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SeULIO} Los ot seyuNBard sesorauITE s(queng so uginb 95 Of,, ‘3a cueng Sa upInb?,,) segompUT a serdar “Ip ‘svaneBon1oytn seuLtoy K sejuNgosd uefruNse 9s ({ 1) Contra la filosofia de Ja ciencia uadiciona, I filosofia no puede oftecer et fandamento de la ciencia o del (supuesto) “conocimiento cientifico” en general, porque Go existe una base objetiva cualquiera en la realidad de un “conocimiento”ta existe una base eh el Eee s%»@) ‘aunque esa base existiese, no tendriamos ninguna posibilidad de conocerla, porque ella (dada Ia relativided seméntica que caracteriza a la relacién lenguaje/mundo en general) seria esencialménte indeterminada y, en la prictica, inaceesible;"? ¥, por tanto, cualquier medio de demarcar la “ciencia” de Ia “no-cienci (Bite investigaciéon cientifica no se caracteriza por ningtin método en particular ‘que la oriente y que la filosofia de la ciencia tendria por competencia estudiar, y Gy) aunque tal método existiese, él mismo (tal como Ja supuesta base objetiva tunque tal método existiese, él mismo (tal como Ja supuesta base objet de la ciencia) seria esencialmente indeterminado y, en la préctica, inaccesible."* Qe» consecuencia, los presupuestos epistemoligices y ontologicos de la ciencia ensecuencia, los presupuestos epistemolgices y ontologicos ou tradicional ya no tienen sentido y deben ser claramente rechazados;'* adicional ya no tienen sentido y deben sr ere > % La siencia no es més que un producto histriso, cultural y social de Ja evolucién de nuestra civilizacion, tal como la magia o le relipién, y no constituye, pues, volucién de nuestra civilizacién, tal como ja magia 0 fe religion, y no one ningin saber privilegiado, sino, en dkimo andlisis, una ideologia entre otras. (La supuesta objetividad cientifica, bien como la epistemologia y la ontologia que justificasen su existencia a lo largo de la historia de la filosofia desde Descartes, no son mas que, precisamente, de lo que es ese tipo de ideologia)."* a eee ‘Un punto esencial en toda esta problematica, sobre el cual nos ocuparemos a Io argo de este trabajo, es que, sin duda, la (supuesta) muerte de la filosofia de la ciencia no es un resultado aleatorio de la evolucién reciente de a filosofia analitica sino una consecuencia inevitable de la evolucién del movimiento analitico @ fo largo de la historia de la filosofia analitica, Si ta filosofia analitice concluye hoy en dia que la Slosfia dea cienin ha muerte, ello no a ete simplemente [e_valete een de Rory_y Feyerabend, sino, esencialmente, a_ciertos_presu fil informasen del desarrollo de la propia filosofia analftica. Dicho en otras palabras: Rorty y Feyerabend no son, en realidad, los verdaderos autores de esa muerte de la filosofia de la ciencia, sino, ante todo, sus agentes histéricos més visibles; ellos no hicieron més que, en cierta medida, Hevar a su fin la explicitacién_histérica _progresiva de presupuestos que se encaman, en la propia constitueién de lo que hoy entendemos por “filosofia analitiea”, wna muerte anuaciada de la filosofia de la ciencia, para no deci, como por cero disian Rorty y Feyerabend, de la filosofia en general. Este hecho es frecuentemente ignorado en la literatura analitica y en general, porque, como se sugerira CP+ = en este trabajo, la filosofia analitica se ha ido alejando persistentemente en las titimas 4# Kad, décadas de la problemitica de su propia historia y de la historia de Ia filosofia en general. Que Ia idea de la muerte de la filosofia de la ciencia tal como anteriormente la caracterizdbamos, sea un resultado complejo de la conjuncién de varios factores histérico-filoséficos aparentemente aisledos, es algo que no sorprende en un estudio més atento, dado que, sin aquello a lo que Quine Ilamé la “indeterminacién de la referencia” y Kuhn la “inconmensurabilidad de los paradigmes”, habria sido imposible concluir la tesis a) de igual modo, sin la conocida oposicién de la filosoffa inglesa del lenguaje ordinario a la epistemologia y a la ontologia, y oposiciones similares en el campo del positivismo légico en lo que respecta particularmente 2 la ontologta, no habria sido posible concluir la tesisc), ni, probablemente, las versiones de la tesis @) propuestas por Quine y por Kuhn respectivamente, 0, por lo menos, estas versiones no serian Io que son;”” por otro lado, sin el falsacionismo de K. Popper y los “programas de investigacién” de I. Lakatos, a la par del abordaje sociolégico de Kuhn, dificilmente la “esis b) seria concebida;"* finalmente, sin el naturalismo antifundacionalista de O. ‘Neurath o el pragmatismo de J. Dewey cualquiera de las tesis anteriores estarian lejos de poder alcanzar y obtener el éxito del que indiscutiblemente gozan hoy en dia'”. Pero una vez, entretanto , importa observar que la idea de un fin de la filosoffa de Ia ciencia es pi sahnaliliai aAgRaineminnes Sanaa algo que debemos rider historicamente, no simplemente a la luz de ese contexto analitico relativamente reciente, al que acabamos de aludir, pero si fundamentalmente a la luz de los presupuestos fundadores de la propia filosofia analitica. Se trata aqui, en efecto, de mostrar la genealogia de esa idea a lo largo de la evolucién de la filosofia analitica, y de justficar la tesis de acuerdo con la cual ella deere faturalmente de los presupuestos referidos, asumiendo diferentes expresiones histérico filoséficas, pero sin alterarse de forma radical. 1, Cémo leer Ia historia de la filosofia analitica para comprender el destino de la filosofia de Ia ciencia. Una de las novedades fundamentales de la filosofia analitica contempordnea en la historia de la filosofia es su reiterada pretensién en las dos witimas décadas de, a pesar de todas las disensiones o disputas internas en el pasado y en el presente, constituir un ‘movimiento histéricamente continuo y floséficamente solidario, que seré la expresién por excelencia de la posibilidad del trabajo filoséfico en el interior de wna comunidad Uunida por un programa de investigacién mas 0 menos consensual, en contraste, precisamente, con el cardcter desarticulado e individualista de la Uamada “filosofia continental” en general, que hace que la filosofia comience reiteradamente cada vez que tun nuevo sistema filoséfico ve la luz del dia.” Corrientemente se supone que la filosofia analitica no sélo ha tenido sus fundadores en una época relativamente retrospectiva (Bolzano y Brentano, Frege, Russell o el Wittgenstein del Tractatus, en consonancia a las versiones) , aunque ellos arrojasen los fundamentos tanto de esta como de aquella concepcidn filoséfica, que los caracterizaria especialmente, pero de la propia filosofia analitica en cuanto ta, 0, lo que significa lo mismo, que ellos hubiesen creado las bases del desarrollo del mismo pensamiento analitico hasta nuestros dias. En este sentido, las diferentes etapas de la evolucién del movimiento analitico supondrin otras tantas ‘contribuciones fundamentales més para ese desarrollo, incluyendo la propia percepeién mis 0 menos final de algunos filésofos (como Rorty o Feyerabend ) de que la filosofia analitica ( y, con ella, la filosofia en general) habria llegedo a su fin, abriéndose, asf, una nueva era en la historia de la filosofia occicental” De una manera general, los filésofos analiticos contemporéneos no se habian De tuna manera general, Jos filésofos analitices contemporéneos no. se habien percatado ain de la naturaleza claramente meta-histérica y meta-filoséfica de esta representacion de su propia historia de Ia filosofia, Un primer aspecto esencial que importa sefialar desde este punto de vista, es que esta representacién es relativamente reciente: sus autores declerados, a mediados de los afios setenta, son M. Dummett, con el libro Frege: Filosofia del Lenguaje™, y R. Rorty, aleunos af mn el Ibro (ya referido) La Filosoffa y el Espejo de la Naturaleza. Antes de Dummett y de Rorty, quienes nos oftecen dos versiones de esa representacién generalmente diferentes pero complementarias en vatios puntos fundamentales, los filésofos analiticos no habjan pensado, de hecho, la filosoffa analitica en Ia historia de la filosofia en general, o, si ast se prefiere, no habjan pensado histéricamente la filosofia analitica. Verdaderamente, como un estudio minucioso podria most 3619 comienza a existir “losofiaanalitia” y a utilizarse sitematicamente, sing yaclliciones ni eseripulos historiogréficos, un concepto tal, en rigor, pocos afiog antes de los libros de Dummett y de Rorty®, Otra forma de enunciar esta idea, que tiene una larga acogida en los libros de Dummett y de Rorty que han sido mencionados, es que la representaciéa de los fil6sofos analiticos de Ja propia historia de la filosofia antes de esos autores y particularmente de aquella que se nos ofrece por Ia filosofia inglesa del lenguaje ordinario, es manifiestamente ahistérica.* No se defiende y justifica ahi en una perspectiva historiogréfica, al contrario de las representaciones mas recientes (incluyendo las de Dummett y de Rorty) ), que haya una fincién de a flasofia analitiea en euanto tal por cualquiera de los fildsofos-fundadores arriba mencionados, y mucho menos ain en contrasts con esas representaciones, que la filosoffa analitica deba regresar a cualquiera de ellos en orden a repensar su propia posibilidad de desarrollo (Dummett), 0, como tambiga es sugerido, ‘en orden a finalmente comprender que, de hecho, habré llegado al rerminus de un Gesarrollo tal, restindole camino al que vendré 2 seguir (Rorty)” . Resumidamente, hhasta el final de los afios sesenta y, més particularmente, hasta las representaciones de Dummett y de Rorty el postivismo logico (americano, de manera general después de su Epoca vienesa, la filosofia inglesa del lenguaie ordinario y el pragmatisme americano, es decir, las tres corvientes principales del movimiento analitico, convivian entre si con —— a ————E——_ooee ree la misma animosidad que separa a escuelas filosoficamente diferentes y sin historia, y ee ‘ho seguramente, con la complicidad de quien tiene, indirectamente, un origen comtin no seguramente, on OE eee ‘cualquiera; el mérito de Dummett y de Rorty, en gran parte, consistié precisamente en haber procurado ofrecer a esas tres corrientes, cada uno a su modo, una representacién histérica comin que las constituia como “filosofia analitica", al mismo tiempo que dotaban a esta altima, desde los respectivos puntos de vista, de_un programa de dotaban a esta ire ee eeeeeEeOEOEO—EeEeeeee investigacién igualmente comin, 1 Safe fingustico” que supuestamente consttuye la etapa inicial y fundadora de la filosofia analitica con Frege y/a con Wittgenstein, por ejemplo, es, en verdad, un concepto introducido por Rory en 1.967, algunos afos antes de La Flosotay el Espoo de la Naturaleza, en {a introduccién de EI beg fé Lingiiistico: Ensayos Recientes sobre el Método Fitoséfico.* En otras palabras, y poniendo esta problemética en el tinico lenguaje en el que puede _ser_verdaderamente _comprendido _por_ahora historiografico): el “viaje lingtistico” de la filosofia analitica comiensa de facto con 7 Rorty, y sélden un sentido meta-histérico y meta-filoséfico, que importa analizar, es ‘Gee Frege © Wingenstein pueden ser areditatos, como lo son comtientemente hoy en aia, con el descubrimiento del continente analitico. Lo que el “vif linghistico” significa esencialmente es la proyeccin de la filosofia analftica en la historia de [a flosofia, y la necesidad de_repensar_on origen histérico comin, més o menos programdtico, para una filosofia analitica a “eonstituir” fundamentalmente, De igual mgd, Ta geogafia flséfioa de este contnente a explora, literalment, ii clare psieoldgieos (en contraste con lo que pasaria cn le filosofia tradicional), es originalmente un programa de Dummett y de Rorty para la filosofia analitica en los dos originalments wn programa de Dummett y de Rorty par ta Rlosofia analitica en Toe os libros arriba mencionados, lo cual, or raones esencialmente meta-histéricas y meta- files6ficas, ambos atrbuyen a Frege.” Finalmente! diagnéstico de ta crisis que impidié que la filosofia analitica , en el sada, se presenlae como un movimiento solidario y orientado por un programa de investigacién comin, es atin presentado en 0s libros, y una misma causa fundamental es apuntada en los propios origenes de la Slosofia analtca: la contaminacién del pensamento flosifien por los presupuesos fundacionalistas de la epistemologia y de la metafisica que le esth asociada (Gontaminacibn que tendrfa un origen més o menos remoto, en Descartes y en Kant, otro relativamente reciente y mucho més actual, en Russell). 4 X Esta “fundacién” de la filosofia analitica, por Dummett y Rorty , no fue t inocente y desinteresada como, a primera vista, puede parecer, En orden a presentarse histéricamente en el Ambito mas general de la historia de ta fllogofia occidental, y a yest de un ab initio, la filosofia analitica (a través de Dummett y de Rorty) necesitaba, ya lo dijimos, Jjustificar que su existencia anterior més 0 menos errante que/! coneebir su fundacién y , por tanto, la fundacién de su propia historia; y un tal desiderato pasaba fundamentalmente por la proyeccién en la historia de la filosofia de ese programa del que habldbamos mds arriba y del diagnéstico de las causa fundamentales de la crisis que, anteriomente, impidieron a la filosofia analitica constituirse en cuanto tal, a lo que también ya nos referimos. El resultado fundamental de esta proyeccién fue la idealizacién filosofica de un periodo inicial en que Frege habia sguministrado los supuestos fundamentos de la flosofia analitica a través del programa referido y, en contraste, Russell_haber_contaminado el desarrollo posterior del movimiento analitico con ciertos presupuestos epistemolégicos espireos que habrian corrompido de forma mas 0 menos decisiva ese deMrrollo.”? Un periodo tal es, en verdad, una protohistoria, 0 si asi se prefiere (utilizando el lenguaje més reciente de Rorty y de Feyerabend ), forma parte esencial de la “ideologia analitiea” que y filoséfica, y, de el Dummett y Rorty de los aftos setenti, |p legitimacién histor ‘manera general, la legitimacién social e Wstitucional, de lo que ambos llamaron, desde perspectivas diferentes, “filosofia analitica”.” Yendo més lejos, Dummett y Rorty son los primeros autores de una serie de protohistorias dela filosofia analitica que, con otros, autores y diferentes fundadores, programas y diagndsticos para la misma, han verido ‘caracterizando la historiografia gnalitica en los dltimos veinte afios.” ( En lo que concieme al concepto de “idelogia", ulizado frecuentemente por Feyerabend al respecto de la ciencia, hablar de “ideologia analitca” es tal vez sorprendente y curioso, pero no deja de ser, histérica y filoséficamente , perfectamente correcto).”? Sea como fuere, las protohistorias de Dummett y de Rorty proyectaban claramente la filosofia analitica en la histori ofteciendo a la historiografia analitica posterior, en general, una hermeneutica de la historia del andlisis que no existia anteriormente y que, de diferentes ‘modos, vino a informar decisivamente las investigaciones histéricas especiales sobre cada uno de los diferentes flésofos analiticos y , en particular, sobre Russell y sobre Frege. Este timo aspecto es fundamental para poder leer correctamente la historia de inocente o gratuita: ella ha sido esencialmente un instrumento de legitimacién historica y Gloséfica, con implicaciones institucionales y sociales evidentes, por parte del movimiento analitica contemporéneo, Dummett y Rorty habjan alterado solo parcialmente el cardcter ahistérica de la filosofia analitica que los precedia, entre otras, razones porque evidentemente, no pudieron tomer perspectiva en la historia sus propias, representaciones de la historia de la filosofia analitica; en verdad, la representacién de la historia de la filosofia analftica de cada uno continia siendo esencialmente ahistérica; y lo mismo, podria decirse, es vilido para las otras protohistorias dele flosofia analitica conocidas, después de las protohistorias de esos fildsofos. Hacer de Frege el fundador de sa filosofia (0 de Russell, o de Wittgenstein ) , es hacer mitologia, y , en el fondo, ideologia , si pensamos (como Feyerabend y el Rorty de los alos ochenta piensan al EEE eee respecto de la ciencia) en Ia inevitable autolegitimacién que esa y otras protohistorias SET te ea contindan tazando para los fldsofos analiticos y las respectivas concepciones del andlisis, no es algo muy diferente, con las debidas distencias hist6ricas, como de las proyecciones magicas que antecedieron a la racionalidad cientifica.** Ahora, esa legitimacién ideolégica de la filosofia analitica parece tener esencialmente por finalidad, por lo menos desde la filosoffa inglesa del tenguaje ordinario, no apenas el rechazo de la metafisica y de la ontologia en general, pero si el rechazo de la propia epistemologia. Y Ia razin de por qué eso ocurre es que este tltimo rechazo es, aparentemente, uno de los presupuestos fundamentales de la posibilidad del + AEE linguistico” en general; hacer del lenguaje el verdadero corazén de la reflexign Silosifica pasa, en efecto, por el rechazo de la disociacidn entre el lenguajey el mundo, Jo cual es precisamente, como sabemos, uno de los presupuestos fundamentales de la lo cual es precisamente, como sabemos, uno de los presupuestes fundamentalcs oe t teoria det conocimiento “tradicional”. Pero, si de hecho es asi, sera esencialmente el ote Ke parece estar en Ia base de Ia legitimacién histérico filosofica de la filosofia analitica, 0, oe Techazo de la epistemologia y, con él, el rechazo de fa propia filosofia analiti ‘como también le hemos llamado, de la “ideologia analitica”. Y eso es lo que veremos en la seccién siguiente, 2. Cémo leer el destino de la filosofia de la ciencia en Ia historia de la Blosofia analitica ‘Un aspecto esencial que es comin a las protohistorias de Dummett y de Rorn al modo, un dominio de la filosofia analitica yo de que ella tenga cualquier cosa que ver con los fundamentos de esa filosofia . Hablando de “epistemologia” estamos hablando ‘no sélo de teoria del conocimiento, sino también, y principalmente, de filosofia de la ciencia; porque uno de los presupuestos fundamentales tanto de Dummett como de Rorty, en los afios setenta, es que la teorfa del conocimiento estd en la base de la filosofia tradicional , por oposicién a Ia filosofia analitica , y que la primera se presenté, desde Descartes y particularmente desde Kant, esencialmente como filosofta de la ciencia® Este ultimo concepto, entre tanto, no es explicitamente utilizado por esos ‘autores, por razones que tendremos la oportunidad de analizar, Ia idea general con la que se identifica, en iltimo andlisis, es con el concepto de “epistemologia". Lo que Dummett y Rorty eada uno a su modo, rechazan claramente, es en iltimo anilisis, pues, que la “filosofia de 1a ciencia” pueda constituir un dominio de la investigacién analitica, cen la justa medida en que la epistemologia en general estard bisicamente al servicio de aquella: la “filosofia de la ciencia” , analiticamente hablando, no tendria mas sentido para ambos autores. Este fin de la filosofia de la eiencia para Ia filosofia analitica de los affos setenta no es, entre tanto, el primer certificado de ébito en la materia pasado por los filésofos analiticos; su interés para nosotros aqui consiste en el hecho de que él es, sin dud, el primer certificado escrito a la luz de una representacién de la historia de la filosofia analitica. En todo caso, una lectura ms atenta de los presupuestos histérico-filoséficos “que estan en la base de esa representacién nos permite poner en evidencia la idea absolutamente esencial para nuestros propésitos, de que, cuando Dummett y Ror de la ciencia, ésta estaba hacia mucho tiempo _muerta_para_ciertas_vertientes T fundamentals par ceeas verepterfundarentales del movimiento aaltico desde ls ‘caron en los respectivos programas para la filosofia analitica el fin de la filosofia afios cincuenta, en este caso, para la filosoffa inglesa del lenguaje ordinario, y, en larga americana” (Quine, Puttnam, D. Davidson, ete.)” ¥ en este punto es necesario abordar algunos espectos de la historia més o menos oculta del movimiento analitico entre los afios cincuenta y los libros de Dummett y de Rorty, en los afios setenta, que hemos venido analizando. Veremos que la idea de un fin de Ja filosofia de la ciencia, en esa época, es algo corriente, No nos refetimos apenas a la reduccién de la filosofia de la ciencia a una “epistemologia naturalizada”, hecha por Quine al inicio de los afios sesenta, ni a su vision holista de la epistemologfa en “Los Dos Dogmas del empirismo”, aprincipios de los afos eincuenta; Tenemos en mente, eunqué penetaimeia, teAidcoka Dritanica de esa época ge“hangra-genéfal. Abordar la “introduccién” de Rorty en El Hae Lingaistico, desde este punto de vista, es un buen pretexto para comenzar. ‘Una de las curiosidades filoséficas de esa edicidn de Rory es que el texto de Quine seteceionado para publicacién son algunos pasajes del libro La Palabra y ef Objeto, donde Quine retoma las teorfas de Carnap a propésito de la nocién de “ascenso semntico”. Se trata, para decir la verdad, de un texto csencial, ain hoy en dia para los ‘comentarios sobre Quine, peto no por las razones que, probablements, llevaron a incluir a Rorty gn su edicién.” Rorty ignoré expresamente que 0 veka Dos Dogmas”, o bien tos textos de Quine a critica del positivismo légico vienés es hecha en la perspectiva de la reformulacién de ta concepcién tradicional de la filosofia de la ciencia istemologia . Posiblemente, é! lo hizo y.mis precisamente, de la naturalizacién de la porque el fin de la filosofia de Ia ciencia, y no s6lo la reformulacién de ese concepto (por muy grande que fuese esa reformulacién, como sucede en la filosofia de Quine), era algo enteramente pacifico para la filosofia inglesa del lenguaje ordinario, y Rorty, que pares adoptaba garTtafura las posiciones claramente anticpstemolégicas de M. Black, J Urmson y G. Ryle, entre otros, seguramente no attibufa interés filoséfico @ las “concepeiones relativamente aisladas de Quine y otros filésofos de ta “escuela americana’. Esta interpretaciéa tiene una fuerte acogida en la “Introduccién” de El he Lingiistico, Rorty pasa revista a los presupuestos de las diferentes vertientes internas de Ja filosofia britdnica en los afios sesenta (poniendo en evidencia el cardcter conflictivo de esos presupuestos entre sf), en orden a avalar las posibilidades de constitucién de la filosofia analitica como tal, es decir, como un movimiento subordinado coherentemente ‘a un mismo programa de investigecién, que realizaria finalmente, el desidera de lingtistico”, La conelusién a la que él llega no puede ser més catastrfica: en cone tanto los flésofos analiticos no depuren completamente sus Investigaciones de todos los presupuesios de origen epistemolégicos, esa posibilidad de constitweldn esta claramente desviada, de tal modo que, a la Targa, es Ia propia flosofia analitica la que parece estar inremediablemente condenada.”’ Rorty no justifica a la luz de la historia de la filosofia analca esa onsen, of pelea gla tipo de anmumentastn de crétr semantico, como Quine, de modo e/fundementar, no diremos ya la idea de una muerte de la filosofia analitica, que él sugiere explicitamente a lo largo de su introducciéa, aunque si la idea de Ia muerte de la filosofia de la ciencia y de fa epistemologia en general." En contraste, su argumentacién tiene aquella misma vena dogmética y poco flosdfica de las investidas de los flésofos del lenguaje ordinario contra diche “filosofia tuadicional", como Black © como Urmson: anilisis de los presupuestos. “mets: floséficos", como él dice jeontrediccién entre los presupuastos, luego, refutacion de tos presupuestos! (Estamos lejos ain del libro de Rorty La Filosofia y el Espejo de ta Naturaleza, publicado doce aflos después de EI Hhrafe Lingtistico). Verdaderamente, Rorty, en 1.967, era (tal vez sin saberlo) un filésofo inglés del lenguale ordinario, sifo cen las intenciones por fo menos si en las consecuencias = Lo que la filosofia inglesa del lenguaje ordinario_decia_hace mucho eae fe hon oS ——EETTEOe— eT insistentemente, en efecto, era que la teoria del conocimiento y la epistemologia en General son no sélo esencialmente, sino apenas, un resultado de la falta de comprensién “filoséfica de la “logic ja del lenguaje ordinario, investigada cual de ellas perderia Id legitimidad que la filosofia tradicional les habia atribuido, durante siglos, como el 2 Verdadero niicleo del pensamiento filoséfico.” (Feyerabend, en su autobiografia, no deja de sefialar la importancia de este hecho, y su influencia sobre su propio pensamiento).* Esta tesis asummia diferentes versiones en consonante a los fildsofos en cuestién: Black ‘era, tal vez, el mas consistente ¢ inteligente de ellos, eae eee lara traspasaria - , y tomandose, de hecho, en el “idedlogo” de la nueva filosofia lingitistica.** P,Strawson, que comenz6 por ser un fervoroso defensor de esa filosofia , poniendo su reflexién al servicio de la misma en una de Jas tareas mas delicadas ( 1a critica de la teoria de las deseripciones de Russell), acabé por dejar de lado a partir de Jos afios sesenta, con algunos escripulos, sus viejas repugnancias, aceptando pacificamente la importancia en generate la epistemologia y de la ontologia;“* y Ryle, que inicié su carrera analitica procurando extender al campo lingiistico algunas teorias de Russell, para después adaptarlas, a su modo, a ciertas teorias del propio Wittgenstein, siempre eultive secretamefigen el fondo, la idea tradicional respecto de la importancia de la epistemologia y de'la Sntologia, no obstante, evidentemente, la rechazase cuando se tratase de justificar sus concepciones."” . Para los filésofos ingleses del lenguaje ordinario, en su conjunto, como para Rorty y para Feyerabend en los afios ochenta, la teoria del conocimiento y la epistemologia en general, es decir, una vez més, la filosofia Descartes, la cual habia Wlegado ahora a su terminus completamente, y noun simple interludio en la historia de la filosofie analitica, EI hecho de los filésofos britinicos de no user expresamente e! concepto de “filosofia de la ciencia”, pero si el de epistemologia, no es, por tanto, histérica y com Toséficamente diferente, EI uso explicito y reteréo del concepto en sentido claramente peyorativo,® por parte de los filésofos analiticos sélo se verificaré mas -recientemente, en un contexto complejo en el que , por un lado, el nuevo abordaje antipositivista de la ciencia de Popper, Lakatos, Kuhn y otros , parece rehabilitar, a pesar de todo, la filosofia de la ciencia en el ambito analitico, ” y, por otro lado, el impacto de Ia critica de Quine de la epistemologia fundacionalista tradicional de modo general, a partir de los afios setenta, condujo, de hecho, @ la percepcién més o menos generalizada de que la filosofia de la ciencia en general, ahi incluyendo en cierta medida el propio abordaje sociolégico de Kuhn, habia Hegado a su fin. En cierta manera, no fueron los filésofos analiticos, propiamente dichos, los que comenzaron a reutilizar el eoncepto de filosofia de la ciencia, después del estadio positivista por él atravesado,® pero, en rigor, los criticos del positivismo légico ellos mismos, excepto algunos, como Kuhn, hubiesen. ‘comprendido que él no servia mds a los propdsitos del nuevo abordaje antipositivista de sentido en que ésta se identificard no sélo con la teorfa del conocimiento, sino, sobre todo, con la filosofia de la ciencia ). Cuando Rorty y Feyerabend, mas recientemente, nos hablan de “filosofia de la ciencia”, ellos estan reformulando, de acuerdo con ese nuevo contexto hist6rico-filoséfico al que nos referimos al comienzo de este trabajo, el viejo concepto analitico de “epistemologia”, siempre rechazando al primero, en el fondo, por las mismas razones que rechazarian al segundo. En efecto, parece muy verosimil que, sin la conjuncién del impacto de la critica epistemoligica de Quine con el de la nueva filosofia de la ciencia (la de Kubn, concretamente), las consecuencias de esa critica en lo que concieme a la nocién de filosofia de la ciencia en general no tendrian el poderoso alcance histérico-filoséfico que hoy conocemos. ¥ esto porque, como ya se tefirié de pasada, ni el ataque de Quine a la nocién tradicional de epistemologia nia sus objeciones mds 0 menos finales @ la filosofia de la ciencia del positivismo logico, que estan estrechamente asociadas a ese ataque, representaban verdaderamente una novedad pare la flosofia inglesa del lensuaje eidingrio. Las relaciones entre ésta ultima y el positivismo fueron siempre, desde el principio, relaciones de franca hostilidad, a punto de poder decir que, de hecho, el gran Ghemigo de aquella era, no la metafisica tradicional o el M. Heidegger que R. Camap “ecuelas” era, evidentemente, al papel fundamental que los positivistas conferian a Ia “epistemologia y a la filosofia de a ciencia, el cual, para los filésofos ingleses del onal. Esos enguaje ordinario no era esencialmente diferente del de la filosofia tradi {ilésofos, y Black en especial, no dejaban de valorar la importancia de la filosofia del lenguaje para los positivistas, que les parecia constituir un hecho generalmente positivo, pero ponian serias reservas o bien en cuanto a ls justficacién légico-matemitica de wna filosofia tal (en’ Camap coneretamente), 0 bien, sobre todo, en cuanto @ su fundamentacién epistemolgica."* El resultado esencial de estas divergencias, como —————— decimos, fue que, durante aproximadamente dos décadas, las dos escuclas se ignorasey > (y detestasen) mutuamente. En este content, el ataque al postvismo légien era seguramente bienvenido por Ia filosofia inglese del lenguaje ordinario, y, en whtimo anilisis, no representaba algo verdaderamente nuevo; no porque, obviamente, el holismo y el relativismo seménticos de Quine fuesen comprendidos por esa filosofia, sino justamente porque los filésofos ingleses no estaban preparados, en general, para percibir su significado.** Fue necesario esperar a la nueva filosofia de la ciencia, y en particular a la nocién de “inconmesurablidad entre paradigmas” (de Kuhn), para que el holismo y el relativismo de Quine entrase en el imaginario filosdfico contemporéneo. ‘Uno de los papeles mas importantes en el movimiento analitco de os Hlésofos 2 quienes Dummer lam, en los afos setenta, “escuela americana”, fue sin duda, el haber quienes Dunnett Lan6, €n os afos sete, “STE constituico un puente entre los fildsofos ingleses del lenguaje ordinatio y el positivismo \Jgleo, No se tratd apenas de Quine, pero sf, en general, de Putnam, de Goodman, de Rony y oes. Dummett, perinentemente, sefialé el hecho, viendo en él la expresion de— iac-eséncial de un “alineamiento histérico del movimiento analitico” que estaria posibil fen la base de sus propias propuestas, con Frege: Filosofia del lenguaje y textos siguientes, para un “desarrollo sistemético de la filosofia analitica”®®, Pero las razones que Dummet presenta para justificar ese “alineamiento”, concretamente, la posibilidad de que se abritia (con la contribucién de la “escuela americana” en general) para el desarrollo de una teorfa del significado “pura” 0 exenta de los presupuestos epistemolégicos tradicionales (incluyendo ahi Ios del positivismo légico), no parecen ser enteramente correctas, porque tanto Quine como Putnam, por ejemplo, continuaban } ) / atin pensando [a filosofia, en larga medida, en la estela de la epistemologia. 57 El aspecto / fundamental de ese alineamiento parece ser, lo siguiente: si es verdad que Ja “escuela del positivismo légico, y, por tanto, iba al encuentro de la orientacién general "(qatiepistemoldgica) de la filosofia inglesa del lenguaje ordinario, por otro lado, ella Gstaba lejos de subscribir las tesis puramente linglisticas de esa filosofia, aunque, -imnplicitamente, la respetase de manera general; dandose por un lado Jo que se quitaba ca comenzé a zozobrar por el otro.** En el fin, es decir, cuando la filosofia brit porielieee “laramente en el inicio de los afios setenta, y cuando el propio positivismo légico daba jgualmente seiales de vida cerea de la misma época fue esa estrategia de la “escuela americana” la que Je valié 1a supremacia en el pensamiento filos6fico anglosajén contemporineo.* < é Esta actitud ambigua de la “escuela american tanto durante el positivismo légico como la filosofia inglesa del lenguaje ordinario, puede ciertamente explicarse, en -mbros mas importantes, parte, a través de la biografa intelectual de algunos de sus como Quine, que hicieron una parte significativa de su aprendizaj filos6fico primero con Carnap y olros fundadores del Citculo de Viena, y, después, con la “escuela de Oxford” en general. Pero este tipo de explicacin, seguramente, es insuficiente, por dos razones esenciales. La primera es que esa actitud de ambigiedad parece surgir generalmente de la misma vision al respecto de Ia historia de la filosofia que atribuimos genéricamente al movimiento analitico antes de las protohistorias de Dummett y de Rorty: Quine lieralmente, partia de aquellavisién ahisttica de la filosofiainglesa del Tenguaje ordnari que levé a Unnson préticamente a rechazar, avant la lere ta idea de que le filosofia del andliss tuviese cunlesquiera fundadores hist6ricos (como Frege, como Russell y como Witgenstein), pero también sugerr explicitamente Ia idea de un ab initio revolucionario de esa filosofia con los filésofos de Oxford; como también parca, sino de la misma visién abistériea del positivismo ldgico en general, en su época americana, por lo menos ,de su evidente falta de interés respecto de la historia de la Filosofia y del lugar, ahi, dela losofia en partcular.60. ¥ la segunda, que Kende don ta primera, pero es sin duda mucho més importante (por razones als que sludimos en ‘a scccién anterior ), es que esa visién ahistérica, constiuyé, sorprendentemente, un instrumento de legitimacién histticay filosbfice de Ia obra det propio Quine . y, sobre todo, de su concepcién de la ciencia Vemos aqui, especialmente, lainerpretacién que Quine nos oftece sobre la historia del positivismo logico vienés y su papel en la evolucién del movimiento analitico en general. Una de las caracteristicas escnciales de esa interpretacién es la identificacién del ‘positivismo légico vien¢s con una filosofia de Ia ciencia esencialmente reduccionista ancinaturalista, Para Quine, que toma como ejemplo privilegiado Camnap, el positivismo subscribirfa la idea, en la estela de Russell y, en parte de Wittgenstein, de que todo el conocimiento ciemtfico deberiareducirse por fn a os dads de los sentides, y hacer asi seberia reduchsse por fin a los dados de los seatidos, y hacer asi, de la filosofia un intento de fundamento de la ciencia precisamente a través de esa Supuesta altima base del conocimicnto." Ahora bien, segin él, este proyecto es verdaderamente imposible de realizar, porque su prosecucién conduce a contradicciones insalvables en la propia teoria de [a ciencia positivista.” En una primera versién de su | critica positivista, durante los afios cincuenta, Quine llegé a la conclusién no sélo de que el proyecto positivista habia fracasado, sino, més que eso, que ese fracaso era la expresién del fracaso de la epistemologia fundacionalista en general. Al reduccionismo, argumenta él, oponer una visién claramente holista de la ciencia, siendo imposible desde tat perspectiva justificar la existencia de cualquier base Ultima para el conocimiento cientifico, y mismamente proceder a cualquier demarcacin epistemologica razonable en el interior de la propia ciencia; el inico criterio legitimo de justficacién de la cienecia, mantiene Quine, es su capacidad para predecir y controlar, aunque un criterio tal no es epistemotégico, porque constituye la esenca de Je propia actividad cientfica en cuanto tal® Al anintralismo, por su pate, Quis ide de que a filosofia debe renuncar ‘completamente a su pretensién de fundar Ia ciencia y el “conocimiento” en general, identificéndose en tltimo andlisis, de una forma que queda por elucidar de modo general con Ja ciencia misma.” ‘Ahora, como la literatura especializade al respecto de la historia del positivismo im historia es claramente falsa en una serie de puntos fundamentales. Es falso, por Gemplo, que la caracteristica esencial de la fllosofa de fa ciencia positivista sea el Ecfendido de diversas formas desde el principio de los aftos veinte, perspectivas epistemoldgices indiscutiblemente holistas, que, como sucede con Newrath, antieipan de una forma notable las concepciones del propio Quine.“ Y es igualmente falso que toda la filosofia de Ia ciencia positiviste sea antinaturalista, y ,en particular, que la filosofia de Neurath lo sea: desde 1.915, el conocido idedlogo y propagandista del circulo de -Viena venga a defender precisamente el mismo tipo de vam aios mas tarde, la filosofia de Quine tomard célebres, literalmente, que ¢s engafioso demarcar ontolégicamente la ciencia del mundo en general en orden a, por esa via, transformarla , ¥ que el verdadero interés de la ciencia consiste en su en objeto de ta epistemologi uiilidad social, es decir, en la prosecucién de algo que, en ultimo andlisis, no es filoséfico.* Tr Seria muy benevolente de nuestra parte, sin duda, decir simplemente que Quine estaba errado histéricamente, que él, por ejemplo, no tiene en cuenta todos los datos conocidos, 0 que él los interpret mal, porque una explicacin tal, aunque una vez, seria seguramente insatisfactoria a la luz de fo que sabemos de la biografia intelectual de ese autor.’ En contraste, la explicacién adecuada no puede ser otra sino aquella que ssugerimos en la seccidn anterior: la historia de la flosofia aparece, en Quine como en jos Albsofos analiticos en general, esencialmente como un instrumento de legitimacion de sus propias concepciones filos6ficas, y, en especial, de este o de aquel paradigma de anilisis a desenvolver, que caracteriza a cada una de ellas. Y fue por ¢50, de hecho, lo he sucedié posteriormente con le cxtica antipositivista contempordnea en su conjunto, Gm gran parte, en la secuencia de Quine: el positivismo [6gico como un todo fue eéneamente identificado con una filosofia antiholista y antinaturalista, y con él, precipitadamente, también lo fueron los supuestos responsables ellos mismos de esa situacién, esto es, Russell y Wittgenstein.” En el caso de Quine, como se dice anteriormente, los presupuestos histérico-filos6ficos de su lectura de la historia det analisis coinciden de modo general con aquellos, claramente ahistéricos, de la filosofia del lenguaje ordinario en los aflos cincuenta y sesenta: ruptura clara con la historia de la filosofia en general , incluyendo ahi el pariente préximo de los fildsofos ingleses (el positivismo vienés); y un nuevo ab initio para el movimiento analitico, Pero ésta es una particularidad histérica relativamente secundaria para nosotros aqui. Con los “Dos Dogmas del Empirismo” estamos todavia a veinte ailos de las protohistorias de Dummett y de Rorty , y de otro ab initio, de este modo concebido explicitamente a la luz de la historia de la filosofia y de la historia de la filosofia analitica en especial, El ejemplo de Quine es interesante, sobre todo, desde aquel punto de vista cesencial en el que nos colocamos hasta aqui respecto del papel de la filosofia de la _ciencia en la evolucién de la filosofia analitica: es que Quine, con su rechazo de la epistemologia fundacionalista, esté reclamando un nuevo punto de partida para la filosofia analitica de 1os afios cincuenta que habia sido, cerca de cuarenta afios antes, el punto de partida propuesto al positivismo logico para aquel que fue, indiseutiblemente, su gran idedlogo y promotor (Neurath); pero, poniendo de Indo el problema de la prioridad histérica al que acabamos de aludir, él esté poniendo nuevamente en el centro “fondo tal que debemos comprender ta no« del debate analftico, con la mayor claridad posible, la cuestién de saber como es que sea posible pensar la filosofia analitica, y la filosofia tout court , independientemente de presupuestos epistemoldgicos. Es la misma cuestién, en el fondo, que el propio Quine recusard durante los afios sesenta, que Dummett y Rorty leerdn a la luz de la historia de la filosofia a mediados de los afis setenta, y que esté en el origen del pleonasmo de Rorty y Feyerabend, actualmente ,respecto de el “fin de la filosofia de la ciencia™. Observaciones finales Filosofia de la ciencia : leyendo Ia filosofia en fa historia y Ja historia en la filosofia La tesis de que la filosofia de la ciencia ha Ilegado a su fin, de Rorty y de Feyerabend , esti lejos de constituir , como hemos visto a lo largo de este trabajo, un hecho enteramente nuevo en la historia de fa Glosoffa analitica . Sin dud, ya la idea de que es imposible demarcar la ciencia de las otras dreas de Ia cultura, ya la idea de que es imposible caracterizar esencialmente la ciencia a wavés de un método especial o de una relacion especial con la realidad, son relativamente nuevas en la flosofia analitica chacion sec! oe eeerrrrc—m——s contemporinea. Sin embargo la argumentacién filosofica de cualquiera de esas ideas embargo la argumentacién filosofica de cualquiera de esas ideas ene como telén de fondo fundamental el mismo rechazo de la ontologia y, en particular, de la epistemologia que Hlevé a los filésofes analtticos en el pasado (por Gemplo, que Hlevo a los filésofos ingleses del lenguaje ordinario durante Jos afios cineuenta y sesenta) a rechazar la posibilidad de la existencia de cualquier cosa que padiese ser llamada “filosofia de la ciencia”. En verdad, es precisamente en un telén de jn analitica moderna de un fin de la filosofia de la ciencia; Rorty y Feyerabend no hacen més, en cierto sentido, que reformular ese rechazo analitico tradicional de la filosofia de la ciencia, dindole una justificacién més amplia en el contexto de una reorientacién de Ie filosofia de la ciencia contemporinea que resulté del fracaso de la epistemologia positivista y que no es especificamente analitiea (Popper, Lakatos, Kuhn y otras) Esta pérdida relativa de la originalidad de las tess de Rorty y de Feyerabend no significa, con todo, que ellas hayen perdido mis o menos decisivamente su actualidad, porque [a discusién de esta whima, en SIkimo andlisis, implica precisamente una discusién més general, respecto de la posible actualidad del rechazo de la epistemologla en el dmbito de la propia historia de la Glosofia analftca. La historia de la flosofla analitica, en efecto, no es mas que un largo epitafio sobre el fin de la epistemologia y, sobre todo, dela filosofia de la ciensa, Discutir Ja posibilidad de esta tltima, hoy en io, significa, por tanto, diseutir las racones historias y filoséficas que llevaron a los filésofos analiticos en el pasado rechazarla mis 0 menos explicitamente, y, claro est, iscatr Te Tegitimidad de ese rechazo; y e50 pasa, en gran parte, por una discusién roapecto de la teoria analitica de la historia de la losofia, en la medida en que, como se ha sugerido en este trabajo, una teoria tal se esienta en ciertos presupuestos ietahistéricos y metafilosoficos que estin lejos de ser completamente evidentes 0 inocentes, y que parecen constituir (ellos mismos) un hecho enteramente nuevo en la inocentes, y que parecen constituir (elles mismos) un hecho enteramene nuevo en is Ristoria de la flosofia occidental (por lo menos, cuando los comparamos con los presupuestos usuales o tradicionales) El cuestionamiento de esos presupuestos, y en especial el de que la epistemologia no atiene sentido y debe ser abandonada, parece indicar que, en una serie de aspectos fundamentales, la Lectura de la historia de la filosofia hecha por los filésofos analiticos en el pasado es ella misma histérica y filoséficamente discutible, y parece abrir asi, una via altemativa e inesperada de reflexién respecto del papel de la epistemologia en el propio émbito analitico. Lo que se ha sugerido en este trabajo no es que esa lectura sea enteramente falsa, 0 que ella no dé cuenta a su modo de todos los “hechos histéricos relevantes pero si, antes, que ella era la tnica lectura posible de acuerdo con el presupuesto més 0 menos adquirido, del rechazo y abandono de la _epistemologia; y , por otro lado, fo que se dedujo finalmente de esa sugestién es que, dado el caricter parcial y engafioso de la lectura analitica de Ia historia de la filosofia , nosotros tenemos todas las razones, hoy en dia, para cuestionar la legitimidad del propio rechazo analitico de la epistemologia. Una deduccién tal, importa referimos @ ello, no se asienta en una argumentecién de cardcter metafiloséfico como aquella que resultarfa de situamos en contra o a favor de la epistemologia, 0 mucho menos, de Ia filosofia analitica, Al contrario, nuestra sugestién principal consiste en procurar ver la filosofia en la historia y, complementariamente, Ia historia en la filosofia, siguiendo generalmente la idea de que esa es tal vez la forma mas adecuada (aunque ciertamente no sea, sin duda, la mis usual) de pensar el destino de la filosofia de la ciencia hoy en ia NOTAS A PIE DE PAGINA 1. Ver Quine, W. vO, Ontological Relativity and Other Essays, Ed, Columbia University Press, [New York y London, 1969; trad, francesa de J. Largeault, Relarvité de Vontologie et quelques autres essai, Ed, Aube, Paris, 1977, especialmente, cap. 3, "L¥pistemologie devenue naturelle", pp. £3-106. Pera una lectura de las tesis de Quine, en ese eapitul, véase Komblith, H., “What is Naturalized Epistemology", in Naturalising Epistemology, Ed, H. Komblith, The Mit Press, Cambridge- Massachusens/London-England, 1994, pp 4. fer algunos importantes ensayos de R. Rory, en Philasophical Papers: Objectiviy, ‘Relativism, and Truth vo. 1, Ed. Cambridge University Press, 1991, iteralmente, "Science as Solidari (pp. 35-45) y "Is Natural Science a Natural Kind?" (pp. 4662). Para una interpretacién de algunos aspectos de la teorla de Rory al respecto del fin dela filosofia ds la ciencia, ver Reading Rorty: Critical [Responses to ‘Philosophy and the Moror of None" (and Beyond), Ed. A. R. Malachowski, Blackwell, ‘Oxford-United Kingdom/Combridge-USA, 1990, Sobre Ia toria de Feyerabend, véase Against Method, Ed. New Left Books, London, 1978 (wraducein, uilizada en este trabajo, de M, Serres Pereira, Contra 0 “Método, Ed. Relogio ¢Agua, Lisboa, 1988); Ssionce in a Free Socien, Ed. New Left Books, London, 1978;y Farewell ro Reason, London, 1987, Para una intxpretacién especializada de! autor, véase Beyond eazon: Essays on the Philasophy of P. K. Feyerabend, €4. de G. Munevar, Kluwer Academic Publishers, DordrechyBoston/Loncon, 1991, W. H. Newion-Smith ofrece una discusién de las teoriss de Rory y de Feyerabend en la filosofia de la elencla contemporinea en The Rationality of Selence, Ed, Routledge, London y New York, 1981. ¥ M. Ti de esas teorias en An Introduction to Historical Epistemology: The Auiority of Knowledge, Ed. Blackwell, 1993 (especialmente, pp. 107-207). 1 J Tiles diseuen ls implicaciones epistemotogicas ‘3. Esta es una interpretacin erénea, que se realiza a menudo, Por ejemplo, esta interpretacién de Holion, G., Science and dntiSeience, Ed. Harvard University Press, Cambridge. Massachusetts/London, 1994, Vésse, especialmente, cap. 5, "The Controverse over the End of Science”, pp. 145-180. Holton interpreta la teoris de Ia ciencia de O. Neurath como siesta defendiese un fin, no de la ilosofia de 1a eienea tracicional, pero justamente un finde Is propia ciencia (fo mismo sueede con su innerpretacién dela teoria de H. Putnam), (Véase Idem, ibidem, p. L40.y 5s). Eso es, sin duds, falso, sobre «todo al respecto de un hombre (como Neurath), que dedied gran parte de su vida e defender y promover tun ideal de la ciencia y de su intligibilidad. Haremos algunas ceferencias a este respecto al final del presente trabajo (pp. 30-31), 4. Kuhn seguramente no subseriira ln idea, de Feyerabend, segin la cual cienciae ideologia se Identifcan, en dltimo andlisis, 2 pesar de que acepte la versién de Feyerabend a propésito de la reacciona ante la “defense inconmensurabilied de ls tori cientfieas. En "Reflections on My Cris of irationality in science” hecha por Feyerabend a propésito de sus props teorias, él hace natar que exo "seems to me not only absurd bat vaguely obscene." En contrast, lo que el mismo Kuhn quiere mostrar es ‘que “existing theories of rationality are not quite right and that we most readjust or change them to explain Why science works as it dees.(KUHN, T,, "Reflections on My Critics", in Criticism and the Growth of Knowledge, Ed. 1. Lakatos & A. Musgrave, Cambridge University Press, 1982, pp. 263-264. Vedse también el trabajo de Feyerabend publicado en la. misma edict, "Consolations for the Specialists", pp, 197-230, especialmente, pp. 219-220) La ertea de la nocion holista de incomensurabilidad, que Rorty enomina fecuentemente de "versién Kubn-Feyerabend", es hecha generalmente luego en Philosophy and the Mirror of Noture, Ed. Princeton University Press, 1979 (aqut ctado en Ia trad, portuguesa de Jorge Pies, Filosofia e o Espelho da Netureza, Eé. Dom Quixote, Lisbos, 1988), especialmente, cap. VI, 'S. Rony conclurd del siguiente modo "is Natural Seience a Natural Kind: "Scientific sationaity' is, on this view, a pleonasm, not a speciation of @ particular, and paradigmatic, Kind of rationality, one whose nature might be clarified by a discipline called philosophy of science’, We will not call it science if force is used to chenge belief not unless we ean discern some connection our ability to predict and control. But neither of these criteria for the use of the term ‘science’ suggests that the demarcation of science from the rest of culture poses distinctively philosophicat problems." (RORTY, Ry Objectivity Relativism, and Trath, p. 62) Feyerabend, por su parte, afta: "Las entidades postuladas por la iencia no son descubieras, y ne conatituyen un‘estadio objetivo’ para tods las cultura alo largo de le historia, Son moldeadas por grupos, evitums,civillzaciones pertculares; y son moldeedas, edemés, partir de un materiat que, segin el modo como ha sido tratado, es susceptible de provesrnos de doses, expivitus, una naturaleza que es mas compafera del hombre que un laboratorio de sus experiencias como quarks, campo, moléculas, placa tecténieas." (FEYERABEND, P, Contra o Método, cap. 20, p. 328) G Fioalidades morales distntas;y eso parece resltar det modo come cada tno de ellos encara Iss relaciones ‘Las erltieas de fa filosofia de Ia ciencia, por pare de Rory y de Feyerabend, tienen pues entre la ciencia y la moral. Rony muestra emo la "racionalidad cienifica" es presupuesto dz una concepeiéa de la moral, y, como é:ta, una vex destronada equa, debe ser ella misma abandonada: *. tis tempting-though, ona pragmatis view, ilusory-to thik thatthe prevelence of such virtues fhonestide pacienia ezonabildad, te.] among scientists has something to del with the nature of ther procedures. “But if as el oe views pragmatism asa sucsssor movement to romanticism, one wil se this wetion of reason as one of its principal targets. So we pragmatists te inclined to say that there is no deep explanation of why the same people who are good at providing us with technology also serve as good “examples of certain moral virtues... On a pragmatist view, rationality snot the exercise ofa faculty called “eeason'-a faculty which stands in some determinate relation to reality. Nor isthe se of a method. I is simply a matter of béing open and curious, and of relying on persution rather than fore.” (RORTY, Ry “ls Natural Seience a Natural Kind?", i op. cit, pp. 61- 62). Romy opone, pues, la cienca como seience is exemplary i that itis a “objetividad”, als eiencia como "solidaridad": “the only sense in whi rmadel of human solidarity", en la medida en que ella, no pretende ser “more ‘objective’ or "logical or ‘methodical’ of devoted to trt “five and open encounter." (RORTY, R, "Science as Solidarity®, in op. elt, p. 39) Véase ademas de Rorty, Contingency, Irony and Solidarity, Ed, Cambridge University Press, Cambridge, 1989, cap. 9; mas "give concretness and detail tothe idea of unforced agreement™ 0 Solidarity’; trad, portuguesa de N. F. de Fonseca, Continencia, Ironia y Solidariedade, Ed, Presenga, Lisboa, 1994, pp. 235-246,~ Podriamos decir que Rortyapela a fa moral ineluso cuando erties la moral Ae ls “racionaided ciemtifica. Este tipo deafirmacidn parece estar ausonte de la teorla de Feyerabend. La “racionalidad cienifica" es sinénimo, tanto para él como para Rorty, de autoritarismo y de falta de libertad individual, pero Ia altomative anarquista que él propone es generslmente independiente de afirmaciones moraies: "el pluralismo de ideas y formas d= vide es parte esencial de cualquier inquirimiento recional acerca de la naturaleza de las cosas... Y un método que incita ala variedad y op. cit, p. '50), Pero al fente, con todo, él nos habla de ciertos presupuestos morales desu flosofa: “Pienso que i también el nice método compatible con une perspectiva de humanidad." (FEYERABEND, cconsiderdsemos todas las realizaciones tansitoras, restitivas y personales, y toda la verdad como ‘read por nuestra amor, y no come ‘descublert, podrlamos impedir el deterior de las promesas de los ventas de hados de otros tempos, y pienso también que es necesario elaborar una filosofia nueve o una religlén nueva para dar contenido a esta conjeturasistemitea." (IDEM, ibidem,p. 362) "Ver, en este sentido, el wabajo de Quine "Epistemology Natoralized", ctado més ariba (nota 1). Quine defiende expresamente que su epistemotogla naturalizada es ain, en clerta medida, "losofa de Ja clencia"; "Lancienne épstémologie asprait contenir, en un sens, la science de a nature, quelle aurait ‘voulu construire a partir des donne sensorilles,Iaversement, dans sa novvelle présenation, la science de Ja nature contiont I'Spstémologie a tte de chapite de Is psychologe. Liencienne relation de contonant a contenu subsisie tout de meme a sa fagon. Nous cherchons comment le sujet humain, que nous étudions, postule des corps et projete sa physique a partir de ses données, ot nous tenons compte que notre situation dans Funivers est juste Ja meme que la sienne. Notre entreprse épistémologique proprement dite, la psychologie dont cete entreprse est un chapitre,Tensemble de la seience de la nature dont I psychologie cat un tome tout cele est notre propre construction ou notte propre projection a partir de stimulations analogues a celles dont nous Fisions les honneurs @ notre sujet épistémotogique. 17» a dane relation dy contenant a come et réciproguament, bion qu'on des acceytions diférenes, de 'fpistémologie dans la science de la nature, et de la science de la notre dans Iipistdmologie.” (QUINE, W. v. 0. "Lipistémologie devenue naturelle" in op. ety p. 97, sub. nuestro.) 8. Ver, en este Gibson, RF, "Translation, Physics, and Facts ofthe Matter", in The Philosophy of W. ¥. O. Quine, Ed. Y. Hahn y P. A. Schilpp, La Salle, tlinois University, Open Cour, 1986, pp. 139- 114; y fa respuesta de Quine, "Reply to Roger F. Gibson’, in sbdem, pp. 155-158. O incluso, Quine, W. ¥.0, "Let Me Accentuate the Positive", in Rereading Rorty, pp. 17-119, Sobre la ertica del relativismo de Putnam al relativism, y particularmente de sus objeciones a Rony y a Feyerabend, véase Putnam, Reason, Truth ond History, Cambridge University Press, Cambridge, 1981, eap: V (rad, francesa de A. Gerschenfeld, Raison, Vérié er Histoire, Ed. Les Editions de Minuit, Pars, 1984, pp. 119-143),

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