Marchart+Oliver+ +El+Pensamiento+Politico+Posfundacional

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“Treduccién de OLIVER MARCHART ‘Marta DeLana Alvarez El pensamiento politico posfundacional La diferencia politica en Nancy, | Lefort, Badiou y Laclau 5 FONDO DE CULTURA ECONOMICA i Mbaco - ARGENTINA - BRAST. - COLOMBIA - CHIL - BsPARA | srapos UNIDOS DE AMERICA - GUATEMALA = PEXO = VENEZUELA En El pensamiento politi posfindacional Oliver Marchart se interg ‘acarea de una diferencia que ha cobrado vigencia ea el pensamiente poli co reciente: la diferencia ente la paltien y lo paltca E] heldeggerianiemo de izquierda, surgido en la Francia de la pos guerra, inteni6 trasconder ol ciextificismo y reelaborar las teorfes de Heidegger ddndoles una inctinacién més progresiste. Ast naciG une vvarsisn izquiendista del posfumdactonalismo, que stpone la imposiai- lidad de un fundamento iltimo, Loa pensadores de esta vertiente reeu- ren a figuras de la contingencia o infiméabilidad, por ejemnlo, el acontecimiento, el antagonism, la verdad, lo realy la libertad. Todos cllos emplean la diferencia entre la poltica y lo politieo, La politica ve sigue refiriendo 4 ciertas formas de aocién, al subsislema politico (dimensién éztioa) y lo politico aksde 2 lo que esta més alld de toda posible domesticacis (dimensidn ontalégiea). Oliver Marchart busca. demostrar que la distineién entre ambos ‘conceptos és un indicador del fundamento eusente dela sociedsd, pero no Ia ausencia de todo fundemento, Si bien ls polfties es ua proceso con inal abierto, ain un principio ni un fin predeterminasdos, 10 politica es el momento de un fuzday, aunque parcial, contingente y eflerera De este modo, traze una genealogia de la diferencia politica, desde que Carl Schmitt Is estableciera por primera. vez. Luego analiza, me diante un enfoque comparative, oGrmo dichs diferencia opesa en los sbordjas eonteraporinens origiasdos en el heideggerianismo de iquier- da: Joon-Laxe Nancy y Philippe Lacoue-Labarthe desde Ia perspective de Ja deconsimecién, Claude Lefort influide por Maurice Mecleau-Ponty, Alain Badiou desde un punto de vieta lteaniano exftico, y Eresto Laolan y Chantal Moutie a partirde una postura deconstructivisia con elementos foucanftianes y lacanianos. “Toraar coneiencia de las imaplicaciones floséficas y pelfticas dea diferencia politica nos ayudaré manejer, teérice y préeticaunente, el hecho peculiar de que la sociedad es infundeble y, no obstante, J dimension del fondamenio no desaparece sin dejar huclias”, afirma Oliver Marcher. ¥, dado que ese diferencia es ontoléyica, no puede eer objeto de Ia ciencia politica, sino de una teoria politica con una pere- pectiva filoséfica como la que acut se presenta erencia politica acy, Lefort, Badiou y Laclau tn Fimeze edn engl, 2007 Paimera edn enexpaol 2009 Maschavt, Otver aston: eee ‘ INDICE +l pansaziento politico posfundasional la dlerencia en Nancy Lefot Bodiosy Lacan foc Buenon Aes Fondo de Calter Ecomdnticn 20 257 p.2helf om. - Gosiologn) Agradecimientos ...... vot ‘Taducido por Meta Delina Alves ; Iveduecion. Sobre el fundamentoausentedlo soci 18 EBNS78950557-781-1 | 1. TeorasFoltcas.LAlverez Manta Delia, rad TL. ital t | 1 Las amtornos del heideggertanisme de iquierda: cpp aaa | al posfsrdacionatisno y ia contingeaca necesariz 1, Antifundacionalismo y posfundacicnalismo. 3 | 2. Fl “giro cuasi taecendental” ... we 28 3. Heidegger: acontecimiento, momento, | berted, diferencia. se 8H | | 4. La “pregunta fandante” respecto Armd itstracin de apa: Juan Balaguer | de a diferencia ontoldgica 40 “Tewloorgioak: Poot Fonnatonal Patt Thought { 5. Lacontingencia .... feet os Pale! Dien im Nene, Lr, Bago ad elas aad ISBN d neem one 9750 7586 2458 0 ! 6 Momento y constel ” a ©2007, Edinbusgh Univesity Prise | [DR ©2002, Foxoo 06 CuLruns ECcRONICA ns ARGENTINA 5. f B_Lapoliten 9 fo poittic: Sater S65; 1414 Buenos Ares Argeting _genealogia de una diferencia conceptual fondodieecomar / wwwiecomat i 1. Laparadoja politica. .......... 55 4s: Paco Ajaseo 227; MAID Mexico DE | 2. Le politico asaratin: el rasgo arendtiano,... 9 ISBN: 978.250.557-781e1 i 3. Lo politico disocatito: el rasgo schmittiano ........ 63 ‘ 4. Neutralizecién, colonizaciGny sublimacion, | Comentarios y sugerencias. ‘y » ¥ estate fom ar / de lo politico... ese . o 5. La diferencis conceptual: otocopitc bros hy Foss Penado erie tuna vision diaccdmica ........ Frohbida su erzedueson totale parcial por cualquier 6. Lapolitzacién de los conceptos y el concepto i medio de renin octal, en forma iene, eeactada O mead en epat neh cuaguler ovo korn de lo poittico 7% Sinautorizscon expresa dela eatoral 7 Lact dla eo or gre eels ‘Mmnas0 EN ARGENTINA - PRINTED BY ARGENTIVA ‘elneminalismo conceptual. . a 83 Hecho el depesito que povane laloy 11.223 | | | 7 | 6 EL PRNSAMIENTD POLITICO POSFUNDACIONAL, UL, Retrazer le diferencia politica: forn-Le Nancy 1. La flosoffay lo politico: la deconstraccién de lo politico .. La "retirada” de lo politico La politique y te politique... ve La comunidad y la diferencia politica. El momento de lo politica: & acontecimiento El peligro del flosofismo y la necesidad de una “flesofis primera”... ae wD 1 momento maguiaveliano reteoriculo: Clavde Le Pensamiento, filosofia, ciencia. La politica y lo politico .. El conflicto como fundamento: {a doble divisién de le sociedad. El momento mazzciaoetiono segiin Lefort 5. Loreal como alteracién y fo imaginario como ¢eultacidn .. 6. La demociacia como “instituconalizacion Ontica” de la divisién originaria ML EL Estado la politic de be werdad: Alain Badiow 1. Contra la flosotia politica coma una fllosofia de lo politico 2. Lapolitica de loreal... ..ccecseeeeereecee 3. Une “politica” de ta verdad: igualdad y justicia . 4. La gracia de la contingencia, y-el mal del fundacionalismo. . 5. Elpeligro del eticisrm0.. 2... 0.ceeeeeeeereee “VL. La politico y ta imposiitdad dein sociedad: Ernesto Laclau 1. Laimposibilidad de la sociedad . . 2. Lasedimentacién social y ol acontecimiento de reactivacién . 87 90 96 108 109 uy 121 126 131 185 10 “7 14 182 187 12 184 INDICE 3. La politica y lo politico: una diferencia “laclauiana’.. sees se+e 4. La wosfa del discusso come oniologia politica 5. Bl séptimo dia de descanso... 2s eeceecesee VIL. Fuondar el posfusdacionalismo: una ontologtx politica 1. Hiacte una filosoffe de lo politico .. 2, Posfundlacionalismo y democracia. 3. Los desplazamnientos politicos de la politica 4, Elpensamiento politico como filosofia primera . 5, Ladfrencia politica como diteceneia pli Bibliografia. Indice de nombres yconceptos... 190 195 B3 240 ae | AGRADECIMIENTOS ‘LOS ARGUMENTOS PRESENTADOS en este Libzo se han beneficiado enormemente con los comentarios de Ernesto Laclau, Chantal Moutfe, Yannis Stavrakakis, Urs Staheli, Simon Critchley, Etienne Balibar; de los editores de la serie, Benjamin Arditiy Jeremy Va- lentine; y de dos lectores anénimos de la Edinburgh University Press, Agradezro especialmente a Kari Palonen por perzrticme el acceso 2 sus estudios, inmensamente valiosos, de la historia con- ceptual de “lo politico”, y a Shu-fen Lin, quien estuvo alien el ‘momento de decision’, cuando se eligis el tema, y quien acom- pafié con su aliento él desarrollo de este libro desde su etapa inte cial en adelante. Algunos de los materiales presentadas en los ¢a- pitulos 4 5 fueton publicados previamente en Acta Phtlosophicn, xt 2 (2000) y en Polygraph, 17 2005). INTRODUCCION. SOBRE EL FUNDAMENTO AUSENTE, DE LO SOCIAL La contooversia acerea del coneepte de le polt- tico es de naturaleza mas seria que cualquier otza disputa familiar ents paradigmas; se hata de la pertinencia 0 no pertinencia de la filozofia politica para nuestros tiempos. ‘Agnes Hauser" IE siGmnNTE es7U010 sobre el pensamiento politico posfundactonal diseusre en tomo a una cusiosa diferencia, la cual ha cobredo cierta vvigencia en reciente porsamiento politice continental y angloes~ tadounidense: 1a diferencia entre lx politon y io politic, entre ta pot- tique y te politique en francés, 0 ente Politik y das Politische, en ale- én. Como ¢s bien sabido, la nocién distintiva de lo politico se desertoll6 primero en el mundo germanonablante, donde fie Carl Schmitt quien, celebrado por muches y denestado por otras, pro- ‘curs diferenciar lo politico de otros dominios de lo socal, incluido eldominio de la politica en el sentido esiricto del término (véase el ‘capitulo 2). En 2001, la nocién de lo “politico”, diferenciada expli- citamente de la “politica”, incluso fue canonizada institacional- mente, cuando Pierre Rosanvallon se hizo cargo de la prestigiosa cétedra de “Historia medema y contemporénea de lo politico” en €1 Collage de Frence (véase Rosanvatlon, 2008). En el mundo ger manchablante, ls dos diecionarios histéricos mas importantes to- mann cuenta la diferencia enite Poli y des Poitische (Sellin, 1978; * the Concept of the Political Revisited”, en David Hald (comp. Foto ‘Theory Paoy, Cambridge, Poity Press, 1972, p. 336 3B a EL PENSAMIENTO POLITICO POSFUNDACIONAL Vollrath, 1989), y en ei mundo angléfono, la diferenciacién ente ua nocién fuerte de lo politica y una nocién "ail" de la politica se ha convertido en ef concepto matriz de aquellas dreas de la too- +ia politica engloestadounidense que son receptivas del pense rniento continental (Beardsworth, 1996; Dillon, 1996; Stavzakakis, 1995; Ard y Valentine, 1999; Williams, 2000). Aqui hemos optado por remitimas, ante tado. a la Frencia de Posguerca, pues ellonos eondluce a una constelacién tedrica que, a {alta de-un nombre mejor, podria describirse como “heideggeria: rismo de la igquierda”.? En la presente investigacién, esta idea zo abarca al geupo de tedricos que fueron discipulos directos de Heidegger ~los heideggerianos de “primera geaeracidn’, tales como Herbert Marcuse y Hannah Arendt-, sino mds bien los tesricos franceses, quianes, con la apuda de Heidegger, trataron «de iograr dos cosas: primezo, trascender el cientificismo y sus re- manentes en lo que fue el paradigma tedrico més avanzado de la pore, el esteucturalisme; y segundo, tomando en cuenta las da- doses, sino despreciables, inclinaciones politicas de Heidegger, eleborar y orientar su pensamiento en una dizeccién mas pro- gresista. Lo que evolucions fue una versién izquierdista perticu- lar no séto del “postestnucturalismo” (un término que reduce ta genealogia del heideggerianismo de izquierda al paradigma clen- tHfico del esteucturalismo) sino también del posjundacionalismo, si Por éste comprendemos una constante interrogacién por las figue ras metafisicas Sundacionales, tales come la totalidad, la universar lidad, 12 esencia y el fundamento. El posiundactenalismo, como mostraremos en ¢] capitulo 1, no debe confundisse con el afifun- dacionalismo 0 con un vulgar posmodernismo de! “todo vale”, hoy demo, dado que un enfoque posfundacional no intemta bortat por "La nsin eget hldegecnn (pice lege) povene Ge Damo nad orm vue se le crn sole de Heeger Fanon U1 200) Ln xp hese, benim Ste onl vlad enanensce neo os chan Wot par eee pon de Harber Maes et ren agger , ' nvrRODUCTION is completo esas figuras del fundamento, sino debilitar su estatus ontel6gico. Bl debilitamiento ontolégico del fundamento no con- duce al supuesto de la ausencia total de todos los fundamentos, pero s{a suponer le imposibilidad de un fundamento iim lo cual ‘es algo enteramente distinto, pues implica la ceciente conciencia, por un lado, dela contingenca y, por el otro, de To politico como el momento de un fundar parcial y, en definitiva, siempre fallido. ‘No deberia sorprendetnos si en la mayorfa de los “miembros de fa familia” de la constelaciGn posfundacional, esto es, en. las eorias bastante diversas de la izquietda heideggeriane, encontrar mos frmulas o figuras de la contingencia que pertenecen a lo que cabria derominar la tropologta postunéacional de la infundbiti- Gad. En casi todos los casos descubrimos, por ejempio, ana nocidn radicalizada del acontectmiento como algo que tne encuentra y que no puede ser subsumido bajo le Iégice del fandamento: en todo caso, el aconiecimiento denota el momento dislocadar y dis- ruptive en el cual los furndamentos se dlerrumban, La ibersal y ta tistoriidad se han de “funcaz” ahora, justamente, sobte la premisa de la ausencia de ws fundamento dltimo. El juego interminable entre el fundemento y el abismo sugiere también aceptar la nece- sidad de decisiin (basada en la indecibilided ontologica) y set ‘conscientes de la division, la discordia y €] aitagonismo, pues cada decisién -dado que no puede sustentarse en in fundamento estar Dle ni tampoco ser tomada en el selitarlo wacio de ls completa in- fundabilidad— siempre se veré confrontads con demandas y fuer- as contrapucstes. Us evidente que estas figuras de la contingeneia, cayos orfgenes se remontan a la obra de Heidegger, tienen imph- caciones completamente poiitias; y uno de los objetives de esta investigacién es sacar a la luz dichas implicaciones a fin de dar cuenta de un “fundamento” politico del pensamiento posiunda- cional (véase el capitulo 7). Pera una manera diferente de abocdar vats “¢rtologia débil’ en Ia teorks politica, y en pactculer con respecto a lay obcas de George Kateb, Chatles Taylor judith Butler y Wiliam Connolly, vease White (2000). 6 EL FENSAMIENTO POLITICO POSFUNDACIONAL, Sin embargo, no es mi propdsita negar de modo alguno que, desde diferentes puntos de partida, es posibie arribara conclusio- ‘80s muy similares. El progmatismo, por ejemplo, puede constituir l punto de partida de una postura antifundacionalista, tal como Jo demuestra fa obra de Richard Rorty (cuya filosotia postanal(- ‘ica paso por la experiencia de Heidegger y por el pensamiento continental; véase Rorty, 1979, 1959). Y pensemes en el ejemplo, ‘quiz més improbable, de un escepticismo conservador y de una osicion como la de Michael Oakeshott, que cabe desczibir coms 10 fundacionalista y que puede ayudarnos a ilustrar la difezen- cle enire nna pastura pos- 0 no fundacional, por un lado, y una postura antifundacionelista radical, por el otro, El famoso dictum de Oakeshott, en el sentido de que en Ia actividad politica “los hombses navegan en un mar sin limites y sin fondo: no hay puerto en donde refugiarse ni suelo para el anclaje, ni punto de artide ni destino sefialado” (1951: 60) esta dirigido contra los intentos de fundar la politica, Con este propésito, emptea todo el arsenal de tapei no Zundacionalistas: el abismo “sin fondo” opera come figura de un fundamento ausente que no proporciona nin- gin punto de anclaje allende los limites del maz. La politica debe aceptar el hecho de que es un procese de final abierto que no tiene un principio claro ni tampoco an fin o un. destino determinados, Por cuanto se funcla sobre la nada, es preciso Negara un acuerdo, precisamente, con el abismo que constituye su fundamento: "Esa politica es mur flr die Schevindelfreie [solamente para quienes no pa- decen de véztiga}, lo que sélo deberta deprimir a quienes han per- Gide su valor” (1991: 60), No hay que olvidar, sin embargo, que Oakeshott no e¢ un antifundacionalista, pues si bien el mar es Ulnttado ¢ insondable, atin esté estructucado: en. otFas palabras, iho es una tabula rasa, sino el terreno estructurado sobre el cual ‘nos movemos y donde encontramos tanto oportunidades como obsticulos (“el mar es, a la ve2, amigo y enemiga”, 1991: 60). La actividad politica ~por infundalsle que sea~ no acontece en un ‘acto, sino que esté siempre envuelta en capas sedimentadas do tradiciones, las cuales, por su parte, son flexibles, variables y care- ‘ INTRODUCCION uv cen de fundamento. En ningiin punto encontramos un aslide an- claje para nucstras actividades; sin embargo, ningéin vohuntarismo se desprende de ello, pues nunea navegamos en un mat sin olas. Los heideggerianos de izquierda pueden egar a diferentes conclusiones, dado que, desde su perspectiva, las tradiciones son principalmente estrictutas plagades de pocier mediante las cuales se perpetttan formas multifacéticas de exclusiéin y suberdinacién, Cabe concluir que de la ausencia de fundamento no ee deeprende ninguna consecuentia politica necesaria (de ofra manera, seta fac- ‘ible funder una vision del mundo poiftica particular, alge que S10 excluide ex Aypottas), Por consiguiente, elzborax ina version expt- Gitamente izquientista del pensamiento pasfundacional constituye una decisin politica per se (véase el capitulo 7). Lo que distingue a los heideggerianos de izquiesda de los conservadores escépticos coma Oakeshott no es al ocho de que pertemezcan a la izquierda, sina el hecho de que construyen sus teorfas baséndose en gean me- ida en ellegado de Heidegger Ello se pone de manifiesto en e] uso de les figuras de contingencia o infundabilidad ya mencionadias y ‘que examinaremos en el capitulo 1, pero también en su empleo de Ta diferencia politica a diferencia entre “la politica’ y “lo polstico”. Entorces, gaémo se constraye esta diferencia y qué rol desempena en el pensamienio social y politico posfundacional? Si bien la diferenciacidn tedrica entre “la politica” y “lo pole. feo” acontece por primera vez en el pensamiento politico alemdn con Carl Schmitt, la costumbre de establecer una diferencia entre ambos conceptas comenzé en el pensamiento francés ya en 1957, con la publicacién det ensayo de Pat] Ricoeur “La paradoja poli- ‘ca” (véase capftulo 2); luego condujo a la obra de Jean-Luc Nancy y Philippe Lacoue-Labarthe (véase capitulo 3), la cual motivé a su ver a oftos pensadores como Claude Lefort (véase capitulo 4) y Alain Badiou (véase capitulo 5) a reformular sus propias teorfas en funcién de la diferencia politica. En clichas teorfas hay, por cianto, sana serie de sos de Ia necién de lo politico ~sea como racionalt diac. logica o espectica, como esfera piblica o como acontecimiento que escapa por completo a la significacisn-, los cuales se ensam- 8 EL FENSAMIENTO POLITICO POSFUNDACIONAL, bien no por un marco conceptual global, sino por ta “relacion”, compartida por todos, con un ftaidamento ausente. En cuanto fi guras de la contngencia, se acercan a lo que el primer Heidegger denomind “conceptos formalmente indicadores" ("formal anzei- getaie Begriffe", 1983; 428-451): al girar en torno at abismo de la contingencia y Ia infundabilidad, proporcionan un terreno tro- polégico para mdicar “formalmente” que no pueden ser repee- sentados en forma directa, Uno de los objetivos de nuestra inves- tigacién consiste en cartografiar dicho terreno, o, més bien, 1as constelaciones te6rieas que encuadran la nociéa de lo politico en su diferencia con Ia politica, Desde muestra perspectiva, sin em- ‘baigo, no basta con enumezar, nominalisticamente, los diversos ‘usos de la nocién de io politico, Y aqui es donde comienza io que llamo la “pregunta fundante”* de] pensamiento posfundacional: 10 s6lo debemos describir el desarrotlo del concepto de lo politice: también tenemos que Interrogar la diferenciaciGn misma entre éste ¥ la politica (y entre la politica y lo social). gPor qué la politica, ‘come concepto tnico, demuestra ser insuficiente en un cierto panto ¥. por lo tanto, es menester suptementarle con otro termina? En mi opinidn, la diferencia politica es el resultado de un pro- blema o una patélisis de la teoria politica y social convencional. Eno concemienie a la innovacién conceptual de Io politico y, en particular a la diferencia entre et nuevo concepto de lo politico ¥ el concepto tradicional de la politica le diferencia poiltica parece in- - tual dentro de Ja cual lo politico surge justo en el corazén de los conceptos tradicfonales de la politica y lo social, No obstante, en una segunda etapa, el libro persigue un objetivo més ambicio determinar el esiatus teérico 0 filosético de un persariento poli- {ico que no vacila en comprometerse plenamente con todas Ins consecuencias derivadas de la “invencion” de la diferencia poll tica, Bn esta etapa inicial del argumento sélo podemos indicar uestra sospecha de que ninguino de los posfundacionalistas poli= ticos analizades en el presente volumen son conscientes de estas consecuencias radicales. $1 bien algunos de ellos -Badiow, por gjemplo— asignan a la diferencia polftca sélo una parte especifica de su arquitectura tebrica (on Badiou, la politica no es sino uno de cxatro “procedimientos de verdad”, inclidos el “amor”, el “arte” yy la “ciencia”), otros tienden a subestimar las implicaciones redi- ‘ales que coslleva el empleo de la diferencia politica, Pues una vex que se da por sentado que fo politico actia como el suplemento fundlante de fndas Ia relaciones sociales, ya no sera posible miter 4 [EL PENSAMIENTO POLITICO POSFUINDACIONAL, sus efectos ~¢ incluso los efectos de su ausencia~ al campo tradi- «ional de fa polities. Todas las dimensiones de la sociedad (y tam- Dign las esferas det “amor”, el “arte” y la “ciencia”) serdn someti- das, en conseenencia, al juego constante del fundar /desfondar fal como es captado conceptuslmente por la diferencia politica Si coincidimos en este punto, entonces es preciso expandir considerabiemente el dtea de intexcambio del pensamviento polt- {ico posfundacional, no s6lo para incluir todo el campo de lo s0- cial y de les selaciones sociales como su “dominio objetal”, sino tambien para reclamer un estatus de primacta frente a las demés disciplinas. Dado que la ontologfa politica impltcita en la diferen~ sia onioligiea se inieresa por las condiciones cuasi trascendents- tes del fundar/desfundar de toda entidad social (y toda entidad, ten este sentido, es social}, entonces ya no puede tener el estatus dé una ontologia regional, Se convestiré, pues, en una ontologia general, que, dadas nuestras premisas posfundacionales, seré acosada, necesariamente, por el espectro de su propia imposibili- dad final, de la imposibilidad de lo que tradicionalmente se de> nomina una “filosoffa primers”. No obstante, esa imposibilidad ‘ultima de una filosoffa primera, en el sentido de un diseurso fun~ decional, no nos exime de Ia tarea de reflexionar floséficamente sobre la dimensién misina del fundar, aun cuando ninguna filo- sofia encontt6 ni encontrar nunca un fandamento tiltimo. Y, sin embargo, algo del o:den de una flosofia primera sobrevive en la ‘exigencia de nuestra condicién posfundacional; una condicién en {a cual no oe abandona la basqueda de funclamentos (como ex el £260 de un antifundacionalisme poco sofisticado), sine que se la acepta como una empresa imposible y 2 la vez indispensable. Es dentto del cantexio de esa reflexién sobre la cimensién fundante/ desfurdente de toda entidad social donde el pensamiento polf- tico posfundacional se despiiege, i I { I T. LOS CONTORNOS DEL HEIDEGGERIANISMO DE IZQUIERDA: EL POSFUNDACIONALISMO YY LA CONTINGENCIA NECESARIA, ‘La disolueién del mito de fundacién no disuelve ‘el fantasma de su propia ausencia, TBawesto Lac.ac* 1. ANTIUNDACIONALISMG Y POSFUNDACIONALISMO En este capitulo, mi propésito es tratar de dar solider a nuestra esis principal ~segiin la cval la diferencia politica debe enten- derse como una diferencia que apunta sintomsticamente 2 10s tambaleantes fundamentos del fardacionalismo-, analizando sus ‘elementos paso par paso y comenzando con una descripcian de In mocién misma de posiundacionalismo y de! argumento cuasi twascendental del que procede el pensamiento posiundacional Examinaremos entonces las ra(ces heideggerianas del posfunda- cionalismo {en tomo a los cuatro conceptos de acontecimiento, momento, Hhertad y diferencia), lo que nos permitiré percibir mejor las similitudes existontes entre los heiceggerianos de iz- Aqui debris sdararse que €] pre "pos en postendacionalismo no se rofcre ef momento dire de tera seeuencia termpera, sino que, mostrar la is tancla tanto dal Sundacionalieme como del anifardacionaliamo, sire de mica dor dx ex problematica relacion dlotGenca. Param andiss de los “postsmos” ‘wézse tambien Derida (1950), 2 ELDENSAMIENTO POLITICO POSFUNDACIONAL, sibilidad- puede describirse como un movimiento cuasi trascer- dental. Aunque implicitamente presente en la idea de Spivak de tuna “critica perpetwamente repetida”, asf como on la idea de But- Jer de “interrogacisn’, este giro cuasi trascendeata} se hace expt ito en Emesto Laclau, quien, partiendo de fs premisa posfunda- ional de que “la crisis del tmiversalismo esencialista en cuanto fundamento autoimpuesto ha dirigido nuestra atencién alos fn- Aamentos contingentes (en plural) de sts emergencia y al complejo proceso de construcci6n”, concluye que “esta operacisn es, sensi strict, trascendental: implica Is retirada de un objeto a sus condi- ciones de posibilidad” (19942) Sin embargo, el cuestionamiento de los fmdamentos -enten- ido como nna empresa cuasi trascendental- no conéuce tinica- ‘mente a una mejor comprensién del contexto empiico a través del cual ciertos fundamentos devienen dominantes, ya que las condiciones de posibilidad de cualquier fundamento contingente no deben conftuadirse con condiciones “empiricas". Lo que est cen juego en él pentamiento posfundacional es el estatus afribuide alos fundamentos, segtin ef cual la auseneia primordial (a ontolé- ica) de un fundamento sltimo es, en sf misma, Ia condicida de posibilidad de los fundamentos en cuanto presentes, vale decis,en su objetividad 0 “existencia” empizica como sezes Snticos. En otras palabas: la pluralizacién de los furdamentos y de las iden tidades dentro del campo de lo social es el resultado de una impo- sibilided radical, de una brecha radical entre lo éntico y lo ontold~ sgico que es preciso postular a fin de dar cuenta dea pluralidad en la esfera éntica, sPor que tiene sentido introducir Ia diferenciacidn entce le Entico y 10 oxtoldgico, si algunos defensores dal anti o del pos- fundacionalismo que provienen del campo de los pragmiticos, como Oakeshott y Rorty, ¢ incluso postestructuralistas como Ran- ire, consideran esta dileroncia supesilua? La respuesta es [a si- gulente: si debemos aceptar fanto una pluralidad de fundamentos contingentes que fundan -aunque siempre sélo de forma transi- ‘empiricarnento” fo social como la imposibilidad de un fun- 1105 CONTORNOS DBL HEIDEGGERIANISMO, a damento dltimo para esa plutelided, se sigue entonces que esia imposibilidad no puede ser de] mismo orden que los fundamen- tos empfiicos mismos, Para justificar esta afirmacién, conviene consultar una vez. mds locus classicus del pastestructuralism, el ensayo de Derrida titu- lado “La estructura, el signo y el juego en el discurso de las ciencias humanas” (en Dertida, 1978). Al Decrids arguments magistral- mente contra Ia concepcién estructuralista de una estructura cen- trada, que es, a su entender, “el concepto de wn juego fundado, constittido a partic de una ininovilidad fundadora ¥ de una certeza ‘ranquilizadora que, por su parte, se sustrae al juego" (1978; 279). Este conoepto pertenece a um perfodo de Occidente (aigamos al del paradigma fundacionalista) cuya matriz.es la determinacién meta- fisiea del Ser como presencia en todos sus sentides, algunos de los cuales Derride enumera: “eos, arjé, clos, energeia, ousia (esencia, existencia, sustancia, sujeto) alétheis, trascendentalidad, concien- a, Dios, hombre” (1978; 279 y 230), Esta matciz ha suftido disloca- ‘Gones, un momento de ruptura que “no es, ante foo, un momento del disewso filosStfeo o ciantiico”, sino también “an momento que 5 politico, econdmien, téonico, et.” (1978: 282). La ruptura “forma parte, sin duda, de la totalidad de la época, la nuestra”, y se la in- dica por los nombres propios de Nietzsche, Bread y Heidegger al tiempo que el acontecimiento mismo “ya desce siempre empez6 2 anunciarse y empez6 a trabajar” (1978: 220). Asi pues, encontrames en Derrida una descripcién binaria dal acontecimiento de ruptura dentzo del fundacionalisme: por un Lado, se describe esa ruptura come una parte de la totalidad de nuestra propia época algo parecido al cambio de paradigma vvigente dentro del fundacionalismo- y, por el otra, come un “mo- mento” que ha estado siempre ya alli Se anuncia aqut la postbift- dad de describir un cambio de paradigm sin restringir de uns manera histérica los momentos de aparicién de tales aconteci- ndenios a nuesiza propio tiempo. La consecuencia de ello es que, por una parte, el posfundacionalismo constituye un nuevo pars- digma que puede describirse como la “isrupcién” del fundacio- 2 [BL PENSAMIENTO POLITICO POSFUNDACIONAL nalismo desde dentro a través de la realizaci6n de la cantingen- cia, una idea que desarzollaremos més adelante. Aqu{ cabe percibir un movimiento continuo de generalizacién de la légica de este dlkimo en fa historia del pensamiento (politieo), en part cular mediante un proceso de temporalizacion y politicizacién conceptual que, como veremas en el pséximo capitulo, comenzS a fines del siglo xvur (el perfodo que Koselleck y fa escuela ale- mana de la Begriffegeschichte donominan “Sattelzeit”), expan- diende y alterando el patadigma fundiacionalista desde dentro. Por otra parte Hamar a este acontecimiento “momento” —inchiso xn momento que ha estado siempre allf(potencialmente, agrega- x yo), ¥ 30 consideratlo un desarroilo exclustvamente contem- pordneo (y mucho menos un continao despliegue de la “critica” 0 ‘una sustitucion “evolutiva” de un paradigms por otto), sugiere una posibilidad diferente: .qué octere si ¢l momento posfunda- cana ce as cuales end a poner el aento ene primer asp deo polticoy Te ot, en el segundo, Lamar el pie el s9 arendtiano de la trayecioria tedrica de lo politico, y al segundo, rasgo echmittiano de lo ole. Dicho de una manera un tanto es ‘yemética, en el primera, el acento racse ex el momento ssociative eis eccon polea:en el segundo, en el momento disaciaio. 22, Lo POLITICO ASDCIATIVO: EL RASGO ARENOTIANO Inciuso Hannah Avent fase por su fees nomination jetiva “polftico”~mo establece une diferencia consistent bere ele” “lo poco”, oda Palit y da Pisce in eibargo, e loofo elem Ersst Vollrath -que pertenece 38 teadvionarendtiana—aebuye x Arent el logro de has dessus best oinventado la diferencia polite: “Lo que Arendt habia descubierto podria lars, en contradstineion con 1a iferen cia ontogic’heldeggeriane, J ‘aerencia police eto 8 Ie diferencia entre la polis polticamente auléricny 1x police poltcamente pervertda. et dec, a pottica spcifca en cuanto apoltica poitica” (1995: 48). Bla Sdebided no tene nada de endente, Ta manera en que Arendt esta en deuda con et pos areal de letdegger ba sco etaustivaments dee © ELPENSAMMENTO POLITICO POSFUNDACIONAL Uada por Dana R, Villa (1996). Aunque sevfa ditcl situar a Arendt ex la constelacién del heideggerianismo de izquierda -no poraue ‘no sea heideggeriana, sino porque no parece ser una izquierdista enel sentido uswal del término-, corresponde acreditarle, por cierto, Xe politizacién del pensamiento de Heidegger $i deseamos profundizar la sugerencia de Vollrath, es preciso considerar entonces dos aspectos de la diferencia politica. Primezo, 1a introduccién de la diferencia potitica divide el concepto de palf- tica en una forma poiition de le politiea fe menudo nominalizada por Arendt como “lo politico”) y una forma «-poltica de ta polttica, Ello implica que el sentido de lo que es “realmente politico” debe extraerse del concepto de politica, por tanto, es menester encontiaz ‘un ctiterio necesarie, ¥, segtin Vollrath, solamente un “concepto puro de lo politico” puede servir como criterio, Toda la empresa Hloséfica de Arendt esié dedicada a la buisqueda de ese concepto puro de lo politica que menciona en usa carte Jaspers: “La filoso- fa occidental no ha tenido nunca un concepto puro de lo politico [einen reinen Begrif des Politischen] ni munca podria tenerlo dado ‘que, por necesidad, [a filosofia ha hablado del Hombre en singular y siraplemiente ha desatendico el hecho ce la pluralidad” (citado en Vollrath, 1995: 47). Un concepto de lo politico tiene que ser arrancado de la politica. Por consiguiente, en segundo luger, el “concepto puro” de lo politico tiene que ser arrancad de la poli tica bajo le premisa de str potencial subordinaciéa alo soctal, esto 3,2 as formas burocrsticas, econémicas o instrumentales de la ra- Gonalldad, La invencion de la diferencia potiica tiene lugar con el trasfondo de la usurpaciém, por parte de la sociedad, tanto de lo privado como de lo polftico. Retomaré este aspecto en el anditsis Ge lo que denomino la tesis de neutralizaci6n de lo politico. Por el ‘momento, me limitané a subrayar que, pars forjer un “concepio ‘aca un assis extensive dela posieon politica de Arendt come heldegge- viana radical pero no izquiorest, vease Marcha (005). Conviene menciona, sin exabarga, gue Vallath provnéa la ciferencin polltice axendlats de una mar ner bastnivesquerndticay ao tealnente heldeggeriana, deco quela dierenci bende a ser eficada en una dieiaci, LAFOLITICAYL0 PoLinico eo puro” de lo politico en el sentido arendiaco, es preciso insistir en ‘a autonemia misma de lo politico, Pastiendo de Jas deas de Axencit y vinculéndolas a las de Ricceut, Vollrath desarrolla I “cualiac o. snodatidad no deducible” de lo politico “autonomizéndolo” de ‘otros campos de lo social (1987; 20). Vollrath encuentra la medida que le permite evaluar el cardcter auténticamente politico 0 la ra- Gionalidad de la politica en el “momento asociativo, politicamente hhablando, el momento ecmunicativo en cuanto comunal que yace ene] fondo de este concepto” de lo politico (1987: 27. Todos los arendtianos hacen hincapié en el agpecto asociativa (el aspecto de actuar de comin weuerdo 0 de actu juntos) frente al aspecto disceiativa de lo politico al que adhiere la tzadicién schunit- tiana, Si bien la ola de Vollrath es précticamente desconocida en el ‘mundo anglosojn, uno de los més prominentss tericns arenitianos ‘0 “cunsi” arendianas que utilizen la diferencia poltica es, ciarta- mente, Sheldon Wolin# Su definicién de lo politico (presentada in extenso en Polltios and Vision, 1960) ¢5tpica del paradigma asocativ: Consieraé le patio como uns enpresion de 1 ee de gue Ge socee ibe compuesa de dveraicades puede, n0 cB tome gorat de moments de cosunelided sande, medione tes delsracones pins, el poder olecivo uta para ro- tower 0 prtegr ef bienestar del nective. La atin so tater «le conteversalegtinizas y pain, princpalmente “eee peers socials organi y desist 20 Eiedlecnss clo ecss asus a ato dades pcs ea clctvida. Laplace contin, cea eit ore ent io poco opis, 0 0996 3. 2sosteer qu Win petne ala rape ants no impli amar orn haya noni calc nese pit Ge en Sease ps erp, Wels (950 1), donde oe pone su ilda separa abielapor Arend entel pot In secedat 8! pstema defo pot Srocendt cy deapes unepca cect dene paste a soca se Chih been fadaventar For coord, aunque Yespeand le vastad yoo simpletentela een"

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