Está en la página 1de 7

E.PSI.BA.

CURSO BREVE A DISTANCIA: PUBERTAD Y ADOLESCENCIA EN LOS CONTEXTOS


ACTUALES. CONTRIBUCIONES PSICOPEDAGÓGICAS.

DOSSIER de COMENTARIOS NRO. 5

COMENTARIO DE CLAUDIA RIVERO

Buenas tardes amigos colegas:


Para mi es un honor el unirme a esta serie de reflexiones, pues si bien lo
pensé hacer desde hace tiempo, ha llegado el tiempo de no aplazar más mis
pensamientos y compartirlos con ustedes a través de la palabra.
Soy mexicana y trabajo como apoyo psicopedagógico en escuela, a la vez de
que doy clases a psicólogos y pedagogos en diferentes universidades, por tal
razón, si mi interés la sido reflexionar sobre mi práctica psicopedagógica
en mi consulta particular con adolescentes y jóvenes, con las lecturas y sus
reflexiones mis cuestionamientos han virado a mirar la práctica profesional
de maestros y psicólogos que trabajan en la formación de futuros pedagogos y
psicólogos (muchos de los cuales, a su vez, trabajarán con adolescentes y
jóvenes repitiendo nuestros modelos de comportamiento de manera poco
consciente).
Así pues, me gustaría empezar con un pensamiento planteado en la
introducción a este segundo módulo “Cada joven transitará de modo único y
singular esos trabajos psíquicos.” Y trasvolarla a la realidad dentro del
aula universitaria. Si bien, es una verdad que no nos es ajena cuando
trabajamos en la clínica particular, y nos lleva a permitirle su tiempo a
cada sujeto, todavía no me queda claro que sucede en la realidad conjunta
dentro del aula que nos lleva a despersonalizar al sujeto convirtiéndolo en
una partícula más del yo grupal (aunque sepamos de su individualidad), así
pues, les exigimos a los alumnos que reflexionen y transiten por este mundo
de adquisición de conocimientos al paso que nuestros programas académicos
marcan. Dejamos de ser guías o maestros del proceso de aprendizaje, para
convertirnos en pastores que evitan que las ovejas (alumnos) pasten por
aquellos lugares que nosotros desconocemos o se alejen de lo que nosotros
pensamos. Así pues, aunque se propone un individualización del aprendizaje
se cuarta la autoría de pensamiento dentro de este proceso grupal, lo que
lleva a una deserción cada vez más eminente e inexplicable de los jóvenes de
los procesos educativos calificando el resultado como una causal propia del
alumno, pues ¿cómo el maestro va a ser el causante de una deserción?. Esto
me preocupa, pues aquellos alumnos que logren sobrevivir al asesinato del
pensamiento que llevamos sus maestros durante su formación, no garantiza que
no repetirán el mismo modelo de conducta con sus pacientes.
A través de ir leyendo sobre la historicidad de la adolescencia, su marco y
transformación en el contexto actual comprendo la necesidad del adolescente
de tener un espacio propio, de ocultar a través de lo visto, de decir por
medio de códigos, de enseñar como los maestros le enseñaron “por medio de lo
oculto”, pues tal parece que el mejor maestro no es el que más enseña, sino
el que más sabe (o aparenta saber) aunque no lo trasmita.
Los maestros aprendimos a dosificar la trasmisión de nuestros saberes (como
diría Filloux , ante un temor de vaciarnos o quedarnos vacios-verbalizado en
un sino después que les enseño-) creando semestres fantasmas bajo el
supuesto “lo van a ver en el próximo semestre”, “eso lo tuvieron que haber
visto en 1er. Curso con el maestro de matemáticas”.
Y es en esta lógica desde donde comprendo el malestar del alumno cuando ante
la invasión del maestro con sus constantes preguntas o mejor aún cuando al
poner a prueba su saber le responde con el silencio “Si eso ya lo sè
simplemente que no se que me pasa pero cuando el maestro me pregunta no me
acuerdo… o no le quiero contestar” ”es màs fácil cuando el maestro cree que
no sabes te deja de molestar” “Te evitas muchos problemas cuando le dices
que con el otro no lo viste aunque si lo sepas, asì cuando te pregunta le
contestas bien y te libras de èl por todo el ciclo”. Pero ¿cómo explicarles
a los padres que su hija(o) adolescente no es que no aprenda, sino,
simplemente calla su conocimiento como llevan mucho tiempo haciéndolo sus
maestros? Criticamos, estudiamos y analizamos el bulling como un fenómeno
propio de los alumnos, como si el maestro no hostigara al alumno con su
constante muestra de saber, al coartarle su posibilidad de llegar a una
respuesta a través de su propio proceso. No son pocos los maestros que se
cogen a un chivito expiatorio por grupo y aunque se esfuerce siempre va a
ser anulado y aniquilada por el maestro que lo pone en situación de
indefensión con sus compañeros.
Esto NO ES un TRASTORNO de APRENDIZAJE, y no podemos clasificarlo como tal,
màs bien habrìa que considerarlo como un PROBLEMA en el PROCESO de
APRENDIZAJE. Pero a quièn dirigimos la atención; al maestro? Al adolescente?
A la institución educativa?
Si tienen una respuesta me gustaría pudieran compartirla.
Claudia Rivero

Claudia Rivero
Estimada colega:
Ud. hace una descripción muy sensible y atinada sobre algunas dinámicas áulicas, así como de
verbalizaciones y actitudes frecuentes en docentes y alumnos. Coincido también en que suele atribuirse
al alumno la responsabilidad por el fracaso escolar o la deserción, aun cuando estos sean “síntomas”
de las instituciones y los modos de enseñanza.
Claro que no hay una respuesta acabada respecto de cómo intervenir y en relación a quiénes en estas
situaciones. Pero Ud. misma esboza algunos lineamientos que retomo:
.También en relación a los adultos que ocupan funciones enseñantes (docentes, padres) deberemos
intervenir procurando rescatar esa singularidad y propiciar sus autorías, ya que no podrían sostener
para niño y adolescentes (alumnos, hijos) espacios que no posean para sí mismos.
.Rescatar los saberes de los adultos enseñantes implica también convocarlos a la responsabilización
(no a la culpabilización) por los efectos de sus prácticas.
.Ud. también apunta la necesidad de revisar y transformar las propias historias y modalidades de
aprendizaje y las representaciones sociales que nos atraviesan. Esto, que nos incluye, debemos
procurar hacerlo extensivo a los adultos con quienes trabajamos.
Todo esto podrá mejorar el acercamiento de los adultos a los niños y adolescentes. Seguramente el
alcance de nuestras intervenciones estará acotado a algunos grupos (de padres, de docentes, de niños),
pero podemos apostar al efecto multiplicador de esas transformaciones, aceptando que se trata de un
trabajo fragmentario pero acumulativo, propiciador de otros devenires subjetivantes.
Me es grato poder intercambiar estos comentarios.

Cordialmente,
Jorge Gonçalves da Cruz.
Comentario enviado por la colega Vera Jafferian:

À Profa. Alicia e Prof .Jorge,

É muito produtivo e enriquecedor para mim e para meu trabalho no consultório participar de mais este
curso a distância e ter esta oportunidade de ler este material e trocar experiências e dúvidas com outros
profissionais desta área.
Ao ler o material do Módulo I fui lembrando de minha adolescência que vivi no final da década de 70, em
São Paulo, eu quarta filha de pais de classe média , estudava em escola particular, tinha muitos amigos e
amigas e primos que estávamos sempre juntos. Fiquei com saudades e lembrei de muitas atitudes que eu
tinha , como de enfrentar meus pais para sair e viajar com amigos, as muitas brigas com a minha mãe, as
longas horas de papo no telefone com amigas, as brigas com minha irmã mais velha que dormia comigo e
queria tudo do jeito dela ( ela tem 5 anos a mais que eu) e eu muito amiga de meus irmãos e sempre em
bailinhos com eles e com a turma da escola que estudávamos . Eu sempre tive muitas amigas, lembro de
duas que eram as confidentes, as mais importantes que saíamos e conversávamos muito sobre as
paqueras, as festinhas, e tudo que pensávamos.Foi uma fase muito boa mas de muitas brigas em casa que
hoje percebo que eram necessárias. Era tudo muito diferente de hoje : nós não bebíamos bebida alcoólica
antes dos 18 anos, as festas eram na casa ou em salão, em shows só íamos com pais ou irmão mais velho,
os namoros existiam, mesmo que durassem 3 dias, tinha começo e fim, não era ficar meia hora e acabou.
E nós da minha turma respeitávamos nossos pais e havia autoridade por parte deles. Hoje é tudo muito
diferente embora há algumas (poucas) famílias que colocam horário e regras nas saídas dos filhos e
procuram estar perto deles. Como foi colocado por vocês eu vejo hoje aqui também que há pais que são
amigos dos filhos confundindo seu papel, outros são repressores, outros fingem não saber de nada e há
aqueles que estão por perto observando e tentando diálogo. E o adolescente sempre busca respostas, pede
a palavra, diz que não sabe o que vai fazer quando o pai pergunta por não saber mesmo e não por ser
independente.

Eu atendi por mais de dois anos um garoto (com 11 anos quando veio) adotado, mulato com mãe
japonesa e pai branco que ia muito mal na escola ( que era particular e de alto padrão), brigava muito
com os colegas ( porque os colegas o rotularam de negro, adotado e burro) e sempre era expulso por mal
comportamento e por agressividade.Os outros colegas raramente eram expulsos pois a orientadora e os
professores sempre mandavam o meu paciente, que era agredido verbalmente e fisicamente, para a
diretoria e sobrava a culpa. Ele sofria muito e depois de muitas conversas na escola e com os pais a escola
começou a ver alguma qualidade boa nele. A agressividade foi o jeito que ele encontrou para ser visto,
aliás pelo negativo e pelo mal aluno que repetiu de ano e continuou a ir mal. Ele não se autorizava a
conhecer o novo, como é dito na pagina 28 do Módulo I, ...que o aprender introduz o novo no velho,... no
que existe do outro no nosso, me parece que ilustra bem o que acontecia com este garoto em plena
adolescência, com muitos conflitos, em processo de identificação e resignificação de sua pessoa e de suas
origens, como iria aprender se nem podia aceitar sua origem , brigava com a mãe que o dominava todo
tempo. E com os amigos ou inimigos que o rotulavam. Além de ser um fracassado na escola, a mãe o
tirou do atendimento psicopedagógico comigo e o colocou na aula particular para “ele aprender e passar
de ano”, conforme solicitação da escola ( sendo que ele não aceitava de nenhum modo mudar de escola-
que era um exílio para ele ) e ficou em atendimento psicológico , o qual já acontecia há dez meses. Eu
acredito que é uma violencia que ele sofre nesta escola, com a postura dos educadores e com os colegas, e
de algum modo com os pais também. Eu me lembrei muito dele enquanto estudei o material do Módulo
I.
Eu enquanto estudante não me lembro de ter presenciado nenhuma situação tão constrangedora, e sim de
situações de brincadeiras, as vezes hostis entre colegas, mas nada tão negativo e pesado.
Eu acho fundamental que o psicopedagogo esteja atento para ver além destas situações e possa intervir de
modo a criar o espaço de autoria para estes sujeitos que são reconhecidos somente pelas suas atitudes
negativas e que esta agressividade seja percebida como um alerta, algo saudável.Também que o educador
presente não incentive os rótulos, perceba em cada aluno com um olhar e uma escuta diferenciada quem
eles são, quais são os seus potenciais criativos que podem ser despertados para apartir daí haver um
espaço de autoria e troca.
No que se refere ao tipo de festas e músicas que os adolescentes curtem aqui em São Paulo, capital, há
muitas baladas, que são festas em locais públicos, muito grandes, geralmente tipo galpões, com
decoração bem moderna, escuros, com poucos lugares para sentar, aonde eles ficam em pé a noite toda,
das 23 hs até 6 hs da manhã , ouvindo e dançando música tecno, com fortes batidas, tipo bate estaca (não
é uma música com letra) parece só um barulho muito forte e alto. Não é possível conversar ali, e eles
paqueram e ficam ( que são rápidos namoros, duram minutos ás vezes) e dançam e trocam de pares.
Parece que é tudo muito rápido e eles pagam caro para entrar e passam a noite ali. Há lugares com outros
tipos de música mas a grande maioria freqüenta estas baladas.
Eu ainda estou lendo o Módulo II (pois preciso usar o dicionário em alguns momentos) e não posso
escrever minhas impressões.

Um abraço e obrigada

Vera Helena Peres Jafferian - psicopedagoga – São Paulo –Brasil

Estimada colega:
Agradecemos que nos haya escrito.
Ud. hace una buena descripción del contexto de su adolescencia y de algunas diferencias con los
contextos actuales. Seguramente debemos seguir analizando esas diferencias, ya que los adultos con
responsabilidades hacia los jóvenes (padres, docentes, terapeutas) necesitamos interrogar las
representaciones que nos atraviesan, las que –al menos en parte- se anclan (“ancoran”) en nuestra
propia experiencia de adolescentes.
Nuestras intervenciones deben apuntar a los trabajos psíquicos del adolescente, tales como estos
trabajos pueden desplegarse en sus contextos actuales. Contextos que no son uniformes, sino que
ofrecen una multiplicidad.
Cada adolescente transita de un modo singular por esa variedad –algunos más restringidos a ciertos
ámbitos, otros en contacto con diversos ambientes-.
En relación a las cuestiones del hostigamiento y las agresiones entre pares, coincido con Ud. en que
las actitudes agresivas de un joven discriminado pueden ser una tentativa de darse visibilidad y
procurar un cambio. Entendemos que es fundamental el papel de los “terceros” en esas situaciones de
hostigamiento (sean adultos o pares), ya que son los que pueden introducir otra lógica en su dinámica,
ofreciendo alternativas por fuera del circuito del control y las sanciones (que muchas veces conduce a
que solo se perfeccione el ocultamiento por parte de los “agresores” y “agredidos”).
Cordialmente,
Jorge Gonçalves da Cruz.

Comentário de la colega Cristiane Mara Ventura Antonio

Olá!!!!!!!!!!!
Jorge, Alícia e María Sol,
Foi muito bom poder participar deste curso, o material enviado é muito rico, trouxe muitas informações
importantes para a minha formação.
Gosto muito da linha de pensamento de vocês, é o que acredito e coloco em prática. No meu caso é mais
difícil, pois não tenho uma equipe, trabalho sozinha e encaminho aos outros profissionais, quando
necessário, que não trabalham da maneira como eu.
Foi muito bom o tema do curso pois não é fácil encontrar cursos específicos em adolescência, é uma área
carente de informações. 
Minha experiência em curso de formação pela internet foi com vocês, que por sinal gostei muito, mesmo
distantes me sinto próxima.
No momento não ficou dúvida, mas no decorrer de meu trabalho se aparecer algo envio para vocês.
Muito obrigada por tudo!
Aguado novos temas de cursos!
Um abraço,
Cristiane Mara Ventura Antonio (ADOLESCENCIA)

Estimada Cristiane,
Nos alegra recibir su mensaje. Es cierto que para todos nosotros es importante procurarnos espacios
de reflexión compartida, ya que en ese “entre” abrevan las transformaciones y autorías. Esperamos
dar continuidad a nuestro intercambio.
Un abrazo,
Alicia Fernández

Comentario enviado por la colega Adriana Echebarrena:

Querid@s colegas:

Mucho tiempo me tomó poder construir un escrito, un acto de autoría.


Tan movilizante fue la lectura de ambos módulos que comencé un largo deambular
en principio y luego fue casi una práctica de parkour, atravesando obstáculos propios para
conectarme con lo que en mi provocó el reeencuentro con mi adolescencia de allá y
entonces y con la que descubrí estar transitando actualmente.
Creo que los adultos estamos atravesados por propios “adoleceres” que no siempre
se convierten en espacios de crecimiento.
En lugar de asumir la responsabilidad que tenemos de seguir construyendo nuestra
vida, transitamos con la certeza de “haber llegado”, de haber completado nuestro periplo,
que éste es el lugar, que aquí debemos quedarnos a esperar que los adolescentes lleguen y
lo hagan lo mas rápido posible para no enfrentarnos a un vacío propio, que quizás no esté
tan vacío sino lleno de pre-juicios, recelos, desconfianzas, des-esperanzas.
Podríamos acercarnos, explorar, asemejarnos, y buscar algunas comuniones,
algunos lugares comunes, dolores compartidos, sueños por concretar, incertidumbres,
imprecisiones…
No les atribuyamos el monopolio de “la violencia”, ni siquiera cuando la actúan
hostigándose entre ellos, o cuando empuñan un arma para exprimir tanto dolor y tanta
indiferencia.
Reconozcámonos violentos también.
¿O no es violento no escuchar, no mirar o mirar sin ver?
¿Y esgrimir una lógica de “lo adulto” que degrada todo aquello que no se ajusta a
ella?
¿Tenemos el suficiente espacio interno que nos permita comprender y reconocer la
necesidad del espacio de tentativa, prueba, ensayo, por el que pasean nuestros
adolescentes?
Respuestas como latigazos, chasquidos en forma de palabra, golpe, reproche,
desvalorización, degradación, enjuiciamiento…
Cuanto trabajo tenemos que hacer como adultos para reconocernos semejantes, no
completos, no acabados, …
Otra vez estamos aquí y colocamos al otro allá, enfrente, fuera, que nada de aquello
nos toque , nos acerque, nos asemeje, espejo de nuestras propias carencias, dolores.
Que bueno sería que pudiéramos encontrarnos en un abrazo común y luego de
reconocernos semejantes pudiéramos elaborar soluciones luminosas, y creadoras, mas
solidarias y ya no solitarias.

ADRIANA ECHEBARRENA

Estimada Adriana,
¿Cómo estás? Me alegra reencontrarte en este curso “a distancia”. Distancia que se acorta al leer tu
escrito: comparto plenamente tus reflexiones y tu interpelación a los “adultos” que a veces
pretendemos ser. Vos marcás muy bien el camino por donde transitar para ir construyendo una
posición psicopedagógica en relación a los adolescentes y sus trabajos.
Muy cordialmente,
Jorge Goncalves da Cruz.

Comentario del colega Daniel Vazquez

Colegas:

       Luego de leído el segundo módulo del Curso de referencia me surgen los siguientes comentarios:

        Es cierto que adolescencia actual se encuentra frente a problemáticas sociales que nosotros no
experimentamos, la gdroga, el SIDA, el consumo desefrenado de acohol, la falta de trabajo. Todo esto me da la
impresión que suscuta en los adolescentes un ambiente de inseguridad "por llamarlo de alguna manera" que hace
que su vida se rige por lo transitorio. Afectos, sean estos amigos o pareja, relaciones sexuales, placer o vivencia
de situaciones extremas.

        Nuestras adolescencias (Tengo 50años) nos planteaban la inseguridad de neuestra propia existencia, pero
no se agregaba a esta la del entorno social, pues era común saber que si se estudiaba, dependiento del nivel de
escolarización que se alcanzara se llegaría atener trabajo. La escuela era un medio de promoción social, con
autoridad. Si no se deseaba estudiar se podía comenzar a transitar el camino de algún oficio. comenzando de
aprendiz y terminando con tiempo y experiencia en oficial del mismo.

        Hoy, no existen horizontes claros, estudiar no es seguridad de nada, trabajar es una forma de ser explotado
en la mayoría de los trabajos que un adolescente puede obtener, con elagarvante que se los contrata en negro o
por períodos cortos, la transitoriedad y celeridad con que viven los adolescente no le es propia,solamente, sino
que le es impusta desde fuera, desde la sociedad. Planear un futuro no es posible, pensar en una pareja a largo
plazo, en formar na familia es difícil, si no estoy seguro que mañana tenga trabajo para seguiri sosteniéndola.

        Creo que todo esto lleva a los jóvenes a seguir diferenciándose del mundo adulto, como también lo hacíamos
nosotros por medio de la ropa, la música, fromas de expresión y códigos. Estas madlidades de los pichacoes,
parkour, flash mobs y otros son formas de diferenciarse del mundo adulto. De manejar sus propios códigos, de
lograr identidad de grupo, de sentirse parte, pues también debemos ser honestos que la sociadad adulta no acepta
al adolescente, pues lo discrima más allá del motivo declamado, por ser diferente, y el adolescente no quiere
pertenecer al mundo del niño por ya no serlo por tener otros intereses, entonces necesita crear sus propos
ámbitos de convivencia, con modos, reglas, lenguaje propio y sólo comprensible para él.

        En fin que difícil para los seres humanos es trabajar con la diferencia y cuántas veces nosotors como
profesionales caemos en estas situaciones sin darnos cuenta, dejándonos llevar por nuestros prejuicios. Espero
que la lectura y relectura del material me ayudó a revisar mi práctica así como me permitirá seguri haciéndolo en el
futuro.

        Quiero agradecer a los profesores por su dedicación y aportes, a los colegas que compartieron sus
comentarios, sentires y saberes, espero tener la oportunidad de participar de otro curso sobre el mismo tema
donde se profundicen los contenidos o de otros de otras temáticas referidas al quehacer psicopedagógico.

Gracias
Lic. Daniel H. Vázquez.
DFP/6548B
Import Analist Supervisor

Estimado Daniel,
Agradecemos sus apreciaciones y comentarios que han recorrido con compromiso los distintos
momentos y propuestas de este Curso.
Encuentro alentador que tanto Usted como otros colegas de este Curso, en el momento de concluir,
centran sus reflexiones sobre nuestro lugar de “adultos” terapeutas en relación con “los adolescentes”
y “las adolescencias” Creo que en este punto encuentra su justificación una propuesta como la de este
Curso. Verá que hemos retomado esta cuestión para el Cierre.
Lo mantendremos al tanto de las nuevas propuestas para poder reencontrarnos en algún otro espacio.

Cordialmente,
Jorge Goncalves da Cruz.

También podría gustarte