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Temas 67
Temas 67
Conductas propias del rol y extra rol. Enfoques teóricos sobre el desempeño laboral.
Determinantes del desempeño laboral. Medida y valoración del desempeño
Crecer como personas y realizarse en sus trabajos son algunas de las necesidades
inherentes a los individuos. La autorrealización se da en un gran porcentaje cuando nos
sentimos plenos en la labor que realizamos
El desarrollo profesional es fruto de la planeación de la carrera y comprende los aspectos que
una persona enriquece o mejora con vista a lograr objetivos dentro de la organización. Se puede
dar mediante esfuerzos individuales o por el apoyo de la empresa donde se labora.
Desarrollo personal y profesional: características personales que ayudan a ser mejor profesional
● Los valores: ser una persona íntegra y honesta que se comporte de forma consecuente
es, sin duda, uno de los valores principales que alguien puede aportar desde un punto
de vista personal a su vida laboral. Son aspectos que están unidos y que deben reflejarse
en la manera de actuar en el puesto de trabajo.
● La humildad: la humildad es una virtud que se aprende y se ejercita a lo largo de la
vida. Consiste en reconocer las propias limitaciones y reconocer la valía de los demás.
● El optimismo: ver las cosas desde un punto de vista positivo se trasladará al ámbito
laboral. Nada hay más descorazonador que trabajar junto a alguien que siempre piensa
que todo va ir mal. En cambio,que la persona optimista contagia su actitud.
● La constancia: ser persistente y trabajar duro es fundamental para lograr los objetivos
profesionales. Quien no se rinde en ningún aspecto de su vida al final acaba
conquistando la mayoría de sus metas y lo que es fundamental en el mundo laboral,
contagia su actitud al resto del equipo.
● Compromiso: la mayoría de las empresas exigen hoy un compromiso que va más allá
de fichar al entrar y al salir. Se requiere considerar a la compañía como tuya y vivir sus
éxitos y fracasos como si fueran personales. Si eres una persona comprometida, te será
más fácil establecer vínculos con la empresa.
● La organización: ser organizado resulta muy útil en el ámbito laboral y en el personal.
Todas las empresas valoran muy positivamente a una persona que sea capaz de
planificar una serie de acciones y cumplir con lo pautado.
- Cumplir con los requerimientos específicos del puesto de una forma coordinada con el
resto de integrantes de la unidad de trabajo.
- Generar, de manera espontánea, actos adicionales que excedan a las obligaciones del
puesto o rol. A estas conductas voluntarias, que van más allá de las obligaciones de los
trabajadores, Katz las denominó Conductas Extra-Rol.
La distinción entre conductas de rol y extra-rol, muestra la diferencia entre las conductas de los
empleados que son propias de su puesto de trabajo, frente a comportamientos voluntarios, que
no se les pueden exigir, pero que son igualmente necesarias y beneficiosas para la organización.
- La motivación: En primer lugar la motivación sin duda es uno de los factores claves
que inciden en el desempeño laboral. Y sabiendo que la motivación no es algo que
dependa exclusivamente de la organización, ya que sabemos que hay también una
motivación intrínseca que depende de cada uno de nosotros, lo cierto es que cuando no
sientes que tu trabajo tiene valor y razón de ser, probablemente te cueste mucho más
ejecutarlo.
- Clima laboral: En segundo lugar, el clima organizacional es otro factor determinante
en nuestro rendimiento. A todos nos gusta trabajar teniendo un buen clima laboral que
nos de tranquilidad y donde podamos expresarnos libremente y sentirnos bien. Cuando
no se respira un buen clima organizacional, el rendimiento baja considerablemente.
- La comunicación: Otro factor determinante para un buen rendimiento es la
comunicación en el seno de la empresa. Si no existe una buena comunicación o si esta
solo existe en una dirección, es muy probable que el rendimiento de los trabajadores
disminuya. Está demostrado que aquellas organizaciones en las que la comunicación es
abierta y fluye en todas las direcciones, los trabajadores son más felices y rinden más.
- Los horarios: Los horarios también son un factor determinante. Afortunadamente desde
hace algunos años aquella idea de que trabajar más horas suponía rendir más ha ido
cambiando. Esto ha llevado a muchas organizaciones a plantearse este tema de los
horarios e introducir cambios como una mayor flexibilidad o las reducciones de
jornada. Muchas empresas van introduciendo también el trabajar desde casa,
desterrando aquella máxima de que la presencialidad en la oficina era fundamental. Lo
cierto y verdad es que trabajar demasiadas horas puede resultar contraproducente.
- Factores Ambientales: Factores ambientales o higiénicos. Desde que la prevención de
riesgos laborales alcanzó la importancia que siempre debió tener, los factores
ambientales e higiénicos son considerados también fundamentales para un buen
rendimiento. El clima (frío o calor excesivos afectan negativamente), el ruido, la
iluminación, la calidad del aire, la ergonomía y todo aquello que afecte a la salud física
o mental del trabajador se considera clave para su rendimiento.
- Desarrollo profesional: Desarrollo profesional y promoción de los empleados; las
plantillas rígidas son otro factor que sin duda afecta al rendimiento del trabajador. Para
incentivar y motivar a los empleados se debe promoverlos. Tienen que tener la
posibilidad de desarrollarse profesionalmente a través de planes de carrera que
aumenten su motivación y su rendimiento.
- Herramientas necesarias: No disponer de las herramientas necesarias para realizar las
tareas es otro motivo que provoca la falta de rendimiento. Para poder ejecutar las tareas
de nuestro trabajo debemos disponer de todas las herramientas necesarias. La falta de
medios lleva consigo la falta de rendimiento.
Para evaluar el desempeño se realizan encuestas en las que puede participar tanto el propio
evaluado (Autoevaluación), como el supervisor (evaluaciones 90º), los colegas (180º) o incluso
cliente internos o externos (360º).
La evaluación del desempeño laboral es un proceso clave para las empresas de cualquier
tamaño o sector de actividad. Todas las empresas en el mundo dependen de su equipo humano.
Es fundamental alinear el desarrollo individual de cada empleado con los objetivos de
desarrollo de la organización. Para lograrlo, los departamentos de Recursos Humanos recurren
a la evaluación del desempeño pues les permite implementar procesos de mejora continua y
contar con datos para la toma de decisiones estratégicas.
Incluso aquellas empresas que no tienen formalizado un proceso de evaluación del desempeño,
evalúan. Aunque sea de manera poco estructurada, subjetiva y no exista un informe o una
reunión de feedback que lo respalde, los supervisores, los compañeros, los subordinados y los
clientes califican de forma constante a aquellos con los que interactúan en el trabajo.
Sin embargo, un proceso eficaz de evaluación del desempeño permite una gestión del talento
adecuada y tiene un impacto muy significativo en la cultura de la organización, la satisfacción
y motivación de los colaboradores y los niveles de productividad general.
Con el paso del tiempo, los departamentos de Recursos Humanos han evolucionado desde una
posición más operativa, hacía una más estratégica. En este punto, los datos relativos a la gestión
de las personas (tanto en su gestión administrativa como en la gestión del talento) se analizan
para tomar decisiones relacionadas con planes de capacitación, políticas retributivas y
compensación, planes de carrera, atracción de nuevo talento o su fidelización. Permite a las
empresas ser proactivas en lugar de reactivas.
- Evaluar como método de Transparencia: Cuando una empresa cuenta con un proceso
formal de medición de desempeño que sea compartido y conocido por todos, las
decisiones que de éste se deriven serán más justas. Si, por ejemplo, diseñar una política
de compensación basada en la meritocracia, será mejor aceptada que si estuviera basada
en criterios aleatorios o cambiantes.
Si además el proceso de evaluación del desempeño está digitalizado, los informes reportados
serán mucho más sólidos. Al no haber cabida para el error en los cálculos, las personas tendrán
mayor confianza en todo el proceso, de principio a fin.
La evaluación del desempeño mide por tanto no solo el resultado objetivo del trabajo realizado
sino las diferentes fases, el desarrollo progresivo de la aplicación de las competencias y las
transformaciones positivas que se desarrollan en este transcurso. No es por tanto una evaluación
sincrónica sino diacrónica.
Decidir qué competencias, tareas, conocimientos u objetivos queremos evaluar para cada
puesto de trabajo. Recopilaremos estos indicadores de cada Perfil profesional, incluyendo
descripciones, los posibles grados de cumplimiento, junto con sus puntuaciones asociadas, y
definiremos la puntuación mínima requerida para el puesto de trabajo. Si lo deseamos, también
podremos ponderar la importancia de los indicadores a evaluar para que sea tenido en cuenta
en el cálculo del resultado.
Una vez hemos decidido los indicadores para cada perfil profesional necesitamos crear los
modelos de encuesta para evaluar a los empleados que ocupen cada puesto:
Debemos entonces diseñar un sistema de evaluación del desempeño que permita obtener una
visión lo más amplia posible. Veamos qué tipos de indicadores podríamos valorar para lograr
ese objetivo:
● Hard Skills & Soft Skills: Las Hard Skills son aquellas habilidades o conocimientos
técnicos necesarios para realizar una o varias tareas determinadas. Normalmente se
desarrollan mediante la formación académica y la experiencia profesional. Por ejemplo,
conocer un lenguaje de programación o manejar cierta maquinaria industrial.
● Por otro lado las Soft Skills son competencias que recogen hábitos, comportamientos y
formas de trabajar y relacionarnos con nuestro entorno. Algunas de estas competencias
pueden ser el trabajo en equipo o la tolerancia a la presión. En el entorno digital actual,
identificar estas competencias es clave para garantizar el éxito y la sostenibilidad de
nuestra organización (más detalle en nuestro post: Competencias soft en la revolución
4.0).
● Objetivos & KPIs: Todos hemos soñado con tener una lista de objetivos que nos permita
evaluar con absoluta objetividad el desempeño de nuestros colaboradores sin
complicarnos demasiado. En algunos casos es relativamente sencillo; por ejemplo, el
número de ventas de un comercial, o el BAIT para un financiero. Sin embargo, la
realidad, en numerosas ocasiones, es mucho más compleja que eso. Necesitamos que
nuestros colaboradores participen activamente en la definición y medición del
cumplimiento de los objetivos, para que la evaluación refleje adecuadamente esa
realidad en el puesto de trabajo.
● Valores Organizacionales: Es importante que una organización sea fiel a sus valores.
Es por ello que su presencia en las evaluaciones de desempeño refleja esa voluntad por
parte de la organización. Si un colaborador ve cómo, por ejemplo, la integridad aparece
en la evaluación de desempeño, sabrá que apostáis por vuestro compromiso con dicho
valor.
● Otros: Puede haber otros elementos que puedan ser valiosos en un determinado
contexto aunque no estén directamente relacionados con el puesto de trabajo. Por
ejemplo, el dominio del inglés u otros idiomas.
El segundo paso es decidir para cada puesto de trabajo qué metodología vamos a
aplicar: 90, 180, 270 o 360 grados. En el diseño de la evaluación se puede decidir también la
importancia (peso %) que se quiere atribuir a cada uno de los roles que participan.
En función del tipo de indicadores que estemos midiendo podremos determinar qué roles son
los más adecuados para medirlos.
Por supuesto, se puede elegir diferentes metodologías en función de cada puesto de trabajo. Tal
vez sea importante que conozcamos cuál es la visión que tiene un equipo sobre su Director
(270º) y, en cambio, para un Gestor de atención al cliente lo más interesante es contar con
feedback de los propios clientes (360º).
Por otro lado, si lo que evaluamos son KPIs numéricos, no será necesario contar con la técnica
de las perspectivas múltiples, pues si asociamos el logro a una determinada cantidad de clientes
logrado, o al número de proyectos ejecutados, la respuesta es única y no necesita
interpretaciones subjetivas que comparar.
Lo fundamental es conocer cuál es nuestro objetivo a la hora de lanzar nuestros procesos de
evaluación del desempeño laboral. No debemos preocuparnos por la complejidad de abordar
uno u otro modelo, pues con un sistema digitalizado podemos automatizar esta gestión
obteniendo resultados en tiempo real y sin necesidad de dedicar tiempo a trámites burocráticos.
Conceptualmente debe distinguirse entre métodos de medida (el cómo se mide; los de arriba)
y tipos de criterio (su naturaleza). Estos últimos pueden clasificarse en:
También existe otra forma de dividirlos: ejecución típica o ejecución máxima. Esta última
entendida como la ejecución máxima posible sin limitaciones y con máximos niveles de
motivación. Tanto para ésta como para las tipologías de criterio inmediato, intermedio y último,
se pueden aplicar los métodos Objetivos (registros) y los Subjetivos (juicios de personas. A la
hora de escoger el método deben tomarse tres grandes decisiones dependiendo de los objetivos
de la evaluación:
Una vez las encuestas han sido completadas procederemos a la recogida y análisis de
resultados, tanto globales como individuales, que nos brindan la oportunidad de reunirnos con
cada evaluado para dar y recibir feedback con los resultados sobre la mesa. La mejor
oportunidad de desarrollo profesional para un empleado es tener la oportunidad de recibir
feedback constructivo de manera continua.
Limitaciones de las ED
Como toda medida, la ED tiene sus limitaciones y errores más frecuentes. Los conceptos a los
que se deben las limitaciones de la ED son los siguientes:
Muchas de las soluciones que se han propuesto para solucionar estos errores han sido: la
elección forzada como las Mixed Standard Scales (Blanz y Ghiselli, 1972), los “rankings”, las
EVAS (Quijano, 1992; Smith y Kendall, 1963) con sus anclajes conductuales para valorar la
conducta. Seguidamente se exponen de forma concisa los errores más frecuentes en la ED
(López Basterra, 2005) aquellos que niegan una de sus condiciones de éxito: la variabilidad de
las medidas.
- Halo: Ocurre cuando se generaliza a la valoración de todos los aspectos del desempeño
de una persona, alguna característica que no tiene que ver con la ejecución de sus tareas.
Por ejemplo: valorar como buen trabajador a alguien por el sólo hecho de ser simpático
o agradable. En este caso el error consiste en no diferenciar entre buen trabajador
(eficaz, profesional, etc) y ser simpático, y entender que ambas son aspectos distintosiv
.
- Tendencia Central: En realidad aquí lo que opera es el miedo, la tendencia a no
involucrarse en la evaluación por temor a las explicaciones o justificaciones que haya
que hacer posteriormente: “si no pongo mal a nadie, no tendré que dar explicaciones”.
Este error es típico cuando el evaluador interpreta la evaluación desde un punto de vista
excesivamente centrado en las repercusiones de la evaluación y se desmarca como
elemento importante para la mejora de esta herramienta. Suele responder a la pregunta
¿Y yo qué gano con esto?
- Benevolencia: Es una versión del error anterior pero en positivo, más que en neutral.
Aquí lo que se piensa es que se evitan líos si todos son buenos. Lo que subyace es la
creencia de que nadie preguntará si todos son bien evaluados. Toda evaluación de
desempeño implica variabilidad simplemente por que la gente se diferencia en cómo
hace las cosas. Algunos son buenos en algunas tareas y peores en otras. Caer en los tres
errores arriba citados implica negar esta evidencia. Incluso aunque la gente sea buena,
existe un gradiente entre ser bueno y muy bueno. Fiabilidad y Validez de la ED. Desde
principios de los años noventa, la aplicación de las técnicas meta-analíticas a la
Psicología del Trabajo y de las Organizaciones (Hunter y Schmidt, 1990b), ha
concluido una serie de avances en el conocimiento que permiten no empezar de cero a
la hora de acometer una ED. Esto es de especial importancia caso de usarse esta técnica
para las AAPP ya que justificaría una serie de intervenciones metodológicas y sus
resultados. Estas son las principales conclusiones de este tipo de investigaciones. La
fiabilidad es uno de los principales handicaps a la hora de implantar una ED en las
AAPP. La fiabilidad habla de la consistencia, estabilidad, equivalencia y grado de
acuerdo entre medidas y evaluadores. Si ya es un cambio cultural hacer una ED en las
AAPP, más lo es hacerlo dos veces, preguntar a varios, preguntar lo mismo en distintos
periodos de tiempo o a compañeros de trabajo (pares).