Está en la página 1de 25

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/337335303

CUENCA PUTUMAYO (COLOMBIA)

Chapter · November 2019

CITATION READS

1 4,546

5 authors, including:

Eduardo Rossello
Universidad de Buenos Aires
185 PUBLICATIONS   4,185 CITATIONS   

SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

MAGMATISMO NEOPALEOZOICO-EOMESOZOICO DEL NORTE DE PATAGONIA, ARGENTINA: PETROTECTÓNICA, METALOGÉNESIS Y PALEOMAGNETISMO View project

All content following this page was uploaded by Eduardo Rossello on 29 July 2020.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


Cuenca Putumayo Sistemas Petroleros de las Cuencas Andinas 1
Carlos E. Cruz - Jorge F. Rodríguez - Jorge J. Hechem - Héctor J. Villar, eds.

CUENCA PUTUMAYO (COLOMBIA)

Eduardo A. Rossello1, Vicente A. Nevistic2, Raúl O. Salvay3, Luis H. Pina4 y Graciela Covellone5

1
CONICET – UBA, Buenos Aires, Argentina, rossello@gl.fcen.uba.ar
2
YPF S.A., Buenos Aires, Argentina, vnevistics@repsolypf.com
3
Repsol, Madrid, España, rsalvayg@repsolypf.com
4
Tecpetrol, Buenos Aires, Argentina, luis.pina@tecpetrol.com
5
YPF S.A., Buenos Aires, Argentina, gcovelloneg@repsolypf.com

Abstract. Putumayo Basin (Colombia).


The Putumayo Basin is located in south western Colombia (total area of 29,000 km2) and
continues into Ecuadorian Oriente Basin. 395 x 106 bo has been discovered and 305 x 109 cfg,
with 105 exploratory wells drilled since 1948. Typically, reservoir levels are sandstones of the
Caballos Fm (Aptian-Albian) and also the “U” and “M2” sandstones of the Villeta Fm (Late Albian-
Santonian). The Caballos Fm is the most important reservoir in the western area of the basin
showing 12 to 15 % of porosity and up to 500 mD of permeability. Compaction by overburden
can be associated to the beginning of HC maturation and migration and contemporaneous subtle
structures, determining potential traps. Two main tectosedimentary systems progressively
superimposed along time (from Upper Cretaceous to Recent) as well as in space (from West to
East) are recognized: a) Early due to vertical compaction by lithological overburden from
deposition onwards and b) Late due to the subhorizontal shortening related to the development
of the Post-Eocene Andean transpressional deformation. In addition to the traditionally well known
Cretaceous-Paleocene petroleum system, there are others potential sources (Paleozoic
and/or Mesozoic) of hydrocarbons that are probable to be found into the Putumayo Basin.

INTRODUCCIÓN
El objetivo de este trabajo es la descripción de la Cuenca Putumayo desde el punto de vista de
las características tectosedimentarias de los principales niveles productores de hidrocarburos, sus
sistemas petroleros y su potencial exploratorio. La Cuenca Putumayo limita al este con la Cuenca Yari-
Caguán, al norte con la Cuenca del Valle Superior del Magdalena al oeste con el Macizo de Garzón y
al sur se continúa en Ecuador en la Cuenca Oriente (Figura 1).

Figura 1. Izquierda. Localización de la Cuenca Putumayo en la porción austral del territorio Colombiano. Derecha:
Mosaico radar de la Cuenca Putumayo que muestra la morfología llana que presenta la porción oriental y la
montañosa de su flanco occidental.
2 Eduardo A. Rossello, Vicente A. Nevistic, Raúl O. Salvay, Luis H. Pina y Graciela Covellone

Según Gonçalves et al. (2002), la Cuenca Putumayo tiene un área total de 30,000 km2 y
reservas descubiertas de 395 x 106 bo y 305 x 109 cfg. Se han perforado al 2005 unos 105 pozos
exploratorios y adquirido unos 17,800 kilómetros de sísmica 2D y escasos programas de sísmica
3D. Este esfuerzo resultó en el descubrimiento de 28 campos con una relación campos/pozos A-3
26.7 %.
La exploración en la Cuenca Putumayo (Figura 2), se inició en el año 1948 con la perforación de
los pozos Curbinata-1 y la Rastra-1, perforados por la compañía Sabanas Petroleum Colombia. Luego,
en el año 1963 Texaco descubre el Campo Orito con el pozo Orito-1 (1.411 BOPD de 37° API) y luego
en 1965 descubre los Campos Acae y San Miguel. En 1974, la Compañía Cayman perfora 3 pozos
(Campo Nancy). En 1976 Farmland perfora 3 pozos (Campo Maxine) y Colbras 1 pozo (Campo Payará
1). En 1988, ECOPETROL realiza 13 pozos (Campos Q del Área Suroriente, Alea-1 y Campo Sibundoy
(Área Nororiente), en 1989 otros 8 pozos (Cedral 1, Cohembí 1). En 1990, Argosy perfora 10 pozos y
descubre los campos Toroyaco y Linda. ECOPETROL en 1991 concreta 6 pozos (Campo Alborada,
Centella y Mansoyá del Área Nororiente), en 1992 otros 10 pozos (Campo Yurilla) y en 1998 1 pozo
(Airú 1 de Ram).
Los mayores descubrimientos se encuentran en el área Occidental (Campos Orito 260 x 106 bo y
Acae-San Miguel 70 x 106 bo), mientras que en el área Oriental se encuentran campos con reservas
menores de 11 x 106 bo.

Figura 2. Diagrama cronográfico de la ejecución de pozos exploratorios en la Cuenca Putumayo.

MARCO GEOLÓGICO
La región del piedemonte Andino que ocupa la Cuenca Putumayo está caracterizada por una
densa cobertura selvática que se distribuye entre su porción de plataforma con muy escasa expresión
superficial de sus rasgos morfotectónicos y un frente montañoso neto cabalgante con vergencia
oriental. El registro sedimentario de la Cuenca Putumayo puede ser dividido en secuencias bien
diferenciadas: una informalmente denominada pre-Cretácico, desarrollada previamente al Aptiano, otra
Cuenca Putumayo 3

depositada durante el Cretácico Tardío separada de la anterior por una discordancia angular de primer
orden y una tercer secuencia depositada durante el Terciario (Figura 3).

Estratigrafía
El relleno sedimentario de la Cuenca Putumayo, es perfectamente correlacionable con el de su
continuación austral dentro de la Cuenca Oriente de Ecuador (Canfield et al., 1982; Dashwood y
Abbotts, 1990; White et al., 1995; Balkwill et al.,1995; Rivadeneira y Baby, 1999; Higley, 2001; Baby et
al., 2004; Gonçalves et al., 2002). Estos registros sedimentarios son hacia el Oeste progresivamente
involucrados en la conformación del piedemonte de la Cordillera de los Andes

Figura 3. Izquierda: Columna estratigráfica simplificada de la Cuenca Putumayo. Derecha: Ejemplo de expresión en registros
de pozos de los principales niveles productores de las formaciones Villeta y Caballos.

El basamento técnico actual de la cuenca es de tipo continental y corresponde a rocas ígneas y


metamórficas del escudo de Guayana. El registro Triásico/Jurásico no ha sido suficientemente estu-
diado en la Cuenca Putumayo, pero si en la Cuenca Oriente donde se compone de una secuencia cal-
cárea y limolítica, en la base, correlacionable con la Fm. Payande del Valle Superior del Magdalena
(con edades K/Ar que oscilan entre 183 y 170 Ma (Higley, 2001). Superpuesta, se encuentra una se-
cuencia de limonitas, areniscas y conglomerados rojos (Fm. Motema), intercaladas e instruidas por to-
bas, brechas, lavas de composición ácidas, cuarzo-monzonitas y granodioritas, pertenecientes al
Batolito de Mocoa.
El registro Mesozoico se inicia con depósitos clásticos de la Fm. Caballos (Figura 4) de edad Aptia-
no-Albiano, la cual se constituye en el reservorio más importante de la zona occidental de la cuenca y
4 Eduardo A. Rossello, Vicente A. Nevistic, Raúl O. Salvay, Luis H. Pina y Graciela Covellone

se caracteriza por sedimentos depositados en ambientes aluviales en la base, transicionales a marinos


poco profundos al tope (barras de boca de distributario y depósitos de playa).
El ciclo sedimentario culmina con la máxima transgresión que depositó la secuencia clásti-
co/calcárea de la Fm. Villeta de edad Albiano Tardío a Maastrichtiano, portadora de la roca madre de
la mayoría del petróleo producido en la cuenca, almacenado en los reservorios de las areniscas inter-
caladas. Esta secuencia se depositó en un ambiente de rampa monoclinal carbonática submeridional
con pendientes del orden de 2º hacia el occidente. Durante su depositación las oscilaciones del mar
permitieron la formación de cuerpos carbonáticos y areniscosos.
Durante el Cretácico Temprano, la Cuenca Putumayo, se encontraba emergida, sujeta a procesos
asociados a exposición subaérea. En el Aptiano, se inicia un gran ciclo transgresivo, con pequeñas
caídas del nivel del mar, que permite la depositación de la Fm. Caballos constituida por una
secuencia de areniscas intercaladas con lutitas y ocasionales láminas de carbón y de la Fm. Villeta,
compuesta por una secuencia de areniscas, calizas y lutitas interestratificadas. Durante el
Maastrichtiano termina este evento transgresivo, presentándose la retirada del mar y dando origen a
la depositación de los sedimentos continentales de la Fm. Rumiyaco (Maastrichtiano Tardío -
Paleoceno Temprano), que corresponde a unas arcillolitas intercaladas con limolitas rojas y
ocasionalmente areniscas arcillosas. El área de aporte de los sedimentos era el Escudo Guayanés.
(Córdoba et al., 1997).
La Fm. Villeta corresponde una depositación marginal durante al intervalo comprendido entre el
Albiano y el Maastrichtiano Temprano (Figura 4). Se reconocen dos miembros: el Inferior y el Superior.
Regionalmente, el equivalente litoestratigráfico de la Fm. Villeta en la continuación austral de la Cuenca
Oriente de Ecuador, es la Fm. Napo que contiene los principales horizontes productivos (eg. Campo
Bermejo).

Figura 4. Esquema del desarrollo de las secuencias del Cretácico superior-Paleógeno y sus principales características
sedimentarias.

El Mb. Inferior de la Fm. Villeta corresponde a una sedimentación de plataforma calcárea con
episodios terrígenos y el Villeta Superior a una sedimentación más restringida con bajas condiciones
de energía de depositación y poca fauna. Dentro del Mb. Villeta Inferior se reconocen 6 intervalos
litoestratigráficos que representan periodos de sedimentación marina interrumpidos por periodos de
Cuenca Putumayo 5

aporte continental. Estos intervalos se describen a continuación de base a techo (Córdoba et al., 1997;
Kairuz et al., 2000).
Intervalo C: Caliza tipo packstone de color castaño claro de moluscos con matriz micrítica
(potencia promedio 68 pies).
Intervalo T: Arenas de cuarzo de color gris, de grano fino a medio, bien seleccionadas.
Intervalo B: Caliza gris a negro tipo wackestone/packstone de foraminíferos planctónicos (potencia
promedio 15.2 m - 50 pies).
Intervalo U: Arenas de cuarzo grises claras, de grano fino a medio, feldespatos y líticos (potencia
promedio 6.7 m - 22 pies).
Intervalo A: Caliza gris a negra tipo wackestone con fragmentos dispersos de fósiles. (potencia
promedio 18.3 m - 60 pies, máxima 51.8 m - 170 pies en pozo Putumayo-1).
Intervalo M2: Desarrollo de calizas similares a la caliza A y de arenas siliciclásticas de plataforma
media donde hay depósitos de tormenta (potencia promedio 11.3 m - 37 pies).
Las facies más gruesas se componen de grainstone, packstone, packstone/wackestone de bio-
clastos (en su mayoría bivalvos, ostreidos y en menor proporción gasterópodos y equinodermos), ca-
racterizados por presentar fragmentos de conchas generalmente recristalizadas, sin una orientación
preferencial, con tamaños que varían entre menos del milímetro y 3 centímetros, localmente se obser-
van algunas de mayor tamaño. La presencia de peloides es común observarla en facies de grainstone
y packstone principalmente, estos están por lo general micritizados. También, se presentan facies de
packstone y grainstone de glauconita con bioclastos. El ambiente de depósito de estos carbonatos
corresponde a bancos arenosos de bordes de plataforma, que son acumulaciones de restos de orga-
nismos que no han sido cementados en etapas tempranas de la sedimentación y que pueden variar
en su forma y posición por acción de corrientes y oleaje o grandes tormentas.
En este sub-ambiente predominan las condiciones de alta energía lo que implica un frac-
turamiento - rompimiento, de los fragmentos esqueletales que conforman estos bancos, debido a la
abrasión. Las facies de packstone, packstone/wackestone, wackestone/packstone de bioclastos que
se observan dentro de secuencias de lodolitas presentan generalmente fragmentos de conchas
distribuidas de forma aleatoria y con la concavidad hacia la base, lo cual sugiere que fueron
depositadas por eventos de alta energía que se interpretaron como depósitos de tormentas dentro de
una plataforma media.
Los packstone de foraminíferos planctónicos generalmente se encuentran dentro de secuencias
de mudstone y/o arcillas por lo que se consideraron también como depósitos de tormentas. Las facies
de wackestone, wackestone/mudstone de bioclastos con predominio de fragmentos de conchas de
bivalvos y la facies de mudstone que generalmente presenta restos de conchas, de peces y foraminí-
feros planctónicos se interpretaron dentro de una plataforma media sobre el nivel de tormentas y
plataforma externa.
Las facies arenosas corresponden en su mayoría a cuarzoarenitas grises a gris olivas generalmen-
te bioturbadas con ichnofacies Cruziana y Skolithos con ocasionales fragmentos de conchas de
bivalvos, arenitas con laminación ondulosa, arenitas lodosas bioturbadas y en menor proporción areni-
tas con estratificación cruzada. Se interpretaron como depósitos de shoreface y de barras desarro-
lladas al borde de una plataforma.
La facies de arenitas con estratificación y relictos de estratificación cruzada en artesa y biotur-
bación, se interpretaron como depósitos de plataforma y de barras litorales.
6 Eduardo A. Rossello, Vicente A. Nevistic, Raúl O. Salvay, Luis H. Pina y Graciela Covellone

Las facies de limolitas de color gris medio a gris oscuro con laminación plana paralela y ocasio-
nales foraminíferos planctónicos y limolitas con lentes de arenita muy fina y estructuras de deformación
penecontemporánea se interpretaron como depositadas en una plataforma media a externa. Las facies
de limolitas bioturbadas, generalmente con Teichichnus y Thalassinoides y óndulas se depositaron en
una plataforma media.
Las facies de arcillolitas generalmente de color gris medio a gris oscuro con laminación plana
paralela, ocasionalmente restos de conchas y foraminíferos planctónicos, con bioturbación de
Thalassinoides se interpretaron como depósitos de plataforma media a plataforma externa.
El Mb. Villeta Superior corresponde a una subida del nivel base (hemiciclo de subida) que se
evidencia en el cambio facial y en la respuesta del registro GR el cual marca alto valores porque
corresponde principalmente a arcillas (Figura 3).
Durante el Maastrichtiano-Paleoceno y como resultado de un evento regresivo se deposita una
secuencia clástica compuesta por arcillas varicolores con delgadas intercalaciones de areniscas;
hacia el este las facies son eminentemente arenosas. Esta unidad constituye el sello de las acumu-
laciones durante la depositación de la parte media se inicia la inversión de la cuenca, representando
la máxima inversión en el Paleoceno.
El Eoceno está representado por la Fm. Pepino depositada en ambientes continentales, presenta
tres niveles, uno basal conglomerático, con clastos gruesos de cuarzo bien redondeado, chert y liditas;
uno medio arcilloso y uno superior conglomerático que se diferencia del basal por presentar clastos de
menor tamaño. Esta unidad es productora comercial únicamente en el Campo Orito (Kairuz et al., 2000).
Durante el Eoceno Tardío al Mioceno Medio se deposita el Gr. Orito conformado hacia la base por
la Fm. Orteguaza y al tope por la Fm. Orito Belén; en conjunto consta de arcillolitas varicolores con
delgadas intercalaciones de carbón. Durante el Mioceno Tardío se deposita la Fm. Ospina compuesta
de arcillolitas rojas con intercalaciones de arenisca de grano fino.
El registro sedimentario de la Cuenca Putumayo culmina con el depósito de abanicos aluviales
durante el Plio-Pleistoceno de la Fm. Caimán y las agradaciones recientes de los principales cursos
colectores del Amazonas.

Estructura
Desde el punto de vista estructural la cuenca muestra dos zonas o ambientes bien definidos: i)
Una plataforma, localizada hacia el este en el antepaís donde dominan secuencias sedimentarias con
disposiciones subhorizontales y/o con inclinaciones leves hacia el oeste en las que se desarrollan
estructuras con relieves suaves y rumbo predominante norte sur generadas por fallamientos del
basamento con reactivaciones transpresivas Andinas (Silvestro et al., 2002; Rossello et al., 2004;
2005), y ii) Una zona de piedemonte, ubicada hacia el oeste y noreste, caracterizada por una mayor
deformación debida a la convergencia oblicua Andina (Figura 5).
Sobre este último sector pedemontano, se distinguen a su vez trenes estructurales con dos
orientaciones predominantes: i) el sistema de fallas Orito-Hormiga, localizados sobre el quiebre de
pendiente regional con rumbo norte-sur y transporte tectónico al este, que producen anticlinales
asimétricos (e.g. anticlinal de Orito), y ii) el fallamiento Andino, con mayor tasa de acortamiento
transpresivo de rumbo general noreste–suroeste y con vergencia este que ocasiona fuertes rechazos
estratigráficos debido al cabalgamiento de rocas pre-Cretácicas sobre rocas Terciarias y que a nivel
de la Fm. Caballos producen mayores inclinaciones al oeste. Resulta interesante remarcar, que los
estilos estructurales reconocidos en la porción plataforma se correlacionan muy bien con los trenes de
Cuenca Putumayo 7

Figura 5. Esquema tectónico de la Cuenca Putumayo con las tres zonas de deformación reconocidas: 1) zona compresional
Andina al occidente, 2) zona de transición y 3) zona de plataforma del antepaís con reactivaciones transpresionales. A:
depósitos carbonáticos, B: basamento no cristalino y C: basamento cristalino. Línea verde discontinua indica el límite de
depositación de la Fm. Villeta.

yacimientos en producción de la Cuenca Oriente del Ecuador (Figura 6).


Los registros sedimentarios se disponen sobre un ambiente de plataforma que se encuentra
fallado y plegado, hacia el Oeste en la zona de Piedemonte. La expresión sísmica de estos rasgos,
muestran secuencias pre-Eocenas que traslapan suavemente el basamento hacia su extremo oriental
que son afectadas por cabalgamientos andinos con vergencia al este en el flanco occidental
asociados con molasas que invierten la polaridad de la progradación (Figura 7).
La conformación actual del piedemonte Andino, sobre el que se desarrolla la Cuenca Putumayo, se
debe a una extensa historia geológica (véase una síntesis en Cobbold et al., 2007) que determinó la su-
perposición de diferentes eventos que pueden ser resumidos en dos grandes etapas principales: i)
Eventos extensionales desarrollados regionalmente sobre secuencias del Paleozoico hasta Triásico Tar-
8 Eduardo A. Rossello, Vicente A. Nevistic, Raúl O. Salvay, Luis H. Pina y Graciela Covellone

Figura 6. Trenes estructurales productores de la Cuenca Putumayo y su continuación austral en la Cuenca Oriente del
Ecuador.

dío-Jurásico Temprano representados por secuencias transgresivas que depositaron las pelitas y ca-
lizas de las formaciones Caballos y Villeta (Figura 8A) y ii) Eventos compresionales Post-Eocenos debi-
dos a las fases Incaica (Figura 8B) y Quechua de la deformación andina asociados a la depositación
de sus molasas representadas por las formaciones Pepino, Orteguaza, Orito y Belén (Figura 8C).
La extensión tuvo lugar entonces en una posición de retro-arco y fue acompañada por la de-
positación de los estratos continentales de las formaciones Chapiza y Yaupi, las que conforman el prin-
cipal relleno de los grábenes observados en el borde este de la Cuenca Oriente (Bellotti et al., 2003;
Baby et al., 2004). Durante el Cretácico superior se vuelve a instalar un periodo de extensión genera-
lizada que produce el desarrollo de acumulaciones sedimentarias que tienden a soterrar el margen. En
el borde oriental la actividad tectónica quedó registrada por la discordancia angular del Aptiano entre
los estratos pre-cretácicos y la Fm. Caballos y también por la reactivación inversa de estructuras
extensionales. Esta actividad tectónica durante el Cretácico Tardío fue principalmente transpresiva, por
lo cual no hubo engrosamiento orogénico importante y como resultado la subsidencia fue muy suave,
permitiendo el acomodamiento de los sedimentos por variaciones eustáticas. Regionalmente la única
Cuenca Putumayo 9

Figura 7. Ejemplos de expresión sísmica de las estructuras productivas (La línea negra indica una escala de
aproximadamente 1 km). Arriba: Línea sublatitudinal del piedemonte occidental desde proximidades del Campo Orito
hasta el borde oriental de la plataforma. Abajo: expresión de una anomalía interpretada como un abultamiento en
depósitos carbonáticos de la Fm. Villeta.

Figura 8. Perfiles esquemáticos transversales de la Cordillera de los Andes a la latitud de la Cuenca Putumayo, que
muestran la evolución desde una plataforma continental pericratónica (A) progresivamente invertida (B) hasta adquirir
la conformación actual (C). Las flechas rojas y amarillas indican el transporte principal de sedimentos y las flechas
blancas movimientos verticales relativos. 1) Frente Andino, 2) Trenes intermedios y 3) Ambiente de plataforma.
10 Eduardo A. Rossello, Vicente A. Nevistic, Raúl O. Salvay, Luis H. Pina y Graciela Covellone

etapa de actividad tectónica reconocida durante esta edad corresponde a la fase Peruana del
Santoniano-Campaniano Temprano, expresada en el Oriente por cambios en la tasa de subsidencia.
Finalmente, el Terciario se caracterizó por presentar reactivaciones tectónicas periódicas relaciona-
das a cambios en la dirección de convergencia entre las Placas Pacífica y Sudamericana que produ-
jeron la acreción de diferentes terrenos oceánicos y la erupción de volcanismo. La etapa de mayor acti-
vidad tectónica se desarrolló durante los últimos 26 Ma (Oligoceno Tardío-actualidad) denominada fase
Quechua, donde la migración del frente de deformación andino hacia el este y el engrosamiento cortical
provocaron la subsidencia por flexura y por la reactivación tectónica. Durante este periodo y
principalmente durante los últimos 10 Ma se desarrollaron las estructuras compresivas más importantes
observadas en el área de estudio, ya que se puede observar el plegamiento incluso de los sedimentos
más modernos, sin que se puedan identificar discordancias internas mayores (Figura 8C).

SISTEMA PETROLERO

Reservorios
Los principales niveles reservorios son las areniscas cretácicas de la Fm. Caballos y
secundariamente, las Areniscas T, U, M2 y N de la Fm. Villeta y la Fm. Pepino del Eoceno (Cuadro 1).

CAMPO FECHA RESERVORIO GRAVEDAD OOIPx106


Descubrimiento ºAPI

Orito 1963 Caballos-Arenisca "T" 36-32 683.5


Puerto Colón 1965 Caballos-Arenisca "U" 30 104.0
Churuyaco 1968 Caballo 0
31
Loro 1968 Caballo 30 75
Caribe 1969 Caballo 32 18.8
San Antonio 1969 Caballo 30 25
Sucumbíos 1969 Caballo 32 0
Hormiga 1970 Caballos-Arenisca 26 7.5
Sucio 1970 Caballo 32 7.4
Burdine 1974 Arenisca 37 0
Maxine 1976 Arenisca 27 0
Quriquinga 1988 Arenisca 35 0
Quililí 1988 Arenisca 31 18.1
Quillacinga 1988 Arenisca 35 23.2
Quinde 1988 Areniscas 21 0
Alea 1988 Areniscas 31 3.4
Linda 1989 Areniscas "U" y "T" 28 0
Mansoyá 1989 Areniscas "U" y "T" 25-33 49.2
Toroyaco 1989 Areniscas "T" y "U" 0
30
Mary 1990 Areniscas "U" y "T" 27 0
Miraflor 1991 Areniscas "U" y "T" 28 0
Piñuña 1991 Areniscas "T" y "U" 35 13.5
TOTAL 1028.6
Cuadro 1. Principales niveles reservorios de los diferentes campos de la Cuenca Putumayo (Kairuz et al., 2000) y sus reservas
in place. Ver ubicación en la Figura 6.
Cuenca Putumayo 11

Fm. Caballos. La Fm. Caballos al oeste del quiebre más occidental presenta mejores condiciones
de reservorio, lo cual está asociado a cambios laterales de facies desde ambientes continentales al
occidente a marinos poco profundos a transicionales al oriente. En los bordes de los lineamientos o
entre ellos se han presentado condiciones favorables para el desarrollo de crecimientos calcáreos
durante el Cretácico (Fm Villeta).
Fm. Villeta. La Fm. Villeta, acusa producción a partir de niveles arenosos en la mayoría de los
campos de la Cuenca Putumayo, sin embargo no se han realizado suficientes evaluaciones en sus
niveles calcáreos. Esta secuencia se dispone traslapando al basamento con potencias variables
máximas del orden 1200 pies (366 m) en el flanco occidental que decrecen progresivamente hasta
desaparecer hacia el borde oriental (Figura 9).
Arenisca U. Se subdivide en dos unidades operacionales: inferior y superior. La Arenisca U inferior
representaría cuatro cuerpos progradantes o lóbulos deltaicos localizados de sur a norte en: a) Área
prospectada por los pozos Temblón, Chiguaco y Acae-San Miguel con una orientación este-oeste. b)
Área prospectada por los pozos Susan-1, Nancy y Burdine con una configuración de delta pata de pá-
jaro. c) Área prospectada por los pozos Tigre-1 y Umbría y d) Área con orientación norte-sur prospec-
tada por los pozos Linda, Toroyaco y Mary cuyo límite oriental corresponde a un cero depositacional
localizado entre los pozos Mandur-4 y José María-1. En cambio, su límite occidental está dado por un
cambio lateral a facies arcillosas de prodelta. La Arenisca U superior expresa un retroceso del nivel del

Figura 9. Mapa de espesores de la Fm. Villeta y localización de los principales campos (tomado de Córdoba et al., 1997).
12 Eduardo A. Rossello, Vicente A. Nevistic, Raúl O. Salvay, Luis H. Pina y Graciela Covellone

mar, ya que su límite oriental migra hacia el oeste y se localiza al este del área prospectada por los
pozos Caimán-2 y Cencella-Alborada depositándose en ambientes que conservan los mismos cuatro
lóbulos deltaicos observados en la Arenisca U inferior.
Arenisca M2. Durante la depositación de esta unidad nuevamente el mar avanza hacia el este, su
cero se localiza aproximadamente en la misma zona que la unidad U inferior, pero ya corresponde a
un cero erosivo.
Caliza A. Dentro de la Fm Villeta, otro nivel que presenta interés prospectivo es el horizonte
denominado Caliza A, tercer intervalo calcáreo emplazado de base a techo, que en el pozo Putumayo-
1, presenta un anormal crecimiento calcáreo de 170 pies (52 m) de espesor, siendo el mayor registro
conocido en la cuenca (Figura 10). Esta unidad está presente en todos los pozos analizados, con un
espesor que aumenta hacia el oeste y que oscila entre 26 pies-8 m (Estrella-1) y 102 pies-31 m
(Gavilán West-2). Desde el punto de vista sísmico, la secuencia se dispone homoclinalmente hacia el
oeste según un gradiente que oscila en un par de grados de inclinación (Figura 11).

Figura 10. Correlación regional sublatitudinal de los principales horizontes productivos de la Cuenca Putumayo (tomado de
Córdoba et al., 1997).

Hacia el sector del pozo Putumayo-1 la Caliza A presenta un espesor anómalo de 170 pies (52 m)
y se acuña al este y al oeste. Muestra altos valores de resistividad y GR y se relaciona como
depositada en un ciclo simétrico de caída y ascenso del nivel base. Se correlaciona con la Caliza A
en la cuenca Oriente de Ecuador, formada por una secuencia heterogénea de calizas limpias y calizas
arcillosas con intercalaciones de lutitas (Balkwill et al., 1995).
Caliza C: Ubicado a la base de la Fm. Villeta presenta espesores de 117 pies (35.6 m) en la región
Oeste de la cuenca (pozos Tapir-1, Venado-1, Gavilán Oeste-2) y 17 pies en el pozo Burdine-1,
desapareciendo al Este y acuñándose contra el basamento conocido como Alto de Florencia a partir
de los pozos Yurilla-1, Alborada-1, Cencella-1 y Picudo-1, donde la arenisca T apoya directamente
sobre el basamento. Hacia el norte en el área de los pozos Tucán-1, Toroyaco-1 y 2 y Miraflor-1, la
caliza presenta un espesor entre 38 y 65 pies (11.5 a 20 m). Hacia el oeste donde la cuenca se
profundiza, la Caliza C cambia lateralmente a facies arcillosas.
Caliza B: Esta unidad localizada estratigráficamente entre la arenisca T y la lutita B, se observa
prácticamente en toda la cuenca excepto en los pozos del margen oriental (Estrella-1, Mandur-1, Mandur-
3, Mandur-4 y Mandur-5) hacia donde se acuña. Su respuesta típica en la curva de resistividad revela una
Cuenca Putumayo 13

Figura 11. Arriba: Mapa isocrónico a la base de la Fm. Caballos (Aptiano). Abajo: registros pre-aptianos.
14 Eduardo A. Rossello, Vicente A. Nevistic, Raúl O. Salvay, Luis H. Pina y Graciela Covellone

litología granodecreciente, en forma de campana, lo que indica una profundización o subida del nivel
base, este hemiciclo se prolonga hasta la depositación de la lutita B sobre la cual se deposita la Arenisca
U, este cambio de lutita a arenisca es abrupto y esta bien marcado en la curva GR. El espesor de la Caliza
B oscila entre 83 pies (25 m) al oeste (San Miguel-1) y 18 pies (5.5 m) al este (Mansoyá-1). Sobre esta
unidad yace la lutita B la cual se comporta como roca sello si se considera el potencial de reservorio de
la caliza B ya que espacialmente aparece en toda la cuenca. En el sector oeste del bloque, los pozos
muestran valores de resistividad que disminuyen hacia el tope de la caliza, y la curva GR aumenta
indicando una litología granodecreciente, que se evidencia en el aumento del espesor en los paquetes
arcillosos (Putumayo-1). En posición oriental dicho valor se invierte, ya que la base de este intervalo
está compuesta por calizas con mayor aporte clástico como el pozo Cen-cella-1.
Caliza U: Esta unidad es de distribución areal restringida y se define en una franja de dirección
NS en el sector de los pozos Alborada-1, Sibundoy-1, Mansoyá-1 y Cencella-1 al este y se extiende
hacia el sur encontrándose en los pozos Quilili-2, Piñuña-1 y Quillacinga-2. Litológicamente comprende
caliza con algunas intercalaciones de arcillas acorde con la respuesta en los registros eléctricos que
reflejan una alternancia de litologías de grano fino a medio. Se ubica estratigráficamente entre la Lutita
U y la Arenisca U superior. Presenta un acuñamiento hacia el este entre los pozos Alborada-1 y
Caimán-1 y al sur entre los pozos Azul Grande-1 y Temblón-1X. El espesor varía de norte a sur
aumentando de 13 pies (4 m) en Umbría-1 a 33 pies (10 m) en Piñuña-1.
Caliza M2: Es la unidad calcárea del tope de la formación, aunque está localizada regionalmente,
es difícil su correlación debido a que localmente se presentan intervalos calcáreos entre la Caliza A y
la Caliza M2 que causa confusión principalmente en el sector central de la cuenca. Su espesor es
variable desde 15 pies-4.5 m (Las Chicas -1) hasta 63 pies-19 m (Sucumbio-1).

Rocas Sello
Se pueden diferenciar sellos regionales y locales. Dentro de los primeros se destaca el intervalo
arcilloso emplazado entre la Arena N (tope Fm. Villeta) y la Caliza M2 y en segundo lugar las facies
finas de la Fm. Rumiyaco, de buen desarrollo en la porción centro-oriental de la Cuenca Putumayo.
Entre los sellos locales existen distintos niveles arcillosos dentro de la Fm. Villeta, en particular se
destaca el tramo que separa la Arena U en dos secciones, Inferior y Superior, de comportamiento
hidráulico independiente.
La unidad arcillosa de la base de la Fm. Villeta, las intercalaciones arcillosas intermedias y la
unidad arcillosa de la parte superior de esta misma formación, conjuntamente con las capas arcillosas
de las formaciones Rumiyaco y Orteguaza, parecen ser las rocas sello regionales más importantes.

Caracterización geoquímica
Distintos autores (Córdoba et al., 1997; Giraldo y Ramón, 1997; Higley, 2001; Kairuz et al., 2000)
han evaluado en los últimos años los sistemas de carga de hidrocarburos de la Cuenca Putumayo en
cuanto a tipo de roca madre, familias de petróleos, localización de pods generadores y timing de
generación. Más recientemente, Gonçalves et al. (2002, 2004) han realizado una excelente actuali-
zación de los proceso de generación y migración de la cuenca, apoyada por un lado, en abundante
información geoquímica de rocas de los pozos Unicornio-1 y Orito-3 y de fluidos del campo Orito y, por
otro, en el modelado térmico y cinético en posiciones clave (Figura 12).
El hábitat de los petróleos de la cuenca incluye tres familias genéticas (Figura 13), de acuerdo con
la detallada tipificación composicional y molecular definida por Gonçalves et al. (2002, 2004). Los
Cuenca Putumayo 15

Figura 12. Localización sobre el piedemonte andino de la Cuenca Putumayo de los pozos Orito 3 y Unicornio 1 (tomada de
Gonçalves et al., 2004).

petróleos de la familia A remiten a una generación a partir una roca siliciclástica depositada en un
paleoambiente marino proximal, en contraposición con los petróleos de la familia B, vinculados a una
roca madre con características más carbonáticas depositada en condiciones marino-distales. La
exigua representación de la familia C indica una fuente generadora marino-transicional con muy fuerte
influencia terrígena.
Las unidades generadoras se asignan a la caliza B y al intervalo T de la Formación Villeta para los
petróleos de la familia A mientras que las calizas A y M2 serían la fuente de los petróleos de la familia
B. La entidad genética de la familia C se vincula con la Formación Caballos (Figuras 3 y 13). La
caracterización de potenciales generadores efectuada por Gonçalves et al. (2002, 2004) en los pozos
16 Eduardo A. Rossello, Vicente A. Nevistic, Raúl O. Salvay, Luis H. Pina y Graciela Covellone

Figura 13. Izquierda: Cromatogramas gaseosos (GC) y cromatogramas de masa (m/z 191 y 217) representativos de las familias
de petróleos A, B y C. Los picos identifican: 1 = n-C15, 2 = pristano, 3 = fitano, 4 =n-C25, 5 = C23 terpano tricíclico, 6 = C24 terpano
tetracíclico, 7 = C27 18 α (H) trisnorhopano (Ts), 8 = C27 17 α (H) trisnorhopane (Tm), X = terpano desconocido, 9 = C29 17 α (H),
21 β (H) norhopano, 10 = C30 17 α (H) diahopano, 11 = C30 17 α (H), 21 β (H) hopano, 12 = C31 17 α (H), 21 β (H) homohopano 22S,
13 = C27 βα diasterano 20S, 14 = C27 αββ esterano 20R + C29 βα diasterano 20S, 15 = C29 αββ esterano 20R. Derecha: diagrama
que muestra las diferentes jerarquías de asociación entre las familias A, B y C; se indica también la formación de procedencia
de los extractos de roca o petróleos estudiados y el pozo correspondiente (tomada de Gonçalves et al., 2004).

Unicornio-1 y Orito-3 (Figura 12) registra contenidos orgánicos de hasta de hasta 9% COT e índices
de hidrógeno (IH) hasta 500 mg HC/g COT para los niveles de la Formación Villeta, apuntando a alta
calidad generadora; los valores de la Formación Caballos tienen buen contenido orgánico (COT: 1-3%)
pero su riqueza generadora es más limitada (IH: 120-150 mg HC/g COT).
Los resultados del modelado geohistórico (Gonçalves et al., 2002, 2004) indican que el área de
antepaís y piedemonte de la cuenca nunca ha alcanzado procesos de expulsión de hidrocarburos y
sólo en una posición hipotética profunda localizada en el orden de los 80 km al occidente del
piedemonte, bajo la actual cordillera (Figura 12), se alcanzó la fase de expulsión de hidrocarburos
durante el Oligoceno tardío - Mioceno temprano. La caracterización de crudos y gases sugiere la
existencia de dos pulsos de expulsión de hidrocarburos. Un primer pulso cargaría estructuras en toda
el área actual de piedemonte y antepaís con hidrocarburos de madurez térmica media. Un segundo
pulso, rico en crudos livianos, condensados y gas de madurez más avanzada, cargaría estructuras al
occidente del sistema de Fallas de Orito, originando acumulaciones mezcla.

EVOLUCIÓN TECTOSEDIMENTARIA
La evolución del sistema petrolero se puede reconstruir en diferentes etapas, a partir el desarrollo
de los hemigrábenes que controlaron la sedimentación mesozoica (Figura 14).
La sobrecarga estaría representada por las rocas marinas del Cretácico Superior, las transicionales
del Paleoceno y las continentales del Eoceno a Mioceno y esta sobrecarga genera una expulsión
efectiva de hidrocarburos líquidos en los últimos 12 a 5 Ma.
Cuenca Putumayo 17

Figura 14. Esquemas evolutivos idealizados de la evolución tectosedimentaria de la Cuenca Putumayo y la generación del
sistema petrolero.

La maduración y generación de hidrocarburos puede asociarse con el comienzo de de la


compactación por sobrecarga litológica producida por la depositación de la molasa Andina sobre la
estructuración pre-existente (Rossello et al., 2005). Por lo tanto, estas estructuras generadas por la
compactación, a pesar de ser sutiles, se constituyen en atractivos blancos exploratorios cuando
adquieren dimensiones adecuadas en ambientes de plataforma como los centrales y orientales de la
Cuenca Putumayo.
Desde el punto de vista mecánico, la Fm. Villeta está integrada por una sucesión heterogénea de
areniscas, calizas y pelitas que observan comportamientos mecánicos disímiles como respuesta a la
deformación Andina que sufrieron. Si bien en muchas áreas se dispone de una caracterización
individual de la porosidad y permeabilidad primaria de cada tipo litológico, no sucede lo mismo con la
secundaria con la cual se podría evaluar los diferentes potenciales como reservorios.
Inicialmente, cuando ocurre la compactación de una secuencia sedimentaria por sobrecarga que
hace disminuir el volumen inicial a partir de una reducción de la dimensión vertical (Figura 15A), se
pueden reconocer las siguientes estructuras (Figura 15B y C): 1) Superficies de estratificación y/o
laminación envolventes en torno a objetos más competentes (bioturbaciones, masas arenosas, etc.
(Figura 16), 2) Altos relativos generados por una compactación diferencial de niveles menos
competentes determinantes de estructuras supratenues (subtle structures), 3) Los posibles niveles pre-
aptianos preservados pueden evidenciar también esta compactación diferencial con respecto a los
bloques de origen plutónico-magmático más competentes adyacentes, 4) Fallamientos normales con
fuerte ángulo y rumbos aleatorios expresados preferentemente en niveles competentes areniscosos y/o
carbonáticos. Los niveles pelíticos desarrollan fallamientos con espejos de fricción centimétricos con
pequeños a nulos desplazamientos verticales evidentes a ojo desnudo, 5) Fallamientos debidos a
reactivaciones de fracturamientos preexistentes y/o anisotropías litológicas del basamento y 6)
Estilolitas subhorizontales y venulaciones con rellenos carbonáticos subverticales y con diseño
cuneiformes presentes en niveles calcáreos que confirman la presencia de procesos de disolución y
precipitación por el Principio de Riecke (Figura 17).
18 Eduardo A. Rossello, Vicente A. Nevistic, Raúl O. Salvay, Luis H. Pina y Graciela Covellone

Figura 15. Block diagrama idealizado de las deformaciones sufridas por las secuencias productivas de la Cuenca Putumayo
(los números indican las mesoestructuras descriptas en el texto). A: Estado inicial, donde se localizan algunos círculos como
marcadores pasivos. B: Compactación por la deformación temprana (H1: potencia inicial, H2: potencia final, H3: acortamiento
por aplastamiento). C: Deformación tardía a partir de un campo de esfuerzos principales máximos se disponen
subhorizontalmente (tomado de Rossello et al., 2005).

Figura 16. Ejemplos de estratificación envolvente alrededor de un objeto más competente debida a compactación subvertical
del orden del 50%. Se aprecian objetos competentes determinados por bioturbaciones rellenas por sedimentos
granulométricamente más gruesos y/o niveles areniscosos.

Si bien los niveles areniscosos adyacentes están casi siempre muy cementados, las variaciones
en las tasas de compactación con respecto a los niveles más pelíticos pueden determinar entrampa-
Cuenca Putumayo 19

mientos sutiles de interés exploratorio en la porción de plataforma de la Cuenca Putumayo.


A partir del Eoceno Medio, la tectónica Andina se sobreimpone produciendo un acortamiento sub-
horizontal que afecta las estructuras preexistentes (Figura 15C). Desde el punto de vista del sistema
petrolero, estas estructuras se habrían desarrollado sintectónicamente a tardíamente a la migración
principal y primaria del HC. Estos fallamientos nuclean la generación de plegamientos por sus
propagaciones en niveles menos competentes (Rossello et al., 2006b). En algunos casos fue posible
reconocer estrías de patinamiento contenidas en niveles pelíticos que apoyan la presencia de
despegues interestatales por flexodeslizamiento (Figura 18).

Figura 17. Ejemplos de vetas subverticales cuneiformes rellenas de calcita (Izquierda) y boudinage de niveles carbonáticos más
competentes de la Fm. Villeta (Derecha).

De esta manera, cuando ocurre la convergencia se producen acortamientos tangenciales subho-


rizontales que propician el desarrollo de cabalgamientos con vergencias hacia el ESE y que pueden
expresarse a escala mesoscópica en las siguientes estructuras: 7) Fallamientos cabalgantes con
vergencias sublatitudinales cuyos rumbos se localizan preferencialmente dentro del cuadrante NE-SW
(Figura 18); 8) Reactivaciones transpresionales de tipo dextral de los fallamientos normales
preexistentes, 9) Estilotitas subverticales y/o fuertemente discordantes con respecto a la estratificación
y/o laminación (Figura 19), 10) Incremento hacia la superficie de fracturas subverticales, dispuestas
preferencialmente dentro del cuadrante NE-SW y 11) Desarrollo de fallamientos de atajo en bloques
yacentes.
Se considera que ambos eventos de deformación se suceden en el tiempo y se disponen
superponiéndose gradualmente desde el occidente (Figura 18). Estos escenarios tectónicos pueden
ser reconocidos también a escala mesoscópica a partir de estudios de coronas de la Fm. Villeta. Por
ello, desde el punto de vista morfotectónico, es posible reconocer sobre todo el antepaís andino rasgos
20 Eduardo A. Rossello, Vicente A. Nevistic, Raúl O. Salvay, Luis H. Pina y Graciela Covellone

estructurales heredados de la extensión Mesozoica-Paleógena y los producidos por la convergencia


Andina que tienden a sobre imponerse progresivamente hacia el antepaís desarrollando inversiones
sobre los preexistentes. Esta superposición de patrones de deformación resulta en una serie de
estructuras que se esquematizan a continuación

Figura 18. Izquierda: Esquema de la evolución e inversión del fallamiento extensional pre-Eoceno (flechas negras) por la
convergencia oblicua Andina (flechas rojas). Derecha: Interpretación de los dos escenarios tectónicos en una corona orientada
de la Fm. Villeta.

Figura 19. Ejemplos de microestructuras debidas a la convergencia horizontal tardío dispuesto con su esfuerzo principal
máximo subhorizontal (en amarillo). Izquierda y centro: fallamientos compresionales cabalgantes con rumbos localizados
dentro del cuadrante NE-SW. Derecha: estilolitas verticales desarrolladas en niveles carbonáticos.

De esta manera, y en términos regionales se pueden definir en la Cuenca Putumayo tres zonas de
deformación: 1) zona compresional Andina, caracterizada por importantes acortamientos que generan
el levantamiento de toda la secuencia sedimentaria, 2) zona de transición, y 3) zona de reactivación
del antepaís, donde las antiguas estructuras extensionales que favorecieron el desarrollo del
depocentro Cretácico-Paleógeno son aprovechadas por la deformación Andina produciendo
transcurrencias dextrales.
Cuenca Putumayo 21

CONCLUSIONES
Es posible interpretar el entrampamiento de
los diferentes tipos de crudos a partir de diversas
etapas de maduración y migración (Figura 20).
Desde el punto de vista morfotectónico es po-
sible reconocer sobre todo el antepaís andino ras-
gos estructurales heredados de la extensión Me-
sozoica-Paleógena y los producidos por la con-
vergencia Andina que tienen a sobreimponerse
progresivamente hacia el antepaís desarrollando
inversiones sobre los preexistentes. Se aprecia
tanto a escala regional megatectónica o de detalle
microtectónica un comportamiento de la defor-
mación homólogo que se resume en dos eventos
principales superpuestos en el tiempo y progre-
sivamente en el espacio (Figura 21).
Finalmente, por correlación con las secuen- Figura 20. Esquema idealizado y simplificado de los
diferentes niveles productores de la Cuenca Putumayo,
cias pre-aptianas mejor conocidas de la Cuenca probados 1) Fm. Caballos, 2) Fm. Villeta y 3) Fm. Pepino y
Oriente (Figura 22), se vislumbra una frontera potenciales 4) formaciones Orito-Belén, 5) regolito
basamental y 6) Pre-Aptiano. Las flechas indican la
exploratoria que apunta a la determinación de disposición de los campos de esfuerzos principales máximos
nuevos objetivos basados en un sistema petro- pre-Aptiano (azul) y post-Aptiano (rojo). Las flechas negras
indican la probable migración de los hidrocarburos desde las
lero aún no confirmado. Además de los niveles rocas madre conocidas (Fm. Villeta) y las probables (pre - Fm.
tradicionalmente conocidos de las secuencias Villeta). Las flechas abiertas indican los aportes
sedimentarios para cada formación.
del Cretácico Tardío-Paleogeno, últimamente se

Figura 21. Esquema de las relaciones espaciales y temporales de los dos eventos de deformación detectados en
los corazones de algunos pozos de la Fm. Villeta en la Cuenca Putumayo (modificado de Rossello y Nevistic, 2005).
22 Eduardo A. Rossello, Vicente A. Nevistic, Raúl O. Salvay, Luis H. Pina y Graciela Covellone

están considerando como potenciales fuentes de hidrocarburos las rocas: i) del Paleozoico inferior y ii)
del Jurásico (Rossello et al., 2006a).
i) Paleozoico inferior. En las cuencas productivas de Solimoes y Amazonas con rellenos
sedimentarios de 3800 m a 6000 m de potencia en los que se reconocieron secuencias del Siúrico y
Devónico superior marino con pelitas negras radioactivas (Gonzaga et al., 2000, Kinzel et al., 2000).
La Fm. Pitinga (20 a 120 m de potencia con COT menor a 2 % kerógeno tipo II), Barrerihna Inferior (30
a 160 m de potencia con IH variando entre 100 y 400 mg HC/gCOT y COT 3 a 8 % kerógeno tipo II),

Figura 22. Correlación esquemática y tentativa de la disposición de los registros pre-Aptianos de las cuencas Putumayo y
Oriente (tomado de Rossello et al., 2006b).
Cuenca Putumayo 23

Barrerinha Superior (30 a 150 m de potencia con COT 1 a 2 % y IH menor de 200 mg HC/g COT,
predominantemente kerógeno tipo III) y Fm. Curiri (niveles pelíticos con 1 a 2 % COT).
ii) Mesozoico. En la Cuenca Oriente se reconocieron dentro de la Fm. Santiago pelitas ricas en
materia orgánica que pueden ser consideradas potenciales rocas madre (Canfield et al., 1982; Díaz et
al., 2004; Gaibor et al., 2005). Allí se reconocieron valores de COT y kerógeno tipo II y III con un
potencial moderado en el Mb. Yuquianza y potencial bajo en el Mb. Patuca, donde los kerógenos son
de tipo III y bajo valor de Índice de Hidrógeno.
Si bien aún no han sido comprobados registros correlacionables con los anteriormente descriptos
dentro de las secuencias pre-aptianas de la Cuenca Putumayo, es posible alentar algún optimismo al
respecto. En este sentido, futura información obtenida de pozos y tratamientos sísmicos detallados
podrán confirmarlos.

Agradecimientos
Se desea dejar constancia de nuestro agradecimiento a los colegas de Repsol Exploración
Colombia, en particular a Carlos Colo por promocionar nuestro optimismo exploratorio, y de
ECOPETROL que han contribuido con su experiencia profesional al enriquecimiento de fructíferas
discusiones relacionadas con el potencial productor de la Cuenca Putumayo. Se agradecen los
constructivos comentarios editoriales del árbitro Dr. Carlos Macellari.

REFERENCIAS CITADAS

Baby, P., M. Rivadeneira y R. Barragán, 2004, Introducción, en: P. Dashwood, M. y L. Abbotts, 1990, Aspects of the Petroleum
Baby, M. Rivadeneira y R. Barragán, eds., La Cuenca Oriente: Geology of the Oriente Basin, Ecuador, en J. Brooks, ed.,
Geología y Petróleo: Travaux de l'Institut Français des Études Classic Petroleum Provinces, Geological Society Special
Andines (Lima), 144, p. 13-20. Publication, 50, p. 89-117.
Balkwill, H., G. Rodríguez, F. Paredes y J.P. Almeida, 1995, Diaz, M., P. Baby, M. Rivadeneira y F. Christophoul, 2004, El Pre-
Northern part of the Oriente Basin, Ecuador: Reflection seismic Aptense en la Cuenca Oriente ecuatoriana, en P. Baby, M.
expression of structures, en: A.J. Tankard, R. Suárez S y H.J. Rivadeneira y R. Barragán, eds.,La Cuenca Oriente: Geología y
Welsink, eds., Petroleum Basins of South America, AAPG Petróleo, Travaux de l'Institut Français des Etudes Andines
Memoir 62, p. 559 571. (Lima), 144, p. 23-44.
Bellotti, H., J. Silvestro, G. Conforto, M. Pozo, J. Erlicher, J.
Gaibor, J., J. Hochuli, W. Winkler y J. Toro, 2005, Hydrocarbon
Rodríguez y E.A. Rossello, 2003, Recognition of tectonic events
source potential of the Santiago Formation, SE Oriente Basin,
in the conformation of structural traps in the Eastern Oriente
Journal of South American Earth Sciences, v. 25, p. 145-156.
Basin, Ecuador, AAPG Annual Meeting Convention (Salt Lake
City), Article #30019. Giraldo, B. N. y J.C. Ramón, 1997, Characterization and correlation
Canfield, R., G. Bonilla y R. Robbins, 1982, Sacha oil field of of source rocks and crude oils, Putumayo Basin, Colombia,
Ecuatorian Oriente, AAPG, v. 66, p. 1076 -1090. abs., 18th International Meeting on Organic Geochemistry
(Maastricht, The Netherlands), Part I, p. 377-378.
Cobbold, P.R., E.A. Rossello, P. Roperch, C. Arriagada, L.A. Gómez
y C. Lima, 2007, Distribution, timing, and causes of Andean Gonçalves, F.T., C.A. Mora, F. Córdoba, E.C. Kairuz y B.N. Giraldo,
deformation across South America, en A.C. Ries, R.W. Butler y 2002, Petroleum generation and migration in the Putumayo
R.H. Graham, eds., Deformation of the continental crust, The Basin, Colombia: insights from an organic geochemistry and
legacy of Mike Coward, Geological Society of London Special basin modeling study in the foothills. Marine and Petroleum
Publications, 272, p. 321-343. Geology, v.19, p. 711-725.

Córdoba, F., E. Kairuz, J. Moros, W. Buchelli, C. Guerrero y L. Gonçalves, F.T., C.A. Mora, F. Córdoba, E.C. Kairuz y B.N. Giraldo,
Magoon, 1997, Proyecto evaluación regional cuenca del 2004, Generación y migración de petróleos en la Cuenca
Putumayo: Definición de los sistemas petrolíferos, Putumayo a partir de estudios geoquímicos y modelado de
ECOPETROL, Vicepresidencia Adjunta de Exploración, cuencas, ECOPETROL, Informe inédito, 33 p., Bogotá,
Gerencia de Estudios Regionales, Informe interno, Bogotá. Colombia.
24 Eduardo A. Rossello, Vicente A. Nevistic, Raúl O. Salvay, Luis H. Pina y Graciela Covellone

Gonzaga, F.G., F.T Gonçalves y L.F.C. Coutinho, 2000, Petroleum Rossello, E.A. y V.A. Nevistic, 2005, Caracterización geométrica de
geology of the Amazonas Basin, Brazil: modeling of la deformación del piedemonte Andino: Influencias de la
hydrocarbon generation and migration, en M. Mello y B.J. Katz, topografía y estructuras previas e impactos en la exploración de
eds., Petroleum systems of South Atlantic margins, AAPG áreas con deficiente definición sísmica, V INGEPET, Lima
Memoir 73, p. 159 -178. (Perú), CD-rom.

Higley, D.K., 2001, The Putumayo-Oriente-Marañón Province of


Colombia, Ecuador, and Peru Mesozoic-Cenozoic and Rossello, E.A., V.A. Nevistic, G. Covellone, C.P. Bordarampé, R.O.
Paleozoic Petroleum Systems, U.S.G.S., Digital Data Series 63, Salvay, L. Araque y R.E. Giraudo, 2006ª, The pre-Aptian records
40 p. of the Putumayo Basin (Colombia): an alternative HC
exploration scenario in a mature basin, IX Simposio
Kairuz, E., F. Córdoba, J. Moros, W. Calderón y F. Buchelli, 2000, Bolivariano, Petroleum Exploration in the Subandean Basins
Sistemas petrolíferos del Putumayo, Colombia, en VII Simposio (Cartagena, Colombia), CD-rom.
Bolivariano exploración petrolera en las cuencas subandinas,
Sociedad Venezolana de Geólogos CD-ROM, p. 521–528. Rossello, E.A., R.O. Salvay, V.A. Nevistic y L. Araque, 2006b. The
calcareous levels of the Villeta Formation (Putumayo Basin,
Kinzel, J.M., J.F. Eiras y C.A. Pereira, 2000, Oil habitat in the
Colombia): Their potential as complementary reservoir from
Paleozoic Solimões and Amazonas basins, Northern Brazil,
microtectonic evaluation of cores and logs, IX Simposio
abs., AAPG Annual Meeting (New Orleans).
Bolivariano, Petroleum Exploration in the Subandean Basins
Rivadeneira, M. y P. Baby, 1999, Los principales campos de (Cartagena, Colombia), CD-rom.
Petroproducción: estilo tectónico, etapas de deformación y
características geológicas, Petroproducción – IRD (Ex Silvestro, J., H. Belotti, E.A. Rossello, M. Pozo, J. Erlicher, G.
ORSTOM), Quito, 88 p. Conforto y J. Rodríguez, 2002, Reactivación tectónica del borde
Este de la Cuenca Oriente, Ecuador, V° Congreso de
Rossello, E., A. Nevistic, L. Araque, F. Bettini, C. Bordarampé, E. Exploración y Desarrollo de Hidrocarburos (Mar del Plata,
Castro, C. Colo, S. Córsico, G. Covellone, C. Haring, L. Pina, Argentina), CD-room Trabajos Técnicos, p. 43.
C. Pinilla, J.C. Ruiz y R. Salvay, 2004, La sintaxis tectónica
Neógena de las Cordilleras Oriental y Santander: Aportes de
modelos analógicos y controles regionales sobre los sistemas White, H., R. Skopec, F. Ramírez, J. Rodas y G. Bonilla, 1995,
petroleros, III Convención Técnica Geología y Petróleo en Reservoir characterization of the Hollín and Napo Formations,
Colombia “La inversión en el conocimiento geológico” Western Oriente Basin, Ecuador, en A. Tankard, R. Suárez S. y
(Bogotá), CD-Room 16. H. Welsink, eds., Petroleum Basins of South America, AAPG
Memoir 62, p. 573-596.
Rossello, E.A., V.A. Nevistic, L. Pina, C.P. Bordarampé y C. Colo,
2005, Structural concepts supporting frontier exploration in the
Andean foothills: new insights, 67th EAGE Conference y
Exhibition (Madrid), p. 284.

View publication stats

También podría gustarte