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Un Sueño hecho realidad

Mirando por la ventana, comencé a sentir aquella sensación de que


alguien me miraba de nuevo. Al voltear no había nadie, pero yo sabía
que algo había sucedido. ¿Estaba de verdad cayendo en la locura?
Busque entre los papeles que tenía en mi cuarto pero no encontraba lo
que necesita, y extrañamente nada estaba en el lugar en el que había
dejado todo el día de ayer. ¿Qué sucedió aquí? ¿Quién cambio todo
de lugar? Intente buscar mi teléfono pero no lo encontraba, a este
punto la desesperación ganaba un poco la carrera en mi mente. Hace
algunas horas que recordaba que había vuelto del dentista, o al menos
eso era lo que recordaba en medio de todos los pensamientos que me
agobian. A estas alturas de la situación el dolor de cabeza me ganaba
un poco la batalla, tome asiento y respire a ver si tal vez dentro de
algún suspiro escuchaba respuestas. Esperen… ¿Porque debería
escucharlas? , ¿Quién me las va a dar? ¿Si yo no las tengo quien las
deberá tener? Sé que no estoy loca! Sé que había dejado todo en ese
lugar; Cuando menos pensé comencé a tener esos pensamientos de
nuevo. Pero ese lugar se me hacía conocido y a la vez parecía una
especie de cárcel.

Hubiera querido que Joe estuviera allí para verlo o al menos que me
ayudara a pensar las cosas con claridad, aunque muchas veces el me
generaba rabia, ira y desesperación. Es más, hasta donde recuerdo la
última vez lo trate demasiado mal, no debería haber hecho eso. Sin
embargo ahora estoy segura que la próxima vez que me llame, estaré
para el y pediré disculpas y volveremos a ser muy felices. En ese
momento escuche a alguien llamar a la puerta con fuerza! Dolores, es
hora del medicamento! Y ya viene el fiscal, al parecer te enviaran a la
cárcel del distrito, así que alista maletas, el caso de tu novio se
agravo. Fue allí cuando sentí miedo, pero porque me iban a llevar,
¿ qué le había pasado a Joel?, como dejaron pasar a ese señor a mi
cuarto. Lo sé, yo estaba en mi casa, no necesitaba nada de eso. Lo
sé!, no estoy loca!
Escuche el sonido de la puerta, era mi amiga. La invite a pasar y
sentarse, ajuste la mesa y los platos, pero extrañamente me decía que
no quería comer nada por ahora, que simplemente quería verme y que
fuéramos por un paseo. ¿Un paseo? , La verdad no quería irme de
paseo en este momento, la pereza me tenía. Pero bueno, quien era yo
para decirle no a ella. Así que le dije que me esperara, fui al cuarto y
ajuste una pequeña maleta, con algunas cosas, guarde
cuidadosamente cada una de las cosas, y comencé a recordar
muchas de las memorias que tenia de los viajes anteriores, recuerdo
aquel romance en Praga, o a la vez que casi me ahogo en el mar de
china en esa pequeña barca, la sensación de ahogo luego de caminar
3 horas en Perú. Había vivido tantas cosas que algunas ya no las
recuerdo. En ese momento se me deslizo de la mano un libro, cuando
lo levante, me mire al espejo y me di cuenta que había estado
hablando en voz alta todos mis pensamientos, que estaba hablando
conmigo misma todo este tiempo. ¿Qué pensaría mi amiga si me
viera? , jure guardarme ese secreto, tome mi maleta y Salí de mi
habitación. Le dije que solo llevaría esa maleta, y le pregunte si
regresamos pronto, no me respondió, pero supuse que era porque los
mejores viajes no se planean, apagamos las luces del lugar y salimos
al viaje juntas, extrañamente desde hace mucho no me sentía tan
bien, con tanta paz.

-Se escuchó el sonido de un monitor de signos de vitales y alguien


susurro al viento “hora de muerte 14:02 PM”.

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