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En el Evangelio de hoy podemos ver como San Juan Bautista anuncia a todas las personas que a quien
acaba de bautizar con agua en el río es ni más ni menos que el Jesús, el Hijo de Dios, que ha venido a
estar entre nosotros desde entonces para salvarnos a todos nosotros.
San Juan, que tenía muchas personas que le seguían, deja claro que no deben seguirle a él, tiene muy
claro que quien es verdaderamente importante es Jesús y sólo Jesús. Es frecuente encontrarse con
personas que se creen tan importantes que piensan que son el centro del mundo, que todo el mundo
debe fijarse en ellas. Pues bien, San Juan deja muy claro a todo el mundo que no hay que seguirle a él,
que a quien hay que seguir es a Jesús. Es un gran testimonio de lucidez y de humildad del que todos
debemos aprender.
No somos creyentes y estamos en la Iglesia porque nos cae muy bien nuestro catequista o el cura de la
parroquia. Somos creyentes porque Jesús y el Padre son muy importantes en nuestras vidas, no nos
imaginamos vivir de otra manera. Aprendamos esta lección de San Juan Bautista para vivir nosotros
también sabiendo a quien debemos seguir.
Investiga un poco sobre San Juan Bautista: quién era, cómo fue su vida y que le pasó al final de su vida
y haz aquí un pequeño resumen.
¿Qué cosas buenas podemos decir de San Juan Bautista? ¿Qué podemos aprender los creyentes de
él?
San Juan Bautista fue, entre otras cosas, muy valiente y claro con la llegada de Jesús. Toma un
compromiso esta semana que te ayude a parecerte a San Juan Bautista.