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wa > A : : ~~ A jader tolja q fA francesca speciani > é : » \ Tolja, Jader — . ; Pensar con el cuerpo : trabajo, tiempo, espacios, relaciones, moda, lenguaje, comida, sexualidad : cada eleccién de vida modifica nuestro cuerpo / Jader Tolja ; Francesca Speciani. - 1a ed . - Ciudad Auté6noma de Buenos Aires : Del Nuevo Extremo, 2019. 272 p.;20x 14cm. Traduccién de: Alejandro Manara ; Amaia Bongoetxwa ; Tere Puig. ISBN 978-987-609-755-O 1, Superacién Personal. I. Manara, Alejandro, trad. II. Bon- goetxwa, Amaia, trad. III. Puig, Tere, trad. IV. Titulo. CDD 158.1 © 2019, Jader L. Tolja y Francesca Speciani ; Published by arrangement with Berla & Griffini Rights Agency, Milano © 2019, Editorial Del Nuevo Extremo S.A. Charlone 1351 (C1427 BYA) Buenos Aires Argentina Tel / Fax (84 11) 4552-4115 : e-mail: info@dnxlibros.com www.delnuevoextremo.com Traduccién: Alejandro Manara, Amaia Bongoetxea y Tere Puig Correccién: Maite Colom Disefio grafico: Alberto Lameri Primera edicién: julio de 2019 ISBN 978-987-609-755-0 Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicacion puede ser reproducida, almacenada 0 transmitida por ningxin medic sin permiso del editor. Impreso en Buenos Aires Print. Hecho el depésito que marca la ley 11.723 Impreso en la Argentina - Printed in Argentina 12 Comer con el cerebro, entender con el est6mago A quien le gustan las salchichas y respeta La ley nunca deberta mirar cémo se hacen. ARTHUR BLOCH Existe un paralelo significativo entre la manera en que se toma y se asimila una idea, un consejo, un cumplido, una regla, y la manera en que se come. Desde el momento en que la funcién psiquica y la funcién fisica de la elaboraci6n son coherentes, es raro que una persona coma y digiera de modo muy distinto de como asimila los conceptos. Intentad observar cémo se come. ;Tomdis los bocados uno tras otro sin parar? ;Coméis con prisa y sin atencién lo pri- mero que llega? ;Hay comida que rechazdis a priori, sin siquiera probarla? ;Elegis el postre mds apetitoso del ment aunque no tengdis mds hambre? ;O mds bien considerdis minuciosamente qué comer segin el apetito, 0 segun lo que sienta bien o lo que sienta mal? Tomad nota sobre si es facil 0 dificil dirigir la atencién hacia la comida. éProbdis los primeros bocados y luego automdticamente penséis, fantasedis, habldis, perdiendo al mismo tiempo © 173 contacto con el gusto? ;Masticdis durante mucho tiempo para desmenuzar cada bocado hasta que se extrae cada mo- lécula de gusto 0 bien deglutis la comida como en un tubo rigido? ;Mordéis la comida con una accién neta y eficiente de los incisivos 0 cerrdis las mandibulas y luego arrancais los trozos a mordiscos? ;Usdis los molares hasta destruir com- pletamente la comida, es decir, hasta su licuacién? éDigeris cualquier cosa, quizd sin sentiros satisfechos, 0 su- Sris féicilmente indigestién? Y en ese caso, zevitdis las comi- das indigestas 0 volvéis a comerlas como si nada? Compro- bad si hay alguna analogia entre lo que hactis y las ideas, Los consejos, las opiniones, los conceptos, las reglas: también sin modificar deliberadamente la manera de comer es po- sible que muchos cambios ocurran espontdneamente sélo al concentraros en la comida o cémo uno lo asume. Aunque ninguna regla esté exenta de excepciones, la ma- nera en que uno se nutre intelectualmente mantiene una relacién con la manera en que se nutre el cuerpo. Una mo- dalidad tipica del nifio es la tendencia a probar, a meter en la boca y a sacar, jugar con las sensaciones tactiles, olfativas y gustativas extraibles de la comida, probar asociaciones distintas de gusto, masticar, salivar, dar la vuelta a la comi- da por toda la boca y decir basta cuando uno esté lleno. Si un padre esté apurado o por algtin otro motivo le molesta que el nifio saboree y sienta completamente lo que come, es muy probable que lo desaliente. Quizé le presionara para que tome las cosas asi como se las dan y lo castigard o lo hard sentir culpable si no las bebe (0 las come) de golpe. Desde pequefio uno se acostumbra a tomar - la comida, pero junto a eso también opiniones, teorias, reglas, etc. - sin prestar atencién a la necesidad de examinar, verificar las sensaciones y la propia necesidad, para no entrar en 174 conflicto con Ja persona que le ofrece algo. Para lograrlo, autométicamente es necesario bloquear también todas las funciones fisicas correspondientes, por lo tanto - mas o menos conscientemente — Se deja de masticar y de llenar de saliva la comida, se endurece el est6mago, no se elabora Jo que llega al aparato digestivo y asi, también desde el punto de vista estrictamente alimentario, no se esta nun- ca satisfecho, se sigue comiendo, se come de todo y en cantidades mayores a lo necesario. Un aparato digestivo rigido, por otro lado, no puede interactuar con la comida © extrayendo las moléculas necesarias para alimentar el or- ganismo a nivel celular, por lo tanto, toma cualquier cosa pero asimila poco. Cuando el estémago tenta trompa Esta modalidad resulta evidente en algunas molestias del comportamiento alimentario - como bulimia, anorexia ¥ obesidad ~ en las que el plano fisico y el psicoldgico se in- fluyen reciprocamente. En la bulimia, por ejemplo, se ve una situacién de este tipo: se introducen cantidades signi- ficativas de comida en el organismo pero no se interpretan como nutritivas desde la esfera emotiva. La persona que sufre de anorexia ~ condicionada por sus juicios sabre lo specs men. pe a seduce a eran ‘as r a persona que sufre de bulimia in- satisface jamas ou cantic ad de moléculas nutritivas pero no simbélico profund ~ lad de nutricién, sobre todo a nivel aumenta lar coone ° umenta la dimensién de su cuerpo ps0 G5ino: cuanda e ingiere, pero jamds est4 saciada- Un objetos sin lograr aptecarlos, te en Menar Ia casa de nucve® 175 Al examinar las dindmicas psicolégicas conectadas a di- chas molestias, se revela a menudo que las personas de este tipo viven la grasa como un espesor, como algo distinto de si mismas, algo extrafio. En efecto, el principio a través del cual uno se apropia del mundo circundante - y por lo tanto también de las ideas que Ilegan y de la comida que se come - consiste precisamente en el hecho preliminar de acogerla, después triturarla, masticarla, destruirla, analizar cada componente, y sdlo en ese momento, hacerla propia. Ante la falta de este procedimiento de destruccién, el or- ganismo y el sistema nervioso se niegan a incorporar algo que no tienen la posibilidad de elaborar activamente. Por lo tanto, si llega, la meten en el depdsito, pero sin vivirla como propia. Cuanto mds en contacto se entra con uno mismo y se profundizan las propias sensaciones, mas dificil es renun- ciar a masticar y a sentir la comida con todo el cuerpo. La experiencia mds intensa se tiene cuando se llega a percibir la boca y el eséfago como una emanacién del estémago, una especie de trompa que explora los recursos presentes en el ambiente y luego ingiere sdlo lo que le sirve. Sdlo entonces se vuelve a comer con el placer, el gusto y la satisfaccién plena que sienten los nifios. Lo mismo sirve para las ideas, los conceptos y las reglas: ;¢6mo se puede estar satisfecho con lo que se aprende, si antes uno no lo ha apropiado, desmenuzéndolo, examindndolo critica- mente y sintiendo cémo vibra dentro de él? Frente a un cumplido, por ejemplo, jlo rechazamos a priori? Y si lo aceptamos, ;lo tomamos tal como viene o vamos a ver si es verdadero, si no lo es, si nos corresponde, si es una manza- na envenenada, si hay algo bueno o si quizd esconde una manipulacién? 176 Masticar para elaborar No existe una regla sin excepciones, por lo que seguramente habrd alguien que ingiera cualquier cosa y, sin embargo, en el plano mental, pueda analizar con cuidado cualquier informacion nueva 0, al revés, alguien que mastique hasta transformar en papilla cada bocado pero que esté listo para absorber cualquier concepto sin elaborarlo minimamente. Mas frecuentemente, sin embargo, se puede observar que quien engulle la comida sin desmenuzarla, dificilmente lo- gra asimilar una idea, si no es como un pack de regalo que hay que tomar integramente o dejarlo. Es verdad que cuando se cambia de manera de comer, y se utiliza sobre todo la facultad de desmenuzar, triturar y descomponer lo que se mete en la boca, automaticamente ocurre algo también a nivel psicolégico e intelectual. Si con el tiempo se adquiere el gusto de masticar bien, pro- bablemente después resultard mds dificil asimilar una teo- ria, una idea, la opinién de un médico o de un docente asi como se nos presentan, sin ponerlas a prueba, y en cam- bio, emergerd una necesidad de masticarlas, analizarlas, descomponerlas y comprobarlas. La manera en que-en el plano intelectual - se mastican ideas y conceptos consiste basicamente en confrontarlos con la propia experiencia, 0 mas bien en ponerlos experimentalmente a prueba, para luego decidir qué tomar y qué dejar de la nueva informa- cin recibida. Por otro lado, cuando en una persona cambia algo a nivel Psicolégico, de manera que se deja de tomar como un he- cho todo lo que dicen los demds, se empieza a ejercitar la capacidad de duda, se considera y se evaltia sin cinismo Y sin idealismo la informacién, se mastica y se confronta eacla cosa con lo que se ha adquirido antes, y casi sin darse cuen- ta se deja de comer sin saber qué y cudnto se come. El paralelo nutritivo entre plano intelectual y plano fisico es un ejemplo eficaz de como se piensa con el cuerpo. La manera en que se asimilan las ideas no es una funcién psiquica abstracta, sino algo que hacemos con el cuerpo, que vivimos con nuestras células. En este sentido, parece clara la diferencia entre los dos términos psicolégicos de integraci6n e introyeccién, donde este tiltimo representa la tendencia a incorporar una idea sin masticarla, o més bien la ingestién del objeto entero. El mismo contenido de este libro, en la medida en que uno atin no puede veri- ficar si es real o no, es sdlo una totalidad de fantasias que seria arriesgado introyectar directamente, sin elaborarlas (el papel se deja escribir, los expertos pertenecen también a visiones diametralmente opuestas y las revistas cientifi- cas estan llenas de investigaciones que confirman todo y lo contrario de todo). Alimentacién y estrés Si las relaciones entre como nutrimos el cuerpo y cémo nu- trimos el alma son tan estrechas, es imposible poder llevar a cabo un cambio profundo de la personalidad y de la estrate- gia de vida de un individuo, si a la vez— 0 sincrénicamente— no se modifica también algo en el metabolismo. El cambio del metabolismo, entre otras cosas, conlleva normalmente una transformacién de las necesidades y los gustos alimen- tarios. Por ejemplo, si se observan los gustos y las necesi- dades alimentarias de una persona en un periodo de estrés respecto a los que se manifiestan en un periodo de satis- faccién y bienestar, se nota que los deseos se orientan en el 178 primer caso principalmente hacia los carbohidratos simples (dulces, pastas, azticares), mientras que en el segundo hacia comidas més proteicas (como las legumbres). Cuando el organismo esta estresado, como ya hemos visto en el capitulo «Tiempo, trabajo y ritmos de vida», las glin- dulas suprarrenales estan particularmente activas. Algunas de las hormonas que producen inducen en el organismo un metabolismo de emergencia, a partir del cual surge una demanda de comida rdpidamente disponible para la pro- duccién de energia, precisamente como azticares y carbo- hidratos, asimilables por el organismo mas rdpidamente que cualquier otra sustancia. Y al revés, en los periodos de descanso y recuperacién, el organismo activa un metabo- lismo de expansién, de reconstruccién, que requiere una aportacién especifica de aminodcidos, o mas bien los «la- drillos» proporcionados por las proteinas. Por otro lado, en una casa en un lugar inhdéspito, en los momentos de peligro toda la energia esta dirigida a la supervivencia inmediata, pero una vez resueltas esas tensiones, uno se puede permi- tir—y a menudo se vuelven necesarios — los trabajos de re- estructuracién. Lo mismo sirve para el organismo: en los momentos de bienestar tiene finalmente la posibilidad de sanarse y de construir. En este sentido, un desplazamiento neto de los gustos hacia lo dulce puede ser interpretado como un sintoma de que se esta atravesando un periodo de estrés, o més bien que, tal vez sin darse cuenta, una persona esta gastando mas de lo que puede recuperar. Y al revés, el desplazamiento del gusto hacia comidas proteicas Puede ser una sefial de que se estan recuperando, construyendo, regenerando los tejidos daniados y de que el organismo sefiala su necesidad de ma- 179 teriales adecuados para ejecutar los trabajos de restauracién, ampliacién y reconstruccién. Por lo tanto, hay comidas de consumo inmediato para las situaciones de urgencia, y una comida para la reestructu- raci6n, la construccién, el refuerzo a largo plazo. Pero hay también una hormona que provee un interés particular respecto a la alimentacién. Es la serotonina, producida de forma natural por el organismo en situaciones de bienestar profundo, de placer, de meditacién, de enamoramiento, de estar centrado. Como muchos saben por experiencia, cuando uno se encuentra en estos estados caracterizados por niveles elevados de serotonina, el deseo de comida, y en concreto de dulces, se regula{Y al revés, cada vez que la serotonina presente es escasa (Como en las depresiones y en los periodos de fuerte compromiso psicofisico), si la reaccién del sujeto no genera un cierre del est6mago que impide comer cualquier cosa, en general aumenta el deseo de dulces y almidones. [Como es evidente con estos ejem- plos, una vez mds parece carente de sentido considerar un pardmetro o un mecanismo metabdlico separindolo del contexto psicoemocional en el que se verifica. Comida y vitalidad En algunos organismos se observa a menudo un cambio radical de la vitalidad en cuanto se cesa de ingerir cierto ali- mento. Si bien las explicaciones posibles de este hecho son variadas, no estan necesariamente en contradiccién entre si. Consideremos, por ejemplo, el aumento de vitalidad de una persona que cese de ingerir lacteos. Una explicacién podria ser el elevado contenido de calcio y magnesio de estos alimentos, que retrasa el metabolismo

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