“LA RISA REMEDIO INFALIBLE”
El padre le dijo a su vástago: -
Hijo mío, nunca pensé que tus
estudios me salieran tan caros.
- ¡Y eso que soy de los que
estudian poco!
DOS ANTROPÓLOGOS viajan a
Indonesia, cada uno a una isla
distinta, para estudiar la cultura
local. Al poco tiempo, uno decide
visitar al otro para ver cómo le va.
-Descubrí algo sobre el lenguaje;
mira -dice el visitado y, al señalar
una palmeta con el dedo, los
isleños dicen a coro:
- ¡Umbalo-gong!
Señala luego una roca y todos
repiten:
- ¡Umbalo-gong! - -Porque quiero morir igual
¿Lo ves? - dice muy entusiasmado
el antropólogo-. Usan la misma
palabra para designar “roca y
palmera”. ¿No te parece
asombroso?
- ¿Y sabes tú que es aún más
asombroso? -replica el visitante-.
¡Que en la isla de dónde vengo la
misma palabra significa
“dedo índice”!
EL MEDICO, al paciente:
-En los próximos meses,
nada de fumar ni beber;
nada de trasnochar ni de ir
a comer fuera; nada de
viajes ni vacaciones.
- ¿Hasta que me recupere,
doctor?
-No, hasta que me pague
todo loque me debe.
UN ANCIANO
PREDICADOR que esta
agonizando manda llamar
a un abogado y a un
recaudador de impuestos
de su feligresía, que se
quedan perplejos porque
no son sus amigos íntimos.
Cuando entran en la
habitación, el moribundo
les pide a señas que se
sienten uno de cada lado
de su lecho, los toma de la
mano, da un suspiro de
alivio y se queda mirando
al techo. Los tres guardan
silencio hasta que, por fin,
el abogado se atreve a
preguntarle al religioso:
- ¿Por qué nos ha pedido a
nosotros acompañarlo en
su lecho de muerte?
A lo que el predicador
responde:
que Jesús: entre dos
ladrones.
EN LA PUERTA de un
comedor popular, un
indigente le pregunta a
otro: - hombres le aplauden.
¿Qué te dieron hoy de
comer? -Arroz con
pollo…pero creo que ese
arroz era carnívoro, porque no vi
el pollo por ningún lado.
AL SALIR con una chica, ciertos
detalles sutiles nos permiten saber
si se siente incomoda y no quiere
que nadie se entere que anda con
nosotros; por ejemplo, si cuando
le abrimos la puerta nos da una
propina.
DIEZ HOMBRES y una mujer
están aferrados a una cuerda que
pende de un helicóptero. El peso
de 11 personas es demasiado para
la cuerda, por lo que el grupo
llega a la conclusión de que una
persona debe soltarse. Al ver que
nadie se anima, la mujer se ofrece
hacerlo. En un conmovedor
discurso, les dice que se
sacrificara para salvarlos, porque
las mujeres son capaces de
renunciar a todo por sus esposos e
hijos. Cuando termina… todos los