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AUTOCONTROL EN EMERGENCIAS

Una de las aptitudes necesarias e imprescindibles para personas que trabajen en la


seguridad, policías/escoltas/emergencias, etc, es la del control y autocontrol del estrés
y de sus emociones ante situaciones violentas, porque es la realidad en la que crónica
y circunstancialmente se verá envuelto en numerosas ocasiones, y es donde
verdaderamente sabremos si estamos o no preparados para afrontar esas situaciones,
en una palabra es la prueba de fuego en la que tarde o temprano deberá someterse
pues entra de lleno en su trabajo, es mas, forma parte del mismo, por eso es necesario
a la vez que se entrena las habilidades físicas, como es la defensa personal, la rapidez
en el manejo de sus armas, etc, entrenar la habilidades mentales, pues la una, se debe
apoyar en la otra y viceversa , y las dos en conjunto nos dará a un verdadero
profesional, completo, pero eso sí, los mismo que se entrena las habilidades físicas con
un instructor profesional, las habilidades metales como se indica mas adelante, serán
dirigidas por un licenciado en psicología, que impondrá las pautas a seguir en cada
entrenamiento mental. ¿Que pasaría si un escolta, médico, policía, que ha estado
estudiando y preparándose para desempeñar su carrera profesional, se ve clavado
mentalmente o pierde el control sobre si mismo ante una situación violenta?,
simplemente que los años de estudios no le han servido para nada.
Las dos habilidades requieren un entrenamiento, pero en este artículo nos
detendremos brevemente en las habilidades mentales, y en lo que mas nos afecta, el
autocontrol de estrés.

EL ESTRÉS NO SIEMPRE ES NEGATIVO

La tarea de personal de seguridad consta de dos partes diferenciadas: la vigilancia y la


actuación defensiva. Cada una de ellas requiere un estado de tensión emocional
específico. La vigilancia implica un continuo estado de alerta, es decir, suficiente
tensión para estar a tanto de lo que ocurre alrededor pero no tanta como para
caer agotado en poco tiempo. La vigilancia dura horas y el personal de seguridad ha de
saber administrarse. En cambio la actuación defensiva conlleva un elevado nivel de
estrés pero, a cambio, se resuelve de manera más inmediata.

Ha aparecido la palabra estrés pero aquí poco tiene que ver con el trastorno que sufren
muchas personas en nuestra sociedad. El estrés es una respuesta corporal que todos
experimentamos, y muy a menudo. Es la manera que tiene el cuerpo de prepararse
ante una situación que puede poner en riesgo su vida. El control mental ofrece la
posibilidad de manejar el nivel de estrés experimentado para adecuarlo a la demanda
de las circunstancias. La importancia de dicho control radica en que cuanto más se
eleva el nivel de estrés menor es la capacidad cognitiva y podemos acabar siendo
esclavos de nuestra emoción lo que puede acarrear graves consecuencias.
Aunque la respuesta de estrés es estereotipada cada persona la expresa con distinta
incidencia en cada uno de los tres factores que la componen: fisiológico (reacciones
físicas de ansiedad), cognitivo (pensamientos ansiógenos y preocupaciones) y motor
(inquietud, desplazamiento sin objetivo,…). El análisis individualizado de estos
parámetros resulta indispensable antes de iniciar cualquier entrenamiento de control
mental ya que indicará cuales son las herramientas psicológicas más adecuadas para
una persona en concreto.

EL CONTROL MENTAL

1. Control fisiológico

Las técnicas de control fisiológico son las conocidas técnicas de relajación. Sin
embargo, la necesidad de aplicarlas en un contexto estresante requiere una práctica
intensa con el objetivo de aumentar o disminuir en segundos la tasa cardíaca, la
respiración o la tensión muscular (entre otros) mientras se sigue prestando atención a
la circunstancia demandante.

La mejor combinación para acceder a un óptimo control fisiológico son las técnicas de
relajación muscular (tipo Jacobson) junto a las que incorporan Insight (Schultz).
2. Control cognitivo-emocional
Uno de los objetivos principales del control mental es evitar realizar actos movidos por
la emoción y no por una decisión razonada. Las conductas emocionales pueden
acarrear graves consecuencias. El entrenamiento cognitivo a través de técnicas como
la parada de pensamiento, la inoculación de estrés o la reestructuración cognitiva
permiten el anclaje del objetivo y redireccionar la emoción en el sentido y con la
intensidad que más interese.

EL DESARROLLO DEL CONTROL MENTAL

Adquirir la capacidad del control mental, como el aprendizaje de cualquier otra


disciplina, requiere tiempo y práctica constante. En un principio es conveniente que sea
guiado por un psicólogo especializado en este tipo de técnicas ya que es indispensable
un buen estudio de la persona y de sus necesidades.

Existen tres variables que condicionan el tipo de entrenamiento que se le aconsejaría a


una persona. La primera de ellas es la propia personalidad y respuesta corporal a una
situación estresante. ¿Se colapsa y se queda en blanco? ¿O responde airada y
violentamente sin medir la proporción de sus actos? ¿Su cuerpo se acelera, la cara
enrojece y le tiemblan las manos? Estas pueden ser unas posibles expresiones ante el
estrés que, a todas luces, son negativas para un buen profesional de la seguridad
pública o privada. Le repararán más problemas que beneficios.
La segunda variable es el momento personal. Las personas no tenemos un nivel de
energía constante y los motivos de su variación son muy heterogéneos, desde
problemas de salud hasta cambios meteorológicos o ciclos vitales. Por otra parte las
demandas personales pueden llegar a ser muy agotadoras. un divorcio, la enfermedad
de un hijo, dificultades económicas,… O, sin ser tan extremistas, un cúmulo de
gestiones
de cierta entidad que han de atenderse a un tiempo. Puesto que el estrés es una
respuesta a una demanda del medio exterior que consideramos excesiva a nuestra
capacidad, en los momentos más delicados el cuerpo responderá con mayor virulencia
al mismo estímulo ante el cual se ha visto competente en otras ocasiones.
El tercer factor es el propio estímulo estresor. Se requerirá la especificación de las
situaciones a las que la persona tiene que enfrentarse. No aplicaremos las mismas
técnicas ante un estresor de poca intensidad pero de efecto continuado en el tiempo
que ante uno puntual pero agresivo (recordemos aquello de la vigilancia vs. la
actuación defensiva). ¿Es sorpresivo? ¿O podríamos anticiparnos? ¿En qué medida la
persona es sensible a ese estímulo? ¿Es más importante el momento previo o le afecta
especialmente la vuelta a la calma?

Tras el estudio exhaustivo de estas tres variables en la persona se ofrecerían


diferentes objetivos y una vez seleccionado éste se definiría el proceso de
entrenamiento adecuado. Para conseguir afianzar la técnica es imprescindible la
colaboración del individuo y su concentración al cien por cien en la tarea ya que implica
una importante exigencia mental. Los resultados no son inmediatos pero una vez
conseguidos se convierten en un arma de seguridad siempre disponible.
Breves directrices del primer y tercer factor, ya que el segundo factor no se podría
trabajar en un curso de adiestramiento mental para personal de seguridad, por el
razonamiento lógico de problema en si, con lo que se trataría a otro nivel e
independencia.
Para entrenar el colapso mental, las respuestas aireadas, la aceleración de las
pulsaciones, la presión arterial o la progresión de la acción violenta, o de las técnicas a
seguir sobre el campo de entrenamiento, deberá ser fundamental e imprescindible,
tener una buena forma física, ( como indicamos en otro artículo, es una cualidad que
deberá estar ligado con su vida personal), y por medio de técnicas físicas para subirle
las pulsaciones, o acelerando su corazón, primero a un nivel medio y cuando se llega al
final del entrenamiento a un nivel máximo, con escenario variables y violentos en
progresión, lo mas reales posibles, donde el individuos se meta dentro de su papel
hasta el punto de creérselo, y donde el psicólogo e instructor, vean que
verdaderamente el individuos en si, está dentro del papel asignado en cada momento y
circunstancia, es sin
duda una de las técnicas mas eficaces para lograr un buen entrenamiento de estas
capacidades y llegar al control del estrés y de nosotros mismos.

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