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Este poema narra la historia de un grupo de personas que esperan durante dos días en un pequeño pueblo mientras su autobús es reparado después de haberse averiado en el camino hacia la costa. Mientras esperan en medio de la niebla y el frío, los pasajeros adoptan una nueva perspectiva y conversan con los residentes locales, incluido un joven parapléjico. A pesar de la larga espera, algunos mantienen la esperanza de continuar su viaje hacia el mar, mientras que otros parecen haber encontrado un hogar temporal.
Este poema narra la historia de un grupo de personas que esperan durante dos días en un pequeño pueblo mientras su autobús es reparado después de haberse averiado en el camino hacia la costa. Mientras esperan en medio de la niebla y el frío, los pasajeros adoptan una nueva perspectiva y conversan con los residentes locales, incluido un joven parapléjico. A pesar de la larga espera, algunos mantienen la esperanza de continuar su viaje hacia el mar, mientras que otros parecen haber encontrado un hogar temporal.
Este poema narra la historia de un grupo de personas que esperan durante dos días en un pequeño pueblo mientras su autobús es reparado después de haberse averiado en el camino hacia la costa. Mientras esperan en medio de la niebla y el frío, los pasajeros adoptan una nueva perspectiva y conversan con los residentes locales, incluido un joven parapléjico. A pesar de la larga espera, algunos mantienen la esperanza de continuar su viaje hacia el mar, mientras que otros parecen haber encontrado un hogar temporal.
rumbo al mar el bus se vara en un tugurio siguiendo rigurosamente las leyes de Murphy
Dos o tres días esperando el repuesto
de un bus para 50 bañistas
Un bus varado aquí
es un muy potente instrumento de conocimiento al tiempo que su chofer se convierte en todo un gurú que nos guía por las leyes de la inercia y de la impermanencia cuando la espera y la impaciencia son todo lo que sucede en el mundo
De modo que la gente desciende
a regañadientes vociferando sus maldiciones con el decálogo de todos sus madrazos
Adoptan otro punto de vista
miran desde los resquicios de la casa de palo a través del musgo que delata su vejez la niebla pero no el abismo justo por estar en el fondo
Los anfitriones desde luego los asisten
les sirven sancocho de gallina y muchas tazas de un café aguado mientras conversan con el muchacho parapléjico experto en mirar los carros que vienen y van sin tomar todavía alguna decisión
No es para nada leve
el tiempo de dos días signados por el frío y por la niebla mientras el mundo de ida y vuelta pasa con displicencia devorándose el asfalto
Una que otra pareja
intercambia besos y escarceos a solas en el bus o a la orilla del torrente que les tiende la cañada que muy de seguro tiene en su agenda llegar al mar serpenteando la llanura
El mar a los futuros bañistas
se les sigue antojando desde aquí como la única cosa que existe anhelada en infinita mientras la larga espera no pierde su estatus de accidente
Algunos saben que sólo están de paso
desde hace mucho acaso también los desplazados que les siguen asistiendo en lo que les puedan servir
Algo en la carretera y en sus sueños
les sigue diciendo a éstos que el regreso es aún posible mientras al chico que observa con sus piernas inmóviles un sueño de salir de allí por uno y otro rumbo lo visita si no es que tiene ya la vocación definitiva de ver pasar el mundo desde el vano de la puerta