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Una persona, servicio o producto eficiente comprometido con el medio ambiente, además de
necesitar menos energía para realizar el mismo trabajo, también busca abastecerse, si no por
completo, con la mayor cantidad posible de energías renovables (también llamadas energías
alternativas).
El problema de la eficiencia energética es que todavía es una elección. Actualmente no todos los
productos que usamos son eficientes; podemos verlo en las etiquetas de eficiencia energética de
muchos electrodomésticos que compramos.
Usa focos de bajo consumo, focos led: ahorran hasta un 75% de energía.
Apaga la luz cuando salgas de una habitación.
Utiliza lo más posible la luz natural, abre las cortinas y persianas.
Usa la lavadora llena: ahorrarás agua y electricidad.
Compra alimentos de temporada y a ser posible de producción local. Son más baratos desde el
punto de vista del transporte y refrigeración (no requieren de consumo de combustibles y
electricidad.
Apaga tu computadora, laptop, Tablet, si no lo estás utilizando, puede representar hasta un 70%
de su consumo diario.
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Desconecta todos los aparatos eléctricos que no estés utilizando, al estar conectados consumen
energía (aunque no estén encendidos).
Si está dentro de tus posibilidades usa energías alternativas para la producción de electricidad,
como celdas fotovoltaicas para utilizar la energía solar, generadores eólicos (movidos por la
acción del viento), entre otros.
Evita usar la plancha y las cafeteras en exceso.
Si se tienen estufas eléctricas es mejor sustituirlas por estufas de gas.
Apaga las luces de tu lugar de trabajo y en tu hogar en las zonas comunes poco utilizadas.
Es importante tener en cuenta el nivel de eficiencia del aparato eléctrico a adquirir porque, una
buena calificación, te ayudará a ahorrar en tu factura de la luz a medio plazo.
Esta escala de calificación energética se compone de siete letras correlativas; de la A a la G, siendo A
la mejor calificación y G la peor. Además de eso, en la etiqueta no solo se informa de la calificación y
el consumo eléctrico, sino que también se aportan datos sobre el agua utilizada por ciclo de lavado
(en el caso de una lavadora), la capacidad de almacenamiento o el ruido, entre otros.
De este modo, las etiquetas de eficiencia energética permiten a los usuarios diferenciar los aparatos
que consumen menos energía de los que consumen más e incidir en su decisión de compra para ser
más eficientes.