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LAS NUBES

Las nubes en el cielo son parte del ciclo del agua. De formas y tamaños diferentes a lo
largo del día, han sido ampliamente estudiadas para comprender su papel en el clima y el
tiempo de las regiones del mundo.

¿Qué es una nube? Antes de definirla, es esencial saber que en la atmósfera siempre
existe alguna cantidad de vapor de agua, un gas que resulta de la evaporación del agua de
los diferentes depósitos terrestres (océanos, ríos, arroyos, etcétera) o de la sublimación
del hielo. Sin embargo, no siempre forma nubes.

Para que esto suceda, el vapor de agua tiene que condensarse. A medida que el aire
asciende el vapor pasa del estado gaseoso al estado líquido, aunque en ocasiones se
transforma en cristales de hielo. Entonces, las gotitas o cristales se unen con partículas de
polvo, humo, polen e incluso partículas de sustancias contaminantes y gotas o cristales de
agua que permanecen suspendidos en la atmósfera, generalmente en la troposfera, la
capa que está en contacto con la corteza terrestre.

TIPOS DE NUBES
Según su forma, hay 4 tipos principales de nubes: cirros, estratos, cúmulos y nimbos.
Fáciles de reconocer, los cirros parecen ser filamentosos y tener bordes delgados.
Los estratos son grandes, planos y de tono y forma uniforme. Los cúmulos son nubes
aisladas con la parte superior abombada, de figura más cercana a las típicas nubes
representadas en dibujos animados, mientras que los nimbos son masas irregulares de
color gris oscuro que por lo regular producen lluvias.

De acuerdo con la World Meteorological Organization (Organización Meteorológica


Mundial, por sus siglas en inglés), existen 10 tipos básicos de nubes ordenados en 3
niveles de altura: baja, media y alta.
NIVEL ALTO

Cirros.
Son las nubes tenues, de aspecto fibroso o filamentoso. Están compuestos por cristales de
hielo muy separados, y he ahí la razón de su aspecto casi transparente.

Cirrocúmulos.
Se presentan como manchones blancos que parecen estar formados por masas más
pequeñas y redondeadas, como escamas u ondulaciones.

Cirroestratos.

Nubes blanquecinas, aún más tenues que los cirros pues parecen casi totalmente
transparentes. Los cirroestratos son muy lisos y extensos, y por lo regular cubren casi todo
el cielo visible

NIVEL MEDIO
Altocúmulos.
Estas masas de agua condensada están dispuestas en capas redondeadas o “rollos” de
aspecto difuso o fibroso, a menudo de bordes irregulares. Pueden confundirse con los
cirrocúmulos, pero estos son más gruesos.

Altoestratos.
Nubes grises o azuladas translúcidas u opacas que cubren todo el cielo visible o una parte
de él. Tras ellas, el sol se ve como si estuviera tras vidrio esmerilado, es decir, un poco
difuso.

Nimboestratos.
Se producen por el engrosamiento de los altoestratos, y muestran un color gris oscuro,
detrás del cual el sol (o la luna) es difícilmente imperceptible debido a que son muy
densos.
NIVEL BAJO

Cúmulos.
Nubes pequeñas, densas y de contornos nítidos, bien reconocidas. La base es oscura y la
parte superior, más ancha, se percibe blanca como resultado de la iluminación del sol. Su
forma se describe como semejante a la de una coliflor. No generan lluvias.

Cumulonimbos.
Son nubes densas, pesadas y en forma de montaña o yunque. La parte superior es
estriada o fibrosa, pero normalmente aplanada, mientras que la base es oscura y a
menudo muestra nubes más pequeñas de bordes irregulares. Producen lluvias
y tormentas eléctricas.

Estratocúmulos.
Se ven como parches blancos y redondeados oscurecidos en la base. Desde abajo parecen
formar un mosaico.
Estratos.
Se disponen de tal manera que forman una visible capa gris no tan difusa como la que
forman los nimboestratos, pues el sol es visible a través de ella. Si es lo suficientemente
gruesa cae llovizna, granos de nieve o prismas de hielo.

La influencia de las nubes en el clima terrestre es muy significativa, porque reflejan la


radiación solar de onda corta de vuelta hacia el espacio, lo que permite el enfriamiento
del aire, pero también evitan el escape de la radiación de onda larga, produciendo así
un efecto invernadero. Por lo regular, las nubes más bajas y las medias ayudan a enfriar el
planeta.

IMPORTANCIA DE LAS NUBES EN EL CICLO HIDROLOGICO

La importancia de las nubes en el ciclo del agua radica en que estas aportan las
precipitaciones de nieve y agua al planeta, las cuales son sumamente importantes para el
cumplimiento de este ciclo. Gracias a estos procesos, donde predomina la lluvia, el agua
regresa a la superficie terrestre, cumple con su objetivo en los ecosistemas y luego vuelve
a las nubes en forma de vapor para que el ciclo se vuelva a repetir y de esta manera el
mantenimiento y equilibrio del planeta se mantenga vigente.

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