Está en la página 1de 21
TL El creptisculo de la ciencia 19 La fe ciega en la solucién Con la inofensiva palabra comodidad ocultamos uno de los mas grandes prodigios que nos rodean: las soluciones que otros, a lo largo de la historia, han venido aportando para satisfacer lo que necesitamos. No nos damos cuenta, pero desde el momento en el que des- pertamos apartamos la frazada que otro fabricé para nosotros, y tenemos un techo que otro puso y que nos permitié pasar la no- che protegidos del clima y de lo que acecha en la intemperie. Dejar todo dicho conla palabra civilizacién también es una manera de ocultar la matavilla, pues con esta palabra, mas que dejarlo siquiera dicho, lo que hacemos es ocultarlo, darlo por obvio y no volver a pensar en el asunto. Intentemos recuperar no sdlo el asombro ante el mundo de artificios en el que estamos inmersos dandonos cuenta de la ge- nealogia de cada objeto que tenemos a la mano: la cantidad de trabajo que incluye, sino también entender lo que esta detrés de todo lo que nos rodea: la palabra solucié#. Porque mi cama, mi ropa, mi auto, mi estufa; el grifo con agua corriente y caliente, la bisagra y la chapa y la llave y la puerta son soluciones a pro- blemas. La cama es un objeto que hace mas cémodo mi sue/io, no 68 LA FE CIEGA EN LA SOLUCION es el piso frio y rigido donde podria yacer; y la estufa —qué arte- facto mas formidable— me permite cocinar los alimentos, calen- tarlos, hervirlos, pues con sélo gitar una perilla soy el amo del fuego, de un fuego que enciendo con total sencillez y que esta domesticado, con flamas de un tamaiio justo. ‘Todos los objetos que nos facilitan la vida son soluciones idea- das por alguien. Es imposible que salga agua de las piedras y menos a 24 metros de altura, pero sale; quiero decir que en el octavo piso del edificio donde vivo no hay problema. Es imposi- ble que los alimentos no se pudran transcuttidos tres dias, pues no se pudren: los meto en el refrigerador y ahi se conservan.,. En algin momento de la historia humana todo eso que hoy esta ala mano y es facil no era posible: sonaba a suefio y a magia. Pero no me interesa tanto llamar la atencién hacia los prodi- gios que nos.rodean, sino hacia ese impulso humano de encon= trar el modo de solucionar los problemas. A la fuerza creadora que subyace en todas las soluciones con las que hemos facilitado nuestra estancia en el mundo. Hay una premisa que, si se piensa un momento, es muy ex- trafia, un convencimiento que es el que nos ha permitido salir adelante: la conviccidn fanatica de que “todo tiene solucién”, que las soluciones estén ahi y que slo es necesario buscarlas.

También podría gustarte