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INTRODUCCION Si las sociedades modernas se caracterizan por los procesos \nvustriales en cuanto a su economia y por la democracia en su ‘oiyunizaci6n politica, los medios de comunicacién cumplen vita- les funciones para hacer posible el desarrollo de la primera y la uicna marcha de la segunda. Incluso en las ttltimas décadas se a como “era de la informacién” a esta etapa post-industrial, onde el conocimiento se ha transformado en la materia prima Inisica para el progreso. La experiencia del siglo xx indica que en la medida en que la democracia alcanza a todos los miembros ile una sociedad, en que las iastiuciones y los poderes ptiblicos se ajustan al estado de derecho, se requiere de una mayor trans- parencia informativa, de mas y mejor informacién acerca de los, jprocesos que se desarrollan dentro del medio social. Democracia © informacién Hegan a transformarse en verdaderos vasos comu- ites en que las fallas o éxitos de uno repercuten necesaria. vente en el otro. José Luis Dader sostiene que “el medio de informacién y comuinicacién en una sociedad democrética adquiere un doble canicter: es agente de legitimacién de la representatividad popu- las, por las nuevas adhesiones que puede obtener para una opi- nidn publicada o por la imagen de mayor presencia que puede conlerir. Y al mismo tiempo constituye un agente de difusién de design u Mario Ura Aracena Jos temas ptiblicos, con lo que ello repercute en la toma de postura de cualquier ciudadano ante los mismos”!, Como adecuadamente plantea el Cédigo de Eitica del Colegio de Periodistas de Chile, “el masivo acceso a informacién cierta, confiable, oportuna y permanente, fundamentalmente sin censura alguna acerca de los Derechos individuales y colectivos, como asimismo sobre el acontecer nacional ¢ internacional, incide en la mantencién y elevacién de la dignidad y calidad de vida de las personas. Esta, a su ver, permite informarse, optar y participar en la toma de decisiones relativas a la nacién a todos los estratos de la ciudadania”. Esta sociedad abierta, con procesos puiblicos y transparen- tes, exige unos medios informativos libres y autnomos, tanto de los poderes puiblicos como también de los denominados ficticos: grupos de presién, sean ellos ideol6gicos, politicos, intelectuales, religiosos, culturales, sociales o econémicos. Sintetizando, se puede coneluir que cuanto més diversas sean las corrientes de informa- cién con que cuenta un sistema politico, econémico y social, mas libre y eficiente sera para tomar decisiones, En el marco individual, cuanto mayor sea el niimero de canales de informacién a los que tuna persona tiene acceso, la informacién seré mas completa y la capacidad de opinar y decidir sera més libre. Légicamente, esta libertad informativa conlleva la corres pondiente responsabilidad, asumida tanto étiea como juridi- camente. En la préctica implica que los informadores ‘ctiien en conformidad con las normas deontolégicas y dentro de la normativa juridica. Ello no significa coartar su libertad, ya que “el informador opera siempre bajo su responsabilidad, pero en nombre del piblico. Esto nos advierte que, cuando un informa- dor no actiia debidamente, no puede ampararse en una preten- dida concepcién de la libertad informativa. Es libre para hacer cficaz el derecho a la informacién por los medios y del modo que Dader, José Luis Prine 9 Peadromencacn Poca, Buns Parnplona, 1983, pg. considere procedente, como experto que es; pero no para hacer estéril tal derecho”, Pero esta situacién ideal de apertura democrética no siem- pre se produce, como acertadamente explica Alejandro Navas: la transparencia es uno de los principios esenciales del régimen lemocratico. El papel de los medios informativos ha sido y es dlccisivo a este respecto. Como es posible que en determinadas circunstaneias los actores politicos pueden sucumbir a la tentacién del ocultismo y tiendan a evitar el debate puiblico, resulta muy positivo que alguien como los medios vele por el mantenimiento de esa transparencia”?, Ena prdctica en toda sociedad existen tensiones, propias de Ja actuacién humana, en que habr4 siempre personas que deseen ‘ocultar sus motivaciones, las razones de sus decisiones, sus ambi- ciones y algunas de sus propias acciones. En la medida en que cllas caigan en el Ambito de lo intimo 0 privado no corresponde al informador ni conocerlas ni mucho menos divulgarlas. Sin embargo, el conflicto se origina cuando se trata de personas que ‘ocupan, han ocupado © pretenden ocupar cargos piblicos o de repercusidn social. En estos casos, si bien su intimidad ser4 siem- pre inviolable, su privacidad puede verse limitada, ya que aquellos actos o hechos privados que puedan tener consecuencias para el resto de la sociedad también deberan ser considerados como publicos y por lo mismo podrdn ser conocidos y difundidos por los medios informativos. Es en este espacio, siempre dificil de definir con precisién, en que se origina un cruce de intereses entre esas personas y los periodistas. Estos tiltimos deben intentar obtener toda la infor- macién posible para entregarla a la sociedad, mientras que csas personas procurardn mostrar s6lo aquello que les favorece y a Desanes,Joné Maia. La lfc am» Deb, Eelitorink Abaco, Beno Aires 199, pigs 72 yr. Navas, Alejandro. “Tsuafoy Criss dela Demoerca” en Mesto Tio NP 491, mayo de 1995, Pamplona ig 21 la ver ocultar, disimular y, sobre todo, evitar la publicacién de aquellos aspectos que consideren perjudiciales para sus propios tereses o los de sus organizaciones. Entre el bien individual de la proteccién de la vida privada de esas personas y el bien comin de la sociedad que demanda conocer esos hechos que podrian tener efectos, incluso negativos, para toda la comunidad se inter: pone la actividad informativa. Se trata de entregar a la sociedad Jo que le pertenece, lo que es “de interés puiblico"; es decir lo que los miembros de la misma requieren para poder actuar dentro del conglomerado social, para poder desarrollarse como personas, para optar con conocimiento y por lo mismo libremente. Es aqui donde el periodista debe ejercer plenamente su liber- tad, con toda responsabilidad y conciencia de las consecuencias de su procedimiento, defendiendo el derecho de la sociedad a estar informada, enfrentando las presiones y si es necesario protegiendo a sus fuentes de informacién, Los limites de toda informacién estén en la ética y el dere- cho. Mientras la divulgacién de hechos falsos es inaceptable bajo las normas deontolégicas, ya que el fundamento de toda infor- macién es la verdad, desde el punto de vista juridico esa difusién puede llegar a constituir delitos 0 abusos legalmente sancionados Como dice Brajnovic, “la informacién veraz y necesaria no es una concesién que el profesional hace en favor de la sociedad, sino un deber que, en justia, tiene que cumplir. Porque como es injusto privar al hombre o al ptiblico de su derecho a la informacién, tam. bin es injusto despojarles de su salud moral con las informaciones falseadas 0 innecesarias”! Si se trata de un tema de justicia, de respeto a la dignidad de la persona, a su vida privada e intimidad, a su honor y demas derechos fundamentales, asi como garantizar la plena vigencia del derecho a la informacién, cl asunto en su esencia es de naturaleza ética, ya que como dice Blazquer, “es la ética la que fundamenta © justifica el ejercicio de los derechos humanos...”, porque “una "Bese Laka, Demag Prd, Boss, Pasplona, 1978, pg 138 \ulonmacién que no se ajusta a los principios de la ética, o mal jnlorma o desinforma 0 deforma. Al no ser moralmente correcta ‘sulla automaticamente injusta’ De todo lo anterior se puede concluir que la ética informa- iva es fundamento del ejercicio profesional periodistico, también lave para la sociedad. Por lo mismo, las paginas que siguen pre- (cnden una reflexién acerca de algunos temas importantes de la (4a informativa y de los medios de comunicacién, producto de \istintos trabajos presentados en congresos, seminarios y de arti- «uilos publicados en revistas de periodismo, pero también especial- \ente preparados para su publicacién en este libro. Lo que se busca es difundir los principios éticos acerca de la ‘comunicacién, ya sea entre los académicos y estudiantes de perio- «lismo, como también entre los profesionales de la informacién y eventualmente entre el piiblico en general, objeto de la comunica- aon periodistica. Ulinquer, Nicer Creoes Desig del Prition,Isnato de Flesoia Santo Tomis de Madi, Madi, 1986, pgs St y 32. LA PROFESION DE PERIODISTA: UN DESAFIO ETICO El profesor espaiiol José Marfa Desantes explica que el tér- imino profesién proviene del latin profssio, profesionis que significa 1 acto por el cual se hace piblico algo’, lo que ha llevado a que en muchas profesiones se exija un acto solemne de toma de posesién, tun reconocimiento ptiblico a que esa persona cumple a partir de ese momento una funcién en la sociedad. Asi, por ejemplo, en Chile los abogados juran ante la Corte Suprema para ser recono- cidos como tales. En el caso de los periodistas o profesionales de la informa- cin se da una situacién més compleja, ya que la forma de hacer yniblica su profesién consiste precisamente en publicar, en colocar cl objeto de su trabajo, el mensaje informativo, en conocimiento de la sociedad. Por esa razén entonces en la historia de la profe- sién de periodista se ha considerado como profesionales a quie- nes cumplen de modo habitual la funcién de informar, a los que Desay Jost Mati, Le Ifa coe Deter, Eeitorial Abaco, Buenos Anes, 194, pig 6 "7 publican sus mensajes. De ahi también surgié el aforismo que los periodistas nacen, no se hacen; como una forma de justficar la existencia de personas que cumplian la funcién de informar con cl solo hecho de publicar. Sin embargo, con el tiempo las sociedades han ido esta- bleciendo una categorfas juridicas para el reconocimiento de las profesiones, lo que se suele Hamar como estatutos. Esta palabra pro viene de status, que significa estado 0 condicién real y piblicamente conocida, que se convierte por disposiciones legales en los estatutos profesionales’. Estos cumplen una doble funcién: delimitar cl perfil de la profesién, con las condiciones que se exigen para pertenecer a ella; y establecer los requisitos que deben cumplir aquellos que desean incorporarse a esa determinada profesién. Igualmente, a través de los estatutos se establecen las normas que rigen a los pro- fesionales y las obligaciones a las cuales estén requeridos. En el caso del periodismo, como profesién que sélo viene 4 consolidarse en el siglo XX, este proceso de profesionalizacién ha sido lento y no exento de dificultades. Hay que recordar que l desarrrollo’ de Jos medios de comunicacién ha ido asociado directamente con los avances tecnolégicos, por lo que el perié- dico como fenémeno masivo y de influencia social slo aleanza su consolidacién durante el siglo xix, mientras que la radio y la television, y actualmente Internet, son propios del sigio xx. Hoy todavia no existe un acuerdo generalizado sobre dicho estatuto profesional y asf hay pafses en que existen exigencias legales determinadas, requisitos de estudios o de plazos determi nados en calidad de practicantes, mientras que en otros el acceso a la profesién es abierto sin que haya condiciones especificas esta: blecidas legalmente, A partir de la década de los afios 30 en Europa comienza un movimiento destinado a establecer normas legales para los perio distas y mientras en Italia se establece un registro que obligaba a Dsante, Jd Maria AT Fits de bv sina debe Irma, Universidad Son Stasi Gancepeiba, 192, pig 23 1 be Pofesin de Prat: un Desai Bio ‘ols peviodista a inseribirse para poder trabajar profesionalmente, wuvque dadas las caracteristicas de ese régimen politico hay que «lurar que tenia ademds la finalidad de controlar la informacion y « los informadores; en Francia, por otra parte, se dicta en 1935 In ley que que establecié el Estatuto de los Periodistas, donde junto on establecerse los deberes de estos profesionales también se sleicrminaron derechos que han marcado positivamente el perfil Jrofesional de los informadores, entre ellos la Hamada cldusula de OE eae cree cardtgeguinat eal caicHicnl pola jeora call aw de América Latina y especificamente en Chile, como vere- thos mas adelante PeRIODISMO EN LA UNIVERSIDAD Sin embargo, en el mundo también se habla avanzado en otra slcecién al pensarse que esta profesién requeria ademds algiin tipo de capacitacién para poder ejercerla con propiedad. Nacen asi Jos primeros estudios superiores de periodismo, entre los que cabe mnenicionar como pioneros a la Escuela Superior de Periodismo fun- da en Paris en 1899, y a las escuelas de periodismo universitarias reads en Estados Unidos, por la Universidad de Missouri en 1908 y la Universidad de Columbia en 1909; y también en Francia en 125 en la Universidad de Lille con la Hamada Escuela Superior de Periodismo. . Ambos elementos, la formacidn universitaria y el reconoci- ricnto legal, sin duda ayudan a consolidar definitivamente la pro- fesidn, ya que los periodistas no seran unos aficionados, literatos a tiempo parcial o personas que sdlo tienen tna vocacién humanista ‘0 que desean abrirse camino en la politica a través de la prensa, Pero, estas condiciones formales también despiertan otras inquietudes, como Ia muy fundamental de descubrir cual es la verdadera naturaleza de la profesién. Mario Una Arsen. Al respecto, serd la Declaracién Universal de los Derechos Humanos, proclamada por las Naciones Unidas en 1948, la que describe el derecho a la informacién integrado por tes facultades distintas: el derecho a recibir, el derecho a investigar y el derecho a difundir informacién. La facultad de recibir se ejerce normal y continuamente por todos, cuando conectamos la radio o el televi- sor, cuando compramos un diario o una revista y ahora cuando recurrimos a la Internet. De esta manera se satisface plenamente esta facultad del derecho humano a recibir informacién, Pero con las otras dos facultades no sucede lo mismo, No todos pueden investigar y difundir informacidn y sin embargo, como derecho humano y universal que es, debe ser satisfecho. Y por ello, para satisfacer ese derecho humano esencial para la vida social, en la sociedad tdcitamente se reconoce a unos expertos, a unos profesionales, para que hagan posible esa satisfaccidn. Y tal como ante el derecho humano a la vida y la salud se requiere de unos profesionales llamados médicos, y para satisfacer el derecho a la vivienda se recurre a otros profesionales que son los arqui- tectos y para que se alcance el derecho humano a la justicia estan los abogados; para que todos los hombres puedan satisfacer esas facultades de investigar y difundit, indispensables dentro del dere- cho a la informacién, existen los periodistas. La raiz de la profesién est por ello en el derecho humano a Ia informacién, lo que significa descubrir la naturaleza misma del periodismo en ese derecho, que como todo derecho debe ser ejercido libre y responsablemente. La libertad de prensa por lo mismo no es concedida por estado ni gobierno alguno, la libertad sla garantfa necesaria para el ¢jercicio de un derecho humano, el derecho a la informacién, 20 1 Le Pofisin de Perit: en Defi Bo Un Deser Erico Desde otra perspectiva, los informadores 0 periodistas all lucer un derecho humano universal lo hacen no como titulares de ese derecho, que en cuanto a personas s{lo son, sino que en cum- Jlimiento de un deber, ya que todo derecho engendra los deberes tonespondientes y si existe el derecho universal a la informacién ven indispensable que unos profesionales, los periodistas, asuman sl ilcber de satisfacerlo. Esta es la verdadera misién del periodista, \unplir con el deber de informar para que el resto de la sociedad puieda satisfacer plenamente el derecho a la informacién. Por lo mismo, para cumplir con ese deber de informar cl ppcriodista debe estar capacitado para investigar, claborar los men- ‘ujes y difunditos; lo que justfica la existencia de los estudios uni- versitarios de periodismo; de la misma manera que también ese \lcher de informar explica que en la sociedad se otorgue un estatus ‘special a los profesionales de la informacién y existan estatutos «que determinan el perfil, requisitos y normas éticas que los rigen. Como seiiala Brajnovic, “los deberes de ejercer el periodismo ctivo, de tener siempre presentes los valores humanos, culturales y sociales del hombre y del mundo, de vivir la responsabilidad pricticando las virtudes propias de la profesién, de conocer las, consecuencias de esta responsabilidad pese al posible anonimato, «de ser digno de la confianza depositada en la profesién y en el pro- lesional del periodismo, aun exponiéndose a graves riesgos y sin \vaicionar su propia conciencia, son temas que al mismo tiempo refieren al periodismo y a cada una de las personas que ejercen sta profesién”’, Este listado de deberes éticos demanda Ia formacién aca- démica de los profesionales de la informacion. Y seré en la u versidad donde por la adecuada sintesis entre los conocimientos cientificos, téenico-profesionales y culturales el futuro periodista Trajnovi, Luka, Deng Print, Buns, Pamplona, 1978, pgp. 180 y 18 a descubrira los alcances y consecuencias de Ia informacién, indis- icién ética. Ya que en lo esencial la ética informativa tiene que ver con la verdad, objeto propio de la infor- macién. Y ante la verdad sélo cabe conocer, divulgarla, recono- cerla y defenderla. Esta primera obligacién ética de todo periodista significa también el superar las dificultades y conflictos a través de la investigacién profunda y objetiva; enfrentar a quienes desde distintas posiciones sociales, politicas o econémicas quieren evitar que la verdad sea conocida; elaborar los mensajes con honestidad ¥ responder por los errores y equivocaciones, La educacién de los periodistas es fundamentalmente una formacién que tanto en la teorfa como en la préctica se centra en hhacer bien el trabajo, lo que corresponde a una obligacién deon- toldgica, que Desantes denomina “deber de diligencia’, Por ello, en Ia universidad se trata de descubrir las aptitudes de los futu- 10s periodistas y transformarlas en actitudes, como ha seitalado Desantes; en entregar los principios orientadores de la profesion junto con los conocimientos acerca de la sociedad y que son fun: cdamentales para entender los procesos que conforman la realidad que scré objeto del periodismo, Hoy la sociedad exige una infor- macién lo mas completa acerca de los acontecimientos, entregada en los lenguajes apropiados para cada medio de comunicacién. Y son los profesionales de la informacién los principales responsa- bles de la difusin de esa realidad, pensables para la forn LA PROFESIONALIZACION EN CHILE. Corresponde ahora hacer una referencia al caso chileno y a la evolucién de la profesién dentro de los marcos juridicos y deontolégicos. ‘Hay que sefialar, en primer lugar, que la preocupacién por la prensa y la libertad de expresién esté presente desde los albores de la independencia. Ya Camilo Henriquez, en cl Prospecto de la Aurora 2 1a Prefesin de Perit ox Desi Bice ile Chile, en febrero de 1812, sefialaba que “en medio de tantos Jncnes... y dulses esperanzas se hechaba en menos un periédico jquc las anunciase, y difundiese, que generalisase las ideas liberales; wlidase la opinién, y comunicase a todas las provincias las noti: ‘as del dia...”8. Asimismo, debe mencionarse la preocupacién por «/ctatuto juridico de la prensa, lo que se refleja en el decreto del 9 le noviembre de 1811 en que se fijan penas por “escribir, publicar setener escritos antigubernamentales o que denigren a ciudada hos comunes”; Ia ley de prensa de 1813 que establece “la entera y sbsoluta libertad de imprenta” y las sucesivas normas legales de 1N28, 1846 y 1872. En el siglo xx se dictaran nuevas leyes, como «1 Decreto Ley N° 425 de 1925, la Constitucién Politica del mismo sho y otras normas legales posteriores. En materia de estatuto profesional, ya en 1983 se present «un primer proyecto de ley que, junto con disponer al periodismo como una profesién reconocida por el Estado, buscaba definirla «ar los siguientes términos: “aquellas personas que de un modo habitual y constante escriben para uno o mds érganos 0 empresas «le publicidad periodistica del pais 0 del extranjero”. Quizas como imitacién de lo que sucedfa en Italia, también pretendia la ‘cacacién de un registro para poder ¢jercer la profesién de perio- dlista. Este proyecto fue tramitado por diez. afios en el parlamento sin que llegara a convertirse en ley. Un segundo proyecto de ley, enviado a trdimite legislativo en 1948, tuvo mejor fin al convertirse en la Ley N° 12.045 del 11 de julio de 1956. En ella se establecta que son periodistas las personas que figuren inscritas en el Colegio de Periodistas de Chile. Para ins- cribiase habia que estar en posesidn del titulo de periodista otorgado por tna escuela de periodismo dependiente de la Universidad de 0 de otzas universidades reconocidas por el Estado, 0 haber dlesempefiado funciones propias de periodista en empresas periodis- ticas durante los dos aiios anteriores a la inseripeién. 1a redacc y onograa son las originales 23 Mario Ura Arscena Asi también, la ley precisaba que el Consejo Nacional del Colegio de Periodistas tendria las atribuciones para “velar por el progreso, prestigio y prerrogativas de la profesién de periodista, ¥ por su regular y correcto ejercicio; mantener la disciplina profe sional, prestar proteccién a los periodistas y perseguir el ejercicio ilegal de la profesién”, Comienza asf la profesionalizacién del periodismo en Chile bajo una norma legal que de hecho establecia el monopolio para 1 ingreso a la profesién a través del Colegio de Periodistas, ya se tratare de titulados universitarios o de personas que sin titilo alguno sélo debjan acreditar dos afios de ejercicio en un medio de comunicacién, Sin embargo, la Constitucién de 1980 establecié la libertad de asociacién y de trabajo, con lo que el Colegio de Periodistas perdié esta tuicién al transformarse en asociacién gremial de libre afiliacién, La ley NY 19.783 de 2001 sigue esta misma linea juridica, por lo que si bien entrega “preferentemente” ciertas funciones a los periodistas universitarios, apunta en otro sentido su apoyo a la profesionalizacién. En lo principal, se da mediante los articulos referidos al secreto profesional, que hasta la fecha no estaba reco- nocido legalmente para los profesionales de la informacién, La modificacién constitucional aprobada en el 2005 vuelve a radicar en los colegios profesionales la tuicién ética, ademas de ribunales especiales. Habré que esperar el desarrollo legal de esta formulacién. Pero, también es indispensable seialar que desde la funda- cién de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, en 1952, a la que seguirdn las de las universidades de Concepcién, Catélica de Chile, del Norte y sede Valparaiso de la Universidad de Chile, ya se estard consolidando la formacién universitaria, con lo cual los titulados copardn las vacantes que se van crcando en los medios de comunicacién, En la actualidad existe cerca de medio centenar de escuelas de periodismo en el pais, pero es justo reconocer que los medios de a 1 ta Prin de Praia Dosa Eto ‘onunicacién, con contadas excepciones, prefieren contratar titu- \ulos universitarios para las funciones informativas; por lo que si Jnicu no existe un precepto legal que obligue a hacerlo, de hecho hay wu reconocimiento técito a nivel de empresas informativas que cl ppcriodismo debe ejercerse por profesionales universitarios. En este marco legal y con esta realidad universitaria y profe- vonal deberdn ejercer profesionalmente quienes hoy estudian en \\ universidad. Por lo mismo, si bien no requeriran formalismos 0 eqistros para ejercer la profesién sf serdin evaluados profesional- wente, en forma especial segtin sea su comportamiento ético. Hoy existen dos instancias que controlan éticamente el pperiodismo. Por una parte esta el Tribunal de Etiea y Disciplina del Colegio de Periodistas y por la ota, el Consejo de Etica de Joy Medios de Comunicacién. La finalidad de ambas es la misma, yowantizar a la sociedad que la informacién publicada es verda- slera, que responde a los cdnones profesionales y éticos, que ella coli libre de intereses extrainformativos. Cabe recordar que el Consejo Nacional del Colegio de Veriodistas aprobé en 1963 una primera Carta de Etica, modifi- en 1968 por el Congreso Nacional del Golegio. Esta norma- liva rigid a los periodistas pertenecientes al Colegio hasta 1993, yn que en enero de 1994 el Congreso Nacional Extraordinario yobé un primer Cédigo de Etica, el que establecié la existencia ‘le un Tribunal de Exica y Disciplina. Este Gédigo fue modificado en 1999 y esta actualmente vigente, Por su parte, Ia Federacién de Medios de Gomunicacién, {ue retine a las organizaciones empresariales de la comunicacién, si saber la Asociacién Nacional de la Prensa, la Asociacién Nacional «de Radiodifusores de Chile y la Asociacién Nacional de Televisién, cred en 1991 el Consejo de Etica de los Medios de Comunicacién, vibunal independiente que est4conformado por personalidades tclevantes del mundo del periodismo, de la academia y de las leyes. Vote Gonsejo ha resuelto a través de sentencias mas de ciento veinte «sos denunciados por el ptiblico, periodistas y otros medios. Estos {allos se publican tanto en la pagina web correspondiente y como (exto escrito una vez al aiio. A lo largo de este tiempo estas senten- cias han ido creando doctrina y son de especial valor para quienes estudian el comportamiento ético de los medios de comunicacién en Chile, Estos sistemas de control ético del periodismo, ejercido tanto por el Colegio de Periodistas o a través del Consejo de Etica de los Medios de Comunicacién, constituyen un impor- tante avance en esta materia y son reficio del interés con que la sociedad enfrenta el tema de la deontologia informativa y sus principios fundamentales. Entre ellos se pueden mencionar el de la verdad en Ia informacién, del respeto a las personas y a su honor, intimidad y vida privada, entre otros. Porque uno de los valores mas esenciales del periodismo es la credibilidad, es decir que el ptiblico conffe que lo que aparece publicado es verdadero. Y si esta confianza se pierde, ni el medio de comunicacién ni el periodista podrn recuperar la credibilidad del puiblico y sus mensajes cacrén en el vacio. ‘Nuevamente hay que insistir en esta formacién ética, ya que los periodistas publican no sélo sus aciertos sino que también sus cerrores y por lo mismo su tarea tiene la obligacién de ser bien hhecha, sus noticias tienen que ser verdaderas, exactas en cada dato, basadas en entrevistas reales y documentos verificables. No es noticia ni el rumor, ni la suposicién, ni la fiecién. La informa- cin 0 es verdadera o no es informacién. EI gran desafio para todo periodista es entregar la verdad ¥y su gran satisfaccién est4 en que ella sea conocida, reconocida y aceptada por la sociedad. Sélo ast estar satisfaciendo el derecho humano a la informacién, cumpliendo con el deber de informar y haciendo honor a esta profesién esencial para la vida en sociedad, para la democracia y la existencia de los derechos y libertades. 26 0 LA GONCIENCIA DEL PROFESIONAL, COMO FUNDAMENTO ETICO En una ponencia de hace ya casi veinte afos, el profesor Carlos Soria sefialaba entre los problemas de la prensa “la falta dlc la calidad informativa” y agregaba que se debia principal- mente a lo que denominaba “fallas humanas de informadores y cinpresarios que nacen precisamente de su incompetencia 0 de su corrupcién”. Sin duda se trata de acusaciones graves. Sin \bargo, precisaba mds adelante que no puede permitirse la ale- yacidn de algunos periodistas de que el fin justifica los medios. Y conclufa que, “poner trampas para que el entrevistado caiga en utilizar documentos robados, ocultar la propia identidad de informador, inventarse historias, plagiar el trabajo de otros, actuar con malevolencia, mala fe, falta de respeto hacia las personas haciendo de los intereses creados el norte de la informacién, es pura y simplemente corrupcién”™". Sori, Caos, “La Anditria Erica de ae Empresa Informaivas”, en VV.AA. La Bvcese Injomatvs, aol Aida, Buenos Att, 1089, pg 231 Mario Uris Arace Este listado de actos reprochables desde la perspectiva de la profesién no es propio sélo de otros paises. Lamentablemente, también algunos de ellos suelen ocurrir entre nosotros y frente a ellos surgen voces que piden mas leyes, con més sanciones y penas mas duras en contra de los periodistas. Pero el problema de fondo no se soluciona con leyes. El asunto es esencialmente de ica profesional informativa, Ahora bien, el tema del autocontrol es precisamente una res- puesta mas eficaz para enfrentar el problema. La literatura espe-

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