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He ARE PANZA DE BURRO Tan echadita palante, tan sin miedo Como un gato. Isora vomitaba como un gato. Jucujucujucu y el vomito se precipitaba dentro de la taza del vater para ser absorbido por la inmensidad del subsuelo de la isla. Lo hacia dos, tres, cuatro veces por semana. Me decia me duele un montén aqui, y se sefialaba el centro del tronco, justo en el estomago, con su dedo gordo y moreno, con su ufia chas- quillada como por una cabra, yvomitaba como quien se lava los dientes. Jalaba del agua, bajaba la tapa y con la manga del suéter, un suéter casi siempre blanco con un estampado de sandias con pepitas negras, se secaba los labios y conti- nuaba. Ella siempre continuaba. Antes nunca lo hacia delante de mi, Recuerdo el dia en que la vi vomitar por primera vez. Era la fiesta de fin de cur- so y habia mucha comida. Por la mariana, la colocamos en- as mesas de la clase, todas unidas, con papelito de cima de k chitos, riske- fiestita de cumpleafios por encima. Habfa mun tos, gusanitos, conguitos, cubanitos, sangiii, rosquetitos de limon, suspiritos, fanta, clipper, sevend, juguito pifia, jugui- ana. Jugamos a los borrachos dentro de la clase e to manzi le los hombros, {bamos dando tumbos agarradas Isora y yo d como dos maridos que le habfan puesto los cuernos a las mujeres y ahora se arrepentian. se terminé la fiesta y Megamos al comedor y todavia has bia més comida, Las cocineras nos hicieron papas con cog. tills, pfias y mojo, la comida preferida de Isora. Y cuando pasamos con nuestra bandejita de metal, con nuestro pani. fo, nuestro vasito de agua empozada (que sospechabamos que era del grifo,a pesar de que en la isla nose podia beber) y nuestros cubiertos y nuestros yogures Celgén, las macs. tras del comedor nos preguntaron que si mojo rojo © moja verde e Isora respondi6 que mojo rojo, y yo pensé que qué cechadita palante, mojo rojo, yno tiene miedo de que sea pi- cn, no tiene miedo de comer cosas de gente grande, y que yo quiero ser como ¢ hadita palante, tan sin miedo, Nos sentamos en la mesa y comenzamos a comer a la ve: locidad a la que se tiraban los chicos con las tablas de San ‘Andrés. No habia gomas al final de la cuesta. Los chorros de. ‘mojo destizandose por nuestras barbillas, las trenzas acei- tosas de meter los pelos dentro del plato, los dientes lle- nos de trozos de millo y orégano, cagadas de paloma blanca, como llamaba Isora a la comida de los dientes. Y mientras tragibamos yo ya sentia una tristeza como un estampido, ‘una agonia en la boca del estémago, la boca seca como des- pués de haber comido leche en polvo mesturada con gofioy azticar:En verano no fbamos a poder salir del barrio, la playa, estaba lejos. No éramos como las otras nifias que vivian en ¢lcentro del pueblo, nosotras viviamos en medio del monte. {sora se levanté de a silla y me dijo shit, vamos pal baiio. Yo me levants y la segui, La hublese seguido al bafo, ala boca det voledn, me hu- biese asomado con ella hasta ver el fuego dormido, hasta sentir el fuego dormido del volean dentro del cuerpo. Y la segui, pero no fuimos al bafio del comedor, sino al de la segunda planta, donde no habia nadie, donde deci que vivia una niffa fantasma que se comia los roletes de las chicas que se copiaban de la tarea, Hice pipi y me aparté para que hiciera Isora. Lo hizo y, después de subirse los pantalones, después de ver su pepe ppeludo como un helecho abriéndose en el suelo del monte, se alongé sobre lo blanco del vater, estiré el dedo indice y «el medio y se los metié dentro de la boca. Nunca habia vis- to algo asi, Aunque en realidad en esa ocasién tampoco lo vii. Me vité pal espejo. La escuché toser como un animali- to pequeiio y desnutrido, me vi los ojos grandes, dos puiios reflejados en el cristal. Mi cara asustada, un miedo que me ‘mordia la piel por dentro, la garganta de Isora quemandose -yyosin hacer nada, Escuché el vimito, En mi cabeza imaginé su cadenita de la Virgen de Can- dolaria colgando de su cuello, colgando sobre el agua que después arrastraria todo lo que habia arrojado, PANZA DE BURRO Un fisquito namas _ Dofia Carmen, usté hace sopa magi, la de sobre?, le dijo Isora a la vieja. No, minifia, por qué? Dice mi abuela que la sopa _ magi es sopa de putas. Ah minifia, pues no sé. Yo la sopa que hago la hago de las gallinas que yo tengo. Dofia Carmen es- taba virada de la cabeza pero era buena. Casi todo el mundo la despreciaba, porque, como decia abuela, tenia cosas de _ gudrdame un cachorro. Dofia Carmen se olvidaba de casi to- _ das las cosas, pasaba largas horas caminando y repitiendo ~ rezados que nadie conocia, tenfa un perro con los dientes de abajo salidos pafuera, salidos pafuera como los de un ca- mello. Perro sato, perro sato, jalay que te cargue el diablo, le decia. A veces le posaba la mano sobre la cabeza con carifio, otras le gritaba juite, perro, juite, perro del demonio. Dofia Carmen lo olvidaba casi todo pero era una mujer genero- sa. Le gustaba que Isora la visitara. Vivia por debajo de la iglesia, en una casita de piedras pintadas de blanco con la puerta pintada de verde y las tejas viejas y llenas de mujo y de lagartos y de lonas de zapatos viejos traidos de Caracas, Venezuela, y de verodes grandes como arbolitos. Dofia Car- men lo olvidaba todo menos pelar las papas, eso si sabia, las pelaba en circulos, las ponia de canto y con un cuchillo con el cabo de madera les sacaba la cdéscara como un collar a ANDREA Anny enorme, Dosa Carmen hacia papas fitas con BuevOs para smorendar. sora le Hevaba las papas Y los gitevos de la ven= ade la abvelay lla guardaba un poquito pa la merienda fe Isora. Guardaba un poquito pa la merienda de Isora y sryo th pus también me dbo. Me dbs, pero @ mi doa Carmen no me queria tanto como queria a Isora, e50 ya,yo Io sabia. sora sabia hablar con las viejas. Yo me limitaba, ‘escuchar lo que se decfan. Ustedes quieren un fisquito café, svranifas? A mi no me dejan beber café, le respond Yo sh, ‘un fisquito dijo Isora. Un fisquito namés. Ella siempre un fisquito namés, Lo probaba todo. Una vez,comié comida de perro de a que habia en la venta para saber lo que se sentia, Bila lo probaba todo y después si era necesario lo vomita- tba. Yo tenia miedo de que mis padres me olieran el café de Ja boca y me arrestaran, pero Isora nunca tenia miedo. No ‘tenia miedo aunque la abuela la amenazara con meterle un lefiazo. Ella pensaba que la vida solo era una-vez y que haba que probarun fisquito siempre que se pudiese. Yun fisqult de anis, miniia? Un fisquito namés. Un fisquito naméds. Un fisquito namés, decia. Isora se tom6 la gotita de café que le quedaba a la taza. de la que estaba bebiendo dofia Carmen y, directa, alargo el brazo para coger el vasito que la vieja habia servido con anis del mono, Isora eruet6, eructé como cinco veces se ‘guidas. Y luego bostezé, Y en ese momento, dofia Carmen Ja agarré por la barbilla y le miré los ojos, aquellos ojos verdes: como uvas verdes. Escarbaba en sus ojos lagrimosos como quien saca agua de una galeria. La vieja se qued6 asustada: rninifia, ti sabes si alguien te tiene envidia? Isora perma~ necié inmévil. Por qué dofia Carmen? Qué pasé? Minifia, ti tienes mal de ojo. Vete por Dios a cas Eufrasia a que te san- tigi. Diselo a tu abuela, que ella sabe desas cosas y que te Ileve a echarte un rezado. ‘Al salir por la puerta estaba puesta la novela de las cin~ co. Aesa hora del dia, una cubierta de nubes enorme se posaba sobre los tejados de las casas del barrio. Ya no da- pan Pasidn de Gavilanes, ahora daban La mujer en el espe- jo. La protagonista era la misma mujer que Gimena la de Pasién, pero a Isora y a mi no nos gustaba tanto. Era junio, en el barrio todavia no habian puesto los papelitos de co- lores de las fiestas y faltaba mucho para que los pusieran, Desde la ventana de la entradita de dofia Carmen se po- ian ver el mar y el cielo. El mary el cielo que parecian la ‘misma cosa, la misma masa gris y espesa de siempre. Era Junio pero podia haber sido cualquier otro mes del afio, en cualquier otra parte del mundo. Podia haber sido un pue- blo de monte del norte de Inglaterra, un lugar en el que casi nunca se viera el cielo abierto y azul azul, un sitio en el que el sol fuera més bien un recuerdo lejano. Era junio y hacfa solo un dia que las clases habian terminado, pero a eee ese agotamiento inmenso, esa tris- le nubes bajas sobre la cabeza, No parecia verano, | pirated un primo segundo suyo que ANDRES ApRey jaa en la costrusion y mi madre limpiandg aban en el Sury a veces mi madre también so limpiar las casas rurals del barrio, al ldito mi cag ‘en i Paso del Burro. Salian temprano pal Sury volvian tar th-sora y yo nos quedébamos encerradas en un conjunt sr cass, pinos y calles empinadas en Jo alto del pueblo, trajunioy yoyaestaba sintiendo la tristeza.Y ahora, ahora también el miedo. = Cuando salimos por la puerta de dofia Carmen un gusa- nome recorrié la garganta. Ese gusano negro me decfa que alguna vez yo habia envidiado a Isora, Me gustaba el color de su polo y el de sus brazos, Me gustaba su letra. Hacia tinas gcon un rabo gigante que no dejaba que se entenlie ‘se Jo que decia en la linea de abajo. Me gustaban sus ojos yytantas otras cosas. La envidiaba por cdmo Iehablabaala gente grande. Era capaz de interrumpir las conversacio- nes y decir no, Moreiva es hija de Gloria la de la curva, no de la otra Gloria. La envidiaba por sus tetitas redondas y blanditas como una gomita con azuquita blanca, aunque a clla no le gustaban. ¥ porque tuviese la regla y porque t= viese pelos en el pepe. Isora tenia un monte de pelo negro. tiesoy pieudo, como el cospe falso de las casas rurales. Le tenvidiaba por su tarjeta de juegos para la guenbot, que le cera informatico y vivis Ja tarjeta tenia el jueg® famtaro. Mi padre trabs poteles. Trabaj en Santa Cruz, La envidiaba porque de Hamtaro y a mi me encantaba el juego de H: cr ranza DE BUEKO Fa ‘madre, Vivia con su tia Chuchi y con su jefia de la venta del barrio. De que no tu tenia envidia, la verdad. De que no sora no tenia abuola Chela, la du viera madre, de es0 no tuviera madre y de que la cuidaran la via envidia, la verdad. De To que tenia entonces 1 onda, era de quel dijeran que yo le hice mal de eo. hela, Ir abueta de Tsore era una mujer que erefa mucho cn 630 cosas, $i se enteraba de que yo e habia hecho es0 a lanieta, she escachaba la cabeza. La abuela de Tsora era una mujer gorda y bigotuda. Gorda y bigotuda y peleona En realidad £ tlamaba Graciela, pero todo el mundo la lamaba chela la de la venta, Era muy religiosa pero muy malhablada. ¥ Por vec tan roligise también Ia lamaban Chola la santa. Chola Ja santa porque todo el tiempo libre que tenia, que era muy poco, lo dedicaba a rezar ya hablar con el cura y a decorar Inglesia con orejas de burro y helechos que cortaba de por fuera la casa, y matas de lluvias,luvias como pelusas blan- lel cielo, Luego por otro lado, a la abuela de las nifias cosas $0" cas cayendo di {sora le encantaba explicarnos a todas I bre la gordura.O sobre la flacura, mas bien. Para estar flaca hay que comer de un plato més pequefo, deeia.y para estar flaca hay que comer menos papas fritas, y una papa frit cs como comerse dos papas guisadas, ylo que tienen que hacer esas cachoputas es dejar de comer tanta golosina,y lo que le voy a dara esa nifia es un rebencazo pa que deje de comer mierdas.y yo tengo a la nifia a dieta porque ya se esté ANDREA Ann poniendo cachorrona,y sila dkjo se me desbarala y come y cengorda como una bestia, y comicomy y dias en el cuartobatig ccome gomitas y se dospuds le da cagalera y se pasa Ue como los abobitos,y comicomi después la siento arrojando, In cabrona se aroja toda y con cagalera, ¥ come y caga y arroja y luego se manda los fortasé como si fueran una go- rmita, y come y enga y caga y caga y arroja la muy animalita yy cuando se istriie que parece que no le eabe una paja pol supositorios pa cagar otra vez, se me va cculo se pone los poner enferma y se me va a enfermar de tanto comer, esta nitia, esta muchacha del diablo, Isora odiaba a la abuela con todas sus fuerzas. En el cole- io aprendié una vez que bitch significaba puta, y desde en- tonces siempre que la abuela le decfa que si le lleves a Dofia Carmen los giievos y las papas, que le cobres a la mujer, que, le traigas dos cajas de muslos a la chica, cuatro panes, do- sientos gramos de queso amarillo, dosientosincuenta gra- ‘mos cle queso cabra, que le pongas un trozo dulce guayabo ala chica, un saco papas, stibele unas gambas, que le cobres al estranero, que ti sabes hablar inglés, que yo solo sé ha~ blar cristiano, Isora le respondia vale, bitch, ya voy, bitch, de acuerdo, bitch, lo que ti me pidas, bitch, gracias, bitch, alguito més, bitch? Y la abuela la miraba como desconfiada, pero Isora le decia que bitch significaba abuela en inglés. En la venta también trabajaba Chuchi. Chuchi, la tia de Isora, la segunda hija de Chela. A Chuchi todo el mundo la, llamaba Chuch pero nadie sabia cémo se llamaba en reali- dad, Chuchi tenfa los ojos verdes como Isora, pero con man- cchas como de café derramadas en lo blanco. Como de café en el fondo de la taza. Chuchi era alta, flaca, de patas largas, chupada, seca, No se parecia a Isora sino en los ojos. Nunca nadie la habia visto con un novio y no tenia hijos. Chuchi también era mucho de estar en la iglesia, pero su suefio no cera ser santa, como su madre, sino vendedora, Durante un tiempo estuvo vendiendo pinturas para la cara y cremas y Jabones para el pelo y jabones para el cuerpo a las vecinas del barrio, Iba con su ropa de seeretaria, con una chaqueta verde, como sus ojos verdes, y una falda verde, como los ojos de Isora verdes, y unas botas marrones con tacén cuadrado yuna carpeta con las revistas de Avon en las que mostraba los produtos, casa por casa, La madre le decia ala gente que 4a hija se le estaba echando a perder; porque estaba como los cueros, todo el dia en los caminos. Subimos por la carretera hasta pasar por delante de la venta. Isora no se paré a decirle nada a la abuela. Onde iran ustedes? Ustedes no caben en casa?, nos grité Chela con el mostrador leno de gente. Que lo tinico que hacen es estar Juroniando poray! Isora siguié subiendo la cuesta como si ‘nada. Yo la segui y miré a Chela y a Chuchi. Chuchi picaba ‘embutidos con la cabeza agachada, escuchando los rezados dle Chela, como con un peso en la punta del cuello, el cerni- «alo posado en los huesos de la espalda que era la presencia sada dela madre. Vamos pa cs Eufasia a que me eche Hi ezado, pa que la bitch esa no se entere, me dijo Isory, {de nuevo el gusano negro. Yo sabia. mas bien poco sobre ‘el mal de ojo. Sabia que a los nifioschicos, que estén rojosy calvos y foosy sin dientes y con Ta cabeza llena de costras, Jes ponfan un lacito rojo en el carro porque las madres yas, abuolas tenian miedos. Miedos, decfa abuela, del mal diojo, Si la gente miraba alos nifioschicos mucho rato a los ojos ‘oles decian muchas cosas bonitas, que qué nif tan gua- po, dios lo guarde, dios lo guarde, cuanto tiempo tiene, qué quapo, las madres y las abuelas se ponian mas tiesas que la pata de un muerto, Cuando abuela veia un bebé recién nacido lo primero que hacia era hacerle la seftal de la cruzy repetrle Dios lo guarde y lo bendiga de los pies ala barriga De los pies a la bartiga y de ahi parriba nada, pensaba yo. Entonces yo creia que el mal de ojo se lo hacfan en esa zona, del cuerpo, en la zona del pepe y del culo y de los pelos de Jas piernas, que yo queria que mi madre me afeitase ynome afetaba.Isora y yo haciamos muchas cosas por esa zona del ‘cuerpo, la de los pies a la barriga. La zona del pepe, sobre todo. Entonces a lo mejor el mal de ojo tenia que ver con eso. Pero me callé y no lo die, me callé y seguimos caminando PANZA DE BURRO Jsora Candelaria Gonzalez Herrera Cuando llegamos a cas Eufrasia, Isora se puso delante de la puerta y me miré y me dijo toca ti,y toque yo, y me quité y salié Bufrasia con un delantal de cocina todo manchurriado de sangre. Miniia, ya me llamé Carmitas. Pasen pa drento, que estaba escuartizando el conejo pa hacer un fisco cena, siéntese ay, minifia, siéntese, le dijo a Isora,y la puso en una silla plastica del patio, en medio de las matas verdes de he~ Jechos, verdes y grandes como las del Monte del Agua. Mien tras Isora se acomodaba, yo cogi una sillay me senté en una ‘esquinita, porque yo no era la famosa. Isora era la que tenia mal de ojo, solo ella tenia esas cosas, a mi no me pasaba ‘nunca nada, mi abuela siempre decia que yo tenia el buche virado, pero nadie me llevaba a que me santiguaran. Eufrasia se presiné y yo no sabia qué hacer y me presiné también, pero pequeito, como quien saluda a alguien que zo saluda y se rasca los cachetes para disimular. Le hizo la sefial dela cruz a Isora y empezé a decirle que en cruz pa- deci6y en cruz murié y en cruz Cristo te santiguo yo,e Isora lamiraba con los ojos abiertos como chernes, yla mujer mo- via Ia boca y se estregaba los dedos arrugados como tron- os de vifia seca, retorcidos, cuarteados de los afios de lejia, Y tlerra.Y sefior mio Jesucristo, por el mundo anduvistes, ANDREA ADRay. muchos milagrs hicistes, mucho a los pobres sanastes, Maria Magdalena perdonastes, al santo rbol de Ia cruz,y Jos ojos do la mujer se tban poniendo mas blancos que una ‘cata se estrogaba las manos més rapido, més fuerte y yo tniraba a Igora, yo Ia miraba y su cara era tranquil peng atenta, con la cadenita dela Virgen de Candelaria dentro de ta boca, de alegria por estar siendo curada.¥ yo pensaba se ‘vaamorir,se va.a morir, lava a matar Lucifer cuando le sal- ga porlos ojos a Eufrasia. Y Santa Ana parié a Maria, Santa Isabel a San Juan, lo fueron a bautizar en el rio Jordan, le ‘pregunta Juan al seiior: yo, sefior, que estoy bautizado de tus benditas manos, y se estregaba las manos y le daba un tembleque en las piernas y le vibraban los parpados como ‘un perro espantando gatos en suefios, asi como estas pala- bras,los ojos era como que le corrian dentro de las érbitasy le lloraban, son ciertas, os pelos se le pusieron engrincha- dos, yverdaderas, y empezé a tragar saliva, haga por bien de quitar fuego, aire, y eruct6, mal aire, y eruct6, mal de ojo, -yeruct6, que tenga en su cabeza y en su estémago,y eructs yy escupié en el piso del patio, en su garganta y en sus ojos, yescupié,en su espalda y en sus cuyunturas, haga porbien 4e quitar y botar al fondo del mar, y escupié pal aire y me llegé a la cara, de donde a mi nia otra criatura le haga mal ‘vomits un fisquito sopa del mediodia y empezé a botar espuma por la boca, un espumaraje como botaban los pe- ros con rabia, como decfa abuela, botaba espuma como los perros que si mordian a alguien habia que sacrificarlos, ¢ sora la observaba, mordiendo la cadenita, que siempre le daba infecciones de garganta de tanto chupichupi la cade- nita, que le habia regalado la madre cuando ella era recién nacida que la abuela le habia ido a cambiar la cadenita de oro al pueblo més de cien veces, porque el cuello de Isora crecia y erecia y la cadenita encogia encogia y la abuela le decia que si se la dejaba corta se iba a ajogar, pero a Isora Je gustaba apretada contra la garganta porque asi era mas seesi, [sora llevaba la cadenita de la Virgen de Candelaria porque era la virgen que ella més queria, como quien tenia un pokémon favorito 0 una brat favorita, y levaba el collar con un charmander chiquitito colgado del cuello, lo tinico es que para ella la cadenita era todavia mas importante ‘que para mf un pokémon porque se la regalé la madre a la que tanto queria porque casi no habia estado con ella, ‘la que tanto adoraba porque no tuvo la oportunidad de escacharle la cabeza como si habia tenido la abuela, y so- bre todo porque su nombre también era el de La Morenita, Porque ella se llamaba Isora Candelaria, tsora Candelaria Gonzilez Herrera, ~ 2 Isora le dijo Eufrasia, Eufrasia, que se ahoga! neta levanté la cara, con la boca toda babada como "a restregada por el piso del patio, = Gaminos de baba de babesay le dijo que le baste la gracia de Dios, que es gi con la cara he- ysiesto no le ande, ANDREA Abney Amén! Jestis! a ‘y Bufrasia empezé a rezar el credo. ¥ yo también empecg a rezar.Y me puse nerviosa porque & mi nadie me habia en~ sefado a rezar.Y solo movi la boca, bisebisebisebisé, hasta que Isora me dijo estoy curada,jarrapa, shit, vamolos pa la venta. ‘Salimos por la puerta de cas Bufrasia y por fuera estaba Gaspacho limpindose la cuca.Al vernos,nos ladré agugugs, ‘un ladrido como cuando queriamos gritar debajo del agua ‘Caminamos y el perro nos siguié hasta por lo menos la mi- tad de la carretera, por a cas Melva, justo a la altura en la que estaba el estanque grande en el quehabian aprendidoa nadar mi madre y mi tio y la madre de Isora ya tia de Isora, que decia mi madre que abuelo la amarraba con una soga por la cintura y la botaba y aprendias a nadar por necesi- dad, que es como mejor se aprende a hacer las cosas, pero abuelo se habia ido avivir con otra mujery ya no se hablaba més de él, ni tampoco del estanque ni de aprender a nadar Y por eso nadie nos ensefiaba a nosotras. Y el perro seguia caminando y le deciamos Gaspa, vete parriba, ssssht, y salié Eulalia de la casa y le dijo juuuuuite, Gaspachocabrén, vete pa casa el carajot¥ el perro se acosté en el centro la carre- tera y alli se quedé y nosotras seguimos bajando. PANZA DE BURKO Como turmas debajo de la pinocha Azul marino, rosado, amarillo, més amarillo, amarillo que- mado, amarillo gievo frito, roo. Asi eran las casas del barrio, de muchos colores, como las casillas del ludo. De todos los colores y a medio empezar, a medio terminar, pero ningu- na completa, eran casas como mostruos incompletos. Casi todas con alguna parte sin encalar, con los bloques descu- biertos, con los bloques con mujo y humedades. Casi todas construidas por sus propios habitantes. Piedra a piedra, Dloque a bloque. Casi todas ilegales. Casi todas distribuidas por familias: Los Quemados, Los Pufios, Los Gtieveros, Los Casianos, Los Caballos, Los Chinos, Los Fajineros, Los Ne- 80s. Como pajaritos que fabrican los nidos unos cerca de Jos otros, unos encima de los otros, para protegerse. Y todo empinado. Un barrio vertical sobre un monte ver- tical cubierto de nubes bajas, todo surcado por una cueva, horizontal muy larga, que iba hasta la cumbre ybajaba hasta amar, como el manto de la Virgen de Candelaria, la mas bo- nita, la més morena. Tan vertical que a veces parecia que los bemeuves metalizados se iban a caer patris con la miisica & todo dar: Y que les iban a salir las alas y nos iban a le- var volando pa la playa San Marcos. Peto no pasaba, es0 no asaba nunca. ¥ ponian el frenomano y metian la primera y empezaban a chillar goma.y subian partiba y se presinab siempre se presinaban cuando pasabn por delante del iglesia de la Virgen del Rosario. Eran de dos tipos, las casas d tmesturadas. Unas eran viejas, como la de dofia Carmen 9] de abuela. Eran de piedra y tenian un patio en el centro torno al que se repartian los cuartos. Un patio con un del barrio, y estaban, canarios de dentro de las jaulas, que empezaban a ca con los claros del dia, pipipipipipipipipipi, descontrolad terminaban con la noche. ¥ los helechos y las buganvil que entraban por el huequito que quedaba entre la p dela entrada y el techo de duralita, también se arrebatabe ‘Cuando la luz las alumbraba las matas empezaban a ci tan rapido que parecfa que caminaban por las paredes, qi bailaban sobre las paredes. YY luego las otras casas, las mas modernas. Que eran de Ja gente més joven, de la gente que trabajaba en el Sur Ja costrusién y en los hoteles limpiando, que tenian los b rmeuves azul metalizado, rojo metalizado, amarillo metal zado, con los faldones planchados al suelo, que subian por el barrio y dejaban mitad de la carroceria por el camino dé Jo bajos que eran y ponian Pobre diabla a todo dar, Agiitay ANZA DE BURRO = Mentirosay Una réfaga de amor a todo dary Felina mil veces, a todo dar. Esas, las nuevas, eran casas que tenian dos plan- tas y muchas ventanas y balaustres y un portén en la pri- ‘mera planta, sobre todo un portén, muy grande, mas gran- de, ain mas grande, por el que podria caber un camién del tamatio de un pino cargado de pinocha, repleto de plétanos yy tomates y regalos, como beibiborns y barbis enfermeras, esas eran las de més colores, las rosadas, amarillas, mis amarillas, amarillas glevofrito.De estilo venezolano, decian. Las casas de Venezuela, nojoda. Las casas del canto arriba comenzaban a nacer del suelo 1s debajo de la pinocha cuando la luvia dejaba_ Iimeda la tierra. Comenzaban a nacer de la tierra las prime- ras casas del barrio junto a los pinos de las faldas del vuleén, elvuledn como lo llamaba abuela, y decia las faldas, como si el vuledn fuese Shakira, Las primeras casas del barrio, em- pezando desde arriba, tenfan los tejados y las azoteas llenas de pifias de los pinos y muchas veces parecia que en vez de casas hechas por personas eran casas de brujas y duendes. El resto del barrio, lo que no eran casas, era todo verde os curo, del color del monte. Los dias en los que el cielo estaba Aespejado se podia ver el vulcdn, Muy pocas veces ocurria, pero todo el mundo sabia que detrés de las nubes vivia un Bigante de 3718 metros que podtfa pegarnos fuego si queria. Mi casa era una montafia de muchas casas construidas ‘bre la casa de mi bisabuela Edita, la tinica legal, la tinica que tenia ntimero, Como mi casa estaba hecha de mu ‘casas, teniamos que coordinarnos pa poner la tele y cog} Siencendiamos dos hornos a la vez la luz saltaba. $i mi drey mi madre y abuelay el hermano de abuela tio Ovid -y,que éramos todas las personas que viviamos en esa fencendjamos todas nuestras teles a la vez.yo sentia que casa explotaba y salia volando pal aire. Por debajo de nuestra casa estaba la de Juanita B; na y mds abajo la Cueva del Viento y mas abajo la de alemana que me regalaba combas de saltar y més abajo «oun hombre que se llamaba Gracin que tenia las cof tan gruesas que parecia que tenia dos bichos carreteros gados en la cara con cintasiva y mas abajo la de una ni ‘media amiga nuestra que se llamaba Saray, que tenia dog afios mis que nosotras y se las echaba de famosa porque 4os padres tenian un bary mis abajo la casa de Eulalia, ena. = ‘quese reunjan las mujeres del barrio a pelar papas y a decin * cosas sobre lo gorda que estaba Zuleyma la chica de Anto- : nloy sobre lo que habia pasado en El diario de Patricia el dia anterior y més abajo estaba la casa donde antes vivia una _ chica que se fue a la universidad de La Laguna y que cuan- do volvia los fines de semana decia en plan amigos en plan 82rimbas en plan mi prima en plan bragas y mi madre decta ‘we sila universidad hacia que la gente se volviera boba, Y ‘més abajo la casa de Eufrasia, y mas abajo la de un primo de abuela que tenia muchas vifias Y muchos naranjeros y que ANZA DE BURRO as ates don bn Aes ret Sader» rer Porque ia, porque para mila asa de dofia Carmen era como el limite del mundo, pANZA DE BURRO Esto es pa lluvia mé una fogalera gigante. dio de la giierta y tenia varios metros de altura. La noche de San Juan no se podia respirar, porque todo el mundo quemaba la yerba seca que habia acumula- do enel afio.A la manta de nubes que normalmente estaba acechando sobre el barrio se le sumaba la humasera y y@ como una masa. blanca y pesada que se pegaba a lovian papeles y trozos de gomas de los co- Ja, tio Ovidio, mi padre y mi madre. Desde laazotea de abuela se podia ver todo el barrio lleno de pun- titos de fuego. Las aldorifias estuvieron toda la tarde volan- do arrebatadas, chillando, mientras abuela y papi echaban los escombros que habian sobrado de construir cosas du- rante el afio y toda la yerba que habian arrancado. Esto es pa lluvia, decia todo el tiempo tio Ovidio mirandolas volar descontroladas, esto es P& Iluvia. La fogalera que hicieron tenia con los ojos pintados con rotulador y teria Los Dos Caminos. Papi cogié un pi es era de abuelo: una ci ande, que a él Je que- Ie veia la barriga por Lanoche de San Juan mi abuela for La hizo en el me todo era la piel. Del cielo Il ches. Estaban abue un mufieco en el centro una gorra de la ferre- alo viejo de fregona y le puso una ropa que ant amisa de ra- yas azules y blancas con un bolsillo gr daba estrecha y que recuerdo que sé fuera, redonda y grande como un bimbo. y unos pantalones — de pinza negros que también eran de él Cuando vi a ropq aque le habian escogido me entré miedo, me entré miedo de si un dia abuelo queria dejar a la alemana y volvia pa cas abuela y le daba por buscar Ia ropa esa. i Ya cuando el cuerpo del mufeco era pura ceniza, em. ppezaron a caer las primeras gotas. La lluvia de verano me daba mucha agoni. Al principio fue el sereno,y después las barranqueras de agua bajando por la carretera, los charcos dentro de los surcos. Abuela tenia las papas al fuego. Nos fuimos corriendo de la giierta ya cuando el agua habia apa- ¢gado las tltimas lamitas. Mientras corria senti que, aunque Isora y yo nos habjamos prometido que fbamos a hacer lo posible por conseguir que nos llevaran a la playa, eso no iba ‘a pasar. Ese verano todo el mundo estaba trabajando mu- cho, Mi padre deca que se estaban montando en el délar xy que por eso iba pal Sur hasta los domingos. Entramos en as abuela, Habia pifias asadas y mojo cilantro. Nos comi- ‘mos las papas chineguas que habjan cogido a principios de Junio, cuando yo todavia estaba en el colegio, No me tocé co- gerlas a mi porque el domingo que lo hicieron yo tenfa que hacer un trabajo en una cartulina con Isora. No me gustaba nada coger papas. Habia que levantarse temprano, ponerse los tenis y la ropa viejos. Pasébamos toda la mafiana aga~ chadas, abuela y yoy mi madre si no estaba limpiando casas turales, cogiendo las papas detrés de mi padre y mis tos, sie aque las ban cavando. Abuela yo tenfamos que escogeras a medida que avanzébamos y las poniamos en cubetas se- sins eran pequefias grandes Papi siempre decia que yo tenia la sangre muerta, que tenia a sangre muerta porque me gastaba més pacencia que un ministro. Con la papas, a mime dolia mucho la espalda y los mocos de las narioes sse me ponian negros que parecian piche. Lo tinico que me hacia sentir bien era sacérmelos y darles forma de redondel con los dedos, estar sola con mis mocos negro, lejos de las papas yas cubetas. Guando terminamos de comer, fui al mueble dela cocina de abuela y cogi la tableta de chocolate La Candelavia, Parti tun trozo con los dedos yme puse arasparlos diontes contra el chocolate como un ratonito entristecido, Pensé en sora, en si estarfa también comiendo pitias asadas con la abuela yla tia, en si estarfa pensando en la playa con tanta agonia como yo lo estaba haciendo. Me acerqué al cuarto de la tele ylevanté el teléfono, Marqué el nimero de Chela. Shit, qué estas haciendo? dijo Isora. Estoy aburrida porque ya se aca- 6 el fuego. Mafiana voy temprano pa tu casa’, le pregunté. Vale, shit. Trae el bafiador que a lo mejor alguien nos lleva pa la playa. Me acosté temprano pa ponerme a pensar en la playa. 1a Ultima vez que fui era porque mi padre queria ira pes- car y mi madre y yo lo acompatiamos. Fulmos a la Punta de Teno, era Semana Santa y hacia mucha ventolera, pero NORE aang | ime baié igual. Mi madre se puso encima de un riseo ay, gilarme porque, como deeia abuela, la mar es el demons y la nifia no se defiende nadando, mientras coi 7 fa Pipag 'y miraba revistas de decoracién de casas estilo rsticgy revistas de punto cruz. La marea estaba alta, Pegadito aia orilla, yo metia la cabeza pal fondo, agarraba pufiados de piedritas y los intentaba sacar afuera, Cuando las sacaba ala superficie ya casi no me quedaba nada en las manos, Una de las veces dentro del puiio me salié un burgado ve cio que parecia una luna gastada brillando. cremita, cremita por el cuello ‘os pasamos toda la matiana preguntandole a la gente si nos llevaba pa San Marcos, pero nadie podia. Las viejas gran las tinfeas que parecia que querian acompafiarnos porque estaban que no cagaban con Isora, pero elas no te- nian coche ni sabian conducir y la verdad no nos iban a ‘acompaftar caminando por la carretera porque eran casi tres horas de camino y Ia vereda era muy estrecha, los co- ‘ches pasaban muy pegado. Pensamos en ir solas. Isora co- gié las cosas y las metié dentro de una maleta: la tualla, la crema, los bafiadores y unos bocadillos de chorizo revilla ¥y queso. Desde el mostrador Chela nos escuché los esco- ‘7020s en la parte de abajo de la venta porque Isora estaba buscando los tenis viejos y vino corriendo pabajo. Pa dénde carajos van ustedes quisiera saber yo. Pa la playa, bitch, le ‘jo Isora. ¥ Chela se quité la chola de levantar pa lanzér- sela a la cabeza gritando pa la playa te voy a mandar yo vo- ando, cachopuuuta! Yo me pogué a una de las estanterias donde estaban colocados los jugos lybis llenos de polvo y telas de arafia. Isora se escondié detris de las neveras de Jos congelados corriendo y empez6 a repetir por lo bajito foquin bitch, foquin bitch, ofalés te mueras. Chee, que esta aqui esperando el hombre los duuulces, muchaaacha!, grité una vor de vieja desde la puerta de la venta. Chela salig gg. copetadia parriba con la chola todavia en la mano. Iso, que yase fue tu abuela parriba, sal pafuera le dje despegandg ia espalda de la estanteria, Lo volvi a repetiry esperé, ery. seguia sin salir de detrds de las neveras. Me senté encima de una caja plastica en una esquinita del cuarto y espens de nuevo. En un momento me parecié que se habia dejado dormir, o que se estaba estregando porque respiraba may fuerte, pero no me atrevi a mirar, me dio miedito no sé pop qué, Una horita después salié arrastrandose de detris de las neveras, arrastrandose como una lagarta envenenada, ‘ye dijo shit, acompafiame al bafio, que me estoy cagando viva. Y le vi los ojos enchopados, los ojos enchopados de haber estado lorando. Comimos en cas abuela. Comimos coditos fritos, papas {guisadas y mojo rojo. El mojo de abuela era aguachento, porque le echaba agua del aljibe. Cuando ella era pequefia habia escasez de aceite y ya de mania lo seguia haciendo. ‘También comimos gofio amasado. Abuela Jo ponia dentro dde-un plato hondo y nosotras lo fbamos cogiendo y hacien- do pelotas y lo pasébamos por el mojo aguado. Nos dejaba comerlo todo con las manos, decfa que con las manos era més sabroso. Chela, cuando nos veia hacerlo, nos gritaba aaa cochinas, que cémo mi abuela nos dejaba ae ie Y¥ yo notaba oémo deefa «tu abuela» lento, Ella sabja que abuela nos trataba a la papita suave. Cuando terminamos de comer, sora dijo que «see habia ocurrido que podiamos hacer que el canal era la playa San Marcos. ‘Alsalir de a cas abuela, cogimos unos sombreros de ira ta giierta de tio Ovidio y nos fuimos a buscar a Juanita Ba- ‘nana para que fuese con nosotras a la playa inventada del canal a hacer machangadas. Juanita Banana era un nitio que vivia al lado de mi casa y loraba silo llamaban por el nombrete. Isora grité su nombre y Juanita Banana salié pore] baledn con un bocadillo de lomo y huevo en la mano. -juanito, ven con nosotras que vamos a hacer que el canal es una playa y que criticamos la celulitis de las mujeres. No puedo, respondid, mi madre me mand6 a arrancar la yerba. ‘Juanita muy pocas veces podia ira jugar porque tenia que arrancar la yerba o echar de comer a los animales 0 podar lavifia o baldear Ios patios o lavarlos coches ola minimoto del hermano. Su padre queria que trabajase.A Juanita no le gustaba estudiar y el padre le decia que lo iba a mandar a Jos tomates como no estudiase y yo a veces sospechaba que aquello no era solo una amenaza y que de verdad el padre queria que se fuese ya pa los tomates desde chiquitito. Me Jo imaginaba ya de viejo, con la cabeza calva por el centro, con la cabeza como una giierta quemada. ¥ con la barba, la barba con algunos pelos blancos. El mayor con los toma- tes en las manos y los otros hombres llamandolo Juanita Banana esto, Juanita Banana lo otro, y a él triste, triste y acordindose de cuando era chico y jugaba con nosotras tas barbis ya los ken y nos decfa con la barbi: holachicass oychaxiraxiysoymuyguapa. leanal estaba tn poco més abajo de la venta, justo p la parte de atris del centro cultural Enel centro cutur famaban porros ls chicos que ya tban al instituto, los ij is los llamabamos.A mi me daba mucha vergtienza pasa por delante de ellos porque no sabia cémo comporta sora se conocia todos los nombres de los chicos del cent cultural y los decia como una cancién: yeray jairo eloy corivn acaymo. los saludaba y para ella no habia ningé problema con verloslla.era famosa, tenia una venta,ysing Ja saludaban a lo mejor la abuela dejaba de venderles el bo- cadilo chorizo perro y la coca cola de las cinco de la tarde que era cuando los chicos se juntaban después del instituto a fumar porros y comer bocadillos y hablar por el mési cuando habia un sitio en los ordenadores del centro cult ral, que hacia muy poco que los habian traido. Ya desde lejos la entrada del centro cultural apestabi porto. En aquella época la policia venfa muy a menudo por= que decian que en el barrio se movia mucha droga. Juanita Banana nos conté una vez que el hermano le dijo que en él] bar de Antonio los hombres se metian droga y yo la verdad | no me hacia una idea muy clara de qué era la droga ni para qué servia, pero cuando Isora y Juanita lo comentaban y decia si, muchacho, es verdad, hay droga por todos lados. pant DE BURRO i. tsora conocia una parte del canal en la que algunas de jas lajas de cemento que lo cubrian estaban rotas y se veia elagua que corria cargada de pinocha y pirias de los pinos piedras que venian del monte, Nuestros cuerpos cabian dentro de esos bujeros secretos, Seguimos el recorride del ‘canal caminando por encima. Era un camino muy estre- ‘ho, si nos enrisedbamos pa un lado podiamos reventarnos ‘como conejos. Cuando Hegamos a las losas levantadas, vi ‘mos el pueblo todo, todito. Vimos Redondo, el barrio de por Ja izquierda, y otros barrios de por los lados que no sabia~ mos bien ni cémo se llamaban. Cubiertos de nubes, de pos- mita, de tristeza gris oscura. Y vimos el centro del pueblo y os barrios bajos, los barrios con suerte, iluminados por una Juz amarilla, brillante, y alld al fondo, justo enfrente del mar, la playa San Marcos. Chos, dijo Isora, y se le levantaron las cejas hasta casi rozarle el naciente del pelo, timaginas ha ber nacido en la playa? Sacamos as tuallas de las maletasylas colocamos dobla- das en los bordes de los huecos del canal. Isora y yo todavia no llevabamos parte de arriba del bafiador, porque mi ma- drey Chela no nos dejaban. Ademés, Isora deefa que las que se ponian parte de arriba eran unas putas y se iban a que- dar embarazadas primero y yo decia que si. Pero la verdad era que ninguna de las dos aguantaba las ganas de ponerse la parte de arriba de una vez y dejar de pasar verglienza Por tener los pezones hinchados. Aquel dia, como nadie nos “ vein, decidimos ponernos parte de arriba por Primerg Teora tenfa dos partes de arriba que le haba regaladg mila de Santa Gruz pore cumpleafios y me emprests Toor se quit los tenisy mets los pies dentro da Lego lo hie yo. Estaba fi, mas fria que la que eo la atarjea de abuela por la madrugada. Mientras nos jubamos los pies yo no paraba de mirar el mar. Cierra jos, shit, magnate que estamos en la playa San Man shit dijo Isora.Y me vicaminando por la orillita de que es un cuero y que anda todo el dia buscando macho én los bares yque es una borracha. Abri el rabillo del ojo y via {sora sentada sobre en canal, con los pies dentro del ag moviéndolos en circus Se estaba rascando el pepe por Ia ledos, porque siempre le picaba de afeitarse muy seg Se rascaba y seguia hablando: y dofia Carmen le compré Un colchén porque ella ni se ‘Preocupa de que los hijos no duel ‘an por el piso. Me fijé en sus muslos, Stave largo como el de un peluche y que tenfan un p ‘muchos lunares, ral URRO « ants 08 ppitantes cast dorados. ioe Eulalia quelavieron estregén- gosecon un hombre de la playa: detris: dela, plaza San Mar- sos, 1 dia del baile mages, segua. Desi os ojos desde la punta de sus dedos de los pies, ordosy con las ues crt tas rete, clavadas en la carne, hasta llegara su pepe, yvol- yjacerrarlos. Mientras ella me contaba cosas de Maria lade todos, tuve una imagen nitida, tan real, de nosotras dos, ya smayores, sentadas en la playa San Marcos, cogiendo sol con tas piernas afeitadas y sin bigote. Yo le echaba crema Isora cenlos muslos, le acariciaba la superficie de los musls,yella se estiraba como si fuera un gato,y los lunares se chupaban toda lacrema y entonces volvia a apretar el bote amarillo de proteceién 30 sobre la palma de mi mano derechay de nue- vo le echaba crema sobre los muslos y en los dedos sentia los pelos enconados de sus piernas, sentia los pelos de sus muslos saliendo como cafiones que empezaban a nacer de nuevo, y yo de nuevo le llenaba todos los gitecos de la piel con crema y ella se reia y le brillaba el lunar de la barbilla yuna vez més yo le echaba cremita, cremita por el cuello, cremita entre los dedos de los pies, cremita en los pezones y detras de las orejas, en las pestafias, porque las pestafias de Isora eran largas como lombrices,largasyfintas ycon el sol se volvian rubias, casi transparentes. Volvimos del canal caminando muy despacio. A Isora le 4olfan las ufias de los pies y se quité los tenis. Me deciachos, Shit, no me las tenia que haber cortado tan rente,y pisaba con eudado, para no picarse con piedritas, so tom erstales de botellas de borrachos, oo nos poos de nisperosy nes os fulmos comiendo, Esta. «alietes pero sora dijo que mejor. queasile daban g raysncabapaveratodala comide que le sobraba. Mienng, sme chupaba el agtita pegajasa de los nisperos de los ded, dde una mano, agarré a Isora con la otra. Me hubiese gustaig dare la mano y seguir caminando, pero solo aleancé a aga. sale elbrazo. Me repeti que nosotras no éramos como esag amigas que se tocaban y se decian te quiero. La mano pues. ta sobre el brazo de Isora me quemaba. Seguimos avanzan- doyya porla altura del centro cultural la habia soltado, Los chicos no estaban ya fumando porros, no habia nadie en la carretera. Estaba oscuro, el cielo era una cueva. Isora siguis caminando por detrés de una fila de coches aparcados, los coches de los hombres que se estaban jartando a vino en lbarde Antonio, La seguy. Cuando me puse a su altura, me ‘garré ela. a mi del brazo, fuerte, como si se protegiera de ‘ocaerse por un barranco. En el espejo retrovisor de un co- a blanco vi nuestros cuerpos unidos,su palma dela mano rs a ue juntas. Duré muy poco. Cuando Chele Por el mostrador, ya me habia soltado. panza DE #U un bemeta metalizado que iba chillando goma zn la venta, Chela estaba gritando que daba temor de Dios. ‘Ya estuvieron esas putas otra vez.cagando por fuera de la venta, decia, ya estuvieron otra vez esas cachoputas, Chela decia que a las brujas del monte cuando les daba lo cagale- tiaban todo que parecian abobitos de tanto churre. Ella ha- blaba de las brujas del monte como si las conociera de toda Ja vida. A veces las viejas del barrio contaban que cuando ran chicas e iban a buscar penillo al monte se las encon- traban en los bailaderos, desnudas y con los pelos largos, estregindose con los pinos. Nada més verme Isora me dijo shit, tengo que recoger la mierda bruja con una pala, aytida~ me que yo siempre te ayudo y despues jugamos a las b Nome dio tiempo a decirle que siy ya Isora me habia puesto ‘una bolsa plastica de las de la venta en la mano para que yo me encargara de ir recogiendo la tremenda bosta que habia en la entrada de la parte de atris de la venta, que hasta la alfombra trapera chasquillada en la que se acostaba el Sinson estaba toda llena mierda. El Sinson era el perro de Chela, se llamaba el Sinson, como Jémer el de los Sinson. ¥ tenia un ojo de menos porque una vez salié a caminar por elbarrioy un bemeta metalizado que iba chillando goma lo © ANPREA anny, atropelléy legs ala venta con el oo por fuera y Chela grigs ay mi made ya me desgraciaron al perrito.¥ dijo pert, ‘como quien siente cosas bonitas por los perros, pero lo cig toes quesi algo tenian en comiin las viejas de mi barrio que no querian a los perros ni un Fisquito, les tenian comp ‘sco, los trataban como les hubiese gustado tratar alos ma. ridos, que se pasaban el dia en el bar de Antonio bebiendg vino yjugando a la baraja, Empecé a limpiar, porque lo que es Isora no hizo nada, nadia Saqué una manguera que habia en el patio de Chela yyle eché un fisquito fairi y empecé a mandarle a presién, Shit la bitch dice que fueron las brujas, pero yo creo que fue iis bien la puta Saray, me dijo mientras escurria la alfom= bray el Sinson me ladraba porque le estaba tocando lo que cra suyo. Saray era la nifta que vivia al lado de mi casa que tenia dos aiios més que nosotras. A veces fbamos a jugar con ella, pero a Isora no le gustaba mucho porque pensaba que era medio estipida, un poco repunante. Isora enrollé la ‘manguera y yo me sequé las manos en la camisa. Se nos hizo tarde aleganclo y recogiendo mierda de la carretera. Cuando yaa teniamos toda metidita en las bolsas plasticas blancas: wanes fa giierta zarzas tupida pa lanzar los roletes. c ‘asi oscurecido por completo. Ya sentiamos ae los galanes de noche que nos decia que se estaba aetons ee ‘que teniamos que separarnos hasta el dia "© momento, cuando el manto de nubes $¢ ante DE BURRO a abria en grietas muy fnas, la luz iltima del dia empezaba a fraspasar el cielo ya todo era de un color dorado brillante. ‘se me metia una agonfa muy fuerte dentro del pecho, como time faltara la respiracidn. Yo nunca sabja decirle adiés a sora. La miraba como quien se prepara para decir adiés por muchos afios. Pero Isora me acompafiaba a mi casa. Ella siempre me acompafiaba. Yyo la acompafiaba a ella, Yella me acompafiaba a mi, Asi, como los pac de yogures de la venta, como ella dijo una vez. Como ella dijo hablando de nosotras pensando que yo no la habia escuchado, pero si lo hice. Como los pac de yogures que siempre van unidos. Y por eso siempre, después de pasar todo el dia jugan- do a las barbis y hacer como que las barbis eran persona- Jes de las novelas y los ken eran Juan, Franco y Gato y las barbis eran Gimena, Sarita y Norma y los ken eran brutos y morenos y las barbies eran flacas, muy flaces, mas flacas, y bailaban bien y besaban bien y se tumbaban encima de los kken y los ken se tumbaban encima de ellas y piquipiquipi- ui, machacébamos sus cuerpitos de plistico uno contra el otro y decfamos que estaban queriéndose como se querian Gimena con Oscar, Norma con Juan y Franco con Sarita y Franco con Rosario y Franco con Rosario y Franco con Ro- sario, y Rosario era la més puta pero la que mejor ballaba y ANDREA anny por eso siempre 8 peledbamos por ser Rosario y pop gy, rea oyu por ikimas, po se NOFA, PEO Nunca sap, ta, porque Sarita nos parecia la més aburrida, la mas bag cena como la cactus de las Supernenas Y nos aba néuseas, Y por eso siempre, después de jugar & a barbis y de hage, como que Juan se peleaba con los demas mufiecos y le trompadas a Franco por andar juntindose con Ro rye mandaba trompadas & los gatos de abuela y a las jes de bloque con mujo dela parte de atrés de cas abu trompadas pal aire y trompadas trompadas, trompadas ‘enamorado, sora me acompaftaba, ella siempre me aco pafaba.Venia conmigo hasta la puerta de mi casa y los ga Ios y los perros ylos pdjaros y hasta los conejos que no son capaces de hacer algiin sonido (tal vez muacumuacumuacy) chillaban porque nos sentian acercarnos a la puerta. Enton- ces Isora se alejaba un poco y me decfa hasta mafiana, shit, hasta mafiana. ¥ me decia shit porque era como de cari, pero un carifio timido, pequefio,silencioso. Hasta mafiana, shit, hasta mafiana, y se iba caminando por la cuesta y su mofo empinado empezaba a hacer movimientos pendu- lares, izquierda-derecha, izquierda-derecha, izquierda-it quierda, derecha-izquierda, y ya por la mitad del camino cuando empezaba a desaparecer de mi vista y ya solo se veia su pelo balancedndose sin un cuerpo se viraba pa miy tia me gritaba chacho, acompaiiame, por fa, que yo siempre t® acompaiio. Y entonces, juntas, deshaciamos todo el camino 4 pF BURRO o pase amos dibujado en sisi, iquierda-derecha,inquer- ha, igquierda-izquierda, derecha-izquierda, por- vepora deeia quest ibas de un lado pal otro te ansabas see ny empezébamos a hablar de una vez en laque nos) —_ encima para saber lo que se sentia, ynos meamos |< iro de una guerta de papas den veeno de abues.que) 5 tenia muchas glertas, y nos restregamos porlatierramea-| tiny yasin darnos cuenta [sorayyo bamosporlaatura de \ raasa de ls homosecsualesy ya quedaba poco para legar P ‘ J = que babi darderee! a laventa y entonces Isora me dijo que si me acordaba de avez que en el colegio Ie echamos un jugo manzana por la ‘cabeza a una nifia que nos cala mal y nos arrestaron. La luz dorada brillante no traspasaba ye las rendjitas de las nu bes, minéel cielo yya era casi de noche. Le djea Isora que st e se acordaba de la vez que en el colegio estdbamos jugando 5) alos perros y ella tenia un perro que era Josito el nfo de 7 Redondo, que era Josito a cuatro patas con una soga ama rrada al cuello y él levantaba la pata y hacia como que mea- ba las paredes del colegio, las paredes pintadas con dibujos de las Islas Canarias y con personitas chiquititas vestidas con trajes de mago y de maga y pilias de plétano y caretas con bueyes de las romerias y papas y morteros de cuando celebramos el dia de Canarias y entonces [sora le gritaba quieto perro puto, cruz perro puto, quieto,y yome relay MP refa porque me encantaba cuando Isora decia puto. se me llenaban los ofdos de miel cuando Isora decia uM ANDREA sony puto cruz perro puto puta peste a perros podridos Ja puta tu madre puto Sinson puto cuero puto pollaboba puta chafalmeja puto sunormal puta cacarruta puta foquin bitch ‘mas puta que las gallinas Y sin darnos cuenta ya fbamos por a cas Melva, la anre- ‘juntada, como decia la abuela de Isora, porque no estaba ca- sada sino que se habia arrejuntado con un hombre escooés. Ya solo quedaban unos metros para ponernos delante dela. puerta de la venta. Y seguimos caminando y recordamos la ‘ver que fuimos a misa y nos sentamos en el banco de delan- tee Isora empez6 imitar los movimientos del cura y a mime entré risa, me entré risa tan fuerte que el cura paré la misa para decirme que me separara y me pusiese de pie delante de la puerta de la iglesia y todas las viejas del barrio me mi- raron mal y entonces cuando lo recordamos yo me acordé de que cuando estaba arrestada delante de la puerta dela iglesia y todas las viejas me miraban me entré el miedo por que yo sabia que ya no me querian, que ellas querian més ian DE BURRO pa . seora y que ahora me iban a querer todavia mens, pero no Jodije- ‘yseguimos caminando, ¥ llegamos a la venta. Y repetimos. Hasta mafiana, shit, me dijo, hasta mafiana. Subi a cues- tayya por la mitad del camino me puse triste y miréal cielo ya si se habia hecho de noche de verdad y ya las dolestanque en el que ya nadie nadaba empezaban acantar yyparecia como una cancién antigua, una cancén que venia de siglos atrés, de cuando Isora y yo todavia no éramos ami- gas pero estdbamos predestinadas a sero, porquesi algo yo, sabja era que Isora y yo estébamos hechas como estaban | “hechas las cosas que nacen para vivir y morir, juntas y me yme ai lavuelta ye die shit, acompiiiame aunque seahastacas Jos homosecsuales, acompatiamechacho, queyosiemprete acompaio.

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