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Módulo 4 - Lectura 1
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LECCIÓN 1 de 6
2 Crecimiento económico. Para esto había que corregir la crisis de la balanza de pagos, que
había alcanzado características alarmantes. En marzo de 1976, el país se encontraba al borde
de la cesación de pagos.
3 Distribución del ingreso “razonable”. Realizar una progresiva distribución del ingreso de la
sociedad en la medida en que las condiciones del funcionamiento de la economía argentina lo
permitieran.
a) Sector externo
–
Para superar la grave crisis de la balanza de pagos, se recurrió a la fijación de un tipo de cambio realista
que permitía desalentar todas las operaciones de especulación. Se tiende al establecimiento progresivo de
un mercado único y libre de cambio. La unificación del tipo de cambio se produce en noviembre de 1976.
Para mantener el precio de la divisa en términos reales, se ajustó a la evolución de los precios internos e
internacionales a través de una política de tipo de cambio activo.
Otra de las principales preocupaciones del equipo económico fue disminuir sustancialmente las
operaciones de pases que había alcanzado en junio de 1976 la cifra de 1300 millones de dólares. Con un
aumento en la comisión de garantía, se desincentivó.
A partir de noviembre de 1976, se aplicó una disminución de los aranceles a la importación, lo que afectó la
protección de la industria nacional. Según indica Alfredo Visintini, "la medida fue aplicada para incentivar
que las empresas trabajaran eficientemente y disminuyeran los elevados márgenes de beneficio para
incentivar la productividad" (2001, p. 188).
b) Política de ingresos
–
Las autoridades económicas dispusieron lo siguiente:
2. Aumento en los precios relativos de los productos agropecuarios, para incrementar sustancialmente
la producción, lo que permitió incrementar la exportación y mejorar el saldo en la balanza de pagos.
3. Alza de las tarifas de las empresas del Estado, para disminuir sustancialmente el déficit fiscal y
permitir el financiamiento de sus inversiones con recursos genuinos.
4. Ajuste de las tasas de interés para desalentar las inversiones hacia activos externos y eliminar el
subsidio que los ahorristas del sistema financiero habían otorgado a los tomadores de préstamos.
c) Sector público
–
La principal causa de la inflación era el déficit fiscal. En función de este diagnóstico, el sector público debía
disminuirlo sustancialmente como proporción del PBI (producto bruto interno), ya que había alcanzado en
1975 el 12,5 %. Para ello, se aplicaron las siguientes medidas:
2. Disminución progresiva del personal de la administración pública, que debía ser absorbida por el
sector privado.
3. Racionalización de las empresas del Estado para convertirlas en empresas eficientes y disminuir su
déficit.
4. Aumento sustancial y progresivo de los precios y tarifas de los bienes y servicios de las empresas del
Estado.
6. Transferencia al sector privado de las empresas del Estado que el Gobierno anterior había adquirido
para evitar la desocupación de la mano de obra.
d) Sector financiero
–
En la primera etapa de la gestión económica de Martínez de Hoz, el principal objetivo en el sector financiero
fue aumentar la demanda de moneda. Esta se hizo a través de un aumento de los rendimientos reales de
los activos financieros, manteniendo tasas de interés que tuviesen en cuenta la tasa de inflación.
Otro de los objetivos de incrementar la tasa de interés fue preservar a los ahorristas del deterioro
permanente de sus recursos, provocado por el proceso inflacionario.
A partir de junio de 1977, hubo un nuevo régimen financiero nacional con la Ley N.º 21495 de Entidades
Financieras 1. De esta manera, se volvió al sistema tradicional porque se establece el mercado libre en
materia de tasa de interés, por lo que cada institución bancaria podía fijarla de acuerdo con su criterio.
[1] Ley 21495. (1977). Entidades Financieras. Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de https://goo.gl/tPbUqK
El conjunto de medidas económicas dispuestas por el equipo económico tuvo un efecto negativo en el nivel
de la actividad económica, en especial en el segundo y tercer trimestre de 1976, donde la capacidad ociosa
de la economía alcanzó valores muy elevados. La tasa de crecimiento del PBI en 1976 disminuyó en 2,9 %
con respecto al año anterior. Debido a los elevados precios relativos del sector agropecuario, se produjo un
aumento en su producto del 4,4 % con respecto a 1975.
La recesión producida en 1976 fue producto de la redistribución regresiva del ingreso ocasionada por la
política de liberación de los precios, por el ajuste permanente en el tipo de cambio y por la rígida política
salarial. La demanda global de la sociedad disminuyó. Con esta redistribución del ingreso, se conseguía el
aumento de los saldos exportables necesarios para resolver la crisis en la balanza de pagos.
Una de las áreas donde el Estado tuvo mayor éxito fue en las finanzas públicas. El déficit fiscal, como
proporcional del PBI, disminuyó del 12,5 % en 1975 al 7,8 % en el año 1976, alcanzando el 3 % durante 1977.
Desde el mes de junio de 1976, se desaceleró la tasa de inflación. A favor del déficit fiscal, que se había
reducido, la tasa de inflación seguía elevada.
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LECCIÓN 2 de 6
La primera etapa del plan económico de José Martínez de Hoz en materia de inflación había fracasado. Las
metas inflacionarias seguían siendo excesivamente elevadas. Por eso, se decidió aplicar un nuevo programa
de estabilización que tenía su base en los siguientes aspectos:
1) Política arancelaria
–
Se produjo una apertura de la economía, reduciendo aranceles a la importación de los bienes de consumo,
intermedios y de capital. También se recortaron las retenciones a las exportaciones.
2) Política cambiaria
–
Se estableció la evolución del tipo de cambio nominal a través de la “tablita cambiaria”. Esta establecía, por
una extensión prolongada de tiempo (nueve o diez meses), la cotización día a día del tipo de cambio para
dar una adecuada credibilidad a los agentes económicos. La fuerte devaluación de la moneda desde la
iniciación del plan del 2 de abril de 1976 hacía impredecible la evolución de la moneda. “La tasa de inflación
iba a estar determinada por la suma de la inflación internacional más el ritmo de la devaluación”
(Gerchunoff y Llach, 2018, p. 421).
3) Política fiscal
–
Se ajustaron las tarifas de las empresas públicas para reducir su déficit de financiamiento y dar los
incentivos adecuados a los agentes económicos en materia de consumo, producción e inversiones.
El programa redujo la tasa de inflación del 170 % en 1978 hasta el 85,5 % en 1980. Durante el término de dos
años, de enero de 1979 a diciembre de 1980, la inflación interna fue siempre superior a la inflación externa
más la devaluación prevista por la tablita cambiaria. Este hecho significó que el dólar estuviera “barato”; es
decir, que había un atraso cambiario.
Este atraso tuvo efectos sobre cuentas que conforman la balanza de pagos:
En la cuenta capital: el resultado fue positivo, lo cual compensó los resultados negativos que
se producían en la balanza comercial y la cuenta corriente, lo que evitó una crisis cambiaria.
En esta etapa, se estaba produciendo un fuerte endeudamiento externo, pero quien se endeudaba adquiría
activos externos, a medida que el tipo de cambio se iba retrasando, en especial a fines de 1980 y principios
de 1981. Los agentes económicos agudizaron el proceso de dolarización y de incremento de importaciones
“preventivas”.
Paralelamente, hubo una fuerte disminución en la rentabilidad del sector agropecuario y una caída en sus
exportaciones. Durante este período, este sector realizó una tenaz oposición al equipo económico.
La crisis económica del gobierno militar y el anuncio del nuevo presidente, el general Viola, y el nuevo
ministro de Economía, Lorenzo Sigaut, en reemplazo de José Martínez de Hoz, hicieron perder toda
credibilidad al equipo económico, lo cual agudizó aún más el proceso de fuga de capitales.
El siguiente artículo menciona la “tablita cambiaria” implementada por el ministro Martínez de Hoz en 1976.
Sin embargo, la variable macroeconómica que se analiza es el TCR, tipo de cambio real.
¿Podrías decir sobre qué otra variable de competitividad tiene impacto el TCR? ¿Qué es el tipo de cambio
“bajo”? ¿Es una apreciación cambiaria?
Fuente: Capello, Marcelo. (9 de mayo de 2013). La Argentina con tipo de cambio bajo otra vez. Los Andes.
Recuperado de https://www.losandes.com.ar/argentina-tipo-cambio-bajo-otra-713203/
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LECCIÓN 3 de 6
Dos causas llevaron al fracaso del plan de Martínez de Hoz de diciembre de 1978:
2 El inadecuado manejo de la política fiscal y monetaria, que generó importantes presiones sobre
el lado de la demanda agregada de la sociedad.
Durante el período 1979-1981, la inflación interna siempre fue superior al ritmo de devaluación preanunciado
en la tablita. Esto incentivó fuertemente el aumento en las importaciones.
El nivel general de precios está conformado por el precio de los bienes comercializables (importables y
exportables) y el precio de los bienes no comercializables y servicios. Los precios de los bienes no
comercializables y servicios siguieron incrementándose en forma significativa.
Existieron razones microeconómicas del aumento en la inflación por encima de las pautas. El elevado gasto
público y el déficit fiscal que se mantuvo durante este período produjeron un importante crecimiento en la
demanda agregada de la economía, lo que ocasionó importantes presiones inflacionarias. El déficit fiscal,
como porcentaje del PBI en los años 1979, 1980 y 1981, fue creciendo sustancialmente hasta llegar en el
último año al 18 %.
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LECCIÓN 4 de 6
La liberación de las tasas llevó a un endeudamiento creciente de las empresas que en el pasado habían
estado habituadas a tasas negativas, ya que con la inflación sus pasivos se licuaban, por lo que no tenían
problemas de solvencia. Esto llevó a que muchas empresas no pagaran sus deudas a los bancos y dejaran
acumular los intereses sobre los créditos impagos, esperando algún salvataje del Estado. Los bancos, para
poder seguir pagando a sus depositantes, trataban de captar más ahorro subiendo las tasas de interés. Pero
el público se dejaba atraer por entidades dudosas solo porque los depósitos estaban garantizados por el
Estado. En caso de que no los pagaran, como efectivamente ocurrió en sonados casos en el año 1980, lo
haría el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Se produjo una crisis bancaria que el BCRA afrontó
redescontando carteras que en su mayoría eran incobrables, por lo que varias de esas entidades entraron en
liquidación.
Antes de que concluyera la presidencia de Videla, el ministro Martínez de Hoz decidió abandonar el programa
de pautas devaluatorias anunciadas y efectuar una devaluación del 10 %, con lo que se pensaba que se
solucionaría el atraso cambiario.
Cuando se produjo el cambio de autoridades, las expectativas no eran las mismas. El fracaso de los ajustes
de 1981 provocó una serie de devaluaciones que, para adelantarse a los precios, fueron cada vez mayores.
Tras un enorme desbarajuste, se había logrado una devaluación real. La caída de los ingresos reales tuvo un
efecto negativo sobre la actividad económica.
Todo ello generó un clima de general desconfianza y resentimiento, por lo que se cuestionó la legitimidad del
sistema (evasión generalizada) y, por ende, del régimen político.
Con tasas reales positivas por un período prolongado, se habían acumulado pasivos públicos y privados
enormes. En julio y agosto de 1982, se resolvió comparar la deuda pública indexada VAVIS (Valores
Nacionales Ajustados y Cédulas Hipotecarias). Esto produjo un salto inflacionario de importancia que redujo
el peso real de la deuda interna.
En la parte final del período militar, se aumentaron los salarios y se trató de recuperar, al menos
parcialmente, el atraso tarifario. La situación fiscal estaba comprometida y los compromisos externos muy
serios resultaron más abultados por el alza de las tasas internacionales de interés.
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LECCIÓN 5 de 6
Desde el punto de vista macroeconómico, la gestión de Lorenzo Sigaut en 1981 significó una aceleración de
la inflación, que pasó al 131 %, el PBI cayó en un 6,6 %, la crisis en la balanza comercial fue elevada, con un
resultado negativo de 287 millones de dólares, y, por el efecto Olivera-Tanzi, el déficit fiscal alcanzó el 18 %
del PBI.
Los graves inconvenientes de naturaleza cambiaria que se produjeron en el país llevaron a que las reservas
del BCRA se redujeran en forma significativa. El Estado tuvo que realizar una estatización de la deuda, lo cual
permitió que los agentes económicos privados abonaran al BCRA en pesos y este último financiara la deuda
externa con bonos o títulos con garantía del Estado nacional.
Un nuevo cambio de la política económica se produjo con la llegada del general Leopoldo Galtieri con todo el
poder político a fines de 1981, con el acompañamiento del doctor Roberto Alemann como ministro de
Economía. Los tres principios básicos de política económica que se establecieron fueron que la economía
se iba a desregular, desestatizar y desmonopolizar. La idea era profundizar el programa liberal.
El conflicto armado con Gran Bretaña le quitó todo el sustento de credibilidad en la sociedad argentina al
Gobierno, y las Fuerzas Armadas se vieron obligadas a transferir el poder a los partidos políticos.
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Referencias
Capello, Marcelo. (9 de mayo de 2013). La Argentina con tipo de cambio bajo otra vez. Los Andes.
Recuperado de https://www.losandes.com.ar/argentina-tipo-cambio-bajo-otra-713203/
Gerchunoff, P. y Llach, L. (2018). Vértigo económico en tiempos violentos. En Autores, El ciclo de la ilusión y
el desencanto. Un siglo de políticas económicas argentinas. Buenos Aires, AR: Paidós.
Visintini, A. (2001). El proceso de reorganización y sus políticas económicas. En Autor, Las políticas
económicas en Argentina. Un enfoque histórico y analítico. Córdoba, AR: Asociación Cooperadora de la
Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba.