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LAS PINTURAS NEGRAS

Estas pinturas murales pertenecen a la última etapa de Goya.

En el año 1819 Goya quiere huir de Fernando VII y de Madrid, y adquiere una pequeña casa cerca del río
Manzanares. Es una casa que entonces era denominada “La quinta del sordo”.

Allí entre 1920 y 1923 en pleno trienio liberal se expresa libremente.

Las ejecuta en la pared al óleo, y fueron salvadas de la destrucción gracias a un francés que posteriormente
adquirió esta casa, encargando a otra persona llevara estas pinturas a un lienzo. Este francés después llevó estas
pinturas a París para exponerlas, sin lograr éxito ninguno. Después las trajo a España y se las regaló al gobierno
español.

“La quinta del sordo” se destruyó, pero se salvaron las pinturas.

ESQUEMA DE LAS PINTURAS


NTURAS MURALES EN LA QUINTA DEL SORDO.
Temas como “Saturno devorando a un hijo”, parece ser el Dios del tiempo que devora a las personas, pero
para otros los franceses que devoran al pueblo español, una visión de la guerra… todo está abierto. Tienen un
fondo negro que potencia la plasticidad de Saturno, de gran impacto expresivo con esta pincelada rápida y
pastosa. Saturno presenta una mirada impactante y devora con fatalidad a mordiscos a un hijo, envuelto en
sangre

Saturno devorando a su hijo es un tema mitológico. Informa del mito del dios
romano Saturno, quien, perseguido por una profecía de que sería derrocado
por uno de sus hijos, se comió a cada uno de ellos momentos después de su
nacimiento. (Al final, su esposa escondió a su sexto hijo, Júpiter, quien derrocó
debidamente a Saturno tal como lo había predicho la profecía). Aunque
supuestamente se inspiró en el "Saturno devorando a su hijo" más
convencional (1636, Prado, Madrid) por Peter Paul Rubens (1577-1640), la
ferocidad caníbal con la que Saturno se está comiendo a su hijo lo hace
horriblemente único.

De hecho, la imagen es una representación virtuosa de un psicópata frenético,


atrapado en la oscuridad, que no puede controlar su comportamiento homicida.
La áspera desnudez de Saturno, el cabello desaliñado y la barba, la mirada con
los ojos muy abiertos y los movimientos agresivos indican un estado de locura
histérica. Ya se arrancó y se comió la cabeza de su hijo, el brazo derecho y
parte del brazo izquierdo, y está a punto de darle otro mordisco al brazo
izquierdo. Él está agarrando al niño muerto con tanta fuerza que sus nudillos
son blancos y la sangre mana de la parte superior de sus manos.

Como de costumbre, algunos problemas siguen sin estar claros. Para empezar,
las nalgas y los muslos redondeados de la víctima a medio comer en las manos
de Saturno no son los de un niño o un hombre. Está claro, por lo tanto, que se
está comiendo a una de sus hijas. Y ella no es una niña sino una joven bien
desarrollada. Entonces, ¿qué significa todo esto? ¿Es realmente una imagen
alegórica y, de ser así, a quién representa Saturno? Algunos expertos en arte
creen que puede simbolizar el estado autocrático español, devorando a sus
propios ciudadanos; otros interpretan a Saturno como la revolución francesa, o
incluso a Napoleón. El propio Goya no dejó pistas sobre la respuesta. En 1823,
junto con su joven ama de llaves, con quien ahora mantenía una relación, se
mudó a Burdeos en Francia, donde murió cinco años después.

“Duelo a garrotazos” es otra de las denominadas pinturas negras más famosas.

Actualmente, una gran parte de las pinturas negras de Goya se encuentran conservadas en el Museo Nacional
del Prado.

SALA DEL MUSEO DEL PRADO, DE LAS PINTURAS NEGRAS.

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