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Primer paso. Dale nombre al proyecto.

Los proyectos pueden tener un nombre provisional que ya irás definiendo más
adelante, pero has de saber cómo te refieres a ello porque si no se quedan en el
plano de la indefinición más absoluta y ni siquiera llegan a empezar. Has de saber
a qué te refieres para empujarlo y para anotar lo que tendrás que hacer en tu
agenda.

Segundo Paso. Definir el objetivo.


Sin objetivos no vas a ninguna parte. Si no sabes a dónde vas, acabarás en otro
lugar. Así que define el proyecto como un objetivo. Si quieres ayuda para hacerlo
ve a la página de RECURSOS que acabo de estrenar esta semana y encontrarás un
documento que te ayudará a formularlos correctamente. Podrás descargarlo como
todo lo que hay en esa página. Gratis y fácil. Pero te resumo que lo has de formular
de manera que sea concreto, con fecha y expresado en positivo. Si quieres más
detalles, ve al documento. Cuando ya sabes lo que quieres conseguir porque lo has
formulado correctamente, ya tienes tu brújula que te guiará en el proceso de hacer
todo lo que hay que hacer para conseguir el proyecto.

Tercer Paso. Abrir carpetas de proyecto.


Deberás ver si tu proyecto será solo algo físico, es decir que necesitarás papeles e
incubarlos o será virtual, necesitarás incubar archivos y enlaces informáticos; o
ambas cosas, que suele ser lo habitual. Yo suelo abrir una carpeta física,
transparente y de un color determinado para evitar perder tiempo con etiquetas, y
una virtual en mi ordenador que guardo en la nube para evitar imprevistos. A esas
carpetas con el nombre del proyecto irán incubándose todos los recursos,
documentos e informaciones que necesite para hacerlo y que iré revisando
semanalmente.
Cuarto Paso. Imprimir la Tabla de Seguimiento.
En el mismo apartado de RECURSOS al que me refería antes encontrarás un
documento para descargar que se llama Tabla de seguimiento de proyectos. De él
te hablo en el video que ilustra este post y te será muy útil para controlar el ritmo al
que avanza el proyecto y para ir conociéndote a ti mismo, ya que te ayuda a valorar
la dificultad que para ti ha supuesto cada uno de los pasos que has hecho. Muy útil,
descárgalo ahora.

Quinto Paso. Definir lo primero que harás.


Todos los proyectos, por más largos y complicados que parezcan, empiezan con un
primer paso o acción que debe ser fácil y gratis. Encuéntralo, hazlo y habrás
empezado tu proyecto. Si empiezas con algo que hacer que sea caro y difícil te
estás complicando la vida y para empezar un camino, no es la mejor forma
empezarlo con llagas en los pies y unas botas que te aprietan. Tiene mala pinta. Así
que simplifica y empieza.

Sexto Paso. Define las próximas acciones.


No soy muy partidario de hacer toda la planificación de posibilidades de todo lo
que tengo que hacer para conseguir un proyecto por varias razones. La principal es
porque me distrae de lo único que puedo hacer que es el paso en el que estoy; pero
también porque me obliga a trabajar con hipótesis sobre el resultado de un paso
anterior y eso suele ser poco útil. Muchas veces he tenido que rehacer un camino
para redefinir pasos y eso ha supuesto tiempo y energía. Ahora ya no lo hago, me
centro en el paso en el que estoy preveo el siguiente, no más. También evito así la
angustia que puede suponer ver en perspectiva que hay un paso difícil que sé que
me costará. Esa anticipación de las dificultades no me ayuda y en algunos casos y
con algunas personas llega a bloquearlas tanto que no avanzan, sin pararse a pensar
que aún no han llegado a eso y que cuando lleguen seguro que no lo verán como
algo tan insalvable.
A esas acciones previsibles inmediatas, ponles fecha. Como mínimo fija en qué
semana las vas a hacer, luego ya concretarás el día y la hora, pero como mínimo
fija la semana y verás como tu proyecto avanza sin parar hasta el objetivo final.
Séptimo Paso. Pon esas acciones con fecha en tu agenda.
La agenda es el cuaderno de bitácora de tu proyecto. Aquello que registra el estado
del avance del barco, el rumbo y lo cerca o lejos que está del puerto al que quieres
que llegue. Te ayudará mucho saber el estado de tu proyecto cada vez que hagas la
revisión semanal, ya que eso te permite decidir si aceleras o ralentizas el ritmo. No
pienses que las acciones que lleva aparejado un proyecto son menos importantes
que las del día a día o te quedarás atrapado en el suelo y no volarás. Tus proyectos
son los que te llevarán a una categoría superior, a un mejor nivel de vida, a mejorar
tu satisfacción personal y a ganar más dinero, así que no los dejes de lado y los
conviertas en actores secundarios en tu agenda.

HACER, el paso definitivo.


He dicho que había siete, pero hay ocho. El último es que te pongas a hacer lo que
anotas en tu agenda sin excusas. Busca el tiempo, los recursos y el ánimo para
hacer realidad tus proyectos y verás como el premio no es solo que los consigues,
sino además que te conviertes en alguien más organizado, más productivo, más
disciplinado y con mucha más autoestima. No está mal.

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