastovsky et al., 2005). Con base en estas
sucesiones
volcano-sedimentarias del Jurásico Inferior-Medio de la provincia
del Nazas parece ser una importante cuestión no resuelta de la
evolución geológica mesozoica del este de México. A la luz de las
crecientes evidencias que apoyan un origen norteamericano para los
plutones costeros del margen pacífico de México, en nuestra
reconstrucción favorecemos tentativamente el escenario 2 y
discutimos críticamente en la parte final de este trabajo la posible
razón del emplazamiento de rocas volcánicas relacionadas con la
subducción en un entorno de rift intracontinental relacionado
con la ruptura de Pangea.
Con base en el supuesto adoptado en este trabajo, consideramos
que las sucesiones volcano-sedimentarias del Jurásico Inferior y
Medio expuestas en los dos tercios orientales de México forman
parte del subsistema de rift del MASM. El subsistema de rift está
representado por sucesiones volcano-sedimentarias
continentales a marinas marginales que están expuestas en el
noreste entre Torreón, Ciudad Victoria y San Luis Potosí
(provincia volcano-sedimentaria Nazas) (Fig. 7a), en el núcleo
del anticlinorio de Huayacocotla en el centro-este de México
(Fig. 7b), y en el sureste entre la zona de la Mixteca y el límite
occidental del bloque de Yucatán (Fig. 7c) (Michalzik, 1991; Morán-
Zenteno et al, 1993; Barboza-Gudiño et al., 2004; Ochoa-
Camarillo et al., 1999; Godínez-Urban et al., 2011; Rubio-Cisneros
y Lawton, 2011; Campos-Madrigal et al., 2013). En la Fig. 8 se ofrece
una sinopsis de la estratigrafía del Jurásico Temprano y Medio. El
registro estratigráfico del Jurásico Inferior y Medio se compone
principalmente de sucesiones proximales, -aluviales a
litorales, que se depositaron en las cubetas de tendencia NNW (Fig.
7a-c), resultado de la progresiva
M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55 51

Fig. 6. (2 columnas) - Reconstrucción paleogeográfica y tectónica esquemática de México propuesta por diferentes autores para el Jurásico Medio. (a.) Según el escenario 1, el arco continental
del Jurásico Medio Temprano en México puede trazarse desde Sonora hacia el sureste hasta la provincia volcano-sedimentaria del Nazas y el bloque restaurado de Yucatán, y posiblemente hacia el
sur del México restaurado. Con base en esta reconstrucción, las rocas intrusivas y metaintrusivas actualmente expuestas a lo largo de co mexicano se interpretan como el
vestigio de un exótico sistema de arco o multiarco intraoceánico denominado terrana de Guerrero, que se acrecionó a Norteamérica durante el Cretácico. (b.) En el escenario 2, el arco
continental del Jurásico Temprano-Medio de México está representado por rocas intrusivas y metaintrusivas expuestas a lo largo del actual margen del Pacífico mexicano, mientras que la
sucesión volcano-sedimentaria de la provincia de Nazas, el bloque de Yucatán y el sureste de México se interpretan como el resultado de un magmatismo intraplaca relacionado con la
ruptura de Pangea ecuatorial occidental.

sótano, enmascarando cualquier posible aumento estratigráfico en la


atenuación de la corteza que acompañó la ruptura inicial de Pangea
contribución de los niveles de la corteza progresivamente más profundos. Por
(Morán-Zenteno et al., 1993; Ochoa-Camarillo et al., 1998; Goldhammer,
lo tanto, una evidencia petrológica de la disección incremental de la
1999; Padilla y Sánchez, 2007; Barboza-Gudiño et al., 2010; Campos-
corteza es
Madrigal et al., 2013). En la mayoría de los casos, los límites de estas
artesas están enterrados bajo sucesiones del Jurásico Superior y del
Cretácico. Sin embargo, cuando están expuestas, están
claramente representadas por fallas laterales de tendencia NNW
con posibles movimientos normales menores (por ejemplo, Campos-
Madrigal et al., 2013). Las fosas continentales en el bloque occidental de
Yucatán muestran una tendencia de elongación de NW a EW, que es
consistente con la rotación de 45-60° en sentido contrario a las agujas del reloj
de las cuencas originalmente de tendencia NNW (Fig. 7c). A la luz de estos
datos, el patrón deposicional del Jurásico Temprano y Medio en el este de
México parece estar dominado por un conjunto de fallas laterales de
tendencia NNW que determinaron el desarrollo de una zona difusa de debilidad
de la corteza a lo largo del naciente límite de placa Norteamérica-
Sudamérica (Fig. 9). La disección y el levantamiento incremental de
los niveles más profundos de la corteza a lo largo de esta zona de debilidad
se pone de manifiesto en el cambio progresivo de las poblaciones de
circones detríticos contenidos en las sucesiones clásticas del Jurásico
inferior y medio. De hecho, en el anticlinorio de Huizachal, en el
noreste de México (Fig. 7a), se observa un enriquecimiento progresivo
en los granos de circón paleozoico y precámbrico derivados de las
rocas del basamento, desde las areniscas del Jurásico Inferior al Medio de
las formaciones de La Boca y La Joya (Rubio-Cisneros y Lawton, 2011)
(Fig. 8). Una de las principales estructuras responsables de dicha
atenuación de la corteza está representada por la falla Tamaulipas-
Golden Lane-Chiapas, de tendencia NNW, que produjo el
levantamiento progresivo de las rocas premesozoicas del Arco de
Tamaulipas (Pindell y Kennan, 2009) (Fig. 9). En el sur de México, los
circones detríticos paleozoicos y precámbricos son omnipresentes a lo
largo de todo el registro estratigráfico y no muestran un aumento
- dancia desde las partes más antiguas a las más
jóvenes de las sucesiones (Campos- Madrigal et al., 2013). Esto se debe a que
las rocas del sótano en el sur de México fueron superpuestas por
sucesiones sedimentarias anteriores a la rift que se derivaron del propio
52 M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55
difícil de obtener en las sucesiones del sur de México. Sin embargo, el
levantamiento de grandes bloques de basamento limitados por fallas
debió ocurrir a lo largo del cinturón multilonítico de la Sierra de
Juárez (Fig. 9), que representa una estructura principal de la corteza
que acomodó una dislocación normal lateral derecha durante el
Jurásico Medio-Tardío (Alaniz-Alvarez et al., 1996).
La atenuación de la corteza culminó durante el Calloviano o el
Oxfordiano más temprano con la deposición de evaporitas generalizadas
desde el sureste de Texas hasta los límites norte y oeste del
bloque de Yucatán (Goldhammer, 1999; Pindell y Kennan, 2007)
(Fig. 9). La deposición de evaporitas fue sucedida por la
propagación del área del Golfo de México y la
incursión de aguas marinas normales que marcan el inicio de la etapa
de deriva y enfriamiento.

4. Marco tectonoestratigráfico del subsistema de deriva y


enfriamiento

Durante el Jurásico Tardío y el Cretácico Temprano, el margen del


fue el sitio de una intensa actividad magmática de
arco que produjo el emplazamiento de cuerpos volcánicos
e intrusivos granítico-
granodioríticos del MPSM (por ejemplo, Henry et al, 2003; Solari
et al., 2007; Centeno-García et al., 2008; Martini et al., 2009;
Escalona-Alcazar et al., 2014; Martini et al., 2014; Schmidt et al.,
2014). Durante este intervalo de tiempo, el límite entre el MPSM
y el MASM está representado por la cuenca de Arperos, que está
expuesta en el centro y sur de México (Fig. 10) y ha sido interpretada
como una cuenca de retroarco de origen oceánico que
efectivamente produjo una desconexión sedimentológica entre
los conjuntos de arco expuestos a lo largo del margen del Pacífico
norteamericano y el interior de México (Elías-Herrera et al., 2000;
Martini et al. , 2011; Martini et al., 2014). En el norte de México, la
cuenca de los Arperos está ampliamente enterrada bajo una gruesa
sucesión de rocas volcánicas cenozoicas que oculta el límite entre
el MPSM y el MASM. Una sucesión ofiolítica del Cretácico inferior
expuesta en Porohui (Fig. 10) ha
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Fig. 7. (2 columnas) - Mapas geológicos simplificados que muestran la ubicación y extensión de las sucesiones del Jurásico Inferior y Medio expuestas en las áreas a) Torreón-Ciudad
Victoria-San Luis Potosí (provincia volcanosedimentaria de Nazas), b) Huayacocotla, y c) Olinalá-Tuxtla Gutiérrez. Los mapas están basados en Morán-Zenteno et al. (1993),
Ochoa-Camarillo et al. (1999), Silva-Romo et al. (2000), Barboza-Gudiño et al. (2010), Godínez-Urban et al. (2011), Campos-Madrigal et al. (2013), y los mapas en línea 1:250.000 del
Servicio Geológico Mexicano. A: Cuenca de Ayuquila; O: Cuenca de Olinalá; Ot: Comedero de Otlaltepec; SJ: Cinturón multilonítico de la Sierra de Juárez; SR: Zona de cizalla del río
Salado; T: Comedero de Tlaxiaco; TdS: Falla de Todos Santos; TGLC: Falla Tamaulipas-Golden Lane-Chiapas; TS: Sistema de fallas Texcalapa-El Sabino.

ha sido interpretado tentativamente como la posible extensión de la Las columnas que sintetizan el registro estratigráfico depositado
Cuenca de Arperos en el noroeste de México (Ortega-Gutiérez et durante la etapa de deriva y enfriamiento se representan en la Fig. 12. A
al., 1979). excepción de las cuencas de Sabinas y Bisbee, que actualmente
Las sucesiones sedimentarias desarrolladas durante la etapa de muestran una elongación dominante hacia el NO, las sucesiones del
deriva y enfriamiento están ampliamente expuestas en los dos Jurásico Superior-Cenomano del MASM fueron depositadas en cuencas
tercios orientales de México, y representan la mayor parte del interconectadas que se extienden por miles de kilómetros desde el
registro estratigráfico del MASM (Fig. 10). A diferencia de la etapa de norte hasta el sur de México (Fig. 11). Las rocas y sedimentos del
rift del Jurásico Temprano y Medio, que se caracteriza por el Cretácico Superior cubren en su mayoría los límites de estas cuencas.
desarrollo de canales estrechos e independientes con sucesiones Sin embargo, a lo largo de los límites de las cuencas se distribuyen de
marinas continentales y marginales, en el Jurásico Tardío la deposición forma ubicua cuñas clásticas progradantes que contienen granos
en el MASM tuvo lugar en cuencas marinas amplias e interconectadas, líticos de basamento premesozoico y fragmentos de calizas de plataforma
con plataformas carbonatadas desarrolladas en los altos del cretácicas, lo que sugiere que estas últimas pueden estar representadas
basamento limitados por fallas (Suter, 1987; Goldhammer, 1999; por fallas importantes que producen el levantamiento progresivo de
Lehmann et al., 1999; Haenggi, 2002; González-León et al., 2008; los altos de basamento adyacentes. Teniendo en cuenta que la
Mendoza-Rosales et al., 2010; Eguiluz de Antuñano, 2011a) (Fig. 10). mayoría de estas fallas no están expuestas en la actualidad y que no se
En la Fig. 11 se presenta una reconstrucción paleogeográfica dispone de datos geofísicos a lo largo de los límites de la cuenca, la
esquemática que muestra la localización y geometría de las principales cinemática de las principales estructuras que controlan la
cuencas y altos estructurales durante la etapa de deriva y deposición del subsistema de deriva y enfriamiento sigue siendo
enfriamiento, mientras que la cronoestratigrafía desconocida en la mayoría de los casos. La información directa e
indirecta
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Fig. 8. (1,5 columnas) - Carta cronoestratigráfica de las sucesiones volcano-sedimentarias del subsistema de rift (según Morán-Zenteno et al., 1993; Ochoa-Camarillo et al., 1999; Silva-Romo et
al., 2000; Campa-Uranga et al, 2004; Barboza-Gudiño et al., 2008; Barboza-Gudiño et al., 2010; Godínez-Urban et al., 2011; Rubio-Cisneros y Lawton, 2011; Campos-Madrigal et al., 2013;
Durán-Aguilar, 2013; Lawton y Molina-Garza, 2014).

reloj hasta su actual orientación WNW-ESE. Esta interpretación parece


La evidencia de importantes desplazamientos laterales a la derecha durante el
estar respaldada por los datos paleomagnéticos, que documentan
Jurásico Tardío y el Cretácico Temprano ha sido reportada sólo para la
falla Tamaulipas-Golden Lane-Chiapas y el cinturón multilónico
de la Sierra de Juárez (Alaniz-Alvarez et al., 1996; Pindell, 1985)
(Fig. 11). Teniendo en cuenta que estos lineamientos de la
corteza muestran una tendencia NNW que es paralela a la elongación
de la mayoría de las cuencas del Jurásico Superior-Cretácico Inferior del
este de México, parece plausible que, de forma similar al subsistema de
rift, el patrón de posición desarrollado durante la etapa de deriva y
enfriamiento fue controlado en su mayor parte por un conjunto de
fallas laterales derechas de escala regional y con dirección NNW que se
desarrolló como resultado de una extensión regional NW-SE (Fig. 11). Sin
embargo, a diferencia de la etapa de rift, el patrón estructural de la
etapa de deriva y enfriamiento parece estar caracterizado por una
menor densidad de fallas que, sin embargo, muestran mayores
extensiones y una mayor cantidad de desplazamiento.
La suposición de importantes desplazamientos laterales a la derecha
durante la de- posición del subsistema de deriva y enfriamiento implica la
rotación en el sentido de las agujas del reloj de bloques discretos de la
corteza en el este de México durante el Jurásico Tardío y el Cretácico
Temprano. La evidencia de la rotación en el sentido de las agujas del
reloj en el noreste de México la ofrece posiblemente la falla de San
Marcos, que representa el límite suroeste de la cuenca de Sabinas
(Fig. 11). En efecto, la falla de San Marcos es una importante estructura
que gira hacia el ONO y que se acomodó a un desplazamiento normal al menos
durante el Jurásico Tardío. La orientación y la cinemática de esta falla
sugieren que se desarrolló con una dirección principal de extensión
orientada al NNE-SSW (Chávez-Cabello et al., 2005), lo que es
incompatible con la extensión tectónica regional NW-SE impuesta por la
divergencia progresiva entre América del Norte y del Sur. Sin embargo,
teniendo en cuenta que esta estructura parece estar conectada
entre la falla lateral derecha de Tamaulipas-Golden Lane-Chiapas al
este y un importante lineamiento de tendencia NNW que marca el
límite oriental de la cuenca de Chihuahua al oeste (Fig. 11),
especulamos que la falla de San Marcos se originó como una estructura
normal de tendencia NE como resultado de la extensión tectónica
regional NE-SW, y posteriormente giró en el sentido de las agujas del
56 M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55
que la sucesión continental del Jurásico Superior y Cretácico Inferior
depositada a lo largo de la falla de San Marcos experimentó una
rotación en el sentido de las agujas del reloj de al menos 38°
durante su sedimentación (González-Naranjo et al., 2008).
Aunque no se registra ningún
principal de la ex- tensión tectónica durante la transición de rift y
deriva y enfriamiento, se pueden reconocer diferencias importantes
en el entorno deposicional entre estas dos etapas. De hecho, el
registro estratigráfico del subsistema de deriva y enfriamiento se
desarrolló durante un ciclo de transgresión de primer orden que
produjo la supresión de la deposición continental que dominó la etapa
de rift y el progresivo rebasamiento de los sedimentos marinos desde
las partes más profundas de las cuencas hasta la cima de los altos del
basamento (Goldhammer, 1999; Lehmann et al., 1999)
(Fig. 12). Los datos bioestratigráficos disponibles de la cuenca de Sabinas
y del sector septentrional de la cuenca central mexicana
muestran que la transgresión del Jurásico Tardío-Cenomaniano
ocurrió en el noreste de México a través de al menos cuatro ciclos de
transgresión-regresión de segundo orden, que se correlacionan bien
con los cambios del nivel del mar predichos por la curva eustática de
Haq et al. (1987) (Goldhammer, 1999; Lehmann et al., 1999)
(Fig. 12). Basándose en estas evidencias, la mayoría de los autores
sugirieron que la evolución estratigráfica del subsistema de deriva y
enfriamiento estuvo dominada principalmente por la eustasia (Todd y
Mitchum, 1977; Lehmann, 1999; Goldhammer, 1999; Eguiluz de
Antuñano, 2011a). Los cambios locales en el esquema de
transgresión-regresión determinado para el noreste de México
pueden ser resultado de las diferentes condiciones de subsidencia que
acompañaron la evolución de cada cuenca (por ejemplo, las cuencas
de Bisbee y Altar-Cucurpe en González-León et al., 2008) (Fig. 12). Las
correlaciones regionales exhaustivas de los ciclos de transgresión-
regresión de segundo orden en todo el MASM son difíciles de es-
tablecer, principalmente porque los datos bioestratigráficos están
dispersos en el centro y sur de México, y se limitan a intervalos
estratigráficos discretos. Sin embargo, aunque se requiere mucho
trabajo para obtener un marco estratigráfico satisfactorio para las
partes central y sur del MASM, los datos disponibles parecen encajar
bien con algunos de los ciclos de transgresión-regresión
documentados en el noreste de México (por ejemplo, Abascal-
Hernández, 2014) (Fig. 12).
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Fig. 9. (2 columnas) - Reconstrucción de la zona del Golfo de México para el Jurásico Medio. En esta reconstrucción, se interpreta que las sucesiones volcano-sedimentarias del Jurásico
Inferior y Medio de la provincia de Nazas, el anticlinorio de Huayacocotla, el área de la Mixteca y el bloque de Yucatán se depositaron en las fosas transtensionales con tendencia al NNW,
que fueron el resultado de la atenuación progresiva de la corteza relacionada con la ruptura de Pangea. Las fosas transtensionales están limitadas por fallas laterales de tendencia NNW que
determinaron el desarrollo de una zona difusa de debilidad de la corteza a lo largo del naciente límite de placas Norteamérica-Sudamérica. SJ: Cinturón multilonítico de la Sierra de Juárez;
SR: Zona de cizalla del Río Salado; TGLC: Falla Tamaulipas-Golden Lane-Chi- apas; TS: Sistema de fallas Texcalapa-El Sabino.

El hecho de que en el noreste de México la incursión marina Las cuencas centrales han sido objeto de revisión por parte de
coincidiera con la rotación del bloque de Yucatán motivó a muchos algunos autores, que han encontrado que algunos de los especímenes
autores a sugerir que la transgresión de primer orden del Jurásico mexicanos muestran fuertes afinidades con los conjuntos faunísticos
Tardío-Cenomano fue impulsada por la extensión del suelo marino clásicos del Tetis, mientras que otros muestran rasgos en- máticos que
en el Golfo de México y el Océano Atlántico, y que las cuencas y no son distintivos ni del Tetis ni de los dominios pa- cíficos (por
los altos del basamento del MASM fueron progresivamente ahogados ejemplo, Sandoval y Westernman, 1986; Olóriz et al., 2000; Olóriz et
por las aguas marinas procedentes del dominio atlántico (Vail et al., al. , 2003; Villaseñor et al. , 2003). Ante esto, en este trabajo se favorece la
1977; Goldhammer, 1999; Lehmann et al., 1999; Pindell y Kennan, idea de que las aguas marinas invadieron progresivamente el área del
2009) (Fig. 11). Un argumento que apoya esta hipote- sis está Golfo de México y la parte norte y central del MASM desde el dominio
representado por el hecho de que los carbonatos del Jurásico atlántico. Considerando que los ensambles faunísticos de las
Superior de la Formación Zuloaga (Fig. 12) se desarrollaron en el cuencas del sur de México no han sido reexaminados desde el estudio de
noreste de México en rampas de buzamiento hacia el este que Cantú- Chapa (1998), no podemos descartar que partes del sur de
retrocedieron progresivamente hacia el oeste como resultado México hayan sido transgredidas localmente por incursiones marinas
del progresivo ascenso eustático (Goldhammer, 1999). Un (Fig. 11).
intrigante escenario alternativo fue propuesto por Cantú- Una vez que se completó la apertura del Golfo de México, el margen
Chapa (1998), pacífica para los pasivo mexicano experimentó una continua subsidencia isostática
amonites contenidos en las sucesiones más altas del Jurásico desacelerada y un enfriamiento de la corteza, lo que potenció el
Medio y Superior del MASM, y propuso que la incursión marina que desarrollo de extensas plataformas carbonatadas del Aptiano-Albiano con
invadió progresivamente todas las cuencas del oriente mexicano un espesor acumulado de la plataforma de unos 2000 m (Fries, 1960;
el área del Golfo de México. Sin embargo, Aguayo-Camargo, 1998; Goldhammer,
en las últimas dos décadas, los amonites de los lechos jurásicos de 1999).
las cuencas de Sabinas, Tampico-Misantla y México
58 M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55

Fig. 10. (2 columnas) - Mapa geológico simplificado que muestra la localización y extensión de las sucesiones estratigráficas del Jurásico Superior-Cenomano desarrolladas durante la etapa
de deriva y enfriamiento. En el mapa se diferencian las sucesiones marinas superficiales y profundas desarrolladas en los altos del basamento y en la cuenca de subsidencia,
respectivamente. Las exposiciones de las sucesiones del Jurásico Superior-Cenomano se han recopilado a partir de los mapas 1:250.000 disponibles del Servicio Geológico Mexicano,
así como de McKee et al. (1984), Suter (1987), Carrillo-Martínez (1989), Lehmann et al. (1999), Haenggi (2002), Humphrey y Díaz (2003), López-Doncel (2003), Cerca et al. (2007),
Barboza-Gudiño et al. (2010), Mendoza-Rosales et al. (2010), García y Barragán y Jacques-Ayala (2011). Los altos del basamento son: la Plataforma Aldama (AP), el alto Acatlán-
Oaxaca (AOH), la Plataforma Burro Salado (BSP), la Plataforma Coahuila (COP), la Plataforma Córdoba (CRP), la Plataforma Diablo (DP), la Plataforma Guerrero-Morelos (GMP), la
Plataforma San Luis-Valles (SLVP), el Arco Tamaulipas (TA) y la Plataforma Yucatán (YP). Las cuencas marinas profundas son: Cuenca Altar-Cucurpe (ACB), Cuenca Bisbee (BB),
Cuenca Chivillas (CB), Cuenca Chihuahua (CHB), Cuenca del Golfo de México (GOMB), Cuenca Central Mexicana (MCB), Cuenca Sabinas (SB) y Cuenca Tampico-Misantla
(TMB).

5. Discusión (Michalzik, 1991; Goldhammer, 1999; Eguiluz de Antuñano, 2011b)


(Fig. 6a y b). A la luz de esta divergencia de opiniones, la in-
5.1. Una interpretación tectonoestratigráfica alternativa de la terpretación de la provincia del Nazas es clave para reconstruir la
provincia volcano-sedimentaria de Nazas evolución tectónica meso- zoica de México, porque permite determinar
si las suce- siones volcano-sedimentarias del Jurásico Medio Inferior
Aunque muchos autores han contribuido en las últimas décadas a del este de México forman parte de la estratigrafía relacionada con
establecer las bases del marco estratigráfico y estructural del el MASM o con el MPSM. En este trabajo, descartamos la
oriente de México, la síntesis presentada en este trabajo subraya interpretación de la provincia volcano-sedimentaria del Nazas como
claramente que aún se requiere mucho trabajo para reconstruir el arco continental del Jurásico Temprano-Medio de México. Esto
exhaustivamente la evolución tectono-estratigráfica del MASM. En se debe principalmente a que dicha re-construcción implica un
particular, una de las cuestiones más destacadas sin resolver relacionadas origen exótico para los cuerpos plutónicos del Jurásico Inferior-
con el registro estratigráfico del MASM se refiere a la interpretación de Medio expuestos a lo largo del margen del Pacífico mexicano, lo que
la provincia volcano-sedimentaria del Nazas del Jurásico Temprano- contrasta con el creciente número de evidencias que apoyan un
Medio. En efecto, las rocas volcánicas y volcaniclásticas de la provincia del origen norteamericano para ellos (Elías-Herrera et al., 2000; Martini
Nazas han sido interpretadas bien como un arco contiguo y posibles et al., 2011; Martini et al., 2014; Schmidt et al. , 2014). En base a esta
cuencas de retroarco relacionadas con la subducción desde el consideración, nos inclinamos por el escenario en el que el
(Bartolini, 1998; Dickinson y Lawton, 2001; Barboza-Gudiño et al. cinturón plutónico costero del Jurásico Temprano-Medio representa
, 2008; Stern y Dickinson, 2010; Barboza-Gudiño et al., 2014) o bien el arco magmático relacionado con la
como un conjunto magmático relacionado con la extensión provincia volcano-sedimentaria de Nazas se desarrolló por
intracontinental que resultó de la ruptura de Pangea atenuación transtensional de la litosfera continental detrás del
arco (Michalzik, 1991; Goldhammer, 1999;
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Fig. 11. (2 columnas) - Reconstrucción de la zona del Golfo de México para el intervalo de tiempo del Cretácico Temprano. En esta reconstrucción, el bloque de Yucatán se rota a su posición
actual a lo largo de la transformación Tamaulipas-Golden Lane-Chiapas (TGLC) y se abre el Golfo de México. La incursión de las aguas marinas del Golfo de México determinó la supresión de
la deposición continental dentro del MASM y favoreció el desarrollo de cuencas y plataformas carbonatadas, que están representad
pueden haber sido transgredidas localmente por incursiones m Falla de La Babia; SJ: Cinturón multilonítico de la Sierra de Juárez; SM: Falla de San Marcos.

Eguiluz de Antuñano, 2011b) (Fig. 6b). De acuerdo con tal posición en la placa superpuesta y el desarrollo de un régimen transtensional
relativa al arco magmático y considerando la firma geoquímica de (Chamot-Rooke et al., 2001; Curray, 2005). Todos los mecanismos
suprasubducción de sus rocas volcánicas, se puede especular que la mencionados anteriormente son el resultado de la interacción de las
provincia volcano-sedimentaria de Nazas puede representar un placas tectónicas a lo largo de los márgenes convergentes. En
dominio de back-arc transtensional. A la luz de esta posible consecuencia, una cuenca sedimentaria puede considerarse una cuenca
interpretación, es necesario señalar que, además de que se pueden de arco posterior sólo cuando la extensión o la transtensión detrás de
invocar múltiples escenarios tectónicos para el desarrollo de las un arco magmático activo es la consecuencia directa de procesos
cuencas de back-arc, el esfuerzo extensional o transtensional en un tectónicos relacionados con el límite de subducción adyacente. Sobre la
entorno de back-arc es en todos los casos la consecuencia directa de la base de estas consideraciones, surgen grandes problemas para
interacción de dos placas a lo largo de un límite de subducción de retroarco si se
(Sdrolias y Müller, 2006). De hecho, los datos disponibles de las considera que las sucesiones volcano-sedimentarias del Jurásico
cuencas de back-arc actuales indican que pueden ser el resultado Inferior-Medio expuestas en el este de México se desarrollaron
de 1) el retroceso de la losa (Elsasser, 1971; Molnar y Atwater, 1978; durante un importante evento transtensional lateral derecho con
Hamilton, 1988; Wortel y Spakman, 2000; Faccenna et al., 2001; Clark una di- rección principal NW-SE de extensión tectónica (Fig. 13). De hecho, la
et al., 2008), 2) el anclaje en el manto profundo de una losa que subduce reconstrucción de los vectores de velocidad de con- vergencia a lo largo
por debajo de una placa superpuesta que se aleja de la fosa en el marco del Pacífico oriental indica que durante el Jurásico Medio la
de referencia absoluto (Scholz y Campos, 1995), y 3) el alto grado de convergencia a lo largo de la fosa del Pacífico mexicano fue oblicua, con
oblicuidad de convergencia a lo largo de un segmento de la fosa, que la placa de Farallón moviéndose hacia el sureste en relación con la
favorece los movimientos de deslizamiento de rumbo América del Norte (Engebretson et al., 1985) (Fig. 13). Esta
dirección de con- vergencia debería producir una transtensión lateral
izquierda
60 en el M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55
M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55 61

Fig. 12. (2 columnas) - Carta cronoestratigráfica para las sucesiones sedimentarias del subsistema de deriva y enfriamiento (según Fries, 1960; Meneses-Rocha, 1985; Suter, 1987; Carrillo-
Martínez, 1989; Morán-Zenteno et al, 1993; Tristán-González y Torres-Hernández, 1994; Goldhammer, 1999; Lehmann et al., 1999; Barboza-Gudiño et al., 2004; Haenggi, 2002;
Humphrey y Díaz, 2003; López-Doncel, 2003; Gonzáles-León et al., 2008; Mendoza-Rosales et al., 2010; Abascal-Hernández, 2014; Ortega-Flores et al., 2014). También se presenta la
curva eustática de Haq et al. (1987) esozoico de México.

placa superior norteamericana, lo que est Por lo tanto, como una


cinemática lateral derecha documentada por los datos alteración de los escenarios propuestos anteriormente,
disponibles del este de México (Fig. 13). Sobre la base de tal favorecemos la idea de que las sucesiones volcano-sedimentarias de
cuencas transtensionales la provincia de Nazas resultaron de la superposición e interacción de
derechas de la provincia de Nazas no puede vincularse fácilmente a la dos procesos geodinámicos diferentes: 1) la convergencia a lo largo del
margen pacífico de México y 2) el rift intracontinental América del
proceso de rift intracontinental relacionado con la divergencia NW-SE Norte-América del Sur y la consiguiente apertura del océano Atlántico.
entre América del Norte y del Sur. Adoptando este escenario, la firma Según esta interpretación, la provincia de Nazas, en el este de México,
geoquímica tipo arco de las rocas volcánicas del Nazas puede ser representa un laboratorio natural para estudiar la evolución de los
simplemente una consecuencia del hecho de que el rift intracontinental sistemas volcano-sedimentarios relacionados con el desarrollo de un
relacionado con la divergencia América del Norte-América del Sur se rift continental en una zona de supra-subducción, y ofrece nuevas
desarrolló en México lo suficientemente cerca de la fosa del Pacífico oportunidades para explorar escenarios geodinámicos complejos
como para de la losa subductora (Fig. 13). relacionados con la interacción de los límites de placas tectónicas.
De acuerdo con esta reconstrucción, la provincia volcano-
sedimentaria del Nazas debe ser considerada como un dominio tectono- 5.2. Evolución estratigráfica de la MASM y madurez del conjunto de fallas
estratigráfico híbrido, que presenta características propias tanto del
MASM como del MPSM. En efecto, en este dominio, la transtensión La geometría y la evolución estratigráfica de las cuencas y las
lateral derecha fue controlada principalmente por la ruptura de Pangea, formas planas que constituyen el MASM proporcionan información
mientras que el emplazamiento de rocas volcánicas tipo arco fundamental sobre
62 M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55

Fig. 13. (2 columnas) - Reconstrucción del Jurásico Medio y sección interpretativa del área del Golfo de México. Los granitos expuestos en Sonora, Baja California, Islas Marías y sur de México
representan el cinturón plutónico costero. Este cinturón se interpreta en este trabajo como el eje del arco magmático relacionado con la subducción de la placa Farallón. El cinturón
interior se compone de rocas volcánicas dominantes félsicas e intermedias y de basálticos menores que fueron emplazados en cuencas transtensionales derechas de la provincia de
Nazas del noroeste de México, así como en el sur de México y a lo largo de la frontera occidental del bloque de Yucatán. Este cinturón volcánico se interpreta en este trabajo como un
dominio tectonoestratigráfico híbrido, que presenta características típicas tanto del MASM como del MPSM. En efecto, en este dominio, la dinámica de las cuencas transtensionales fue
controlada principalmente por la extensión NW-SE impuesta por la divergencia Norteamérica-
Cinturón de milonitas de la Sierra de Juárez; SR: Zona de cizalla del río Salado; TGLC: Falla de Tamaulipas-Golden Lane-Chiapas; TS: Sistema de
fallas de Texcalapa-El Sabino.

el desarrollo del límite de placas Norteamérica-Sudamérica y, en en el abandono de otros segmentos de falla. Como consecuencia, el
general, mejorar nuestra comprensión de la evolución de los subsistema de deriva y enfriamiento se desarrolló en un número
sistemas tectonoestratigráficos relacionados con la ruptura de las masas menor de ba- sas que, sin embargo, se caracterizaron por una mayor
continentales. Los datos estratigráficos disponibles indican que extensión en relación con las de rift y una creciente interconexión a lo
pueden reconocerse importantes diferencias entre los subsistemas de largo del tiempo. La evolución desde depocentros aislados a cuencas
rift y de deriva y enfriamiento. De hecho, durante la etapa de rift, el este progresivamente conectadas fue sin duda el resultado, al menos en
de México era una zona de debilidad difusa de la corteza en la que la parte, del ascenso eustático de primer orden del Jurásico-Cenomano,
deposición se produjo en numerosos depocentros restringidos y que se ha deducido que ejerció un importante control sobre el
aislados que estaban limitados por segmentos de falla relativamente desarrollo del MASM (Todd y Mitchum, 1977; Lehmann et al., 1999;
pequeños. En cambio, durante la etapa de deriva y enfriamiento la Goldhammer, 1999; Eguiluz de Antuñano, 2011a). Sin embargo, la
deformación se localizó progresivamente a lo largo de los principales eustasia por sí sola no puede explicar la disminución de la densidad de
lineamientos de la corteza, lo que dio lugar a las fallas y
M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews 183 (2018) 38-55 63

deposición dentro del MASM fue controlada principalmente por la


localización de la deformación que caracterizó la transición de la etapa
creciente madurez del conjunto de fallas que acomodaron la extensión
de rift a la de deriva y enfriamiento. Por lo tanto, es necesario explorar causas
de la corteza durante la ruptura de Pangea. De hecho, el análisis
adicionales para explicar la evolución del registro estratigráfico que
estratigráfico de la sucesión
compone el MASM.
De acuerdo con los modelos numéricos y analógicos de los
entornos extensionales y transtensionales, una evolución
tectonoestratigráfica similar a la documentada para el MASM representa
la consecuencia natural del crecimiento progresivo y la vinculación de
los segmentos de falla que producen la madurez creciente del
conjunto de fallas que controla la deposición (por ejemplo, Cowie,
1998; Gawthorpe y Leeder, 2000). Más detalladamente, los resultados
teóricos y experimentales actuales indican que los escenarios
extensionales y transtensionales evolucionan desde una fase inicial de
nucleación con muchos segmentos de falla aislados y pequeños que
limitan las cuencas restringidas e independientes, hasta una fase madura
de crecimiento de las fallas caracterizada por la localización de la
deformación a lo largo de unas pocas zonas de fallas principales que
abarcan cuencas amplias y que se fusionan progresivamente, y el
aislamiento concurrente de segmentos de falla que gradualmente se
vuelven inactivos y mueren (Gawthorpe y Leeder, 2000). Esta evolución
tectonoestratigráfica se ha descrito en varios entornos
extensionales y transtensionales antiguos y modernos (por
ejemplo, Patton et al., 1994; Gupta et al., 1998; Gawthorpe y Leeder,
2000; Sharp et al., 2000), lo que sugiere que el crecimiento de las
fallas mediante la unión de segmentos y la consiguiente maduración del
conjunto de fallas son controles de primer orden en el registro
estratigráfico asociado a los límites de placas divergentes. A la luz de
esto, proponemos que la evolución estratigráfica de la MASM registra la
maduración estructural del límite de placa Norteamérica-Sudamérica,
que resultó de la localización incremental de la deformación dentro de
una extensa zona original de debilidad difusa de la corteza.

6. Resumen

Un análisis crítico de la estratigrafía documenta que durante el


Jurásico Temprano y el Cenomaniano el sector mexicano de la

geodinámicos principales que determinaron el desarrollo de dos sistemas


tectono-estratigráficos:

apertura asociada del océano Atlántico, la


subducción persistente de la placa Farallón bajo el
Pacífico de América del Norte. Los datos geológicos disponibles indican que
el límite de la placa Norteamérica-Sudamérica se desarrolló, al
procesos
atlánticos y pacíficos. De hecho, durante el Jurásico Temprano y
Medio, la interacción entre los procesos geodinámicos del Atlántico y
del Pacífico determinó el desarrollo de una serie de cuencas
transtensionales laterales, que actualmente están expuestas en el
este de México y se identifican como la provincia volcano-
sedimentaria del Nazas. Estas cuencas se abrieron de acuerdo con la
extensión regional NW-SE impuesta por la divergencia América del
Norte-América del Sur, y se caracterizaron por el emplazamiento de
ión desde el
interpreta
superposición
de los procesos tectónicos atlánticos y pacíficos durante la fase inicial de
la divergencia Norteamérica-Sudamérica.

principios del Jurásico Tardío. De hecho, entre el Jurásico Tardío y


el Cenomaniano, el MASM fue un dominio tectono-estratigráfico
amagmático dominado por la deposición de carbonatos marinos que
retrocedió progresivamente hacia el oeste como resultado de la
incursión de agua marina desde el océano protoatlántico. La
incursión de agua marina desde el Atlántico fue potenciada por la
rotación del bloque de Yucatán a lo largo del límite de
transformación Tamaulipas-Golden Lane-Chiapas y la consiguiente
apertura del Golfo de México.
La evolución estratigráfica del este de México indica que la
64 Megashear
M. Martini, F. Ortega-Gutiérrez / Earth-Science Reviews Hypothesis:
183 (2018) 38-55 Development. Assessment, and Alternatives:
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restringidas e independientes, y una fase madura de crecimiento and
reforzado de las fallas caracterizada por la localización de la
deformación a lo largo de unas pocas zonas de fallas principales
nqueando cuencas amplias y en progresiva fusión.

Agradecimientos

Esta investigación fue financiada por el Consejo Nacional de


Ciencia y Tecnología (CONACyT) CB164454 a Fernando Ortega-
Gutiérrez y el Programa de Apoyo a Proyectos de
Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT) IA100214 a
Michelangelo Martini. Agradecemos a Tim Lawton y Carlo Doglioni su
revisión crítica y sus útiles sugerencias, que han mejorado
considerablemente este trabajo.

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