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Las obligaciones de no hacer se caracterizan por su contenido negativo:

su objeto consiste en la abstención de algo que, normalmente, el deudor habría podido


efectuar si no se lo impidiera la constitución de la obligación.

Así, la obligación de no ceder las ventajas de un contrato; la obligación de no subalquilar


una casa; la obligación de no instalar un cierto ramo de negocio.

Estas obligaciones no se diferencian sustancialmente de las obligaciones de hacer, pues su


objeto es siempre un hecho de conducta del deudor, solo que tiene signo negativo en las
que ahora tratamos. Es una diversidad accidental que no impide la proyección de norma de
unas a otras obligaciones, en la generalidad de las situaciones.

No obstante, una diferencia de régimen se observa en cuanto a la constitución en mora.


Mientras las obligaciones de hacer caen en su caso bajo la exigencia de la interpelación del
acreedor, las obligaciones de no hacer están exentas de ese requisito: el deudor incurre en
mora, automáticamente, por la sola realización del hecho del cual debía abstenerse.

1) Orden de restricción
2) Prohibición de fumar en determinados sitios
3) Prohibición de venta de licor a menores de edad
4) Prohibición para estacionarse en zona roja
5) Prohibición de Armas Químicas
6) Cancelación de permiso de venta
7) Cancelación anticipada de préstamo hipotecario.

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