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Basura
Basura
Daniela Arceo
Sin embargo, en algunas ocasiones –muy escasas y raras, por cierto– esa
envoltura de papitas o el ticket arrugado saltan a la vista recordándonos que la
vida no es para todos tan fácil, cómoda y placentera como pareciera desde la
ventanilla de la ruta. Hay gente que sufre en el aire acondicionado de los
vehículos-prisión que se ven en la necesidad de utilizar al no contar con
suficientes recursos para acceder al transporte público. Alguna vez vi a un pobre
hombre arrojar por la ventana de su coche un envoltorio de papel aluminio de un
chocolate que todavía degustaba. Después dio un tirón al botón que eleva el
cristal automáticamente fingiendo no haber visto nada. Engulló el resto de la
tableta y se chupó los dedos. Supe que quizá esa noche no tendría un platillo
saludable para alimentarse. Era su protesta.
Así puede analizarse el tipo de basura que la gente que está dispuesta a
hacer algo por mejorar nuestra situación está generando. Es una lástima que el
ayuntamiento se dé a la cobarde tarea de deshacerse de la evidencia de manera
casi inmediata. El otro día he querido salir a fotografiar un pañal abandonado a las
afueras de unas oficinas por alguna madre activista. Sin embargo, cuando regresé
con la cámara fotográfica al lugar de los hechos ya se lo habían llevado. Fueron
unos policías que lo vieron al patrullar el área e inmediatamente procedieron a
limpiar la zona, como es su costumbre.
Los protectores de animales, por su lado, han hecho un gran aporte social
al colocar estratégicamente muestras de heces procedentes en su mayoría de
ejemplares caninos, en protesta ante la injusta domesticación que se hace de los
animales. Sostienen que si de por sí es difícil adaptar a los humanos a la vida
citadina, para los perros y gatos es inclusive inhumano. Este mismo colectivo es el
que expone cachorros en cajas de cartón ya sean perros o gatos como incentivo a
la práctica de la esterilización en los animales. En realidad ellos mismos recogen
por la noche a los huérfanos que no tuvieron suerte y los liberan en su hábitat
natural. Por lo que lo mejor que puede hacerse en estos casos es no recoger
ningún cachorro en la calle.