Imagina que te enteraras que hoy es tu último día en
este mundo ¿Cómo reaccionarías? ¿Preeres no pensar en la muerte? ¿Qué es lo que te espanta de ella? ¿Sabes lo que pasará después de este evento? ¿Por qué se tiene miedo a la muerte? Te proponemos tres motivos: Miedo a dejar de existir Se teme que la muerte sea el punto nal de la existencia; que borre del todo la memoria de alguien, que acabe con sus proyectos e ilusiones y lo aparte para siempre de sus seres queridos. Miedo a lo que hay «más allá» Debido a la incertidumbre por lo que hay en el «más allá», los hombres hablan de una vida de ultratumba usando su imaginación, incluso hasta la celebran. Se justican diciendo: «nadie puede asegurar lo que nos espera, bueno o malo». Pero dudan de ello. Miedo a rendir cuentas La conciencia hace temer que lo que se haya hecho en esta vida vaya a ser juzgado y se tenga que responder por estos actos. Hay uno que puede hablar con autoridad Sobre este tema Jesucristo le dijo a una mujer que había perdido a su hermano mayor: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”(1). Después preguntó: “¿Crees esto?”(2). Más adelante Cristo murió en la cruz e hizo algo insólito: ¡RESUCITÓ! Volvió de la muerte a la vida. Venció a la muerte y proveyó de una esperanza a todos aquellos que “por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre” (3), quienes por miedo a la muerte vivían obedeciendo a la maldad. Y tú, ¿crees que el Señor Jesús es “la resurrección y la vida”? ¿Pondrías convencido la frase que Jesús dijo sobre la lápida de tu tumba? Si lo creyeras de verdad, perderías el pánico a dejar de existir, abandonarías la incertidumbre sobre el «más allá» y, sobre todo, te quitarías el miedo al rendir cuentas a Dios un día, pues él Hijo de Dios es quien murió en la cruz por todos tus pecados y desaciertos, pagó lo que tú debías. Y, para que sepas que te puedes ar de lo que él dijo, resucitó. Ya no temas más a la muerte, conesa a Cristo como tu Señor y Salvador, vive creyendo que él puede librarte de todo mal. Hazlo hoy, mañana puede ser muy tarde.
Citas en la Biblia: (1) Juan 11.25; (2) Juan 11:26; (3) Hebreos 2:15.
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