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E 86 Primavera 2007 PALIMPSESTO Al fin y al cabo r Noes cosa de poco. ¥ de cudnta humanidad Estas notas representan tres. momentos en la investigacién. En la primera mues- tro aquello que sera re- evante a un abordaje desde una perspec- tiva psicoanalitica y expone la pertinencia de este campo de saber; la segunda enun- cia de modo directo algunas caracteristi: cas propiamente metodolégi en la tercera nota aprovecho para coneluir y recapitular, siguiendo algunas conside- raciones epistemolégicas. En la época modemna los humanos hemos tenido que asumir tres grandes humillacio- nes tedricas, las tres vinculadas a la cien- cia y las tres frontalmente opuestas a dog- mas religiosos. La primera tivo Ingar en los siglos xv1 y xv por obra de Copémni- co, Kepler y Galileo: Ia Tierra, el plane- ta humano, fue desplazada del centro del universo y perdié su majestuosa inmovi- lidad privilegiada para ponerse a girar en tomo al sol. La segunda ocurrié en el siglo xn: Darwin demostré de manera bastan- te convincente que nuestra especie es una mis en el conjunto de los seres vivientes ¥ que no hemos sido creados directamente por ningiin Dios a su imagen y semejanza sino que provenimos por mutaciones aza- rosas de una larga serie genética de mami- feros antropoides. La tercera fumillacién nos la infligid Sigmund Freud, a finales del siglo pasado y comienzos del nuestro, al convertir nuestra mismisima conciencia 0 alma en algo complejo y nada transparen- te, traspasado por impulsos inconscientes Desde este lugar de desafio al saber esta- blecido, se plantea el conocimiento y la investigacién para el psicoandlisis, nmues- tra que le atafie la condicién humana, pero en una dimensién totalmente distinta a la ‘que podia encontrarse en las tradiciones del pensamiento humanista, cuyo enten- dimiento de los seres humanos se reduce concebirlos simplemente como las cria- furas que se encontraban en el pinéculos de la evolucién y, por lo tanto, lo huma- Primavera 2007 87 E eC CCCCtitit(é‘(§#.S’ PALIMPSESTO no era sindnimo de civilizado, responsa- ble, racional, espiritual, bueno, lo mesura- do, un ser que actia desde la conciencia, ete. ¥ lo opuesto, era lo del reino de los animales: “lo relativo a Ia carne”, es de- cir lo sexual, lo violento, 1o instintual, 10 imracional, lo inmesurado, ete. Ese pensa- miento dicotémico y repleto de estereoti- pos ha sido Jo que la mirada del psicoand- lisis cambié de una vez y para siempre. El hombre no es esa criatura que quisigramos que fuera, no representa ese ideal inalcan- zable. Comprendemos asi, emo una im- portante parte de la filosofia y de las cien- cias humanas no habfan visto de modo di- recto al ser humano, sino tinicamente los ideales que sobre él proyectaban. Des- de este lugar, que entrafia una confron- tacidn a esas miradas, se erige el conoci- miento del psicoandlisis, siempre en dié- logo critico con las otras perspectivas es- tablecidas y que socialmente tienen mu- cha acepacién, que se permiten el enga- fio, viviendo bajo un doble discurso, una doble moral, pero pacificados por la au- sencia de cuestionamientos, y sobre todo, en una paz sosa producida por sus certe- zas inamovibles. Dado que una de las metodologias pro- pias de la construeciGn teérica del psicoa- nilisis se realiz6 a partir del debate, debe- mos comenzar discutiendo las diferencias esenciales entre lo humano y aquello que no lo ¢s, 0 sea entre lo que conforma el te- ritorio de la cultura y de lo simbélico, que se opone al “de la naturaleza”; no hay en- tre ambos una relacién armoniosa, como pretenden muchos autores. Situemos en principio al psicoanalisis por 1a manera ‘como se colocé para responder a esta pre- gunta, Para el psicoandlisis, lo humano en el hombre no es un asunto que apele a las E 88 Primavera 2007 leyes de la naturaleza; de hecho, somos seres en don entendiéndolo como un fendmeno singular, brutal, pero sobre todo desgarrador. No es simplemen- te algo que se agrega o se aprende, sino se trata de una pérdida, un desagregado que produce lo simbélico, entendiendo a éste como Ia gramética y la légica, como las coordenadas que estructuran nuestro psi- quismo y nuestros pensamientos, la mate- ria prima del lenguaje, la inscripcién de la diferencia (entre el siy el no); los sistemas de comunicacién oral y eserita, los orde- namientos normativos y sistemas taxoné micos 0 clasificatorios, las formas de re- lacionar distintos elementos y encontrar sentido en ello, los marcos de referencia, los sistemas y juicios de valores; todo ello crea, caracteriza y norma lo que conside- presenta esta de la naturaleza, lo que se encuentra esen- cialmente caracterizado por el lenguaje, con lo que entendemos a éste como “la idea fundamental” para coneebir a lo hu- ‘mano, Asunto sobre el que reiteraremos a lo largo de la nota. svalimiento de los nifios al nacer, por su dependencia abso- triz requerida por el lta, Esta segunda gestacién, que emp ja al bebé a desaprehenderse de los 06 {gos biolégicos, sera como se avance en el territorio de lo simbélico, por lo que el precio de este trinsito es perder lo Cor ello comprendemos que el psicoandlisis haya requerido de categorias diferentes a las empleadas por la medicina y por la biologia, como, por ejemplo, la de instinto (concepto biolégico), por un lado; mien- ‘ras, para obtener mayor claridad y exac- titud, empleé la de pulsién (concepto fi- los6fico). Pero no fueron las tinicas dife- rencias conceptuales empleadas, son va- rias, de las cuales timicamente tomamos un par para mostrar lo hondo y diferente del campo psicoanalitico frente a otros sa- beres; ése es el caso del empleo de la no- cién de necesidad (de lo dado esponténea- mente por la naturaleza) versus el deseo (que implica un proceso simbélico). Bajo esta perspectiva, la necesidad debe situar- se en la esfera de la satisfaccién inmediata de las exigencias propiamente de la espe- cie: alimentarse, reproducirse, guarecerse y ptocurarse abrigo. El deseo nos conduce a transformar el acto de alimentamos en el de comer, degustar, el de reproducimnos PALIMPSESTO imposibilidades, “lo asombroso del hom- bre es que se mantiene abierto e indeter- minado en wn universo donde todo tiene ‘su puesto” Esta perspectiva del hombre como conjunto abierto, no cerrado y predeter- minado, pudo pensarse a partir de Georg Cantor y J. W. R Dedekin, quienes a fina- les del siglo xnx dieron un paso importante al crear la teoria de conjuntos en el campo de las mateméticas, mostrando la impor- tancia de las relaciones entre los elemen- tos y entre los conjuntos, conjuntos fini- tos, infinitos, abiertos, cerrados, conteni- dos en otros conjuntos, interceptados, etc. Era un ambiente fecundo para que Freud creara su propuesta sobre el dominio de lo siquis por el de hacer el amor, el guarecernos por -_ deraciones de su época, el de construir un hogar, etcétera. Con Jo que Ia diferencia entre lo ins- tintual y lo pulsional debe situarse en que todas las cosas, “todos los seres estin asi prefijados de antemano... menos el hom- bre”.’ Esta es la consideracion que tiene el psicoanilisis para sostener une diferen- cia esencial y profundamente significativa del instinto como un atrapamiento del ser al estimulo, es precisamente lo que llevé a Freud a buscar conceptos mis adecuados para el nuevo campo que estaba abrien- do, conduciéndolo a la filosofia, donde encuentra nociones tales como la de pul- ésta a Ia logica de la causalidad psiquica ¥ no a la fisiolégica. Los animales tienen un paquete cerrado de posibilidades y de > idem. idem. > idem, ‘Sin embargo, por mucho que aceptemos hoy la indudable continuidad entre lo ani- mal y lo humano, no por ello parecen ha- bberse borrado ni mucho menos las diferen- cias fundamentales [..J. Que los seres hu- ‘manos seamos también animales y que en cuanto especie debamos buscar nuestros parientes entre las bestias y no entre dio- ses 0 angeles (no hemos caido del cielo, sino que hemos brotado del suelo, como ‘ya algunas mitologias indicaron) no impi- de que constatemos rasgos caracteristicos en Jo humaao que determinan un auténti- co salto cualitativo respecto a nuestros an- tepasados zooligicos...”* En esta perspectiva se sitia el hombre descubierto por Freud, aquel que se mucs- tra en su singularidad: sus torpezas, sus Primavera 2007 89 E PALIMPSESTO equivocos, sus sintomas, aun en sus com- pulsiones, sus inhibiciones, sus angustias, en sus arrojos, en sus filias y en sus fo- bias, en lo que Freud llamé “psicopatolo- gia de la vida cotidiana”, pero sobre todo, fen sus suefios, y no en el relato que hace de si mismo para los otros, en donde se di- buja apareciendo siempre “mejorado”, cu- briendo y maquillando sus fallas como si Jo humano no fuera exactamente eso que pretende ignorar 0 cubrir. Pero... ;e6mo dar cuenta de ese orden simbélico que nos desnaturaliza y trans- forma en seres que escapan a las determi- naciones bioldgicas? Como he menciona- do, lo simbélico irrumpe, se trata de algo parecido a la mutacin, al salto cudnti- co, se trata de lo que arrolla y cambia de una vez y para siempre las reglas del jue- go. Continuaremos de la mano de Sava- ter: “Tradicionalmente se ha hablado del ser humano como de un ‘animal racio- nal’. Es decir, el bicho més inteligente de todos. [...] Como muy bien ha seftalado el fildsofo inglés Roger Scruton, ‘las defini- ciones de la razén y de la racionalidad va- rian grandemente; varian tanto como para sugerir que, mientras pretenden definir las diferencias entre hombres y animales en téminos de razén, los filsofos estén en realidad definiendo la razén en términos ia entre hombres y anit alcanzar ciertos fines estables y determi- nados, mientras que la raz6n humana bus- ca medios para lograr determinados fines y también nuevos fines, aiin inciertos o in- determinados.”* Entonces se reconoce al hombre también a partir de lo que no es; toe. elt E 90 Primavera 2007 en su contraste con el reino de los anima- les, el hombre es un animal insatisfecho, siempre en busca de més, de un “plus”, un animal anhelante. Es por esto que reque- rimos de nuevas herramientas para la in- vestigacién y el trabajo, obtenidas de una forja sobre Ia amalgama disciplinaria que constituye una perspectiva transdisciplina~ ria, respetando la pertinencia de cada una de las disciplinas y sus sistemas de catego- rias y referencias, la manera de compren- der y de estudiar particular a cada discipli- na; no se trata de crear un nuevo campo interdisciplinario o enfoque, el psicoandli- sis se sirve de distintos campos de conoci- miento, ya que se trata de obtener perspec- tivas e instrumentos que pongan atencién en Jas pequefias cosas, en esos rasgufios, ‘en esas marcas que representan la diferen- cia y que caracterizan a lo humano, ya que los grandes temas son tan amplios y ge- nerales que en realidad dicen poco sobre Jo que nos interesa, los hombres concretos que se tropiezan con su existencia, Freud, bajo el primado de la pulsién muestra la flexibilidad de la condicién hu- ‘mana, su no atrapamiento al estimulo, de tal suerte que puede escapar de los deter- minismos bioldgicos tales como los que obligan a las aves a migrar, a la maripo- sa noctuma a ser atraida por el foco in- candescente, a la cépula activada por la resencia de feromonas, etc. . Ahora bien, de- jar atrs los comandos biolégicos no nos hace més libres, pues las determinaciones que gobieman nuestras apetencias, nues- tras inhibiciones, nuestros miedos y mues- tros desagrados se encuentran en el deter- minismo psiquico, que dibuja la teorfa de las pulsiones. En los animales la inteligencia parece es- tar exclusivamente al servicio de sus ins- tinios, que son los que les dirigen hacia sus necesidades o fines vitales bisicos. Es decir que su conducta sélo responde a un cuadro de situaciones que vuelven una y otra vez —necesidad de alimento, de apa- reamiento, de defensa, ete— euya impor tancia proviene de la vida de Ia especie y ‘no de la eleccién de cada uno de los indivi duos. [..] Los humanos, en cambio, util zamos la inteligencia tanto pera satisfacer ‘nuestros instintos como para interpretar las necesidades instintivas de nuevas formas: de la necesidad de alimento derivamos la Giversidad gastronémica, del apareamien- to llegamos al crotismo, del instinto defen- sivo desembocamos en la guerra, ete.” Estos autores entienden por inteligencia aquello que sittia la condicién de diferen- cia entre animales y humanos, no se trata de la que miden las pruebas psicolégicas de “inteligencia”, sino de lo que enmarca a los hombres como animales racionales, para quienes la posibilidad de acceder a la razén, seri la caracteristica principal para reducir lo humano. Con todo, creo que Ja intencién de la definicién del hombre como animal racional supone que se en- cuentra gobemado por ésta y que de alli se deriva Ia conciencia, misma que es esen- cial en la determinacién de su volicién; son consideraciones que se encuentran por entero impregnadas por la idea de que el hombre es aquel que realiza lo que se propone. La teoria psicoanalitica muestra que eso es impensable, que lo inconscien- te crea una imposibilidad real para que la conciencia gobieme los actos de nuestras vidas Top. cit. PALIMPSESTO le nues- ‘za condicién humana, como entes simbd- licos; no somos seres racionales, no es el pensamiento ni la conciencia de los hom- bres lo que determina su ser, es algo que se encuentra en otro nivel, determinando a de lo que se ocupa el psicoandlisis. Existe una perspectiva sostenida en esta idea del hombre como animal racio- nal, que he llamado “la metafisica de in- dividuo”, en la que todas las idealizacio- nes se cargan sobre las consideraciones de Jo humano, como si no se tratara de un ser habitado por la dialéctica de las pasiones: ama y odia, desea la vida y busca la muer- te, esta dividido, fracturado en lo mas esencial; eso estructura su psiquismo. Se frata-de un “individuo” cuando no acep- te su divisidn subjetiva que seria de “di- viduo”; el primero quiere cubrir esa falla que lo haré inconsistente, contradictorio y voluble, por lo que se entretiene en lo evi- dente y permanece estitico para especular sobre sus propias idealizacioné Mamadas ciencias hu- ‘manas no aceptan al psicoanilisis, ya que ‘tratan con construcciones disciplinarias sobre lo que suponen es la propia natura- Jeza humana, esto es, repleta de idealiza- ciones, de consideraciones modélicas, que se desapegan progresivamente del “hom- bre real”, Decimos real tal como lo em- plean los franceses cuando dicen real po- litic. Hay que destacar de ese set que se tropieza con su existencia, repleto de con- tradicciones, que contrasta con las visio- nes ideales construidas en laboratorios 0 cubiculos universitarios. La perspectiva Primavera 2007 91 E PALIMPSESTO que se desprende de la tradicién humanis- taes la que presenta un ser bumano cons- ‘truido a partir de un conjunto de abstrac- ciones teéricas, por esto serd en los logos criticos de las distintas propuestas disciplinarias en donde podemos pesqui- sar algo de la physis misma de lo humano. Preguntindonos el por qué de tantos ar- tificios y ocultamientos sobre el hombre. Entendiendo que existe la ingenuidad de suponerse “la ma- nera adecnada de ver las cosas”. Simple- légica que despliega en los didlogos y en Ja polémica unos de sus mejores y mas it~ les recursos. Es necesario advertir en el conoci- miento de “lo humano en el hombre”, que la mayoria de los autores propone la esen- cialidad como su condicién social, que se trata de “un animal social”, que no existen humanos aislados, y que aquello que Tla- ‘mamos humano, por lo general se refiere a la cultura, misma que tiene que ver con esas tradiciones que cada pueblo usa para relacionarse con su entomo como con ottos seres humanos; es evidente que no se trata de su sociabilidad, ya que la ma- yoria de los animales tienen un comporta- miento de grupo o de sociedades (mandri- les, gorilas, chimpancés, etc.). Lo que no tienen es cultura; ésa en realidad es una expresién de la singularidad humana. El hombre es un ser social, nos dijo Freud en su ensayo titulado “Psicologia de las masas y anélisis del yo”, por lo que no podemos comprenderlo de manera aislada ni siquiera como una ficcién metodolégi- ca; algo del ser del hombre no se explica sino atendemos su dimensién de sociabi- lidad, su relacién de dependencia con los otros. Precisamente es con respecto a los otros que se constituye a partir de las de- terminaciones que operan en cada perso- na, aquello que lo caracteriza y lo singula- riza, asi como en su dimensién de sujeto, es decir, al plano arquitectural esencial- mente simbélico,* que sera la dimensién en la que se encuentra como sujeto (suje- tado) a la cultura, al orden simbélico, per- mitiendo su sujecién a Ia ley. En EY ma- estar en la cultura, Frend sefialé que esta cultura no puede tener mas que los sellos de su gesta, lo que le es propio: su escision subjetiva, el malestar, la insatisfaccién, su amhelo, su bisqueda permanente de mejo- ras, la dialéctica del deseo, etc. Por esto lo social se encuentra intermediado por ese cristal que son las diferentes produc~ ciones culturales, mismas que representan diferentes intentos para resolver un mis- mo avatar: “el malestar propio a la condi- cién humana”. como referencia esenciel a partir de la cual nos sujetamos al mun- do simbélico, esa referencia que implica una alienacién del sujeto, que lo hace per- der aquello que le es propio (su animali dad) como efecto de la pérdi demas de ser ese Otro el ancla que inventamos para fijar los con- sensos sociales, de sentido comin del gru- po, ete, Es significativo el Otro, aquel del cual podemos identificamos y diferenciar- ‘os, esas otras personas que se encuentran * Se trata de un acercamiento preliminar, ya que posteriormente veremos cue el asunto de lo simibélico se complica al incluir lo Real y lo Imaginari, en ol plano de los registras de Lacan. — 92 Primavera 2007 PALIMPSESTO EL HOMBRE DESCUBIERTO POR FREUD, QUE SE MUESTRA EN SU SINGULARIDAD: SUS TORPEZAS, SUS SINTOMAS, AUN EN SUS COMPULSIONES, SUS INHIBICIONES, SUS ANGUSTIAS, EN SUS ARROJOS, EN SUS FILIAS Y EN SUS FOBIAS, EN LO QUE FREUD LLAMO “PSICOPATOLOGIA DE LA VIDA COTIDIANA". en nuestros contextos. Pero alli no acaba el poder de lo social segiin las considera- ciones del psicoandlisis. Lacan en sus re- flexiones sobre la constitucién del yo, en su trabajo titulado El estadio del espejo, Propuso que ‘como si se tratara de un Ilamado a pa- recetnos a lo que nos preexiste, a inten- tar caber en los moldes y recipientes que la sociedad y la cultura tienen para noso- tros; pero para Lacan, ese llamado es el mismo que tienen los procesos miméti- cos, que conducen a los animales no sélo a adaptarse a su entomo, sino a ser parte del mismo, ut ara el psicoandli- sis: in ese lu: gar de la falta situamos al Sujeto, pero su- jeto comprendido no como persona (per- Sonae, en griego, méscara), sino Sujeto como una categoria que da cuenta de la sujecién al deseo del Otro, al sujetamiento del lenguaje, que se encuentra sujeto a lo simbélico como una trama tejida por los ottos miembros de la comunidad y Ie fa- milia; el Sujeto que sera un efecto del ter- nario Real, Simbdlico, Imaginario. Como aquello de caricter universal sobre el re- vestimiento del hombre como ser histéri- coy cultural. Entonces aquello de orden general, en donde el psicoandlisis sitia su saber, es que el animal sabe, pero no sabe lo que ig- nora; Jos animales cuentan con alguna cla- se de sistema que procesa la informacién que les transfiere un conjunto de habili- dades, pero no saben que hay cosas que no saben. Es esta falta de conocimiento Ia ue dirige a la investigacién y a los des- cubrimientos a los humanos y a emplear herramientas e improvisat. Por esto con- sideramos la ignorancia como un atributo humano, como otra caraeteristica funda- mental. Sin embargo, sera frente ala igno- Primavera 2007 93 E PALIMPSESTO rancia, frente al vacfo y a la angustia que provoca, que se realizan distintas apuestas para no hacerse cargo de ella, para Ilenar- la de respuestas inmediatas y de saberes cuyo tinico propésito sera pacificamnos. [.-] Parece ser que los restantes primates —y mucho mas todavia otros animales— viven como incrustados 0 hundidos en el ‘medio vital que les es propio (Georges Ba- taille, en su Teoria de la religion, dice que estin “como el agua en el agua”). Perma- necen como irremediablemente adheridos alos semejantes con que conviven y al ob- jetivo de sus instintos, a lo que necesitan buscar para sobtevivir y reproducirse. No son capaces de distanciarse de quienes les. rodean ni de lo que forma parte de las ne cesidades de su especie. Constituyen un continuo con lo que necesitan y apetecen, incluso con aquello de lo que huyen por- ue les amenaza: no pueden ver nada ob- jetivamente, en sf mismo, desgajado de los, nos biolégicamente de ellas y verlas como objetos con sus propias cualidades, que muchas veces en nada se tefieren a nues- tras necesidades o temores. Por es0 algu- nos fildsofos contemporaneos (Max Sche- ler, entre otros, en su interesante e influ- yente libro El puesto del hombre en el cos- ‘mos) distinguen entre el medio propio en el que habitan los animales y el mundo en el que vivimos los humanos. En el medio animal no hay nada neutral, todo esté a fa- vor 0 en contra de lo que pide la especie para perpetuarse; en el mundo humano en cambio cabe cualquier cosa, incluso lo que nada tiene que ver con nosotros, 0 Io que ‘ya no tiene que ver; lo que perdimos, lo que atin no hemos conseguido. Es més, la posibilidad de ver las cosas objetivamente, como reales en si mismas (un pensador es- pafiol contempordneo, Xabier Zubiri, defi- ne al hombre como “un animal de reatida- des”) se extiende hasta el punto de objeti- ‘var nuestras propias necesidades y reinter- pretar las exigencias biolégicas de nuestra especie... jes decir, hasta el punto de dis- tanciarnos de nosotros mismos! [..]? Parece claro, ahora, que es el tertitorio de la subjetividad en donde se realizan las principales operaciones —que poste- riormente se proyectan constituyendo di- ferentes clases de realidades— evidente- ‘mente siempre comprendidas como “rea- lidades psiquicas”, como la tinica reali- dad a la que tenemos acceso; es decir, no existe una realidad independiente, exterior © que anteceda a nuestra subjetividad, lo que esta mis allé de las proyecciones psi- quicas aparece como del lado de lo incog- noscible, Advertimos la condicién humana como algo inacabado, escindido, contradictorio, constituido por lo simbélico, determinado por lo inconsciente. Asi, no es el ser unifi- cado coneebido por la tradicién humanis- tao el self made man, este personaje que piensa las cosas antes de hacerlas, que con su fuerza de voluntad puede doblegar sus mas hondos impulsos, el maniqu{ con el que suefian muchas diseiplinas; estas pers- pectivas relatan a lo que llamamos “la me- tafisica del individuo”, aquel que es toma do como referencia, como centro sobre el cual se encuentran orbitando muchas con- sideraciones de las mayorias de las disci- plinas Hamadas humanisticas o sociales. Pero, antes de continuar, abordemos el mismo problema desde otra perspecti- va, intentando responder a la pregunta so- + Fernando Savater, La preguntas de (a vida Arel, Barcelona, 2004, £ 94 Primavera 2007 br cual no lo ¢s, cuestionando el marco a partir del que el psicoanilisis puede ser responsable de mina su propuesta tedrica, Ahora bien, ede qué estructura se est hablando? No es otra que la del lenguaje y del conjun- to de fenémenos que se encuentran rela- cionados con este campo; primeramente, lo simbélico. Para comprender esto, es necesario re- currir de nuevo a fa ficcién de la que s: vale el psicoanalisis, bajo el supuesto de que sabemos que “Io humano” no es algo que se obtiene filogenéticamente, es decir, de manera natural. Pero tampoco lo pode- mos rastrear siguiendo Ia hipétesis russo- niana segiin la cual la sociedad por Ia via de la familia construye o modela al cacho- 170 humanizéndolo; estariamos babl de lo humano como del orden de Ia imi- tacién 0 del aprendizaje, Lo humano per- tenece a un orden més complejo y para- déjicamente més simple, Es mucho més que el efecto del proceso de socializacién, Mamado asi por los psicélogos y peda gogos, agregando informacién por la via del aprendizaje, entendiéndola como una suma de informacién y habilidades. En lu- gar de eso, como deciamos, el psicoandli- sis subraya que se trata de una resta, una sustraccién: en Ia medida en que nos des- animalizamos es que nos humanizamos: .o humano, si aceptamos que no es algo que aparece de forma natural y tam- poco es algo que se ensefia o se aprende, ide qué se trata entonces? Esa es la pre- gunta sobre la que gira el discernimiento PALIMPSESTO de lo que es la construccisn de la propues- ta psicoanalitica, Nunca serd suficiente in- sistir en que, frente a la pregunta caben, ‘como se ha dicho, dos clases de respues- tas; la primera tiene que ver con la “meta~ ica del individuo”, que tiene la idea de que lo humano es del orden de lo que se aprende, por lo cual requiere de una fami- lia inserta en una comunidad que se ocupe de la tarea de la socializacion que seria el campo de la sociologia y Ia psicologta. La segunda hipétesis es donde el psicoandii- sis realiza su apuesta, en la qui mos ejemplificar como la falla en su acep- cidn geoldgica. Se trata de una falla ne- cesaria para posibilitar el movimiento de las placas tecténica (de la tierra); son las fallas los espacios necesarios para permi- tir el movimiento de las distintas capas de la tierra y son ademiés esas fallas por don- de se canalizan las distintas fuerzas que se encuentran, que chocan. Es el cauce de las tensiones estructurales, que en este caso serian las diferentes maneras de posicio- narse desde las instancias psiquicas, con Io que ese primer significante que seria “diferencia pura”, la condiciGn misma del Ienguaje. Encontramos aqui una notable diferencia entre la manera en que se entra- fia el lenguaje y lo que funda lo humano y la forma en que los animales estén en- cerrados en el sistema de cédigos que les son propios a cada especie, tales como el quimico en las hormigas, la danza con las Primavera 2007 95 E PALIMPSESTO abejas, los gritos con los monos aullado- res y otros simios, y los olfativos con las especies de narices himedas, etcétera, El lenguaje humano [...] es més profunda- mente distinto de los lamados lenguajes animales que la propia fisiologia humana de la de los demas primates o mamiferos. [uJ Los Hamados lenguajes animales se refieren siempre a las finalidades biolégi- ccas de Ia especie: la gacela previene a sus semejantes de ta cercanfa del ledn 0 de un incendio, los giros de Ia abeja informan a ‘sus compafieras de panal de dénde y a qué distancia se hallan las flores que deben li- presen- te o futuro, asi como para inventat cosas que atin no han ocurido o referirse a la po- sibilidad 0 imposibilidad de que ocuzran. Los significados del lenguaje humano son abstracciones, no objetos materiales. [..] ‘mientras que lo caracteristico del lenguaje hhumano es que sirve para decir lo que gue- remos decit, sea lo que El hecho de compartir la posesién de un lenguaje [...] es el rasgo es- peeifico més propio de muestra condicién Gunto al sabernos mortales): tiene mucha mis importancia eso que nos asemeja @ cualquier otro ser hummano [..]-” Los animales con sus sistemas de “comu- nicacién” no se equivocan, sus formas de intercambio no conllevan ningin tipo de falla 0 pérdida en el contenido que trans- mite el emisor y captura el receptor. Sin embargo, con el lenguaje (que es necesa- riamente humano, no existe el lenguaje animal aunque si sistemas de comunica- cidn) sucede lo contrario, no sélo permi- op. ot. E 96 Primavera 2007 te el equivoco sino se constituye en él. Ese error preformativo es la naturaleza misma del lenguaje, nombrar lo que se encuentra ausente es lo que constituye y funda lo hu- mano en el hombre. sajo esta dimensién, ‘podemos entender que lo que ha reclama- do la atencién del psicoandlisis es este po- sicionamiento subjetivo desde donde ha- bitamos el Ienguaje. Estamos ahora mas cerca de comprender que la estructura que constituye la préctica que denominamos psicoanilisis tiene que ver con el lengua- je, constituido y marcado por lo incons- ciente; que aparece revelado por le frac- tura en la conciencia, como un no saber —*no se por qué le temo a las mariposas nocturnas”—, como una inhibicién, como Tapsus, etcétera. La serie de circunstancias que podrfa- ‘mos llamar historia del individuo, no seré para el psicoandlisis lo realmente impor- tante, ni encontramos alli las causas del conflicto. Lo relevante es més bien la for- jue se relaciona cada sujeto con las circunstancias, la posicién subjetiva que ha orientado sus acciones y sus decisio- nes, lo que significan para él, pero... todo esto no tiene a prior? ningin significado per se. Es en el descubrimiento de Ia res- ponsabilidad que tenemos de nuestra exis- tencia, donde se revela el rastro que he- mos seguido, surgiendo el peso y la im- portancia que le hemos dado a nuestras in- hibiciones, miedos, ambiciones, condu- ciéndonos al lugar en el cual nos encon- ramos, Pricticamente nada es gratuito 0 espontiineo, todo es efecto de decisiones tomadas o depuestas. Desde luego. ma 105 por los que lo inconsciente apare- ce mostrando que la voluntad escapa a la conciencia y ésta se encuentra subordina- a, Que no somos victimas pasivas de los acontecimientos que rodean muestra histo- tia, sino participantes activos de nuestra existencia, incluso de permitir que nos do- minen nuestros temores, inhibiciones, etc, ‘Hacer algo o no implicara de modo diree- to un lugar para generar una responsal lidad sobre las consecuencias de nuestros actos, inacciones y decisiones. Resumamos lo ic la manera en que como cuerpo tedri- co se constituye a partir de lo simbélico, de la forma en que el lenguaje resulta el esqueleto que hace posible el psiquismo, y de cémo este esqueleto anida en Jo in- consciente. Finalmente, crear un armazén sobre el que se daré un posicionamiento subjetivo sera parte de la aventura de co- nocimiento a la que nos invita el psicoa- nilisis. El psicoandlisis ha estudiado a las re- ligiones, las artes y los mitos desde una perspectiva para nada religiosa, tampoco estética y mucho menos mistica; ha trata- do de encontrar en las grandes tradiciones del pensamiento, 1o que muestran sobre el hombre universal, el hombre de todos los tiempos y todos los lugares. En el saber religioso indaga, por ejemplo, aquello que 8 constante y permite ver la preocupa- cién de quienes escribjan, su necesidad de dar cuenta de los fenémenos estructurales, PALIMPSESTO quienes se encuentran en el demiurgo 16- gico del ser que ellos situaban mas alld en el tiempo en donde suponian el origen de todo. Por ejemplo, en la Biblia se estable- ce: “el verbo se hace came”. Es exacta- mente de lo que se ha querido hablar, Io que amamos “materialismo simt le habitar en nuestro cuerpo y el mundo; ambos > panna -n esa comar~ ca nos definimos y encontramos. Enton- ces sera un conjunto de relaciones que se establecen, ya que Io simbélico siem- pre es una dimensién dinémica, constitui- da por el sistema de pares de opuestos bi- narios, si-no, arriba-abajo, bueno-malo, etc. En el que existe uno por la presencia del otro y cada uno es interdependiente de su opuesto. Si desapareciera el no, igual Jo hace el si, Encontramos en Ta base del sistema simbélico la di plo, como siempre esquematizador y sim- plificador, pero que nos permite un pri- mer acereamiento, es el de un beso, ya ‘que es posible que lo imaginemos y ade- mis es susceptible de fotografiarse o pin- tarse, algo a representar, como una forma de concebirt la pasién y e] amor. Esto es su dimensién Imaginaria, pero una vez que besamos (acto simbélico) en el preforma- tivo encuentro entre las bocas, se produce un imposible, lo que sucedié en el beso, lo que sentimos. E] impacto que nos produ- jo es imposible de verbalizar, no podemos decir nada de ello, no porque no tengamos el léxico adecuado, sino simplemente por- que no hay palabras para dar cuenta de Io sncedido, de lo experimentado; esto inde- Primavera 2007 97 E PALIMPSESTO LOS ANIMALES CON SUS SISTEMAS DE “COMUNICACION” NO SE EQUIVOCAN, SUS FORMAS DE INTERCAMBIO NO CONLLE- _ VAN NINGUN TIPO DE FALLA O PERDIDA EN EL CONTENIDO QUE TRANSMITE EL EMISOR Y CAPTURA EL RECEPTOR. cible que se produce por el beso seria el registro de lo Real. Por lo tanto, para dar cuenta de lo que es un beso requerimos del triple registro (RSD; ésa es la complejidad metodolégica requerida para dar cuenta de lo humano, de lo contrario repetimos el modelo de la generalizacién acartonada y tuciones, sobre sus costumbres, sobre la manera de concebirse a sf mismos. Todo el conjuhto de operaciones y mecanismos que actiian inconsciente y conscientemen- te, por lo que, si bien el lenguaje es fiun- E 98 Primavera 2007 damental, no es suficiente, asi que debe- mos extender el marco teérico-metodo- ogico a la propuesta del ternario lacania- no: Real, Simbélico € Imaginario, a par- tir del cual podemos tejer una explicacion mas profunda y compleja de la condicién humana. En la investigacién sobre ésta, es ne- cesario tener presente los diferentes nive- les que se requieren para su acercamien- (0 diferencial: mientras por un lado se di- rija a lo estructural, al plano de naturaleza simbilica, no descuide otros aspectos de orden cultural, Ademis es condicién ne- cesaria para a comprensién del temario Real, Simbélico e Imaginario. La estruc- tura misma del orden simbélico es ese sig- nificante que Lacan Ilamé de la diferen- cia pura, aquello que oseila entre el si y el no, entre la presencia y la ausencia, en esa compleja relacién de interdependencia entre los dos opuestos antagénicos. Esta condicién de lo simbético como una mar- ca de discontinuidad sefiala el perimetro del otro orden, el de 1a biologia. En este plano el lenguaje, para presentarlo de al- guna manera, podria representar el progra~ ‘ma maestro que permite y orienta al resto, sobre el que se monta el programa del ha- bla, por lo que el habla es aquello que per- mite que el signo lingOistico se transforme ‘enna palabra, la cual pertenece a un idio- En este segun- nivel del habla estariamos consideran- do a los hablentes, en el nivel que articu- Ia el lenguaje, al habla y agrega a la cult. ra, Atale entonces directamente a Ia sub- jetividad de los hombres. Asi, lo que éstos dicen 0 hagan se puede leer en estos tres niveles es més importante que el otro, lo que si tienen son diferentes pesos en cuan- to a las determinaciones sobre el resto y sobre la vida de los hombres, En general, las consideraciones sobre “la metafisica del individuo” se sostienen més en el il- timo nivel, en el de la cultura, y especulan sin salirse de este campo sobre Ia natura- leza del hombre. Por lo tanto casi siempre en términos de sus proyecciones idealiza- das, en el estricto campo de Ia ideologia, en su avepcién marxista como “falsa con: ciencia’”, alienante, La verdad no es efecto de un proceso exhaustive que va aumen- tando sus niveles de abstraccién y teori- zaci6n, como lo supone “la metafisica del individuo”. Es, por lo contrario, el efee- to que se produce en el proceso de la alé- theia, actuando como funciones de ver- dad, cuando se descubre algo, aparecien- do lo inesperado, produciendo el asombro. PALIMPSESTO No es la investigacién un proceso mera- mente descriptivo, es necesariamente bas- culante entre el mundo de lo sensible y el mundo de la raz6n, considerando las espe- Cificidades de cada uno de los planos, asi como las nuevas dinimicas derivadas de a fe (o de la argumentaci6n tedrica psicoanalitica cabe la misma pre- ‘gunta: 2qué es lo necesario?, gque lo con- tingente? {Qué es lo que realmente pue- de ser extraido, sin modificar realmente la propuesta? Como ejemplo estin los auto- res anglosajones con la sobriedad de sus exposiciones, tratando de sacar toda la ‘paja que el estilo de muchos otros tiene all exponer sus ideas. El universo de investigacién sobre cualquier rasgo humano, implica pensar la realidad como producto de una posi- cidn subjetiva que, en una cierta dimen- sin, lamamos mentalidad: pero no se tra- ta de un descubrimiento exclusivo del psi en la deseripeién, en Ia puesta explicita de sus mecanismos implicitos que se encuentran determinan-~ do la delimitacién y enmarcacién del tema y problema de investigacién (del lado del investigador) y de aguello que es inves- tigado, de sus caracteristicas y dindmicas (del lado del objeto de investigacién) que se muestran algunos planos de la cons~ truccién de la realidad. Realidad que se Mare Auge y Jean-Paul Colleyn, Qué es (a antropolagi, Paidis, Barcelona 2004, p. 90. Primavera 2007 99 E PALIMPSESTO encuentra en el mismo nivel de lo mental, La mentalidad es una construccién que determina los planos de la realidad, por lo que comprendemos las diferencias entre individuos, épocas y paises. Mientras en el plano estructural del sujeto, éste tinica- mente tiene tres posibilidades de ser: psi- cético, perverso 0 neurético. Con ello el hombre particular, histérica y socialmen- te determinado va cambiando la forma en ‘que se percibe tanto a si mismo como al mundo que lo rodea, y estas percepciones y sus particularidades dependen del grupo generacional, del género al que pertenez- ca, de su clase social, en sus contextos — urbanos 0 rurales—, etc. Pero estas consi Geraciones carecen de la dimensién del in- consciente. El psicoandlisis propone que desde el descubrimiento frendiano de lo inconsciente no podemos dejar de pensar en la realidad més que bajo la perspecti- va psiquica, como un carrusel donde pro- ducto y productor se confunden ¢ impli- can mutuamente, Frente a una realidad construida social ¢ historicamente, como aquella que crea el investigador, es mucho lo que podemos decir, pero poco bajo lo que seria estricta- ‘mente la competencia de la teoria psicoa- nalitica, ya que ésta se ocupa tnicamen- te del armazén; siguiendo el ejemplo de la colores 0 los dibujos que aparezcan en la pelicula, La realidad, como deciamos, entonces un tejido social, una gran manto colocado sobre “las cosas del mundo”, ob- teniendo asf un mundo leno de objetos — con sus caracteristicas culturales e indivi- duales—, que es de lo que puede dar cuen- permanecen cubiertas ¢ inalcanzables y no puede tenerse perspectiva o noticia alguna de las mismas, més que por la impronta de sus efecte La nocién de realidad entrafia toda Ja complejidad de la trams de la tela que ‘mencionamos, se encuentra entre los hom- bres y las cosas invisibles y determinando al de investi pero también con el individuo (con su his- toria particular). Para el psicoandlisis 1o importante es la estructura psiquica, que determina la posicién que se asumird in- cluso en una determinada sociedad. Es en este nivel donde podemos rastrear propia ‘mente Ia dimensidn del sujeto, sujetado a la falta que se presenta como deseo y que da la posibilidad de un lenguaje, asi como a la existencia de los otros, con una his- toria, una cultura y una ideologia, Es ast que frente a un fenémeno, frente a un he~ cho —sobre el que tenemos una perspecti- va determinada por nuestra posicién (aqui convendria recordar lo que eso significa para Klein y para Lacan)— hacemos gi- rar nuestro sistema coneepta mos dando cuenta del fenémeno. Si exis- te un acontecimiento que se sale de lo co- ‘min y del cual no tenemos ningiin tipo de referencia, como por ejemplo, la pregunta * En general empleamos la nocién de “cosa” incognescible; es su acepelén kantiana, come un eso” del mundo, an- tes de Ia experiencia, y por lo tanto como superficie en la que colocamos nuestras representaciones, tranefermin- Colas en objetos cognascbles. E 100 Primavera 2007 sobre si existe la vida después de la muer- te, para dar cuenta de lo que probablemen- te sucede empleamos nuestra légica, nues- tro sentido comin y edificamos una expli- cacién adecuada y convincente con nues- tro propio sistema de referencias Idgicas y rea de conocer nunca estamos en contac- to directo con la materia a conocer, siem- pre hay velo, une lente, la de la subjetivi- dad del investigador y de los investigado- res que han estudiado con anterioridad el ‘tema que nos ocupa; por esto, nos intere- san las perspectivas que se generan alre- dedor de un tema, ya sea de artistas, in- telectuales, académicos o de las perso- nas, pues encontramos una gran rique- za heuristica en las diferentes clases de aproximaciones, Hasta aqui, entonces, y sincrénicos, topicos e isotépicos. Estos son unos de los principales ejes de las co- ordenadas pata ubicar el quehacer psicoa- nalitico y distinguirlo de otras préctic: del mundo “psi”. De hecho, es frente a es- tos elementos en donde mayor confusion he encontrado por parte de las teorias psi- coanaliticas. {Qué tan universal es el ps coandlisis?, 2qué tan particular?; zpodria psicoanalizarse un habitante de la Grecia helena?, jel habitamte de cualquier grupo étnico? {Qué tan independiente es lo psi- quico frente a la cultura y la historia? Sur- ge ademas un conjunto de cuestionamien- tos sobre la viabilidad de una teoria como el psicoandlisis, que se realizé frente a una ‘motal y sexualidad vietoriana, que con- trastaria con 1a moral y la sexualidad de nuestros dias. {Qué tanto esas viejas teo- PALIMPSESTO rias freudianas pueden dar cuenta en la ac- tualidad de fenémenos tan inimaginables por el propio Freud? ,Cémo explicar des- de una teoria que se basa en la represién sexual, lo que es efecto de la revolucin y Ja libertad sexual? Estas preguntas se deri- van de la confusién al no respetar la inde- pendencia de cada uno de los planos, y de fos problemas que surgen de las articula- ciones entre los mismos. En resumen diriamos pectivas tedricas o disciplinarias que los hhan investigado, caracterizando los enfo- ques, sus aciertos y sus errores, mostrando nuestro propio punto de vista en el deba- te que establecemos, tratando en todo mo- mento de fundamentar nuestros argumen- tos, con lo que ... “por que lo digo yo”, no es una opcién en la investigaci 1 Cuando se habla de investigacién en psi- coandlisis, hay quienes hablan de méto- do psicoanalitico en singular, como si cosa existiera. Se trata de una falaci (os que va solicitando, no es dificil encon- trar: el método deductivo, el induetivo, ef dialéctico, el postico, los hermenéuticos, las teorias topologicas, las teorias de con- juntos, ete. Depende de los temas y las cir- cunstancias que se investiguen, en la clini- ca la situacién es otra, distinta a la mane- 1a en que construye su conocimiento: tegra una parte de la experiencia clinica, pero agrega otros saberes, otras fuentes para documentar sus opiniones. Sin embargo, antes de seguir adelan- te, debemos reflexionar sobre cémo cono- Primavera 2007 101 E PALIMPSESTO cemos. En general tenemos la idea de que esta actividad no ha cambiado en los dife- rentes periodos de Ia historia y de otras la titudes, creemos que se han realizado las mismas operaciones mentales, que aho- ra lamamos procesos de conocimien- to y de pensamiento, Esto es incorrecto, en ottos momentos histéricos, los hom- bres no han pensado de la misma manera, como no han compartido ni las clasifica- ciones ni las referencias, ni comparten las mismas perspectivas, ni los sistemas argu- mentales y de refutacién, ni los elemen- tos que ponemos en juego tienen el mismo peso o importaneia; es mis, ni siquiera en una sincronia con nuestros colegas com- partimos los mismos esquemas de pensa- miento, marcados por la subjetividad. La pregunta de cémo conocemos nos abre un atractivo portal frente a un amplio univer- so, sobre todo al considerar que ésa seré una de las particularidades de la metodo Jogia de la investigacién en psicoanilisis. En ella nos interesan no sélo los resultados de las investigaciones sino cémo se Hegé a ellos, cuales son los afectos involucra- dos, cuales son las consideraciones perso- nales, etc. Todo aquello que caracteriza la subjetividad y de la que pueda dar cuen- ta, ya que interviene de manera activa en el proceso de conocimiento. En no pocas ‘ocasiones descubrimos que es més rico el punto de vista de un autor frente a un de- terminado problema, por cada uno de los elementos extrazcadémicos que pone so- bre 1a mesa, por su estilo, por la manera en que relacion los datos y no por la in- fomacién y sus resultados, Reflexionemos: {Qué haremos con la informacién obtenida? ;Cudles son los procesos de conocimiento al los que so- meteremos los datos? Como deciamos, pensar algo es permitir que interactiien un conjunto de planos: el psiquico, el men- tal, el ideolégico, el cultural, el de clase, E 102 Primavera 2007 el de género, el educativo, el disciplinario, el emocional, el idiosinerisico, el histéri- co, etc. Son todos estos aspectos los que actiian como filtros y lentes que determi- nan nuestro sentido de realidad, orientan nuestros cuestionamientos, la manera de estudiarlos y de conocer. Lo que estamos diciendo es que antes de elegir un deter- minando método de investigacién se en- cuenira nuestra subjetividad optando por alguno, y que para el psicoanilisis estos criterios son lo suficientemente importan- tes para ser explicitados, hacer de Jo la- tente lo manifiesto, ya que en el proceso de investigacién estos contenidos latentes intervienen. El investigador no es una fa- bula rasa, ni debemos suponerlo, por esto sabemos que tiene puntos de vista, prejui cios, tropiezos, desviaciones, etc. Lo que ayuda a los lectores de los resultados de una investigacién es conocer las cosas que inquietaron al investigador, de mane- ra explicita, dicho por él, ya que si él ex- plica los contenidos y las caracteristicas del mondlogo que tiene entre los diferen- tes fenémenos que intervienen en su es- tudio, crea la posibilidad de conocimien- to mas redondo, ademas de explicitar las tareas mismas que debemos realizar para obtener ese conocimiento. Conocer es un resultado directo de nuestra capacidad de hacernos preguntas, de abandonar certezas, de soltamos de las falsas seguridades, perder el miedo alo in- cierto, a lo vago. Sabemos que la inves- tigacién debe ser seria, rigurosa y docu- mentada, No se vale hacer cualquier cosa, si uno afirma o niega algo, es necesario justificarlo para dar cuenta de nuestras ac- ciones en el proceso de investigacién, si se comparte el punto de vista de un autor ‘0 se esti en desacnerdo con él, Es necesa~ tio mostrar las motivaciones que orientan ruestros juicios para el conocimiento sino queremos caer en las maneras dogmiticas, doctrinarias, prejuiciadas, tautoldgicas, 0 simplemente oscurecidas con un lengua- je supuestamente complejo para ocultar Ja ignorancia, Distinguir entre: ,qué po- demos conocer o saber?, ;qué es lo que existe realmente?, gqué es lo cognosci- ble?, ghasta dénde nuestro propio conoci- miento prejuzga e impide conocer al per- filar los c i i Jo que nos lleva a verificar nuestros pro- pios esquemas mas que a encontrar nue- vos. Por lo que cabe la pregunta sobre los limites y posibilidades del conocimiento al que pretendemos acceder a partir de la investigacién, de las caracteristicas y po- sibilidades de nuestros instrumentos tedri- cos y metodolégicos. Ha de ser necesario dilucidar el campo sobre las posibilidades de hacer racional lo irracional, como hacer consciente lo inconsciente. ,Cémo hablar de lo que escapa al campo de Ia palabra y posiblemente del lenguaje? Cuales son los limites de la conciencia? Sobre todo ese conjunto de certezas que namos que llama —- ID oe ieciden ot conc miento porque se trata de prejuicios que hacemos encuentren una legitimacién: jes verdad lo que pensaba! La tarea de inves- tigar debe permitimos descubrir tales pre- juicios, esos obsticulos. Un proceso estricto de conocimiento debe abrir la posibilidad para pensar las cosas de manera diferente a como se hacia antes, ya que la tarea de corroborar y en- contrar evidencia de lo que se piensa es lo mis ficil. Pero cambiar la forma de pen- sar las cosas no significa incluir nueva in- formacién a nuestro acervo, traténdose de que ese mismo proceso transite por otras vias, aiiadir nuevos elementos, revalorar otros y cuestionar, especialmente nues- tras certezas. Comprometer nuestra propia PALIMPSESTO existencia en la tarea de hacemos de cono- cimiento. El conocimiento requiere sobre todo de una actitud, de sostenerse en du- das legitimas, en problemas de investiga- cién que nos toquen, ya que la investiga- cién cuando tinicamente se sigue un méto- do se transforma en una especie de trémi- te buroerético que acartona y esquemati- za al conocimiento. La curiosidad que no se satisface con las primeras respuestas, sino con aquellas que en realidad expli- can la problemitica, debe ser estimulada en cualquier proceso de investigacién; ésa seria la actitud. En rigor, tiene que ver con apostamos de modo directo en el mismo proceso, no quedarnos simplemente como espectadores 0 conformamos con las pri- meras referencias bibliograficas. Esto im- plica preguntamos por la heuristica em- pleada por el autor, por el orden de pre- guntas que se encuentra implicito en la obra, esto es, por la manera en que ha pro- dlematizado y el camino que eligié para abordarlo, pero también los errores y los equivocos cometidos, su negativa a se- guir otros derroteros investigativos, eteé- tera; esto es esencial. Como bien sabemos, Ja objetividad no es una cualidad o efee- método de conocimient umbres, pero siempre del lado de expli- citarlo, de mostrar los diferentes fenéme- nos que intervinieron en el camino mismo de la investigacién. La condicién necesa- ria para operar toda la maquinaria de 1a in- vestigacién es nuestra ignorancia: el que sabe no puede hacer preguntas. Empero, no se trata simplemente de no saber, sino de aquello que Sécrates Iamé Ia “docta ignorancia”, una ignorancia perimetrada en un espacio de conocimiento: no sé so- bre tal cosa, de eso en particular, etc. Igno- Primavera 2007 103 E PALIMPSESTO eee ane fol pts WANS) | PUEDEN CAUSAR LA MUERTE POR | INTERMEDIO DEL CAOS, VEAMOS COMO LAS ESTRELLAS DETERMINAN LAS ENFERMEDADES PULMONARES EN LA MEDIDA EN CUS SA ins ES POSIBLE ENVENENAR EL LUGAR EN DONDE | ES DIGERIDO" | E 104 Primavera 2007 PALIMPSESTO Inside the eden Primavera 2007 105 E PALIMPSESTO rancia que lleva a cuestionamientos, a du- das, mismas que se transformardn en pre- guntas. Son las preguntas la lefia que ali- ‘menta el motor mismo de la investigacién. Estos cuestionamientos formaran los reci- pientes en donde colocamos las respuestas ‘que encontramos, por lo que de las prime- ras depende la cantidad y calidad de los re- sultados mismos de la investigacién, Pre- ‘guntas superficiales, malas o mal formula- das nos conducen a encontrar respuestas de ese mismo calibre y condicién. La investigacién en psi dar los problemas para comprender con claridad sus andamiajes te6ricos, meto- dolégicos y conceptuales, ya que la polé- mica siempre nos oftece una fuente muy rica de conocimiento. No se trata de se- guir a los grandes autores, sino de pregun- tamos lo que ellos se preguntaron, para si- tuar el orden de las teorias y propuestas que nos offecen, y las podamos situar en sus contextos de problematizacién inter- na, es decir, como respuestas que se en- cuentran implicitas. Son las preguntas que debemos localizar, implicitas, sumergidas en el fondo de sus trabajos, para estable- cer los didlogos con los autores, no un se- guimiento religioso o fanitico. Interrogarse sobre qué se pone en jue- go y cada una de sus implicaciones, ade- mis de facilitar la observacién de las dife- rentes facetas de un fenémeno, sus distin- tas caras, sus formas de trabajar, revive la mis ortodoxa manera de la dialéctica he- racliteana. En Ia investigacién nilisis, es necesario muevo encontrando los resortes de la investigacién en noso- tros como en los autores consultados, los porqués. Los deseos, anhelos, ambiciones, corajes, etc., intervienen de manera acti- va en la manera como se piensan las co- sas, las elecciones sobre las rutas a seguir en la investigacién; también interfieren las posiciones politicas, no siempre de forma explicita, Esta forma de proceder que busca el cuestionamiento de lo implicito y lo ex- plicito, tanto del investigador como de los autores consultados, el empleo de las “me- todologias dialdgicas” examinando las ba- ses ideoldgicas de cada una de las pro- puestas y sus ligas con la sociedad y con la historia, se conoce como “teoria criti ca”. Esta es la que basa su estilo de estu- dio tanto en Ia autocritica como en la crf tica constructiva a las posiciones teéricas de diversos autores, buscando el andamia- je argumentativo que lo sostiene. Lo que legitima esta manera de proceder es nece- sariamente la argumentacién rigurosa y no partidaria, Debemos mantener una distan- cia pradente con las teorias 0 autores que nos encontramos examinando, pero nues- 110 ejercicio analitico debe ser consistente, de lo contrario nos convertimos en simples francotiradores, criticones més que criti- cos, destructivos mas s constructivo Ea" que en el conocimien- descalificar o de mostrar quién se equivoca, sino lo més importante es: por qué se equivoca, cémo se equivo- Por el aio de 1937 es que Max Horkheimer (1895-1973), uno de los C ntantes de la lamada escue- la de FrancfUrt,lotroduce la idea del concepto y la perspectiva de comme ejercicio de cuestiona- riento permanente ala filosofia en general, las teotias tradicioales ya los irracionalismes, ademas de ser una po- sicléneritica a las producciones del conocimiento que legitiman ala ideotogla dominante, métado que subsume una cctitica a todas las diversas formas de dominacién. E 106 Primavera 2007 PALIMPSESTO CON EL LENGUAJ SUCEDE LO CONTRARIO, NO SOLO PERMITE EL EQUIVOCO SINO SE CONSTITUYEENEL. ESE ERROR PREFORMATIVO. ES LA NATURALEZA MISMA DEL LENGUAJE, NOMBRAR LO QUE SE ENCUENTRA AUSENTE ES LO QUE CONSTITUYE Y FUNDA LO HUMANO EN EL HOMBRE. ca, en qué consiste el equivoco, eémo po- dria evitarse 0 comregirse, qué propone el autor; pero atin mas, frente el tipo de criti- cas que establecemos, qué dicen otros au- tores sobre lo que nos encontramos cues- tionando, etc. Ampliar los didlogos y el horizonte de la investigacién, La idea que guia este tipo de expe- riencia de conacimiento, es dudar de todo, cuestionar las perspectivas tedricas, ana- lizar cuidadosamente su base argumental. Si bien esta actitud pertenece explicita- mente a la teoria critica, lo mismo podria- mos decir de la propuesta de Kar] Popper sobre el falsacionismo, ya que lo que bus- ca en una teoria sera exactamente aquello que esté fuera de su campo de pertinencia Y de explicacién, o sea, lo que no explica la propuesta, ya que nos conduce a lo que podrfamos lamar las demarcaciones de su competencia explicativa, para mostrar de modo explicito aquello que no puede explicarse desde este particular lugar. La idea de Popper es simple: conforme mas amplio es el ambito de explicacién de una teoria y donde sus limites de competen- cia se encuentren borrosos, significa que se trata de una teoria tan general que en realidad es vaga y no explica nada; con- forme més limitado sea el espacio de com- petencia, més profuundo y riguroso serd su propuesta y aleance explicativo, La teo- Tia critica se aleja de todo tipo de confor- mismos, complicidades y de seguimien- tos doctrinarios. Peto el cuestionamiento que hace el investigador a su persona, lo lleva a replantear su lugar como ciudada- no, por esto ademas la perspectiva critica es un cuestionamiento a las formas de go- biemno, a los usos politicos de la domina- cidn en cualquier sistema politico. Mues- tra que siempre todo es perfectible. Primavera 2007 107 E PALIMPSESTO En la aventura del conocimiento, es importante comprender de la misma ma- nera lo que facilita la tarea investigativa como lo que la dificulta. Hemos dicho en repetidas ocasiones que en la investiga- es tan iitil conocer los aciertos, como continuacién desarrolla- remos la segunda posibilidad. Entre los obstaculos para el conoci- miento, existe uno que encontramos re- Ios hacer jugar su ig- en el proceso de conocimiento, prefiere construir “pseudoexplicaciones” a la manera de: “a educacién es como el proceso digestivo, primero debemos mas- ticar la informacién, para después tragarla yy entonces digerirla para quedamnos con lo mejor y desechar lo que no necesitamos, como excrementos”. Parece un argumen- to logrado, ya que suena bien... pero eso no tiene nada que ver con el proceso edu- cativo que pretendidamente estamos com- prendiendo, tratando de explicar a partir de un simple ejemplo; pero es algo que nos tranquiliza, al hacemos pensar que si comprendemos el mecanismo educativo. Pacificarnos con este tipo de engafios es modelos establecidos por los consensos, en una construccién modélica imaginari- zada por el investigador y que corrobora sin demasiada dificultad en los hechos que presenta, precisamente aquello que critica la epistemologia falsacionista, en donde todo lo expuesto por el investigador enca- ja.con demasiada facilidad como si se tra- tara de simples piezas de un rompecabe- zas: la realidad se parece demasiado a lo que el investigador previamente sabia. ‘Veamos la mecénica de Paracelso, in- sisto, como botén de muestra de un estilo de pensamiento. Quizé sea uno de los pri- meros pensadores contemporiineos, ya que rompié con la tradicién medieval al pro- poner tna légica alejada de la simple vo- luntad de Dios. Esta fue una propuesta del lado de los fildsofos de la naturaleza, que con sus deducciones cred argumentos muy poderosos para su época. Podemos rastrear su pensamiento en un texto titulado: De la enfermedad de las montafias y de otras en- _fermedades semejantes. Escrito entre 1533 y 1534 expone, en un formato de argumen- tacién silogistico, que de aceptar los prime- ros argumentos seri dificil oponerse a los finales, ya que se suceden encadenamien- tos légicos, cada propuesta sienta las bases de la siguiente, con lo que se nos hace im- posible no aceptar sus conclusiones. mis freeuente de lo que quisiéramos creer, sobre todo para las posiciones que tienden a examinar al hombre desde la ptica “la metafisica del individuo”, y que para identificarlas con idad y nitidez puede ae pensador y médico medieval. Se trata de una mecdnica de pensa- miento que comprende fenémenos nuc~ vos a partir de establecer semejanzas 0 contrastes con lo que ya se sabe, con los ee ra poo elec aim da y la otra eliminada como excremento. de causar una enfermedad y el aire pue- de igualmente engendrar unos fendmenos tales”. "Paracel, De la enfermedad de las montatas y de otras enfermedades semejances. Escrito entre 1533 y 1534 Paracelso, Op. cit E 108 Primavera 2007 3) “Entre el cielo y la tierra hay un caos que ocasiona todas las enfermedades de los pulmones.”"* 4) “.. las estrellas pueden causar la muerte por intermedio del caos. Veamos cémo las estrellas determinan las enfer- medades pulmonares en la medida en que el aire le es posible envenenar el lugar en donde es digerido”.” Es evidente que sus especulaciones carecen de la informacién sobre 1a atmés- fera como burbuja que nos separa de las estrellas, por esto establece una relacion directa entre la tierra y los astros. Asimis- mo, infirié que el aire se introduce en los pulmones como comida al estémago, por o que si enfermamos al “comer” aire (res- pirat) es porque algo de la naturaleza pato- logica existe en el aire aunque seamos in- capaces de verlo; sino existiera ese males- tar no podriamos enfermar. De esta mane- ra el pensamiento paracelsiano construye su conocimiento, todo se realiza con ex- plicaciones que luego verifica, sus hipéte- sis encuentran siempre un sistema de con- firmacién, aparece como supuestamente riguroso en sus argumentaciones, sin em- bargo son una curiosa amalgama de reli- gin, astrologia, método cientifico y pre- juici Esta manera de pensar, con la distan- cia que nos da la historia, nos permite cri- ticar la propuesta de Paracelso, pero mu- chos de los pensadores contemporineos piensan de manera semejante. Sin embar- 20, no contamos con la distancia temporal para realizar un examen critico de sus pro- puestas, al repetirse 1a manera silogistica de proceder y la ausencia de pensamiento critica de muchos autores. Algo de lo que carece este tipo de pro- “iid, Op. cit, PALIMPSESTO posiciones paracelsianas son los compo- nentes dialégicos, encontrindose por en- tero ausentes de sus consideraciones; de hecho se trata del fenémeno solipsista (au- torreferenciado). Al carecer de las consi- deraciones criticas de las propuestas ted- ricas de otros autores con relacién al tema que se trabaja, pricticamente se permite decir cualquier cosa, ya que no tiene re- ferencia alguna y depende esencialmen- te de la elocuencia y de la capacidad de generar consistencia argumentativa, aque- lo que es esencial en las formas delirantes ‘que encontramos en la psicosis. m Recapitulando: si lo humano en el huma- no es un asunto que podemos pesquisar en los registros de Lacan llamados Real, Sim- délico ¢ Imaginario, los cuales pueden ser rastreados en el lenguaje, comprendemos a éste como eso que estructura a los fe- némenos de habla, nos transforma en ha- lentes, entes parlantes. No es en otro lado donde debemos sar Ia condicién humana, que a manera de esqueleto determina los fendmenos del habla, las manifestaciones de lo humano, entendido como constituido por el incons- ciente y la diferencia, Esto nos conduce a pensar al hombre como Hleno de contra- dicciones, escindido en lo més profundo —ama y odia—, determinado por fuerzas de naturaleza inconsciente que le permiten hacer un conjunto de cosas y lo inhiben en otras. Edel maleste in asimto const tutivo: nos equivocamos, mentimos y nos mentimos, y: - lizad Primavera 2007 109 E PALIMPSESTO jue a manera de re volucién han obligado a abdicar a lo ani- mal y lo natural que babii manifestaciones en el arte, la literatura, el cine, la pintura, Ia musica, el teatro, en la filosofia, en la politica, en la ciencia y en los sintomas, es decir, en aquello donde encontramos los rastros de su troquel. De- bemos, no obstante, estar alertas para no caer en psicologismos como en encontrar en Ia literatura de Sor Juana caracteristi- cas de homosexualidad. No nos interesan Jos sonetos de Sor Juana para chismear so- bre su vida; en todo caso seria interesante si aquello que investigamos de su vida pu- diera ser una maxima sobre algunas de las sobre 1o que nos dice de esa partic 10” que podemos loca- lizar en otras latitudes, en otros periodos de tiempo y que nos revela su poesia. Con To que Homero, Cervantes, Shakespeare, entre otros, son relevantes y autores clési- cos, porque revelan al hombre universal, aquel que en distintos periodos de la his- toria, con diferentes culturas e idiomas, lo gue un lector de cualquier pais y de cual- quier momento puede encontrar de sus nltiples facetas en la pluma de estos au- tores (que por ello denominamos clisicos, porque no han perdido vigencia). Proce- so de conocimiento que debemos distin- guir de los “psicologistas” que encuentran ligas directas con Io ideolégico y lo idio- sincrasico, perspectiva que contrasto con la teoria critica, empleada por el psicoa- nélisis, por lo que resulta impopular, Hay quienes no soportan ni la incertidumbre ni los cuestionamientos, y ereen que pueden ‘examinar la psique de un artista por sus ‘trabajos. Como desenlace atrayente de la aproximacién que hace el psicoandlisis, y E 110 Primavera 2007 lo que podria ser definido como una ca- racteristica, entre otras ya sefialadas en su abordaje de la condicién humana, es que el investigador se encuentra presen- te en su indagacién. Esto es una tarea ar- dua, como he mencionado. Es ficil como- borar esta dificultad con sélo mirar otros enfoques metodolégicas que permanecen con la creencia de que investigar puede ir cn direccién de una objetividad, perspecti va profundamente ingenua. En la investi- gacién psicoanalitica el investigador debe mostrar lo que la investigacién le despier- ta, los motivos por los que decidié estu- diar el tema, los efectos que le ha cansa- do en su vida, es decir, todo aquello que le provoca, desde lo afectivo hasta las ideas que le genera, los prejuicios que tenia, las contradicciones que encuentra, etcétera. s decir, se en cuentran en diferentes facetas de construc~ cién, ademés de que no son uniformes y han observado muchos cambios que se han materializado de un periodo a otro. No son Jas mismas propuestas les que tuvo Freud antes de 1900 que las que realiza a finales de su vida por el afio 1938, aunque tengan el mismo nombre. El conjunto de las teo- rias en el seno del psicoandlisis han cam- iado, tales como: la teoria de la interpre- tacién de los sueiios, la teorfa dinémica, Ia econdmica, las teorfas topoldgicas, la teoria de la psicopatologia de Ia vida co- tidiana, ete. Son diversas, no siempre con adecuado nivel de integracién entre unas y otras, Incluso existen algunos grados de contradiccién entre ellas. demas de que los posfreudianos generaron lecturas y propuestas ampliando las divergencias, ‘ais que las coincidencias. Las propuestas de Klein, por ejemplo, no son equipara- bles, ni tienen posible integracién con las de Lacan, Es muy claro que debemos es- pecificar las referencias teéricas y concep- tuales que empleamos si queremos ser en- tendidos, ya que la mencién de un concep- to o una teoria puede tener multiples lee- turas por los periodos de su elaboracién y por la forma en que fueron entendidos por los distintos autores. Las definiciones de conceptos son esonciales en nuestro campo, no podemos confiar en lo que en- tienden los demas, sobre todo porque mu- chas de las conceptualizaciones son “os- curas y semejantes”, como diria Spino- za. Por ejemplo: falo, madre, inconscien- te, sexualidad, etc., son palabras que em- pleamos en muchos contextos, por lo cual resultan oscuras debido al amplio univer- so seméntico de las mismas. Incluso aque- las que en términos del mismo autor po- Griamos lamar “claras y diferentes”, por tratarse de categorias que emplea un tinico autor, como “sexuacién”, “pecho bueno” y “pecho malo”, “diferencia”, “hablente”, “sombra”, si bien no se prestan a la oscu- ridad por su amplitud seméntica, es nece- sario situar lo que entendemos por cada una, ya que su cerrazén puede conducir a entender cosas diferentes 0 con pequefios matices distintos a los empleados por los autores originales. Por otro lado, un asunto que no debe- mos descuidar es la competencia del psi- coanilisis. No todo puede ser explica- do por esta teoria, existen muchos fen6- menos que no lo son, pues el campo de pertinencia tedrica es esencial para crear posibilidades de abordaje. Este dmbito de la disciplina tiene una dimensi6n ge- neral vista como totalidad, lo que crea un anilisis panorémico, abarcador, y por otro lado, lo regional entendiendo a cada una de las teorias, como una parte especifica que tiene alcances y posibilidades parti- culares pero més profundas. {Qué signi- fica esta propuesta? Que si bien hablamos de la teorfa psicoanalitica como una tota- PALIMPSESTO lidad discursiva, nos daremos cuenta que no toda se encuentra integrada, al interior hay teorias e hipétesis con distintos ni les de desarrollo y de elaboracién. Se tra- ta, por lo tanto, de conocer los diferentes niveles de interaccién y las articulaciones posibles entre los datos que obtenemos de la investigacién con su andlisis o interpre- tacién desde una perspectiva teGrica clara: general o particular, total o regional. Con- forme més amplio y eléstico sea un con- cepto o una teoria, menos itil nos resulta, por lo que conviene evitar forzamientos, ‘ya sean teéricos 0 conceptuales. En la investigacién es importante que en la orientacién critica del método se en- cuentre contemplado algo que en la an- tropologia se conoce como los principios los cuales acufié el antropé- logo Kenneth Pinke de los términos lin- gilisticos fonémico y fonético. El pun- to de vist ss lo que se concibe des- de un: aun determi- nado campo, para dar cueata de la totali- dad y caracteristicas que pueden leerse de ese campo, lo cual permite realizar com- paraciones ~ i &: que desde el interior se expresa so- bre el si mismo, Esta propuesta nos con- duce a una perspectiva desde dentro y una perspectiva desde fuera, donde sera anali- zada la mismidad o Ia otredad. Se ha ha- blado de la otredad sin intentar penetrar en ella, tratando de hacerla mismidad, al me- nos el discurso antropolégico lo ha inten- tado. Es evidente, en el caso de la antropo- logia, que se trata de espacios culturales, delimitados claramente y diferenciados unos de los otros. En nuestro caso es la manera en que el psicoandlisis construye su saber. Esta perspectiva nos muestra que es importante considerar, no s6lo los crite- rios de una supuesta cientificidad objetiva, sino también la manera en que los propios Primavera 2007 111 E PALIMPSESTO LAS PERSPECTIVAS QUE SE ABREN PARA LA INVESTIGACION BAJO UNA MI- RADA PSICOANALITICA TIENEN UN PO- TENCIAL MUY GRANDE, POR DESAFIAR LAS CERTEZAS DE CONSENSOS ACA- DEMICOS, POR LAS INEXACTITUDES DE LOS MISMOS, POR SUS ARGUMEN- TACIONES FALACES, POR LA FALTA DE RIGOR EN SUS PLANTEAMIENTOS, ETC. psicoanalistas se relacionan con los crite- rios de objetividad, de la cientificidad o de la falta de la misma, lo que dicen para le- gitimar su disciplina y lo que opinan de las otras escuelas psicoanaliticas, los instru- mentos con los que establecen rigor en sus planteamientos y sus bases argumentales, etc. Esto nos condueiria a ver a los psicoa- nalistas como un grupo, como habitantes de un clan particular dentro de otros cla- nes, cada uno venerando a su t6tem. La in- vestigacién en psicoandlisis no puede pa- sar por alto a los otros clanes, debe de con- trastar las miradas y los pensamientos que se constituyen desde dentro de las dife- rentes “escuelas”, ademés de contrastarlo y discutirlo con los que se realizan desde fuera, también desde la filosofia, Ia antro- pologia, etc. Por ejemplo, si nos pregun- tamos sobre el proceso de desarrollo psi- cosexual, lo podemos hacer con diferen- tes perspectivas, desde dentro o desde fue- 18, etic 0 emic. Esta diferencia de vistas ha conllevado a la constitucion de diferentes escuelas psicoanaliticas, precisamente por — 112 Primavera 2007 esas variantes que son ricas en el proce- 0 de investigacién si queremos que gene- re conocimiento. En la antropologia, al es- tudiar una comunidad indigens, encontra- mos que pueden existir por lo menos dos puntos de vista, el del investigador y el del nativo, como en el caso del Quijote con su punto de vista y Sancho con el suyo; am- bos son importantes y deben ser conside- rados. Tanto el del psiquiatra y su necesi- dad de clasificar al “otro”, como enfermo, como el punto de vista del supuesto enfer- mo, del “otro”. Para que exista lo propio tiene que es- tar lo distinto, lo que somos, lo que consti- tuye nuestras referencias, nuestros cédigos. Nuestro sentido de identidad caracteriza a la “mismidad” que hace una oposicién con Ja “otredad”, por lo que en el estudio de esta iltima debe ser considerada intentan- do no hacer de “la otredad” una “mismi- dad”, sino tratar de mantener aquello que la caracteriza, de mostrar su descripcién y su estudio, aquello que lo hace “otredad”, Jo que la diferencia y hace distinta, con lo que es claro que tinicamente hay “otredad” entendide desde la “mismidad”; no se pue- de comprender a una sin la otra, se impli- can y relacionan. Bs por esto que no resul- ta vano el ejercicio de situar a la “mismi- dad” como “otredad”, es decir, situamos en el lugar del “otro”, Regresemos al ejem- plo de intentar comprender la perspectiva del Quijote, ya que lo que le dice Sancho, queno se trata de gigantes sino de molinos, no refleja para el Quijote mas que el temor de Sancho, su cobardia y su falta de hidal- ‘guia; él ve gigantes. Esos son los paréme- ‘ros para examinar la perspectiva empefia- da por el Quijote, ése es su mundo, “Hay ‘mas cosas bajo el cielo que las que sue- fia nuestra filosofia”, nuestros parimetros son eso, slo pardmetros, pero no por ello ‘inicos, ni los més adecuados. Es con la in- corporacién de las perspectivas emic y etic que ampliamos los niveles de posibles did- logos para la construccién del conocimien- toy nos apartamos de la ingenua perspecti- va tinica, aunque se trate de Freud, Lacan, Jung, Marx, Aristoteles, eteétera. Retomando lo que entorpece el cono- cimiento del psicoanalisis, esto es, los uni- versales, cuando hablamos de temas como “la religién catélica”, ésta es una cosa pero las diferentes formas de religiosidad y los posicionamientos particulares, difie~ ‘ren mucho de caber en esas generalizacio- nes sociolgicas. “La enfermedad men- tal”, “el hombre”, “la salud”, “el bienes- tar”, “el delincuente”, “la neurosis”, etc., son consideraciones demasiado amplias, PALIMPSESTO totalizadoras y abarcativas, propias de las propuestas que se construyen alrededor de “la metafisica del individuo”, como si existieran argumentos del tipo: las fami- lias disfuncionales generan delincuentes. (Hay otra clase de familias? Todos los de- lincuentes caben en el estereotipo que in- tenta explicarlos, as{ que en realidad no. Tampoco podemos generalizar que una persona que vive un trauma durante el pe- riodo anal del desarrollo psicosexual seré obsesivo, por poner otro ejemplo. ‘Las perspectivas que se abren para la investigacién bajo una mirada psicoanali- tica tienen un potencial muy grande, por desafiar las certezas de consensos acad micos, por las inexactitudes de los mis- ‘mos, por sus argumentaciones falaces, por la falta de rigor en sus planteamientos, et- cétera, Quedan pendientes muchos temas y reflexiones sobre la investigacién en psi- coanilisis, ya que resulta imposible re~ sumir en un grupo de notas sus estrate- gias. Se trata, simplemente, de presentar un conjunto de temas para discutir sobre ellos, mismos que me parece serdn de uti- lidad para aquellos que se encuentran ha- ciendo trabajos de investigacién, ya que requieren de confrontar sus propias for- mas investigativas con las de otros inves tigadores, Presento la compilacién de tres notas que de alguna manera me han sido “tiles; no pretendo ni busco que sean con- sideradss como un manual de procedi- mientos de investigacién.@ Primavera 2007 113 E

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