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Módulo 3 - Sesión 6 Valores y Hábitos para El Logro de Metas y Objetivos
Módulo 3 - Sesión 6 Valores y Hábitos para El Logro de Metas y Objetivos
MÓDULO 3:
Metodología de Coaching por
valores en el proyecto de vida.
.
Sesión 6:
Valores y hábitos para el logro
de metas y objetivos.
Elaboración de contenidos:
Revisión de contenidos:
Ruth E, Jaulis Quicaña
Juan J. Colquichagua C.
Diseño e ilustraciones:
Juan J. Colquichagua C.
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Diagramación:
Juan J. Colquichagua C.
Adecuación pedagógica:
Ruth E. Jaulis Quicaña
INTRODUCCIÓN
Asimismo, en esta parte del curso entraremos al mundo del COACHING, el cual es una
metodología que permite a las personas pasar de una situación presente (A) a una situación
deseada (B), conceptos sobre el mismo abundan en la red, pero para este curso nos
permitiremos hablar del mismo para ayudar a mejorar la situación actual de nuestros
hijos/as o estudiantes. La situación presente (A) no necesariamente es cuando las cosas están
mal o es un desastre, sino de aquellas cosas que la persona desea que estén mucho mejor,
como cuando una adolescente vino a consulta para trabajar en su orientación vocacional, y
había ocupado primeros puestos, tenia una beca del Estado, sabía lo que quería estudiar, sus
padres fueron siempre la inspiración en su vida, creció en un ambiente de mucho amor,
comprensión y apoyo, “….. pero me falta algo, no sé qué es, a veces siento que no soy capaz o
que otras son mejores que yo” dijo en consulta. Y muchos de nuestros adolescentes a veces se
sienten asi, para ello, la metodología del coaching ayuda a explorar esta parte, es decir, a
identificar los GAPs, brechas o vacíos que permitan trabajar sobre el mismo. Es a través de las
preguntas que solo se puede hacer consciente y generar compromisos para pasar de una
situación A - B, o si prefiere de una situación X a Y.
Juan J. Colquichagua C.
A continuación, profundizaremos un poco más para que usted vaya interiorizando este
pequeño viaje al mundo de los valores:
Para tener en cuenta, los valores pueden definirse como las decisiones estratégicas que
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tomamos para cumplir nuestros objetivos. Conviene entender que esas opciones, a su vez,
se derivan de unos supuestos básicos o creencias sobre la naturaleza humana y el mundo que
nos rodea. En pocas palabras, cada persona elige pensar y actuar de formas concretas
según lo que cree sobre las personas, las cosas, los acontecimientos, las ideas y el mundo.
Por ejemplo, estar convencido de que la falta permanente de tiempo es una señal del éxito
puede animarnos a adoptar el valor de que merece la pena trabajar mucho. Por otro lado,
creer que lo importante son los resultados inmediatos, puede reforzar el valor de los
beneficios rápidos, la velocidad de producción o el trabajo e incluso la chapuza
(improvisación) frente a la calidad, ya que esta última tarda más en conseguirse. Sin
embargo, creer que la mala calidad al final sale cara, probablemente nos lleve a adoptar el
valor de la buena calidad.
EXPERIENCIA
Las creencias y los valores están muy relacionados y, por eso, en esta parte hablaremos de los
cambios en las creencias y los valores con mucha frecuencia que de los cambios en los valores
solamente. En el proceso de coaching por valores conviene tener en cuenta que las
creencias preceden a los valores,
por lo que un cambio en los
valores exige antes un cambio en
las creencias. El desaprendizaje de
ciertos valores es fundamental si
queremos reemplazar o renovar los
valores, cambiar las conductas y
ejercer una influencia positiva. 5
Este es el precio del cual no muchos están dispuestos/as, porque implica un proceso de
cambio y transformación, o reinvención en términos más holísticos, porque están tan
cómodos siendo como son, o haciendo lo que hacen, entonces si deseamos cambios profundos
en nuestra vida es necesario DESAPRENDER Y REAPRENDER, éste nos salvará del
analfabetismo funcional y permitirá apretar la palanca de los valores.
NORMAS Y VALORES
Los valores son esenciales en la formación de las normas o reglas del juego. Nuestros valores
nos informan de lo que damos por ético, bueno, válido, competitivo, adecuado, bonito y
deseable, y se generan y refuerzan constantemente a lo
largo de la vida. Los valores se mantienen a nivel
individual mientras que las normas tienen a surgir en
las interacciones colectivas. Las normas son reglas de
conducta adoptadas por consenso, mientras que los
valores son criterios para la evaluación, la aceptación
o el rechazo de las normas. Además, el incumplimiento
de las normas suele incurrir en sanciones externas
(ostracismo, multas, encarcelamiento), mientras que el incumplimiento de los valores
provoca sentimientos de culpa o sanciones internas.
Desde mi apreciación personal, considero que, si trabajáramos mucho más a nivel de los
valores, no tendríamos que invertir demasiado en normas, leyes o sanciones para el ejercicio
de una ciudadanía responsable.
ACTITUDES Y VALORES
Una actitud es la consecuencia de los valores y las normas que la preceden. Es un factor
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evaluador o tendencia positiva o negativa hacia las personas, acciones, acontecimientos,
objetos, etc. Nuestras actitudes reflejan lo
que sentimos hacia algo o alguien y
predicen nuestra tendencia a actuar de una
manera concreta. Por ejemplo, si tenemos una
actitud positiva hacia un trabajo o proyecto en
particular y nos dedicamos a él, con
entusiasmo, esa conducta (cumplir con el
encargo, aceptar el volumen de trabajo
necesario) nace de la posibilidad de que el proyecto nos permita poner en práctica algún valor
(por ejemplo, el de la creatividad), que a su vez surge de ciertas creencias (como que debemos
ser creativos para prosperar en el mercado o que la creatividad proporciona satisfacción
personal).
ACTITUDES Y COMPORTAMIENTO
Los estudios han demostrado con claridad que, en algunos casos, señalar las incoherencias
entre las actitudes y el comportamiento logra redirigir este último. Algunos padres,
docentes y coaches se centran en el cambio de actitudes para modificar el comportamiento, y
esa es, precisamente, la esencia de la terapia cognitivo-conductual, que combina dos tipos de
técnicas: las diseñadas para cambiar formar irracionales de pensar (actitudes y creencias) y
las que se centran en corregir el comportamiento inadecuado resultante. Aunque este
planteamiento funciona bien en muchos casos, he llegado a la conclusión de que, en vez de
intentar cambiar las actitudes para modificar el comportamiento, es más efectivo
modificar los valores y las creencias que lo sustentan. De esa forma, se produce un cambio
profundo y duradero, si bien el proceso es más complejo, pero el resultado es más sostenible
en el tiempo.
EL VÍNCULO DEL ESTRÉS
En un mundo ideal, cualquier persona podría ser capaz de crear entornos en los que sus
creencias, valores, normas, actitudes y comportamientos estuviesen perfectamente
alineados, pero la realidad no suele ser tan sencilla. Las exigencias a las que estamos
sometidos en nuestra vida y nuestro trabajo son
cada vez más numerosas y factores como la
globalización, las nuevas tecnologías, la creciente
competitividad, la presión en aumento de las
empresas para hacer más con menos, la
importancia cada vez mayor de la multitarea y las
organizaciones que exigen a cada empleado que
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realice el trabajo que antes hacían varias personas
han creado una situación de guardia permanente.
La relación básica entre las creencias, los valores y la conducta son claves reconocerlas para
entender también que origina el estrés en las personas.
Hoy en día, el estrés suele definirse como “el proceso por el que las personas perciben e
interpretan su entorno en términos de su capacidad para enfrentarse a él”. Según esta
definición, el estrés está presente siempre que el entorno plantea (o se percibe como) una
amenaza a una persona en forma de exigencias excesivas o insuficientes recursos. Aunque
casi todos somos capaces de responder correctamente a la mayoría de las situaciones
estresantes, nuestros cuerpos y mentes tienen una capacidad de respuesta limitada a los
factores del estrés. Y cuando nos exponemos a demasiados factores del estrés durante
un largo periodo, nuestra capacidad para enfrentarnos a ellos disminuye. La activación
constante de la respuesta al estrés (y la correspondiente secreción de hormonas como la
adrenalina y el cortisol) nos pasan factura física y mentalmente.
El cuadro a continuación ofrece varios ejemplos de cómo las creencias y los valores típicos
pueden conducir a comportamientos y resultados nocivos (columna A) y de qué manera
podemos modificar nuestras creencias y valores para producir comportamientos y resultados
positivos (columna B)
COLUMNA A COLUMNA B
Negativo Positivo 10
O • Aislamiento. Afiliación.
• Ira y rabia. Felicidad y satisfacción.
R
T.
R
• Mala salud física o mental. • Buenas salud física o mental.
E • Relaciones satisfactorias.
• Relaciones personales
S fracasadas o limitadas. • Mejoría del rendimiento con el
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U • Caída de rendimientos con el tiempo.
L tiempo.
FORMACIÓN DE VALORES
En este contexto conviene analizar otra definición de los valores: los ideales que dan
significado a nuestras vidas, se reflejan en las prioridades que escogemos y sobre los
que actuamos de forma coherente y repetida. Como ideales, los valores son a la vez
herramientas y objetivos de la transformación social y la renovación de la vida pública, la
comunidad y la sociedad.
La axiología se encarga del estudio de los valores. De ahí proviene El modelo triaxial de los
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Valores que fue diseñado por Simón Dolan, donde recoge más de 30 años de experiencia,
trabajo e investigación en diversos hospitales, empresas y consultorías. En este estudio, él
sostiene que una vida completa, equilibrada y saludable debe incluir tres grupos de valores:
el grupo económico-pragmático, El grupo ético-social y el grupo emocional-desarrollo.
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El ancla está diseñada para asegurar una embarcación marítima a un determinado lugar en el
océano, sin que el barco se lo lleve el viento, las
olas y el flujo del océano o cualquier otro factor
adicional. De manera similar, el Ancla de
Valor se designa para limitar a la persona a
un espacio de comportamiento correcto, sin
que sea llevada por determinantes internos
(necesidades psicológicas) o externos (presión
social).
El propósito del Ancla de Valor es permitir que una persona siga su sistema de valores,
incluso si a veces deba redondear las esquinas.
Un ejemplo del contexto familiar puede ser cuando su hijo le pide que no vaya a una
lección de piano, y en su lugar quiere ir a ver a un amigo que lo invitó.
En lugar de decir “no”, que no transmite un mensaje educativo
y no permite la generalización de la situación a otras
situaciones, recomendamos transmitir un mensaje que tenga
un valor educativo. Puede decir: “La profesora de piano lo
está esperando. Es una falta de respeto hacerle saber en el
último momento que no vas a ir. Esto no respeta su tiempo”.
En este caso, el valor es “respeto”, el objetivo es “respetar el tiempo de la otra persona”
y el comportamiento es “no cancelar a una persona en el último minuto”.
También puede decir: «Cuando pediste las clases de piano, asumiste la responsabilidad de
asistir a las clases y de practicar entre clases. Creo que debes respetar esto”.
En este caso el valor es “responsabilidad”, el objetivo es “cumplir con sus
compromisos” y el comportamiento es “ir a la lección a la que me comprometí”.
Este ejemplo va de la mano con un estilo de crianza Amable y firme a la vez, la cual nos
permite ser COHERENTES Y CONSISTENTES con lo que decimos y hacemos.
4. Schein, E.H. (2005), Organizational culture and leadership (3ra edición), Josey Bass.
Publicado la primera edición en 1985.