Buenas noches, es para mí un honor poder dirigirles estas palabras en

nombre de nuestra escuela, a ustedes alumnos, que después de estos

largos 6 años, por fin se gradúan. Hoy, a todos los que nos
acompañan, gracias por ser parte de este momento que conmemora el
fin de una etapa muy especial en la vida de estos niños y niñas,
atesorando muchas vivencias que recordarán siempre y los
acompañarán en la nueva etapa que empieza ya.

En nuestra memoria tenemos el día que los dejaron a la puerta de esta

escuela por primera vez, llenos de emociones, curiosidades,
nerviosismo, alegría, lágrimas y alguno que otro berrinche también…
el tiempo ha pasado y todos y cada uno de ellos ya no son esos
chiquillos que comenzaron; han madurado aprendiendo cosas
extraordinarias y han crecido juntos emocional, física y personalmente.
Padres de familia, gracias a ustedes por apoyar a sus hijos, por
ayudarles en cada tarea y actividad, por procurar que siempre tengan
su uniforme listo para cada día de clases, por preocuparse porque
cada uno de ellos haga su mejor esfuerzo y apoyarlos día a día, este
logro también es de ustedes.

Cada uno ha cumplido su objetivo al estar hoy aquí y por eso es un

buen momento para mostrar nuestro agradecimiento a quienes les han
acompañado, guiado y dirigido en este camino… Maestros y maestras:
La gratitud es la memoria del corazón, y desde el corazón les damos
las gracias; en nombre de los padres y madres de familia de todos
estos niños y niñas. Damos gracias por haberse ocupado de ellos más
allá de instruirles, por motivarles a salir adelante, en ocasiones
regañarles y por enseñarles a no pensar en grande, sino en ¡Ser
grandes!

Quiero despedirme con las palabras de Fernando Savater sobre la

tarea del maestro: señala que lo que éste debe fomentar en sus
alumnos es la capacidad de discutir, refutar y justificar lo que se
piensa, así como la facultad de escuchar; siendo el propio maestro
ejemplo de esta actitud.

Sin duda, maestros, ha sido ese un ejemplo para ellos. Gracias.