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BRE

VES
TIA
RIO A n t o l o g í a
BRE
VES
TIA
RIO
Ta lle r de curaduría
mi nificcional
A ntología
Brevestiario: Taller de curaduría minificcional
Antología
Plaquette compilatoria producto del proceso de formación-creación en
curaduría y edición de minificción, que se llevó a cabo en la Biblioteca
Comfamiliar de los Barrios Surorientales (Pasto, Nariño), entre el 4 y el 28 de
octubre de 2022. Proyecto beneficiario de la Convocatoria pública
departamental de estímulos Mi Nariño 2022 “Cultura Viva” de la Dirección
Administrativa de Cultura de la Gobernación de Nariño.

Coordinación y curaduría editorial


Jonathan Alexander España Eraso
Augusto Lozada Lince
H. Camilo Muñoz Chaves
Diego Fernando Ordóñez Acosta
Zulay Pinto
Luis Carlos Velásquez López

Diseño y diagramación
@Kirotaba

Hecho en Colombia
Pasto-Nariño
Octubre de 2022

Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC


BY-NC-SA 4.0)

Esta licencia permite a otros distribuir, remezclar, retocar y crear a partir de la(s) obra(s)
de modo no comercial, siempre y cuando den crédito al autor o autores y licencien sus
nuevas creaciones bajo las mismas condiciones.
Brevestiario: Taller de curaduría minificcional (Antología) es una
plaquette producto del taller en creación y curaduría minificcional,

PRE
que fue beneficiario de la convocatoria pública departamental de
estímulos Mi Nariño 2022 “Cultura Viva”, de la Dirección
Administrativa de Cultura de la Gobernación de Nariño.

Como en un espejo, aquí los lectores hallarán, por un lado, diferentes

SEN
ejercicios escriturales que, de acuerdo con lo propuesto por el
ensayista y semiólogo francés Roland Barthes, determinan modos de
lenguaje plural y de múltiples dimensiones, en los que se entrelazan la
narrativa, la poesía y el ensayo, desde la variopinta expresividad de lo

TA
breve. Al lado, es decir, en el reflejo de este espejo, podrán
descubrirse las versiones curadas y editadas de dichas creaciones:
ejercicio siamés que supone la asunción de la curaduría como una
matriz de posibilidades reescriturales, y a la edición, como otro

CIÓN
estremecimiento de la creación literaria, donde ocurre el diálogo
tácito entre el autor, el editor, la tradición literaria y los movimientos
editoriales.

La presente plaquette es una donación de sentido que inaugura lo


común, en tanto que se trata de un tejido de brevedades cuyas
fuentes provienen de las experiencias vitales y culturales de los
talleristas. En esas relaciones de lo breve, a través de la palabra, se
recorre lo minificcional, y la vida y su rastro bestial abisman lo
literario.
María
Isabel
Chaves
Acosta
Texto original

Hoz
Siego
lentamente
Siego
arduamente
Siego
dulcemente
Siego
y…
¿siego?
y…
¡Ciego!
Texto curado y editado

Hoz
Siego
lentamente
Siego
arduamente
Siego
dulcemente
Siego
¿Siego?
¡Ciego!
Roberto
Enríquez
Izquierdo
Texto original

Palabras que inventan la muerte

Había salido de viaje, llevaba una hora de recorrido y, en ese instante,


recibió una llamada de su amante vecina: tu querida esposa se encuentra,
en este momento, con un hombre, siempre la frecuenta, si quieres
encontrarlos en escena ven pronto. Dio media vuelta al vehículo y
emprendió su regreso a una velocidad increíble que las llantas mordían el
asfalto y sentían su dolor. Desde la distancia miró un personaje que salía
de su casa y abordaba un taxi; el cual, desapareció con rapidez. Su esposa
estaba en el baño, sacó su pistola del nochero y le propinó dos disparos.
¡Con quien estabas maldita!, exclamó. Ella agonizando le dijo: tu padre
vino a dejarte el dinero que te debía.
Texto curado y editado

Palabras que inventan la muerte

Había salido de viaje. Llevaba una hora de recorrido, cuando recibió una
llamada de su amante, la vecina: «tu querida esposa se encuentra, en este
momento, con el hombre que la frecuenta. Si quieres sorprenderlos en
escena, ven pronto». Dio media vuelta al vehículo y emprendió el regreso a
una velocidad increíble. Las llantas mordían el asfalto, sentían su dolor.
Desde la distancia miró un personaje que salía de su casa y abordaba un
taxi. Su esposa estaba en el baño. Sacó la pistola del nochero y le propinó
dos disparos.
—¡Con quién estabas, maldita! —exclamó.
Ella, agonizando, le respondió:
—Tu padre vino a dejarte el dinero que te debía.
Liliana
Bastidas
Texto original

Miradas luciferinas

O jos brillantes
aletean
y como sombras
en la noche
se apagan en
el movimiento
Presencias
sórdidas
mágicas
de la naturaleza
de la antinatura.
Como miles de
cristales de luz
en pantallas
de agua
de las costas
de Tasmania
Miradas
vigilantes
reprochan al día
cortejan
las conciencias
apagan
los pensamientos
reprochan a los cuerpos
su fragilidad: el
ocio el
descanso.
Escarabajos occidentales con
sus pirámides
sus desiertos
sus dioses útiles
bichos ligeros
Escarabajos de fuego
asfixian
consumen
hasta los huesos
los gritos
de esclavos
de ejércitos
Y sus cenizas
destellos
azules
bajo la luna de
Namibia
y sus cenizas
sedimentos de lodo
se compactan
tras el abrazo
de la lluvia
Escarabajos luciferinos
en las profundidades
de la mirada negra.
Texto curado y editado

Luciferinas

O jos brillantes
aletean
y como sombras
en la noche
se apagan en
el párpado
Presencias
como miles de
cristales de luz
en pantallas
de agua
de las costas
de Tasmania
Miradas
vigilantes
reprochan al día
cortejan
las conciencias
apagan
los pensamientos
recriminan a los cuerpos
su fragilidad: el
ocio, el descanso
Escarabajos occidentales
con sus pirámides
sus desiertos
sus dioses útiles
bichos ligeros
Escarabajos de fuego
asfixian
consumen
hasta los huesos
Los gritos
de esclavos
de ejércitos
y sus cenizas
Destellos
azules
bajo la luna de
Namibia
y sus cenizas
sedimentos de lodo
se compactan
tras el abrazo
de la lluvia
Escarabajos luciferinos
en las profundidades
de la mirada negra.
Alix
Li
Texto original

Parafrasearte
desmenuzar en letras tu piel
recitarte al oído arrullos
susurros sin rima
decirte con caricias las historias
que inventé con nuestros cuerpos
mientras escribes abismos
en claves de silencio
En tu boca mis besos
se deshacen en versos
y palabras inefables
crean el paraíso revelado
en el tiempo oculto
del mundo alterno
donde arde la poesía
como un infierno celestial
Texto curado y editado

Parafrasearte

desmenuzar en letras tu piel,


recitarte al oído arrullos
—susurros sin rima—,
decirte entre caricias las historias
que inventé con nuestros cuerpos,
mientras escribes abismos
en claves de silencio.
En tu boca, mis besos
se deshacen en versos
y palabras inefables,
crean el paraíso revelado
del tiempo oculto,
del mundo alterno,
donde arde la poesía
como un infierno celestial.
Nancy
Jurado
Texto original
INEFABLE

El mismo día, a diferentes horas, tres personas


le preguntan a Buda sobre la existencia de Dios.
Al primero, un creyente, Buda le responde: “no,
no existe”. Al segundo, un ateo, “que sí”. Este
relato ¬antiguo me recuerda lo expresado por
Sadhguro —yogui de la India— “que todo
conocimiento sobre Él son puras tonterías
culturales. Quizá por ello las personas que salen
de los restaurantes se ven más felices que las del
templo”. Entonces, ¿por qué han nos enseñan lo
sublime de la vida con explicaciones que no
sirven?

A mis diez años creía con pasión y quise


deleitarme de su gracia omnipotente. Entoné
siete alabanzas para que salvara mi pajarito
agonizante. A la madrugada murió. Me
pregunté: ¿Canté tan mal que Dios no me
escuchó? Seguí con la Fe de una familia católica
y un colegio Marista. ¿Cómo podría dudar de su
existencia? Pero en grado once llegó Nietzsche y
como está en el Génesis, “la tierra se volvió
tinieblas a la faz del abismo”. No aceptaba esta
nueva realidad, por eso me susurraba: “Sí, Él
existe”. Probemos de nuevo. Por esos días, la
salud de mi abuelo decaía. Esta vez entoné
veintiún alabanzas y a los tres días, me
encontraba de negro preguntándome lo mismo
que hace seis años. No estaba funcionando.

**

Diderot comenta: “El escepticismo es el primer paso hacia la verdad”.


Decidí ser atea a conveniencia—nunca dejé de armar el pesebre—. Vivía
mal, pero sin depender de la absurda expectativa del rezo en la novena:
“[…]pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado.” Sin
embargo, de una montaña rusa caí de rodillas. Confundida, supliqué a la
Texto original
nada me diera de baja. Y el “Eterno, creador de los cielos” escuchó —o
aprendí a pedir—.
Sin saber qué hacer con mi existencia, me dejé guiar a un grupo
espiritual. Entré en llanto sin bajar la bandera atea. Me dijeron: “puedes
venir sin creer o construir un nuevo entendimiento de Él”. No quería. Le
tenía rencor—a la idea que me vendieron—. Escéptica percibí milagros,
no los que levantan muertos, sino los sublimes. Dejé de pelear.
Sadhguro afirma que para conocerle debemos disolvernos en Él. Eso
hice.

***

Buda enuncia que las creencias no son sinónimos de conocer. Un


creyente tiene una idea afirmativa de la existencia de Dios, un ateo, lo
mismo en negativo. Confronté todas las posturas de Dios con el ateísmo
para sentir lo que el tercer hombre del cuento sintió. La dualidad del
camino se equilibró en el tres. Si me preguntas si ahora creo en Dios, te
diré un rotundo NO, porque aprendí a experimentarlo a cada instante.
Texto curado y editado
ATEÍSMOS, ¿CAMINOS PARA
EXPERIMENTAR A DIOS?

El mismo día, a diferentes horas, tres personas


preguntan a Buda sobre la existencia de Dios. Al
primero, un creyente, Buda le responde: «no
existe». Al segundo, un ateo, Buda le responde:
«sí existe». Al tercero…

Con respecto a todo conocimiento sobre Él,


Sadghuru dice que «son puras tonterías
culturales. Quizá por ello las personas que salen
de los restaurantes se ven más felices que las
que permanecen en los templos». Entonces,
¿por qué nos enseñan lo sublime de la vida con
explicaciones que no sirven?

**

A mis diez años era una creyente apasionada y


quise deleitarme con la gracia omnipotente de
Dios. Entoné siete alabanzas para que salvara a
mi pajarito que agonizaba. En la madrugada,
murió. Me pregunté: ¿canté tan mal que Él no
me escuchó? Como fuere, seguí con la Fe de una
familia católica y un colegio Marista. ¿Cómo
podría dudar de su existencia? Pero en grado
Once leí a Nietzsche, y sucedió que, como está
en el Génesis, «la tierra se volvió tinieblas a la faz
del abismo». No aceptaba esta nueva realidad,
por eso, me susurraba: «Sí, Él existe». Y probé de
nuevo. Por esos días, la salud de mi abuelo
decaía. Esta vez entoné veintiuna alabanzas. A
los tres días, me encontré vestida de negro,
preguntándome lo mismo que seis años atrás. No estaba funcionando.

***

Diderot comenta: «El escepticismo es el primer paso hacia la verdad».


Decidí ser atea a conveniencia (nunca dejé de armar el pesebre). Vivía
Texto curado y editado
mal, pero sin depender de la absurda expectativa del rezo en la novena
(«pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado»). Sin
embargo, creció la depresión y la ansiedad. Me sentía mal y confundida.
Supliqué a la nada que me diera de baja, porque no tenía las agallas para
suicidarme. Y el «Eterno creador de los cielos» escuchó, o aprendí a
pedir.

Ignorando qué hacer con mi existencia, me dejé guiar a un grupo


espiritual. Aún enarbolando la bandera atea, entré en llanto. Me dijeron:
«puedes venir y mantenerte incrédula, o construir un nuevo
entendimiento sobre Él». No quería, le tenía rencor a la idea que me
vendieron. Escéptica, percibí milagros, no los que levantan muertos,
sino los sublimes. Dejé de pelear.

Sadhguru afirma que, para conocerlo, debemos disolvernos en Él.

****

Buda enuncia que las creencias no son sinónimos de conocimiento. Un


creyente tiene una idea afirmativa de la existencia de Dios; un ateo, lo
mismo, en negativo. Confronté todas las posturas de Dios con el
ateísmo, para sentir lo que el tercer hombre del cuento del inicio de
este escrito sintió. A diferencia del creyente y el ateo, él le expresó a
Buda una inquietud: «hay quienes creen y hay quienes no. No sé qué
pensar». Buda se sentó con los ojos cerrados y el hombre, en silencio,
hizo lo mismo. A la puesta del sol, Buda abrió los ojos y extasiado, dijo:
«Tu compasión es grande. Gracias por tu respuesta».

En esta narración la dualidad del camino se equilibró en el tres. Si hoy


me preguntaras si creo en Dios, te respondería con un rotundo no,
porque aprendí a experimentarlo a cada instante.
Johan
Stiven
Borja
Recalde
Texto original

SIEMPRE EN MOVIMIENTO

Conmigo, el mundo gira


Hermoso y peligroso
Desde el alba hasta el ocaso
Indolente, sin dudar
Sin mí, el mundo gira
Indiferente y precioso
Siguiendo su camino
Sin espera en su andar.
Texto curado y editado

SE MUEVE

Conmigo, el mundo gira,


hermoso y peligroso,
desde el alba hasta el ocaso,
indolente, sin dudar.
Sin mí, el mundo gira,
indiferente y precioso,
siguiendo su camino,
sin espera en su andar.
David
Sebastián
Chávez
Texto original

Poema

Desgarrar tus pensamientos negativos


Para convertirlos en alegrías
Burlarnos de la muerte
porque encontramos el sentido de la vida
abrazar la soledad para
celebrar la compañía
amar la vida porque estoy en tus brazos
amada mía.
Texto curado y editado

Desgarramos pensamientos negativos


para convertirlos en alegrías.
Burlamos la muerte
y encontramos un sentido a la vida.
Abrazamos nuestras soledades,
celebrando la compañía.
Lo adoro todo, porque estoy en tus brazos,
amada mía.
BRE
VES
TIA
RIO
Ta lle r de curaduría
mi nificcional
A ntología

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