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República Bolivariana De Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Universitaria


Instituto Universitario Politécnico
“Santiago Mariño”

Extensión Puerto Ordaz.

La Proporción en la
Arquitectura

Autor: Rojas Gomez; Abdrey Rosceli.


C.I.: V- 26.156.022
Escuela: 41 Arquitectura.
Docente: Silva
Asignatura: Electiva I

Puerto Ordaz, octubre del 2022


Definición de proporción tridimensional.

La proporción se refiere a la justa y armoniosa relación de una parte con otras


o con el todo. Esta relación puede ser no solo de magnitud, si no de cantidad y de
grado. El propósito de todas las teorías de proporción es crear un sentido de orden
entre los elementos de una construcción visual.

Fundamentalmente cualquier sistema de proporcionalidad es, por


consiguiente, una razón característica, una cualidad permanente que se trasmite de
una razón a otra. Así pues, un sistema de proporcionalidad establece un conjunto
fijo de relaciones visuales entre las partes de un edificio, y entre estas y el todo.
Aunque estas relaciones no se perciben de inmediato por el observador fortuito, el
orden visual que generan puede sentirse, asumirse o, incluso, reconocerlo a través
de una experiencia reiterada. Transcurrido un periodo de tiempo seremos capaces
de ver el todo en la parte y la parte en el todo.

Los sistemas de proporcionalidad van más allá de los determinantes


funcionales y tecnológicos de la forma y del espacio arquitectónico, para
proporcionar una base racionalmente estética de su dimensionado. Tienen el poder
de unificar visualmente la multiplicidad de elementos que entran en el diseño
arquitectónico, logrando que todas las partes pertenezcan a la misma familia de
proporciones. Introducen un sentido del orden y aumentan la continuidad en una
secuencia espacial y, además, son capaces de determinar unas relaciones entre los
elementos externos e internos de un edificio.

Cuando se habla de proporción en arquitectura también hablamos de escala.


La escala es una relación numérica con exactitud matemática, que permite
comparar el tamaño de un elemento constructivo con respecto a otro de
dimensiones ya establecidas.

Entonces la proporción y la escala van relacionadas directamente en la


arquitectura ya sea desde el volumen final de los edificios, la estructura, la
espacialidad o incluso del diseño estético interior. La diferencia entre ambos
conceptos es que la escala es una proporción. Sin embargo, la escala se puede
entender como una relación de magnitudes entre un objeto y alguna referencia.

Clasificación de las proporciones tridimensionales.

Las proporciones de las formas artísticas a lo largo de la historia se han


basado en conceptos geométricos y matemáticos, así como en su función. Las
proporciones se pueden clasificar en:

• Proporciones aritméticas.
• Proporciones geométricas.

Las Proporciones se pueden dar en situaciones matemáticas en el que los


valores de dos magnitudes distintas dependen o se relacionan de forma directa,
existiendo una proporción directa en este caso. Así, cuando uno de los valores de
la relación aumente, el otro lo hará también necesariamente.

En cambio, en una relación en que el aumento de uno de los términos


conlleva la disminución del otro, se dice que estamos ante una proporcionalidad
inversa. Esto puede expresarse como que dos términos son inversamente
proporcionales.

Teorías de las proporciones existentes.

Creados para unificar visualmente los múltiples factores que afectan el


diseño arquitectónico, así como para dar cohesión y uniformidad a todo el conjunto.
Incentivan el orden, aumentando la continuidad de las secuencias espaciales y
determinan la relación entre interior y exterior.
Sección aurea.

La sección áurea es la división armónica de una segmento en media y


extrema razón. Es decir, que el segmento menor es al segmento mayor, como este
es a la totalidad. De esta manera se establece una relación de tamaños con la
misma proporcionalidad entre el todo dividido en mayor y menor. Esta proporción o
forma de seleccionar proporcionalmente una línea se llama proporción áurea.

Cualquier progresión que se base en la sección áurea será, al mismo tiempo,


aritmética y geométrica.

Imagen 1. Numero áureo en un caracol. Fuente: Internet.

Las ordenes

Para los griegos y los romanos de la Antigüedad clásica, los órdenes, en la


proporción de sus elementos, representan la expresión perfecta de la belleza y la
armonía. La unidad básica de las dimensiones era el diámetro de la columna. A
partir de este módulo se deducían las dimensiones del fuste, del capitel, de la base,
del entablamento, en definitiva, del más mínimo detalle. El espacio de separación
entre las columnas, llamado intercolumnio, se basa también en el diámetro de las
mismas.

Puesto que el tamaño de las columnas variaba con el del edificio, los órdenes
no se apoyaban en una unidad constante de medida. La intención era,
preferentemente, asegurar que todas las partes de cualquier edificación estuvieran
proporcionadas y en armonía entre sí.

Teorías renacentistas

Los arquitectos del renacimiento, creyendo que sus edificios debían


pertenecer a un orden más elevado, volvieron al sistema matemático griego de la
proporcionalidad. Tal como los griegos concibieron la música como la geometría
expresada en sonidos, así los arquitectos renacentistas creyeron que la arquitectura
eran las matemáticas traducidas en unidades espaciales. Con la aplicación de la
teoría pitagórica de los medianos a las razones entre los tiempos de la escala
musical griega, estos arquitectos elaboraron una progresión ininterrumpida de
razones, base de las proporciones de su arquitectura. Estas series de progresiones
se manifestaban en las dimensiones de una habitación o de una fachada y en las
proporciones que, interrelacionadas, se percibían en una secuencia espacial o en
la totalidad de una planta.

El modular

Le Corbusier encontró en las medidas del cuerpo humano relaciones


proporcionales con razón aurea a partir del cual creó un sistema de medidas del
cuerpo al cual bautizó con el nombre de Modulor.

La primera presentación del Modulor se basa en 3 medidas básicas 113, 70,


43 cm que relacionadas con el numero áureo da 183cm que es la altura de un
hombre promedio EUROPEO que con el brazo elevado es 226cm.Y después, en
1950 adaptó este sistema de medidas a la altura del hombre latino promedio: 1.72
m. Dos ejemplos de la aplicación de ambos sistemas de medidas so la Unidad
Habitaciones de Marsella y la casa Curuchet, respectivamente.

Imagen 2. Modulor. Fuente: Internet.

El ken

En el Japón y durante la Edad Media se implantó otra medida, el Ken. Aunque


al principio sólo se utilizaba para designar la separación entre dos columnas y no
tenía una dimensión fija, muy pronto esta unidad se normalizo para aplicarse en la
arquitectura residencial. A diferencia del módulo de los órdenes clásicos, el diámetro
de la columna, que variaba en cada construcción, el Ken pasó a ser una medida
absoluta.

No obstante, el Ken no fue únicamente una medida para la construcción de


edificios, sino que evolucionó hasta ser módulo estético que rigio la estructura, los
materiales y el espacio de la arquitectura japonesa.

Con la trama modular del Ken se instauraron dos métodos de diseño. En el


método Inaka-ma, la trama del Ken (6 Shaku) determinaba la separación entre los
ejes de las columnas.
En una vivienda típicamente japonesa, la trama Ken rige la estructura y la
secuencia aditiva, de espacio a espacio, de las diferentes habitaciones. Las
medidas del módulo, relativamente pequeño, posibilitan la deposición de espacios
rectangulares, de manera totalmente libre según modelos lineales, agrupados o
arbitrarios.

De la misma forma en que se introdujo a la arquitectura habitacional, el Ken


se convirtió en una medida estética y estructural que llegó a influir en las medidas
de los espacios arquitectónicos y en los materiales. Su valor ha variado con el
tiempo, sin embargo, se considera una medida estándar de 1.81 metros, es la
sexagésima parte de un cho, unidad de longitud utilizada en el país oriental.

Escala

Se refiere a la acción que nos permite dimensionar los objetos y los espacios,
ya sea mediante un sistema de medidas (métrico o imperial) o respecto a otro,
realizando una comparación entre ellos.

Escala Visual

No se refiere a las dimensiones reales de los objetos, sino a la forma en la


que se presenta un objeto con respecto a otros, mayores o menores. De esta forma
podemos dimensionar el tamaño de un cubo situado al lado de una casa, contra un
uno situado junto a una silla.

Cuando se dice que algo está en “pequeña escala” se refiere a que se percibe
de menor tamaño que se acostumbra y viceversa cuando nos referimos a la gran
escala. Con estos principios podemos percibir que distintos estilos de arquitectura
han jugado con la escala a lo largo de la historia, como el Gótico, el Romántico y,
más recientemente, el Deconstructivismo.
Particularidades e historia.

En el arte Egipto, el rasgo más evidente de la arquitectura es el “colosalismo”.


La edificación se encuentra desproporcionada en relación con la función. Esta
proporción consciente suscitaba grandeza al ánimo del espectador, así como
sentimientos de temor.

En Grecia, los artistas buscaron la belleza a través de la proporción, que


elaboraban mediante reglas matemáticas. Se adoptó como módulo de medida el
diámetro de la columna. Los templos griegos buscaban una armonía de
proporciones basada en la naturaleza y la escala humana. Los distintos órdenes
que fueron surgiendo en el mundo griego también fueron cambiando sus
proporciones en busca de una mayor esbeltez y elegancia.

La arquitectura romana era imponente y grandiosa como símbolo del poder


del imperio. Tenemos por ejemplo “El Panteón”, uno de los edificios más
significativos. La inmensa cúpula que lo corona, cuya altura es igual al diámetro de
la base, le dota de una serena armonía. Esta monumentalidad se utiliza como
símbolo de superioridad, dejando de lado la escala humana. Uno de los personajes
más interesantes de esta época fue Vitrubio. Éste consideraba el cuerpo humano
como modelo a seguir en cuanto a sus proporciones. Inscribió la figura de un
hombre con los brazos extendidos en un cuadrado y en un círculo. Su centro se
correspondía con el ombligo. Esta idea se recogió más tarde en el Renacimiento
por Leonardo Da Vinci.

La proporción en la edad media, la escultura románica está incorporada en


las construcciones arquitectónicas, fundamentalmente en los tímpanos, arquivoltas
y jambas de las puertas, así como en los capiteles. Sus dimensiones se ajustan al
espacio disponible, dando lugar a figuras a veces estilizadas y a veces pequeñas.
Lo que interesaba era el contenido simbólico, buscando la narración para fijar mejor
las ideas religiosas en el creyente, siendo esto mucho más importante que las
proporciones de las formas.
El edificio fundamental en la arquitectura gótica es la catedral. Su estructura
se basa en la construcción de grandes pilares y nervios que daban lugar a bóvedas
de gran altura, por lo que predominaba la verticalidad, ausente en el románico.
Surge la yuxtaposición de los diferentes módulos que se desarrollan tanto en
horizontal como en vertical, dando lugar a la unidad de los distintos volúmenes
interiores. La utilización de la geometría no se hacía únicamente por motivos
estéticos.

Las proporciones de una catedral intentan aproximarse a la concepción de


un edificio cósmico, modelo del universo medieval, como ilustración de todo lo bello,
que descansa en la proporción perfecta.

El humanismo renacentista supone la aceptación de los valores filosóficos,


morales y estéticos de la Antigüedad grecorromana. Valora al hombre
principalmente, a diferencia de la concepción románica y gótica, especialmente
preocupada por Dios y por la religión. La arquitectura se concibe a la medida del
hombre. Se recogen las ideas de Vitrubio sobre las proporciones, que dan como
base de la medida el cuerpo humano. El canon de proporciones, deducido de las
relaciones anatómicas, es la guía de la concepción arquitectónica. Retoman la
noción de simetría que los clásicos consideraban como fundamento de la
perfección.

Buscan la belleza y la armonía a través de conceptos matemáticos,


geométricos y musicales. Se sintetiza el canon de proporciones del cuerpo humano
con leyes matemáticas y geométricas como la circunferencia y el cuadrado. Es
fundamental la regla clásica de la “sección áurea”. Leonardo Da Vinci asimila las
ideas de Vitrubio sobre la proporción.
Cualidades expresivas

El término proporción se define como la relación de equilibrio o simetría, en


el tamaño o cantidad existente entre los elementos que componen un conjunto.

Ambos elementos están sujetos a las características físicas e intrínsecas de


los materiales que van a ser utilizados, así como al diseño por parte del arquitecto.
De esta forma, un mismo material puede tener distintas configuraciones, tamaños y
colores, lo que afecta la percepción del usuario con respecto a la proporción y la
escala. A lo largo de la historia y gracias a la experiencia y experimentación de
arquitectos, artistas, matemáticos y teóricos, encontramos varios sistemas de
proporción que han ayudado a crear arquitectura en todo el mundo.

La proporción posee cualidades semánticas, podemos observar como desde


la edad media se empleaba la proporción para expresar sensaciones de grandeza,
es el caso de los templos de los griegos.

En la composición, la proporción está muy relacionada con el encuadre. La


manera en que se divide el área donde vamos a componer una la imagen es una
cuestión importante porque estas proporciones fundamentales son las que
provocan el primer impacto sobre el ojo del espectador.

Las formas adquieren su significado cuando se estructuran dentro de una


composición. Por eso resulta fundamental organizar los elementos que forman el
conjunto de la imagen de manera equilibrada para obtener un efecto de unidad y
orden, asignándole a cada uno de ellos el tamaño y la posición adecuados para el
fin que nos propongamos.

En toda imagen existen zonas del encuadre ocupadas por elementos


principales mientras que otras, bien no tienen contenido o bien aparecen ocupadas
por elementos secundarios, pero cada uno de ellos cumple una función dentro de la
composición.

El tamaño, la forma o el color determinan el peso visual de los elementos y a


ellos debemos recurrir cuando queremos situar el núcleo semántico de la imagen,
es decir, la zona de máximo interés y, por lo tanto, de máxima atención. Cuando
organizamos un encuadre para una obra, definimos en primer lugar cuál es el centro
de interés, lo que queremos resaltar. Una vez definido cuál es el tema o el asunto
principal y en función de éste, debemos elegir el encuadre más idóneo.

El equilibrio visual en una composición se consigue con una correcta


proporción de los elementos que forma parte de ésta compensando los pesos
visuales de los mismos. Existen diferentes modelos compositivos, unos son
estáticos y otros dinámicos.

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