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Diagnostico Basado en Evidencia
Diagnostico Basado en Evidencia
Diagnóstico
Dr. Edgardo basado
Sandoyaen evidencia
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DIAGNÓSTICO BASADO EN EVIDENCIA
DR. EDGARDO SANDOYA
FIGURA 1. Psoriasis: diagnóstico por reconocimiento de un patrón que ha sido visto previamente.
FIGURA 2. IAM inferior en etapa aguda: diagnóstico por reconocimiento del patrón electrocardiográfico que ha sido visto
previamente.
táneo. Cuando alguien con experiencia ve el ción, si se toma por un camino se llega a deter-
ECG de la figura 2, no comienza analizando minada alternativa, por otro camino se llega a
las características de la onda P, la longitud otra y así sucesivamente.
del intervalo PR, etcétera, sino que inmedia- Ejemplos de ello son el algoritmo de Bru-
tamente hace diagnóstico de infarto agudo de gada para el diagnóstico de taquicardias re-
miocardio (IAM) inferior en etapa aguda. gulares con complejo ancho (9) (figura 3a) y
El reconocimiento de patrones es una for- otro más reciente propuesto para el mismo fin
ma de diagnóstico muy específica pero no de- (figura 3b) (10). En ambos algoritmos se dan al-
masiado frecuente en medicina. ternativas No-Sí para cada pregunta; si la
respuesta es positiva se diagnostica taquicar-
dia ventricular, mientras que si es negativa
ALGORITMOS
se sigue adelante buscando el próximo ele-
En esta estrategia diagnóstica se parte de mento diagnóstico.
una hipótesis que puede corresponder a dos o También existen algoritmos diagnósticos
más entidades clínicas. En la medida que se de hipertensión arterial (11), de trombosis ve-
desarrolla el proceso diagnóstico se presen- nosa profunda (12) y de embolia pulmonar (13),
tan alternativas; en cada punto de decisión la entre otros.
respuesta determina la subsiguiente direc-
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FIGURA 3A. Algoritmo de Brugada para el diagnóstico de ta- FIGURA 3B. Nuevo algoritmo diagnóstico de taquicardias de
quicardias regulares de complejo ancho. TV: taquicardia complejo ancho. Vi / Vt = relación entre la velocidad de ac-
ventricular; TSV: taquicardia supraventricular tivación determinada midiendo el cambio de voltaje du-
rante los 40 mseg iniciales (Vi) y terminales (Vt) del mis-
mo complejo bifásico o multifásico.
EXHAUSTIVA
Esta modalidad diagnóstica es la que em-
pleamos durante la formación médica. Como HIPOTÉTICO-DEDUCTIVA
estudiantes interrogamos cuidadosamente Imagine que está de guardia y mientras está
todos los síntomas, realizamos un examen cenando le avisan de Emergencia que hay un
minucioso de los sistemas y aparatos, apren- paciente de 48 años con un fuerte dolor en el
demos a utilizar y, por ende, a aplicar en to- pecho y disnea. ¿Qué pasa por su cabeza? Se-
dos los pacientes el otoscopio, el estetoscopio, guramente el primer diagnóstico que le viene
el martillo de reflejos, el esfigmomanómetro, a la mente es el de IAM luego podría pensar
etcétera. en angina inestable o como algo más lejano,
El diagnóstico en este caso comprende dos disección aórtica o embolia pulmonar.
etapas: en la primera se realiza la recolección Este método de diagnosticar constituye la
de todos los datos posibles y en la segunda se estrategia hipotético-deductiva, siendo la que
trata de encontrar el diagnóstico entre ellos. más frecuentemente empleamos en la prácti-
La práctica de esta modalidad diagnóstica es ca. En la misma, a partir del problema que re-
esencial para sentar las bases de la que luego lata el paciente, se elabora una hipótesis o
será la estrategia diagnóstica que empleare- una breve lista de hipótesis (diagnósticos di-
mos más frecuentemente en la práctica profe- ferenciales), la que luego trata de ser valida-
sional. De esa forma, cada paciente insume da mediante elementos del interrogatorio y
una gran cantidad de tiempo, dado que caso a del examen físico. Se ha visto que 28 segundos
caso se va teniendo la vivencia práctica de lo después de conocer el motivo que lleva al pa-
conocido en teoría. ciente a consultar, ya existe una hipótesis ini-
Todos partimos de esta forma de proceder cial, a partir de lo cual, mediante preguntas
exhaustiva, y a medida que adquirimos expe- dirigidas y maniobras clínicas acotadas, en
riencia la vamos abandonando; sería inapro- 75% de los casos se llega al diagnóstico correc-
piado si se emplease esta modalidad diagnós- to en tan solo seis minutos (14).
tica durante el ejercicio profesional, pues ello La base de una óptima práctica de esta es-
acarrearía serios problemas que irían desde trategia está en la dirigida (pero no sesgada)
la iatrogenia hasta el colapso económico del selección, adquisición e interpretación de los
sistema de salud. datos clínicos y paraclínicos que van a acor-
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FIGURA 4. Desarrollo del proceso diagnóstico. Partiendo de una certeza próxima a 0 cuando aún no se ha visto al paciente,
la misma va aumentando a medida de que se ejecutan las diversas acciones
tar nuestra lista de hipótesis (1). En este sen- reducirse la incertidumbre; por ejemplo, si el
tido es importante tener presente los sesgos paciente tiene un color pálido-amarillento,
que nos son inherentes y que tiñen nuestro usted sospecha que presenta insuficiencia re-
juicio clínico: si un paciente consulta por do- nal crónica, si tiene una marcada deforma-
lor a nivel esternal bajo o epigástrico a un ción poliarticular se orienta hacia poliartritis
gastroenterólogo, este piensa inmediata- reumatoidea. Si tiene sibilancias que usted
mente en gastritis, si es cardiólogo piensa en escucha claramente, el paciente tiene bron-
cardiopatía isquémica, si es reumatólogo en coespasmo, si percibe un olor a humo de taba-
dolor osteoarticular, si es psiquiatra en an- co se trata de un fumador, y así, mediante los
siedad. Si bien es imposible quitarse los ses- diferentes sentidos, adquirimos información
gos que uno trae desde la especialidad que que contribuye a aumentar la certeza. Como
practica y el lugar donde la ejerce, debe te- vimos antes, en algunos casos mediante el re-
nerse presente que este es un mecanismo conocimiento de un patrón específico, en este
que siempre opera en nosotros. punto ya puede tener el diagnóstico.
Luego de consideradas las cuatro estrate- Al interrogarlo muchas veces establece
gias diagnósticas vemos cómo se desarrolla el diagnóstico: si un hombre fumador de 60 años
proceso diagnóstico. tiene una opresión retroesternal que le aparece
en repechos y cede al detenerse, la certeza diag-
nóstica es muy elevada, lo mismo sucede si rela-
PROCESO DIAGNÓSTICO ta que desde hace 20 días no consigue deglutir
El proceso diagnóstico consiste en una serie los sólidos y solamente puede tragar líquidos:
de pasos destinados a ir aumentando la cer- en el primer caso la probabilidad de enferme-
teza a partir de un 0% inicial, tratando de dad coronaria es mayor de 90%, en el segundo
aproximarse a la certeza absoluta, aunque sospechamos fuertemente una estenosis esofá-
debemos tener presente que el mismo es im- gica. Un estudio mostró que luego de realizar el
perfecto y, por ende, su resultado es una pro- interrogatorio al paciente, 56% de los médicos
babilidad (15). ya había llegado al diagnóstico (16).
Es así que podemos representar al proceso En otros casos el interrogatorio reduce la
diagnóstico como una serie de acciones conca- incertidumbre en menor grado y es mediante
tenadas que incluyen el interrogatorio y el el examen físico que se establece el diagnósti-
examen físico y a las que, en algunos casos, es co: un soplo en el foco aórtico que borra el se-
necesario complementar mediante estudios gundo ruido, defensa y contractura en el cua-
diagnósticos (figura 4). drante inferior derecho del abdomen en un
Suponga que usted está en la policlínica y contexto clínico sugestivo, son elementos del
la enfermera le avisa que tiene un paciente examen que nos orientan fuertemente a una
para atender. En ese momento su grado de estenosis aórtica severa y a una apendicitis
certeza sobre el diagnóstico es 0%. Claro que aguda respectivamente.
no es lo mismo si la enfermera le dice que está Debemos tener presente que el interroga-
la señora López, a quien usted muy bien cono- torio y el examen físico son herramientas mu-
ce, o si a través de la puerta escucha que el pa- cho más potentes que cualquier estudio com-
ciente tiene tos y moviliza secreciones. Cuan- plementario y, por lo tanto, no pueden ser
do el paciente entra a su consulta comienza a omitidas, de hecho se ha comprobado que en
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FIGURA 10. Probabilidad pre y postergometría en un hom- FIGURA 11. Probabilidad pre y postergometría en una pa-
bre de 49 años con angor. ciente de 30 años con dolor torácico.
sitiva), vemos en la tercera línea que la proba- dad de enfermedad coronaria luego de ese re-
bilidad de coronariopatía postergometría es sultado pasa a 5% (figura 11).
de alrededor de 97% (figura 10). Finalmente, llega a la consulta un tercer
Suponga que ahora consulta una mujer de paciente, de 49 años con angor atípico y una
30 años con dolor torácico. La probabilidad ergometría positiva. Su probabilidad pretest
pretest de enfermedad coronaria es menor de de coronariopatía era 46% y por tener una er-
1%, pero en Emergencia se le realizó una er- gometría positiva pasó a 85% (figura 12), es
gometría que fue positiva, por lo cual fue deri- decir que casi se duplicó con respecto a la que
vada de urgencia a su consulta. tenía antes del estudio (pretest).
Si realizamos el mismo cálculo, partiendo Estos tres casos permiten apreciar clara-
de una probabilidad pretest de 0,8%, traza- mente cuál es el valor de los estudios diagnós-
mos la línea por el valor de la RP de una ergo- ticos: en pacientes con alta probabilidad de en-
metría positiva, observamos que la probabili- fermedad, un estudio positivo agrega poca in-
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FIGURA 12. Probabilidad pre y postergometría en un pacien- FIGURA 13. Probabilidad pre y postergometría en un pacien-
te de 49 años con dolor torácico. te de 49 años con dolor torácico y prueba negativa.
formación diagnóstica, al igual que lo que su- Esto nos ilustra acerca de que un estudio
cede en un paciente con muy baja probabilidad diagnóstico, sea este positivo o negativo, agre-
de enfermedad. Por el contrario, cuando se ga valor en función de la probabilidad de en-
parte de una probabilidad intermedia, los es- fermedad que exista antes de que se realice el
tudios aportan mucho a la certeza diagnóstica. mismo: será de poca utilidad cuando la proba-
bilidad pretest es muy baja o muy elevada y,
ESTUDIOS NEGATIVOS por el contrario, será de gran utilidad cuando
Hasta ahora hemos visto qué sucede cuando el grado de certeza es intermedio.
el resultado del estudio es positivo, pero ¿cuál
sería la probabilidad de enfermedad si el es-
tudio hubiera sido negativo?
En ese caso, para calcular la probabilidad de ESTUDIOS SUCESIVOS
enfermedad post-test, es necesario conocer el va- Hay situaciones clínicas en las que a pesar de
lor de la RP negativa. Este se calcula en la tabla realizar un estudio diagnóstico el grado de
de 2 x 2 mediante la fórmula (1–Sensibilidad) / certeza diagnóstica al que arribamos es inter-
Especificidad, en el caso de la ergometría = medio. Suponga que asiste a un ingeniero de
40/91=0,4. Si en el tercer paciente la ergometría 40 años con dolor torácico y con ergometría
hubiera sido negativa, trazando una línea desde positiva. La probabilidad de enfermedad co-
el 45% de probabilidad pretest, cruzando el 0,4 ronaria preergometría, que era de 14% pasa a
de la RP negativa, su probabilidad de enferme- 60% luego de que la misma fue positiva (figu-
dad coronaria sería próxima a 10% (figura 13). ra 14). Cuando le comunica que tiene esa pro-
Si realizamos los mismos cálculos en los dos pa- babilidad de coronariopatía, la esposa del pa-
cientes iniciales, se aprecia que un resultado ne- ciente plantea si existe alguna forma de estar
gativo impacta en menor medida en la certeza más seguros de saber si está enfermo o no.
diagnóstica que en el tercer paciente, que tenía Ante ello, le solicitó un centellograma de per-
una probabilidad pretest intermedia. fusión miocárdica, el que resultó positivo.
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FIGURA 14. Probabilidad pre y postergometría positiva en FIGURA 15. Probabilidad pre y postcentellograma de perfu-
un hombre de 40 años con dolor torácico. sión miocárdico en el paciente de 40 años con dolor toráci-
co y ergometría positiva
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En el anexo brindamos los valores de la RP differential diagnosis of wide QRS complex tach-
de diversos estudios y maniobras clínicas que ycardia. Eur Heart J 2007; 28: 589-600.
pueden ser empleados en la práctica clínica 11. Moliner de la Puente JR, Domínguez Sardiña
para contribuir a mejorar nuestra capacidad M, González Paradela C, Castiñeira Pérez MC,
diagnóstica. Crespo Sabarís JJ, Chayán Zas ML, et al. Hiper-
tension Arterial. Guías clínicas [artículo en Inter-
Finalmente, antes de solicitar un estudio net].2007 Dic;7(40): Disponible en: http://www.fiste-
deberíamos pensar: ¿su resultado ayudará a rra.com/GUIAS2/hipertension_arterial.asp (Acce-
definir la terapéutica?, ¿la terapéutica pro- dido el 22/2/2009).
puesta va a adecuarse a la guía de práctica clí- 12. Handler J, Hedderman M, Davodi D, Chantry
nica de la institución?, ¿existe alguna limita- D. Implementing a Diagnostic Algorithm for Deep
ción en el uso de dicha terapéutica para opti- Venous Thrombosis. The Permanent Journal. [ar-
mizar los recursos finitos de nuestra socie- tículo en Internet] 2003;7(2):[7p.]. Disponible en
dad? Si las tres respuestas fueran afirmati- http://xnet.kp.org/permanentejournal/spring03/im-
plement.html (Accedido el 22/2/2009).
vas no queda duda de su empleo, las dudas co-
mienzan cuando esto no sucede, y en ese caso 13. Writing Group for the Christopher Study Investiga-
será nuestro juicio clínico el que nos lleve a to- tors. Effectiveness of Managing Suspected Pulmo-
nary Embolism Using an Algorithm Combining Cli-
mar la mejor decisión (22,23). nical Probability, D-Dimer Testing, and Computed
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¯ ST 2,0 – 2,49 mm 11 -
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Ecoestrés en coronariopatía
Hombro 2,9 -
Depresión de ST 3,2 -
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Embolia pulmonar
Normal 0,10
Hipertensión renovascular
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cians. 1999
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