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aN ja ia aa ae Cunso 0 Drrecio Civit. - PaRte GENERAL 29 B] Derecho Civil que regula a Ja persona en sus aspectos més vitales y esenciales, est especialmente vinculado a las exigencias de lo que llamamos Derecho Natural. Una gran parte de las reglas y principios que son propios de nuestra disciplina pueden decirse que son propios del Derecho Natural. ‘Asi, por ejemplo, el respeto a la vida, la primacia ontolégica de la persona, a buena fe, la libertad y lealtad contractual, el matrimonio y las relaciones entre padres ¢ hijos, la solidaridad y socorro entre familiares (alimentos), el derecho de propiedad y a disponer de ella incluso post mortem y la tes- ponsabilidad por dafios causados injustamente a otros. Bunuiograria esreciat: Henvapa, Javier, Introduccién critica al derecho natural, 7" edic., Pamplona, 1993; HOmner Gatto, Jorge Ivan, Introduccién al Derecho, P edic., Edit. 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Dignidad de la persona humana y la familia La palabra “dignitas” originalmente significaba la capacidad para des- empefiar ciertos cargos piblicos. Posteriormente, se 1a ha utilizado para enfatizar el deber de respeto que se debe a todo ser humano por el solo hecho de ser tal. Se habla as{ de una esencial dignidad de toda persona. En la doctrina cristiana esta dignidad deriva del hecho de haber sido el hombre y la mujer creados a imagen y semejanza de Dios, asi como de su vocacién a ser hijos de Dios y coherederos de su gloria. Pero incluso, sin 30 “Hera CORRAL TALCIANI apelar a la fe y a un fundamento trascendente o sobrenatural, es posible concluir que el ser humano es persona y como tal es un ser digno. Segin el pensamiento kantiano, la persona tiene dignidad por cuanto es un fin en si misma y nunca puede ser utilizada s6lo como un medio para el logro de fines ajenos a ella. Como la persona humana es un ser social, cuyo primer y necesario nticleo de socialidad es la familia, ésta también merece un respeto que se deriva de la misma dignidad humana. La dignidad de la persona humana esta expresamente sefialada en nuestra Constitucién (art. 1.1 y art. 5°). Ademés, en ella se fundan los tratados de derechos humanos. E] Pacto Internacional de Derechos Civiles y Politicos, dice en su predmbulo que se reconoce que estos derechos “se derivan de la dignidad inherente a la perspna humana”. La Constitucién también reconoce a Ja familia como nicleo fundamental de la sociedad (art. 1.2). Lo que se repite en los tratados internacionales, como el Pacto de San José de Costa Rica o Convencién Americana de De- rechos Humanos (art. 17: “La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad”). En el Cédigo Civil estos principios no estan declarados explicitamente pero impregnan toda su regulacién. Asi, por ejemplo, se observa que existe una radical diferencia entre personas y cosas, y que se protege la vida del ser humano desde Ja concepcién (art. 75 CC) hasta Ja muerte natural (art. 78 CC). La familia cs también objeto de regulacién y tutela especial en el Cédigo, aunque no como tal, sino a través de sus relaciones fundadoras que son el matrimonio y Ia filiacién. 2. La igualdad ante la ley Este es un principio que inspira el Derecho Civil mademo desde la Re- volucién francesa y que se ha ido profundizando en los tiempos actuales. No estamos aqu{ frente a una pretensién de que los seres humanos sean, en sus caracteristicas personales, iguales unos de otros. Es claro que toda persona es tinica, y en este sentido no es igual a ninguna otra. De lo que se trata es que los seres humanos sean tratados del mismo modo, con el tant ale sun, en de rio tal es, de- tal ite ste ‘Curso bz Denscuo Civit - Parte GENERAL 31 mismo respeto y con los mismos derechos y deberes, si se encuentran en las mismas situaciones juridicas, Por eso, cl principio es de igualdad ante la ley 0 igualdad ante el Derecho. La Constitucién asegura a todas las personas justamente “la igualdad ante la ley” (art. 19 N° 2 Const.) El Cédigo Civil contiene también expresiones claras de este principio. El art. 55 dispone que se considera Persona natural a todo individuo de la especie humana “cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe 0 condicién”. Por su parte, y en una norma que para su tiempo cra vanguardista, el Codi- go aplica el principio de igualdad entre chilenos y extranjeros: “La ley no reconoce diferencias entre el chileno y el extranjero en cuanto a la adqui- sicién y goce de los derechos civiles que regla este Cédigo” (art. 57 CC), Pero el principio de igualdad no prescribe un uniformismo legal, es decir, que siempre todo se trate del mismo modo. Ello seria contrario al mismo principio que prescribe que ante situaciones desiguales el trato no debe ser igual, sino distinto. Asi, por ejemplo, seria absurdo tratar igual, para efectos de su validez, los contratos que realiza un nifio y los que celebra un adulto. Seria desvirtuar el Derecho que a un acreedor que goza de hipoteca se le tratara igual que aquel que no la tiene, o que el arrendatario tuviera el mismo trato que el usufructuario o propietario de la cosa. El principio de igualdad no prohibe toda diferencia juridica, sino solo aquellas que no estén justificadas racionalmente. Como sefiala la Constitu- cién, veda las “diferencias arbitrarias”, Estas son las que pueden ilamarse Propiamente (en el uso del lenguaje actual) “disctiminatorias”, Abolir toda diferencia en el trato juridico, es abolir el Derecho mismo, que busca Proporcionar una regulacién igualitaria a lo que “debe” tener un igual tratamiento juridico. 3. La buena fe La palabra latina “fides”, de la que deriva “fe”, quiere decir confianza, La buena fe alude pues a la necesidad que toda sociedad tiene de que sus miembros actiten lealmente, como personas de recto proceder y sin querer engafiar o aprovecharse del error ajeno. Por eso, el Derecho Civil asume que las personas intentan comportarse honradamente, de modo que la buena fe se presume, salvo que se pruebe Jo contratio (art. 707 CC). 32 ‘HlgenAw Corral TALCIANT El principio de buena fe tiene una dimensién protectora y otra prescrip- tiva, Ein el primer aspecto, la buena fe es valorada por el Derecho Civil como un motivo para beneficiar a la persona que, aunque equivocada, pensaba que procedia correctamente. ‘La doctrina suele hablar entonces de ‘una buena fe subjetiva o creencia de obrar licitamente. Es la buena fe que se toma en cuenta para calificar a posesién del que recibe una cosa sin hacerse duefio, pero pensando que si ha devenido en propietario porque ha actuado correctamente ¢ ignora, sin culpa de su parte, que la persona que le transfirié el objeto no era cl auténtico duefio (eff. art. 706 CC). Se tratara de un poseedor que esta de buena fe, y Ia ley en raz6n de ello lo protege ¢ incluso le permite Tlegar a ser propietario por medio de una prescripeion adquisitiva de menor tiempo. En otras materias, el principio de buena fe tiene una dimension pres- criptiva. Se trata de sefialar un criterio de conducta, cémo debe procedet una determinada persona. Se compara entonces st comportamiento con aquel que se hubiera esperado de un hombre “de buena fe", es decir, de un hombre medio que acti leal y rectamente. Es la lamada buena fe objetiva (no es una creencia, sino mAs ‘bien una norma de comportamiento deducida de la experiencia), Esta forma del principio de buena fe os utilizada por el Derecho Civil en materia de contratos, cuando se pretende determinar cémo, debieran cumplirse los acuerdos contractuales. El Codigo Civil dispone ex- presamente que los contratos deben ejecutarse de buena fe (art. 1546 CC), ctiterio que ha sido largamente extendido por la jurisprudencia. 4, Autonomia privada, libertad contractual y de empresa Uno de los principios inspiradores del Derecho Civil junto con el de igualdad es el de libertad. Las personas, para que puedan aspirar a su mas plena realizacién como seres humanos, necesitan un espacio para decidir autonomamente lo mejor para sus vidas, dentro del marco de respeto a fa dignidad personal de los demés y a las exigencias que impone el bien comin, En este sentido, el Derecho Civil es un Derecho que privilegia, como regla general, la libertad, sobre todo en los aspectos patrimoniales, donde hay menos cuestiones de interés piiblico implicadas La libertad de actuacién en el Derecho Civil tradicionalmente se cono- cid como el “principio de autonomia de la voluntad”, porque se entendia que era la voluntad de las personas la que producia los vinculos juridicos. Rn ww (Corso pe DerzcHo Crvit - Pare Generac, 33 Modernamente, se prefiere hablar en forma més amplia de “principio de autonomia privada”. Una de las manifestaciones més importantes de este principio general, es la libertad contractual, que consiste en la facultad que se reconoce a las personas, tanto naturales como juridicas, de celebrar contratos con otras y establecer el contenido y Ia extincién de estos acuerdos. El Cédigo Civil asimila asi el contrato a la ley, en el sentido de que los contratantes son legisladores para sf mismos (cfr. art. 1545 CC). La autonomia privada en las economias contempordneas se extiende también a la libertad de empresa o de iniciativa econémica. Esto ya estaba implicito en Cédigo Civil, ya que estas empresas suelen ser la resultante de acuerdos contractuales. Hoy est4 recogido expresamente en la Consti- tucidn, cuando asegura a todas las personas el derecho a la libre iniciativa en materia econémica (art. 19.21° Const.). Nose trata, empero, de libertades absolutas. Ya hemos visto? que ellas no tienen la operatividad que poseen en materias patrimoniales, en el Ambito del Derecho de Familia. Pero incluso en las regulaciones patrimoniales, existen también limitaciones fundadas en la moral o las buenas costumbres, el orden péiblico, la seguridad nacional, el principio de buena fe contractual, la libre competencia, y otras nociones semejantes. J. Libre circulacién de la propiedad La libertad que promueve el Derecho Civil actual se traduce también en lacirculacién de la propiedad. Nuevamente ha sido el espiritu revolucionario francés, contrario a las propiedades inmovilizadas, cl que ha detetminado cl acogimiento de esta libertad relativa a los bienes. La libre circulacién de la propiedad incluye tres aspectos: 1° Libertad para adquirir toda clase de bienes: El Cédigo Civil no contiene expresamente este principio, pero él ha sido acogido por la Constitucién (art. 19.23° Const). ? Véase pp. 16-17, 4 HemAw Conrat: TALCIANL 2° Libertad para enajenatlos y disponer de ellos: Una de las atribuciones del dominio, tal como se define en el Cédigo Civil, es la de disponer de fa propiedad (art. 582 CC). El mismo Cédigo se ba encargado de probibir Jas vinculaciones o mayorazgos, a través de fideicomisos 0 usuftuctos sucesivos (atts. 745 y 768 CC). Aunque se discute si pueden las partes, por regla general, establecer prohibiciones de enajenar contractuales, hay Consenso en que, ent todo caso, no impiden la enajenacidn. 3° Libertad para pedir la particién de los bienes comunes: EI Codigo ita con malos ojos el estado de comunidad, justamente porque perturba In libre disposicién de los bienes. Por ello permite que se enajene libre- mente la cuota de cada comunero en la cosa comin (art. 1812 CC), y Jes da cl derecho a pedir siempre la divisidn del haber comin (art. 1317 CC). 4° Libertad para testar: EL Cédigo Civil permite disponer de los bienes para después de la muerte de la persona por medio del testamento (arts. 999 y 1005 CC). Nuevamente, hemos de advertir que se trata de un principio que no es absoluto y que, en todas sus manifestaciones, presenta excepciones y limitaciones, Por ejemplo, la libertad de testar esta restringida por las asig- naciones forzosas que la ley contempla a favor de ciertas personas, como el conyuge, los descendientes o ascendientes del testador. 6. Responsabilidad La libertad que se reconoce al ser humano le impone el deber de res- ponder por las consecuencias de sus actos. La responsabilidad en Derecho Civil no suele ser sancionatoria como en el caso del Derecho Penal, sino mas bien reparatoria, es decir, su existencia y extensién se miden segtin cl Gano cansado a otra persona injustamente. Bl principio de la responsabi- lidad se deduce del principio neminem laedere, que segi los romanos ¢s uno de los preceptos basicos de la justicia: no dafiar a otro (injustamente). Fate principio tiene aplicacién en el ambito de un contrato, ya que las partes son responsables respecto de la otra en caso de incumplimiento (res- ponsabilidad contractual), o fuera de contrato, cuando alguien dana a otra pos re delito o cuasidelito (responsabilidad extracontractual). El Cédigo Civil CIA : no ay sig- >mo res- cho sino nel abi- ses ite). las res- por ivil ‘Curso Dz Dusecuo Civ. - PARTE GENERAL 38 regula los delitos o cuasidelitos civiles como fuentes de obligaciones, en este caso, la de reparar el dafio causado (arts. 1437 y 2284 CC) y contempla un estatuto que regula esta obligacién, cuyo principio general expresa el art. 2314: “El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido datio a otto, es obligado a la indemnizacién” (cf. titulo XXXV del libro IV). El principio de responsabilidad puede ser visualizado como una limita- cién del principio de libertad y del adagio de que en Derecho Civil se puede hacer todo lo que no esté expresamente prohibido. La libertad no autoriza a dafiar injustamente a otro, de modo que quien ¢jerce de esa manera su libre albedrio deberd responder por el perjuicio causado y surgirA para él la obligacién de reparar ese dafio, ya sea en naturaleza (reponiendo la situa- cién original) o en equivalente (a través de una indemnizacién dineraria) ‘BmuiooRaria SPECIAL: Taria Ropiauez, Mauricio, “Decadencia y resurgimiento de los principios originales del Cédigo Civil”, en H. Corral y M. S. Rodriguez (Coords.), Estudios de Derecho Civil H, LexisNexis, Santiago, 2007, pp. 5-28; Quivrexo Fuentes, David, “Definiciones, principios y naturalezas juridicas como ‘técnicas de justificacién en Derecho Civil”, en Departamento de Derecho Privado U. de Concepeién (coord.), Estudios de Derecho Civil V, AbeledoPertot, Santiago, 2010, pp. 15-27; Pirrz, Vittar, Carmen Gloria, “La igualdad de las personas y el articulo 57 del Cédigo Civil”, en A. Guzman Brito (editor), Estudios de Derecho Civil 11, LegalPublishing, Santiago, 2008, pp. 49-62; Seaura Rivemo, Francisco, “Buena fe, un aspecto de tensién entre los sistemas juridicos”, en Estudios de Derecho Civil V, LegalPublishing, Santiago, 2010, p. 105, Guzman Brio, Alejan- dro, “La buena fe en el Cédigo Civil de Chile”, en Revista Chilena de Derecho 29, 2002, 1, pp. 11-23; CarvasaL Ramirez, Patricio, “Articulo 706 del Cédigo Civil chileno: critica como pretendido néicleo textual del principio de la buena fe", en Pizarro, Carlos (coord.), Estudios de Derecho Civil IV, LegalPublishing, Santiago, 2009, pp. 31-45. VIL. TENDENCIAS DEL DERECHO CIVIL ACTUAL 1. La critica al rol del Cédigo Civil: édescodificacién? En_1978, el jurista italiano Natalino Irti planteé que la era de la codi- ficacién habia terminado, y que el Derecho Civil contempordneo estaba recorriendo un camino inverso. Escribié que estébamos viviendo la “eta de fa decodificazione”. Esta descodificacién consistiria en un vaciamiento del sentido normativo del Cédigo Civil y de su funcién como centro nuclear 36 HERNAN CORRAL TALCTANT del ordenamiento juridico. B] sintoma de este proceso serfa la cantidad cada vez mas abundante de leyes especiales, que regulan materias importantes dela vida social y que, no sélo permanecen formalmente fuera del Cédigo, sino que se apartan de los principios y valores que inspiran el Cédigo Civil. De esta forma, estas leyes no son regulaciones especiales para las cuales el Cédigo sigue teniendo la funcién de Derecho comin o supletorio, sino que se erigen como verdaderos microsistemas legales que se autointegran con sus propias reglas y principios. La relevancia normativa del Cédigo Civil es suplantada por la de la Constitucién, que es la que proporciona ahora los valores y principios comunes al orden legal. E] Cédigo Civil es arrumbado como una reliquia hist6rica, a la que se admira y reverencia pero que tiene escasa utilidad practica para resolver los conflictos entre los privados. Su relevancia es ahora la de ser un Derecho residual, es decir, aplicable a unos pocos casos que no han sido acogidos por las legislaciones especiales. El jurista debiera ver que ya no existe un sistema juridico centrado en el Cédigo Civil, sino que la normativa juridica es ahora mis bien un polisistema, en el que coexisten los microsistemas de las leyes especiales, bajo el eje coordinador de la normativa constitucional BI Cédigo Civil es rebajado a la categoria de uno mis de dichos minisiste- mas y calificado de “residual”, es decir, llamado sélo a desempefiar algin papel en los raros casos que no tengan regulacién en las leyes especiales. EI planteamiento provocativo de Trti ba sido discutido en las tltimas décadas y el término “descodificacién” ha becho fortuna para designar el proceso de promulgacién de leyes especiales extracodiciales. Sin embar- 20, sus ideas de fondo sobre la pérdida de valor del Cédigo Civil, como instrumento normativo aglutinante del sistema de Derecho Civil, no han suscitado el consenso de la doctrina més autorizada, ni siquiera en Italia. Es cierto que algunas de las leyes especiales se han transformado en siste- mas diferentes al Cédigo Civil, como sucedié por ejemplo entre nosotros con la legislacién del contrato de trabajo, que terminé conformando un Cédigo auténomo. Pero, por regla general, las leyes especiales son sola~ mente eso, regulaciones especiales, que mantienen al Cédigo Civil como su referente y proveedor del Derecho comin y subsidiario. Por otra parte, los cédigos civiles muestran una vitalidad sorprendente después de los 200 afios transcurridos desde que se aprobara el Cédigo Civil francés. Los viejos cédigos se remozan 0 se sustituyen por otros nuevos (en las nn Ccunso ob Danecto Civ. - PARTE GENERAL, 37 ultimas décadas muchos paises se han dado cédigos civiles nuevos: Peri, Paraguay, Quebec, Holanda, Brasil, Argentina). Incluso ahora se observa la técnica de “incodificacién”, por la cual leyes especiales se reincorporan en la normativa general del Cédigo Civil (entre nosotros ha sucedido con la ley que establecié el régimen de bienes Hamado de participacién en los gananciales). En Europa hay grupos de trabajo muy avanzados que intentan hacer fuerza para que se unifique el Derecho privado europeo (incluido el inglés) a través de lo que seria un Cédigo europeo de los contratos, Si se observa la jurisprudencia civil, por otra parte, se verd que el Cé- digo Civil sigue siendo un instrumento primordial (mo residual) a la hora de resolver los conflictos que se presentan entre particulares, Inti mencionaba también la erosién de la vigencia del Cédigo Civil por la progresiva importancia normativa que estaba adquiriendo la Constitucién, Necesitamos hablar entonces de esta otra tendencia que puede denominarse “constitucionalizacién” del Derecho Civil. 2. La “constitucionalizacién” del Derecho Civil El desarrollo de 1a Constitucién como instrumento de proteccién de los derechos fundamentales y mediante la articulacién de acciones judiciales, Ja idea de que sus normas pueden obligar directamente (aplicacién directa de la Constitucién) sin necesidad de una ley que la ejecute, y una percep- ci6n més integrada del texto constitucional en el orden juridico, produce una revisi6n de los contenidos del Derecho civil a la luz de los valores y normas consagrados en la Carta Magna. EI fenémeno se observa muy agudamente en Italia, donde el Cédigo Civil de 1942, inspirado por la ideologfa fascista, mantiene su vigencia bajo la Constitucién democrdtica de posguerra. Para ello no fue necesario mas que la derogacién de algunos preceptos puntuales, pero si un gran trabajo de la doctrina y 1a jurisprudencia para hacer una relectura de sus normas a la luz de los principios y valores establecidos'en la Constitucién. En Chile, la Constitucién de 1980, con su mayor extensién de la parte dogmatica y sobre todo a través del “recurso de proteccién”, ha producido también una importante constitucionalizacién del Derecho Civil. La persona 38 Hwan Corral TALCIAN! y su dignidad, el derecho a la vida y a la integridad fisica y psiquica, el zeconocimiento de la familia como comunidad protegida por el Estado, el derecho de propiedad sobre toda clase de bienes corporales e incorporales, el derecho a desarrollar actividades econémicas, y otras normas como és- tas repercuten claramente en el ordenamiento civil. En el fondo, hay que reconocer gue parte del Derecho Civil hoy esté contenido en la Norma Fundamental: tenemos un Derecho Civil Constitucional. De esta forma, la normativa del Cédigo Civil y, en general, de todas las leyes que componen el Derecho Civil, pasa a tener un referente en esa normativa civil constitucional que esta en la Carta Magna y que tiene la jerarquia que ésta posce. Esta constitucionalizacién se apreciard sobre todo ‘en la interpretacion de las normas legales, que deberd hacerse bajo la luz de las normas, valores y principios recogidos en la Constitucién. 3. La “internacionalizacién” del Derecho Civil Junto con la Constitucién, también los tratados internacionales han impactado en la actual conformacién del Derecho Civil, de modo de que puede hablarse de un proceso de “internacionalizaci6n” de este Derecho. La influencia de Jos Tratados Internacionales, sobre todo de las conven- ciones sobre derechos humanos, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Politicos y la Convencién Americana de Derechos Humanos 0 Pacto de San José de Costa Rica, se produce por la via de la interpretacin y por la de la reforma legislativa. Muchas de las diltimas reformas realizadas al Codigo Civil en el tiltimo tiempo sc sustentan, entre otras razones, en el cumplimiento de Chile de Jos tratados internacionales, como el Pacto de San José de Costa Rica, la Convencién para la Eliminacién de Todas las Formas de Discriminacién contra la Mujer o la Convencién de Derechos del Nifio. En materias con- tractuales, tiene especial importancia la Convencién sobre Compraventa Internacional de Mercaderias. 4, La “personalizacién” del Derecho Civil: Avances y retrocesos Los mismos valores que sustentan el Derecho Civil parecen haberse modificado a partir de la segunda mitad del siglo XX. El movimiento in- i Gunso pe DeRscHo Civit - PARTE GENERAL 39 : telectual de afirmacién de los derechos humanos o de la persona contra los. totalitarismos nazi y soviético, que tiene su mayor expresién en el Derecho Internacional Humanitario y en las nuevas Constituciones, produjo también un impacto fuerte en el modo de concebir el Derecho Civil. Se toma con- ciencia de que el Derecho Civil hasta ese momento estaba centrado mds en Ja idea de patrimonio que en la de la persona humana: esta casi no era ‘objeto de un mayor anilisis, y rapidamente los juristas del Derecho Civil abandonaban el tema de la persona, para recaer en los mas gravitantes como la propiedad, el contrato y la herencia, todas cuestiones en que lo patrimonial, lo avaluable en dinero, era lo central. i Comienza entonces un proceso por revertir esa gravitacion y poner lo patrimonial del Derecho Civil al servicio de la institucién. que deberia ser su fundamento y su fin ultimo: la persona humana. El Derecho Civil no es el Derecho del patrimonio ni el Derecho de los propietarios, sino el Derecho de las personas. Las personas tienen y necesitan de los bienes econdmicos, pero su tutela es parcial y restringida si s6lo se contempla su dimension econdmica, y se hace caso omiso de aspectos tan importantes para el de- sarrollo personal como los morales, los espirituales y los relacionales. Este proceso puede denominarse como de “personalizacién” del Derecho Civil, ya que progresivamente se va poniendo a la persona humana en el puesto central de la atencién y contenido de esta disciplina juridica. Manifestaciones de este proceso son la relevancia civil que se daa ciertos. derechos cuya proteccién debe ser especialmente reforzada, y que toman el nombre de derechos de Ia personalidad, entre ellos el derecho al honor, a la vida privada, a la propia imagen, a la identidad, asi como la ampliacién del principio de reparacién para que sean cubiertos los perjuicios extrapa- trimoniales, como los de afeccién, daios estéticos, psiquicos, a la vida de relacién (el llamado dafio moral). La relevancia del principio de buena fe i en materia de ejecucién ¢ interpretacién de los contratos es también una muestra de esta personalizacién del Derecho Civil que opera incluso en ' sus instituciones patrimoniales. : Este proceso ha tenido indudables avances, pero también existen re- trocesos y vacilaciones. En ciertas leyes puede observarse més bien una infravaloracién de la persona, para transformarla en algo desechable intercambiable incluso en sus funciones més intimas, como sucede con 40 Hernén Corrat TALCIANL las leyes que consagran el divorcio, hasta considerarlas verdaderas cosas (incluso con menos relevancia que los esclayos considerados como res por el primitive Derecho Romano) sujetas a disposicién por parte de otras que buscan satisfacer sus propios intereses (en si a veces legitimos) como sucede con las leyes que autorizan el aborto y las técnicas de reproduc- cién asistida y sus modalidades de desecho, congelamiento o donacién de embriones humanos. Se ve que queda mucho ain por hacer para humanizar el Derecho, y poner a la persona como el centro real y nuclear de todo el Derecho Civil. Fs la tarea que corresponde asumir a esta y a las nuevas generaciones, hacer realidad aquello que ya los romanos prevefan: “Hominum causa ‘omne ius constitutum est” (D. 1.5.2): el ser humano es la causa por la que se constituye todo Derecho. Mas alin este Derecho de la persona que es el Derecho Civil. 5. Hacia una fragmentacién del estatuto personal Durante la época del Derecho comin los sujetos del Derecho estaban fuertemente regulados segtin su estado en la sociedad. Para determinar sus derechos y obligaciones habia que precisar si se trataba de un noble o de un plebeyo, de un sefior feudal 0 de sus vasallos, de un clérigo o de un laico, de un comerciante, un artesano o un propietarios de tierras, de un campesino o de un citadino, etc. Esta pluralidad de estatutos conforme a a posicién de cada individuo en la familia y en la sociedad fue uno de Jos enemigos contra los cuales se erigié la Revolucién francesa (1789), como lo demuestra ya el icénico lema de “Liberté, egalité, fraternité” y la constitucién de la Asamblea Nacional por parte de los sectores populares como protesta frente a la dominacién de las clases privilegiadas: nobleza y clero, en los Estados Generales tradicionales. Surge asi el ideal de que todos los individuos humanos son iguales ante las leyes, bajo el estatuto universal y tinico del “ciudadano”. Este seria uno de los pilares del Codigo Civil de 1804, y se extenderia a todos los demas cédigos que se claboraron bajo su influencia. La abstraccién de la persona para el Derecho Civil fue recibida por el Cédigo Civil chileno, cuyo art, 55 dispone que se reconoce como persona a todo individuo de la especie humana, “cualquiera que sea su edad, sexo, | LO1ANt osas > res otras omo duc- nde ares leza que tuto digo aron or el sona exo, cuaso oe Danecho CIVIL - PARTE GENERAL ay estirpe 0 condicién”. Incluso respecto de los nacionales y extranjeros, se dispone la igualdad en ta adquisicién y goce de los derechos civiles (art. 57 CO). Este ideal abstracto de “persona” bajo el criterio de una igualdad formal ha venido siendo minado por el reconocimiento de estatutos diversos que tienclen a proteger a diversas personas que, aunque teniendo una igualdad formal respecto a sus semejantes, en los hechos, por condiciones fisicas, cul- turales 0 econémicas, se encuentran en una posicién de debilidad que justifica gue se dicten normas especiales para evitar que se abuse de ellas. Fl primer gran cuestionamiento del ideal abstracto de persona fue la distincién entre trabajadores y empresarios 0 empleadores, y la aparicion de leyes protectoras de los primeros, que finalmente determinaron la creacién de toda una nueva rama del Derecho que se separé del Derecho Civil: el Derecho del Trabajo. Mas recientemente hemos visto la aparicién de otra categoria de personas que también han reclamado leyes especiales de proteccién: los consumidores que esta vez.se enfrentan cn desigualdad de condiciones con los proveedores, La tendencia a dictar cartas de derechos especificos para ciertos indi- viduos contribuye a que vayan desplegindose nuevos estatutos juridicos especiales. Asi, por ejemplo, la Convencién de Derechos del Nifio, ha dado lugar a que se piensc en leyes y normas para considerar el especial estatuto de la infancia y la adolescencia. A ello pueden sumarsc estatutos especiales como el de las personas con discapacidad (0 capacidades diferentes), los adultos mayores y los pacientes en el Ambito de la salud. Este proceso, si bien puede ser positivo y derivado de la personalizacién del Derecho Civil que aspira a que la persona sea reconocida en concreto y conforme a sus circunstancias existenciales, tiene también el aspecto negativo de la dispersi6n normativa, y la complejidad de su aplicacién, Por otto lado, estos estatutos pueden ser utilizados abusivamente por aquellos que son beneficiados por ello, como a veces ocurre con consumidores que se aprovechan de su condicién para actuar incluso contra la buena fe. Brsiooraria EspeciaL; GuzmAN Brito, Alejandro, “Codificacién, descodifica- cidn y recodificacién del Derecho Civil chileno”, en RDJt. 90, sec. Derecho, pp. 39-62; Cornat Tatctant, Hemén, “La descodificacién del Derecho Civil en Chile”, en Guzmén Brito, Alejandro. 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La palabra fuentes se usa como una suerte de metéfora con el agua: el Derecho es el agua y sus fuentes son los sitios o lugares donde ella surge y en los cuales podemos encontrarlos. La expresién “fuentes del Derecho” se usa, sin embargo, en dos formas: una para designar los factores que influyen en la conformacién de un parti- cular ordenamiento juridico y determinan las caracteristicas especificas que permiten diferenciarlo de otros; y otra para sefialar los tipos de elementos que deben ser tenidos como Derecho aplicable en un determinado sistema juridico. Asi, se distinguen las fuentes materiales y las fuentes formales, Las primeras tienden.a fijarse en cl contenido de lo que llamamos Dere- cho, mientras que las segundas apuntan al continente (podriamos decir al “envase”) donde se inserta o encuentra el Derecho. Las fuentes materiales son multiples y poco caracterizadas por los juris- tas, ya que no interesan tanto a los jueces y estudiosos del Derecho, sino mis bien a los socidlogos juridicos. Se mencionan como posibles fuentes materiales el lenguaje, la cultura popular, la moral social, la religién, el clima, la historia, el paisaje, la geografia, y muchos otros factores simila- res. Asi se puede comprender por qué el ordenamiento juridico de un pais ae a4 HERNAN ConratTALCIANt difiere de otro: por ejemplo, el Derecho chileno seré diverso del que rige en un pais como Suiza o Noruega. Las diferencias pueden encontrarse en la operatividad de alguna fuente material: el clima, la cultura, la presencia de la Cordillera de los Andes y las amplias costas que dan al Pacifico. 2. Las fuentes formales A los juristas, les interesan més las fuentes formales, que reciben su nombre porque aluden no al contenido mismo del Derecho, sino a las formas en las que se expresa o se manifiesta. Mas que a la pregunta de “,cdmo es el Derecho de un pais y por qué es asi?” a Ja que intentan contestar las fuentes materiales, la fuentes formales nos responden la pregunta de ‘;,d6énde encontramos el Derecho de un pais?”. Las fuentes formales varian no sélo respecto de cada ordenamiento juridico, sino que también de la historia. En los primeros ordenamientos la fuente primordial era la costumbre, la que daba paso a los Ilamados sistemas de Derecho consuctudinario. Mas tarde, la organizacién de una judicatura permitié avanzar hacia la costumbre juridica que conocemos con el nombre de jurisprudencia. Las opiniones de los expertos en Derecho: los jurisconsultos, tambign podian ser invocados como fuentes autoriza- das, como sucedié en el Derecho romano. Aunque en la antigtiedad exis- tian también normativas escritas, ordenadas cumplir por las autoridades gubernamentales, estas, bajo cl nombre de “Leyes”, comenzaron a tener su apogeo gracias al movimiento ilustrado consumado por la Revolucién francesa, que dio paso al movimiento juridico conocide come codificacién. Aparece, aqui también, la idea de una Ley mayor o fundamental, que toma el nombre de Constitucién. Esta evolucién de las fuentes formales no es uniforme en todos los paises, y debe advertirse que junto a la formacién de este sistema romano-con- tinental en los paises europeos y latinoamericanos, se forja en Inglaterra, Bstados Unidos y otros paises de cultura anglosajona, el llamado sistema de Common Law, donde la fuente formal por excelencia sigue siendo la jurisprudencia (con el sistema del precedente) y las decisiones legislativas (acts, estatutes) tienen menor relevancia para jueces y juristas. Existen paises como Reino Unido que no tienen, hasta hoy, Constitucién escrita. can rige ‘een nei nsw ‘mas omo 2star ade ‘Curso pe DERECHO CIVIL ~ PARTE GENERAL 45 3. ¢Quién determina cudles son las fuentes formales? Los juristas suelen dar por descontadas cuales son las fuentes formales de su propio sistema ¢ incluso las relaciones de primacia o subordinacién que existen entre ellas, pero pocas veces se hacen la pregunta de quién determina cudles son las fuentes y su jerarquia. Podria pensarse que es Ia Constituci6n, pero esta no suele contener preceptos especiales sobre la materia y mds bien parece dar por entendido de que se trata de un problema yaresuelto. Ademiés, si asi fuera, quedarfa todavia sin respuesta la pregunta de por qué se acepta que la Constitucién sea la fuente principal ordenante y reguladora de las demas. {Ella tiene fuerza para darse a s{ misma su propia autoridad suprema? No pretendemos solucionar aqui este problema, que es uno de los més dificiles de la filosofia juridica. Sélo diremos que, a nuestro juicio, el sis- tema de fuentes formales de un determinado pafs se basa en un consenso implicito de la comunidad juridica, que tiene mucho que ver con una cos- tumbre organizativa y fundante de todo el ordenamiento juridico, la que a su vez obticne su autoridad de necesidades de justicia natural, como el deber de respetar los preceptos juridicos, de sacrificar el interés propio por el de bien colectivo, de asegurar la dignidad de las personas y su libertad, de Ia existencia de jueces que decidan los conilictos entre los ciudadanos y entre estos y el poder piblico constituido. No es sélo este basico dere- cho natural el que crea el sistema de fuentes, sino el que proporciona la necesidad de que exista uno, cuyas caracteristicas iré fijando la costumbre de cada sociedad conforme a su historia y a la conciencia de su misién. Esta base consuetudinaria del sistema de fuentes puede explicar por qué esta materia no se encuentra, sino tangencialmente, en la Constitucién, sino més bien en el Cédigo Civil, que asume en las normas del titulo preliminar, la funcin de una preceptiva materialmente constitucional. 4. Fuentes formales legisladas y no legisladas Tomando en cuenta este consenso consuetudinario, podemos ver que en el sistema de Derecho chileno se reconocen como fuentes formales fundamentales, algunas que se presentan como textos normativos escritos y otras que se apartan de esa conformacién. A las primeras les daremos el 46 Hernan Conrat TALcraNt nombre de fuentes legisladas (porque toman la forma de una ley en sentido lato), y @ las segundas, por oposicién, fuentes no legisladas. Son fuentes legisladas la Constitucién (a veces se alude a ella como Ley Fundamental 0 Cédigo Politico), la ley, en sus diversas facetas, los tratados internacionales aprobados y ratificados, los decretos supremos y demas normas de la potestad reglamentaria del Poder Bjecutivo. Son fuentes no legisladas la costumbre, la jurisprudencia, la doctrina, la equidad y los principios generales del Derecho o principios juridicos. TI, FUENTES LEGISLADAS: 1. Constitucién: supremacta y aplicabilidad directa El consenso consuetudinario fundante y legitimador de nuestras fuentes formales, reconoce que existe una fuente formal que reclama la supremacia sobre todas las demas, en cuanto emanacién del llamado poder constitu- yente. Se trata del texto normativo que recibe el nombre de Constitucién Politica de la Repiiblica. La Constitucién Politica vigente fue aprobada por plebiscito y promulgada por D.S. N° 1.150, Ministerio del Interior, D. Of. de 24 de octubre de 1980, y entré en vigor el 11 de marzo de 1981 Posteriormente, ha sufrido numerosas ¢ importantes reformas. Después de la realizada el 2005, el entonces Presidente Ricardo Lagos dicté un Decreto Supremo que fija su texto refundido, coordinado y sistematizado: el D.S. N° 100, Ministerio Secretaria General de la Presidencia, D. Of. 29 de septiembre de 2005. La Constitucién ordena que se la respete como la norma superior (aunque esta norma es fundada en el consenso consuetudinario al que aludimos, ya que légicamente la Constitucién no puede autorizarse a si misma). Se denomina principio de la supremacia constitucional a este imperio, mani- festado en el art. 6° de nuestra Constitucién que sefiala que “Los érganos del Estado deben someter su accién a la Constitucién y a las normas dic- tadas conforme a ella” y que “los preceptos de esta Constitucién obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos érganos como a toda persona, institucién 0 grupo” (art. 6.1° y 2° Const.). La misma Constitucién prevé mecanismos para asegurar que las leyes y demas normas inferiores se ajusten a los preceptos constitucionales. El IAN tido omo dos osy nites. ‘los nites acia titu- sién oués un ado: 29 Curso ps Dekecto Civ ~ Pare Geverat 47 més importante de ellos es el control de constitucionalidad que ejerce el Tribunal Constitucional. Este érgano, que no integra el Poder judicial, puede ejercer un control preventivo antes de que las normas entren en vigor (que puede ser obligatorio o a requerimiento de parte) y también un control represivo 0 a posteriori, cuando la norma ya ha entrado en vigor, que siempre debe ser a peticién de parte. En ejercicio de este iltimo el Tribunal Constitucional puede declarar inaplicable en un juicio o gestién judicial un precepto legal cuya aplicacién sea contraria a la Constitucién, y después con un quérum mayor puede llegar a derogar la norma incons. titucional (arts. 93 y 94 Const.) Junto con la supremacia constitucional, se ha extendido Ja idea de la aplicabilidad directa de la Constitucién. Con ello se quiere reafirmar la supremacfa constitucional negando que el texto de la Constitucién sea s6lo una declaracién de principios programAticos 0 aspiracionales, que no son obligatorios o vinculantes mientras no haya una ley que los concrete y los haga aplicables juridicamente. Se reacciona contra un concepto mas polf- tico que jurfdico de la Constitucién, que prevalecié en épocas pasadas. La Constitucién era el gran marco organizacional, pero los jueces debian fundar sus decisiones en los cédigos y en las leyes, no en normas constitucionale: Por el contrario, en nuestra época se ha comprendido que la Constitucién es un texto propiamente juridico, cuyas normas no s6lo obligan al Poder Legislative (que debe desarrollar y coneretar los preceptos constituciona- les), sino directamente a todos los ciudadanos. En especial, respecto de los derechos fundamentales protegidos y asegurados en la Carta Constitucional. La necesidad de reaccionar contra la idea opuesta que prevalecié en el pasado ha Ilevado quizds al extremo de sobredimensionar este principio de aplicabilidad directa, exceso que puede conducir ya no a una reafirma- cién de Ja Constitucién como fuente superior, sino a una desarticulacién de todo el sistema de fuentes. De 1a supremacia constitucional se podria pasar a una autarquia constitucional, en el sentido de que la winica fuente que debiera considerarse, con prescindencia de si existen o deben existir leyes de desarrollo, seria la norma constitucional. No parece aconsejable asumir esta posicién, ya que, frente a los textos abiertos, imprecisos y genéricos de la Constitucién, lo que puede producirse es un decisionismo judicial, que conspire contra una buena dogmitica juridica (la construccién de soluciones uniformes ¢ igualitarias de los problemas juridicos) y un buen 48 ‘HenAn Core at TALCIAN] funcionamiento de la democracia (que prevé que las formas de concrecién de los principios y normas abiertas de la Constitucién deben ser adopta cn los érganos de los poderes Ejecutivo y Legislativo). 2. Las leyes propiamente tales: sentido lato y sentido estricto Muchas veces la expresién “ley” se emplea en un sentido amplio, como comprensivo de todo texto escrito que contiene una regulacién imperativa de caracter general, aplicable a toda la poblacién o a un sector de ella, ‘Algunas de las definiciones tradicionales de ley adoptan este sentido lato, y enfatizan la misién de la ley como fuente del Derecho, y por tanto como regla de la justicia. Es conocida la definicién que hace Santo Tomas de Aquino en su Suma Teoldgica, en la que intenta comprender en la nocion no sdlo a la ley positiva, sino a la ley eterna y a Ja ley natural: “ordenacién de la raz6n dirigida al bien comin, dada y promulgada por quien tiene a su cargo el cuidado de la comunidad” (S. Th. III, q. 90, a. 4). ‘Ya en el Digesto se conserva un parrafo de Papiniano que define la ley como “precepto comtin, decreto de hombres prudentes, correccidn de los delitos que por voluntad o ignorancia se cometen, y pacto comtin de la Re- piblica” (D. 1.3.1). Por su parte, el Cédigo de las Siete Partidas de Alfonso X, el Sabio, define la ley diciendo: “Ley tanto quiere decir como leyenda en que yace ensefiamiento, ¢ castigo, ¢ escripto que liga ¢ apremia la vida del hombre que non faga mal, e muestra ¢ ensefia el bien que el hombre deve facer e usar e otrosi es dicha ley porque todos los mandamientos de ella deben ser leales ¢ derechos e complidos segun Dios ¢ segun justicia” (Partidas 1.1.4). Una definicién de ley también en sentido lato, pero que enfatiza su aspecto formal, y no su finalidad, es la del jurista francés Marcel Planiol (1853-1931): “La ley es una regla social obligatoria, establecida en forma permanente por la autoridad publica y sancionada por la fuerza”. Asi se lee en el N° 144 de su célebre Traité Elementaire. 3. La definicion de ley del Codigo Civil En el Derecho actual, si bien a veces también se usa el sentido lato de ley (por ejemplo, se habla de Ley Fundamental para designar a la Constitucién, | | i i i pt ns ALA “Cuaso 0 Dunwcrio Crvit.- PARTE GENERAL 49. ecién ose habla del estudio de las leyes, o que la ley prohibe tal conducta, etc.), tadas se reserva el sentido esiricto de ley a una norma emanada del Estado, y més concretamente a la dictada por el Poder Legislativo de acuerdo a los procedimientos determinados por la Constitucién. Su origen es la doctrina ge Ja separacién de los poderes y el constitucionalismo moderno. De este tipo es la definicién con la que Andrés Bello decidié abrir el Codigo Civil: “La ley es una declaracién de la voluntad soberana que, manifestada en la forma prescrita por la Constitucién, manda, prohibe © permite” (art. 1° CC). La definicién no ha estado exenta de criticas. Algunas de las que se le ditigen son las siguientes: 1° Que no establece el fin de la ley. 2° Que no puede ser la ley una declaracién de la voluntad, sino de la razon. A ‘aley le los 3° Que el poder Iegislativo humano no es soberano, sino que esta su- aRe- bordinado a la ley natural. ‘onso venda 4° Que la explicitacién de que la ley manda, prohibe o permite es su- vida perflua porque ya estaba contenida en la mencién de la voluntad soberana. mbre as de Las ctiticas no son del todo justas y pueden ser refutadas. Hay que decir icia” primero, en descargo de Bello, que no trataba de dar una definicién filoséfica 0 académica de ley (una definicién esencial), sino una nocién de caracter didactic y funcional a las demés disposiciones del Cédigo. su aniol Es logico, por consecuencia, que silenciara aspectos més de fondo, que onma pueden entenderse implicitos en la nocién de soberania, voluntad y Cons- si se titucién. Por ejemplo, que la ley positiva debe adecuarse a los imperativos basicos de la justicia natural y que debe ordenarse hacia el bien comin. Recuérdese que el precepto se remite a la Constitucién, y que ésta sefiala que el Estado (y por tanto las leyes que dicte) esta al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien comtin (art. 1° Const), y que cley la soberania debe entenderse limitada en su ejercicio por el respeto a los cién, derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana (art. 5.2 Const.). 50 TleRWAN CORRAL TALCIANT ‘Nada impide tampoco entender que cuando el art. 1° del Cédigo se refiere a la voluntad, ha de entenderse la voluntad no guiada por la pasion 0 el capricho, sino aquella iluminada por la inteligencia y Ia prudencia del soberano (el Poder Legislativo). £1 mismo Tomds de Aquino seBalaba que no habia problemas para entender compatible con su definicién la nocién de Ja ley que la identificaba con la voluntad del principe: “Sin embargo, para que la voluntad, al apetecer esos medios, tenga fuerza de ley, es nevesario que ella misma sea regulada por la razén. Y asi ha de entenderse el que Ta voluntad del principe se constituya en ley. De otro modo, no seria ley, sino iniquidad” (S. Th., FL, q. 90, a. 1 ad 3). Por tiltimo, el que se explicite el cardcter imperativo de la ley no debe juzgarse superfiuo si contribuye a la claridad y elegancia de la formula y on nada estorba, sino mas bien ayuda, a la comprensién de lo definido. 4. Clases de leyes a) Segiin su forma y contenido: ley material y ley formal La generalidad de su normativa es una de las caracteristicas de la noci6n de ley, En esto se diferencia la ley de un decreto particular, de una decision administrativa o de una sentencia, La ley debe estar destinada a regir una clase indeterminada de casos o de situaciones. Ia Constitucion chilena parece entenderlo al terminar su catélogo de materias posibles de ley con tun precepto abierto que parece definir sus caracteristicas esenciales: “Toda otra norma de cardcter general y obligatoria que estatuya las bases de un ordenamiento juridico” (art, 63.20° Const.). Sin embargo, es comin que haya normas que, si bien se aprueban con los trétnites de una ley, reciben el mismo ropaje exterior de la ley, disponen sobre situaciones 0 casos individuales y no generales. Nuestra Constitucién Io autoriza expresamente al sefialat que son materias de ley, por ejemplo, Ia antorizacién al Presidente para declarar la guerra (art. 63.15°) o Ia fija- cién de la ciudad en que debe residir el Presidente, celebrar sus sesiones e} Congreso y funcionar la Corte Suprema y el Tribunal Constitucional (art. 63.17"). Estas leyes no son materialmente leyes, pero silo son formal: mente (pueden considerarse decretos supremos, pero pata cuya aprobacién se exige el tramite y quérum de una ley). ut se on del jue de aa tio la no be ly Curso oe Derecxo Crvit ~ Pate Geverat st b) Segtin el modo de su obligatoriedad Bart, 1° del Cédigo Civil distingue tres formas en la que las leyes pue- den obligar: ordenando, prohibiendo y permitiendo. Se pueden reconocer asi tres formas de ley, a saber 1°) Leyes imperativas: Son aquellas que ordenan expresamente alguna cosa, por ejemplo, las que obligan a pagar impuestos, realizar el servicio militar obligatorio o servir de vocal de mesa en los Procesos electorales, 2°) Leyes prohibitivas: Son aquellas que ordenan que los ciudadanos se abstengan de realizar ciertos actos que se consideran negativos 0 per- judiciales. La mayorfa de las leyes que penan conductas son de este tipo prohiben, si bien indirectamente, su realizacién. 3°) Leyes autorizadoras o permisivas: Son aquellas que otorgan una facultad o regulan la forma de realizar ciertos actos. Por ejemplo, son leyes autorizadoras las que facultan a las personas para contraer matrimonio, para reconocer un hijo, para otorgar testamento y designar a herederos. Se ha discutido mucho sobre si esta caracterizacién es adecuada y co- recta. Se dice asi que las leyes prohibitivas son el fondo imperativas de castigo (no prohibirfan la conducta sino que ordenarian que el juez aplique una sancién al que las comete). Se sefiala igualmente que todas son leyes imperativas, ya que la permisivas no son propiamente autorizadoras sino mis bien ordenadoras de que los demds no impidan el ejercicio de los actos autorizados. No parece necesario detenerse en estas precisiones, Bastard con decir que todas las leyes son obligatorias, y que la clasificacién slo intenta desoribir el modo en el que se expresa esa obligatoriedad. Por lo demés, es comin que en un cuerpo legal, se entremezclen normas impera- tivas, prohibitivas o permisivas, por lo que més que leyes de un solo tipo, lo que hay son disposiciones legales de una u otra modalidad. Es conveniente, si, aclarar que Ia jurisprudencia y doctrina chilenas, Para efectos de Ia eficacia de los actos juridicos, dan un significado muy restringido a las leyes o disposiciones legales prohibitivas. Se interpreta el art, 10 del Cédigo Civil que declara nulos los actos que “probibe la ley” ¥ Se sostiene que la norma se aplica tinicamente a las leyes més rigurosa- 1 52 Henn Connat. TaLciant mente prohibitivas, es decir, aquellas que vedan absoluta y completamente la realizacién del acto (por ejemplo, que el tutor o curador haga donacién de bienes raices del pupilo, conducta que prohfbe sin excepciones el art. 402 CC). Las normas que prohiben ciertos actos, a menos que se cumpla con ciertos requisitos 0 exigencias, no serfan verdaderamente probibitivas, sino més bien imperativas, del modo “si quieres realizar este acto debes cumplir tales y cuales requisitos”. No siempre es sencillo, en consecuencia, identificar una verdadera ley prohibitiva en este sentido tan riguroso, y es dudoso que una norma tan categérica casi nunca pueda aplicarse. Por eso, nuestra opinion es que son también leyes prohibitivas aquellas cuyo fin sea impedir una conducta, aunque tengan casos de excepcisn. c) Segtin el objeto de su regulacién Estamos ahora frente a una clasificaci6n que interesa especialmente al Derecho Civil, y corresponde a la funcién que pretende cumplir la ley en el contexto de libertad de las personas que reina en el mundo privado. Asi, es posible reconocer tres tipos de leyes o disposiciones: 1°) Leyes indisponibles: Son aquellas que se imponen a la voluntad de Ios particulares, por cuanto buscan hacer prevalecer valores de bien piblico de contenido irrenunciable. 2°) Leyes declarativas 0 supletorias: Son aquellas leyes 0 disposiciones que imperan cuando las personas no han manifestado su voluntad, pero que pueden ser excluidas por una estipulacién contraria o diferente de Jos ciudadanos. Por ejemplo, las disposiciones del Cédigo Civil sobre los contratos suelen ser supletorias, es decir, se aplican cuando las partes no han establecido algo distinto. 3°) Leyes dispositivas: Son aquellas que tiene por objeto resolver un conflicto de intereses que se suscita entre dos personas que no han contratado entre si. Por ejemplo, la norma del art. 1815 del Cédigo Civil se pone en Ja situacién de la venta de una cosa por una persona distinta de su ducfio, lo que genera un conflicto de intereses entre el propietario de la cosa que fue vendida y el actual poseedor que la ha comprado: {qué interés debe prevalecer? Como se vera, la norma da preferencia al propietario, salvo que el comprador haya adquirido el dominio por la prescripcién transcurrido el tiempo legal. oe Gunso ve Deco Cov, - PARTE GENERAL 3 Debe advertirse que no hay consenso sobre la utilizacién de estas de- nominaciones, y a veces se usa el nombre de leyes dispositivas para aludir a las supletorias. @) Seguin el dmbito de su aplicacién Pueden reconocerse leyes comunes y leyes excepcionales o de aplica- cion restrictiva. Las leyes comunes son todas aquellas que tienen una vocacién para aplicarse de manera general en todas las situaciones que se presenten. Las leyes excepcionales, por el contrario, son aquellas que estén previstas para regir en una situacién particular que se estima excéntrica o extraor- dinaria. También a veces se les denomina leyes de aplicacién restringida. La importancia de esta clasificacién reside en la forma de su interpreta cién, Las leyes excepcionales o de aplicacién restringida, deben interpretarse dde también restringidamente, no incluyendo en su ambito de regulacién més dlico que los casos expresamente contemplados. No procede respecto de ellas la inclusién de casos por semejanza 0 analogia. ones Se entiende que son excepcionales o de aplicacién restringida las normas pero que establecen sanciones, las que determinan la invalidez de los actos juri- 2 de dicos y las que consagran la incapacidad o inhabilidad de ciertas personas + los para ejercer derechos. sno ©) Segiin su contenido y quérum de aprobacién constitucional con ado La Constitucién ha distinguido las leyes, imperando distintos quorum de ca votacion para su aprobacién legislativa, en cuatro clases de leyes, a saber: sfio, que 1°) Leyes interpretativas de la Constitucién: Se trata de leyes que de- lebe claran el sentido de alguna disposicién constitucional. Por la trascendencia que de su cometido, estas leyes pueden ser aprobadas siempre que cumplan rido un alto quérum de votacién: para su aprobacién, modificacién 0 deroga- cidn se exige la votacién conforme de los tres quintos de los diputados y 54 HenwAn Corrat TALCIANI senadores en ejercicio. Estén sometidas al control preventivo necesario de constitucionalidad del Tribunal Constitueional (arts. 66 y 93.1° Const.) 2°) Leyes orgdnica-constitucionales: Son leyes a las que la Constitu- cién encarga regular de manera organica toda una determinada materia 0 el funcionamiento de una institucién. Por ejemplo, son de esta clase las leyes que regulan la organizacion de la Administracién Publica, el Tribunal Constitucional, la organizacién y atribuciones de los Tribunales de Justicia, el Banco Central, las Fuerzas Armadas. Su quérum de aprobacién es tam- bién alto: se necesita el voto de las 4/7 partes de diputados y senadores en ejercicio. También estén sujetas a control de constitucionalidad preventivo necesario (arts. 66 y 93.1° Const.). 3°) Leyes de quérum calificado: Son leyes que regulan asuntos de especial relevancia a los ojos del constituyente, por lo que se exige un quérum un poco mids alto que el de las leyes ordinarias. Para su aprobacién, modifica- cién o derogacién se requiere el voto conforme de la mayoria absoluta de los diputados y senadores en ejercicio. Por ejemplo, exige ley de quorum calificado para imponer la pena de muerte o para establecer limitaciones 6 requisitos para la adquisicién del dominio de ciertos bienes (arts. 19.1° y 23° Const.). 4°) Leyes ordinarias: Se suelen denominar leyes ordinarias a las que no caen en ninguna de las categorias anteriores. Su quérum de aprobacién es la mayoria absoluta de diputados y senadores presentes. Pucden versar sobre cualesquiera de las materias que la Constitucién reserva a la ley (arts. 63 y 65 Const.). Estas leyes no estén sujetas a control de constitucionalidad preventivo necesario, pero pueden ser Hlevadas al Tribunal Constitucional por un requerimiento presentado por el Presidente o por la cuarta parte de Jos diputados o senadores (art. 93.3° Const.). Pp) Segiin la organicidad de sus materias: Cédigos y leyes no codificadas En la época moderna hay ciertas leyes cuyo objetivo es sistematizar y estructurar de modo ordenado, orginico y omnicomprensivo toda una determinada materia juridica, y que, desde principios del siglo XIX, se les da la denominacién de cédigos. Formalmente, son y tienen la jerarquia de suclant ‘Gunso of Denecso Crvi,- PARTE GENERAL ee leyes, pero por su forma y por la funcién de nucleo central de un determi- nado régimen jurfdico, se les asigna el nombre de cédigos. En Chile, la Constitucién determina que son materias de ley: “las que son objeto de codificacién, sea civil, comercial, procesal, penal u otra” (art. 63.3° Const). El Tribunal Constitucional ha sefialado que esta disposicion constitucional alude a codificacin como la técnica o forma de ejercicio de la funci6n legislativa que produce leyes llamadas “c6digos”, que se refie~ rena leyes que usualmente se citan por su nombre y no por su niimero, y que corresponden a cuerpos juridicos sistematizados a partir de principios generales (sentencia de 23 de diciembre de 2008, rol N° 1144-08). Los Cédigos deben ser aprobados como eyes ordinarias, salvo que por su ecial materia se exija un quérum especial (como sucede con el Cédigo Organico aa ‘de Tribunales, de conformidad con el art. 77 y Disp. 4* transitoria Const.). ica tade Las leyes no codificadas son todas las dems que no tienen la forma orum de cédigos. ones f 19.12 5. Normas de valor equivalente a la ley eno @) El decreto con fuerza de ley esla obre Son normas de valor equivalente al de ley, los decretos con fuerza de 3. 63 ley. En nuestro sistema constitucional no siempre han estado autorizados, ee pero la actual Constitucién los regula expresamente. onal ede El decreto con fuerza de ley es un decreto dictado por el Poder Ejecutivo sobre una materia propia de ley, en virtud de una delegacién expresa del Poder Legislativo. La delegacién debe hacerse por una ley y someterse a las restricciones establecidas en el art. 64 de la Const.: Sélo es admisible en ciertas materias y debe fijarse un plazo que no puede exceder el afio. ‘izar Estos decretos estén sometidos en cuanto a su publicacién, vigencia y una efectos, a las mismas normas que rigen para la ley. Pero su numeracién zles no es correlativa, sino que llevan un numero propio para cada afio y que ade depende del Ministerio o Secretaria a través del cual se dicta el decreto. 56 HerwAN Corrat TALCIAN! b) El decreto-ley Se conoce como decreto-ley el decreto dictado por el Poder Ejecuti- vo, sobre materias propias de ley, que, por una ruptura constitucional, ha asumido de hecho las potestades legislativas. No estan regulados ni en la Constitucién ni en otra norma legislada, ya que son propios de periodos de crisis politica en los que el orden constitucional no ha podido funcionar. En Chile, se han dictado decretos-leyes en varias épocas. Para la crisis, del gobierno parlamentario de los alos 1924-1925, se dictaron 816 decre- tos-leyes; en el periodo de la llamada Repiblica socialista de 1932, fueron dictados 669 decretos-leyes, El mayor niimero de ellos se dicté durante el periodo del gobierno militar que sucedié a la crisis institucional de 1973. Desde ese afio a 1981, se dictaron 3.660 decretos-leyes. Desde 1981 a 1990, al comenzar a regir la Constitucién y entenderse separado el Poder Legislativo (radicado en la llamada “Junta de Gobierno”, integrada por los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas y Director General de Carabineros) del Poder Ejecutivo radicado en el Comandante en Jefe del Ejército, se comenzaron a dictar leyes, continudndose la mumeracién que se habfa interrumpido en 1973. La costumbre ha prevalecido sobre los textos legales al reconocer la jurisprudencia de los tribunales la pervivencia como normas legales de los decretos-leyes aunque hayan sido derrocados los gobiernos de facto que los hayan dictado y aun cuando su inconstitucionalidad originaria sea manifiesta Priman consideraciones de seguridad juridica, y de continuidad del orden juridico, més all4 de los movimientos politicos. Por cierto, nada impide ‘que, recuperada la institucionalidad, el Poder Legislativo regular derogue 0 sustituya los decretos-leyes. Pero mientras ello no sucede, los decretos-leyes son fuentes del Derecho de un rango equivalente al de las leyes. ©) El contrato-ley Se denomina “contrato-ley” a una figura hibrida que se genera por la conjuncién entre una ley y un contrato entre el Estado, que aprueba la ley, y un particular que necesita especiales garantias de seguridad de su estatuto juridico contractual. En el fondo es un contrato que proporciona una franquicia o beneficio al particular que acuerda con el Estado y que grrr eer errr |

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