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Fuentes religiosas[editar]

Søren Kierkegaard.

Varios autores han señalado la importancia de la religión católica en la gestación del


pensamiento heideggeriano. Para Jean Greisch, la sensibilidad católica de Heidegger le abrió al
carácter trágico y precario de la existencia. 62 Gadamer insistió igualmente en la importancia de
los orígenes religiosos de su pensamiento.nota 4 Marlène Zarader revela en Heidegger una
herencia hebraica que constituiría un lugar impensado en su filosofía. El privilegio que el filósofo
de Messkirch dio en sus primeros cursos a la fenomenología de la vida religiosa de los primeros
cristianos, sugiere Zarader, tuvo como resultado la ocultación del legado propiamente judío en el
pensamiento occidental.64 A estas fuentes religiosas antiguas se suma la influencia más
contemporánea de Kierkegaard, poniendo el acento en las tonalidades afectivas y en la
comprensión heideggeriana de los conceptos de angustia, existencia e instante.65
Impulso fenomenológico[editar]

La fenomenología de Edmund Husserl ofreció a Heidegger un método de exploración de la


realidad y la exigencia de retornar a las cosas mismas. A partir de esto, Heidegger se dio cuenta
de que es en la experiencia más pragmática y más ingenua del mundo donde el ser humano
toma consciencia de sí mismo y de su entorno. Así pues, según Christoph Jamme "la tesis
fundamental es la siguiente: la experiencia del mundo circundante no debe concebirse
teoréticamente".66 Se reconoce la primacía de la cotidianidad ordinaria, donde el Dasein recibe
la primera experiencia concreta del ser de aquello que es.

Los caminos y los medios[editar]


El lenguaje y la lógica[editar]

«El lenguaje no existe más que allí donde es hablado, es decir, entre los hombres», observa
Heidegger siguiendo a Jean Greisch. Además, añade que el filósofo alemán toma la primera
decisión importante al pasar del lenguaje, cerrado sobre sí mismo, a la palabra viva que se
intercambia. La relación del lenguaje con la existencia es para Heidegger más importante que su
confinamiento en las reglas de la Lógica y de la Gramática. Esto es así hasta el punto de que «la
definición de una «esencia del lenguaje» sería tan problemática como la definición de una
"esencia del hombre"».67

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