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Apuntes para una exposicion.
El caso Roberto Aizenberg
Marcelo E. Pacheco
(E1ttuo como marco)
Roberto Aizenberg como caso de estudio. Aizenberg co-
imo caso cinco. Aizenberg como caso elemplr. Aizenberg
eo casa funcional. Aizenberg coma caso que se dstingue
Fei caso Roberta Aizenbere" como encuadre para pensar el
srcblema de las representaciones, el acto de espacialzar
" earrativas. Un primer enunciado para un texto expositivo
{ue intentafesbizar ls lites de los celats ya estabec
if brtctca curetoriel pensada come campo de eset
de edicin y de (elinscripcién, pr fuera de los impulsos
orrelerentes de la modernidad y de sus vilas obsesiones
coristruir un orden para hacer intlegbles los “misterios
25) are". El curador es entonces un productor de inraes-
cla ysu gestion exposiiva debe promover el significado
actual de lo que se expone. Ante la expansion de las indus
BF ies cuturatesy en el contexte de la glbalizacion (que in
JF cuyen a i» curadura como disciplina emergentey al cua-
hr come figura extra) es urgente convocar otras refesio
|-nes tanto sobre el discurso como sobre la accién de las ins-
JF ituciones, y sus poltias y economies expostvas.:
JF En estas crecciones pensar una exposicién “retrospect-
“se” de Roberto Alzenberg,twvo como punto de parti reu-
| conservan sus niets, los testimonios de aquellos que lo fre-
‘Suentaron 0 fueron sus alumnos, os catalogos y los mapas
| 92 cada una de sus exposiciones indviduales (cuidadose-
‘mente plailicadas por el propio Aizenberg) todo contrbuye
2 reunir las evidencias documentales y conceptuales nece-
|< Humberto Rivas. Sin titulo, 1967
Copia en Gelatina de Plata. 26 x 26 cm
sarias para la narracion que es toda accién curatorial. Pro-
ceso de escritura que describe y explica, que establece co-
nexiones y selecciona.?
Hay una se
tuales y visuales) que dibujan un perimetro para la imagen
Aizenberg, Una especie de maqueta que podemos describir
Coon los siguientes enunciados: Aizenberg fue un artista exi-
toso (tanto en términos de critica como de mercado) con hi-
tos consagratorios como los varios premios obtenidos en los
afios ‘60 y su legitimacién, en 1969, de la mano de Jorge
Romero Brest y Aldo Pellegrini en su prematura retrospecti-
va en el Instituto Torcuata Di Tella; Aizenberg formé parte de
la triada més importante del surrealismo plastico argentino
junto a Xul Solar y Juan Batlle Planas (su maestro y mentor),
‘ocupando el centro de atencién y participando (entre active
y prescindente) de un debate cultural mayor sobre la ortodo-
xia, la heterodoxia, la existencia 0 no de un surrealismo en
la pintura; Aizenberg fue un artista aislado y solitario, un in-
flexible entre el humor, el cinismo y el carisma, un obsesivo
fen sus narraciones visuales y en su trabajo constante entre
lapices, pinceles y calculos matematicos; Aizenberg sufrié
ln largo y penoso exilio y una historia personal y familiar
marcada por la violencia de la ultima dictadura militar, fue
lun hombre comprometido con sus raices judias y con la |u-
‘cha por los derechos humanos; Aizenberg trabajé durante
més de 40 afios en sus pinturas, dibujos, collages, escultu-
ras y grabados, haciendo y rehaciendo, una y un centenar de
veces, sus monumentos, sus paisajes, sus figuras, siempre
insistiendo en el automatismo psiquico, siempre recordando
a Baille, con frecuencia citando Giorgio de Chirico, Max
Ernst 0 Pablo Picasso, siempre imaginando el “plan” que ti
ge el universo,
de acontecimientos basicos (Facticos, tex-Sobre y desde esta maqueta, El caso Roberto Aizenberg
Intenta poner en juego algunas otras aristas, poner en vista
el significado actual de aquellos relatos. Evitando confundir
la préctica curatorial con el mandato de amarrar la obra a
discursos omnicomprensivos 0 a lineas de andlisis conti-
‘nuas, esta exposicion se propone circular (dentro de eleccio-
nes obviamente arbitrarias) por senderos multiples, sin vigi-
lancia, No se trata de proponer reglamentos para las image-
nes sino de deconstrulr fos discursos centrales tramando las
diferencias y trabajando sobre y desde el marco. Toda ges-
tion expositiva debe intentar dislocar “el cuerpo mismo de
los enunciados en su pretensidn a la rigidez univoca 0 a la
polisemia regulada. Vano abierto 2 un doble acuerdo que no
forma un solo sistema.” (Jacques Derrida, Margenes de la fi-
losoffa, Madrid, Cétedra, 1994, p. 31)
Las decisiones de la narracién propuesta (y de su espa-
cializacién) surgen de tres puntos de alta densidad artisti-
ca detectados en la obra de Aizenberg y que tienen, como
amarre, 2 su vez, cierlos acontecimientos centrales en la
biogratia y la carrera del pintor. Un primer sendero parte de
la experiencia de Aizenberg en el taller de Batlle Planas
donde define ya su motivo iconogréfico y simbélico mas
persistente: la torre / monumento. Un conjunto de dleos y
témperas muestran sus paisajes y arquitecturas en contra
canto con el desarrollo de la figura humana en el terreno
del dibujo, ef collage y la escultura, recorriendo desde los
afios '50 hasta 1976. Un segundo momento inscribe al ar-
tista en las complejidades de la abstracci6n, la serialidad
de los multiples y la geometria metaffsice con sus ciuda-
des, sus “flotantes” y sus sintéticos personajes en agua-
fuertes, serigrafias, bronces y marmoles. Los aftos en el
exilio, la desaparicién de sus tres hijos “adoptivos”, el re-
greso 2 Buenos Aires, la pérdida de Matilde, el aislamiento
y la depresién de sus ailtimos afios, se concentran en sus
Sleos de los '80 y "90 con sus momumentales geometrias
urbanas, sus construcciones de emblemas familiares, sus
parejas dialogando, sus maniquies, sus formas sintéticas y
clausuradas. En este tercer tramo una numerosa seleccién
tescos personajes
hombres pajaros ¥
Hero y la muerte”
Alrededor de 120 §
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‘en el umbral de su taller {
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de un remade naval
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donde se recuse le oicec
ciados propuestos en et Gul
con el pbc. Los textes inc
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ie signifcadas que sa det
fn enta caso la decnn tue
propio Aizenberg a través de una
Laratanepery atereroe
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tiogo fve pensade como Instruments funeioel a
{pare a posterior ciredacGn como bree| diente. Los tres ensayos a cargo de especalitas buscen
ta abrir la mirada en un terreno transversal, ademas de he-
_ cer pie en el cardcter literario del imaginario de Aizenberg.
_ Las obras reproducidas se deslizan en juegos y didlogos si-
_ milares a los explorados en los diferentes dispositives espa-
_ ciales del montaje realizado en la sala. La antologia critica
ue reine algunos de los principales textos histéricos escri-
tos sobre el artista funciona como una frontera de lectura
previa, necesaria para actualizar la recepcién del artista y su
produccién. Los trabajos de investigacion realizados para la
extensa cronologia biogréfica y la exhaustiva bibliografia,
forman parte de las acciones planificadas para fijar informa-
ion de referencia,
‘Ye esta todo dispuesto para presentar al publico EV caso
Roberto Aizenberg. Ahora la exposicion es un umbral que
espera sus espectadores. Hay recorridos y hay una narra.
cidn, pero seran las miradas de los otros las que cuenten, fi-
nalmente, esta historia,
ero de panorama actual de debste sobre is cuestiones metodol-
1 epistemolégicas de la accisn curatorial las aproximacionss aqui
feedas corresponden @ is ideas desarrlladas por Justo Pastor Me-
Luis Enrique Perez Oramas y ete autor en el simpasia “Represen-
LatinAmercan J Latino, Artin the New Milenium: Curatorial Issues
Propositions", The Universily of Texas at Austin, octubre 1998.
‘espectoal toma de la narracon y sus evidencis y su funcionamien-
relacion con la historia Ct. Athur Dante, Historia y naracin, Ba
9, Paidss, 1989
3 Al especto es importante destacar el desarrolo sabre el concepto de la
“anéedota como estatega del lenguaje” que viene proponiendo Estrella
{e Diego en el marco de sus planteos de “conta is historia versus cans
{tur la historia” presentados en los conversatorios realizades on Ia Uni
vorsdad Catbiea de Pera durant lI! Bienal Naconel de Limo, octubre
be 2000.