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LA SENDA DEL GRUPO: SIGNOS DEL ACONTECER “Si me preguntdis en donde he estado debo decir: Sucede”. (Pablo Neruda) Goren Kierkegaard) Un esquema para comprender la evolucién de los grupos ‘Comprender la vida de los{§HUp@s tiene que ver con el speneliegedemttearecteay con la asimilacién de la pro- pia historia grupal y con la significacion del desarrollo de la tendencia que mueve al grupo en su ((ijNaGia/@Slantgaesae) 12 GGHERORERSIORISEINDISIDY ©! acontecer de su presente ‘CRECER EN GRUPO También, como Jas personas y los demés organismos vi- 0s, (GSIEUPOSTHERERISUIEVOIUEIGR Desde su nacimiento hasta su muerte es posi 1¢ en los grupos sucedan acon- tecimientos que sean expresién de instantes vitales, enmarca- dos en una situacién de proceso evolutivo que puede tener condiciones inherentes que la configuren. Como las personas tienen su infancia, su adolescencia, su juventud y adultez, su senectud; es plausible suponer que los grupos estén también condicionados por leyes generales que impulsan su trayecto y confinan su camino. Nos preguntamos asf por la existencia de fases y situaciones generales que determinan la vida de Jos grupos como organismo social, en realidad nos pregunta- ‘mos por el funcionamiento de la tendencia actualizante en el seno de los grupos, por los signos de su acontecer. No es contradictorio suponer la existencia de procesos evolutivos similares con la constatacién de la singularidad experiencial de cada grupo, como tampoco lo es que todos hayamos tenido nuestra infancia y juventud y nos considere- ‘mos tinicos e irrepetibles. Cada estado de nuestra vida ha si- do y es particularmente vivido, la situacién general del desa- rrollo biolégico es universalmente compartida. De hecho, en la psicologia social, existe una dilatada in- vestigacién sobre la evolucién de los grupos. De las posibles conelusiones que podamos extraer sobre el andlisis de las fa- ses del desarrollo grupal podremos deducir datos significati- ‘vos acerca de la dinémica del cambio social y acerca de los sistemas de facilitacién de grupos, tanto por la comprensién histérica de los fenémenos como por la prediccién de la con- ducta. Esta comprensién nos provee de elementos importan- tes en la resolucién de conflictos grupales y en la mejora de laeficacia de los grupos a LASENDA DEL GRUPO: SIGNOS DEL ACONTECER Desde las primeras experiencias de dindmica de grupos de Bethel, en 1947, se han aportado muchos modelos de evolucién _de los grupos a partir de los parémetros conceptuales de cada investigador: Thelen y Dickerman (1949), Miles (1953), Bennis ¥ Shepard (1956), Schutz (1958), Bion (1961), Bradford (1964), Mann (1967), Rogers (1970), Husenman (1979), Lopez-Yarto (1997). Todos ellos han establecido esquemas interesantes para estudiar y comprender la dinamica procesual de los grupos y su evolucién a partir de la investigacién y la practica. Lo cierto es que, hoy por hoy, no existen confirmaciones cientificas contundentes, como en casi todos los campos, que avalen de manera absoluta los andlisis disponibles sobre la direccionalidad de los fenémenos que sucecen en una dind- mica grupal. Sin embargo, ello no significa que no podamos ir disminuyendo los margenes de error en nuestra practica y que, a partir de determinados esquemas, podamos enmarcar nuestra préctica social de facilitacién. Ciertamente cualquier conocimiento cientifico existe hasta que se comprueba otro hecho que lo invalida. En mi experiencia de facilitacién me ha resultado util dis- poner de un esquema interpretativo sobre la trayectoria de la evolucién del grupo, no como condicionante de mis inter- venciones suptiestamente facilitadoras, sino como instru- mento evaluativo que me permite adoptar criterios de eluci- dacién de la situacién del grupo y me ayuda al andlisis diag- néstico del acontecer de la experiencia que contribuya a dar significado a la vivencia del grupo y a realizar nuevos actos de intervencién. $e trata, en fin, de disponer de un marco que dé forma al conglomerado de fenémenos que suceden en la vida de un grupo o, al menos, que nos ayude a comprender Ia historia de su experiencia una vez hayamos participado en lla. El dar nombre a un ctimulo de experiencia fomenta el aprendizaje significativo e interiorizado tanto en el facilita- dor como en las personas de un grupo. \s CRECER EN GRUPO De todos los esquemas mencionados el aportado por Husenman (1979)! es el que me parece mas operativo y itil _-para los propésitos mencionados. Sin embargo, el modelo de__| _ciones Husenman, a mi juicio, resulta muy comprimido al referirse, casi con exclusividad, a las experiencias de grupo de labora- torio por lo que adolece de la flexibilidad necesaria para su aplicacién a los grupos sociales cotidianos. Asi puede com- prenderse que hayamos preferido configurar un modelo mas, adaptado a nuestra propia experiencia que nos parece més, coherente y manejable en situaciones, no necesariamente ex- cepcionales, de dinamica grupal. Por ello hemos introducido, a nuestro esquema interpretativo, algunas variables que nos parecen significativas. Por una parte, el nuestro es un modelo de interpretacién que no pretendemos que condicione previamente la facilita- cién, En este sentido sirve para entender el trayecto del gru- po en situaciones a posteriori, después de la experiencia. No necesariamente después de la experiencia vital del grupo una vez haya sucedido la muerte grupal, sino después de cada experiencia situacional del grupo en cada momento existen- cial, lo que nos permite activar la funcién del atender y fo- menta la capacidad perceptiva que, a su vez, nos ayuda aen- focar las condiciones de facilitacién en nuestra manera de disponernos en el grupo como facilitadores. Por eso, y en segundo lugar, nuestro modelo gui —— Sélo es posible, y ya es mucho, que 51, HUSENMAN, S. Introduccié a la dindmica de grupo. El grupo T como he- rramienta de laboratorio, México: Trilas, 1979. Enel capitulo cuarto de es- te libro: “Fases de desarrollo de un grupo T’, el lector puede encontrar una buena exposicién del esquema evolutivo grupal propuesto por el (I ma le la LA SENDA DEL GRUPO: SIGNOS DEL ACONTECER que se vive en un momento determinado, pueda darle signi- ficado y, con su manera de estar presente, pueda crear condi- ten el desarrollo del grupo hacia una fase posterior 5 las mismas focalizadas de manera diferente, | pero no existe un factor tnico que, PRN reece ta mutacin al nsevo esa dio, es més, la pretensién de un solo factor interventivo 0 la ansiedad del facilitador para impulsar el cambio puede con- daiio al grupo. En este sentido compartimos la litador ani- ‘ma més de lo que es evolutivamente posible, masiado pronto, se produciré un daiio; si aquél impide que ® potencial evolutivo se realice cuando esta listo, como desani- mar al nifio a que dé sus primeros pasos, tani cird dafio. Lo que hay que hacer es parejamiento dela fina armonia y tiva y la faclitacién En tercer lugar, nuestro esquema se centra en la capacidad adaptativa del grupo a situaciones emocionales mayoritaria- ‘mente compartidas por sus miembros, Asi, creemos que ade- més de los sentimientos singulares que cada persona del gru- | [po esti experienciando en el proceso, existen momentos situa- Gonales de intensidad -que posiblemente influyan en el pro- eso experiencial personal que, a modo de sentimientos casi colectivos, promueven procesos interindividuales que inciden en el grupo como organismo y lo impulsan hacia delante a ppartir de una cooperacién, aunque inconsciente, de la globali- dad de los factores interaccionales. Estos momentos situacio- nales operan a modo de tendencia indefinida dificil de delimi- tar en cada grupo pero que dibujan un cuadro de la secuencia 52 GREENBERG, RICE, L,, ELLIOT, R. Faciitando en camibio emocional. El ‘proceso terapéutico punto por punto, Barcelona: Paid6s, 1996, 97. (SI A 7) (CRECER EN GRUPO del proceso. Nos ha parecido prudente, de acuerdo con las afirmaciones anteriores, introducir algunos aspectos del mo- delo evolutivo de Rogers, aunque, una vez més, Rogers se re-_ LASENDA DEL GRUPO: SIGNOS DEL ACONTECER, Fig. Trayecto del grupo 1 } fiere a experiencias intensivas de los grupos de encuentro que son dificiles de trasladar miméticamente a los grupos sociales e ignora los procesos de eficacia al centrarse como no podia ser de otra manera en el caso de las experiencias de los grupos de encuentro- en el ambito afectivo-relacional. Por tiltimo deseamos que nuestro esquema tenga en cuenta tanto los aspectos afectivos y de crecimiento personal como los componentes que infl ia y creativi- ‘este sentido creemos ‘tuacion de grupo en Cadet areas nos dan una idea de la situacién de las demés y, por ello, nuestro esquema inter- pretativo pretende abarcar la totalidad del sistema que confi- gura el trayecto vital y desea determinar las condiciones facili- tadoras que permitan acompafar al grupo en este trayecto™. Desde esta perspectiva nos parece interesante y compatible la aportacién de Lopez-Yarto® que atina lo interpersonal y lo in- trapersonal y sugiere pautas de intervencién del facilitador en cada una de las fases del proceso grupal. Podemos representar y decribir el esquema que propone- mos como sigue (fig. 4): 55 ROGERS, C. Grpos de encuentro. Buenos Aires: Amorrort 1979. Enel capitulo segundo titulado "El proceso del grupo de encuentro, se de- fine el esquema propuesto por el autor 54 Esias condiciones de faclitacion en funcién del trayecto serén expues- tas en el enpitulo 7 de este libro 55 LOPEZ-YARTO, L. Dinca de grupos. Cincuenta aos después. Bilbao: Desclée De Brouwer, 1997. Enel capitulo catorcetitulado "Un modelo integrador” el autor expone su esquema de evolucién de los grupos. — _ ie Fedeepenacin y depen (f arTasede instainy conraepencnc Fa: teed machasGnycoopendin ‘Tendencia al desarrollo ENCUENTRO 1+ Fase de expectacién y dependencia. La formacién inicial de un grupo siempre suele ser apasio- nante. Las personas se retinen para algo, para realizar alguna actividad, para iniciar el desarrollo de un proyecto 0 para con- traer un compromiso hacia una tarea determinada. Existe un cierto interés comin y unas motivaciones subyacentes. Las ex- pectativas de los miembros del grupo, también sus temores, se entremezclan con la ansiedad inicial del facilitador o del res- ponsable del grupo que, en el fondo, tiene también sus intere- ses e intenciones, sus propias expectativas y temores. Esta primera fase de la vida de un grupo se caracteriza por Ja incertidumbre, casi siempre acompajiada de una cierta an- siedad. Las personas del grupo saben que comienzan un pro- ceso y se disponen estando a la expectativa de las indicacio- nes del responsable o de su facilitador. Comienzan a tener sensaciones y experiencias con relacién al propio facilitador, al y a los demas componentes, a CRECER EN GRUPO. En el étea de la sensibilidad se producen algunas mani- fesvaciones de ironta y humor que suelen ser expresiones pa aie, GERD Norris las personas de un grupo, en sus inicios,

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