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Jueves Santo - Adoración

La noche se adentra Señor y la cena ha tenido el sabor de las despedidas.


¡Quédate con nosotros Jesús! ¡Quédate aquí, cerca!

Canción: Quédate Señor.

1er momento: Lavatorio de pies – Servicio

Lectura: Juan 13, 1-5

Reflexión: Jesús amaba a los suyos, especialmente a sus discípulos, hasta el


final. Lo demostró de una manera destacada, honrándolos al lavarles los pies.
El lavado se realiza para que puedan estar plenamente unidos a él. Es el
principio de algo mayor. La simple oración “Límpiame, oh Señor” es muy útil,
podemos repetirla en nuestro interior. Jesús es tanto Maestro y Señor y debe
ser considerado como tal. Sin embargo, es un humilde servidor. Sus discípulos
necesitan ser iguales, sabios y siempre serviciales.
En estos momentos de silencio, imagino a Jesús visitandome, conversando y
después pidiendo un lavatorio con agua y una toalla. Yo le pregunto “¿Por
qué?” Me responde: “¡Comprenderás más tarde!” ¿Puedo permitirle que se
arrodille y lave mis pobres pies, tal como estaban? ¿Me emociono por lo que
hace? ¿Tengo el coraje y la generosidad de aceptar su perdón y su amor
incondicional?

Canción: Quien quiera saber vivir.

2do momento: Institución de la Eucaristía - Entrega

Lectura: I Cor 1, 23-26

Reflexión: Así, de un modo sencillo, Cristo Jesús se parte y reparte para la


humanidad, en la intimidad de estar con los que más amó. Jesús nos invita a
comer el pan en memoria de su cuerpo y beber el vino en memoria de su
sangre.
En comunidad Jesús hace el gesto de repartir pan y vino, cuerpo y sangre, en
comunidad Jesús dice a sus discípulos “He deseado ardientemente comer
esta Pascua con ustedes antes de mi pasión” (Lc 21, 15) Dios en Jesús, se nos
dona, se nos hace accesible para abrir nuestra existencia a Él.
La Eucaristía es escuela de servicio humilde que cambia los corazones, es
escuela de caridad y solidaridad que nos enseña a estar preparados para los
demás. Dejémonos en esta noche abrazarnos al misterio Eucarístico y unirnos
a él, de manera en la que podamos ser “misioneros eucarísticos” que se
entregan para hacer germinar el Reino de Dios.

Canción: Noche hacia la Pascua

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