pueblo admirable
BICENTENARIO DE LA
Caracas - Venezuela - 2013
Del destierro a la gloria
“Yo soy, granadinos, un hijo de la infeliz Caracas, escapado
prodigiosamente de en medio de sus ruinas físicas, y políticas”
El coronel Simón Bolívar emprende una gran ofensiva contra las fuerzas españolas de la margen oriental
del Río Magdalena y rápidamente logra los resonantes triunfos militares que concluyen con la liberación de los Valles
de Cúcuta. Tras su triunfo en la Batalla de Cúcuta, el 28 de febrero de 1813, el otrora derrotado oficial venido de Caracas
es nombrado Ciudadano de la Unión y Brigadier de la división de Cúcuta.
M. N. Bate. Retrato de Simón Bolívar. 1819. Colección Museo Bolivariano
T
ras la capitulación de Miranda en
1812, Bolívar fue autorizado por
Monteverde a trasladarse el 27 de
agosto de ese mismo año a la isla de Curazao,
ocupada por los ingleses, en la goleta españo-
la Jesús, María y José, junto con José Félix Ri-
bas, Vicente Tejera y Manuel Díaz Casado. Allí
permaneció un corto período.
DE CURAZAO PASA A CARTAGENA DE INDIAS
En Nueva Granada la lucha por la indepen-
dencia, que se había iniciado en julio de 1810,
había resultado en la conformación de varías
juntas supremas locales que rivalizaban entre
sí. En diciembre, Bolívar escribe el Manifiesto
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de Cartagena, importante documento en el
que recoge un diagnóstico político y militar de
la caída de la Primera República en Venezuela,
exhorta a la Nueva Granada a no cometer los
mismos errores, y propone como única alter-
nativa para el logro de la independencia la uni-
dad continental.
Pero sus propuestas, en realidad, no son to-
madas en serio, y no falta quien piensa que su
proyecto de reconquistar Venezuela y hacer de
Caracas la cuna de la Independencia america-
na es poco menos que un sueño descalabrado
e insensato.
No obstante, Bolívar solicitó al Gobierno
de Cartagena prestar servicio en su ejército, y
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Vista de la ciudad de Cartagena. Colección Libros Raros de la Biblioteca Nacional.
le fue asignada una insignificante guarnición
de 70 hombres en la pequeña localidad de Ba-
rrancas Subordinado, por aquel entonces, a
un aventurero francés llamado Pierre Laba-
tut, e ignorando sus instrucciones, decidió
tomar la iniciativa y emprender una campaña
para acabar con las fuerzas realistas acanto-
nadas a lo largo del río Magdalena. Con ello,
y pese a las intrigas y los obstáculos por parte
de quienes aún lo consideraban un desvaria-
do e iluso desterrado, empezaría a forjarse su
futuro prestigio militar y político.
EN EFECTO
Como resultado de esta campaña, Bolívar
logró liberar con una rapidez y eficacia del to-
do desconcertantes una serie de poblaciones:
Tenerife, El Guamal, El Banco. El primero de
enero Bolívar derrota a los realistas en Chiri-
huana. El 3 de enero triunfa en Talameque y
ocupa Puerto Real. El 8 de enero vence en Oca-
ña, con lo que desplaza al ejército realista de la
región del bajo Magdalena.
DE SÚBITO
El coronel Manuel del Castillo, Comandan-
te General de Pamplona, solicitó su ayuda pa-
ra detener a los realistas que amenazaban con
entrar desde Venezuela. Para ello, el coronel
Bolívar tuvo que pedir autorización al Gobier-
no de Cartagena para intervenir en territorio
del Gobierno de las Provincias Unidas. Recibi-
da la autorización, llegó hasta la frontera con
Venezuela. El 9 de febrero Bolívar inicia el pa-
so de la cordillera de Los Andes en dirección a
Cúcuta. El 18 derrota a Ramón Correa en San
Antonio y ocupa Cúcuta. El 28 de febrero de
1813, tiene lugar la Batalla de Cúcuta, con la
que desplazó de aquella importante región las
fuerzas españolas comandas por Correa. A la
postre, el que solicitó apoyo para reconquistar
CAMPAÑA ADMIRABLE
1813 - 2013
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la república y recibió el mando de una faméli-
ca guarnición de vigilancia en la selva, ha he-
cho los méritos suficientes para que el
Congreso y el Gobierno le nombraran Ciuda-
dano de la Unión y le concedieran el rango de
Brigadier a cargo de la División de Cúcuta.
Pero, al mismo tiempo, el incontenible
militar que viene triunfando de Cartagena
a Cúcuta, habrá de rendirse, por los mo-
mentos, ante la burocracia y la suspicacia
de algunos de sus colegas de armas. Hasta
abril permaneció en Cúcuta, detenido por
trabas legales y por las diferencias con
Castillo, que ahora lo ve con recelo, decidi-
do a avanzar sobre Venezuela, para lo cual
ya dispone de una fuerza eficaz y una bri-
llante oficialidad neogranadina dispuesta
a seguirlo más allá de las fronteras de la
Nueva Granada.
“En diciembre,
Bolívar escribe el
Manifiesto de Cartagena,
importante documento
en el que recoge un
diagnóstico político
y militar de la caída
de la Primera República
en Venezuela”