Se sitúa detrás del estómago y se extiende transversalmente desde la
concavidad del duodeno hasta el bazo.
El tejido endocrino de esta glándula está formada por numerosos grupos
pequeños de células llamados islotes de Langerhans. Cada racimo de células está rodeado de capilares sanguíneos, en los cuales se distinguen dos tipos de células secretoras de hormonas: las alfa y las beta, que producen glucagón e insulina, respectivamente. Ambas interactúan para regular el metabolismo liberador de energía de los hidratos de carbono en los tejidos orgánicos.
La insulina es una hormona hipoglicemiante; es decir, hace descender los
niveles de glucosa (azúcar) en la sangre, actuando de dos maneras: estimula el consumo de glucosa por las células y contribuye a formar el glucógeno, que es la forma como se almacenan los hidratos de carbono en el organismo, particularmente en el hígado.