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SUBVERSIÓN DEL SUJETO Y D I A L t.

C T I C A
1
D E L DESEO EN EL I N C O N S C IE N T E F R E U D L '\ N O

LACAN _.. ..... _ _____....,


Unacéstru�a· es constituyente de la praxis llamada psicoaná­

lisis. nta estructura no podría ser indiferente a un auditorio

en como éste, al que se supone filosóficamente enterado.

Que ser filósofo quiere decir interesarse en aquello en lo que

se interesa todo el mundo sin saberlo, es una afirmación inte­

resante por ofrecer la particularidad de qu� su pertinencia no

implica que sea decidible. Puesto que sólo 'puede resolverse a

condición· de que todo el mundo se convierta en filósofo.·· ·


f

Digo: su. pertinencia. filosófica;., puesto quetal es. a fin de 1

cuentas el esquem_a• que Hegel nos ha- ·dado de<la-- Historia en la \


Fenomenología det:espiritu: · · · ,_.. 1

. Resumirlo así tiene el interés de presentarnos una mediación

fácil paru_ituar al sujeto: en una relación ·cgg__ el_sa_b.�r-�

Fácil también de demostrar la ambígüedad de semejante rela­

ción. La misma ambigüedad que manifiestan los efectos de la

ciencia en el universo contemporáneo.

El sabio que hace la ciencia es sin duda un sujeto él también,

e i n cl us o particularmente calificado en su constitución, como

lo demuestra el que la ciencia no haya venido al mundo· sola

(que el parto no h a y a carecido de vicisitudes, y que haya sido

precedido de algunos fracasos: aborto o prematuración) .

A.hora bien, ese sujeto que debe saber lo que hace, o por lo

1
E.He texto representa la comunicación que aportamos a un Congreso

reunido en Royaumont bajo los auspicios de los "Coloquios Filosóficos In­

ternacionales .. , bajo el t í t u l o de: La dialéctica, al que nos invitaba Jean Wahl.

Tuvo lugar del 19 :xi 23 de septiembre de 1960.

Orf� , nQ 1
/'ied o r o ob E., la fecha de este texto anterior al congreso de Bonneval [al que corres­

pondc el que Lacan i n t it u l ó después "Posición del Inconsciente" y que el

lector puede consultar en este tomo, p. 809) la que nos empuja a

p o ,.- el C l 1lEPs publicarlo: para dar al lector una idea del adelanto que ha tenido siempre

nuestra e n se ñ a n za en relación con lo que podíamos dar a conocer de ella.

(El .grafo producido aquí fue construido para nuestro Seminario sobre
\ en Z,006
las formaciones del inconsciente. Se elaboró especialmente sobre la estruc­

tura del chute, tomada como punto de partida, ante un auditorio sorpren­

dido. Fue el primer trimestre. o sea el último de 1957. Una reseña sobre

é l , con la figura dada aquí, a p a re ci ó en el Bulletln de Ps"jchologie en aque­

lb. é poc a . )

[773]
sUBVER5ION DE.!. SUJETO Y OIAl.tcrICA � OUl!.O 775

menos es lo que se supon-e, no sabe lo que de hecho en los eíec, -


Su cri cerio es l�_.1:,n_i9�.�--��l._ �3��� que es, s?bre presupuestos
tos de la ciencia interesa ya a todo el mundo. Por lo menos tal de esa clase de psicología, y debe incluso considerarse como sin­

parece en el universo contemporáneo: donde t�o el �undo se comático el hecho de. que su tema se aísle cada vez más enfática­

encuentra pues a su nivel sobre este punto de ignorancia, mente, como si se tratase del retorno de cierto sujeto del cono­

Ya sólo esto merece que se hable de un sujeto de la ciencia. cimiento o como si lo psíquico tuviese .. que hacerse valer como

Tema al que pretende igualarse una epistemología de la que revistiendo el organismo. ·

puede decirse que muestra en ello más pretensión que éxito. Hay que tomar aquí como patrón la idea en que confluye

De-donde, sépase aquí, la referencia totalmente didác�ca �ue ; todo un pensamiento tradicional de habilitar el término no sin

hemos tomado de Hegel para dar a: en tender para las finalida�,¿¡ fundamento de estado del conocimiento. Ya se trate de los esta­
1
des de formación que son las nuestras, lo que hay en cuanto a· dos de entusiasmo en Platón, de los grados del samadhi' en el
¡

la cuestión del sujeto tal como el psicoanálisis la subvierte pr<>-::j budismo, o del Erlebnis, experiencia .vivida de l o . alucinógeno> ·
.�---· -
piamenre, . · · · ·. . .· -"! .',] conviene saber lo que autentifica de ello una teoría cualquiera.

Lo, que. noa.califica p� proceder en _este camino es evid�-:::, Autentifica de ello e n . el registro de l o · que el conocimiento

teniente nuestra experiencia.de. esa praxis. Lo que nos. ha dea;; supone de 'connaturalídad • . , . . .. _. · . - .,., . ·.

dido- a. esto ... aquelloss que. Iios,.siguen:.�arán· fe de ello, �-un� _ Es claro· que el 53:bei:J��gelian� • .� la. �1Úf��bung._:_l�ci_zantr; . . . , . ,-'.

--carehciá�de la: teoría, suniada:a.un:número. de abusos- en; su,� -

_. misión; · que: :p<>r no carecer de · peligro .para la : praxis· �";;,� · ··


,
·
-�;�����)Íd���:�;;::.
� �p�¼�e::!:-_
: ·
� "���E�-
� ,f.
i ·
:

resultan tanto la una como los otros en una ausencia total d¿ ellos un objeto de experiencia en cuanto ocasión de definir cier- ·

estatuto· científico. Plantear la cuestión de las condiciones ·� tas coordenadas; pero en ningún caso una. ascesis que S'et"ia:· di.:'· · ;

nimas exigibles para semejante estatuto no era tal ve: un punto gamos, epistemógena o neéfora, . . .. . . · . . 1

de partida 'deshonesto. Se ha demos�do que lleva-Iejos. · --�- �� L:,- ero por cier_io ��. er.t lo que .su referencia es para nosoÚ-os !.:..-��• ..
No nos remitimos aquí a la amplitud de un alegato socíale; pertmente. . · . . _ · . . .

para ser precisos. a la constan°:ª �e las concl�iones que hemos::


Pires suponemos que se, está bastante informado de la p�axis . ¡

debido adoptar contra las desviaciones notorias en lnglatett:i y� freud.i�a para darse cuenU:. dé que semejantes estados. no des- 1

·-· América· de la praxis que se autoriza en el nombre de psico-- empeñan en ella ningún papel; pero _una cosa cuya importancia
1
• • • - · ·1
noes �pre�ada, es, el h_ech.:o de q u e � pretendida p�col?gía-.de
an á l í s i e . . . ···- •. •_ :· •¡

Es p r o p i am e n t e � lo que vamo! a i n t e n t a r · d efi - las profundidades no ptensa en obtener de ellas una iluminación
1
nir · excwándonos ante esta asamblea cuya calidad acabamos d e .
por ejemplo, ni síquíeraJes afecta una cotización en la parte
1

de recorrido qu-e. dibuja, ·


inv ocar de no poder hacer más en su presencia que fuera de
Pues tal es el sentido, sobre el cual no se hace insistencia, de
ella, a saber tomarla en cuanto tal como pivote de nuestra de�
ese apartamiento al que procede Freud con respecto a los esta.
mostración, tomando a nuestra cuenta justificarnos aquí de lo
dos hipnoídes, cuando se -trata de explicar así induso única-
exiguo de ese margen respecto de ella. .
mente los fenómenos de la histeria; ÉSte es.el hecho-enorme: que
Recurriendo s i n . embargo a su favor para considerar como ,
les: prefiere el discurso de la histérica •. l:ó que- hemos llamado
concedido que las: condiciones de una ciencia no podrían ser el ; -P

1
" mom entos fecundos" en nuestra 'ubicación- del .. 'conocimiento ,
empirismo.' . . . .
- - ··paranoico.no es una referencia freudiana.. J
· E n c o ndo
tr se
áenun
n segundo•uempo lo quede e.uqueta-aen,-.
Nos topamos con algunas dificultadesparahacer entender en
tífica se.ha constituido ya bajo- el nombre de psicología.
un medio i�fatuado del :11ás ii;i�eíble ilogismo lo �ue supone
,.._ . Que nosotros recusamos. Precisamente porqu_e, como vamos a
el hecho de mterrogar al mconsciente como lo hacemos, es d e ci r ·
- demostrar la función del sujeto tal como la instaura la expe-.
hasta que dé una respuesta que no sea del orden del arrebato, o
rienci¡ fr�udiana descalifica desde su raíz lo qu-e bajo �t�. títu.:
del derribamiento, sino que más bien "diga por qué".
lo, cualquiera que sea la forma en que � vistan sus premisas,
Si llevamos al sujeto a alguna parte, es a un desciframiento
no hace sino perpetuar un cuadro académico. - ' . . . .

B! B U O T E C A DE PSlCOLOG�A -z
7 i9 .
· _J • • -

protopático, _puesto que es un servicio que no tiene a ll í titular


decir <le la nuestra y desde que nació, si colocamos su primer
El inconsciente, a partir de Freud, es una cadena de signifi­
n a ci m i e n to en las m a t e m á ti c a s gr ie ga s , se p r ese n ta más bien en
c�te� que en �lgún si�o (en otro escenario, escribe él) se repite
desviaciones que s a tisfacen m uy poco ese inmanen t ismo, y las
e ms_1ste para I�te��nr en los cortes que le ofrece el discurso
teorías, no nos dejemos e n ga ñ a r so b r e eso por la reabsorción de
efectivo y la cogitaoon que él informa.
la teoría restringida en la t eo r í a g en e r al i zada, de hecho no ern­
En esta f�rmula, que sólo es nuestra por conformarse tanto al
bonan en absoluto según la d i a l é ctica tesis , an t í t esis y síntesis .
texto freudiano como a la experiencia que él b ·6 l é· ·
Por lo d e más, alguno s cr u j idos e xp r es á n do se m uy co n fu sa m en ­ decisivo es. el significante reanimado de la retó: . n ' e . t rmmo
1 r .. • ' . nea antigua por
te en las grandes concien ci a s respo nsabl e s de a lgu n o s cambios
a _ íngüística moderna, en una doctrina cuyas etapas no podemos
cardinales en la física, no dejan de recordarnos que después de
sena l a r . aquí, pero en la que los nombres de Ferdinand de· Saus­
todo, para este saber como para los otr o s, es en otro s iti o donde
su�e Y. de Roman jakobson indicarán su aurora y-su actual cul.

debe son a r la liara de la verdad. mmac�n, reco:dando que la ciencia piloto del estructuralismo
¿Y por qué no habríamos d:e ver que l os asombrosos miramien- :
e:1 Ocq�enre tiene sus raíces en Rusia donde floreció el forma-· ¡ ·

tos de que,. goza. la. charlatanería psicoanalítica en la ciencia


lismo. �mebra 1 9 1 0 , Pe�ogrado· 1920 'dicen sufi�ememente por
. puedé.deber.se a . I o que indica:.de:.una:esperanza teórica que n o : qué su instrumento falto a Freud. · Pero esta falta de· la-h_s. t - •. ·
no h · · ás. . . ona . . .1

·· sea: úniéamente de, ... d:esaliento?<:� ·! ' ·


, · · · · · · i
. �ce _ smo · m . , instructivo el, hecho" de que« Jos-inecariism�s . :

. ,.: '.No ',�os:�referimÓS� �r. supuesto;;a;: esaPextra�rdi��· �::,,: ?'eScnt�s p or F reud como los del proceso- p ri m ari ó r: en: qué:'et.::¡
"rencía lateral;' gracias·a·Iá ·cuaLregresan' a ·bañarse en· el ps í co-"
mco�soente encuentra_ su régimen. recubran . exactamente las ,

análisis las categorías de una psicología que revigoriza con ello"]


fu nc i one s q�e esa escuela considera para determinar Iaa vertíen- · ¡

sus bajos empleos de explotación social. Por la razón que hemos, ,


tes más ra d i c a l -e s d e _lo� efe�tos d el • lenguaje, concretamente-la i. .:�.:.
expresado, consid�os que la suerte de la p s i c o logí a está se- ,
met�for� Y la metom:n1a, dicho de otra ma nera los efectos de . ! ··

llada sin remisión. ·, \ Sust.1tu�1ón Y d e c � m b � n � ci ó n tl el s i gn i fi ca nt e- en la s · d i mens i one s- \

Sea co:no sea, nuestra doble referencia al -sujeto absoluto de


r�spectivamente smcroruca, y diacrónica dende a p ,1 r ece n e n et ¡

Hegel y al sujeto abolido de la ciencia da 13: iluminación �ece­ d i s curs o .


saria para formular en su verdadera medida el dramatismo
U_na v ez reco n ocida en el inconsci en te la estructu r a d el l en-
de Freud: regreso d e · la' verdad al campo de la cien c i a, con _el
gua J e , ¿qt_té cl ase de su j eto podemos c oncebirle? . __ .. __

mismo movimiento con que re imPone en el ca m po de su p raxis:- Pu ede m tent a rs e aq uí, por un prurito de método t' d
¡ d f· · ·ó . . , par 1r e
reprimida, retoma. . :i e InlCI n estrictamente l i n gü í s t i ca del Yo íJel corno s i gn if i -
¿Quién no ve la distancia que separa la de s gra c ia d_e la . con-
c:mt�: en la que no_ es nad� sino el shiiter o i n d i c a t i v o que en
ci e ncia de la cual, por muy poderoso que sea su b u nla m i e n t o
el S U J e t o del en u nc i ado de s i gn a a l su j eto en· cuanto '1'-'� habla
en H e ge l , puede decirse que sigue siendo suspensión de un saber
actualmente.

-d e l malestar de la civilización en F reu d , aun cuando sólo sea


E� d��ir q ue de s i gn a al s u j eto de la enunciaci ó n , pero qu· e n o
en el soplo de una frase como desautorizada donde nos señ a l a
loTsignifica. Com. o r e s u l ta evidente por el hech o de o• ue t oc ¡ o s1g-
·

lo que, leyéndolo, no puede articularse sino como la r e l ació n


n _i icante.del su J e t o de la enun ci aci ó n puede fa l t a r 'en el enu�­

oblicu a (en; ing l és- se diría: skew) .que se p a ra al sujeto del sexo?
ciado, apart e de q ue los h a y q ue di fi eren del Yo [jf}, y no . ú n i ­
En.nuestro sesgo •para O
situar.' a-:FTeud, nada pu e s que se or­
carnente lo q ue IIai:namos i ns u fi cientemente los casos de 1� pr i - :
dene.pcr la<astrologia -judiciaria -en·:que es t á su m id a la p s i c o l 0-
me r a i:iersona:del smgula�, aun q ue se ad j u n ta se su alojamiento

gfa. Nad a -:que proceda de la calida d , o i n cl us o de lo in t ensi v o ,


en I_� i n v o c a c i ó n pl ural, incluso en el Si Mismo de la autosu.
ni de ni n guna f e no m enol o gía con la que pueda tra n q u i l iz2 rs e
ge s t 1 on .
p . . . •
el idealismo. En el campo freud ian o , a pesar de las p a l a b ras, la
---.: � �?samas p�r 'e.J:mplo h a b er recon oci do al s u j eto de la enun-

concie n cia es ·c.n rasgo tan caduco para fundar el i n c o ns c i e n te


ciacion en el s1�ificante �ue es el n� francés que los gr a má ticos
sobre su negación (ese i n consciente dat a de s a nt o Tomás) c om o ll a m a n ne e x p l e t i v o , t é rm in o en el q u e se a n u n c i a ya la opini ó n
es in a dec u ad o el afecto para dese m peña r el papel del su j e t o
776 m1lVEllS[ÓN '·ou WJZT'O y DIAU.CTICA DEL DJ!:l!i?O
777

verdadero: a saber el Sll;fgimien·I) de la elipse como no indigno


que supone ya en el inconsciente esta el� de_ lógica: donde se
d_el lugar del que _t_oman su nombre las verdades llamadas supe­
reconoce por ejemplo una voz interrogativa, o incluso la marcha
ri o r es . � r ev oí u ci ó n no es menor Fºr alcanzar solamente a las
de una argumentación.
"revoluciones cel estes". .
Toda la tradición psicoanalítica está ahí para sostener que la
Desde ese m o mento detenerse en el l a no tíerre únicamente el
nuestra no podría intervenir sino entrando por la buena entrada.
sentido de revocar una_ tontería de la tradición religiosa que, co­

y que de adelantarse a ella: no ob_ti�ne sino su clausura. . . .


mo_ se ve cla r amente, sigue tan campante, sino el de anudar más
En otros términos, el psicoanálisis que se apoya en su filia,
íntJmamence el régimen del saber con el de' la verdad.
. ci ó n freudiana no podría en ningún caso hacerse pasar por- �::
Pues si Ia .obra de,Copérnico, como otros lo han hecho obser-
rito de paso a una experien�a arquetípica o de alguna man�-;
var antes que nosotros, no es tan copemicana como suele creerse,
inefable: el día en que alguien dé a ent�nder aI?o �e �"': º.:'.1en:i
es por el he�o �e que 1a doctrina de la doble verdad· sigue � - .J.�-;-,
..._ �-�
g_ue no sea un minus, será_ que todo límite ha sido ab?lid.o� :�
<landa en ella- abngo a un saber que hasta entonces, preciso es . 1
2
lo cual estamos todavía leJOS. _ <'.
decirlo, renía-todas las, apariencias de contentarse con.ello.-�)>;:� ..
.,
Esto no es sino acercarnos a nuestro tema. 'Pues se · trata- de�
Henos aquf pues interesados en esa frontera sé'nsiblé:·de:;fiit

,..
...-;
. .

, _. _ , . • ,

'l> •·,(•
estrechar de

tícula 'de constituir ún


.
más .cerca. lo que Freud lll��mo

.'�-�-áia'='•eno---qu� tirr:priviiegio-:seá::'.�Iega
·
·pa· SO · �CO=iéai,i,";,. ' " •
r -- - - . ,(
en s�_d_�tri� .. �-; �­

. .
d
' " . ·" .
o,·' en·ces��:.
.
Ji
.. . .. ... �

. f:...
verdad y

nue�tra
?el �aber de_ la que puede decirse después de tix.:i-5{_/<

crencia..a, pnmera Juta,'par e ce- ciertamence··ha0.ér"':-

---- . . - .,. -·�: gresádo a la solución de cerrarla .. :< . · -.�.-:--�':.-,..'.J-�t�.::,-2.;:�_,.__


el 'ciue..pó�e .. ié&"tiem errel Itigar''céñfral? �-·aes·ti�ciorr� -':1--

• si Ji¿/obst�nte la historia de I; Ci�n�ía 'al �ntrar en';¡· ��d�,'


, \

. s�.91-ente del hombre de un lugar análogo por el tnunfo �; l3;J


es todavía: para nosotros Jo bastanra abrasadora. como para due _
J

·iáea de la evolu n, da el sentuntento de que habría en e!!"�


sepamoz que en esa frontera. algo se ha movido, es tal vez. iIH

un_a gananaa que se confirmar!3 · pc;,r: su con�.�cia. _ _ --(- :;,;'s


do n d e el psicoanálisis re seña.J��p<>r· representar un nuevo sismo
·: ¿Pero es tan seguro que sea- esta-una ganañc::ta o �n. P.�ºg:t'� al sobrevenir en ella. . . · · .. ·
esencial? ¿Algo acaso ha_ce aparecer que _Ia ?�. ve�da�. s_x lf�ma;
Volvamos a tomar en efecto ·por este sesgo el favor que espe­
l: mos así a la verdad I'e\'.ClaGa,.-na-v;a...sufndo seriamente p o r e l lo . _
l ramos de la fenomenología- de Hegel Es el de señalar una solu.
¿No creeremos que el, l'.eliocentrism · no es;·por- ex�l.tar_e_l ��� _
ci ó n i�e�I. _la Ae un revisionismo permanente, si así puede decir-
menos ilusorio q�ver•,-,rr,i>f-l-t:r- tierra, ·.Y_ que· el ñe�o ti_e·�
se, en que la verdad está �n reabsorción constante en lo riue tiene.
eclíptica daba sin duda un modelo más estimulante de nues�
de per�ur�ador, no siendo en sí misma s i no lo que falta. para
rel a ci ones con lo verdadero, antes de perder mucho de su· _1�;

l� rea1Izaaón del saber. La antinomia. que 1a tradición escolás-·
,f

terés por no ser ya sino tierra que dice s í a todo? . · ·_ "


�ca �lan�eaba como princ i pal, aquí se Ia supone resuelta por ser
En todo casa, no por c ausa de _Darwin l?s �ombres se Juzgan
1magmana. � verdad no es otra cosa ·sino a uello de lo cual el -
f

menos en l o alto de la escalera en tre las cri at ur a s, p ues t o que �-­


sabe r no uedeeñterane7:i o sa smo hacien d o a c t u a r su ··
p reci samen t e de eso de lo que los conv e nc e .
�gnoranaa. sis rea en la qt.re lo imaginario se resue ve, pa-� - _ · --
-
El em pl eo del nombre de Copérnico p ara u:1a s u gest i ó n de
e m p l ea r nu estras cat ego rías, en ge n dra ndo una nueva formá.sirfr;:_.¿��".:��-, ·,,:.-,.e¿-�-�-¡:,,:

lenguaje tiene r e curs o s más ocu lto s que tocan JUSta��nte_a _I�:

� l i ca . E sta d i a l é c t i ca es- c on v e rgen t e y va a la coyunturá:��def_if:;;f:J;'}\f;i(�,;:::�-.

que acaba de deslizársenos de . la . p lu m a corno__ reI�'.c��Tl ton lo


1
�da c omo saber a b s o l u t o. T al como es d e d u ci da , no pued e s/���jl·:'f'i~, ; ), · ·

• Incluso si ,e intenta despertar un interés, bajo_ la rúbrica ?e: los fenómc�"--� smo la conj unción de lo simbóli�o:.con un r eal deLqué'.ya·:i(6Ji����:j:�:�fj�'{. ..,·'

no, ¡'.)si, _.en la telepatía; ·o. incluso en toda la. psicologfa . g é r í ca j . q u e .pueda .. - ��y n_a da. q ue �perar. ¿Q ué es esto sino un sujet o a ca b ad oen su""''.f'0�:\�::it¡,,í:i,0(ff,:}rf,:1¡':..
resucí tarse por un Myen, el más vulgar trotaestradas no podrá ,tr.i.spasa: el - 1 d e n tt d a d c onsigo m ismo? En J o cua l se lee qu e ese suj eto ese,( ,. ·:: · · ·

terreno donde Freud lo encerró de antemano al establecer lo ,que ;e u en e :


ya perfect o allí y que es la hipótesi s fundamental <le todo este
de =s fenómenos como algo que debe ser en sentido estricto: traducido, en : ·-
proceso. Es nombrado en efecto como su sustrato, se llama e l � _
los efectos de traslapa�ento de _di5CUno _conte:?1porán�s- · . ; �-. _

u teoría psicoanalítica, Incluso si se pr05:1tuye. 5l�e sienoo mo11gata. Sdbstbewusstsán, el ser de sí consciente, omnic¿nsci�te� ·

frasgo bien conocido del b u rd e l ) . Como �·· dice después de Sartre, C3 una Ojalá fuese así, pero la h i storia misma de l a ciencia, queremos
respetuosa: no hará el trattoir por cua l q u i er lado (nota de 1 966) . ·,
i n c r eí b l e d e a l gu n o s e n t re los mejores que consideran su forma 781

co m o entregad a al capricho. Ojalá qu e la carga q ue le da m o s ser p sino la moneda ele curio desgastado de que habla Ma.

l o s h a ga r e tra c tarse, a n t e s de q u e se v e r i f i q u e [ q ui l ne so i t a v é r é ] l l a r rn é , que la g e n t e se pa,a de mano en mano " en silencio".

que no c om p r e n d e n nada ([ e n fr a n c é s ], si r e t i ram o s ese ne, el Este corte de la cadena s i gn i f i c a n t e es �¡ único que verifica

enunciado pi e r d e su valor de ataque p ue s Yo [Je] me e lid o en la e s t ru c t u r a del sujeto como discontinuidad en lo real. Si Ia

l o i m pe r s o n a l ) . Per o te mo así q ue a caben [qu'ils n'en vi en ne n t] lingüística nos promueve el s i gn i fi c a nt e al ver en él el deter­

p o r e x cl u i r m e ([ e n francé s ] d e s l i c émon o s s obr e e s a n ' y su ause n ­ minante del significado, el análisis revela la verdad de esta re­

cia, re d u ci en d o el temor alegado" por la o pinión de mi repug. lación al hacer dé los huecos del sentido los determinantes de

su díscurso.x,
nancia a una asev e raci ó n tí mi da, r e d uc e el ac e nto de mi e nun­

ciación a s itua rme en el e n u n c i a d o ) . _ Es 1� vía 'donde 'S; ·c_umple el imperativo que Freud _aplic a a

P e ro si e mpl ea n do [en fran c és] el ver bo m a tar, digo "tue", l o s ublime de l a gno m 1ca p reso crá ti ca: Wo Es uiar, soll [ch uier­

p u e st o que me . a p a b u l l a n , ¿dó n d e me s i t ú a sino en el tú con el den, q u e hemos co m entad o más de una vez y que dentro de un ¡

c ual los mido?� mo m e n t o d a r em os a ente nd e r de otra m a n e ra. !.-

1' o lo tomen a ma l, evo co al sesgo lo que me resisto a · cub�ir C on t en tá nd onos con dar un pa so en gramática: allí donde ·eio\.:;;) ·.,-.,=.,,, .
.

con el mapa forzado de la clmicac., >óo e s tuv o . . . ¿q u é 9uier e de cir? Si no fuese sino "ello" que hubi�=rJ-.

. A saber/ I am an e r a . j u s tar d e- c o n t e s t a r . a. l a . p re gu n ta : eQuién,, j' es.t�do .( e n a o ris t o ) , ¿cómo llegar allí -mismo para hacerme �Bi{t

habla> cuando.ise+rrata- delvsujeto dele.inconsciente . . Pues· esta \ _alh, po_r el hecho de e n unciarlo ah o ra ? . · . . . ., ·: .. - : ?�:!if:;.,{i,;L
0

re spu e s t a n o - p od rí a ven ir de é l , si él no sab e lo que dice, ni si- , . . . -Peroel francés d ice: iss« c' é t a i t . . . [allídond; estaba]...:út�r�

q uie ra qu-e h ab l a, como la e xperi e nci a del a n á l i s i s entera nos lo ! licemos el favor que no� ofrece de un imperfecto di s t i n t o . Alli J ·
enseña. d on d e estab a en e�te _mismo mo m e nto, a llí donde por poco es- i

Por lo cual e l lugar de l ínter-d ic t o , que es lo intra-dicho de un ta b a , e ntre esa extinción q�e luce to da v ía y �,a e closión que se r

entre-dos-sujetos, es el mismo d o nd e se di vi d e la transpar e ncia estrella, Yo [Je] pu e do veni r al ser desapareciendo de mi dicho. /
1
del s uje to clás i c o p a r a · pasa r a los efectos de fading qu!! especi­ Enu�ciación qu� _se denu�cia, e n u ncia do que se renunci a , ig-

fican al sujeto fr e u d i a n o con su ocu l t a ci ó n por un s i gn i f i ca n t e ' �oranc1a que se disipa, o c a si ó n que se pi e rd e , ¿qué queda aquí

cada vez más p u ro: que estos efec tos nos llevan a los con fi n es s ino el r a s tro de lo que es pr ec i s o que sea para caer d e l s er ?

d onde l aps us y ch i ste en su co lu sión se con fu n d en , o in cluso . Un s u e ño referido por Fr eu d en su a rtícul o : Los dos princi­

adonde la e l i sió n es hasta tal p un t o la más a l u s i v a para reducir pios del su�eder ps�qu.ico,'- n o s ent r e ga, u n ida al patetismo con

a su r educ to a la pr e se nci a, que se a som bra uno de que la caza q u e se sostiene la figu r a ele un padr e d i fu n t o por ser la de un

de l Dasein no la haya aprov echa d o más. fa ntasm a, la frase: Él n o sabi a qu e estaba mu e r t o.

Para q u e no sea van a n u es tra caza, la de los a n a l i s t a s , nece si­ La cual nos ha servi do ya de pr et ext o para ilustr a r la rela.

ta m os reducirlo cod o a la fu n ci ó n de co rt e en el d i s cu rs o : el c_ión del s u j e t o con el s i gn i f i c a nt e , por un a e nunciación cuyo ser.

tiembla c o n la v a c i l a c i ó n q u e reci b e de su p ro p i o e n unc i ado .


m ás f u er c e es el que forma una b a rra e ntr e el s i gn i f i c a n t e y el

s i gn i f i c a d o . A q u í se s o r p re n d e a l s u j e to q ue nos i n t e re sa , p ue sto . Si la figu_ra s ó lo subsist e porque no se le d i ga la ver da d que . /' . .

1 ?'1 o r a '. ¿ q u e s u c e d e p ues c on el Yo [Je] d e l q u e de p e nd e esa m b - - , ; _ ._ . . ."· .: .· .


q ue al a n u d a r se en b significación, lo cenemos ya alojado b ajo
sistencia? · ;;. _, ,·;:
la égi da del preconsciente. Por d o n d e , se Il e ga r t a ,;t la para do ja
J:: l no sa bía . . . Un p o co má s y s a b í a , ¡ah!, ¡que esto no sucecG:t,;.. · ,
<le· c o nceb i r .que el discurso en' l a sesi ó n analítica no val e s i no
nunca! Anees q ue é l l o se p a , que Y o Ue] mue r a. Sí. así es conio'2- J
po r qu e da traspiés o incluso se interrumpe: si la sesión misma
Yo [Je] v e ng o allí, a ll í donde eso estaba: ¿quién sabía pue� q-ú�+-\·
no se instituyese como una ru p t u r :i en un fa l s o d i scursó, d iga­
Yo [.Je] estaba muerto? · • ·
m os e n l o q u e el d i s c u r s o r e a l i z a a l v a c i a r s e como pa labra, al no
Se r �e n o- e n t e , es as í como adviene Yo rJe] c o mo s u jeto qu e

• U u o:: g o de pa l a b ras: d pronombr·-= I ra n c é s tu, "tú", y d v e rbo tu�, "mata", se con3uga po r Ja doble aporía de una subsistencia v e r d ade r a
� pronuncian i g u a l. n] · ·•.•

' c . W,, vm, PP· '.¿ J i - 8 : B. �-. ll, pp. 495-8; :\ , , XII, PP· 2"...3-31.
732 :iL:iYz..R.SIÓ.-.. UEL -> U j E7 O Y � í .\..LZcnc.'\ DtL i)f.SC.O

S t; B V E RS I Ó N D EL SU JITO Y O IA L É CT I C. \ DEL Dl!.SEO


que queda abolida por su saber y de un discurso dond e es la 783

muerte la que sosti e n e a la existencia. Rec�gemos aquí el guante del desafio que se nos dirize al

¿Pon d r e mos a este ser como contrapar t ida del que Hegel traducir con el �o.mbre de instinto lo que Freud llama T�ieb:

forjó como sujeto, p o r ser el s u j e to qu e s o s ti e n e sobre la h i s t o­ '. º cu�! se traducma bastante bien por drive 'en inglés, cosa que

r i a del d iscu rso del saber a b s o l u t o ? R e cuérdes e q ue él nos da fe :.e evita, Y por ello la palabra dérive ("deriva") sería en fran­

de haber experimentado con eso la tentación de la loc u ra. ¿Y cés nuestra s o l u � ó n desesperada, en caso de que no lográsemos

no es acaso n ues t ra vía la que la sup e ra, por ir hasta la verda d da r a la b�stard1� d� la palabra pulsion su punto de acuñación.

de la vanidad de est e d i scurso? Y de �h1 que insistamos en promover que, dado o no en la

No ad e lan tem os aquí nu e stra d oc t rin a de la l o cura. Pues es t a o�s·ervac1ón b i o l ó gi c a . ' el instinto, entre los modos de co n ocí­

excursión e scat o lógica sólo está aquí para señalar la hiancia mi e n �o que la nat�raleza e xige de lo vivo para qu e satisfaga sus

que separa a esas dos relaciones, la freudiana y l a hegeliana, del n eces i dad e s , se define como a quel conocimiento en el que admi­

suj et o con el saber. ram o s el no poder rer un saber. Pero de lo que se trata en Freud

Y que n o · hay raíz suya más segura· que los modos con qu e - se es de o tra c o sa , que es ciertamente un-saber, pero un saber que

d is t ingu e · allf.-la dialéctica del. deseo; .. no compor_ta e l menor conocimiento, en cua nt o que- está inserí.
¡. , _ . , . ·

Pues en Hegel, es al deseo, a l�.Begierde, a · quien se remite. la · 1 · to en u:1 discurso _del cu al , a la-ma�era del esc_lavo-mensajero del

;'.Jté�'. ' carga: de ese.mínimo d�� nexo que es-preciso que el sujeto con-. uso antiguo, el sujeto que l!ev3:- bajo su_ cabellera su codicilo-qué

serve con el antigu o conocimiento para que la verdad sea i nma­ Ie c o nden a a m�erte 1:1º _sabe m su sentido ni su texto; ni en q ú é
nente a la realización del saber. La as t ucia de la razón quiere l e ngua está e scrit o ,· m siqu ie ra qu� lo han tatua do en su cuero '

decir que el sujeto desde el origen y has t a el final sab e lo que c ab e ll u d o r asurado mientras dormía. ,

q ui e r e . . Est e apólog o fuerza apenas la n o t a ' de lo poco de fisiologí

Es aquí don de Freud vuelve a abrir, a la movilidad de d on de interesada por el inconsciente. ª


salen las revoluciones, la juntura entre verdad y saber. EII_o se a�r�ciará por la co ntraorueba de !a contribución que

En el siguiente punto: que el deseo se anuda en ella al dese� el p s i c o a n á l i s i s ha aportado a la fisiología desde que · t . .
'b -6 exis e. esta 1

__ del Otro, pero que en ese lazo se al o ja el d e seo de saber. ; contri ucr n es ? u l a , n i siquiera en' lo que se refiere a los 6 _ ·

El bíologismo de Freud no -uene 'riada que· ver 'con esa aoyec­ nos sexual-es. N mgun a fabulación prevalecerá contra este �-
1 a n ce.
ción serm o n e a d ora q ue nos llega por b ocanadas de la oficin a

psic oa nalítica. _ _ _ _ Pues el psicoanáfüis i m p l ica por sup ues to lo real del cu .
. d ¡ · · . erpo
Y era n e c e sari o hacerles vivir el instinto de m u e rt e _que allí Y .,e o irnagmano de s u . e squ em a mental. Pero para reconocer

a bo m i n a n . ' para pon e rlos a t ono con la b i ología de Freud. Pues e-! .. !ca n ee en la pers�ct1va que se autoriz a en él por el desa-

eludir el i nst into de mu e rt e de su d octr i na es d esconocerla ab­ r ro ll o hay nue d a rse cu ta · d · ·


_, • ·1 • en primero e qu e las integraci o nes
s o l u ta m e n t e . mas .º men o s parc e larias que parecen co n stituir su ordenación,

-- Desde el e nfoque que hemos disp u esto en e lla, reconozcan funcionan a ll í ant e todo como los elementos de una heráldica,
;:-;-··

F l en la me táfora d e l r e tomo a l o - i n a n i m a d o con qu e Fr eu d af e cta de un blasón del cuerp o . C?rn� se_ confirma por el uso -que-se-�

a todo c u e r p o . v i v o ese margen más allá de la vida qu e el lengua j e h a c e de e ll a s para leer los dibujos in fa n t i l e s . - . -
'
¡• '
'

:.: L as e gura al ser por el hecho de que habla, y que es jus t ament e . A q_u í se en��ntra el p�ncip�o; v o lveremos sobre ello, del p r í .__

aq u el don de -ese ser compromete en pos i ción de s i gn i f i c a n t e no �nlegio _parado�1co, qu e sigue si e ndo el del falo en la d i a l éc t i e a - , ·­

sólo lo q u e d e su c u erpo se p r e s t a a e l l o por ser i nt e r c a m b i a b l e , mcons�1ente, s1z:1 qu e baste para e x p l i c a rl o ·1a teorí a producida - ·

sino ese cu e r p o mismo. En donde apar e ce pu e s qu e la r e la c i ó n del o bj e t o p a r c i a l.

del o bj e to con el c u erpo no se defin e en absoluto como· una Tendremos que decir ahora que si se c o n c i be qué clase de

i d e ntificación parcia l · q u e tuv i es e qu e t o tal i zars e en e ll a , pu e sto a p o y. o . hemos _ �uscad� en Hegel para criticar una degrad a ció n

que , por el contrar i o, ese ob j e to es el p ro t o t i p o de la s i gn i f i c a n . ?el p s i c o a � .:i l 1 s 1 s t a n m e p t a que no en cuentra otro mo t ivo para

cia del cuerpo como lo qu e está en juego del ser. '. n t e r e s J. r s in o el �e ser el de hoy, es i n a d mi s i b l e que se nos

impute estar e n ga ñ a d o s por un agotamiento purame nt e dialéc-


i8-l: ;:.;•, ��•'·'' :; : L. S L' j C: T O Y D l. � U: C T I C . , iJ E [. D c 5 i': O

5L1!VH.SIÓN Dll. JU JETO Y 01/,LÍCTTCA DU. DLI.EO


tico del ser, y que no podríamos considerar J. cierto filósofo­
785

como i rr e s p o ns a b l e cuando autoriza este malentendido. He a q u í lo q · o<l { d · -


rrr· f · . �: P r ª , e c r rs e que es su célula elemental (cf.
:- Pues lejos de ceder a una reducción logicizante, allí donde se 0

1
o ª I) · Se .i l ncula al l í lo que hemos llamado el punto de
trata del deseo, encontramos en su i rr e d u c ti b i li d a d a la deman­
l�as_ca �r el· cual el 3 i g n i f i c a n t' e detiene el deslizamiento• indc-
da �1 resorte m i s m o de lo que i m p i d e igualmente r e d u ci rl o a la fm1do s1 no de ¡ · T · • ·
· , a s 1 gn 1 rcacion. Se su p o n e c¡ue. la cadena sig-
necesidad. Para decirlo e lí p t i c a m e nt e : que el deseo sea articu­

lado, es precisamente la razón de que no sea articulable. Enten­


nificant_e está soportada por el vector S. s·. ··
en la fineza de la d " . . . · S 111 entrar siquiera
demos: en el discurso que le conviene, ético y no p s i c o l ó g i c o . y . . , . . . ¡ recc wn r et ro gr ada e n que <;e
. produce su

Tenemos entonces que llevar mucho más· allá ante nosotros la


cruLa·m¡ i_enco redob l ado p o r el v e ctor ;:1, v é ase ú n i c a m e n t e en

topología que hemos elaborado para nuestra enseñanza durante


e st e u ti m o e1 pez q u e e nganch · ·

. a, me n o s p ro p i o p ara f i gu r a r lo

este último lustro, o sea introducir cierto grafo a propósito del


q u e h ur ta a la c aptación en su nado vivo que la in t e n ci ó n que

cual avisamos que no garantiza sino el empleo entre otros


� e sfu er a -en_
z aho�rlo en la o n d a del pre-texto, a· saber la rea­

que vamos .a darle., habiendo sido construido y perfeccionado a


hdad:-que s e i m a g in a en el e squ e ma etol<'.>gico del r e t o rn o de: l a -­

los cuatro vientos p<;1ra ubicar en.suinivelación: la estructura ...más · i


n eces da i d. ·

ampliamente p r á c ti ca de .los ... datos.'de .. nuestra ,experiencia.-.Nos:7') .• / La.. función diacrónica de este punto de-basta d e be- encontrarss

serviría- aqurpara. p�esentar,: d ó n dec s e. s i t ú a ;el .de��º en .relaci?n�· ¡ /


en la-frase, e n la medida- en que n o. ci e rra su •signifi&cion:::sino__:-_. _~---�"""''··'

con un sujeto definido a través de su a r ti c u l a c i ó n por el s1g- , / con s u últi1:1o térm in o, ya que cada" término está' antícípado en
nificante. l a c o nstr uc ci ón d e lo s otros; e iriv rsamente sella e su sentido por -
GRAFO l su e fecto retroactivo; '

Per o l a estructur� s in cr ón ica está más escondida, y e s ella fa

q u e n o s_ llev a a l o rig en : Es la metáfo a r en cuant o que en 'ella

1 . . ,.

se const�tuye l a atribución primera, la que promulga "el perr o

_,

hacer m iau , el ga t o hacer gua gu a " , c o n lo cual el n i ñ o de golpe,


1 ---.-·
1 ·:<
desc�ne:t�ndo a l a co sa de s u grito,' eleva el, signo a la función·

s del s1 gni f1c _ a nte, y a la r�alidad a la sofística de la s ignifica·aón,


5'
y, p or m e d i o d el d e sp r e ci o de la verosimil i t ud, ab r e 1a diversidad

d e la s o bjetivaci one s por veri f i c a rse de la misma c o sa.

-: E x i g e esa p o sibilida d l a topolog ía de un ju e g o d e las cuatro

esquina_s? He aquí e l t ipo de pregunta que no pare ce gran cos a

Y q ue s in embarg o pu e de dar a l g u n a z o zobr a si de e ll a debe de­

p e nder la construcción s u b s e c ue n te.

Le s a ho r r are m os a u s t edes sus e ta pa s dándoles d e b u enas a


1

p r i m eras la funcicín el e los dos punt o s de cr u z a m i e n t o en este


• Se trata del. amigo q u e: nos convidó a .�te:} P:)_lgqu_io,. d9pué, de haber
g _ r a f ? , _P r i m a r i o . Un o , c onn o t a do A, e s el luga r d e l t es oro del
dejado aparc:cc:r, unos meses antes, IJ.:1 .. resc:ryas'. que:_ saca?ª �e su o n r o l o g t a "' 1

personal contra- los "psicoanalistas" según- él demasi�do inclinados al hege- · s i g rn u c a n t e , l o cual no q uiere deci r del código, pu e s no es qu e


lianismo," como si:_ a l g ú n - otro· aparte de: nosotros pudiese ser blanco de: .ellas. ¡
s<! c o nse r v e en él la c o rresponde n ci a u n ívoca de un sign o con
en e:� colectividad. . ·"'· - -
alg o , sin o que e l s i gn i f i c a n re no s e c o n s ituy
t e sino de una r e u­
Esto en el v u e la p l u m a de unas páginas de su diario l a n za d a s a los vicn-

tos (azarosos siu duda) que se las habían arranado. . nión sinc r ó n i c a y n u m e r a b l e donde n ingu n o se s o stien e sino por
Tras de: lo cual le: hicimos part ícipe de que, �ra interesar a esa su
el principi o d e s u opo s ición a ca da un o d e los ot ros. E l o tro,
o n t o l o g í a . con los termino, mismos d i v e rt i d � s �ºr:1 q u e: � l . la. viste: en ci e r t o s
c o nn o tad o s (A), es lo qu·e pu ede llamarse la p untuación d on d e
billetes fa m i l i a r e s , en c o n t r á b a m o s ese procedimiento. sin duda no, pc:ro

121 vez" destrnado ;i. extraviar a los espíritus. " b significación se c o n s t it u y e corno producto termina d o.

Obs'ervemos la disimetría del uno q ue es ,m lugar (sitio más 7-


786 SCIH [;l.ilO:-i DtL � J ET O Y D lAUCn C A DEL DF.SEO S U B V E RS I Ó :-1 DEL SUJETO Y D IA L É CTT CA DEL DE.SEO

787
bien que espacio) con respecto al otro que es un momento (es­ n o se d i s t i n g u i r i a · d e l fingimiento que en la Iu ch b ·
_ . . · · a com auva 0
c a ns i ó n más b i e n que d u r a ci ó n ) . b ceremonia sexual, es sin embargo bien d i f e re n t e D - 1 ,
d ¡ · . . . . . • e.,p ega n ­
Los dos participan de esa oferta al s i gn i f i c a n t e que constiru.
. ose en a ca. p t u : a 1magmana,. el f rng1miento se i n t e gr a en el
ye el agujero en lo real, uno como h u e c o de recelo, el otro corno Juego de a c e r c a m i e nt o y de ru p t u r a que constituy 1 d ·
. . e a an za on.
perforación para la salida.
g_1�ar:a, en qu� :sas dos s it u a c i ones v ital e s encuentran su esc�n­

La sumisión del sujeto al significante, que se produce en el sien, y los p a r u ci p a n t e s que o rdenan segú n ella 1
. . . . o q ue nos atre -
circuito que va de s (A) a A para regresar de A a s ( A ) , es pro­ ver e m o s a llamar su dancídad. El animal por lo demás se mues-

piamente un círculo en la medida en que el aserto que se ins­ tra capazde est o cuando está acosado; llega a despis tar inici a n.

taura en él, a falta de cerrarse sobre nada sino su propia escan­ do una Clr:rera que es de e ngañ o. E sto pu e de ir tan lejos como

sión, dicho de otra manera a falta de un acto en que encontrase para sug_enr en las p re sa s la no�leza de honrar lo qu e hay de

.su certidumbre, no remite sino a su propia anticipación en la ceremonia en l a caza. Pero un animal no finge fingir. N produ­
O

composición del significante, en sí misma insignificante. c� h u e ll as cuyo e ngañ o consi�tiría en hacer se pa s ar por falsas
'.�
· La cuadratura - d e ese. círculo.. para. ser posible; no exige sino t s. endo la s verdaderas, e s · decir las que d a rfan la buena pista; .

la "completud" ,de la batería' signííicante. instalada en A .. simbo-. C�mo· tamp?co. b_orra sus h u e ll as , lo cual sería ya para· él hacerse

t·-·
t
. Iizando. desde.ese ...momento ehlugax:�.deL�Otro.�:En--lo-ctial.~re ve�/

, ;.�,q,ue.iesei. Otro, no:; es-nadassino-elc puro-strjeto, deela. -modernas'es-e]· e-


sujeto del significante.

.. _-Tod_�:�_!�·no:h� sido-"·�lado sino de· manerá-·confwaFpár=


· ·


;i
t•~· L trategía de los fuegos, como ta! perfectamente accesible· al cálcu- ,,
filósofos su�· emba�o profesionales. Pero es. cla r o · que la . Paia-7:
lo de la conjetura, en la medida en que el sujeto real, pa,ra b:3: _no comienza smo con el paso de la ficción' al orden del sig- '

• regular et suyo, no tiene que tener en cuenta para nada nin­ nífícanre y que e_I significa?te exige otro lugar -el lugar del

guna aberración llamada subjetiva en el sentido común, es decir '?�º• el O_tro testigo. el testigo Otro que cualquiera d e los par­

psicológica, sino fa sola inscripción de una combinatoria cuyo ttc1pantes- para que la Palabra- que soporta pueda mentir, es

agotamiento es posible. decir pl a n tearse como Verdad. · •

Esa cuadratura es sin embargo imposible, pero sólo por el Así, es de un lugar o tr o que la Realidad a la que concierne

hecho de que el sujeto no se constituye sino sustrayéndose a de d�nde Ia Verdad saca JU- ga ra n t í a : es de .la palabra. Como es

· - ·-ella y déscompletándóla -esencíalmente jior deber a la yc;z con- ta m bién de· ella _de quien recibe esa m a r c a · que la instituye \:n

� - tarse en ella. y no llenar en ella otra f u n ci ó n que la de falta. una estructura de ficción. ·

El Otro como sede previa del puro- sujeto �el s i gn i f i ca n t e . Lo d i ch o primero decreta, legisla, "aforíza", es o r á cu l o , con­

o:upa allí la posición 'maestra, incluso antes de venir allí a la fiere al otro r e al su oscura au t oridad.

existencia, para decirlo con Hegel y contra él, como Amo abso­ T�memos_ solamente un s i gn i fi ca n t e como in s ignia de esa

l u t o , Pues lo que se o m i t e en la chatura de la moderna teoría de o_mmpotenoa, �o �al qui e r e decir de ese p od e r t odo en p oten­

la información es que no se puede ni siquiera hablar de código aa, �e ese nacirnrento de la posibilida d , y te n dr e m o s el trazo

si no es ya el código del Otro, pero es ciertamente de otra cosa unan_o 9�e, por col1:1ar la marca !nvisible que el suje t o recibe

de lo que se trata en el mensaje, puesto_ que es por él. como el del sígnificante. en a jena a ese sujeto en la ident i ficación pri- .

sujeto se constituye; por=lo cual es: del=Otro de q u i e n · el sujeto. mera que forma . . el i d e a l del yo. - · ··. ·

i _ .. recibe-inclusc.el mensaje-que emite... Y-·están justificadas las na:_


. _ 1-? �al q u eda ins�rito por la notación I (A) .qutdebem�•"r. ·
t a cí o n es . A y- s (A)·. .. sus�tmr en e s t e estadi o a l a j, S t a c h a d a . del ve�tor r e t rógrado, .. ·• . .
Mensajes devcódigo- y-códigos de-mensaje ·se distinguirán en . · hacténdo no s l a trasladar d e su p un t a a su p u n t o · de 'd ( f
grafo 2 ) . parn a c .
formas puras en el sujeto de la psicosis, el que se basta por ese ;

Otro previo. -.J Ef�cto de r et rov e r s i ó n por el cual el sujeto en ca d a e t apa �

Observemos entre paréntesis que ese Otro distinguido como c?'nv1erce en l o q u e era co m o a ntes y no se a n unc i a: hab r á sido,

lugar de la Palabra no re impone menos 'corno testigo de la s in o en el f u tu ro a n t e ri o r .

-Verdad, S i n la dimensión que c o n s t i t u y e , el e n ga ñ o de la Palabra Aquí se inserta la a m b i gü e d a d de un d e s co n ocer [méconnat.


í39

7 88 S U B V E.llS J Ó � Di!:L 3U J lrr O Y D U L .Éen C A DEL DE:SlW

m u e s t r a. en la meditación de un F énelon) no le es en absoluto

i n rn a. _ n e n t e , . s i n o trascendente puesto que se apoya en el trazo

unano del i d e a l del yo (cosa que el cogito c a r t e s i a n o no desco­

noce) .' Por lo cual el ego trascendental mismo se encuentra re­

Iati_vizado, i m p l i c a d o como lo está en el descono�imiento en que

se inauguran las identificaciones del yo.

Este proce:s? i � a gi n a r i o que <le la imagen especular [i ( a ) ]


S i g n if i c o n l e
\·a a l a , :ºn�tf��c�9n del Y<?,. por el camino de la s u bj e t i v á c i ó n

por el s i gn i ñ ói ni e . ·"csé:i · 'significado en nuestro grafo, por el

vector i (a) . m de sentido ú nico, pero a rt i cu l a d o d o b l e r n e n re ,

. . . ----+

u�a pnmera. \'C7. en cortocrrcurto sobre s.r (A), una segunda

1 (A) $ . �

\'CZ en _Ia. v í a . de regreso :�obre ..\_r (.-\). Lo cual demuestra que


GaAF0.2
c_l yo solo se aca�a �l articularse. no como Yo [Je] <lel cliscurso,
-- . l

_f1�.;�f!!.�:1Peto1,11nua _ d <; ; _ ,$ l 1 _ s i g n i p c a c i ú n ° (lo que Damourette y


- tr�] esencialtal-conocerme [me: connaitreJ. Pues codo. lo. que eIJ- - ..
_P1chon tom�n por l:_1 �er�ona "densa .. [¿tnff¿e] q u e oponen a la
sujeto p u e de 'dar por seguro, en esa re t r o v i s i ó n , es, vini en do, a ¡

per:�ona s 1:1 u I ; ·est:i ú l t i m a no es otra cosa que l a , función m á s


1

su enc�entro, la· imagen, anticipada, que tomó de sí mismo en


arriba designada como J/Úf / c r ) . .
su espejo. No volveremos aquí a la función de nues tr o "estadio
La promoción de la conciencia como esencíal al su jeto en la
de� ·espejo",)>unto estratégico primero alzado por n osotros como
secuela histórica del cogito cartesiano es para nosotros la acen­
o b j e ci ó n al favo r concedido en la teoría al pretendido yo autá- 1

tua�ión engañosa de la transparencia del Yo [Je] en acto a ex­


n o m o , cuya r e s tauración académica justifi ca ba el co n trase n tido
pensas de la opacidad del s i gn i f i c a n t e que lo determina, y el
propu:sto de su reforza m iento en una cu ra des v iad a ya hacia
deslizamiento por . el cual el Beuiusstsein sirve para cubrir la
un éxito a d aptativo: fenómeno de abdi ca ción mental, conectado ·
confusión del Sclbst, viene precisamente a demostrar, en la Fe­
con el _enve j ecimiento del grupo en la diáspora de la guerra, y '
nomenología del espíritu, por el rigor de Hegel. la razón de
reducción de una p r áctica eminente a una e ti q ueta adecuada
su error.
6
para l a e x plotac i ó n del American way of life.
El mov i m i e n t o mismo que saca de su eje al 'fenómeno del es­
Sea como sea, lo que el su j e to encuentra en esa imagen alte­
p i r i tu _ h a c i a la rel a c _ i ó n i m a g i n a ri a con el otro (con el otro [autre]
r�da <le su cuerpo e_s el paradigm a de todas las formas del pare•
es d ec ir con el s e m e j a n t e q ue de b e connotarse con una a min úscu­
cido q u � . '" ª n a a p li c a r sobre el mundo de los objetos u n . tinte
l a ) , saca a l u z su e f ecto : a saber la a gr e s i v idad que se conv i e rt e
d_e h o s r i lid ad p r oyectando en él el avatar de la imagen narci.
en el fi e l de la bala n za alrededor del cual va a descomponerse
s r s t a , qt:e, por el efecto j u b i l a t o r i o de su encuentro en el espejo,
el equilibrio del s e m e j a n t e con el seme j a nt e en esa rel a ción del
se c o n v i e rt e , en el e n f r e n t a mi e n t o con el sernejanre, en el des­
A�o �on el E s cl a v o , pre ñ ada de t od a s la s astucia s por las que
a h o g o de _la _:11:ís íntima a gr e s i v i da d . _,,'.,, . . , •. , , . , . -. · .,,, . .
la razon va a p oner en marcha su reino - i m p e r s o n a l . -
Es _esta i m a g e n , yo ideal, la que se fija desde el p u n r o . e nq u e
Es t a ser v idumbre inaugural de los ca m i n o s de la l i b ertad
el su J e t o se detiene éomo ideal del yo. El yo es desde ese mo­
mito sin duda más gue gé ne s i s ef ecti v a , p o d em o s m ostra r aquí
me n to función de d o m i n i o , juego de prestancia, r i v a l i d a d · cons­
lo que esconde precisamente po r haberlo re v elado como nunc a
titu_ída. En la captura que experimenta de su naturaleza i rn a gi ­
a n re s .
nana, e n mascara su duplicidad, a saber que la conciencia en

que se asegura de una e x i s t e n c i a i n n e ga b l e (ingenuidad qll'e se


r Los p a r é n t ea i s son aquí a ñ a d i d os que i ns erta n desarrollos sobre la lden­

r i f i ca ci ó n , posteriores (1962).
• D e j a rn o s es t e p á rra f o ú n i ca m e n t e como es t el a de una batalla superada

qué es t á b a m o s pensa ndoi').


(nota de 1962: ¿en
9
;cun:R:.. Ó:-l DEL S t: J CT O y DíAl.ÉCTIC.-\ DF.l. D ESE O �l
790

La lucha que la instaura es i::1:-r.:1,.!:1 con r :i. z ó n . de p u ro �res­ su c o ; 1 rt a d :i en b m u e rt e del A m 0 . � P e ro qué h a y de esa muerte?

. ¡ ue está en . uezo,
J nues va en e ll o la vida, a p ro p i a. d o .:; i rn p l e m e n r e él la espera.
tigi o, 'i o q o • · . · .· d

ara hacer eco a ese peligro el e b. p r e m a t ur :i c 10 n gencuca e l De h e ch o , es desde el lugar del O t ro donde se i ns t a l a , de don.

P · · t · cnorado por Hezel v del que hem o s he c ho e l re- de s i g u e e l j u e g o , haciendo i n o p e r a n t e codo riesgo, -especialmen­
nac.mren o, 1 11 o ,
5
te el de cualquier justa, en una " co n c i e n c i a - d e - s í " para la cual
serte dinámico de la captura e sp e c ul a r. . ,
Pero la muert e , [ u s r a m e ru e por ser arrastrada a b I u n c i ó n de sólo está muerto de mentiritas.

la puesta en juego -apuesta más h o n e sta que la d_e P as e � !


Así pues, que los filósofos no crean poder deshacerse fácil.

aunque se trate también de un póke r , pues t o que aqu1 la pu3a mente de la irrupción que fue la palabra de Freud referente

es limitada- muestra a la vez lo que que�a elidido <l� una regla al deseo.

previa tanto como del reglamento c o n clusiv o . Pues a fin de <::1en­ Y esto bajo el pretexto de que la demanda, con los efectos de

tas es preciso que el vencido no perezca para 9ue se conv1�rta la frustración, ha sumergido todo lo que les llega de una práctica

D i ch o de otra manera el pacto es siempre previo a caída en una banalidad educativa que ni siquiera sus blanduras
en ese 1av o . ' · b
la violencia antes, de perpetuarla, y lo que llamamos lo sim Ó: _ levantan ya. . .

lico domina-lo imaginario;·· en-lo c ual puede· uno preguntarse si · Sí, los traumatismos enigmáticos del descubrimiento freudia­

no ya ' n o son más que ganas aguantadas. El psicoanálisis se ali­


el asesinato.:es·efectiYamente·, el A:mo-,absoluto . . ,. · . · .
menta de la observación del niño y de la niñería de-fas observa>
Pues·no:J-basta:·decidirlo-por: s_u.-efect�: - 1 � - Muerte. Se �ta�
ciones. Ahorrémonos sus reseñas, cuantas son, tan edificantes.
además de .saber q u é mu-erte,s la que la vida lleva o la que
Y tales que el humorismo ya está siempre mal visto.
lleva a ésta. . · d· d
Sus autores se preocupan ahora demasiado de una posición
Sin querer achacar a la dialéctica hegeliana un vere reto e
honorable pa�a seguir concediendo el menor lugar al lado irre­
insolvencia, discutido desde hace mucho tiempo sobre la cues­

mediablemente estrafalario que el inconsciente mantiene por


tión del nexo de la sociedad de los am o s, _sólo_ quer e mos su�ra­
sus raíces lingüísticas.
ar aquí lo que, a partir de nuest:a expe:1enc1a, sal t a a I_a vista
Imposible sin embargo, para los que pretenden que es por
�orno sintomático, es decir c o mo 1nstalac16n en la represión. �
!J. acogida dada a la ..demanda por donde se introduce la-discor- - - ¡
· d la razón cuyo error des1g-
propia mente el t�ma de 1 a Astucia e . . .. _ __ _ ;-- _ __ _
dancia en las necesidades que se suponen en el origen ·¿e1 suje-
nado más arriba · aminora su alcance de seducción. �l traba-
11 0
to, descuidar el hecho de que no hay demanda que no pase de
. dice al que se ha sometido
esclavo renu n c i a ndo al el
JO, nos , . • la que una manera o de otra por los desfiladeros del s i g n i fi c a nt e .
1
oce ipor temor de la muerte, será justamen t e_ .ª vta por_
Y si la ananke somática de la i m p o t e n ci a del hombre para
�ealizad. la libertad. No hay engaño más m a m E 1 e s t o �olít1camen­
moverse, a [ortiori para valerse, a l gú n t i e m p o después de su na­
te, y por ello mismo p s i c o l � g i c a m e n t e . El g oc e es fá c il al esclavo
c i m i e n to , le asegura su s u e l o a una psicología de la dependencia,
dejará al e s cl a v o en servidumbre. ¿cómo e l u d i d el hecho de que esa dependencia se mantiene por
y La astucia de la razón seduce por lo que_ e n e ll a resuena de
un universo de lenguaje, justamente en el hecho de que__por él
, , d. 'dual bien conocido del obsesiv o , cuya est!uctura,
un mito 1n 1v1 . :· . . . p oco y a través de é l , las necesidades se han d i v e r s i fi c a d o y_ desrnulti.
bido no es rara en la m te llig ents za . _ e ro por- p . - .
corno e s . sa 1 ,- - ' · · . , . ·· plicado hasta el punto de que su alcance aparece C�!UO de un
ue éste escape a b m al a . fe . d e l profesor, di f í c i l rn e n t e se -en_ga- orden t o t a l m e n t e diferente, según que 3e le refiera-al-sujeto o a

�ad ere.yendo que e s . s u - t r a b a j o . e l que habri_ de volv_er a abrirle la política? Para d e ci rl o todo: h a s t a el punto-de que .esas. nece- -

la p u e r t a del. goce: Rindiendo u n homenaje propiamente 1;· s idades han pa sado al r e g i s t ro del de seo , con todo lo que nos
0
consciente a la historia escrita por H e g e l, enc uentra a m e nu imp one c o n fr o n t a r a n u e s t r a. nueva experiencia, de sus pa rad o­

jas ele siempre para el moralista, de esa m arc a de infinitud q ue


. h r 0 fesado en nuestro
, A uí ia m b t én se hace referenaa a lo que e�o, �- . - nda s e ñ a l añ en él lo s reólogos, incluso de la precariedad de su esta ­
inario sobre la t'.tic:i del psicoanilisi, ( 1 95 9 - 60 . inédito) sobre la segu 1 -
tuto, tal como se e n u n c i a. en e l ú ltimo gr i t o de su fórmu la , km.

s=
mu 1 te
er Ao:pt.:imos con Dylan Thom:u que no haya dos, ¿Pero e n t o n c es e

· · ú · eda? zado p_ or Sartre: e l d eseo. pasió n i n ú t i l .


Amo 'absolurc e3 efectivamente la mea que qu
✓o
.S L' B Vt : � i Ó N DEL S C J IT O Y D U L .É:cr ! CA DEL DE.s:EO·
79'2 S t.: S V E R.; 1 Ó :-,; DEL S L' J ETO Y DI.H..É:cnc.\ D F. L D ES E O
793

Lo q u e el psicoanálisis nos d e m u e s t r a .referente ::d deseo en su P a re a m o s de la c o n c e p ci ó n del O t ro co m o lugar del s i gn i f i .

cante. Todo e n u n ci a d o de autoridad no tiene a ll í más garantía


función que p od e m o s l la m a r mis n a t ur a l p u e s t o _ q_ue es d� � l b.
que su e n u n c i a c i ó n m i s m a , pues es inútil que l o b u sq u e en otro
de la que d e p e n de el m a n t e n i m i e 1: t o de I_a especie, no_ es_ _uruca.
significante, el cual de n i n gu n a manera podría aparecer fuera
mente _que está sometido en su rn s t a 1: c 1 a , su a p r o p i a c i on , su
de ese lugar. Lo que formulamos al decir que no hay metalen­
normalidad para d e c i r l o codo, a los acoden_tes de _ la historia del.
guaje que pueda ser hablado, o más aforísticamenre: que no ,
sujeto (noción del traumatismo como c o n u n g e n c i a ) , es además
hay un Otro del Otro. Es como impostor como se presenta para
que redo esto exige el concurso d ee l e m e n r o s e s t ru c t u : a l e s que,
suplirlo el Legisládor, (éVque pretende erigir la Ley) .
para i n t e rv e n i r , prescind�n p�rfectamente �� _esos acc1de1:ces, y
Pero no la Ley misma, como tampoco ·el que se autoriza en
cuva i n ci d e n c i a i n a r m ó ni c a , in e s p e r a d a , difícil de reducir; pa­
e lJ a . -
rece sin duda dejar a la experiencia un re_siduo qu_e pudo arran­
Que el Padre pueda ser considerado como el representante
car a Freud la confesión de que la sexualidad d e b í a de llevar e l .
original de esa autoridad de la Ley, es algo que exige especifi­
rastro de alguna rajadura poco nat1:ral. . . . i

car bajo qué modo privilegiado de presencia se sostiene más


Haríamos mal. en creer que el mito freudiano del Edipo dé
allá del sujeto que se ve arrastrado a ocupar realmente el lugar;
el golpe de gracia s�bre,este �1:nto ·ª l�. te�l9�ía. Pues no se basta
del O tr o , - a saber de la Madre. Se hace pues retroceder la c u e s r í ó n . .
por el hecho de agitar el gu i ñ o l de l a . rivalidad sexual. Y con "'i
7
. Parecerá extraño que, abriéndose allí el espacio desmesurado
vendría más bien leer en él ·10 que en sus coordenadas Freudi;;
que implica toda demanda: el ser petición del amor, no dejemos
i m p o n e a nuestra reflexión; pues regresan a la cuestión de don-s
más l i b r e juego a d i ch a cuestión.
de él mismo p a r t i ó : ¿qué es un Padre? . i
Sino que la concentremos sobre lo que se cierra más a cá , por el
-Es el Padre muerto, responde Freud, pero nadie lo escucha,
efecto mismo de la demanda, para <lar p ro p i a m e n t e su lugar
y en la medida en qu·e Lacan lo prosigue bajo :1 ca p í t u l o de,
al de se o .
Nombre-del-Padre. puede lamentarse que � n a . situación poco
Es en e f ecto de un modo muy sim p le , y v a mo s a d e cir en qué
ci e n t í f i c a !e' deje siempre privado de su a u d i t o ri o normal."
sentido , en cuanto deseo del Otro, co mo el d e s eo del ho m b r e
La reflexión analítica ha girado sin embargo vagamente al.
encuentra fo rma , pero en primer lugar no - cons· e rv a n do sino­
rededor del desconocimiento problemático entre a l g 1:' n o s prirr�i­
un a opac i dad su b j eti v a para repre se n t ar en e ll a la ne c es i da d.
tivos de la fu n c i ó n del genitor, i n cl u s o se ha polemizado, bajo
O p a ci da d de la q ue vamos a decir gr a ci as a qué sesgo consti­
la bandera de contrabando del " c u l t u r a l i s rn o " , sobre las formas:
tuye en cierta fo rma la s u s t a n ci a del de s eo .
de una a u t o r i d a d en cuanto a la cual ni . s i q u i e r a puede dec!rs_e
El des e o se e sb o z a en el margen d ond e l a d e m a n d a se de sgarra
q u e n i n gú n sector de la a n t r o p o l o g ía haya a p o rt a d o una definí-
de la necesidad : m a r ge n q u e es el q u e l a d e m a n d a , cu y o ll a m a d o
ción de alguna amplitud. . .
no puede ser incondicional sino dirigido al Otro, a b re bajo la
; D e be r á a lc a nz a rn o s la práctica, que tal vez a l gu n día tendrá
fo r m a de la fa ll a posible que puede a p o rt a r l e la necesidad, p or
la f u e r z a de la co s t u m b r e , de i n s e m i n a r a r t i f i c i a l m e n t e a las mu­
no t ene r s a t i s fa c c i ó n u n i ve r s a l ( lo que s u e l e ll a m a r s e : angustia).
jeres en s e d i c i ó n fál i c a con el e s p e r m a de un gr�� h o m b r e , para
M ar g en que, por más lineal que sea , de j a aparecer su vértig o ,
que sa q u e m o s de nosotros mismos s o b r e } ª , , �'�,n_c;10n ..P_�\ernal un
por p oco que no est é r e c ub i e r t o por el pisoteo de e l e fa n t e del í .

veredicto? -- • -., · . ; . '


1 ,

ca p ric h o del O t ro . Es ese c a p r i c h o s i n e m b a r g o el que i n t ro d u c e J :-- .


El. Edipo sin embargo no podría conservar indefinidamente
!

el fa n t a s m a de l a . Omnipotencia no del sujeto, sino de l O t ro


el e s t r e ll a t o en unas formas de sociedad donde se p i e r d e .x a d a
d o n d e se i ns t a l a su d e m a n d a (sería h o r a de q u e ese cliché i rn bé .
vez más el s e n t i d o de b tragedia.
cil fuese, de una vez por todas, y para tod o s, colocado en su

lugar), y con ese fa n t a s m a la nece s i d ad de su r e fr e n a m i e n t o


• Que h a va rn o s lanzado ese dardo en esa é po c a . aunque fuese en rérmi­
por )a Ley.
nos m a s · v i g o ro sm , en este l u ga r , toma. valor de c i t a. po r - el hec h o de que

h a. y:¡ sido p r e c i sa m e n t e sobre el N o m b r e - d e l - P a dr e s_obre el �ue h a y a. ro � ! to­ Pe ro nos detenemos aquí también para regresa r al e s t a t u to
mado tres a.1103 mis tarde la. sa n c i ó n de dejar dormir las tesis que � a b i a :n o s
de l deseo que se presenta como autónomo con relación a esa . 1 1

prometido a n u es t r a · a nza.
enscu d ebido
'-'� a la oe
r - rm a n e n c i i de esta s i tu a c ió n .
.:; t; LI V E R.S l Ó :-. DEL 5 li j ::T O Y DULl::CTlCA DEL DESEO
mediación de la Ley, por la razón de que es por el deseo por el
795
que se origina, en el hecho de que por una simetría singular, �bser�emos que puede e?contrarse un indicio en !a clara
invierte lo incondicional de la demanda de amor, donde el suje­ enaJe.nación que de�a al SU J e t o el favor de tropezar sobre la

to permanece en la sujeción del Otro, para llevarlo a la poten­ cuestión de su esencia, en la medida en que puede no descono-

cia de la condición absoluta (donde lo a b s o l u to quiere decir cer que lo


que desea se presenta a él como lo que no ·
f ·¿ quiere,
también desasimiento) . arma asu�i � de la negación donde se inserta singularmente
Por la ganancia obtenida sobre la angustia para con la nece­ el desconoc1m_1ento de sí mismo ignorado, por el cual transfiere

sidad, este desasimiento es un logro ya desde su modo más hu­ !ª permanencia ?e su deseo a un yo sin -embargo evidentemente

milde, aquél bajo el cual lo entrevió cierto psicoanalista en su intermuen.te, e inversamente se protege de su deseo atribuyén­

práctica del niño, nombrándolo: el objeto transicional, dicho dole esas intermitencias mismas.

de otra �anera: la hilacha de pañal, el trozo de cacharro amado Claro. que puede un? so:prenderse de la extensión de io que

que no se separan ya del labio, ni de la mano. es �cces1ble a la coi:1c1enoa-de-sí, a condición de que se haya

Digámoslo, esto no es más qU'e emblema; el representante <le sabido por otros caminos. Lo_ cual es sin duda el caso aquí.
la representación en la . c o n d i ci ó n absoluta está en su lugar en
GRAFO 3
el ínconsciente.cdonde-causa-el deseo �n la estructura de la

fantasía que vamos a _-extraer; de· éL - , - _ .

Pues aquí se ve que la nesciencia e n . que queda el -hombre j

respecto de su deseo es menos nesciencia de _ l o que pide (de- ¡

mande], que puede después de todo cernirse, que nesciencia de

dónde desea.

Y a esto es a lo que responde nuestra fórmula de que el in­

consciente es el discurso del Otro, en la que hay que entender -el

"de" en el sentido del de latino (determinación objetiva) : de

Alio in oratione (complétese: tua _res agitur).

Pero también añadiendo-que el deseo del hombre es .eldeseo __J _


del Otro, donde el "de" da la determinación llamada por los -1
L...
gramáticos subjetiva, a saber la de que es en cuanto Otro como j

des-ea (lo cual da eI verdadero alcance de la pasión humana) . -

Por eso la cuestión de el Otro que regresa al sujeto desde el

lugar de donde espera un oráculo, bajo la etiqueta de un Che:

vuoi? ¿qué quieres>, es la que conduce mejor al camino de su

p ro p i o deseo, si se pone a reanudar, gracias al sauoir-taire de un

co m p a ñ e ro llamado psicoanalista, a u n q u e fuese sin saberlo bien,

en el s e n t i d o de u n : ¿Qué me quiere? .,.

Es 'este p i s o s o b r e i m p u e s t o de . l a estructura el que va a empu-- _­


1 (A)
jnr a n u e s t ro grafo (d. grafo 3) hacia su forma cornpletada..

por i n t ro d u c i r s e en- e ll a en. primer l u ga r como el dibujo de un P�es para volver a encontrar -la p e r t i n e n ci a . de 'todo esto, es
p u n t o de i n t e r ro g a c i ó n - p l a n t a d o en el cí r c u l o de la A m a y ú s c u l a �rec1so q�e un .estudio �asta_me profundizado, y que no puede --

del O t ro [A u z r e ] . s i m b o l i z a n d o con u n a h o m o g r a f í a d e s a l e n t a d o­ s1 �uarse s i n o en b expen:nc1_a a n a lí t i c a , nos permita completar

ra la pregunta que s i gn i f i c a . la cst_ructura de la Jan tasia l i ga n d o esencialmente en ella, cua­

¿De qué frasco es éste el abridor? ¿De qué respuesta el-signi-�-:-� lesquiera qu·e sean sus elisiones ocasionales, a la condicióh--de---­
í i c a ru e , clave universal? un objeto (respecto del cual no hemos hecho más arriba: sino -

rozar por la d i a c ro n í a su privilegio) , el momento de un fa1i11g

-;¡-z-
:;:ü B V ERS I Ó N DEL S U J ET O Y DlALECTlCA DEL DUF.O
s u a v o.st ÓN Dll. S U J !:TO Y 01.ALÉCTICA DEL DESEO 797
796

GRA.FO C O � P L IT O
eclipse del s u j e to , es t r e c h a m e n t e ligad_o_a la S p a lt u n g o escisión
0

que sufre por su subordinación al significante. . .

Es lo que simboliza la sigla (1 ◊ a) que hemos i n t r od u c i d o

a título <le algoritmo que no poc casualidad rompe el elemento

fonemática 4uc constituye la u n i <l a d s i gn i f i c a n t e hasta su áto­

mo literal. Pues está hecha para permitir veinte y cien lecturas

diferentes. m u l t i p l i ci <l a d admisible hasta el lí m i t e en que lo

hablado permanece tomado en su álgebra.

Este alzotitmo y sus análogos utilizados en el grafo no des­

.mienten· tri efecto en modo alguno lo que hemos dicho de la im­

posibi lídad de un metal'enguaje. �º- �on -�ignificantes tras�­

dentes.. son·- los indices de una. s1gn1f1cac1on absoluta, n oci ó n

q u e , s i n · otro cornentarío.. a p ar e c e r á . . a s í . I o esperamos, adecuada


1
a. la .condíción. de la, fan tas fa.. · .· · · ·· · 1

, r:-;.::.�,_EL�<?��� -
� be",_q�e :el::.d��

7e>" 5- � · · r e gu ! a sob�e la fa n t a s í a __ ª�-��"' Voz·


.
· ::estab!ed'dafé:ñomól o go a:,;To qut! sucede con el . y o :on · respec�,
.
· .. . - . . . . t �� . :·. -:: . . ::. . ·.,..,.

a la i m a ge n .del cu er po , con la salvedad de q ue se ñ a l a adem�s,

l a inv e rsión de l os d es c onocimien o t s en que se fu ndan respectío'

vam e nte uno y o tr o . As! se cierra la v ía ima g in a ria , p o r la que

debo a d ve ni r en e l an á lis is , allí donde et i ncon ciente se e s


s ta b a .'

1 (A)
Digamos, par a p ro se g u i r la met á fo ra de D amoure tt e y P i ch � n :
' .

sob re e l yo gra m a t i ca l , a p li cá ndola a un su eto al j q ue está meJor

d es ti n a d a , que la I a n t as í a é s pro pi a me n te _ _"p a fi o " de ese �o lJe] Que la demanda desaparece también, es cosa que se sobreentien­

qtre se encuentra primordialmente reprimido, por no ser indica­ de; con la salvedad de que queda el corte, pues éste permanece

ble sin o en el [ading de la e n u n c i a ci ó n . pres-ente en lo que distingue a la p u l s i ó n de la función orgánica

He aquí ah o ra � efecto nuestra atención solici_tada p�r el es­ que h a b i t a : _ a saber su artificio gramatical, tan manifiesto 'en las

tatuto subjetiv o . de la cadena s i gn i fi ca n t e en el m c o n s c i e n re . o reversiones de su articulación con la fuente tanto como con el

m e j o r en la represión primordial (Urv_erdriingung) . . objeto (Freud en este punto es inagotable) .

Se concibe m e jor e n n u estra deducción que haya habido que La d e l i m i t a c i ó n misma de la "zona erógena" que la pulsión

interrogarse sobr e l a función que sostiene al sujet? del i n c o n s­ aísla del metabolismo de la fu n ci ó n (el acto de la d e v o r a cí ó n

ciente, al observar que es d i fí ci l designarlo en n in g u n a _ parte interesa a otros órganos aparte de la boca, pregúntenselo al

como sujeto de un e n uncia d o, por consiguiente como articulán­ perro de P a v l o v ) es el hecho de un corte favorecido por el rasgo

dolo cuando no sabe ni s iquier a que habla. De donde e} con­ a n a t ó m i c o de un margen o de un borde: labios, "cercado .de los

cept�.de l a . p uls i ó rr . d o n d e se le designa -p�r:c,un� u b i c a c i ó n orgi-, d i e n t e s " , margen del ano, surco peniano, vagina, hendidura pal ..

nica, oral. an a l, etc., que satis face esa exigencia de estar tanto pebral, incluso cornete de la oreja (evitarnos aquí las precisio­

m ás l�jos del hablar cu a n t o más ha b la. . . _ nes · embriológicas) . La erogeneidad respiratoria está mal estu­

P e ro si nuestra gr á f i c a c o mpleta nos permite situar a la pul- diada, pero es evidentemente por el espasmo como entra en
0
s i ó ri ! " como tesoro de los s i gn i f i c a n t e s , su n o t a c i ó n como ($ D) Juego.

mantiene su estructura l i g :i n <l o l a a la d i a c ro n í a . Es lo 4ue Observemos que este rasgo del corte prevalece 'con no menos
· l <l · l el sujeto .,. desvanece en ella.
adviene de 1a e ernan a cuanto ., .,... claridad en el o b j e to que d e s cr i b e la teoría a n a lít i ca : pezón,

escíbalos, fa l o (como objeto i m a gi n a r i o ) , fl u j o urinario. (Lista


.
10
[Véase h. noca del tomo ?, p. 388. JD�1

;¡ 3
3L'oVZlUIÓN DEL SIJJJITO Y DI.ALtcnCA DEL DESE:o
798 .> L il Y =-: i{.) l U . ', üc...... j L. j i. .\ ü Y DL-\..L.EL.'TlCA De.l. DE.SEO

. 7�

impensable si no se le añade con nos9tros el fonema, la mirada, ·


S i n du�a. el cadáver es por cierto un s i gn i fi c a n t e , pero la tum­
la voz -el nada) .
ba de M o i s é s está tan vacía· para Freud como la de Cristo para He­
Pues ¿no se ve acaso que el rasgo: parcial, subrayado con jUS­
gel. Abraham no ha entregado su misterio a ninguno de los dos.
ticia en los objetos, no se aplica al he�o de que formen parte
En_ cuanto a �osotros, partiremos de lo que articula la sigla
de un objeto total que sería el cuttpo, smo al de que no repre.
-
� (f )_ · s_�: en p ri m e r lugar un s i g n i f i c a n t e . - Nuestra definición
sentan sino parcialmente la función que los produce? . ,
( e signli ic�nte (no h a y otra) es: un s i gn i fi c a n t e es lo que repre-
Un rasgo común a esos objetos en nuestra elaboraa�n: no
senta a SUJ"'to para otro ·
1
•f· E . . .
·I . . . - • · s gn 1 r e u n t e . ste s1gn1f1came será pues
, tienen imagen especular, dicho de otra manera, de alten_dad.11
e s1gn1f1c:in_te por el �ual todos los otros significantes re re.
Es lo que les permite ser "el paño", o _ p ar a s_er más preasos -�l ..
;entan a l _ S u J_ e t o : es decir q u e a fa l t a <le este significante t!ios
forro, sin ser por ello su envés, del su1eto mismo que se consr- -�
ods ot�os no representarían nada. Puesto que nada es rep' resen.
dera sujeto de la conciencia. Pues el sujeto que cree poder tener.Al ta o sino para.
acceso a sí mismo designándose en el enunciado no es otra c osa _ j
Ahora bien, puesto que 1a batería de los significantes. en ·•-· ·:
que un objeto. tal. Interrogad· al angustiado de la página blanca, �f
puede que_ es, está por eso mismo completa, este significante.no ::;--�·;;.; . .
os díra.quíén-esIa boñiga.de su fantasma. - . -�
pue e ser sm� un �azo que se trazade su círculo sin poder con- _ ,
: :"
_._
< ¡;,_
'f�;�,

E.5. a ese �obj�t-�7Jnasibl�::en, �! .espejo. a l . que la 11:ll�g�n� espe�;:J


�arse en él. S1�boluable por la inherencia de· ' u n · (-1) á1 con-. ,.: ·::,;t,:,;��

__ 1� � �u:westj!X!_é���-��e�-�E.t_�!����Jas redes de_ _}a -so_�� J unto de los s•l7Tlificantes'


•o-:-- •
-
.
· · -
.
· -�-- :,_
.
· - · ·:" - ··.-- · . - --
. .
... 1
¡
- ••
_.
.
�::;¾"··
.,. . . .. .

que, robada de s� volumen que hincha �a- sombra, vuelve a �·- ii - -_- Es como. tal impromin'é:iáble;· pero no su 'opéráéi6n�pÜes'�8b� �:z-.,¡= -="' . . .

der el señuelo fatigado de ésta con un aire de presa. ( -�i1!


es lo. que· se produ�e cada = que u� _nombre pro�io es pro. _ ..
1
0

Lo que el grafo nos propone ahora se sitúa en el punto e� nunaado. Su enunaado se iguala a su sígriificación. · ·
que toda cadena significante se honra en cerrar el círculo de !§i '!J.e donde resulta que "al calcular ésta: 'según el álgebra .que
significación. Si hay que esperar semejante efecto de la enutr�� uc1hzamos, a saber: - · ·

ciación inconsciente, aquí se r á en S ( .i< ) , y se leerá: significan·ceJ

de una falta en el Otro, inherente a su función misma de ser ·er1


s_. (significante)

tesoro del significante. Esto en la medida en que al Otro se::fe� =s (el e n un ci a d o ) , . con S = (-1),
s (significado)
pide (che vuoi) que~ responda del valor 'd é é se tesoro, es cle�r-"'1

que responda sin duda desde su lugar en la cadena inferior, ; tenemos:

pero en. Ios_significantes constituyentes de la cadena superio_r_..J

· dicho ele otra manera en términos de pulsión. _ · , ':i

· La falta de que se trata es ciertamente lo que hemos fornm::�

lado ya: que no hay un Otro del Otro. Pero este rasgo de la N� ¡
1 .
Es lo que falta �1--Sujeto para pensarse agotado por su cogito,
Fe de la verdad, ¿es en efecto la última palabra válida para da1j
a saber lo que es impensable. ¿Pero de dónde proviene ese ser
· a la pregunta: ¿qué me quiere el Otro? ¿Su respuesta, cu�ndo nos:- :
que aparece como faltando en el mar de los nombres propios?
otros; analistas, somos su portavoz? -Seguro que no, y JUStame?.- �
i:. .. : N o _ podemos preguntárselo a ese sujeto en cuanto Yo [Je].
te en la medida en q u e · nuestro ofici� no tiene nada _de_ doctrí- �
Para saberlo le falta todo, puesto que si ese sujeto, - y estuviese
O
nal. No tenemos q':le·responde� de n m gu :1 � . verdad ú l t i m a , e s- : - -
muerto, ya lo hemos dicho, no lo sabría. Y que por,fonsiguienté
pecialmente ni pro ni contra nmguna rehgio�. . ':�
no me sabe vivo. ¿�ómo pues me lo probaré Yo [Je]? -· ,_
Ya es mucho quetengamos que.colocar a q u 1 , en el mito f re u � ; .
- Pues puedo en ngor p�obar _al· Otro que existe, no por cierto·
diana, al Padre muerto. Pero un mito no se basta por no soste- :
c?n las pruebas de 1� existencía de Dios cuyos siglos lo matan,
ner ningún rico; y el psicoanálisis no es el rito del Edipo, ob::
sino amándolo, solución aportada por el kerígma cristiano. - -
s e rva ci ó n que habrá de desarrollarse más tarde. s, i ·
Poi: lo d�m�s, es una solución demasiado precaria para que
- u Cosa que juatificamos más tarde por medio de_ u� modelo topológico- - p_ens-emos siquiera en fundar sobre ella un camino desviado ha­
tomado de la teoría de las superficies en el analysis s1tw (nota de I%2)j
cia lo que es nuestro problema, a saber: ¿Qué_ soy Yo [Je]?
-;_ _ ...;

14
800 s u a v zas r ó x DU - S V J IT O y DIAÚCTICA DEL DESEO S lJ !J V !:: RS I Ó N DEL SUJETO Y D I A L É CT I CA DEL DESEO

801

Soy en el l u ga r desde donde se v o ci f e r a que "el universo es d i cl a crisis del pensamiento sino para reducir por el ·
12
. . · contrano
un defecto en la pureza del N o-Se r " .
su tals_o b ri l l o a la h i a n c i a que d e s i gn a n , siempre para n o s o t ro s
Y esto no sin r az ó n , pues de conservarse, ese lugar hace lan­
muy s1mplem:nte edificante, y sobre todo para tratar de forjar
guidecer al Ser mismo. Se llama el Goce, y es aquello cuya falta
en e!los el meto?º de una especie de cálculo cuyo secreto - sería
haría vano el universo. revelado por la madecuación como tal.
¿Está pues a mi cargo? -Sin duda que sí. Ese goce cuya fa l ta
Así �se fa�tas1:11a de la causa, que hemos perseguido en la más
hace inconsistente al Otro, ¿es pues el mío? La experiencia
p u r a . s1mbohzaaón de lo imaginario por la alternancia de lo
prueba que ordinariamente me está prohibido, y esto no única.
semejante con l¡C?, �$se��j�I?,,te/ª
mente, como lo creerían los imbéciles, por un mal arreglo de
º?servemos bien ¡'jcir consiguiente lo que se opone a que se
la sociedad, .sino, di r í a yo, por la culpa del Otro si existiese: _
conf1er� a nuestro s i g n i f i ca n t e S ($..) el se n t i d o del Mana ele
O
como el Otro no existe, no me queda más remedio que tomar :
cualqm�ra de sus c on gé nere s. Es qué no- podemos contentarnos·

la- culpa sobre Yo [Je], es decir creer �n aquello a lo que Ia �- :;; con art i c u la rl o p or • la miseria del hecho · 1 f
· -d h socia , a u n q ue - uese .
períencía, nossarrastra a .todos.. y a Freud el primero: al pecadoz]
acosa o asta un p retendido hecho total: · . _ - - -

originaL Pues incluso -si . no. tuviésemos .la confesión.i.de Freud-::,J


· f ... -, ' • 1 " � !'"- � • : • • '- '• • • .
-.. ' • • , 1 • � :, � ; . S i n _duda .Claude .Lévi-Strauss, co m e n ta ndo a -1\.fauss, ha que­

--� �n:ex�r�sa:co�o �esolá�,'��u�a����o �:q��-�-1 :,nit�r��� - rielo reconocer en él el efecto 'de unsfmbolo ceró;:Pero en.nues-.

_�, tro caso ·nos: p�r��,-quese tra�,m•ás,,�ien;::deJc::.·ii�i_fü:antetde-Í;; __


·· r��lJ¡Z1;;��t�,i!���tli�1�?rt!!�r·:;j�i��-
falt� de ��e símb_olo cero. Y .por eso. hemos .indicado,:· �-re�rva· ¡
· .,,

Ia salvedad. que no se inscribeen su activo de mito, de que, más::.:]


�e mcurrrr _en_ �lguna <lesgr�cia, hasta d ó n d e hemos: podido Ile-
sucinto, es se�iblemerite 'menos cretinizante. __ ;·:�
"ªr la desviación del algoritmo mate�át_ico para nuestro uso:'
: _- Pero lo que no es un mito, y lo que Freud formuló sin e1;S;�

bargo tan pronto como_ el Edípo, es el complejo de éastracióri.)j el; sí m b o l o B que- t ambién se escribe i e n . l a . teoría ci é · los

Encontramos en este complejo el resorte mayor de la subver� nun:ier�s comple10�, sólo se justifica evidentement e no aspirando

sión mi s ma: que intentamos articular aquí con su d i a l é c ti ca__.,,� a nmgun aucomausmo en su empleo· subsigui e n t e . .S. !

Pues, propiamente desconocido hasta. Freud, que lo introdujoJ � lo que hay q ue atenerse. es a que el goce está pr o hibido· �

en la formación del deseo, el complejo de castración no puede.� quien h a bla como tal, o también que no puede decirse sino

ya ser ignorado por ningún pensamiento sobre el sujeto. · , �'\ entre líneas. para n ú i e n q u í e r a que sea sujet o de la Ley, puesto

En el psicoanálisis sin duda, lejos de haberse intentado ll e va r A que la Ley. se funda en esa prohibición misma. . · .

�ás allá su articulación, �s muy precisamente a no dar explica. :J En efecto, aun si _l_a ley ordenase : Goza, el sujeto sól o podría .

ciones a lo que se ha dedicado mucho esfuerzo. Por eso ese gran -1 c o nte sta r con un: Oigo.u donde el goce ya no e staría sin o so­
breen te n di do .
cuerpo, exactamente como Sansón. se ve reducido a mover la '

rueda de molino para los filisteos de la psicología general. P_ero _ no es la Ley mi sma la q ue Ie cierra al suj e to el pas o

Sin duda a l gu n a hay a q u í lo que se 11ama un hueso. Por ser h a a a _el goce , ella h ace solamente de una barrera cas i natural

j u s t a m e n t e lo que adelantamos a q u í : estructural del sujeto. cons- · �n _sureto tach a do. P ue s es el p la cer el que ap o r t a al goce sus•·

tituye e s e n c i a l m e n t e - ese .margen que _ _ todo .. pen s a m i e n to ha evi­ l í mit es , e l . p_la_cer co m o ne�o- de la v ida , i ncoh ere nt e , hasta qµe

fado, saltado, rodeado. o taponado a la \,éz -·qurlogra .aparente-. - C>_tra p ro h 1 b 1C1 ó n , és t a no i mpu gn a ble. se eleve· de - esa regula­

m e n t e sostenerse con un círculo: ya sea d i a l é c t i c o o matemático.' aó� d esc u b ie rt a p or Freud como proceso primari o y ley perti­
n e n t e del p l a c e r.
Por e s o - llevamos de buen grado a los que nos s i gu e n a los

lugares donde la lógica se desconcierta por la d i s y u n ci ó n que


1.1 M�s- recientemente, en sentido opuesto, en la tentativa de homolqgar
estalla de lo imaginario a lo s i m bó l i c o , no para complacemos superficíes to�lógi�mente d;6n_idas ron 1� términos puestos _ en- juego

en las paradojas que a l lí se engendran, ni en n i n gu n a pre.:en- aquí de_ la artrcul�aón subjetiva. O indu50 en la simple rduudón de ¡
3
pr�tend1da paradoja del_ "Yo m�cnto'" (nota de 1962).

[Iuego de palabra., intraducible. [ouis ("goza") y j'ouis ("oigo") se pro­


,.. (Paul Valéry. n] -
n u n c 1 : 1n en francés exactamente i gu a l. n]
; t: l :l\ E R.> 1 O . '< DU. 5 1.: J i::T O Y D !A L É CT i C A DEL DESEO 80:l
S0"2 SUBVE.ISIÓN DEL SUJETO Y DIAUCTICA ozr, D El!!?Q _. ,.

15
mente calificada de cí n i c a . Algunos en nuestros dbs, obsesio­
Se ha di c ho que Freud en es t e punto no hizo sino seguir la
nados s i n duda por ese recuerdo, han creído, hablando a nues­
vía por la que avanzaba ya la ciencia de su tiempo, o incluso la
tra persona, poder hacer descender a Freud mismo de esta tra­
tradición de un largo pasado. Par a m edi r la verdadera audacia
dición: t é c n i ca del cuerpo, 0
1:;0mo dice Mauss. Queda el hecho de
de su paso, bast a con considera r su recompensa, que no se hizo
que la experiencia analítica nos enseña el carácter original de '·
¡_;
esperar: la caída sobre lo he t eróclito del c om p lejo de castración . .
la culpabilidad que engendra su práctica.
Es la mera indicación de ese goce en su infinitud la que im,
Culpabilidad ligada al recordatorio del goce de que fa l t a el
· p lica la marca de su prohib i ción, y, por con s tituir esa marca; i

oficio devuelto al órgano real, y consagración de la función del


implica un sacrificio: el q ue cabe en un único y mismo acto, ·
significante imaginario para imponer a los objetos la prohibición.
con la e lección de su sí m bol o : el falo.
Tal es en efecto la función radical para la que una época más
Esta .elección es permitida p or el hecho de que el falo, o sea tar¡

salvaje del análisis encontraba causas más accidentales (educa- ,,. . • . .


imagen del pene, es negatividad en su lugar en la imag en ·��
tivas) , del m ismo modo q ue incli na ba hacia el traumatismo' la s
1
.,. )::ti
pecular, Esto es lo que predestina al falo a dar cuerpo al goce,:1
otras formas en fa s q ue tenía el mérito de interesarse; 'de sacra:-. rt(?':'F::':
en la dialéctica .del deseo, . ·-�{
l íz a c i ó n del ó rgano (circuncisión). . · . _ _ :.: ::_ · . ,�. t·;,,;, "
Hayque distinguir pues· deliprincipio del· sacrificio, que·<�g
E l pas o de la (-q,) (fi mi n ú s cul a) de fa imagen fáliéféíe"tin_;!;'.;
;),.· . . . simbólicoe.Ia funcíónz.imaginaria que se 'consagra a él, pero q� ·. � otro. lado. de- la· ecuación -de -Io- imaginari0:_:a-Io-'simb"ólíé$8-:"
,,,.��,�,,d.
;e· .. .:-;:,::"' -:-ro� �fa::'af::•mümoitiempo.,q�1le,,dá,-m:fas trumento; "· -:· ,.,.,,_ r.d:<� :,f-
hace ·positivo en'rodo 'caso; incluso· si viene 'a cólnÍir:-Ú�"fáfG:Y

. --.----- ,/tá�•rwici6ri �i�giriariá es: Ia que·· Freud ha .' formulado. . ci."' .


P or muy sostén q ue se a del (-1), se convier e t allí en q') � ' (F i

preside a la carga del objeto como narcisista. Es sobre este -eunió,i ma yú s cu la ) , el fa lo simbólico Imposible de hacer negatívoésígnf­

sobre e! que hemos ..ruelto por nuestra parte, demostrando" qtl'l, fícante del goce. Y es este carác er t de la <P el que explica taH�o:

la- imagen especular es el canal que t oma la transfusión de. lá-/1 las parti cularidades del abcrdamiento de la sexu alidad por-Ia

·libido del cuerpo hacia el o bjeto. Pero en a


l medida en qú_§: muj er, corno lo q ue ha ce del sexo masculi no el sexo déb l i 'res-

. queda. preservada una parte de esta i nm ers i ó n, concentrando en . p ec t o de la perversión. · . • · ·· ·:

. ella lo más. íntimo del autoerotismo, · su posición "en punta ... �- No abo:daremos �quí la pe_rv�rsió� �':1.E- .. ��d��n que--a�:
1ª (QI1Pa la predispone a la fantasía de caducidad en . e]. q��;, --nas a c e n t ú a f af uñ ci ó n del deseo en el ho mbre, en cuanto que

viene a acabarse la exclusión en que se encuentra de· la imagen· inst i tuye la d o minan ci a, en el siti o privilegia<lo del gocef= del.

especular y del prototipo que constituye para el m undo de l os' ob jeto a del fantasma qu e s ustituy e al A. La perversión añade

.. objetos. · una r e cuperación. <le la cp q ue apenas parecería· o r i g inal si no ,;

Es así como el órgano 'eréctil vi ene a simbolizar l


e sitio del
interes a se al Otro como tal de man e ra muy particular. Solo

nuestra fór m ula de la fan t asía permite hacer aparecer que el


goce, no en cuanto él mismo, ni siquiera en cuant o imagen, sino
sujeto aquí se hace i n s t ru m e n t o del goce del Ot r o.
en cuanto parte fa l tante de la imagen des e ad a : por eso es igua-
Interesa más a· los filósofos captar l a pertinencia de esta fór­

Iabl e �l v--=r d e la significación más arriba pr o ducida, del ' mula en el neuróti c o, justament e porqt1e= él la falsea.

goce al que restituye por el coeficient e - de su enunciado a la- fon­ El n e u r ó t i c o en efecto, hist é rico,
.
obsesivo ·o más radicalmente
-a . .
..

dón de falta .de .signíficante: . ( - 1 ) . fóbico, es aquel que i d entifica.)a falca del Otroeón su demanda; ·· ·'"'··•··.:-,.,...
<D con D. · · · ·
Si. le es dado. anula r así la interdicción del goce, no por ello i
es debido a esas razones de forma, sin o que es ciertamerrre que-' Resulta de ello que la demanda del Otro toma fu n ci ó n . de

su r e basami e nto sign ifica lo que redu c e todo goce c o diciad o a objeto en su fantasma, es decir que su fa n t a s m a (nuestras fórmu-

la brevedad. del autoerotisrno: las vías p e r fe c t a m ente trazadas las permiten saberlo inmediatamente) se reduce a la pulsión:

por la conform ació n an a t ó m i ca del ser h a blant e , a s a be r la mano .. ($ ◊ D) . Por eso el catálogo de las pulsiones ha podido esta- . -<•

delrnono perfeccionada aún, no ha n sido de s deñad as en efecto blecerse en el neurótico.


11

en ci e r t a ascesis filosóf i c a co m o vías de una sabidur ía abusiva. Este plural cubre a un filósof� c9..n,tcm�r�nco cmi:!-cn_t,ec-- (1_!!7�)� _ ,

-., l t R I U i ... C A D e r- ...,1 • ...., C u _; . __ , , �'::AG


dvl S l.: 8 \ B S I Ó N DEL SU J ET O Y D I A LÉ CT I C A DEL DFSEO S Ll B VE R.S I Ó :s' DEL SLlJETO Y D I A L É CT I CA DE.L Dl!.S.EO
80:i

P e ro esta preeminencia dada por el neurótico a la demanda, a él en análisis, de su ignorancia siempre n u e va para que n in ­

qu e p ara un análisis q ue cae en la fa c i l i d a d ha h ec h o deslizarse g u n o sea un caso.

a t o d a la cu r a h acia el manejo de }a fr u stra c i ó n , o c u l t a su a n gus. Para volver a la fantasía, digamos que el perverso se imagina

t ia del deseo del Otr o , i m posi b le de d e sconoc e r cua n d o s ó l o es tá ser el Otro para asegurar su goce, y que esto es lo que revela

c u b ie rt a por el objeto fób ico , más d i fí c i l de comprender par a el neurótico imaginando ser un perverso: él para aseg·, lrarse

los ot ro s d os neur ó t ic o s , cua nd o no se ti e ne el hil o que p e r mit e del Otro.

estab l e ce r la fa ntas í a como d ese o del O t ro. Se en cu e nt ra n en­ Lo cual da el sentido de la pretendida perversión colocada

tonces sus dos t é rm inos co m o h en di dos : u no en el ob s e s i v o en como principio 'de la neurosis. Está en el inconsciente del neuró­

la medida en q ue nie ga el deseo del O t ro a l fo r m ar su fa nta sm a tico en cuanto fantasía del Otro. Pero esto no quiere decir que

acentuan d o lo im p osibl e del desvanecimiento del s u j eto , el otro en el perverso el inconsciente esté a cielo abierto. Él también se -1 ·

en el histérico en la medida en queel deseo sólo se mantiene. .defiende a su manera con su deseo. Pues el deseo es una d'efensa,; ! - ·

t ¡';t':..i, ' ' ;


por la insatisfacción que aporta allí es ca b u l l é n d o s e como o bj eto . _ prohibición [défenseJ de rebasar un Iímite. en el goce. •; _ ¡;:,;;;,f�:. ·· ,;J.:,.!

1
Estos rasgos.se coníirmanvpcr la. necesidad; fundamental; que"< El fantasma, en su estructura definida por nosotros, contiene-'::tt¾:'ik,,-2i'"'

tiene el obsesivo de-presentarseicomo-aval del O t ro , . así como· · el ( - <p ) , función imaginaria de la. castración bajo una forma{ ·

por- el-Iadc-de-No-Fe desla-íntríga- histérica. · · . _ _-· ocul ta�.y reversible de. �o de sus, términos. �l otro; Es decir. q1.1e:1:;

·- -'
w-��¿_he�o..Ja �inia�--del/Ea4re::ideal es.una. fan�ía::·d�neur�é�",. a. fa manera de: un número. coniplejc;';::imaginarüa . ._ (si, .se enos . •

"""tfc'1�)2°Mis' "a Il á 'de' la-- Madre, Otrc> -real..�- fa .demanda, , que : ��� permite ·,�téª'"i:érniiñof ..alternativamente uño: de . e s o s . térmi11os-· .

-9uisiera que calmase el deseo (es deci: su d e se o ), se perfila_!�:.-� en relación con el otro.

i ma gen de un padre q ue cerrase los OJOS sobre los deseosc.Con ¡ · Incluido en el objeto a., es: el ayalµa. el tesoro inest imab l e que

lo cual queda m a r ca d a. más aún que revelada, la verdadera Iun- . Alcib ia d es p r oc la ma estar encerrado en la caja rústi ca que Ior.

ción del Padre que en el fondo es la de unir (y no la de oponer) ma para él el· rostro de Sócrates. Pero observemos que lo es afec-.
1

un deseo a la Ley. · · ' ·· tado del signo ( - } -. Es porque no ha vi sto la co la de Sócrates,

El Padre deseado por el neurótico es claramente, como se ve, · se nos permi t irá · decirlo después de Pla tón q ue no nos escatima

.los detalles, por lo q ue Alcib ia d es e l s ed u ctor e xa l t a en el ayalµa.


el Padre muerto. Pero igua l mente un Padre que fuese perfec- _
la maravilla que hu bi ese q ue ri do que Sócr ates le cedi e se confe­
tamente dueño de su deseo, lo cual valdría otro tanto para el
s a ndo su de se o : confesándose a bi er t amente con es t a o ca sió n la
sujeto.
di vi sión del sujeto que lleva en sí m is m o.
Se ve aquí uno de los escollos que debe evitar el anali s ta, y el
T al es la mujer detrás de su v elo : es la a usencia de p e n e · 1a
p rincipio de la transferencia en lo que tiene de interminable.
q ue la hace fa lo , o bj eto del deseo. Ev ocad esa ausencia <le una . !

Po r eso u n a vaci l ación calcu l ada de l a "neu tr a l id a d" del ana­


man e ra más p recisa h a cié ndole ll e va r un lindo pos t i zo bajo un '
lista pue d e v al e r para una h ist é rica más que todas l as inter p r e ­
d i s fr a z de b a i l e , y me dir é is q u é t a l , o más b i e n me lo d i r á e ll a :
taci o n es, a riesgo del alocarniento que p uede r e s u l tar de e ll o .
el e f ec t o -e st á ga ra n t i z ado 100%, qu e r e m os d ec i r a nee hombres ¡ ' _ .,..
Claro que a condic i ón de q ue e� alocarniento no acarree la
si n ambages. ¡ ·_

ruptura. y de q ue.; el desarrollo ulterior _c_onvenza_ al su j eto de


Así es co m o al m o s trar su ob j e t o co m o castrado, A lc i b i a d e s se 1
q ue. 'e l . dese o - d e l . anal i s ta . n o . entr a ba '-pa'r.if·na:da "·en;-e'f asunto;
o s te n ta co m o deseante - la cosa no se le escapa a S ó cr a t e s- pa r a
E s t a: observ a ción no es por supue s to un conse j o técnico, sino un
ot ro p r e se n t e ent re los asistente s , Aga t h ó n , q ue Sócrat e s p r e cu r ­
puntó de vista ab i erto sobre la cuest i ó n del deseo de l anal i sta
sor del análisis, y t a m b i én seguro de su n e g ocio en es t e b e llo

p ara a q uellos que no po d rí a n de otro modo tener i d ea de él: mundo, no v aci l a en no mb rar como o b j eto de la t r a ns f e r e n c i a ,

cóm o debe preservar el analista p ara el o t ro la d i m e n s i ó n ima­ s a c a n d o a la l u zd e u n a i n t e r p r e t a c i ó n el h ec h o q u e m u c h o s a ri a .

ginar i a de �u n o-do m inio, de su -necesaria imperfección, es algo listas i g no ra n tod a v í a : que el efecto a m o r -od i o en la sit ua c i ó n

que r es u lta tan i m porta n te regu l a r co m o la conso l ida ci ón en él psicoanalítica se enc u en tr a fu e r a .

v olu n taria de su n e s c iencia en cuanto a cada s u jeto que viene P ero Alcibiades no es en m od o alguno un neurótico. Es in-
W6 5 Ui3 V E R.S I Ó .-; DU. 5UJITO Y D IA LZCTI C A DEL DESF.o

cluso por ser el deseante por e x c e l e n c i a , y el hombre �ue va tan


st/l3YE..1l.5iÓN DEL .SUJ.ITO Y DLU.ZcnCA De:.L DZSEO

lejos como se puede en el goce, por lo que pued� asi (salvo �l 807

apresto de una embriaguez instrumental) p r od u c i r an�e la mi­ de la Causa perdida (es la vía de lo trágico griego, que Claudel

rada de todos la articulación central de la transferencia, pues­ vuelve a en�ontrar. en un cristianismo de desesperación).

ta en presencia de objeto. adornado con sus reflejos. , La castración quiere decir que es preciso que el goce sea re­

No por ello es menos cierto que ha proye:tado a Socrates en chazado, para que pueda ser alcanzado en la escala invertida
de la Ley del deseo.
el ideal del Maestro perfecto, que, por la a c ci ó n de ( - <p ) , lo ha
No iremos más l ejos aquí.
ímaginarizado completamente.

E � . el neurótico. el (-<p) se desliza bajo la 'I del fantasma

favoreciendo la imaginación que le es propia , la del y o. Pu-es


Este artículo apare�e p�r primera vez: una penuria inesperada de
la castració n imaginaria el neurótico l a ha s ufr i do en el punto
los fondos. que ordmanamente se prodigan para la publicación,
de ·partida, es ella la qu e .sostiene ese y o fuerte.' qu· e _es el suyo,
y por entero, de estas clases de coloquios, lo dejó en.La estacada
tan fuerte; puede decirse, q ue su nombre p ropio l o imp o r t u na , .
con el conjunto de bellas cosas {ju.e fueron de éste el ornato.
• · ¡ el ne urótico es en e l · fondo un Sin- Nombre . · , !

A��temos p�ra. el buen _gobierno que el desarrollo "copemi- ;


f:, . :,_ . sr, ese. yo que algunosanalistas.escogen, reforzar toda�1a más,.)
c�no es un añadido, y que el final sobre. la castración no. tuvo \ __ .
. .:_,-+,.�_hties� a9;!!_ello bajo: 10:-�.-�_1:!�?ti�� ��h._r':-
: � «?-�trao��-9:�o/,!-- _
tzemp,o d� ser dicho,.swtituido además por algunos rasgos..sobie---�----::­
' .' � "niega •-• :-;':'�- ,:;.{:. ---�:.l•.;.,.T � .
s . 1:.":1,_-:i.:,.:;.¡
;.... :..J::.r:�:•: :•••;, • ,' � : . _t • • ."' J •';-,,:• /r�

. ->-.'-Pe;ci a esa cas tra ci ó n , contra esa apariencia. se aferra. , . ·· -1


la maquma e:i el senti1o moderno, con que pue4�__1Jr.aiiÍ'ia_li-

zarse la relación, del su¡eto con el sígm'ficante. . . .__,. : i:·,c ·


• , , Lo· que el neurótico no quie...--e,_ y lo que :�chaza con en�- ?
De la simfatí� natural a toda discusión no queremos �;cluir
t miento hasta el fin al del análisis, es sacrificar s u c a s tr a ci ó n al . ¡

la que nos inspiró, un_ desaco-rde. No habiéndonos afligi,uien ~ l ·-=:--­


t:· - _ : goce del Otro, dejándola servir para 'ello. · . . '
m�do alguno el _term-m� de ahumano con que alguien. quiso - ;
�y· .- .. Y claro que no está erra�o. pue� a� cuan do s1e?-ta en el fo�-
sena�r nuestras ideas, sintiéndonos más bien halagados por To
.. do de sí lo más vano que hay en exi stir, un a Carencia de ser o un
q_�e importa de nove�d en la categoría por haberle dado. oca- ·
1

1
· _ . . De-Más,. ¿por:· qué sacr ficaría i Sl.! diferencia (todo men� . eso).__·:-

s, on de 1:ªc�, no registramos con menor interés el chisporroteo"', ·--r +


�-=--�--::-� · al goce de Otr� que, no lo olvidemos, no exist e? Sí, pe ro _si por '. .
que le siguió prestamente, de la palabra "i nfierno", puesto que ¡

· azar existiese, gozaría de ello. Y es �o lo que el _n eur óuc o no


la voz que l o llev aba, de clardndose marxist a, le da b a cierto re-

quier�. Pu es se·-fi� que el ��o p1d: su ca s tra ci ó n , .


lieve. Hay que confesar quesomos sen sibles al hum a n is m o cuan-

Lo que la experiencia analítica atestigua es que l a ca s tr a ci ó n


d o vi ene d e un lad o donde, au nque su uso no es menos astuto
es eri todo caso lci que regu la el deseo, en el normal y en el
que en cualquier otro, po r lo menos resuena con una nota cdn-

· anormal.
dfda: "C�ndo el mi n e ro regresa a la ,casa , su mujer le da fric-

·A c ondición de que. oscile en alternar de $ a a en la fantasía, ciones. . . En este punto nos m ostramos sin defensa.

la ca s tr ació n hace de la fantasía esa c adena flexible e inextens�- _ _ Fue d uran te una conuersaciári personal cuando una ele_, las

ble a l a vez por la cual la detención de la car ga obje_t�I, que no~ personas q ue nos s o n cercanas n os preguntó (ésta fue la forma

p u ede rebasar ci ertos lí m ites naturales, toma la. f u n c i ó n trascen­ de su p_regunta) si ha blar para la pizarra imp l icab a una fe en . _

de n tal de asegurar.. el. goce del Otro que me pone esa. cadena: u n . e s criba e t ern o . No es ne�esario, le fue contestado, a quien­

. en Ia Ley. . . q uaera q u e sepa que to do discurso tom a sus efectos del incons­
cien te. ·
· . A quien quiere verdaderamen t e enfrentarse � ese O t ro , se le

abr e la vía de experimentar no su d e mand a , sino su v�luntad.

___ y entonces: o de realizarse como objeto, hacerse la rnom1� de :t.a.1

i ni ci a ci ó n b u dista, o d e satisfacer la vol u ntad de c as t ra ci ó n ms­

cri ta en el Otro, lo cual desemboca en el .narcisisrno supre m o

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