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El Fantasma Del Pachamamismo
El Fantasma Del Pachamamismo
Un imaginario europeo
Nada indica una permeabilidad particular de las comunidades tradicionales rurales a esas
enseñanzas. Sin embargo, este tipo de iniciativas favorecen el desarrollo de conceptos -
«armonía ancestral», «pureza primitiva», «autenticidad cultural»- que son el eco de los
elaborados por la industria del turismo y las grandes ONG. Una situación que conduce a veces
a ofrecer a los observadores europeos lo que ellos vinieron a observar. Como el «mercado de
las brujas» de la capital boliviana, La Paz, por ejemplo.
En estos puestos, cualquiera puede proveerse de fetos de llama para ofrecerlos a la
Pachamama. La operación, que es una muestra cotidiana de espiritualidad, permite hoy
«asegurarse la prosperidad y la protección de la Pachamama» (Guide du routard), pero
además bendecir las casas recién construidas o solicitar buenas cosechas. Sin embargo, a
fines de los años noventa, esta ofrenda caracterizaba un «pedido urgente para una causa
desesperada», recuerdan Molinié y Jacques Galinier. No estaba dirigida a una Pachamama
continentalizada, sino a divinidades locales, asociadas a tal o cual cima montañosa. Para
obtener el precioso feto, «era necesario movilizar a las relaciones familiares» y, a menudo,
esperar. Ahora, cuentan los dos antropólogos, los stands de los médicos tradicionales exhiben
fetos a granel. «Se marcan las nuevas entregas y se las presenta, para más publicidad,
rodeadas de cóndores disecados, que nunca tuvieron función alguna en las ofrendas rituales»
(6).
Cualquiera sea la modalidad, la irrupción de la Pachamama en la realidad latinoamericana es
ahora indiscutible. ¿Da cuenta, sin embargo, de la idea según la cual «el indígena» sería el
«ecologista natural» que algunos han identificado? Sin duda alguna, teniendo en cuenta la
declaración final de la II Cumbre Continental de los Pueblos y Naciones Indígenas (julio de
2004): «Nuestros antepasados, nuestros abuelos nos enseñaron a amar y a venerar a nuestra
fecunda Pachamama, a vivir en armonía y en libertad con las especies naturales y espirituales
que coexisten en su seno».
«Rechazamos […] todo plan de prospección o de explotación de minerales y de
hidrocarburos», prosigue la declaración. Sin embargo Humberto Cholango, indio también él,
declara en nombre de la Confederación de los Pueblos de la Nacionalidad Quechua del
Ecuador (Ecuarunari), que la lucha de los indios para la reapropiación de la tierra, del agua o
de los hidrocarburos «apunta a que los recursos naturales sean nacionalizados y que
beneficien a millones de ecuatorianos; no únicamente a una camarilla de familias y de
empresas transnacionales».
La lucha de los indígenas por la posesión de la tierra -que ya tiene varios siglos en América
Latina- ¿no sería pues necesariamente sinónimo de lucha por la madre Tierra? ¿Su defensa de
los recursos naturales nacionales no es siempre equivalente a la de una Pachamama
inmaculada?
Fuente: www.eldiplo.org