Antropologia Parte 5

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Capitulo 10 .Del Big Bang al Homo sapiens: ° 3un camino inevitable? Hemos tratado de recorrer mas de 15.000 millones de afios de historia del Universo, y ahora nos enfrentamos a nosotros mismos, al ser humano como especie biolégica y cultural: el Homo sapiens sapiens. Para explicar su origen, se han ensayado diversas hipstesis que ordenaremos pa- ra su mejor comprensién. ‘Origen de los humanos modernos: dos visiones contrapuestas Con respecto al origen del hombre moderno, como sefiala- mos en el capitulo anterior, se plantean dos hipétesis opuestas: En un caso, se sostiene que los sapiens modernos evolucionaron desde sus an- tepasados erectus dispersos por todo el mundo, durante el ultimo millén de ajios. En el otro, los humanos modernos surgieron en Africa, hace unos 200.000 afios y desde allf se extendieron por todo el mundo, “Ea general, esta discusién representa-la continuacién de una vieja polémica ya sefialada antes, entre los paleoantropdlogos y los bid- logos moleculares, Para estos tltimos, los registros fésiles no son una fuente objetiva de datos porque muchas veces los caracteres fisicos en- contrados conciden con ciertos madelos previos que los paleontélogos se esfuerzén por comprobar. Ademas sostienen (con clerto grado de ino- cencia cientffica), que las secuencias genéticas son totalmente objetivas ya que su estudio carece de prejuicios tedricos'. Por su parte, los pa- leontélogos acusan a los genetistas de utilizar el método, poco fiable para ellos, del reloj molecular* basado en el ADN presente en los orga- noides celulares lamados mitocondrias. Trataremos de sintetizar ambas posturas. 149 | La hipétesis del origen africano reciente, es la sustentada por Allan Wilson y Rebecca Cann’, y se ha hecho popular en Ia liteca- tura paleoantropoldgica con el nombre de “hipstesis de la Eva mitocon- drial” * Como sefialamos antes, en 1967, el bioquimico Vincent Sarich midié la distancia evolutiva entre ios chimpancés y fos seres humanos mo- dernos, estudiando algunas de sus proteinas y comparando sus secuencias respectivas de aminodcidos. Cuanto mayores fueran las diferencias encon- tradas en las secuencias, mayores serian también las distancias evolutivas entre las especies. Actualmente, para la confeccidn de estos “relojes mole- culares”, se trabaja con las secuencias de genes que codifican las proteinas y no con las secuencias de aminoscidos. + Hacia 1980, se comenzaron a estudiar las tiltimas elapas de la evolucién humana recurriendo al ADIN que reside en Ins mitocondrias que se encuentian en el citoplasma de las células, y no en'su nicleo. & te ADN, Hamaco,miltocondrial, presenta la ventaja de codificar alrededor de 40 genes (comparado con los aproximadamente 100.000 que codifi- ca el ADIN nuclear, Ademas acumula mutaciones que no afectan las fun- ciones de la misma mitocondria, y por ello no son eliminadas por la se- leccidn natural. ! Pero el ADN mitocondrial tiene una ventaja adicional: cuando el dvulo se une al espermatozoide en el momento de la fecundacién, am- bos contribuyen con su ADN nuclear; por el contrario, todo el citoplasma de la célula resultante procede del évulo, y con él, todas sus mitocondrias. Asi, el ADN nuclear se hereda de ambos padres, mientras que el ADN mi- tocondrial sélo proviene de la madre. Los ADN mitocondriales de los hermanos, son los mas pareci- dos, y esa similitud se va haciendo cada vez mas pequefia a medida que el “parentesco se aleja Los genetistas sostienen que todo el ADN mitocondrial humano tiene que haber tenido una sola antecesora que llaman “Eva”. Mis tarde, en 1988, Thomas Kocher, de la Universidad de Ber- keley, Hlegé a la conclusién de que Eva era africana, y que el Africa fue la cuna de toda la humanidad. + 150, che Sc lb C1 hombres O mujeres Figura 10.1 [GeneaLocia DE UN INDIVIDUG A TRAVES OF SU ADN MITOCONORIAL. (Los trazos verticales representan fos vinculos entre padres ¢ hijos; los wrazos horizontales representan las parejas de padres. La linea que une los simbolos rayacos, seviala un linaje de ADN mitocondrial) El nacimiento tuvo lugar, segtin el reloj molecular, hace unos" 200.000 aitos. La hipdtesis correspond al modelo que en el capitulo ante- rior Hamamos del “arca de Noé”, o de sustitucién. e La hipétesis alternativa sostiene la evoluci6n mullirregional de los seres humanos. Es decir, que cada grupo surgié separadamente, a partir de los erectus que ya se habfan dispersado por el planeta. . + Los especialistas en prehistoria y antropologfatAlan Thorne y Milford Wolpoff*, inclinados-a favor de esta tiltima postura, descreen que, coino pensaba Wilson, en 200.000 afios pueda haberse sustituidp comple- tarnente toda la poblacién antecesora‘del Africa y el resto del mundo. Ade- més, para ellos, el AON mitocondrial sélo es una guia (y a veces poco con- fiable), mientras que los registros fésiles aportan las verdaderas pruebas. El poblamiento de América y Oceania Sea cual fuere el modelo aceptado de pasaje de los antecesores de Homo sapiens hacia los hurnanos modernos, lo cierto es que después de st esta- blecimiento en Asiary Africa, tuvo lugar su dispersién hacia Australia y América. 2 1st i Rutas migratorias hacia Europa, Asia, América y Australia. La ruta sefialada a través del estrecho de Bering, parece no ofre- cer desacuerdos, aunque sf los tiene la fecha probable cle la travesta En las hipétesis del poblamiento temprano, se sostiene una fe- cha aproximadat a los 30.000 afios; en tas del poblamiento tardfo, entre 11,000 y 12.000 aitos i EL camino a través del estrecho de Bering {ue posible ya que la intensa glaciacién provocs el descenso del nivel del mar, dejando un co- tredor libre de hielo por el cual los eurasiaticos pudlieron colonizar Améri. Ca, Por el contrario, para llegar a Australia, hace unos 40.000 afios, fue ne- cesario atravesar el mar. Genes y cultura: distintos cédigos para nuestra herencia Alfred R. Wallace, quien desarrol{é simulténeamente con la ‘obra de Darwin su teorfa de la seleccién natural, compartia plenamente los principios darwinianos para las plantas y los animales inferiares y superio res; sin embargo, se detenfa respetuosamente ante el hombre, y necesité plantear el supuesto de una inteligencia superior que Hevara a nuestra es- pecie hacia un destino prefijado. Esto condujo, a Wallace en su momento, ¥ a muchisimos otros investigadores actuales que lo sucedieron, a conside. rar una separacién, un "hiato" entre el hombre y su perfeccidn, y el resto de la naturaleza. Pero, ¢qué es lo que lleva a algunos cientificos a demarcar una frontera tan infranqueable? sCudtes son los atributos especiales que hacen del hombre un ser humano? Como dice Francisco Ayala‘, una investigacién acerca de las diferencias y las semejanzas entre el hombre y los antropoides puede Ile- varnos a desentrafar el verdadero significado de a naturaleza humana. Atributos tales como el lenguaje, el arte, la ética o la religién, van mas alla de su sustento bialdgico y se Proyectan en un nuevo mundo cultural, Entre fas diferencias anatémicas, es sin duda el desarrollo del Cerebro el atributo que implicé las mayores consecuencias evolutivas para el hombre como especie. Sin embargo, como sefiala Roger Lewin, el cere- bro, aquello que Hlamamos “conciencia”” y el lenguaje, son tres cualidades inseparables. En cuanto al desarrollo del cerebro, descle Lucy y sus parientes australopitecinos con un cerebro que apenas superaba los 400 cm), se Ile- 82 a un promedio de 1.300 cm} en los humanos modemos. Sin embargo, parece que las proporciones que las distintas zonas del cerebro representan en el volumen total, son de mayor importancia que el tamafio general. Existe, sin dudas, una organizacion cerebral humana y otra si- miesca. Veamos en qué consiste. - Como es bien sabido, en el cerebro se distinguen dos grandes mitades Hamadas hemisferios cerebrales, (derecho e izquierdo). Cada uno, asu vez, estd organizado en [dbulog (parietal, temporal, frontal y occipital). Estos lébulos controlan una serie de funciones; las mejor localizadas son las relacionadas con los sentidos, como el olde, el tacto o el olfato, ubicaclas en los lébulos parietales. Pero muchas funciones, como las que organizan el lenguaje atticulado, son muy diffciles de localizar con seguridad. Existen cin embargo, dos zonas principales relacionadas con el lenguaje: una es el rea de Broca, ubicada en el lébulo frontal izquierdo, y que’se asocié du- rante mucho tiempo con la produccién de los sonidos, relacionandola con el control de los movimientos de los labios, la mandfbula, la lengua y las cuerdas vocales, La olsa es el rea de Wernicke, ubicada en el ldbulo tem- poral izquieido, y que suele asociarse con la comprensién del lenguaje". De todos modos, es extremadamente dificil encontrar sus huellas en los {6- siles de homfnidos, a excepcién de Homa habilis, y ademas, la presencia de vestigios de estas reas es s6lo una prueba indirecta de la capacidad del habla. Muchos otros aspectos relacionados con la capacidad lingiifstica, como el idioma o el vocabulario que utilizamos, parecen no léner una ubi- cacién cerebral definida aes Pero con respecto al habla, existen otras estructuras que la posi- bilitan y que estan relacionadas directamente con el aparato de fonacién En los humanos, fa laringe esta ubicada de tal manera que, durante la degluci queda ocluida temporalmente, impidiendo el paso de los alimentos al siste- ma respiratorio. Ademas, deja mayor espacio libre por encima pudiendo va- riar asi la emisidn de los sonidos. Los demés mamiferos conservan una post ci6n elevaca de la laringe, lo que les permite respirar y tragar al mismo tiempo. Muchos paleoantropdlogos sostienen que la laringe de H. erec- tus, ya habla comenzado a déscender, posibilitando esa mayor gama de so- nidos, Con respecto a la emisién de sonidos en los hombres dé Neandertal, Jas discrepancias en las opiniones son grandes. Se supone que el craneo tan particular de esta especie, con su proyeccién nasal caracteristica (mencio- nada en el capftulo antericn), impedirfa una correcta diccién. Sin embargo, el haliazgo de un hueso hioides en un esqueleto de un neandertal, idénti- co a fos similares de los humanos modernos, Hlev6 a los investigadares a su- poner parecidas capacidades lingiiisticas. 154 ” Para Richard Leakey, el lenguaje aparecié gradualmente en ta evolucién del hombre, y sin duda alguna, estrechamente relacionado con un modo de subsistencia cazador-recolector incipiente. Los seres humianos se dictan a sf mismos normas de conducta, © normas éticas, cue aceptan dentro de ciertos limites, y gracias a las cua- les pueden convivir y juzgar moralmente su conducta. Como esas normas éticas son universalés, es posible pensar que tienen un sustento biolégico, y que estan relacionadlas con ‘el Home sapiens como especie y que también son producto de la evolucién biolégica. j Para algurios, sin embargo, los cédigos morales surgen en la so- ciedad y muchas veces se oponen a la naturaleza bioldgica del hombre. Esta discusién es muy antigua y podria aclararse si se distin- guiera entre la capacidad ética y las normas mismas de conducta. Para Fran- cisco Ayala’, las normas morales estan basadas en principios que son exclu- sivamente culturales y no surgen, como generalmente aceptan los particlarios de la escuela sociobiolégica, como resultado de la seleccién natural: Para ellos, la prohibicién del incesto o el castigo al adulterio, son conductas pro- movidas por esta seleccidn natural que tendrian como objetivo ta préserva- ci6n del acervo genético humano y Ia conservacién de la especie. : Para Ayala en cambio, los hombres son seres biolégicamente éticos porque pueden prever las consecuencias de sus actos (0 sea, pueden establecer la relacién entre medios y fines), pueden evaluarlos como bue- hos o malos, y final mente, elegir entre varias alternativas posibles de ac- cidn. Y esas caracteristicas tienen un fuerte correlato bioldgico en el desa- trollo creciente del cerebro que posibilita la absteaccién y la reflexién. Sin embargo, sobre este sustrato organico se edifica la cultura. Con el desarrollo de las extremidades anteriores y el acrecentamiento de la destreza manual, surge la posibilidad de fabricar utensilios y herramientas, pero también el arte que encontramos brillantemente representado ya des- de el paleolitico’superior. Con fa base de un cerebro desatrollade y un apa- rato de fonacidn adecuadto, surge el lenguaje y la organizacién social para las actividades domésticas, pero también la expresidn de los mas profundos sentimientos a través de las palabras. De la misma manera, sobre una capacidad ética universal en los seres humanos, se levanta el gigantesco edificio de las normas morales. Los seres humanos poseen una herencia bioldgica o somatica, codificada en la secuencia de bases del ADN; sin embargo, la herencia cul- tural, que abarca el lenguaje, la tecnologia, la organizacién social y los mo- dos de convivencia, el arte y los valore éticos y religiosos, de los que ha- bldbamos en pdrrafos anteriores, excede el Ambito orginico y no bastan para sy transmisién los mecanismos de la duplicacién de los Acidos nuclei- Cos. Es necesaria la transmisi6n de las experiencias acumuladas por el jgru- po, de padres'a hijos, de mayores a menores, de generacién en generacién, De esta manera, asi como Ia evolucién biolégica, también exis- te la evolucién cultural que permitié al hombre adaptarse y sobrevivir. Palabras finales Del caos o de la nada, cle la indiferenciacién o del mismo cyer- po de los dioses, surgié el Universo, O quizds, de la gran explosién de un Punto pequefo, caliente y denso que desencadené mas cle 15.000 millones de afios de acontecimientos. Desde la formacién y la consolidacién de, los sistemas solares y sus planetas, al surgimiento, Inagotable al parecer, dela vida en sus més variadas expresiones, A lo largo de estos capitulos, intentamos mostrar la unidad de todo el proceso evolutivo, que comienza con los étomos y las moléculas mas simples haciéndose cada vez mas complajos en las condiciones espe- clales de ta atmésfera terrestre, hace 4.600 millones de anos. El “caldo pri. mitivo” inicial generé enjambres moleculares y formas precelulares, y final- mente, junto con la sintesis de ta primera molécula de ADN, los primeros seres vivos. Los escenarios cambian, las especies varian, pero los principios son esencialmente los mismos: variabilidad o biodiversidad creciente, re- Cursos escasos, Competencia, lucha por la vida, supervivencia del més ap- to, adaptacién. ¥ otra vez: el azar y la necesidad, 2Y son también el azar y la necesidad fos que llevan a la aparicién del Homo sapiens sobre la Tierra? 3Fue predestinada, como decia Teilhard de Chardin’, esa aparicion? * Su presencia en este mundo, jfue obra de la casualidad 0 de la inevitabilidad? sSerd también inevitable que el mismo Homo sapiens provoque, con la degradacién y la depredacién continuas e indiscrimina- das del misma ambiente en el cual vive, a dltima y més grande extincisn en masa que conoce el planeta y que seguramente también lo hard desa- parecer?" Y por ultimo, si hubiesen sido diferentes algunas situaciones y otros los acontecimientos, spodrfamos no haber existida nunca? No tenemos respuestas a estas preguntas, pero quizds puedan ayudarnos las palabras de Stephen Hawking, cuya obra inspiré gran parte de este libro: 156 “Hasta ahora, la mayorla de los cientificos han estddo de- masiado ocupados con el desarrollo de nuevas teorfas que describen cémo es el universo para hacerse:la pre- gunta de por qué: Por otro taco, la gente cuya acupacién €s preguntarse por qué, los fildsofos, no han padide avan- zar al paso de lag teorias cientificas (...). No obstante, si descubrimos una teoria completa, con el tiempo habra de ser, & sus lineas maestras, comprensibie para todos, y No dinicamente para unos pocos cientificos. Entonces ta- dos, filésofos, cientificos y 1a gente corriente, seremos ca- paces cle tomar parte en la discusién de por qué existe el universo y por qué existimos nosotros. $i encontrasemos una respuesta a esto, seria el triunfo definitivo de la razén humana, porque entonces conoceriamos el pensamiento de Dios? 157 Notas 1. Véase el apartado Algunas aclaraciones acerca de las teorias, en el capt- tulo 2 de este libro 4 cole 2, Véase el apartado Identidad bioquimica de! Rombre, en el capitulo 7 de este libro. 3, Wilson, Allan C. y Cann, Rebecca |. “Origen africano reciente de fos hu- manos", en Investigacion y Ciencia, edicion bspafiola de Scientific Ame- rican, n° 189, junio de 1992 A. Thome, Alan G. y Wolpoff, Milford H.: "Eyolucién multirregional de les humanos”, en Investigacion y Ciencia, ed. cit. 5. Para el paleoantrapélogo Richard Leakey, existen tres temas de interés permanente y que suscitan las mas encendidas polémicas: el Hiato, la Inevitabilidad, y la Sexta extincidn. Con respecto a la primera, se refiere a la consideracién de que entre el mundo humano y el animal existe un profundo abismo que nos convierte en seres especialisimos; para este au- tor las culidades mas esenciales de la humanidad, cpmo la conciencia, Ja dtica o el lenguaje, no aparecieron repentinamente, sino que sonla re- sultante de una larga evolucién. El otra tema que discute es si a presen- cia del hombre en este mundo fue obra del azar de las mutaciones y de la direccién de la seleccién natural, 0 si por el contrario toda la historia evolutiva del planeta es una preparacién para su Hegada inevitable. él tercero de los temas se refieré a la depredacién indiscriminada que el hombre hace cle su habitat y que puede llevarlo a la extincién en masa as grande que haya visto la Tierra: la sexta extincidn. Para un mayor de- sarrollo de estos temas, véase Leakey, R. y Lewin, Nuestros origenes, En busca de‘le que nos hace humanos. Barcelona, Gritica (Grijalbo Mon- dadori), 1995. : 6, Ayala, Francizo }.: Origen y evolucisn del hombre. Madrid, Aliagza Uni- versidad, 1995. 7. Para Lewin, fa conciencia es la Ultima adquisicién del animal social. Se ‘eicbeical ptt ecranencasn sea cera Hanon ns wht me ' trata de un movimiento introspectivo en el cual uno puede verse a sf its mo, y ser por ello capaz de predecir cémo reaccionarin los demas ante parecidas sijuaciones. Véase Lewin, R.: Evolucién humana, Barcelona, Salvat, 1993. 8. Estas areas feciben su nombre-en honor de los investigadores Paul Broca y Carl Wernicke. Broca fue un eminente fisidlogo, antropdlogo y ciruja- no francés, que vivid entre los aos 1824 y 1880. Descubris el lamaclo centro del lenguaje articulado, a partir de sus investigaciones en tumores cerebrales. Fue autor de numerasos libros de antropalogia y medicina. Por su parte, Wernicke fue un médico alemén del siglo pasado, que rea- liz6 investigaciones en pacientes con dafos cerebrales, Neganda a ta conclusién de que si el dafio estaba localizado en el }6bulo temporal iz- quierdo, era posible la emisién de sonidos, pero el Tenguaje se volvia in- comprensibile. 9, Ayala, Francisco J.: op. cit. 10. El fildsofo; tedlogo y paleontélogo Pierre Teilhard de Chardin, nacié en Francia, en 1881 y murid en New York, en el afio 1955. Considera que el hombre os'la fase culminante y final en la escala creciente de perfec- ‘cionamiento del Universo. 11, Leakey, Richard y Lewin, Roger: La sexta extincidn. El futuro de la vida y de la humanidad. Barcelona, Tusquets, 1997, * 12. Hawking, Stephen: Historia’ def tiempo: del big bang a los agujeros ne- gros. Buenos Aires, Alianza, 1996. Bibliografia i Aguirre, E.: “Los yacimientos de Atapuerca”, en Investigacion y-Ciencia, nd- mero 229, octubre de 1995. Ayala, F. J.: Origen y evolucién del hombre. 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Le “Origen africano recierite de los humanos”, en Investigacién y Ciencia, ndmero 189, junio de 1992. indice tematico alfabético A achelense: 135 adaptacién: 19 AON: 76, 150 ADN mitocondrial: 150 . aislamiento reproductivo: 85 alelos: 77 aminodcidos: 47 antropoides: 121 arco dental: 127 composicin: 42 Australopithecus: 20, 135 Australopithecus aethiopicus: 135 Australopithecus afarensis: 128, 130 Australopithecus africanus: 110, 129, 130 Australopithecus boisei: 129, 130 Australopithecus robustus: 129, 130 autétrofos: 44 Ayala, F: 79, 85, 153; 155 Azoico: 87 B bacterias fosiles: Beagle: 17, 65 Beagle, viaje del: 65, 68 berilio: 26 . Bering, estrecho de: 153 Big Bang 15 Big Bang caliente o de alta temperatura: 27 Big Bang, teorfa del: 15 Big Crunch: 33 biogénesis: 44 bipedestacién: 111 Boucher de Perthes, }.: 106 a Buffon (G. L. Leclerc): 54 Burnet, T 39 ic caldo primitivo: 47 Cémbrico: 87, 91 Cann, Rs 150 capacidad ética: 155 Carbonifera: 91 carbono 14: 41 Catarrinos: 121 celo, perioro de: 128 Cenozoico: 20, 87, 93 choppers: 130, 137, 138 Choukoutien: 137 clasificacién taxonémica: 53 clasificaciones: 51 coacervados: 47 competencia: 17, 72 conciencia y desarrollo del cerebro: 153 c6ndilos occipitales, su localizacién: 126 constante de Hubble: 30 Copérnico: 32 cosmogénicos, relatos: 14 creacionisma: 54 Cretécico: 92 crias, ntimero de: 120 ccomosomas: 76 Cuartario: 93, 139 cultura: 111 Cuvier, G.: 54, 106 0 Dart, R.: 110, 129 Darwin y el origen del hombre: 107 Darwin, Ch.: 15, 16, 65, 107 Darwin, 4 darwinismo sogial: 58, 59 datacisn por desintegracion radiactiva: 40. dedos prénsiles: 120 desarrollo del cerebro; 120 deulerio: 26 Devénico: 91 Dicke, Ri: 33 distancia genética media: 113 distancia Inmunoldgica: 114 Dobzhansky, T: 76 Doppler, C.: 28 Dubois, £.: 110, 136 E efecto Doppler: 28 electranes: 25 encefalizacién: 111 Eocenu: 93, 124 ora Cenozoica: 20, 87, 93, 123, 139 era Mesozoica: 87, 92 era Paleozoica: 87, 91 eras geoligicas: 87 escala geacronolégica: 40 espectro: 28 eucarionte: 49 . Eva mitocondrial: 150 evolucion gradual: 9 evolucidi por seleccién natural: 71 evolucién puntual: 99 F falsacionismo: 32 fenotipo: 76 fijismo: 54 foramen magnum, su tocalizaci6n: 126, 128 (6sil, registro: 87, 98 G Génesis: 13 Gamow, Gu 27 Gould, $.: 39, 100 106 generacién espontanea: 42 genotipo: 76 geocronologia, escala de: 87 placiaciones: 139 H “hacha de mano: 138 Haeckel, E: 107 Haldane, J. B.S. 45 Hawking, $.: 156 helio: 26 heterétofos: 45 hidrégeno: 26 hipdtesis autotrdfi hipstesis heterotrficas: 45 Holoceno: 93 hombre de Neandertal: 24, 106, 131, 14t hominidos: 121, 123 hominizacién; 105 Hominoidea: 121 Homo antecessor: 144 Homo erectus: 20, 110, 131, 136, 140 Homo ergaster: 144 Homo habilis: 20, 130,135, 136, 137, 140 ’ Homo sapiens heiclelbergensis: 143, a Homo sapiens neandertalensis: 131, 140, 141 7 Homo sapiens sapiens: 131, 140, 144, 149 hongos: 88, 89 Hoyle, F: 27 i Hubble, E. Hutton, J: 39 Huxley, E: 107 1 interglaciares: 140. J Jurdsico: 92, 121 mesa em wetictt cnet ag A K Klimovski, G.1 31 Kuhn, Ts 32 L Lamarck (J. B. De Monel): 55 Le Gros Clark, W.: 115, 120 Leakey, Louis y Mary: 110 Leakey, &.: 89, 107 lenguaje: 153 Levi-Strauss, C.: 51 Lewin, Ri 128, 153 fey de la herencia ce los caracteres adquiridos: 55 ley de la segrepacién de los epracteres: 75 ley de la segrepacidn independiente: 75 Jey del uso y del desuso: 55 Linneo (Karl von Linné): $2 Hitio: 26 lucha por la existencia, lucha por la vida: 17, 59, 72 Lucy: 128 lyell, C.: 17, 40, 55, 106 M Mendel, G.: 17, 74 Mendeleiey, 0.: 26 Mesozoica: 87, 92 Metafitas:88, 89 ‘Metazoos: 88, 89 Miller, S.: 46 Mioceno: 93, 124 mitocondrias: 149 modelo "de: candelabra”: 140. modelo "éel arca de: Nod": 140 Moneras: 08, 89 monos del Nuevo Mundo: 121 monos del Viejo Mundo: 121 mysteriense: 142 mutaciones: 75, 78, 414 mutacionismo: 78 N neodarwinismo: 76 neutrones: 25 nomenclatura binomial: 54, 105 novas: 27 sucleosintesis: 26 Oba Olduvai, garganta de: 130, 137 olduvaiense u oldovaica: 137 Oligoceno: 93, 124 Oparin, A. Ls 45 Ordovicico: 91 Srganos homélogos: 96 P Paleoceno: 93, 123 Paleolitico inferior, medio y superior: 147 paradigm Pasteur, Lt Pauling, La: 114 Peebles,-}.: 33 Penzias, A.: 27 Pérmico: 91 pinzones de Darwin: 69 Pithecanthropus erectus: 110, 136 Planck, M. 31 Platirrinos: 121 Pleistoceno: 20, 93, 124 Pleistoceno inferior, medio y superior: - 139 ceno: 20, 93, 124 Pi pOngidos: 121 Popper, Ks 31 potasio-argén: 41 Precémbrico: 87, 88 Primario: 91 primates: 119 principio cosmalégico: 30 procarionte: 49 progresionismo: 16 Prosimios: 121 Proterozoico: 88 Protistas: 88, 89 peotones: 25 pruebas de la evoluci6n: 95 pulgares oponibles: 120 Q “ quarks: R Ramapithecus: 115 Redi, Fr 43 relatos cosmogénicos: 13, 14 telojes moleculares: 114, 150 revolucién cientifica: 32 5 Sarich, Vz 114, 150 Secundaria: 92 - seleccién natural: 71, 78, B3 seleccién natural direccional: 84 seleccién natural diversificadora o dis- ruptiva: 85 selecci6n natural narmalizadora 0 ‘eslabilizadora: 83 selecclén natural, teorla de la: 18, 69 Silirica: o1 Simpson, G.: 76 Stnith, Av 17 Smith, We: 106 Spencer, H.: 17, 59 supemovas: 27 supervivencla del més apto: 17, 59 T tabla periédica Estw adiclén de 2.000 ajemplocas ‘30 tormliid da tripeimir an aba de 1999 an La Pronsa Medica Juntn 845, Buenos Alras, taxones:19, 53 faxonamia; 19 teorfa catastrofista: 55 teorfa de la correlaci6n orgénica: $4 learia de la mini-gean expiosidn: 33 teorfa de a seleccién natural: 18, 69, 72 teoria del Big Bang: 25 teorfa del estado estacionario: 27, 33 teoria del universo en expansion: 33 twosfa neo-darwinista: 18 teoria sintética de fa evolucién: 18, 76 Terciario: 93 terrestrialidad: 111 translormismo: 16, 54, 55 Tridsico; 92 uv uitas planas: 120 Urattio-238: 41 Urey, Ha 46 Ussher, Jz 39 v van Helmont, J. B.: 43 van Leeuwenhoek, A.:"44 variaciones: 71 variacidn genética: 78 visidn estereoscépica: 120 w Wallace, A. Rs 71,153 Weinberg, 5.: 28 Wilson, A: 114, 150 Wilson, R.: 27, 28 Zz Zynjanthropus: 136

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