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¿Dónde está Dios?

Un Estudio Bíblico de 8 partes para buscar a Dios


en la época de COVID-19

por
Ryan Enser, M.Div.
© 2021 Ryan Enser

Todos los Derechos Reservados


Este libro esta cariñosamente dedicado a mi padre, Harvey Enser,
Jr., quien fielmente sintonizó en línea mis transmisiones en vivo de
este estudio bíblico los cuales se convirtieron en estos capítulos.
Prefacio
En marzo del 2020, cuando la pandemia del COVID-19 alcanzó la
ciudad de Buffalo, Nueva York, yo decidí cambiar las reuniones en
persona del ministerio de caballeros de mi iglesia, llamado
JourneyMen (Hombres en Jornada), a reuniones en formato virtual
en línea. Yo busqué en las escrituras bíblicas por respuestas a una
pregunta principal que en mi opinión resume el sentir de muchos
cristianos quienes han luchado durante esta emergencia de salud
pública: ¿Dónde está Dios? Este libro es el resultado de ese estudio
en línea. Espero que muchos de los creyentes de Jesucristo sean
fortalecidos por este estudio bíblico para que, a pesar de esta
calamidad, su fe no solamente sobreviva, pero que también crezca.

Ryan Enser, noviembre 2020


Agradecimientos
Nadie puede producir un libro sin la ayuda de otros. Quiero
agradecer a los líderes de la iglesia Cornerstone Church por la
oportunidad de dirigir el ministerio de caballeros llamado
JourneyMen y por la oportunidad de escribir material de estudio
bíblico original. Además, estoy muy agradecido de mi esposa, Neha,
quien me ha ayudado a refinar muchos de los conceptos en este
libro. Junto a Neha, muchos de mis colegas en el ministerio
revisaron capítulos de este libro para mejorar la claridad y el estilo.
Agradezco a John Schultz, Levi Gangi, Mike Lynch, Jason Beedon,
Justin Brown y Lucas Lau. Me siento muy bendecido al poder
trabajar con tantos colaboradores en la fe.
Quiero agradecer sinceramente a Alejandro Figueroa por
traducir diligentemente este libro al español.
Prólogo
Escribí el libro “¿Dónde está Dios?” no solamente para ayudar tu
crecimiento intelectual pero también para ayudarte a crecer
espiritualmente. Para usar este libro con el propósito de
experimentar una transformación espiritual, debes conectarte con
Dios en oración mientras estudias. Habla con otros cristianos acerca
de lo que estas aprendiendo ya que frecuentemente Dios usa a
otros para ayudarnos a crecer. Empieza a ser un participante activo
en tu crecimiento espiritual al tomar la iniciativa de hacer cambios en
tu vida. Como el apóstol Pablo, ¡vamos a seguir adelante para lograr
alcanzar aquello para lo cual somos alcanzados por Cristo Jesús!
(Filipenses 3:12).
Cada capítulo en este estudio bíblico comienza con una lectura
de 10 minutos que se enfoca en una respuesta a la pregunta
“¿Dónde está Dios?” Esta respuesta, que es la Idea Central del
mensaje, está escrita inmediatamente después del mensaje. Por
ejemplo, la idea central del Capítulo 1 es “Dios está con nosotros en
la persona de Jesucristo, quien nos promete verdadero gozo.”
Después de leer el mensaje completaras tres Preguntas de
Reflexión, las cuales te ayudarán a procesar el contenido del
mensaje; y tres Preguntas de Aplicación, las cuales te ayudarán a
poner el mensaje en práctica. Puedes conectar la palabra subrayada
en cada pregunta con la palabra subrayada en el párrafo del
mensaje para ayudarte a encontrar tu respuesta.
Después de las preguntas está el Paso de Acción el cual
provee una manera concreta para implementar las verdades del
mensaje. El Paso de Acción es la parte más importante de cada
capítulo porque es la manera de iniciar un cambio en tu vida. ¡No
saltes esta parte! Úsalo como está escrito o modifícalo de acuerdo a
tu situación específica.
Luego sigue el Versículo para Memorizar, el cual es un
versículo clave del mensaje que, al memorizarse, te ayudará a llevar
contigo esa verdad espiritual, aunque no tengas una Biblia. Una
estrategia que puedes usar para memorizar los versículos dividir el
versículo en pedazos pequeños para luego unir esos pedazos hasta
que puedas recitar el versículo completo de memoria.
Finalmente, encontrarás una Oración sugerida. La oración se
enfoca en lo que estudiaste en el mensaje y te ayudará a hablar con
Dios acerca de lo que estas aprendiendo. Haz uso de esa oración
para empezar a hablar con Dios acerca de cómo quieres hacer
cambios en tu vida. Usa esa oración para continuar esa
conversación con Dios usando tus propias palabras.
Mi oración es que cada parte de cada estudio bíblico te ayude
a conectarte con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo para que cause
un crecimiento espiritual en tu vida.
Acerca del Autor

Después de haber crecido en rebelión en contra de Dios y la


religión, Ryan aceptó por fe el regalo de salvación de Jesucristo con
la ayuda del grupo de jóvenes de la iglesia Whiteheaven Road
Baptist Church; ahora conocida como la iglesia Cornerstone Church,
en el pueblo de Grand Island, N.Y. En la Universidad de Buffalo, el
aprendió a como trabajar en el ministerio a través de su
participación con la organización Cru y desde entonces ha servido
en iglesias y ministerios en la región oeste del estado de Nueva
York, Alaska, España, Ecuador, y en Líbano. En el 2019, Ryan
obtuvo su grado de Maestría en Divinidad en la universidad Liberty
University y en respuesta a la pandemia del COVID-19, él comenzó
un ministerio en línea, Ryan Enser, M.Div. en las redes sociales de
Facebook y YouTube donde graba videos para ayudar a la gente a
“crecer espiritualmente en la fe de Jesucristo.”
Puedes encontrar a Ryan en el Canal de YouTube llamado
Ryan Enser, M.Div. al igual que en las redes sociales de Facebook,
Twitter, Instagram, Tiktok y Snapchat:

ryanensermdiv.com
Ryan Enser, M.Div. YouTube Channel
Ryan Enser, M.Div. Facebook Page
Ryan Enser, M.Div. on Twitter
Ryan Enser, M.Div. on Instagram
Ryan Enser, M.Div. on Tiktok
Ryan Enser, M.Div. on Snapchat
En estos momentos, el mundo entero está sintiendo los efectos del
COVID-19. Es una pandemia global que ha cambiado drásticamente
nuestras vidas. Esto nos ha afectado a todos, sin importar si nos
hayamos infectado con el virus o no. En el medio de esta calamidad
tan devastadora, ¿dónde está Dios?
1

Promesa

Mensaje

Idea Central

Preguntas de Reflexión

Preguntas de Aplicación

Paso de Acción

Versículo para Memorizar

Oración
Mensaje

Una de mis favoritas estaciones del año es la primavera;


especialmente las primaveras del área oeste del estado de Nueva
York donde vivo. Justo en el comienzo de la primavera es cuando
los sonidos que no se escuchaban durante los meses de invierno
empiezan a resurgir. Estos sonidos nos afirman que las frías
temperaturas del invierno realmente están por acabar y el clima
cálido finalmente está por empezar. Uno de estos sonidos proviene
de un pajarito quien anuncia el comienzo de la primavera en el área
donde vivo.
Ese pajarito es el Mirlo de alas rojas. Aún si no pasas mucho
tiempo afuera en la naturaleza; si vives en un área endémica al Mirlo
de alas rojas, probablemente hayas podido tomar un vistazo al
distintivo plumaje de sus alas de colores rojo y amarillo.
Probablemente también hayas reconocido su único cantar. Mucha
gente anticipa el regreso del Mirlo de alas rojas en la primavera
como un anuncio de que el invierno está a punto de finalizar.
Cuando la gente escucha el cantar del Mirlo de alas rojas, se siente
como si escucharan una promesa; la promesa de que el clima cálido
está por venir.
Con el mundo sintiendo los catastróficos efectos del virus
COVID-19, la gente espera su desenlace de igual manera que
nosotros los que vivimos en las regiones de inviernos muy fríos
esperamos por la conclusión del invierno. Familias quieren reunirse
de nuevo con sus seres queridos, iglesias quieren congregarse y los
comercios quieren re-abrir sus puertas. El COVID-19 ha causado
una aflicción a través de todo el mundo que sigue aumentando cada
día que vivimos en esta época. Los doctores aún no han podido
determinar cuándo esta emergencia de salud pública empezará a
terminarse. ¿Dónde está Dios durante estos terribles tiempos?
En Juan 16:20, leemos cuando Jesús les dijo a sus leales
apóstoles: “de cierto les digo, que ustedes llorarán y lamentarán
[porque tengo que partir de este mundo], pero aunque ustedes estén
tristes, su tristeza se convertirá en gozo [cuando me vean de nuevo
en el cielo].” Los apóstoles estaban profundamente tristes al saber
que Jesús los iba a dejar. Ellos habían presenciado el amor de Dios
en su figura física en la persona de Jesucristo, quien está a punto de
dejarlos para partir al cielo. Estoy seguro que la aflicción que ellos
sentían es similar a la aflicción que muchos de nosotros estamos
sintiendo durante esta época del COVID-19. Los apóstoles
posiblemente se habrían hecho la misma pregunta como la del título
de este estudio bíblico: “¿Dónde está Dios?” La respuesta que
Jesús ofrece a esa pregunta es que Dios está con nosotros en la
persona de Jesucristo, quien nos promete verdadero gozo.
De la misma manera que nos sentimos inspirados por el
cambio de clima cálido a venir que nos promete el regreso del Mirlo
de alas rojas, el gozo prometido por Jesús nos inspira porque llega a
nosotros después de la tristeza. Jesús le había prometido as sus
apóstoles que obtendrían gozo cuando lo vieran nuevamente. Pero,
¿cuándo fue la promesa de Jesús cumplida? Aunque los apóstoles
brevemente vieron a Jesús cuando Él se les apareció después de su
resurrección, la promesa fue principalmente cumplida cuando ellos
van al cielo después de fallecer para nuevamente encontrarse en la
presencia de su Salvador. Ellos vieron a Jesús en una manera
duradera después de ellos fallecer.
Aunque yo estoy convencido de que los apóstoles le creyeron
a Jesús cuando Él les prometió que lo verían de nuevo, estoy casi
seguro que los apóstoles realmente no entendieron que el verlo de
nuevo ocurriría después de ellos fallecer. Yo creo que esta es la
razón que la muerte física de Jesús fue tan devastadora. Jesús
quería que ellos anhelaran el verdadero gozo con sentirían con Él
en el cielo en vez del gozo temporero de estar en su presencia física
en este mundo. Si leemos más adelante en Juan 16:33 Jesús dice:
“En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al
mundo.”
Ciertamente todos nosotros experimentamos algún gozo en
esta vida terrenal como lo hicieron los apóstoles, pero Jesús nos
advierte que esta vida terrenal está llena de aflicción. Todos
enfrentaremos la muerte de seres queridos, desilusiones en el
trabajo y tragedias en nuestro alrededor sin importar donde vivamos
en este mundo. Más allá de esas angustias está la distancia entre
nuestro Salvador y nosotros. Los apóstoles estaban afligidos porque
Jesús estaba físicamente a punto de partir. Todos nosotros hemos
sobrellevado esta misma tristeza ya que nosotros nunca hemos
estado físicamente en la presencia de Jesús.
Durante esta época del COVID-19 nos hemos estado
acostumbrando a las tantas aflicciones que estamos viviendo
últimamente. Muchos de nosotros al igual que muchos de nuestros
conocidos nos estamos enfermando. Posiblemente conozcas a
alguien que haya fallecido a consecuencia del COVID-19. ¿Qué
esperanza podemos encontrar en estas circunstancias tan terribles?
La única esperanza real que yo puedo encontrar está en la promesa
que Jesucristo les dio a sus apóstoles – la promesa que Él nos dio a
todos nosotros. Él nos prometió que tendremos verdadero gozo
cuando lo veamos. Él nos prometió vida eterna después que los
sufrimientos de esta vida terminen con nuestra muerte. Vamos a ser
gente que nos aferramos a la promesa que Jesucristo nos dio; que
el verdadero gozo lo tendremos el día que estemos con Él.
¿Cómo es la persona que confía en la promesa del verdadero
gozo de Jesús? Sin duda, la gente que confía en la promesa del
verdadero gozo de Jesús aun enfrentan dificultades en esta vida. No
hay escape ni de la muerte física ni de la aflicción. Pero la promesa
del verdadero gozo debe reorientar nuestra perspectiva. En lugar de
estar agobiados por la expectativa de la muerte y de la aflicción,
somos fortalecidos por la expectativa de eterno gozo. En vez de
preocuparnos por un futuro lleno de problemas, los que confiamos
en la promesa del verdadero gozo de Jesús esperamos un futuro
lleno de bendiciones. ¿No te gustaría ser una persona así?
Con toda la aflicción y sufrimiento que nos rodea, ¿cómo
podemos aferrarnos a la promesa del verdadero gozo de Jesús?
Creo que la mejor manera para lograr eso es llenando nuestras
mentes con las escrituras bíblicas. Muchos de nosotros estamos
continuamente viendo las noticias y revisando notificaciones en el
teléfono celular. Creo que esta constante fuente de información de
nuestras circunstancias actuales está desviando nuestra perspectiva
hacia los sucesos terrenales, los cuales son temporeros, en vez de
los sucesos celestiales, los cuales son eternos. Cuando leemos la
Biblia, nuestra perspectiva es reorientada a una perspectiva eternal.
Nos refresca nuestras mentes con la promesa del eterno gozo de
Jesús. Vamos a ser personas que leemos nuestras Biblias y nos
aferramos a la promesa del verdadero gozo de Jesús durante esta
época del COVID-19 y por siempre.
Antes concluir este capítulo, quiero que prestes atención al
tema de la certeza del gozo que sentirás cuando veas a Jesucristo
en la eternidad. El apóstol Juan nos dice en su libro 1ra de Juan que
él escribió ese libro para que supiéramos que en Cristo tenemos
vida eterna: “Les he escrito estas cosas a ustedes, los que creen en
el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna”
(1 Juan 5:13). Él nos exhorta a que no nos preguntemos si tenemos
vida eterna, pero que debemos saber que tenemos vida eterna.
La manera en que sabemos que tenemos vida eterna es al
poner nuestra fe en el sacrificio mortal de Jesucristo en la cruz. A
través de Jesús, Dios nos dio su pureza para cubrir nuestros
pecados para que podamos reunirnos con Él en el cielo. Dios nos
ofrece su pureza y su justicia y Él nada más nos pide que lo
aceptemos como un regalo. Tu puedes saber que tienes vida eterna
ahora mismo, tal como lo dijo el apóstol Juan, si le dices a Dios que
quieres recibir su regalo de justicia para estar con Él en el cielo. Dile
que tú quieres confiar en su Hijo, Jesucristo. Si quieres tomar esta
decisión hoy mismo, comunícate con un cristiano creyente del
evangelio para que hablen acerca de cómo respondiste al
evangelio.
Vamos a confiar en la promesa del verdadero gozo de
Jesucristo durante esta época del COVID-19. Vamos a estar
confiados de que sentiremos el gozo que Jesús prometió cuando lo
veamos en el cielo por la eternidad.
“¿Dónde está Dios?” Dios está con nosotros en la persona de
Jesucristo, quien nos promete verdadero gozo.
Idea Central
¿Dónde está Dios? Dios está con nosotros en la persona de
Jesucristo, quien nos promete verdadero gozo.
Preguntas de Reflexión

1. ¿Por qué los apóstoles estaban profundamente tristes de que


Jesús los iba a dejar físicamente?

2. ¿Cuándo cumplió Jesús su promesa de ver a los apóstoles


nuevamente?

3. ¿Qué sentido de aflicción compartimos con los apóstoles?


Preguntas de Aplicación

1. ¿Qué debemos hacer para tener esperanza real a pesar de las


aflicciones como las que vivimos hoy en día?

2. ¿Cuál sería una actividad que podemos hacer para aferrarnos


a la promesa del verdadero gozo de Jesús?

3. ¿Qué debemos hacer para saber que tenemos vida eternal?


Paso de Acción

Prepara un plan para leer la Biblia esta semana para que estés más
propenso a leerla con consistencia. Ese plan puede ser, por
ejemplo: Lee un capítulo del libro de Juan tres diferentes mañanas
en la semana. Esto te ayudará a aferrarte a la promesa del
verdadero gozo de Jesús.
Versículo para Memorizar

“pero aunque estén tristes, su tristeza se convertirá en gozo.”


(Juan 16:20, RVC)
Oración

Señor Dios, gracias por llegar a mí y revelárteme a través de tu


Palabra. Por eso puedo conocer más acerca de ti y conectarme
profundamente contigo. Gracias por la promesa del verdadero gozo
que me da tu Hijo, Jesucristo. Ayúdame a depender de esa
promesa, aunque enfrente las muchas situaciones difíciles en mi
vida. Necesito tu ayuda y pongo me fe en ti. Confió en que tendré
verdadero gozo cuando te vea en el cielo. En el nombre de Jesús,
Amén.
En estos momentos, el mundo entero está sintiendo los efectos del
COVID-19. Es una pandemia global que ha cambiado drásticamente
nuestras vidas. Esto nos ha afectado a todos, sin importar si nos
hayamos infectado con el virus o no. En el medio de esta calamidad
tan devastadora, ¿dónde está Dios?
2

Reposo

Mensaje

Idea Central

Preguntas de Reflexión

Preguntas de Aplicación

Paso de Acción

Versículo para Memorizar

Oración
Mensaje

Yo he notado que el grupo de personas que han tenido el mayor


impacto de los cierres causados por la pandemia del COVID-19 han
sido los que consistentemente trabajan sin cesar. Para esas
personas que normalmente tienen una lista larga de deberes
diariamente, el tener que quedarse en sus casas los hace sentir
como si fuese una tortura. Cuando de repente no pueden salir a
ejercer sus labores, estos trabajadores imparables posiblemente se
sienten como si fuesen inútiles. Cuando estas personas no tienen la
opción de salir de sus casas, algunos optan por empezar proyectos
caseros u otras labores. Otros pueden sentirse paralizados por la
falta de actividades constructivas y terminan haciendo actividades
irrelevantes como, por ejemplo, revisar insaciablemente sus
teléfonos celulares para leer notificaciones en sus redes sociales.
Durante los cierres causados por la pandemia del COVID-19,
yo me he sentido como si no fuese suficientemente productivo. Yo
soy un maestro de escuela secundaria, y cuando las escuelas
cerraron sus puertas por primera vez en el mes de marzo del 2020,
yo no estaba trabajando tanto como lo hacía antes del cierre. Me
sentía muy insatisfecho por la falta de productividad que demostraba
diariamente. Aunque con el pasar del tiempo las horas de trabajo en
la escuela volvieron a la normalidad, solo podía interactuar con mis
estudiantes virtualmente a través de la pantalla de mi computadora;
haciéndome sentir como si no estuviese logrando lo suficiente
trabajando de esa manera desde mi casa.
Uno de los beneficios de tener más tiempo libre como
consecuencia de los cierres por la pandemia del COVID-19 ha sido
tener la oportunidad de experimentar el concepto bíblico del reposo.
En Hebreos 4:10 leemos que “el que entra en su reposo, reposa
también de sus obras, como Dios reposó de las suyas.” Muchas de
estas personas que estaban acostumbradas a trabajar sin parar que
han pasado por alto el concepto bíblico del reposo, ahora tienen la
oportunidad de familiarizarse con dicho concepto. El siguiente
mensaje contestará la pregunta “¿Dónde está Dios?” con la
respuesta: Dios está con nosotros en la persona de Jesucristo,
quien nos da reposo.
El concepto del reposo se enfatiza en varios pasajes bíblicos
en el Nuevo Testamento, pero su origen viene del Viejo Testamento.
En Genesis 2:2, leemos que Dios reposó de toda su obra en el
séptimo día. En el siguiente versículo leemos que Dios santificó el
séptimo día. El hecho que Dios santificó el día que Él reposó nos da
una idea de cuán importante es el reposo para Dios. Aunque
muchos de nosotros tengamos la tendencia de pensar de que Dios
valoriza más el trabajo arduo, Dios nos recuerda en el segundo
capítulo de la Biblia que el reposo es igual de valioso para Él.
Quizás estés tan sorprendido como lo estuve yo cuando me percaté
de cuán importante es el reposo para Dios al leer que es uno de los
primeros conceptos importantes que vemos en la Biblia.
Dios trabajó arduamente por seis días y el siguiente día lo
cogió libre; su día de reposo. Este ejemplo modera la tendencia de
muchos de nosotros a trabajar arduamente todos los días; o sea,
modera una visión extrema de que siempre debemos estar
ocupados. Dios nos muestra con su ejemplo que no siempre
debemos estar ocupados.
Adicionalmente a la enseñanza mundana del reposo, también
tenemos una enseñanza espiritual. En Hebreos 4:10, aprendimos
acerca de “entrar en el reposo de Dios.” Pero, ¿qué significa eso?
Simplemente, el reposo de Dios es alivio del trabajo. ¿Pero de qué
trabajo nos está aliviando Dios? Recibimos una mejor idea cuando
leemos en Hebreos 4:3 donde dice que nosotros los que creímos
[en Jesús] entramos en su reposo. Por lo tanto, somos aliviados del
trabajo cuando ponemos nuestra fe en Jesús. ¿Pero de que trabajo
hablamos? Me refiero al trabajo para ganar el favor de Dios. Creo
que, si somos honestos con nosotros mismos, tenemos que admitir
que todos nosotros trabajamos duro para satisfacer a Dios.
Hacemos este tipo de trabajo aunque no estemos muy seguros si va
a ser suficiente para cumplir las expectativas de Dios.
Algunos de nosotros trabajamos para ganarnos el favor de
Dios en la manera de pedir perdón constantemente por nuestras
continuas faltas, aunque no ejercitemos buen control sobre nuestras
acciones. Este tipo de persona usualmente anda por una puerta
giratoria de, por ejemplo, demostrar ira en contra de su esposa y
luego se disculpa sin ningún final en vista. Algunos de nosotros
tratamos de impresionar a Dios con nuestro alto nivel autocontrol.
Seguramente hayas conocido a personas que se enorgullecen por
cuanto tiempo ha pasado sin recibir una infracción automovilística.
Sin importar el estilo de vida que llevemos, todos tratamos de
encontrar algo acerca de nuestras obras para Dios que usamos para
justificar que somos lo suficientemente dignos para ir al cielo.
Desafortunadamente para los trabajadores imparables, los que
trabajarán arduamente para el mérito de estar en la presencia de
Dios no serán los que estarán con Él en el cielo, sino que serán los
que han reposado de sus obras. Como leímos en Hebreos 4:10, “el
que entra en su reposo, reposa también de sus obras, como Dios
reposó de las suyas.” Ahí nos dice que los que se aprovechan del
alivio que Dios provee del trabajo son los que reposan de sus
trabajos. Como vez, aunque todos queremos decirle a Dios “mira lo
que he hecho para ti,” no hay suficientes obras que podamos hacer
para satisfacer a Dios. Nuestro problema es que seguimos
trabajando más y más en el esfuerzo de esconder nuestro pecado.
El trabajo duro que hagamos, sean las infinitas disculpas o un
autocontrol impecable, no serán suficiente para poder esconder
nuestro pecado.
En Romanos 3:20 dice: “ya que nadie será justificado delante
de Dios por las cosas [obras] que la ley exige”. Esto significa que
nuestras obras no nos justificaran delante de Dios. Lo que nos
separa de Dios y del cielo es nuestro pecado. Debemos enfrentar
nuestro pecado. Más adelante, en Romanos 3:28 dice: “llegamos a
la conclusión de que el hombre es justificado por la fe, sin las obras
de la ley.” Por lo tanto, no es por el trabajo o las obras que hagamos
sino por la fe que seremos justificados. Nuestra fe reparará nuestra
relación con Dios y limpiará nuestro pecado. Sera por fe que
podemos entrar en el reposo de Dios.
Debemos creer y tener fe que la muerte de Jesús en la cruz
es suficiente para ser salvados, para ser justificados delante de Él,
para reparar nuestra relación con Dios, para limpiar nuestro pecado
y para poder entrar en el reposo de Dios. Dios quiere que echemos
a un lado nuestras labores terrenales y reconocer que necesitamos
la labor de salvación de Jesús. Esta es la enseñanza espiritual del
reposo que aprendimos en el pasaje bíblico. Por fe, entramos en
reposo; entramos en el reposo de Dios.
Aunque los cierres causados por la pandemia del COVID-19
parecen haber interrumpido las vidas de los trabajadores
imparables, dichos cierres han sido una oportunidad para practicar
el concepto bíblico del reposo. Esta es la ocasión para seguir el
ejemplo del reposo del trabajo mundano y entrar en la labor
espiritual que es el reposo de Dios.
Imagínate tener una vida donde tengas un balance bíblico
entre trabajo mundano y reposo. Piensa de como disfrutarías
ambos, la satisfacción del trabajo y la satisfacción de reposar.
Puedes conseguir tanto como permanecer productivo en tu trabajo
como brindar apoyo a otras personas. Piensa en el alivio que
sentirías cuando entras en el reposo de Dios a través de la labor
espiritual para ser digno de estar en su presencia. El confiar en la
labor espiritual de Jesús te librará para tener la aceptación total de
Dios para disfrutar a plenitud tu relación con Él.
Tu puedes reposar de tus obras mundanas reservando parte
de tu tiempo para relajarte y compartir con tus seres queridos.
Intencionalmente planifica tiempos de reposo para entrar en
comunión con Dios leyendo la Biblia. Otro gran uso de tu tiempo de
reposo es la oración. También puedes reservar tiempo para tu
familia, tus amistades y vecinos mientras reposas. Otras cosas que
puedes hacer mientras reposas de tus obras mundanas pueden ser,
por ejemplo, ver televisión con tu pareja, llamar por videocámara a
un amigo que no puedes ver en persona o ayudar a tu vecino con un
proyecto casero.
Otra manera para experimentar reposo espiritual de las obras
mundanas que quizás pensabas te acercarían más a Dios es
reafirmando tu fe diariamente. Así es como combatimos nuestra
naturaleza pecadora de confiar que es por nuestras propias obras
como podemos alcanzar la presencia de Dios. La diaria reafirmación
de nuestra fe terminará solamente cuando finalmente entremos al
cielo después de fallecer. (Hebreos 3:13, Filipenses 3:12) Alabanza
y adoración a Dios también son muy buenas maneras de reafirmar
nuestra fe y entrar en el reposo de Dios. Aunque el alabar a Dios
dentro de la iglesia es muy bueno, no es necesario estar dentro de
una iglesia para alabar a Dios. Podemos dar alabanza con música o
solamente con decirle lo maravilloso que es Él. Te exhorto a que
alabes a Dios con más frecuencia para en entres en su divino
reposo.
“¿Dónde está Dios?” Dios está con nosotros en la persona de
Jesucristo, quien nos da reposo.
Idea Central
¿Dónde está Dios? Dios está con nosotros en la persona de
Jesucristo, quien nos da reposo.
Preguntas de Reflexión

1. ¿En cuál libro en la Biblia leemos por primera vez acera del
reposo?

2. ¿Cuál es una enseñanza que aprendemos del día de reposo


de Dios?

3. Cuando entramos en el reposo de Dios, ¿de qué trabajos


espirituales recibimos alivio?
Preguntas de Aplicación

1. ¿Cómo esta época del COVID-19 crea una buena oportunidad


de practicar el reposo enseñado en la Biblia?

2. ¿Cómo puedes hacer uso de tu tiempo durante tu reposo del


trabajo mundano?

3. ¿Cuál sería una manera de entrar en el reposo de Dios de tus


obras espirituales?
Paso de Acción

Reserva tiempo esta semana para intencionalmente reposar de tu


trabajo mundano y reposar de tus obras espirituales. Luego de
reposar, escribe una corta reflexión de aproximadamente 5 a 10
oraciones acerca de lo que sentiste durante tu tiempo de reposo. El
escribir tus pensamientos te ayudará a pensar más profundamente
de como Dios está obrando en tu vida a través del reposo.
Versículo para Memorizar

“Porque el que entra en su reposo, reposa también de sus obras,


como Dios reposó de las suyas.”
(Hebreos 4:10, RVC)
Oración

Señor Dios, eres el Dios todopoderoso, pero también reposaste de


tus obras. Me has enseñado como reposar de las obras mundanas y
también me has dado el llamado de reposar. Igualmente me has
dado reposo espiritual a través de tu Hijo, Jesús. Estoy agradecido
por lo que has hecho por mí y necesito tu ayuda para entrar en tu
reposo. Ayúdame a que mi confianza en ti crezca aún más. En el
nombre de Jesús, Amén.
En estos momentos, el mundo entero está sintiendo los efectos del
COVID-19. Es una pandemia global que ha cambiado drásticamente
nuestras vidas. Esto nos ha afectado a todos, sin importar si nos
hayamos infectado con el virus o no. En el medio de esta calamidad
tan devastadora, ¿dónde está Dios?
3

Unión

Mensaje

Idea Central

Preguntas de Reflexión

Preguntas de Aplicación

Paso de Acción

Versículo para Memorizar

Oración
Mensaje

Quizás seas como yo que cuando vez una buena película quedas
atraído a la película de tal manera que empiezas a vivir la película
como si estuvieras realmente allí. Tu empiezas a sentir lo que los
personajes sienten hasta el punto que casi olvidas la vida real por
un rato. A menudo encontramos a un personaje con el que nos
identificamos más que al resto; usualmente quien es el protagonista,
y te trasladas hacia la vida de ese personaje. Podrías decir que
vives a través de la vida de ese personaje, casi olvidándote de tu
propia vida por un rato.
Recuerdo hace un tiempo atrás cuando la película The Matrix
salió en el cine. Yo era un joven que le gustaba mucho las películas
con un personaje heroico. Aunque tengo que admitir que la historia
de un héroe salvando al mundo no es especialmente original, yo no
pensaba mucho en como la trama de la película fue construida
cuando estaba al borde de mi silla viendo al héroe de la película,
Neo, decirle al villano agente Smith: “Mi nombre es Neo!” En
cambio, yo me transporté a otra dimensión donde una épica batalla
entre máquinas y la humanidad estaba en su apogeo. Mientras veía
la película, yo me sentía como si estuviese con Neo; digo, como si
yo fuese Neo por la hora y media que duró la película. Para mí, ver
esta película fue una experiencia tan fascinante que regresé al cine
tres veces a verla de nuevo; y eso que soy el tipo de persona que
casi nunca va al cine.
Durante la época del COVID-19, muchos de nosotros
estamos luchando con nuestras circunstancias de la vida y nuestro
papel en la situación. Muchos de nosotros estamos limitados por
nuestras circunstancias que no nos hacen sentir muy heroicos.
Algunos de nosotros estamos en contacto directo con este virus que
estamos batallando y posiblemente te sientes agobiado en estos
momentos. Uniéndonos con un personaje como Neo quien siempre
supera sus retos y nunca pierde la voluntad de luchar suena muy
fascinante, pero eso es solamente una experiencia emocional que
dura por unas horas. Lo que necesitamos es una unión
transformacional que dure toda una vida.
Veamos lo que el apóstol Pablo nos dice en Gálatas 2:20:
“Pero con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino
que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe
del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”
Pablo nos dice que “Cristo vive en mi” y que “lo vive en la fe” para
describir una unión en la vida real entre Jesucristo y él. Jesús junta
su vida con la de nosotros para que adoptemos sus cualidades. Más
que una experiencia de entretenimiento temporera, una unión con
Cristo es una experiencia transformadora permanente. “¿Dónde
está Dios?” Dios está unido con nosotros en la persona de
Jesucristo.
Una parte fundamental de la unión con Cristo es el veredicto
de “no culpable” de parte de Dios. Cualquiera que haya
comparecido ante un juez piensa de la vergüenza de ser señalado
como el delincuente. Con tanta gente alrededor del tribunal que no
están en juicio; solamente uno es el que está siendo acusado.
Delante de Dios, todos somos delincuentes. Cada uno de
nosotros tenemos que reconocer nuestro propio pecado y rendir
cuentas por nuestras acciones. (Romanos 3:23) Cuando
consideramos nuestro propio pecado, tenemos que reconocer que
somos culpables. No hemos hecho lo que Dios nos ha pedido hacer,
sino que hicimos lo que Dios nos pidió que no hiciéramos. Por lo
tanto, ¿cómo es posible que podamos recibir un veredicto de “no
culpable” de parte de Dios?
Es a través de nuestra unión con Jesucristo; quien es Dios-
hecho-hombre y libre de pecado, como podemos lograr recibir un
veredicto de “no culpable”. Él une su pureza libre de pecado con
nuestra naturaleza pecaminosa; Él une su justicia con nuestra
culpabilidad, como vemos en Romanos 10:4. Es por esta unión que
sus cualidades reemplazan las nuestras. Su estado de “no culpable”
ante Dios reemplaza nuestro estado de “culpables” ante Dios.
Nosotros ya no tenemos que comparecer avergonzados delante de
Dios ni rendir cuentas por nuestras acciones. En cierto sentido, nos
hemos convertido en otra persona a través de nuestra unión con
Cristo. Hemos tomado las cualidades de Jesucristo para nuestro
beneficio
Otra peculiaridad de nuestra unión con Cristo es nuestra vida
espiritual. En nuestra sociedad hoy en día, el término “espiritual” es
un poco difícil de definir. La gente cree lo que quieren creer.
También, mucha gente les da más importancia a las cosas que se
pueden percibir con nuestros cinco sentidos que las cosas
espirituales que son invisibles. Lo que no se pueda probar
científicamente es considerado como sospechoso. Yo creo que esto
revela el prejuicio que hay hoy en día en contra de las cosas
espirituales.
Pienso que las películas que demuestran este prejuicio en
contra de las cosas espirituales está fuera de lugar. Piensa en los
temas de películas memorables; temas como el de la paciencia de
un devoto padre hacia su hijo rebelde, o como el de la joven que se
da cuenta de su verdadera identidad después de haber puesto en
riesgo sus valores fundamentales. Todos estamos interesados en la
misteriosa parte de nuestra espiritualidad. Los momentos más
importantes de nuestras vidas son inexplicables usando los cinco
sentidos: el gozo que se siente tras el nacimiento de un bebe, la
esperanza de un matrimonio feliz y duradero, el propósito del
sufrimiento y el significado de la muerte. Todos experimentamos
espiritualidad; sin embargo, no estamos espiritualmente vivos hasta
nuestra unión en Cristo Jesús. (Romanos 6:11)
La vida espiritual provenida por nuestra unión con Cristo va
más allá de nuestras habilidades naturales de percibir lo spiritual.
Tenemos vida espiritual a través de Jesucristo porque Él nos da su
Espíritu, el Espíritu Santo. El Espíritu de Dios vive en nosotros a
través de nuestra unión con Jesucristo como dice en Romanos 8:9.
El Espíritu Santo nos da la ventaja de ver más allá de las sombras
de las realidades espirituales para verlas en sus sustancias.
(Colosenses 2:17) Empezamos a tener acceso a la sabiduría de
Dios porque el Espíritu que hemos recibido de nuestra unión con
Cristo es Dios mismo. (1 Corintios 2:6-8) Nuestra unión con Cristo
también nos hace obtener el discernimiento espiritual, lo cual es la
habilidad de entender y poner en práctica las verdades bíblicas. (1
Corintios 2:14) Aun nuestras oraciones cambian debido a nuestra
unión con Cristo. Empezamos a orar por cosas que le interesan a
Dios. Aunque la gente alrededor del mundo ora de acuerdo a sus
propias perspectivas limitadas, unión con Cristo nos da una
habilidad mejorada para orar de acuerdo a la ilimitada perspectiva
de Dios (Romanos 8:26-27) Los beneficios de la unión con Cristo
son sorprendentes: somos “no culpables” ante Dios y poseemos una
vida espiritual vital.
Para muchos de nosotros, la pandemia del COVID-19 nos ha
llevado a buscar por maneras de superar los problemas que
estamos enfrentando. Entretenimiento como la película The Matrix
nos inspira temporeramente, pero necesitamos algo
transformacional. La unión con Cristo es la experiencia
transformacional que necesitamos. Recuerda lo que el apóstol Pablo
dijo: “Cristo vive en mí.”
Piensa en una vida que está unida con Jesucristo. Es
demasiado sorprendente de imaginar. Tendrías una gran sabiduría
para hacer el bien aun cuando enfrentas oposición; justo como
cuando Jesús ayudó a la prostituta. Tendrías la habilidad de usar
discernimiento como cuando Jesús le contestó a los Fariseos con
las escrituras. Vivir una vida junto con Cristo nos da la habilidad de
orar como lo hizo Jesús en la noche antes que Jesús fuera
crucificado. Piensa en como tu vida cambiaría solamente con unirte
a Jesucristo.
Si nunca has entrado en una unión con Cristo, esa unión
empieza cuando acudes a Dios en fe. Cuando confías en Jesucristo
con tu vida en vez de confiar en ti mismo u otros para tu salvación
es cuando entras en unión con Cristo. Necesitas alejarte del pecado
y acudir a Dios y pedir perdón. Cuando haces eso, el perdonara tus
pecados y te unificara con su Hijo Jesucristo. Si ya has confiado en
Cristo como tu salvador, ¡disfruta la bendición de estar en unión con
Cristo!
Si ya has entrado en unión con Cristo, es importante que
tengas que luchar para depender de tu unión con Cristo en vez de
las muchas distracciones mundanas que somos tentados a
depender como nuestra salud, nuestra educación, o nuestro dinero.
Unión con Cristo te da acceso a las cualidades de Jesucristo
solamente si dependes de Él. Haz un esfuerzo consiente de
depender de Jesucristo y pídele la habilidad de ser más como Él.
Pídele por sabiduría, discernimiento y la habilidad de orar como fue
explicado en el párrafo anterior. Busca como hacer práctica de estas
cosas al depender fielmente en Jesús.
“¿Dónde está Dios?” Dios está unido con nosotros en la
persona de Jesucristo.
Idea Central

¿Dónde está Dios? Dios está unido con nosotros en la persona de


Jesucristo.
Preguntas de Reflexión

1. ¿Cómo la unión con Cristo hace que los pecadores sean “no
culpables” ante Dios?

2. ¿Qué es lo que el Espíritu Santo hace por nosotros cuando


estamos espiritualmente vivos?

3. ¿Cómo nuestra unión con Cristo cambia nuestras oraciones?


Preguntas de Aplicación

1. ¿Qué aspectos de una vida unida con Cristo te da más


motivación?

2. ¿Cuándo es que comienza la unión con Cristo?

3. ¿Has notado que has tenido que luchar para depender de tu


unión con Cristo? ¿Por qué o por qué no?
Paso de Acción

Reflexiona en los beneficios de una unión con Cristo: el veredicto de


“no culpable”, acceso a la sabiduría de Dios, discernimiento
espiritual y la habilidad de oración enlazada con el Espíritu Santo.
Escoge uno de esos beneficios y escribe un plan de cómo lo vas a
aprovechar al máximo esta semana. Este plan puede ser algo como
darle a Dios gracias por el veredicto de “no culpable” y buscar
pasajes bíblicos que hablan acerca de cómo somos “no culpables”
en Cristo. Puedes encontrar pasajes bíblicos con facilidad usando
recursos cristianos al igual que en el internet.
Versículo para Memorizar

“Pero con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino


que Cristo vive en mí”
(Gálatas 2:20, RVC)
Oración

Señor Dios, gracias por darme la asombrosa oportunidad de estar


unido con tu Hijo, Jesucristo. Es por esa unión que puedo estar
delante de tu presencia sin que mi culpa, mi pecado o mi
deshonestidad me contengan. Ayúdame a depender en la unión que
tengo con tu Hijo, Jesús, en vez de las muchas cosas que compiten
por mi confianza. Quiero tomar ventaja de los beneficios que la
unión con Cristo ofrece. Te amo, Señor. En el nombre de Jesús,
Amén.
En estos momentos, el mundo entero está sintiendo los efectos del
COVID-19. Es una pandemia global que ha cambiado drásticamente
nuestras vidas. Esto nos ha afectado a todos, sin importar si nos
hayamos infectado con el virus o no. En el medio de esta calamidad
tan devastadora, ¿dónde está Dios?
4

Ganancia

Mensaje

Idea Central

Preguntas de Reflexión

Preguntas de Aplicación

Paso de Acción

Versículo para Memorizar

Oración
Mensaje

Cualquiera que esté al tanto del mundo del fisiculturismo sabe que
el objetivo principal para los que se ejercitan es la ganancia
muscular. El obtener ganancia muscular te ayuda a sentirte con más
fuerza y reducir la grasa corporal. Entrenadores físicos típicamente
guían a sus clientes a escoger una meta específica para luego
desarrollar un programa que los ayudará a llegar esa meta.
Usualmente, estos entrenadores monitorean el progreso hecho para
determinar la ganancia muscular alcanzada para luego hacer
ajustes en el programa si es necesario.
Uno de los entrenadores físicos más populares en la
plataforma social YouTube se llama Jeff Cavaliere. Él es el dueño
del canal llamado Athlean-X, donde postea videos con frecuencia
demostrando como alcanzar ganancia muscular en el gimnasio. Sus
videos de entrenamiento físico siguen una formula común de
diagnosticar un problema de ejercicio que limita las ganancias
musculares y luego él corrige ese problema para aumentar dicha
ganancia muscular. Por ejemplo, Cavaliere lanzó un video de cómo
la gente comúnmente ejecuta el ejercicio de flexión erróneamente.
Él explica que, para realizar correctamente la flexión, los músculos
que no están directamente envueltos en el movimiento, como el
torso, los abdominales y las piernas deben permanecer tensos. El
señala que la quijada debe subir sobre la barra y las manos deben
estar ubicadas al ancho de los hombros al agarrar la barra. Si la
persona sintonizando el video sigue sus recomendaciones,
Cavaliere promete que la persona obtendrá grandes ganancias
musculares en el ejercicio de flexión. El llamado de Cavaliere para
ganancias musculares parece resonar con bastante gente ya que
ese video se ha visto sobre dos millones de veces en su canal de
YouTube, el cual tiene casi 10 millones de suscriptores.
Durante esta época del COVID-19, mucha gente se siente
como si no estuviesen aumentando ganancias en sus vidas; así sea
ganancia muscular, ganancia financiera o ganancia en otras cosas.
Realmente, lo que ven es un progreso muchísimo más lento que
antes. ¿Debemos entonces pensar cómo podemos obtener
ganancia espiritual?
La Biblia nos afirma redundantemente que sí podemos
obtener ganancia espiritual. En Tito 2:11-12 nos dice: “Porque la
gracia de Dios se ha manifestado para la salvación de todos los
hombres, y nos enseña que debemos renunciar a la impiedad y a
los deseos mundanos, y vivir en esta época de manera sobria, justa
y piadosa”. En este versículo vemos como Dios quiere estemos en
entrenamiento espiritual. Similarmente como el entrenamiento físico
produce ganancia muscular, entrenamiento espiritual produce
ganancia espiritual – aún durante esta época del COVID-19.
“¿Dónde está Dios? Dios está con nosotros en la persona de
Jesucristo, quien nos da una vida llena de ganancia espiritual.
Creo que mucha gente no tiene una clara definición de que
deben hacer para seguir a Jesucristo. Su cristianismo consiste en ir
a la iglesia con regularidad y siempre tratar de ayudar al prójimo; por
lo tanto, no tienen presente un sentido de entrenamiento espiritual
para poder obtener ganancia espiritual. Esto es desafortunado
porque, de igual manera como el entrenamiento físico mejora
nuestra habilidad física, entrenamiento espiritual mejora nuestra
ganancia espiritual. Cuando alguien te necesita para hacer una labor
física como, por ejemplo, ayudar a mover muebles dentro de la
casa, es importante que tengas entrenamiento físico para poder ser
útil. Imagínate lo importante que sería el usar tu espíritu para ayudar
a un amigo en necesidad de, por ejemplo, consolación por la muerte
de un ser querido. Necesitamos tener el suficiente entrenamiento
espiritual para poder ser útiles.
Una razón importante por la cual este capítulo está llamado
“Ganancia” es porque mucha gente está estancada en algún punto
de su entrenamiento espiritual. Muy parecido a como un halterófilo
quien no ha podido aumentar más del máximo peso que ha podido
levantar en años, muchos que siguen a Cristo no han
experimentado mayor ganancia espiritual en sus vidas. Esta gente
participa en actividades cristianas como ir a la iglesia, orar y leer sus
Biblias, pero no experimentan cambios en sus vidas. El propósito de
este capítulo es para ayudarte a hacer cambios a través del
entrenamiento espiritual para que produzcas ganancia espiritual.
Quizás algunos de ustedes hayan pensado solamente en
cosas espirituales sin realmente haber hecho actividades
espirituales. Quiero decirte que Jesucristo te invita a seguirlo en el
camino de entrenamiento espiritual. Esto comienza con alejarte del
pecado y acercarte a su gracia. Si tu confías en Jesús, Él perdonará
tu pecado y te dará vida espiritual. Esta confianza, esta fe, es
necesaria para empezar a obtener y continuar obteniendo ganancia
espiritual.
Para ustedes quienes posiblemente ya se hayan alejado del
pecado para seguir a Jesucristo, quiero decirles que la misma fe que
usaste para confiar en Cristo, es la misma fe vas a usar para
obtener ganancia espiritual. Muchos de nosotros necesitamos
regresar a Jesucristo para crecimiento espiritual porque hemos
estado dependiendo en otras cosas que no producirán crecimiento
espiritual. Ganancia espiritual solo ocurre cuando estamos
conectados a la fuente de crecimiento espiritual, Jesucristo. Jesús
nos habló de esto cuando dijo que Él es la vid y nosotros los
pámpanos. Apartados de Él no obtendremos ganancia espiritual.
(Juan 15:5)
Justo como en el entrenamiento físico, “la práctica hace la
permanencia.” Así es, “la práctica hace la permanencia.” Mientras
más pongas en práctica algo, más veces lo harás de la misma
manera. Si haces algo bien, puedes decir: “la práctica hace la
perfección,” pero si haces algo mal, no puedes decir que “la práctica
hace la perfección.” Si nuestra práctica es el de orar y luego salimos
a hacer lo más posible de depender de nuestro propio esfuerzo para
que dichas oraciones sean contestadas como queríamos, realmente
estamos dependiendo del uso de nuestro propio esfuerzo de
manera permanente. Si nuestra práctica es el de orar y luego
salimos a confiar por fe en que Dios provea resultados, estamos
haciendo uso de nuestra fe de manera permanente. Algunos de
nosotros necesitamos ajustar nuestra práctica porque está
causando hábitos permanentes que no están produciendo ganancia
espiritual.
Creo que muchos de los que no han obtenido ganancia
muscular se preguntan la misma pregunta que los que no han
obtenido ganancia espiritual: ¿Qué es lo que debo hacer para
empezar a ver ganancias? Afortunadamente, muchos autores han
escrito acerca de este tema usando ejemplos bíblicos y a nuestros
predecesores cristianos. Uno de los libros que cubre una variedad
de actividades para entrenamiento espiritual es Celebration of
Discipline (Celebración de Disciplina) por Richard Foster.
De igual manera que un entrenador físico provee un plan de
ejercicios para entrenar nuestros cuerpos físicos, Richard Foster
provee 13 prácticas para entrenar nuestros espíritus. Algunas de
estas prácticas quizás te sean familiar como orar y estudiar la Biblia,
pero otras prácticas quizás te sean menos familiares como estar en
soledad y la meditación bíblica. Este autor organiza las actividades
espirituales en tres categorías: Disciplinas Interiores, Disciplinas
Exteriores y Disciplinas Corporativas. El cristianismo auténtico es
realmente vivido en estos frentes. Ninguno de nosotros debemos
practicar un cristianismo que no es evidente en quienes somos
internamente, externamente o con otros cristianos.
En el comienzo de su libro, Richard Foster establece su
principio fundamental de la fe sobre la voluntad en la práctica de
actividades espirituales. El recita los versículos bíblicos de
Colosenses 2:20-23 para explicar que nosotros no debemos
enfatizar en cuanto de nuestro propio autocontrol podemos reunir en
nuestro esfuerzo para desarrollar nuestros espíritus. Mejor,
debemos ver nuestra ganancia espiritual como “un regalo de Dios
para ser dignamente recibido.” (página 6) Justo como vimos en el
2do capítulo de Tito, la gracia de Dios nos entrena espiritualmente.
Confiamos en Él para nuestro crecimiento espiritual mientras
ponemos en práctica actividades espirituales.
Cuando nuestro enfoque llega a Dios, algunos de nosotros
sentimos que nuestra labor en la ganancia espiritual es sumamente
disminuida. Perdemos el interés porque la responsabilidad está en
Dios para el crecimiento. Queremos que lo que el personaje de
Maximus de la película Gladiator dice sea la verdad: “que lo que
hagamos en vida haga eco por la eternidad,” pero no estamos
seguros cual será nuestra parte en nuestro crecimiento espiritual.
Quiero decirte que Dios no nos ha dejado fuera del proceso del
crecimiento espiritual; sino que estamos íntimamente envueltos. En
Filipenses 2:12 dice: “ocúpense en su salvación con temor y
temblor, porque Dios es el que produce en ustedes lo mismo el
querer como el hacer, por su buena voluntad.” Nosotros tenemos
que ocuparnos de nuestra salvación y Dios se ocupa de nosotros.
Es un esfuerzo unido de Dios y de nosotros, el cual produce
ganancia espiritual.
Aunque muchos de nosotros no estamos experimentando
ganancia en muchas áreas de nuestras vidas durante esta época
del COVID-19, creo que definitivamente podemos obtener ganancia
espiritual. Busca por oportunidades para obtener ganancia espiritual
que Dios está específicamente haciendo disponible para ti durante
esta época.
Quizás haya pasado mucho tiempo desde que hayas visto
algún progreso en tu vida espiritual. ¡Eso es normal! Dios nos da su
gracia. Utiliza los pasajes bíblicos de Tito y Filipenses para que te
inspiren a entrenar espiritualmente. ¡Ora a Dios para que te
demuestre tu ideal entrenamiento espiritual! Piensa en la ganancia
espiritual como si fuese ganancia muscular, pero aún más valiosa
para ti. Ganancia espiritual estará contigo por el resto de tu vida
eterna, mientras que la ganancia muscular estará contigo solamente
durante tu vida terrenal.
Haz una decisión de como entrenarás para obtener ganancia
espiritual durante esta época del COVID-19. Quizás ahora tengas
más tiempo disponible que antes para tratar una nueva práctica
espiritual como la de la meditación bíblica. Posiblemente tengas
más oportunidades para estar a solas y practicar el estar en
soledad. Quizás puedas tratar una nueva actividad espiritual que
nunca hayas practicado de algún libro como el de Celebration of
Discipline.
Mientras nos hagamos la pregunta “¿Dónde está Dios?”
durante la actual emergencia de salud pública, debemos pensar que
Dios está con nosotros en la persona de Jesucristo, quien nos da
una vida llena de ganancia espiritual.
Idea Central

¿Dónde está Dios? Dios está con nosotros en la persona de


Jesucristo, quien nos da una vida llena de ganancia espiritual.
Preguntas de Reflexión

1. ¿Cómo el entrenamiento físico y el entrenamiento espiritual


son similares?

2. ¿Qué hace resonar en tu corazón de lo que Jesús dijo acerca


de permanecer conectados con Él?

3. ¿Cómo el poder distinguir entre “la práctica hace la perfección”


y “la práctica hace la permanencia” ayuda en poder obtener
ganancia espiritual?
Preguntas de Aplicación

1. ¿Cómo puedes hacer uso de un recurso como el libro


Celebration of Discipline para obtener ganancia espiritual esta
semana?

2. ¿En qué áreas de nuestras vidas debemos practicar nuestro


cristianismo?

3. ¿Cómo podemos unirnos con Dios para producir ganancia


espiritual?
Paso de Acción

Decide en una manera que te gustaría crecer espiritualmente esta


semana y escribe un plan breve de cómo lo harías. Un ejemplo seria
el querer orar por otras personas más consistentemente. Escribe un
plan de oración para los lunes, miércoles y viernes con los nombres
de las personas que quieres incluir en tus oraciones y provee
seguimiento semanalmente a estas personas. Incluir ese tipo de
detalle te ayudará en el éxito de esta práctica.
Versículo a Memorizar

“ocúpense en su salvación con temor y temblor”


(Filipenses 2:12, RVC)
Oración

Señor Dios, gracias por proveerme con tu gracia que entrenará mi


espíritu. Quiero permanecer conectado contigo, Jesús, porque tú
eres la vid que me hace crecer. Por fe me uniré a ti para ocuparme
de mi salvación y obtener ganancia espiritual. Yo dependeré de ti
durante mi entrenamiento espiritual en vez de depender en mi
propia voluntad. Espero obtener ganancia espiritual que te brinde
gloria y honra. En el nombre de Jesús, Amén.
En estos momentos, el mundo entero está sintiendo los efectos del
COVID-19. Es una pandemia global que ha cambiado drásticamente
nuestras vidas. Esto nos ha afectado a todos, sin importar si nos
hayamos infectado con el virus o no. En el medio de esta calamidad
tan devastadora, ¿dónde está Dios?
5

Sufrimiento

Mensaje

Idea Central

Preguntas de Reflexión

Preguntas de Aplicación

Paso de Acción

Versículo para Memorizar

Oración
Mensaje

Les quiero relatar una historia acerca de un hombre llamado David


Brainerd. Él fue alguien que estuvo muy familiarizado con el
sufrimiento; desde su juventud hasta su prematura muerte. Nacido
en Connecticut en el 1718, Brainerd vivió durante el tiempo del
gobierno colonial británico. Cuando todavía era niño, el perdió a
ambos padres quienes fallecieron prematuramente. No solamente
eso, sino que también tres de sus hermanos fallecieron antes de
llegar a los 40 años de edad. Como un joven adolecente sin tener a
sus padres vivos, él se fue a vivir con la familia de su hermana
mayor hasta cuando fue aceptado a estudiar en la Universidad de
Yale para ser ministro.
Fue alrededor de ese tiempo que el contrajo una grave
enfermedad que le causaba escupir sangre, posiblemente la
tuberculosis. Durante esos años de enfermedad, Brainerd sirvió
como misionero para los nativo-americanos, pero luego de siete
años, su condición continuó deteriorando, previniéndole continuar
trabajando en su ministerio. Sin ya poder vivir por su cuenta,
Brainerd se mudó a Northhampton, Masschusetts donde vivió con
Jonathan Edwards, un predicador famoso en esos tiempos hasta su
prematura muerte a los 29 años de edad.
Brainerd sufrió en muchas maneras como nosotros estamos
sufriendo durante esta época COVID-19. El sobrellevó la muerte de
sus miembros familiares y sufrió bajo sus propios problemas de
salud. Para ayudarnos a resistir las dificultades que enfrentamos
durante esta pandemia, nosotros, como Brainerd, necesitamos
saber que nuestro sufrimiento tiene un propósito.
Uno de los libros en la Biblia que enfatiza el propósito del
sufrimiento es el libro de Hebreos. En Hebreos 5:8 leemos que:
“Aunque [Jesús] era Hijo, aprendió a obedecer mediante el
sufrimiento”. Aunque Jesús era el Hijo de Dios, Él aprendió a
obedecer la voluntad de su Padre a través del sufrimiento. Así que
el propósito del sufrimiento es el de aprender obediencia. Para
contestar nuestra pregunta “¿Dónde está Dios?,” Dios está con
nosotros en la persona de Jesucristo quien nos enseña como
aprender obediencia a través del sufrimiento.
A la medida que vamos creciendo durante nuestra niñez,
aprendemos de obediencia al cumplir lo que nuestros padres piden
que hagamos. Pero también aprendemos de obediencia cuando no
hacemos lo que nuestro Padre Celestial nos pide – lo aprendemos
al ser corregidos. En el caso de Jesús, Él aprendió solo por
obedecer porque Él nunca desobedeció a su Padre. Pero esto no
quiere decir que siempre fue fácil para Jesús obedecer a su Padre.
Recuerda que en la noche que fue arrestado, Él les dijo a sus
apóstoles que en su alma Él sentía una tristeza de muerte. (Mateo
26:38) Creo que parte de la tristeza que Jesús sentía era también la
ansiedad de saber los terribles sucesos que estaban por venir. Él
sabía de esos sucesos porque Él le había dicho muchas veces a
sus apóstoles que Él iría a sufrir y a morir. Seguramente fue bien
difícil para Jesús el ser obediente sabiendo que eventualmente iba a
ser torturado y crucificado a muerte.
Otra parte de la tristeza de Jesús era también la angustia ya
que fue considerablemente tentado a desobedecer a su Padre. Fue
la voluntad de Dios Padre de que Jesús fuese torturado y crucificado
a muerte, pero también fue la decisión de Jesús de proceder con lo
que vendría. La tentación de simplemente salir fuera de la ciudad de
Jerusalén para no morir debió ser inaguantable. Recuerda que
Jesús dijo que nadie le quitaría su vida. (Juan 10:18) Él estaba en
total control de decidir si iba a proceder con la crucifixión o no. Por lo
tanto, Jesús aprendió la obediencia a través del sufrimiento de
obedecer la voluntad de su Padre de ser crucificado. Fue una
experiencia de aprendizaje para Él porque estaba progresando y
mejorando en la obediencia mientras sentía más sufrimiento.
Sabiendo que podía terminar el sufrimiento en cualquier momento
ciertamente se le hizo difícil a Jesús obedecer la voluntad de Dios.
Piensa en Abraham mientras se preparaba a sacrificar la vida
de su hijo Isaac como vemos en Genesis 22. El sufrimiento que
estaba sintiendo debió ser inconcebible. De seguro que sintió
ansiedad por lo que estaba a punto de ocurrir. También debió sentir
la angustia de la tentación de desobedecer a Dios para que su hijo
no muriera. ¿Serias capaz de sacrificar la vida de tu hijo en un altar
si Dios te lo pidiese? Abraham continuó su obediencia a Dios,
aunque fuese bien difícil para él cuando Dios le pidió que sacrificara
a su hijo Isaac.
Creo que a través de los ejemplos de Jesús y Abraham
podemos ver que también debemos aprender la obediencia a través
del sufrimiento. Es un reto para todos nosotros continuar siguiendo a
Dios cuando enfrentamos dificultades. Piensa en como reaccionas a
los problemas que enfrentas en tu vida diaria; como cuando te
tropiezas y te golpeas un dedo de tu pie, ¿reaccionarías gritando
alguna grosería? Aún en algo tan insignificante como golpearse un
dedo del pie puede ser una oportunidad para aprender la obediencia
a través del sufrimiento.
Cuando enfrentamos mayores obstáculos se nos hace más
difícil obedecer a Dios. Mira las cosas que la gente hace cuando
descubren que no tienen el dinero suficiente para cubrir sus gastos:
la gente desobedece los 10 Mandamientos y empiezan a mentir y a
robar. Cuando enfrentan problemas matrimoniales, las parejas
desobedecen a Dios al dejar de ser fieles a su pareja. No importa el
tipo de sufrimiento que enfrentes; sea debido a problemas
financieros, problemas conyugales o padecimientos físicos como los
del virus COVID-19, el propósito bíblico del sufrimiento es el mismo:
aprender la obediencia.
El COVID-19 ha traído sufrimiento a nuestras vidas de
muchas maneras, y ese sufrimiento es una oportunidad de aprender
la obediencia como lo demostró Jesucristo. Las dificultades que
estamos viviendo hoy en día son oportunidades para nosotros
obedecer la voluntad de Dios aún más que cuando las cosas en
nuestras vidas van bien. Podemos ser optimistas acerca del
sufrimiento durante esta época del COVID-19 porque sabemos que
es por un propósito.
¿No sería mejor nuestra experiencia con el sufrimiento si
pensáramos que tiene un propósito? Piensa en cuántas personas
están molestas porque el COVID-19 ha limitado lo que pueden
hacer. Las personas que tienen como propósito el sufrir a través de
las limitaciones impuestas por el COVID-19 pueden disfrutar más de
su tiempo porque están ocupados obedeciendo a Dios. Considera la
manera pecaminosa en que algunas personas están viviendo por
estar aislados durante esta época del COVID-19. Pero las personas
que tienen como propósito sufrir en aislamiento durante la época del
COVID-19 puede tener victoria sobre las tentaciones pecaminosas
porque están ocupados obedeciendo a Dios.
Durante este tiempo de grandes sufrimientos, vamos a vivir
como gente que enfrenta el sufrimiento con el propósito de obedecer
a Dios. Vamos a comenzar cada día diciéndole a Dios que
queremos obedecerle a pesar de las dificultades que vivimos.
Vamos a ser personas quienes hablamos con optimismo de
nuestros problemas demostrando que tenemos un propósito para
nuestro sufrimiento. Vamos a agradecer a Dios porque tenemos el
ejemplo de Jesucristo, quien aguanto muchísimo más sufrimiento
que nosotros para ayudarnos durante nuestros tiempos de
sufrimiento.
“¿Dónde está Dios?” Dios está con nosotros en la persona de
Jesucristo quien nos enseña como aprender obediencia a través del
sufrimiento.
Idea Central

¿Dónde está Dios? Dios está con nosotros en la persona de


Jesucristo quien nos enseña como aprender obediencia a través del
sufrimiento.
Preguntas de Reflexión

1. ¿Cómo se sintió Jesús en Mateo 26:38 mientras anticipaba su


crucifixión?

2. ¿Por qué la tentación de desobedecer a Dios era tan grande


para Jesús en la noche que fue arrestado?

3. ¿Cómo el ejemplo de Abraham es un buen ejemplo de la


obediencia a Dios a través del sufrimiento?
Preguntas de Aplicación

1. ¿Cómo un sufrimiento tan insignificante como el golpearse un


dedo del pie puede servir como una oportunidad para aprender
a obedecer a Dios?

2. ¿Cómo el tener un propósito para nuestro sufrimiento nos


ayuda a lidiar con las limitaciones y aislamiento que
enfrentamos en esta época del COVID-19?

3. ¿Qué puedes hacer para vivir como si tu sufrimiento tiene el


propósito de aprender a obedecer a Dios?
Paso de Acción

Conéctate con Dios en oración para contarle de todos los problemas


y dificultades que has tenido que soportar. Mira dentro de ti para
identificar qué cosas te causan tentación de desobedecer a Dios y
luego imita el ejemplo de Jesús en acudir a Dios en obediencia a
pesar de la tentación. Para ayudar a procesar tu experiencia,
puedes escribir tus pensamientos y oraciones en un diario privado.
Versículo a Memorizar

“Aunque era Hijo, aprendió a obedecer mediante el sufrimiento.”


(Hebreos 5:8, RVC)
Oración

Jesús, gracias por darme el ejemplo de obediencia a Dios en tiempo


de sufrimiento. Quiero ser como Tú, obedeciendo a Dios Padre aún
cuando las cosas en mi vida se ponen difíciles. Ayúdame en tiempos
de sufrimiento para obedecerte mejor. Quiero resistir la tentación de
alejarme de la voluntad de Dios para mi vida durante esos tiempos.
Ayúdame, Espíritu Santo, a permanecer obediente a Dios en tiempo
de sufrimiento. Amén.
En estos momentos, el mundo entero está sintiendo los efectos del
COVID-19. Es una pandemia global que ha cambiado drásticamente
nuestras vidas. Esto nos ha afectado a todos, sin importar si nos
hayamos infectado con el virus o no. En el medio de esta calamidad
tan devastadora, ¿dónde está Dios?
6

Constante

Mensaje

Idea Central

Preguntas de Reflexión

Preguntas de Aplicación

Paso de Acción

Versículo para Memorizar

Oración
Mensaje

A la medida que vamos creciendo, a muchos de nosotros se nos


olvida algunos conceptos vitales que aprendimos en nuestros años
de escuela. Uno de esos conceptos es el concepto de la constante.
En la escuela nos enseñan que la gravedad es siempre la misma
fuerza relativa a la masa a través de todo el universo. Como la
gravedad es constante, podemos confiablemente medir, por
ejemplo, el peso de nuestro cuerpo. Además, hay muchísimas otras
constantes como la c que representa la velocidad de la luz en la
famosa formula E=mc2 de Albert Einstein.
Uno de los efectos más importantes de las constantes es que
nos dan un sentido de seguridad. Nuestra ansiedad disminuye a la
medida que aprendemos a confiar en las características
incambiables en nuestro ambiente. ¿Te has preocupado en algún
momento de que quedes despegado del suelo por un cambio en la
fuerza de gravedad?
Aunque disfrutamos de la confiabilidad de las constantes,
luchamos con la inestabilidad de los cambios. Cuando enfrentamos
grandes cambios en nuestra salud, nuestras finanzas o en las
relaciones con nuestros seres queridos, desarrollamos un sentido de
ansiedad. Desafortunadamente, las constantes como la gravedad y
la velocidad de la luz no nos ofrecen la consolación que
necesitamos cuando enfrentamos estos tipos de cambios. Yo no he
escuchado a alguien decir: “¡Me siento muy feliz de que la fuerza de
gravedad sigue funcionando! ¡Eso me ayuda a no preocuparme en
perder mi trabajo!” Las constantes del mundo natural no son tan
reconfortantes cuando enfrentamos los problemas del diario vivir.
Esta época del COVID-19 ha sido un tiempo de muchos
cambios y turbulencias. Aunque algunos de nosotros esperábamos
que esos cambios pasaran rápidamente y que pudiéramos volver a
la normalidad que conocíamos, expertos más inteligentes que yo
están diciendo lo contrario. No solamente los cambios que hemos
estado viviendo, como la perdida de trabajos y conflictos sociales,
continuarán impactándonos en los próximos meses y años, sino que
también no tenemos una certeza de cuando la pandemia del
COVID-19 esté considerada bajo control.
A pesar que las constantes en el mundo natural como la
fuerza de gravedad y la velocidad de la luz no nos consuelan
durante eventos catastróficos como la pandemia de COVID-19,
tenemos una constante en el mundo espiritual que sí tiene el poder
de consolarnos. Dios es esa constante. Él nunca cambia aun
cuando hay problemas de salud, problemas financieros o problemas
en las relaciones con nuestros seres queridos. En Hebreos 13:8 nos
dice: “Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglos.” “¿Dónde
está Dios? Dios está constantemente consolándonos en la persona
de Jesucristo.
Dios es constante como la fuerza de gravedad porque Él es
el mismo todo el tiempo. Como la gente siempre está cambiando, es
un poco extraño para nosotros que Dios realmente pueda ser el
mismo todo el tiempo. Pero eso es exactamente lo que consoló a los
primeros cristianos judíos. Cuando el versículo que vimos de
Hebreos 13:8 fue escrito, eso brindó consuelo a los cristianos judíos
quienes habían enfrentado un cambio catastrófico al ser
marginalizados por su decisión de seguir a Jesucristo. Ya no eran
plenamente aceptados en su sociedad porque seguían a Jesús, el
criminal, que acababa de ser ejecutado por blasfemia. (Mateo 26:65)
La aceptación que disfrutaban los cristianos judíos como la
facilidad de hacer negocios y sus círculos sociales redujeron
drásticamente. De repente comenzaron a tener problemas como,
por ejemplo, ir a comprar cosas en el mercado ya que los
vendedores no los querían en sus tiendas. Ellos también tuvieron
problemas en poder contratar trabajadores para hacer trabajos
como los de reparaciones en sus casas porque los trabajadores no
querían estar asociados con los seguidores de Jesús. Para los
cristianos judíos, este era un tiempo de confusión y necesitaban la
consolación que viene de Dios quien nunca cambia.
Creo que la naturaleza constante de Dios también causa el
que Él sea pasado por alto a menudo, especialmente cuando los
cristianos no están enfrentando problemas considerables. Al igual
que mucha gente pasan por alto la fuerza de gravedad debido a que
asumen de que siempre está presente, muchos cristianos pasan por
alto a Dios porque asumen que Él siempre está presente. Esta falta
de conciencia de Dios es el sentimiento que expresamos cuando
decimos que damos a Dios por sentado. Muchos cristianos damos a
Dios, el constante, por sentado.
Además de la acción de tomar a Dios por sentado está el
efecto de tomar a Dios por sentado. Dios debe ser la fuente
confiable de consuelo en tiempos de dificultades como vimos con
los cristianos judíos; pero cuando Dios es dado por sentado, Él no
está siendo usado para consuelo. Los cristianos se están privando
de la fuente constante de consuelo cuando pasan a Dios por alto.
Creo que debemos combatir el dar a Dios por sentado al
establecer una rutina que podamos usar cada día para que
conscientemente busquemos de Él y del consuelo que nos provee.
La oración del Padre Nuestro que Jesús mismo dijo en Mateo 6:9-13
ha sido usado como una rutina para muchos cristianos desde los
comienzos de la iglesia cristiana. A mí me gusta rezar esta oración
usando palabras más contemporáneas, pero te exhorto a rezar esta
oración en la manera que desees. “Padre Nuestro, que estás en los
cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu
voluntad, en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día,
dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros
perdonamos a nuestros deudores. No nos metas en tentación, sino
líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder, y la gloria, por
todos los siglos. Amén.”
Una oración memorizada es útil porque no se te olvidará lo
que quieres decir, pero también puede ser problemática ya que la
puedes rezar tan rápidamente que no estás pensando lo que estás
diciendo. Rezar la oración un poco más lento te ayuda a pensar lo
que estás diciendo. Queremos decir: “Padre Nuestro, que estas en
los cielos, santificado sea tu nombre,” para realmente decirle a Dios,
“¡Eres santo!” Queremos estar dedicados en nuestras rutinas con
Dios porque el punto de la rutina es para conectar conscientemente
con Dios.
Cuando decimos “venga tu reino, hágase tu voluntad, en la
tierra como en el cielo,” estamos diciendo que queremos lo que Dios
quiera que pase, no solamente lo que nosotros queramos. “El pan
nuestro de cada día, dánoslo hoy” significa que le pidamos a Dios
por nuestras necesidades diarias. “Perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” estamos
reconociendo que nuestras deudas (pecados) deben ser perdonado
y que queremos que las deudas (los pecados) de nuestro prójimo
también sean perdonadas.
“No nos metas en tentación, sino líbranos del mal” es una
manera de pedirle a Dios que nos proteja de los problemas y
pecados a por venir en nuestras vidas. “Porque tuyo es el reino, el
poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” Esta es una manera
apropiada para terminar la oración ya que estamos básicamente
diciendo que todo lo que nos rodea es de Dios y Él es más grande
que cualquier cosa o persona existente. La palabra “Amén” es una
palabra hebrea que proviene del Nuevo Testamento griego que
significa “que así sea.” Con esa palabra estamos afirmando lo que
acabamos de orar es realmente lo que creemos.
Durante esta época del COVID-19 estamos enfrentando unos
cambios masivos que nos pueden causar una gran ansiedad.
Necesitamos una constante que nos brindara consuelo. Aún mejor
que las constantes en el mundo natural, Dios es la constante
espiritual que ofrece un consuelo real.
Piensa en como el acceso al consuelo constante que Dios
ofrece te ayudaría con regularidad. Planifica como podrías
implementar una rutina como la del Padre Nuestro para asegurarte
de no dar más a Dios por sentado. Imagina el efecto que tendría el
buscar consuelo en Dios en tu ansiedad mientras enfrentas la
confusión causada por la pandemia del COVID-19.
Un importante punto de partida para establecer una rutina
exitosa con Dios es el identificar una parte de tu día en la que
puedes conectarte de manera confiable con Él. Reservar un tiempo
habitual para reunirte con Dios ayuda a garantizar que tu reunión
con Él se llevará a cabo. Luego, escoge que rutina usarás, sea la
oración del Padre Nuestro o alguna otra. Finalmente, empieza a
practicar tu rutina sabiendo que no lo harás perfecto, pero que al
hacerlo frecuentemente resultará en un hábito saludable de conectar
conscientemente con Dios y recibir su constante consuelo.
“¿Dónde está Dios?” Dios está constantemente
consolándonos en la persona de Jesucristo.
Idea Central

¿Dónde está Dios? Dios está constantemente consolándonos en la


persona de Jesucristo.
Preguntas de Reflexión

1. ¿Cuáles cambios catastróficos enfrentaron los primeros


cristianos judíos?

2. ¿Por qué muchas personas pasan por alto a Dios?

3. ¿Cuál es el efecto de dar a Dios por sentado?


Preguntas de Aplicación

1. ¿Cómo podemos combatir el dar por sentado a Dios?

2. ¿Cuál sería una manera para establecer una rutina con Dios?

3. ¿Cuáles son los beneficios y las desventajas de una oración


memorizada?
Paso de Acción

Utiliza una rutina para traer a Dios conscientemente en tu vida.


Identifica un tiempo específico en tu día para practicar tu rutina con
Dios de tal manera que casi nunca te lo pierdas. Haz uso de la
oración del Padre Nuestro o alguna otra guía para que te ayude en
tu tiempo con Dios; tratando de rezar consciente y pausadamente
para conectar con Dios.
Versículo a Memorizar

“Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglos.”


(Hebreos 13:8, RVC)
Oración

Señor Jesús, gracias por ser la constante en mi vida. Aprecio que


nunca cambias; pero también reconozco que te doy por sentado con
frecuencia. Ayúdame a establecer una rutina la cual me ayude a
conectar contigo regularmente. Quiero buscar consuelo en ti durante
los cambios catastróficos provocados por la pandemia del COVID-
19. Gracias por brindarme consuelo constantemente. En el nombre
de Jesús. Amén – ¡que así sea!
En estos momentos, el mundo entero está sintiendo los efectos del
COVID-19. Es una pandemia global que ha cambiado drásticamente
nuestras vidas. Esto nos ha afectado a todos, sin importar si nos
hayamos infectado con el virus o no. En el medio de esta calamidad
tan devastadora, ¿dónde está Dios?
7

Contentura

Mensaje

Idea Central

Preguntas de Reflexión

Preguntas de Aplicación

Paso de Acción

Versículo para Memorizar

Oración
Mensaje

No hace mucho tiempo atrás, renuncié a un trabajo el que había


tenido grandes expectativas cuando comencé. Estaba entusiasmado
con las nuevas oportunidades para desarrollarme profesionalmente.
Estaba ingresando a una nueva organización que tenía visión y que
quería que fuese parte de esa visión. No hace falta decir que esas
primeras semanas en mi nuevo trabajo fueron muy emocionantes.
Al cabo de pocos meses comencé a ver grandes defectos
dentro de la empresa incipiente. Esas grandes expectativas que
tenía cuando comencé se estaban convirtiendo en serias dudas. Mis
repetidos intentos de corregir problemas evidentes fracasaban con
regularidad. Los líderes de esta organización se resignaron a dejar
las cosas igual a como estaban en lugar de afrontar los obstáculos
para lograr el éxito.
Finalmente, comprendí muy claramente que los problemas de
la organización no iban a desaparecer. Lo que pensé que era una
gran oportunidad fue en realidad un infortunio. Aunque gran parte de
mí quería seguir en el trabajo, ya que no quería renunciar, terminé
por hacerlo. Le había dedicado una gran cantidad de tiempo y
energía a esta empresa, pero aun así sentí que no había hecho lo
suficiente. Aunque había completado muchos proyectos, todavía
pensaba que había fracasado. Dejé esa organización sintiéndome
desilusionado y desalentado.
Durante esta época del COVID-19, probablemente hayas
pasado por una situación de altibajos semejante a la que yo pasé en
mi trabajo. A veces nos volvemos optimistas al ver que los
problemas causados por el virus están por terminar para luego
volvernos en pesimistas cuando vemos nuevos problemas que
comienzan a surgir. Los altibajos de la vida que Dios permite que
nos sucedan, nos suceden a todos, haciéndolo difícil para poder
lograr contentura.
Jesús habló claramente sobre los altibajos de la vida, como los
que estamos experimentando actualmente debido al COVID-19. Él
nunca le dijo a alguna persona que iba a poder escapar de las
dificultades de la vida si lo seguían. En cambio, Él les dijo a todos
que, si lo seguían, podían estar contentos a pesar de las dificultades
que nos da la vida. Leamos las palabras de Jesús en Mateo 7:24-
27:

“A cualquiera que me oye estas palabras, y las pone en


práctica, lo compararé a un hombre prudente, que edificó
su casa sobre la roca. Cayó la lluvia, vinieron los ríos, y
soplaron los vientos, y azotaron aquella casa, pero esta
no se vino abajo, porque estaba fundada sobre la
roca. Por otro lado, a cualquiera que me oye estas
palabras y no las pone en práctica, lo compararé a un
hombre insensato, que edificó su casa sobre la
arena. Cayó la lluvia, vinieron los ríos, y soplaron los
vientos, y azotaron aquella casa, y esta se vino abajo, y
su ruina fue estrepitosa.”

“¿Dónde está Dios,” en nuestra vida de altibajos? Dios está


con nosotros en la persona de Jesucristo, quien nos provee la clave
de la contentura.
Según esta analogía dicha por Jesús, la contentura es
comparada con una casa estable que no se derrumba pues está
construida sobre “la roca”. Naturalmente, la pregunta entonces es:
¿qué es “la roca”? En la primera oración de ese versículo,
aprendemos que el significado de la roca es el escuchar y hacer lo
que Jesús nos dice. Cuando nosotros, quienes somos
representados por la casa, somos fundamentamos en escuchar y
hacer lo que Jesús dice, ninguna tormenta ni problema en la vida
nos hará caer.
Para sentir contentura bajo cualquier circunstancia, debemos
darnos cuenta de que las circunstancias no son las que determinan
si estamos contentos o no. Al reaccionar ante las circunstancias,
nos podemos sentir emocionalmente bien un día y luego nos
podemos sentir emocionalmente mal al día siguiente. Puedes sentir
contentura cuando acabas de obtener una buena oferta en el más
reciente modelo de televisor de pantalla plana, pero en una semana
ya no estás contento porque tu amigo te ha dicho que acaba de
economizarse aún más dinero en la compra del mismo modelo de
televisor. Puedes sentir contentura porque has tomado todas las
precauciones para evitar contraer el virus COVID-19, pero luego te
encuentras desalentado porque sorpresivamente obtuviste un
resultado positivo a en la prueba que tomaste. Te encuentras
emocionado porque acabas de conseguir un nuevo trabajo
prometedor como me sucedió a mí, pero en un par de meses te
sientes miserable porque esa nueva organización está mal
administrada. Claramente, no podemos lograr contentura a través
de las circunstancias ya que éstas siempre cambian y nuestras
emociones, de la misma forma, cambian con ellas. Lo que no
cambia es nuestra capacidad para escuchar y de hacer lo que nos
dice Jesús; por lo tanto, esa es la fuente de la contentura que va
más allá de cualquier emoción.
Escuchar y hacer lo que Jesús nos dice es algo que siempre
podemos hacer a pesar de nuestras circunstancias; y como
resultado, la contentura que obtenemos es consistente y estable.
Cuando yo estaba emocionalmente entusiasmado por el nuevo
trabajo que les mencioné al comienzo de este capítulo, escuché e
hice lo que Jesús dice al orar; leer las escrituras y amar a los demás
como a mí mismo. Emocionalmente me sentía muy bien, pero
debajo de esa emoción, había una contentura estable. Unos meses
después, ya cuando me sentía desilusionado con ese trabajo, aun
podía escuchar y hacer lo que Jesús nos dice. Nada me impedía
orar, o leer las escrituras o amar a los demás como a mí mismo
mientras lograba mantener una contentura estable, aunque
emocionalmente no me sintiese muy bien. Yo no estaba feliz con lo
que había sucedido con el trabajo, pero en general estaba contento
a pesar de la drástica decadencia en mis circunstancias.
Durante esta época del COVID-19 nos enfrentamos a
grandes cambios en nuestras circunstancias; y como consecuencia,
nuestras emociones fluctúan frecuentemente. Para lograr una
contentura constante y estable, necesitamos la clave que nos da
Jesucristo para la contentura: “la roca” que es el escuchar y hacer lo
que Él nos dice. La contentura de Jesús va más allá de cualquier
emoción y nos provee con una contentura que se mantiene firme sin
importar lo que suceda a nuestro alrededor.
Con todos los altibajos de la vida, ¿no crees que una
contentura estable sea muy alentadora? Piensa en cómo se sentiría
ser la casa que no se derrumba durante la tormenta. Podrías
enfrentar problemas estresantes sin perder el control. También
podrías disfrutar de buena fortuna sin preocuparte de cuándo
terminará. Con una contentura estable, podrías afrontar cualquier
cosa.
Lo primero que debes hacer para comenzar a experimentar
contentura es escuchar lo que nos dice Jesús leyendo la Biblia;
especialmente el Nuevo Testamento. El Libro de Juan es un buen
libro bíblico para leer sobre la vida y las enseñanzas de Jesús.
Después de escuchar lo que nos dice Jesús, hay que hacer lo que
Él nos dice. Por ejemplo, luego de leer Mateo 6: 19-24, es posible
que hayas pensado en el dinero como una de las cosas más
importante en tu vida. Entonces, después de escuchar lo que Jesús
nos dice sobre el dinero en este pasaje bíblico, puede hacer lo que
Él nos dice al dar una donación monetaria a una iglesia o caridad.
Este es un ejemplo de escuchar lo que Jesús nos dice y hacerlo.
“¿Dónde está Dios?” Dios está con nosotros en la persona de
Jesucristo, quien nos provee la clave de la contentura.
Idea Central

¿Dónde está Dios? Dios está con nosotros en la persona de


Jesucristo, quien nos provee la clave de la contentura.
Preguntas de Reflexión

1. ¿Nos dijo Jesús que, si lo seguíamos, podríamos escapar de


las dificultades de la vida?

2. ¿Cuál es la roca sobre la cual debemos edificarnos?

3. ¿Por qué es imposible lograr la contentura a través de las


circunstancias?
Preguntas de Aplicación

1. Si estamos contentos, ¿debemos sentirnos emocionalmente


felices en cualquier circunstancia?

2. Ya que Jesús no está físicamente con nosotros, ¿cómo


podemos escuchar lo que nos dice Jesús?

3. ¿Cuál es un ejemplo de hacer lo que dice Jesús?


Paso de Acción

En hacer el esfuerzo para encontrar contentura al escuchar y hacer


lo que Jesús nos dice, identifica una circunstancia en tu vida que te
haga feliz o infeliz. Ahora, en lugar de solo pensar en cómo esa
circunstancia te hace feliz o infeliz, concéntrate en cómo puedes
escuchar y hacer lo que Jesús nos dice en esa determinada
circunstancia. Por ejemplo, cuando mi trabajo nuevo que mencioné
al principio de este capítulo iba muy mal, yo oraba todas las
mañanas como nos dijo Jesús en Lucas 18:1. Esto me ayudó a
encontrar contentura en escuchar y hacer lo que nos dice Jesús en
lugar de prestarle más atención a las circunstancias de la mala
experiencia en ese trabajo.
Versículo a Memorizar

“A cualquiera que me oye estas palabras, y las pone en práctica, lo


compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la
roca.”
(Mateo 7:24, RVC)
Oración

Gracias Señor por darnos La Biblia. Esta me permite escuchar las


palabras de Jesucristo para entonces tomar acción. Ayúdame a
encontrar contentura al escuchar y hacer lo que Jesús nos dice en
lugar de las circunstancias que cambian continuamente. Gracias por
ser paciente conmigo mientras continúo buscando la contentura que
tú nos das. Amén.
En estos momentos, el mundo entero está sintiendo los efectos del
COVID-19. Es una pandemia global que ha cambiado drásticamente
nuestras vidas. Esto nos ha afectado a todos, sin importar si nos
hayamos infectado con el virus o no. En el medio de esta calamidad
tan devastadora, ¿dónde está Dios?
8

Autenticidad

Mensaje

Idea Central

Preguntas de Reflexión

Preguntas de Aplicación

Paso de Acción

Versículo para Memorizar

Oración
Mensaje

Hubo un tiempo en mi vida donde fui parte de las Ejército de los


Estados Unidos. Durante ese tiempo, uno de mis amigos y yo
solíamos entrenar juntos para el examen semestral de aptitud física;
pero, aunque seguíamos las mismas rutinas de ejercicios, él y yo
obteníamos diferentes resultados. Aunque su puntaje usual llegaba
cerca de la marca establecida, que eran 40 flexiones, 50
abdominales y correr 2 millas en menos de 17 minutos, yo lograba
obtener puntajes más altos que él. Mi amigo no se sentía muy
satisfecho con sus resultados y se le hacía difícil mejorar a través de
los años. Una mañana, mientras hacíamos flexiones juntos, me di
cuenta porque él no mejoraba su marca. Su proceso de
entrenamiento físico no era auténtico.
Cada vez que mi amigo hacía flexiones, él se sentía obligado
en hacerlos. Él solamente hacía los ejercicios cada mañana por
obligación de su trabajo. Como él veía las flexiones como una
obligación, él no se sentía motivado para hacerlos. Por otro lado, yo
hacía mis flexiones no solo cuando era exigido por mi trabajo, pero
también cuando tomaba mi propia decisión de hacerlas los fines de
semana. Al yo tomar mi propia decisión de hacer flexiones me dio la
motivación que mi amigo no tenia ya que él las hacía solamente por
obligación. Yo aprendí de mi amigo que la acción de hacer algo por
obligación carga un poder desalentador sobre nosotros. Cuando
hacemos algo por obligación, el deseo de completar esa acción no
es auténtico.
Durante esta época del COVID-19, muchos de nosotros
hemos enfrentado interrupciones en las actividades de la iglesia. La
presión de grupo que recibías de la comunidad de la iglesia que nos
motivaba ejercer nuestra fe va disminuyendo. Como mi amigo del
ejército, algunos de nosotros hemos estado ejerciendo nuestra fe
por obligación y ahora se nos hace difícil continuar. Tenemos que
preguntarnos: ¿es mi fe en Cristo auténtica o es mi fe una
obligación?
El apóstol Pablo enfatizó cuan auténtica era su fe en
Jesucristo. En Filipenses 3:12 leemos: “No es que ya lo haya
alcanzado [la resurrección de la muerte], ni que ya sea perfecto,
sino que sigo adelante, por ver si logro alcanzar aquello para lo cual
fui también alcanzado por Cristo Jesús.” En vez de dejar que su
motivación disminuyera como consecuencia de tener una obligación,
Pablo estaba auténticamente motivado e inspirado de “lograr
alcanzar” la resurrección de la muerte. “¿Dónde está Dios?” Dios
está con nosotros en la persona de Jesucristo, quien nos inspira a
practicar nuestra fe auténticamente.
Jesucristo inicia nuestra salvación cuando Él nos hace suyos.
Así como por su propia voluntad Él entró a este mundo cuando se
convirtió en un hombre de carne y hueso, Jesucristo entra a cada
una de nuestras vidas por su propia voluntad cuando nos da la vida
eterna. (Juan 1:14, Efesios 2:5) La manera en que Jesús toma el
primer paso para hacernos suyos debe inspirar nuestra autenticidad
en como practicamos nuestra fe.
El apóstol Pablo usa una terminología diferente para expresar
la misma idea en Filipenses 2:12 cuando dice “ocúpense en su
salvación con temor y temblor.” El enfoque de Pablo hacia la
salvación fue actuar auténticamente como si fuera al cielo. Cada día
el activamente aseguraba que iría a resucitar después de morir. Él
se “aferraba a la vida eterna” como dice en 1 Timoteo 6:12. Pablo
demostró que su salvación fue auténtica al participar activamente de
su salvación.
Desafortunadamente, el cristianismo de muchos no tiene
parecido a la del apóstol Pablo. Su religión parece más a las
flexiones de mi amigo del ejército. Ellos demuestran su religión por
obligación en vez de tener un deseo auténtico por hacerlo. Ellos
practican su religión cuando hay otros observando. Es probable que
veas a este tipo de persona visitando los eventos religiosos en los
varios días en la semana cuando ocurren y fielmente ofrendando la
cantidad predeterminada para dar la impresión de practicar su fe
auténticamente. ¡Aun mi amigo del ejercito hacia flexiones por
obligación todos los días de la semana!
Las personas que practican su cristianismo por obligación
claramente difieren del cristianismo del apóstol Pablo precisamente
cuando no están frente a otros; como mi amigo del ejército que no
hacia flexiones por sí mismo. Fuera de los eventos de la iglesia,
esas personas no adoran a Dios ni leen la Biblia en su propio
tiempo. Esas personas no toman la iniciativa de congregarse con
otros cristianos y tampoco comparten su fe con otros que no son
cristianos. La religión de esas personas se detiene cuando no están
obligados a practicarla.
Al hacer un contraste entre el cristianismo auténtico y el
cristianismo por obligación, podemos ver las diferencias entre las
dos; pero la realidad es que muchos de nosotros vivimos en un
punto intermedio. Hay veces que practicamos nuestra fe de manera
auténtica y otras veces que la practicamos por obligación.
Posiblemente leemos nuestra Biblia cuando no hay nadie
mirándonos, pero se nos hace difícil adorar a Dios por voluntad
propia. ¡Vamos a tomar pasos para practicar nuestra fe más
auténticamente!
Durante esta temporada del COVID-19 muchos de nosotros
hemos puesto un alto en la participación de actividades religiosas
que hacíamos por obligación debido a las cancelaciones de eventos
en la iglesia. Esto ha expuesto debilidades en nuestra fe que quizás
no eran tan evidentes como antes. La oportunidad que la pandemia
del COVID-19 nos ha dado es poder identificar lo que hacemos por
obligación para entonces empezar a hacerlas por voluntad propia.
¿No preferirías practicar tu fe por voluntad propia, como el
apóstol Pablo, en vez de hacerlo por obligación? Piensa en el efecto
que tendría el ser auténtico en tu fe para tu vida y para los que
mejor te conocen. Tendrías más confianza en tu propia salvación
porque tu motivación y tus acciones estarían más en acuerdo.
Además, las personas que te conocen mejor que nadie estarían
convencidos de la autenticidad de tu fe porque estarías practicado tu
fe de todo corazón.
¿Cómo podrías tomar pasos hacia practicar tu fe con más
autenticidad? Una actividad que puedes hacer es leer tu Biblia en tu
propio tiempo. Hazlo una rutina diaria aun si son partes cortas de la
Biblia para que aprendas de la Palabra de Dios por voluntad propia.
Otra cosa que puedes hacer es adorar a Dios en tu propio tiempo.
Puedes hasta usar tus propias palabras para personalizar canciones
de adoración; pero si no prefieres cantar, puedes hablar con Dios
acerca de cuan grandioso es Él. Congregarte con otros creyentes
por decisión propia es otra manera de demostrar autenticidad en
como practicas tu fe. Llama a un amigo en tu propio tiempo para
platicar acerca de un tema espiritual. Por último, sin sentirte
obligado, le puedes contar a una persona que no sea cristiana de la
salvación que encontraste en Jesucristo. Estos pasos, hechos por
voluntad propia, te ayudarán a expresar tu fe de manera más
auténtica.
“¿Dónde está Dios?” Dios está con nosotros en la persona de
Jesucristo, quien nos inspira a practicar nuestra fe auténticamente.
Idea Central

¿Dónde está Dios? Dios está con nosotros en la persona de


Jesucristo, quien nos inspira a practicar nuestra fe auténticamente.
Preguntas de Reflexión

1. ¿En dónde el apóstol Pablo obtuvo su motivación para


practicar su fe?

2. ¿Cómo nos inspira Jesús a ser más auténticos en nuestra fe?

3. ¿Cómo son las personas que practican su cristianismo por


obligación?
Preguntas de Aplicación

1. ¿Qué oportunidad nos ha dado la pandemia del COVID-19?

2. ¿Qué efecto tendría el que seas más auténtico en tu fe para tu


vida y la de las personas en tu alrededor?

3. ¿Cuál sería una actividad cristiana práctica que puedes hacer


por voluntad propia para practicar tu fe con más autenticidad?
Paso de Acción

Toma un paso hacia practicar tu fe con más autenticidad al hacer


una actividad cristiana sin recibir presión de otras personas. Puedes
decidir leer tu Biblia, adorar a Dios, congregarte con otro creyente,
compartir tu fe con otros o cualquier otra actividad cristiana.
Asegúrate en hacerlo por tu propia iniciativa sin incluir a otros en tu
decisión. Sería mejor no decirle a nadie que lo estás haciendo para
practicar tu fe más auténticamente.
Versículo a Memorizar

“No es que ya lo haya alcanzado, ni que ya sea perfecto, sino que


sigo adelante, por ver si logro alcanzar aquello para lo cual fui
también alcanzado por Cristo Jesús.”
(Filipenses 3:12, RVC)
Oración

Señor Jesucristo, gracias por tu regalo de salvación. Quiero


demostrar mi agradecimiento al practicar mi fe de una manera más
auténtica, pero reconozco que a veces se me hace difícil. Quiero
que mi fe sea tan auténtica como la del apóstol Pablo. Ayúdame a
tomar un paso hacia el cristianismo auténtico y alejarme del
cristianismo por obligación. En el nombre de Jesús, Amén.
Recursos

La Santa Biblia, Reina Valera Contemporánea. Bible.com, página


web.

Capítulo 4
Foster, Richard. Celebration of Discipline. New York: Harper Collins,
1998, Kindle.

Capítulo 5
Piper, John. David Brainerd. Minneapolis: Desiring God Foundation,
2012, libro electrónico.

Capítulo 7
El Libro de Juan, Reina Valera Contemporánea. Bible.com, página
web.

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